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LA VIDA DEL CUERPO

SEMANA 1: LA SECUENCIA MARAVILLOSA DE LA BIBLIA (RO 12:4-5; 1 CO 12:12)


SEMANA 2: LA ELECCIÓN DE DIOS (RO 9:11; MT 20:16)
LA VIDA DEL CUERPO (RO 12:4-5)
SEMANA 4: LA REALIDAD DE LA VIDA DE LA IGLESIA (RO 12:9-10; 13:8-10)
SEMANA 5: EL CRISTO CRUCIFICADO (1 CO 1:22-24)
SEMANA 6: EL MENSAJE DE LA CRUZ (1 CO 2:2-5)
SEMANA 7: PERO DIOS NOS LO REVELÓ POR EL ESPÍRITU (1 CO 2:9-10)
SEMANA 8: BEBER, COMER Y DISFRUTAR DE CRISTO (1 CO 3:2; 1 TI 4:6)

SEMANA 1 - LUNES

Lectura bíblica: Hch 18:24 19:1, 8-10; 20:31; 2 Co 2:12-13; 7:5-9


Leer con oración:
Mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios. (1 Co 1:24).

LA LLAVE PARA ACCEDER


A LA PRIMERA EPÍSTOLA A LOS CORINTIOS

Apreciado lector, llega a sus manos el primer tomo de una nueva serie
Esta serie está fundamentada en los principios y riquezas espirituales extraídos de
la Primera Epístola de Pablo a los Corintios. Nuestro deseo es que, en los próximos seis meses, esta palabra
profética establezca una dirección clara para su vida personal y también para la iglesia en la que usted se reúne.

La Primera Epístola a los Corintios nos presenta varios tipos de problemas que había en la iglesia en Corinto,
pero, si la estudiamos bajo la perspectiva del libro de Romanos, seremos muy ayudados y no nos distraeremos
con esos problemas.

Por tanto, en este primer mensaje, continuaremos abordando algunos asuntos cruciales contenidos en el libro
de Romanos, que serán de mucha importancia para el estudio de la Primera Epístola a los Corintios. Así,
discursaremos sobre los siguientes temas: el arreglo soberano de Dios en cuanto a la disposición de esas cartas
en la Biblia; la perspectiva bajo la cual debemos enfrentar los problemas en la iglesia; la salvación completa de
Dios presentada en el libro de Romanos (en sus procesos de justificación, santificación y glorificación); y, por
último, la visión que debe regir a las iglesias hasta la venida del Señor Jesús (Apocalipsis 12). ¡Deseamos que
todos tengan un excelente disfrute!

Dios es sabio y todo lo que hace es conforme a Su arreglo y soberanía. A pesar de que la Primera Epístola a los
Corintios fue escrita antes que la Epístola a los Romanos, la disposición de esos libros en la Biblia está invertida.
Y hay una razón que lo explica. En el libro de Hechos podemos ver la secuencia cronológica de estos libros. El
comienzo del tercer viaje de Pablo fue en Éfeso (Hch 18:24-19:1). Allí permaneció durante tres años, predicando
acerca del reino de Dios en la sinagoga y en la escuela de Tiranno (19:8-10; 20:31). Al final de su permanencia
en esa ciudad, alrededor del año 59 d.C., escribió su Primera Epístola a los Corintios. Su colaborador Tito se
encargó de llevarla a los destinatarios. Puesto que Tito tardó en regresar, Pablo, quien deseaba saber la reacción
de los hermanos, partió a Troas y después a Macedonia, el lugar donde tomó conocimiento de la noticia de que
los hermanos habían recibido sus palabras y se habían arrepentido (2 Co 2:12-13; 7:5-9). Allí fue donde escribió
la Segunda Epístola a los Corintios, en el 60 d.C.

De Macedonia, Pablo descendió con dirección al sur y llegó a Corinto, donde escribió la Epístola a los Romanos.
Por tanto, el libro de Romanos fue escrito después de las dos epístolas a los corintios. Pero ¿Por qué en el orden
de la Biblia, Romanos está antes de Primera a los Corintios? Vemos que ésta última trata sobre varios problemas
de la iglesia: problemas de división, motivados por preferencias (unos preferían a Pablo, otros a Pedro, Apolo y
hasta Cristo); problemas generados por hermanos que vivían en la carne; problemas de litigio (hermanos que
hacían negocios entre ellos, tenían desacuerdos y después eso terminaba afectando a la iglesia por eso es
prudente evitar ese tipo de relación); problemas de idolatría; problemas de sensualidad, prostitución; problemas
matrimoniales; problemas con la autoridad; problemas con el uso de los dones espirituales, entre otros.

Por otra parte, la Epístola a los Romanos nos presenta el evangelio completo de Dios y la salvación completa del
hombre. Esa es la solución para la situación de la iglesia en Corinto. Por eso, para que nuestro enfoque no esté
en esos problemas, necesitamos leer Primera a los Corintios bajo la perspectiva del libro de Romanos. ¡Esa es la
clave! He aquí por qué en la Biblia Romanos aparece antes de Primera a los Corintios. Ya sea en la iglesia o en
su vida personal, recuerde: sus ojos nunca deben estar enfocados en los problemas, ¡sino en la solución! ¡Y la
solución es Cristo, poder de Dios y sabiduría de Dios! ¡Aleluya!

Pregunta: ¿Por qué Dios no puso en la Biblia las epístolas de Corintios y Romanos en ese orden, siguiendo la
secuencia cronológica como fueron escritas?

Lectura de apoyo:
Heredero de Dios cap. 4 Editorial Árbol de la Vida.
Los grandes diamantes de la Biblia caps. 11 y 24 Dong Yu Lan.

SEMANA 1 MARTES

Lectura bíblica: Lv 16:17; Jn 1:12; 3:3, 5-7; Ro 1:28-31; 3:22-23; 8:3; 10:9
Leer con oración:
Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús (Ro 3:24).

EL CAMINO DE LA SALVACIÓN: EL PROCESO DE JUSTIFICACIÓN

Conforme a lo que vimos ayer, usaremos los principios y revelaciones presentados por el libro de Romanos
acerca del evangelio de Dios como clave para comprender la Primera Epístola de Pablo a los Corintios. Ese
evangelio completo de Dios nos presenta la condición miserable del hombre y el poder del evangelio para salvarlo
por medio de los procesos de justificación, santificación y glorificación (capítulos del 1 al 8). Y, por último, este
evangelio incluye también que vivamos la vida de la iglesia de forma victoriosa (capítulos del 12 al 16). Si
experimentamos esas palabras, no nos perderemos ni gastaremos nuestras energías con tantos problemas, como
ocurría en la iglesia en Corinto.

El evangelio completo comienza describiendo la condición lamentable a la que llegó el hombre: prácticas
reprobables, inconvenientes, homicidio, envidia, desobediencia y muchas otras (Ro 1:28-31). El hombre cayó en
esa situación después de ser engañado por la serpiente, en el huerto de Edén, al comer del fruto del árbol de la
ciencia del bien y del mal (Gn 3:4-7). Allí aconteció lo que Pablo explica en el si
como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los
reina entre los hombres. Para solucionar ese problema,
Dios envió a Su propio Hijo en semejanza de carne de pecado, pero sin pecado, para morir en la cruz por todos
los hombres (8:3).

La muerte vicaria de Jesús fue la que nos trajo la redención, porque, sin derramamiento de sangre, no se hace
remisión de
pecados (He 9:22). Todos los hombres son injustos a los ojos de Dios, por cuanto todos pecaron y están
destituidos de Su gloria (Ro 3:23). La justicia de Dios viene únicamente por la fe en la obra que Cristo hizo por
nosotros (muerte y resurrección). No viene por nuestras obras ni por nuestro esfuerzo (1:17; 3:22). Cuando
creímos en nuestro corazón que Jesús murió y resucitó de entre los muertos y confesamos con nuestra boca
(10:9), en ese momento, experimentamos el comienzo del proceso de la salvación de Dios para nuestra vida: el
proceso de la justificación (3:21 5:11). Fuimos redimidos, nuestros pecados fueron perdonados, fuimos
reconciliados, nacimos de nuevo y nos volvimos hijos de Dios (Jn 1:12; 3:3, 5-7). Todo eso forma parte de la
primera etapa de la plena salvación de Dios, y ocurre cuando creemos en el Señor.

De acuerdo con lo que vimos en el primer capítulo de Romanos, ¡Jesús nos sacó de una condición miserable y
nos puso en la presencia de Dios! Él está con los brazos abiertos para recibirnos, porque todas las barreras entre
nosotros y Él fueron retiradas, y hoy podemos acercarnos a Dios, osadamente (He 10:19-23). Recibimos una
invitación especial de alcanzar
misericordia y hallar gracia par
para la tapa que estaba sobre el Arca del Pacto (llamada propiciatorio). En el Antiguo Testamento, sobre ella era
rociada la sangre de animales, que hacía que Dios se hiciera propiciación al hombre pecador y así, Dios y el
hombre se reconciliaban (Lv 16:17).

Al mirarnos desde el propiciatorio, del trono de la gracia, Dios está listo para concedernos Su misericordia y
gracia. A partir de allí no tenemos más excusas; ¡debemos vivir en la presencia de Dios! ¡Qué maravilloso! Este
es sólo el principio de la plena salvación de Dios para nosotros, presentada en los capítulos iniciales del libro de
Romanos. Mañana hablaremos sobre el proceso de santificación.

Pregunta: ¿Cuáles son las bendiciones que ganamos a partir del momento que creímos
en el Señor y pasamos a experimentar el proceso de justificación?

SEMANA 1 MIERCOLES

Lectura bíblica: Dt 32:39; Ro 5:17-18, 21; 6:4, 6, 13, 19, 22; 7:1-6
Leer con oración:
Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros
miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros
para servir a la justicia (Ro 6:19).

EL CAMINO DE LA SALVACIÓN:
EL PROCESO DE SANTIFICACIÓN (1)

La Epístola a los Romanos presenta el camino de la salvación plena de Dios. Conforme a lo que vimos ayer, ese
proceso comienza con nuestra justificación en el momento en el que creemos en el Señor y nacemos de nuevo
(Ro 3:21 5:11). Después de eso, prosigue lo que llamamos el proceso de santificación (5:12 8:13). Dios quiere
salvarnos por completo, eso incluye todo nuestro ser. Toda nuestra alma necesita salvación, porque aún está
contaminada con varios elementos de la naturaleza pecaminosa, que entraron en el hombre tras la caída en
Adán. A pesar de ser hijos de Dios, todavía tenemos en nuestro interior el elemento de la envidia, de la
malignidad, de la desobediencia, de los celos, en fin, tantos elementos que son propios de la naturaleza del
pecado. Por eso necesitamos con urgencia de este proceso de santificación en nuestra alma.

Pero, ¿cuál es el significado de la santificación? Por lo general, las personas creen que ser santo es esforzarse
por ser bueno y no hacer nada malo. Ser santo va mucho más allá de eso. Ser santo es ser único, es ser distinto,
apartado de todo lo que existe. Por eso el único santo es Dios, porque no hay nada igual o que se compare con
Él en todo el universo. En varios pasajes en la Biblia, leemos que sólo Él es el Señor y no hay otro Dios fuera de
Él (Dt 32:39; Is 44:6; 45:5; Os 13:4). Dios es distinto a todo y en el momento en que fuimos regenerados, nacimos
de nuevo y recibimos la vida santa de Dios. ¡Mientras más tengamos de esa vida, más santos seremos!

Mientras el proceso de la justificación depende sólo de nuestra fe en la obra que el Señor realizó por nosotros,
el proceso de santificación depende de nuestra disposición en ofrecernos diariamente a Dios y permitir que Él
trabaje Su naturaleza en nosotros. En el quinto capítulo de Romanos, vemos lo que ocurre cuando estamos en
Adán: en él recibimos un legado de desobediencia y transgresión contra la Palabra de Dios. Cuando estamos en
Adán, la muerte y el pecado reinan, ya sea en nuestra vida personal, familiar, profesional o de la iglesia. Pero,
cuando estamos en Cristo, la gracia y la vida comienzan a reinar sobre todas las áreas de nuestro vivir (Ro 5:17-
18, 21).

Mediante Su muerte, el Señor Jesús crucificó Consigo a la carne, el pecado, al diablo, el viejo hombre, es decir,
puso fin a Adán, y nos puso en Cristo par juntamente con él para
muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también
nosotros andemos en vida nueva [...]. Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con
él, para que el cuerpo del pecado sea

Ahora entendemos por qué el séptimo capítulo de Romanos comienza afirmando que, mientras el marido vive,
la mujer está ligada a él por la ley conyugal, pero, una vez que ese viejo marido, que nos esclaviza, muere, no
necesitamos someternos más a sus mandatos y deseos (vs. 1-5). Ahora, una vez que ese marido (el viejo hombre)
está crucificado, podemos ofrecer nuestros miembros a Dios, para ser cada vez más santificados (6:13, 19, 22;
7:6).

Pregunta: ¿Qué ocurre con nosotros en el proceso de santificación?

SEMANA 1 JUEVES

Lectura bíblica: Ro 8:5-6


Leer con oración:
Porque si vivís conforme a la carne, moriréis; más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis (Ro
8:13).

EL CAMINO DE LA SALVACIÓN:
EL PROCESO DE SANTIFICACIÓN (2)

El proceso de santificación es un proceso metabólico, diario, que ocurre por estar ligados a Cristo. Mientras
estemos más unidos a algunas de las
ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho
participante de la raíz logra cambiar nuestra
alma mezquina, problemática y defectuosa? ¡Él lo hace injertándonos en la raíz correcta! Y mientras más esté
unido a esa raíz santa, recibirá más de la savia santa, esto es, la vida santa de Dios entrará cada vez más en
usted y llenará todo su ser.
Esa raíz divina lo suple con su savia santa, continuamente, cuando usted invoca al Señor, vive la vida de la iglesia,
hace la lectura de la Biblia, tiene una vida de oración, lee el Alimento Diario, disfruta de los libros espirituales,
tiene comunión con los hermanos, predica el evangelio, cuida de las personas y sirve a la iglesia. Crea: si usted
hace eso, ¡experimentará el proceso de santificación! No diga así:
veo que haya mucho savia santa,
ciertamente será transformado. ¡Créalo! El alma que está llena de impaciencia, irritación, crítica a los demás,
iracunda, difícil de convivir, es salva poco a poco, porque la vida santa de Dios, que es llena de alegría, paz, amor
y longanimidad, ¡está entrando en usted!

Recordemos que ese proceso de santificación depende de que cada uno se disponga a recibir y a extraer las
riquezas de esa raíz maravillosa que es Cristo, en la cual fue injertado. Pero el secreto para experimentar los
efectos prácticos y libertadores de esa savia en nuestra vida está en nuestra mente. Si queremos tener la
experiencia de poner fin a Adán y crucificar a nuestro viejo hombre, debemos inclinar nuestra mente al espíritu,
porque ella es la que comanda nuestro cuerpo (Ro 8:5-6). Por la experiencia, percibimos que aquello que
comenzamos a pensar es lo que comenzamos a sentir y lo que intentamos hacer. Todo comienza en la mente.
Recientemente fui a una misión en Asia con un grupo de colaboradores. Cuando llegaba la hora de dormir, ellos
ntonces les dije que dejaran de pensar
en Brasil y empezaran a ocupar su mente con el horario de donde estábamos, pues la mente es la que comanda
al cuerpo. Sólo así nuestro cuerpo comenzó a adaptarse al horario local.

Amado hermano y hermana, ¿usted también experimenta eso en su vivir diario? ¿Se da cuenta del poder que
tiene su mente no sólo sobre su cuerpo, sino sobre todo su ser? Cuando algo no sale de la forma esperada o
alguien toma una actitud que le desagrada y le trae cierta incomodidad, ¿cómo reacciona usted? Si usted se
queda en la carne, es decir, pone la mente en la carne, pensando en lo que le desagradó, la rabia, el sentimiento
de decepción y, a veces, el odio, no tendrá fin. Mientras usted piensa más en aquello, siente más rabia. La
irritación, la impaciencia y la indignación sólo aumentarán.

¿Qué debe hacer en ese momento? En ese momento es bueno detenerse, volverse al Espíritu y ejercitar el espíritu:
Jesús! Señor, ayúdame a poner mi mente en el espíritu. Perdono a esa persona que me decepcionó,
que me ofendió e hirió. ¡Señor, quiero experimentar el poder de la liberación del Espíritu de vida! Quiero ser
liberado de este pecado del odio que siento en mi interior, de este sentimiento de muerte, ¡ahora quiero disfrutar
de vida y paz! ¡Señor viejo hombre. Esta práctica
diaria lo llevará a recibir más de la vida de Dios y resultará en la salvación del alma. Este es el proceso de la
santificación. ¡Alabado sea el Señor!

Pregunta: ¿Cómo podemos desarrollar la salvación plena de nuestra alma, mediante el


proceso de santificación?

SEMANA 1 VIERNES

Lectura bíblica: Jn 1:12; Ro 5:3; 8:21-22; 1 Co 3:1


Leer con oración:
Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con
él, para que juntamente con él seamos glorificados. (Ro 8:17).

EL CAMINO DE LA SALVACIÓN:
EL PROCESO DE GLORIFICACIÓN

La Epístola a los Romanos nos presenta el camino de la plena salvación de Dios. Esa salvación es un proceso
que comienza con la justificación, en el momento que creímos en el Señor y nacimos de nuevo (Ro 3:21 5:11),
se desarrolla con la santificación (5:12 8:13) y concluye con la glorificación (8:14-39). Esta última etapa
coincide con la plena madurez de los hijos de Dios, momento en el cual estaremos llenos de Su vida. Por eso
necesitamos buscar crecer en vida y salir de la condición de hijos infantiles a hijos maduros.

Cuando creemos en el Señor y nacemos de nuevo, nos convertimos en hi


en griego, en este versículo, es téknon da
El Espíritu, que está en su interior testifica
a su espíritu que usted es un hijo de Dios. Por otro lado, téknon es un hijo niño, que aún es infantil. Dios quiere
hacernos crecer, por medio del proceso de la santificación y la glorificación.

Cabe recordar que estamos retomando la Epístola a los Romanos porque ella es la clave adecuada para
introducirnos en la Primera Epístola a los Corintios. Vimos que esa iglesia enfrentaba diversos problemas, pero
¿Por qué ocurría eso? Por la falta de crecimiento. Los hermanos allí aún eran infantiles (1 Co 3:1). Mientras más
rápido nos santifiquemos y maduremos, menos problemas tendremos en la iglesia. Los problemas siempre se
generan por la carne y por un alma no santificada. Si crecemos en vida, en vez de estar usando nuestra energía
bomberos y solucionando los problemas negativos de la iglesia, podremos usar
esa energía para predicar el evangelio, salir con el Expolibro 1, leer la Biblia, el Alimento Diario, ir a las
conferencias, ayudar y apacentar a los demás. De este modo, estaremos rebosantes de la vida de Dios y muy
pronto el Señor podrá volver.

Al actuar así dejaremos la condición de hijos infantiles (téknon) para convertirnos en hijos maduros (huiós). Este
es el sentido de la palabra e son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos
griego, indica un hijo adulto, que ya creció y dejó las cosas
de niño. ¡Aquellos que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos adultos de Dios! Pero todavía tenemos una
etapa más, un nivel que alcanzar, el ambién herederos; herederos de Dios y
coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para
(Ro 8:17). El hijo heredero se ocupa de los negocios de su Padre. Usted puede ser un hijo maduro (huiós) y, pese
a ello, no preocuparse de las necesidades de la iglesia y de la predicación del evangelio. Suba de nivel,
preocúpese de las necesidades de la obra de Dios, ya sea local, regional, nacional o internacional.

Pablo afirma que la tribulación produce paciencia (Ro 5:3). Esa tribulación ocurre en función de nuestra madurez
personal. Sin embargo, hasta en el asunto de lo que nos trae sufrimiento, necesitamos avanzar hacia el próximo
nivel. Según lo que el apóstol afirma en el libro de Colosenses,
en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que
es la igl ¡que sea para que la vida de Dios crezca en nosotros
y la obra de Dios avance! ¡Si con el padecemos, creemos que con Él seremos glorificados! Toda la creación gime
esperando que llegue ese gran día, el día en que será liberada del cautiverio de la corrupción (Ro 8:21-22). Ese
día, los que hayan alcanzado la etapa de hijos que se preocupan por los negocios del Padre y sufren por ellos
serán galardonados y podrán reinar con Cristo en el reino milenario. ¡Sigamos juntos en este proceso que nos
llevará a la glorificación! Aleluya.

Pregunta: ¿Cuál es la diferencia entre hijo téknon, huiós y heredero?

1
El Expolibro es una biblioteca, librería y espacio multiuso móvil que tiene como objetivo llevar la salvación y el
crecimiento espiritual a las personas por medio de libros cristianos, charlas, presentaciones culturales y diversas
acciones sociales.

SEMANA 1 SABADO

Lectura bíblica: He 2:5


Leer con oración:
Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para
Dios y para su trono (Ap 12:5).

NUESTRA DOBLE MISIÓN (1):


PRODUCIR UN GRUPO DE VENCEDORES COLECTIVOS

La visión de Apocalipsis capítulo doce es nuestra meta, la misión que recibimos de Dios. Deseamos, por vivir la
vida de la iglesia e involucrarnos con los negocios del Padre, producir un grupo de vencedores que será
arrebatado para Dios y reinará con el Señor en el mundo venidero (He 2:5). Veamos cómo podemos aplicar la
visión de Apocalipsis capítulo doce a nuestra experiencia. Vemos allí a una mujer, que representa la totalidad
del pueblo de Dios a lo largo de sol, con la
luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Y estando encinta, clamaba con dolores
de parto, en la -2).

Las doce estrellas en su cabeza, que nos hacen recordar el sueño de José, representan a los patriarcas. La luna
debajo de los pies representa al pueblo de Israel, el pueblo de Dios del Antiguo Testamento que vivía como en
una densa noche, pues Jesús, nuestro de
nuestro Dios, en virtud de la cual nos ha de visitar desde lo alto el - VR). Ese sol es Jesús,
cuya llegada da inicio al Nuevo Testamento. Esa mujer, como vimos, representa la totalidad del pueblo de Dios
en todas las eras.

Pero, en la era actual, esa mujer es la iglesia, que sufre con angustia para dar a luz al hijo varón, que incluye sólo
a los cristianos vencedores, la parte fuerte de la mujer.

¡Es el momento de hacer nacer al hijo varón! ¿Y quién hará nacer al hijo varón? Cada uno de nosotros. Somos
responsables por nuestro crecimiento. Nosotros somos los que decidimos dejar de vivir en Adán para
experimentar depender de Cristo, crucificar a nuestro viejo hombre y poner nuestra mente en las cosas del
Espíritu, ejercitando nuestro espíritu. Mientras nos involucramos más en los negocios del Padre, sentimos más
dolores por el crecimiento y la madurez de la iglesia. No tenga temor o recelo. ¡Debe recordar todos los días que
el hijo varón comprende a la parte fuerte de la iglesia! Y usted necesita
formar parte de él. ¡Créalo!

Inmediatamente después de que el hijo varón nazca y sea arrebatado para Dios, habrá una pelea en el cielo.
Nosotros no cedemos ante el diablo. En un momento u otro hasta podemos ser afectados y debilitarnos, sin
embargo, somos los que perseveran y no desisten. No somos de los que retroceden. Cuando seamos glorificados
y arrebatados, ya no luz un hijo varón, que
regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono [...]. Después
hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus
ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la
serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus
ángeles fueron arrojados -9).

Usted tiene que pertenecer a esa parte fuerte de la iglesia. Necesita creer que el Señor lo convocó para ser un
guerrero. No tenemos más tiempo que perder. Necesitamos ver que nuestra vida de aquí en adelante es una
lucha, una guerra. A pesar de eso, no necesitamos preocuparnos, pues somos hijos herederos de Dios. Cuando
entramos en una batalla, entramos para vencer, pues ¡Cristo ya venció! ¡Crea en esta palabra profética!

Pregunta: ¿Por qué usted puede decir que forma parte del hijo varón en la iglesia?

SEMANA 1 DOMINGO

Lectura bíblica: Ro 8:37


Leer con oración:
Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos
sesenta días (Ap 12:6).

NUESTRA DOBLE MISIÓN (2): PREPARAR EL DESIERTO


Tenemos una doble misión en la iglesia. Por un lado, somos los hijos que están involucrados con los negocios
del Padre, luchando para generar en la iglesia el mayor número posible de vencedores, el hijo varón. Por otro,
necesitamos preparar a la iglesia para recibir y sustentar a los hijos de Dios. En el libro de Números, leemos:
el censo de toda la congregación de los hijos de Israel por sus familias, por las casas de sus padres, con
la cuenta de los nombres, todos los varones por sus cabezas. De veinte años arriba, todos los que pueden salir a
la guerra en Israel, los contaréis tú y Aarón por sus
(1:2-3). Si Dios envía al líder de la iglesia donde
usted se reúne para que haga eso, ¿usted sería contado?

Muchos jóvenes y hermanos mayores, a veces, se


consideran muy inexpertos e inseguros para involucrarse
con los negocios del Padre. Piensan que necesitan de
mucho cuidado por parte de los demás hermanos y que,
por eso, no pueden hacer nada en la iglesia. ¡Eso es
mentira! Basados en esta palabra que leímos en Números,
vimos que quien tiene más de veinte años ya puede salir a
la guerra. ¡Olvide ese concepto de que es débil! Usted puede formar parte del hijo varón. Tiene la ley del Espíritu

donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí


la sustenten por mil doscientos sesenta días [...]. Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que
volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad
de un 6, 14). Creemos que ese desierto será en Suramérica (vea el mapa en la pág. 22). Estamos
lejos de la vista del dragón y además tenemos la libertad de predicar el evangelio, de reunirnos libremente en las
iglesias.

Mientras eso no sucede, no estamos de brazos cruzados. ¡Vamos a preparar ese desierto para recibir a los hijos
de Dios! ¿Quién se compromete para preparar ese lugar? Salgamos de nuestra comodidad, de nuestra zona de
confort. Sirvamos al Señor, prediquemos el evangelio, levantemos iglesias en cada ciudad, pues estamos
comprometidos a engendrar y producir un grupo de vencedores colectivos. Serán vencedores colectivos porque,
a lo largo de las eras pasadas, el Señor siempre tuvo aquellos siervos Suyos que se destacaron y llegaron a ser
vencedores. Hoy, somos la generación que va a producir a esos vencedores colectivos.

