Sei sulla pagina 1di 50

Desde el inicio de la ciencia jurídica y de su objeto de estudio –el derecho–, se pueden reconocer

de manera inmediata los términos obligación y, por supuesto, derecho, con los cuales no es
posible entender al mundo jurídico; por lo que, en la labor formativa del futuro abogado, es
indispensable adentrarse en la definición y la evolución del concepto obligatio iuris (como en un
primer momento se le conoce), advirtiendo las influencias germánicas posteriores del schuld y el
haftung, que se verían enriquecidas por la tradición jurídica francesa en el caso específico de los
Estados Unidos Mexicanos. Con el estudio particularizado del concepto, se habrán de derivar los
estudios correspondientes a las fuentes de la obligación desde el legado histórico, en específico de
los pensadores y jurisconsultos romanos, en la incorporación realizada por Gayo y Justiniano y de
los vocablos resultantes en latinismos que hasta la fecha la legislación mexicana no sólo contempla
sino aplica en la solución de casos concretos.

Las obligaciones en el Derecho Romano

En la Instituta de Justiniano, en el siglo VI de nuestra era, se encuentra la primera definición de


obligación: Obligatio est iures vinculum, quo necessitate adstringimur, alicuius solvendae rei
secundum nostrae civitatis iura (“La obligación es un vínculo jurídico por el que estamos
constreñidos por la necesidad de cumplir alguna cosa, según las leyes de nuestra ciudad”). De lo
anterior, se desprende que la obligación es un vínculo con dos extremos: uno activo (el acreedor) y
otro pasivo (la deuda). Las instituciones del corpus iuris civilis del Derecho Romano constituyen la
médula de derechos y obligaciones tanto en la doctrina como en la legislación contemporáneas. El
origen del concepto obligaciones nace en el campo del Derecho Penal, toda vez que la víctima
tenía un derecho de venganza en contra del infractor, es decir, cada familia, cada grupo se hacía
justicia por propia mano que, en muchos de los casos era más grave la venganza al ejercitar la
reacción, que la propia ofensa. Por lo que surgió la necesidad de limitar la venganza, creándose así
la Ley del Talión, que se resume en la vieja fórmula: “Ojo por ojo y diente por diente”, lo cual
significó que el ofendido sólo tenía derecho equivalente al de la magnitud del daño que hubiere
sufrido. Con el tiempo, el ofensor podría comprar al ofendido o a su familia el derecho de
venganza, lo que entrañaba un pago. Si el ofensor lo realizaba en forma inmediata se extinguía la
obligación, pero como en pocas ocasiones el pago no se efectuaba, se requirió instrumentar un
procedimiento de tal prestación. Entonces, un miembro de la familia quedaba ob-ligatus, o sea
“atado” o “ligado” en la domus (casa) de la víctima en calidad de rehén. En esta forma, la
obligación antigua era una “atadura”, o sea, “en garantía del cumplimiento y prestaciones nacidas
de delito”, como nos recuerda el Maestro Guillermo Floris Margadant (1985:308). De lo anterior se
infiere que existía una equiparación entre un delincuente y una persona que incumplía una
legislación civil. Tanto el delincuente como el que pedía un préstamo monetario respondían con su
propia persona y eran reducidos a condición servil. Al establecerse que en primer lugar debía
pedirse el pago y que solamente faltando éste el acreedor podría accionar la vía ejecutoria sobre
la persona, por primera vez la obligatio (garantía del pago futuro) tomó un significado
eminentemente patrimonial, por lo que se hizo objeto de la acción y del pago, no así del corpus y,
así, la reducción a la condición servil se tradujo en una institución del procedimiento ejecutivo,
resultante en la acción directa contra la persona.

Por otra parte, en la evolución de las obligaciones en Roma, nace la figura del nexum (lazo,
vínculo), en el cual la obligación pasa al campo del Derecho Civil donde surgen los préstamos de
valores, con los mismos efectos y características presentados con anterioridad, en donde la familia
tenía derecho a exigir una prestación, cuyo cumplimiento se garantizaba permitiendo que uno de
los miembros de la familia del culpable quedara atado en la domus de la víctima a modo de rehén
identificando de esta forma la obligación con una atadura. Se trataba de un negocio solemne,
ritual, en el cual ante la presencia de cinco testigos y del libripens (portabalanza), una balanza y el
bronce que servía de dinero, se daba lugar a los requisitos procesales del per aes et libram, en la
que un miembro de la familia del deudor se ofrecía al acreedor; éste lo pesaba, entregaba el
dinero al deudor y se llevaba al rehén. Los tratadistas en historia del Derecho Romano coinciden
que el contrato formal más antiguo en la sociedad romana fue el nexum. No obstante, se enfrentó
la particularidad de que un ciudadano romano fuera esclavo de otro y por lo tanto, los nexa
(nexos) fueron considerados como servorum loco, (ocupar el lugar de un siervo). Hasta el año 326
a. C., se emitió la Lex Poetelia Papiria, se prohibió el encadenamiento de un ciudadano, su venta o
su muerte, disponiendo que el deudor respondiera solamente con sus bienes (peculium), salvo
que derivara de la comisión de un delito. Este principio jurídico trasciende a nuestros días y se
encuentra consagrado en el artículo 17 constitucional, último párrafo: “Nadie puede ser
aprisionado por deudas de carácter puramente civil”

La obligación tenía dos aspectos en el deudor:  El debitum o deuda: Lo que se debe cumplir, es el
aspecto material-objetivo.  La obligatio o responsabilidad: Es la sujeción en caso de
incumplimiento; aspecto subjetivo o inmaterial. Esta conceptualización constituye un salto
cualitativo en el desarrollo de la obligación, al determinar que cuando la deuda es en numerario
no se podrá castigar el cuerpo del deudor. A partir de la expedición de la ley, nadie volvería a ser
adjudicado como esclavo a los acreedores al vincular la obligación al patrimonio del deudor y no
por la servidumbre de la persona. Por lo tanto, el objeto es la prestación y el patrimonio del
deudor es la garantía.

Schuld y haftung

El Derecho Germano adquiere una gran relevancia al producirse en el siglo XV la recepción


romanista, en la cual se logra la distinción de la obligación en dos aspectos: deuda (schuld, que
corresponde al debitum del ius civilis) y responsabilidad (haftung, que corresponde a la obligatio
del Derecho Romano). La deuda consiste en el deber de cumplir con la prestación por parte del
sujeto pasivo de la obligación (debitor) y la responsabilidad que deriva ante el incumplimiento del
deudor que le confiere al acreedor (creditor) un medio de ejecución, a través de una acción. En
esta forma, la deuda es un deber de prestación del deudor. No obstante, en el antiguo lenguaje
jurídico se utiliza también la palabra “deuda” para expresar el deber por parte del acreedor de
recibir la prestación. Profundizando en lo anterior, Webner aclara que: “En el derecho antiguo,
schuld no entrañaba ninguna idea de compulsión; ésta resultaba de haftung que se añadía a
aquella asegurando su ejecución, pero conservando ambas su respectiva independencia” (citado
por Schilman, 1967:123). La responsabilidad era una garantía; por ella se debía suministrar una
satisfacción en caso de incumplimiento del schuld, conservando no obstante su independencia, al
extremo de que históricamente la responsabilidad del tercero ha precedido a la responsabilidad
propia.
La responsabilidad era un sinónimo de garantía, en virtud de que el incumplimiento del schuld
generaba el deber jurídico de suministrar una satisfacción –indemnizar–. Se entendía al schuld
precisamente como el deber en sí mismo de contemplar y cumplir la prestación a que en algún
momento se obligó el deudor, atendiendo a la denominada “presión psicológica” que
efectivamente recae sobre el deudor respecto del cumplimiento con independencia de los efectos
que se generen con el incumplimiento –como lo sería la ejecución de bienes previo embargo–,
cuestión que el derecho germánico contempla previo –empero– a la ejecución jurisdiccional de las
medidas derivadas del incumplimiento.

Elementos de las obligaciones en Derecho Romano

Los elementos de la obligación son los siguientes:  Sujetos: Cualquiera de los siguientes (podía
estar integrado por una o más personas): - Activo o acreedor (creditor): Es el titular del derecho
subjetivo relativo sobre la conducta del deudor. - Pasivo o deudor (debitor): Es quien tiene la carga
o deber jurídico de cumplir con su conducta, a “pagar”, con un hacer, no hacer o dar al acreedor. 
Objeto: Entendida la obligación como un lazo (liga-vinculum) entre dos o más personas con
consecuencias de derecho, se puede simplificar la obligación del sujeto pasivo (debitor), en prestar
únicamente ciertas acciones u omisiones consistentes en un dar, hacer, no hacer (dare, facere,
praestare, y pati). Por lo tanto, el contenido de la obligación se reducía en la antigua Roma a: - Dar
(dare): Hacer propietario o constituir un derecho real, rendir o prestar servicios. - Hacer (facere):
Todo acto que implique observar un determinado comportamiento, comprendiendo la abstención
y devolución de una cosa a su propietario. - Prestar (praestare): Responder de algo o garantizar de
algo. - Pati: abstenerse de algo, tolerar algo. En esta forma, el obligado o deudor, contraerá una
deuda u obligación que deberá satisfacer a favor del acreedor, en los términos de la deuda.

Clasificación de las obligaciones

Ahora bien, para su estudio, las obligaciones tanto en las Instituciones de Justiniano como en la
actualidad, se han clasificado de la siguiente manera:  Obligaciones unilaterales y sinalagmáticas:
En las primeras, los deberes corren a cargo de una sola de las partes; mientras que en las segundas
se presentan obligaciones y derechos para ambas partes.  Obligaciones stricti iuris y bonae fidei:
Las obligaciones stricti iuris venían del derecho quiritario y la característica es que el deudor debía
cumplir de forma estricta con lo pactado en ellas, a diferencia de las obligaciones bonae fidei en
donde el juzgador tenía la facultad de interpretar la obligación del sujeto pasivo y fundar su fallo
atendiendo a la equidad. Esto da como consecuencia, que el derecho se suavice al tomar en
cuenta no sólo las obligaciones pactadas sino también la voluntad de las partes y otras
circunstancias.  Obligaciones divisibles e indivisibles: Las obligaciones son divisibles cuando la
prestación se puede ejecutar en partes, sin alterar su esencia. Son indivisibles cuando no es
susceptible ni material ni jurídicamente de ser ejecutada en partes. Por ejemplo, un caballo del
cual dos hermanos son copropietarios, no podrán partirlo a la mitad para dividirlo entre ambos,
porque ello no es naturalmente posible.  Obligaciones civiles, honorarias y naturales: De acuerdo
con Padilla las obligaciones civiles: …son las que están protegidas por una acción para el caso de
incumplimiento, lo que significa que tienen un respaldo procesal que emana del Derecho, el
cumplimiento de estas obligaciones se exige con base en un oportere, es decir, un deber jurídico
reconocido y sancionado por el ius civile (2008:150). Las obligaciones honorarias son las que
reciben su sanción de los edictos de los magistrados:
otorga la acción con base en un hecho (factum), que no está reconocido por el ius civile, esto es,
carece de oportere; sin embargo, para evitar que alguien se vea afectado por carencia de
disposición legal, el magistrado concede una acción, lo que se anuncia en el edicto con la
expresión “iudicium dabo” (daré juicio) (2008:150). Asimismo, Padilla precisa en lo siguiente: El
verbo obligare y el substantivo obligatio son empleados por la jurisprudencia para referirse a la
vinculación entre dos personas, de conformidad con el ius civile, es decir, la que se refiere a un
oportere, así se dice de alguien que “está obligado” (obligatus est). Cuando las personas se
vinculan conforme al Derecho Honorario los juristas hablan de actione teneri, no de obligare,
aunque en español lo traduzcamos como “obligar”; la persona ha quedado “obligada” porque el
magistrado protege en su edicto una situación de hecho (factum), no contemplada por el Derecho
y concede una actio in factum, uno de los múltiples ejemplos se puede leer en D. 9, 2, 9, 2: Si quis
hominem fame necaverit, in factum actione teneri Neratius ait. (Si alguno hubiese matado de
hambre a un esclavo, dice Neracio que queda obligado por la acción por el hecho), (2008: 88). Por
otra parte, las obligaciones naturales no se encontraban provistas de una acción, sin embargo,
este tipo de obligaciones aun así producían consecuencias jurídicas: …son las que se generan por
los actos negociales de los alieni iuris, como los esclavos, hijos e hijas de familia, las obligaciones
de los sui iuris que se convierten en alieni iuris se conservan como naturales; sin embargo,
producen en ocasiones determinados efectos jurídicos, de manera que si se paga alguna deuda
contraída por alguno de éstos, el acreedor podrá hacer la soluti retentio (retención del pago), sin
que pueda el deudor alegar después que pagó lo que no debía (indebiti solutio), por lo que no
podrá ejercitar la condictio para recuperar lo pagado (Padilla, 2008:150).  Obligaciones
específicas y genéricas: Las obligaciones específicas se encuentran plenamente identificadas ya
que consisten en un objeto individual y concreto; mientras que en las obligaciones genéricas, el
objeto no se encuentra determinado de manera individual sino de una manera general.

Como ejemplo de lo anterior tenemos un esclavo, donde no se define cual esclavo, ya que puede
ser cualquiera.  Alternativas y facultativas: Las obligaciones alternativas se refieren
específicamente al objeto de la obligación y se da cuando se estipulan dos cosas diferentes y sólo
se puede exigir que se dé cumplimiento a una de ellas. La elección es facultad directa del deudor,
sin embargo, el acreedor se puede reservar dicha facultad. En las obligaciones facultativas el
objeto se encuentra plenamente identificado, pero el deudor puede liberarse de la obligación
entregando un objeto diverso a la cosa debida.  Obligaciones abstractas y causales: Las
obligaciones abstractas se encargan de establecer deberes sin referencia alguna al origen de las
mismas. Las obligaciones causales se interpretan a la luz de las características que dieron origen a
su nacimiento. Las obligaciones también se clasificaban de acuerdo con los sujetos que en ella
intervienen:  Ambulatorias: En estas obligaciones uno o ambos sujetos no se encuentran
determinados individualmente al constituirse la obligación.  Parciarias, mancomunadas o a
prorrata: Las obligaciones no sólo se constituyen entre un acreedor y un deudor, ya que puede
existir más de un acreedor y más de un deudor, y en estas obligaciones cada uno de los acreedores
o de los deudores sólo tiene derecho a cobrar una parte del crédito o pagar una parte de la deuda.
 Solidarias o correales: En este caso también existen múltiples deudores o acreedores. Si hay
varios acreedores la solidaridad es activa; si hay varios deudores es pasiva, y si hay varios deudores
y acreedores es mixta. En estas obligaciones el acreedor tiene derecho a exigir el crédito integro
total y cada deudor deberá cubrir la deuda en su totalidad. Con el tiempo se otorgó una acción al
deudor que pagaba el crédito total para perseguir a los demás cuando no habían llegado a un
convenio respecto del pago.

Fuente de las obligaciones en el Derecho Romano

A mediados del siglo II d. C., Gayo en las Institutas establece que las obligaciones pueden nacer de
los contratos y de los delitos. Sin embargo, es de destacar que el elemento del consentimiento ya
aparece en la obra del autor citado, toda vez que en las obligaciones se opone tal concepto al del
delito. En este sentido Paulo, en el Digesto, señala que la esencia de la obligación no consiste en
que uno haga nuestra una cosa o una servidumbre, sino en constreñir a otro para que nos dé,
haga, o indemnice algo. De ahí que las obligaciones nacidas de un contrato pueden clasificarse en
cuatro especies (citado por Padilla, 2008): …re (reales), verbis (verbales), litteris (literales) y
consensu (consensuales). En otra de sus obras (Res cottidianae), añade a su división original, ex
contractu y ex maleficio, un tercer grupo: aut proprio quodam iure ex variis causarum figuris (o de
cierto derecho propio «derivado» de varias figuras de causas) (Padilla, 2008:150). Al tiempo Gayo
(1845) observa que en la clasificación antes mencionada existe una gran cantidad de causas
generadoras de obligaciones, las cuales no se pueden clasificar como contratos ni como delitos,
por lo que la perfecciona incluyendo varias especies de causa, como son el comodato, la fiducia, el
depósito, la prenda etcétera. Esta fuente adicional de causas generadoras de obligaciones
aparecen en la obra de Gayo bajo el título Res cottidianae o librerum cottidiarum sive aureorum,
(De las cosas cotidianas o Libro diario o de las cosas de oro). Los compiladores, partiendo de la
clasificación gayeana, insertaron en las Instituciones de Justiniano una clasificación de las fuentes
de las obligaciones agrupadas en cuatro capítulos: las obligaciones nacen de un contrato o de un
cuasicontrato o de un delito o cuasidelito.

1. Contrato: En el Derecho Romano se conceptualiza como el acuerdo de voluntades sancionado


por el Derecho Civil y cuya eficacia obligatoria se hacía depender de la entrega de una cosa, de un
acto formal verbal, escrito o real de mero consentimiento. 2. Delito: Los delitos se consideraban
como actos contrarios al derecho, que, por provocar un daño, eran castigados con una pena y con
la obligación de reparar el perjuicio ocasionado a la víctima. 3. Cuasicontrato: Es una figura
parecida al contrato por solicitud y sus consecuencias, pero en la cual no se encuentra el
consentimiento entre los sujetos como elemento constitutivo, lo cual separa los cuasicontratos de
los contratos. Los ejemplos más conocidos son la gestión de negocios sin consentimiento del
beneficiario, ya que de lo contrario se trataría de un contrato de mandato; el enriquecimiento
ilegítimo etcétera. 4. Cuasidelito: Es un acto ilícito, pero que en el Derecho Romano no se
clasificaba entre los delitos. La diferencia entre delitos y cuasidelitos no reside –como en la
doctrina moderna– en la existencia o ausencia de la intención de causar un daño. Quizá la
diferencia entre ambas categorías era la siguiente: cuando ya se había petrificado en la práctica
jurídica la lista tradicional de los delitos privados, el espíritu de equidad que predominaba en la
época clásica provocaba la introducción de nuevas figuras dolosas o culpables que requerían una
sanción. Estas figuras más modernas iban a formar una nueva categoría: los cuasidelitos. Floris
(1985) comenta que en el Corpus Iuris Civiles se encuentran varias citas, ilustrando que para los
bizantinos estas cuatro fuentes no agotaban la materia en cuestión. Es el caso de la pollicitatio y el
votum (ofertas unilaterales hechas de forma espontánea y libre a una ciudad o un templo), esto
es, la declaración unilateral de la voluntad. Por otra parte, tenemos una clasificación justiniana de
las obligaciones, tomando como base la gayana, a partir de la cual realiza una división
cuatripartita, conforme a su forma de nacimiento:  Ex contractu: De un contrato.  Quasi ex
contractu: De un cuasicontrato.  Ex maleficio: De un delito.  Quasi ex maleficio: De un
cuasidelito.

A propósito de la falta de precisión de los cuasicontratos y cuasidelitos, Padilla señala lo siguiente:


En realidad lo que Justiniano llama cuasicontratos son negocios en los que falta un consentimiento
bilateral y que a pesar de ello surgen obligaciones, aun cuando alguna de las partes no las hubiera
deseado, tal es el caso de la tutela, en donde se generan obligaciones entre tutor y pupilo; o el
caso de la indebiti solutio (pago de lo indebido), en donde una persona que ha recibido un pago de
lo que no se le debía, está obligada a restituir lo que recibió sin causa. En ambos casos las partes
han quedado vinculadas jurídicamente sin existir un acuerdo previo. Por lo que se refiere a los
llamados cuasidelitos, son hechos ilícitos que desde época clásica fueron considerados delitos por
el pretor, pero que Justiniano los encuadra en sus Instituciones como cuasidelitos, atendiendo a la
diferenciación, al parecer, de que los delitos son hechos dolosos y cuasidelitos son culposos
(2008:153-154).

Obligaciones en el derecho contemporáneo

El concepto obligación ha evolucionado, basta con recordar las Instituciones de Justiniano, en


donde estaba orientado únicamente al sujeto pasivo (que es el que queda constreñido a cumplirla
desde que se origina), y se olvida al sujeto activo (que representa un papel fundamental dentro de
la obligación dentro de la relación obligacional). Es por esta razón que Borja Soriano considera que
para alcanzar una definición acabada de obligación, es necesario incluir no solamente a los sujetos
sino también al objeto y a la relación jurídica, por lo que se puede definir la obligación en los
siguientes términos: “es la relación jurídica por virtud de la cual un sujeto llamado deudor queda
vinculado jurídicamente respecto de otro sujeto llamado acreedor a realizar una conducta que
puede consistir en un dar, en un hacer o en un no hacer” (Borja, 2014:752).

