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Tabletas
(Carbamazepina)
Carbamazepina 200 mg
Este medicamento está indicado para el tratamiento de la epilepsia, neuralgias del trigémino y
glosofaríngea idiopática.
En la epilepsia en relación a crisis complejas o simples (con o sin pérdida de la conciencia) con o sin
generalización secundaria; crisis generalizadas tónico clónicas y formas mixtas de convulsiones.
• Neuralgia idiopática del trigémino y la neuralgia del trigémino debido a esclerosis múltiple (típica o
atípica). Neuralgia glosofaríngea idiopática.
Su mecanismo de acción no está del todo establecido, pero se sabe que reduce la respuesta
polisináptica en el SNC, estabilizando las membranas nerviosas hiperexcitadas, inhibe las descargas
neuronales repetitivas, bloquea los canales de sodio, así como los potenciales postetánicos.
Es concebible que la prevención y descargas repetitivas de potenciales de acción dependientes de
sodio en neuronas despolarizadas vía uso y bloqueo de los canales de sodio voltaje dependiente pueda
ser el principal mecanismo de acción. Mientras que la reducción de glutamato y la estabilización de las
membranas neuronales pueden ser los responsables de los efectos antiepilépticos, el efecto depresor
de la producción de dopamina y de la noradrenalina pueden ser responsables de las propiedades
antimaniacas de la carbamazepina.
La carbamazepina es absorbida casi por completo por el tubo digestivo, pero a partir de las tabletas se
libera en forma lenta y sólo es absorbida entre 70 a 79% de una dosis administrada; la absorción se
disminuye cuando el estómago está vacío, por ello se recomienda administrar la carbamazepina durante
o inmediatamente después de los alimentos.
Después de una dosis única de 200 mg por vía oral, la máxima concentración plasmática (Cmáx.)
promedio es de 4.5 µm/ml de carbamazepina inalterada y se alcanza 12 horas posadministración; con
una dosis única de 400 mg por vía oral, la Cmáx. promedio fue de 3.361 µm/ml, alcanzándose en 8 horas
potadministración. Hay reportes en que el tiempo para alcanzar la Cmáx. es de 4 a 6 horas en pacientes
epilépticos.
Los niveles terapéuticos en el adulto están en el rango de 4 a 12 µm/ml. La carbamazepina se liga a las
proteínas plasmáticas en promedio 76% (70 a 80%).
El citocromo P-450 3A4 ha sido identificado como la isoforma principal responsable de la formación de
carbamazepina-10,11 epóxido de la carbamazepina. El 9-hidro-metilo-10-carbamoil-acridan es un
metabolito menor relacionado a esta vía.
Después de una dosis oral de carbamazepina, aproximadamente 30% aparece en la orina como producto
final de la vía epóxido.
Otras vías importantes de biotransformación por la carbamazepina conllevan a varios compuestos
monohidroxilados, así como a N-glucurónido de carbamazepina.
Entre 33 a 60% de una dosis oral es metabolizada vía epóxido. Otra vía importante de biotransformación
de la carbamazepina da lugar a diversos compuestos monohidroxilados y al N-glucurónido de
carbamazepina.
La vida media es muy amplia, de 30 a 50 horas, después de una dosis única, la cual se acorta después
de dosis múltiples o administración crónica de 20 horas; esto posiblemente se deba a una autoinducción
del sistema hepático monooxigenasa. La vida media del metabolito epóxico es de 6.1 horas. En
promedio, la vida media en recién nacidos y lactantes es de 8.76 horas.
La carbamazepina se elimina 72% con la orina, entre 2 a 3% en forma inalterada y cerca de 1% en forma
de metabolito epóxico. Con las heces se elimina 28% y más de la mitad se encuentra metabolizada.
Los IMAO’s deberán ser descontinuados por un mínimo de 2 semanas o por más tiempo, si la situación
clínica lo permite, antes de la administración de carbamazepina.
La carbamazepina también está contraindicada en pacientes con glaucoma agudo, miastenia grave y
estado de shock, agranulocitopenia y trombocitopenia.
A pesar de ello, deberán realizarse conteos sanguíneos antes del tratamiento, incluyendo el conteo de
plaquetas posibles reticulocitos y hierro sérico en forma periódica.
La carbamazepina deberá administrarse solamente bajo supervisión médica, debe utilizarse con
precaución en pacientes con crisis convulsivas mixtas que incluyen ausencias, típicas o atípicas.
En todos estos padecimientos la carbamazepina puede exacerbar las convulsiones; en estos casos la
carbamazepina deberá descontinuarse.
Las evaluaciones basales y periódicas de la función hepática, particularmente en pacientes con
antecedentes de enfermedad hepática y en pacientes ancianos, deberá realizarse durante el tratamiento
con carbamazepina.
Los pacientes deberán ser avisados sobre síntomas o signos tóxicos relacionados con un problema
hematológico potencial, así como de síntomas de reacciones farmacológicas o hepáticas.
