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HISTORIA DE LA FILOSOFÍA

INTRODUCCIÓN
Este fragmento pertenece a la obra ¿Qué es la ilustración? publicada en 1784, en donde Immanuel Kant define su
concepto “Sapere Aude” que trata sobre la autonomía de la razón y el concepto de la mayoría de edad.

CONCEPTO del TEXTO


Mayoría de Edad.
Todo este texto de Immanuel Kant se articula en torno a la expresión “mayoría de edad” con la que se quiere
destacar la necesidad de que el ser humano sea capaz de utilizar con autonomía su razón y tomar sus propias
decisiones sin la guía y servicios de los otros. Lo contrario sería plegarse a la “minoría de edad”, la incapacidad de
servirse por cobardía y por pereza de la propia razón.

CONCEPTOS
Giro Copernicano.
Revolución filosófica propuesta por Kant para entender cómo es posible el conocimiento. Kant explica el cambio
que supone su filosofía en la concepción del conocimiento basándose en una analogía con la revolución
copernicana. En astronomía, Copérnico comprendió que la tesis según la cual la Tierra está en el centro del Universo
y el Sol y los demás objetos celestes giran a su alrededor es incorrecta, comprendió que era necesario cambiar la
relación poniendo al Sol en el centro y que es la Tierra la que gira a su alrededor.

Kant considerará que en filosofía era necesaria una revolución similar. La filosofía anterior a Kant suponía que en la
experiencia de conocimiento el Sujeto es pasivo, que el objeto conocido influye en el Sujeto y provoca en él una
representación fidedigna. Kant propone aceptar que en la experiencia el Sujeto es activo, que en el acto de
conocimiento el Sujeto modifica la realidad conocida.

Imperativo.
Mandatos. Principios prácticos objetivos que describen cómo nos debemos conducir. Tienen carácter constrictivo.

Cuando la razón se dirige al conocimiento de la realidad da lugar a leyes descriptivas (“El agua hierve a 100º”);
cuando utilizamos la razón para la dirección de nuestra conducta obtenemos mandatos (“debes ser amable con las
personas que te presentan”). Kant denomina principios prácticos a los mandatos porque son leyes prácticas. Dice
también que son “objetivos” puesto que aspiran a servir para todo sujeto racional, diferenciándolos de las máximas.

 Imperativo categórico: Imperativo apodíctico. Mandato con carácter universal y necesario. Prescribe una acción
como buena de forma incondicionada. Para Kant este tipo de imperativo es un imperativo de la moralidad.
 Imperativo hipotético: Son los imperativos que prescriben una acción como buena porque dicha acción es
necesaria para conseguir algún propósito.
Libertad.
Para Kant, afirmar el conocimiento de la libertad en “La Crítica de la Razón Pura” era imposible, puesto que
constituía un argumento propio de la metafísica, de aquello que rebasa los límites de todo conocimiento científico,
los límites de la experiencia. Pero Kant afirma la existencia de la libertad en “La Crítica de la Razón Práctica” como
una exigencia de nuestra vida moral. Actuar moralmente exige poder elegir libremente entre lo que nos dicta la
razón autónoma y los deseos.

Kant, en la “Paz perpetua” hace referencia a otra dimensión de la libertad. Se refiere a la libertad jurídica, una de
las condiciones imprescindibles de la constitución republicana. Todos los hombres son libres, pero están sujetos a
una serie de leyes que ellos mismos se han dado.

Ilusión Transcendental.
Kant considera que hay conceptos que no pueden ser captados por nuestros sentidos, él los denomina Ideas de la
Razón; estos conceptos pertenecen a la metafísica tradicional. Según él no tienen validez como ciencia, ya que se
aplican sobre las ideas imaginadas por la razón (ideales de totalidad).

EBAU 2018/2019 ALEJANDRO PÉREZ ZAMORA


HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
El problema con las Ideas de la Razón es que no pertenecen a un espacio o tiempo determinado, sin embargo,
nuestra mente trata de asignarles una categoría, y es aquí donde está la ilusión trascendental: nuestra mente siente
la inclinación de ir más allá, de hacer juicios y razonamientos cada vez más generales y abstractos cayendo en los
conceptos de metafísica.

Kant llama a esa pretensión “Ilusión Transcendental”, una tendencia inevitable de nuestro razonamiento.