Elementos de la obligación

Se compone por los sujetos (activo y pasivo), una relación jurídica personal y un objeto.  Sujetos:
El activo es el acreedor, es decir, el titular del derecho y el pasivo es el obligado (deudor). No
puede haber acreedor sin deudor y viceversa, no puede haber deudor sin acreedor. No obstante,
sobre un derecho puede haber varios acreedores y varios deudores, o bien, tener un solo acreedor
y tener varios obligados, así como haber varios acreedores y un solo deudor. Puede presentarse el
caso de que el deudor sea indeterminado, como en el caso de la recompensa, o bien, la oferta al
público, pero en algún momento se determinará y se actualizará la obligación.  Relación jurídica
personal: Ésta debe estar amparada y reglamentada por la ley, a diferencia de la relaciones de
etiqueta o morales que carecen de sanción y no se puede instrumentar la coacción para exigir su
cumplimiento. El acreedor cuenta con una facultad legal llamada derecho subjetivo, que lo faculta
para exigir del deudor o deudores el cumplimiento de una obligación, esto también es conocido
como la facultas exigendi. Puede consistir en un dar, un hacer o un no hacer cuando se trata de
derechos personales, o bien, el derecho que la ley otorga al acreedor para el efecto de aprovechar
en forma inmediata y directa un derecho real (erga omnes, es decir, contra cualquier persona).
Para el caso de incumplimiento por parte del deudor, las autoridades competentes se encuentran
facultados para sancionar, inclusive ejecutar sobre ellos el uso de la fuerza pública De ahí la
importancia de insistir en que se trata de relaciones jurídicas vinculatorias y que ante su
incumplimiento puede utilizarse la vía coactiva que la ley le otorga al acreedor. Para el caso de un
préstamo con fecha determinada para el cumplimiento de la obligación, el acreedor puede exigir
al deudor el cumplimiento si llegado el plazo no devuelve la cantidad adeudada.

En el caso de un préstamo con garantía hipotecaria sobre una propiedad, si llegado el plazo el
deudor no cumple, la ley otorga al acreedor el derecho de proceder al remate del bien en subasta
pública –lo que la ley señala como pública almoneda– que tendrá como efecto la recuperación de
la cantidad adeudada.  El objeto de la relación jurídica: Consiste en lo que el acreedor puede
exigir al deudor, lo cual puede ser una prestación (dar una cosa o prestar un hecho) o una
abstención (obligación del deudor de no hacer o prestar algún un hecho). En todo caso, el objeto
de la obligación siempre será una conducta. - Obligación de dar: Esta obligación se encuentra
regulada por el artículo 2011 del Código Civil de la Ciudad de México, antes Distrito Federal, que a
la letra dice: I.- En la traslación de dominio de cosa cierta. II.- En la enajenación temporal del uso o
goce de cosa cierta. III.- En la restitución de cosa ajena o pago de cosa debida. El ejemplo más
recurrente referido a la traslación de dominio se presenta en el caso de la compraventa, donde el
vendedor se obliga a transferir la propiedad de una cosa determinada, mientras el comprador se
obliga a pagar por ellos un precio cierto y en dinero (artículo 2248 del Código Civil Federal [CCF]).
Sobre la enajenación temporal del uso o goce de cosa cierta, se puede ejemplificar con la renta de
un departamento en condominio por el plazo de un año al ser el mínimo permitido por la
legislación en la Ciudad de México. Sobre la restitución de cosa ajena o pago de cosa debida,
primeramente se debe entender que restituir es devolver algo ajeno. Un ejemplo lo encontramos
en un juicio de reivindicación en donde se condena al poseedor a devolver al propietario la cosa de
cuya posesión fue privado.

Obligaciones de hacer y no hacer: En el primer caso, el obligado debe prestar un hecho, tal como
los servicios profesionales de un abogado, para lo que las partes fijan en común acuerdo la
retribución debida (artículo 2606 del CCF). Respecto a la obligación de no hacer, al obligado se le
exige una abstención, en caso contrario, deberá responder por los daños y perjuicios (artículos
2027 y 2028 del CCF). Como ejemplo, para las obligaciones de no hacer tenemos una unidad
condominal en un centro turístico frente al mar, donde sólo se puede construir hasta cierta altura,
porque se impedirían la vista panorámica al vecino. Si el infractor construye a una altura mayor de
lo autorizado, el acreedor podrá exigir que sea destruida a costa del obligado.

Clasificación de las obligaciones

Existen diversas clasificaciones de las obligaciones, pero aquí analizaremos sólo algunas de ellas: 
Atendiendo a la materia o relaciones que regula: Civiles, cuando los sujetos son o actúan en su
calidad de particular. Mercantiles, cuando tienen por objeto un acto de comercio o bien las partes
son comerciantes. Mixtas, cuando para una de las partes es mercantil y para la otra civil. Al
respecto, pueden observarse los artículos 4° y 5° en relación con el artículo 75°, todos del Código
de Comercio vigente.  De dar, aquéllas en las que el sujeto pasivo deberá entregar un bien
(entregar las llaves de la casa que se vendió). Hacer, cuando la prestación consiste en la realización
de un servicio (una asesoría jurídica). No hacer, cuando el objeto implica una abstención (no
invadir el predio vecino con árboles, no construir bardas que impidan u obstaculicen la visión, no
construir encima de la banqueta pues es una vía pública, no instalar medidores trucados o
diablitos en el medidor de luz).  Simples, aquéllas en donde existe un sujeto activo, un sujeto
pasivo, respecto de un objeto específico, bien determinado y que su nacimiento y su extinción se
dan casi en forma instantánea

Un ejemplo sobre las obligaciones simples lo encontramos en la compra de un refresco en la


cafetería: se solicita, se entrega casi en forma inmediata y conforme a lo establecido en el Código
Civil Federal, se ha perfeccionado por el mero consentimiento. Nació y se extinguió casi al
instante, su vida fue efímera.  Complejas o sujetas a modalidad: Afectan la eficacia, a los sujetos o
bien al objeto.  Exigibles y no exigibles: Son exigibles las civiles, ya que en caso de incumplimiento
se puede solicitar la ejecución forzada. De las obligaciones naturales ya no se puede exigir: el
acreedor se encuentra desprovisto de la facultad de reclamar su cumplimiento forzoso, por lo que
su cumplimiento es voluntario, como por ejemplo una deuda prescrita.  Principales y accesorias:
Las primeras no requieren de alguna otra o no deriva de otra. Las segundas dependen de una
principal, tal como lo es una deuda principal y los intereses.  Reales y personales: Las primeras
tienen que ver con la posesión de una cosa (garantía hipotecaria) y las otras con una persona (dar
una cátedra).

Modalidades de las obligaciones

Son los elementos accidentales de una obligación que afectan la existencia y exigibilidad de éstas.
La doctrina reconoce tres tipos de modalidades:  Condición  Término (plazo)  Modo o carga Es
de observar que estos elementos accidentales, pueden existir o no en el contrato. La doctrina
clasifica a los contratos en simples y complejos. Respecto a los segundos, en la medida en que
obtenemos una complejidad (ya sea en los sujetos, en el objeto o bien en su eficacia) la doctrina
considera que se trata de obligaciones complejas o sujetas a modalidad. En nuestra legislación –en
específico el Código Civil Federal (CCF).– únicamente en el libro cuarto, “De las Obligaciones”, en
su título segundo, se reglamentan las modalidades de las obligaciones y en capítulos separado se
refieren únicamente las obligaciones condicionales, a plazo, conjuntas, alternativas,
mancomunadas, las de dar, las de hacer y no hacer.
Obligaciones condicionales

La obligación es condicional cuando su existencia o su resolución dependen de un acontecimiento


futuro o incierto (artículo 1938 del CCF). Es incierto porque es posible que pueda acontecer o no
acontecer, aclarando que la incertidumbre es objetiva, externa y no sólo subjetiva. De la
realización de este acontecimiento futuro o incierto, depende que la obligación convenida tenga
existencia o que se resuelva, es decir, que no llegue a existir para las partes (el término “resolver la
obligación” se refiere a dejar la obligación sin efectos). En el primer caso, encontramos una
condición suspensiva y en el segundo caso una condición resolutoria.  Condición suspensiva: Es
un acontecimiento futuro de realización contingente, del cual depende la eficacia o exigibilidad de
la obligación. Es decir, la obligación ya ha nacido, pero será exigible a partir de que se realice la
condición suspensiva.

Se contrata una póliza para el caso de incendio de una bodega. La obligación de la compañía
aseguradora que vendió la póliza nace en el momento de realizarse un acontecimiento futuro e
incierto (el siniestro). Por lo tanto, el contrato está sujeto a una condición suspensiva.  Condición
resolutoria: Es el acontecimiento futuro de realización incierta que, verificado, resuelve o termina
la obligación. Paco dona una casa de su propiedad a Toño, pero con la condición de que el
donatario no muera antes que el donante. Se trata de una obligación de pleno derecho, pero está
sometida a una condición resolutoria que depende de que Toño no muera antes que Paco, que es
un hecho futuro e incierto. Si el hecho llegara a realizarse, se extinguiría la relación y quedaría sin
ningún efecto y Paco estaría en aptitud de disponer libremente de su propiedad.
Obligaciones de plazo

Para su cumplimiento se ha señalado un día cierto; estas obligaciones están reguladas por los
artículos 1953-1960 del CCF. Tal como las condicionales, las de plazo tiene la modalidad de que la
obligación no se cumple de inmediato si no que se establece un día futuro cierto. Su término es el
lapso entre la fecha que se celebra el convenio y el día futuro de su cumplimiento (artículo 1954
del CCF). Al vencimiento del plazo, se cumple la obligación. Para el caso de la prescripción debe
considerarse lo establecido en el capítulo VI del Código Civil Federal. Por otra parte, el plazo se
presume establecido a favor del deudor, a menos que resulte de la estipulación o de las
circunstancias, que ha sido establecido a favor del acreedor o de las dos partes (artículo 1958 del
CCF). No obstante, comúnmente el plazo se estipula a favor del deudor, pero si éste no conocía
ese beneficio y paga antes, no puede pedir la devolución, sólo el pago de intereses o frutos, de la
cosa. En cambio sí se estipula a favor del acreedor, éste puede exigir el pago anticipadamente,
dando por concluido el plazo. Si el plazo se estableció a favor de ambos contratantes, uno de ellos
no puede hacer uso del plazo para perjudicar al otro, o sea, el deudor no puede pagar antes del
vencimiento ni el acreedor puede exigir su cumplimiento antes de vencer el plazo en perjuicio del
deudor. En la práctica bancaria el deudor puede pagar anticipadamente. Sin embargo, deberá
pagar la totalidad de los intereses pactados. En caso de un acreedor particular, se puede convenir
una quita del pago de los intereses si la suerte principal es pagada anticipadamente.  Término
cierto: Es un acontecimiento futuro de realización cierta, perfectamente determinado y exacto. 
Término incierto: Es un acontecimiento que no se sabe con exactitud la fecha en que ocurrirá. -
Término cierto: Del primero, el veintiuno de octubre del año dos mil veinte. - Término incierto: A
la muerte de X persona.  Plazo voluntario: Es el que convienen las partes en el contrato o cuando
es creado por la voluntad del emisor del acto unilateral que crea la obligación. La oferta al público
en la que se determina cierto tiempo para hacerla valer.

El plazo voluntario puede ser tácito o expreso, conforme a los artículos 2079 y 2080,
respectivamente. Mientras el artículo 2079 establece el plazo, que aunque voluntario, es expreso,
en el 2080 se fija unilateralmente a voluntad, que es como se entiende la designación tácita. -
Término expreso: Un supermercado lanza una oferta de pantalones a $100.00 cien pesos 00/100
m.n. durante un fin de semana específico. - Término tácito: Carlos le encarga a Javier que le
elabore un antecomedor de madera.  Plazo legal: Es el establecido por la ley. Si un campesino
recibió, en calidad de préstamo, determinadas cantidades de café, deberá restituirlos en la
siguiente cosecha de los mismos o semejantes frutos (artículo 2385 del CCF).  Plazo judicial: Es el
que establece la autoridad jurisdiccional. Cuando se promueve ejecución de sentencia, el juez fija
un plazo de cinco días improrrogables para que el deudor la cumpla (artículo 506 del CCF). 
Prorrogado por la ley: Se establece un aplazamiento conforme a la ley. Como en el caso del
artículo 31, fracción IV de la Constitución, o bien, el cumplimiento de acuerdos emitidos para
establecimientos mercantiles, donde el contribuyente-particular tiene determinada fecha para su
cumplimiento, derivado de la necesidad de la autoridad de evitar sancionar o de cumplimiento sin
verificación.  Plazo extintivo: Es el que reconoce la validez de la obligación y la eficacia de todos
los efectos que se derivaron de ella hasta el día de su realización, fecha a partir de la cual se
extingue toda realización y sus efectos.
Se celebra un contrato de préstamo de dinero con garantía hipotecaria, por el plazo de cinco años.
Al dar cumplimiento el deudor a su obligación con el pago de la suerte principal e intereses, el
acreedor queda obligado a extender una carta de liberación ante el notario público en el que se
celebró el contrato, para que éste a su vez informe al Registro Público de la Propiedad, a efecto de
que se cancele la anotación de hipoteca que pesaba sobre el inmueble y que garantizaba el
préstamo.

Obligaciones respecto al modo o carga

Es exclusivo de los actos gratuitos, es decir, de aquellos actos donde los provechos son para una
sola de las partes y los gravámenes para la otra. Consiste en realizar un acto a cambio de recibir
una liberalidad. En términos de Bejarano: Quien recibe un regalo, una liberalidad, el beneficiario
de un acto gratuito no tiene normalmente obligación alguna que cumplir. Los contratos o actos
gratuitos sólo obligan al que concede el beneficio y regularmente no crean compromiso alguno a
quien lo recibe; por ello, suelen ser también unilaterales. Sin embargo, y por excepción, –y en ello
estriba la razón de que el modo sea una forma de ser de las obligaciones– se impone al adquirente
favorecido por el acto alguna prestación a su cargo o mejor dicho una contraprestación cuyo valor
no es equivalente al valor de la que recibe y debe ser cumplida (1997:476). No todos los autores la
consideran una modalidad, sino sólo una cláusula de un contrato, similar a la cláusula penal.
Características:  Impone una obligación excepcional, ya que no la tienen todos los actos gratuitos.
 El adquirente de un derecho recibirá una liberalidad a cambio.

Te dono mi casa con la carga de que dejes vivir en el cuarto de la azotea a Juan.

Modalidades que afectan al objeto

Este tipo de modalidad es encontrada cuando hay pluralidad de objetos:

Obligaciones conjuntivas

En este tipo de obligaciones, el objeto o prestación se integra por diversas acciones y hasta que no
se cumpla con todas y cada una de ellas, no se libera el deudor de su obligación acumulativa
(artículo 1961 del CCF). Juan, que es carpintero, compra un vehículo a Carlos y lo pagará de la
siguiente forma: el 30% será en efectivo a la entrega del vehículo; el 50% con la elaboración de un
comedor (mesa y seis sillas) y el 20% con cheque. Entonces, hasta que no cumpla con las
prestaciones de dar y hacer a las cuales se ha comprometido, no se libera de la obligación.
Obligaciones alternativas En éstas también hay pluralidad de acciones u objetos, sólo que el
deudor se libera de la obligación, cumpliendo uno solo de varios objetos establecidos. La
existencia de diversas formas de cumplir con la obligación facilita al deudor consumar la
prestación, ya que el pago puede ser en dinero o en especie, como la cantidad de cincuenta mil
pesos, o bien, la entrega de un caballo pura sangre. Esta alternativa también beneficia al acreedor
porque tiene mayor certidumbre en el cumplimiento de la obligación. Por otra parte, la elección
para cumplir la obligación corresponde al deudor, si no se ha pactado otra cosa. Si fuese el
acreedor quien tuviere la opción de elegir, no tendría sentido que el deudor tenga varias opciones
para hacer el pago (artículo 1963 del CCF).

Cuando en la carta de algún restaurante encontramos que dice, en la comida se servirá agua, té o
refresco, con el cumplimiento de una sola de ellas se libera de la obligación. Una de las cuestiones
torales en la redacción es precisamente el conector, ya que las obligaciones conjuntivas se
encuentran dispuestas con uno o varios conectores “y”, mientras que las alternativas se
encuentran dispuestas con uno o varios conectores “o”.

Obligaciones facultativas

En éstas también hay pluralidad de objetos. Una obligación facultativa consiste en que en el
momento de concertarse la obligación, el deudor queda facultado por el acreedor a liberarse de la
obligación con un objeto distinto, del objeto principal de la obligación. Estas obligaciones no se
encuentran reguladas por el CCF, en virtud de que el código hasta el momento a través del
legislador continúa considerando que debe existir la “autonomía de la voluntad” por lo que las
partes son libres para determinar el cumplimiento. Los $1000.00 mil pesos que me debes me los
pagas en efectivo pero si no tienes me pagas con cheque.

Modalidades que afectan a los sujetos

Mancomunidad

El CCF en el artículo 1984 establece que las obligaciones mancomunadas se dan “cuando hay
pluralidad de deudores o de acreedores, tratándose de una misma obligación”. Es decir, la
obligación se encuentra en manos comunes (más de un sujeto activo y/o más de un sujeto pasivo).
Pueden presentarse de las siguientes formas.

 Mancomunidad activa: Existe pluralidad de acreedores y un solo deudor.  Mancomunidad


pasiva: Existe pluralidad de deudores y un solo acreedor.  Mancomunidad mixta: Existe pluralidad
de deudores, frente a una pluralidad de acreedores. Paco vende a Toño y Chucho un inmueble
ubicado en la calle Alcanfores, en la cantidad de un millón de pesos a pagar en un año. Al
vencimiento, Paco sólo puede exigir a Toño quinientos mil pesos y a Chucho otra cantidad igual. La
simple mancomunidad consiste en que independientemente de que existan varios sujetos, éstos
deberán cumplir con la obligación en su conjunto, y cada uno de ellos responderá sólo en la parte
proporcional que le corresponda y/o los acreedores cobrarán sólo la parte proporcional que les
corresponde. Entendiéndose desde luego que existe igualdad entre todas y cada una de las partes,
salvo pacto en contrario. Juan, Pedro, Cristian y Carlos prestan cien pesos a Carmen y Carolina. En
este caso, la simple mancomunidad consistirá en que cada uno de los acreedores sólo podrá
cobrar la parte proporcional que le corresponda, es decir, veinticinco pesos cada uno. Por otra
parte, los deudores o sujetos pasivos estarán obligados a pagar cincuenta pesos respectivamente,
lo cual corresponde a la parte proporcional a la que están obligados. Las obligaciones
mancomunadas se encuentran previstas por el CCF en sus capítulos IV, “De las obligaciones
mancomunadas”, artículos 1984-1987 y se extiende para observar lo relativo a la solidaridad
activa. En el artículo 1984, las llama a prorrata, por eso es común encontrar también esta
denominación en la doctrina. Esto obedece a que la deuda o el crédito se dividen en tantas
fracciones, como deudores o acreedores existan.
Solidaridad

Al igual que en la mancomunidad, en este tipo de modalidad existe la pluralidad de acreedores


y/o pluralidad de deudores respecto a una misma obligación, sin embargo, la diferencia consiste
en que en ésta el objeto de la obligación no se divide, sino que deberá ser pagado por entero, ya
sea por la naturaleza misma del objeto, mandato legal o por convención, y no se presume (artículo
1988 del CCF), por lo que el pago realizado a uno solo de los acreedores libera de la deuda. A
continuación se exponen los tipos de solidaridad:  Activa: Cuando existe pluralidad de
acreedores.  Pasiva: Pluralidad de deudores. De conformidad con el artículo 1997 del CCF, si se
pierde la cosa o se hace de imposible cumplimiento la prestación, ésta se extingue siempre y
cuando no hubiere culpa por parte de alguno de los deudores, ya que de existir ésta todos
responderán. Esta forma de solidaridad puede tener como fuente la ley (por ejemplo artículo 1901
responsabilidad de gestores), la activa no.  Mixta: Pluralidad de deudores y acreedores.

En la sesión anterior, analizaste la obligación a partir de su definición y evolución desde la


influencia romana y germana que han conformado al Derecho Contemporáneo. Has conocido
también las diversas modalidades en las que pueden ejercerse, sustentadas en conceptos clave
como el tiempo o plazo, la carga o modo y la condición. Es de recordar que todas éstas
modalidades generan diversos efectos, teniendo entre éstos al pago, el cual es la forma de
cumplimiento de la obligación por excelencia, ya que extingue de manera directa la deuda. Ahora
en esta sesión, identificarás las formas en que se reconoce el incumplimiento de las obligaciones,
así como lo relativo a la transmisión y la extinción, identificando los juicios jurídicos utilizados para
su determinación.

Efecto de las obligaciones

Cumplimiento de las obligaciones

El fin último de las obligaciones es que se cumplan, lo cual consiste en la satisfacción de la


prestación: en un dar, un hacer o un no hacer. El pago tiene como efecto extinguir la deuda nacida
como contraprestación de la obligación configurada, siendo que el pago es precisamente el efecto
por excelencia de la obligación. Existen tres supuestos de personas que pueden realizar el pago,
conforme al artículo 2065 del CCF:  El deudor o su representante.  Alguna persona que esté
obligada a pagar.  Cualquier persona. El interés principal del acreedor es el pago, por lo que
normalmente carece de importancia para éste, qué persona lo realice. Aunque es importante
advertir que éste sólo se presenta en las obligaciones de dar. En las de hacer, si el contrato es
intuitu personae (cualidades especiales del deudor), sólo el deudor puede ejecutar el deber
prometido, siendo el caso de los contratos de prestación de servicios donde se le contrata por la
fama, por la alta especialización o por el desempeño obtenido. Una persona contrata a Diego
Rivera para que le haga un retrato. Solamente este pintor puede realizar la obra. Una persona
contrata a un docente de tiempo completo porque ha logrado avances significativos en
investigación y docencia, por lo que necesita de su desempeño para su nueva universidad a efecto
de cumplir con los objetivos que impone la Secretaría de Educación Pública. ¿A quién se debe
pagar?  Al acreedor o a su representante.  A algún tercero, cuando lo hayan acordado las partes
o lo señale la ley.

