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Había una vez un niño llamado Santiago que fue prematuro en su nacimiento, pero

aparentemente saludable. Con el pasar del tiempo fue creciendo y empezó a ser un
niño muy inquieto. Casi siempre estaba moviéndose, siempre estaba haciendo
cosas, hablaba mucho y muy deprisa. Santiago tenía un gran corazón y muchas
buenas ideas, era un niño muy bueno y muy listo, aunque le costaba hacer amigos
por ser muy inquieto.
Al comenzar la etapa del colegio empezó a tener problemas en su aprendizaje, le
costaba mantener sentado en la silla y prestar atención al profesor o profesora del
curso. Aunque lo intentaba no siempre podía controlarse y tenía que moverse o
mirar lo que hacia otro compañero, además era el último en escribir lo que le
dictaban en clases, los exámenes los perdía. En ocasiones se distraía sin saber por
qué y cuando se daba cuenta no tenía tiempo para terminar los ejercicios o el
examen. Y por eso, a pesar de haber estudiado y de saberse las respuestas
Santiago no siempre sacaba buenas notas, carecía de un aprendizaje autónomo.
Los profesores no paraban de llamarle la atención, decían que era muy distraído y
que nunca hacía caso a lo que le decían. Por ese motivo la profesora decidió hablar
con sus padres para pedirles que le exigieran más al niño porque creía que el
problema de él era la pereza.
En la casa sus padres le comenzaron a exigir muchos más para que tuviera un buen
rendimiento académico, lo regañaban porque no se concentraba a la hora de
realizar las tareas y lo dejaban muchas horas sentado en el comedor hasta que las
terminara, cuando no cumplía con sus obligaciones lo castigaban o le pegaban.
De esta forma el niño fue entrando en una depresión y un miedo hacia sus
profesores y sus padres, pues cuando en el colegio le llamaban la atención lo hacían
golpeando un pupitre con una regla y esto género que no quisiera ir a estudiar y que
se alejara de sus compañeros hasta el punto de llegar a aislarse de todos.
Un día la madre de un compañero de Santiago quiso contarles a los padres del niño
que la profesora lo gritaba y lo amenazaba, por eso el mantenía atemorizado.
Por ese motivo sus padres decidieron retirarlo de ese colegio y buscar otro para que
continuara con su formación académica; así lo inscribieron en un colegio privado
donde fue muy bien recibido. Allí empezaron un proceso de evaluación para saber
el diagnóstico que presentaba Santiago y poder orientar a los padres para que
pidieran ayudar profesional para tratarlo y que pudiera avanzar en todos los
aspectos.
Así lo hicieron, se asesoraron y con el aprendizaje colaborativo de profesionales
pusieron a Santiago en Terapia Ocupacional, de Lenguaje y ayuda Psicológica; no
solo eso, también lograron detectar que presentaba problemas visuales y no podía
leer muy bien así que le formularon lentes pues tenía astigmatismo y miopía. En sus
terapias llegaron al diagnóstico que Santiago presentaba TDAH atención dispersa
con hiperactividad, empezaron un tratamiento y lograron que el niño fuera
mejorando lentamente en su proceso académico de aprendizaje.
Entre los padres de Santiago y profesores se logra establecer una estrategia de
aprendizaje para que así el niño pudiera mediante un proceso de pensamiento
entender más fácil las cosas y lograra poco a poco empezar a tener un mejor
desempeño en sus labores académicas.
A pesar de las falencias que tenía Santiago, era muy inteligente; solo era reforzar y
lograr mediante un aprendizaje significativo tuviera la forma de hacer las cosas con
mayor eficiencia y eficacia.
De esta manera Santiago gracias al apoyo que tuvo de sus padres, la solidaridad
de los profesores, profesionales de la salud y demás personas a su alrededor,
aprendió a conocer sus impulsos y a controlarlos. Al principio le costó bastante
esfuerzo, pero logró adaptarse y así poder ser feliz en su etapa de crecimiento.
Hoy en día es un niño muy feliz, el cual comparte y disfruta realizar sus tareas y
actividades con sus compañeros logrando así felicitaciones y condecoraciones por
parte de sus profesores.
Sus pensamientos a largo plazo es poder llegar a terminar sus estudios secundarios
para así con ayuda de sus padres continuar con una carrera universitaria y lograr
ser un gran Profesional.

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