RELACIÓN DE AUTORES
Aristóteles.
En teoría del conocimiento, recordemos que Aristóteles centraba su atención en el objeto, debíamos explicar el
objeto (la sustancia), por lo tanto, el sujeto era pasivo en el proceso de conocimiento. Por el contrario, en Kant el
sujeto es activo porque ordena la realidad imponiendo sobre ella sus formas a priori (espacio-tiempo) y las
categorías de la razón (relación, cantidad, cualidad, etc).

También debemos tener en cuenta que Kant realiza una crítica a las éticas materiales (por ejemplo, el eudemonismo
aristotélico) puesto que al estar dotadas de contenido – nos dicen cuál es el objetivo de nuestras acciones (la
felicidad) y cómo lograrlo (mediante la virtud y la razón)- por lo tanto, nunca serán éticas universales y autónomas,
sino particulares y heterónomas; condicionadas. Por ello Kant, propone una moral formal, vacía de contenido,
universal y expresada a través de imperativos categóricos que nos proporcionen el marco general para que nuestra
conducta sea racional y autónoma.

Racionalismo – Empirismo.
La filosofía kantiana (criticismo) pretende superar las limitaciones del racionalismo y del empirismo. Kant se
encuentra con dos posturas antagónicas que intenta superar y conciliar.

El dogmatismo racionalista (Descartes) que pretendía obtener las certezas a partir de las ideas y principios innatos
de la razón, rechazando el valor del conocimiento que aporta la experiencia.

El empirismo radical (escepticismo) de Hume que reduce todo el ámbito del conocimiento a la experiencia,
haciendo imposible que podamos tener certezas universales y necesarias en el campo de las ciencias y reduciendo
todo a la probabilidad.

Para Kant, todo conocimiento debe iniciarse en los datos proporcionados por los sentidos, pero estos datos deben
ordenarse y estructurarse con las estructuras (conceptos, categorías) de nuestra razón.

Contractualistas: Hobbes y Rousseau.


La idea de que, partiendo de un estado natural, llegaremos a un estado civil, mediante un contrato social, es
compartida por los 3 autores.

El estado de naturaleza para Hobbes, es un estado de todos contra todos, el hombre es un lobo para el hombre;
para Rousseau, el hombre en estado de naturaleza es bueno; para Kant, en el estado natural hay riesgo de guerras
y conflictos violentos. En Kant, la necesidad del estado civil, no viene del deseo de felicidad o el instinto de
conservación, como sí ocurre en Hobbes, sino del mandato de la moral, que prohíbe la guerra y prescribe a los seres
racionales a tener leyes jurídicas. Hobbes defiende un estado absoluto, Kant una Constitución Republicana. En
Rousseau gobierna la voluntad unida del pueblo, sin estado. Rousseau y Kant dan una exaltación de la libertad,
mientras que Hobbes la limita. La idea de la auto-legislación para Rousseau es justa; para Kant, mediante la votación
de los ciudadanos, ejerciendo su derecho de ciudadanía y de libertad jurídica.

Nietzsche
Nietzsche niega la distinción kantiana entre fenómeno (lo captado por lo sentidos y ordenado por las categorías de
la razón) y noúmeno o cosa en sí (lo que escapa o elude a los sentidos y la razón). Para Nietzsche sólo existe un
único mundo, el que se me muestra, no existe ninguna otra realidad por debajo de las apariencias. En su cuarta
tesis dice “dividir el mundo en un mundo verdadero y un mundo aparente, ya sea al modo del cristianismo, ya sea
al modo de Kant (en última instancia, un cristiano alevoso), es únicamente una sugestión de la décadence, un
síntoma de vida descendente”
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HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
INTRODUCCIÓN
Este texto pertenece al «Prólogo» de la obra Contribución a la crítica de la economía política de Karl Marx y
publicada en 1859. En este período, Marx está interesado en analizar teóricamente la sociedad capitalista, objetivo
que llegará a su madurez con la redacción de su obra El Capital. Por otro lado, pretende conectar su pensamiento
con la práctica política, lo que le conduce al compromiso social.

CONCEPTO del TEXTO


Infraestructura y la Superestructura.
Marx afirma que para comprender científicamente un momento histórico de un grupo social determinado debemos
señalar la relación dialéctica que se produce entre la infraestructura (base económica de esa sociedad, las fuerzas
productivas y los medios de producción) y la superestructura (representaciones ideológicas, políticas, jurídicas y
religiosas) que se erige sobre lo anterior y que forman la conciencia ideológica (a menudo falseada y alienante) de
los individuos que componen esa sociedad.