¿Qué se debe pagar?


Se paga la deuda generada por la obligación, dando una cosa, prestando un servicio u observando
la abstención objeto de una obligación. El acreedor no está obligado a recibir algo diverso de
aquello que es objeto de la obligación, aunque sea de mayor valor. Tampoco puede ser forzado a
recibir solamente parte del objeto de la obligación, si se pactó la entrega en su totalidad, o bien,
cuando este objeto se entiende indivisible, salvo pacto en contrario (artículo 2078 del CCF).

Tiempo de pago

Debe satisfacerse en los tiempos pactados por las partes. En caso contrario, puede solicitarse que
se haga inmediatamente. Sin embargo, el deber de pagar depende del tipo de obligación de que se
trate (artículo 2079). De acuerdo con lo previsto por el artículo 2080, si no se fijó el tiempo para
realizarse el pago y se trata de obligaciones de dar, no podrá el acreedor exigirlo sino después de
los treinta días siguientes a la interpelación que se haga, ya sea judicialmente o
extrajudicialmente, ante un Notario Público o ante dos testigos. Tratándose de obligaciones de
hacer, el pago debe efectuarse cuando lo exige el acreedor, siempre que haya transcurrido el
tiempo necesario para el cumplimiento de la obligación. Es imprescindible que el acreedor exija al
deudor el cumplimiento de la obligación de dar, a través de la interpelación, ya que no será
posible entablar una demanda, debido a que no existe la certeza del requerimiento por parte del
acreedor. Amén de que esta exigencia trabaja de manera asociativa al término de “mora” y tal
como han sostenido nuestros más altos tribunales es un requisito sine qua non para ejercitar la
acción de pago.

Lugar de pago

El CCF regula que el pago debe hacerse en el domicilio del deudor, salvo pacto en contrario; o
bien, las que se desprendan de las circunstancias de la naturaleza de obligación o de la ley. Si se
han designado varios lugares para hacer el pago, el acreedor puede elegir hacerlo en cualquiera de
ellos (artículo 2082).

La consignación de pago

Se presenta cuando el acreedor no acepta el pago. En ese caso el deudor tiene derecho a
consignar lo debido vía judicial o con un tercero, quien lo hará de su conocimiento para que lo
reciba o manifieste lo que a su derecho convenga. Un arrendador, para dar por terminado el
contrato con el arrendatario en forma, se niega a recibir el pago por concepto de rentas; por lo
que el arrendatario está en su derecho de consignar la renta ante autoridad judicial, la cual
notificará al arrendador para que la reciba o manifieste lo que a su derecho convenga.

Efectos conforme a la modalidad

Conforme a lo presentado desde el inicio de la sesión, la doctrina reconoce tres tipos de


modalidades en las contribuciones, de las cuales se desprenden diversos efectos indicados a
continuación.

Condición

Una vez realizada la condición, los efectos se retrotraerán a la fecha en que fue constituida la
obligación, salvo pacto en contrario o, si por la naturaleza del acto, deban ser referidos a otra
fecha (1941 del CCF).  Efectos de la condición suspensiva: - La exigibilidad de la obligación se
encuentra en suspenso, hasta que se efectúe el acontecimiento. - Una vez realizado el
acontecimiento, los efectos se retrotraen a la fecha de concertación de la obligación y todo pasa
como si la obligación hubiese sido pura desde un principio. - Si se tiene la seguridad de que no se
realizará la condición, todo pasará como si nunca se hubiese celebrado. - Si antes de realizarse la
condición, el objeto se pierde sin culpa del deudor, entonces, se extingue la obligación. - Si la cosa
se deteriora o se pierde por culpa del deudor, éste deberá pagar daños y perjuicios.  Efectos de la
condición resolutoria: - Hasta que no se realice la condición, la obligación surte efectos como si
fuera pura y/o simple.

Una vez que se realice el acontecimiento, los efectos se retrotraen a la fecha de concertación de la
obligación y todo pasa como si la obligación nunca hubiere existido. - Si se tiene la seguridad de
que no se realizará la condición, la obligación seguirá surtiendo efectos como pura y simple. 
Efectos comunes de la condición: - Las condiciones de realización imposible o las prohibidas por la
ley nulifican la obligación. Te vendo mi departamento con la condición de que me traigas el sol. - El
deudor debe de abstenerse de impedir la realización de la condición, ya que de lo contrario, se
tendrá por cumplida. - Es nula cuando depende de la voluntad de sola una de las partes. - La
condición se sujeta a determinado tiempo. Caduca si pasa éste y no se cumple. Si llueve este
domingo, te invito a comer el lunes. - Si la cosa se deteriora sin culpa del deudor, éste cumple la
obligación entregándola en las condiciones en que se encuentre. - Si la cosa se mejora por su
naturaleza o por el tiempo, las mejoras serán para el acreedor.

Término o plazo

De conformidad por lo dispuesto por el artículo 1959 del CCF, el derecho al plazo se pierde
cuando: I. Después de contraída la obligación, resultare insolvente, salvo que garantice la deuda.
II. No otorgue al acreedor las garantías a que estuviese comprometido.

III. Por actos propios hubiesen disminuido aquellas garantías después de establecidas, y cuando
por caso fortuito desaparecieren, a menos que sean inmediatamente sustituidas por otras
igualmente seguras.

Modo o carga

Diferencias con la condición:  El modo o carga es exclusivo de los actos gratuitos.  No es un


acontecimiento futuro de realización incierta. Por lo tanto, debe realizarse, ya que de lo contrario
podrá ser forzado a realizarlo.

Efectos de las modalidades que afectan a los sujetos

Mancomunidad

 Mancomunidad activa: Cada uno de los sujetos puede cobrar la parte proporcional del crédito
que le asiste.  Mancomunidad pasiva: Solamente se puede cumplir en cada uno de los sujetos la
parte que les corresponde del deber. Una de las desventajas que se puede observar en la
mancomunidad es que, para el pago forzoso, el acreedor tiene que promover tantos juicios como
deudores tenga. Por otra parte, la mancomunidad mixta, sólo es referida en la doctrina, más no en
el CCF, por lo que en este documento no se realiza exposición sobre sus efectos.
Solidaridad

 Cualquier coacreedor puede exigir el pago total de la obligación.  Cualquier codeudor tiene que
realizar el pago total al (los) acreedor(es).  Existencia de una relación principal y dos internas o
subyacentes: a) la relación de coacreedores frente a codeudores; y b) las relaciones entre los
codeudores y otra la existente entre coacreedores.  El acreedor que recibe el pago total responde
frente a los demás coacreedores.

 El deudor que paga el cien por ciento tiene derecho de exigirles a los demás deudores la parte
que de ella les corresponda. En caso de la muerte de coacredores y/o codeudores, los coherederos
sólo soportarán y/o recibirán la parte proporcional que le hubiese correspondido al autor de la
sucesión.

Indivisibilidad

Por la naturaleza del objeto, el pago debe ser entero aun existiendo pluralidad de deudores y/o
acreedores, como la entrega de un caballo pura sangre.

Efectos de las modalidades que afectan al objeto

Obligaciones conjuntivas

De las también llamadas complejas, a partir de la interpretación del mencionado artículo 1961 del
CCF, se presenta lo siguiente: Se caracterizan porque derivan de la pluralidad de sujetos activos o
pasivos, en cuyo caso se trata de una obligación colectiva con las distintas modalidades según sus
relaciones internas (solidarias, mancomunadas, etcétera) o de una variedad de prestaciones que
pueden ser subordinadas unas de otras, de forma alternativa (se cumple una u otra) o conjuntiva
(deben cumplirse ambas prestaciones). En una sola relación, las prestaciones se unen de tal modo
que se cumplen todas para que se produzcan plenamente o se extingan los efectos de un negocio
jurídico, y también son conjuntivas cuando se refieren a una misma relación, y basta con cumplir
alguna de las obligaciones para que se surtan los efectos (González, 2015:106).

Obligaciones alternativas

La elección para cumplir la obligación por parte del deudor no producirá efecto, sino desde que se
notifica. Es decir, tratándose de contratos que contengan obligaciones alternativas, la elección
debe hacerse concreta y cierta dentro del término de ley (artículo 1964 del CCF). En caso de que
una de las prestaciones fuera realizable, el deudor perderá el hecho de la elección (artículo 1965).
Para conocer los efectos conforme a la elección del deudor y el acreedor, consulta el capítulo III,
“De las obligaciones conjuntivas y alternativas”, del CCF.

Obligaciones facultativas

En muchas ocasiones se convierte en efecto facultativo derivado de los problemas tanto


económicos como prácticos a los que se enfrenta el cumplimiento de la obligación y la rapidez con
la que se mueven las operaciones crediticias, incluso.
Incumplimiento de las obligaciones

Cuando el deudor no cumple con la obligación que contrajo, el acreedor tiene la facultad de
demandar su cumplimiento ante las autoridades judiciales para que éstas procedan, en caso de ser
necesario, con el auxilio de la fuerza pública –coacción–, a esto se le llama ejecución forzada. Para
saber en qué casos procede la ejecución forzada, hay que distinguir la naturaleza variable del
objeto de las diferentes obligaciones:  Obligaciones en dinero: En juicio, se embargan bienes al
deudor, se sacan a remate en almoneda pública y, con la venta de los mismos, se paga al acreedor.

Obligaciones de dar: Cuando se trata de cosa cierta y determinada, en juicio la autoridad pone en
posesión al acreedor de la cosa objeto de la obligación. En el contrato de compraventa el
vendedor está obligado a entregar al comprador la cosa vendida (artículo 2283 del CCF). 
Obligaciones de hacer: Cuando el deudor está obligado a prestar un hecho y no lo hiciere, la
ejecución forzada es imposible, dado que sería atentatoria de las garantías individuales y los
servicios quedarían mal hechos. En esta hipótesis, el Código Civil Federal (CCF) lo resuelve, dando
al acreedor una alternativa, consistente en pedir a la autoridad judicial, que a costa del deudor se
ejecute por otro, cuando la sustitución sea posible. Esto mismo se hará si no lo hace de la manera
convenida. En este caso el acreedor podrá pedir que deshaga lo mal hecho (artículo 2027). En las
obligaciones de hacer en un contrato de prestación de servicios profesionales, el profesionista
contratado está obligado a realizar todos los actos concernientes al asunto a satisfacción del
cliente.  Obligaciones de no hacer: El que estuviere obligado a no hacer alguna cosa, quedará
sujeto al pago de daños y perjuicios en caso de contravención. Si hubiere obra material, podrá
exigir el acreedor que sea demolida a costa del obligado (artículo 2028 del CC). En las obligaciones
de no hacer, el obligado debe de abstenerse de realizar cualquier acto contrario a su obligación
concreta, como no vender a determinada persona cierta cosa.  Bienes embargables: En el artículo
727 del CCF, señala que son inembargables los bienes que constituyen el patrimonio familiar y el
544 del Código de Procedimientos Civiles del Distrito Federal determina en quince fracciones otros
bienes que tampoco pueden ser embargables contra los cuales, el acreedor no puede exigir al
deudor el cumplimiento forzado de su obligación.

 Acreedor quirografario: Carece de una garantía real de pago (hipoteca, prenda), por lo que el
deudor debe responder con todos sus bienes, con excepción de aquellos que conforme a la ley,
son inalienables o no embargables.  Acción pauliana: El artículo 2163 del CCF la define de la
siguiente manera: Los actos celebrados por un deudor en perjuicio de su acreedor pueden
anularse, a petición de éste, si de esos actos resulta la insolvencia del deudor, y el crédito en virtud
del cual se intenta la acción, es anterior a ellos. Al desglosar el artículo en cita, encontramos los
elementos que constituyen dicha acción:  Los actos celebrados por un deudor.  En perjuicio de
su acreedor.  Si de estos actos resulta la insolvencia del deudor. La insolvencia del deudor se
entiende cuando la suma de los bienes y créditos del deudor, estimados en su justo precio, no
iguala al importe de sus deudas. Por lo tanto, un requisito de procedibilidad es la acción pauliana,
sea anterior a esos actos de solvencia, que ejecuta el deudor para quedar insolvente. Caso en el
cual a petición del acreedor procede la nulidad de esos actos ejecutados por el deudor. El artículo
2170 del CCF regula dos supuestos, por lo que hace a los actos ejecutados por el deudor, que son
los siguientes:  Por la enajenación de los bienes que efectivamente posee.  Por la renuncia que
haga el deudor de derechos constituidos a su favor, y cuyo goce no sea exclusivamente personal.
Los derechos de goce exclusivamente personal son los que no forman parte del patrimonio del
deudor. En caso de la emancipación de un hijo, en la que el padre deja de administrar sus bienes,
en cuyo caso los acreedores del padre no podrán oponerse a que el hijo entre en la administración
de sus bienes.

Asimismo, el código prevé que en caso de renuncias de facultades, por cuyo ejercicio el deudor
insolvente hubiere mejorado el estado de su fortuna; los acreedores pueden hacer revocar esa
renuncia y usar las facultades renunciadas (artículo 2171 del CCF). La acción de nulidad cesará
luego que el deudor satisfaga su deuda o adquiera bienes con qué poder cubrirla (artículo 2174 del
CC). Un defecto importante de la acción pauliana es evitar que el deudor defraude a sus
acreedores, ya sea en acto oneroso o con mayor razón gratuito, ya que el adquirente obtendría
ilícitamente un enriquecimiento injusto en perjuicio de los acreedores del deudor.

La simulación en perjuicio de acreedores

Es simulado el acto en que las partes declaran o confiesan falsamente lo que en realidad no ha
pasado o no se ha convenido entre ellas. El artículo 2180 del CC precisa que la simulación es
absoluta cuando el acto simulado nada tiene de real. Es relativa cuando a un acto jurídico se le da
una falsa apariencia que oculta su verdadero carácter. La simulación de actos jurídicos tiene como
intención principal defraudar los intereses patrimoniales de una tercera persona, por la condición
de insolvencia en que se sitúa falsamente el deudor. Puede ser un acto jurídico aparentemente
legal, como es el caso de un embargo, donación, cesión de derechos en perjuicio del acreedor
quirografario. En este caso, no impide que el acto produzca provisionalmente sus efectos, los
cuales serán destruidos retroactivamente, cuando se pronuncie por el juez la nulidad. Este acto
tiene todas las formalidades que considere la ley, para considerarlo válido para terceras personas,
aunque en realidad es falso y real, simulado e ilícito, por haber sido dolosamente premeditado
para defraudar a terceros.

Se dan casos en que la intención es evadir al fisco, por lo que el Ministerio Público puede pedir la
nulidad, cuando se cometió en perjuicio de la ley o en perjuicio de Hacienda Pública (artículo 2183
del CC)

Acción oblicua o subrogatoria El Código Civil no regula la acción oblicua o subrogatoria, sin
embargo, el artículo 29 del Código de Procedimientos Civiles del Distrito Federal confiere al
acreedor ejercitar las acciones que competan a su deudor, cuando conste el crédito de aquél, en
título ejecutivo y excitado al deudor para deducirlas, descuide o rehúse hacerlo. Artículo 29.-
Ninguna acción puede ejercitarse sino por aquél a quien compete o por su representante legítimo.
No obstante eso, el acreedor puede ejercitar las acciones que competan a su deudor cuando
conste el crédito de aquél en título ejecutivo y, excitado éste para deducirlas, descuide o rehúse
hacerlo. El tercero demandado puede paralizar la acción pagando al demandante el monto de su
crédito Las acciones derivadas de derechos inherentes a la persona del deudor nunca se
ejercitarán por el acreedor. Los acreedores que acepten la herencia que corresponda a su deudor
ejercitarán las acciones pertenecientes a éste, en los términos en que el Código Civil lo permita. Es
de reconocer que en la práctica es difícil ejercitar la acción oblicua, porque ésta es limitada, dado
que sólo procede cuando existe un título ejecutivo.
Derecho de retención

Existe el derecho de retención cuando la ley autoriza al detentador o poseedor de una cosa ajena
a conservar la tenencia de la misma, hasta que el dueño le pague lo que le adeuda, bien sea por el
concepto de la cosa o por cualquier otro motivo.

Una persona acude a un taller mecánico para la compostura de su automóvil. El propietario del
taller se encuentra autorizado a retener el vehículo hasta que se le pague el precio de la
compostura. El Código Civil admite esta figura limitadamente. En caso del vendedor que no está
obligado a entregar la cosa si el comprador no ha pagado el precio, el artículo 2286 del citado
código establece que no procede la retención, cuando la posesión es ilícita, o por engaños,
maquinaciones o artificios, tampoco cuando la posesión la haya obtenido de un tercero sin
consentimiento del deudor. Por lo tanto, la retención sólo opera cuando la autorice la ley o conste
en título de crédito o haya un reconocimiento notarial de la deuda.

Transmisión de las obligaciones

La transmisión es una creación del Derecho Moderno; la concepción clásica en el Derecho Romano
no contemplaba la posibilidad de cambiar los sujetos de la obligación. En la transmisión de
derechos (aspecto activo) cambia el acreedor; y en la transmisión de las obligaciones (aspecto
pasivo) cambia el deudor. Por lo tanto, debemos entender que aunque haya sesión de derechos,
de acuerdo a al CC, significa que con esta figura cambian los sujetos titulares de los derechos o de
las obligaciones –el acreedor o el deudor–, pero no cambia el contrato o la obligación. La
transmisión de derechos puede darse de tres formas: cesión de derechos, cesión de deudas o
subrogación.

Cesión de derechos

Según el artículo 2029 de nuestro Código, se surte cuando el acreedor transfiere a otro los que
tengan contra su deudor. Ahora bien, quien transmite se llama cedente y el que adquiere los
derechos, cesionario. Es de advertir que la transmisión puede hacerse sin el consentimiento del
deudor, a menos que esté prohibido por la ley, se haya convenido no hacerla o no lo permita la
naturaleza del contrato. En el caso de venta, el derecho de preferencia no puede cederse ni pasa a
los herederos del que los disfrute (artículo 2308 del CC). En el caso del arrendamiento, no puede el
arrendatario subarrendar la cosa arrendada, en todo ni en parte, ni ceder sus derechos sin
consentimiento del arrendador (artículo 2480 del CC). Sin permiso del comodante (el que entrega
la cosa a título gratuito), no puede el comodatario (el que recibe la cosa a título gratuito) conceder
a un tercero el uso de la cosa entregada en comodato (artículo 2500 del CC). En virtud de que la
voluntad de las partes es la suprema ley de los contratos, las partes pueden contratar que el
acreedor no pueda ceder su derecho, o bien, que la sesión sea con previo aviso al deudor; que sea
necesario el consentimiento del deudor, etcétera. La cesión de derechos tampoco es posible
cuando no lo permita la naturaleza del derecho, dado que se otorga al titular y no puede ser
sustituido en ellos. Como ejemplo tenemos los alimentos, los derechos del estado civil, entre
otros. Efectos de la cesión  Efectos para las partes y para terceros: En términos generales, la
cesión de créditos civiles, que no sean a la orden o al portador, pueden hacerse en escrito privado,
firmado por el cedente y cesionario y dos testigos. Sólo cuando la ley lo exija –que el título de
crédito conste en escritura pública– la cesión de derechos deberá hacerse en esta clase de
documentos (artículo 2033 del CC). En una cesión de crédito se incluye no sólo el crédito principal
si no todos los derechos accesorios, como la fianza, hipoteca, prenda o privilegio, excepto aquéllos
que son inseparables de la persona del cedente. Existe una presunción legal respecto de los
intereses vencidos con el crédito principal (artículo 2032 del CC).  La cesión de derechos total o
parcial: La cesión de derechos puede ser total o parcial. La sesión puede ser a una o varias
personas y puede inclusive el cedente reservarse parte del mismo crédito. El artículo 2039 del CC
se refiere al hecho de que el crédito se haya cedido a varios cesionarios y dispone que “tiene
preferencia el que primero ha notificado la cesión al deudor”. Por otra parte, el cedente no está
obligado a garantizar la solvencia del deudor, a no ser que se haya estipulado expresamente o que
la insolvencia sea pública y anterior a la cesión (artículo 2043 del CC). El título cuarto, capítulo II,
regula la evicción que se presenta cuando el que adquirió alguna cosa fuere privado del todo o
parte de ella, por sentencia que cause ejecutoria, en razón de un derecho de tercero anterior a la
adquisición. Se entiende por sentencia que causa ejecutoria aquélla que ha quedado firme y no es
posible impugnarla. El derecho anterior se refiere al hecho que alguien acredite mejor derecho
sobre la cosa (artículo 2119 del CC). En el caso que se realice una cesión universal, es decir, de
todo el patrimonio de una persona, mediante la cual se transmiten tanto derechos como deberes,
solamente es deber del cedente el otorgar la propiedad de dichos bienes. Nuestra legislación civil
se refiere, en su artículo 2046, a la sesión en globo o alzadamente, la cual únicamente obliga al
cedente a responder de la legitimidad del todo en general. El artículo 2050 del CC se refiere a la
cesión gratuita, en la que el cedente no es responsable para con el cesionario, ni por la existencia
del crédito ni por la solvencia del deudor. Al ser la donación un acto de liberalidad, que entraña un
comportamiento de desprendimiento de bienes propios; esto es un acto que solamente se realiza
por generosidad, no puede exigírsele al cedente la carga de responder por la solvencia del deudor.
Cuando el cedente se hace responsable de la solvencia del deudor y no se fije tiempo, en que esta
responsabilidad debe durar, se limitara a un año, a partir de la fecha en que la deuda fuere
exigible y si estuviere vencida, desde la fecha del vencimiento (artículo 2044 del CC). Efectos de
terceros con el deudor Cuando no se trate de títulos a la orden o al portador que tienen un
régimen autónomo, el deudor puede oponer al cesionario las excepciones que podría oponer al
cedente, en el momento en que se hace la cesión. Si cuando se hace la sesión tiene contra el
cedente un crédito todavía no exigible, podrá invocar la compensación, con tal de que su crédito
no sea exigible después de lo que sea el cedido (artículo 2035 del CC).