Por tanto, cuando entremos en la Primera Epístola de Pablo a los Corintios, veámosla bajo otro ángulo. No nos
enfoquemos más en los problemas, tomemos los ejemplos negativos de esa iglesia como un perfeccionamiento
del Señor para nosotros, para cuidar con excelencia de las nuevas iglesias, ayudándolas a crecer rápidamente, a
fin de que formen parte del hijo varón. Y si surge algún problema, estaremos listos para tratar con él. Tome esta
epístola como un perfeccionamiento del Señor para los líderes de la iglesia. No nos referimos sólo a los hombres,
a los hermanos mayores que responden por la administración de las iglesias. También nos referimos a las
mujeres y a los más jóvenes que se han preocupado por los negocios del Padre y han invertido su vida en la obra
de Dios. ¡Ustedes son hijos herederos y todo hijo heredero es un líder! ¡Este perfeccionamiento también será
para ustedes! ¡El Señor va a bendecirnos como nunca lo hizo! ¡Prosperaremos delante del Señor! ¡Jesús es
nuestro Señor!

Pregunta: ¿Cuál es la doble misión de la iglesia?

SEMANA 2 LUNES

Lectura bíblica: 1 Co 1:2; Ef 4:1; Ap 11:15-18


Leer con oración:
Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados, mas pocos escogidos
(Mt 20:16).
MUCHOS SON LLAMADOS, PERO POCOS ESCOGIDOS

En el mensaje de esta semana, desarrollaremos los capítulos 9, 10 y 11 de Romanos, los cuales son considerados
una palabra parentética del apóstol Pablo dirigida a sus compatriotas, los judíos. A primera vista, algunos
pueden imaginar que esas palabras no tienen ninguna relación con nosotros. Sin embargo, si no consideramos
esa importante porción de la Palabra, dejaremos escapar un principio espiritual esencial: la elección de Dios.

ekloge, que se refiere al acto de seleccionar o escoger a alguien. Ser escogido


por Dios es un motivo de gran honra. ¿A quién no le gustaría ser un escogido de Dios? Cuando miramos la elección
de Dios, notamos que hay una diferencia y
los postreros, primeros; porque muchos son llamados, mas pocos escogidos (Mt 20:16). Brasil es un país con
muchos jugadores de fútbol talentosos, y buena parte de ellos muestran su talento desde niños. Cuando se
convierten en adultos, comienzan a ser protagonistas en grandes clubes en Brasil y, principalmente, en Europa.
La expectativa de estos jugadores es jugar para la selección brasileña. Pese a que hay tantos buenos jugadores,
cuando llega el momento de hacer la convocatoria para jugar para la selección, sólo veintitrés son escogidos.
Muchos tienen un llamado para jugar futbol, poseen gran talento, pero pocos son escogidos para defender a la
selección.

Todos los que creyeron en Jesús fueron llamados a la salvación. Al aceptar la palabra del evangelio, nuestra
salvación fue confirmada. los que estáis
en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor
1:7). Fuimos llamados para ser santos, esto es, separados para Dios. La salvación de Dios fue lo
que nos separó para Él. Dios nos llamó con el fin de salvarnos y de que tengamos un vivir santo (1 Co 1:2). Por
eso todo el que cree en Jesucristo debe anhelar tener ese vivir santo. No podemos vivir de cualquier manera,
sino como es digno de la vocación con que fuimos llamados (Ef 4:1).

Por tanto ¿Cuál es la diferencia entre ser llamado y ser escogido? Como vimos, ser llamado es para recibir la
salvación, mientras que ser escogido tiene como propósito algo más allá de la salvación: el galardón. A la luz del
libro de Mateo, ser elegido implica recibir un premio, una recompensa. Muchos son llamados a la salvación, pero
pocos son escogidos para recibir el galardón. Ante esto, amado hermano, no se conforme con haber sido llamado
por Dios, anhele ser escogido por Él, para recibir el galardón de reinar con Cristo (Ap 11:15-18).

Pregunta: ¿Cuál es la diferencia entre un llamado y un escogido (cfr. Mt 20:16)?

Lectura de apoyo:
Alimento Diario Serie Salvos por Su vida Mucho Más págs. 40 a 47; 130 a 132
Pedro Dong y Ezra Ma.
Venga Tu reino caps. 32 y 34 Dong Yu Lan.
La promesa de la vida y el galardón en el reino cap. 7 Dong Yu Lan.

SEMANA 2 MARTES
Lectura bíblica: Ro 9:1-23
Leer con oración:
Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. (Ro 9:16).

LA ELECCIÓN BAJO LA PERSPECTIVA DE DIOS


DEPENDE DE SU MISERICORDIA

Los capítulos 9, 10 y 11 de Romanos nos permiten comprender el proceso de la elección bajo la perspectiva de
Dios. Como vimos ayer, el contenido de esos tres capítulos fue dirigido específicamente a los judíos. Aunque
Pablo fue llamado para ser apóstol de los gentiles, tenía una preocupación profunda por sus compatriotas (Ro
9:1-3). Él conocía las Escrituras, sabía que los judíos tenían un lugar especial en el corazón de Dios, pues Dios
les había dado la preeminencia de las cosas espirituales. A fin de cuentas, entre tantas naciones, eran el pueblo
escogido de Dios en el Antiguo Testamento.
Además de la ley, a los judíos también les fue dada la adopción, que en griego es huiothesia, y significa filiación.
Asimismo, les fueron dados la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto o servicio, principalmente el del
tabernáculo, el templo y las promesas son los patriarcas, y de los cuales, según la carne,
vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por
fueron muchos los privilegios proporcionados a aquel pueblo bendecido. No obstante, aunque los judíos eran
tan celosos para con Dios, no conocieron Sus caminos, lo cual compromete su elección, que, en la visión de
Mateo, capítulo 20, versículo 16, equivale a participar, en la próxima era, del reino milenario de Cristo. Esa era
la preocupación de Pablo para con sus compatriotas.

Los versículos del 6 al 11 de Romanos 9 destacan que no todos los descendientes de Abraham son considerados
descendientes de la promesa, pues fue dirigida sólo a Isaac, el hijo de la promesa. Por su parte, él tuvo dos hijos
gemelos con Rebeca, su mujer: Esaú y Jaco ni
bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que
es muy significativo, porque indica que, en la perspectiva de Dios, aquellos que fueron electos
lo fueron por causa de la voluntad de Dios, de Su elección, independientemente de cualquier esfuerzo por parte
de ellos. Por eso no pensemos que fuimos llamados a la elección por nuestros méritos, sino por causa de la
voluntad y misericordia de Aquel que nos llamó.

Recientemente, cierto hermano que estuvo a las puertas de la muerte, después de varios paros cardiacos, nos
confesó que tuvo la experiencia de ver toda su vida delante de sus ojos y, al final, pudo contemplar a Jesús
crucificado. Esa visión lo llevó a darse cuenta de que todo aquello que hizo en esta vida, todas sus obras, nada
tenía valor. Lo único que podía salvarlo plenamente era Jesús. Entonces, gritó pidiendo ayuda y se agarró de la
cruz de Cristo, que lo salvó de la muerte y lo hizo volver del coma.

También está la experiencia de otro hermano que experimentó la práctica de hacer muchas obras para Dios,
siendo celoso en todo, pero que concluyó que esas obras no podían valer nada para su aprobación delante del
Señor, pues lo que Dios desea, en primer lugar, es ver cómo está nuestra vida, nuestro vivir. Más importante que
las obras que hacemos para Dios es cuánto de Sus elementos divinos han sido constituidos en nosotros. Esas
experiencias dejan en evidencia que no nos podemos jactar de nuestro éxito en la obra del Señor. La gloria
humana y nuestras conquistas no valen de nada ante la preciosidad de la obra de Cristo. La manera como Dios
escogió a Jacob y aborreció a Esaú nos muestra que la elección de Dios no está relacionada con practicar el bien
o el mal, sino con Aquel que llama; y no hay ninguna injusticia en eso. ¡Él es Dios! No depende de quién quiere o
de quien corre, sino de la misericordia de Dios. La misericordia y la compasión pertenecen a Dios, que las da
como Él quiere (Ro 9:11-16). Ese es un aspecto de la elección de Dios. Por tanto, vivamos una vida llena de temor
y temblor de Dios, bajo Su misericordia.

El Dios que se compadece y usa de misericordia para con el hombre es el mismo que endurece corazones.
Estamos completamente en las manos de Dios y eso debe producir en nosotros una vida de constante temor al
Señor. No nos engañemos con nuestras grandes realizaciones, imaginando que éstas nos permitirán ser
aceptados por Dios. Vivamos un día tras otro bajo esa misericordia (Ro 9:17-20).

La falta de temor nos incita a discutir con Dios y a cuestionarlo sobre Sus acciones, provocando, de esa manera,
Su ira contra nosotros. ¡Quiénes somos nosotros para cuestionar al Creador! Él es el alfarero y tiene derecho
sobre la masa, para hacer, del mismo barro, un vaso para honra y otro para deshonra. A nosotros nos compete
tan sólo reconocer, diariamente, el derecho de Dios sobre nosotros. Permitamos el trabajar del Señor en nuestra
vida, que nos moldea de la manera como a Él le place. Dependamos de Él y confiemos en Su misericordia (Ro
9:20-23).

Pregunta: Bajo la perspectiva de Dios, ¿quiénes son los elegidos?

SEMANA 2 MIERCOLES

Lectura bíblica: Mt 5:17; Ro 8:3-4; 9:22-33; Gá 2:19-20


Leer con oración:
Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él (Col 2:6).

LA JUSTICIA RESULTANTE DE LA FE:


CREER EN CRISTO Y VIVIR EN ÉL

Aunque la elección de Dios es algo de la eternidad pasada (Ef 1:4), debemos admitir cierta relación con lo que
ocurre a partir del conteo
Este pasaje nos lleva a entender que la elección puede tener relación con el periodo de tiempo en el que alguien
vivió, por ejemplo, de forma rebelde en este mundo, lo cual hizo que Dios ejerciera sobre él Su longanimidad.
Hay una luz aquí: ser elegido no se refiere sólo al hecho de que Dios escoge a alguien y listo. Existe un factor
humano capaz de orientar la definición de Su elección. Soportar
esperando que la situación cambiar de
suer de antemano para gloria. Pablo experimentó esa
longanimidad de Dios (1 Ti 1:16). Por eso no aceptemos la condición de vasos de ira, preparados para la
destrucción. Que Dios encuentre en usted la firmeza necesaria para cambiar de vida, alguien capaz de ser
convertido en un vaso escogido (Ro 9:23). Ese es otro aspecto de la elección de Dios.

Con relación a la elección de los judíos y gentiles, en principio, no hay diferencia, pues el camino para la selección
es el mismo
(Ro 9:24-26). Nosotros, que no teníamos ninguna relación con Dios y no teníamos parte en Sus promesas, por
haber creído en Jesús, somos llamados hijos del Dios vivo y pueblo de Dios. En cuanto a los judíos, el versículo
27 nos revela que sol
tantos como la arena del mar, pero solamente algunos serán escogidos. Corramos en busca de nuestra elección
y del derecho de reinar con Cristo en la era venidera.

El camino para alcanzar la gracia de ser escogido para reinar es el ejercicio de la fe. La razón por la cual los judíos
tropezaron y comprometieron su elección fue el hecho de no haber creído en Jesús. A pesar de tener muchas
obras y horas de ayuno, la gran mayoría no alcanzó la elección. Eso significa que el secreto no está en hacer
muchas obras para el Señor, sino en creer en Él. Ese es el camino para no ser confundidos en el día del llamado
de los elegidos de Dios para reinar (Ro 9:28-33).

Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación.
Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia. Porque ignorando la justicia
de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios; porque el fin de la ley
es Cristo, para justicia -4). Cristo vino y cumplió la ley (Mt 5:17); Él la encerró y
sustituyó (Ro 8:3-4). En realidad, la ley fue dada al hombre para que pudiera llegar a Cristo. El cumplimiento de
la ley por sí sola no tiene ningún valor para Dios. El poder de Dios y sabiduría de Dios es Cristo. Si esperamos la
elección, confiando en nuestra capacidad de cumplir la ley, nos frustraremos y tropezaremos en el camino por
falta de entendimiento. Nuestra vida cristiana debe permitir que Cristo viva en nosotros (Gá 2:19-20). En Él
debemos andar, respirar y hacer todas las cosas. ¡Alabado sea el Señor!

Pregunta: ¿De qué manera podemos tropezar en nuestro proceso de elección?

SEMANA 2 - JUEVES

Lectura bíblica: Lm 3:22-23; Ro 11:1-2; 1 P 1:2


Leer con oración:
Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría. (Sal 90:12).

UNA NUEVA OPORTUNIDAD, CADA DÍA

El hecho de que Dios haya incluido en Su plan a los gentiles no significa que Él haya olvidado o rechazado al
pueblo de Israel, al cual conoció desde antes. ¡De ninguna manera! (Ro 11:1-2). La conversión de Pablo, que era
judío, es una señal clara de que Dios no había abandonado a Su pueblo. A pesar de que Pablo había sido un
perseguidor de la iglesia por causa del celo que tenía para con la ley, un día la luz del evangelio brilló sobre él y,
a partir de entonces, Pablo se convirtió a Cristo y comenzó a vivir una vida al servicio del evangelio. La conversión
de Pablo nos enseña que jamás debemos presuponer si una persona es o no elegida y llamada por Dios y por eso
negarle la oportunidad de recibir al evangelio.

En el pasado, cuando el hermano Dong Yu Lan todavía vivía en Taiwán, si los hermanos hubieran desistido de
predicarle el evangelio, eso habría sido una gran pérdida para la obra del Señor. En aquella época, el hermano
Dong era un hombre de negocios y sus hermanos mayores ya se habían convertido al Señor. El hermano Dong
viajaba mucho y, para concretar negocios, terminaba practicando ciertas costumbres que eran usuales en los
ambientes empresariales de la época, como fumar y beber. Sin embargo, aun así, el hermano Dong no se
consideraba un pecador, lo que dificultó su obediencia al evangelio. Consideraba que un pecador era quien le
predicaba el evangelio, porque él se consideraba justo. Gracias a Dios, los hermanos de la iglesia insistieron con
el hermano Dong hasta que él se convenció de su condición pecadora y recibió el evangelio. Por la misericordia
de Dios, aquel hombre que, en un primer momento, pareció resistirse al evangelio, más tarde se convirtió en un
siervo de Dios valeroso y fructífero.

Por tanto, ¡no desistamos de nadie! Seamos insistentes con las personas, pues aquellas que aparentan no tener
ningún futuro, ciertamente serán muy útiles al Señor. Que eso nos aliente a salir y predicar el evangelio al mayor
número posible de personas, aprovechando todas las oportunidades que se nos presentan cada día. Con esto
logramos comprender el sentimiento de Pablo, visto en el libro de Hechos, de querer ir a Jerusalén. Él buscaba,
de algún modo, salvar por lo menos a algunos de sus compatriotas. Eso sentía en su corazón. No renunciemos a
la libertad que Dios nos dio de predicar el evangelio. La Biblia aún es un libro abierto y disponible para todos.
¡Aleluya!

Como hemos visto a lo largo de esta semana, por un lado, la elección de Dios está basada en Su misericordia.
Bajo esta óptica, Dios es quien escoge ejercer o no la compasión. Como el Creador y Dueño de todo el universo,
Dios es soberano y tiene el derecho de hacer eso. Pero Dios también es justo y actúa por medio de Su justicia en
lo que se refiere a la nde está la justicia por escoger a alguien antes

nuestra oportunidad. Debemos agarrarla. ¡Estamos vivos! Por el sencillo hecho de estar vivos, podemos tener
esperanza de ser escogidos. ¡Aleluya!

La elección de Dios ocurre paralelamente a Su presciencia (cfr. 1 P 1:2). Eso significa que, por un lado, la elección
de Dios depende de Él, unilateralmente, al hacer de usted un vaso de honra o un vaso de ira, para mostrar Su
longanimidad. Ese es el Dios eterno, que escudriña todas las cosas desde la eternidad. Pero Dios es justo y actúa
por medio de Su justicia. En esa condición, Él entra en el tiempo y nos visita. Es cierto que, antes de que
existiéramos, Dios ya conocía de antemano toda nuestra vida. Pero eso no le quita el peso a nuestra elección.
La elección de Dios depende de aquello que hacemos hoy y haremos aun en el futuro. Eso significa que tenemos
una gran oportunidad de ser escogidos por Dios. Todo depende de cómo vivimos nuestros días (Sal 90:12).
Aunque por algún tiempo hayamos vivido de cualquier manera, hoy podemos tener una actitud diferente y
cambiar nuestras acciones. Podemos arrepentirnos y tener un nuevo comienzo todos los días (Lm 3:22-23).
¡Alabado sea el Señor por Su grandiosa misericordia! Por eso decimos que, mientras haya vida, habrá
oportunidad. Todo depende de nuestra actitud. Que el Señor nos agracie con Su vida abundante.

Pregunta: ¿Cómo se manifiesta la justicia de Dios en Su elección?

SEMANA 2 VIERNES

Lectura bíblica: Sal 19:9; Ro 11:3-36


Leer con oración:
¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e
inescrutables sus caminos! [...]. Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los
siglos. Amén. (Ro 11:33, 36).
LA ALABANZA DE LA ELECCIÓN

A pesar de que, en su mayoría, el pueblo judío rechazó al Señor Jesús y anduvo por un camino equivocado al
intentar guardar la ley para alcanzar la salvación, la Biblia nos dice que entre ellos el Señor guardó un remanente,
así como ocurrió en el tiempo del profeta Elías, cuando siete mil hombres no doblaron las rodillas delante de
Baal (Ro 11:3-4).

Al continuar explorando el texto de Romanos, capítulo 11, en los versículos siguientes se nos dice que la elección
ocurre por la gracia, pues Israel no buscó la elección, sino que fue alcanzado por ella. Que esa misma elección
también nos alcance, puesto que la transgresión de los judíos resultó en una oportunidad de salvación para los
gentiles. Nosotros, que ni siquiera formábamos parte del plan de Dios, fuimos incluidos y recibimos el estatus
de hijos de Dios. Obtuvimos la esperanza mediante la gracia divina. No obstante, más tarde, una nueva puerta
se abrirá para los judíos y su remanente será salvo para la gloria del Señor (vs. 6-12).

Al dirigir esas palabras a la iglesia en Roma, Pablo tenía el deseo de despertar a los judíos, a fin de que algunos
de ellos fueran salvos. Eso muestra el gran encargo que había en su corazón por la salvación de las personas.
Ese mismo encargo debe arder en nuestro corazón (Ro 11:13-14). En el versículo 15 vemos que el
restablecimiento de los judíos será como traer vida a los muertos. Eso indica que la salvación de ese pueblo será
una gran bendición para la masa restante; y si la raíz es santa,
Esa masa comenzó con Abraham, luego vinieron Isaac y Jacob. Ellos forman
parte de esas primicias de la masa, y su historia tuvo su inicio en la fe. La raíz de los patriarcas era Dios, por eso
e algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en
lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo, no te jactes contra las ramas; y
si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti. Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que
yo fuese injertado. Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te
ensoberbezcas, sino -20). Que vivamos diariamente bajo el temor del Señor, contando con Su
bondad (vs. 21-24).

En conclusión, a partir del versículo 33, Pablo alaba al Señor


sabiduría y de la 11). Dios es el Creador y tiene total
derecho sobre la masa. Sus juicios, aunque son
derecho; Su justicia es perfecta y dura para siempre. Amados, tenemos el hoy y, si Dios quiere, tendremos el
mañana para confirmar nuestra elección.
inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le
dio a él primero, para que le fuese recompensado? Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea
-36). Ante una alabanza como esa, sólo nos queda adorar al Señor y
sujetarnos a Su señorío. ¡Dios es Dios, y Él sabe ser Dios! Que todos los días podamos alabar al Señor por
habernos incluido en Su plan maravilloso, así comolo hizo el apóstol Pablo. ¡Aleluya!

Pregunta: ¿Cuál debe ser nuestra actitud ante el plan de elección de Dios?

SEMANA 2 SABADO

Lectura bíblica: Lc 13:6-9; Hch 9:15


Leer con oración:
No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y
vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé (Jn 15:16).

NO FRUSTRAR
LAS EXPECTATIVAS DE DIOS, SINO FRUCTIFICAR

El plan de salvación de Dios es maravilloso y nos involucra a todos nosotros. Sin embargo, de entre aquellos que
fueron llamados a la salvación, Dios escogerá a algunos para recibir una recompensa en la era venidera: reinar
con Cristo por mil años. ¿Cuál es la condición para que alguien sea condecorado con tal honra? Para responder
a esa pregunta, usaremos, nuevamente, el futbol como alegoría. En Brasil, por ejemplo, existen millares de
buenos jugadores. No obstante, cuando el técnico de la selección brasileña hace una convocatoria, sólo son
escogidos veintitrés jugadores. Al escoger a determinado jugador, se espera que tenga una buena producción y
un excelente desempeño en su función táctica, para que justifique su elección. De igual manera, cuando Dios
nos escoge, Su expectativa es que tengamos un índice alto de productividad, cooperando con Su obra. Por tanto,
se nos atribuye una gran responsabilidad, por ser un escogido (Hch 9:15).

mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he


puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi
nombre, él os lo cual Dios escoge a alguien: fructificar. Pero, además de eso,
ese fruto debe permanecer, es decir, al predicar el evangelio y producir nuevos convertidos para el Señor,
también debemos preocuparnos de apacentar y pastorear a las personas para que sean consolidadas en la fe.
Ese es

En los días actuales, hemos visto la evolución de la tecnología de manera alarmante. Algunos años atrás, por
ejemplo, si queríamos comunicarnos con una persona, teníamos que utilizar un teléfono fijo y rogar para que la
persona del otro lado estuviera cerca del aparato. Hoy, con los smartphones, la comunicación fue revolucionada,
y, con un aparato de celular móvil, podemos comunicarnos con centenas de personas y solucionar innumerables
asuntos. Actualmente, vivimos en la sociedad del conocimiento y de la tecnología de la información. En 1900, se
estimaba que el conocimiento se duplicaría cada cien años. En 1945, en cambio, se percibió que el conocimiento
ya se estaba multiplicando cada veinticinco años, y de 1945 hasta 2018, el conocimiento pasó a duplicarse cada
trece meses. Al seguir esa línea de avance tecnológico, ya existen computadores con una velocidad de
procesamiento fantástica, capaces de hacer un análisis en fracciones de segundos. Creemos que dentro de poco
tiempo habrá robots que sustituirán a los hombres en muchas áreas de trabajo.

Todo ese avance tecnológico debe despertarnos, estamos en el final de esta era. Vivimos los últimos tiempos;
por tanto, no podemos ver todo eso y simplemente aislarnos, preocupándonos por ganar dinero o proveer un
futuro maravilloso para nuestros hijos y nietos. Hoy, más que nunca, necesitamos dirigir nuestro corazón al plan
de Dios y emplear nuestro tiempo y energía en producir frutos para Él (Lc 13:6-9). El tiempo apremia y, si vivimos
indiferentes a las expectativas de Dios, veremos cómo nuestra oportunidad de reinar con Cristo se pierde frente
a nuestros ojos, porque no somos útiles a Dios y no producimos los frutos que Él tanto anhela. ¡Despertémonos!

Pregunta: ¿Cómo debemos actuar para garantizar nuestra elección (cfr. Jn 15:16)?

SEMANA 2 DOMINGO

Lectura bíblica: Mt 20:1-16


Leer con oración:
Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque
separados de mí nada podéis hacer (Jn 15:5).

LA OBRA QUE HACEMOS


ES POR EL VIVIR QUE TENEMOS EN CRISTO

reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar
obreros para su viña. Y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los -
2). Estos versículos revelan el corazón emprendedor del Señor Jesús, al querer darles oportunidad a las personas.
Al llamarlas, el Señor acordó una jornada de trabajo de doce horas y el recibir un denario al final del día.

Los obreros empleados por el Señor Jesús son los obreros del Nuevo Testamento. Por ser los primeros, es decir,
los de la hora cero, se refiere a los apóstoles. Pasadas tres horas, el dueño de la viña vio en la plaza a algunos
desocupados y los contrató. Podemos decir que la primera invitación fue como a las seis horas de la mañana,
mientras que la segunda invitación, la de la tercera hora (la tercera hora de trabajo), equivale a las nueve horas
de la mañana, lo cual indica que son, probablemente, los siervos de Dios de, aproximadamente, los siglos cuarto
y quinto (Mt 20:3-4). ¿Usted está desocupado? ¡Venga a trabajar en la viña del Señor! ¿De qué vale gastar todo
nuestro tiempo con los placeres del mundo o con las ocupaciones de la vida, si no estamos involucrados en
aquello que realmente tiene valor? Para Dios, si no estamos involucrados en Su obra, no importa lo mucho que
hagamos, aun así, seremos unos desocupados.

Al caer la tarde, alrededor de las horas sexta y novena, el dueño de la viña salió nuevamente a fin de contratar a
más obreros. Éstos, por su parte, pueden estar relacionados con los hermanos que nos precedieron en los siglos
pasados (Mt 20:5). Cada ciclo de tres horas, el Señor salía a contratar a nuevos obreros y, siguiendo esa lógica,
la hora novena, que equivaldría a las quince horas de la tarde (tres de la tarde), debería haber sido el último
llamado. Pero el Señor sorprendió a todos al hacer la última invitación en la hora undécima. Creemos que esos
últimos obreros somos nosotros (vs. 6-7). Esa última hora de trabajo equivale a las doce horas de trabajo diario.
En esa última hora, tenemos la oportunidad de hacer muchas obras para el Señor. Nuestra hora vale mucho
porque tenemos, a nuestra disposición, innumerables herramientas accesibles que hacen posible nuestro
trabajo. En nuestro tiempo, podemos contar con la tecnología, con sus múltiples recursos, además de excelentes
medios de transporte. En fin, tenemos todo a nuestra disposición y tenemos las condiciones de producir mucho
para los negocios del Señor.