CONCEPTOS
Capital.
Marx opone capital a trabajo. El capital es el poder de gobierno sobre el trabajo y sus productos. El capitalista, en
cuanto propietario del capital, posee este poder. El capital es la riqueza no destinada al consumo, sino a la inversión
o a la producción de bienes de consumo. Consiste en dinero, maquinarias, u otro tipo de instalaciones, que han de
generar beneficio económico al capitalista. La contradicción capital-trabajo genera tensiones en el sistema
capitalista que lo conducen inexorablemente a su autodestrucción y a su sustitución por una sociedad sin clases.

Trabajo.
Es el proceso de transformación de la naturaleza por el ser humano y la condición básica de la vida humana. La
esencia del humano se identifica con el trabajo, pues nos pone en relación con la naturaleza y con los demás seres
humanos y nos desarrolla y perfecciona. Esta actividad práctica permite al ser humano producir sus medios de vida
y lo diferencia de los animales. Es un error concebir esta relación como desarrollada por individuos aislados, como
pretendía la economía básica. El trabajo es siempre una tarea colectiva y organizada. Así, la historia humana es la
historia del trabajo humano. Sin embargo, en la sociedad capitalista, el trabajo, es una mercancía alienada, un
instrumento de explotación. Marx pretende la transformación del trabajo alienado en un trabajo libre.

Alienación.
Para Marx, la alienación económica es la principal forma de alienación: en el modo de producción capitalista, el
trabajador vive una situación de deshumanización, convertido en mercancía para subsistir. El resultado es la
alienación del trabajo, pues la economía se convierte en un fin en sí mismo y no en un instrumento al servicio de
la realización del ser humano. Esta alienación no es un fenómeno natural y necesario, sino un proceso histórico,
dependiente de un modo concreto de organizar la producción económica. Otras formas de alienación son: la
alienación social, política y religiosa.

Plusvalía.
La propiedad privada y la búsqueda del beneficio individual son el corazón de la sociedad capitalista. El origen del
beneficio reside en la plusvalía o valor añadido que el trabajo confiere a los objetos producidos. Para fabricar
cualquier objeto, son necesarios una materia prima y un tiempo de trabajo. El producto resultante tiene un valor
superior al de la materia prima y al de la fuerza de trabajo empleadas en su fabricación. Esta diferencia de valor es
la plusvalía: margen de beneficio que obtiene el capitalista por el trabajo ajeno no pagado y que constituye la
diferencia entre precio de costo y precio de mercado. El dueño del capital se apropia no solo de las condiciones de
trabajo, sino también de los productos de ese trabajo, por el que paga al trabajador menos de lo que ese trabajo
vale. La alienación económica se concreta en la plusvalía, base de la explotación de la clase trabajadora por parte
de los capitalistas.

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HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
RELACIÓN DE AUTORES
Hegel.
Marx acepta la noción de devenir histórico de Hegel, de que el hombre es un ser social e histórico, lo que se
manifiesta en su conciencia y en sus ideas, pero rechaza el idealismo hegeliano y la idea de que el Estado burgués
sea la más perfecta forma de organización social.

Tanto para Marx como para Hegel, alienación describe la situación en la que un sujeto no se posee a sí mismo. Para
Marx, cuando la actividad que realiza (el trabajo) lo anula, lo convierte en otra cosa distinta (mercancía, cadena de
trabajo) de sí mismo, dicho sujeto está alienado.

Para Hegel el sujeto de la alienación es la idea pensada. Para Marx, en cambio, el sujeto es el hombre real que
trabaja y transforma la naturaleza, pero que se siente alienado al hacerlo para otro. Para Hegel la alienación consiste
en el peculiar procedimiento por el cual la idea se hace otra cosa radicalmente distinta de sí. En Marx la alienación
se refiere a la explotación del hombre por el hombre.

Feuerbach.
Según Marx, el defecto fundamental de todo el materialismo anterior, incluido el de Feuerbach, es que sólo concibe
la realidad bajo la forma de objeto o contemplación, pero no como práctica. Feuerbach critica la religión y opta por
el concepto de humanidad (XI tesis sobre Feuerbach). Los filósofos no han hecho otra cosa que interpretar de
diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo. Para Marx, Feuerbach trata sobre el concepto
de humanidad para liberar al hombre de lo religioso, pero el problema es que si no cambiamos la estructura social
y económica no hemos hecho nada. Tenemos que cambiar la infraestructura económica para que cambie la
superestructura ideológica, religiosa.

