Epidemiología Cardiovascular en México.

Estudio
Comparativo entre Datos Nacionales y una Pobla-
ción Cautiva de Trabajadores en el Distrito Federal
Epidemiología Cardiovascular en México

Dr. Guillermo Fanghänel-Salmón 2, Dr. Oscar Velásquez-Monroy 1,
Dr. Agustín Lara-Esqueda 1, Dra. Leticia Sánchez-Reyes2, Dra. Yusimit
Ledesma-Osorio 2, Dr. Arturo Berber 1, Dr. Manuel Antonio Cisneros-
Salazar 1, Dr. Rafael Violante 4, Dr. Gilberto Rodríguez-R 2, MD,
MPH, MSc Roberto Tapia-Conyer 3.
Summary
WHO estimates that cardiovascular diseases are the most
frequent mortality cause in the world, beyond mortality
caused by infectious and parasitic diseases. WHO
recognices also that the cardiovascular diseases epidemy
grows quickly in both developed and devoloping
countries. Today, in Caribe and Latin America
cardiovascular diseases represents 31% total of deaths.
It is estimated thatin the next 10 years there will be 20.7
millions of deaths caused by cardiovascular diseases in
this region.
In mosts of the developed countries and particularly in
Mexico, Cronical-Non-Transmissible-Diseases have
equalized or superated infectious diseases prevalence.
This change has been called Epidemiologic Transition.
Lifestyle and nutritional changes are increasing
cardiovascular risk factors, sucha as obesity, diabetes
and dislipidemies. Alcohol and tobaco are additioned
as potential factors to increase prevalence and
complications of these diseases.
Introducción
La Organización Mundial de la Salud estima que las
enfermedades cardiovasculares representan la causa más
frecuente de mortalidad en el ámbito mundial, rebasando
a la mortalidad ocasionada por enfermedades infecciosas
y parasitarias. Asimismo, reconoce que la epidemia de
las enfermedades cardiovasculares avanza rápidamente
tanto en los países desarrollados como en los que se
encuentran en vías de desarrollo.1 Actualmente en
América Latina y el Caribe las enfermedades
vol. V no. 4 jul-ago 2004
En la mayoría de los países desarrollados y en particular
en México3, las enfermedades crónicas no transmisibles
(ENT) han logrado igualar o incluso superar la prevalencia
de las enfermedades infecciosas. A este cambio, con
predominio en la prevalencia mundial de las ENT se ha
denominado Transición Epidemiológica.
Además, los cambios en el estilo de vida y tipo de
alimentación están favoreciendo el incremento en la
prevalencia de factores de riesgo cardiovascular, tales
como obesidad, diabetes y dislipidemias, que si bien
tienen una predisposición genética subyacente, la
influencia del medio ambiente es innegable4-6. El tabaco
y el alcohol atavían este complejo transicional potenciando
no sólo la prevalencia de dichas enfermedades, sino
también sus complicaciones. La culminación de la
interacción nociva de todos estos factores es
principalmente la afección cardiovascular.
Alrededor de 17 millones de personas mueren cada año
por enfermedad cardiovascular. Se estima que cada cinco
segundos ocurre en el mundo un accidente vascular
cerebral, cada 4 segundos una defunción por síndrome
coronario agudo y cada 2 segundos muere en el mundo
una persona por causas atribuibles a la aterosclerosis. 7
Las enfermedades cardiovasculares ocupan el primer
lugar en morbilidad y mortalidad de los adultos en el
mundo y México no escapa a esta circunstancia. Se
estima que existen en el mundo 1 billón de personas que
padecen hipertensión arterial sistémica. De estos, 70%
corresponden a países en vías de desarrollo.8-9 La
hipertensión arterial es uno de los principales factores
de riesgo para enfermedad arterial coronaria y accidente
vascular cerebral.
Se calcula que aproximadamente el 1.5% de todos los
hipertensos mueren cada año por causas directamente
relacionadas a hipertensión arterial sistémica, en otras
palabras, una muerte cada 2 minutos. Si bien a este

cardiovasculares representan el 31% del total de las

defunciones. Se estima que ocurrirán 20.7 millones de número de muertes potenciales hay que restar el 14.6%
defunciones por enfermedades cardiovasculares en esta de pacientes hipertensos controlados, la cifra se reduciría
región durante los próximos 10 años.2 a 194,199, es decir una muerte cada 3 minutos.1,2,10,11

1. Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica de la Secretaría de Salud. 2. Hospital General de México. Secretaría de Salud.
3. Subsecretaría de Prevención y Protección de la Salud.