Si las reacciones como fiebre, dolor de garganta, rash, úlceras bucales, equimosis, petequias o
hemorragia purpúrica aparecen, el paciente deberá ser aconsejado de consultar a su médico de
inmediato.
La carbamazepina deberá ser prescrita solamente después de una evaluación crítica sobre los posibles
beneficios y riesgos para el paciente y bajo monitoreo cuidadoso en pacientes con antecedentes
cardiaco, hepático, renal, reacciones hematológicas adversas a otros fármacos o a cursos
interrumpidos de terapia con carbamazepina.
Los pacientes tratados con carbamazepina deben tener especial cuidado cuando manejan un vehículo
u operan maquinaria, ya que pueden encontrarse deficientes en su habilidad de reaccionar por mareo o
somnolencia causados por el fármaco, en especial al inicio del tratamiento o en relación con ajustes de
dosis.
En la rata existe cierta evidencia sobre abortos con dosis de 300 mg/kg de peso corporal diario. Los
fetos de rata casi de término mostraron rastros de crecimiento con dosis maternas tóxicas.
Mujeres embarazadas con epilepsia deberán ser tratadas con especial cuidado. Si se llegara a embarazar
una mujer que esté tomando carbamazepina o si el problema de iniciar el tratamiento con carbamazepina
surge durante el embarazo, deberán considerarse los beneficios potenciales del medicamento contra
sus posibles riesgos, particularmente durante los tres primeros meses del embarazo.
Los productos de madres epilépticas se conocen por ser propensos a tener alteraciones en su
desarrollo, incluyendo malformaciones. La posibilidad de que la carbamazepina, al igual que otros
fármacos antiepilépticos, aumente ese riesgo ha sido reportado, aunque se carece de evidencia
conclusa de estudios controlados con el uso de carbamazepina como monoterapia.
Se conoce que durante el embarazo ocurre la deficiencia de ácido fólico. Se ha reportado que los
antiepilépticos agravan la deficiencia de ácido fólico. Esta deficiencia podría contribuir a una mayor
incidencia de defectos del nacimiento en los productos de mujeres epilépticas que fueron tratadas. Por
lo tanto, se recomienda suplemento con ácido fólico antes y durante el embarazo.
Las reacciones adversas relacionadas con la dosis generalmente ceden en pocos días, ya sea de manera
espontánea o después de una disminución transitoria de la dosis. La ocurrencia de reacciones adversas
relacionadas con el SNC puede ser manifestación de una sobredosis relativa o una fluctuación
significativa de los niveles plasmáticos. En dicho caso es aconsejable monitorear los niveles
plasmáticos.
Sistema nervioso central: Se ha observado en SNC a nivel neurológico muy comúnmente: mareo, ataxia,
somnolencia, fatiga; comúnmente: cefalea, diplopía, visión borrosa; poco común: temblores, asterixis,
distonía, tics, nistagmus y rara vez se ha observado discinesia orofacial, alteraciones oculomotoras,
trastornos del lenguaje, alteraciones coreoatetósicas, neuritis periférica, parestesias, debilidad
muscular y síntomas paréticos.
Las causas por la cual la carbamazepina induce o contribuye al desarrollo de síndromes neuromalignos,
en especial en conjunto con neurolépticos, no es clara.
En cuanto a alteraciones psiquiátricas, rara vez se han presentado alucinaciones (visuales o auditivas),
depresión, pérdida del apetito, inquietud, comportamiento agresivo, agitación, confusión y muy
raramente activación de psicosis.
Piel: Se presentan muy comúnmente reacciones dermatológicas, urticarias, que puede ser severa; poco
comúnmente se observa dermatitis exfoliativa y eritrodermia; raramente se ha observado un síndrome
similar al lupus eritematoso sistémico y prurito. Muy raramente se ha presentado agranulocitosis,
anemia aplásica, aplasia pura de eritrocitos, anemia megaloblástica, porfiria intermitente aguda,
reticulositosis y posiblemente anemia hemolítica.
Tracto gastrointestinal: Es muy común que se presenten náuseas y vómito; comúnmente hay sequedad
de boca, poco común se presenta diarrea o estreñimiento, rara vez dolor abdominal y muy raramente se
ha presentado glositis, estomatitis y pancreatitis.
También pueden verse afectados otros órganos, como riñones, pulmones, páncreas, miocardio o colon.
Muy rara vez se ha observado un aumento en la prolactina con o sin manifestaciones clínicas como
galactorrea, ginecomastia, pruebas de funcionamiento tiroideo anormales, como disminución de la L-
tiroxina (FT4, T4, T3) e incremento de TSH, generalmente sin manifestaciones clínicas.
También se han presentado alteraciones en el metabolismo óseo que se manifiestan en disminución del
calcio plasmático y de 25-H-colecalciferol) lo que conlleva a la osteomalacia; también se han visto
incrementados los niveles de colesterol, incluyendo el colesterol HDL y los triglicéridos.
Sistema urogenital: Nefritis intersticial, insuficiencia cardiaca, disfunción renal, frecuencia urinaria,
retención urinaria, alteraciones sexuales como impotencia.