Kant.
Marx comparte con Kant su espíritu ilustrado al asumir como meta de la historia el logro de la emancipación
humana, individual y política. Ambos defienden una concepción teleológica de la historia como ámbito de la
realización de la libertad y de la igualdad: para Kant, ese fin es la sociedad cosmopolita, mientras que Marx tiene
como horizonte la sociedad comunista, una sociedad justa e igualitaria.

El papel que desempeña el conflicto es similar en estos autores. Según Kant, la naturaleza dispone de un plan oculto
por el que se sirve de un mecanismo, la «insociable sociabilidad», para el establecimiento de una sociedad civil con
una constitución republicana y para estimular el progreso hacia una sociedad cosmopolita. La tesis marxista de que
la lucha de clases es el motor de la historia expresa que las relaciones sociales entre los diferentes grupos no son
de armonía, sino de conflicto económico, político e ideológico. Esta lucha es la que permite que surjan las distintas
sociedades, el avance de la historia.

La segunda formulación del imperativo categórico advierte de que la humanidad debe ser tratada no como un
medio, sino como un fin en sí mismo. Según Kant las personas no tienen precio, sino dignidad; por ello, son un valor
absoluto, que hemos de tratar con respeto. Marx suscribe ese deber moral al denunciar la situación de alienación
del trabajador en el sistema capitalista y la explotación que sufre al apropiarse de la plusvalía.

Rosa Luxemburgo.
Rosa Luxemburgo, al igual que Marx, cree que la reforma del capitalismo nunca nos llevará al socialismo. Para Marx
las contradicciones del capitalismo lo llevarán a una crisis definitiva, a la revolución de la clase obrera y al socialismo.

Para Rosa Luxemburgo, esto no sucederá así, no podemos esperar, es un pensamiento utópico. Para esta autora,
la acumulación del capital producirá la expansión colonial y el imperialismo sobre las sociedades precapitalistas. Es
preciso no esperar a ese momento, la lucha obrera internacional será necesaria (la lucha nacionalista es burguesa,
no llevará a nada) pero desde el “espontaneismo”, no desde el control del partido único (Aquí criticará a Lenin, el
partido único conduce al totalitarismo y a la alienación); la revolución debe ser permanente.

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HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
INTRODUCCIÓN
El Ocaso de los Ídolos es una obra escrita por Friedrich Nietzsche en 1889. En este fragmento, perteneciente al
capítulo "La razón en la filosofía" y encuadrado dentro del cuarto periodo de su producción, “Filosofía del
Atardecer”, Nietzsche realiza una crítica a todos los filósofos que despreciaron el devenir y se inventaron el ser.
Nietzsche los acusa de haber defendido momias conceptuales, es decir, conceptos vacíos de contenido.

Nietzsche quiere mostrar cómo las viejas y falsas creencias sobre las que se asienta la cultura europea hacen a
occidente declinar. La figura es aquí el filósofo que a martillazos maldice al último hombre.

CONCEPTO del TEXTO


Mundo Aparente.
Aquel mundo que, según los racionalistas y los pensadores cristianos, es calificado como inferior, menos real. Es un
mundo despreciado y también lo es todo aquello que nos une a él: los sentidos, el cuerpo. Para Nietzsche, al
contrario, habría que defender ese mundo, quitándole esa calificación de aparente, sabiendo que es el único que
existe y al que debemos defender: La vida.

CONCEPTOS
Nihilismo.
No es una doctrina filosófica, sino el movimiento histórico peculiar de la cultura occidental. Puesto que al mundo
suprasensible le hemos restado en su totalidad la función ordenadora de nuestras existencias, nos hemos quedado
sin sentido que darle a la vida (Dios ha muerto). Vamos a ver los tres momentos del nihilismo:

a) Nihilismo como consecuencia inmediata a la destrucción de los valores que habían estado vigentes hasta ahora
(duda, desorientación, pérdida de sentido).

b) Como afirmación del propio proceso nihilista como consecuencia necesaria (reflexión, distanciamiento de la
tradición platónico-cristiana).

c) Como punto de partida hacia una nueva perspectiva del ser y del hombre, es el momento de la nueva valoración
sobre la vida, la esperanza, la aurora, la voluntad de poder

Dionisiaco.
Representan el equilibrio que establecieron los griegos, antes de Eurípides y Sócrates, entre las dos formas opuestas
de interpretar la realidad. Con el teatro griego, con la tragedia griega, lograban integrar el lado apolíneo (claro,
luminoso, armónico, perfecto, sobrio) con el lado dionisiaco (oscuro, terrible, imperfecto, lujurioso, ebrio) en una
representación equilibrada del mundo. Con Eurípides y sobre todo Sócrates, se acentúo más la visión apolínea de
la vida, despreciando y olvidando lo dionisiaco. La tarea de Nietzsche será recuperar ese otro aspecto de la vida
hasta ahora olvidado y rechazado por la cultura occidental en beneficio de mundos ficticios perfectos e inmutables.

