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Resumen Presa de Vajont

La presa de Vajont fue construida entre los años 1957 y 1961 a los pies del monte Toc
y sobre la localidad de Longarone, con 262 metros de altura, 27 metros de grosor en
su base y 3.5 metros de ancho en su cima que lograba embalsar unos 150 millones de
metros cubico de agua. La Sociedad Hidroeléctrica del Véneto planteo utilizar la
garganta del río Vajont para promover con esta energía renovable el desarrollo
industrial del noreste de Italia.
El geólogo Giorgio Dal Piaz y el ingeniero Carlo Semenza concibieron en 1929 un gran
complejo hídrico de vasos comunicantes formado por todos los acuíferos tributarios del
Vajont. Así se aprovechaba al máximo la fuerza gravitacional del agua para mover las
turbinas de la central de Soverzene, la más grande de Europa (220 megavatios).
En 1956 comienzan las excavaciones de los cimientos, el equipo de Semenza estudió
a fondo la zona de los cimientos, pero prestaron muy poca atención río arriba,
precisamente la zona que terminaría por inundarse. Las obras duraron 2 años y la
presa estaba casi acabada cuando en 1959, un corrimiento en el cercano embalse de
Pontesei creó una ola de 20 m de altura que desbordó la presa e inundó el valle de
abajo, ahogando a un obrero. Temiendo a que pueda suceder los mismo la empresa
de embalse encarga un estudio de las laderas del valle el cual encargan a Edoardo
Semenza, el estudio concluyo la existencia de una grieta y peligro de deslizamiento,
pero su estudio fue refutado en poco tiempo por otro geólogo, Pietro Caloi, contratado
al efecto por la compañía constructora.
Cuando se produce el deslizamiento de noviembre de 1960 Leopold Müller, determina
que existe riesgo evidente de deslizamiento incontrolado. Para evitarlo propone
realizar un túnel para drenar la humedad del fango del subsuelo y controlar el
desprendimiento. Ni esta solución ni la extravagante de cementar la falla se aplicaron
al ser desestimadas por su elevado coste económico.
Y a pesar del descubrimiento, la SADE no informó de ello al gobierno y sólo pensó en
encargar al Instituto de Hidráulica de la Universidad de Padova un estudio para simular
en maqueta el posible desastre, llegando a dos conclusiones, “El máximo volumen de
agua movilisable será de 10 millones de m3”, “La cota 700 m puede considerarse de
absoluta seguridad... y la máxima ola no superará los 30 m de altura”
Entre septiembre-octubre 1961 se instala 4 piezómetros en la parte superior del
deslizamiento de 1960. El P4 se fue cerrando lentamente, demostrando la
inestabilidad del terreno. El P1 y P3 alcanzaron los 90 m, pero no alcanzaron la
superficie de rotura, así que tenían siempre la misma altura del embalse. El P2 sí la
atravesó y mostraba unos 90 m por encima del nivel del embalse, pero se cortó por el
movimiento del terreno en febrero de 1962, bajando su nivel. Los mayores
movimientos de ladera coinciden con los periodos de lluvias intensas en octubre 1960,
noviembre de 1962 y octubre de 1963. La ladera se vuelve inestable aproximadamente
a cota 710-720 incluso sin lluvia y la cantidad de ésta necesaria decrece con el llenado
del embalse. Así concluyen que la inestabilidad aumenta con la lluvia y con el nivel de
llenado.
El equipo desconocía totalmente la existencia de una capa de arcilla bajo la roca
caliza, la información que aportaba era esencial para entender lo que estaba
ocurriendo. Esta capa de arcilla estaba a 250 m de profundidad y sólo tenía 1 cm de
grosor. Cuando el embalse se llenó por primera vez, la capa que llevaba millones de
años sin alterarse empezó a fracturarse por la fuerza del agua.
A medida que el corrimiento avanzaba las microgrietas fueron creciendo
extendiéndose hacia afuera y uniéndose a otras microgrietas hasta crear una sola
superficie a lo largo de toda la arcilla y generando la superficie de rotura en forma de
M.
El 9 de octubre de 1963, tras unos días de intensísimas lluvias, tiene lugar sobre las
diez de la noche un gigantesco deslizamiento de unos 260 millones de metros cúbicos
de bosque, tierra y roca que cayeron sobre el agua embalsada a la velocidad de 80
Km por hora. El agua desplazada resultante dio lugar a que alrededor de 50 millones
de metros cúbicos de agua rebasaran la presa formando una ola de unos 250 metros
de altura.

Oficialmente perdieron la vida 1917 personas. La presa no sufrió grandes daños; de


hecho, sigue en pie, sin cumplir el papel para el que se le diseñó, como monumento
mudo a la estúpida ambición humana.
En definitiva, el deslizamiento se hubiera producido de todos modos y la construcción
del embalse agravó y/o adelantó su efecto, porque: 1) la constitución geológica de la
vertiente norte del Monte Toc junto a su deforestación constituían, en esencia, el
riesgo potencial de su deslizamiento; 2) la alteración mecánica de la roca sobre la que
se produjo el deslizamiento fue producto de la conjunción de fuertes lluvias y la
creación de un embalse artificial; 3) las excavaciones, canalizaciones subterráneas y
aéreas y los cimientos de la presa, contribuyeron a agravar y acelerar el problema: y 4)
los documentos históricos demuestran la presencia de grietas sobre el terreno desde
tiempo inmemorial.

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