1252 Diabetes Hoy para el médico y el profesional de la salud


Por otra parte, en la actualidad existen más de 150
millones de diabéticos en el mundo y se reporta que en
el ámbito mundial la mortalidad por enfermedad
cardiovascular es de 2 a 4 veces mayor que en sujetos
no diabéticos. Por lo que es de esperar a futuro que la
mortalidad por esta causa se incremente conforme
continúe aumentando la prevalencia de diabetes.12-14
En México, este grupo de enfermedades constituye un
problema de salud pública, y al igual que ocurre en otros
países del mundo, es el resultado de esta escalada
epidemiológica; las enfermedades del corazón conforman
la primera causa de muerte y anualmente ocurren
alrededor de 70,000 defunciones por este motivo
y 25,000 por enfermedades cerebrovasculares.15-17
Para poder generar estrategias de salud que confronten
de manera directa y eficaz este grave problema de salud
pública, se requiere de la realización de encuestas
nacionales que permitan analizar el comportamiento
clínico de dichas entidades nosológicas, para que se
implementen de manera adecuada las políticas de
prevención, control y tratamiento nacionales: 1) Encuesta
Nacional de Enfermedades Crónicas (ENEC-1993) y la
Encuesta Nacional de Salud (ENSA-2000), y uno más
realizado en una población cautiva: “Prevalencia de
Riesgo de Infarto al Miocardio en Trabajadores del
Hospital General de México” (Estudio PRIT). 2) Evaluar
la tendencia de enfermedades cardiovasculares en
población mexicana, con base en estudios poblacionales
con representatividad nacional y población cautiva de
un Hospital General. 3) Determinar la interrelación de
las diferentes enfermedades crónicas.
Material y Métodos
Los datos fueron obtenidos de estudios epidemiológicos
de base poblacional como la encuesta Nacional de
Enfermedades Crónicas del año 1993 (n = 13,247) y la
Encuesta Nacional de Salud del año 2000 (n = 45,294);
encuestas probabilísticas realizadas en nuestro país cuya
metodología y diseño fueron muy similares y su objetivo
fue conocer la prevalencia de enfermedades crónicas
que con mayor frecuencia se presentan en la población
4. Unidad de Investigación y Epidemiología Clínica del Hospital General de Zona 6 del IMSS. Ciudad Madero, Tamaulipas
Diabetes Hoy para el médico y el profesional de la salud
Fanghänel-Salmón, Velázquez-Monroy, Lara-Esqueda, Sánchez-Reyes, Ledesma-Osorio, Berber, Cisneros-Salazar, Violante, Rodríguez-R, Tapia-Conyer
mayor de 20 años. En cuanto al estudio llevado a cabo
en el Hospital General, Prevalencia de Factores de Riesgo
de Infarto al miocardio en Trabajadores (estudio PRIT)
se tomaron para ser comparativos los cortes
de 1993 - 1994 (n = 2,463) y de 1999 - 2000 (n = 1,554).
Definición de variables. Respecto al peso, se usó el
índice de Masa Corporal (peso/talla2), para clasificar a
las personas con sobrepeso y obesidad de acuerdo a los
criterios de la OMS: Peso normal por debajo de 25
kg/m2, sobrepeso entre 25 y 29.9 Kg/m2 y obesidad a
partir de 30 kg/m2; hipertensión arterial se consideró a
una diastólica igual o mayor de 90 y/o una sistólica igual
o mayor de 140 mm/Hg; diabetes, cuando la glucemia
fue igual o mayor a 126 mg/dl, si el sujeto había sido
diagnosticado previamente como tal o bien cuando
después de una carga de glucosa de 75 g, la glucemia
resultó mayor a 200 mg/dl; hipercolesterolemia, cuando
los niveles de colesterol fueron mayores de 240 mg/dl;
hipertrigliceridemia cuando las cifras de triglicéridos
fueron mayores de 200 mg/dl; tabaquismo positivo a
todo aquel consumo de tabaco cualquiera que sea su
presentación (cigarrillo, puro, pipa) continuo o intermi-
tente, independientemente de la cantidad, y tabaquismo
negativo cuando nunca se ha consumido tabaco o se
tiene el antecedente de haberlo suspendido por 10 años
o más. Alcoholismo positivo a la aceptación en el
momento de la encuesta del consumo habitual de algún
tipo de bebida alcohólica cualquiera que sea su tipo,
cantidad o frecuencia; y sedentarismo a la no realización
de algún ejercicio aeróbico (aquel que condiciona el
mayor consumo de oxígeno e incrementa la frecuencia
cardiaca) en forma periódica y habitual.
vol. V no. 4 jul-ago 2004
1253
 Resultados
Figura 1. Prevalencia de Hipertensión Arterial

Hipertensión arterial
En 1993 la ENEC informó una prevalencia de 26.6% 40 ENEC-93 PRIT-93-94 ENSA-2000 PRIT-99-2000

35
(28.5 en hombres y 25.1 en mujeres), la ENSA 2000

Prevalencia (%)
30
registró una prevalencia de 30.05% (34.2 y 26.3 en 25
hombres y mujeres respectivamente), y el estudio PRIT 20
reporta una prevalencia de15.7% en el periodo1993 - 94 15
y de 24.5% en 1999 - 2000, por género 13.3% en hombres 10
y 16.9% en mujeres y 28.9% en hombres, 23.1% en 5
0
Epidemiología Cardiovascular en México

mujeres respectivamente. En la figura 1 se presenta la

MASC

MASC

MASC

MASC
FEM

FEM

FEM

FEM
TOTAL

TOTAL

TOTAL

TOTAL
prevalencia de acuerdo a cada estudio y en la figura 2
por grupos de edad.