Cesión de la deuda

Es condición para que haya sustitución de deudores que el acreedor consienta, expresa o
tácitamente (artículo 2051 del CC). El Código es claro en ese sentido, porque efectivamente si se
presenta la sustitución del deudor, éste deberá ser solvente a criterio del acreedor. Ahora bien, se
presume que el acreedor consiente en la sustitución del deudor cuando permite que el sustituto
ejecute actos que debía ejecutar el deudor, como pago de réditos, pagos parciales o periódicos,
siempre que lo haga en nombre propio y no por cuenta del deudor primitivo (artículo 2052 del
CC). Por otro lado, existe presunción legal cuando el deudor, o el que pretenda sustituirlo, fije un
plazo al acreedor para que manifieste su conformidad con la sustitución. Pasado ese plazo sin que
el acreedor haya hecho conocer su determinación se presume que rehúsa (artículo 2054 del CC).
Aceptado el deudor sustituto, queda obligado en los términos en que lo estaba el deudor
primitivo. Pero cuando un tercero ha constituido fianza, prenda o hipoteca para garantizar la
deuda, estas garantías cesan con la sustitución del deudor, a menos que el tercero consienta en
que continúen (artículo 2055 del CC). Paco debe a Toño 100 mil pesos y ofrece en garantía de pago
una hipoteca de un terreno propiedad de Memo. Toño acepta la sustitución del deudor. Por lo
tanto, si Memo no manifiesta su voluntad de que continúe garantizando el pago con la hipoteca
del terreno de su propiedad, esta garantía cesará con la sustitución del deudor

Subrogación

Es la transmisión de derechos por disposición de la ley. La norma jurídica determina la transmisión


de los derechos de un antiguo acreedor a uno nuevo. El artículo 2058 del CC enuncia los supuestos
de la subrogación y sus efectos en cuatro apartados: I. Cuando el que es acreedor paga a otro
acreedor preferente. II. Cuando el que paga tiene interés jurídico en el cumplimiento de la
obligación. III. Cuando un heredero paga con sus bienes propios alguna deuda de la herencia. IV.
Cuando el que adquiere un inmueble paga a un acreedor que tiene sobre él un crédito hipotecario
anterior a la adquisición.

A este tipo de subrogación se le denomina legal, porque está instituida por la ley y produce sus
efectos ipso jure (es decir, sin necesidad de que las partes lo declaren). Asimismo, la subrogación
convencional es un acuerdo de voluntades entre el acreedor y un tercero que le está pagando el
crédito o un acuerdo de voluntades entre el deudor y un tercero para pagar su deuda,
aprovechando la misma relación jurídica para sustituir al acreedor. En este último caso, el tercero
que paga la deuda lo hace sin interés jurídico que produzca la extinción de la deuda, pero a su vez
nace un crédito nuevo y de la acción civil correspondiente en favor del tercero para recobrar el
importe de su erogación. En el proceso de divorcio de Paco, se le condena al pago de una pensión
alimentaria de 10 mil pesos mensuales, a favor de la cónyuge divorciante, a la cual garantiza en su
calidad de deudor alimentario con una fianza expedida por una afianzadora autorizada. Al
incumplir con la pensión, la cónyuge procede a la reclamación del pago a la afianzadora, misma
que cubre las pensiones adeudadas. La afianzadora tendrá el derecho de exigir el pago a Paco, la
cantidad que la afianzadora tuvo que pagar por concepto de pensión alimentaria.

Extinción de las obligaciones

Las causas que extinguen las obligaciones son las siguientes:  Al efectuarse el pago, lo cual
constituye el cumplimiento de la obligación debida. Es la forma natural de la extinción de las
obligaciones.  El cumplimiento de la información en forma diferente a la que se había convenido.

Convenio

Hemos definido al convenio, en sentido amplio, como el acuerdo de voluntades para crear,
transmitir, modificar o extinguir derechos y obligaciones. En un juicio de pago de pesos, se pacta
un interés del 5% mensual; ante la propuesta del deudor por pronto pago, el acreedor acepta una
reducción en el monto de los intereses a un 3% mensual. Se presenta ante el juez de conocimiento
y, una vez aprobado, se eleva a la categoría de cosa juzgada, extinguiéndose de esta forma la
obligación. También encontramos el convenio a que hace mención el artículo 267 del Código Civil
para la Ciudad de México en el cual se establece la necesidad como requisito procedimental de
exhibir aquél tendiente a regular las consecuencias inherentes a la disolución del vínculo
matrimonial, esto en materia familiar.
Novación

Es un convenio por medio del cual las partes de un contrato previo lo alteran substancialmente,
sustituyendo la obligación antigua por una nueva. Gutiérrez y González la contempló de la
siguiente manera: El convenio lato sensu solemne celebrado entre dos o más personas que
guardan entre sí el carácter previo de acreedor y deudor y en ciertos casos interviene un tercero, y
por el cual extinguen el derecho de crédito convencional que los liga, y lo sustituyen, con ánimo de
novar (animus novandi), por otro que difiere del extinguido en uno de sus elementos de existencia
(1996:1144). El artículo 2213 del CCF establece: “Hay novación de contrato cuando las partes en él
interesadas lo alteran substancialmente sustituyendo una obligación nueva a la antigua”. Es decir,
extingue una obligación y crea una nueva. Si la novación es declarada nula, quedará subsistente la
antigua. Los elementos que conforman la novación son los siguientes: - Obligación previa. -
Obligación nueva

Diferencia esencial entre los dos elementos anteriores (ésta puede ser en los sujetos, el objeto, o
bien, en el vínculo jurídico). - El ánimo de novar o animus novandi, que debe ser expreso. Un
deudor moroso, ante los requerimientos del pago por parte del acreedor – conocido como
requerimiento extrajudicial–, conviene en incorporar los intereses generados a una nueva suerte
principal. Por lo tanto, se extingue la obligación existente y se crea otra nueva, con la cantidad de
los intereses acumulados. Tipos de novación  Subjetiva: Por cambio de alguno de los sujetos, de
acreedor, deudor o de ambos. La novación por cambio de deudor en la que éste no participa
recibe el nombre de expromisión. Esto es que alguien ajeno al acto jurídico absorbe la carga que
implica, cambiando al acreedor, y esta afectación se traduce en una novación subjetiva activa, no
así en el caso de la subjetiva pasiva que es el cambio o afectación que sufre la persona del deudor.
La expromisión implica el desconocimiento por alguna de las partes de este cambio, pero cuando
se conoce el cambio, entonces estamos en presencia de la denominada delegación perfecta.
Considérese que no se nova en ningún momento la prestación. No hay cambio en l anteriormente
mencionada, sólo en los sujetos, por ello es considerada subjetiva.  Objetiva: Por cambio de
objeto.

Dación en pago

Esta forma de extinción de las obligaciones se encuentra prevista por los artículos 2095 CCF y se
conforma por los siguientes elementos:  Entrega al tiempo de pago por parte del deudor de un
objeto diverso al acordado.  Que lo acepte el acreedor

Paco debe a Toño 50 mil pesos. Paco le ofrece a cambio un automóvil de su propiedad como
forma de pago alternativo, el cual tiene un valor equivalente. Toño en su calidad de acreedor,
acepta en pago una cosa distinta al pago en dinero, por lo que queda extinguida la obligación.

Compensación

Tiene lugar la compensación cuando dos personas reúnen la calidad de deudores y acreedores
recíprocamente y por su propio derecho (artículo 2185 del CC). Los requisitos para que exista la
compensación son los siguientes:  La reciprocidad de las obligaciones: En la compensación los
contratantes son a la vez acreedores y deudores recíprocamente (artículo 2185 del CC).  La
fungibilidad de los objetos: Ambas deudas son en dinero o de la misma especie y calidad, siempre
que se haya designado en el contrato (artículo 2187 del CC).  El estado líquido de las dos cuentas:
Para que haya lugar a la compensación, es necesario que las deudas sean igualmente liquidas y
exigibles. Las que no lo fueren sólo podrán compensarse por el consentimiento expreso de los
interesados (artículo 2188 del CC). Es líquida si es de cuantía determinada o determinable dentro
del plazo de nueve días (artículo 2189 del CC).  La exigibilidad del crédito expuesto en
compensación: Se llama exigible aquella deuda cuyo pago no puede rehusarse conforme a
derecho. Paco le debe a Toño 15 mil pesos, pero a su vez, Toño le debe a Paco 5 mil, los cuales
todavía no son exigibles. Si Toño cede los derechos de la deuda, Paco podrá invocar la
compensación, por lo que la deuda únicamente con el nuevo acreedor sería de 10 mil pesos.  La
embargabilidad del derecho extinguido por compensación: No procede la compensación, cuando
los bienes son inembargables, considerando que la compensación es un procedimiento abreviado
El salario, los alimentos o el patrimonio familiar no pueden ser objeto de esta forma de extinción
de las obligaciones. Al respecto, se pueden observar los artículos 536 en relación con los bienes
que pueden embargarse y el 544 respecto de los que no pueden embargarse. Recuerda que este
último lo revisaste en la sesión pasada. Ambos del Código de Procedimientos Civiles para la Ciudad
de México.

Confusión

La confusión extingue la obligación cuando se reúnen en la misma persona la calidad de acreedor y


deudor (artículo 2206 del CC). Es el caso cuando ninguno puede ser simultáneamente su acreedor
y su deudor, en virtud de que se elimina la relación jurídica obligacional, ya que no resulta lógico
que alguien se exigiera así mismo el pago y además carecería de sentido que se efectuare éste
mientras permaneciera en el mismo patrimonio. Sus efectos consisten en que la obligación renace
si la confusión cesa. El párrafo in fine, del artículo 2206 del CC se refiere a que la obligación renace
si la confusión cesa. Este supuesto puede presentarse en el caso de una sucesión, en que por el
hecho de haber aceptado la herencia no significa que se haya perfeccionado la confusión, pues en
este caso tenemos dos patrimonios, el primero es el de los bienes del difunto y el segundo del
heredero. Es hasta la partición cuando el deudor hereda al acreedor o éste a aquél (artículo 2208
del CC). La confusión se verifica en la persona del acreedor o deudor solidario. Sólo produce sus
efectos en la parte proporcional de su crédito o deuda (artículo 2207 del CC). Este caso se
presenta cuando un deudor procede al pago total de la deuda, sin embargo, queda a su favor el
derecho de exigir a los restantes codeudores la parte proporcional de la deuda que los
corresponde. Cecilia debe a su tío $700 000.00 (setecientos mil pesos 00/100 m.n.), pero éste
fallece y la ha dejado como heredero de todos sus bienes.

Remisión de la deuda

Procede cuando el acreedor le perdona la deuda a su deudor. El perdón puede ser total o parcial.
Si es parcial se llama quita. En caso de ser perdón total, sus efectos son: extinguir la deuda
principal y sus accesorios. Si el perdón es parcial, sólo extingue lo que se haya perdonado, es decir,
al acuerdo que efectivamente hayan llegado, como en el caso de los intereses, o bien, el caso de
una parte de la suerte principal. Esto ocurre también en operaciones bancarias donde el banco
decide realizar contra el deudor un perdón parcial respecto del denominado interés moratorio.
Cualquiera puede renunciar a su derecho y remitir todo o en partes las prestaciones que le son
debidas, excepto en aquellos casos en que la ley lo prohíbe (artículo 2209 del CC). La remisión o
renuncia de un derecho no se considera un acto unilateral, al necesitarse el consentimiento del
deudor. No obstante, se trata de un acto generoso y de ayuda del acreedor al deudor, es un
derecho también del deudor el no aceptar ese favor sea por diversas razones y cumplir de este
modo con la obligación en sus términos. Por esta razón, no se debe estimar que se trata de un
acto unilateral. Asimismo, tendrá que ser necesariamente gratuito, ya que si fuera oneroso sería
en contra de su propia naturaleza. En cuanto a sus efectos, bajo el principio de que lo accesorio
sigue la suerte de lo principal, el artículo 2211 del CC determina que la deuda principal extinguirá
las obligaciones accesorias, pero la de éstas deja subsistente la primera (artículo 2210 del CC).
Paco debe a Toño la cantidad de 10 mil pesos y se han generado 4 mil pesos por concepto de
intereses. Si Toño condona a su deudor, la suerte principal consistente en los 10 mil pesos
extinguirá también las obligaciones accesorias consistentes en el pago de intereses. Ahora bien, si
Toño condona únicamente el pago de intereses, la suerte principal subsistirá, es decir, la
obligación del pago de diez mil pesos.

Habiendo varios fiadores solidarios, el perdón que fuera concedido solamente a alguno de ellos,
en la parte relativa a su responsabilidad, no aprovecha a los otros (artículo 2211 del CC). La
devolución de la prenda es presunción de la remisión del derecho a la misma prenda si el acreedor
no prueba lo contrario (artículo 2212 del CC). Paco es acreedor de Toño por la cantidad de 5 mil
pesos y éste garantiza el pago del crédito, entregando en prenda un televisor. Paco decide
condonar la deuda, por lo tanto, debe devolver el televisor.

Imposibilidad de ejecución

Es un principio general del derecho que dice: “Nadie está obligado a lo imposible”. El CC regula las
causas como el caso fortuito y fuerza mayor, no obstante, existen excepciones a este principio,
como es el caso que el deudor haya dado causa o contribuido a él. Cuando el deudor acepta
expresamente esa responsabilidad y cuando la ley impone al obligado el cumplimiento de la
obligación pagando los daños y perjuicios.

La prescripción negativa

La obligación se extingue por el simple transcurso del tiempo establecido por la ley y la actitud
pasiva del acreedor. Conforme a lo anterior, la prescripción negativa es “la liberación de
obligaciones, por no exigirse su cumplimiento” (artículo 1136 del CC). Institución de orden púbico
que extingue la facultad de un acreedor que se ha abstenido de reclamar su derecho durante
determinado plazo legal, a ejercer coacción legítima contra un deudor que se opone al cobro
extemporáneo o que exige la declaratoria de prescripción (Bejarano, 1997: 503). El requisito
esencial para la prescripción negativa se verificará por el simple transcurso del tiempo fijado por la
ley (artículo 1158 del CC). De acuerdo con lo anterior, para la terminación por prescripción de una
obligación son necesarios dos requisitos:

 El transcurso de un tiempo cierto.  Que el acreedor no haya exigido el cumplimiento de la


obligación a su favor. Lo anterior se traduce en el hecho que el acreedor se ha abstenido de
reclamar su derecho durante determinado plazo legal, a promover en forma coactiva y legítima
contra un deudor y éste interpone como excepción el cobro extemporáneo o exige la declaratoria
de prescripción. En caso de que el deudor pague, no podrá reclamar pago de lo indebido, y
asimismo debe oponerse oportunamente al cobro judicial. Si no lo hace, el juez no podrá hacerlo
de oficio. La obligación de dar alimentos es imprescriptible (artículo 1160 del CC). El cómputo de
los plazos de prescripción dependerá, en cada caso, de lo establecido por la ley y se computará por
años, mismos que empezarán a correr a partir de que la deuda se vuelve exigible. Sin embargo, la
regla general de tiempo es de 10 años. Por otra parte, no opera la prescripción:  Entre
ascendientes y descendientes.  Entre consortes.  Entre copropietarios y coposeedores.  Contra
militares y servidores públicos ausentes por su encargo. Además, la prescripción se interrumpe
cuando el acreedor demanda el pago al deudor o si este último reconoce expresamente su deuda,
empezando a computarse nuevamente a partir de dicho momento. Paco debe a Toño un dinero y
la ley que regula la obligación establece como plazo de prescripción 5 años. Dicho tiempo
transcurre sin que Toño haya requerido el pago a Paco. Debido a que el plazo transcurrió y Toño
no exigió el pago, la prescripción tiene lugar y la obligación queda extinguida. Toño como acreedor
pierde su derecho y Paco como deudor se libera de la obligación de pagar su deuda

Condición resolutoria y término resolutorio

Ambas son formas de extinción de las obligaciones. Las has analizado al estudiar las modalidades
de las obligaciones, en donde se precisó que la condición es un acontecimiento futuro de
realización incierta cuya realización tiene por efecto la exigibilidad o extinción de una obligación.
Por otro lado, el término es un acontecimiento futuro y de realización cierta de cuya llegada
depende la exigibilidad o extinción de una obligación.

Caducidad

Es otra forma de extinguir las obligaciones, muy similar a la prescripción, pero con particularidades
propias. Es la sanción que se pacta, o se impone por la ley, a la persona que dentro de un plazo
convencional o legal no realiza voluntaria y conscientemente la conducta positiva pactada o que
determina la ley, para hacer que nazca o para que se mantenga vivo, un derecho sustantivo o
procesal, según sea el caso (Gutiérrez y González, 1996:857). De lo anterior se desprenden dos
tipos de caducidad: la legal y la voluntaria, dependiendo si está establecida por la ley o por
acuerdo de las partes.

Inexistencia y nulidades

Inexistencia

El Código Civil regula la inexistencia del acto jurídico en el artículo 2224, donde se le considera por
la falta de consentimiento u objeto, no produciendo así efecto legal alguno. No es susceptible de
valer por confirmación ni por prescripción; la inexistencia del acto jurídico puede invocarse por
todo interesado. Por lo tanto, el acto inexistente no puede ni podrá crear efectos jurídicos a falta
del consentimiento y el objeto, al igual que no puede convalidarse posteriormente

Por su parte, el artículo 2225 del CC se refiere a la ilicitud en el objeto, en el fin o la condición del
acto. Produce su nulidad, ya sea absoluta o relativa, según lo disponga la ley. Los contratos
viciados de nulidad, producen efectos jurídicos, y es necesario que la nulidad se resuelva
judicialmente al plantear ante el juzgador los vicios que presenta el contrato, para que éste
determine si efectivamente el negocio es nulo o no, por lo que deberán aportarse las pruebas
necesarias para acreditarlo. En caso de que el juez considere que el contrato es válido, los efectos
del mismo serán absolutos. Es importante destacar que la Suprema Corte de Justicia de la Nación
ya se ha pronunciado acerca del particular, determinando que la inexistencia en el sistema jurídico
mexicano en realidad es “inexistente” operando solamente el sistema de nulidades, esto es, la
nulidad absoluta y la relativa, en los términos que habrán de estudiarse con posterioridad.

Nulidad absoluta

En este caso el acto produce provisionalmente sus efectos, sin embargo, éstos serán destruidos en
forma retroactiva cuando se pronuncie por el juez la nulidad y no desaparece por la confirmación
o la prescripción (artículo 2226 del CC).

Nulidad relativa

El artículo 2227 del CC se refiere a la nulidad relativa, que se presenta cuando no reúne todos los
caracteres enumerados en el artículo 2226 del CC. Siempre permite que el acto produzca
provisionalmente sus efectos. Esta forma de nulidad es susceptible de producir todos sus efectos
cuando es posible subsanar los elementos de validez del contrato. La falta de forma establecida
por la ley, si no se trata de actos solemnes, así como el error, el dolo, la violencia, la lesión,
producen la nulidad relativa del mismo.

Un menor de edad enajena un bien inmueble de su propiedad, el contrato en principio es nulo,


pero si al cumplir la mayoría de edad lo confirma, se subsana el vicio en el contrato. Caso contrario
es el del matrimonio, donde la forma ha sido elevada a solemnidad, por lo que en caso de no
celebrarse de acuerdo a la ceremonia establecida en la ley, el mismo será inexistente.