Además de las facilidades que el avance tecnológico nos concede, el Señor nos ha bendecido con varias
herramientas. Si sabemos usarlas con diligencia y dedicación, haremos mucho por la obra del Señor. Hoy,
tenemos acceso a la Biblia, al Alimento Diario, al Periódico Árbol de la Vida y a los libros espirituales, que nos
traen la palabra profética del Señor, la cual nos alinea y suple. Asimismo, tenemos el colportaje dinámico, como
un excelente medio para sembrar la Palabra de Dios; el BooKafé, como un lugar donde las personas pueden
conocer el reino de Dios; el CEPPEV, como un centro de formación de ministros del evangelio; la Estancia Árbol
de la Vida, como un lugar que Dios nos dio para reunir a las iglesias a fin de darles dirección y suministro; y, por
último, el Señor nos obsequió una nueva versión del Expolibro a fin de llevar el reino de Dios a innumerables
ciudades y fortalecer a las iglesias.

Pero ¿Por qué el Señor nos ha confiado tantas cosas? Porque hemos sido un ejército que practica la unanimidad,
sin criticarnos los unos a los otros, sino apoyándonos y orando los unos por los otros. Lo que realmente
anhelamos es vivir la realidad del Cuerpo de Cristo.

Por tanto, hermanos, recordemos siempre que fuimos escogidos para pertenecer a la selección de Dios. El Señor
tiene una gran expectativa de que fructifiquemos en abundancia para Él. No obstante, para que los frutos surjan,
es imprescindible que estemos unidos a Él, así como el pámpano que produce fruto se une al tronco de la vid a
fin de ser suplido con su rica savia. Al permanecer en Cristo, la vid verdadera, lograremos ser fructíferos y así
atenderemos a la expectativa del Señor. Aunque hoy trabajemos con lágrimas, cuando el Señor venga, con gozo
seremos coronados de gloria y de honra. Nuestro objetivo es reinar con Cristo durante mil años y participar de
la fiesta de bodas más grande del universo: las bodas del Cordero. Para ese gran día, ansiamos estar con las
vestiduras adecuadas, bordadas, de lino fino, que son las acciones justas de los santos. Hoy, mientras servimos
al Señor y buscamos fructificar para Él, al mismo tiempo, también bordamos nuestras vestiduras para casarnos
con Cristo. ¡Aleluya!

Pregunta: ¿Por qué los obreros de la hora undécima recibirán el mismo salario que los que trabajaron tres, seis,
nueve y doce horas?

SEMANA 3 - LUNES

Lectura bíblica: Ro 8:30; 12:3-5; 1 Co 12:18, 24-25


Leer con oración:
Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto
de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a
cada uno (Ro 12:3).
LA VISIÓN Y EL VIVIR DEL CUERPO DE CRISTO

tomaremos los versículos cuarto y quinto del


capítulo 12 de Romanos para desarrollar este asunto. Dios nos salvó y nos transformó en miembros del Cuerpo
de Cristo. En el cuerpo hay muchos miembros, pero no todos tienen la misma función. Para vivir adecuadamente
en el Cuerpo de Cristo, necesitamos aprender a presentarnos como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios, y
buscar obtener la renovación de nuestra mente y la conformación a Cristo. Así, tendremos un servicio con
entusiasmo, excelencia e inclusión. Cada miembro, al usar sus dones, recibe más de la gracia de Dios, que suple
más dones, y genera de esta forma un ciclo de vida maravilloso. ¡Alabado sea el Señor!

En los capítulos del primero al octavo de la Epístola a los Romanos, Pablo nos presenta el plan de la salvación
de Dios para el hombre: el evangelio de Dios. Él desea salvar al hombre completamente, hasta llegar a la
glorificación (8:30). Sin embargo, para obtener un vivir piadoso y tener crecimiento espiritual, no basta con
permanecer en su casa, invirtiendo tiempo leyendo la Biblia. Eso sólo produce un crecimiento ilusorio. Para
crecer genuinamente en vida, necesitamos de la iglesia. Por vivir la vida de la iglesia y tener la visión de que la
iglesia es el Cuerpo de Cristo podemos ser edificados y crecer en vida.

Cuando recibimos la visión de la vida del Cuerpo, presentada a partir del capítulo 12 de Romanos, se nos abre la
puerta para estudiar de manera adecuada la Primera Epístola a los Corintios. Sin eso, sólo veremos los problemas
de la iglesia en Corinto. Por tanto, es necesario comprender con qué visión solucionamos los problemas en la
iglesia y hacia dónde estamos caminando.

El Señor desea conceder responsabilidades a todos los miembros del Cuerpo. Cada uno posee diferentes
funciones y no hay disputas o competencias entre ellos; al contrario, todos cuidan los unos de los otros de
manera especial, porque son para el Cuerpo y fueron establecidos por el Señor. Dios sabe dónde y en qué función
poner a cada hermano (1 Co 12:18, 24-25).

No nos consideramos más que los demás miembros del Cuerpo de Cristo. Hay diferentes funciones y
responsabilidades, pero somos miembros los unos de los otros. En la iglesia hay espacio para que todos los
genuinos miembros del Cuerpo funcionen. Al servir basados en el principio del Cuerpo, obtenemos resultados
maravillosos, con más rapidez, encargo y perfección. Como ejemplo, podemos mencionar el cuidado de las
iglesias con los inmigrantes venezolanos. Varios hermanos e iglesias están cooperando y ofrendando para ese
fin. Los inmigrantes provenientes de Venezuela están recibiendo cuidados y suministros por medio de las
iglesias, mientras que el evangelio está siendo predicado entre ellos. Los venezolanos están siendo introducidos
en la iglesia y están aprendiendo a vivir como miembros del Cuerpo de Cristo. A muchas personas llega el
evangelio y son introducidas en la iglesia. Solos no lograríamos llevar este servicio adelante. No obstante, con
la participación de los demás miembros, cooperando entre sí, somos bendecidos por el Señor, tremendamente.

El Señor nos dio el sentir de orar para retomar el Proyecto Expolibro. En poco tiempo, Él nos agració con tres
tráileres, comprados a un precio módico, para ser usados en el proyecto. Es necesario restaurarlos y equiparlos.
Dios llamó a un equipo que asumió esta tarea y trabajó mucho para preparar los tráileres. Ahora estamos
lanzando nuevamente el Proyecto Expolibro. Con la cooperación de cada hermano, Dios hará muchos milagros
en nuestro medio. Haremos grandes cosas si los miembros del Cuerpo de Cristo están dispuestos a servir al
Señor. No estamos en la era de los gigantes espirituales, que hacen todos los servicios de la iglesia. Hoy es el
tiempo de que todos los hermanos se presenten para funcionar en la iglesia.

Pregunta: ¿Cómo puede contribuir cada hermano con su servicio en la iglesia?

Lectura de apoyo:
Cómo pastorear el rebaño de Dios caps. 2 y 5 Pedro Dong.
La humanidad perfecta caps. 1, 2, 3 y 5 Pedro Dong.
La iglesia deseable cap. 11 Dong Yu Lan.
SEMANA 3 MARTES

Lectura bíblica: Lc 10:30-35


Leer con oración:
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo,
santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional (Ro 12:1).

SACRIFICIO VIVO, SANTO Y AGRADABLE A DIOS

La visión de la iglesia comprende diversos aspectos, tales como la iglesia como el Cuerpo de Cristo, la novia de
Cristo, la familia de Dios, entre otros. La iglesia es maravillosa. Muchas personas quedan impresionadas con
esta visión, incluso varios líderes cristianos, pero, en la práctica, encuentran dificultades para vivirla. Participan
de algunas reuniones y luego comprueban que los hermanos tienen muchos defectos. En el vivir de la iglesia
tenemos la congregación con diversas personas que fueron llamadas por el Señor. Fueron lavadas por la sangre
de Cristo, y Él, como el buen samaritano, las introdujo en el mesón que representa la iglesia, y pagó todos sus
gastos (Lc 10:30-35). Estas personas vienen con sus heridas, manchas e imperfecciones. Es en la iglesia donde
serán sanadas y ayudadas a pasar por el proceso de transformación y crecimiento de vida.

Aunque en la iglesia haya una situación negativa, como la descrita en Primera a los Corintios, no se queje, haga
lo que le corresponde hacer y aprenda a vivir con los hermanos. Una persona que no está edificada con otras,
que vive aisladamente, puede leer la Biblia, hacer vigilias y considerarse espiritual, pero, cuando es puesta a
servir con otros, comienza a tener dificultades y siempre considerará que el problema lo tienen los demás
hermanos. Con el tiempo, al ser iluminada por el Señor, percibirá que ella misma es el problema. De esa manera,
en comunión, aprenderá el camino de buscar el crecimiento de vida.

El capítulo 12 de Romanos nos introduce en la realidad de la vida de la iglesia. En el colegio y en la universidad


se aprende mucha teoría. Pero, en el mercado laboral se exige que la teoría se convierta en práctica para atender
a las demandas del mercado. Del mismo modo, la vida de la iglesia nos conduce a la práctica. En ese proceso,
surgirán fricciones, pero no se queje ni murmure contra los hermanos que están a su alrededor. Todos tienen
problemas y defectos. A pesar de eso, estamos juntos para edificar la iglesia del Señor.

El apóstol esperaba que los hermanos de la iglesia en Roma practicaran las revelaciones presentadas en los
primeros once capítulos de la Epístola a , hermanos, os ruego por las
misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro

misericordia alcanza al afligido, que no merece ayuda. La compasión es un paso más, es entender su condición
miserable, produce una empatía con él. El Señor tuvo compasión de nosotros. Dios envió a Su propio Hijo, Se
hizo hombre y Se puso en nuestro lugar. El Señor conoce nuestras dificultades, sabe lo que es la naturaleza
humana. Vivamos la vida de la iglesia, no con una mirada crítica, de juicio, sino con una mirada de compasión.

Pablo nos ruega qu santo, agradable a Dios, que es vuestro


vivir la realidad de la vida de la iglesia, es necesario presentar el cuerpo para
servir. Eso está relacionado con la práctica. Su cuerpo tiene que estar presente en los servicios y en las reuniones.
Si tiene alguna dificultad en cuanto a presentarse, si se siente cansado o indispuesto para servir, tiene que ir
delante e la iglesia, quiero presentar mi cuerpo.
¡Señor Jesús, ayúdame a estar presente en las
adecuado, Dios proveerá las condiciones para que sirva. Su porción es importante y necesaria para el Cuerpo de
Cristo. Los servicios que presentan un buen resultado son consecuencia de alguien que se pone sobre el altar y
se ofrece como sacrificio vivo al Señor. Donde hay sacrificio hay excelencia en el servicio.

Por ejemplo, en las tardes de los domingos, mientras la mayoría de los hermanos está descansando o cuidando
de sus asuntos personales, quien sirve a los adolescentes está coordinando el servicio para cuidarlos. La
coordinación es necesaria para perfeccionar los servicios. Eso definitivamente altera la rutina, toma tiempo,
exige un cambio de hábitos. No todos están dispuestos a hacerlo, pero ese es el precio que se exige para obtener
un servicio santo, que agrada a Dios. Él es santo, y nosotros Lo servimos por medio de Su vida santa en nosotros.
Dejemos de lado las excusas y presentémonos como sacrificio
vivo, santo y agradable a Dios.

Pregunta: ¿Qué debe hacer usted para vivir la vida de la iglesia intensamente?

SEMANA 3 MIÉRCOLES

Lectura bíblica: Jn 17:9-17; 1 Jn 2:12-17


Leer con oración:
Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis
vencido al maligno (1 Jn 2:14b).

SER CONFORMADO A LA IMAGEN DE CRISTO


PARA VENCER AL MALIGNO

El servicio a Dios consiste, primeramente, en presentar nuestro cuerpo en sacrificio vivo, santo y agradable al
Señor. Si el cuerpo no coopera, si no está presente en la reunión de la iglesia, no hay servicio a Dios. Es necesario
que haya un cambio de actitud. Pablo es un ejemplo en cuanto a tomar la actitud mi
cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que, habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser

hecho para El cuerpo junto con la mente y en armonía con el espíritu son para
servir al Señor. Para servir adecuadamente, necesitamos ser renovados:
transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál
aion y aquí
significa corriente del mundo. La palabra griega para mundo es cosmos, y en la Biblia está relacionada con el
sistema satánico, creado para usurpar, ocupar y distraer al hombre, para que no tenga tiempo para servir al
Señor ni espacio en el corazón para Dios.

Jesús oró al Padre en nuestro favor, sin embargo, no le pidió que nos sacara del mundo, pues aún vivimos en él,
a pesar de no pertenecerle. El Señor oró para que el Padre nos guardara del mal (Jn 17:9-17). El mundo está en
oposición directa a Dios. Existe una disputa por el hombre entre Dios y el mundo. El aion, el mundo con su
modernidad quiere atraer al hombre. Las personas son usurpadas por la tecnología, por la moda, por la estética
y por el entretenimiento. Todas esas cosas tienen como propósito ocupar al hombre para que no tenga tiempo
para servir a Dios. Quien desea servir al Señor no puede conformarse, amoldarse a este mundo. No puede poner
el corazón en esas cosas. Las personas se están amoldando al presente aion, pero el Señor nos advierte a no
tomar esa forma. Somos diferentes, apartados para Dios, nuestro corazón es para Él, nuestro tiempo es para
servirlo.

Debemos alentar, principalmente, a los jóvenes a que venzan la atracción del mundo y se vuelvan la parte fuerte
de la iglesia, por eso el palabra de Dios
permanece en vosotros, y hab (1 Jn 2:14b). La iglesia necesita de jóvenes fuertes, que
vencen al Maligno, para asumir responsabilidades. No fuertes en su hombre natural, sino en comunión con el
liderazgo, en recibir responsabilidades de parte de Dios. Una vez pasen por perfeccionamiento, los jóvenes serán
útiles para operar los servicios de la iglesia.

Vencer al Maligno es no amar al mundo ni las cosas del mundo, pues el amor del Padre no está presente en quien
ama al mundo (1 Jn 2:15). Si alguien aún ama al mundo, el Padre retira de él Su amor. El mundo lo roba a usted
de Dios. Roba su tiempo en la vida de la iglesia y usurpa su corazón, que debería pertenecer sólo al Señor:
lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida,
no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios
-17). No gaste su tiempo en cosas pasajeras y mundanas. Invierta su energía y
lo mejor de su juventud en las cosas de Dios. Además, permanezca en la gracia y no piense de sí más allá de lo
que conviene, sea moderado, de acuerdo con la fe que ha recibido de parte de Dios (Ro 12:3). Nuestra mente
debe estar en armonía con el espíritu, ocupada en hacer la voluntad del Padre, presentando nuestro cuerpo para
servir en la iglesia como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios.

Pregunta: ¿Qué actitud debo tomar para vencer al Maligno?

SEMANA 3 JUEVES

Lectura bíblica: Ro 8:6; 12:1-3


Leer con oración:
Y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y
santidad de la verdad (Ef 4:23-24).

RENOVAR LA MENTE
PARA DISFRUTAR LA TRANSFORMACIÓN

El servicio al Señor complace a Dios cuando presentamos el cuerpo en sacrificio vivo y santo y somos
transformados por la renovación de nuestra mente (Ro 12:1-2). Una mente vieja, puesta en la carne, en el viejo
hombre, es una barrera para el avance de la vida de la iglesia. Principalmente, los hermanos líderes, para servir,
necesitan tener una mente renovada, constantemente. No podemos servir con la mentalidad de diez o veinte
años atrás. Nuestra mente debe ser renovada para andar en el espíritu. La mente en la carne resulta en muerte,
pero la mente puesta en el espíritu es vida y paz (Ro 8:6).

La mente renovada da inicio al proceso de transformación, a un cambio de forma. Sin embargo, no es de forma
exterior, es un cambio de contenido, en el interior. En la vida de la iglesia, Dios inyecta Su naturaleza y Sus
elementos divinos y santos en nosotros, para sustituir la vieja naturaleza de Adán. Así, siempre tendremos una
mente renovada, sumisa, y seremos sensibles al Espíritu. Quien sirve al Señor tiene que ser sensible al Espíritu,
de lo contrario, no experimentará la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios (Ro 12:2).

La gracia de Dios nos alcanzó; no hay por qué pensar de nosotros mismos más allá de lo que conviene. Seamos
moderados, de acuerdo con la medida de la fe que el Señor nos dio (Ro 12:3). Si pensamos de nosotros mismos
más allá de lo que conviene, habrá disensión y divergencia en nuestro medio, por causa de opiniones. Pensar
con moderación es considerar a los demás como superiores a uno mismo, de acuerdo con la medida de la fe. Esa
medida se refiere a cuánto del elemento de Dios fue trabajado, dispensado y constituido en nosotros. Si sabemos
cuál es la medida de nuestra fe, clamaremos por la misericordia de Dios, porque aún tenemos mucho que crecer.

Para vivir la vida de la iglesia adecuada, nadie debe tener un concepto


manera que en un cuerpo tenemos (Ro
12:4). Tenemos la tendencia a medir a los otros según nuestra regla: en aquello que soy fuerte exijo que los otros
también lo sean. Eso no es correcto, cada miembro tiene su función.

En el cuerpo no todos son ojos, ni todos son oídos, no todos son pies.
miembros cada uno de ellos en el cue de los otros,
todos son importantes. Si algún hermano todavía no ha desarrollado totalmente su función, en lugar de criticarlo
o condenarlo, debe ayudarlo a desarrollar su función. Todos tienen una función en el Cuerpo. Los líderes de las
iglesias deben promover el funcionamiento de los hermanos. Todos los miembros tienen que estar encabezados,
obedecer al comando de la cabeza, ser obedientes a la autoridad establecida por Dios en la iglesia.

Quien es líder debe hacer espacio para que otros hermanos encuentren su debida función y sirvan alegremente.
Esa renovación introducirá a personas nuevas y generará un ambiente de perfeccionamiento. A su vez, aquellos
que son perfeccionados deben aprender a reconocer la autoridad, pues quien no aprende la lección de sumisión
no tiene la bendición del Señor. Además, eso trae equilibrio y armonía a la iglesia, hace que el Cuerpo de Cristo
funcione mucho mejor. Al obtener esa realidad, el Señor comenzará un nuevo ciclo en nuestro medio.
Pregunta: ¿Qué actitud debemos tener con relación a nuestra mente?

SEMANA 3 VIERNES

Lectura bíblica: Ro 12:5-6; 1 Co 12:18


Leer con oración:
Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo (Ef 4:7).

RENOVACIÓN: ENTUSIASMO, EXCELENCIA E INCLUSIÓN

El vivir de la iglesia debe comprender todos los aspectos de nuestra vida para que tengamos un vivir en plenitud,
en el Espíritu. Años atrás, percibimos que las iglesias estaban pasando por dificultades, falta de entusiasmo,
falta de participación en los servicios y no había inclusión. En 2017, el Señor comenzó un nuevo ciclo. Por medio
de la palabra profética, se generó un ambiente de entusiasmo por la vida de la iglesia, de excelencia en los
servicios y de inclusión de hermanos en las principales iglesias. El Señor desarrolló en nosotros la pasión por la
vida de la iglesia y muchas cosas comenzaron a suceder. La alegría de las reuniones se recobró y todas las cosas
comenzaron a ser restauradas. Los hermanos se sacrificaron para mejorar los servicios y algunas iglesias se
volvieron un modelo en el cuidado de los niños, los adolescentes y los jóvenes. En ese periodo, también surgió
el congreso de mujeres y, con eso, vinieron mejorías que fueron implementadas en la vida de la iglesia.

Algunos servicios alcanzaron el nivel de excelencia. Aquellos que no se involucraban mucho con las cosas de la
iglesia cambiaron de actitud y muchos hermanos fueron incluidos, hasta las generaciones más jóvenes. Todos
recuperaron el amor por el Alimento Diario, hay disfrute de la palabra actual y participan de las conferencias.
Los encargos de predicar el evangelio y establecer los grupos familiares fueron renovados. Estamos contentos,
pero no satisfechos.

Este año, nuestra meta es abrir un nuevo ciclo y consolidar los servicios en el Cuerpo. Usted, como un miembro
vivo y activo en el Cuerpo, tiene que ser perfeccionado, en comunión, para desempeñar su función, tan necesaria
en la iglesia, con perfección, consolidación y continuidad, sin las oscilaciones del alma, sino sirviendo en el
espíritu. Vamos a producir muchos frutos, no sólo individualmente, sino colectivamente. De esa manera, daremos
al Señor do muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los

términos de las células del cuerpo humano, lo que es diferente se llama cáncer. El Cuerpo es uno solo y Cristo es
la cabeza.

Dios coordinó el Cuerpo y distribuyó diferentes dones, según la gracia que nos fue dada (Ro 12:6). El don es una
habilidad, una destreza para hacer algo, un talento para hacer determinadas cosas. El don viene según la gracia,
y la gracia es Cristo mismo. Dios nos dio a Cristo como vida, gratuitamente. Esa vida divina llegó hasta nosotros
por medio de Cristo, nos regeneró, entró en nuestro interior y nos dio dones espirituales, habilidades y talentos
para funcionar. Debemos tener claridad: todo aquel que tiene la vida del Señor tiene gracia y dones. Cada vida
trae consigo su don. Un patito ya nace con el don de nadar, no necesita ir a una escuela de natación. A su debido
tiempo, al ponerlo en el agua, no se ahogará, pues su vida posee el don de nadar.

Como es presentado en Romanos, la gracia que recibimos de Dios también nos dio dones (12:6). Él nos concedió
diferentes dones y todos nosotros juntos formamos un solo cuerpo, el Cuerpo de Cristo. Cuando cada hermano
ejercita su don, funcionando con la porción que le corresponde, tenemos la expresión del Cuerpo de Cristo en
(Ef 4:7). Aquí
tenemos la gracia dándonos habilidades, dones. Mientras más se ejercita el don, se nos concede más gracia. Es
un ciclo de vida. Al ejercitar los dones, la vida es añadida; teniendo más vida, más dones nos son concedidos.
Cuando alguien practica físico culturismo, mientras hace más ejercicio, sus músculos reciben más suministro
para el crecimiento. El cuerpo proporciona más nutrientes, más oxígeno y, de ese modo, la masa muscular
aumenta.
La gracia nos fue concedida con el fin de beneficiar al Cuerpo, conforme a la medida del don de Cristo, y Dios
dispuso a los miembros, poniendo a cada uno de ellos en el Cuerpo como Él quiso (1 Co 12:18). Para obtener
crecimiento, basta que ejercite el don que le fue concedido. Mientras se ejercite más, le es añadida más la gracia
y se manifiesta más crecimiento. Ejercite la habilidad que Dios le dio, no se limite ni sea perezoso. Dios le dio
algo para ser bendición en el Cuerpo y, al funcionar, usted disfrutará del crecimiento de vida.

Pregunta: ¿Qué se puede hacer en la iglesia para obtener crecimiento?

SEMANA 3 SÁBADO

Lectura bíblica: Jn 17:21; Ro 12:6; 2 P 1:19


Leer con oración:
Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y
seréis prosperados (2 Cr 20:20b).

LA DIVERSIDAD DE DONES: EL DON DE PROFETIZAR

En el Cuerpo de Cristo hay muchos miembros, pero no todos tienen la misma función. Conforme a la gracia que
nos fue concedida, tenemos diferentes dones. El primer don mencionado en el capítulo 12 de Romanos es el de
profecía (v. 6). Es según la medida de la fe. Muchos entienden que la profecía es predecir el futuro. Sin embargo,
la palabra griega traducida el predecir el futuro. El primer
hablar por alguien y, en ese versículo, es hablar por Dios. Cuando Dios habla por
alguien, puede predecir cosas futuras. El semestre pasado Dios nos hizo hablar sobre retomar el Proyecto
Expolibro y que éste podría ser adaptado en tráileres. Dios nos hizo hablar del Expolibro en tráileres, y así ocurrió.
Hay varios niveles de profecías. Quien tiene el don de hablar por Dios tiene que funcionar, conforme a la medida
de la fe.

En cada generación del pueblo de Dios, el Señor designa a Su profeta. En el periodo en el cual el pueblo de Israel
salió de Egipto, Dios designó a todo el pueblo de Jehová

hablaron contra Moisés a causa de la mujer cusita que había tomado; porque él había tomado mujer cusita. Y
dijeron: ¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros?
(12:1-2). El Señor había escogido a Moisés. Otros también profetizaban, hablaban por Dios, pero había una
diferencia: a Su pueblo. Percibamos que hay
una gran diferencia. Hoy, entre nosotros, también hay una dirección de parte de Dios. El mismo Dios reivindicó
ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le
apareceré en visión, en sueños hablaré con él. No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa. Cara a cara
hablaré con él, y claramente, y no por figuras; y verá la apariencia de Jehová. ¿Por qué, pues, no tuvisteis temor
de hablar contra mi siervo Moisés? Entonces la ira de Jehová se -9).
Necesitamos conocer los principios de Dios.

Actualmente, el Señor comisionó a dos hermanos para ministrar la palabra de dirección y orientación para el
pueblo de Dios con la ayuda de dos colaboradores más. Quien recibe esta palabra como de Dios, recibe la
bendición del Señor. Aquel que cree en los profetas prosperará (2 Cr 20:20b). Por otro lado, quien no cree y hace
las cosas a su propia manera, no avanzará, pues el Señor no permitirá que prospere. Dios es quien reivindica a
Sus profetas. Aquellos que están al frente de la iglesia no son perfectos, pero por medio de ellos recibimos la
dirección de Dios. Ellos representan al mismo Señor y profieren Su Palabra. Quién cree eso, tiene temor y no
estará alineado y en unidad con la palabra profética del Señor.
De ese modo, en la iglesia, estaremos cohesionados, tendremos una sola alma, no habrá división y, por medio de
nuestra unidad, tendremos impacto en nuestra predicación del evangelio.

Nuestra unidad muestra que nuestra obra es de Dios. Jesús oró por la unidad entre nosotros (Jn 17:21). El
problema de los judíos, en la época la
Como no había un Moisés, no había alguien
que tuviera intimidad con Dios al punto de reconocer a Jesús y saber que Él estaba haciendo un cambio de
dispensación. Por eso los judíos siguieron fieles a una vieja religión liderada por escribas y fariseos.

Si en un grupo hay sólo maestros y enseñanzas, y no hay un profeta vivo, activo, el pueblo se queda sin dirección.
Gracias a Dios, entre nosotros hay profetas de Dios, no nos falta la palabra profética para iluminarnos y
dirigirnos. ¡Aleluya! Esa luz, que brilla y pone fin a la noche oscura, brillará hasta que el día aclare, hasta la venida
del Señor (2 P 1:19). Necesitamos desarrollar el don de profetizar en las iglesias:
a las iglesias, hablando para suplirlas con lo que sea necesario para
el pueblo de Dios, pero recordando siempre la dirección de la palabra profética. Eso traerá bendición a las
iglesias. Todos pueden profetizar en las reuniones, incluso las hermanas.

Pregunta: ¿Qué significa profetizar?

SEMANA 3 DOMINGO

Lectura bíblica: Ex 3:2; Ro 12:7-8


Leer con oración:
Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros (2
Co 4:7).

LA DIVERSIDAD DE DONES: MINISTERIO, EXHORTACIÓN,


REPARTIR, PRESIDIR Y HACER MISERICORDIA

El segundo don presentado en el capítulo 12 de Romanos es ministerio, o diakonia, en griego, es decir, el servicio
de los diáconos y diaconisas (v. 7). La vida práctica del Cuerpo en cada iglesia necesita del servicio de los
diáconos. En las iglesias hay muchas necesidades: servicio de niños, para enseñarles el camino que deben andar;
el servicio de adolescentes, para guardarlos del mundo y conducirlos a la Palabra del Señor; el servicio de
jóvenes, para prepararlos para servir en la iglesia, de modo que se vuelvan activos y asuman funciones como en
el ejército del Señor. También necesitamos consolidar otros servicios fundamentales en las iglesias como el de
matrimonios, padres, tercera edad, limpieza, mesa del Señor, recepción y muchos otros.

Si hay dedicación, labor, paciencia y amor en los servicios, ofreceremos frutos como sacrificio de la fe para la
alegría del Señor. Así comenzaremos un nuevo ciclo en la iglesia, implantando servicios continuos, con funciones
definidas de cada hermano que sirve. Debemos evitar improvisar y, en lugar de eso, invertir tiempo con
planificación, programación y agentamiento de actividades, siempre dependiendo del Señor para llevar el
servicio adelante. Para obtener excelencia, es necesario asociar la planificación y poner toda nuestra confianza
en el Señor. Somos sólo vasos de barro y la excelencia del poder es de Dios (2 Co 4:7). Ofrezcamos el mejor
servicio al Señor, como una zarza ardiente, para que el fuego de Dios sobre nosotros manifieste Su poder (Ex
3:2).

Nuestra confianza no está en la planificación, sino en el poder de Dios. No obstante, tiene que haber esmero, el
que enseña tiene que esforzarse (Ro 12:7b), emplear todos los medios para hacerlo. Enseñar es el papel del
maestro, y, basado en el hablar del profeta, instruye algo, didácticamente, usando para ello la Biblia, presentando
los fundamentos de las verdades bíblicas. Esa es la función del maestro. Recientemente fue lanzado el primer
para fundamentar a todos los hermanos en las verdades
básicas. Se debe reservar un horario para que los hermanos estudien ese libro y sean fundamentados en la
Palabra.

La exhortación también está basada en el hablar profético. Quien exhorta, debe ministrar suministro de vida a
los santos para el crecimiento de vida, de acuerdo con la palabra profética hablada y con lo que fue enseñado
por el maestro. Todo debe ser para la edificación del Cuerpo de Cristo y no para fortalecer un ministerio
particular. El que reparte, debe hacerlo con liberalidad (Ro 12:8). Repartir es dar, literalmente. Dar con liberalidad
es dar con sencillez y honestidad. Dios nos amó y dio a Su propio Hijo, cuando aún éramos Sus enemigos. La
mejor definición de amor es dar. En la iglesia, algunos hermanos tienen un don especial de ofrendar, no obstante,
todos deben buscar practicar este don con sencillez. El Señor nos suple en todas las cosas; ofrendar es
simplemente recibir de Su mano y devolverle con alegría y espontaneidad.

Pablo también habla de presidir y hacer misericordia (Ro 12:8). Presidir es estar al frente, liderar. Eso debe
hacerse con diligencia, celo, cuidado y prontitud. Quien lidera no puede ser descuidado; al contrario, debe tener
empeño, enfoque y dedicación. Ya sea administrando la obra regional, la iglesia o un grupo familiar, en todas
esas áreas debe haber diligencia. Hacer misericordia se refiere a tener empatía con otras personas, es pensar en
otras personas, ser sensible en aquello por lo que están pasando y cuidar de ellas. Quien hace misericordia cuida
de los necesitados. Eso es el Cuerpo de Cristo. Oramos para que el Señor bendiga a las iglesias en este nuevo
ciclo, para que haya mucha dependencia del Señor, organización y planificación. El Cuerpo de Cristo es un
organismo vivo y, por eso, hay una organización conducida por la vida de Dios. Que el Señor nos bendiga.

Pregunta: ¿Qué se debe hacer para presentar al Señor un servicio de alta calidad?

SEMANA 4 LUNES

Lectura bíblica: Ro 13:8-10


Leer con oración:
El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. Amaos los unos a los otros con amor fraternal;
en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. (Ro 12:9-10).

EL AMOR ES LA BASE DE
LA REALIDAD DE LA VIDA DE LA IGLESIA

En el mensaje de esta semana, titulad realidad del Cuerpo de


Cristo (Ro 12:9-10; 13:8-10). Todos los miembros son importantes. Por ejemplo, valoramos muchísimo la función
de las mujeres en la iglesia. Así como el Señor Jesús valoró siempre el servicio de las mujeres, nosotros también
lo valoramos, pues entendemos que sin ellas el ambiente de la iglesia no sería el mismo.

Puesto que la iglesia es el Cuerpo de Cristo, el capítulo 12 de Romanos se prepara para mostrarnos lo relacionado
con la vida y el funcionamiento del Cuerpo. Tener la visión del Cuerpo es esencial para vivir la realidad de la
iglesia. Somos miembros los unos de los otros, por eso no competimos con nadie, sino que damos soporte,
oramos, perdonamos y nos amamos, fraternalmente. Por tanto, la realidad de la vida de la iglesia es el amor que,
en la práctica, equivale a entregarse.

El amor de Dios por el hombre se puede percibir en la creación,


recibir al hombre. El aire que respiramos, el agua, la comida, y todo lo demás fue dado por Dios. Y, como prueba
máxima de Su amor por nosotros, Dios entregó a Su propio Hijo, Jesucristo, para morir en favor nuestro, tratando
así nuestros pecados y proveyendo nuestra redención. Por eso afirmamos que el principio del amor es la entrega.
Si en la práctica de la iglesia no hay amor, entonces no habrá respeto y honra mutua (Ro 12:9-10).

es ágape, que es el amor de Dios. Sin ese


amor como base, no es posible practicar la realidad de la iglesia como el Cuerpo de Cristo. El amor es la esencia
de la iglesia, y la práctica del amor es la entrega.

El amor es tan importante para la vida colectiva de la iglesia que el nguas


humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese
profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los
montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase
mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de -3).

El día que seamos juzgados por el Señor Él no buscará saber sólo cuántas obras realizamos, sino cuánto de Su
vida divina fue añadida a nosotros. Si aquello que hacemos es en amor, ciertamente será tomado en cuenta por
Dios, pero toda la obra realizada sin amor será rechazada. Que podamos tomar el amor como base para todo lo
que hagamos, principalmente en el vivir de la iglesia. Todas nuestras acciones deben tener como propósito el
amor al prójimo. Que aprendamos a entregarnos los unos por los otros para que así experimentemos la realidad
de la vida de la iglesia.

Pregunta: ¿De qué manera se puede evaluar el nivel de crecimiento de vida de un cristiano?

Lectura de apoyo:
Doce aspectos de la iglesia cap. 2 Dong Yu Lan.
La genuina autoridad y sumisión cap. 4 Dong Yu Lan.
Cómo pastorear el rebaño de Dios cap. 5 Pedro Dong.
Los grandes diamantes de la Biblia cap. 8 Dong Yu Lan.

SEMANA 4 MARTES

Lectura bíblica: Sal 41:1-3; Ec 2:10-11; Hch 20:35; 2 Co 12:15; 2 P 1:3-4


Leer con oración:
Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios (He 13:16).

EL SECRETO PARA TENER UNA VIDA FELIZ

Cierta vez, mientras algunos filósofos discutían sobre el camino a la felicidad, se dijo, en una primera instancia,
que la felicidad se obtiene cuando el hombre logra alcanzar lo que ha soñado, es decir, sus realizaciones, éxitos
y conquistas personales. Sin embargo, tras considerar un poco más al respecto, percibieron que había algo que
no estaba bien, pues, tan pronto como el hombre alcanza este tipo de felicidad, ésta se desvanece. Entonces,
surge la necesidad de alcanzar otras conquistas para mantenerse feliz. Ese es el retrato de la vida humana, en la
cual el hombre corre, corre y, cuando alcanza algo, ya no le satisface más. Eso es vanidad. Fue entonces cuando
los filósofos consideraron la siguiente posibilidad: ¿Será que la felicidad se encuentra en otra dirección? ¿Y si en
vez de buscarla por medio de las conquistas, vamos por el camino inverso de recibir, es decir, en el camino de
dar? Fue ahí donde percibieron que las personas que acostumbran hacer buenas acciones y ayudar al prójimo
son más felices.

La conclusión de los filósofos sólo confirmó la orientación bíblica para el camino de la verdadera felicidad: el
amor. Amar no es recibir, sino dar (Sal 41:1-3). Si estamos todo el tiempo preocupados por recibir, jamás
alcanzaremos la verdadera felicidad. El apóstol Pablo, al recordar las palabras del Señor Jesús, cierta vez dijo:
bienaventurado es d (Hch 20:35b). Por tanto, si nos quedamos sólo esperando recibir algo
para ser felices, estamos en la dirección opuesta a la verdadera felicidad.

Cuando nos disponemos a predicar el evangelio, cuidar de las personas y sacrificarnos por ellas, encontramos la
verdadera
felicidad. Dios es el mayor dador del universo (2 P 1:3-4). Si queremos ser felices como Él lo es, debemos dar
más. ¿Qué le parece si nos entregamos más a la iglesia y hacemos de nuestra vida un sacrificio vivo? Entréguese
en favor de aquellos que necesitan cuidado (2 Co 12:15).

Permítanme contarles una experiencia personal: cuando era joven, aspiraba a ser un buen profesional y, para
eso, tenía que ingresar a la universidad. Después de haber rendido la prueba de ingreso, esperé ansiosamente el
resultado. Cuando salió la lista de los aprobados, vi mi nombre en ella y me sentí muy feliz, a fin de cuentas,
había alcanzado una vacante en la facultad a la que soñaba entrar. No obstante, aquella sensación de felicidad
comenzó a disminuir y después me vi buscando una nueva conquista para sentirme nuevamente feliz. En esa
oportunidad quería obtener mi graduación. No fue fácil, pero, con la gracia de Dios y mucho estudio, me diplomé
y gradué. No obstante, cuando me di cuenta de la realidad de la vida, percibí que todavía me faltaban otras
realizaciones para ser feliz de verdad: aún necesitaba un trabajo y tenía el deseo de casarme, esto ocurrió un
año después de mi graduación.
Así es la vida humana, una búsqueda incesante por la pseudo felicidad, porque todas esas conquistas generan
una sensación de realización, que es efímera y pasajera, porque cuando se alcanza, luego desaparece (Ec 2:10-
11). Por tanto, la felicidad no está en aquello que alcanzamos, sino en cumplir la voluntad de Dios en nuestra
vida, en que nos entreguemos por las personas para dispensarles Cristo. Que podamos reconsiderar en nuestra
caminata lo que estamos buscando para ser felices. Recordemos siempre: más bienaventurado es dar que recibir.

Pregunta: Explique por qué la verdadera felicidad consiste en dar y no en recibir.

SEMANA 4 MIÉRCOLES

Lectura bíblica: Jn 4:24; 15:7-17; Ro 8:14; Gá 5:22; 1 Jn 2:27


Leer con oración:
Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado (Jn 15:12).

ESTAR EN EL ESPÍRITU PARA AMAR AL PRÓJIMO

Hemos visto esta semana que el amor es la base de la realidad de la vida de la iglesia. En el Evangelio de Juan
constan las siguientes palabras del s pámpanos; el que permanece en mí,
y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis
amor, porque amar es entregarse. Sin embargo, para que un pámpano produzca fruto, es imperativo que esté
unido a la vid para ser suplido con la savia, que es la fuente para fructificar. De igual manera, en nuestra
experiencia cristiana, si queremos dar fruto para Dios, necesitamos estar conectados con Él. Esa conexión entre
nosotros y Dios nos unirá a Su naturaleza, que es amor y, como consecuencia espontánea, amaremos a las
personas. Además, cuando permanecemos en el Señor, Su esencia nos es infundida y todo lo que pedimos nos
es concedido, pues nuestras peticiones pasan a estar alineadas con Su voluntad (v. 7). Para eso fue que el Señor
nos escogió: para que demos fruto. Pero es imprescindible que participemos de Su naturaleza, que es el amor.

Al continuar con el texto de Juan, c mandamiento: Que os améis unos a otros,


o os mando: Que os améis unos a
17). Observe que, para el Señor, el hecho de amarnos los unos a los otros no es una opción para la vida cristiana,
sino un mandamiento. No obstante, es imposible cumplir este mandamiento basado en nuestra disposición
natural, que es muy limitada y condicionada a las circunstancias. Sin embargo, si estamos unidos a Cristo como
nuestra vid verdadera, seremos nutridos con Su vida y naturaleza, y comenzaremos a amarnos los unos a los
otros con Su amor. Y es con nuestro espíritu humano que nos conectamos a Dios (Jn 4:24). Cuando ejercitamos
el espíritu, también comenzamos a vivir bajo el guiar y la orientación del Espíritu (Ro 8:14; 1 Jn 2:27). Por tanto,
por el ejercicio del espíritu, nos mantenemos unidos a la savia de la vid, que es la esencia de Dios, el amor.

ros unos a otros; porque el que ama o


13:8). Este es el mandamiento que regula el funcionamiento del Cuerpo de Cristo: amarnos los unos a los otros.
La realidad de la vida de la iglesia sólo puede ser practicada en esa base. Si no hay amor entre los hermanos,
nuestra práctica estará muy distante de aquello que Dios ideó para la iglesia.

El secreto para amarnos los unos a los otros es estar en el espíritu, unidos al Espíritu de Dios. Nadie puede odiar
a su hermano si está unido al Espíritu, pues el amor es el primer fruto del Espíritu (Gá 5:22). Cuando estamos en
el espíritu, somos llevados a considerar la obra de amor del Señor por nosotros. Él dio Su propia vida en nuestro
favor, nos escogió para que fuéramos Sus amigos y nos puso para que demos fruto, lo cual ocurre cuando
amamos al prójimo. Por esa razón, decimos que el amor es la base de la vida cristiana y la única manera de estar
en esa base es permaneciendo en el espíritu (Jn 15:9-10, 13-16).

Pregunta: ¿Por qué tenemos que estar unidos a la vid para amarnos los unos a los otros?

SEMANA 4 JUEVES

Lectura bíblica: 2 S 17:23; 1 Co 13:4-13


Leer con oración:
Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce
a Dios (1 Jn 4:7).

LAS CARACTERÍSTICAS DEL AMOR

Fácilmente, las personas pierden la paciencia con los demás, mientras que el Señor nos trata y perdona con
longanimidad. Si consideramos nuestra experiencia, veremos que innumerables veces hemos ido contra Dios y
Lo ofendimos con nuestras palabras y ha hecho con nosotros conforme a
nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conforme a nuestros en cambio, nosotros, a veces,
nos irritamos con facilidad con los demás. No podemos perder la paciencia con nadie. No podemos desistir de
ninguna persona a quien estemos predicando el evangelio o apacentando; antes bien, debemos insistir y tener
paciencia, pues a su tiempo tales personas pueden llegar a ser útiles al Señor.

Además de ser paciente, el amor también es benigno y no tiene envidia (1 Co 13:4). En la iglesia no puede haber
envidias y celos entre los hermanos. El amor tampoco es jactancioso, es decir, no ostenta nada, no se
ensoberbece, no se enorgullece, no es arrogante, no se considera mejor o superior a los demás, no hace nada
indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor (v. 5). Todas estas características proceden de Dios y
forman parte del Cuerpo de Cristo.

Nosotros somos muy susceptibles a los resentimientos y eso es perjudicial para nuestras relaciones. La falta de
amor hace que guardemos rencor y heridas que nos hicieron las personas y, cuando esos sentimientos suben a
la superficie, acaban por traernos un gran mal. Lamentablemente, eso ocurre mucho entre los matrimonios. En
el ambiente de la iglesia, cuando damos una opinión y ésta no es aceptada, por lo general nos resentimos, nos
enfadamos y somos indiferentes a los demás (2 S 17:23). El amor no se resiente del mal.

El amor no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. El amor todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera,
todo lo soporta (1 Co 13:6-7). Tales virtudes nos remiten a la figura de una madre que, aunque a la vista de los
mejor hijo, pues cree que va a mejorar y para eso
dispondrá de todos los recursos posibles para recuperarlo.

Aunque se acaben las profecías, los dones espirituales y la ciencia, el amor nunca dejará de ser (1 Co 13:8). Eso
nos muestra el gran valor del amor para el vivir de la iglesia. Todo puede pasar, pero el amor nunca se acabará.

Al hablar de su experiencia personal con el amor, el apóstol Pablo


pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de n
medida que crecemos en la vida divina, dejamos n en sí mismos y en sus
propios intereses. El aumento de la vida de Dios en nosotros hace que hablemos, sintamos, pensemos como
hombres que han crecido espiritualmente so, hermanos,
busquemos el amor para vivir la vida de la iglesia. Pero ¿Dónde buscar el amor? En Dios, pues Él es amor.
Ejercitemos nuestro espíritu y con él unámonos a Cristo, la vid verdadera. Conectados a ella recibiremos la savia
divina como una fuente inagotable del amor de Dios. El amor es el aspecto más importante de la vida de la iglesia
(v. 13).

Finalmente, consideremos las siguientes palabras de Pablo, dirigidas a los Romano s


con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otr jo hombre le gusta
buscar honra para sí mismo, pero, en un ambiente lleno de amor, somos llevados a honrar a los demás. Me
gustaría alentarlo a hacer eso: cuando piense en buscar honra para sí mismo, vaya delante del Señor, llénese del
amor y honre a otras personas. Eso no es ser político, sino practicar el amor entre nosotros. En un vivir de la
iglesia saludable, los hermanos se honran los unos a los otros y no a sí mismos.

Pregunta: ¿Dónde encontramos el amor para la práctica del vivir de la iglesia?

SEMANA 4 VIERNES
Lectura bíblica: Ro 5:2-3; 12:1-2, 11-12
Leer con oración:
En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor (Ro 12:11).

EJERCITAR EL ESPÍRITU PARA SERVIR A DIOS

En el vivir del Cuerpo, cada miembro tiene funciones y responsabilidades. Por eso, en cuanto al desempeño de
nuestra función, no podemos ser negligentes ni relajados. En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes
en espíritu, sirv En aquello que nos corresponde hacer, no podemos ser perezosos e
indolentes. No podemos dejar para mañana lo que podemos hacer hoy. No podemos ser lentos para ejecutar
nuestras atribuciones. Al recibir algún encargo, debemos ejecutarlo rápido.

Lamentablemente, por la influencia de la cultura del viejo hombre, a veces estamos acostumbrados a hacer las
tardamos en ejecutarlas. Pero cuando nos despojamos del viejo hombre y nos
revestimos del nuevo, somos infundidos de un sentimiento de diligencia y, al oír alguna orden del Señor,
rápidamente la ponemos en acción.

No se puede tener un vivir práctico si no presentamos nuestro cuerpo físico porque, sin él, no hay servicio. Es
necesario presentarse, asistir a las reuniones de la iglesia y a los servicios. Además de nuestro cuerpo, es
importante que para la vida de la iglesia también tengamos una mente renovada y un espíritu ferviente (Ro 12:1-
2, 11). Si queremos servir al Señor en la iglesia, debemos estar ejercitando nuestro espíritu en todo momento.
combustible para el progreso de cualquier servicio en la
iglesia. Aunque para algunos parezcamos locos por estar en el espíritu, si enloquecemos es para Dios, y eso es
loable. ¿De qué vale conservar la cordura para los hombres y no apasionarnos espiritualmente para Dios en la
iglesia?

No nos preocupemos tanto por nuestra posición o imagen. Es preferible ser loco, pero con un espíritu que arde,
a conservar la cordura con un espíritu apagado. No dejemos, bajo ningún punto de vista que nuestro espíritu se
apague. Ese fuego es el que nos motiva a servir al Señor y a los hermanos como esclavos.

La motivación es fundamental para mantener a cualquier persona sirviendo a Dios. Cuando nos damos cuenta
del amor de Dios y de cuánto Él se entregó por nosotros, nos sentimos motivados y dispuestos a entregarnos
por Él, a pesar de que no tengamos una disposición física favorable. Cuando el Espíritu arde en nuestro interior,
eso nos lleva a amar a las personas, nos impulsa a salir a predicar el evangelio, a cuidar de las personas y a
pastorear el rebaño de Dios.

Todos nosotros, por más motivados y alegres que estemos, aún pasaremos por tribulaciones (Ro 12:12a).
Mientras estemos siendo probados por ellas, siempre debemos recordar que Dios nos ama y que todas las cosas
nos ayudan a bien. A pesar de que no siempre podamos percibirlo, las adversidades son un medio que Dios usa
para hacernos crecer y madurar, pues Él quiere lo mejor para nosotros. Por eso, debemos gozarnos en las
tribulaciones, porque éstas alimentan la esperanza de la
gloria en nuestro interior (5:2-3). Un día Dios nos llamó para ser salvos y, si somos transformados y alcanzamos
la madurez, seremos escogidos para recibir el galardón de reinar con Cristo durante mil años. Si soportamos
pacientemente las tribulaciones, al final veremos que Dios se añade más a nosotros. Durante ese proceso, lo que
nos queda es ser perseverantes en la oración (12:12b). No nos cansemos de orar, pues en el tiempo oportuno
veremos las respuestas a nuestras oraciones.

Pregunta: ¿Por qué debemos gozarnos en las tribulaciones?

SEMANA 4 SÁBADO

Lectura bíblica: Ro 12:13-15; 16:3-5; He 13:2


Leer con oración:
No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto
dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres (Ro 12:17-18).

RECOMENDACIONES PRÁCTICAS
PARA TENER UN VIVIR DE LA IGLESIA CON EXCELENCIA (1)

Una vez que somos salvos, dejamos de ser simples individuos y pasamos a formar parte del Cuerpo de Cristo, y
de todo aquello que le concierne al Cuerpo. Cuando determinado miembro sufre, los demás también son
afectados. En el Cuerpo de Cristo, ningún miembro
lo que Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad,
estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada
cual también por lo de los o -4). En el Cuerpo de Cristo debemos cultivar una preocupación mutua
entre todos los miembros. Cuando determinado miembro parece estar herido, todo el Cuerpo debe procurar
comprender y ayudar a ese miembro. Cuando nuestro Cuerpo físico es herido en alguna parte, todas las demás
partes se abocan a la que sufrió a fin de suministrarle lo que sea necesario con el objetivo de que sea restablecida
plenamente. Por eso, cuando algún hermano de la iglesia esté pasando por alguna necesidad, volvámonos a él
para ayudarlo. No nos preocupemos sólo de nuestras cosas, sino también de las de los demás.

Una manera de preocuparse y de acoger a los hermanos de la iglesia es practicando la hospitalidad (Ro 12:13).
Además de eso, cuando abrimos nuestra casa para recibir a los hermanos, en realidad lo hacemos para el Señor
mismo (He 13:2), que entra y bendice nuestro hogar. Por eso, abramos nuestra casa para recibir a los hermanos,
pues esa es una excelente manera de cooperar con Él (Ro 16:3-5).

En el vivir de la iglesia, a veces nos sentimos perseguidos por algunos hermanos. Sin embargo, Pablo dice:
endecid a los que os persiguen; :14). En lugar de querer reivindicarnos ante
la persecución, debemos bendecir a tales hermanos. Si hacemos esto, créalo, el resultado será sorprendente. Él
los que se gozan; llorad con los que la importancia de la
empatía para la práctica del vivir de la iglesia. En lugar de criticar, de apuntar con el dedo y juzgar, cuando
alguien esté sufriendo, debemos ejercer misericordia y cuidado.

Observe otras orientaciones prácticas para la vida del Cuerpo que Pa s; no


altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión. No paguéis a nadie mal
por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad
en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios;
porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de
comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas
vencido de lo malo, sino vence -21).

Esta es la vida del Cuerpo; así deben vivir sus miembros. Si buscamos delante del Señor practicar todas las
recomendaciones dadas por Pablo, elevaremos nuestro vivir de la iglesia a un nivel de excelencia. Sin embargo,
todo eso sólo es posible si es practicado en la esfera del amor. Si logramos emplear estos principios en nuestras
relaciones con los hermanos, el Señor nos bendecirá grandemente. Busquemos tener ese vivir para la gloria del
Señor. ¡Aleluya!

Pregunta: ¿Cuál es el significado de ser un miembro del Cuerpo de Cristo en la práctica?

SEMANA 4 DOMINGO

Lectura bíblica: Ro 13:1-7, 11-14; 14:1-12; Ef 4:15-16


Leer con oración:
Para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y
baluarte de la verdad. (1 Ti 3:15).

RECOMENDACIONES PRÁCTICAS
PARA TENER UN VIVIR DE LA IGLESIA CON EXCELENCIA (2)

A pesar de que el capítulo 13 de Romanos habla sobre las autoridades instituidas en el mundo secular, allí
también se encuentran principios importantes relacionados con la autoridad y la sumisión, que deben ser
practicados en el vivir de la iglesia (vs. 1-7). Por un lado, necesitamos aprender sobre la importancia de
someternos a las autoridades establecidas en la iglesia para ser bendecidos. Por otro, aquellos que ejercen
autoridad también deben aprender cómo ejercerla de manera adecuada. Al someternos, no debemos hacerlo sólo
para que los demás nos vean, sino que nuestro corazón debe ser sumiso. Por tanto, al ser juzgados injustamente
por alguna autoridad, no se vengue, no luche, ni intente decirles a los demás que usted fue tratado con injusticia.
Situaciones como estas son las que nos enseñan a sujetarnos. Si aprendemos esta lección, contaremos con la
bendición del Señor por toda nuestra vida. Los hermanos líderes han sido alentados a ceder espacio para que
los demás hermanos y hermanas asuman responsabilidades y sirvan en la iglesia. Si no aprendemos a
someternos, cuando tengamos espacio para servir, nos enorgulleceremos y nos volveremos rebeldes e
indolentes.

es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora


está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando Creemos que estamos cada día
más cerca de la venida del Señor, oche está avanzada, y se acerca el día.
Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Andemos como de día,
honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos
del Señor Jesucristo, y no proveáis para los (vs. 12-14). A medida que nos acercamos al Día
del Señor, debemos vestir las armas de la luz y cuidar la manera cómo vivimos en el mundo.

En el Antiguo Testamento, los que tenían más de veinte años de edad ya debían alistarse en el ejército del Señor
(Nm 1:3). Asimismo, en los días actuales, muchos jóvenes deben despertar para alistarse en el ejército del Señor
a fin de luchar por el reino de Dios, y participar activamente en el vivir de la iglesia, cooperando y edificando el
Cuerpo de Cristo (Ef 4:15-16).

El capítulo 14 de Romanos también nos indica otros principios importantes para la práctica en el vivir de la
iglesia, conforme a lo que n la fe, pero no para contender
1). El punto en cuestión de este capítulo es la importancia de recibir. Pese a ello, no podemos acoger a nadie
para contender sobre opiniones, diferentes puntos de vista o preferencias, porque tales actitudes nos dividen.
Todo eso genera contiendas y no promueve el recibir (vs. 2, 5).

¿Entonces, cuál debe ser la base para recibir a las personas en la iglesia? Debemos recibir a todos los que Dios
recibió (Ro 14:3). Si sólo recibimos a los que concuerdan con nuestras preferencias, con el paso del tiempo, la
iglesia estará llena de grupos con diversas preferencias, lo cual dificultará que aceptemos a nuevas personas.
Nuestras preferencias personales no pueden ser un motivo para excluir a nadie. Las doctrinas, las costumbres y
las prácticas no pueden separarnos los unos de los otros (vs. 4-6).

Cualquier persona que tiene una fe básica en Dios puede y debe ser recibida en el vivir de la iglesia. No podemos
juzgar, despreciar, criticar y excluir a nadie, pues Cristo murió por todos. No podemos provocar a nadie, porque,
en el tribunal de Cristo, cada uno rendirá cuentas de sí mismo a Dios (Ro 14:7-12). ¡Que las puertas del vivir de
la iglesia estén siempre abiertas para todos por quienes Cristo murió!

Pregunta: Cite algunas recomendaciones prácticas para tener un vivir de la iglesia con excelencia.

SEMANA 5 LUNES

Lectura bíblica: Hch 18:1-11; 1 Co 3:1-4, 18; 5:1; 6:1, 9-11


Leer con oración:
Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles; porque yo estoy contigo, y
ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad (Hch 18:9-10).
EL ESCENARIO DE
LA PRIMERA EPÍSTOLA DE PABLO A LOS CORINTIOS

A partir de esta semana, que tiene com comenzaremos nuestro estudio de la


Primera Epístola de Pablo a los Corintios. En los próximos días abordaremos los siguientes temas: 1) El escenario
de la iglesia en Corinto; 2) Cristo como la solución para todos los problemas; 3) los principios victoriosos que
necesitamos practicar en la iglesia; 4) la importancia de participar de toda la riqueza de Cristo por medio de la
comunión; 5) la necesidad de ser unánimes en la iglesia en lo que pensamos, hablamos y hacemos; 6) una
advertencia ante los peligros provocados por las preferencias y divisiones en el Cuerpo de Cristo; y, por último,
7) la cruz como el poder de Dios y sabiduría de Dios para ser experimentada en la iglesia.

Comenzaremos contextualizando, mostrando el escenario de la iglesia en Corinto. Esta ciudad estaba situada
en la provincia de Acaya, una península de Grecia que fue dominada por el Imperio Romano. Corinto fue
establecida como su capital y se desarrolló atrayendo a muchos peregrinos y comerciantes. En aquella época, la
ciudad llegó a tener 600 mil habitantes, entre los cuales 400 mil eran esclavos, y se hizo conocida por su cultura
y riqueza. Sin embargo, cada grupo, con su cultura, creencias y costumbres, quería la libertad para vivir como
bien le parecía. Tenían un vivir libertino, desenfrenado y sin reglas, marcado por los excesos, sumergido en la
sensualidad, la idolatría y las costumbres locales, algo muy parecido a lo que vemos hoy en el mundo.

En ese ambiente fue donde Pablo hizo su aparición para predicar el evangelio. Los historiadores estiman que su
ida a Corinto ocurrió alrededor del año 50 d. C., inmediatamente después de haber salido de Atenas (Hch 18:1-
4). Vemos que Pablo, al llegar a Corinto, predicaba tanto a judíos como a griegos (v. 4). Algunos judíos creyeron
en su predicación, como ocurrió con Justo y Crispo (vs. 7-8). Pero, al encontrarse con la oposición y blasfemia
de los judíos, Pablo decidió seguir evangelizando a los Corintios gentiles (v. 6). En la noche, Dios lo alentó a
través de u sino habla, y no calles; porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá
sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en es -10).

Eso es lo que Dios quiere decirnos hoy: ¡Habla y no calles! Prediquemos el evangelio, a tiempo y fuera de tiempo.
Hable con sus compañeros, vecinos, a los desconocidos, hable y no se calle. ¡Esperamos que todas las iglesias
aumenten en número! Eso es totalmente posible para quien cree en las palabras proféticas. Además, Dios nos
un mejor estímulo que éste? ¡Dios tiene mucho pueblo
en nuestra ciudad, por eso vamos a predicar el evangelio!

Después de que el Señor le dijo esas palabras a Pablo, él permaneció por un año y seis meses enseñando la
Palabra en aquella ciudad (Hch 18:11). Y así fue cómo surgió la iglesia en Corinto. Pero, a medida que los
hermanos iban siendo engendrados, también traían consigo sus peculiaridades, sus creencias, filosofías,
idolatría, sensualidad, entre muchas cosas, formando así todo un escenario que desencadenó varios problemas
en la iglesia (1 Co 3:1-4, 18; 5:1; 6:1, 9-11). ¿Cómo solucionar todo eso? Mañana veremos más al respecto. En
cuanto al día de hoy, no lo olvide: Prediquemos el evangelio. ¡Hable y no calle! ¡El Señor está con usted!

Pregunta: ¿Cuáles eran las características de la ciudad de Corinto en la época que Pablo apareció para predicar
el evangelio?

Lectura de apoyo:
Socios de la obra de Dios cap. 5 Pedro Dong.
El vivir de los hijos de Dios cap. 5 Dong Yu Lan.
La venida del Señor está cerca caps. 8 y 9 Dong Yu Lan.

SEMANA 5 MARTES

Lectura bíblica: Ro 3:24-25; 5:10-11; 6:19, 22; 8:30; 1 Co 1:30


Leer con oración:
El misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del
conocimiento. (Col 2:2b-3).
CRISTO: LA SOLUCIÓN PARA TODOS LOS PROBLEMAS

Conforme a lo que vimos ayer, la iglesia en Corinto, en su mayoría, estaba compuesta por hermanos gentiles con
cultura y costumbres diferentes, lo que era suficiente para traer mucha tensión en la relación entre los hermanos.
En la Primera Epístola de Pablo a los Corintios, vemos once grandes problemas en la iglesia. El libro comienza
apuntando el problema de la división, que es el resultado de una vida infantil y carnal (1 Co 1:10-13).

Otros problemas eran consecuencia de las divergencias de sus costumbres. Mientras que los judíos traían las
suyas de la religión judía, los gentiles venían de la cultura griega, basada en filosofías, sabiduría humana,
preferencias y prácticas religiosas paganas que hacían que se condujeran de manera libertina (1 Co 1:20-22; 5:1,
6:1, 9). Ese libertinaje traía otros problemas, como la impureza, la sensualidad, la fornicación, la idolatría y el
incesto. Asimismo, en aquella iglesia había litigios entre los hermanos y un desequilibrio en cuanto al uso de los
dones espirituales, por esa razón el apóstol Pablo dedicó tres capítulos para tratar ese tema (1 Co 12 14).

Algunos dicen que esa epístola sólo habla de problemas. Eso no es cierto. Generalmente, los diamantes siempre
son puestos sobre una tela negra en un estuche, para que su valor y belleza se destaquen. Eso es lo que vemos
en esta epístola. Frente a toda la situación negativa, Pablo nos presenta más de veinte bellos y preciosos
aspectos de Cristo. Así es como percibimos quién es nuestro Señor, porque Él es más que suficiente para
solucionar todos nuestros problemas. ¡No necesitamos recurrir a ningún artificio humano! ¡Necesitamos
experimentar los muchos aspectos de Cristo!

El primer capítulo de la epístola nos presenta a Cristo como la porción que Dios nos dio para nuestro disfrute (v.
2), como poder y sabiduría de Dios, como nuestra justicia, santificación y redención (vs. 24, 30). En el segundo
capítulo, además de ser el Señor de la gloria, Él también es las profundidades de Dios (vs. 8, 10). En el tercero,
Cristo es el único fundamento del edificio de Dios (v. 11). En el quinto, Él es nuestro Cordero pascual y nuestro
pan sin levadura (vs. 7-8). En el décimo capítulo, Cristo es presentado como nuestro manjar (alimento) espiritual,
nuestra fuente (bebida) y roca espiritual (vs. 3-4). Él es la Cabeza del Cuerpo en el capítulo once (v. 3) y, en el
capítulo doce, Él es el mismo Cuerpo (v. 12). En el capítulo quince, Cristo se nos presenta como las primicias de
la resurrección, como el segundo hombre, como el postrer Adán y, por último, ¡como el Espíritu vivificante! (vs.
20, 45).

¡Son por lo menos veinte aspectos de Cristo para solucionar cualquier problema que por ventura usted o
cualquier iglesia tengan! Entonces, apreciado lector, no canalice sus energías en contra de los problemas, pues
éstos sólo son el escenario para resaltar la solución ¡Cristo! ¡Enfóquese en Él! Por eso afirmamos: necesitamos
aprender a disfrutar más de Cristo. Tenemos que aprender a invocar más el nombre del Señor. ¡Oh Señor Jesús!
¡Mientras más invocamos el nombre del Señor Jesús, más de Sus riquezas recibimos! (Ro 10:12). Eso es
sencillamente fantástico. Si tal vez nuestro día generó en nosotros alguna ansiedad o preocupación, podemos
recordar que Cristo es la sabiduría y el poder de Dios. Si usted está abatido o pasando por alguna dificultad en
la iglesia, recuerde que Él es ¡El Espíritu vivificante! Tome posesión de cada aspecto de Cristo hoy y permítale
cambiar Su vida y la historia de la iglesia donde usted se reúne.

Observe, que el libro de Romanos, que nos presenta el evangelio completo de Dios, no se explaya mucho sobre
lo que Cristo es, sino que aborda mucho lo que Cristo hizo. Él realizó por nosotros la redención, la propiciación,
la justificación, el perdón de los pecados, la reconciliación (Ro 3:24-25; 5:10-11). También trata acerca de la
santificación, transformación, conformación y glorificación que Cristo quiere lograr en nosotros (6:19b, 22; 12:2;
8:29-30b). Y, en la Primera Epístola a los Corintios, tenemos más de veinte aspectos de lo que Cristo es. ¡Alabado
sea el Señor! Los libros de la Biblia se complementan. Hoy, tenemos todo lo que Cristo hizo y todo lo que Él es
está disponible a nosotros.

Pregunta: ¿Cuáles son los aspectos de Cristo que necesita experimentar con más urgencia en esta semana?

SEMANA 5 MIÉRCOLES
Lectura bíblica: Mt 28:19; Mr 16:15; Lc 10:1; Ro 10:12-15; 1 Co 3:11; Ap 1:11
Leer con oración:
A la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los
que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro (1 Co 1:2).

PRINCIPIOS VICTORIOSOS

Desde el primer versículo de la Primera Epístola a los Corintios, Pablo nos presenta dos experiencias importantes
que todo siervo de Dios l de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el
1:1). La primera experiencia se refiere a nuestra convicción sobre el llamamiento de
Dios en nuestra vida. Pablo fue llamado por la voluntad de Dios. ¿Usted fue o no llamado por Dios? Si tiene el
deseo de servir al Señor, tenga la plena convicción de su llamamiento. La segunda experiencia se refiere al hecho
de haber sido enviados a predicarles el evangelio a nuestros vecinos, amigos, compañeros, a predicar en otros
barrios, ciudades y hasta países. La enviado, por tanto, todos nosotros recibimos ese
llamamiento (Mt 28:19; Mr 16:15). Usted necesita tener claridad acerca de la extensión de su llamamiento: si
éste se limita a los de su convivencia o se extiende a otras ciudades, países o continentes. Pero esto es un hecho:
todo hijo de Dios fue llamado para ser enviado.

La tercera experiencia presentada en este versículo también se refiere a no servir nunca solos en la obra de Dios,
sino a estar siempre acompañados por los hermanos. Pablo no estaba solo. Sus palabras tenían el apoyo del
hermano Sóstenes. Nuestro servicio a Dios no debe ser individual (Lc 10:1). Debemos servir siempre junto con
los hermanos, siempre acompañado de alguien, no es fácil, pero es necesario para ser perfeccionados en varios
aspectos como la paciencia, el cuidado, el perdón, la humildad. Los que son muy exigentes y perfeccionistas
necesitan volverse más flexibles, y los que son muy relajados necesitan ser más ajustados. ¡Así, nos coordinamos
y caminamos juntos, en amor!

la iglesia de Dios que está en ia no es


de Pablo, de Cefas, de Apolo o de alguna doctrina, sino de Dios. ¡Aleluya, la iglesia es de Dios! El fundamento de
las iglesias debe ser Cristo (1 Co 3:11). Eso está claro en las Escrituras y debe ser seguido por las iglesias
propagadas por la tierra. Sin embargo, ¿sobre qué terreno ponemos este fundamento? Muchas iglesias
evangélicas toman nombres de hombres, prácticas y puntos doctrinales como el terreno y la base para el
fundamento. Eso produce división en medio de los cristianos. Lo que observamos en esta porción de la Biblia es:
aspecto universal l aspecto local de la iglesia). En
su aspecto local, la ciudad es el terreno sobre el cual es puesto el fundamento de la iglesia.

Si los límites de la iglesia están definidos por los límites de la ciudad (Hch 8:1; Ap 1:11), no nos dejaremos guiar
por las preferencias, ya sean por personas o por prácticas doctrinales, como ocurría en la iglesia en Corinto,
¡pues la iglesia es de Dios! En la Biblia no existe la iglesia de fulano o zutano, como ocurre en nuestros días. La
división trajo a la iglesia en Corinto muchos problemas: pecados, confusión, libertinaje, enseñanzas heréticas.
No seguiremos por este camino. Permaneceremos firmes en la visión que Dios nos dio: tener a Cristo como
nuestro fundamento y la ciudad (los límites de la localidad) como nuestro terreno.

Por último, una práctica victoriosa muy común en la iglesia primitiva


llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor
Con el tiempo, esta práctica se fue perdiendo, pero, gracias a Dios, ha sido
restaurada (Hch 2:21; 9:14, 21; Ro 10:13; 2 Ti 2:22). Si realmente quiere disfrutar de las riquezas abundantes de
nuestro Señor, necesita invocar Su nombre (Ro 10:12).
Al vivir la vida de la iglesia basados en esos principios victoriosos, sus ojos nunca estarán puestos en hombres
ni en doctrinas, sino que estarán profundamente fijados en Cristo, poder de Dios y sabiduría de Dios. ¡Aleluya!

Pregunta: ¿Cuáles son los principios victoriosos que nos fueron presentados el día de hoy?

SEMANA 5 JUEVES
Lectura bíblica: Ro 12:6-8; 1 Co 1:4-7, 24; 2:8, 10; 3:11; 5:7; 10:3-4
Leer con oración:
Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor (1 Co 1:9).

LLAMADOS A LA COMUNIÓN DE CRISTO

Son muchas las riquezas contenidas en los versículos iniciales de la Primera Epístola de Pablo a los Corintios.
Vemos que, a pesar de los problemas que la iglesia vivía, los hermanos tenían muchas cualidades, eran ricos en
toda palabra y ciencia y en el disfrute de la gracia, a tal punto que no les faltaba ningún don (1 Co 1:4-7). ¿Cuáles
son los dones que no le faltaban a esa iglesia? Aquí Pablo se refiere a los dones iniciales, interiores, de la gracia,
los dones que recibimos por medio de la vida de Dios (Ro 12:6-8). Esos dones son diferentes a los dones
milagrosos, exteriores (hablar en lenguas, sanidades y milagros).

Cuando creímos en el Señor, recibimos los dones de la gracia, pero, para que éstos se desarrollen, necesitamos
ejercitarlos y practicarlos en el vivir de la iglesia, día tras día. Mientras usted más lo haga, más gracia Dios le
concederá y lo que al principio era sólo un don, llegará a ser, al final, su ministerio (Ef 4:7). Es lo mismo que
ocurre en el cuerpo humano: mientras
más ejercita determinado músculo, más sangre circulará por éste y más nutrientes recibirá, volviéndose así más
fuerte. ¡Entonces, no pierda tiempo! Nuestro deseo es que todos tengan un ministerio muy definido delante del
Señor, como aquellos descritos en el capítulo 12 de Romanos. ¡Y que cada uno cumpla su ministerio con
entusiasmo, excelencia e inclusión de muchos otros hermanos en el servicio al Señor!

Si continuamos nuestra lectura del primer capítulo de Primera Corintios, encontramos un versículo
l es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucri
9). Dios es fiel y Él nos llama a la comunión con Su Hijo. Comunión quiere decir
a participar de las inescrutables riquezas de Cristo! ¡Eso es maravilloso! ¡Dios quiere que disfrutemos de Cristo
como Sus profundidades, Su sabiduría y poder, y como el Espíritu vivificante! ¿Se ha imaginado cuál es el mejor
momento para disfrutar de determinadas experiencias? Es en los momentos de tribulación, cuando enfrentamos
es la que tomamos cuando tenemos sed y el sentimiento de alegría más
profundo que tenemos es el que llega después de la tristeza. Fue justamente en medio de las dificultades y
problemas que la iglesia en Corinto fue llamada a participar de las mayores riquezas de Cristo. Son más de veinte
aspectos de Cristo, según lo que vimos el martes.

Dios no quiere que solucionemos nuestros problemas basados en nuestra capacidad, inteligencia e
improvisaciones. Él desea que aprendamos a disfrutar de Su Hijo en todos estos aspectos: que conozcamos más
a Cristo como poder de Dios y sabiduría de Dios, para los momentos en los que consideremos que no hay más
salida (1 Co 1:24b); como nuestra justicia, para los momentos en los que nos sentimos acusados; como nuestra
redención y Cordero pascual, para los momentos en los que pecamos (5:7); como el Señor de la gloria, para las
ocasiones en las que nos debilitemos (2:8b); como las profundidades de Dios, para cuando nos consideremos
muy superficiales en nuestro servicio en la iglesia (v.10); como nuestro alimento y bebida espiritual, cuando
estemos vacíos, hambrientos y sedientos (10:3-4); como nuestra roca, que fue herida por nosotros y de donde
fluye el agua de la vida, para satisfacer nuestra sed. Y esa roca nos sigue en cada momento y está con nosotros
para suplirnos y cuidarnos; como nuestro único fundamento en la iglesia, para los momentos en los que seamos
tentados a mirar a los hombres con un sentimiento de preferencia o rechazo por algún hermano (3:11). Esto debe
quedar claro para nosotros: ¡Cristo es la solución para cualquier problema que estemos enfrentando!

Asimismo, fuimos llamados a perseverar en la enseñanza y la comunión de los apóstoles (Hch 2:42). Eso significa
que recibimos, participamos y disfrutamos de la palabra profética y de los encargos transmitidos por los
apóstoles en la iglesia. Tenemos una comunión directa con el Hijo, pero, en la práctica de la iglesia, en la obra
del Señor, eso también significa tener comunión directa en los encargos traídos por los apóstoles (1 Jn 1:3).
También tenemos la comunión de la sangre de Cristo, del Cuerpo de Cristo, de la mesa del Señor y la comunión
del Espíritu Santo (1 Co 10:16; 2 Co 13:13). ¡Vamos a revolucionar nuestra vida practicando esta Palabra! ¡Jesús
es el Señor!
Pregunta: ¿Qué beneficios puede tener en su vida al participar de la comunión de Cristo?

SEMANA 5 VIERNES

Lectura bíblica: Ro 15:5-6; 1 Co 7:17; 16:1; Gá 5:16, 25; Fil 2:2; 4:2
Leer con oración:
Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que
no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo
parecer (1 Co 1:10).

UNANIMIDAD EN EL HABLAR, PENSAR Y SERVIR

En un momento determinado, el apóstol Pablo les hace un ruego a los hermanos de la iglesia en Cori
ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no
haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer
[en el original: en una misma opinió la iglesia ocurre cuando aparecen nombres que
no son el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Necesitamos hablar lo mismo. Necesitamos de la palabra profética
que nos da dirección. Nuestro andar en el vivir de la iglesia no sólo tiene el aspecto individual, conforme a los
ocho primeros capítulos de Romanos. Además, tenemos los capítulos del 12 al 16 de ese libro, que nos muestran
un andar colectivo, donde marchamos como un ejército.

La epístola a los Gálatas nos presenta dos tipos de andar en nuestro vivir. El andar en el espíritu, peripateo, en
griego (5:16),
que corresponde al andar personal, individual y diario, y también el andar en el espíritu, stoicheo, en griego (v.
25), que corresponde al andar según normas, como en una marcha de soldados en filas para la batalla. La palabra
profética trae a la iglesia la dirección que hace avanzar al Cuerpo de Cristo en orden y coordinación. Cuando
servimos junto con los hermanos, salimos a predicar el evangelio y participamos de las reuniones, necesitamos
del andar stoicheo, que es el andar corporativo de la iglesia.

Por lo general, las iglesias evangélicas tienen el mismo fundamento, que es Cristo, pero se diferencian mucho
en lo que se refiere a la orientación, enfoque y dirección. El apóstol Pablo orientó en sus varias epístolas que,
para que haya unidad (Ef 4:3), debe haber un mismo pensar y hablar (Ro 15:5-6; Fil 2:2; 4:2), que es Cristo y Su
cruz, y se evite las cosas que provocan contiendas y discusiones (1 Co 3:3; Gá 5:20; 1 Ti 1:3-4). La palabra
profética trae una orientación muy clara para las diversas iglesias: producir un grupo de vencedores colectivos
que formarán parte del hijo varón y reinarán con Cristo en el reino milenario (He 2:5-8; Ap 12:5; 20:4-6).

Para andar unidos en una misma dirección, necesitamos de la palabra de la cruz, la cual es locura para los que
se pierden, pero es poder de Dios y sabiduría de Dios para los que son salvos (1 Co 1:17-24; 2:1-5). Necesitamos
subir al próximo nivel. Llegó el momento de que los hermanos en las iglesias de toda la tierra tengan la misma
mente, opinión y el mismo hablar. Cuando escribía a las iglesias, ese era un fuerte encargo del apóstol Pablo (Ro
15:5-6; Fil 2:2; 4:2). Incluso en cuanto a las ofrendas, las iglesias que eran cuidadas por Pablo tenían una
dirección clara de cómo debían hacer (1 Co 16:1). Él no pedía; él ordenaba (1 Co 7:17), y las iglesias hacían eso
porque estaban bajo su dirección.

Antiguamente, el ejército y la caballería se movían en el campo bajo el toque de una trompeta. Había para todos
los batallones un toque específico para cada movimiento: uno para avanzar, otro para retroceder, otro para
seguir por los costados. Si hubiese varias trompetas sonando, cada una dando un toque diferente, darían
diferentes direcciones, el ejército se confundiría y perdería la b sonido incierto,

la vida de la iglesia tenemos el sonido de una trompeta y sabemos exactamente quién la está tocando, qué toque
están tocando y cuál es la dirección que se nos está indicando para proseguir. Por tanto, queridos hermanos,
oigamos este sonido de la única trompeta en nuestro medio. ¡Jesús es nuestro Señor!
Pregunta: ¿Cuál es la orientación actual de los siervos de Dios que han tocado la trompeta de la palabra profética
en la iglesia?

SEMANA 5 SÁBADO

Lectura bíblica: Mt 28:19-20; Jn 15:16; 1 Co 1:13-16; 1 Ti 1:3-4


Leer con oración:
Porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y
andáis como hombres? (1 Co 3:3)

EL PROBLEMA DE LAS PREFERENCIAS, CELOS Y DIVISIONES

Pablo se enteró de la situación de la iglesia en Corinto, probablemente, porque los hermanos que vinieron de
aquella iglesia a visitarlo, le informaron lo que estaba sucediendo allí. Tenemos dos pasajes sobre este relato:
do acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros
regocijo con la venida de Estéfanas, de Fortunato y de Acaico, pues ellos han
suplido vuestra ause inferimos que esos hermanos quizá hayan presentado
diversas dudas de la iglesia en Corinto con respecto al matrimonio, a cosas sacrificadas a los ídolos y al uso del
velo. Por tanto, la epístola también aclara varios de esos asuntos.

A Pablo se le informó que entre los hermanos de la iglesia había re


vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y an Las contiendas
y las disensiones significan disputas, una de las obras anifiestas son las obras de la carne, que
son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras,
-20a). Pablo, por medio de Timoteo, también le advirtió a la iglesia en Éfeso
sobre la necesidad de no promover otras enseñanzas que terminarían por generar discusiones o contiendas en
la iglesia (1 Ti 1:3-4).

El problema de la iglesia en Corinto fue dejar de mirar a Cristo y comenzar a mirar a los hombres:
que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo
diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales? ¿Qué, pues, es Pablo,
y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el
Señor. Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo h -6). Decir que en medio de nosotros no
existen preferencias sería no reconocer una característica inherente a la naturaleza del hombre caído: el
partidismo y las preferencias. Al reconocer que eso está dentro del viejo hombre, podemos velar con mayor
atención por nuestro comportamiento en la iglesia, para no permitir que eso genere contiendas y divisiones. ¡En
la iglesia, nuestro único enfoque debe ser Cristo!