Figura 2. Prevalencia de Hipertensión Arterial por grupos de edad

80
70
60
50
40
30
20
10
0
Global 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44 45-49 50-54 55-59 60-64 65-69
ENEC-93 26.6 12.9 15.2 16.5 24.1 28.8 38.1 44.4 52.2 54 58.5
PRIT 93-94 15.7 2.1 3.7 8.1 13.5 17.9 30 29.5 29 31.7 22.2
ENSA-2000 30.05 15 17.4 22.5 28.2 34.3 43.4 48.9 53.8 56.5 59.5
PRIT 99-2000 24.5 2.8 8.6 10.8 13 26 29 40.5 37.7 48.2 68.8

Diabetes mellitus Figura 3. Prevalencia de Diabetes Mellitus

La Prevalencia ponderada en población de 20 a 69 años
fue: en ENEC-93 de 7.2%, por sexo la prevalencia fue
ENEC-93 PRIT-93-94 ENSA-2000 PRIT-99-2000
similar tanto en hombres como mujeres (7.2%); la ENSA
12
2000 registró una prevalencia de 10.9% (10.8% en
hombres, 10.9% en mujeres), y el estudio PRIT se reporta
Prevalencia (%)

9
en el período 1993 - 1994 de 7.1% (6.3% en hombres,
7.5% en mujeres) y en 1999 - 2000 de 9.2% (12.2% en 6
hombres, 8.2% en mujeres). En la figura 3 se presenta
3
la prevalencia de acuerdo a cada estudio y en la figura
vol. V no. 4 jul-ago 2004

4 por grupos de edad. 0

MASC

MASC

MASC

MASC
FEM

FEM

FEM

FEM
TOTAL

TOTAL

TOTAL

TOTAL

1254 Diabetes Hoy para el médico y el profesional de la salud

 Figura 4. Prevalencia de Diabetes Mellitus por grupos de edad

35
30
25
20
15
10
5

Fanghänel-Salmón, Velázquez-Monroy, Lara-Esqueda, Sánchez-Reyes, Ledesma-Osorio, Berber, Cisneros-Salazar, Violante, Rodríguez-R, Tapia-Conyer
0
Global 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44 45-49 50-54 55-59 60-64 65-69
ENEC-93 7.2 0.5 1.1 1.7 5.1 8.4 13.1 17.1 20.9 21.4 26.1
PRIT 93-94 7.1 1.7 3 3.1 6.3 9.9 12.5 10.9 11.3 10 14.8
ENSA-2000 10.7 2.5 2.6 4.7 8.1 12.8 17.4 22.2 28.6 30.7 28.4
PRIT 99-2000 9.2 5.6 4.9 3.9 6.3 6.8 9.7 14.2 19.3 21.4 18.8

Figura 5. Prevalencia de Obesidad

(IMC ≥ 30 kg/m2)
Obesidad
En 1993 la ENEC informó una prevalencia de 21.4%
(14.9% en hombres, 25.1% en mujeres), la ENSA 2000 40 ENEC-93 PRIT-93-94 ENSA-2000 PRIT-99-2000

35
registró una prevalencia de 24.4% (19.4% en hombres,
Prevalencia (%)

30
29% en mujeres), y el estudio PRIT reporta en el período 25
entre 1993 - 1994 de 13.4% (10.9% en hombres, 14.8% 20
en mujeres) y en 1999 - 2000 de 24.5% (21.4% en 15
hombres, 25.5% en mujeres). En la figura 5 se presenta 10
5
la prevalencia de acuerdo a cada estudio y en la figura
0
6 por grupos de edad.
MASC

MASC

MASC

MASC
FEM

FEM

FEM

FEM
TOTAL

TOTAL

TOTAL

TOTAL

Figura 6. Prevalencia de Obesidad por grupos de edad

50

40

30

20

10

0
Global 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44 45-49 50-54 55-59 60-64 65-69
ENEC-93 21.4 -- -- -- -- -- -- -- -- -- --
vol. V no. 4 jul-ago 2004

PRIT 93-94 13.4 4.5 4.5 13.6 13.8 16.3 19.5 18.6 18.5 20 22.2
ENSA-2000 24.4 14.5 20.8 25.9 30.9 35.6 38.8 37.6 33.5 32.7 28.9
PRIT 99-2000 24.5 16.7 19.6 17.6 18.8 24.2 31 32.6 25.4 28.6 37.5