La convención es, por excelencia y después de las cuestiones inherentes a la legislación, la fuente
primordial de obligaciones; entraña el verdadero sentido y principio de autonomía de la voluntad
de las partes contratantes, la cual finalmente persigue lograr ese vínculo inter personas e inter
amicus, esto es, considerar al denominado convenio lato sensu como el generado entre personas
con palabra y de buena fe. Por ello, se destina esta sesión al análisis del contrato como convenio
stricto sensu, generador de la obligación y dador de derechos, la cual permite hasta hoy en día la
satisfacción de intereses de aquellos que se comprometen en los términos y condiciones en que se
acuerdan. Cualquiera puede ser parte del mismo, pero el cumplimiento conforme a su modalidad
es tarea del jurista. Es importante el dominio de este tema, para el posterior diseño de estrategias
que en un primer momento permitan asesorar, en un segundo momento accionar ante el
incumplimiento y en un tercero ejecutar para ver satisfecha la obligación hasta su total extinción.
El contrato

El término contrato proviene del latín contractus, que a la vez deriva del verbo contrahere
(concentrar, reunir o lograr) y actus que significa acto. Por lo anterior, contrato significa “a lo que
se contrae el acto (jurídico)”. Rojina Villegas define contrato “como un acuerdo de voluntades,
para crear o trasmitir derechos y obligaciones” (2001:7). Lo caracteriza por ser una especie dentro
del género de los convenios. El contrato es una especie de convenio, así lo considera la regulación
del mismo en el Código Civil Federal, en sus artículos 1792 y 1793. Por consiguiente, los que
modifican o extinguen derechos y obligaciones son denominados convenios en estricto sentido. La
distinción entre los contratos y los convenios, en opinión de algunos tratadistas, no tiene sino un
interés terminológico. Las mismas reglas generales se aplican a los unos, como a los otros. El
contrato, lo mismo que el convenio, es un acto jurídico bilateral (con excepción del contrato
unilateral, como lo es la donación simple), una manifestación exterior de voluntad, tendiente a
generar derechos y obligaciones sancionados por la ley. Tenemos la referencia a la novación
(artículo 2214 del multicitado código), o bien, la transacción (artículo 2944 del mismo). En ambos
casos, el código citado las identifica como contratos, no obstante que su naturaleza jurídica es la
de modificar o extinguir obligaciones.

Clasificación de los contratos

Es posible determinar la clasificación de los contratos en función de los actos que forman el objeto
del contrato; se clasifican en: civiles, mercantiles, laborales y administrativos, estos últimos
encabezados por el denominado contrato de adhesión.  Civil: Se refiere a los derechos y
obligaciones que se conciertan entre particulares y en relación con sus bienes

 Mercantil: Se realiza con fines especulativos o de comercio, es decir, tienen por objeto actos de
comercio.  Laboral: Se refiere a la prestación de un trabajo subordinado mediante el pago de un
salario.  Administrativo: El Estado interviene en su función de persona de Derecho Público, en un
plano de superioridad respecto del particular.

Contratos civiles

Ahora bien, respecto a los contratos civiles, existen diferentes formas de clasificación, de las cuales
consideramos como relevantes las siguientes:  Bilaterales y unilaterales: El artículo 1836 del
Código Civil Federal dispone que es bilateral cuando las partes se obligan recíprocamente. Este
contrato también recibe la denominación de sinalagmático. Por otro lado, el contrato unilateral
consiste en que una sola de las partes se obliga hacia la otra sin que ésta le quede obligada (1835
del CC).  Bilateral: En el contrato de compraventa, el vendedor se obliga a entregar la cosa y el
comprador a pagar una cantidad cierta y en dinero.  Unilateral: En la donación, el donante se
desprende de una cosa de su propiedad y el donatario no queda obligado sino a la conservación
de la misma y al pago de impuestos o contribuciones que genere, pero no respecto del donante 
Oneroso y gratuito: El contrato es oneroso al estipularse provechos y gravámenes recíprocos,
principalmente con el provecho monetario, esto es, el ánimo de lucro, la especulación. Es gratuito
cuando el provecho es solamente para una de las partes, cuando efectivamente no existe una
contraprestación (artículo 1837 del CC).  Oneroso: En la hipoteca, el prestamista se obliga a
entregar determinada cantidad de dinero al deudor y a su vez éste se obliga a devolver dicha
cantidad con los intereses pactados, ofreciendo como garantía de pago el inmueble de su
propiedad.  Gratuito: En el comodato, el préstamo es gratuito (de uso). En este contrato la única
obligación del comodatario es devolver la cosa.

Conmutativos y aleatorios: Es conmutativo, cuando las partes desde que celebran el contrato,
tienen conocimiento preciso del objeto del contrato, pues está especificado. Un contrato es
aleatorio cuando depende de un acontecimiento incierto que hace que no sea posible la
evaluación de la ganancia o la pérdida, sino hasta que ese acontecimiento se realice (artículo 1838
del CC).  Contrato conmutativo: El arrendamiento (artículo 2398 CC).  Contrato aleatorio: La
apuesta está sujeta a un acto futuro incierto, el cual se encuentra regulado en el decreto por el
que se reforman, adiciones a diversas disposiciones del Reglamento de la Ley de Juegos y Sorteos,
en sus artículos 20, 28 y demás relativos. Así también, otro ejemplo es la compraventa de bonos
bursátiles que dependen del mercado accionario.  Consensuales, reales, formales y solemnes: Los
contratos consensuales son aquéllos que se perfeccionan con el mero consentimiento de las
partes, en los términos de lo preceptuado por el artículo 2248 del CC. Son reales cuando sólo se
perfeccionan mediante la entrega de la cosa, objeto materia del contrato. Son formales aquellos
en que adicionalmente a la voluntad de las partes contratantes es necesario que se reúnan las
formalidades exigidas por la ley, sin las que carecería de validez, pues en su caso aunque exista el
acto podría ser anulado (artículo 2320 del CC). Los contratos solemnes son aquéllos en que la ley
prescribe cierta formalidad que constituye un elemento de existencia del contrato.  Contratos
consensuales: Lo constituye el de compraventa de un bien mueble, ya que las partes han
convenido sobre la cosa y el precio.  Contratos reales: El depósito se perfecciona hasta el
momento en que el depositante entrega la cosa y es recibida a satisfacción por parte del
depositario (artículo 2516 del CC).  Contratos formales: El contrato de compraventa de bien
inmueble, el cual por disposición expresa de ley necesita “formalizarse” mediante escritura pública
ante Notario Público e inscribirse en el Registro Público de la Propiedad.  Contratos solemnes: El
matrimonio, que en el caso de México es el único acto solemne previsto por el artículo 146 del CC,
el cual debe celebrarse ante el mal

llamado juez, que en realidad es el Oficial del Registro Civil y con las formalidades de ley. Esta
solemnidad le deviene de las palabras sacramentales y el conjunto de actos ceremoniosos que en
algún momento también guardó el testamento, pero que hoy en día en el segundo caso han
desaparecido.  Principales y accesorios: El contrato principal adquiere una existencia autónoma y
su función jurídica ante las partes contratantes no guarda dependencia con otra relación jurídica.
Por el contrario, los contratos accesorios son aquéllos cuya existencia dependen de otra relación
jurídica y sólo vienen a cumplimentarla con el objeto de garantizar ciertas obligaciones, como son
la fianza, la prenda y la hipoteca.  Contrato principal: Arrendamiento.  Contrato accesorio: En
caso del arrendamiento puede ser garantizado su cumplimiento mediante fianza otorgada por
institución autorizada para ello. En el caso de la pensión alimentaria, si bien es cierto que
constituye una obligación, en el juicio de divorcio o controversias familiares en materia de
alimentos, se puede celebrar un convenio entre las partes que fija la pensión alimentaria, la cual
puede ser garantizada mediante fianza, prenda o hipoteca.  Instantáneos y de tracto sucesivos:
Los primeros son los que se realizan y cumplen en un solo acto. Por otra parte, contratos de tracto
sucesivo son los que se cumplen con el transcurso del tiempo.  Contrato instantáneo: La venta al
contado en la que el vendedor en un solo acto trasmite al comprador el dominio de una cosa y en
el mismo acto, el comprador paga el precio que le fue determinado.  Contrato de tracto sucesivo:
La venta a crédito en donde el vendedor entrega al comprador el uso y goce de una cosa y éste se
obliga a pagar un precio cierto y en dinero, regularmente por mensualidades y por un tiempo que
estipulan los contratantes. En este caso, tanto el uso como el goce y el pago de la cosa se va
ejecutando sucesivamente durante cierto tiempo

Preparatorios y definitivos: Los preparatorios son aquéllos donde las partes pueden asumir
contractualmente la obligación de celebrar un contrato futuro, que puede ser unilateral o bilateral
y sólo da origen a obligaciones de hacer, el cual debe constar por escrito, contener los elementos
característicos del contrato definitivo y limitarse a cierto tiempo (artículos 2243, 2244 y 2245 del
CC). Los definitivos son aquéllos cuyo cumplimiento se realiza de inmediato y sin alteración alguna.
 Contrato preparatorio: Promesa de Venta. Permite determinar cuáles son todas y cada una de
las prestaciones que se habrán de otorgar en la celebración del contrato principal, en este caso de
compra venta.  Nominados e innominados: Los contratos nominados o típicos se encuentran
reglamentados expresamente por el Código Civil, en lo que se refiere a la materia civil y de igual
forma en la materia mercantil. En cambio, los innominados o atípicos no están reglamentados por
el Derecho Civil ni por el Derecho Mercantil de manera expresa y son consecuencia de la voluntad
de los contratantes, para reglamentar las necesidades e intereses de los particulares. Al respecto,
el artículo 1858 del CC determina que este tipo de contratos se regirán por las reglas generales de
los contratos; por las estipulaciones de las partes y en lo que fueren omisas, por las disposiciones
del contrato, con el que tengan más analogía de los reglamentados en este ordenamiento. Para
conocer a mayor detalle tanto los contratos civiles como mercantiles, laborales y administrativos,
se ofrece a continuación el acceso a la siguiente obra:  Bejarano Sánchez, M. (2013). Obligaciones
civiles (6ª ed.). México: Oxford.

Elementos de existencia y requisitos de validez

Los elementos de existencia son imprescindibles, por lo que al carecer de alguno de ellos, no
puede producir ningún efecto jurídico. El artículo 1794 del Código Civil determina que para la
existencia del contrato se requieren dos elementos: el consentimiento y el objeto. Sin embargo,
existen algunos actos que para su creación requieren de la solemnidad. En el caso mexicano, el
Código Civil no lo incluye como elemento de existencia, aunque como ya se ha mencionado, el
único acto solemne que podemos identificar es el matrimonio.  Consentimiento: Es
requerimiento para la existencia del contrato. Consiste en el acuerdo de voluntades de dos o más
personas que tiene por objeto producir consecuencias jurídicas. En el consentimiento se parte del
principio de la autonomía de la voluntad, mediante el cual se le da reconocimiento a la libertad
que la persona tiene para decidir sobre la creación de derechos y obligaciones y tiene como límites
ajustarse a las normas jurídicas de orden o interés público, pues la voluntad de los particulares no
puede transgredir la observancia de las leyes con tal carácter. Este principio de derecho privado se
expresa bajo la frase: “Todo lo que no está prohibido está permitido”. El consentimiento puede ser
expreso o tácito. Es expreso cuando es manifestado verbalmente, por escrito o por signos
inequívocos. Es tácito cuando deriva de hechos que lo presupongan o que se presuman. La
formación del consentimiento consta de dos partes: oferta o policitación, en donde un sujeto
ofrece a otro celebrar a un contrato y éste último lo acepta. La aceptación debe coincidir con los
términos de la oferta, si esta fuere modificada, el oferente quedará libre de sostenerla,
considerándose la respuesta como una nueva oferta. En este caso, el aceptante original que
responde proponiendo modificarla se considerará como el nuevo oferente, aplicándose las reglas
de formación del consentimiento ya expuestas. Por otra parte, nuestra legislación civil resuelve
que el acto jurídico es inexistente por falta de consentimiento o de objeto que pueda ser materia
de éste, no produciendo efecto legal alguno (artículo 2224 del CC). Se genera la ausencia en los
siguientes casos: - Cuando hay error sobre la naturaleza del contrato. - Cuando hay error sobre la
identidad del objeto materia del contrato. - Cuando existe una simulación absoluta y el acto
jurídico que se celebra no tiene nada de real.  Objeto: Además del consentimiento, el objeto es
necesario para que exista un contrato, diversos autores indican tres acepciones: - El objeto directo
del contrato: En general es el crear y transmitir obligaciones o derechos. - El objeto indirecto del
contrato: Es el engendrado por el contrato y consiste en un dar, hacer y no hacer. - La cosa misma
que se da. Se considera correcta la segunda acepción y se encuentra regulada en el artículo 1824
del CC. Como anteriormente se ha citado, hay obligaciones de dar (prestación), de hacer y no
hacer (abstención). Por otra parte, los requisitos del objeto en un contrato son los siguientes: -
Existir en la naturaleza: Debe existir físicamente en la naturaleza; incluyendo las cosas futuras. Se
les llama así, por que al momento de celebrar el contrato no existen, pero con el tiempo pueden
nacer o existir en la naturaleza. En la compraventa de una cosecha de maíz, aún no existe el objeto
del contrato, pero deberá de producirse, tomando el comprador los riesgos si llegaran o no a
producirse.

- Ser determinada o determinable en cuanto a su especie: Debe ser determinada para evitar que el
deudor pueda liberarse de una obligación, realizando una prestación sin valor o de calidad distinta
a la esperada por el acreedor. La determinación de la cosa no es necesaria al momento de la
celebración del contrato, pero debe de aclarar en ese momento las circunstancias en las cuales se
determinará. - Estar en el comercio: En los artículos 747, 748 y 749 del CC se deducen los bienes
que no pueden ser poseídos en exclusividad por algún individuo (la luz solar), los bienes de uso
común, aquéllos que están destinados a servicios públicos, los bienes de la nación (por ejemplo,
no se puede poner en venta el Palacio Nacional). - Debe ser posible: Posible física y jurídicamente
compatible además con una ley de la naturaleza o con una ley o norma jurídica que la rija. La
imposibilidad legal señala que no puede existir, porque es contraria a los supuestos lógicos
jurídicos de la misma. - Debe ser lícito: Es ilícito cuando es contrario a las leyes de orden público o
a las buenas costumbres (artículo 1830 del CC).  Solemnidad: En ciertos actos jurídicos es
necesario que se celebre ante las personas que la ley establezca y que cumpla con menciones y
declaraciones que también precisa la ley. Ésta no debe confundirse con formalidad. La solemnidad
es un rito que es necesario para la creación del acto y la formalidad (requisito de validez de un
contrato) es la prueba de que se celebró un acto conforme a derecho. En cuanto a los elementos
de validez, si alguno de ellos no se cumple en el contrato, la parte afectada puede demandar ante
el juez que se nulifique, o bien, que se convalide en el caso de la formalidad ante fedatario público
y se inscriba en el Registro de la Propiedad. Se celebra un contrato de compraventa privado de un
inmueble, cuyo valor es superior a lo que determina la ley. Para que adquiera validez, será
necesario elevarlo posteriormente a escritura pública ante notario e inscribirlo en el Registro
Público de la Propiedad. De esta manera, queda convalidado en la forma establecida por la ley.

Capacidad legal de las partes: Es la facultad que confiere la ley a los contratantes para ser sujetos a
derechos y obligaciones. Ésta se adquiere con el nacimiento y se pierde con la muerte (artículo 22
del CC). El artículo 337 del CC establece que: “Para los efectos legales se tendrá por nacido al que
desprendido enteramente del seno materno, vive veinticuatro horas o es presentado vivo ante el
juez de Registro Civil…”. La ley concede capacidad jurídica a toda persona con mayoría de edad,
que comienza a partir de los dieciocho años, cuando ya puede disponer libremente de su persona
y de sus bienes (artículos 646 y 647 del CC). Se encuentra implícita la capacidad de ejercicio.
Existen dos clases de incapacidad: - Incapacidad de goce: Cuando la ley prohíbe a personas físicas
o morales del derecho de ser titulares de derechos y obligaciones. El artículo 27, fracción I, de
nuestra Constitución prescribe que “en una faja de cien kilómetros a lo largo de la frontera y de
cincuenta en las playas, por ningún motivo podrán los extranjeros adquirir en dominio directo
sobre tierras y aguas”. - Incapacidad de ejercicio: En términos del artículo 450 del CC, tienen
incapacidad natural y legal: I. Los menores de edad. II. Los mayores de edad disminuidos o
perturbados en su inteligencia, aunque tengan intervalos lúcidos; y aquéllos que padezcan alguna
afección originada por enfermedad o deficiencia persistente de carácter físico, psicológico o
sensorial o por la adicción a sustancias tóxicas como el alcohol, los psicotrópicos o los
estupefacientes; siempre que debido a la limitación o a la alteración en la inteligencia que esto les
provoque, no puedan gobernarse y obligarse por sí mismos o manifestar su voluntad por algún
medio.  Ausencia de vicios del consentimiento: En los términos del artículo 1812 del CC, el
consentimiento no es válido si ha sido dado por error, arrancado por violencia o sorprendido por
dolo. - Error: Es la falsa creencia de la realidad. Como cuando por error de las partes, el contrato
no refleja lo que éstas pretenden. - Dolo: Cualquier sugestión o artificio que el sujeto activo realiza
para inducir al sujeto pasivo al error o mantener en él a alguno de los contratantes

Mala fe: Es la disimulación del error, es decir, quien actúa con mala fe conoce el error y lo simula
con el ánimo de mantener al otro en el error. - Violencia: Cuando se emplea fuerza física o
amenazas que importen peligro de perder la vida, la honra, la libertad, la salud o una parte
considerable de los bienes del contratante, de su cónyuge, de sus ascendientes, de sus
descendientes o de sus parientes colaterales dentro del segundo grado. - Lesión: Cuando alguno
explotando la suma ignorancia, notoria inexperiencia o extrema miseria de otro, obtiene un lucro
excesivo que sea evidentemente desproporcionado a lo que se obliga el perjudicado.  Licitud en
el objeto, motivo y fin: Nadie puede celebrar un contrato, cuyo objeto, finalidad o motivación,
estén prohibidos por el orden jurídico.  Formalidad: Es requisito de validez de un contrato,
cuando la ley exija determinada forma y mientras éste no revista esa forma no será válido. Esta
formalidad puede ser: - Consensual: No requiere de una forma en específico. Se perfecciona con el
solo consentimiento de las partes. - Por escrito: Cuando se exija la forma escrita para el contrato,
los documentos relativos deberán estar firmados por todas las personas a las cuales se imponga
esa obligación (artículo 1834 del CC). Los documentos escritos pueden ser públicos o privados. Son
públicos los que están expedidos por autoridades en ejercicio de sus funciones y cuyo contenido
sea auténtico. Por otra parte, los escritos privados son redactados y firmados por los particulares,
donde hacen constar el contrato que han celebrado y sus condiciones.  Escritos públicos:
Testimonios de fedatarios públicos, certificados de actas de estado civil expedidos por oficiales del
Registro Civil, certificaciones de constancias de archivos públicos, expedidas por funcionarios
competentes, entre otros.  Escritos privados: Pagarés, vales, cheques, cartas, etcétera que estén
firmados por las partes o por el responsable del mismo.

- En escritura pública, la celebración del contrato deberá realizarse ante un fedatario que lo eleva
a instrumento público. En caso de no cumplirse con los requisitos de validez de un contrato, éste
será nulo y la parte afectada tiene derecho a demandar ante la autoridad judicial la nulidad del
contrato

Estructura de los contratos

El contrato puede revestir varias formas, como ya se ha mencionado: consensual, por escrito y
escritura pública. La primera se perfecciona únicamente con la exteriorización de consentimiento y
la determinación del objeto, sin exigir mayor requisito; la segunda requiere que sea por escrito y,
en el caso de la tercera, debe darse cumplimiento de acuerdo con la forma establecida por la ley.
No existe una estructura o formato único para los contratos, pero existen ciertos elementos
comunes en la práctica jurídica en que se incluyen al ser formalizados por escrito, como a
continuación se señala:  Título o denominación: Indica el nombre y tipo de contrato o convenio
que se celebra, tal como en el siguiente ejemplo:

CONTRATO DE PRESTACIÓN DE SERVICIOS PROFESIONALES  Identificación de las partes: Debe


aparecer en el primer párrafo, al que usualmente se le denomina proemio, corresponde
mencionar: los nombres de las partes y con qué calidad comparecen; asimismo, puede
mencionarse el articulado aplicable al contrato del que se trate. CONTRATO DE PRESTACIÓN DE
SERVICIOS PROFESIONALES, QUE CELEBRAN POR UNA PARTE JUAN PÉREZ Y POR LA OTRA LA
LICENCIADA EN DERECHO GUADALUPE SÁNCHEZ, QUE EN LO SUCESIVO SE LES DENOMINARÁ
COMO EL “CLIENTE” Y EL “PROFESIONISTA” RESPECTIVAMENTE; CON FUNDAMENTO EN LO
PREVISTO POR LOS ARTÍCULOS 2606 AL 2615 DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL; LOS
CUALES SE SUJETAN AL TENOR DE LAS SIGUIENTES DECLARACIONES Y CLÁUSULAS: 
Declaraciones: Se refiere a las indicaciones relativas a la capacidad jurídica, con la que comparecen
las partes, así como su voluntad para celebrar el contrato

DECLARA EL CLIENTE

I.- Manifiesta “EL CLIENTE”, ser de nacionalidad mexicana, que se encuentra en pleno ejercicio de
sus derechos, lo que lo faculta para contraer obligaciones. II.- Continúa declarando “EL CLIENTE”
que requiere los servicios de “EL PROFESIONISTA” para atender los juicios que se especificarán en
el clausulado del presente contrato. III.- Que sabe “EL CLIENTE” que la obligación de “EL
PROFESIONISTA” pactada en el presente contrato es una obligación de medios y no de resultados.
IV.- Que su domicilio se encuentra ubicado en la calle del Aguacatito, número 36, Colonia Hidalgo,
en la ciudad de México, Distrito Federal. DECLARA EL PROFESIONISTA I.- Por su parte manifiesta
“EL PROFESIONISTA” que está de acuerdo con las anteriores manifestaciones y, que conociendo
las necesidades de “EL CLIENTE”, está en posibilidad, ya que cuenta con los conocimientos,
experiencia y habilidades suficientes, para prestarle el servicio que se requiere, toda vez, que es
especialista en la prestación libre y profesional de dichos servicios. II.- Que tiene su domicilio en
las calles de Alcanfores 6, Colonia La Cruz, en la Ciudad de México, Distrito Federal.

