principal en México, antes de la llegada de los españoles.
Se remonta a los pueblos
prehispánicos, donde sucesos paranormales eran relacionadas con los zapotecos, los nahuas y los mayas lacandones. Todos estos pueblos identificaban a la figura como un espíritu maligno con mucha relación con el inframundo, el hambre, la muerte y el pecado.
La leyenda cuenta que se trata de una
mujer fantasmal que asesinó a un hijo recién nacido para tratar de limpiar sus culpas por un pecado, tal vez el de la lujuria. Sin embargo, por sus pecados, no pudo ingresar al cielo ni al infierno, siendo condenada a vagar por orillas de los ríos o calles desoladas lamentándose por la pérdida de sus hijos. Diciendo con un lamento prolongado como “ay, mis hijos”. Sus lamentos atemorizan y huyen Los que aseguran haberla visto, la describen como una mujer hermosa que lleva cabello largo y un vestido blanco.