Diabetes Hoy para el médico y el profesional de la salud 1255

 Otros Factores de Riesgo
Hipercolesterolemia. En 1993 la ENEC obtuvo una
prevalencia de 8.9% (10.0% en hombres, 8.1% en
mujeres), ENSA-2000 no determinó niveles de lípidos
en suero y el estudio PRIT reporta 18.7% en el período
1993 - 1994 (16.8% en hombres, 19.7% en mujeres), y
en 1999 - 2000 de 23.7% (26.6% en hombres, 22.8% en
mujeres). Por grupos de edad en ENEC-93 el grupo más
afectado fue el de 60 a 64 años y en el PRIT en 1993 -
1994 fue de 50 a 59 años (50 a 69 en hombres, 50 a 59
Epidemiología Cardiovascular en México
en mujeres) y en 1999 - 2000 de 60 a 69 años (60 a 64
en hombres, 60 a 69 en mujeres).
Hipertrigliceridemia. En 1993 la ENEC reportó una
prevalencia del 16.3%, la ENSA 2000 no determino
niveles de lípidos en suero y el estudio PRIT reporta
23.4% en el período entre 1993 - 1994 (26.0% en
hombres, 22.1% en mujeres) y en 1999 - 2000 de 29.3%
(35.5% en hombres, 27.3% en mujeres). Por grupos de
edad en ENEC-93 el grupo más afectado fue el de 60 a
64 años y en el PRIT en el período 1993 - 1994 fue de
50 a 59 años (50 a 69 en hombres, 50 a 59 en mujeres)
y en 1999 - 2000 de 60 a 69 años (60 a 64 en hombres,
60 a 69 en mujeres).
Consumo de tabaco. En 1993 la ENEC declaró una
prevalencia del 25.0%, la ENSA 2000 registró una
prevalencia de 36.6% (51.4% hombres y 38.6% mujeres),
y el estudio PRIT en el período 1993 - 1994 de 32.0%
(37.2% en hombres, % 29.3 en mujeres) y en 1999 -
2000 de 30.0% (45.1% en hombres, 25.8% en mujeres).
Por grupos de edad ENEC y ENSA-2000 no se reporta
los datos. En el PRIT la edad más frecuente fue de 30
a 54 años en 1993 - 1994 (35 a 54 en hombres, 30 a 54
en mujeres) y de 15 a 54 años en 1999 - 2000 (15 a 54
en hombre, 20 a 39 en mujeres).
Consumo de alcohol. En 1993 la ENEC informó una
prevalencia del 26.6%, la ENSA 2000 registró una
prevalencia 30.05% (52.3% en hombres y 47.7% en
mujeres) y el estudio PRIT en 1993 - 1994 de 44.2%
(49.9% en hombres, 41.2% en mujeres) y en 1999 - 2000
de 39.5% (63.8% en hombres, 31.5% en mujeres). Por
grupos de edad no tenemos los datos de ENEC-93, en
ENSA-2000 el que mayor prevalencia tuvo fue el de 45
a 49 años, y en el PRIT en 1993 - 1994 fue de 50 a 54
años (45 a 59 en hombre, 40 a 54 en mujeres) y de 1999
- 2000 de 35 a 49 años (35 a 49 en hombre, 45 a 49 en
mujeres).
vol. V no. 4 jul-ago 2004
Actividad física. En ENEC-93 y ENSA-2000 no reportan
los datos, en el estudio PRIT en el período 1993 - 1994
de 15.9% (10.6% en hombres, 18.7% en mujeres), y en
1256 Diabetes Hoy para el médico y el profesional de la salud
1999 - 2000 de 32.8% (47.7% en hombres, 27.9% en
mujeres). Por grupos de edad en el PRIT en 1993 - 1994
de 25 a 49 años (35 a 49 en hombres, 25 a 44 en mujeres)
y en 1999 - 2000 de 20 a 54 años (20 a 49 en hombres,
15 a 54 en mujeres).
Hipertensión arterial en diabéticos. La prevalencia de
hipertensión en la población diabética en ENSA-2000
fue de 54.5 %, en tanto que en la población no diabética
fue del 27.8%, así el ser diabético representó un riesgo
de ser hipertenso de 3.09 veces mayor. 9 La correlación
encontrada en el estudio PRIT-HGM entre sujetos
diabéticos con hipertensión arterial en los diferentes
períodos fue de 33.1%, 44.8% y 41.3% en sus tres
periodos de corte, en comparación con 14.3%, 17% y
22.8% en sujetos sin diabetes.34,35
Diabetes en hipertensos. La prevalencia de diabetes en
la población hipertensa estudiada en ENSA-2000 fue
del 16.4%, mientras que en la población no hipertensa
fue del 8.2%. Por lo que, el ser hipertenso, representó
un riesgo de ser diabético 2 veces mayor. Mientras que,
la prevalencia de hipertensión arterial en la población
no diabética fue del 28.1%. La prevalencia de
hipertensión arterial en la población diabética también
estuvo relacionada con la edad.7,8 La prevalencia de
diabetes en trabajadores con hipertensión arterial en el
estudio PRIT fue de 15% para el 1993 - 1994, de 18.4%
para el 1996 - 1997 y de 15.5% en 1999 - 2000 en
comparación con los normotensos, la prevalencia de
diabetes en los mismos períodos fue de 5.6%, 5.4% y
7.2%. 34,35
Hipertensión arterial en obesos. Del 24.4% de obesos,
el 46.8% registró hipertensión arterial al momento de
la encuesta. Mientras que la prevalencia de hipertensión
arterial en la población no obesa fue del 24.6%. Lo
anterior representó un riesgo de aproximadamente 2.6
veces más de ser hipertenso si se es obeso.7,8 Hubo un
incremento notable en la prevalencia de hipertensión
arterial, al aumentar el índice de masa corporal (IMC).
Sin embargo, al hacer el desglose por género se encontró
que el impacto del sobrepeso para hipertensión arterial
es significativamente mayor en el hombre. Así, la
prevalencia de hipertensión arterial sistémica en aquellos
con IMC > 30 kg/m2 fue de 46.1% en el hombre y de
36.0% en la mujer, ambos superaron a la prevalencia
global del 30.05%.8 De la población obesa con IMC
30 en el estudio PRIT el 33.2% 38.3% y 48%
respectivamente a los tres periodos correspondieron a
población hipertensa, en comparación a los no hipertensos
obesos que fue de 9.8%,13.0%, 17.4% respectivamente.37
El ser obeso (IMC 30 kg/m2), incrementó la prevalencia
de hipertensión arterial en todos los subgrupos de edad.
Fue notable que del 53.1% de las personas encuestados