Trasmutación de Valores.
Momento necesario para el final de la moral tradicional (moral de esclavos) y la aparición del superhombre.
Nietzsche no propone vivir sin valores, propone más bien invertir la tabla de valores: superar la moral occidental,
moral de renuncia y de resentimiento hacia la vida mediante una nueva tabla en la que estén situados los valores
que supongan un sí radical a la vida.

Para Nietzsche, con el cristianismo prospera la moral de los débiles, de los que quieren huir del rigor de la vida,
inventándose un mundo perfecto, de reposo y de justicia. La transmutación de los valores es la superación de esta
moral de esclavos (judeocristiana) para recuperar de nuevo la moral aristócrata (que quiere la diferencia, que no
teme ni le dolor ni el sufrimiento de la vida, que ama la muerte de dios) y permite el código moral del
superhombre.

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HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
Inocencia del Devenir.
Según Nietzsche, la vida, el único mundo que existe, el que nos presentan los sentidos y el cuerpo, es inocente. Ese
eterno fluir, ese río turbulento y caótico, ese devenir placentero y doloroso constituye la única realidad y debemos
enfrentarnos a ella sin miedo y sin recelo, con alegría. Debemos expresar nuestro goce, pero sin huir ante el drama.
Debemos movernos en la vida con la inocencia de un niño, con la pericia de un equilibrista en la curda floja, siempre
expuesto a caer en el abismo, dispuesto a gozar, pero también a sufrir con la vida, el cuerpo, las pasiones, dispuesto
a desmantelar todos los conceptos que niegan y corrompen la inocencia brutal de la vida, dispuesto a acabar con
la idea de dios, el gran inconveniente para salvar la vida.

RELACIÓN DE AUTORES
Heráclito.
Nietzsche acepta la filosofía de Heráclito en gran medida. Admite su visión del devenir y el cambio constante de la
realidad; pero no admite el concepto de “logos” para explicar y dar racionalidad a ese devenir. El devenir tenemos
que aceptarlo como es, incesante, irracional, caótico.

Platón.
Nietzsche también criticará el dualismo platónico, la teoría de los dos mundos. Un mundo sensible de apariencia y
falsedad y un mundo inteligible real y superior. Para Nietzsche sólo existe este mundo natural, el que Platón
llamaba “de los sentidos”. Es el único y el auténtico. El otro mundo, “el verdadero”, “el inteligible” es un invento,
un consuelo cobarde para los que no se atreven a enfrentarse a la vida. Ese consuelo fue canonizado por el
cristianismo.

Kant.
Nietzsche niega la distinción kantiana entre fenómeno (lo captado por lo sentidos y ordenado por las categorías
de la razón) y noúmeno o cosa en sí (lo que escapa o elude a los sentidos y la razón). Para Nietzsche sólo existe un
único mundo, el que se me muestra, no existe ninguna otra realidad por debajo de las apariencias. En su cuarta
tesis dice “dividir el mundo en un mundo verdadero y un mundo aparente, ya sea al modo del cristianismo, ya sea
al modo de Kant (en última instancia, un cristiano alevoso, es únicamente una sugestión de la décadence, un
síntoma de vida descendente

Simone de Beauvoir.
Ambos autores fueron movidos por la necesidad de contar las historias de sus vidas y sus proyectos se ubican en la
franja entre la filosofía y la literatura. Además, su misión parece ser desvelar los mitos socio-políticos y morales de
una sociedad y una historia decadente, descendente. Pero a la vez un gran abismo los separa. Mientras N. se
permite centrarse en el arte, la energía, la individualidad, y la realidad social a través de las lentes de la percepción
humana, Simone de B. se preocupa principalmente de la mujer y sus fines sociales en la historia, una historia escrita
por hombres.