Cláusulas: Hechas las declaraciones que anteceden, es voluntad de las partes someterse a éstas.
Existen tres tipos de cláusulas: - Cláusulas esenciales: Contienen los elementos de existencia del
contrato, por lo que deben contenerse en el mismo, ya que de lo contrario sería inexistente, es
decir, debe contar con el consentimiento y el objeto. En el ejemplo que nos ocupa el objeto es la
asesoría legal, misma que si no se estipula, sería inexistente. - Cláusulas naturales: Son las que, en
caso de contrato nominado, contienen las disposiciones legales aplicables y que constituyen
disposiciones supletorias de la voluntad de las partes en el contrato. En el ejemplo que nos ocupa,
no se pactó que para el caso de que el profesionista no pudiera continuar prestando sus servicios,
deberá avisar oportunamente a la persona so pena de responder por los daños y perjuicios
causados. En este caso, el cliente podría demandar al profesionista porque la ley suple la voluntad
de las partes.

Cláusulas accidentales: Son las que las partes establecen de acuerdo con sus intereses comunes.
Nuestra legislación civil no las reglamenta por no ser esenciales, por lo que deberán constar en el
contrato y es necesario que las partes lo convengan expresamente. En nuestro ejemplo de
CONTRATO DE PRESTACIÓN DE SERVICIOS PROFESIONALES, en la cláusula SÉPTIMA.
MODIFICACIONES AL CONTRATO, las partes pactaron que era requisito para la modificación del
contrato, hacerlo por escrito, a través de una adenda (anexo al contrato). CLÁUSULAS PRIMERA.
DE LA NATURALEZA CIVIL DEL CONTRATO. “EL CLIENTE”, considerando lo declarado anteriormente
conviene con “EL PROFESIONISTA” que la prestación de sus servicios no será subordinada, por lo
tanto no resultan aplicables al mismo las disposiciones en materia de relación laboral estipuladas
en la Ley Federal del Trabajo. SEGUNDA. DEL OBJETO DEL CONTRATO. “EL PROFESIONISTA” se
obliga a prestar sus servicios en todo lo relacionado con la sucesión testamentaria a bienes de
PEDRO PÉREZ, a “EL CLIENTE” en su carácter de albacea de la sucesión. TERCERA. DE LOS
HONORARIOS. “EL CLIENTE” se obliga a pagar a “EL PROFESIONISTA”, la cantidad líquida
equivalente al 30% (treinta por ciento), resultado del valor de venta de los inmuebles que le sean
adjudicados. Así también se obliga “EL CLIENTE” a entregar la cantidad de $1000.00 (mil pesos
00/100 M.N.) de manera mensual los primeros cinco días de cada mes por concepto de gastos, a
partir de la firma del presente instrumento y hasta la conclusión del juicio. CUARTA. DE LA
DURACIÓN DEL CONTRATO. La duración del presente contrato será indefinida, a partir de la firma
de este documento, la cual estará determinada por la duración del juicio especificada en la
CLÁUSULA SEGUNDA del presente instrumento. QUINTA. DE LA RESCISIÓN. Este contrato se podrá
rescindir sin responsabilidad para la parte que no haya incurrido en falta, en el cumplimiento de
cualquiera de las estipulaciones de este contrato y por las demás causas establecidas en el Código
Civil para el Distrito Federal. SEXTA. DE LA PRESTACIÓN DE SERVICIOS. Ambas partes establecen
que en virtud de tratarse de una relación exclusivamente civil, “EL PROFESIONISTA” no estará
sujeto a horario ni a subordinación alguna, por lo que estará en plena libertad de prestar sus
servicios a otras personas físicas o morales, tal y como lo viene realizando, según se establece en
la declaración TERCERA de este instrumento.
SÉPTIMA. MODIFICACIONES AL CONTRATO. Convienen ambas partes que las modificaciones al
presente deberán ser por escrito, en las que se manifiesten de manera específica las cláusulas
correspondientes, mediante su firma en el documento que contenga dichas modificaciones,
mismo que formará parte del presente contrato en forma de adenda. OCTAVA. DE LA
JURISDICCIÓN. Para el caso de controversia del presente asunto, las partes se someten
voluntariamente a la jurisdicción de los tribunales del Distrito Federal, renunciando a cualquier
otro fuero en razón de su domicilio presente o futuro.  Fecha, nombre y firmas de quienes
contratan y sus testigos: Es conveniente señalar expresamente la fecha en que se firma el contrato
por las partes. De la misma manera, es importante contar con testigos presenciales del acto, que
asienten su firma, para lograr mayor certidumbre en las obligaciones a las que se sometieron las
partes.

Efectos de los contratos

El artículo 1796 del CC afirma que desde que se perfeccionan los contratos, obligan a los
contratantes no sólo al cumplimiento de lo expresamente pactado, sino también a las
consecuencias que según su naturaleza son conforme a la buena fe o a la ley. Hans Kelsen, en su
Teoría pura del derecho, confiere a los contratos la categoría de normas jurídicas, creadas por la
voluntad de las partes, dada su función generadora de derecho. De lo derivado de estos contratos
se obligan sólo las partes contratantes, sea que los hayan celebrado ellos mismos o sus
representantes legítimos. También obligan a sus sucesores a quienes les hayan transmitido a título
universal su derecho o a título particular con las limitaciones que fijan las leyes. No obligan a
terceros, pues según el Derecho Romano: Res inter alios acta allis neque nocere neque prodesse
potest (“Lo hecho entre unos no puede perjudicar ni producir efectos para otros”). En función de
lo anterior obligan a los contratantes al cumplimiento de lo expresamente pactado (artículo 1832
del CC). Esto es en cuanto a calidad, cantidad, lugar y demás modalidades, quedando obligados a
las consecuencias que se deriven de los mismos contratos, conforme a su naturaleza (la buena fe,
al uso o a la ley).  El espíritu de la buena fe se refiere a que no se generen beneficios excesivos a
costa del sacrificio ajeno, y que tampoco se cometan abusos con pretensiones jurídicas formales,
que choquen contra la equidad (como en el caso de los supuestos jurídicos que previene el
artículo 17 del CC: cuando se explota la suma ignorancia, notoria inexperiencia o extrema miseria
de otro a lo que se ha llamado genéricamente lesión).  Por su parte, el uso es la cláusula tácita
sobreentendida en los contratos, por la cual las partes arreglan sus relaciones conforme a lo que
han acostumbrado en la práctica particular.  La ley con relación al contrato, significa que éste
debe estar conforme a las reglas generales del contrato que encuentran su origen en el principio
de la autonomía de la voluntad de las partes. Sin embargo, en atención al interés público, se ha ido
acotando esta libertad absoluta

El contrato entre presentes y ausentes

En el contrato entre presentes, la regla general considera que cuando la oferta se haga a una
persona presente, sin fijación de plazo para aceptarla, el oferente queda desligado si la aceptación
no se hace inmediatamente. Aclara el Código, además, que la misma regla se aplicará a la oferta
hecha por teléfono (artículo 1805 del CC). Caso contrario, se presenta en los contratos con plazo,
pues en ellos se fija un plazo para aceptar, únicamente quedando ligada por su oferta hasta la
expiración del plazo (artículo 1804 del CC). Por otro lado, en el contrato entre ausentes, cuando
los contratantes no estuvieren presentes, el contrato podrá celebrarse por correspondencia, en la
forma que lo reglamenta la ley. Si el que hace la propuesta ha fijado plazo, está obligado a
mantener la oferta durante todo ese tiempo, so pena de incurrir por los daños y perjuicios que
cause, al aceptante por el incumplimiento de la obligación. En este caso, sería aplicable el artículo
1804 del CC pues, como ya se mencionó, el oferente queda obligado a respetar su oferta hasta la
expiración del plazo. En caso de que no se fije plazo, si la persona no está presente, el autor de la
oferta quedará obligado durante tres días, además de tiempo necesario para la ida y vuelta regular
del correo público, o del que se juzgue bastante, no habiendo correo púbico según las distancias y
la facilidad o dificultad de las comunicaciones (artículo 1806 del CC). Sobre la celebración entre
ausentes, la doctrina reconoce cuatro sistemas para determinar el momento en que se
perfecciona el consentimiento: los contratantes no estuvieren presentes, el contrato podrá
celebrarse por correspondencia, en la forma que lo reglamenta la ley. Si el que hace la propuesta
ha fijado plazo, está obligado a mantener la oferta durante todo ese tiempo, so pena de incurrir
por los daños y perjuicios que cause, al aceptante por el incumplimiento de la obligación. En este
caso, sería aplicable el artículo 1804 del CC pues, como ya se mencionó, el oferente queda
obligado a respetar su oferta hasta la expiración del plazo. En caso de que no se fije plazo, si la
persona no está presente, el autor de la oferta quedará obligado durante tres días, además de
tiempo necesario para la ida y vuelta regular del correo público, o del que se juzgue bastante, no
habiendo correo púbico según las distancias y la facilidad o dificultad de las comunicaciones
(artículo 1806 del CC). Sobre la celebración entre ausentes, la doctrina reconoce cuatro sistemas
para determinar el momento en que se perfecciona el consentimiento:

 Sistema de declaración: Quien recibe la oferta declara que la acepta.  Sistema de expedición: Se
forma al momento de que la aceptación es expedida o enviada al oferente.  Sistema de
recepción: Se forma cuando la aceptación es referida por el oferente.  Sistema de información: Se
forma en el momento en que el proponente tiene conocimiento de la aceptación. La legislación
mexicana se inclina por el sistema de recepción, así lo determina el artículo 1807 del CC que
dispone que “el contrato se forma en el momento en que el proponente reciba la aceptación…”.
En el supuesto de que la oferta se haga con fijación de plazo, el oferente queda ligado a sostener
su oferta hasta el vencimiento del mismo. Cuando la aceptación se modifica de acuerdo con la
propuesta original, se considera al oferente libre de su oferta, es decir, que reciba una aceptación
que no sea lisa y llana, sino que importe modificación a la primera. En este caso, se considera
como una nueva proposición, donde el aceptante se convierte en oferente y el oferente primitivo
se convierte en aceptante (artículo 1810 del CC).

Retractación del oferente

Se puede dar el caso de que el oferente se retracte, es decir, se arrepienta de su oferta. En este
caso, debe notificar al destinatario antes de que reciba la oferta. Se aplicará la misma regla en caso
de que el aceptante retire la aceptación (artículo 1808 del CC). Si al tiempo de la aceptación fallece
el proponente, sin que el aceptante supiera de su muerte, quedarán los herederos de aquél,
obligados a sostener el contrato (artículo 1809 del CC)
Interpretación de los contratos y jurisprudencia

Cuando existe duda para esclarecer el sentido de un contrato, en cuanto a su alcance y efectos, se
recurre a dos referentes: a la literalidad del contrato (redacción gramatical) y a la intención que
tuvieron los contratantes. Según Saleilles, “el fundamento del acto jurídico, lo que preside a su
nacimiento y da medida a su alcance es la declaración del agente y no la voluntad que esta
declaración debe traducir” (citado por Borja, 2014:465). En otras palabras, para establecer el
alcance y efectos de la responsabilidad, el contratante debe estar sólo a la declaración externa de
la voluntad y la intención que haya tenido pasa a un segundo término. En sentido contrario, la
teoría de la voluntad interna de los contratantes considera que para determinar el alcance y los
efectos de los contratos, hay que desentrañar la voluntad o intención que tuvieron los
contratantes al ser exteriorizada en el contrato. En esta corriente del pensamiento jurídico se
inscriben los códigos civiles de Francia, Italia y España que se apoyan en la autonomía de la
voluntad como la suprema ley de los contratos. En el caso de nuestro Código Civil, se dictan en
forma detallada varias reglas para aplicarse en la interpretación de los contratos. Tal es el caso de
lo que previene el artículo 1851 del CC, que determina que si los términos de un contrato son
claros y no dejan duda sobre la intención de los contratantes, se estará al sentido literal de sus
cláusulas. Sin embargo, advierte que para el caso de que las palabras parecieren contrarias a la
intención evidente de los contratantes, la intención prevalecerá sobre la interpretación gramatical.
Por otra parte, para la interpretación de los contratos sirven también el uso y la costumbre.
Aunque no son fuentes de obligaciones civiles, pueden ser auxiliares de la interpretación.
Igualmente, las cláusulas de los contratos deben analizarse desde una visión conjunta e integral.
Asimismo, el artículo 1852 del CC limita la interpretación del contrato al hecho de que no se deben
incluir en él cosas distintas y casos diferentes de aquéllos que los interesados se propusieron
contratar. Si alguna cláusula admitiere diversos sentidos, deberá entenderse en el más adecuado
para que produzca efecto. Así reza en el artículo 1853 del CC, donde se plantea la problemática de
desentrañar el sentido más adecuado; es decir, si se discute lo posible o imposible, debe estarse
por lo primero; si es entre lo lícito e ilícito debe estarse por lo lícito. Por lo tanto, cuando haya
diferentes soluciones debe optarse por la que produzca efectos positivos. En términos generales
los contratos se integran por un conjunto de cláusulas y todas ellas persiguen una sola finalidad o
sentido, de tal manera que si hay una cláusula dudosa, como lo mencionamos anteriormente,
debe analizarse a la luz del conjunto de todas. Así lo determina el artículo 1854 del CC.

Es posible que una palabra tenga diversas acepciones, por lo que se debe de buscar el sentido que
sea más conforme con la naturaleza y objeto del contrato. Las disposiciones contenidas en los
artículos 1853, 1854 y 1855, deben entenderse que obligan al juzgador a interpretar un contrato,
no para declararlo nulo, si no para darle toda su eficacia, ya que los contratantes han expresado su
consentimiento y, por lo tanto, se ha perfeccionado el negocio. Como ya se mencionó, el uso o la
costumbre del país se tendrán en cuenta para interpretar los aspectos dudosos de los contratos,
así lo contempla el artículo 1856 del CC. Por otra parte, cuando se presenta el caso que fuere
absolutamente imposible resolver las dudas con las reglas de interpretación del código, éste se
debe resolver:  Si recae sobre cláusulas accidentales del contrato y si éste fuere gratuito a favor
de la menor trasmisión de derechos e intereses.  Si fuere oneroso, se resolverá la duda a favor de
la mayor reciprocidad.  Si las dudas de cuya resolución se trate recayesen sobre el objeto
principal del contrato y no fuese posible conocer la intención o voluntad de los contratantes, el
contrato será nulo (artículo 1857 del CC). Jorge Adame Goddard aborda las reglas de
interpretación de los contratos en las sentencias de la Suprema Corte de Justicia y afirma que: La
interpretación de los contratos debe llevarse a cabo progresivamente, resolviendo tres cuestiones.
La más elemental es saber si ha habido consentimiento adecuado para integrar un contrato; la
siguiente es definir de qué clase o qué tipo se trata; y la tercera es conocer cuál es el contenido del
contrato. […] La regla de interpretación fundamental del Código Mexicano es la de la voluntad
interna común de las partes. […] Esta regla se complementa con otras específicas definidas en la
sección respectiva del Código Civil… (1994:5-6)

Teoría de la imprevisión

Esta teoría parte del principio de que los tribunales tienen la facultad de modificar las obligaciones
contractuales cuando éstas deterioran el patrimonio de uno de los contratantes, por
circunstancias imprevisibles que los contratantes no pudieron tener en cuenta al celebrar el
contrato. El derecho canónico, en la Edad Media, se inclinó a favor del deudor, cuando se
enfrentaba la particularidad del enriquecimiento de uno de los contratantes a expensas del otro,
por ser contrario a la moral cristiana. Cuando se presentaba dicha situación no prevista a la fecha
del contrato, para remediar este mal, se entendía implícitamente en los contratos una cláusula
denominada rebuc sic stantibus, en la cual las obligaciones del deudor deberían mantenerse tal
cual se habían contraído al día de la celebración del contrato, siempre que las cosas estuvieran
igual. Cuando las cosas hubiesen cambiado por causas imprevistas, las partes se considerarían
exentas de cumplir el contrato. Esta teoría fue adoptada por algunos países europeos durante el
siglo XVIII y declinó con el liberalismo económico, que influyó de manera importante en las
corrientes del pensamiento jurídico del siglo XIX, las cuales consideraban que la voluntad de los
contratantes era la suprema ley a cumplirse estrictamente en la forma pactada, resumida en el
principio latino pacta sun servanda, cualesquiera que fueran los efectos económicos o los daños y
perjuicios que sufrieran los contratantes. En nuestro Derecho, encontramos algunos elementos
que lo acercan a la teoría de la imprevisión, en el que alguno explotando la suma ignorancia,
notoria inexperiencia o extrema miseria de otro, obtiene un lucro excesivo que sea evidentemente
desproporcionado a lo que éste por su parte se obliga. El perjudicado tiene derecho a pedir la
nulidad del contrato o la reducción equitativa de su obligación, más el pago de los
correspondientes daños y perjuicios. En el mismo sentido, como antecedente de la teoría de la
imprevisión, está la equidad prevista por el artículo 20 del CC que establece que: Cuando haya
conflicto de derechos, a falta de ley expresa que sea aplicable, la controversia se decidirá a favor
del que trata de evitarse perjuicios y no a favor del que pretenda obtener lucro. Si el conflicto
fuere entre derechos iguales o de la misma especie, se decidirá observando la mayor igualdad
posible, entre los interesados

Por otra parte, las autoridades judiciales pueden intervenir en el caso de la imprevisión, como lo
estipulado en el artículo 1857, referido a la interpretación de los contratos, que señala cuándo
verdaderamente es imposible resolver las dudas al recaer en circunstancias accidentales del
contrato: Cuando éste sea gratuito, se resolverá a favor de la menor transmisión de derechos e
intereses. Si fuera oneroso, la duda se resolverá en mayor reciprocidad de intereses. De lo
anterior, podemos concluir que nuestro código no se refiere expresamente a la teoría de la
imprevisión; sin embargo, de acuerdo con los ejemplos anteriores se encuentra inserta la figura en
la que finalmente se busca la equidad entre las partes. En 1982 muchos empresarios se vieron
afectados gravemente por la devaluación de la moneda al haber contratado en dólares su crédito.
Fue tal la magnitud del problema que el Estado tuvo que intervenir a través del Fideicomiso para la
Cobertura de Riesgos Cambiarios (FICORCA), para evitar la quiebra de muchas empresas, evitando
así la pérdida de miles de fuentes de trabajo.

De los contratantes en relación a terceros

El artículo 1796 del CC dispone que los contratos obligan a los contratantes y a sus consecuencias.
Es decir, los contratos sólo obligan a los contratantes (res inter alios acta); por lo que se deduce
que no a los terceros, es decir, las personas ajenas al contrato. Es importante mencionar que
cuando una persona ha sido válidamente representada en la celebración del contrato, es aquélla
donde el mandatario se obliga a ejecutar por cuenta del mandante los actos jurídicos que éste le
encarga (artículo 2546 del CC). En esta forma, el mandatario en el desempeño de sus funciones, se
atiene a las instrucciones recibidas por cuenta del mandante, por lo que el representado no es
tercero en el contrato y los actos que ejecute el mandatario redundarán en el ámbito jurídico del
mandante. El Código Civil, en su artículo 1281, determina que la herencia es la sucesión en todos
los bienes del difunto y en todos sus derechos y obligaciones, que no se extinguen por la muerte.
Lo anterior significa que el heredero debe responder de las cargas de la herencia y hasta donde
alcance la cuantía de los bienes que hereda, ya que las obligaciones, como dice el Código, no se
extinguen con la muerte.