Entre los que lideran a las iglesias, no debe haber preferencia, sino deferencia. Entre nosotros, necesitamos
aprender a dar espacio a los que están liderándonos. Y cuando servimos en igualdad, estando en una misma
función, necesitamos discernir en las varias ocasiones que surgen quien tiene más encargo por un determinado
asunto y, con respeto y aceptación, conceder la preeminencia a ese hermano. Cuando surjan sentimientos de
preferencias por este o aquel hermano o hermana en nosotros, ¡considerémoslo delante del Señor y quememos
ese sentimiento con el fuego del Espíritu Santo! ¡No permitamos que la iglesia sufra daño por aquello que
procede de un corazón desesperadamente corrupto y de una boca descuidada!

En lugar de preocuparnos por los hombres y sus realizaciones, nuestra atención debe estar en la predicación del
evangelio y en la cruz de Cristo (1 Co 1:13, 17). Para eso nos llamó el Señor (Mt 28:19-20; Jn 15:16). ¡Si somos
unánimes, seremos muy bendecidos! ¡Alabado sea Dios!

Pregunta: ¿Por quiénes tiene preferencias en la iglesia? ¿Qué le parece si en este mismo momento le pide al
Señor que queme ese tipo de sentimiento en su corazón?

SEMANA 5 DOMINGO
Lectura bíblica: Jn 5:39-40; Ro 6:5-6; 1 Co 1:18-21; 2:1-5; Col 2:4, 8
Leer con oración:
Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder
de Dios (1 Co 1:18).

LA CRUZ ES EL PODER DE DIOS

Cuando Pablo llegó a la iglesia en Corinto, a pesar de que esa ciudad se encontraba en una región con una fuerte
influencia de la filosofía griega, no hizo uso de sabiduría humana ni de palabras elocuentes para predicar el
evangelio a tales personas (1 Co 2:1-5), pues lo que transforma no es la persuasión, el lenguaje bonito, sino la
demostración del Espíritu y de poder. ¡Qué sencillez! ¡Jesucristo, y Éste crucificado! ¡Ese es el evangelio que
debemos vivir y predicar!

La Palabra de Dios nos advierte a no dejar que nadie nos engañe con palabras persuasivas y a no ser engañados
con sus discursos para no ser enredados con sutilezas (Col 2:4, 8). Basados en esas palabras, damos una alerta
a las iglesias, pues vislumbramos un peligro: determinadas ideologías pueden entrar en las iglesias y desviar a
los hermanos del enfoque, que es Cristo, y Éste crucificado. Por ejemplo: hoy hay técnicas modernas de gestión
que son muy útiles en nuestra vida personal y profesional, y también son muy útiles en la iglesia. Pero tengamos
cuidado de no confiar demasiado en esas técnicas y en nuestra capacidad de gestión, en vez de confiar en Cristo
y Su palabra. Los cursos y las técnicas de coaching se volvieron una moda. Hay hermanos que confían más en
esas prácticas que en el Espíritu.

Seamos sencillos. La sabiduría del mundo no sirve para edificar la iglesia. Necesitamos de la sabiduría de Dios
(1 Co 1:18-20). Los sabios y los intelectuales no aceptan esta palabra, pero nosotros, que somos sencillos,
creemos, por más loca que sea tal predicación (v. 21). ¡El evangelio es una locura, y nosotros queremos ser locos
por él! Así como en el pasado, aún hoy existen aquellos que viven buscando milagros y aquellos que buscan el
c piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a
Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para -23). En muchas
iglesias, los milagros han sustituido a Cristo. Los líderes buscan ganar personas anunciando obras milagrosas,
espectáculos por me el futuro personal, profesional y financiero. Los frutos
generados de esa manera difícilmente permanecen. Jesús alimentó a una multitud de más de cinco mil personas
(Mt 14:13-21). ¿Pero dónde estaban ellos en el momento que fue crucificado? (Jn 19:25). Esos son los judíos de
hoy que piden señales y además están los intelectuales (los griegos de hoy) que buscan sabiduría, estudio de
doctrinas, pero sin ninguna experiencia con Cristo (Jn 5:39-40).

En el momento en que la cruz de Cristo deja de ser el centro de nuestra predicación, necesitamos de muletas, de
instrumentos humanos para atraer a las personas. Por eso Pablo afirmó: saber entre
vosotros cosa alguna sino a Je (1 Co 2:2). ¿Por qué dijo eso? Porque la cruz es el
judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y
1:24). Cuando Jesús murió en aquella cruz, Él crucificó al pecado (la naturaleza pecaminosa), los pecados (los
hechos pecaminosos), Satanás, el mundo, el viejo hombre, la vieja creación y, además de todo eso, también
crucificó nuestras ordenanzas, las preferencias, celos y todo aquello que nos divide. Todo eso fue crucificado en
la cruz (Ro 6:6; Ef 2:15; Col 2:14). Por eso la cruz es el poder de Dios para hacer morir todos esos elementos
negativos en nosotros. También es la sabiduría de Dios, porque, cuando renunciamos a nosotros mismos y
comenzamos a depender totalmente de Cristo, Él nos indica el camino que debemos tomar. Porque, después de
la muerte, la resurrección entra en escena (Ro 6:5). ¡Cuando tomamos la cruz y morimos, el próximo paso es la
resurrección!

Esa es la solución para nuestra vida personal, matrimonial, profesional y, mucho más, es la solución para la vida
de la iglesia en nuestra localidad. Queridos líderes, queridos hermanos y hermanas del liderazgo, vamos a
aferrarnos a Cristo. Él es la solución de todos los problemas, y la cruz de Cristo, el centro de la vida de la iglesia.
¡Jesús es el Señor!
Pregunta: ¿En qué situaciones en su vida familiar, profesional y de la iglesia puede experimentar tomar el camino
de la cruz?

SEMANA 6 LUNES

Lectura bíblica: Ex 18:13-27; 2 P 1:19


Leer con oración:
Y yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo
la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo (Nm 11:17).

LA PALABRA PROFÉTICA DA DIRECCIÓN AL PUEBLO DE DIOS

palabra profética da dirección al pueblo de


Dios. Fuimos llamados por la voluntad de Dios y debemos ejercer nuestra función en la iglesia con consistencia
y continuidad. Necesitamos doblar nuestras rodillas delante del Señor Jesucristo y confesar con nuestra lengua
que ¡Jesús es el Señor! Además, veremos la importancia de usar el espíritu para no ocasionar división en la
iglesia, y la importancia de adorar sólo a Dios. La locura de la palabra de la cruz y la predicación del evangelio,
así como el llamamiento de los hijos de Dios, también serán asuntos que veremos en esta lectura.

A lo largo de las últimas semanas, hemos recibido, por medio de la palabra profética de Dios, mucha revelación
sobre nuestro vivir cristiano (2 P 1:19). Tenemos que agradecerle al Señor, porque la palabra profética no es el
resultado de un ejercicio mental, basado en un estudio previamente escogido por la sabiduría humana. Al
contrario, es fruto de una visión y comisión muy fuerte de parte de Dios para que vivamos bajo esa realidad
espiritual. Por tanto, no debemos permanecer sólo en el ámbito del conocimiento doctrinal. La palabra profética
tiene un peso y una función espiritual, y da una dirección al pueblo de Dios. No se trata sólo de un mensaje
informativo para una ayuda puntual y momentánea. En la Biblia, podemos ver la diferencia entre la ministración
informativa y la directiva. Una buena ilustración de la ministración informativa está en Éxodo, capítulo 18, en la
cual el pueblo iba a Moisés para buscar una solución a sus problemas y asuntos relacionados al ámbito personal.
Por esa razón, Moisés aceptó la sugerencia de su suegro y estableció jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez
(vs. 13-27).

Por otra parte, la palabra profética como palabra que da la dirección, y no sólo información, se puede ver en
Números, capítulo 11. El pueblo de Dios estaba murmurando y reclamando por la vida difícil que llevaba en el
desierto y por cuá Moisés a Jehová: ¿Por qué has hecho mal a tu siervo? ¿Y por
qué no he hallado gracia en tus ojos, que has puesto la carga de todo este pueblo sobre mí? ¿Concebí yo a todo
este pueblo? ¿Lo engendré yo, para que me digas: Llévalo en tu seno, como lleva la que cría al que mama, a la
tierra de la cual juraste a s todo este pueblo, que me es pesado en
-12, 14). Dios le encargó a Moisés la responsabilidad de llevar a Su pueblo hasta la buena tierra
de Canaán. Ese pasaje de la Biblia no está relacionado con problemas de orden personal, sino con la comisión
de llevar a los hijos de Dios al lugar que el Señor determinó.

La responsabilidad de conducir al pueblo de Dios, bajo la luz de la palabra profética, es algo tremendamente
serio y tiene un fuerte peso espiritual. Moisés, a partir de ese momento, recibió una gran revelación de parte de
nderé y hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán
contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú es muy importante y fundamental
en lo que se refiere a la dirección que Dios dio a Su pueblo por medio de Su profeta, el cual tenía la
responsabilidad de conducirlo. Dios actuó de la siguiente manera: tomó el Espíritu que había sobre Moisés y lo
puso sobre los setenta ancianos con la clara y absoluta finalidad de que todos tuvieran la misma dirección de
parte del Espíritu.

Necesitamos tener el mismo espíritu de los siervos que Dios puso delante de nosotros. Ese es el camino para
avanzar. A Moisés le correspondía conducir al pueblo hasta el destino final. Y hoy no es distinto con relación a
los hermanos que nos lideran. El apóstol Pablo también enfatizaba ese deseo de Dios y le advirtió a la iglesia en
Corinto sobre la importancia de que todos estuvieran bajo la misma y envié
con él al hermano. ¿Os engañó acaso Tito? ¿No hemos procedido con el mismo espíritu y en
(2 Co 12:18). Qué tengamos el mismo espíritu y andemos en las mismas pisadas hasta el destino final. Es un solo
destino. ¡Jesucristo es el Señor!

Pregunta: ¿Por qué es fundamental tener el mismo espíritu de los profetas que el Señor puso por delante de
nosotros?

Lectura de apoyo:
Fundamentos de la fe cristiana Tomo 1 Lecciones 17 y 19 Editorial Árbol de la Vida.
Los grandes diamantes de la Biblia caps. 13 y 14 Dong Yu Lan.
El vivir cristiano en los tiempos del fin cap. 1 Miguel Ma.

SEMANA 6 MARTES

Lectura bíblica Dn 11:32; Hch 9:15; Ef 1:22-23; 2 Ti 2:21; He 12:22


Leer con oración:
A la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos (1 Co 1:2a).

LLAMADOS POR LA VOLUNTAD DE DIOS


PARA SER ÚTILES EN LA IGLESIA

La Primera Epístola de Pablo a los Corintios debe ser aplicada en nuestra vida cristiana personal y colectiva en
la iglesia. Al comienzo del a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad
llamamiento que Pablo recibió, también lo recibimos nosotros. Ese llamado de Dios debe ser
diario, intenso, continuo y consistente en nuestro vivir. La iglesia es la asamblea de los llamados, la congregación
universal (He 12:22). El pueblo de Dios tiene una marca en común. ¡Fuimos llamados por la voluntad de Dios!
Recordemos siempre que fuimos llamados por la voluntad de Dios. ¡Ahora es nuestro momento! Pablo fue
Jesucristo. Inicialmente, fuimos llamados no para hacer, sino para ser hijos
maduros delante del Señor. Y, porque somos, hacemos la obra de Dios. Esa secuencia es muy importante: ser y
hacer. En la obra de Dios, de nada vale ser y no hacer, tampoco vale de nada hacer sin ser. Fuimos llamados por
la voluntad divina para ser y, posteriormente, para hacer Su voluntad.

No somos hijos de Dios estáticos, sino activos y dinámicos, porque el pueblo que conoce a Su Dios se esforzará
y actuará (Dn 11:32b). La iglesia es el Cuerpo de Cristo (Ef 1:22-23). Eso no es solamente un conocimiento
doctrinal, por eso es necesario que se vuelva nuestra realidad espiritual y una experiencia marcada en nuestro
vivir. Ser el Cuerpo de Cristo significa que Cristo tiene un Cuerpo para ser usado a favor de la voluntad de Dios
en esta tierra. Y no somos miembros sólo en la teoría, para tener un nombre, es decir, una posición espiritual sin
función. Nuestra meta es ser útiles a Dios, a nuestro Poseedor, y, de esta manera, estar preparados para toda
buena obra (2 Ti 2:21b).

Debemos reflexionar siempre: ¿somos miembros del Cuerpo de Cristo para ser usados por Dios o estamos
estáticos en nuestra función en favor de la iglesia? Dios desea usarnos como instrumentos escogidos delante de
las personas (Hch 9:15). Si hemos sido usados, ¡Gloria a Dios! De lo contrario, necesitamos presentarnos al Señor
para solucionar los posibles obstáculos. Somos miembros del Cuerpo para ser usados. No obstante, es necesario
que estemos conectados con la cabeza de la iglesia, que es Cristo.

Por tanto, formamos parte de la iglesia de Dios, somos de Dios y fuimos llamados a ser santos en Cristo Jesús
(1 Co 1:2a). ¡Ser santificado es ser separado para el Señor! Todos los días, al despertarnos, debemos afirmarnos
nosotros mismos, con plena convicción de fe, basados en o santo, apartado
¡Aleluya! ¡Fuimos llamados por la voluntad eterna del Señor y somos usados en
favor de la edificación del Cuerpo de Cristo, la iglesia! ¡Amén!

Pregunta: En la iglesia, ¿usted está dispuesto a ser usado por Dios, basado en Su llamamiento?
SEMANA 6 MIÉRCOLES

Lectura bíblica: Ro 10:8-10; 2 Co 4:16


Leer con oración:
Con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro (1
Co 1:2b).

¡RODILLAS QUE SE DOBLAN Y LENGUA QUE CONFIESA QUE JESUCRISTO ES EL SEÑOR!

Los hijos de Dios, los santos, tienen una característica: son invocadores del nombre del Señor Jesús. El apóstol
Pablo hizo ese registro maravilloso en la primera epístola destinada a la iglesia en
en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ello
nombre de Jesús significa tener comunión con Él. No es algo ligero, superficial, que se hace de la boca hacia
afuera, sin discernimiento, sino algo que tiene un peso y una base espiritual. Esa comunión, aunada a la
participación en las reuniones de la iglesia y en las conferencias cristianas, ¡está cambiando nuestra vida!
Necesitamos tener un nuevo comienzo en nuestro ciclo de comunión con Dios, diariamente, a fin de obtener una
renovación constante (2 Co 4:16).

En el libro del profeta Jeremías está es onces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y
me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuest -13). Invocar el nombre del
Señor Jesús está relacionado con la oración, con la comunión y también con el corazón. Leemos en Romanos que
la palabra de la fe está cerca de nosotros, en nuestra boca y en nuestro
tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque
con el corazón se cree para justicia, pero con la boca -10). Cuando invocamos,
testificamos que tenemos un corazón que cree. Nuestro corazón es para hacer la voluntad del Señor.

El apóstol Pablo muestra que, al invocar el nombre del Señor Jesús, nuestras rodillas deben doblarse delante de
le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en
el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda
lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padr -11). Invoquemos el nombre de
Jesús también con nuestras rodillas dobladas, pues el nombre del Señor está relacionado con el hecho de que
toda rodilla se doblará.

El orden en este pasaje bíblico de Filipenses es el siguiente: las rodillas se doblan y la boca confiesa que
Jesucristo es el Señor. Invocar está relacionado con el corazón y con doblar las rodillas delante de ese Nombre.
Por tanto, creer con el corazón e invocar demuestra que amamos al Señor. Y el doblar las rodillas significa que
hay sumisión y obediencia a la voluntad de Dios. Por esa razón, en la Primera Epístola de Pablo a los Corintios,
el ap Los miembros del Cuerpo de Cristo que
invocan el nombre de Jesús Lo tienen como su Señor y Lo aman de todo corazón. Amamos a Dios, creemos en Él
y obedecemos a Su voluntad. De esa manera, esta palabra maravillosa, escrita a la iglesia en Corinto, se volverá
nuestra realidad espiritual. Pablo le escribió a la iglesia en Corinto, pero sus escritos pueden ser aplicados a
nosotros en los tiempos actuales. Y la prueba de que esa epístola también es para nosotros se debe al hecho de
que invocamos el nombre del Señor Jesús: ¡Oh Señor Jesús! ¡Oh Señor Jesús! ¡Oh Señor Jesús! ¡Aleluya por ese
nombre maravilloso!

Pregunta: ¿A qué aspectos espirituales de nuestro vivir cristiano están relacionados el invocar, la comunión y las
rodillas dobladas delante del Señor Jesucristo?

SEMANA 6 JUEVES

Lectura bíblica: Ef 2:13-22; Ap 2:7, 11, 17, 26; 3:5, 12, 21


Leer con oración:
Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que
no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo
parecer (1 Co 1:10).

USAR EL ESPÍRITU
PARA NO OCASIONAR DIVISIÓN EN LA IGLESIA

es maravilloso. Él nos ha dado todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad, conforme a lo registrado
po las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su
divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales
nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza
divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la -4). Hemos
recibido las preciosas y grandísimas promesas de Dios. Sin embargo, el asunto central es si buscamos tener esa
realidad espiritual en nuestro vivir con respecto a todo lo que el Señor le ha dispensado a Su iglesia.

La palabra profética trae lo que Dios desea y espera de nosotros. El corazón de Dios está completamente abierto
a Su pueblo. Y en Su corazón hay un sentimiento marcado de que todos, sin excepción, ¡sean vencedores en
Cristo! El apóstol Juan, en sus cartas dirigidas a las siete iglesias, descritas en el libro de Apocalipsis, revela el
llamado a los vencedores (Ap 2:7, 11, 17, 26; 3:5, 12, 21). Por tanto, ¡todos tienen oportunidad! ¡Créalo: usted
tiene una oportunidad! Vamos a alentar a los demás miembros del Cuerpo de Cristo en la ciudad donde nos
reunimos. Digámosles: de ser vencedor oportunidad y
tengamos comunión con Cristo, pues fuimos llamados a la comunión del Hijo de Dios (1 Co 1:9).

Dios es fiel y espera que tengamos comunión con Él por nuestra búsqueda espiritual. El Señor insiste en que
permanezcamos en Su presencia singular e inigualable. A pesar de que a veces huimos de la presencia de Dios,
Él permanece fiel y nos trae de nuevo a la comunión. Las situaciones, favorables o desfavorables que ocurren en
nuestra vida son oportunidades para obtener más de la presencia de Dios. Debemos agradecerle al Señor por las
tribulaciones, pues, por medio de ellas, podemos estar delante de Él. Esa comunión es por el Espíritu. Una de las
grandes verdades es que todos los que fueron salvos, mediante la fe en Cristo, recibieron el Espíritu en su interior
(Jn 7:39; Hch 2:38; Ro 8:9; 1 Co 6:17). Así, veremos la importancia de invocar el nombre del Señor Jesús y de
ejercitar nuestro espíritu al máximo, porque en el espíritu es donde tenemos toda esa realidad espiritual.

No obstante, tenemos que reconocer que hay un gran problema por superar. Tenemos el espíritu, pero no lo
usamos o lo usamos poco. Los problemas familiares y de las relaciones tienen sólo una causa: la falta de uso del
espíritu, donde tenemos contacto real con Dios. La solución para todas las trabas es sencilla: ¡usar el espíritu!
Todos los problemas ocurren porque no usamos el espíritu.

En la iglesia, cuando usamos el espíritu, no hay división. Al contrario, tenemos un mismo parecer. Ese era uno
de los ruegos de Pablo a la iglesia re de nuestro Señor
Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis
perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo necesitamos tener
esa realidad espiritual: hablar la misma cosa, estar perfectamente unidos, en una misma mente y en un mismo
parecer. ¿Esto es posible? Ciertamente, si permanecemos en el espíritu, donde no ocurre ninguna especie de
división entre los miembros del Cuerpo de Cristo.

Recordemos que Cristo murió para hacernos uno y resucitó para mantenernos siendo uno. La unidad se hizo
posible por causa de la obra redentora de Cristo. La sangre de Cristo nos acercó a Dios y Cristo derribó toda
pared de separación y enemistad, y abolió toda ordenanza divisiva, con el objetivo de crear un sólo Cuerpo en
Dios, por medio de la cruz. Tenemos acceso a Dios en un Espíritu y somos conciudadanos de los santos, somos
de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo el mismo Cristo Jesús
la piedra angular. El resultado es que seremos edificados para ser la morada de Dios en el espíritu (Ef 2:13-22).
¡Aleluya!
Pregunta: ¿Cuál es el origen de todos los problemas en nuestra vida en el ámbito personal y en el vivir de la
iglesia?
SEMANA 6 VIERNES

Lectura bíblica: Jn 10:11, 16; Ro 1:16; 1 Co 1:13-17


Leer con oración:
Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo (1 Co
1:12). Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los
que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios (Ap 22:9).

ADORAR SOLAMENTE A DIOS

Las contiendas y preferencias de orden personal, que causan conflictos y disensiones, deben ser evitadas por
medio de un vivir en el espíritu. Los hermanos de la iglesia en Corinto estaban confundidos en este asunto,
conforme a lo registra de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de
Cefas; y yo miembros del Cuerpo de Cristo, ¿tenemos síntomas o incluso
acciones de alguien que contiende? Nuestro objetivo debe ser aplicar la palabra de manera práctica en nuestro
vivir, y no enfocarnos en situaciones inconvenientes, innecesarias y perjudiciales, como las contiendas
experimentadas por la iglesia en Corinto.

Las contiendas y todo tipo de preferencias por cierto hermano o hermana forman parte de la esencia de la
naturaleza humana. El mismo apóstol Juan, en dos ocasiones, se equivocó en esa acción
Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras
verdaderas de Dios. Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo,
y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu
de la p - soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me
postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas. Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque
yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a
(22:8-9). Juan quiso adorar al ángel en dos ocasiones por el hecho de haber recibido revelaciones de parte
de él.

Debemos tener discernimiento espiritual acerca de los profetas que nos traen la revelación de la palabra de Dios
para no confundir el respeto que se les debe con una adoración equivocada.
Dios que sirve en la iglesia. Sólo Dios es digno de adoración. Por tanto, no caigamos en lo que la iglesia en
Corinto tropezó, al decir que eran de Pablo, de Apolo, de Cefas e incluso de Cristo. En este contexto, quien afirma
que es de Cristo se está dividiendo de los demás, por falta de realidad espiritual y de un espíritu correcto y
unánime, además del discernimiento del Espíritu de Dios. La palabra de Dios es clara: ¡Adora a Dios!

Adoremos a Dios por el hecho de que Él pone hermanos y hermanas bendecidos a nuestro alrededor, pero en el
corazón no adoremos a tales hermanos. Cristo no está dividido (1 Co 1:13a). Que siempre nos acordemos de esta
pregunta cuando tengamos fricciones con los demás miembros de la iglesia: ¿Acaso está Cristo dividido?

Tengamos cuidado, en especial los que cuidan del rebaño de Dios, de no usar su liderazgo e influencia para poner
a los , Pastor: Cristo (Jn 10:11, 16). Ellas
no pertenecen a ninguno de nosotros. El apóstol Pablo le mostró a los corintios que él no había sido crucificado
en favor de ellos, tampoco los hermanos y hermanas fueron bautizados en su nombre (1 Co 1:13b). Luego, afirmó:
nguno de vosotros he bautizado, sino a Crispo y a Gayo, para que ninguno diga
que fuisteis bautizados en mi -15).

¡La obra que Dios nos confió es Suya, no nuestra! Nuestra función y comisión es predicar el evangelio, que es
poder de Dios para salvar a las palabras, para que no se haga vana la cruz de
nuestro deseo es testificar la salvación de las personas y no tenerlas
como nuestra propiedad. El objetivo es llevarlas a la presencia de Dios. ¡No hagamos vana la cruz de Cristo,
pues el mismo Cristo y Su cruz son el centro! La salvación de las personas se origina en Cristo y en la cruz. La
intención de predicar el evangelio es llevar la salvación a las personas y no convencerlas en su mente terrenal y
limitada. D Es poder de Dios para salvación
1:16). El poder de salvar a las personas no se origina en nosotros, ¡sino en Dios! ¡Jesucristo es el Señor! ¡Amén!

Pregunta: ¿Por qué la cruz de Cristo no debe ser anulada?

SEMANA 6 SÁBADO

Lectura bíblica: Mt 16:24; Lc 9:23; Hch 2:5; 2 Co 3:5; Gá 3:13; Fil 1:21; He 6:6
Leer con oración:
Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado (1 Co 2:2).

LA LOCURA DE LA PALABRA
DE LA CRUZ Y DE LA PREDICACIÓN DEL EVANGELIO

La palabra de la cruz anula nuestra naturaleza terrenal, que es contraria a la voluntad de Dios. La ministración
de la cruz evidencia y destaca a Cristo. En la Primera Epístola de Pablo a los Corintios,
no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad,
y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría,
sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los
hombres, sino en el poder de -5). Hay tres puntos principales en este pasaje bíblico.

El primero se refiere al carácter de la predicación de Pablo, cuyo contenido es el evangelio de Dios. El segundo
está relacionado a su persona. Él dependía totalmente del Espíritu, pues su servicio era con debilidad, mucho
temor y temblor. Pablo no confiaba en sus habilidades naturales, sino sólo en Cristo, y Éste crucificado. El tercer
punto se refiere a cómo él predicaba la palabra de Dios. Su predicación no consistía en palabras persuasivas de
sabiduría, sino en demostración del Espíritu y de poder. Su objetivo no era convencer a las personas por medio
de la sabiduría humana. El enfoque era usar la demostración del Espíritu y de poder para alcanzar a las personas.
El poder para hacer la obra se origina, se desarrolla y resulta en Dios. Si nos apoyamos en las habilidades
humanas, encontraremos barreras para cumplir la voluntad de Dios. Por nosotros mismos, no somos capaces de
pensar en nada. La obra de Dios no se origina en nosotros. Nuestra competencia proviene de Dios (2 Co 3:5).