que se sabían hipertensas y no tomaban medicamento el
71.3% fueron obesos.7,8
Obesidad en hipertensos. Del total de la población
hipertensa de ENSA-2000, el 38% fue obeso, mientras
que de toda la población no hipertensa el 18.6% fue
obeso. En el PRIT la prevalencia de obesidad en sujetos
hipertensos para los diferentes períodos fue de
33.2%, 38.3% y 48.0% en comparación con hipertensos
no obesos que fue de 21.2%, 13.0% y 17.4%.
Diabetes en obesos. Del total de la población obesa de
ENSA-2000, el 62% tenía diabetes. En el PRIT la
prevalencia de diabetes en sujetos obesos para los
diferentes períodos fue de 13.9%, 15.1% y 16.3% en
comparación con diabetes en personas no obesas que
fue de 6.0%, 4.3% y 3.6%.
Obesidad en diabéticos. La prevalencia de obesidad en
ENSA-2000 en la población diabética, fue de 40.1%,
(superando este porcentaje a la prevalencia global de
obesidad del 24.4% y del 36% mundial de obesidad en
diabéticos), situación que contrastó con la prevalencia
de la obesidad en la población no diabética que fue
del 26.9%. Lo anterior representó un riesgo aproxi-
madamente de 1.8 (IC 1.7-1.9) veces más de desarrollar
diabetes si se tiene obesidad.8 Al analizar conjuntamente
la prevalencia de obesidad y sobrepeso hubo un
incremento notable ya que hasta el 78.9% de la población
diabética tiene sobrepeso y/ o obesidad, situación que
incrementa el riesgo a 2.08 (IC 95 % 1.92-2.25) veces
de desarrollar diabetes si se tiene sobrepeso u obesidad.8
De acuerdo a lo reportado en el estudio PRIT-HGM la
prevalencia de obesidad en la población general,
considerada como IMC 30 fue de 13.4%, 18.2% y 24.5%
en sus tres periodos. Los pacientes diabéticos que tenían
obesidad en este estudio, fueron en 93-94 de 26.3% en
comparación con 12.5% en aquellos no obesos, en 96-
97 de 34.3% vs. 16.5% y de 44.1% obesos en
comparación de 23% en aquellos sujetos no obesos.37
Diabetes y perímetro de la cintura. En la población
diabética total de ENSA-2000 se encontró que el 81.4%
tenía un perímetro de cintura mayor o igual a 83 cm. En
la población total encuestada se encontró que el promedio
del perímetro de la cintura fue de 94.5 ± 22.5 cm en
tanto que el de la población hipertensa fue de 94.9 ±
21.5 cm y en la población diabética de 95.7 ± 28.5 cm.9
La población diabética del estudio PRIT en 1993 - 1994
en hombres el promedio de cintura fue de 88.8 cm contra
87.9 cm en los no diabéticos. En mujeres de 85 contra
81.8 cm sin diabetes mientras que en 1999 - 2000 las
cifras se modificaron ostensiblemente ya que en hombres
Diabetes Hoy para el médico y el profesional de la salud
diabéticos fue de 97.2 cm vs. 90.4 cm en no diabéticos
y en mujeres fue de 93.4 cm vs. 85.1 cm en no
diabéticas.37
Lipoproteínas. Lipoproteínas de baja densidad (LDL).
La prevalencia nacional de niveles elevados de LDL
(superior a 159.9 mg/dl) es de 11.6%. La prevalencia
aumenta proporcionalmente con la edad, de 4.3% para
el grupo de 20 a 24 años de edad, hasta 22.2% en el
grupo de 55 a 59 años, desciende ligeramente a 20.8%
en el de 60 a 64 y hasta 18.5% en el de 65 a 69 años. La
Fanghänel-Salmón, Velázquez-Monroy, Lara-Esqueda, Sánchez-Reyes, Ledesma-Osorio, Berber, Cisneros-Salazar, Violante, Rodríguez-R, Tapia-Conyer
prevalencia de niveles elevados es mayor en los hombres
con 13,0% en comparación con la de las mujeres, que
es de 10.7% la media nacional de lipoproteínas de baja
densidad es de 116.6% mg/dl. El estudio PRIT reportó
en el período entre 1993 - 1994 una prevalencia de 16.4%
(14.4% en hombres, 17.4% en mujeres), en 1996 - 1997
de 14.1% (21.1% en hombres, 12.1% en mujeres) y en
1999 - 2000 de 19.4% (21.6% en hombres, 18.6% en
mujeres).
Lipoproteínas de alta densidad (HDL). La prevalencia
nacional de niveles bajos (menos a 35 mg/dl) de
lipoproteínas de alta densidad es de 36.0%. El histograma
con los valores de HDL, tiene una forma bimodal con
una elevación máxima de 26.2% en la categoría de 35
a 39.9% mg/dl y otra de 18.3% en la de 25 a 29.9 mg/dl.
La media nacional de lipoproteínas de alta densidad es
de 38.5 mg/dl. En el estudio PRIT, los niveles de HDL
(< 35 mg/dl) fueron mucho más bajo el porcentaje de
prevalencia encontrando en los diferentes períodos el
3.7% (3.7% en hombres, 3.7% en mujeres), 5.5% (5.9%
en hombres, 5.4% en mujeres) y 8.9% (11.7% en hombres,
7.9%% en mujeres) en cada uno de los cortes. 34, 35, 37
Discusión
Enfermedades como la hipertensión arterial, diabetes
mellitus, dislipidemias y obesidad, son factores de riesgo
que elevan la probabilidad de presentar enfermedades
isquémicas del corazón y enfermedades cerebro-
vasculares. Las acciones encaminadas a mejorar la salud
materno infantil en México y el control de las enfer-
medades infecciosas, lograron disminuir las tasa de
mortalidad materno-infantil y la tasa de fecundidad, lo
cual aunado a la transición demográfica, nutricional y
epidemiológica que sufre el país, ha llevado a la población
a una mayor esperanza de vida al nacer, que actualmente
se sitúa en 75.3 años y se espera que para el 2025 llegue
a 78. Estos cambios han provocado un envejecimiento
de la población y una mayor exposición de esta a factores
vol. V no. 4 jul-ago 2004
de riesgo cardiovasculares. Por esta razón, en nuestro
país, las enfermedades crónicas no transmisibles son