De lo anterior se infiere que los herederos no son terceros ajenos al contrato. No obstante, existen
algunas excepciones reguladas por nuestra legislación, como es el caso del contrato de
arrendamiento, cuando se presenta el caso de la trasmisión de la propiedad, el arrendamiento
subsistirá en términos del contrato. Por otra parte, tenemos a la obligación porte fort como otro
supuesto donde puede actuar un tercero. De acuerdo con lo anteriormente analizado, las partes
en el contrato no pueden crear una obligación a cargo de un tercero ajeno; sin embargo, un
contratante puede obligarse con el otro contratante, para que un tercero ajeno al contrato le dé o
haga una cosa a su favor. Es de precisar que el acreedor no puede exigir al tercero el cumplimiento
de la obligación; pero puede demandar al deudor, el pago de daños y perjuicios en caso de
incumplimiento de la obligación. La expresión porte fort tiene su origen en el Derecho Francés, y
que en realidad constituye una promesa, lo que se puede pactar válidamente en nuestro derecho.
Otro supuesto lo encontramos en la estipulación a favor de tercero, el cual es un contrato
unilateral, en donde el deudor, denominado promitente, se compromete frente a otra persona,
denominada estipulante, a ejecutar una prestación en beneficio de un tercero. Nuestro Código lo
regula en los artículos 1869 al 1881, en los que hace adquirir al tercero el derecho de exigir del
prominente la prestación a que se ha obligado. Se trata de una cláusula contractual, la estipulación
a favor de tercero que beneficia a quien no ha intervenido ni ha sido representado en el acto. No
existe una relación contractual entre el obligado y el beneficiario, sino una declaración unilateral,
que el primero hizo a favor del segundo. El tercero beneficiado puede abstenerse de exigir la
prestación, si así conviene a sus intereses. Por su parte, también confiere al estipulante el derecho
de exigir, del promitente el cumplimiento de dicha estipulación (segundo párrafo del artículo 1869
del CC). El beneficiario debe ser identificado o identificable, no se requiere que sea mencionado en
el momento de la celebración del contrato, pero por datos o signos inequívocos tendrá que ser
identificable a efecto de que el promitente pueda cumplir con la obligación.
Paco dona a Toño un automóvil, con la condición de que otorgue a Memo un préstamo de uso
durante 60 días. Paco celebra con Toño la venta de un terreno rústico, con la condición de que se
contrate un perito en materia de agrimensura para determinar con exactitud la superficie del
inmueble.

Tipos de contratos

Promesa

Es el contrato mediante el cual las partes a las que se les denomina promitentes se obligan a
celebrar un contrato en el futuro. La obligación a que las partes se obligan consiste en un hacer
(artículo 2245 del CC), consistentes en celebrar el contrato respectivo de acuerdo con lo ofrecido
durante cierto tiempo El contrato de promesa de compraventa puede ser unilateral o bilateral
(artículo 2244 del CC). Para que sea válido, debe constar por escrito y contener los elementos
característicos del contrato definitivo y limitarse a cierto tiempo. La ausencia de estos requisitos
hace inexistente este contrato (artículo 2246 del CC). En el caso de que el promitente se rehúse a
firmar los documentos necesarios para dar forma legal al contrato, en su rebeldía los firmará el
juez. No obstante, para el caso de que la cosa ofrecida haya pasado por título oneroso a la
propiedad de tercero de buena fe, la promesa quedará sin efecto, pero será responsable el
promitente de todos los daños y perjuicios ocasionados (artículo 2247 del CC).

Conforme a lo anterior, se debe entender que la única obligación que nace de un contrato de
promesa (preliminar) es la de llevar a cabo otro contrato posterior (definitivo), con la forma
establecida por la ley, el cual debe reunir todos los elementos del definitivo. Por otra parte, se
presenta la siguiente clasificación:  Unilaterales: Cuando los derechos favorecen sólo a una de las
partes y las obligaciones son para la otra.  Bilaterales: Cuando se obligan recíprocamente. 
Formales: Para que sea válida debe constar por escrito, contener los elementos característicos del
contrato definitivo y limitarse a cierto tiempo.

Compraventa

Se trata de un contrato traslativo de dominio, en los términos del artículo 2248 del CC, en el que
se asienta que habrá compraventa cuando uno de los contratantes se obliga a transferir la
propiedad de una cosa o de un derecho y el otro a su vez se obliga a pagar por ellos un precio
cierto y en dinero. El contrato se considera perfeccionado a la firma del contrato, en los términos
del artículo 2014, que se refiere a las enajenaciones de cosa ciertas y determinadas. Por su parte,
el artículo 2249 del CC determina que la venta es perfecta y obligatoria para las partes, cuando se
han convenido sobre la cosa y su precio, aunque la primera no haya sido entregada, ni el segundo
satisfecho. Al tener un carácter consensual la compraventa, lo que únicamente se requiere es el
consentimiento de las partes para que produzca todos sus efectos. Es por ello que una vez
manifestada la voluntad, cualquiera de los contratantes puede exigir que el otro cumpla con su
obligación incluso en la vía judicial. El Código Civil previene, en su artículo 2250, que si el precio de
la cosa vendida se ha de pagar parte en dinero y parte con el valor de otra cosa, en este caso será
de venta; pero si en el contrato la parte en numerario fuera inferior, el contrato será de permuta
(la permuta es un contrato en que las partes se entregarán una cosa a cambio de otra, sin que
ninguna de las dos sea en dinero).
Así también, los contratantes pueden convenir que el precio sea el que corra en día o lugar
determinados o al que fije un tercero (artículo 2251 del CC). Lo cual se encuentra íntimamente
relacionado con el artículo 2252 que determina la obligación de los contratantes de respetar el
precio fijado por el tercero. Se pacta la compraventa de un inmueble y las partes convienen en que
sea un perito en materia de valuación de inmuebles el que determine el valor en el comercio del
inmueble. Se presentan a continuación las características que conforman el contrato de
compraventa:  Traslativo de dominio: Habrá compraventa cuando uno de los contratantes
obligue a transferir la propiedad de una cosa o de un derecho.  Principal: No depende de ningún
otro contrato.  Bilateral: Produce derechos y obligaciones recíprocos.  Oneroso: El vendedor
transmite la propiedad como una obligación a su cargo y, por su parte, el comprador recibe un
provecho, cuando se le transmite el dominio de una cosa mediante el pago correspondiente. 
Conmutativo: Desde la celebración del contrato, las partes pueden precisar el monto de las
prestaciones, siempre y cuando se celebre sobre cosas ciertas y determinadas.  Aleatorio:
Excepcionalmente es aleatorio cuando la garantía de las prestaciones no sea cierta y determinada,
al depender de un hecho futuro e incierto, como es el caso de la compraventa de esperanza o de
cosa futura.  Consensual: Es perfecta cuando se ha convenido sobre la cosa y el precio aunque la
primera no haya sido entregada ni el segundo satisfecho. Se perfecciona por el simple
consentimiento de las partes, excepto cuando recae sobre un inmueble en el que debe cumplirse
con la forma establecida por la ley.

En materia de la compraventa nadie puede vender si no lo que es de su propiedad. La venta de


cosa ajena es nula (artículo 2269 y 2270 del CC).

Permuta

El Código Civil define al contrato de permuta como aquél mediante el cual cada uno de los
contratantes se obliga a dar una cosa por otra; remite a lo dispuesto por el artículo 2250 para
diferenciarlo del contrato de venta que ya hemos comentado (artículo 2327 del CC). Como
antecedente histórico podemos mencionar que cuando el hombre cambia su calidad de nómada a
sedentario, nace la división del trabajo y con ella, el trueque. En realidad, la permuta es una forma
de trueque. Ahora bien, en nuestro derecho se puede presentar un contrato mixto, que puede ser
venta o permuta y por eso es que el artículo 2327 del CC remite al artículo 2250, donde se
encuentra la regla para distinguir la venta de la permuta. En efecto, cuando el pago en dinero es
igual o mayor, el contrato será de venta. Si la parte en numerario fuere inferior el contrato, será
de permuta. Históricamente, con el nacimiento de la moneda apareció el contrato de
compraventa. En nuestros días, la moneda es un objeto comercial que en el mercado tiene
diversos valores, con el fin de dar certidumbre a las transacciones, sobre todo en materia
internacional. Se presenta a continuación la siguiente clasificación:  Traslativo de dominio: Se
transmite la propiedad de los bienes.  Es un contrato principal: No está sujeto a la existencia de
otro.  Es un contrato bilateral: Se pactan derechos y obligaciones recíprocos.  Es un contrato
oneroso: Se encuentra implícito en el valor de los bienes que se intercambian.

Es un contrato conmutativo: En razón de que las prestaciones que se deben las partes son ciertas y
determinadas desde la celebración del contrato y aleatorio por excepción, cuando está sujeto a un
evento futuro.  Es un contrato instantáneo o de tracto sucesivo: Es instantáneo cuando se realiza
en un solo acto y de tracto sucesivo cuando se pactan entregas periódicas.  Es un contrato
consensual: Se perfecciona por la simple voluntad de las partes.  Es un contrato formal: Cuando
se trate de bienes inmuebles. El Código Civil previene en su artículo 2329 que para el caso de que
el permutante sufra evicción (privación en todo o en parte de la cosa adquirida), tiene derecho a
reivindicar la que dio, si se haya aún en poder de otro permutante, también podrá exigir el valor
de la cosa que se le hubiere dado en cambio y en ambos casos con el pago de daños y perjuicios.
La reivindicación no perjudica los derechos que a título oneroso haya adquirido un tercero de
buena fe sobre la cosa que reclame el que sufrió la evicción (artículo 2330 del CC). El Código Civil
en su artículo final sobre el contrato de permuta dispone que, con excepción de lo relativo al
precio, son aplicables a este contrato las reglas de la compraventa, en cuanto no se opongan a los
anteriores artículos que regulan el mandato (artículo 2331 del CC)

Donación

Es un contrato gratuito. Se trata de un acto de magnanimidad que realiza el donante a favor del
donatario, puesto que el donante no recibe a cambio ninguna otra contraprestación del donatario.
Sin embargo, hay donaciones onerosas, en virtud de que se le imponen ciertas contraprestaciones
o gravámenes al donatario, sólo se considera donado el exceso que hubiere el precio de la cosa,
después de deducir el valor de las cargas respectivas que se imponen (artículo 2337 del CC). Recae
sobre una parte o la totalidad de sus bienes presentes. En caso de que una persona decidiera
donar la totalidad de sus bienes, el Código determina que es nula dicha donación, si éste no se
reserva en propiedad o en usufructo lo necesario para vivir según sus circunstancias (artículo
2347)

e la misma forma resultan inoficiosas las donaciones cuando perjudiquen la obligación del donante
de ministrar alimentos a aquellas personas a quienes los debe conforme a la ley. En este caso debe
reducirse proporcionalmente la donación a efecto de dejar a salvo los derechos del acreedor
alimentario. No obstante que nuestra legislación permite la donación de todos los bienes del
donante, deja a salvo también los derechos de los acreedores del donante, pues en este caso, el
donatario será responsable de todas las deudas del donante, por supuesto, anteriormente
contraídas pero sólo hasta la cantidad concurrente con los bienes donados y siempre que las
deudas tengan fecha auténtica. No puede comprender los bienes futuros (artículo 2333 del CC). En
efecto, esto se explica en virtud de que el donante pudiera transmitir bienes o derechos que no
existan, en el momento de contraer la obligación y daría lugar a incertidumbre y confusión sobre
los derechos y obligaciones, tanto del donante como del donatario, en caso de una donación
onerosa. Es importante advertir que el donatario debe aceptar dicha transmisión en vida del
donante (artículo 2338 del CC). Efectivamente, las donaciones sólo pueden tener lugar entre vivos
y no pueden revocarse si no en los casos declarados en la ley. Es de mencionar que si al tiempo de
la aceptación hubiera fallecido el proponente sin que el aceptante fuera sabedor de su muerte,
quedarán los herederos de aquél obligados a sostener su contrato (artículo 1809 del CC). Lo
anterior constituye una excepción a la donación entre vivos. Sin embargo, en función el que el
donatario no le comunicó en vida su voluntad de aceptar su donación, esto hace que sea polémica
la eficacia de la figura de la donación, independientemente que el donatario haya tenido o no
conocimiento de la muerte del donante. Se presentan a continuación las características de la
donación:  Es traslativo de dominio: Se transmite la propiedad.  Es principal: No depende de
ningún otro contrato.
Es gratuito: Los gravámenes los reporta exclusivamente el donante.  Es unilateral: Los derechos
son únicamente para el donatario.  Es bilateral en caso de donaciones onerosas: Cuando se
imponen algunas cargas al donatario y en caso de una sucesión universal deberá responder por las
deudas.  Es consensual: Cuando se trata de bienes muebles cuyo valor no exceda de 200 pesos, lo
que se encuentra regulado por el artículo 2343 del CC.  Es formal: Si el valor de los muebles
excede de 200 pesos pero no de 5000, debe hacerse por escrito.  Es instantáneo: Cuando la
entrega de las cosas y los bienes se hace en un solo acto.  Es de tracto sucesivo: Las prestaciones
periódicas se extinguen por la muerte del donante (artículo 2356 del CC). Los no nacidos pueden
adquirir por donación siempre y cuando hayan sido concebidos al tiempo que aquélla se hizo y
deben ser viables, conforme a lo dispuesto por el artículo 2357 del CC. Las donaciones hechas
simulando otro contrato a personas que conforme a la ley no puedan recibirlas son nulas, ya se
hagan de un modo directo, ya por interpósita persona (artículo 2358 del CC). Las donaciones
legamente hechas por una persona que al tiempo de otorgarlas no tenía hijos, pueden ser
revocadas por el donante, cuando le hayan sobrevenido hijos que hayan nacido con todas las
condiciones que sobre viabilidad exige el artículo 337 del CC. En caso de que transcurran 5 años
desde que se hizo la donación y el donante no ha tenido hijos o habiéndolos tenido, no ha
revocado la donación, ésta se volverá irrevocable. Lo mismo sucede si el donante muere dentro de
ese plazo de cinco años sin haberla revocado. Así también, si dentro del mencionado plazo naciera
un hijo póstumo del donante, la donación se tendrá por revocada en su totalidad (artículo 2359
del CC). En la misma forma, las donaciones pueden ser revocadas por la ingratitud del donatario,
en caso de que el donatario cometa algún delito contra la persona, la honra o los bienes del
donante o de los ascendientes, descendientes o cónyuge de éste o en el caso de que el donatario
rehúse a socorrer según el valor de la donación, al donante que ha venido en pobreza (artículo
2370 del CC). Se debe advertir que para que una persona sea culpable, de acuerdo al principio de
presunción de inocencia, es necesario que exista sentencia penal que lo declare responsable del
mismo (artículo 2370 del CC).

Es aplicable a la revocación de las donaciones hechas por ingratitud lo dispuesto en los artículos
2361 al 2364 del CC.

Mutuo

El mutuo es un contrato por el cual el mutuante se obliga a transferir la propiedad de una suma
de dinero o de otras cosas fungibles al mutuatario, quien se obliga a devolver otro tanto de la
misma especie y calidad. De esta definición contenida en el artículo 2384 del CC, se deriva la
siguiente clasificación:  Es traslativo de dominio: De dinero o ciertos bienes fungibles.  Es
principal: No depende de otro contrato.  Es bilateral: Se crean derechos y obligaciones para
ambas partes.  Es gratuito: Los provechos son para el mutuatario y los gravámenes son para el
mutuante.  Es oneroso: Cuando se estipulan intereses en dinero, o en géneros, es permitido en
los términos del artículo 2393 del CC.  Es consensual: Se perfecciona con el simple
consentimiento de las partes, no requiere de ninguna formalidad, pues basta el consentimiento de
las partes, cuando éste se exterioriza de una manera expresa o tácita.  Es un contrato de tracto
sucesivo: Porque se realiza a través del tiempo, es decir, siempre se pacta un tiempo determinado,
para que el mutuatario devuelva la cantidad o las cosas fungibles.  Es conmutativo: En razón de
que las prestaciones que se deben las partes son ciertas y determinadas desde la celebración del
contrato. El contrato de mutuo puede ser de naturaleza civil o mercantil, esto de acuerdo con la
legislación que lo regule, ya sea el Código Civil Federal o el Código de Comercio. Es civil cuando las
cosas prestadas no se destinan a actos de comercio y los contratantes no son comerciantes. Es
mercantil cuando el préstamo se presume que es entre comerciantes (artículo 358 del Código de
Comercio). Es importante mencionar que el mutuante es responsable de los perjuicios que sufre el
mutuatario, por la mala calidad o vicios ocultos de la cosa prestada, si conoció los defectos y no
dio aviso oportuno al mutuatario (artículo 2390 del CC).

Arrendamiento

El Código Civil conceptualiza al contrato de arrendamiento como en el que las partes contratantes
se obligan recíprocamente, una a conceder el uso o goce temporal de una cosa y la otra a pagar
por ese uso o goce un precio cierto (artículo 2398 del CC). Se presentan a continuación sus
características.  Es un contrato traslativo de uso: Debido a que no se transmite la propiedad,
únicamente su utilización, en el que el arrendador se obliga a transmitir el arrendatario el uso o
goce de una cosa, temporalmente.  Es principal: Lo es en razón de que no depende de ningún
otro contrato.  Es bilateral: Ya que, por una parte, el arrendador se obliga a entregar
temporalmente el uso o goce de una cosa y el arrendatario a pagar un precio cierto.  Es oneroso:
En función de que el arrendador se obliga a conceder el uso o goce de la cosa arrendada por el que
obtiene un provecho al recibir el precio de la renta, mientras que por otra parte el arrendatario se
encuentra obligado a pagar el precio pactado por el arrendamiento, gracias al cual disfruta del uso
y goce por el tiempo de duración del contrato.  Es consensual: Se perfecciona por el simple
consentimiento de los contratantes, sin necesidad de hacer la entrega material de la cosa
arrendada.  Es formal: Al otorgarse por escrito, determinándose la duración, el precio, las
prohibiciones de subarrendar, de destinarlo a otro fin diverso al objeto del contrato, etcétera. En
caso de omisión de hacerlo por escrito, tratándose de fincas urbanas destinadas a habitación, será
imputada al arrendador, lo que tendrá como resultado para éste la incertidumbre legal, en la
calidad por la cual entrega la posesión del inmueble.  Es de tracto sucesivo: El aprovechamiento
por parte del arrendatario, se da a través del tiempo, y por lo tanto, no puede ser instantáneo.  Es
conmutativo: Porque las partes a partir de la celebración del contrato, conocen las estipulaciones
del mismo (artículo 2448-F del CC). En caso de arrendamiento de bienes muebles, serán aplicables
las disposiciones del arrendamiento, siempre y cuando sean compatibles con la naturaleza de esos
bienes (artículo 2459 del CC).

En caso de arrendamientos por tiempo indeterminado, deberán las partes contratantes avisar por
escrito a la otra, de manera fehaciente, con treinta días hábiles de anticipación, si el predio es
urbano y con un año si es rústico, de comercio y de industria (artículo 2478 del CC). En caso de
subarriendo de la cosa arrendada, el arrendatario no lo puede hacer sin consentimiento del
arrendador y en ese caso responderá de los daños y perjuicios (artículo 2480 del CC). Por otra
parte, el arrendamiento termina por las siguientes causas (artículo 2483 del CC). I. Por haberse
cumplido el plazo fijado en el contrato o por la ley, o por estar satisfecho el objeto para que la
cosa fue arrendada. II. Por convenio expreso. III. Por nulidad. IV. Por rescisión. V. Por confusión. VI.
Por pérdida o destrucción total de la cosa arrendada, por caso fortuito o fuerza mayor. VII. Por
expropiación de la cosa arrendada hecha por causa de utilidad pública. VIII. Por evicción de la cosa
dada en arrendamiento.
Comodato

El comodato es un contrato por el cual uno de los contratantes se obliga a conceder gratuitamente
el uso de una cosa no fungible (comodante) y el otro contrae la obligación de restituirla
individualmente (comodatario) (artículo 2497 del CC). Sus características son las siguientes:  Es
traslativo de uso: En razón de que únicamente se traslada el uso y no otro derecho, por que
inclusive el comodatario no tiene derecho a los frutos y accesiones de la cosa prestada (artículo
2501 del CC).  Es principal: No depende de ningún otro contrato.  Es bilateral: El comodante
concede el uso de la cosa y el comodatario debe restituir la cosa individualmente.  Es consensual:
Se perfecciona por el consentimiento de las partes.  No formal: Para su perfeccionamiento no se
requiere ninguna formalidad, porque es aplicable al comodato, el principio de la autonomía de la
voluntad de las partes.

 Es de tracto sucesivo: En relación a que sus efectos se dan en el tiempo, por lo que no podrá ser
instantáneo. Es obligación del comodatario, la conservación de la cosa en las condiciones en las
que fue prestada, pero tiene derecho a exigir al dueño los gastos por concepto de mantenimiento.
Asimismo, el comodante puede exigir, si no se ha terminado el plazo del préstamo, la devolución
de la cosa cuando así le pareciere. El comodato termina por la muerte del comodatario (artículo
2515 del CC).