Luego, necesitamos crear raíces y profundizar nuestras experiencias en la cruz de Cristo. Cuando Pablo escribió
su primera epístola a los la predicación del
abra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a
nosotros, es poder de Dios. [...] Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la
sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. Porque los judíos piden señales,
y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente
tropezade (1 Co 1:18, 21-23). Los judíos piden señales, esto es, poder. Y los griegos
buscan sabiduría, o lo que es lo mismo, conocimiento. En el mundo, los hombres buscan poder y conocimiento.
Estas son las armas mundanas que rigen el siglo presente.

En la iglesia, la casa de Dios, ¡nuestras armas están basadas en el Cristo crucificado! A los ojos del mundo, eso
es una locura y tropezadero. Jesucristo fue colgado en la cruz, en el madero, lo que era considerado una
maldición. Fue expuesto al vituperio, al oprobio público (Gá 3:13; He 6:6). Jesús escogió a pescadores galileos
para predicar el evangelio, lo que les causó espanto a los judíos piadosos que residían en Jerusalén (Hch 2:5).
¿Qué futuro habría con esos galileos a los ojos del mundo? ¡A los ojos de Dios fue una victoria para manifestar
Su poder y Su sabiduría!

Necesitamos de la palabra de la cruz y de la predicación del evangelio. Que hagamos nuestra parte delante de
Dios, siguiendo al Señor Jesús, sin olvidar lo fundamental, que es negarnos a nosotros mismos y a tomar la cruz,
día tras día (Mt 16:24; Lc 9:23). Para el mundo, negar la vida del alma y tomar la cruz significa perder, pero, para
nosotros que creemos en la Palabra, es ganancia (Fil 1:21). En las situaciones del vivir diario, a veces nos
rehusamos a pedir perdón por nuestras fallas. ¿Por qué sucede eso? De nada vale tener el conocimiento doctrinal
si no tenemos la realidad de lo que oímos y hablamos. Al oír del liderazgo de la iglesia o de alguna persona que
necesitamos pedir perdón por algo que hemos hecho, ¿qué
respuesta? ¿Obedeceremos a la palabra de la cruz? ¡De hecho, la palabra de la cruz es locura!

Solamente en el espíritu estamos dispuestos a practicar la locura de la palabra de la cruz y de la predicación del
evangelio. Alabado sea el Señor por la visión maravillosa y prevaleciente del Cristo crucificado como el poder de
Dios. Que seamos liberados de todas las cosas contrarias a la voluntad de Dios y maduremos en Cristo, para
proseguir con un vivir que Le agrada en nuestra jornada cristiana. ¡Amén!

Pregunta: ¿Cuáles son las tres lecciones espirituales que podemos extraer de este pasaje bíblico (1 Co 2:2-5)?

SEMANA 6 DOMINGO

Lectura bíblica 1 Co 1:26-29; Gá 6:14, 17


Leer con oración:
Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación,
santificación y redención; para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor. (1 Co 1:30-31).

CONSIDERAR NUESTRO LLAMAMIENTO

Dios tiene Su manera de trabajar. En la Primera Epístola de Pablo a los


hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles;
sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para
avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que
es, a fin de que nadie se ja -29). Este pasaje bíblico llama la atención, pues muchas
veces nos sentimos descalificados para servir a Dios. Ese sentimiento no debe consumirnos más, dejándonos
paralizados espiritualmente.
Dios desea que prestemos atención a nuestra vocación, a nuestro llamamiento. No fueron llamados muchos
sabios según la carne, ni poderosos, ni personas nobles. El motivo es que los sabios, los poderosos y los nobles
confían en sí mismos y son independientes de Dios. El sabio confía en su conocimiento, el poderoso en su poder,
y el noble en su origen. Pero Dios, por medio del apóstol Pablo, nos aclara: no habrá muchos escogidos entre
estos tres tipos de personas. ¡Gloria a Dios por ese hecho! Él escogió a lo débil del mundo para avergonzar a los
sabios. Es como si Dios les dijera a los sabios de su sabiduría. ¡No quiero usar nada

cosas débiles del mundo para avergonz


débiles, eso demuestra que Dios no se equivocó al escogernos para servirlo. Y si nos sentimos humildes y
despreciados, es una prueba más de la elección acertada de Dios. De esa manera, el Señor reducirá a nada a las
personas que se consideran algo por medio de aquellas que no son, es decir, por medio de los escogidos de
acuerdo con la vocación de Dios.

Dios quiere usar a los necios, a los débiles, a los humildes, a los despreciados y aquellos que no son
para que nadie se jacte en Su presencia. Presten atención a la palabra: nadie. De esa manera, para todo lo que
Dios opere en nuestra vida y en Su obra, las personas darán el siguiente testimonio: ¡Es Dios! ¡Es Dios! ¡Es Dios!
Es decir, no habrá ni una brecha para que los sabios, los poderosos y los nobles se vanaglorien. ¡La gloria es sólo
de Dios! ¡Dios quiere usarnos! ¡Aleluya! Ese es nuestro ejército: soldados débiles, frágiles, humildes,
despreciados y aquellos que no son. ¡Y el resultado es que la gloria será de Dios! ¡Por eso Dios nos llamó!

sabiduría, justificación, santificación y


redención; para que, como 1:30-31). ¡Somos de Dios en

de Dios se manifieste en nuestra vida, mediante la justicia, la santificación y la redención. Cuando permitimos
que la cruz de Cristo opere, la salvación de Dios se manifiesta y Dios es glorificado. Esa manifestación gloriosa
influirá en la vida de otras personas. Por tanto, el que se gloría, gloríese en el Señor. Para eso, Cristo y la palabra
de la cruz son las marcas que debemos llevar en nuestra vida cristiana, conforme a lo que el apóstol Pablo
nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es
crucificado a mí, y yo al mundo. [...] De aquí en adelante nadie me cause molestias; porque yo traigo en mi cuerpo
marcas de la cruz en nuestra vida manifiestan el poder de Dios, y
el resultado es que nos gloriamos solamente en el Señor. Que Dios nos bendiga, a fin de que podamos practicar
el mensaje de la cruz de Cristo. ¡Jesús es el Señor! ¡Amén!

Pregunta: ¿Cuál es la marca que usted debe cargar en su vida cristiana?

SEMANA 7 LUNES

Lectura bíblica: Hch 22:3; Ro 1:16; Ef 1:17; 1 Ts 5:23


Leer con oración:
Nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en
plena certidumbre, como bien sabéis cuáles fuimos entre vosotros por amor de vosotros (1 Ts 1:5).

EL TESTIMONIO DE PABLO DELANTE DE LOS CORINTIOS

En el transcurso de esta semana veremos que, para conocer las cosas de Dios necesitamos usar nuestro espíritu
(1 Ts 5:23), pues a partir de nuestro espíritu el Espíritu de Dios podrá fluir como ríos de agua viva. Además,
abordaremos la importancia de aplicar la palabra de la cruz a nuestro vivir. Por último, veremos cómo podemos
discernir las cosas espirituales y divinas. Que el Señor nos conceda un espíritu de sabiduría y de revelación (Ef
1:17).

En el segundo capítulo de la Primera Epístola a los Corintios, leemos: s, cuando fui a vosotros
para anunciaros el testimonio este versículo,
vemos la actitud del apóstol Pablo al ir a Corinto. Él no les presentó a las personas sólo palabras, sino que fue
para anunciar el testimonio de Dios. No presentó una predica del evangelio, sino un vivir, un testimonio. En el
sexto versículo del primer como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en
Cuando juntamos estos dos versículos, vemos que el testimonio de Dios y el testimonio de Cristo son
lo mismo. El hecho de que la predicación de Pablo no consistiera sólo en palabras sino en un vivir causó gran
impacto en la vida de los corintios y produjo algo en ellos. Eso es lo que el Señor nos está revelando aquí: Dios
quiere tener un pueblo que presente un testimonio vivo y no sólo simples palabras.

Pablo no usó excelencia de palabras ni de sabiduría. En vez de eso, permitió que el Señor y Su cruz operaran en
él, al punto de poder Jesucristo, y a éste
del evangelio estaba en Cristo y en Su cruz. Y por haber
experimentado la operación de la cruz, estuvo entre los corintios con debilidad, y mucho temor y temblor (v. 3).
En ningún momento confió en su propia capacidad o conocimiento, a pesar de haber sido instruido a los pies de
Gamaliel (Hch 22:3) y ser un reconocido maestro y doctor de la ley. Al anunciar la Palabra de Dios, no confió en
sí mismo ni en su conocimiento; antes
persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y

Pablo no fue a Corinto para convencer a las personas. Él confiaba en el poder de la Palabra de Dios y sabía que
la palabra del evangelio era el poder de Dios para la salvación de todo aquel que cree (Ro 1:16). Al hacer la
afirmación de que su palabra l
espíritu, y así lo hizo, sino en el poder de
hecho, podemos percibir cuán importante es permitir que la palabra de la cruz
opere en nosotros, a fin de hacernos siervos útiles en las manos de Dios, tal como Su siervo Pablo.

Pregunta: ¿Cuánto ha operado la cruz de Cristo en usted?

Lectura de apoyo:
El camino para vivir y reinar con Cristo cap. 6 Dong Yu Lan.
El vivir cristiano en los tiempos del fin cap. 1 Miguel Ma.

SEMANA 7 MARTES

Lectura bíblica: He 4:2


Leer con oración:
Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra
implantada, la cual puede salvar vuestras almas. Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores,
engañándoos a vosotros mismos (Stg 1:21-22).

LA PALABRA QUE PUEDE CAMBIAR NUESTRA VIDA

Ayer, vimos que el apóstol Pablo permitió la obra de la cruz en su vida. Por esa razón, al anunciar el testimonio
de Dios a los corintios, no lo hizo con palabras de excelencia o de sabiduría. Su palabra consistía en una
demostración del Espíritu y de poder. A veces, recibimos la Palabra de Dios y la comprendemos, pero nuestra
vida no cambia. Si la Palabra no es capaz de cambiar nuestra vida, ¿cómo podemos esperar que cambie la vida
de las personas?

Dios quiere cambiar nuestra vida por medio de Su Palabra. No es suficiente sólo comprenderla. Si la Palabra de
Dios es capaz de cambiarlo, otras personas cambiarán por su ministrar. De lo contrario, ¿cómo podemos esperar
que cambien si nosotros mismos no cambiamos? ¿Cómo podemos dar a las personas lo que no tenemos? No
podemos tomar prestada la experiencia de la cruz de otro. Antes bien, la palabra de la cruz que recibimos necesita
ser nuestra constitución y vivir. Para
que eso suceda, tenemos que permitir que Dios trabaje en nuestra vida. Al oír la Palabra, debe percibir que Dios
está hablando a su corazón. No piense que la Palabra está destinada a otra persona. Si la Palabra de Dios llegó
a usted, tenga el cuidado de oírla bien, porque eso es lo que necesita. Permita que la palabra opere en su interior
y sea transformado.

Con esa actitud, demostrará Espíritu y poder; llevará a las personas a confiar en Dios, y no en su sabiduría,
capacidad y habilidades humanas. Los que son más capaces tienen más habilidades. Estudian un poco aquí,
investigan un poco allí, se acuerdan de algunos versículos, de algo que oyeron y, al final, pueden armar un bello
mensaje. Entonces surge un cuestionamiento: ¿este mensaje puede cambiar la vida de alguien? ¡No! Dios quiere
que tengamos experiencias con Su Palabra, porque oír la Palabra será la que producirá algo del Espíritu en
nosotros.

Al oír la Palabra, recíbala mezclada con la fe (He 4:2) para que el Espíritu comience a trabajar. Hágala real en su
vida. La experiencia de Pablo, de no valerse de la excelencia de palabras y de la sabiduría humana, sino con
demostración del Espíritu y poder, revela que es posible usar nuestro espíritu para demostrar el Espíritu y Su
poder. lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y
elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis da vez con más
diligencia hacer firme nuestro llamamiento y elección. Esa es la actitud que debemos tener para evitar tropiezos.
Necesitamos tener ese sentimiento y o llamaste, completa Tu buena obra en mí.
No quiero haber si

En estos días, nos ha sido ministrada la palabra profética, que constituye las palabras de dirección para las
iglesias. Espero que haya visto la importancia de esta palabra. Esta es la palabra que nos hace andar de acuerdo
con la voluntad de Dios. He visto que servir a Dios no depende sólo del deseo de alguien de querer servirlo,
depende mucho de la voluntad de Dios de querer usarlo. Para que Dios lo use, usted debe ser una persona
adecuada. Pablo era una persona adecuada, porque era alguien que andaba en el espíritu. En Efesios, leemos:
el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Una persona en la
carne sabe usar la espada del Espíritu? ¡No! Pero una persona en el espíritu sí sabe. ¿Quiere usar la espada del
Espíritu? El camino es andar en el espíritu.

Pregunta: ¿Qué debemos hacer para que las personas tengan un cambio de vida?
SEMANA 7 MIÉRCOLES

Lectura bíblica:
Jn 4:24; 1 Co 1:1-2, 9; 1 Ts 5:23
Leer con oración:
Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y
me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro
corazón (Jer 29:12-13).

LLAMADOS PARA LLAMAR

Creemos que, así como Pablo, nosotros también fuimos llamados por Dios. Al inicio de la Primera Epístola a los
Corintios, el apóstol nos muestra que todos los que fueron llamados tienen una característica común: invocan el
nombre de nuestro Señor Jesucristo (1:1-2). Los que invocan el nombre del Señor tienen comunión con Él.
Nosotros también fuimos llamados por Dios para llamar a Dios. ¡Esto es algo maravilloso! ¡Fuimos llamados para
llamar! Esto nos lleva a tener comunión con el Señor por medio de invocar Su nombre. Pero tenemos que prestar
atención a lo siguiente: Dios fue el que tomó la iniciativa de llamarnos.

fuisteis llamados a la comunión con su Hijo


Jesucristo nu (1 Co 1:9). Aquí hay algo muy importante. Podemos ver que hay un orden. Primero,
Dios nos llama por el nombre. En seguida, nuestra
Usted fue llamado para llamarlo. Esa comunión involucra dos partes. Él nos llama y nosotros invocamos Su
nombre.

Para tener comunión con el Señor, necesitamos aprender a usar nuestro espíritu (Jn 4:24). Recuerde que el Señor
Jesús pagó un precio alto para que hoy tengamos el Espíritu. Nuestro mayor problema es que, a pesar de haber
recibido el Espíritu de Dios, no usamos nuestro espíritu para tener comunión con Él. El Señor ya nos dio el
Espíritu. Por tanto, intensifiquemos nuestra comunión con Él, usemos nuestro espíritu (1 Ts 5:23).

Dios mismo fue quien tomó la iniciativa de tener comunión con nosotros, abrió un canal de comunión entre
nosotros. Por eso, en cualquier momento, podemos tener comunión con Él. No necesitamos esperar a que Dios
nos llame, podemos llamarlo en cualquier momento. Por ejemplo, cuando alguien nos da el número de su
teléfono, no necesitamos esperar que esa persona nos llame, podemos llamarla cuando lo deseemos. No nos
quedemos parados, tomemos la iniciativa de tener comunión con Dios. No seamos pasivos, sino activos.
Ejercitemos nuestro espíritu, invoquemos el nombre del Señor.

hermanos, teniendo libertad para entrar en el


Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto
-20). Esta porción de la Palabra nos muestra la cruz de Cristo, Su obra redentora, lo
que nos da la osadía para entrar en la presencia de Dios, al Lugar Santísimo, nuestro espíritu. Esa misma osadía
debe acompañarnos cuando salimos a predicar el evangelio. Al encontrarnos con las personas, no necesitamos
esperar ser tocados por el Señor para anunciarles la Palabra. Sólo invoquemos
experimentaremos el evangelio como el poder de Dios que es capaz de salvar
a todo aquel que cree.

Pregunta: Considerando que el canal de la comunión ya nos fue abierto, ¿qué significa ser la parte activa en esta
comunión?

SEMANA 7 JUEVES

Lectura bíblica: He 10:19-22


Leer con oración:
Sacaréis con gozo aguas de las fuentes de la salvación. Y diréis en aquel día: Cantad a Jehová, aclamad su
nombre, haced célebres en los pueblos sus obras, recordad que su nombre es engrandecido (Is 12:3-4).

TENEMOS UNA FUENTE EN NUESTRO ESPÍRITU

Ayer vimos que el Señor pagó un precio alto para abrirnos un camino nuevo y vivo, por el cual podemos
acercarnos a Él, con un corazón sincero, en plena certidumbre de fe, con un corazón purificado de mala
consciencia (He 10:19-22). El velo ya fue rasgado y podemos entrar osadamente en el Lugar Santísimo para
tener comunión con Dios. ¡Ese hecho debe impresionarnos!

le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua


que yo le daré será en él que aquel que
cree en el Señor posee una fuente en su interior, no sólo un grifo, ¡sino una fuente! Un grifo se puede cerrar,
pero una fuente fluye sin parar. En su experiencia, ¿está fluyendo la fuente? A veces nos encontramos
las cosas del mundo. ¿Sabe cuál es la solución? La cruz
de Cristo. Ella es la que nos desobstruye, desatasca el canal y restablece el fluir de la vida. Por eso debemos
amar la experiencia de la cruz.

ús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si


alguno tiene sed, venga a mí s versículos son muy conocidos, no obstante, todavía nos
resistimos a vivirlos, a aplicarlos en nuestro vivir. Debemos ir al Señor y beber de Él. Además, en el siguiente
versículo, el mismo nterior correrán ríos de agua
Si cree, es porque existe una fuente que fluye de su interior,
de su espíritu. de recibir los que creyesen en
él; pues aún no había venido el Espíritu aquel
momento, el Espíritu no había venido, porque Jesús aún no había sido glorificado. Hoy, Jesús ya fue glorificado,
y nosotros Lo recibimos.

¡Aleluya! Tenemos el Espíritu, el cual quiere fluir de nuestro interior, quiere brotar. No necesita tener mucho
estudio, no necesita tener mucha habilidad, ni mucho conocimiento. ¡Lo que usted necesita tener es el Espíritu!
Eso es lo que necesitamos ver: nosotros tenemos el Espíritu y necesitamos usar nuestro espíritu, porque
sabemos el precio que fue pagado para que un día el Espíritu estuviera en nuestro interior. ¡Vamos a dejarlo fluir
de nosotros!

Prosigamos con la lectura del y ahora es, cuando los verdaderos


adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le
adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesar -24). Estos
versículos nos hablan sobre adorar a Dios. Aquí corresponde hacernos la siguiente pregunta: ¿Adoramos a Dios
porque recibimos una orden? Estos versículos nos muestran que adorar a Dios no depende de una orden divina,
pues Él ya nos abrió el canal de la comunión. Tenemos el Espíritu en nuestro espíritu. Por tanto, la adoración a
Dios debe partir de nosotros. Dejemos de ser un ejército pasivo, que sólo reacciona cuando es provocado. ¡Dios
necesita tener un ejército activo, que use su espíritu!

Pregunta: ¿De qué manera la fuente del Espíritu puede fluir de su interior a fin de alcanzar a las personas?

SEMANA 7 VIERNES

Lectura bíblica: 1 Co 2:1-11


Leer con oración:
El Señor Jesucristo esté con tu espíritu. La gracia sea con vosotros. Amén (2 Ti 4:22).

NUESTRO GRAN PROBLEMA


Cuando Pablo anunció el testimonio de Dios a los corintios no lo hizo con excelencia de palabras o de sabiduría
(1 Co 2:1); al contrario, usó su espíritu. A partir del versículo seis,
entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los
Aquí vemos que Pablo no expuso a los misterio, la
sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra
Dios en misterio? En Colosenses que había estado oculto desde los siglos y edades, pero
que ahora ha sido manifestado a sus santos, a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este
misterio entre los gentiles; que es -27). Esta es la sabiduría de
Dios: ¡Cristo en nosotros, la esperanza de gloria!

que ninguno de los príncipes de este siglo


conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor del
mundo se hacen cosas muy diferentes de aquellas que la sabiduría de Dios nos lleva a hacer. Si estamos en la
carne, confiando en nosotros mismos, hacemos cosas muy malas, pero, cuando estamos en el espíritu y
conocemos la sabiduría de Dios, tenemos otras actitudes. Esta porción nos
la hubieran conocido, nunca habrían
hubiera estado en el espíritu, guiado por la sabiduría de Dios, jamás
importancia de estar en el espíritu. El motivo de tantos problemas en nuestra
familia y en el vivir de la iglesia no es que no tengamos el Espíritu, sino el hecho de que no lo usamos. Todavía
no hemos percibido cuán tremendo es usar nuestro espíritu. El Cristo crucificado es el poder de Dios y sabiduría
de Dios. Este Cristo y Su cruz nos llevan a la esfera del espíritu.

Otro gran principio se encuentra e como está escrito: cosas que ojo no vio,
ni oído oyó, ni han subido en corazón
eparado muchas cosas para aquellos que Lo
aman, pero nunca las conoceremos en la
y la audición, que conoceremos lo que Dios ha preparado para aquellos que Lo aman. Eso significa que Dios
preparó algo mucho más bello que todo lo que podemos ver y oír; algo que jamás ha subido en el corazón
humano. Muchos andan en la carne, siguen este mundo, a su ego, a sus gustos personales y emociones, y dicen:
rque no conocen lo que Dios preparó. Si conocieran lo que Dios
preparó, jamás se habrían entregado a tales cosas.

¿Cómo podemos conocer las cosas que Dios ha preparado? El siguiente


Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo (1
Co 2:10). Eso significa que hay un lugar donde podemos recibir tal revelación. ¡Ese lugar es nuestro espíritu!
Entonces, yo elijo estar en el espíritu y ejercito mi espíritu. Pero, apreciado lector, observe lo siguiente: esta
revelación es concedida sólo a aquellos que Lo aman, pues quien ama al Señor busca vivir en el espíritu, en Su
presencia. Si amamos al Señor Jesús, viviremos y andaremos en el espíritu.

Nuestro espíritu co hombres sabe las cosas del hombre, sino


el espíritu del hombre que está
Cuando nos preguntan si estamos bien, respondemos afirmativamente sólo para mantener las apariencias, pero
nuestro espíritu sabe cuál es nuestra situación real. Nuestro espíritu, la parte más profunda de nuestro ser, nos
hace saber cómo nos encontramos. Pero no se desanime. ¡Hoy es el día de la salvación! Por eso vuélvase al
espíritu y enfrente sus problemas, sabiendo que la solución está en el Cristo crucificado, poder de Dios y
sabiduría de Dios. ¡Vuélvase ahora al Señor, aproveche esta oportunidad, a fin de que Él venga y lo libre de tener
un vivir de apariencia y lo salve completamente!

Pregunta: ¿Cuál es nuestro gran problema?

SEMANA 7 SABADO

Lectura bíblica: 1 Co 2:6-15


Leer con oración:
Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las
puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero
él no es juzgado de nadie (1 Co 2:14-15)

USAR EL ESPÍRITU PARA DISCERNIR LAS COSAS DE DIOS

Ayer, vimos lo que Dios ha preparado para los que Lo aman, que es superior a todo en este mundo. Dios ya nos
concedió Su Espíritu. No hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios. Nosotros
os le
quiere dar? El deseo de Dios es darnos mucho más, es decir, mucho más allá de lo que imaginamos. Cuando
pensamos que las dádivas de Dios se acabaron, en realidad, ¡existe mucho más! ¡Las bendiciones del Señor no
tienen fin, son abundantes y por toda la eternidad! Por tanto, si deseamos conocer más acerca de aquello que
Dios nos quiere dar, necesitamos recibir el Espíritu. Estamos muy motivados, muy entusiasmados, y nuestro
espíritu está ardiendo, porque hay mucho más: está todo lo que Dios ya preparó para nosotros, gratuitamente.

humana, sino con las que enseña el


Espíritu, acomodando lo espiritual a
enseñadas por la sabiduría humana, porque la sabiduría no puede contener lo que Dios nos quiere transmitir,
sino que hablamos palabras enseñadas por el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Eso quiere decir
que son cosas espirituales enseñadas por el Espíritu, por medio de palabras espirituales, de hombres espirituales
y en un ambiente natural no percibe las
cosas que son del Espíritu de Dios, porque para bla, las personas pueden decir
que Su hablar es una locura. Eso revela que están en su hombre natural. Las cosas espirituales son locura para
el hombre natural, porque esas cosas se disciernen espiritualmente.

Por esa razón, cuando oímos los mensajes, necesitamos llevarlos delante del Señor en oración, usando nuestro
espíritu. Debemos orar: les mostraste a Tus
que la palabra que oímos se convierta en nuestra palabra.
Entonces, podremos testificar que el Señor nos ha hablado y que Él es quien está operando en nosotros. Sólo
podemos obtener esa percepción mediante el discernimiento espiritual, porque, si estamos en nuestro ser
natural, todo lo que oigamos será una locura. Pero el hombre espiritual juzga todas las cosas, es decir, discierne
todas las cosas (1 Co 2:15). Cuando estamos en el espíritu, podemos ver lo invisible, tocamos aquello que
proviene de Dios, lo que es celestial y eterno. Pero, cuando estamos en la carne, tocamos lo que es mundano y
terrenal, lo que es temporal y físico. Por eso debemos dar valor a nuestro espíritu, ejercitándolo día a día.
Solamente así podremos discernir cuál es la voluntad de Dios en nuestra vida.

Esa también es la razón por la cual buscamos ayuda junto con los hermanos que nos lideran donde nos
congregamos. Relatamos ciertos hechos y proyectos, les pedimos que compartan un poco con nosotros sobre el
sentimiento que ellos tienen con respecto a aquello que les presentamos. Hacemos eso porque creemos que
tales hermanos pueden discernir las cosas que nosotros no podemos. Es por eso que buscamos ayuda. Debemos
buscar crecer en vida, para que, a medida que el tiempo pase, podamos también discernir cada vez más la
voluntad de Dios. Por tanto, usemos más nuestro espíritu.

Pregunta: ¿Qué necesita hacer para obtener discernimiento espiritual?

SEMANA 7 DOMINGO

Lectura bíblica: 1 Co 2:9; 6:17; 1 Ts 5:23


Leer con oración:
Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis
llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual (Col 1:9).