padecimientos que predominan entre la población adulta
y constituyen las principales causas de la mortalidad
1257
 general. Las enfermedades del corazón, la diabetes, las
dislipidemias y la hipertensión arterial destacan entre
estos padecimientos por su elevada prevalencia y graves
complicaciones, así como las neoplasias, la enfermedad
cerebrovascular y las nefropatías.4-6 Cabe agregar que
la edad promedio de muerte para enfermedades del
corazón se ha desplazado. En 1988 era de 70.37, en 1999
de 72.7, en 2001 72.84 y se espera sea de 75 años para
el 2006.18
En este marco, destaca el crecimiento acelerado de la
Epidemiología Cardiovascular en México
población adulta mayor, en la cual se incrementa el
riesgo de padecer y morir por enfermedades no
transmisibles. Se estima que este ritmo en el crecimiento
del número de adultos mayores, se mantendrá por lo
menos durante los próximos 50 años. Las personas
adultas y jóvenes de hoy, formarán parte del grupo de
los adultos mayores durante la primera mitad del siglo
XXI.4,9
Esta transición demográfica es el resultado de la acelerada
dinámica de crecimiento que mantuvo la población hasta
los años sesenta. Actualmente, en cuanto al
envejecimiento de la población se advierten dos claras
transferencias: la primera, de la población infantil y
juvenil de 0 a 14 años, a la anciana, donde el decremento
de 14.2 millones en los primeros se equipara, casi con
el aumento de 14.5 millones entre quienes tienen de 65
a 75 años de edad y la segunda, donde las personas en
edad laboral (31 a 45 años), disminuye a 6.8 millones,
pérdida asumida por el grupo de los adultos mayores.
Sin embargo, una consecuencia inevitable es el
incremento de grupos de riesgo para padecer ENT.18
En México, la transición epidemiológica de las
enfermedades crónicas no trasmisibles del adulto generan
ya un doble problema de salud publica. Por un lado, el
rezago que implica el aún insuficiente control de las
enfermedades trasmisibles, desnutrición y de
reproducción, y por el otro, el incremento exponencial
en las últimas 3 décadas de las ENT. A pesar del
incremento en la esperanza de vida –que trae consigo
un aumento en el riesgo de padecer estas últimas–, se
está generando un grave problema social que explica el
importante descontrol de los sistemas de salud que se
ven enfrentados a este fenómeno. El enfoque de atención
de enfermedades transmisibles crónicas, debe fomentarse
para atender estos padecimientos de una manera apropiada
y así, sustituir el viejo paradigma de atención de
enfermedades transmisibles.
vol. V no. 4 jul-ago 2004
Las ENT, no sólo demandan tratamientos farmacológicos
costosos, sino que en su mayoría tendrán que
administrarse de por vida. Además, un grave problema
1258 Diabetes Hoy para el médico y el profesional de la salud
de estas enfermedades es su detección, ya que
lamentablemente en su mayoría inician de forma
silenciosa. De tal forma que cuando el paciente presenta
síntomas, en general ya existe algún grado de daño a
órgano blanco; por otra parte, el impacto que tienen es
devastador tanto para el paciente como para la sociedad
en general. Afectan no sólo a adultos mayores, sino
también a grupos de edad económicamente activos,
limitando su capacidad funcional. Sus complicaciones,
son la principal causa de invalidez y el tratamiento de
sus secuelas condiciona que prácticamente ningún sistema
de seguridad social sea suficiente, pues su soporte desde
el punto de vista económico es prácticamente imposible.
A pesar de que las enfermedades cardiovasculares son
una pandemia, México presenta características
epidemiológicas peculiares que alertan sobre la necesidad
de generar estrategias propias y utilizar sólo como
marco de referencia la experiencia internacional.5
La elevación de las cifras de presión arterial es
probablemente el problema de salud pública más
trascendente en los países occidentales. Su aterrador
impacto sobre la cantidad y calidad de vida de aquellos
que la padecen, radica en parte, en el hecho de ser una
entidad que como pocas carece de manifestaciones
clínicas evidentes para el paciente. De acuerdo a estos
datos se estima que en México para este año 15.2 millones
de personas entre los 20 y 69 años tienen hipertensión
arterial sistémica. Sin embargo, a partir de los 50 años
la prevalencia supera el 50%.11, 12, 19, 20
La diabetes mellitus es actualmente una de las
enfermedades no transmisibles más comunes a escala
mundial. Es una de las cinco primeras causas de muerte
en la mayoría de los países desarrollados y notablemente
es una epidemia en muchas naciones en desarrollo y
recientemente industrializadas. La diabetes mellitus sin
duda constituye uno de los mayores retos de salud pública
del siglo XXI.21-28
La prevalencia de la diabetes mellitus continúa en ascenso
en todo el mundo como consecuencia de una serie de
factores, entre los que deben mencionarse la mayor
longevidad de la población, el progresivo incremento
de la obesidad y el sedentarismo entre diversos grupos
sociales, motivados mayormente por cambios en sus
estilos de vida.29-31
La prevalencia de diabetes mellitus en ENSA-2000 y
ponderada en la población de 20 a 69 años de edad en
el país fue de 10.8 %. La prevalencia estuvo directamente
relacionada con la edad. Así, fue notable que a partir de
