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La Revolución francesa fue un conflicto social y político, con diversos periodos de violencia, que

estremeció Francia y, por extensión de sus implicaciones, a otras naciones de Europa que enfrentaban a
partidarios y opositores del sistema conocido como el Antiguo Régimen. Se inició con la
autoproclamación del Tercer Estado como Asamblea Nacional en 1789 y finalizó con el golpe de estado
de Napoleón Bonaparte en 1799. Es el acontecimiento más importante ya que fue la que más altero las
cosas, esta revolución proporcionó de comer a los pobres asimismo trajo la democracia a Francia pero
todo al final tuvo un precio.
La revolución francesa fue un golpe muy duro para la mona
rquía que gobernaba ya que esta la que fue por Luis xvi no fue un gobierno de acuerdo a su forma de
régimen y trato, este era muy indiferente sin un percance de preocupación hacia el pueblo asimismo
contra un gobierno déspota, el derecho y deber del pueblo que se hace necesario disolver los vínculos
políticos que lo han ligado a otro, y tomar entre las naciones de la tierra el puesto separado e igual al
que las leyes de la naturaleza y de Dios. La revolución francesa comenzó con la voz de una nación por su
libertad e igualdad. Es un momento extraordinario en donde la gente empieza a creer que puede
rehacer toda la sociedad hasta la propia naturaleza humana mediante esta comienza una vida diferente
En vísperas de la revolución, Francia estaba esencialmente en la bancarrota, a pesar de tener una
economía rica y productiva. El gobierno había tomado grandes préstamos para financiar dos guerras, la
Guerra de los Siete Años contra Inglaterra, y la Guerra de la Independencia Americana, en la que Francia
luchó en el bando de los estadounidenses contra su viejo enemigo, Inglaterra. El palacio de Versalles
siguió siendo un gran drenaje de recursos del país durante los reinados de Luis XV y Luis XVI. En lugar de
gravarse a sí mismos para pagar por todo esto, la nobleza pedía dinero prestado a tasas de interés
ruinosas. También continuaron cobrándoles impuestos a los campesinos hasta el punto de que algunas
familias se morían de hambre. Todo esto llevó a un tremendo resentimiento contra el régimen.
Las principales consecuencias de la Revolución Francesa fueron el derrocamiento de Luis XVI del trono,
como así la abolición de la Monarquía en Francia, con la consecuente proclamación de la llamada I
República, poniendo fin así al Antiguo Régimen. Otras consecuencias de la Revolución Francesa fueron
las diversas transformaciones sociales y económicas donde debemos incluir la supresión de pena de
prisión por deudas y la abolición de herencia de tierras al primogénito en las familias.
El colmo fue probablemente la hambruna que asoló a Francia en 1788 y 1789. Las condiciones climáticas
causaron que la cosecha de trigo fuera mucho menor en aquellos años. Francia no tenía mucho cultivo
de papa, al igual que otros países europeos durante ese período, por lo que no tenían nada a qué echar
mano cuando la sequía y las inundaciones asolaron las cosechas. Estas condiciones en las zonas rurales
de Francia condujeron a las revueltas campesinas en los veranos de 1788 y 1789, inmediatamente antes
de la Revolución Francesa.

No debemos olvidar que dentro de las consecuencias de la Revolución Francesa ubicamos a Napoleón
Bonaparte, quien instituyó durante el Consulado algunas reformas de gran importancia, como la
fundación del Banco de Francia, la implantación de un sistema educativo que revocaba al anterior
secular y muy centralizado. La religión no quedó fuera de las consecuencias ya que se desempeñó un
importante papel, más que nada a favor de la sociedad, permitiendo la libertad de culto y la libre
expresión de la fe que profesara cada uno de los integrantes de la sociedad francesa de la época.
La Revolución Francesa tuvo una gran cantidad de consecuencias, grandes o de menor relevancia.
Los resultados de la Revolución fueron en general buenos, salvo los que provocaron la separación de la
Iglesia Católica francesa. La mayoría de estas consecuencias provocó mejoras en los sistemas sociales,
políticos y económicos de Francia. Por eso, se puede decir que la Revolución Francesa fue muy
beneficiosa para Francia.
Los ideales revolucionarios pasaron a integrar la plataforma de las reformas liberales de Francia y
Europa en el siglo XIX, así como sirvieron de "motor" ideológico a las naciones latinoamericanas
independizadas en ese mismo siglo, y continúan siendo hoy las claves de la democracia.

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