PERO NOSOTROS
TENEMOS LA MENTE DE CRISTO
Usar el espíritu es fundamental para conocer las cosas espirituales. Esa era la experiencia de Pablo. Él dice:
la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la
Co 2:16). Este versículo muestra que es posible tener la mente de Cristo. Sin embargo, eso sólo es posible si
estamos nimos al Señor
y usamos nuestro espíritu, podemos tener la mente de Cristo. Todo ese universo espiritual está puesto delante
de nosotros y no podemos quedarnos fuera de eso. Esas palabras deben alentarnos a entrar en esa realidad
espiritual. Por el hecho de que tenemos el espíritu humano (1 Ts 5:23), podemos conocer lo profundo de Dios,
podemos conocer a Cristo. Cuando entramos en esa esfera espiritual, testificamos a otros que hemos conocido
lo profundo de Dios y podemos invitarlos a tener esa misma experiencia. ¡Eso es maravilloso!

Por tanto, recuerde que tenemos el Espíritu, que es una fuente, son ríos de agua viva que fluyen. Ese Espíritu
quiere fluir, pero, para que eso ocurra, necesitamos de la cruz para desobstruir y limpiar el canal, a fin de que no
expresemos nuestra propia persona, sino el testimonio de Dios. El espíritu que tenemos nos permite recibir la
revelación de las cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, las cosas que Dios ha
preparado para los que Le aman (1 Co 2:9). Nosotros podemos, por medio del espíritu, conocer lo que nos fue
dado gratuitamente por Dios. ¡Alabado sea el Señor! ¡Eso es lo que cambia nuestra vida! ¡Nosotros tenemos el
Espíritu! Eso es lo que hace la diferencia.

Pregunta: ¿Cómo podemos tener la mente de Cristo?

SEMANA 8 LUNES

Lectura bíblica: Ro 8:6; 1 Co 10:3-4; 2 Co 3:17; Col 3:11


Leer con oración:
Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento (Col 2:3).

EL AMBIENTE DE LA IGLESIA EN CORINTO

Veremos que la necesidad actual en la vida de


la iglesia es tomar a Cristo como todo (Col 3:11b). No podemos actuar como los santos en Corinto, que perdían
el tiempo discutiendo filosofías y opiniones. Como miembros del Cuerpo de Cristo, nos compete a nosotros
comer a Cristo, beber a Cristo y disfrutar de Cristo, pues Cristo es la solución de todos los problemas (1 Co 10:3-
4). El Señor, como el Espíritu (2 Co 3:17a), es accesible y todo inclusivo a nosotros.

Por tanto, podemos disfrutarlo en todo momento y en todo lugar. Si tenemos esa actitud, tendremos una vida
de la iglesia adecuada. Dios siempre por
vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos
en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros,
de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; el cual
también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día d -
8).

En estos versículos, aparentemente, no les faltaba nada a los hermanos en Corinto, habían sido enriquecidos en
la Palabra, tenían conocimiento y el testimonio de Cristo. No obstante, entre ellos había algunos problemas que
nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos
una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma
mente y en un mismo parecer. Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé,
que hay entre vosotros contiendas. Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos;
y yo de Cefas; y yo de Cristo - 12). En la iglesia en Corintio surgió un problema serio y, para aclarar ese
¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis
bautizados en el que había un problema muy serio entre los corintios.
Pablo y Apolos deben haber hecho un buen trabajo al suministrarles la Palabra de Dios. Sin embargo, incluso
ante las riquezas espirituales y el testimonio que habían recibido, vemos que los santos dejaron todo eso de lado
y comenzaron a discutir sobre opiniones; adoptaron una posición partidaria en la iglesia, pues algunos
El apóstol aclara que no
puede haber división en la iglesia, pues Cristo no puede ser dividido. Hasta los que decían ser espirituales,
pertenecientes a Cristo, son miembros del Cuerpo y no podían dividirse de los demás hermanos.

El hecho de que hubiera disensiones y divisiones era una señal de la condición infantil de los hermanos en
hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a
niños en Cristo. Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todaví -
2). Pablo les dio leche, pues no estaban en condiciones de recibir alimento sólido, aún no tenían crecimiento en
vida, eran carnales y mundanos. La iglesia en Corinto estaba saturada de filosofías, opiniones y pensamientos
de hombres, y no de Cristo. Esas cosas estaban ocupando el lugar del Señor y no permitían que los hermanos
crecieran en vida.

Cuando no hay crecimiento de vida en una iglesia, surgen problemas, peleas y divisiones. Las opiniones afloran
y propician un vivir en el alma que causa muerte y tristeza, como lo descrito en Corinto. El vivir de un cristiano
debe ser de dependencia total del Espíritu. La mente puesta en el espíritu resulta en vida y paz (Ro 8:6). ¡Aleluya!

Pregunta: ¿Cuál hubiera sido la solución para los problemas entre los corintios?

Lectura de apoyo:
Los grandes diamantes de la Biblia cap. 41 Dong Yu Lan.
El siervo fiel y prudente cap. 3 Dong Yu Lan.

SEMANA 8 MARTES

Lectura bíblica: Ex 14:15-31; Jn 6:48, 63; Hch 17:16-21; 1 Ts 2:13; 2 P 1:19


Leer con oración:
Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para
nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca
habrían crucificado al Señor de gloria (1 Co 2:7-8).

LA SABIDURÍA DE DIOS: ¡CRISTO!

Ayer vimos que la falta de crecimiento resulta en problemas que terminan por afectar a la iglesia. Cada hermano
debe adoptar la posición de alimentarse de Cristo y buscar vivir en el espíritu, para que no haya disensiones,
peleas y divisiones en la iglesia, porque Cristo no puede ser dividido. Los creyentes en Cristo deben abandonar
las filosofías, las opiniones y el partidismo para que el Cuerpo de Cristo no sufra daño.

e los judíos piden señales, y los griegos


judíos están detrás de los milagros y los griegos buscan sabiduría, filosofía.
Desde el comienzo de la historia del pueblo de Israel (los judíos) vemos a Dios haciendo milagros y señales. Uno
de los grandes milagros en la historia de ese pueblo fue cuando Dios los liberó del yugo de Faraón y proveyó la
travesía del Mar Rojo, haciéndolo que se abriera delante de todos para que atravesaran a pie, en seco, a través
del mar, teniendo a las aguas como
ejecutó contra los egipcios; y el pueblo temió a Jehová, y creyeron a Jehová y a Moisés

En la época de Jesús, ocurrieron muchos milagros, como el caso del enfermo que padecía hacía treinta y ocho
años y esperaba que un ángel descendiera y agitara las aguas del estanque de Betesda, pues el primero que
entrara en el estanque sería sanado (Jn 5:2-5). El Señor, al verlo acostado, se compadeció de él y le dijo:
lecho, y anda. Y al -9).
Las enfermedades asolan a la humanidad desde la caída del hombre. Al desobedecer a Dios, la naturaleza
pecaminosa fue inyectada en Adán, y su cuerpo se volvió carne de pecado, sujeta a todo tipo de enfermedades.
Jesús hizo muchos otros milagros, como el caso del paralítico que fue llevado por sus
vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro. Y como no podían acercarse a él a causa
de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el
paralítico. Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonado digo:
Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante
de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto
2:3-5, 11-12).

Los judíos, por causa de su rica historia con Dios, estaban acostumbrados a los milagros y señales. Por otro lado,
los griegos poseían una cultura enfocada en la filosofía, para la discusión de ideas. Cuando Pablo fue a Atenas,
su espíritu se enardecía por causa de la idolatría dominante en la ciudad. Él predicaba, diariamente, en las
sinagogas entre judíos y gentiles piadosos,
también lo hacía en las plazas, todos los días, entre los que se encontraban allí (Hch 17:16-17). Los filósofos
epicúreos y estoicos discutían con él,
otros: Parece que es predicador de nuevos dioses; porque les predicaba el evangelio de Jesús, y de la
lugar destinado a la discusión de nuevas filosofías y presentación
de nueva enseñanza de que hablas? Pues traes a nuestros oídos cosas extrañas. Queremos, pues, saber qué
quiere decir esto. (Porque todos los atenienses y los extranjeros residentes allí, en ninguna otra cosa se
interesaban sino en decir o en oír -21). Este pasaje ilustra la disposición de los griegos de
discutir filosofías. La cultura griega era de la lógica, de discutir pensamientos.

En la iglesia tenemos que tener la sencillez de recibir la palabra profética (2 P 1:19), tomarla como
verdaderamente es, la Palabra de Dios, y aplicarla en nuestro vivir diario (1 Ts 2:13). Los judíos, que buscaban
señales, no reconocieron a Jesús como el Cristo, tampoco los griegos creyeron en las palabras del Señor. Pero
en la iglesia tomamos la Palabra como Espíritu y vida (Jn 6:63) y como pan de vida (v. 48) para nutrirnos
interiormente y ser llenos de vida, para servir al Señor.

Pregunta: ¿Cuál debe ser nuestra actitud al recibir la palabra profética?

SEMANA 8 MIÉRCOLES

Lectura bíblica: Jn 2:18; Hch 18:5-17; Ro 8:6


Leer con oración:
No temas, sino habla, y no calles; porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal,
porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad. Y se detuvo allí un año y seis meses, enseñándoles la palabra de
Dios (Hch 18:9b-11).

LA IGLESIA EN CORINTO

Cuando Pablo predicó el evangelio en Macedonia, encontró mucha oposición de parte de los judíos. Allí tomó la
decisión de dejar de lado a los judíos e ir a los gent
fue a la casa de Justo, que quedaba al lado de la sinagoga. La predicación de Pablo alcanzó a Crispo, principal
de la sinagoga, y su familia; también muchos de Corinto creían y eran bautizados (vs. 7-8). En el período de un
año y medio en que el apóstol estuvo en la ciudad, se produjeron muchos frutos. Cierta noche, Pablo tuvo una
visión, en la cual el Señor y no calles; porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá
sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo e (vs. 9b-10). Él, en obediencia,
permaneció allí, entre los corintios, enseñando la Palabra de Dios.

Los judíos, no contentos con el avance del evangelio, se levantaron contra Pablo y lo llevaron al tribunal,
hombres a honrar a Dios contra la Pablo presentara
su argumentación, Galión, pro cónsul de Acaya, no acogió las acusaciones falsas de los judíos, alegando que no
le competía a aquel tribunal juzgar asuntos de orden religioso relacionados a las costumbres de los judíos, y los
expulsó del tribunal (vs. 14-16). Los judíos enfurecidos se volvieron contra Sóstenes, compañero de Pablo, y lo
agredieron delante del tribunal (v. 17).
La iglesia en Corinto fue establecida, y había en ella hermanos judíos convertidos, habituados a pedir señales de
parte de Dios (Jn 2:18). También había muchos griegos que abrazaron la fe, no obstante, vinieron a la iglesia y
trajeron la cultura, la filosofía y el pensamiento griego. Algunos de ellos tomaron el evangelio como si fuera una
filosofía más. Así, aquella iglesia estaba constituida por judíos que buscaban milagros y por griegos con sus
pensamientos filosóficos, pero nadie vivía en el espíritu. Por eso Pablo dij no
pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a

La iglesia es celestial, pertenece al ámbito espiritual. Si estamos en el espíritu, estaremos en el ambiente


adecuado. Por otro lado, si estamos en el alma, Dios no tendrá camino en nosotros y la iglesia sufrirá daño. Por
tanto, vivamos con la mente puesta en el espíritu, lo cual produce vida y paz (Ro 8:6). ¡Así debe ser la vida de la
iglesia!

Pregunta: ¿Cuál ha sido su colaboración para tener un vivir armonioso en la vida de la iglesia?

SEMANA 8 JUEVES

Lectura bíblica: Jer 29:12-14; Ro 8:6, 8; 1 Co 3:1-4; 12:25; Ef 4:3


Leer con oración:
Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si
algún afecto entrañable, si alguna misericordia (Fil 2:1).

UN AMBIENTE ESPIRITUAL EN LA IGLESIA

Si vivimos en el espíritu, disfrutaremos de Cristo, y nuestra vida de la iglesia estará repleta de riquezas
espirituales. La iglesia en Corinto presentaba deficiencias en cuanto a ese asunto, pues los hermanos vivían en
la carne (1 Co 3:1) y daban énfasis a las señales y filosofías. Como resultado de ese vivir mezclado con el mundo,
había disensiones y partidismo entre los hermanos (v. 4). Pablo les advirtió a las iglesias en
Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y
el del Espíritu es contra la carne; y éstos -17).
Hay una guerra: la carne lucha contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne.

Vence el lado al cual su mente se incline. Si la mente se vuelve a la carne, la carne vence, y el resultado es muerte;
pero, si la mente se vuelve al Espíritu, el Espíritu obtiene la victoria, y el resultado es vida y paz (Ro 8:6).
Recuerde que quien vive en la carne, quien es dominado por la carne, no puede agradar a Dios (v. 8). En nuestro
vivir diario y en el vivir de reuniones, debemos poner la mente en el espíritu, así tendremos un ambiente
espiritual, la Palabra será asimilada por los santos y habrá paz en la iglesia.

El disfrute de Cristo genera un ambiente espiritual. Si en su ciudad el ambiente es pesado y no hay avance del
evangelio, usted debe luchar para cambiar la condición de la iglesia. Tiene que involucrarse, debe tener una
posición activa, invoque el nombre del S un vivir de invocarlo y de orar (Jer 29:12-
14a). Esos hábitos saludables influirán en otros hermanos, un ambiente espiritual se generará, y el Espíritu
tendrá libertad para actuar en la iglesia. En el pasado, recibimos la visita de colaboradores de otros países, y
éstos quedaron impresionados con el ejercicio del espíritu y el ambiente espiritual entre nosotros, porque en su
país de origen, la vida de la iglesia es muy formal, tradicional, y hay poca libertad para que el Espíritu actúe.
Necesitamos ser celosos con el ambiente del espíritu en la iglesia en nuestra ciudad, y eso es responsabilidad
de cada uno de nosotros. Sea un agente de cambio para siempre tener reuniones llenas de vida. En un ambiente
así, saludable, lleno de alegría y disfrute, un invitado que podrá participar, se alegrará y tocará la Palabra y la
vida de Dios, y ciertamente regresará.

Por no contar con agentes de cambio, el ambiente en la iglesia en Corinto no era espiritual, sino carnal, al punto
de que surgieron discusiones, preferencias y divisiones. Debemos luchar y tomar una posición para promover la
unidad de la iglesia (Ef 4:3). La división es algo muy doloroso, cuyo resultado es la muerte. No hay ninguna razón
o pretexto que justifique la división en la iglesia (1 Co 12:25a). Es un gran peligro vivir en la carne. Ante este
escenario, Pablo declaró leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois
capaces todavía, porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no
sois carnales, y andáis como homb -3). Quizá nadie lo declare abiertamente, pero puede haber
celos porque alguien se está destacando en los servicios de la iglesia o tiene más habilidades para ministrar la
Palabra. Si eso ocurre, es una señal de que no se está manifestando la humanidad de Cristo.

solación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna


comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia
entrañable esplancno. Se refiere a los sentimientos refinados provenientes de las entrañas de la humanidad
perfecta de Cristo. Nuestra relación con los hermanos depende de ese esplancno de Cristo. Si vivimos por nuestra
humanidad caída, surgirán preferencias y divisiones. Por tanto, por medio de la humanidad elevada de Cristo,
amaremos a todos los hermanos. La compasión también se origina en el esplancno de Cristo, pues, por medio de
él, surge en nuestro interior la empatía por las personas y podemos compadecernos de ellas. Necesitamos de
esa humanidad elevada de Cristo para vivir la vida de la iglesia. De esa manera, no habrá lugar para ningún
sentimiento carnal que cause daño entre nosotros.

Pregunta: ¿Qué puede hacer en su ciudad para influir positivamente en la iglesia?

SEMANA 8 VIERNES

Lectura bíblica: 1 Co 3:2-3; Fil 2:2-3


Leer con oración:
Mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una
fuente de agua que salte para vida eterna. [...] Yo soy el pan de vida. [...] Asimismo el que me come, él también
vivirá por mí (Jn 4:14; 6:48, 57b).

DISFRUTAR A CRISTO COMO NUESTRA BEBIDA Y ALIMENTO

Las dificultades que la iglesia en Corinto estaba atravesando entristecían el corazón de Dios. Pablo les dijo a los
santos: or, unánimes, sintiendo una misma cosa.
Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como
-3). La iglesia tiene que estar en unidad, en unanimidad y en el mismo amor, para
que todos estén unidos. Esa, lamentablemente, no era la situación de los hermanos en Corinto. Si Pablo no
hubiera intervenido, podría haber ocurrido una división allí, pues los corintios ya estaban en una etapa de
partidismo. El paso siguiente sería terrible: la división.

En la iglesia nada debe ser hecho por partidismo, ambición egoísta, o vanagloria. La vanagloria o la vanidad no
es más que una gloria vacía. ¿De qué sirve la jactancia y la discusión de opiniones? Porque esas cosas no retienen
nada y no poseen ninguna realidad. ¡No seamos arrogantes! En el vivir adecuado, en humildad, cada uno
considera al otro superior a sí mismo, sin tener ambiciones de su interés personal, sino del prójimo. En las
reuniones de la iglesia, no hay lugar para que cada uno hable lo que quiere. No es una reunión del parlamento.
Es compartir lo que tiene que ver con la palabra profética, según la dirección del Espíritu, con el fin de disfrutar
a Cristo y sustentar con vida a los hermanos. Cuando nos reunimos, Cristo se presenta a nosotros como un
banquete. Por eso dijo que había dado
doctrinas o enseñanzas.

El vivir de la iglesia es un asunto de c que bebiere del agua que yo le daré, no


tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de a (Jn
4:14). Esa fuente proviene del Espíritu en nuestro interior. Usemos el espíritu para que nuestras reuniones estén
llenas de novedad de vida. Cuando en una iglesia los hermanos usan sólo la mente, en desmedro del espíritu, la
reunión termina en una discusión. Unos, al compartir, envían a los
hermanos; otros, al orar,
Dios nos introdujo en la iglesia para que nos alimentemos de Cristo. Eso es algo muy sencillo, es como beber
algo. El mismo
i alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su
interior correrán ríos -38). Jesús también se presenta como nuestra
n 6:48), y complementa diciendo que quien de Él come no morirá, sino que vivirá eternamente
(vs. 50- 51). Si, diariamente, todos en la iglesia, en todo momento, beben de Cristo, como el agua de vida, y
comen de Él, como el pan, los problemas desaparecerán y el ambiente estará lleno de vida, amor y mucho
disfrute.

Cristo también es nuestro aire, nuestro pneuma. Nadie puede sobrevivir sin respirar. Entonces, respire a Cristo,
invoque el nombre de Jesús constantemente, como su oxígeno. Desde la mañana, apenas se levante, haga la
el tiempo, expire sus problemas y dificultades e inspire a
Cristo hacia dentro de su ser, entonces el Espíritu fluirá, abundantemente. ¡Amén!

Pregunta: ¿De qué manera podemos disfrutar a Cristo en el vivir de la iglesia?

SEMANA 8 SÁBADO

Lectura bíblica: Sal 116:1-6; Mt 13:1-9; 1 Co 3:1-8


Leer con oración:
Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe y de la buena
doctrina que has seguido (1 Ti 4:6).

COMER DE CRISTO PARA CRECER EN VIDA

La iglesia en Corinto necesitaba volver a la sencillez. Sólo así el disfrute de Cristo sería recobrado y los hermanos
serían alimentados con las riquezas espirituales del Señor. Sin embargo, debido a la condición infantil, los
hermanos estaban perdidos en los celos y las contiendas, lo cual les impidió avanzar en cuanto al asunto de
a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todav
3:2). Cambiar esa condición exigía sencillez, los santos necesitaban invocar el nombre del Señor para ser sanados
(Sal 116:1-6).

Al valorar la Palabra, por comerla y oírla acompañada de fe, somos Si


esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe y de la buena
doctrina que has seguido (1 Ti 4:6). El vivir de la iglesia puede ser comparado con un restaurante, en donde la
palabra de la fe y la enseñanza que hemos seguido de cerca son nuestro alimento espiritual. Cristo es el plato
de entrada, el plato principal, el postre y la bebida. Él es todo para nuestro suministro y disfrute. En nuestras
reuniones no hay lugar para un cuadrilátero de luchas, sino para el banquete, donde si enseñamos esto a los
hermanos, seremos como un mesero que sirve la comida en la mesa. Nuestro servicio consiste en alimentar a los
hermanos con la verdadera comida, que es Cristo. ¿Cuál es el plato que más apreciamos?
¡Cristo es el alimento!

El Alimento Diario nos proporciona mucha comida sabrosa. Sólo necesitamos saber cómo presentar el alimento
a los hermanos como buenos meseros. No lo presente como doctrina. Este devocional está lleno de palabras de
vida. Necesitamos, como buenos meseros, ministrar a los hermanos en las iglesias la Palabra como platos
sabrosos y saludables. Esa alimentación saludable tiene como fin hacernos crecer espiritualmente para alcanzar
la madurez de vida. Ella es esencial para nuestro desarrollo, por eso necesitamos cuidar de nuestra alimentación:
tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír.
Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar
cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de
leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque
es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos
ejercitados en el discernimiento del bien y d -14). A medida que nos alimentamos de la enseñanza
saludable, crecemos y dejamos de ser niños.
El hecho de que haya preferencias entre los hermanos es una señal de infantilidad, de andar según el hombre
natural, y no según Cristo (1 Co 3:1). Pablo plantó, predicó el evangelio; Apolos regó, apacentó; pero Dios es
quien garantiza el crecimiento (v. 6). El Señor presentó la parábola del sembrador (Mt 13:1-9), el cual sembró
abundantemente por todo lugar por donde pasó, sin hacer distinción en cuanto al tipo de tierra, evidenciando
que todos recibieron la simiente de vida, que es Su Palabra. El crecimiento de vida depende totalmente de Dios.
Ni el que planta, ni el que siembra libros, ni el que riega, ni el que visita y apacienta, es algo; sino Dios que da el
crecimiento (1 Co 3:7). Planten, sirvan en el colportaje dinámico (misioneros especializados en presentar libros
que contienen la revelación de la Palabra de Dios), siembren semillas de manera abundante, crean que los libros
encontrarán una buena tierra. Rieguen, cuiden de las personas. Entonces, Dios los bendecirá y dará el
crecimiento en vida y en número a las iglesias. Tanto el que planta como el que riega serán galardonados por el
Señor, conforme a su labor (v. 8). ¡Aleluya!

Pregunta: ¿Qué significa plantar y cosechar, espiritualmente hablando?

SEMANA 8 DOMINGO

Lectura bíblica: Hch 18:1-3, 24-28; Ro 16:3-4; 1 Co 3:6-9, 23


Leer con oración:
Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo
que vuestro trabajo en el Señor no es en vano (1 Co 15:58).

LA LABRANZA Y EL EDIFICIO DE DIOS

Al predicar el evangelio, no importa si lo hace sembrando o regando, Dios es quien galardonará nuestra labor,
pues lo que Él espera es que el fruto sea producido: olvidar vuestra obra y el
trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún. Pero
deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanz
(He 6:10-11). El Señor desea que continuemos sirviendo a través del cuidado de los santos. Por más difícil que
sea la situación por la que estemos atravesando cuando servimos, ¡no desistamos! Dios cuenta con nosotros y,
en aquel Día, Él no se olvidará de nuestra labor; al contrario, ¡Él nos recompensará! En medio de nosotros hay
muchos hermanos que sirven hace varias décadas en las iglesias, en la obra regional o internacional. Debemos
continuar sirviendo, independientemente de las adversidades que se presenten, pues servimos al Señor.

Prosigamos demostrando la misma diligencia, la misma fuerza y plena certidumbre de la esperanza, hasta el fin.
Somos colaboradores de Dios, somos labranza y edificio de Dios (1 Co 3:9). La labranza está relacionada con el
crecimiento de vida, es algo orgánico, que se planta y crece. Por otra parte, el edificio se refiere al resultado del
crecimiento de vida, está relacionado con alcanzar la estatura del varón perfecto en Cristo. Somos edificados
junto con los hermanos y nos volvemos el edificio de Dios. La vida produce la edificación.

Apolos ayudó a la iglesia en Corinto, regando la labranza de Dios (1 Co 3:6). Él es mencionado por primera vez
en Hechos, capítulo 18. Apolos era judío, natural de Alejandría, muy elocuente, poderoso en las Escrituras y
fervoroso de espíritu. Al pasar por Éfeso, predicó a Jesús, a pesar de sólo conocer el bautismo de Juan. Priscila
y Aquila lo perfeccionaron en la Palabra, le expusieron el camino del Señor, la economía de Dios, con mayor
exactitud. De allí partió para predicar el evangelio en Acaya, llegando a Corinto (Hch 18:24-28). Aquila y Priscila,
compañeros de profesión de Pablo, reconocieron la comisión de Dios sobre Pablo y se convirtieron en sus
colaboradores, al punto de exponer sus propias vidas por él (1-3; Ro 16:3-4).

El mismo Pablo, más tarde, dio testimonio sobre Apolos, diciendo: los, mucho le rogué
que fuese a vosotros con los hermanos, mas de ninguna manera tuvo voluntad de ir por ahora; pero irá cuando
tenga oportunida Apolos no quiso ir a Corinto para no causar más confusión,
pues algunos hermanos decían tener preferencia por él.
s intérprete de la ley, y a Apolos, encamínales con
solicitud, de modo póstol tenía un gran y generoso corazón. Aunque Apolos le
había causado problemas en Corinto, él aun así cuidaba de Apolos con mucho amor.

Pablo era como un padre para los corintios. Él los trataba como hijos
avergonzaros, sino para amonestaros como a hijos míos amados. Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo,
no tendréis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré -15). Los
ayos o preceptores son los profesores, Apolos era uno de ellos. La iglesia en Corinto fue engendrada en Cristo,
mediante la labor de Pablo. Si los corintios hubieran estado en el espíritu, habrían percibido quién era el padre
de la iglesia, sobre quién estaba la comisión de Dios para cuidar de ellos.

Las iglesias en Suramérica fueron engendradas por el hermano Dong Yu Lan. Por medio de su ministerio, el
evangelio del reino se propagó a los países suramericanos. Sobre él estaba la comisión de Dios. Él incluso
preparó a sus colaboradores para liderar a las iglesias, de modo que prosiguieran en el camino del Señor. Por
medio de ellos, Dios está conduciendo a las iglesias al Espíritu. Nosotros somos de Cristo, y Cristo es de Dios (1
Co 3:23). ¡Aleluya!

Pregunta: ¿Qué tipo de relación había entre Pablo y los corintios?

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