los 50 años de edad, superó el 20% y del total de la
población con diabetes, el 49.9% tenían una cifra de
glucemia igual o mayor a 200 mg/dl.9 De acuerdo al
estudio PRIT, HGM en los mismos grupos de edad en
1993 - 1994 la prevalencia de diabetes fue de 7.1%,
incrementando a 9.2% en 1999 - 2000.
El proceso de modernización y la transición económica
han traído consigo mejoras en los estándares de vida y
de servicios de las personas; sin embargo también han
propiciado consecuencias que directa o indirectamente
han afectado negativamente los hábitos alimenticios y
los patrones de actividad física que contribuyen al
desarrollo de obesidad.32, 33
México está experimentado dos procesos de enorme
trascendencia social: primero, un envejecimiento de la
población; segundo, una acelerada y en ocasiones
desordenada urbanización e industrialización que genera
riesgos para la salud tales como las enfermedades
cardiovasculares, el cáncer, la diabetes, la hipertensión,
la obesidad, entre otras. El rápido incremento de la
obesidad en los últimos años hace pensar que el
advenimiento de la misma no es producto de cambios
genéticos, sino que la causa básica estriba en
cambios ambientales y sociales derivados de la
industrialización.34-36
En los últimos años, se han generado datos que sustentan
un incremento substancial en la prevalencia e incidencia
de la obesidad en todo el mundo. Más aún, el problema
parece incrementar rápidamente tanto en niños como
adultos. En muchos países en desarrollo, la obesidad
coexiste con la desnutrición (transición nutricional); y
en ellos, el aumento de la prevalencia de la obesidad
ocurre principalmente en poblaciones urbanas. En
términos generales, las mujeres presentan mayores tasas
de obesidad que los hombres, aunque los hombres tienen
mayores tasas de sobrepeso.33-36
Los adultos comprenden más de la mitad de la población
y las enfermedades que afectan a este grupo constituyen
las principales causas de muerte. Recientemente las
estadísticas de mortalidad revelaron que las enfermedades
cardiovasculares, la diabetes mellitus y el cáncer han
rebasado en los últimos 30 años a las enfermedades
infecciosas como las principales causas de muerte, y
todas ellas están relacionadas con la obesidad. En 1993
la ENEC reporta una prevalencia de obesidad de 14.9%
en hombres y 25.1% en mujeres. En 1993 - 1994 el
estudio PRIT-HGM publicó cifras de 10.9% en hombres
y 14.8% en mujeres incrementándose las cifras para el
1999 - 2000 que fueron de 21.4% en hombres y 25.5%
en mujeres.36-37 La distribución en la población de tejido
Diabetes Hoy para el médico y el profesional de la salud
adiposo a escala central, pone al 50% de los hombres y
al 80% de las mujeres en riesgo de desarrollar
complicaciones metabólicas como DM e HTA. La
presencia de sobrepeso y obesidad es alarmante ya que
está presente en casi una tercera parte de los niños y las
niñas de México.35-37
La alteración en los lípidos es otro de los principales
factores modificables de riesgo cardiovascular. Distintos
estudios han confirmado el papel predictor y la existencia
de una relación causal entre hipercolesterolemia y
Fanghänel-Salmón, Velázquez-Monroy, Lara-Esqueda, Sánchez-Reyes, Ledesma-Osorio, Berber, Cisneros-Salazar, Violante, Rodríguez-R, Tapia-Conyer
cardiopatía coronaria. Además, la hipercolesterolemia
y la hipertensión arterial se encuentran asociadas
frecuentemente, y presentan un efecto conjunto sinérgico
sobre el riesgo cardiovascular. La reducción de la
hipercolesterolemia produce una disminución de la
incidencia y mortalidad por cardiopatía isquémica
y enfermedad cardiovascular en general. 38,39
Las partículas ricas en triglicéridos también pueden
contribuir directamente al proceso aterogénico por medio
de su absorción por los receptores de macrófagos, los
cuales reconocen y se unen a las lipoproteínas
peroxidizadas. Las concentraciones de triglicéridos
plasmáticos que rebasan 200 mg/dl en adultos,
habitualmente se califica como hipertrigliceridemia. El
nivel elevado de triglicéridos es factor de riesgo
independiente para la enfermedad cardiaca coronaria,
tanto en mujeres como en varones; la hipertrigliceridemia
con frecuencia se observa asociada con otras alteraciones
como la diabetes, obesidad, alcoholismo, tratamiento
con estrógenos, insuficiencia renal, medicamentos
antihipertensivos en especial betabloqueadores o tiazidas
que predisponen la ateroesclerosis.40
El uso del tabaco en sus diferentes variantes,
especialmente los cigarrillos, se ha convertido en uno
de los principales determinantes de los cambios en el
perfil epidemiológico. Diversos estudios han establecido
que el tabaquismo incrementa la incidencia de infarto
del miocardio, la muerte súbita y potencia los efectos
de otros factores de riesgo cardiovascular como la
hipertensión arterial y las dislipidemias.41
Datos de nuestro país son los de la Encuesta Nacional
de Adicciones de 1998, la cual señala que el 27.7% de
la población urbana entre los 12 y 65 años de edad son
fumadores, lo que representa la presencia de más de 13
millones de fumadores; de estas personas, el 52% fuma
todos los días y la mayoría de ellos consume entre uno
vol. V no. 4 jul-ago 2004
y cinco cigarrillos, reflejando un consumo leve, sin
embargo comparado con los datos de la ENA de 1990,