Depósito y secuestro

El contrato de depósito es en el cual el depositario se obliga hacia el depositante a recibir una


cosa, mueble o inmueble que aquél le confíe, así como a guardarla para restituirla cuando la pida
el depositante (artículo 2516 del C.C.). Sus características son las siguientes:  Es principal: Tiene
una experiencia propia y no depende de ningún otro contrato.  Es bilateral: El depositante tanto
como el depositario se obligan a provechos y gravámenes recíprocos.  Es oneroso: El depositario
tiene derecho a exigir retribución por el depósito, salvo pacto en contrario, lo cual se arreglará a
los términos del contrato, y en su defecto a los usos del lugar a que se constituye el depósito
(artículo 2517 del CC).  Es consensual: Se perfecciona el contrato por el consentimiento de las
partes y no requiere de formalidad alguna.  Es de tracto sucesivo: Sus efectos se generan en el
tiempo por lo que no puede ser instantáneo.  Es intuitu personae: Este tipo de contratos atiende
a las características propias con quien se celebra. En este caso opera la confianza, la diligencia y la
honestidad del depositario. Es de advertir que el depositario responde de los daños y perjuicios
que las cosas depositadas sufrieren por su malicia o negligencia (artículo 2522 del CC). Por otra
parte, el contrato de secuestro es el depósito de una cosa litigiosa, en poder de un tercero, hasta
que se decida a quién debe entregarse (artículo 2539 del CC). Éste puede ser convencional o
judicial (artículo 2540 del CC):

Convencional: Cuando los litigantes depositan la cosa litigiosa en poder de un tercero, que se
obliga a entregarla, concluido el juicio, que conforme a la sentencia tenga derecho (artículo 2541
del CC). El encargado del secuestro convencional no puede libertarse de él, hasta concluido el
juicio, requiere el consentimiento de todas las partes interesadas o por una causa que el juez
declare legítima (artículo 2542 CC):  Judicial: Es el que se constituye por decreto del juez (artículo
2544 del CC). Se rige por las disposiciones del Código de Procedimientos Civiles y en su defecto por
las mismas del secuestro convencional (artículo 2545 del CC). En efecto, el Código de
Procedimiento Civiles dispone en su artículo 543 que: “De todo secuestro se tendrá como
depositario a la persona que bajo su responsabilidad nombre el acreedor, pudiendo ser el mismo o
el deudor mediante el formal inventario”.

Mandato

Es el contrato mediante el cual el mandatario se obliga a ejecutar por cuenta del mandante los
actos jurídicos que éste le encarga (artículo 2546 del CC). Sus características son las siguientes:  Es
principal: No depende de la existencia de otro contrato.  Es bilateral: Produce derechos y
obligaciones recíprocos.  Es oneroso: Otorga provechos y gravámenes recíprocos para ambos
contratantes. Puede ser gratuito excepcionalmente, pero para ello es necesario que se haga
constar expresamente (artículo 2449 del CC).  Es consensual: El mandato puede ser escrito o
verbal. Sin embargo, debe ratificarse por escrito antes de que se concluya el negocio para el que
se dio (artículo 2552 del CC).  Es formal: Porque como se mencionó en el artículo anterior, debe
ser ratificado por escrito, antes de que concluya el negocio.  De tracto sucesivo: El mandatario
requiere de tiempo para cumplir con los actos del mandante, aunque hay actos jurídicos que se
cumplen en un solo acto, por lo que podría adquirir la naturaleza de un contrato instantáneo.  Es
intuitu personae: El mandato se otorga a aquella persona que reúne cualidades de confianza, de
calidad profesional o teniendo en cuenta las habilidades de la persona.

Por otra parte el mandatario está obligado en el desempeño de su encargo a sujetarse a las
instrucciones recibidas del mandante, y en ningún caso podrá proceder contra disposiciones
expresas del mismo (artículo 2562 del CC). En lo no previsto, el mandatario siempre deberá
consultarle al mandante; pero si esto no fuera posible, deberá actuar con buen sentido y
prudencia, como si se tratara de un negocio propio (artículo 2563 del CC). Si un accidente
imprevisto pudiera resultar perjudicial en la ejecución de las instrucciones recibidas, el mandatario
podrá suspender su cumplimiento haciéndolo de conocimiento del mandante lo más rápido
posible (artículo 2564 del CC). Si el mandatario incurriese en actos que redunden con violación o
exceso del encargo recibido, quedará obligado a la indemnización a favor del mandante de daños y
perjuicios, y quedará a opción de éste ratificarlas o dejarlas a cargo del mandatario (artículo 2565
del CC). El mandatario está obligado a dar oportunamente noticia al mandante de todos los
hechos o circunstancias que puedan determinarlo a revocar o modificar el encargo. Asimismo,
debe dársela sin demora de la ejecución de dicho encargo (artículo 2566 del CC). El mandatario
está obligado a dar al mandante cuentas exactas de su administración, conforme al convenio si lo
hubiere. No habiéndolo, cuando el mandante lo pida y en todo caso al fin del contrato (artículo
2569 del CC). En caso de que se confiera un contrato a diversas personas respecto de un mismo
negocio, no quedarán solidariamente obligados si no se convino así expresamente (artículo 2573
del CC). El mandatario puede encomendar a un tercero el desempeño de su mandato si tiene
facultades expresas para ello (artículo 2574 del CC). Si se designó al mandatario un substituto, no
podrá nombrar otro, pero si no se le designó expresamente a sustituto podrá nombrar al que
quiera (artículo 2575 del CC). Éste tendrá para el mandante los mismos derechos y obligaciones
que el mandatario (artículo 2576 del CC). Por otra parte, sobre los tipos de mandato encontramos
los siguientes: Especial: Cuando el mandatario representa al mandante en actos jurídicos
expresamente indicados. General: Si se otorga para que realice una generalidad de actos jurídicos.
Estos pueden ser:
Actos de dominio: Se encuentran regulados en el párrafo tercero del artículo 2554 del CC, que
dispone que bastará que se den con ese carácter para que el apoderado tenga todas las facultades
de dueño.  Actos de administración: El mismo artículo, en su segundo párrafo, previene que los
poderes generales para administrar, bastará que se den con ese carácter más no de enajenarlos. 
Pleitos y cobranzas: El primer párrafo del propio artículo 2554 determina que en todos los poderes
para pleitos y cobranzas bastará que se diga que se otorga con todas las facultades generales y las
cláusulas especiales que requieran cláusula especial conforme a la ley, para que se entiendan
conferidos sin limitación alguna. Según el tipo de mandato o del interés del acto jurídico que se
pide realizar, el mandato puede hacerse consensualmente, por escrito privado o mediante
escritura pública, en este caso, si es general o implica una cantidad superior a la que fije la norma.
O bien, si la norma prescribe que debe otorgarse en escritura pública debido a su naturaleza. Por
otra parte, el mandato termina conforme a lo señalado en el artículo 2595 del CC que señala lo
siguiente: I.- Por la revocación. II.- Por la renuncia del mandatario. III.- Por la muerte del mandante
y el mandatario. IV. Por interdicción de uno u otro. Es el caso de que alguno de ellos caiga en
estado de incapacidad. V.- Por vencimiento del plazo y por la conclusión del negocio para el que
fue concedido. V. En los casos previstos en los artículos 670, 671 y 672 del CC. No obstante lo
estipulado en la fracción tercera, el mandatario puede continuar con el negocio hasta la
designación de herederos y albacea del mandante.

Prestación de servicios

El contrato de prestación de servicios es aquél por el cual un sujeto llamado prestador se obliga a
realizar un servicio a favor de otro llamado cliente, a cambio del pago de unos honorarios. El
objeto del contrato es prestar un servicio (prestación de hacer), que es lo que se obliga el
prestador a favor del cliente. El honorario consiste en la retribución que el cliente debe pagar al
prestador en contraprestación de dichos servicios, lo cual normalmente es en dinero, aunque
también se podría pactar con cualquier bien, fijado de común acuerdo (artículo 2606 del CC). En
caso de que no hubiera habido convenio, los honorarios se regularán de acuerdo con las
costumbres del lugar, o bien, a la importancia de los trabajos prestados o a la reputación
profesional que tenga adquirida el que lo ha prestado, pero si los servicios prestados estuvieran
regulados por arancel, éste servirá de norma para fijar el importe de los honorarios reclamados
(artículo 2607 del CC). Las características de este tipo de contrato son las siguientes:  Es principal:
No depende de ningún otro contrato.  Es bilateral: El prestador y el cliente tienen derechos y
obligaciones reciprocas.  Es oneroso: El cliente está obligado a pagar una retribución por los
servicios prestados y el prestador a realizar el trabajo encargado. Sin embargo, también puede ser
pro bono (gratuito).  Es consensual: Se perfecciona por el simple consentimiento de las partes,
que puede ser expreso o tácito. El primero puede ser verbal o escrito y el segundo cuando se
realizan ciertos actos o hechos que hacen presumir el consentimiento de los contratantes.  Es
instantáneo o de tracto sucesivo: En el primer caso es cuando se realiza en un solo acto, y en el
segundo cuando requiere de varios actos que se dan en el tiempo.  Es intuitu personae: Porque
es resultado de una elección del cliente en la que toma en cuenta el prestigio del profesionista, sus
conocimientos y experiencia, o bien, la calidad técnica, artística o científica. Se debe advertir que
las personas que no tenga el título correspondiente exigido por la ley, no tendrán derecho a cobrar
retribución, por los servicios profesionales que haya prestado, además de incurrir en las penas
respectivas. Por ejemplo, el caso del delito de usurpación de profesión (artículo 323 del Código
Penal para el Distrito Federal).

Terminación del contrato Aunque no está regulado por nuestro Código Civil se deben tomar en
cuenta las causales de terminación de otros contratos, como pueden ser las voluntad de las partes
contratantes, la conclusión del negocio, por muerte del profesionista, por recisión o nulidad del
contrato y por sentencia judicial.

Hospedaje

El contrato de hospedaje tiene lugar cuando alguno presta a otro albergue, mediante la
retribución convenida, comprendiéndose o no según se estipule los alimentos y demás gastos que
origina el hospedaje (artículo 2666 del CC). El uso común en nuestro país es llamar al que presta el
servicio hotelero o posadero, y al que recibe los servicios huésped o viajero. Sus características son
las siguientes:  Es principal: Tiene vida propia y no guarda dependencia con ningún otro contrato.
 Es bilateral: Porque el huésped se obliga a pagar el precio del hospedaje y, por su parte, el
hotelero a proporcionar los servicios a los que se obliga.  Es oneroso: El servicio siempre tiene un
costo.  Es consensual: Se perfecciona por el simple consentimiento de las partes y no requiere de
formalidad alguna.  Es de tracto sucesivo: La prestación del servicio de hospedaje,
necesariamente se da en el tiempo de duración de acuerdo a las necesidades del huésped.

Terminación del contrato Por el vencimiento del término convenido o por convenio de las partes
antes del término fijado o por recisión en caso de incumplimiento.

Asociación y sociedad civil

La asociación se establece cuando varios individuos convinieren en reunirse, de manera que no


sea enteramente transitoria, para realizar un fin común que no esté prohibido por la ley y que no
tenga un propósito preponderantemente económico (artículo 2670 del CC), tal como los fines de
carácter científico, cultural, deportivo, humanístico, social, entre otros. Al no tienen un carácter
eminentemente

económico, significa que los asociados pueden aportar una cierta cantidad para la subsistencia de
la asociación, pero de ninguna manera con fines de lucro. Promociones Artísticas A. C., Fomento
Cultural y Científico A .C., etcétera. En cuanto a la Sociedad Civil, el artículo 2668 del CC prescribe
que los socios se obligan mutuamente a combinar sus recursos o sus esfuerzos para la realización
de un fin común, pero que no constituye una especulación comercial. Si bien, persiguen
finalidades preponderantemente económicas, éstas no constituyen una especulación comercial.
Bufete Jurídico Sánchez y Sánchez, S. C., Clínica de Tratamiento Dermatológico, S. C. Ambos tienen
las mismas características:  Contrato plurilateral y por excepción bilateral: Porque dos o más
personas pueden constituir una asociación o una sociedad.  Oneroso: Porque tanto la asociación
como la sociedad requieren de recursos económicos para constituirse y desarrollar su objeto. 
Conmutativo: En tanto se constituye por el consentimiento de los asociados o de los socios. 
Formal: Se da por escrito y generalmente ante el Registro Público de la Propiedad.  De tracto
sucesivo: Su objeto se desarrolla en el tiempo.  Intuitu personae: Debido a que los socios y
asociados se unen por un fin común que perseguir Terminación del contrato de asociación  Por
acuerdo de la Asamblea General.  Por haber concluido el término de la asociación.  Por haber
conseguido el objeto por el cual fue constituida. Las asociaciones de beneficencia, como asilos,
guarderías, hospitales, se regirán por las leyes especiales correspondientes (artículo 2687 del CC).
Las causas de disolución de las sociedades son:  Por el consentimiento unánime de los socios. 
Por vencimiento de término.  Por la realización del objeto y también por haberse vuelto
imposible.  Por la muerte o incapacidad de alguno de los socios. Salvo que en la escritura social se
hubiera pactado que la sociedad continúe con los socios sobrevivientes o con los herederos de
aquél.

Juego y apuesta

Rafael de Pina Vara define al juego como: Contrato aleatorio en el cual el beneficio o la pérdida de
las partes dependen del resultado favorable o adverso de una actividad que se desarrolla entre
ellas, con fines de distracción o ganancia, o, más frecuentemente, con ambos fines a la vez (De
Pina, 1984). Por su parte, define la apuesta como: Contrato en virtud del cual dos o más personas
convienen, recíprocamente, en realizar una determinada prestación a favor de aquélla que en
relación con un hecho, cuestión u opinión, que sea objeto de discusión, entre ellas lo que resulte
ser cierto o exacto (artículos 2764 a 2773 del CC). Este contrato, como el de juego, pertenece a la
clase de los aleatorios (De Pina, 1984).

La diferencia entre ambos es que en el juego participan las partes e influye su preparación o
capacidad en el resultado; por su parte, en la apuesta no influye la destreza o voluntad de las
partes en su resultado, si no la realización de un hecho incierto. Por otra parte, las características
del juego y la apuesta son las siguientes:  Son principales.  Son aleatorios: En función de que la
prestación debida depende de un acontecimiento futuro incierto.  Son bilaterales: Las partes se
obligan recíprocamente.  Son onerosos: Si fueran gratuitos, no revestirían ningún interés.  Son
consensuales: No requiere de formalidad alguna. Es de comentar que en los últimos años, en
México se han multiplicado los casinos en los que se apuesta en máquinas electrónicas, que son
autorizados por la Secretaría de Gobernación, a través, de su Dirección General de Juegos y
Sorteos

Renta vitalicia

El artículo 2774 del CC, define a la renta vitalicia de la siguiente manera: …es un contrato aleatorio,
por el cual el deudor se obliga a pagar periódicamente una pensión durante la vida de una o más
personas determinadas, mediante la entrega de una cantidad de dinero o de una cosa mueble o
raíz estimadas, cuyo dominio se le transfiere desde luego. Por otra parte, sus características son
las siguientes:  Es principal: No está supeditado a otro contrato.  Es unilateral: Cuando se
constituye a título gratuito.  Es bilateral: Da nacimiento a derechos y obligaciones recíprocas.  Es
oneroso: Porque hay provechos y gravámenes recíprocos.

Es gratuito: También puede constituirse a título puramente gratuito, sea por donación o por
testamento.  Es formal: En el caso previsto por el artículo 2776 del CC, cuando los bienes cuya
propiedad se transfieren, deben enajenarse por escrito y en escritura pública.  Es de tracto
sucesivo: Debido a que se cumple a través del pago periódico de la pensión vitalicia.  Es
consensual: En función de que no se necesita la entrega material de la propiedad de la cosa, para
que se perfeccione el contrato.  Es aleatorio: Toda vez que no se puede determinar la fecha de la
muerte del pensionista por lo tanto, no se puede estimar la cuantía.  Es traslativo de dominio:
Cuando una de las partes se obliga a transmitir en propiedad bienes muebles e inmuebles a otra
persona, quien a su vez queda obligada a pagar la renta vitalicia. El artículo 2778 previene que la
renta vitalicia solamente se extingue con la muerte del pensionista.

Compra de esperanza

El Código Civil define al contrato de esperanza como aquél que tiene por objeto adquirir, por una
cantidad determinada, los frutos que una cosa produzca, en el tiempo fijado, tomando el
comprador para sí, el riesgo de que esos frutos no lleguen a existir, o bien, los productos inciertos
de un hecho que puedan estimarse en dinero (artículo 2792 del CC). El vendedor tiene derecho al
precio, aunque no lleguen a existir los frutos o productos comprados. Sus características son las
siguientes:  Es principal: Existe por sí mismo, no depende de otro contrato.  Es bilateral: Existen
obligaciones recíprocas para los contratantes.  Es oneroso: Se generan provechos y gravámenes
recíprocos.  Es aleatorio: Porque dependen de un hecho futuro e incierto.  Es consensual: Se
perfecciona por el simple consentimiento de las partes.  Es de tracto sucesivo: Sus efectos se
producen en el tiempo.

Garantía: fianza, prenda e hipoteca

De la fianza El Código Civil determina que la fianza es un contrato por el cual una persona se
compromete con el acreedor a pagar por el deudor si éste no lo hace (artículo 2794 del CC). Sus
características son las siguientes:  Es accesorio: Depende de una obligación principal, entre el
acreedor y el deudor. Solamente se actualiza en caso de incumplimiento del deudor.  Es bilateral:
Los derechos y obligaciones son para las dos partes. La obligación es del deudor, pero conlleva o
trae aparejada la obligación del fiador.  Es oneroso: Porque usualmente la fianza tiene un costo. 
Es consensual: Con excepción de la fianza legal, fianza judicial o de la fianza entregada en póliza. 
Es aleatorio: Porque depende de un hecho futuro e incierto, como es el caso de que el deudor no
pague la suerte principal.  Es conmutativo: Cuando las prestaciones, en el contrato respectivo,
son ciertas y determinadas.  Es un contrato de garantía: Porque la garantía que da el fiador es
personal. La obligación del fiador se extingue al mismo tiempo que la del deudor y por las mismas
causas que las demás obligaciones (artículo 2842 del CC).

De la prenda El artículo 2856 del CCDF dice: “La prenda es un derecho real constituido sobre un
bien mueble enajenable, para garantizar el cumplimiento de una obligación y su preferencia en el
pago”. Sus características son las siguientes:  Es de garantía: Se trata de una garantía real, que
tiene por objeto que el acreedor tenga la certeza del cumplimiento de la obligación y, en caso
contrario, podrá vender la cosa.  Es accesorio: Depende de la obligación principal, que es la
deuda.  Es bilateral: Genera derechos y obligaciones para ambas partes.  Es formal: Debe
constar por escrito (artículo 2860 del CC).  Es real: Para que se tenga por constituida la prenda,
deberá ser entregada al acreedor, real o jurídicamente.  Es oneroso: Se producen derechos y
gravámenes recíprocos. Con el pago que extingue el crédito, también se extingue la obligación
prendaria, la cual deberá devolver el acreedor al deudor (artículo 2891 del CC). De la hipoteca La
hipoteca es una garantía real, sobre bienes que no se entregan al acreedor y que dan derecho a
éste. En caso de incumplimiento de la obligación garantizada, debe ser pagado con el valor de los
bienes, en el grado de preferencia establecido por la ley (artículo 2893 del CC). Sus características
son las siguientes:  Es accesorio: Se otorga para garantizar el cumplimiento de un préstamo.  Es
unilateral: Porque el deudor hipotecario ofrece la garantía real con la que se beneficia el acreedor.
 Es consensual: No es necesario entregar la cosa hipotecada al acreedor de la deuda principal. 
Es formal: Debe realizarse por escrito en documento privado o en escritura pública y puede
inscribirse en el Registro Público de la Propiedad.

Transacción

Es un contrato por el cual las partes, haciéndose recíprocas concesiones, terminan una
controversia presente o previenen una futura. Sus características son las siguientes:  Es principal:
Porque resuelve o previene conflictos que garantizan el cumplimiento de obligaciones principales.
 Es bilateral: Genera derechos y obligaciones recíprocas.  Es oneroso: Produce derechos y
gravámenes recíprocos.  Es conmutativo: Porque desde su celebración se conocen la cuantía de
las prestaciones.  Es consensual: Porque se perfecciona con el simple consentimiento de las
partes.  Es formal: Cuando es necesario hacerlo constar por escrito, en el caso de convenios
judiciales o convenios de perdón otorgados ante el Agente del Ministerio Público en delitos no
graves.  Es instantáneo: Cuando sus efectos se realicen en un solo acto, pero puede ser de tracto
sucesivo cuando sus efectos se prolongan en el tiempo. Finalmente, las transacciones deben
interpretarse estrictamente y sus cláusulas son indivisibles, a menos que otras cosas convengan las
partes (artículo 2962 del CC). En efecto debe estarse a la letra de las cláusulas si no existe duda
sobre el fondo de la transacción. Se recomienda la consulta de la obra La decadencia del contrato,
de Néstor de Buen Lozano, en la cual podrás apoyarte para determinar el estado del arte en
materia de autonomía de la voluntad y cómo es que de antaño ya se vislumbraba la pérdida de la
buena fe y de la palabra al momento de contratar.

La presente sesión ha sido, sin lugar a dudas, una de las más complejas y largas por lo que hace a
conceptos y asimilación de relaciones entre éstos. No obstante lo anterior, es de señalarse que
dada la multiplicidad de manifestaciones que puede llegar a tener la autonomía de la voluntad en
las formas de contratación, no es de extrañarse la creación de contratos atípicos, los cuales en
efecto se presentan en un sinnúmero de ocasiones, derivados de la rapidez con que las relaciones
jurídicas en la vida práctica se desenvuelven.

Potrebbero piacerti anche