Es posible que la dosificación de ciertos fármacos tengan que ajustarse a las necesidades clínicas como
el clobazam, clonazepam, etosuximida, primidona, ácido valproico, alprazolam, corticosteroides como
la prednisolona, dexametasona, ciclosporina, digoxina, doxiciclina, felodipina, haloperidol, imipramina,
metadona, anticonceptivos orales (se tendrán en cuenta los métodos anticonceptivos alternativos),
teofilina, anticoagulantes orales (warfarina, fenprocumona, dicumarol).
Se ha visto que la carbamazepina aumenta o reduce los niveles plasmáticos de la fenitoína y que eleva
en raros casos los niveles plasmáticos de la mefenitoína.
Al igual que otros medicamentos psicoactivos, la carbamazepina puede reducir la tolerancia al alcohol,
por ello es recomendable que el paciente se abstenga de consumir bebidas alcohólicas.
En ocasiones se produce una disminución pasajera o persistente del recuento de plaquetas o leucocitos
en relación al tratamiento con la carbamazepina, pero la mayoría de los casos suele ser transitoria, y es
improbable que indique el inicio de una anemia aplásica o de agranulocitosis.
Si se manifiestan síntomas que sugieran reacciones cutáneas graves, por ejemplo síndrome de Stevens-
Johnson, síndrome de Lyell, se deberá suspender inmediatamente el tratamiento con carbamazepina.
Los estudios sobre la mutagenicidad en bacterias y mamíferos han dado resultados negativos.
Los fetos de ratas próximos a término mostraban retraso de crecimiento también con dosis tóxicas para
las madres; no hubo pruebas de un potencial teratogénico en las tres especies de animales ensayadas,
pero en un estudio efectuado con ratones, la carbamazepina (40-240 mg/kg de peso corporal al día por
vía oral) causó defectos en 1.7% de los fetos expuestos, en comparación con 1.3% en los testigos; el
defecto principal era la dilatación de ventrículos cerebrales.
De 200 a 1,200 mg diarios, iniciando con dosis bajas y aumentando paulatinamente la dosificación según
sea requerida por el paciente.
Epilepsia: La carbamazepina debe prescribirse, siempre que sea posible, en régimen monoterápico. El
tratamiento se iniciará con una dosis diaria baja, que se aumentará lentamente hasta conseguir un efecto
óptimo.
Puede ser que la determinación de los niveles plasmáticos ayude a establecer la dosificación óptima.
Cuando se administra la carbamazepina a un tratamiento antiepiléptico en curso, esto deberá llevarse a
cabo paulatinamente mientras se mantiene o se adapta, en caso necesario, la posología del o de los
otros antiepilépticos.
Neuralgia del trigémino: Se incrementa lentamente la posología inicial de 200-400 mg al día, hasta que
se insature la analgesia (normalmente con 200 mg tres o cuatro veces al día) posteriormente, reducción
gradual de la dosis hasta un nivel de mantenimiento que sea aún suficiente. Se aconseja la dosificación
inicial de 100 mg dos veces al día en pacientes ancianos.
Síndrome de deshabituación al alcohol: La dosis promedio es de 200 mg tres veces al día. En los casos
graves puede aumentarse durante los primeros días (por ejemplo a 400 mg tres veces al día): cuando se
comience el tratamiento de las manifestaciones graves de supresión, la carbamazepina se combinará
con sedantes hipnóticos (por ejemplo clometiazol y clordiazepóxido).
Una vez que se haya remitido el estado agudo, puede continuar administrándose carbamazepina en
monoterapia.
Diabetes insípida central: La dosis promedio para los adultos es de 200 mg dos o tres veces al día. Para
los niños, la dosis deberá reducirse proporcionalmente según la edad y el peso corporal.
Neuropatía diabética dolorosa: La dosis promedio es de 200 mg, de dos a cuatro veces al día.
En manía aguda, la dosificación se elevará con bastante rapidez, en tanto que para la profilaxis de los
trastornos bipolares se recomienda efectuar incrementos pequeños para conseguir una tolerabilidad
óptima.
En el sistema nervioso central: Suele ocurrir depresión del SNC, desorientación, somnolencia, agitación,
alucinaciones, coma, visión borrosa, balbuceos, disartria, nistagmo, ataxia, discinesia; al principio,
hiperreflexia, luego hiporreflexia, convulsiones, trastornos psicomotores y mioclonía.
En función renal: Retención urinaria, oliguria o anuria; retención de líquidos, intoxicación acuosa debido
a un efecto de la carbamazepina al de la hormona antidiurética.
Tratamiento: No existe un antídoto específico. El tratamiento se guiará al principio por el estado clínico
del paciente; hospitalización.
Se medirá el nivel plasmático para confirmar la intoxicación por carbamazepina y averiguar la magnitud
de la sobredosis.
LEYENDAS DE PROTECCIÓN:
Literatura exclusiva para médicos. Su venta requiere receta médica. No se deje al alcance de los niños.
No se use durante el embarazo ni la lactancia
JEAR-03390701223/R2003