la situación muestra un incremento de más del 40%.42
1259
 La Encuesta Nacional de Enfermedades Crónicas de
1993 mostró una prevalencia de tabaquismo en mayores
de 20 años de 25%.13 En la ENSA 2000 fue del 36.6%,
de estos, el 64.5% informó ser fumador actual, resultó
de interés que esta relación es más significativa a edades
entre los 20 y 40 años. Sin embargo, es en este mismo
período donde el porcentaje de fumadores activos
predomina, sobre todo en el género masculino. La
prevalencia de hipertensión arterial sistémica en la
población fumadora fue del 34.1%, el incremento fue
mayor entre los 20 y 40 años, época en la que se registró
Epidemiología Cardiovascular en México
al mayor por ciento de fumadores actuales. La prevalencia
de diabetes en la población fumadora fue de 11.8%.
De acuerdo al estudio PRIT, HGM la prevalencia de
tabaquismo fue en 1993 - 1994 de 32.0%, en 1996 -
1997 de 39.4% y de 1999 al 2000 disminuyó a 30.0%
siendo para estos periodos en hombres 37.2%, 61.5%
y 45.1% en tanto que en mujeres 29.3%, 32.9%, 25.8%.
Por su parte, el alcohol tiene un efecto dual. En dosis
bajas, es protector porque disminuye los niveles de
fibrinógeno y la agregación plaquetaria, al tiempo que
eleva las concentraciones de lipoproteínas de alta
densidad (HDL). Sin embargo, en exceso, produce
hipertensión y un estado hipercoagulable, induce arritmias
cardíacas y reduce el flujo sanguíneo cerebral. Por tal
motivo, sólo es posible recomendar su utilización en
bajas cantidades, teniendo en cuenta el riesgo de abuso
en cada paciente en particular. El consumo de alcohol
se asocia a una mayor tasa de mortalidad cardiovascular
en bebedores excesivos: más de 30 mililitros de alcohol
absoluto al día.43 En el estudio PRIT, alcoholismo
positivo se presento en el 49.9%, 28.3% y 63.8% en
hombres y 41.2%, 14.3% y 31.5% en mujeres en los
periodos 1993 - 1994, 1996 - 1997 y 1999 - 2000
respectivamente.
La combinación de la actividad física con un plan de
alimentación adecuado, muestran un efecto sinérgico
en la prevención y tratamiento de las ENT, además se
vincula con otras conductas saludables como no fumar,
no consumir alcohol en exceso, ausencia de estrés y
dormir adecuadamente, que reducen la mortalidad por
cualquier causa. Beneficios adicionales son: mayor tejido
magro, mayor longevidad, mejor rendimiento físico y
una mejor calidad de vida.10 La inactividad física es por
sí misma, un factor de riesgo cardiovascular
independiente y además existe una correlación inversa
entre el grado de ejercicio físico y la mortalidad total.
De hecho, los programas de ejercicio físico mantenido
vol. V no. 4 jul-ago 2004
reducen la morbilidad y mortalidad total. 44 Los
especialistas coinciden en que este hábito saludable,
además de ayudarle a sentirse bien física y psicológica-
1260 Diabetes Hoy para el médico y el profesional de la salud
mente, contribuye a la prevención y control de
padecimientos como la hipertensión arterial, la obesidad,
la diabetes mellitus, dislipidemias, entre otros. De acuerdo
al estudio PRIT, HGM la prevalencia de personas que
realizan ejercicio fue en 1993 - 1994 de 15.9% y de 1999
al 2000 disminuyó a 32.8%.16,17
Como conclusión podemos mencionar que en este
documento se reportan los datos de tres estudios llevados
a cabo en diferentes periodos de tiempo. La importancia
de disponer de datos recolectados de manera sistemática
y bajo una metodología permite estimar la prevalencia
de los factores de riesgo de enfermedades no transmisibles
y en consecuencia predecir la carga de enfermedades
crónicas en nuestra población e identificar las medidas
apropiadas para reducir esta carga. Los datos estadísticos
obtenidos son esenciales para planear e implementar
políticas de salud acorde a las necesidades. Es evidente
en los estudios mostrados, la tendencia de aumento en la
frecuencia de las ENT, el monitoreo estrecho de estos
padecimientos así como de los factores de riesgo que
incrementan sensiblemente la posibilidad para desarrollar
estas patologías, permitirá a la salud pública establecer
medidas apropiadas para su control.
La prevención primaria de las ENT es un componente
esencial en la disminución de la incidencia de estas
enfermedades, esta medida debe basarse principalmente
en la educación de la población acerca de conductas
sanas, con especial referencia a la alimentación equilibrada
e incremento de la actividad física. En apoyo a esto
último, la OMS en el Informe sobre salud mundial 2002,
señala como principales riesgos de salud poblacional a
la obesidad, la inactividad física y a la baja ingesta de
frutas/verduras, entre otros.
Es obvio, que una proporción importante de personas
desarrollará algunas(s) de las ENT a pesar de las medidas
antes mencionadas, en este caso el papel fundamental de
los prestadores de servicios de salud será la identificación
temprana del padecimiento para ofrecerle de manera
oportuna y adecuada el tratamiento no farmacológico y
farmacológico según sea considerado. El disponer de una
herramienta que sea sensible para detectar los principales
padecimientos (DM, obesidad e HTA) y que además
provea de una relación costo-beneficio positivo, como
es el caso del Cuestionario de Detección Integrada
permitirá llevar a cabo el objetivo deseado.
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