La filosofía de Nietzsche nos enfrenta a un pensamiento cargado de una alta misoginia. Frente a él, Beauvoir
representa una de las mentes más concienciadas con el movimiento feminista del siglo XX y considerada como una
de sus grandes ideólogas por su obra El segundo sexo. El punto de partida de la filósofa fue darse cuenta que todas
las producciones culturales tienen al hombre como principal referencia. Al igual que Nietzsche su denuncia tiene
una carga moral pero esta vez no frente a la moral de esclavos sino frente a la moral de los hombres, autores de la
historia. Señala la necesidad de que las mujeres definan su identidad al margen de la mirada masculina, sin verse
coaccionadas por ese referente moral e intelectual.

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HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
OPINIÓN PERSONAL
En primer lugar, abordaremos la idea de desobediencia civil, con la que Kant se mostraba disconforme. Por un
lado, nos propone que no debemos acatar una ley a la que no hayamos dado previamente nuestro consentimiento
(aunque no se trata de un consentimiento directo), pero también nos dice que la única manera de luchar o
rebelarnos contra una ley injusta es la libertad de expresión. Pero ¿es suficiente la libertad de opinión para
enfrentarnos a leyes injustas o ilegítimas?

Aunque la propia definición de desobediencia civil incluye la no violencia como presupuesto, es obvio que la paz
puede romperse si la desobediencia civil cobra grandes dimensiones, si se propaga, convirtiéndose en revolución.
Nosotros consideramos, desde una óptica teleológica, que manifestarse ostensiblemente contra el gobierno de un
tirano o encadenarse a un barco que va a hacer un vertido de residuos tóxicos incontrolados está justificado. Es
más, acometer esas acciones se tornaría un deber del estilo kantiano. Creemos que transgredir cualquiera de esas
leyes tiene una prioridad y una legitimidad morales mayor que el respeto a la ley por puro deber. Por ello, nos
pronunciamos en contra de una deontología moral rígida, que jamás alude a criterios empíricos, relativos,
circunstanciales. En los ejemplos anteriores, la prioridad y la legitimidad morales son salvaguardar la libertad y
preservar el medio ambiente; esto es, defender derechos humanos.

Gran parte de los cambios en la mejora de derechos y en la búsqueda del reconocimiento de la dignidad de las
personas son precedidos de manifestaciones ostensibles de disconformidad y de desobediencia, cuando no de
conflictos, luchas y revueltas (huelgas, manifestaciones, etc.). Es entendible, no obstante, el énfasis kantiano en
buscar una paz duradera y, por ello, la desafección a cualquier situación que pudiera conllevar la ruptura de la paz,
como es la desobediencia civil. Pero lo que cuestionamos es que la libertad de prensa, por si sola, pueda convertirse
en un instrumento eficaz con el que se puedan revertir situaciones de injusticia institucionalizada.

No obstante, tiene una actualidad fuera de toda duda la apuesta kantiana por la libertad de prensa como
vehículo y método de transformación de las leyes que nos parezcan de dudosa moralidad o como demanda de
derechos civiles. La infinidad de medios de comunicación y de plataformas donde manifestar nuestras opiniones,
aun siendo contrarias a la ideología que constituye el orden dominante, puede ser un ejemplo de resistencia crítica
y del ejercicio de la libertad de pensamiento.

En segundo lugar, observamos cierta debilidad en el intento kantiano de compatibilizar la idea de que la
naturaleza se desarrolla bajo un plan oculto que favorece el progreso moral (y la implantación de una sociedad civil)
con su visión hobbesiana de la naturaleza de las personas. La solución que encuentra en la idea de «insociable
sociabilidad» nos parece insatisfactoria, pues, por un lado, se habla de una naturaleza humana guerrera» que ha
dado motivos evidentes para desconfiar de ella y, por otro, se habla de una racionalidad teleológica impregnada en
la propia humanidad

Aunque el progreso moral del que habla Kant sea contemplando la especie en su conjunto y no a individuos
concretos, es de estos de los que se compone la especie, y esa supuesta «naturaleza» es invariable. Nos resulta
difícil comprender cómo esa naturaleza tomada individualmente se torna, en la unión universal de la especie, en
una racionalidad oculta como el logos de Heráclito.

La esperanza solo cabe, y en eso nos aferramos a la idea kantiana, en el imperio de la racionalidad, en el deber
moral de salir del «estado de naturaleza». En este sentido, vemos esa pretendida paz perpetua más como foco
imaginario que ilumina nuestros esfuerzos que como posibilidad real y concreta, por lo que nos alejaríamos en este
punto de Kant.

EBAU 2018/2019 ALEJANDRO PÉREZ ZAMORA

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