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POLÍTICAS
ESCUELA DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS
DERECHO LABORAL
“EL ROL DEL CONSTITUCIONALISMO NACIONALISTA FRENTE
A LA GLOBALIZACIÓN IMPERIALISTA DE NUESTRO TIEMPO”
ALUMNA:
FLORES SIGUEÑAS, Karen
DOCENTE:
Dr. FIDEL MISAEL REYES NORABUENA
CICLO:
III (Turno Mañana)
HUARAZ-PERÚ
2019
INTRODUCCIÓN
Para conseguir este fin esencial, el constitucionalismo moderno tuvo que enfrentar duras
luchas contra el arbitrario poder de los señores feudales, el despotismo irracional de los
monarcas absolutos, así como contra la explotación del hombre por el hombre, contra la
discriminación racial, contra la opresión nacional y contra las guerras de anexión
imperialista.
Hace tres siglos, aproximadamente, la humanidad occidental dejó de creer que los monarcas
reinaban por mandato divino y, que, como consecuencia de ello, sólo deberían dan cuenta de
sus actos a Dios y nadie más.
Para reemplazar a estas tradicionales creencias aristocráticas, surgieron las ideas burguesas
de tinte democrático, cuyo multitudinario apoyo de la población, las llevó rápidamente a
imponerse victoriosamente sobre el antiguo régimen. Este profundo quiebre en el
pensamiento político de los tiempos modernos y contemporáneos, marca el origen del
constitucionalismo jurídico, en oposición al constitucionalismo filosófico, histórico y
sociológico que venía cultivándose desde la antigua Grecia. La construcción y evolución del
constitucionalismo jurídico ha sido gradual, lenta y progresiva.
Todo sistema político, por muy perfecto que parezca, lleva en sus adentros una feroz pugna
entre lo tradicional y lo nuevo; entre lo que muere y lo que nace; entre lo que ha pasado y lo
que viene. Estas contradicciones intrínsecas deben ser resuellas para evitar la disgregación
de la comunidad política que las contiene.
Pero como todo aquello estaba fundado únicamente en la capacidad personal de cada
individuo, lo que en realidad pasaba es que, solo podían gozar de las libertades públicas y los
derechos fundamentales, unos cuantos potentados, quedando una enorme mayoría de la
población al margen de todos los beneficios de este orden estatal.
En el fondo, el Estado liberal no se diferenciaba de las monarquías absolutas a las que había
combatico, por cuya razón fue blanco de enconadas y virulentas oposiciones, cuyo punto
culminante fue la revolución europea de 1848, impulsada esencialmente por las
reivindicaciones obreras y campesinas, cansadas de esperar la ansiada libertad, igualdad y
fraternidad que, a su tiempo, ofreciera la revolución francesa.
No hay constitucionalismo blanco. Todo sistema constitucional defiende los intereses de una
clase concreta y determinada. Empezó enarbolando los intereses de la burguesía,
posteriormente continuó garantizando los derechos de las clases medias y, en los estados
socialistas, los intereses de los trabajadores del campo y la ciudad.
Esto hay que aclararlo, para comprender su actual rol. Ya dijimos que, hoy en día, la
globalización persigue la eliminación de las fronteras geopolíticas para facilitar el libre paso
de trabajadores, mercancías, capitales y servicios de un ligar a otro sin tener que pagar
impuestos ni observar tramitaciones burocráticas. Las modernas vías de comunicación, la
intensa aplicación de la ciencia y la tecnología en las actividades productivas, así como la
cada vez más grande utilización de las telecomunicaciones, parecen dar luz verde al proceso
mundializador.
En este macro contexto debemos distinguir dos sectores bien diferenciados. El primero es el
de las grandes potencias industriales y comerciales; el otro, es el de los países en vías de
desarrollo. Ambos sectores tienen intereses opuestos. Las potencias buscan el dominio
mundial y el sometimiento de los Estados subdesarrollados. Éstos últimos pretenden seguir
viviendo en libertad e independencia, haciendo realidad su derecho a la autodeterminación.
De todo lo que hasta aquí hemos dicho, a modo de conclusión, se deduce que el
constitucionalismo ha jugado y juega un rol trascendental en la dirección de los destinos de
los pueblos del mundo. Las crisis que ha tenido a lo largo de su historia, se han derivado del
hecho de no haber encontrado solución a las contradicciones de cada momento histórico. En
la actualidad el constitucionalismo mundial se halla frente a un gran reto: Compatibilizar los
intereses de las grandes potencias con los del resto de los países del planeta. Ello pasa por
suavizar los aspectos nocivos de la globalización, o sea por garantizar que el proceso
globalizador no se convierta en un proceso de neo colonización mundial. Si hemos de
constituir una comunidad internacional, tenemos que asegurar a la humanidad que ella será
de libertad para todos, de igualdad para todos, de fraternidad para todos. La eliminación de
fronteras geopolíticas no debe ser el despótico avasallamiento de las etnias, pueblos y
naciones.
La brecha existente entre las grandes potencias y los países pobres debe ser acortada. Los
recursos económicos de los países en vías de desarrollo deben garantizar la plena satisfacción
de sus necesidades presentes y futuras. El asombroso avance de la ciencia y la tecnología,
debe ser usado para eliminar definitivamente la explotación del hombre por el hombre, la
discriminación racial y la opresión nacional. Debe ponerse coto a las guerras de anexión de
los países débiles por parte de los fuertes. En fin, debe terminarse con la presencia del
capitalismo salvaje y debe darse paso a un sistema político más justo, más equitativo, más
humano.
En esta línea de ideas, el derecho constitucional, sin duda alguna, es sobre todo una
rama del Derecho, que sienta las bases del ordenamiento jurídico de un Estado y sobre
él, se construye todo el andamiaje legal de una nación. Este se refiere a la
organización y al funcionamiento del Estado, a la articulación de los elementos
básicos del mismo y al establecimiento de las bases de la estructura política del país.
Estas normas son aquellas disposiciones que el poder público por medio de sus
órganos legislativos señala como obligatorias a la obediencia general. Además,
existen características de la norma jurídica, que hacen diferentes a las normas
jurídicas de cualquier otro tipo de normas, nos permiten distinguir unas de otras. En
fin, todo esto significa que las normas jurídicas son creadas por otra persona distinta
al destinatario de la norma, y, que ésta, además, es impuesta en contra de su voluntad;
esta característica se opone a la Autonomía que significa que la norma es creada de
acuerdo a la propia conciencia de la persona, es auto legislación (darse sus propias
leyes). Es por ello, que la fuente del derecho, jurídicamente tiene tres acepciones que
son: históricas, reales y formales.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS