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1080022843
MANUAL
DE
EJERCICIOS ESPIRITUALES
EJERGICJOS E S P I R I T U A L E S
PARA TENER
• ORACIÓN MENTAL
POR EL
P. TOMÁS DE VILLACASTIN
De la C o m p a m a de Jesus.
DECIMOSEPTIMA EDICION
• \
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L I B R E R I A D E L A V - DE CH. B Ó U R E T
PAR
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23, E u e Visconti, 2 3 ^ 14, Cinco de Mayo, U
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PROLOGO
1
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xnrrhcB dilectas meus mihi, tnter vhero pues de haber recibido el Santísimo S a c r a -
mea commorabitur : manojito oe mirra mento, por ser aquel el tiempo mas á pro-
¿s m i a m a d o para mí ; entre mis pechos posito para orar y meditar, que no para
m o r a r á . Y a u n q u e es tan p e q u e ñ o , en él leer y rezar. Finalmente, remato este trata-
hallará el siervo de Dios g r a n d e s cosas, do con un ejercicio de ayudar á bier. morir,
pues lo s o n , y m u c h o , saber como ha de así á enfermos como á ajusticiados. Todo esV>
t r a t a r y c o m u n i c a r con su Magestad, para propongo al piadoso lector llana, y sencilla-
tener bien o r a c i o n , lo cual p a r t i c u l a r m e n t e mente, porque lo que huele á curiosidad, res-
enseñarán las advertencias q u e al principio fria mucho la devocion, é impide la orador, en
de él están, p a r a saberse aprovechar y utili- la cual se debe buscar la verdad y no la elo-
zar de las meditaciones y consideraciones cuencia. Y porque dada de esto se puede al-
que en los t r e s libros siguientes escribimos; canzar sin la gracia de Dios nuestro SeiYoi
de los cuales el primero será y t r a t a r á de las le suplico yo, por la sangre que con tan ines -
postrimerías del h o m b r e ; el segundo y t e r timable caridad derramó por todos nosotros,
cero de la vida, pasión, m u e r t e , V r e s u r - nos la dé muy copiosa para que tengamos su
rección de Cristo nuestro Señor, poniendo vida, pasión y muerte por espejo y dechado,
en cada meditación de estos soberanos m i s - por regla y nivel, por luz y guia de nuestros
terios c u a t r o p u n t o s , para poder ocupar y pensamientos, p a l a b r a s y obras, para que imi-
e m p l e a r en cada uno de ellos, u n a hora, y tando como verdaderos y valientes soldados
horas de oracion sobre las tres cosas q u e de la espiritual milicia á nuestro divino capitsn
cada p u n t o en sí encierra, q u e son conside- Jesús, seamos participantes en esta vida de su
ración, ponderación, y el provecho y f r u t o s gracia, y en el cielo de su gloria. Amen.
que de ella ha d e sacar en todo género de
virtudes, d e las muchas q u e Jesucristo nues-
tro Señor ejercitó por todo el discurso de su
vida santísima. E n el fin del libro tercero
escribo m u c h a s meditaciones y p u n t o s q u e
enseñan como se s a b r á u n o preparar antes
de la sagrada comunion, y d a r gracias des-
DE
EJERCICIOS ESPIRITUALES,
DOCUMENTO.
•C.
i
- labras do] Ps. 45, donde dice el Real Profeta
indiferente y mortificado. Y pues esto está
¿ Quién me dará alas como de paloma, y vo- siempre en tu mano (con la gracia del Señor')
laré, y descansaré? Y pregunta San Ambro- entiende que siempre puedes tener muy b u e -
sio, porqué deseando el Profeta santo volar na y fructuosa oracion, que es cosa de g r a n -
y subir á lo alto, pide alas de paloma, y no dísimo consuelo para las almas que se dan
de otras aves, pues h a y otras mas igeias á este santo ejercicio. Por lo cual me p a -
que las de palomas? Y responde : J o r q u e rece que habiendo dado en este libro tan
sabia muy bien que para volar á lo alto de la buen principio y documento, y sembrado en
perfección, y para tener muy buena oracion tan buena tierra, como lo es la de los cora-
mejor son las alas de la paloma, esto es, los zones deseosos de conseguir la perfección,
simples y sencillos de corazon, que los agu- de tan importante semilla se puede esperar
dos y delicados entendimientos. (Amb. ser. coger con el divino favor, no solo fruto de
7.) Luego sigúese que si nuestro Señor te treinta, sino de sesenta, y de ciento (MaMh. 1,
hace merced que con una consideración lla- n. 133), en especial guardando las adverten-
n a y sencilla de las muchas que en este m a - cias siguientes, por ser cosa muy importante
nual escribimos, con solo considerar que para tener bien oracion, leerlas despacio; no
Dios se hizo hombre, que nació en un pese- una, sino muchas veces con atención y c o n -
bre, que se puso en u n a cruz por ti, esto te sideración para no andar á ciegas por este
enciende en a m o r suyo y en deseo de h u m i - santo camino, las cuales enseñan como se
llarte y morlilicarle, y en esto te detienes ha de preparar uno para entrar, estar, hablar,
y tratar con Dios en la oracion, y el fruto y
toda la hora, que tienes mejor oracion, y mas
provecho que de ella ha de sacar. De las cuales
provechosas que si tuvieras muchos discur-
aunque algunas, al parecer de los ojos h u -
sos y consideraciones muy altas y delicadas,
manos, no son de mucha sustancia é i m -
porque te ocupas, y detienes en lo mejor, y
portancia, sí lo son para el fin que se p r e -
mas sustancial de la oracion, y en lo que es tende, en cuanto disponen para alcanzar las
;l tiu y fruto de ella. Tampoco está, ni con- grandes; pues sin ellas con dificultad estaría
siste el tener buena oracion en las dulzuras uno recogido y devoto; y ninguna cosa se
i gustos sensibles ni en tener grandes c o n - puede llamar pequeña, sino grande, cuando
'.emplasiones, porque eso no está en nuestra se hace con intento y deseo de agradar y
m a n o , ni el negocio de tener buena oracion servir mas á nuestro gran Dios, y Seüor. Pues
consiste en que hagas esos actos con gusto por eso dice el Espíritu Santo, que el que teme
y consolacion sensible, sino en iue salgas o Dios, en nada se descuida, (Eccl. 9, n. 49.)
do ellos muy liumiWe, paciente y obediente.
Ni en lo poco, ni en lo mucho, porque lo poco -epasaba su ejercicio de parte de noche, y se
ayuda para lo mucho, y lo mucho no puede ba á reposar con este cuidado para que nadie
conservarse sin lo poco. piense que esta es cosa de solos novicios. Y
generalmente decia este santo varón y P a -
ADVERTENCIA I. dre, que de la guarda de estos y otros se-
C ó m o se h a d 8 p r e p a r a r e l e j e r c i c i o p a r a l a o r a c i o n
mejantes avisos, que él llama Adiciones, y yo
Advertencias, pendia en gran parte el tener
De parte de noche, antes de irle á acostar bien la oracion, y sacar fruto y provecho de
has de leer siempre algún punto, ó puntos de ella; y nosotros lo esperimentamos muy or-
las meditaciones que en este libro se escri- dinariamente, que cuando vamos bien prepa-
ben, sobre el cual el dia siguiente has de te- rados, y g u a r d a m o s con exacción estos avi-
ner la oracion, y pensando en esto te coja el sos y advertencias, nos va bien en la oracion,
sueño, para escusar feas imaginaciones, que y cuando no, nos va mal, por haber sido flo-
allí m a s que en otra parte suele el demonio j o s y remisos en esto.
traer: y á la mañana, en despertando, ofrecer
ú Dios los pensamientos, palabras, y obras ADVERTENCIA II.
lie aquel d i a ; y esto hecho traerás li^go á la*"
memoria los puntos del ejercicio que leíste C ó m o se ha d e a p a r e j a r e l h o m b r e p a r a h a b l a r con D i o s
BNIYBSIM9 v IEIN
MMffleci volverá« y T«U«?-
14
DE LA ORACION SlfirtTAL.
ADVERTENCIA IV «5
ciatambién esto, pucscuandoquiso comenzar /osef en la cárcel, Job en el muladar, Daniel
la predicación del Evangelio se fue al desier- entre los leones, y Jonás en el vientre de la
to, y estuvo orando cuarenta dias en aquella ¿aliena, oraron. Y de ta Virgen Santa Inés
soledad (Matlh. 10, n, 1.), y otras veces se s e r n o s , que el lugar inmundo y torpe donde
iba muy frecuentemente las noches al monte Ja tuvieron, volvióse Casa de Oracion. Y si
Olívete, y se apartaba de sus Discípulos, y se oslo es verdad (como lo es) sigúese, que en
ponia á solas en oracion (Maiih. c. 3, n. 56), cualquier lugar puedes orar, honrar, y ala-
no por necesidad que tuviese de lugar retirado Kir á Dios, y ser santo, como estos lo fueron
para orar aquellg m a t í s i m a Humanidad,
porque nadie le podía servir de impedimento
para ello, sino para enseñarnos la necesidad ADVERTENCIA IV.
que tenemos de buscar lugar apartado, oscu- Q u é t i e m p o s e r á el m e j o r p a r a la oracion m e n t a l
ro y quieto para orar con mucha atención y
recogimiento de espíritu. Y es cosa cierta, Despues del lugar recogido y secreto, lo
que si la oscuridad no ayudara mucho para segundo que se requiere, es el tiempo opor-
que el corazon n o se d e r r a m a r a por los ojos, tuno para la Oracion, y el mejor que hay es
no se quejara el Bienaventurado San Antonio {•;omolo advierte San Buenaventura) despues
Abad del Sol cuando amanecía, porque le im- oe media noche, hasta el dia. (in spe. disc.
pedia con su claridad el recogimiento de su c. 21.) Y así de todo este tiempo puedes es-
contemplación. (Cusían, col. 9, c. 50.) Y aun- coger la hora en que has de meditar, y lo
que es verdad, que escoger del todo ia vida ;(¡as fácil es la de la madrugada antes del
solitaria, n o es de todos sino de muy pocos; para la cual es menester traer concer-
m a s escoger lugar solitario, retirado y quieto tada la vida, y acostarse á tal hora, que ha-
para conversar á solas con Dios algunos dias, biendo dormido lo necesario, te h a s de le-
y para el tiempo ordinario de la Oracion, que vantar antes de a m a n e c e r ; porque cuando
¿ i o s quiere visitar á sus Santos, y descu-
es lo que aquí tratamos, esto para todos es.
brirles sus secretos, ordinariamente escoge el
Y demos que nada de esto tuvieses, n o seria
tiempo de la noche, como lo hizo con Samuel,
buena escusa decir, que no puedes, ó notienos
cuando le reveló secretos maravillosos en el
ugar tal ni tan quieto como el que hemos di-
Templo. (1. Reg. 3, n, 4.) Y con la Soberana
cho para tener Oracion, porque el deseo de Virgen, cuando la envió la embajada del Cielo
orar y adorar á Dios que está presente en con su Angel, y con el Santo José, cuando le
todo lugar, en cualquiera parte lo puedes ha- avisó de la huida á Egiplo, y con los Magos,
cer, pues no solo Adán en el Paraíso, sino
cuando les descubrió, que no volvieran a He- ADVERTENCIA V.
rodes. (Maiih. i , n. 13.) Estas y otras revela-
De la p m e n e t a d e Dio» p a i a e s u r e n l a O r a c i ó n con
ciones las hace Dios comunmente de nochc
atención y r e f e r e n c i a .
como lo dice su Profeta (.Jerem. 15.) ; ] 0 cua!
es clara señal de ser el tiempo mas oportuno
Habiendo escogido el tiempo y lugar donde
para conversar con Dios, y contemplar en las
I as de tener la Oración, ante todas cosas te
cosas Celestiales; porque entonces el alma
uas de persignar, y puestas las manos, estar
con la oscuridad y el silencio de la noche v
¡,n pie por espacio de un Pater n o s t e r ; y al-
con la quietud de todas las criaturas eMn
zando elcorazon y las potencias de tu alma
mas recogida y atenta. Y así confiesa David,
f¿l Cielo, te p o n d r á s en la presencia de Dios
que á la media noche y á la madrugada se
Vivo, que está allí presente por Esencia, Pre-
levantaba á orar y hablar á Dios. (Ps 118
sencia, y Potencia, considerando que no estás
n. 61, y Ps. 7, n. 14.) Y no obstante que este
allí solo, sino delante de aquella granMages-
es el tiempo mas oportuno para la Oración
¡ad de Dios infinito, que te está mirando, co-
Mental, si caso fuere que n o le puedas esco-
rno lo contemplaba aquel gran Profeta Elias,
ger, toma cualquiera otra hora de la m a ñ a n a
cuando d e c i a : Vive el Señor Dios de los Ejér-
ó de la tarde; y mientras mas cerca de ¡a
citos, en cuya presencia estoy. (5 Reg.il, n . l . )
m a ñ a n a ó de la noche, tanto será mejor y
Y avivando en esto la Fe, harás á este Señor
mas provechoso ese recogimiento; porque
v Dios, Trino y Uno, ou quien adoram i n n u -
cuanto m a s de m a ñ a n a , el espíritu tiene mas
merables Angeles, u n a grande y profunda
vigor, la cabeza está m a s aliviada, y el cuerpo
reverencia, hincando las rodillas del cuerpo
mas descansado; y mientras mas tarde, ' H V A O
y almo en tierra, u n a , dos y tres veces, admi-
menos impide la comida que tomaste a ¡re-
rando á las lies Divinas l'ersonus. La pri-
dio d i a ; y así te hallarás mas hábil y s,7i¡
mera sea al Padre, la segunda al Hijo, la
para la Oración, y mas apto para d u i / y
tercera al Espíritu Santo, y esta humillación
perseverar en ella.
con que entras en la Oración no ha de ser
sola esterior del cuerpo, sino interior del a l -
ma, entrando dentro de tí mismo, y consi-
derando, que n o tienes bien alguno de tu
cosecha, ni cosa que tenga ser, valor, ni sus
lancia, sino i n n u m e r a b l e s pecados, por los
cuales merecías pena y tormento eterno. K
esto será, un eficaz remedio para tener bien cicio se requiere, aunque algunas veces será
Oración, pues con él los Justos se hacen ma? bien mortificarle y trabajarle no dándole to-
Justos, y los Santos mas Santos, como dar do lo que pide, y principalmente si de dárselo
de ello testimonio un Abrahan, un Tobías te hallares en la oracion tibio y distraído.
IIn Daniel, y otros Santos, de los cuales re- Muchos son los ejemplos que tenemos en la
fiere la Divina Escritura, que daban princi- Divina Escritura, de la reverencia esterior
pio a su Oracion con esta humillación. (Gen. que tenían los Santos en la Oración ; pues
18, n 17. Tob. 1, n. 5. Dan. 6, 5. etc.) Y con hablando de aquel grande amigo de Dios,
esta los pecadores alcanzan misericordia, y Moisés dice, que para orar al Señor en el
se hacen Justos, como un Manases, Rey de Monte Sinaí se inclinó v postró en el suelo.
Israel, gran pecador, y un Publicano del (Exod. 34, n . 4 6 . ) y de Daniel dice, que ora-
Evangelio, el cual humillándose en su O r a - ba hincadas ambas rodillas en tierra. (Dan.
ción, salió de ella justificado. (1 Paral, c . 2 6 &, n . 19.) De esta reverencia usaba Jesucristo
n . ib. Luc. 28, n . 15.) Y asi lo saldrás tú, si nuestro Señor en sus largas y prolijas Ora-
como imitaste al que peca y se humilla, te ciones que hacia á su Eterno Padre, como en
humillares y arrepintieres el Huerto, que hincándose de rodillas, so
postró en la tierra, y esto mismo es de creer
hacia las otras veces que se iba á orar á los
ADVERTENCIA Vi.
montes. (Luc. 11, n. 41.) Y este mismo ejen>
C ó m o y con q u é e e m p o s t u r a so i » d e e s t a r en la O r a c i ó n . pío siguieron los Apóstoles y demás Santos,
y entre otros se dice del Apostol Santiago el
El modo de estar y tener la Oracion se Menor en su vida, que de estar de rodilla*
deja a la s a l u d , disposición y fuerzas de'- las noches y los dias en la Oracion, las tenia
c u e i j o , cuando de rodillas, si estás b u e n o y duras, y con callos como de camello, ense.
puedes : cuando postrado en la t i e r r a : cuan ñándonos el mucho caso que se ha de hacer
oo en pie, y m a s si te aquejare y molestare de la reverencia esterior para la Oracion,
el s u e n o : c u a n d o sentado humildemente si como cosa que singularmente ayuda á la de-
las indisposiciones lo pidieren, de m a n e r a voción interior, y que en gran m a n e r a glori-
que declare la m i s m a postura humilde, la vo - fica á Dios y edifica á los prójimos. Procura
luntad buena q u e tienes de estar con la reve- tú siempre glorificarle á él, y edificarles á
rencia que p u e d e s , y que te sientas, n o k ellos cuando estuvieres en OraciOD memal.
descansar, sino á o r a r ; porque si el cuerpo
está con pena y pesadumbre, n o tendrás la
quietud y sosiego que para este santo ejer-
ADVERTENCIA Vil.
¿sa m a n e r a la has tú de dar en la Oración, y
C ó m o ha d e t r a t a r y h a b l a r el h o m b r e con Dios e r esto ha de ser tu hablar con Dios, y si acaso
la O r a c i ó n .
fuese, que por n o hacerlo así te distrajeses,
y n o pudieses tener tu Oración con la quietud
El modo de tratar y Hablar el alma coi,
y sosiego que deseas, sino que antes te vee
Dios en la Oración Mental ha de ser no con
en ella combatido de diversos pensamientos
palabras esteriores, sino interiores : y esta
y tentaciones, será bien echar m a n o , y apro-
habla no ha de ser larga ni continuada, m
vecharte de un buen medio que da el P. M.
por lodo el tiempo que dura la Oración, sino
Avila en una de sus espirituales Cartas, don-
breve, y de la m a n e r a que nos lo enseña
de dice, que te arrojes á los pies de Cristo,
Cristo nuestro Señor en su Evangelio, di-
doliente de la culpa que en esto tienes, y de
ciendo : Cuando orareis no habléis mucho.
la causa que para ello has dado. (Lib. 1 Epist.)
[Maith. 6, n. 7.) Y S. Agustin, declarando es-
Y quejándote amorosamente á su Magestad,
te lugar del Evangelio, advierte: Que una co-
le dirás, hablando vocalmente estas ú otras
sa es hablar mucho y discurrir con el entendi-
semejantes palabras : Pues como, Señor mió,
miento, y otra cosa es detenerse mucho en el
habéis Vos de permitir, que siendo yo tan vil
amor y afectos de la voluntad. (S. Aug., lib.
criatura, y una hormiga, esté delante de Vos,
deOrand. Deum, c. 101.) Y así, lo primero
Criador mió, con tan poca reverencia, atención,
es lo que se ha de escusar en la Oración, por-
y devocion, y con lanía distracción ? No per-
que esto es hablar y parlar m u c h o ; y el ne-
mitáis lal cosa, os ruego. Y luego vuelve á tu
gocio de ia Oración n o es m u c h a s palabras,
alma, y d i l e : Alma mía, vuelve sobie ti, mira
que no se negocia bien con Dios en ella con
lo que haces, y con quien hablas, advierte
retóricas ni con abundancia de discursos 3
que quizá será esta la última h o r a de Ora-
delicados pensamientos, sino con lágrimas,
ción que tendrás, ó este el dia último de lu
gemidos y suspiros del corazon ; pues aun-
vida. Y esto hecho, vuelva á a t a r tu hilo de
que no hables palabras con la lengua, puedes
la Oración, y á tu habla interior con Dios,
clamar á Dios con el corazon, como lo hacia
como queda arriba dicho. Y si con todo eso
Moisés, t>\ cual le dijo el Señor : ¿Moisés, pa-
no pudieres, n i estuviere en tu m a n o sacudir
ra qué clamas, y me das voces ? (Exod. 4, 15.)
de tí esas distracciones, pensamientos y tenta-
í el santo no hablaba palabra sino que den-
ciones, en cuanto es voluntad de Dios, y pena
tro de su corazon oraba con tanto fervor y
¥ castigo justamente merecido por tus gran-
eficacia, como si diera voces á Dios. Pues de
des culpas pasadas, y por tus descuidos \
ialuu presente?, dirás á nuestro Señor : Yo
lo acepto, Señor m i ó , de m u y b u e n a v o l u n -
tad, y me h u e l g o de recibir de vuestra m a n o
esta cruz, esta s e q u e d a d y distracción, y este tacar lecne dt suavidad y dulsura, »otaria
desconsuelo y d e s a m p a r o espiritual. Y ten sangre, como dice la Sabiduría en los Prover-
por cierto, que tu paciencia y h u m i l d a d , v D Í O S . ( P r o v . 3 , n . 3 3 . Y n o s e r e n a este tra-
i.
b
nuestro Señor les dé su a m o r y gracia, para que poniéndole en Oración, se te olvidare de
que vivan y acaben en ella, liste es liemp? guardar este orden, ó faltares en algunas de
ile pedir para la Iglesia paz, a u m e n i o y con- estas advertencias: como pongamos por caso,
servación de ella, y para los que están en pe- 9i te olvidares de prepararte humillándote al
cado mortal, que Dios los saque de él y los principio con aquellas tres reverencias que
traiga á mejor estado Finalmente, este es dijimos, ó de hacer la Oración preparatoria,
y de ponerte en la presencia de Dios, etc. n o
tiempo para encomendar á Dios á todos
por eso te turbes ni inquietes, porque á nues-
aquellos que de ti se acuerdan, y se te han
tro cargo está enseñar todo aquello que es
encomendado.
mejor y m a s provechoso. Y como de o r d i -
nario te esfuerces á hacerlo, aunque algunas
ADVERTENCIA ULTIMA.
veces faltas en algo de eslo no por eso per-
Dei c u i d a d o c o n e s t a s A d v e r t e n c i a s , y d e la p u r e z a d e derás el fruto de la Oración, porque la libe-
c o n c i e n c i a q u e s e r e q u i e r e p a r a la O r a c i ó n . ralidad infinita de Dios no está atada á estas
reglas, ni dejará por eso de visitarle con su
No se debe congojar el nuevo orador, de divina gracia. Y para hacerlo, u n a de las
que las advertencias y reglas que en este cosas que mas se requiere es la pureza de la
compendio habernos dado para tener bien conciencia, de la cual hablando Dios por San
Oración, sean t a n t a s ; porque está claro que Mateo dijo : Bienaventurados los limpios de
así como er.tra el alma en el cuerpo, ella sola corazon, porque ellos verán á Dios. (Mallh. 5.)
basta para a n i m a r todos los miembros, y Y es cosa cierta que cuanto mas se limpiaren,
ejercitar en ellos todos los oficios de la vida tanto m a s le verán y gozarán. Y porque esta
aunque sean tantos y tan varios, asi despues pureza con n i n g u n a otra la poseerás mejor,
que la gracia del Espíritu Santo entra en una que con el examen cotidiano de ella, y acto
alma, ella sola basta para hacer que ejercite de Contrición, es bien advertirte en este lugar
todos los oficios de la vía espiritual : porque de la m a n e r a q.ie le has de hacer cada noche
ella es la que a l u m b r a el e n t e n d i m i e n t o : ella por espacio de un cuarto de hora antes de
la que le e n s e ñ a toao 10 que debe hacer, ella irte á r e p o s a r ; y esto hecho, te prepararás
ia que mueve la voluntad con todas las Tuer- luego, leyendo el punto del ejercicio, sobre
zas interiores p a r a l o que h a d e obrar : y ella el cual eldia-siguiente has de tener laOracion.
finalmente, la que le facilitará todas las diíi
cultades que h a y , y se le ofrecieren en estf
santo camino, allanándosele de suerte, q u e n
las halle, ni las sienta. Mas si le aconteciere.
E x a m e n cíe la conciencia Señor mió Jesucristo, Dios y Hombre
verdadero, Criador y Redentor mió, por ser
Consta el E x a m e n de Conciencia para ha-
los quien sois, y porque os amo sobre todas
serse bien hecho, de estos cinco puntos sigui-
.as cosas, me pesa de todo corazon de habe-
entes brevemente declarados.
ros ofendido. Propongo firmemente de nunca
i . El primer p u n t o sea dar gracias á nues-
Tías pecar, y de apartarme de todas las oca-
tro Señor por los beneficios que de sus libe-
siones de o f e n d e r o s ; y de confesarme, y
rales m a n o s h a s recibido, como son, porque
cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
t o c n ó , te redimió, te hizo Cristiano, te con-
Por vuestro a m o r perdono á todos mis con-
serva, y en especial por las cosas m a s par
trarios. Ofrezcoos mi v i d a , obras, trabajos
uculares t u y a s de que debes dar particular
y quebrantos, en satisfacción de todos mis
a g i a a e c i m i e n t o a este liberalísimo Señor
pecados. Asi como os lo suplico, asi confio
en vuestra inefable bondad, y misericordia
J ^ V , S e g U n d ° S e a p e d i r á s u D i v i » a Ma- infinita, que me los perdonareis por los mere-
gestad luz y gracia p a r a conocer las falta*
cimientos de vuestra preciosísima S a n g r e ,
y e n m e n
darte d e p i l a s . ^ ^ ^ Pasión y Muerte : y por los méritos é inter-
cesión de vuestra Santísima Madre, mi Se-
, . . 3 r ; . f V e í C e r o s e a i r P a s a n d o y discur- ñora, la Virgen Maria, confio en que me ha-
h 0 r e n
Í f ^ a desde m Por la m a - béis de dar gracia para enmendarme, y para
ñana te levantaste,hasta labora en que estás
perseverar en ella hasta la muerte.
por los p e n s a m i e n t o s , palabras y obras lo
que has hecho, dicho y pensado. De esta manera harás cada noche examen
n h t ' J „ T L O f e a s u c a r e ' i limpio las buenas con cuidado y exactitud : y son tales y tan
obras que has hecho, dando gracias á nuestro admirables los bienes que en sí encierra, que
benor por ellas, n o atribuyéndote á tí (siendo por muchos que de él se digan, no se podrán
como eres tan malo) cosa ninguna d e l a s b u e - dignamente encarecer; porque con este exa-
Saca de aquí un gran deseo de ser deshon- Sacarás de aquí grande aborrecimiento al
rado y despreciado, por haber con tus peca- pecado, pues para la cura de él no bastaron
dos deshonrado y despreciado á Dios; y de remedios h u m a n o s , sino los Divinos. Y e n -
hacer u n a dura y a s p e r a penitencia de ellos tiende, que el que le comete, cuanto es de su
para inclinar á tu Redentor, que te los per parle, como dice San Pablo, vuelve á crucifi-
done, suplicándole, que pues no se ha can- car á Cristo Señor nuestro. (Ad Hebr. n . 7.)
sado de sufrirle, t e n g a por bien de perdo-
narte, restituyéndote á su amistad v g r a - Punto cuarto. — Considerar qué de i n n u -
cia. merables almas están ardiendo en los infier-
nos por un solo pecado mortal que cometie-
Punto tercero. — Considerar cuanto a c o r - ron. Ponderar lo primero, comotodos.estos
rece el Hijo de Dios al pecado; pues amando condenados eran hombres como tú, y muchos
tanto su vida (como era razón, que vida tan de ellos Cristianos, y quizá en algún tiempo
justa y santa como la s u y a fuese amada) e s - privaron muchos con Dios; pero descuidán-
cogió perderla p o r destruir á eslü sangrienta dose vinieron á caer en aquel miserable esta-
S8 MEDITACION I I I .
do, y por justos juicios de Dios les cogió la y dudoso es el dia y la hora de la muerte, y
muerte en él, y se condenaron. el como y cuando vendrá, porque ordinaria-
Lo segundo, con cuanta mas razón mere- mente suele venir al tiempo que el hombre
eias estar en el Infierno, por haber ofendidc está mas descuidado, y menos piensa que ha
de venir, ordenándolo así la Divina Provi-
á Dios en aquel pecado, no una, sino m u c h a s
dencia (Luc. 12, n. 40.), para obligarle á es-
veces; y cuán j u s t o era, que la muerte te
tar siempre en vela aguardando este dia. y
cogiera en cometiendo la primera culpa, sin
temiendo esta h o r a ; pues así como es i n -
que te diera Dios lugar para hacer penitencia
cierto. debes creer, que no hay cosa mas cier-
de ella. Sacarás de aquí afectos y deseos de ta que seguir á la salud la enfermedad, á la
agradecimiento á Dios por las mercedes y be- vida la muerte.
neficios que te h a hecho de librarte del peli-
gro antes de caer en él, y un fervor y deseo Pondera, como siendo esta verdad infalible,
de satisfacer en esta vida por ellos, lloran • vives con tanto d e s c u i d o , negligencia, sin
dolos y sintiéndolos amargamente. aparejarle para la muerte que cada dia te
amenaza.
MEDITACION III. Sacarás de aquí un deseo grande de vivir
bien hoy como quien h a d e morir m a ñ a n a ;
D e .a m u e r t e .
pues ha de venir presto el dia en que a m a -
nezcas y no anochezcas, ú anochezcas y no
La Oración preparatoria sea como la pri- amanezcas, trocando de hoy m a s tu vida,
mera. como querrías haber vivido en la hora de tu
La composicion del lugar sea imaginar al muerte. Y si no querrías que ella te cogiese
Rey de los Cielos sentado en su Real Trono, en el estado presente, procura salir luego ae
desde donde despacha Jueces y Pesquisidores, él, pues no es bien vivir en el estado en que
que quiten la v i d a á los condenados á muerte. no querrías morir.
Piensa que llegó ya el úllimo dia de tu vida,
Punto segundo. — Considerar lo que te
y que es el de hoy, y que te aparejas para
importa (como lo dice el Espíritu Santo) traer
l a r cuenta. siempre en tu presencia la memoria de ia
La petición será pedir al Señor te a b r á lo muerte, para nunca jamas pecar (Eccles. 7,
ojos del alma, y te dé gracia para vivir ahora 11. 40.) Porque serias muy necio, si en ne-
de la m a n e r a que en aquel tiempo quisieras gocio de tanta importancia, como es andar
haber vivido, ordenando va tu desconcertada siempre aparejado con esta santa memoria,
vida, para tener b u e n a muerte. »o descuidases tanto, que lo librases para el
Punto primero. — Considerar cuán oiertc
punió de lu m u e r t e ; pero n o sabes c o m o ni
de qué m a n e r a lias de m o r i r , si d e r e p e n t e , carie en todo lo que a m a s desordenadamente,
si de u n a p e d r a d a , si c a y e n d o u n a teja, s i á s e a n cadres, h e r m a n o s , amigos, honras, r i -
h i e r r o , f u e g o , ó en a g u a , p u e s será posible queras, regalos, p u e s lodo lo h a s de dejar en
v e n g a p o r tí u n a m u e r t e a r r e b a t a d a y v i ó - la m u e r t e ; y para sentirla m e n o s , procura
lenla, c o m o h a venido por o t r o s m u c h o s . de irte e n vida m u r i e n d o m u c h a s veces, y
P o n d e r a r , c o m o cualquier pecador es d i g n o mortificando e n tus s e n t i d o s , c e r r a n d o los
d e este r e p e n t i n o castigo, y de perecer y ojos, p a r a q u e n o vean lo que n o les es lícito
acabar e n él, c o m o otros m u c h o s a c a b a r o n . desear p a r a su salvación, e n f r e n a n d o la len-
Y pues tú e r e s tan g r a n d e pecador, c ó m o n o gua liara que 110 hable cosa en daño de lu.
tiemblas d e e s t a r u n a h o r a en pecado m o r - p r ó j i m o , etc. Que m u r i é n d o t e , y mortifi-
tal? ¿ C ó m o n o temes, que te halle la m u e r t e cándote de esta m a n e r a en vida, hallarás- ó
bien ó m a l a p a r e j a d o , e s t o es, en p e c a d o Dios propicio y favorable en la h o r a de la
m o r t a l , ó en gracia d? Dios? tnuerte.
De aquí p u e d e s s a : a r u n firme deseo de P u n t o cuarto — Considerar qué ¡al, y tan
hacerlo a s í , y de 110 a n d a r c o n tanto d e s c u i - turbado e s t a r á s en el trance y agonía de la
do, c o m o h a s t a aquí h a s a n d a d o en este S a n - muerte c u a n d o e n c i e n d a n la candela, y te
to Ejercicio d e la m u e r t e , el cual es f r e n o pongan el hábito ó m o r t a j a s o b r e la c a m a , y
p a r a m u c h o s m a l e s , y e s p u e l a p a r a todas vir- te digan los que allí están que te a p a r e j e s v
tudes. e n c o m i e n d e s á Dios con el corazon si no
puedes con la boca.
P u n t o t e r c e r o . - Ce», s i d e r a r que e s ley
estatuida d e Dios (como lo dice San Pablo. P o n d e r a r los sobresaltos y congojas con
que lodos los hombres mueran una vez. (Al que e s t a r á s en aquel paso, n o tanto por dejar
Hebr. 9, n . 17.) y n o d o s n i m a s veces. De ¡a a m a d a c o m p a ñ í a del cuerpo, y cosas que
donde se s i g u e , que el d a ñ o y yerro d e la con aticion gozabas, c u a n t o por ver y en-
m a i a m u e r t e e s irremediable p o r toda la eter- tender te se acerca la h o r a de la cuenta y
nidad, así c o m o el acierto de la b u e n a es sentencia final, la cual será c o n f o r m e á tus
Derpetuo. F o n d e r a r , que si u n a sola vez e s la obras, de salvación, ó condenación eterna :-
que h a s d e m o r i r , de la cual pende tu s a l - de gozar de Dios para siempre, 6 arder t>or
vación ó c o n d e n a c i ó n e l e r n a , c o m o v i v e s u n a eternidad en los infiernos.
con tanto descuido, sin ejercitarte en v i d a á Sacarás de aquí un temor g r a n d e , acor-
m o r i r bien en la m u e r t e ? dándote de los trabajos y fatigas que pade-
cerán tu cuerpo y tu a l m a en el tiempo de la
Saca d e a o u í un deseo g r a n d e de m o r t i £ -
muerte, y un deseo vivo de nunca j a m á s oí-
vidarte de ella en v i d a : reprehéndele tu tiempo y momento se concluye todo el juicio,
d e s c u i d o , y repregúntate muchas veces y se da la sentencia, y se ejecuta.
Cómo si quiero morir bien, no vivo bien? Ponderar lo que te importa traer siempre
Pues es ley ordinaria, que quien bien vive Jelantede los ojos este momento y este punto,
bien m u e r e : al contrario, quien mal vive mal como principio que ha de ser de tus bienes ó
muere ? Pide á nuestro Señor te dé buen* males eternos, pues con cada momento de
muerte por su santísima muerte. esos puedes merecer ó desmerecer la vida, ó
muerte, que para siempre ha de durar. Y c!
lugar de este juicio será donde quiera que te
MEDITACION IV.
cogiere la muerte, ora sea en la tierra ó en
Del J u i c i o p a r t i c u l a r
el m a r , en el aposento, ó en la cama, en la
calle ó camino, porque el Juez Soberano tiene
L,a Oración preparatoria sea como la p r i - jurisdicción sobre lodo lugar : asi haz esle
mera. juicio donde quiera, para que en cualquier
La composicion del lugar, sea imaginar parte temas pues no saber si aquel lugar será
que ves á Cristo nuestro Señor sentado como el de tu juicio. De lo dicho has de sacar un
supremo Juez en un Tribunal de Magestad y temor grande de ofender á Dios en el lugar
grandeza para juzgar tu alma, la cual está donde le puede juzgar.
acompañada de las obras buenas y malas Punto segundo. — Considerar el examen
que h a s hecho, y que están á tus lados el rigurosísimo, y cargo, que el Juez ha de h a -
Angel b u e n o y el malo, aguardando cuya ha cer de ti, el cual ha de ser universal de todos
de ser la presa. tus pecados de obras, palabras, y pensamien-
La petición sea pedir a nuestro Señor Dios tos, y aunque no sean sino ociosos, y de los
*e sirva de mostrar su piedad y clemencia, que tenias muy olvidados; y será tan evi-
asando contigo, no de justicia, sino de su dente y claro este cargo, que n o tengas g é -
misericordia, pues que (como dice San Pablo) nero de duda. Y como hombre que tenia
es padre de ella. (2 Corínth. 1, n. 5.) bien considerado esto, decia el Santo J o b :
Todos ¡os pasos de mi vida tienes, Señor, conta-
Punto primero. — Considerar el tiempo y
dos (Job 51, 4). Ponderar la aflicción, pena,
lugar en que se ha de hacer juicio particular
y congoja con que estará entonces lu pobre
de cada uno.
alma con tan estrecho y riguroso examen.
Este será en el mismoinslanle déla muerte, Donde se hará el cargo, y el descargo de todo
al punto que el alma deja el cuerpo despo- lo recibido hasta el cabo de la agujeta. Allí
jado de todo el bien aue tenia, y en el mismo
"i
se te pedirá cuenta d e la vida, d e la hacien- ños, la amistad del Juez, y de cumplir en todo
da, de la familia, d é l a s inspiraciones d e Dios, su santa voluntad, obedeciéndole, respetán-
y sobre lodo de la s a n g r e de Cristo, y del uso dole, temiéndole, y amándole mucho, y final-
de los Sacramentos. mente, presentándole sus muchos meieci-
De aquí podrás sacar un deseo g r a n d e de mienlos, para que con esto, y tus buenas
hacer de hoy m a s u n examen de t u concien- obras salga la sentencia no en contra, sino
cia, con el m a y o r r i g o r que p u d i e s e s , casti- en tu favor, pues de ella pende tu cierno bien,
gándote por las c u l p a s que bailarás haber co- ó mal eterno.
metido, a u n q u e no sean g r a v e s ; atento, que Punto cuarto. — Considerar cuán estre-
quien te ha de e x a m i n a r y j u z g a r e s Dios, cha será la tela de este juicio, cuán derecho
que ve m a s que tú. Suplícale que no entre en el Juez, cuán solícitos los acusadores, cuán
juicio contigo, porque ninguno de los queviven, pocos los padrinos y valedores ; pues allí las
como lo dice su P r o f e t a , será «i su presencia cosas que amaste, y por quien mas hiciste,
justificado. (Psalm. 141, 2.) que habían de ser las que m a s te habían de
Punto tercero. — Considerar c u a n triste y ayudar, no solamente te a y u d a r á n , sino
sola saldrá tu a l m a por apartarse del cuerpo, antes ellas serán las que mas te apretarán.
donde Dios la h a b i a criado, y con quien h a - Ponderar como la cosa que mas amaba y
bía vivido con tan estrecho vinculo d e amor, apreciaba aquel hermoso Absalon (2. fíeg.
pues apenas h a b r á salido de él c u a n d o le 14,16, etc:, 18,10.), dice la Divina Escritura
salga al encuentro u n a caterva d e demonios que eran sus cabellos, y esos mismos ordenó
que la citen, para que luego parezca en juicio Dios, por justo juicio, que le causasen la
ante el Tribunal de Dios. muerte. Y así se hará contigo si fueses-malo,
que las cosas que mas amase en esta vida,
Ponderar los sobresaltos y t e m o r e s que la
por quien mas ofendiste á Dios, esas vengan
cercarán : cómo sentirá entonces los verda-
entonces á hacer tu pleito mas dudoso, y á
deros trabajos, q u e los de hasta allí, aunque
darte mayor tormento : asi la hacienda, la
tan grandes, eran como pintados? ¿Cuál será
honra, los deleites, y id mala muger, que fue-
su sentimiento, viendo que 110 h a y a p e l a d o r
ron tus idolos, serán allí tus verdugos y íe
d e la semencia q u e diere el S u m e m o ¿uezl
atormentarán m a s crudamente, y serán causa
Cómo temerá si sera e.i su iavor, o n o ? por-
de tu perdición.
que le consta de las culpas, y n o o e la verda-
dera penitencia de eilas. Sacarás de aquí deseos ae que Dios alum-
Sacarás de aquí u n deseo g r a n d e de gran- bre los ojos de tu alma porque no duerma$ en
gear desde luego, con muy p a r t i c u l a r e s servi- la muerte, ni pueda tu enemigo decir Preva-
64 MEDITACION V .
lecido he contra él. ( / > , . 1 2 , n . 5 . ) S u p l i ( ; a á
Cristo nuestro Señor, que como tan miseri- Saca de aquí un deseo grande de castigar
cordioso Juez cuando venga á juzgar n o te •u cuerpo, y de mortificar tu carne; pues p e r
quiera condenar, ni entregar en las sangrien- .lias que la regales, carne se queda. ¿Y qué es
tas uñas de aquellos fieros leones, que rabian a carne, dice el Santo Profeta Isaías, sino
de hambre, y eslán aparejados para tragarte. heno? {Isai. 40, n. 7.) ¿Y qué su gloria, sinn
flor del campo, que con un soplo se marchita
y acaba? Y pues esto eres, y en esto has de
MEDITACION V.
parar, cumple tratarte como muerto al mun-
Del C n s r p o m u e r t o . do, y á todo lo que es carne y sangre.
La oracion preparatoria sea como la pri- Punto segundo. — Considerar como saldrá
mera. .11 cuerpo de esta vida atado y ligado de pies
y manos no ataviado ni vestido preciosa ni
La composicion del lugar sea verle con la
ricamente, sino con u n a pobre mortaja de
vista del alma muerto y amoriajado. y ten-
u n a sábana vieja, ó algún hábito roto, y r e -
dido sobre un paño, ó una manta, en una sala
mendado ; y la casa, aposento y cama que le
ó aposento, solo sin compañía, cubierto tu
darán, será la dura tierra de u n a estrecha
cuerpo con un paño negro, y un Crucifijo
huesa de siete pies de largo y tres de ancho,
encima y dos velas á los lados.
y con esto se contentará el que de puro vano
La petición sea pedir á nuestro- Señor luz y soberbio (como el otro Alejandro Magno)
para tener en poco y no hacer caso de todas no cabia en el m u n d o .
las cosas de esta vida, sino es su gracia.
Punto primero. - Considerar como en Ponderar como á la cama blanda sucede
acabando de espirar, quedará tu cuerpo, sin la tierra d u r a : á la vestidura preciosa y rica,
vida, y sin movimiento alguno, descolorido y la pobre mortaja, á los suaves olores la po-
desfigurado, feo y frió, horrible y hediondo • dre y la hediondez; y á los deleites y r e g a -
^ f i n a l m e n t e con lal figura, que todos huirán iOs siguen los g u s a n o s que han de ser los
comedores y consumidores de ese vientre i
quien tú tenias por tu Dios. Y de aqui saca-
Ponderar en qué para la hermosura, la es-
r á s confusion y vergüenza grande por la va-
timación, la honra, el regalo de la carne y
nidad y sensualidad con que deseas la curio-
<iue poco le servirá entonces todo lo que 'ha sidad del vestido, la blandura de la cama, y
gozado; pues quien poco antes recreaba la la anchura de la habitación, alentándote á
vista con su parecer y hermosura, ahora LO- mortificar las demasías que en esto tuvieres,
ae horror y miedo á todos los que lo ven y á llevar con paciencia cualquier cosa que
í9 faltare de esto, si n o la tuvieses tal ni tan la cabeza con el pisón. Aprende de aquí á n o
buena comí lo deseas. Pues lo que tienes despreciar á los pobres y pequeñuelos, pues
ahora, por poco y malo que s e a te viene muy en la muerte tú serás presto igual a ellos
a n c h o ; y es m u c h o comparado con lo que te Punto cuarto. — Considerar tu cuerpo en
espera y lias de tener. la sepultura, cubierto con tierra y con una
Punto tercero. — Considerar la jornada de pesada losa encima, corrompido, consumido,
tu cuerpo h a s t a la sepultura, y el acompa- y deshecho, siendo m a n j a r de gusanos el que
ñamiento con q u e s e r a s l l e v a d o á e n t e r r a r e n Intes ijndaba á caza de m a n j a r e s sabrosos,
u n a s amias ó ataúd, en h o m b r o s de otros de las músicas suaves, del olor apacible, y de
hasta la Iglesia. la figui a h e r m o s a : pues todo esto será e n -
Ponderar lo primero, como el que poco tonces para ti como si no fuera por habersete
antes paseaba las calles, m i r a n d o á u n a parte acabado los instrumentos que tenias para go-
y a otra, y e n t r a b a en la Iglesia registrando zar de ello.
cuanto pasaba en ella, a h o r a viene pies age- ¿Ponderar qué provecho han traido á aque-
nos, ciego, s o r d o y mudo. [Psaim. \\z n llas manos deshechas las riquezas que apa-
y 6 ) Pues a u n q u e entonces tengas ojos no ñaron y g u a r d a r o n ? ¿Qué fruto gozan aque
verás, y a u n q u e tengas oidos, no oirás y líos ojos de las vanidades que vieron? ¿De
aunque tengas lengua, no h a b l a r á s ; v í a causa qué servirán entonces las golosinas que para
sera por estar m u e r t o . aquel gusto se guisaron? ¿Qué d u r a r o n h a n
tenido las torres de viento que en aquella
et n S , J l ' i ° r S e g ü n d 0 ' c o m o e n f a c i é n d o t e calavera se fabricaron? ¿En qué han parado
el Oficio de Difuntos te echarán en la s e p u l - los gustos y deleites que con graves pecados
tura, y te c u b r i r á n con tierra para que no se aparejaron para tu miserable cuerpo? Y
vean las gentes tu hediondez, y el m a y o r b * hablando á tu alma le dirás : ¿Mira bien, y
leficio que te puede allí hacer el m a y o r de advierte en qué ha de parar esta carne; mira
á quien regalas y á quien a d o r a s ; pues ( ó
i n t a S 0 ^ e S í T r a r , e con un de
e la Pues cómo deseas tanto para tan breve miserable de m í ) para qué son las riquezas,
P0C0 cs eras
1 2 » P contentarle en si aquí me tengo de ver tan desnudo? ¿ P a r a
aquella hora De aquí puedes sacar, n o h a - qué las galas y atavíos, pues aquí me tengo
de ver tan feo ? ¿ Para qué los deleites y co-
H í as vanas honras de esta
h u m á n d o t e , y poniéndote bajo de ios pies midas, pues aquí tengo de ser manjar de g u -
de todos, pues has de venir á dar á los do un sanos ?
pobre enterrador, que no r e p a r e en pisarte
Sacarás de aquí deseos de que Dios nuestro
hollarte, y maltratarte: ni aun en que á i í
Señor esclarezca los ojos de lu pobre a m a
con su divina niz, para que vea el triste fin esconder, y asi andarán descoloridos, secos y
de su miserable cuerpo, y desprecie lo que ahilados, que parecerán un retrato de la misma
tiene presente con la vista interior de lo oue muerte. (Malí. 24, n ú m . 19.)
está por venir. Ponderar que si cuando en la Mar se le-
vanta alguna brava tormenta, ó cuando en la
MEDITACION VI. tierra sobreviene algún gran torbellino ó ter-
remoto andan los hombres cortados, pobres
D e l J u i c i o UnÍTersal.
de esfuerzo y consejo, cuando el Cielo, la
La Oración preparatoria sea como la pri- tierra, la Mar y el Aire, ande lodo revuelto,
mera. |ui6n comerá? ¿quién dormirá? ¿quién teñ-
La composición del lugar sea imaginar un i r á un solo punto de reposo, en medio de
grande y espacioso campo, v en él todos los tintas tormentas?
nacidos y enmedio de él un Tribunal, ó trono De aqui puedes sacar un temor de Dios, y
escelentísimo, hecho de una nube hermosa aborrecimiento de tus pecados, para que te
y resplandeciente, y encima de él u n a silla perdone, y merezcas ser librado de todos e s -
que infunda grandeza y magestad donde se tos males, que han de venir como pronósti-
ha de sentar Cristo nuestro Señor á tomar cos y presagios de su ira dándote por su mi-
residencia, y juzgar á todo el Linage Hu- sericordia, una buena y segura conciencia,
mano. pues se acerca ya el dia de tu redención, el
tin de tus trabajos, y el principio de lu des
La petición será pedir á Dios le dé gracia
tanso, (1. Ad Tcssal. 4, n. 16.)
para sentir ahora lo que aquel dia has de ver
procurando, pues eres de los llamados, ser dé Punto segundo. — Considerar como en lie
los escogidos. pando este úllimo dia, un Arcángel con u n a
Punto primero. — Considerar las granees roz espantosa á manera de trompeta, llamará
y espantosas señales, que ha de haber en las íi lodos los muertos, para que vengan á jui-
criaturas el dia del Juicio. Porque como dice cio : y en un momento resucitarán todos, bue-
Cristo nuestro Señor : Se oscurecerá el Sol, nos y malos con sus propios cuerpos de la
y la Luna se convertirá en sangre, las Estre- manera que acá vivieron, y se juntarán en el
llas caerán del Cielo, la Mar se alterará. Y fi- Falle de Josafat, esperando al Juez que les ha
nalmente, será tan grande el temor y espanto «Je juzgar.
que ocupara los corazones de los hombres aut Ponderar el dolor y pena que recibirán los
no hallarán un rinco* seguro donde se puedan malos cuando se junten sus almas que subie-
ren del infierno con sus cuerpos: qué les di
Señor esclarezca los ojos de lu pobre a m a
con su divina niz, para que vea el triste fin esconder, y asi andarán descoloridos, secos y
de su miserable cuerpo, y desprecie lo que ahilados, que parecerán un retrato de la misma
tiene presente con la vista interior de lo oue muerte. (Malí. 24, n ú m . 19.)
está por venir. Ponderar que si cuando en la Mar se le-
vanta alguna brava tormenta, ó cuando en la
MEDITACION VI. tierra sobreviene algún gran torbellino ó ter-
remoto andan los hombres cortados, pobres
D e l J u i c i o UnÍTersal.
de esfuerzo y consejo, cuando el Cielo, la
La Oración preparatoria sea como la pri- tierra, la Mar y el Aire, ande lodo revuelto,
mera. |ui6n comerá? ¿quién dormirá? ¿quién teñ-
La composición del lugar sea imaginar un i r á un solo punto de reposo, en medio de
grande y espacioso campo, v en él todos los tintas tormentas?
nacidos y enmedio de él un Tribunal, ó trono De aqui puedes sacar un temor de Dios, y
escelentísimo, hecho de una nube hermosa aborrecimiento de tus pecados, para que te
y resplandeciente, y encima de él u n a silla perdone, y merezcas ser librado de todos e s -
que infunda grandeza y magestad donde se tos males, que han de venir como pronósti-
ha de sentar Cristo nuestro Señor á tomar cos y presagios de su ira dándote por su mi-
residencia, y juzgar á todo el Linage Hu- sericordia, una buena y segura conciencia,
mano. pues se acerca ya el dia de tu redención, el
lin de tus trabajos, y el principio de lu des
La petición será pedir á Dios le dé gracia
tanso, (1. Ad Tcssal. 4, n. 16.)
para sentir ahora lo que aquel dia has de ver
procurando, pues eres de los llamados, ser dé Punto segundo. — Considerar como en lie
los escogidos. pando este úllimo dia, un Arcángel con u n a
Punto primero. — Considerar las granees roz espantosa á manera de trompeta, llamará
y espantosas señales, que ha de haber en las íi lodos los muertos, para que vengan á jui-
criaturas el dia del Juicio. Porque como dice cio : y en un momento resucitarán todos, bue-
Cristo nuestro Señor : Se oscurecerá el Sol, nos y malos con sus propios cuerpos de la
y la Luna se convertirá en sangre, las Estre- manera que acá vivieron, y se juntarán en el
llas caerán del Cielo, la Mar se alterará. ¥ fi- Falle de Josafat, esperando al Juez que les ha
nalmente, será tan grande el temor y espanto «Je juzgar.
que ocupara los corazones de los hombres aut Ponderar el dolor y pena que recibirán los
no hallarán un rinco* seguro donde se puedan malos cuando se junten sus almas que subie-
ren del infierno con sus cuerpos: qué les di
-án por haber sido causa de tamo mal y tor-
puestos y contados entre los Hijos de Dios para
mento ! Qué maldiciones se echarán el u n o al
ser honrados y premiados. Y cual será la ale-
otro, p u e s se j u n t a r á n para ser verdugos de
gría de los buenos, c u a n d o vean que por m e -
sí m i s m o s : Y por el contrario : cuán g r a n d e
dio de su humildad y desprecio se ven á la
sera el contento del a l m a del Jqsto por la
m a n o derecha de Dios ensalzados y h o n r a -
buena compañía que le hizo su cuerpo en vi-
dos !
da, ayudándole á padecer trabajos por a m o r
de Dios, las bendiciones que se e c h a r á n , los Saca de aquí no hacer caso de la m a n o d e -
parabienes que se d a r á n , viendo que el Juez recha y siniestra del m u n d o , pues escogiendo
que ha de conocer de su causa, es amigo, y en esta vida el lugar mas bajo entre los hom-
les quiere dar el premio y galardón de sus bres, el dia del juicio t e n d r á s el alto entre
D Í Q S y s u s Angeles.
servicios.
Punto cuarto. — Considera como en h a -
Sacarás de aquí deseos de no vivir descui-
biéndose manifestado todos los pecados y
dado de tu salvación p a r a q u e haciendo c o m -
pensamientos m a s ocultos, virtudes, y bue-
paración de lo que ha de suceder á b u e n o s y
nas obras, de justos y pecadores, p r o n u n c i a -
malos, escojas en esta vida lo que t e esté me-
rá el Juez la sentencia, y comenzando por
|Or, para resucitar con Cristo en la eterna que
los buenos, les dirá con un rostro apacible,
te aguarda (Mallh. 24. n. 20.)
y m a n s o : Venid, benditos de mi Padre, á po-
Punto tercero. — Considerar como estando seer el reino que os lengo aparejado (Mal. 15,
todo á punto, saldrá Cristo nuestro Señor n . 14,) y á los malos les dirá con u n rostro
real y verdaderamente del Cielo con gran airado y severo : Apartaos de mi, malditos, al
magestad, rodeado de todos los Ejércitos
fuego eterno.
Celestiales, de Santos y Soberanos Espíritus
y llegando al Real T r o n o , m a n d a r á á s u s An- P o n d e r a r estos estremos, y fines tan c o n -
geles que entresaquen los huenos de entre trarios. A los buenos llama, como si d i j e r a ;
los malos. P u e s os abrazasteis con la cruz, y mortifica-
ción por seguirme á mí, venid á recibir el
P o n d e r a r qué dolor y rabia será la de los premio, y tomad la posesion y descanso eter-
malos que en esta vida eran estimados, y hon- n o . Y á los malos dirá : pues por vuestra cau-
rados, viéndose á la mano izquierda de Dios sa recibí estas llagas, y os convidé con el
en tanta bajeza, desechados y despreciados p e r d ó n , y no le aceptasteis, ni me quisisteis
de s u Magestad, ( S a p . c. 5, n . 4), y qué s e n - recibir, por tanto apartaos de mi presencia.
tiran viendo á los Justos, cuya vida tuvieron ¿Donde los echas. S e ñ o r ? A los tormentos
ellos por locura, y iU muerte por deshonra. eternos del Infierno.
de fuego vivo, y metido, y envuelto entre
De aqui puedes sacar lo que te conviene aquellos tizones del infierno en cuerpo y al-
mirar c o m o vives, y el cuidado con que lias ma por toda la eternidad ?
de velar sobre tí en todo tiempo, pues toda^ Has de sacar de aquí cuan grande es la gra-
lus obras b u e n a s y malas han de ser exami- vedad de un pecado mortal, por el cual (siendo
nadas y juzgadas. Dios nuestro Señor tan misericordioso como
es) castiga con tan atroces tormentos á las
almas, por no querer en esta vida sufrir y
MEDITACION VII.
padecer algo por sus pecados, poniéndose á
D e l Infierno riesgo de padecer penas tan prolijas y largas
en tan desdichado lugar.
La Oración preparatoria sea como la pri-
Punto segundo. — Considerar ía vilísima
mera.
compañía que tendrá el miserable condenado
La composicion del lugar sea imaginaren
en aquel infame calabozo, aunque haya sido
el corazon y centro de la tierra u n a muy
Emperador, Rey ó Señor del mundo, la cual
g r a n d e caverna, y oscura estancia llena de
n o será de amigos que de él se duelan, no de
fuego donde m u y cerca estás mirando lo que
personas prudentes y santas que le consue-
pasa por aquel sin número de almas que alli
len, n o de vasallos, ni criados fieles que ¡o
son atormentadas de los demonios.
sirvan, sino de enemigos mortales que le
La petición será pedir á Dios nuestro Señor aborrezcan, mostrando para con él su odio
despierte en tu alma un temor grande de las impaciencia y r a b i a ; pues todos le serái.
penas eternas, para que no vengas á parar á causa de nuevo tormento y pena, y con la
lugar tan malo y abominable vista horrible de los demonios crecerá, y se
Punto primero. — Considerar la terribili- aumentará este dolor.
dad de la cárcel, y calabozo del infierno, el
Ponderar el tormento que padecerá el m i -
cual es oscurísimo, pues no llega á él la luz
serable condenado, viviendo, ó por mejor de-
del s o l ; y el fuego que allí hay n o alumbra
cir, muriendo entre tan cruelesenemigos.que
sino para v e r lo que ha de ser tormento y
le desean beber la sangre, y cual será el des-
pena á los q u e allí están padeciendo, hundi-
pecho y rabia que allí tendrá cuando consi-
dos, y a n e g a d o s en tan graves penas y tor-
dere con cuán pequeños y cortos trabajos
menios. P o n d e r a r , cómo si n o puedes sufrir
pudiera escusar tan largos y tan intolerables
por espacio d e u n a hora ia oscuridad de un
tormentos, sin tener en ellos esperanza n i n -
calabozo : si no te atreves á tocar por un
guna de alivio ni declinación
breve rato el fuego lijero de u n a candela, d i -
me como n o d r á s estar acostado ea una cama
mo y esfuerzo para despreciar todos los re-
Saca de aquí u n t e m o r grande de no irri- galos y deleites de esta vida, viendo que ellos
tar contra ti la ira d e Dios, y d e f u n d a r tu son los verdugos para aquellos tormentos,
amistad en su a m o r y caridad, a m á n d o l e áél temiendo aquella sentencia que dice : Cuanto
sobre todas las cosas, teniendo aquí paz con se gozó en sus deleites, tanto le dan de tormento
todos, porque el Seüor te libre allí de la mala llanto (Apoc. 18, n. 7).
compañía. Punto cuarto. — Considerar que 110 es est¡>
Punto tercero. — Considerar la grandeza, t iena que poco ha dijimos la mas terrible que
y atrocidad de las p e n a s de los. sentidos,que alIi tendrán los condenados, pues hay otra
atormentarán el c u e r p o del c o n d e n a d o ; por- cosa sin comparación mayor que es la que
que como el pecador ofendió á Dios con todos llaman los Teólogos pena de daño, la cual
ellos, así será castigado en ellos. consiste en n o ver para siempre la visita pre-
Ponderar como allí los ojos deshonestos y ciosísima de nuestro amantísimo Dios.
carnales serán a t o r m e n t a d o s c o n horribles y Ponderar como esta sola p*na atormenta
espantosas figuras, j visiones. Los oidos pa- mas á las almas que todas las penas juntas de
decerán oyendo g e m i d o s , llantos y blasfemias los sentidos atormentarán los cuerpos de los
contra Dios y sus S a n t o s . El olfato, con el condenad'os; porque como Dios sea un bien
intolerable hedor q u e saldrá de aquel lugar, infinito, y el mayor de todos los bienes, claro
y cuerpos de los c o n d e n a d o s , n o podrá sufrir está que privarse de él para siempre será mal
tal pena. El gusto c o n la hiél y a m a r g u r a de infinito, y mayor que todos los males. Y asi
los brevages que le d a r á n , será allí cebado y cüda uno de, ellos maldecirá su desastrada
regalado. Y por fin, allí se j u n t a r á n en uno suerte, y su desdichado nacimiento, carco-
los dolores de cabeza, costado, estómago, c o - miéndose, y despedazándose sus carnes á bo-
razon, y gola, con l o s d e m á s q u e en esta vida cados, rompiendo sus entrañas con furia y
atormentan. Y sin e s t a s se le dará á cada uno rabia : se volverán contra Dios, no cesando
de los condenados otra* penas particulares de maldecir y blasfemar su santo nombre
contrarias á que se (! • - o n . Los glotones porque así les atormenta y manda penar.
serán atormentados c o n una h a m b r e canina :
los bebedores con u n a sed insaciable v r a - De aqui podrás sacar un afecto y deseo
biosa ; los curiosos e n vestirse sedas y olan- grande de temer á Dios, y aborrecer los p e -
das, allí estarán vestidos de pies á cabeza de cados, pues por ellos has merecido estar ya
fuego y pez, a t o r m e n t á n d o l o s , y no consu- en estas grnvrs penas del infierno, donde es-
miéndolos. ,án otros muchos por Himnos pecados de los
que tú has cometido contra Dios. Sábeselo
De aqui será bien q u e saques g r a n d e áni-
agradecer y s e r v i r , pues te ha puesto sin me-
ciodespues del pecado que la sangre, y rrtuerte
recerlo en el c a m i n o santo de tu salvación.
i e su unigénito Hijo. De forma, que fue m e -
nester la muerte de Dios para dar al hombre
MEDITACION VIII. vida de Dios; y las tristezas de Dios, para
D e la G l o r i a . 4uo se le diese alegría de Dios; y que estu-
viese Dios en ia cruz entre ladrones, para que
La Oración preparatoria sea como la ori- el hombre estuviese entre los coros de los
mera. Angeles.
La composicion del lugar será ver con los Ponderar lo segundo cuál, y cuan grande
ojos del alma aquella diviim Corte llena de es aquel bien que para que se diese fue nece-
ejércitos, y coros de soberanos espíritus y
sario que Dios sudase s a n g r e , y que fuese
santos que la h e r m o s e a n ; y al Santo de los
preso, azotado, y escupido, abofeteado, y
Santos que en m e d i o de ella preside en su
puesto en cruz.
gloria, magostad y grandeza.
Saca de aqui estima de esta gloria, y de-
__ La petición s e r á pedir á Dios nuestro Se-
ñor, que pues ha sido servido criarte*para que seos de gozar de esta ciudad soberana, y pa-
goces de él, de tal compañía tan santa en su sear por sus calles y plazas, para que con
Corte soberana, te dé gracia para que vivas, esta consideración te animes á padecer con
de suerte que no carezcas de ver y gozar de su gusto todas las penas y trabajos que se te
gloriosa h e r m o s u r a cuando salgas de este ofrecieren p o r t a n gran bien, acordándote lo
valle de lágrimas y miserias. que hizo y padeció Jesucristo nuestro Se-
ñor toda su vida, porque no lo perdieses (2
P u n t o primero. — Considerar la escelen- Reg., 20).
eia y h e r m o s u r a d e la gloria, y aquella espa- Punto segundo. — Considerar que no solo
ciosa, rica, y a b u n d a n t e tierra de promisión. aparejó Dios esta casa y palacio para honra
La Ion g u r a de s u eternidad, la grandeza de suya, sino también para honra, y gloria de
sus riquezas, y el servicio de sus abundantes odos s u s e s c o g i d o s , cumpliendo lo que el
mesas, las o r d e n e s de los que las sirven, las mismo dijo : Yo honro á los que me. honran, y
l
ibreas de los c r i a d o s , y la policía y gloria de n o contentándose con esto, glorifica, y glo-
esta noble ciudad. rificará no solamente á las almas, sino t a m -
Ponderar lo p r i m e r o que siendo Dios nues- bién á los cuerpos de escogidos, dándoles
tro Señor tan l a r g o y liberal como es para lugar en su palacio real.
darte á tí e n t r a d a e n esta gloria y paraíso de Ponderar como la carne que habia de estar
deleites, n o se c o n t e n t ó con otro menor pre- atada como bestia e n el establo, quiere aquel
5.
78
BiMWfÁCiOfi vííi. 79
P a d r e de miserÍP¡<j-dia que sea colocada, i Ponderar lo segundo, que aunque se ador-
glorificada entre b 3 Angeles de! Cielo, y q u i nan tanta infinidad de cabezas con preciosas
«I que ayudó d llevar la carga, entre en e coronas, y todas empuñan cetros en sus ma-
repartimiento de la gloria, gozándose en ella nos, todos están contentos, y ninguno tiene
con todos SuS sentidos puros v perfectos fnvidia del Otro : porque es tal, y ián capaz
pues cada u n o tendrá alli su deleite y su glo aquel Reino donde lodos reinan, y son lan
n a s i n g u l a r asi como los sentidos de los ma- grandes süs jurisdicciones que hay para lodos
los t e n d r á n en el infierno su dolor, y pena m liy cumplido.
1 1
especial.
De aqui puedes sacar un gozo, y deseo
Saca de aquí deseos de inói tilicáf tus sen grande de estar en la presencia de lu Salva-
tidos, y tener particular cuidado con la guar- dor, de ver tal hermosura, y gozar de aquella
da de ellos, pues por el trabajo que dura lan
cara en que se miran los Angeles, que no
poco en esta vida, te verás remunerado y
siendo tú corlo en servirle, él será largo en
galardonado en aquel abismo de eterna glo-
hacerte estos beneficios, manifestando á lus
ria sin hallar süelo, ni "fin en tan grande
aiegi IU. ojos su gloria y h e r m o s u r a , y la de lodos
aquellos sanios, y cortesanos del Cielo. Haz
Punto t e r c e r o . - Coitsidefar el contento pues obras tales, que consigas estar en lal
que recibirás con la sagrada compañía de los compañía, y vivir con los que son hijos ama-
San os, y principalmente con la del Santo de dos de Dios.
los Santos Jesucristo, nuestro Señor, y con
Punto cuarto. — Considerar el soberano
la alegría y h e r m o s u r a de aquel cuerpo, que
gozo que el alma del bienaventurado recibirá
por ti fue afeado en la cruz.
con la visión clara de Dios, en que consiste
Ponderar como aunque es infinito el núme- la gloria esencial de los Santos. Ponderar
ro de los bienaventurados, no hay entre ellos como la vista sola de aquella divina cara
confüsion ni envidia, sino mucha paz v basta para dar á las almas cumplido reposo
unión, p o r estar alli la virtud del amor' y y h a r t u r a ; porque si los bienes de acá delei-
caridad en toda su perfección, mostrando tan t a n t o , cuanto deleitará aquel bien que
como son todos enire si mas unidos que los liene en sí loda la perfección y s u m a de lo-
miembros de UH mismo cüerpo, cumplién- dos los bienes? Y si solo la visia de las cria-
dose lo que dijo Cristo nuestro Salvador y turas es alli lan gloriosa, qué será ver aquella
pidió diciendo : Ruególé, Padre, que ellos sean cara, y aquella hermosura, en quien resplan-
una misma cosa por ainot-, así como nosolrot decen todas las hermosuras, viendo en una
lo somos por naturaleza Juan. Í7, ti. 12) vista el misterio de la Beatísima, y Santi-
Bima Trinidad, la gloria del Padre, la sabidu
ría del Hijo, y la bondad y a m o r dsl Espíritu
Santo.
Saca de aquí deseos d e n o querer v e r , ni D E X.AS M E D I T A C I O N E S ? PUNTOS QUE CONDOCE« *
gozar en el m u n d o d e s c a n s o , riqueza, gusto LA VIA TlOMINflTlVA.
ni contento en quien p o n e r el tuyo, sino en
solo Dios, h o l g á n d o t e de renunciarlo todo
por no ser privado de tal vista, y tan s o b e -
rano bien como es Dios, diciéndole con ei Q u é cnsa sea Via Iluminativa.
Santo Profeta : Una sola cosa pediré al Señor,
y esta buscaré siempre; que more yo en la casa Los que están ya justificados y desean
del Señor lodos los dias de mi vida (Psalm. 26, pasar adelante, y grángeat las sólidas y ver-
i ) ; esto es, por los de la e t e r n i d a d . daderas virtudes, para crecer cada üia en
ellas, han de echar por el segundo camino,
que llamamos Via iluminativa; cuyo h n es
ilustrar el alma con el resplandor de mu-
chas verdades y virtudes, y con unos vivos v
eficaces deseos de conocer a Dios, y 1 egarse
á él, y unirse con él ejercitándose en la c o n -
• sideración de los divinos misterios de la vida
V muerte de nuestro Salvador, que t r a y e n d o
b s siempre en su corazon, despertara en si
los afectos de devocion, que son prop.os de
esta via, como son a m o r , y deseo de las vii-
tudes de la humildad, paciencia, c&otidad
obediencia, pobreza a e espíritu, caridad y
las d e m á s ; porque á quévirUid p u e d ^ e uno
inclinado, para lo cual no halle en la vida y
muerte de este Señor maravillosos ejercicios,
por ser ella u n a mesa real de todos los m a n -
a r e s , un paraiso de todos los deleites. un
jardín de todas las flores, u n a plaza de todas
Las cosas, y u n a como feria espiritual de lo-
Bima Trinidad, la gloria del Padre, la sabidu
ría del Hijo, y la bondad y a m o r dsl Espíritu
Santo.
Saca de aquí deseos d e n o querer v e r , ni D E X.AS M E D I T A C I O N E S Y P U N T O S Q U E C O N D O C E ! « *
gozar en el m u n d o d e s c a n s o , riqueza, gusto LA VIA TlOMINflTlVA.
ni contento en quien p o n e r el tuyo, sino en
solo Dios, h o l g á n d o t e de renunciarlo todo
por no ser privado de tal vista, y tan s o b e -
rano bien como es Dios, diciéndole con ei Q u é cnsa sea Via Iluminativa.
Santo Profeta : Una sola cosa pediré al Señor,
y esta buscaré siempre; que more yo en la casa Los que están ya justificados y desean
del Señor lodos los dias de mi vida (Psalm. 26, pasar adelante, y grángeat las sólidas y ver-
i ) ; esto es, por los de la e t e r n i d a d . daderas virtudes, para crecer cada üia en
ellas, ban de echar por el segundo camino,
que llamamos Via iluminativa; cuyo h n es
ilustrar el alma con el resplandor de mu-
chas verdades y virtudes, y con unos vivos v
eficaces deseos de conocer a Dios, y 1 egarse
á él, y unirse con él ejercitándose en la c o n -
• sideración de los divinos misterios de la vida
V muerte de nuestro Salvador, que t r a y e n d o
b s siempre en su corazon, despertara en si
los afectos de devocion, que son prop.os de
esta via, como son a m o r , y deseo de las• vir-
tudes de la humildad, paciencia, c&otidad
obediencia, pobreza a e espíritu, caridad y
las d e m á s ; porque á
inclinado, para lo cual no halle en la vida y
muerte de este Señor maravillosos ejercicios,
por ser ella u n a mesa real de todos los m a n -
a r e s , un paraiso de todos los deleites. un
jardín de todas las flores, u n a plaza de todas
Las cosas, y u n a como feria espiritual de lo-
D E , A
, . . . VA 1LLUMINATIVA
d o r i o s b,enes, como en este segundo libro £e
otro t a n t o , y sepas conocer, agradecer, v
servir las mercedes y beneficios que le viene
ADVERTENCIA. á hacer siendo tan itidigrto de ellds.
Paréceme cosa acertada (por guardar » En la meditación del desierto puedes hacei .
nrevedad deseada) no tratar de aqui adelante •a composición de lugar de esta manera : mi-
en las meditaciones siguientes, de ¡a oracion rar con la vista interior de iU alma á Jesu-
P i r a t o n a , ni de la compos c.on de S cristo nuestro Señor solo en un desierto, r o -
ni petición, pues basta haberío hecho cii oda deado de montes altísimos, de riscos y p e ñ a s -
^ meditaciones del libro primero dé l a cos, haciendo por espacio de cuarenta diás
u ñ a d u r a y aspera penitencia Sin coitief bo-
cuales cada uno por si mismo podrá aprove-
cado, metido entre lieras y bravos animales,
c h a r s e , y tener noticias y lu 2 bastante p L
recostado en el suelo al pie de u n a haya ó
hacer siempre Jas cosas dichas, s i u n l a m a -
t c m encina, que esta era su cama de campo de
^ meditación pid ere Y S í descanso, tratando con su Eterno Padre de
d i a y de noche de tu sitHtd y remedio.
1 nacuniemo La pedúoii Sea te dé liceitcia SU Míigestad,
„ S S ^ - f
s erío ? en .1 Ó
n
Penilencia
1 ue
^ z o en el de-
y bagá gracia de que tfl ie Sirvas y áfcotfifa-
ñes eri aquella soledad y desierto, pues tal, y
tan santa cor-ipañia seria para ti paráiso y
gloria. ,
A este modo puedes hacer siempre en el
uie aespoi tillado, y abierto por todas parle. principio y entrada de tu oracion la compo-
Heno de i m m u n d i c i a v tpl»r,ñ n o « P ' sición de lugar con su pelicion, según füere
al . n o y nieve, y á la materia del paso, ó misterio que meditares,
implorando el ayuda y favor del Espíritu
Santo, quecomo buen maestro de espíritu, te
lo enseñará mejor de lo qüe yo aqui te lo es-
plico. Y es mucho de advertir, que cuando
hicieres la composieion de lugar sobre algún
paso ó misterio de Cristo reciennaeido, 6 eil
y espanto Urrofliltaa« a d n r t S l ? ' '
la columna, ó en la cruz, no imagines qtltf
pasó aquello allá en Belen, ó en Jerusalen mi.
y tantos años ha.Doraue eso cansa mas, y no
mueve t a n t o , s i n o i m a g i n a aquellas cosas clarar m a s el amor que te tenia, y h u m a áti-
como p r e s e n t e s , y q u e p a s a n delante de t u s dose, y h u m i l l á n d o s e , vestirse d e tu bajeza,
ojos, viendo c o n los o j o s del a l m a , y d e la p a r a ' c o m u n i c a r t e su g r a n d e z a , haciéndose
consideración l l o r a r , y h a c e r pucheritos al de impasible mortal, de eterno temporal, de
n i ñ o Jesu, y o y e n d o los g o l p e s d e l o s azotes, s e ñ o r esclavo, de Rey del Cielo, g u s a n o y
y las m a r t i l l a d a s d e los c l a v o s , y s e r á esto
oprobio del suelo. (Psalm. 21, 7.)
c a u s a para t e n e r la o r a c i o n m a s fácil y s u a -
De aquí podrás sacar cuán g r a n d e s g a n a s
vemente , y con mas atención y devociori:
tenia este Señor de tu s a l v a c i ó n ; pues tanto
de suerte q u e l e m u e v a m a s , y e n t r e s en
se deshizo, y tanto hizo para que la a l c a n -
mayor provecho y fruto.
zases. Ten tú g r a n d e s deseos de h u m i l l a r l e
p a r a servirle como él se h u m i l l ó para r e -
MEDITACION I. mediarte, y haz lo m a s que pudieses p a r a
D e la C o n c e p c i ó n d e l a V i r g e n N u e s t r a S e ñ o r a . su servicio, como él lo hizo p a r a t u r e m e -
dio. , ,. „
P u n t o 1. C o n s i d e r a r , y c o n los ojos del P u n t o s e g u n a o . — Considerar que liabien
e n t e n d i m i e n t o v e r á las t r e s Divinas P e r s o n a s d o Dios nuestro Señor determinado h a c e r -
Padre, Hijo, y Espíritu S a n t o en el t r o n o d e se Hombres, y tener Madre c o m o los otros
su g l o r i a y m a g e s l a d , q u e e s el Cielo E m p í - h o m b r e s , dió traza p a r a que su Divino Espí-
reo, e n cuya p r e s e n c i a a s i s t e n i n n u m e r a b l e s ritu comenzase á fabricar la casa, en la cual
Angeles y S e r a f i n e s , d a n d o traza, y d e c r e - h a b i a de m o r a r el Señor, c r i a n d o a l a Virgen
tando en aquel s u p r e m o consejo, que pues la n u e s t r a Señora p u r a , y sin m a n c h a ni fealdad
perdición y r u i n a de los h o m b r e s , y el olvido de pecado original ni actual, que tal convenía
d e s u salud y salvación era tan g r a n d e , c o n - fuese, y tal privilegio se concediese á aquella
venía p a r a r e m e d i a r este d a ñ o y pérdida en quien Dios se habia de a p o s e n t a r y e n -
universal, que la s e g u n d a P e r s o n a d e la S a n - cerrar como en su Santo T e m p l o . Ponderar
tísima T r i n i d a d , (que e s el Hijo u n i g é n i t o del que así c o m o nuestro d a ñ o y perdición había
Eterno Padre) s e hiciese h o m b r e p a r a s a l - e n t r a d o en el m u n d o por u n h o m b r e y u n a
var al h o m b r e . m u g e r , asi quiso Dios que n u e s t r a Redención
tuviese principio de otro h o m b r e y otra m u -
P o n d e r a r el a m o r t a n e n c e n d i d o que a r d í a
ger. Y que como la m u e r t e e n t r ó e n el
y abrasaba aquel divino p e c h o ; p u e s t e n i e n d o
m u n d o por Adán y Eva c u a n d o pecaron, e n -
su Magestad o t r o s m u c h o s m e d i o s m e n o s t r a s e la vida de la gracia por J e s ú s y María,
costosos para sí con que r e m e d i a r t e ; no quiso que n u n c a cayeron, á los cuales acudiesen
escoger sino el que mas le costase Dara d e -
DE LA CONCEPCION DE N Í R A SRA. 37
asqueroso y habitación de animales; para el que ahora en su entrada está puesto, y re-
morir escogió u n l u g a r infame, donde ajusti- clinado en un vil pesebre en medio de dos
ciaban á los l a d r o n e s y malhechores. Para na- animales predicándote, y diciéndote, no COD
ter escoge u n a aldea pequeña, y que sea á la lengua, sino con el espíritu : no con pala-
media noche d o n d e nadie lo vea : para morir bras, sino con obras : Aprende de mi que soy
escoge el medio dia, y la ciudad mayor y manso y humilde de corazon, y de voluntad
mejor del m u n d o . P a r a nacer en Belén quiso (Marc, 11, n. 19.) Mira que desde mi naci-
que concurriese m u c h a gente, la cual fuese miento hasta mi muerte tomé por compañeras
ocasion que San José y su madre no halla- inseparables á la pobreza, desprecio, dolores, y
sen p o s a d a ; y para m o r i r , que la ciudad de trabajos. (Matth. 18, n. 4.)
Jerusalen estuviese también llena de gente, De aqui sacarás que pues Dios siendo Se-
para que le fuese ocasion de mayor infamia! ñor tan grande se hizo por ti tan pequeño,
Luego si la elección d e este S e ñ o r e s siempre' procures humillarte, y hacerte pequeño; por-
la mejor, conviene q u e á imitación suya es- que si no te hicieres como este niño, no en-
cojas para ti lo peor, huyendo lo que es hon- trarás en el Reino de los Cielos.
r a y estimación, y abrazando lo que es des- MEDITACION IX.
precio y deshonra. De la a l e g r í a d e los A n g e l e s e n e l n a c i m i e n t o d e l H i j o
D
Punto cuarto. — Considerar lo que aquel d e Dios.
Cielo, y te le d a r á .
Considerar, llama Cristo nuestro S e ñ o r :
Bienaventurados á los que lloran (Mallh. 5,
BIENAVENTURANZA II.
n. 5,) no lágrimas corporales, como lloran lo?
del mundo por pérdidas temporales de h o n r a ,
Esta. Bienaventuranza pertenece á los man vida y hacienda, sino los que lloran por sus
sos, en la cual se h a de considerar, que !a oecados, y la pérdida de tantas almas que
n a n s e d u m b r e principalmente consiste en islán a p a r a d a s del'conocimiento de Dios.
res cosas. La primera, en reprimir los ím-
A \ contrario, el m u n d o loco llama bienaven-
petus de la ira, conservando la quietud inte- turados á los que rien y viven en placer:
rior del alma, y esterior del cuerpo. La se- pero la s u m a verdad Cristo N. Sr. dice : Que
g u n d a , en ser atable con todos, sin decir san desdichados, porque su risa se convertirá
i n j u r i a , ni p a l a b r a s desabridas á nadie. La en llanto eterno. Y los que lloran sus defectos,
tercera, en no volver mal por mal sino al y los ágenos son dichosos, porque su tristeza se
contrario, y á los tales Llama Dios Bienaven- convertirá en eterna Gloria. (Joann.1G,n.20 )
\tirúdos. Ponderar cuanto te cumule llorar aquí tus
Id
faltas y pecados, y el haber perdido tantas
veces á Dios q u i e n h a s de imitar y acompa- los bienes temporales de los ricos; porque no
ñar en este ejercicio de lágrimas, d e quien te comprenda aquella amenaza de Crisíc, que
nunca se lee (como deci San Basilio) que se dijo:
riese, y sabemos que lloró muchas veces en el Ay de los que estáis hartos', porque padece-
pesebre, en la muerte de Lazaro, sobre Jerusa- reis hambre, como padece ahora el Rico Ava-
len y en la Cruz. riento, y padeceréis una eterna é increíble
Saca de aquí d e s e o s de llorar, y oprime en sed; sin que se os dé jamas una gola de agua.
esta consideración tu alegría, n o teniéndola Saca de aquí confusion y vergüenza de ni
sino tan solo en el agrado de tu Dios, al cual negligencia y pereza en el servicio de Dios :
si imitares en llorar alcanzarás consuelo en advierte que á los h a m b r i e n t o s de la virtud y
lo mismo porque l l o r a s : si por t u s pecados, santidad que son los b u e n o s , llenará Dios de
perdón de ellos : si por los á g e n o s , perdón bienes eternos, como .c dijo la santísima
para ellos: si por tu destierro, con la cierta Virgen en su Cántico, v a los flacos y pere-
esperanza de tu salvación, consuelo y alivio. zosos dejará sin ellos.
BIENAVENTURANZA IT. BIENAVENTURANZA V.
BIENAVENTURANZA VIII.
Punto primero. — Considerar, que Cristo
Considerar l l a m a Dios n u e s t r o S e ñ o r Bie- nuestro Señor entró con sus Discípulos en
naventurados á los perseguidos, por la virtud y u n a navecilla; durmióse, y al punto se levantó
' iantidad. (.Hatth. i . n. 19.) que esto quiere de- en el mar una grande tempestad. (1 Corint. 4,
eir por la justicia, y estas p e r s e c u c i o n e s no
Matlh. 6). -
son en u n a cosa ó en o t r a , sino en todo g é -
Ponderar dos c o s a s : La primera, si la na-
nero de injurias, como en h a c i e n d a , h o n r a ,
vecilla en que navegaba Cristo padece tor-
Dontento, salud, y vida.
menta, donde el demonio es Piloto, qué será?
Ponderar como Jesucristo, desde q u e nació i Esto es, si el alma del Justo y Santo es atri-
hasta que murió padeció por la j u s t i c i a y ver- bulada v afiigida con tentación y trabajos, la
dad las m a y o r e s persecuciones y t r a b a j o s que del malo y pecador, que está en pecado mor-
i amas se h a n padecido, y con l a m a y o r pa- tal, qué padecerá? La segunda, como todos
ciencia, que j a m a s se h a tenido, y por la los que se llegan al servicio de Dios, de ordi-
causa m a s j u s t a y s a n t a que podia s e r , que nario, padecen. tempestades -y tentaciones,
era por reprender vicios y pecados, y , p o r la. que así lo dice el Espíritu Santo : Hijo, en de
' salvación dé las almas. terminándote de servir á Dios, te has de apa-
Saca de aquí un deseo g r a n d e d e s u f r i r y rejar para la tentación. (Eccl. 2). Así muchas
padecer trabajos á imitación de C r i s t o nues- veces permite Dios, que se os levanten bra-
tro S e ñ o r ; q u e no es m u c h o , p u e s á él per- vas tempestades d e persecuciones v tenta-
siguieron s u s enemigos, p v s i g a n á tí los
ciones, y él se n o s hace 'el dormido, como de su palabra á los vientos de las tribulacio-
quién descuida d e nosotros. nes y tentaciones, que son los que levantan
Saca de aquí deseos de resistir á la furia de las borrascas, se sosieguen y aquieten, y lue-
t u s tentaciones, que Dios te dará la mayor go se seguirá u n a gran paz y tranquilidad.
necesidad, y s a c a r á del peligro, como sacó y P u n t o tercero. — Considerar, que en dis-
libró á sus Apóstoles, porque acudieron á é¡; pertando Cristo nuestro Señor reprendió á
y le pidieron s u favor y ayuda. - s u s Discípulos, V les dijo : ¿Hombres de poca
Punto s e g u n d o . — Considerar, como vien- Ce, porqué teméis ? Como quien dice : Eslandt,
do los Apóstoles, que su trabajo era en vano, ijo en vuestra compañía, no hay que temer.
acudieron luego á Dios para que les ayudase; [Mallh. 8, n. 16.)
y despertándole, le dijeron : Señor, libradnos, Ponderar el a m o r que Cristo muestra á los
que perecemos. (Mallh. 8.) suvos, v como quiere que ellos se le tengan,
Ponderar c o m o nuestro Señor se hizo el y se lien de él, echando en él la áncora de
dormido, no a c u d i e n d o á remediar sus Após- su esperanza, para estar s e g u r o s en medio
toles, a u n q u e veía su peligro : lo uno para del mar alterado de esta vida, aunque se le-
que ellos e c h a s e n de ver cuan poco podían van Len las tempestades y borrascas hasta el
sin su a y u d a ; y lo otro, porque quiso le lla- Cielo.
masen al tiempo de la mayor necesidad. Sacarás de aquí deseos de ser fiel Discípu-
Ponderar lo segundo, cuan negligente has lo de Jesucristo, para saberle seguir por don-
sido en las t o r m e n t a s de las tentaciones en de quiera que fuere, por m a r y por tierra,
que te has visto, de acudir á Cristo nuestro por montes y valles, y (pie no haya peligro
Señor, pidiéndole su favor y ayuda, y de aqui ni trabajo que le h a g a d e j a r su santa compa-
ha venido que m u c h a s veces se ha anegado ñía, ni turbarte, a u n q u e te veas con. el a g u a
la navecilla de tu a l m a , siendo en ella vencido. de las tribulaciones á la boca, y la soga á la
Sacarás de aquí deseos de acudir á Dios en garganta, si no quieres ser reprendido de
todo tiempo, p a r a que te ayude, y en espe- Cristo nuestro Señor, como lo fueron sus Dis-
cial en el de las tentaciones y .trabajos, di- cípulos, que si miraran y advirtieran que es-
ciendo : Señor, libradme de esta tentación que taban en la compañía de Jesús, no habian de
causa esta tempestad en mi alma : libradme de temer ni dudar de su poder, querer y saber.
este vicio, de este peligro y trabajo. Que e n ' Así tú, si eres Religioso, y estás en su com-
siendo este Señor llamado con fe y confian- pañía en la navecilla de la Religión, arrójate
za, te socorrerá luego, y acudirá, como acu- en todo tiemiX) en s u s manos, y en especia,
dió á sus Apóstoles, y mandará con la virtud cuando tueres atribulado v tentado, confiando
sasen de la otra parte del m a r , y él se subió'
en él que te s a c a r á libre cuando i él plugie á orar á un apartado y retirado m o n t e .
re, y m a s te c o n v i n i e r e . (Matth. 14.)
Punto cuarto. — Considerar, como Cristo' Ponderar lo primero la m u c h a estima que
nuestro Señor m a n d ó á l o s vientos y al mar" debes tener de la oracion; pues nuestro Se-
que se sosegasen, y ellos con gran p u n t u a l i - ñor, sin tener necesidad de ella, por darte
dad le obedecieron, y maravillándose los ejemplo, se retira á orar largas horas á so
hombres de tal poder, se p r e g u n t a b a n unos las, enseñándote la necesidad que tienes de
á otros : Quién es este á quien los vientos y el - orar, para armarte contra lamentaciones que
mar obedecen. (Malí. 8, n . 27.) te esperan. . .
Ponderar el imperio qup n u e s t r o Señor Ponderar lo segundo, lo que sentirían los
tiene sobre sus criaturas, y la obediencia tan Discípulos apartarse de su Maestro, como
puntual, que ellas tienen á lo que las m a n - quien barruntaba, que navegar sin él, y e n -
aa, por ser él el que tiene señorío sobre el trar en la navecilla, era peligroso negocio, y
m a r , y el que mitiga el f u r o r é ímpetu de sus quisieran mas irse con él á orar, y acompa-
olas, el que saca los vientos de s u s tesoros, ñarle : pero prevaleció la virtud de la obe-
y cuando quiere, en un punto los vuelve á diencia, porque en todo ha de ser Dios obede-
encerrar, y finalmente, el que g o b i e r n a todo cido, aunque sea poniéndote á gran- peligro,
el universo y sin cuya disposición n o se m e - y dejando la retirada oracion que esto es de-
nea u n a hoja en el árbol. jar á Dios por Dios.
Saca de aquí confusion y vergüenza, que Saca de aquí un gran deseo de ejercitarte
siendo tú criatura s u y a racional, y Cristiano, en estas dos virtudes en que nuestro Señor
y quizá Religioso, criado para obedecerle y probó á los suyos, que son en obediencia y
servirle, lo h a g a s tan m a l , y t e n g a s t a n poca oracion. Y ten grande estima y aprecio
obediencia á, s u s Mandamientos, pues tantas ellas; teniendo á Cristo por ejemplar y de-
veces cada día faltas, y le ofendes en lo que chado, el cual vivió y murió orando y obede-
te manda, y como si este Señor n o f u e r a ciendo. Y así gusta él, y quiere que lo h a -
Criador, y el que te ha dado el¡ ser que ahora gan los suyos, y en especial tú, si quieres ser
tienes. su Discípulo.
Punto segundo. — Considerar, que estan-
MEDITACION XXIV.
do Cristo ausente de los suyos, que andaban
Cómo ando» C r i i t o N u e s t r o Seño.- s o b r e las aguas. en la navecilla, se levantó u n a recia tempes-
Í
P u n t o primero. — Considerar, que m a n d ó tad que les d u r ó hasta cerca del amanecer,
Cristo a sus Discípulos se e arcasen y pa-
en vuestros trabajos; vuestro camino, ver-
v á esta h o r a se les apareció su Señor y su dad y vida. [Joan. 14, n . 6.) Esto es para
Dios. (Matth. 14, 15.) los buenos: mas para los malos, quien dirá
Ponderar lo p r i m e r o , como si Cristo está i]Ue es? Soy vuestro Juez, que os tengo de juz-
ausente de t u a l m a , luego padece t o r m e n t a , gar; soy el Dios de las venganzas, que os tengo
y es a r r e b a t a d a de furiosas olas de las ten- de castigar; soy finalmente el Todopoderoso,
tacionnes. Lo segundo, como algunos veces que os tengo de condenar.
dilata n u e s t r a Señor su visita como aquí lo Saca de aquí deseos de que nuestro Señor
hizo hasta el a m a n e c e r , porque pelees vale- te visite con su presencia, y hable de tal m a -
rosamente c o n t r a las tentacionnes, pues al nera á tu corazon, cuando estuviere turbado
pasa q u e crecen ellas, va creciendo la virtud y atribulado, que en diciendo. Yo soy, no
santidad. quieras temer, le conozcas para reverenciarle,
De'aqui podrás sacar deseo de anoar, y servirle, amarle, y fiarte de él.
..star siempre en la presencia de Dios, supli-
Punto cuarto. — Considerar, como viendo
cándole no te deje, ni se aparte de tí cuando
San Pedro á Cristo que venia sobre las aguas,
en ia pelea fuere servido de probarte, ni di-
le pidió licencia para a n d a r él sobre ellas
late mucho su favor y ayuda, así como lo
(Matth. 24, n. 18.), y Cristo, viendo que su
hizo con San Antonio y Santa Catalina.
petición procedía de verdadero a m o r , se la
Punto tercero. — Considerar como Cristo dió, y el Santo Apostol a n d a b a sobre el agua
nuestro Señor desde el monte vió el trabajo como por tierra firme; pero en comenzando
en que sus Discípulos andaban, y la necesidad á dudar, y á fallar en la Fe, luego se c o m e n -
que tenian de su favor y ayuda en aquel pe- <Aó á hundir.
ligro (Matth. 15, n. 25 y 27.), y desde allí se
P o n d e r a r q u e si t i e n e s fe y c o n f i a n z a , a n -
apiadó de ellos, y bajó á remediarlos, y a n -
darás por cima d e las a g u a s de tribulacio-
dando sobre las aguas, se les dió á conocer,
n e s y t e n t a c i o n e s c o m o p o r t i e r r a firme;
y les d i j o : Tened confianza, no temáis, que
pero e n c o m e n z a n d o á d u d a r , l u e g o to
yo soy.
h u n d i r á s . P o n d e r a r lo s e g u n d o , lo q u e te
Ponderarlo primero, como anduvo nuestro cumple no entrar en las ocasiones y ten-
Señor por e l ' m a r sin hundirse como dueño t a c i o n e s por t u p r o p i a v o l u n t a d ; p u e s S a n
de la tierra y del m a r , á quien todas las cria- P e d r o n o entró e n el m a r , n i se a r r o j ó al
turas obedecen y sirven, sino es el hombre. a g u a s i n el m a n d a m i e n t o d e Dios.
Lo segundo, como les dijo : No queráis temer,
que yo soy; esto es, soy vuestro Padre, vueslr De aquí puedes sacar, cuando te veas h u n -
ayudador, vuestro descanso. consuelo y alegrt dir en los peligros y trabajos, deseos de 11a-
n
m a r á Dios, pues, está en esto todo tu bien y pecados. La segunda sea confianza en la
remedio, el cual te d a r á su poderosa mano, misericordia de Dios, en quien halló remedio
como se la dió á S a n Pedro, y te sacara salvo esta pecadora, el cual también hallarás en él,
¿puerto seguro. si como imitaste á la que pecó, imitas á la
que se arrepintió.
MEDITACION XXV. P u n t o segundo. — Considerar que en s a -
D e la c o n v e r s i ó n d a l a M a g d a l e n a .
biendo la Magdalena que su Señor y Maes-
tro comia e n c a s a de Simeón Fariseo, toman-
Punto primero. — Considerar la traza de do un bote de alabastro, y u n vestido h u -
Maria Magdalena : antes de su conversión milde, s e fué a l l á á pedirle la salud de su alma.
era m u j e r liviana, a m i g a de conversaciones (Lúe. 7, n . 57.)
y pláticas m u n d a n a s , y solo estimaba lo que Ponderar como vino la pecadora al Justo
era conforme á su gusto y deleite, teniendo y S a n t o ; la enferma al Médico; la inmunda,
perdida la v e r g ü e n z a á Dios y a los h o m b r e s , al Santificador; la oveja perdida, al buen
sin ponérsele delante, que su h o n r a y fama Pastor, y llegándose á él, se arrojó á sus pies
andaba en boca d e todo el pueblo, que la tenia y sin hablar palabra, se los comenzó á besar
por pública pecadora. y regar con lágrimas de s u s ojos, pidiéndole
Ponderar, que a u n q u e esta m u g e r e r a tan con suspiros de su alma, que la reconciliase
mala como se h a dicho, en tocándola Dios su consigo, y la diese beso de paz.
corazon con la Divina inspiración, luego se Saca de todo esto cuan necesario es para
apartó de las ocasiones : encerrándose en un remedio de t u s pecados acudir á Cristo N. S r .
aposento, abrió la puerta al arrepentimiento, arrojándote á s u s pies, asiéndote de ellos,
y comenzó á d e r r a m a r lágrimas de s u s ojos, d e r r a m a n d o lágrimas, q u e sal g a n d e lo íntimo
y á desechar de sí las galas y joyas que fue- de tu corazon. Y como la Magdalena convir-
ron lazos con q u e el demonio la tenia presa. tió en i n s t r u m e n t o de satisfacción las cosías
De aquí sacarás deseos de n o diferir tu que h a b i a n s i d o ocasiondelsu perdición, em-
pleando en el servicio de Dios sus ojos, c a b i -
conversión c u a n d o Dios te tocare y llamare,
llos, labios, y olores preciosos, y á sí misma
aprendiendo de esta s a n t a pecadora á dese-
toda; asi t ú h a s de convertir en servicio suyo
char y aborrecer las cosas que te f u e r o n ins-
lo que antes empleabas en ofenderle, ponien-
trumento de ofenderle, procurando d o s c o -
do á los pies de Cristo toda t u h o n r a y gloria;
sas : La p r i m e r a sea temor de tu flaqueza, pues no h a y otro m a y o r ni mejor que estar
escarmentando en la Magdalena que de males asido de ios pies de este Señor v Maestro.
pequeños vino á caer en muchos y grandes
Punto tercero. — Considerar el juicio que
su carne, hizo u n a m u y dura y aspera peni-
hizo el Fariséo d e la Magdalena, teniéndola
tencia toda su vida, que d u r ó por espacio de
por pecadora, y á Cristo por poco amigo
de pureza, pues se dejaba tocar de aquella treinta y dos a ñ o s .
muger. Ponderar cuál vino esta m u g e r á los pies
de Cristo, y cual vuelve de ellos. Vino
Ponderar, c o m o l o s que se quieren volver
muerta, y vuelve v i v a : vino pecadora, y
á Dios, luego s o n m u r m u r a d o s y calumnia-
vuelve Santa : vino esclava del demonio, y
dos ; pero su Magestad toma á su cargo e.
defenderlos, como lo hizo con la Magdalena; enemiga de Dios, y vuelve hecha hija y espo-
poniendo ojos al Fariséo, para que viese á sa s u y a .
esta muger, á s u s lágrimas y suspiros, hu- Sacarás de aquí deseos de hacer p e n i t e n -
millación y c o n f u s i o n , para que considerán- cia de t u s pecados, pues este es el fruto que
dolo bien, se avergonzase y corriese de lo acarrea esta virtud, y no quieras olvidarte
poco que él hacia, p a r a que Dios le perdonase. luego de ellos, pareciéndote que te están ya
perdonados, pues n o lo hizo así esta Santa
De aquí puedes sacar deseos de servir y
y dichosa m u g e r ; y si la imitares, aunque
a m a r mucho á Dios, porque estas cosas mue-
ven á su magestad á clemencia v piedad para hayan sido m u c h o s mas, y mas graves los
perdonarte tus pecados, por gravesy enormes tuyos, y perdido m a s veces la gracia de Dios,
que sean, como lo hizo con esta santa peca- la podrás cobrar, y alcanzar tanta santidad,
dora, que de esclava del demonio, y prisio- que escedas á muchos j u s t o s que n o la per-
nera suya, la sacó libre de sus cadenas, y la dieron.
pasó á la suerte feliz y dichosa de los hiios
de Dios. MEDITACION XXVI.
Punto cuarto. — Considerar que Magdale- Del m i l a g r o d e los cinco p a n e s .
na, aunque oyó de l a boca de Jesucristo, que
todos sus pecados le e r a n perdonados, y ella r*unto primero. — Considerar la gran mi-
quedaba absuelta d e ellos á culpa y á pena, sericordia de Dios, tan desigual á la de sus
comunicándola m u y copiosa gracia; con to-
Apóstoles (Matth. 14, n. 15), pues le dijeron
do eso se quedó a s i d a de los pies de su Re-
viendo que n o tenia comida p a r a sustentar
dentor, sin quererse apartar ni levantar de
;anta gente que se habia quedado á oir su
allí hasta que su m a e s t r o la d i j o : Veteen,
D'vina palabra, que los despidiese para que
paz (Luc. 7, n. 50.) á lo cual ella le obedeció,
v comenzando lueco á tomar venganza de tinstasen de comer. Echó de ver Cristo la
cor. dad de esta misericordia, y la gran
Punto tercero. — Considerar el juicio que
su carne, hizo u n a m u y dura y aspera peni-
hizo el Fariséo d e l a Magdalena, teniéndola
tencia toda su vida, que d u r ó por espacio de
por pecadora, y á Cristo por poco amigo
de pureza, pues se dejaba tocar de aquella treinta y dos a ñ o s .
muger. Ponderar cuál vino esta m u g e r á los pies
de Cristo, y cual vuelve de ellos. Vino
Ponderar, c o m o l o s que se quieren volver
muerta, y vuelve v i v a : vino pecadora, y
á Dios, luego s o n m u r m u r a d o s y calumnia-
vuelve Santa : vino esclava del demonio, y
dos ; pero su Magestad toma á su cargo e.
defenderlos, como lo hizo con la Magdalena; enemiga de Dios, y vuelve hecha hija y espo-
poniendo ojos al Fariséo, para que viese á sa s u y a .
esta muger, á s u s lágrimas y suspiros, hu- Sacarás de aquí deseos de hacer p e n i t e n -
millación y c o n f u s i o n , para que considerán- cia de t u s pecados, pues este es el fruto que
dolo bien, se avergonzase y corriese de lo acarrea esta virtud, y no quieras olvidarte
poco que él hacia, p a r a que Dios le perdonase. luego de ellos, pareciéndote que te están ya
perdonados, pues n o lo hizo así esta Santa
De aquí puedes sacar deseos de servir y
y dichosa m u g e r ; y si la imitares, aunque
a m a r mucho á Dios, porque estas cosas mue-
ven á su magestad á clemencia y piedad para hayan sido m u c h o s mas, y mas graves los
perdonarte tus pecados, por gravesy enormes tuyos, y perdido m a s veces la gracia de Dios,
que sean, como lo hizo con esta santa peca- la podrás cobrar, y alcanzar tanta santidad,
dora, que de esclava del demonio, y prisio- que escedas á muchos j u s t o s que n o la per-
nera suya, la sacó libre de sus cadenas, y la dieron.
pasó á la suerte feliz y dichosa de los hiios
de Dios. MEDITACION XXVI.
Punto cuarto. — Considerar que Magdale- Del m i l a g r o d e los cinco p a n e s .
na. aunque oyó de l a boca de Jesucristo, que
todos sus pecados le e r a n perdonados, y ella r*unto primero. — Considerar la gran mi-
quedaba absuelta d e ellos á culpa y á pena, sericordia de Dios, tan desigual á la de sus
comunicándola m u y copiosa gracia; con to-
Apóstoles (Matth. U , n. 15), pues le dijeron
do eso se quedó a s i d a de los pies de su Re-
viendo que n o tenia comida p a r a sustentar
dentor, sin quererse apartar ni levantar de
;anta gente que se había quedado á oir su
allí hasta que su m a e s t r o la d i j o : Veteen,
[»•vina palabra, que los despidiese para que
paz (Luc. 7, n. 50.) á lo cual ella le obedeció,
v comenzando lueco á tomar venganza de buscasen de comer. Echó de ver Cristo la
cor. dad de esta misericordia, y la gran
d¿ escoger para tí ló que Cristo nuestro Señor
liberalidad de l a s u y a , q u e r i e n d o remediar
escogió para sí, tratando tu cuerpo con la as-
aquella necesidad, c o m o lo hizo.
pereza y rigor que él trató al suyo, confun-
Ponderar el c u i d a d o que Cristo tiene de diéndote de hoy m a s que la solicitud con que
proveer á la n e c e s i d a d d e los q u e le sirven, buscas las demasías y regalos en la comida
y lo que gusta q u e su misericordia n o sea e s - y bebida contra la voluntad del. Señor que
trecha, sino g r a n d e , e n s e ñ á n d o t e á levantar condena estas cosas.
los ojos al Cielo, y r e c o n o c i e r do, ave de allí
Punto tercero.— Considerar que en toman-
te ha de venir todo el b i e n .
do nuestro Señor el pan en sus santísimas
Saca de aquí deseo d e poner tu confianza,
m a n o s , lo bendijo, imprimiéndole virtud de
n o en el d i n e r o , a u n q u e le obedezcan todas
multiplicarle, de suerte que aunque cada
las cosas, no en el m u n d o , ni fuerzas h u m a -
cual de los que lo recibían comiesen de él no
. ñas, sino en la b o n d a d de tu Criador, cuya
se consumía, antes se multiplicaba y crecía.
m a n o , como dice s u Profeta, está siempre-
(Maith. 14, n. 18.)
abierta para s u s t e n t a r y d a r su bendición á
Ponderar lo primero, la Omnipotencia de
los h a m b r i e n t o s y necesitados, n o solo df
Dios, que tan fácilmente pudo convertir cin-
m a n t e n i m i e n t o c o r p o r a l sino espiritual
co Panes en millares de ellos, y Panes desa-
Punto s e g u n d o . — C o n s i d e r a r como p k bridos en sabrosos.
diendo Cristo n u e s t r o Señor á s u s Apóstoles Ponderar lo s e g u n d o , la providencia que
los cinco p a n e s que t r a i a n , luego ellos sin resplandece en este m i l a g r o ; porque siendo
repugnancia, y con m u c h a voluntad se los los que comían m u c h o s millares, y de dife-
ofrecieron y t a m b i é n ' o s dos peces que t e - rentes edades y complexiones, dándoles á
nian. todos un mismo pan los santifica y dejaba
Ponderar .a g r a n pobreza de este Señor y tan contentos con poca cantidad como con
los suyos, y el poco cuidado que tenian del mucha.
regalo y sustento c o r p o r a l ; p u e s para trece Saca de aqui u n gran deseo de fiar todas
personas, y o t r a s que se llegaban no tenian tus cosas, y á ti con ellas de las Omnipoten-
sino cinco p a n e s , y esos de cebada, que era tes manos de tu Dios, pues n o podrán dejar
el pan m a s desabrido, y propio de pobres, de multiplicarse, y tú de mejorarte, teniendo
que entonces habia. P u e s sustentando Dios á Cristo por tu Señor.
en el desierto aquel pueblo ingrato con Pan Punto cuarto. — Considerar que acabado
del Cielo, p a r a sí y s u s Apóstoles se pasaba el convite, m a n d ó Cristo á sus Apóstoles que
y sustentaba con pan de cebada. recogiesen lo que s o b r a b a : luciéronlo a s í , y
De aquí puedes sacar un firme proposño
llenaron de pedazos de pan doce canastas. Cristo nuestro Señor se trasfigurò, y quiso
Ponderar la liberalidad de este Señor de hacer de la tierra Cielo, y mostrar su gloria
premiar la b u e n a voluntad con que sus dis- y hermosura (Matth. 1), se retiró y apartó a
cípulos le ofrecieron los cinco Panes, pues lo alto de un monte, llevó consigo solo sui
les volvió por ellos doce canastas llenas de tres discípulos los mas amados y familia-
lindo pan, para darles á entender, que como res donde nadie sino ellos, gozasen de lm
ellos eran doce así quiso que las canastas consuelos y regalos que aquella noche de si.
fuesen doce, como quien daba una á cada Trasfiguracion les habia de hacer. \ pftff
uno, por la parte q u e habia renunciado de su mostrarse desfigurado en el Monte Calvario,
ración. y lleno de afrentas é ignominias, quiso qu<
Sacarás de aquí deseos de ser misericor- fuese á medio dia, y que todo el mundo es-
dioso y limosnero con los pobres de Cristo: tuviese delante.
porque á todos los que le ofrecen algo por
Ponderar que no á todos los justos hace
servirle, les torna m u c h o mas de lo que le
Dios estos regalos y mercedes, de que gocen
dan, como se vió en la misericordia que usó la gloria de su Trasfiguracion, sino a los
aquella viuda con el Profeta Elias (2 Reg. 57, mas fervorosos y queridos; y quiza no llevó
n. 23), que por u n poco de harina que libe- consigo á los demás, no porque fuesen tibios
ralmente le dió en n o m b r e de Dios, se la mul- en su amor que n o l o e r a n , sino por estar
tiplicó para m u c h o s dias- Y por un vaso de Judás entre ellos, que no merecía gozar de
mal vino que dieron á Cristo en las bodas á tanto bien, ni dejarle á él solo, por no infa-
que fué convidado, les dió seis tinajas llenas
de un escelentísimo vino. {Joan. 2, n. 8.) Y Sacarás de aquí cuanto te importa ser fer-
si así lo hace este Señor en la vida con los
voroso en el amor de Dios, y cuanto daño
pecadores, dándoles ciento por uno, qué dará
hace un malo en una comunidad de buenos,
en la eterna á los J u s i o s ? Darálcs, dice San
pues es causa de que los tales carezcan de la
Lucas, una medida buena, llena, apretada, col-
mada, que sobre y esceda infinitamente alo que mercedes v favores que Dios les hiciera , s
te hace por él. (Luc 6 , n. 5.) él no estuviera con ellos en su casa y com-
p u n t o segundo. - Considerar que Cristo
MEDITACION XXVII. se trasfigurò en la oracion dando licencia
D e la T r a s f i g u r a c i o n d e C r i s t o N u e s t r o S e ñ o r . para que la gloria del alma que estaba repre.
sada y detenida, se comunicase al cuerpo;
Punto primero. — Considerar que cuando pero esto fué ñor pocotiemoo. (Luc. 9 n . s s . )
mera, un gran deseo de las virtudes que estos
Ponderar que t u s pecados fueron causa de Santos tuvieron para privar con el Señor.
que aquel Cuerpo Santísimo careciese todo La segunda, que Dios nuestro Señor, en me-
el tiempo que vivió en este m u n d o de l a glo- dio de sus gozos y. alegrías mezclaba plática
ria que mostró tener en su Trasfiguracion. y de tristeza, de pasión y muerte, porqup
de que quedase pasible y m o r t a l ; y ya que mientras vivió no quiso tener un rato de pu-
se. le dió fuese por tan poco tiempo queriendo ro descanso, pues sus entretenimientos y
m a s proseguir el negocio de n u e s t r a R e d e n - gustos son tratar del padecer y morir Y todo
ción, y padecer y morir con gran ignominia eso á fin. de que tír tengas también siempre
por los h o m b r e s ; que descansar y gozar acá presente su Pasión, y gustes de pensar en
de su gloria. • ella y de hablar de ella á m e n u d o ; y córrete
Saca de aquí dos cosas. La primera sea de- de n o hacerlo asi.
seos de amar mucho m a s el trabajo y el p a - Punto cuarto. — Considerar que estando
decer con Cristo en el Monte Calvario, que los Apóstoles gozando de la gloria de la
gozar del descanso del -Monte Tabor. La s e - Trasfiguracion, deseó San Pedro quedarse
g u n d a , lo mucho que te importa ser m u y allí para s i e m p r e : y así dijo á Cristo : Bue-
amigo de la oracion y d.e aprovechar en ella, no es, Señor, que estemos aquí; como si dijera:
si quieres trasíigurarte en la imagen de Dios; Troquemos, Señor, todo lo demás por este
porque la oracion e s la que trueca y m u d a ía m o n t e ; troquemos todos los bienes y regalos
vida de terrena en celestial, y de h u m a n a en del m u n d o por los b ' e n e s de este Desierto
Divina. (Malí. 2, n. 4.)
Punto tercero. — Considerar que estando Ponderar que cuando Pedro vió glorioso a
tu Salvador con tanta gloria y Magestad, .su Maestro, quiso acompañarle y quedarse
aparecieron allí Moisés 'y Elias hablando con con él, pero al tiempo de la Pasión y del tra-
bajo, cuando le vió prender y maltratar dió á
él del esceso de la Muerte y Pasión que habia •
huir. Lo mismo pasa por ti, pues 110 duras
de padecer en J e r u s a l e n . (Malí. 17,11. 8.)
m a s en el servicio de Dios, que cuando él te
Ponderar que la c a u s a de escoger Dioi regala y consuela : y entonces dices lo que
nuestro Señor á estos dos Profetas entre otros el Apóstol dijo ; Si necesario fuere que yo
muchos, y honrarse con ellos, y honra'rlos muera contigo, no te negaré; pero en viendo
á ellos : fué por ser señalados en santidad y el peligro y trabajo, luego le dejas y vuelves
zelode.la observancia, de la Ley de Dios, y la espalda diciendo; No conozco ese hombre;
muy dados al a y u n o y oracion. y como Pedro no sabia lo oue decía, así no
Procura sacar de aquí dos cosas. La pri-
lo s a b e s tú, p u e s que antes de la Cruz y tra- zar lo que deseas diciendo á Dios • Mirad,
bajo, quieres la gloria y descanso. Señor, que el que amais está enfermo, y pues
Saca d t aquí amor á la Cruz y á la morti- sois Médico Celestial curadme : Mirad, Señor,
ficación, p a r a que vengas á gozar eterna- que estoy desconsolado, tibio, seco, indevoto,
mente de la inmensidad del consuelo que hay tentado de ira, de soberbia, de impaciencia; y
en la Gloria, p u e s u n a sola gota que gustó yues Fos sois el Todopoderoso y misericordioso,
San P e d r o acá de aquel rio de deleites que 'med misericordia de mi.
alegra la ciudad de Dios, absorto y fuera de Saca de aquí deseos de que este Soberano
sí, y olvidado de todo lo demás, viendo el Médico cure y s a n e tu alma, que la visite y
Cuerpo de Cristo con aquella claridad y her- consuele con su presencia, porque tiene y
m o s u r a le satisfizo tanto que quisiera tener padece grandes g é n e r o s de males y enferme-
allí para s i e m p r e su descanso, pero privóle dades.
Dios de aquella gloria temporal para darle Punto segundo. — Considerar que vinien-
la eterna. do Cristo con sus Apóstoles á Judea, entró
en casa de estas dos h e r m a n a s , y llegándose
MEDITACION XXVIII. Marta á él le dijo : Señor, si no hubieras esta-
do ausente, mi hermano no fuera muerto.
O e la r e s u r r e c c i ó n d e L á z a r o . (Joann. 8, n. 21.)
Ponderar lo primero, que si tu a n i m a está
Punto p r i m e r o . — Considerar que viendo muerta con el pecado es por haberse a u s e n -
Marta y María á su hermano Lázaro enfer- tado de Cristo : que si no te hubieras aparta-
mo, despacharon u n a carta tan discreta co- do de él, no b a s t a r a n tentaciones n i n g u n a s á
mo breve, diciendo estas palabras : Mirad, derribarte.
Señor, que el que amais esli enfermo. (Joann. Ponderar lo segundo, que como Lázaro en-
U , n . 3.) fermó y murió en ausencia de Cristo, asi
Ponderar que para negociar un alma con también cuando este Señor se ausenta, y ce-
Dios, no ha menester muchos preámbulos ni sa de hacerte las mercedes que suele, co-
palabras r e t ó r i c a s ; porque para con él, que mienzan á obrar en tí las pasiones, y las en-
sabe y penetra los corazones, pocas bastan, y fermedades de tibieza y flaqueza espiritual,
éicho común es, que la oracion breve penetra las cuales alguna vez suelen parar en muerte
los Cielos y llega á los oidos de Dios como de culpa.
llegó la de °.stas dos santas hermanas, á las t a c a r á s de aquí d e s e o s de n o apartarte de
cuales h a s de imitar para negociar y alcan- ellas, nialejarte de él, núes con su vista y
presencia todo el mal cesa, y la salud crece y 11, n. 56 y 45), y obedeciendo á su voz salió
ss aumenta. vivo y sano de la sepultura, el que antes es-
Punto tercero.— Considerar que antes qué taba en ella muerto, podridó y hediondo.
Cristo resucitase á Lázaro, dice el Evangelis- Ponderar la maravillosa virtud de la voz de
ta, que lloró Jesús, porque es propio de la Cristo, pues por ella se levantó y salió vivo
caridad llorar con los que lloran, como dice del sepulcro el que estaba muerto, y ella
San Pablo. (Ad. Rom. 12, n . 15.) bastara para resucitar á todos los difuntos,
Ponderar que UOra Cristo y g i m e , para que si no nombrara á solo Lázaro.
entiendas cuanto le dolieron tus pecados, y Saca de aquí deseos de que á esta voz re-
cuanta es la gravedad de ellos, pues tantas sucites tú y todos los que están espiritual-
veces lloró y padeció por ellos, y cuanta es mente muertos, para qué desterrado el peca-
lá dureza de tu corazon, y cuan poco sientes do del mundo, reiné la santidad y justicia, y
la malicia y gravedad de tus culpas, pues tan sea el Señor para siempre glorificado en sus
pocas lágrimas derramas por ellas. criaturas.
Ponderar lo segundo, cuan de piedra eres,
MEDITACION XXIX.
y mos que de piedra, pues haciendo ellas sen-
timiento en la muerte de tu Señor, no sientes U e l a e n t r a d a d e C r i s t o N u e s t r o Señor en J e r u s a - c r
con r a m o s .
lo que padece por tí y por tus. pecados, pues
que llorándolos él, tú ries, y entristeciéndose
Punto primero. — Considerar la grandeza
él, tú estás alegre. (Mallh. 17, n . 17.) De
de la caridad de tu Salvador, y la alegría y
aquí puedes sacar un deseo g r a n d e de sentir
regocijo con que entró en la Ciudad de Jeru-
y llorar tus graves pecados pues t a n t a s lágri-
salen á ofrecerse á la muerte por ti, pues en
mas le cuestan á tu Salvador. Y si seco y du.
este día quiso ser recibido, con tan grande
ro estás unge con ellas tus ojos y corazon
fiesta en señal del contento y júbilo que en
que en' su virtud se convertirán en fuentes
su corazon tenia por ver se llegaba ya la
de lágrimas, y serán poderosas para lavar y
Dora de tu Redención.
sacar las manchas de tus cu.pas y pecados,
Ponderar como Dios se apresta y apercibe
y para volverte la vida de la gracia que per-
con grandes ansias y alegría de padecer por
diste por ellos.
tí grandes trabajos y penas, y tú cuando se
Punto primero. — Considerar como Cristo
te ofrece algo que hacer por su servicio, ó
nuéstro Señor hizo quitar la losa que cubria
padecer por su amor te afliges y desconsue-
el Sepulcro, y luego levantó la voz y los ojos
las y huyes.
al Cielo, diciendo : Lásaro. sal á fuera (Joan.
Ponderar lo segundo, como todas las inju- Punto tercero. — Considerar que yendo es-
rias, persecuciones, ignominias y afrentas te Señor de los Angeles caminando sobre el
que este S e ñ o r habia recibido en Jerusalen, jumen tillo á deshora, por inspiración del
Cielo le salió á recibir y á h o n r a r innumera-
no e r a n parte para entibiar la mucha caridad
ble gente con r a m o s y p a l m a s e n las manos,
y a m o r q u e la tenia, esto es, á las almas. De
y con voces de loor y alabanza decian : Glo-
aquí p o d r á s sacar un encendido amor y deseo
ria sea á Dios en las alturas: y bendito sea el
de padecer algo por tal Señor y bienhechor
que viene en el nombre del Señor. (Mallh. 11,
tuyo, p u e s todas las veces que le has ofendi- n. 9.
do con t u s gravísimos pecados, que han sido
muchas, n o le han detenido para entibiar en Ponderar lo que h o n r ó el Padre Eterno á
su Santísimo Hijo, no solamente cuando en-
su pecho el amor que te tiene, y deseo de vi-
tró la primera vez en el m u n d o , y nació po-
sitarte p a r a que consigas su gloria por medio
bre en el Portal de Belén e n v i a n d o ejércitos
del dolor d e tus culpas.
de Angeles que solicitasen su entrada, y die-
Punto s e g u n d o . — Considerar la humildad sen el parabién y gloria á Dios y á los h o m -
del Hijo d e Dios y su pobreza, que siendo bres ; sino que el dia de hoy quiere que e n -
tanta q u e a n d a b a siempre á pie, quiso este trando humilde y m a n s o , se levanten ejérci-
dia e n t r a r triunfando en Jerusalen 110 en co- tos de hombres, que solemnicen su entrada
ches ni carrozas, sino en un jumeiiliüo, y ese en Jerusalen, y salida de este m u n d o , y die-
a g e n o : y a u n q u e entró con tanta humildad sen á Dios m u c h a s gracias y alabanzas por
le recibió todo el pueblo con gran júbilo, ale- tal beneficio.
gría y fiesta.
De aquí sacarás deseos de imitar la mucha
P o n d e r a r que la causa porque este Señor
devocion con que esta gente recibe á Dios, y
quiso q u e entonces todos le alabasen, é h i -
confúndete de ver la poca que tú tienes, pues
ciesen en s u entrada tanta honra, habiendo
te llegas á r e c i b i r á este Señor en el Santísi-
siempre h u i d o de ella, fué para que sus mo Sacramento con t a n t a flojedad y frial-
afrentas é ignominias fuesen mayores, y su dad.
d e s h o n r a m a s crecida. (Mallh. 21, n. 29.)
Punto coarto. — Considerar la devocion y
Saca d e aquí deseos de aborrecer la pompa
amor con que todos tendían por el suelo sús
m u n d a n a , y abrazar la pobreza, humildad y ropas y vestiduras, p a r a adornar el camino
m a n s e d u m b r e de tu Señor ; porque si estas por donde iba el Salvador, teniendo por dicha
son s e ñ a l e s y divisas de tu Rey y tu Dios cada uno arrojarse á sí, y todas sus cosas á
también lo han de ser de los que se p r e c i n a los pies de este Señor, para que hiciese de
ser vasallos.
todo lo que por bien tuviese, reconociendo,
MEDITACION xXX.
que á él, como á Señor y Dueño, se le debia
toda sujeción y rendimiento. De l i C e n a d e Cristo N u e s t r o Señor.
Ponderar el poco caso y estima que se debe
Punto primero. — Considerar como envió
nacer de la gloria del m u n d o ; pues reci-
Cristo nuestro Señor á Pedro y á J u a n , Após-
biendo boy al Salvador c o n tanta h o n r a , den-
toles suyos, para que fuesen á prevenir la
tro de muy pocos dias le tuvo por peor que
casa y huésped para la Cena del Cordero, y
Barrabás, y le quitó la vida dando contra él
luego el dueño de ella tocado del Divino Es-
voces, diciendo : Crucifícalo, crucifícalo. Y píritu ofreció la mejor pieza y m a s bien asea-
al que hoy predicaba p o r Hijo de David que- da de toda su casa.
es por el mas Santo de los Santos, mañana
Ponderar el favor y merced que Dios te
le tienen por el peor de los hombres y trata-
quiere hacer á tí en particular, de entrarse
do como un malhechor, cargándole u n a pe-
en su morada, que es tu alma, á celebrar ei
sada Cruz sobre sus Divinos hombros, para
ella esta fiesta y Pascua para hacerte parti-
que en ella fuese crucificado y muerto.
cipe de los.merecimientos.
Saca de aqui compasion, y lástima da ver •
Sacarás de aquí dolor y arrepentimiento
á este Señor de los Angeles tan abatido y
de haberlo hecho tan mal, pues no u n a sino
despreciado de los h o m b r e s , por honrarte á-
muchas veces has dado á Dios con la puerta
tí y á ellos tan á costa s u y a ; y tú deseas ser-
de esta tu casa en los ojos, y cerradola á sus
virle y honrarle mejor, diciéndole : Veis
divinas inspiraciones, y abierto á las perse-
aquí, Rey mío y Señor mió, que arrojo á cuciones de tus enemigos los demonios, á los
vuestros Santos pies, no solo mi hacienda, cuales tan de asiento has recibido y hospeda-
sino mí h o n r a , mi contento, mi salud, mi do, como si ellos fueran los dueños y señores
vida, y á mi mismo todo : pisad y holladme, de ella, y no Dios. Y así lo que te conviene
y haced d e mí lo que quisieres, que Vos sois ahora es, ofrecerle n o solamente la mejor
mí Dios, mi rey y Señor, el que sois Cabeza pieza de tu casa, que es tu alma, sino toda
de los Angeles y de los hombres, y mejor que ella, pues toda es suya, y ojalá fuera mejor de
todos ellos lo que es para que se agradara su Magestad
de estar y morar siempre en ella.
Punto segundo. — Considerar como en lle-
gando el dia en que se comia el Cordero Pas-
cual, quiso Cristo nuestro Señor cumolir con
aquella ceremonia de la Ley, y dar fin á las
s o m b r a s y figuras, y ser sacrificado como taria á este Señor, como habia de estar t e n -
verdadero Cordero, que quila los pecados del dido en la mesa de la Cruz muerto y desolla-
m u n d o , y en lugar y tiempo que se sacrifica- do con azotes, desangrado, y asado con f u e -
ba el Cordero Místico. Y así, estando este Se- go de tormento.
ñ o r á la mesa con sus Discípulos, y todo á Ponderar cuan desabrida le seria esta c o -
punto y aparejado les dijo : Con deseo he de- mida á tu Redentor, pues se mezclaba con
seado comer con vosotros esta Pascua, (Lúe. salsa de tan a m a r g a representación, como
22, n. 15.), para daros muestra de lo mucho era la de sus tormentos y Pasión. De aquí
que os quiero, como quien dice: Muchos dias puedes sacar deseos, cuando te sentares á la
ka que deseo grandemente este dia y esta hora mesa, d e mezclar con esta salsa de la Pasión
en la cual no se verán sino escarnios y vitupe- y trabajos de tu Salvador lo que comieres,
rios, bofetadas y pescozones y mas azotes. para que con este despertador no te dejes lle-
var del gusto y sabor de los m a n j a r e s ; y pa-
Ponderar el deseo tan grande que Dios tie- ra que si no te dieren la comida tan bien apa-
ne de padecer, y dar su vida por la tuya, te- rejada y sazonada, ni tan á punto como lo
niendo tales ansias de verse ya en el amargo deseas, tengas paciencia, y en que merecer,
m a r de su Pasión, y lidiando con la muerte, y que ofrecer á Dios sacando del mal este útil
esperándola como cosa de que tenia grande y provechoso bien.
h a m b r e , y de que gustaba mucho. Y esto era
lo que con grande deseo decia que estaba de- Punto cuarto. — Considerar conu, acaba-
seando, por serle tan gustosa y" sabrosa. Sa- da esta Cena legal, Cristo nuestro Señor d a -
ca de aquí confusion y vergüenza de ver que ría gracias á su Eterno P a d r e , y se ofrecería
rus deseos no son semejantes á los de tu Dios de cumplir enteramente su santa voluntad,
p Señor, de padecer y sufrir algo por su hon- como quien habia sido enviado en cuerpo
ra y gloria siendo tú tan digno de tu deshon- mortal para ser sacrificado y muerto en la
ra y desprecio, sino de gozarte y alegrarte, Cruz.
no para servirle á él, sino á tus apetitos, y á Ponderar lo que agradaría á Dios nuestro
tu carne. Señor esta ofrenda y sacrificio que su Santí-
simo Hijo de sí haría p a r a cumplir en todo
Punto tercero. — Considerar á Cristo nues-
su santa y Divina voluntad, pues sabia él muy
tro Señor, como estaría contemplando y m i - bien que donde esta renunciación falta, todos
rando el Cordero que delante de sí tenia s o - los demás sacrificios y holocaustos (no d á n -
bre la mesa tendido y muerto, desollado y dose u n o á sí mismo) son de ningún prove-
usado. No hay duda sino que se le represen- cho. De aquí podrás sacar deseos vivos de
ofrecerte todo á Dios con u n a pronta y ren- ' herbeces? Si Jesús por si mismo te enseña á
dida voluntad de ejecutar todo lo que te man- ejercitar las obras de humildad y caridad,
gustando m a s de hacer que m a n d a r ; ¿por
dare, por arduo y dificultoso que sea.
qué no h a r á s tú otro tanto, y pondrás m a n o s
á la obra, de la cual se te ha de seguir tanto
MEDITACION XXXI. provecho, y tan copioso fruto ?
Del L a v a t o r i o d e i o s p i e s . Punto segundo. — Considerar el coloquio
que pasó Cristo con e¡ Apóstol San Pedro
Punto primero. — Considerar, como aca- cuando llegó á lavarle los pies, ei cual con-
bada la Cena, Cristo nuestro Señor por si mis- siderando con viva fe la grandeza de su Se
mo, y sin ayuda de nadie, lavó, no las manos ñor- y su infinita bajeza, vino á decir con ad
sino los pies sucios y lodosos de u n o s pobres miración : (Joan. 12, n. 6.) Señor, ¿tú á mi
Pescadores, Discípulos s u y o s , y amorosa y lavas los pies? ¿ Tú, Dios infinito, y Señor de
tiernamente con u n a toalla se los enjugó y todas las cosas criadas, á mi el mas bajo de lo-
limpió. (Luc.i3, n. 5.) dos ellas ? ¿ Tú, criador de los Cielos, y tierra,
Señor de los Angeles y Serafines, á mi, criatu-
Ponderar la escelencia d e la Persona que
ra luya, esclavo tuyo, pecador vilísimo, quieres
hace esta obra tan b a j a y s e humilla tanto.
lavar con esas manos, que dan visla á los cie-
Este es el Criador del m u n d o , la hermosura
gos, salud d los enfermos, y vida á los muer-
del Cielo, el resplandor de la Gloria del P a -
tos, no mi cabeza, ó mis manos, sino mis su-
dre, y Fuente de la Sabiduría, en cuyas m a - cios y abominables pies? Yo, Señor, luibia de
nos puso Dios el Cielo, la Tierra, el Infierno, hacer esto, y aun de ello me hallo por muy in-
la vida, la muerte, los Angeles, y los h o m - digno.
bres, y el Poder de p e r d o n a r pecados, y la
salud y justificación de las almas, y la gloria PouJerai - lo que un Dios u n alto hizo por
de los Justos, y de todos los tesoros de Dios. un hombre tan b a j o ; y á lo que se puso por
Este Señor tan grande en la Magestad, se aba- hacernos humildes. Y sintiendo a l t a m e n t e
tió á este acto de tanta humildad y caridad. de Cristo, y bajamente de tí, sacarás afectos
Saca de todo esto gran confusion de tu s o - de admiración, de acción de gracias, é imita-
berbia y de tu infinita bajeza, admirándote, ción, proponiendo la necesidad que tienes ¿e
que su Magestad te lave y limpie, p u e s tan
si Jesús infinitamente sabio y poderoso, así
humilde es, y tan deseoso de hacer este bien,
se humilló y despojó de las ricas y preciosas
para que tengas parte en él, atento que tú no
vestiduras de su gloria y grandeza; como tú,
lo puedes hacer ni otra h u m a n a criatura tie-
sumamente ignorante y pobre, así te e n s o -
DEL L A V A T O R I O 201
ne de suyo este poder, ni autoridad, sino es
trueque y convierta tu corazon de piedra en
el mismo hijo de Dios.
corazon de carne, para que sientas sus divi-
P u n t o tercero. — Considerar como J e s u -
nos toques, y abraces sus amorosos ejem-
cristo nuestro Señor prosiguiendo con su
plos.
ejercicio de humildad y caridad, quiso ejer-
Punto cuarto. — Considerar, como habien-
citarle también con J u d a s ; y postrándose á
do acabado Cristo nuestro Señor esta obra
sus pies, como si fuera él Señor, y Jesús su
de tanta humildad y caridad, tomó sus vesti-
siervo, se los lavó, y limpió, y aun con algu-
duras, y tornóse á sentar á la mesa, y dijo á
nas muestras de mas a m o r , para enternecer
sus Apóstoles: ¿ Sabéis lo que he hecho con
aquel d u r o y rebelde corazon, y rendirle, si vosotros ?
pudiese, con esta inestimable caridad y h u -
Ponderar esta pregunta en la cual quiso
mildad. este Señor decir: ¿ Sabéis el misterio que en
Ponderar á Cristo nuestro Señor á los pies esta obra eslá encerrado, y el fin para que la
de un tan mal h o m b r e como Judas, y piado- hice? Haz cuenta que te dice á ti Dios : ¿Sa-
samente se puede creer, que estando Cristo bes lo que he hecho contigo? ¿Los bienes que
tan humillado delante de este traidor y mal te he dado, y los males y lazos de que te he li-
Discípulo, le diria, derramando lágrimas de brado! ¿Sabes lo que me humillé por ti, para
sus ojos por la dureza, y miseria de su cora- levantarte á tí ? Sabes que me hice hombre para
zon : Ea, Apóstol mió Judas, dame acá esos hacerle á ti hijo de Dios ? ¿ Pues si yo, siendo
pies, que le los quiero lavar, regar y limpiar, tu Señor y Maestro, le he lavado los pies; eslo
víspera del dia en que han de ser clavados y es, asi me humillé; cuánta mayor razón es que
lavados con sangre los mios por tus pecados. Y le humilles y ejercites en obras de humildad y
si tienes alguna queja de mi, aqui estoy á tus caridad, pues toda mi vida he yo gastado en
pies, haz de mí lo que quisieres, con tal que no darle raros y admirables ejemplos de estas y
me ofendas, ni le pierdas. oirás virtudes ?
Saca de este insigne acto de humildad dos Saca de aquí deseos de hacerlo así de hoy
cosas. La primera sea motivo de a m a r al mas, como Jesucristo te lo aconseja y pide,
que tanto se h u m i l l ó : tomando de aquí ejem- porque humillándote hallarás siempre gracia
plo para humillarte en razón de hacer bien en sus Divinos ojos, para levantarte á la dig-
i t u s prójimos, a u n q u e por ser ruines no lo nidad de hijo del Señor.
merezcan. (Ezech. 11, n. 19). La segunda sea
aviso de esta dureza de J u d a s , para escar-
mentar en agena cabeza, suplicando á Dios
d o n d e Cristo e n t r a , y reside p o r medio de
MEDITACION XXXII. este Divino S a c r a m e n t o , la cual té conviene
De la i n s t i t u c i ó n del S a n t í s i m o S a c r a m e n t o .
m u c h o t e n e r aderezada con lodo g é n e r o de
virtudes, que s o n la tapicería d e la casa en
P o n t o p r i m e r o . - C o n s i d e r a r la grandeza que Dios m o r a .
dei a m o r q u e Cristo t e n i a a los h o m b r e s ; P o n d e r a r lo s e g u n d o , como Cristo n u e s t r o
pues en la m i s m a n o c h e d e s u P a s i ó n , cuan- Señor estima en m u c h o u n a voluntad b u e n a
do ellos t r a t a b a n d e darle m u e r t e , y comerle y p r o n t a d e recibirle, sin hacer caso de g r a n -
á bocados, y b e b e r l e la s a n g r e con terribles dezas ni escelencias del m u n d o . Y por eso
t o r m e n t o s y d e s h o n r a s , él los a p a r e j a b a este quizá no .711ÍSO que se declarase el n o m b r e de
s o b e r a n o b o c a d o , y c o n v i t e Celestial, para este h o m b r e que le dió su Casa, ó Cenáculo,
para significar, q u e n o r e p a r a ni hace caso
d a r l e s la vida. , , de que sea rico ó p o b r e , noble ó plebeyo, le-
P o n d e r a r , q u e n i l a s p e r s e c u c i o n e s de los trado ó idiota el que l e ha.de recibir en su a l -
m a l o s , ni la p r e s e n c i a d e la m u e r t e , y de t a n m a ; sino s o l a m e n t e d e que le ofrezca lo que
tos t o r m e n t o s f u e r o n p a r t e p a r a t u r b a r s u c » tiene con u n a b u e n a y devota v o l u n t a d . Sa-
r a z ó n , n i e n t i b i a r su m u c h a c a r i d a d , p m carás de aquí afectos y deseos de darte todo á
que d e j a s e d e r e g a l a r c o n este c o n v i t e sobe- este S e ñ o r , y ofrecerte á su s e r v i c i o ; pues
rano á s u s escogidos. De aquí p u e d e s sacar siendo tú tan m i s e r a b l e , vil y b a j o , u s a con-
d e s e o s de q u e n i n g u n o s t r a b a j o s , desprecios, tigo de t a n t a misericordia que te q u i e r e . h a -
ni p e r s e c u c i o n e s , t o r m e n t o s , n i p e n a s , sean cer casa y m o r a d a s u y a , en q u i e n celebrar
parte p a r a a p a r t a r t e d e é l , ni p a r a q u e deje* s u s Sacrosantos beneficios.
de ser siervo d e Dios, y d e recibirle a m e n u -
P u n t o tercero. — Considerar, c o m o e s -
d o e n este Santísimo S a c r a m e n t o , p u e s para
tando Jesucristo n u e s t r o Señor s e n t a d o á la
esto s e q u e d ó acá d e b a j o d e las especies de
m e s a , tomó en s u s b e n d i t a s m a n o s un pan de
pau, que es m a n j a r q u e t o d o s c o m e n , g r a n d e s
los que allí estaban, y d i c i e n d o : Esle es mi
Y pequeños, pobres y r i c o s .
Cuerpo. (Matih. 26, n . 25.), en virtud d e ellas
P u n t o s e g u n d o . - Considerar el lugar que m u d ó la sustancia de pan en su Saniísimo
Cristo n u e s t r o Redentor escogió para insti- Cuerpo.
tuir este Santísimo S a c r a m e n t o , q u e f u e u n
P o n d e r a r la Omnipotencia d e este Señor,
Cenáculo g r a n d e , ofrecido c o n m u y b u e n a pues en u n i n s t a n t e convirtió el pan en su
voluntad por u n h o m b r e , c u y o n o m b r e n o se Carne, d e tal suerte, q u e todo Dios y Hombre
declara. entero está debaio d e u n a cantidad m u y pe-
P o n d e r a r , que este Cenáculo es tu alma.
quena de la Hosüa, y en cada parte de ella., está en los Cielos. (Mallh. 16. n. 16.) San Juan
sin que se divida y aparte el Cuerpo, aunque avivaría los afectos de amor, viendo que su
se divida y parta la Hostia. Lo segundo, p o n - Maestro, n o solamente le pagaba consigo, y
derar, que n o dijo Cristo nuestro Señor, eso reclinaba en su pecho, sino que le recibía
es parte de m i Cuerpo, ó mi C a r n e ; sino es- dentro de él para juntarse con él. Sacarás de
te es mi Cuerpo todo entero y perfecto; por- aquí deseos, cuando te llegares á recibirá este
que a u n q u e cualquiera partecita de su Carne Señor, de llevar contigo las virtudes de fe,
bastara p a r a santificarnos, quiso poner allí a m o r y pureza que estos Santos Apóstoles
todos sus m i e m b r o s ; reto es, su cabeza, ojos, llevaron, para que saques el provecho que
oidos, pecho, y corazon, para darte a enten- ellos sacaron, y sigas al Señor que ellos si-
der, que con s u s miembros santísimos que- guieron. Adviértase, que al fin del Libro Ter-
ría santificar todos los miembros del que le cero se escriben algunas Meditaciones y Con-
recibe, y s a n a r todo el hombre entero. Saca sideraciones de este Sacrosanto Misterio, pa-
de aquí deseos de darte á Dios nuestro Señor, ra antes y despues de haber recibido el San-
tísimo Sacramento. Allí las podrá ver el de-
y emplear todos t u s miembros y sentidos en
seoso de saber aparejarse, y de dar gracias á
su servicio, para que todo tú seas vivo retra-
nuestro Señor por el beneficio que de él ha
to suyo.
recibido.
P u n t o cuarto. — Considerar, como Cristo
nuestro Señor comulgó á todos sus Apóstoles,
y les dió en este Divino Sacramento todo cuan-
MEDITACION XXXIH.
to tenia, que fue su Santísimo Cuerpo y San-
are Alma, Divinidad v Humanidad, para que P e la Ida d e l S a l v a d o r al H u e r t o , y d e la o r a c i o o y
se acordasen de lo mucho que los quiso, y de aflicción q u e alli t u v o
lo que por su c a u s a padeció.
Ponderar la reverencia y devocion con que Punto primero. — Considerar el gran d e -
aquellos Bienaventurados Apóstol es tomarían seo que tenia Cristo nuestro Señor de padecer
aquel benditísimo Pan, y le recibirían en sus afrentas, escarnios y vituperios por nuestro
entrañas. San Pedro avivaría allí la Fe, di- amor, y por parecerle que se tardaba mucho
ciendo á lo que estaba encerrado en aquel sa- aquella hora en la cual, embriagado de amor,
grado Pan : ¿ Tu eres Cristo, Hijo de Dios vi- babia de quedar desnudo como otro Noé, pa-
lo? y N. Señor le respondería Bienavenlu ra que se viese que n o huía. [Matlli. n. 46.)
rado eres, Simón, porque ni la carne, ni la san- fcn acabando la Cena se fué al Huerto á orar,
gre te ha revelado esto, sino es mi Padre, qut porser lugar muy conocido del traidor Judás,
qne le.habia de e n t r e g a r , como quien de su ios tormentos y muerte que á tu. Dios es-
voluntad se iba á ofrecer á la muerte. pera, pues fuiste la causa de sus penas y tra-
Ponderar como este Señor por ningunos bajos.
trabajos y peligros quiso dejar sus buenos y Procura ya de hoy mas aborrecer los peca-
oablcs ejercicios en Oración y Meditación, dos, y huirlos, pues ves á este Señor cual e s -
pues acabada la Cena se fué á la soledad á tá por librarle de ellos, y de la eterna pena
que por ellos merecías.
orar antes de e n t r a r en la conquista de su
Pasión. Saca de aquí confusion de tu tibieza Punto tercero.— Considerar la perseveran-
y negligencia, pues p o r cualquiera liviana cia que Jesucristo nuestro Señor tuvo en su
lugar y prolija oracion, en la cual muchas
ocasion, dejas la o r a c i o n , y té olvidas de tus
veces pidió, y suplicó á su Eterno Padre una
loables ejercicios; h a b i e n d o de ser al contra-
m i s m a cosa, y fué que pasase de él aquel Cá-
rio, que en tiempo de m a y o r e s peligros, tra-
liz amargo de su Pasión. (Mallh. 29, n. 59.)
bajos y tentaciones, h a b i a s de acudir m a s á
Ponderar la devocion, sentimiento, lágri-
Dios, por ser la oracion único •emedio para •
mas y tristeza de este Señor; su soledad y
no caer en ellas.
desamparo en tal aflicción, viéndose apartado
Punto segundo. — Considerai • como en lle-
d e s ú s Apóstoles, que legos de él eslaban dur-
g a n d o tu Redentor al Huerto se apartó de sus miendo y r o n c a n d o ; y su Eterno Padre, que
Apóstoles y Discípulos, y comenzó á entris- no le daba respuesta, ni despachaba su peti-
tecerse y estar afligido. (Mallh. 14, n. 17.) ción : su Madre Santísima, que estaba ausen-
Ponderar qué es lo q u e da pena, y aflige á te, y apartada de é l : sus enemigos, que se
este Señor^ que es la alegría de los.Angeles, acercaban muy a p r i e s a ; y con lodos esos
y el espejo en quien se m i r a n los Bienaven- trabajos y desconsuelos siempre perseverante
turados, y hallarás que l a causa de esta aflic- en su oracion. De aquí puedes sacar la g r a n -
ción fué el temor de los tormentos y muerte de estima que debes hacer de la oracion,
tan terrible que le a g u a r d a b a . También f u é pues te enseña Cristo, que el único remedio
causa de esta p e n a y tormento que padecía de tus penas y tristezas n o es parlar ni c o n -
la memoria y viva aprensión de los pecados versar con los hombres, sino estar con Dios
d e todos los h o m b r e s presentes, pasados, y en la oracion, confiando que lo que al p r i n -
• por venir, y la m u c h e d u m b r e , y gravedad de cipio se te niega, al fin se te vendrá á c o n -
ellos, y el gran daño que causan en ellos, ceder, si fuera cosa que te cumple y con -
condenándolos á los tormentos del Infierno. viene.
todo esto le e r a causa d e terrible pena. De
Punto cuarto. — Considerar como viendo
aquí sacarás afectos de tristeza y de dolor por
ditísima el padecer y morir, le envió un An-
el Hijo de Dios, que la primera ni segunda gel del Cielo para qne le confortase y esfor-
vez no le daba respuesta su Eterno Padre, zase, y le propusiese la gloria que á Dios re-
acudió á la tercera; y repitiendo la misma sultaría, y el beneficio que haria á todo el
oracion con grande a m o r y confianza dijo . Linage Humano por medio de su Pasión, 3
Padre, si eres servido, pase de mi este Cáliz que por aquel abatimiento y tormento de la
mas no se cumpla mi voluntad, sino la luya. Cruz, su n o m b r e seria ensalzado v adorado
[Luc. 21. n . 42.) de toda criatura.
Ponderar que la causa porque e. Pacire Ponderar que aquel Señor de todos los An-
Eterno dilató tanto oir la oracion de su San- geles (como si estuviera olvidado de su Divi-
tísimo Hijo, fué para darte á entender la gran- na Magestad) quiso ser confortado de u n o de
de necesidad que tú y todos teníamos de la sus criados; y siendo fortaleza del Padre, y
Pasión y Muerte de su Hijo benditísimo. Sa- el que con su poder rige y sustenta el m u n d o ,
carás d e a q u i lo primero, deseos de no q u e - recibir alivio y consuelo de un Angel, por
jarte ni enfadarle cuando orares, de que no haberse hecho, cuanto de la naturaleza h u -
te oye Dios, que sí te oye. Porque si á Cristo mana, inferior á los Angeles. (Ps. 5, n. 9.)
nuestro Señor, que merecía ser oído á pri- Saca de aquí, que el oficio de los Angeles es
mera palabra, no le dan respuesta hasta que asistir á los que oran, para consolarles, a n i -
o r a tercera vez; que mucho te la dilate á ti, marlos, y para presentar á Dios sus oracio-
que por ser tan gran pecador, no merece? n e s ; porque cuando se hacen como se debe,
ser oido? Lo segundo, sacarás, que muchas tienen su efecto, pues Dios nos libra de la
veces no te quiere Dios dar el consuelo en la tribulación cuando se lo suplicamos, y nos da
oracion, ni remediar tu necesidad, para que fuerza para sufrirla, y llevarla con paciencia
conozcas y eches de ver la que tienes de acu- y alegría; y cree, que este consuelo y p r o -
dir á él con paciencia y perseverancia. vecho sacarás en tus penas y aflicciones, si
acudieres en ellas á la oracion, como Dios
nuestro Señor le tuvo en las suyas.
MEDITACION XXXIV.
Punto segundo. — Considerar que orando
t ) e la a p a r i c i ó n del A n g e l y s u d o r d e s a n g r e . el Hijo de Dios con mas afecto y fuerza, c r e -
ció tanto la congoja, temor y tristeza de la
Punto primero.— Considerar que el Eterno muerte que le esperaba, y de los muchos tor-
Padre, viendo á su Santísimo Hijo en tantt mentos que en ella habia de pasar, que vino
aflicción y congoja, que según la voluntad reventar y verter por todo su cuerpo un
de la parte inferior, rehusaba su carne ben
ditísima el padecer y m o r i r , le envió u n A n -
el Hijo de Dios, que la p r i m e r a ni segunda gel del Cielo p a r a qne le confortase y e s f o r -
vez n o le d a b a r e s p u e s t a su Eterno Padre, zase, y le propusiese la gloria que á Dios re-
acudió á la t e r c e r a ; y repitiendo la m i s m a sultaría, y el beneficio que haría á todo el
oracion con g r a n d e a m o r y confianza dijo . Linage H u m a n o p o r m e d i o de su P a s i ó n , 3
Padre, si eres servido, pase de mi este Cáliz que p o r aquel abatimiento y t o r m e n t o de la
mas no se cumpla mi voluntad, sino la luya. Cruz, su n o m b r e seria ensalzado v adorado
[Luc. 21. n . 42.) de t o d a criatura.
P o n d e r a r que la c a u s a porque e. Pacire P o n d e r a r que aquel Señor de todos los An-
E t e r n o dilató tanto oir la oracion de su S a n - geles (como si estuviera olvidado de su Divi-
tísimo Hijo, fué p a r a darte á e n t e n d e r la g r a n - na Magestad) quiso ser confortado de u n o d e
de necesidad que tú y todos teníamos de la s u s c r i a d o s ; y siendo fortaleza del P a d r e , y
Pasión y Muerte d e su Hijo b e n d i t í s i m o . S a - el que con su p e d e r rige y s u s t e n t a el m u n d o ,
carás d e a q u í lo p r i m e r o , deseos de n o q u e - recibir alivio y consuelo de u n Angel, por
jarte ni enl'adarle c u a n d o orares, de que n o h a b e r s e hecho, c u a n t o d e la naturaleza h u -
te oye Dios, que sí te o y e . P o r q u e si á Cristo m a n a , inferior á los Angeles. (Ps. 5, n. 9.)
nuestro Señor, que merecía ser oido á p r i - Saca de aquí, que el oficio d e los Angeles es
m e r a p a l a b r a , n o le dan respuesta hasta que asistir á los que o r a n , p a r a consolarles, a n i -
o r a tercera vez; que m u c h o te la dilate á ti, m a r l o s , y para p r e s e n t a r á Dios s u s o r a c i o -
que por ser tan g r a n pecador, n o merece? n e s ; p o r q u e c u a n d o se hacen c o m o se debe,
ser oido? Lo s e g u n d o , s a c a r á s , que m u c h a s t i e n e n s u efecto, pues Dios nos libra de la
veces n o te quiere Dios d a r el consuelo en la tribulación c u a n d o se lo s u p l i c a m o s , y nos da
oracion, ni r e m e d i a r tu necesidad, p a r a que fuerza p a r a sufriría, y llevarla con paciencia
conozcas y eches de v e r la que tienes de acu- y a l e g r í a ; y cree, que este consuelo y p r o -
dir á él con paciencia y perseverancia. vecho s a c a r á s en tus p e n a s y aflicciones, si
acudieres en ellas á la o r a c i o n , c o m o Dios
nuestro Señor le t u v o e n las s u y a s .
MEDITACION XXXIV.
P u n t o s e g u n d o . — Considerar que o r a n d o
t)e la aparición del Angel y sudor de sangre. el Hijo d e Dios con m a s afecto y fuerza, c r e -
ció tanto la congoja, t e m o r y tristeza de la
Punto p r i m e r o . — Considerar que el Eterno m u e r t e q u e le esperaba, y d e los m u c h o s tor-
Padre, viendo á su Santísimo Hijo en t a n t t m e n t o s que en ella habia d e p a s a r , que vino
aflicción y congoja, que s e g ú n la voluntad reventar y verter p o r todo su c u e r p o un
de la parte inferior, r e h u s a b a su c a r n e ben
sudor de s a n g r e tan copioso, que corrió hasta pecho, y espaldas, quedando todo él e m p a -
la tierra. pado y teñido en ella. Saca de aquí deseos
P o n d e r a r lo p r i m e r o , la grandeza de los üe que todas las partes y m i e m b r o s de lu
dolores de Cristo, p u e s s; sola la r e p r e s e n t a - tuerpo se conviertan en lenguas para alabar
ción de ellos hizo u n efecto tan nuevo, y tan el a m o r y misericordia de tu Dios, y en ojos
estraño e n aquel S e ñ o r , que e s la virtud y para llorar l á g r i m a s de s a n g r e por tus pe-
fortaleza de Dios, q u é seria el padecerlos? lados; y en m a n o s para tomar venganza y
(Luc. 2, n . 14.) Lo s e g u n d o , ponderar el lastigo de lu carne con d u r a s y a s p e r a s peni-
ejemplo q u e te d a este Señor, de luchar con- tencias ; pues ella fue la causa de que en
t r a tus pasiones, apetitos, y malas Inclina- aquella h o r a padeciese tu Salvador espiritual»
c i o n e s , resistiéndolas t o d a s valerosamente, mente de tropel y por j u n t o lo que d e s p u e s
h a s t a d e r r a m a r la s a n g r e , si necesario f u e r a , había de padecer en diferentes h o r a s .
para vencerlas. De aquí sacarás deseos de Punto cuarto. — Considerar el ánimo y el
luchar c o n t r a ellas, p o n i e n d o delante dé los esfuerzo que la c a r n e Santísima de Cristo
o j o s todas las c a u s a s que te causen t e m o r y sacó de la o r a c i o n , p a r a acometer á los m u -
espanto en el c a m i n o de la virtud, en el c u m - chos t r a b a j o s de su P a s i ó n , fortaleciéndola
plimiento de la Divina voluntad, a h o r a sea para e m p r e n d e r lo q u e antes naturalmente
t e m o r de pobreza, d e s h o n r a , enfermedad, do- aborrecia y huia, que e r a la m u e r t e .
lor, ó cualquiera otra dificultad, y así saldrás Ponderar, que la c a u s a de este esfuerzo y
con victoria de ellas. valor que aquí m o s t r ó este S e ñ o r , entre otras
fueron d o s : La primera, ver que con su
Punto tercero. — Considerar la inmensidad
muerte (como principal Caudillo y Cabeza
del a m o r de Cristo n u e s i r o Señor, y liberali-
nuestra), s a n a b a todas las mortales heridas y
dad g r a n d e que m u e s t r a en d e r r a m a r de su
llagas q u e padece el Cuerpo, místico de su
voluntad su s a n g r e por tí, no queriendo e s -
Iglesia que s o n los Fieles. La s e g u n d a , para
perar á que los v e r d u g o s se la sacasen con
dar esfuerzo, valor, y brio á s u s escogidos,
los azotes, espinas y c l a v o s ; s i n o que antes
para vencer y rendir á s u s enemigos espiri-
de esto quiere, que s u imaginación y s a n t o
t u a l e s ^ corporales, padeciendo por él, y por
zeló sean s u s a t o r m e n t a d o r e s , s u s azotes y
s u h o n r a y gloria, trabajos, persecuciones,
espinas. P o n d e r a r cuan g r a n d e seria la c o n -
a f r e n t a s t o r m e n t o s , cruz y muerte, como lo
goja de este Señor por la a p r e n s i ó n de todos
hicieron u n San Pedro, San Pablo, Andrés,
los t o r m e n t o s que h a b i a d e padecer en cada
Esteban y Lorenzo, y otros muchos, i m i -
parte de su cuerpo, p u e s m e nastante á s u f r i r
tando. oorno b u e n o s Soldados, á su valerosr
y reventar la s a n g r e por su rostro, cuello,
Capitan, que fue delante de ellos, dándoles ?are, p o r q u e n o llegue tu maldad á tanto,
g r a n d e s ejemplos de s u f r i m i e n t o y paciencia. que del bien s a q u e s mal.
De aquí puedes sacar deseos d e amarle, co- Punto s e g u n d o . — Considerar que la señal
m o buen Soldado d e Cristo, con las armas q u e h a b i a dado este traidor á los Ministros
de la o r a c i o n , que son a r m a s de luz, para de S a t a n á s p a r a e n t r e g a r á su Maestro, fue
que en todos l u s t r a b a j o s p u e d a s pelear y sa- d e c i r l e s : Mirad que al que yo besare, eti e»,
lir con victoria de t u s e n e m i g o s , Mundo, De- tenedle fuertemente. (Matth. 16, n. 18.)
m o n i o y Carne. P o n d e r a r c o m o con n i n g ú n otro cebo ha
hian d e a r m a r lazos al Maestro de la vida
MEDITACION XXXV. s u s e n e m i g o s sino con s e ñ a l de a m o r , acep-
P e la venida de Judas y maltratamiento del Señor. tando este cruel b e s o , p a r a q u e b r a n t a r con la
iulzura d e su m a n s e d u m b r e la d u r e z a de
Punto p r i m e r o . — Considerar, como a c a - aquel rebelde y o b s t i n a d o corazon. De aquí
bada la oracion llegó aquel falso amigo Judás s a c a r á s g r a n confianza en la misericordia de
con un Escuadrón de gente a r m a d a , h e c h o í'ste Señor, que n o d e s e c h a r á tu osculo, ni de
Adalid y Capitan s u y o , p a r a prender á Cristo i o s pecadores que desean reconciliarse con
nuestro Señor. (Maitli. 16, n . 67.) t-í, y c o b r a r la a m i s t a d p e r d i d a , pues n o d e -
P o n d e r a r á qué e s t r e m o d e males llegó sechó el beso del q u e tan vilmente le vendia
este miserable, por n o r e s i s t i r á los principios c-orno J u d á s .
de su codicia. Y qué otra c o s a se puede P u n t o tercero. — Considerar c o m o salió
a g u a r d a r de tí. si n o resistes á las tuyas, Jesucristo n u e s t r o Señor al e n c u e n t r o á aque-
atento, que n o tienes tales, ni tan b u e n o s a p a - flos Ministros de Justicia, y p r e g u n t á n d o l e s :
rejos para la virtud, c o m o los t e n i a este, p u e s i A quien buscáis? Ellos respondieron : A
n o a p r e n d e s en tal escuela, n o ves tales m i l a - lesus Nazareno. Y el Señor les d i j o : Yo soy:
gros, n o c o n v e r s a s c o n tal Maestro, n i con (Joan. 18, n . 4.)
tales Discípulos? Y todo esto n o fue causa P o n d e r a r lo p r i m e r o . Aquella palabra de
p a r a r e p r i m i r á este desdichado Apóstol, y Cristo : ¿ A quien buscáis ? Como si d i j e r a :
detenerle p a r a que no c a y e s e , c o m o otro L u - Advertid, hombres, que buscáis á un hombre
cifer, del m a s alto estado d e la Iglesia, en el justo é inocente, que á todos hace bien, y á
m a s p r o i u n d o a b i s m o de maldad, como era nadie vial. Buscáis al que bajó del Cielo al
ser ei p r i m e r c o n j u r a d o en la m u e r t e d e iutlo por vuestra salud, y le buscáis pa» a qui-
Cristo Saca de todo esto un g r a n t e m o r d e tarle la vida. Saca de aquí, deseos de l a s c a r
los juicios d e » i o s . suDlicándole n o t e d e s a m - á este Señor, pero de diferente m a n e r a ; esto
es, p a r a t u s a l u d y r e m e d i o y p a r a s u h o n r a estas i n h u m a n a s fieras, pues s e e m p l e a r o n
y gloria,y confian, q u e buscándole de esta e n i n j u r i a r y a t o r m e n t a r al Hijo de Dios, de
suerte, lo h a s d e h a l l a r , y h a l l á n d o l e , p o - quien tantos y tan infinitos beneficios habían
seerle y g o z a r l e . recibido, y á q u i e n poco a n t e s j u z g a b a n por
digno de s u m a h o n r a . P e r o olvidados de
P o n d e r a r l o s e g u n d o , aquella p a l a b r a : Yo
todo esto u n o s le daban bofetadas en su Di-
íoy, q u e p a r a los b u e n o s Discípulos f u e d e
vino R o s t r o : o t r o s golpes y p u ñ a d a s ; otros
tanto c o n s u e l o é n s u t r a b a j o , y p a r a los ma-
tiraban d e s u s Cabellos y venerable Barba.
l o s d e t a n t o t e r r o r y espanto, que fue b a s -
(Maith. 26, n . 20.) De aquí puedes sacar v e r -
tante á d a r c o n ellos en tierra, y n o se levan-
g ü e n z a y coní ision de h a b e r t e atrevido á h a -
t a r o n si el m i s m o S e ñ o r , que con u n a palabra
cer otro tanto como estos t r a i d o r e s hicieron
sola l o s h a b i a d e r r i b a d o , n o les d i e r a l i c e n c i r
p o n i e n d o t u s sacrilegas m a n o s en tu Señor y
p a r a l e v a n t a r s e . Saca d e aquí d e s e o s á i
Salvador, y a que n o e s t e r i o r m e n t e , á lo m e -
b u s c a r á Dios : y advierte, que p a r a los b u e
n o s con t u s m u c h o s pecados y m a l a s o b r a s ,
n o s que le b u s c a n en la o r a c i o n , e s P a d r e .
persiguiéndole con e l l o s , y maltratándole
P r o t e c t o r , d e s c a n s o , y a l e g r í a ; pero p a r a lo;.
c o m o s u s e n e m i g o s !o hicieron, n o u n a vez
m a l o s q u e le b u s c a n p a r a o f e n d e r l e y d a r i *
como ellos, sino m u c h a s .
m u e r t e , e s J u e z , q u e les h a d e j u z g a r y con -
d e n a r ; y finalmente, él e s el q u e e s p a r a s u MEDITACION XXXVI.
daño y desventura.
Del prendimiento de Criito Nuestro Señor.
P u n t o c u a r t o . — Considerar c o m o habida
licencia de Cristo n u e s t r o Bien, f u e e n t r e g a d a P u n t o p r i m e r o . — Considerar q u e siendo
aquel m a n s í s i m o S e ñ o r , é i n o c e n t í s i m o Cor este Señor la m i s m a inocencia fue tenido y
dero á los lobos h a m b r i e n t o s y á los P r í n tratado como l a d r ó n , c o m o á tal vinieron á
cipes d e l a s tinieblas, q u e s o n i o s d e m o n i o s prenderle, s u s e n e m i g o s con s o g a s , lazos, es-
p a r a que p o r medio de s u s siervos y m i n i s p a d a s , y lanzas, á los cuales dió Jesucristo
tros e j e c u t a s e n en él t o d o s l o s t o r m e n t o s \ poder sobre sú Cuerpo p a r a que le acoceasen
c r u e l d a d e s q u e quisiesen n o c o n escepcio; y atormentasen á su voluntad. (Luc. 48, n . 4.)
de la vida c o m o f u e e n t r e g a d o el S a n t o J o ; P o n d e r a r la e s t r e m a h u m i l d a d d e este S e -
en poder d e S a t a n á s ; m a s p a r a q u e sin limi ñ o r , y como e s t á d e b a j o d e los pies d e los
tacion a l g u n a d e vida n i d e m u e r t e , emplea h o m b r e s pecadores el q u e tiene su asiento y
sen su r a b i a c o n t r a aquella S a n t í s i m a H u - silla sobre los Serátines, c o m o está hollado y
manidad. acoceado c o m o ladrón e l que espejo de ino-
P o n d e r a r la descortesía y a t r e v i m i e n t o d t
cencia, y C o r d e r o sin m a n c i l l a : a d m í r a t e d e
u n a tan r a r a humillación c o m o lo f u e , n o solo píes, para que solo caminen por las sendas de
a r r o j a r s e este g r a n Dios á los pies de s u s vuestros Divinos Mandamientos. Finalmente,
Apóstoles y d e J u d a s p a r a lavárselos y b e - alad Señor, á todo este hombre con lodos su»
sárselos, sino de ver que este traidor con su sentidos, y potencias para todo lo que es culpa,
maldito e s c u a d r ó n p o n g a sobre J e s ú s tu Sal- y soltadle para lodo lo que es virtud.
vador s u s a b o m i n a b l e s pies, p a r a pisarle, h o - P u n t o tercero. — Considerar que viendo
llarle y acocearle. Saca de aquí deseos de ren- .os Apóstoles preso y atado su Señor y Maes-
dirte y humillarte á los m e n o r e s que tú, pues rro, todos llenos de temor y miedo, h u y e r o n
ves á Cristo tu Salvador tan humilde y m a n - y le d e s a m p a r a r o n . (Mattli. 27, n. 56.)
s o recibiendo tales a f r e n t a s y descortesías de P o n d e r a r c o m o Dios n u e s t r o Señor en este
quién, y p o r q u i é n . paso e s solo, y d e j a d o d e s u s caros amigos,
P u n t o s e g u n d o . — Considerar c o m o aquel y cercado d e s u s e n e m i g o s : bien a c o m p a ñ a d o
e s c u a d r ó n de Soldados, d e s p u e s de h a b e r he- en la cena, y en el tiempo de la prosperidad,
rido y m a l t r a t a d o á Cristo n u e s t r o S e ñ o r , pero d e s a m p a r a d o en el de la adversidad. De
atándole las m a n o s p o r las m u ñ e c a s con aquí p u e d e s sacar v e r g ü e n z a y c o n f u s i o n , por
f u e r t e s cordeles, c o m o á l a d r ó n , le llevaron h a b e r d e s a m p a r a d o y d e j a d o t a n t a s veces á
preso á c a s a del Pontífice A n á s . (Joann. 18, tu P a d r e , Señor > Maestro, y apartadote de
n . 1 2 y 13.) hacer su s a n t a voluntad p o r c u m p l i r la tuya,
P o n d e r a r c u a n lejos estaba este Señor de que s i e n d o su Magestad d e s a m p a r a d o de su
ser l a d r ó n , y r o b a r d e lo a g e n o , quien daba P a d r e y d e s u s Discípulos, te d a r á r a r o
por tu bien todo lo que tenia por propio; y sí ejemplo d e paciencia, para q u e c u a n d o tú te
es ser ladrón r o b a r los corazones y sacar las veas d e s a m p a r a d o , y dejado de los s u y o s , lo
a l m a s del poder de Satanás, como lo hizo s u f r a s , q u e n o e s m u c h o pase el Discípulo p o r
siempre, s a c a r á s d e aquí deseos d e que este ¡londe p a s ó su Maestro, pidiéndole, q u e pues
Señor robe la tuya, y todo c u a n t o tienes y es a m i g o fiel y v e r d a d e r o , n u n c a te d e s a m -
posees, diciéndole • Alad. Señor, mis manoi pare, a u n q u e todos te d e j e n , y en especial en
con cuerda de amor, para que mis obras sean la h o r a d e la m u e r t e
buenas. Atad mi memoria, para que no se ol- P u n t o cuarto. — Consiocrar, q u i e n e s esto
vide de tantas mercedes y beneficios, como cada S e ñ o r , en q u i e n t a n t a s descortesías s e ejecu
dia me habéis hecho. Alad mis ojos, para que t a n , y quién es el que tan m a l o s tratamientos
no vean cosas ilícitas. Atad mi lengua, para recibe, y de q u i é n .
que no parle, ni murmure del prójimo. Mis P o n d e r a r lo p r i m e r o , q u e este Señor e s e
Verbo del P a d r e , la S a b i d u r í a e t e r n a . laVir-
tas descortesías, p u e s n u n c a la t u v o n i la
tud infinita, la B o n d a d s u m a , la Gloria v e r - p u d o t e n e r , a u n q u e s u s e n e m i g o s fingían
dadera, y Fuente clara de toda hermosura. q u e l a tenía, a t o r m e n t á n d o l e c o m o á c u l p a -
Éste S e ñ o r es el p r e s o , el a t a d o , y el a b o f e - d o . S a c a r á s d e a q u í d e s e o s d e imi t a r el ejern-
teado, y el a c o c e a d o , y el que e s t r a t a d o con p l o d e e s t e S e ñ o r ep. c a l l a r y e n p a d e c e r c u -
tanta i n h u m a n i d a d . a n d o se teofreciere, ocasiou te d i e r e n , p u e s
P o n d e r a r lo s e g u n d o , el s e n t i m i e n t o tar. no es m u c h o q u e t e n i e n d o t a n t a s c u l p a s y
g r a n d e que t e n d r í a este S e ñ o r d e v e r s e tan pecados, s u f r a s y c a l l e s p o r a m o r d e D i o s . e l
m a l t r a t a d o d e u n a g e n t e d e tan poco c o n o - cual careciendo de ellos te dió t a n g r a n d e
cimiento, que p o r l o s beneficios que les h a b i a ejemplo de paciencia y sufrimiento.
h e c h o , recibía m a l e f i c i o s . Y si así s e n t í a tu Puntosegundo.— Considerar cuando en-
Dios ser t r a t a d o d e s u s e n e m i g o s , c o m sen- traron aquellos malos Ministros p o r l a C i u -
tiría el serlo d e s u s a m i g o s , v i é n d o s e solo y d a l c o n el S a l v a d o r , q u é g r i t o s d a r í a n , p r e -
en tal aflicción, h a b i é n d o l e u n o de ellos ven- g o n a n d o la p r e s a q u e l l e v a b a n . P o n d e r a r
dido, otro n e g a d o , y todos d e j a d o . Saca de cuán diferente entrada f u e esta en Jerusa-
aquí deseo d e s e r v e r d a d e r o Discípulo de l e n , d e la q u e h i z o e s t e S e ñ o r el d i a d e
este S e ñ o r , y p r o c u r a n o d e j a r l e , s i n o acom- Ramos, p u e s en aquella iban m u c h o s con
p a ñ a r l e y s e g u i r l e h a s t a la Cruz, p a r a que así palmas en las manos, en señal de la victo-
goces de él e n s u Gloria. ria q u e h a b i a a l c a n z a d o ; e n e s t a i b a n con
e s p a d a s y l a n z a s e n s e ñ a l d e la s u y a . E n
MEDITACION XXXVII. a q u e l l a l e v a n t a b a n todos la voz para ala-
b a r l e d i c i e n d o : Bendito sea el que viene en el
De la presentación da Cristo ante el Pontífice Anas.
nombre del Señar: E n e s t a l o v a n t a b a n el g r i t o
P u n t o p r i m e r o . — Considerar lo que tu para afrentarle diciéndole mil injurias. Eu
Dios y Señor p a d e c i ó e n aquel largo c a m i n o a q u e l l a t e n d í a n s u s r o p a s p o r el s u e l o p a r a
q u e le hicieron h a c e r desde el H u e r t o , hasta que pasase y las pisase, en esta tiraban de
la c a s a d e A n á s , al cual llevaron s u s enemi- s u s v e s t i d u r a s , y se las r a s g a b a n y q u i t a -
g o s , d á n d o l e g o l p e s y e m p e l l o n e s , hacién- ban, y a u n de s u s b a r b a s y cabellos t i r a -
dole ir de priesa m e d i o c o r r i e n d o y t r o p e - b a n : De a q u í p u e d e s s a c a r e n t o d a s l a s
cosas u n a i g u a l d a d de á n i m o , y confor-
z a n d o c o m o e n s e m e j a n t e s casos suele acon-
m i d a d c o n la D i v i n a v o l u n t a d , a c o r d á n -
tecer á los que v a n c o m o l a d r o n e s y facine-
d o t e e n el t i e m p o d o l a p r o s p e r i d a d , d o la
rosos maniatados.
a d v e r s i d a d , y e n el d é l a h o n r a , d é l a d e s -
P o n d e r a r ta m a n s e d u m b r e y silencio con
a u e el Señor s u f r í a y padecía s i n c u l p a tan-
h o n r a ; y en le d i a b u e n o , del m a l o ; p i . .
como si f u e r a ladrón, y malhechor. (Zuc. 2,
es cosa clara, q u e á u n r a t o de p l a c e r ••.
n. 46.)
lo h a n d e s e g u i r m u c h o s d e p e s a r .
Ponderar cuán diferentemente está Dios
Punto tercero. — Considerar cuáles irían
nuestro Señor a h o r a en medio de los Doo
aquellos Sacrosantos pies de tu Divino Sal-
tares y Letrados que lo estuvo, cuando era
vador todos llenos de sangre, y desollados
de edad de doce años, disputando con ellos ^
con los tropezones y pisadas que le darían en
concluyéndoles. Entonces estaba sentado en
ellos aquellos infernales Ministros,
medio de ellos, preguntándoles y respon-
Ponderar lo primero, cómo comienzan á
diéndoles con estima y admiración de ellos,
pagar estos Divinos Pies los pecados que han
cometido los tuyos en los caminos apresura- y a h o r a está en pie; y si responde á las pre-
dos y torcidos por donde h a n caminado á g u n t a s que le hacen, es con escarnio y burla
cumplir por tus a n t o j o s : el segundo, el espí- del que es Doctor de las gentes. Saca de
ritu y afecto con que N. Señor iba por aquel aquí deseos de humillarte, y de llevar con
camino, y las virtudes que ejercitó de h u m i l - paciencia (á imitación de Cristo nuestro Se-
dad y paciencia, ofreciendo á su Eterno Pa- ñor) cuando f u e r e s de otro tenido y juzgado
dre aquellos pasos trabajosos, en satisfacción p o r necio é ignorante, y á creerlo así, pues
de los que tú das para ofenderle. Y sacando de verdad lo eres, holgándote de parecer, é
ae aquí deseos de agradecimiento á tal Señor imitar en algo á tu Salvador.
que tales pasos dió por tu salud y remedio,
'c suplica te dé gracia, para que endereces MEDITACION XXXVIII.
todos los tuyos en su santo servicio, y en la De !a bofetada y remisión á Caifa*.
guarda de su santa Ley y Mandamientos.
Punto primero. — Considerar que aquel
Punto c u a r t o . — Considerar, la m a n e r a y Señor, de quien dijo San Juan que j a m á s
modo con que seria tu Salvador recibido, hombre alguno habia hablado mejor que él.
cuando llegase ya al Palacio del Pontífice ahora dando u n a m a n s a y blanda respuesta
Anás, y le pusiesen en su presencia, y en la
al Pontífice, es p o r un infame hombre heri-
de dos Letrados de la Ley. Con qué* a r r o -
do y abofeteado.
gancia comenzarían á e x a m i n a r á Cristo
Ponderar qué tal y tan lastimado quedaría
nuestro Señor, teniendo á su Magestad en
el delicado Rostro del Señor, con el furiosa
pie como reo, estando ellos sentados como
Jueces, con insignias y borlas de Doctores, golpe y con la vergüenza natural de tan gra-
y el Maestro del Cielo maniatado y preso ve injuria. Y a u n q u e habian sido muchas las
Bofetadas, puñadas y coces, que en el pren
13
este pasi te d é en t o d a s l a s ocasiones que s t
dimiento h a b i a n d a d o al Señor s u s e n e m i - te ofrecieren aquella c o n s t a n c i a d e á n i m o y
gos, de n i n g u n a e n p a r t i c u l a r s e h a c e m e n - m a n s e d u m b r e q u e él t u v o y m o s t r ó , p a r a que
ción en las Divinas L e t r a s , s i n o d e esta, por seas m a n s o y h u m i l d e d e corazon, c o m o él
ser m a s a f r e n t o s a q u e las d e m á s ; por h a - 10 fué.
bérsela dado en p r e s e n c i a del Pontífice, y de
P u n t o tercero. — C o n s i o e r a r las palabras
m u c h o s nobles y p r i n c i p a l e s del P u e b l o , (1
m a n s a s q u e Cristo n u e s t r o S e ñ o r dijo al que
Petr. n. 12.) S a c a r á s d e aquí c o m p a s i o n y
lo habia a f r e n t a d o , q u e f u e r o n e s t a s : Sf tal
dolor d e h a b e r a b o f e t e a d o y h e r i d o aquel
hablé, muéstrame en qué, y si bien, forqw. me
Rostro, en quien d e s e a n m i r a r s e los Angeles
hieres y notas de descorles, pues no eres Juez,
del Cielo, y c ó r r e t e d e lo que te s i e n t e s y que-
sino testigo.
j a s , n o d e q u e te a b o f e t e e n , que n o a g u a r d a s
á eso, sino de q u e n o te h o n r e n y estimen, P o n d e r a r . q u e a u n q u e esta razón e r a tan
c u a n d o estás d e l a n t e de otros, q u e r i e n d o j o n c l u y e n t e , no f u e a d m i t i d a , ni le valió, ni
ser en esto m a y o r q u e tu S e ñ o r , y tu Dios, se hizo caso d e e l l a ; s i n o a n t e s m o s t r a r o n
que tan a f r e n t a d o y m e n o s p r e c i a d o fue por ilegria y regocijo todos los que estaban p r e -
tu c a u s a . sentes, d e que le h u b i e s e u.ido aquella b o f e -
tada, sin que se hallase q u i e n volviese por él,
P u n t o s e g u n d o . - - C o n s i d e r a r la g r a n d e y r e p r e n d i e s e el d e s c o m e d i m i e n t o de aquel
paciencia, m a n s e d u m b r e , quietud y sereni- n o m b r e . (Joann. 1 8 , 1 3 ; ) De a q u í p o d r á s s a -
dad d e rostro q u e Cristo n u e s t r o S e ñ o r c o n - jar c o n f o r m i d a d c o n la Divina Voluntad,
servó en su S a n t í s i m a A l m a , recibiendo tal j u a n d o no fueren oidas, ni admitidas t u s
i n j u r i a , d e la cual n o s e vengó n i d e palabra, e s p u e s t a s , ni s e hiciere caso de ellas, pues
n i de obra. 10 se hizo d e la q u e dió el Hijo d e Dios, cuya
P o n d e r a r que p u d i e n d o hacer el S e ñ o r , que jropiedad fue s i e m p r e h a b l a r bien, y por eso
b a j a r a f u e g o del Cielo, ó que la tierra se as a h o r a herido y m a l t r a t a d o , en castigo de
abriera para que le t r a g a r a y c o n s u m i e r a á .as c u l p a s que tú hiciste y c a d a día haces
aquel h o m b r e maldito, n o lo hizo, s i n o que nablando m a l . Pide al S e ñ o r te dé gracia
m o s t r ó con la o b r a e s t a r aparejado p a r a ofre- para que s i e m p r e h a b l e s bien de él, y h o n r e s
cer y dar la otra m e j i l l a si se la q u e r í a herir. á todos.
Saca de aquí imitación y ejemplo para 110
airarte ni enojarte p o r c u a l q u i e r a cosa q u e te P u n t o cuarto. — C o n s i d e r a r que habiendo
s u c e d a , por grave q u e sea, ni á volver mal Cristo nuestro S e ñ o r dicho al Pontífice quién
p o r mal, sino a p r e n d e r de tu S e ñ o r á volver era por haberselo p r e g u n t a d o , siendo él, y
bien por m a l , (1 Peir. Z 3 9 V pidiéndole en l o s que con él e s t a b a n i n d i g n o s de oir tal
respuesta, sin poderlo s u f r i r , e n v i j atad© a P o n d e r a r lo que a t r a v e s ó el Alma del S e -
Señor d e la vida á casa d e Caifas, habiéndole ñ o r el pecado y g r a v e i n j ú r i a que este Dis-
p r i m e r o todos los que alli estaban dado á cípulo s u y o le hizo, y d e q u e el q u e r i d o re-
porfía de bofetadas y pescozones, (Maitk. 26, galado Apóstol, y e n t r e t o d o s tan h o n r a d o
75, y 1 4 , 2 6 . ) con el principado d e la Iglesia, tuviese e m -
P o n d e r a r c o m o estos c r u e l e s s a y o n e s a t a - pacho de parecer Discípulo s u y o . Saca de aquí
r o n d e n u e v o á tu Redentor, y le doblaron c o n f u s i o n y v e r g ü e n z a de h a b e r n e g a d o m u -
las prisiones p o r q u e n o se les fuese, ni a l g u - c h a s veces á tu S a l v a d o r , y a q u e n o con p a -
n o se le q u i t a s e , y su caridad es tal y tan labras, á lo m e n o s c o n o b r a s , d e s d e ñ á n d o t e
g r a n d e , que g u s t a d e ser alado con n u e v o s d e la g u a r d a de s u s S a n t o s M a n d a m i e n t o s , y
lazos y s o g a s p o r desatarte á tí y á ellos de d e hacer a l g u n a s c o s a s d e virtud, c o m o el
las g r a v e s c u l p a s que contra su Magestad confesar, c o m u l g a r , ó s u f r i r a l g u n a i n j u r i a .
h a s cometido. De d o n d e s a c a r á s deseos d e Todo esto, qué o t r a c o s a es, sino t e n e r ver-
s u f r i r tu a f r e n t a c u a n d o en público y en se- güenza de parecer Discípulo de Cristo, y n e -
creto f u e r e s t e n i d o p o r c u l p a d o y reo, p u e s g a r l e ? P o r lo cual p u e d e s t e m e r n o te c o m -
de verdad lo eres, v i e n d o que t u Señor por p r e n d a aquella s e n t e n c i a y castigo del S a l -
lo que e s d i g n o de s e r glorificado, e s ultra- v a d o r , que dice : El que se afrentare de pare-
jado y baldonado. cer mi Discípulo delante de los hombres, el Hi-
jo de la Virgen se afrentará de reconocerle por
MEDITACION XXXIX. suyo delante de los Santos Angeles. (Luc. 12,
De la negación de San Pedro. n . 8.)
P u n t o s e g u n d o . — Considerar c u a n malo
P u n t o p r i m e r o . — Considerar que habien- es d u r a r en la o c a s i o n y n o e s c a r m e n t a r en
do huido P e d r o con los d e m á s Discípulos la p r i m e r a caida, p u e s á San Pedro l a s o c a -
aquella n o c h e d e la P a s i ó n , y volviendo en s i o n e s de tropezar, y p r e s u m i r tanto de si y
si, queriendo ver en qué p a r a b a aquel n e g o - de su v i r t u d , y l a s m a l a s c o m p a ñ í a s , f u e r o n
cio, y qué fin t e n i a la prisión de su Maestro, c a u s a de su caida. P o r lo cual dice Eclesiás-
le siguió, y por medio de San J u a n E v a n g e - tico : El que ama el peligro, perecerá en él.
lista (que e r a conocido en la Casa del P o n t í - (Eccl. 5, n . 4.)
fice) entró en e l l a ; y siendo tenido de los P o n d e r a r , q u e el o u e e r a piedra f u n d a -
que alli estaban p o r Discípulo s u y o , le n e g ó m e n t a l de la Iglesia, y tan favorecido del Se-
tres veces, j u r a n d o y p e r j u r a n d o que n o le ñor, el que confesó á Jesucristo por Hijo d e
conocía. Dios v i v o ; el que s e ofreció á m o r i r por él,
á n o escandalizarse n i h u i r , a h o r a se halla
Dios t i e n e n tal p r o p i e d a d , que abren los
l a n flaco y teme' tanto, que p r e g u n t a d o de
n u e s t r o s , d e s p e r t a n d o los dormidos, y resu-
una mozuela, si e r a Discípulo d e Cristo, se
citando l o s m u e r t o s . S a c a de aquí afectos de
e m p a c h a , teme, y tiembla, y le niega una,
a m a r á este S e ñ o r , p u e s c u a n d o tratas de
d o s y tres veces S a c a r á s d e e s t a flaqueza de
o f e n d e r l e p o n e él tales m e d i o s y remedios
Pedro, c u á n cerca está de caer el que m u c h o
para p e r d o n a r t e , c o m p a d e c i é n d o s e de ti, m i -
confia y p r e s u m e de sí, y p u e s ' n o eres Pedro
r á n d o t e con s u s o j o s de misericordia, y to-
n i p i e d r a , s i n o polvo y lodo, y todo el oro y
c a n d o tu c o r a z o n , y todo á fin de que sientas
p l a t a d e tu flaca virtud está s o b r e pies d e
y llores t u s c u l p a s y p e c a d o s .
u e r r a f u n d a d o , y u n a chinita b a s t a p a r a der-
P u n t o cuarto. — C o n s i d e r a r c o m e en a l u m -
ribarla y d a r c o n toda la m á q u i n a en el sue-
b r a n d o el S e ñ o r , y p e n e t r a n d o con aquella
lo, Dan. 2, n . 54.), n o blasones, ni bravees,
vista callada y a m o r o s a aquella a l m a herida,
que no h a y o t r a valentía ni virtud sino la que
y llagada, p a r a q u e a r r e p i n t i é n d o s e de su pe-
por el c o n o c i m i e n t o h u m i l d e d e sí m i s m o
cuáo, le llorase a m a r g a m e n t e ; p e r o comenzó
estriba en la bondad y m i s e r i c o r d i a del Se-
luego á h a c e r l o , y p a r a satisfacer m e j o r con
ñor, y así p a r a no caer, te c u m p l e huir la
la penitencia, s e salió de aquella c a s a y Pa-
m a l a c o m p a ñ í a y cualquier peligrosa acción,
lacio, d o n d e t a n m a l le h a b i a ido. {Malí. 1,
arrogancia y presunción.
n . 57.)
P u n t o tercero. — C o n s i d e r a r , que luego
P o n d e r a r c o m o P e d r o , p o r h a b e r negado a
q u e P e d r o n e g ó á su Maestro, movido Cristo
s u Señor y Maestro t r e s veces e n u n a noche,
d e c o m p a s i o n , y doliéndose de ver caido en
Horó y se a r r e p i n t i ó de s u pecado por toda
t a n t a m i s e r i a y d e s v e n t u r a á aquel Pastor da
s u vida, é hizo u n a m u y d u r a y aspera peni-
su g a n a d o , y á aquella oveja p e r d i d a , que
tencia, a u n e n t e n d i e n d o que Dios le h a b i a ya
e r a cabeza de todos, m i r á n d o l e , le g a n ó y
p e r d o n a d c todos s u s pecados. De aqui puedes
convirtió. (Luc. 22, n. 19.)
tú sacar deseos de hacerla de los t u y o s , pues
P o n d e r a r la infinita m i s e r i c o r d i a y caridad
lio u n a n o c h e sola, sino t o d a tu v i d a , y n o
d e Cristo n u e s t r o S e ñ o r , el cual a u n q u e es-
tres, sino i n n u m e r a b l e s veces h a s n e g a d o y
taba r o d e a d o de enemigos; y c a r g a d o de tra-
vuelto las e s p a l d a s á Dios. P o r lo cual te
b a j o s , se a c u e r d a del Discípulo, y en lugar de
c u m p l e , si q u i e r e s q u e te perdone, llorar y
castigarle, se compadece d e él, y volviendo
sentir m u y d e v e r a s t u s pecados, haciendo
á él s u s ojos de misericordia, a l u m b r a con
penitencia d e ello».
luz del Cielo los s u y o s ciegos, p a r a q u e co-
nozca y vea s u s yerros, porque' los o j o s de
MEDITACION XI. los s o l d a d o s y g u a r d a s , p a r a que velasen so-
bre él ; y haciéndolo ellos así, p a r a vencer el
Trabajos da Jesús en casa de Caifas la noche de su Pasión.
s u e ñ o de la noche, escarnecían y burlaban de
P u n t o p r i m e r o . - Considerar la respuesta Cristo, y cubriendo s u s o j o s con un trapo,
ue n u e s t r a Señor dió al Pontífice Caifas á -lerian su Divino r o s t r o , diciéndole : Adivina
a p r e g u n t a que le hizo, c o n j u r á n d o l e de par- quien te dió, (Mallh. 14, n . 9o).
te de Dios, que le dijese quién era, y como el __ Aquí p u e d e s c o n s i d e r a r á Cristo, n u e s t r o
Salvador respondiese á esla p r e g u n t a la v e r - Señor, lleno de t a n t a s p e n a s y trabajos, ul-
dad y lo q u e c o n v e n i a á su persona, ciego el trajado y menospreciado d e todos los g r a n d e s
Pontífice con el r e s p l a n d o r de tan g r a n luz y m e n o r e s : y n o lúe m e n o r peiyi verse ven-
pareciéndole c o m o Juez apasionado, q u e h a - dados s u s Divinos o j o s , -para que m a s á su
bía blasfemado, así él, c o m o todos los de su salvo le pudiesen s u s e n e m i g o s h e r i r el ros-
infame Consejo, c o n d e n a r o n al Señor á m u e r - tro, e n t e n d i e n d o ellos que de aquella suerte
te, y no m i r a n d o á la gravedad d e s u perso- n o los v e r i a ; p o r q u e e s p r o p i o d e los g r a n -
na, maltrataron á tu Salvador. des pecadores desear n o s e r vistos, p a r a po-
der pecar m a s l i b r e m e n t e : pero n o por eso
P o n d e r a r la m a n s e d u m b r e con que nuestro dejaba de verlos con los ojos de su Alma y
Señor sufrió estas descortesías y a f r e n t a s v Divinidad, p o r q u e era Dios, cuyos ojos dice
oyó aquella i n j u s t a s e n t e n c i a : Reo es, y cul- el Sabio, que c o n t e m p l a n en todo lugar al
pado, y asi digno de muerte. Como en o y e n d o b u e n o y al malo, y al bien ó al mal que cada
esto aquel Cordero sin m a n c h a se ofrecía de u n o hace. (Prov. 15,n. 5.) De aquí sacarás,
m u y b u e n a g a n a á la m u e r t e p o r d a r la vida que c u a n d o pecas, olvidándote de que Dios te
ja aquellos q u e le c o n d e n a r o n . Saca de aquí mira, tú eres el ciego, y el que te e n g a ñ a s ,
-deseos d e decir lo c o n t r a r i o que estos e n e - t a p a n d o t u s ojos con este f a l s o y negro v e l o ;
'migos d e Dios le d i j e r o n . E s á s a b e r , tal ino- que los d e Dios, m u y c l a r o s y descubiertos
cencia c o m o la de este S e ñ o r , tal Bienhechor están sobre tí, m i r a n d o t u s obras, p e n s a m i e n -
a Salvador y Maestro, d i g n o e s de la vida;' tos y p a l a b r a s ; y así t e m e de hoy m a s ofen-
tal Dios, y tal R e d e n t o r , d i g n í s i m o es d e ella der á este Señor, t r a y e n d o s i e m p r e á tu m e -
y todos los q u e le c o n d e n a n , ofenden y acu- moria aquel dicho a d m i r a b l e que d i c e : Mire
c a n , m e r e c e d o r e s de m u e r t e eterna. que te mira Dios.
P u n t o s e g u n d o . — Considerar c o m o por
s e r m u y tarde, y t i e m p o de r e c o g e r s e el Pon- P u n t o tercero. — C o n s i d e r a r , c o m o tras
Lfice, y los s u v o s , e n t r e g a r o n al Salvador á esta i n j u r i a , aquellos i n h u m a n o s corazones
hicieron al Salvador o t r a n o m e n o r , que fue
escupirle en s u S o b e r a n o R o s t r o , llenándole pescozont Y d a n d o r i s a d a s , y haciendo burla
de aquellas a s q u e r o s a s y h e d i o n d a s salivas, de él, d a b a n á e n t e n d e r que le tenian por
que todos á porfía, c o m o e r a n m u c h o s , le Cristo fingido, y Profeta falso.
e c h a b a n , d e j a n d o aquella c a r a , que c o n su P o n d e r a r la paciencia invencible, y m a n -
h e r m o s u r a alegra la Corte Soberana,' g r a n d e s e d u m b r e inestimable, y corazón amorosísi-
mente a f e a d a y oscurecida. m o con que s u f r i a todo esto Dios nuestro Se-
P o n d e r a r , q u é r o s t r o e s el a f e a d o y escupi- ñ o r , el cual tenia m a s l a s t i m a de la culpa de
do, c o m o si f u e r a u n r i n c ó n y lugar el mas los que le a t o r m e n t a b a n , q u e de la p e n a que
vil y d e s e c h a d o del m u n d o ; y h a l l a r á s que es él padecía. Saca d e aquí afectos y deseos de
el r o s t r o del Dios de la Magestad, de quien padecer algo por este S e ñ o r , que tanto pade-
dice su Profeta : Muéstranos lu rostro, y sere- ce por tí, a m a n d o de t o d o corazon al que ta-
mos salvos. (Psalm. 79, n . 10.) E s el rosiro, les y t a n g r a n d e s m u e s t r a s de a m o r te dió,
delante de quien cubrían el suyo los Serafines j u n t a n d o con la c o n t i n u a acción d e gracias,
de puro respeto y reverencia. (Isai, 6, n . 2). E s c o n t i n u o s servicios p o r ellas.
el rostro, del que con su Divina saliva dio vis-
ta a los Ciegos, oido á los sordos, lengua á los MEDITACION XLI.
mudos. Es el r o s t r o , en quien no se hartan de
De las preguntas de Bilato á Cristo Nuestro Señor.
mirar y adorar los Angeles del Cielo. (Marc. 7
n. 34.) S a c a r á s d e a q u í a f e c t o s de compasion P u n t o p r i m e r o . — C o n s i d e r a r c u á n desea-
y dolor, s i n t i é n d o t e d e v e r a f e a d o y escupido da t e n i a n la m a ñ a n a , así Jesucristo, como
el rostro de tal S e ñ o r , p o r tales y t a n viles s u s e n e m i g o s , pero c o n m u y diferentes fines:
m a l v a d o s d e ver m a l t r a t a d o al Criador p o r el S e ñ o r , p a r a p a d e c e r y m o r i r ; y ellos, para
c r i a t u r a s tan b a j a s , p e r m i t i e n d o su Magestad ejecutar su d a ñ a d a i n t e n c i ó n , que e r a de
ser afeado y m a n c h a d o , p a r a que tú q u e d a s e s quitarle la v i d a : y e n a m a n e c i e n d o se volvie-
l a v a d o y limpio.) r o n á j u n t a r el Pontífice Caifas y s u concilio,
P u n t o c u a r t o . — C o n s i d e r a r las p a l a b r a s y llamando á J e s ú s s e g u n d a vez : le pregun-
a f r e n t o s a s q u e h a s t a los p i c a r o s de cocina de tó ; ¿Eres Cristo Hijo de Dios? (Mallh. 2, n. 1.)
aquel Palacio decían á Cristo, á q u i e n tam- P e r o el S e ñ o r n o le dió r e s p u e s t a á propósito
bién daban d e b o f e t a d a s , p u ñ a d a s y coces, y d e lo que d e s e a b a s a b e r .
le p r e g u n t a b a n : vi d i v i n a quién te dio. ¿ Pues P o n d e r a r lo que te c o n v i e n e á tí hacer esta
dices que eres Cristo, y Profeta, quién es el que p r e g u n t a al S e ñ o r , p e r o con d i f e r e n t e volun-
te dio esta bofetada? ¿ Quien te dió este punta- tad, y deseo del que t u v i e r o n s u s contrarios,
pie ? ¿ Quién te dió esta eos ? ¿ Quién le dió esit y decirle : Señor mió, ni sois Cristo, si sois el
MEDITACION XII.
Mesías prometido, si sois el Dijo de Dios vivo, nación n u e s t r a salvación. S a c a r á s de aqu;
y resplandor de la gloría del Eterno Padre, co- compasion y lástima de v e r á tu S e ñ o r , y a
mo es verdad que lo sois; ¿ cómo está vuestro tu Dios aborrecido de t o d o s , así de los d e su
Divino rostro tan desfigurado?¿Cómo tan afea- n a c i ó n , c o m o de los q u e n o lo e r a n . Y d u é -
do con salivas ? ¿Cómo tan cárdeno con bofeta- lete que m u c h o s de los Cristianos h a g a n otro
das ? Y s a c a n d o de aquí afectos d e t e r n u r a y tanto con s u s p e c a d o s ; y si esto hacen los
c o m p a s i ó n , a c a b a d e conocer que tus peca- que tienen obligación de servirle y h o n r a r l e ,
dos son la c a u s a d e h a b e r p a r a d o á tu Cristo qué maravilla e s que l o s Moros y Gentiles,
y tu Señor de la m a n e r a que l e v e s , y s u m u - que n o le conocen, le o f e n d a n ?
cha caridad da testimonio de que e s Hijo de P u n t o tercero. — C o n s i d e r a r la p r e s e n t a -
Dios vivo, p u e s otro que él n o p u d i e r a s u f r i r ción y acusación de Cristo ante Pilato, como
tantos t o r m e n t o s por pecados q u e n o hizo, y si f u e r a u n m a l e h c h o r y a l b o r o t a d o r , siendo
a d o r á n d o l e d e todo tu corazon, di, Yos S e - tenido p o r h o m b r e q u e p r o h i b í a se diese el
ñor. sois mi Cristo y mi Dios, mi Salvador y tributo al Cesar h a c i é n d o s e el Mesías p r o m e -
Redentor, y el que treinta y tres a ñ o s h a b í a tido d e Dios. (Luc. \ , n. 2.)
que teniades tantas g a n a s de ver por vuestra P o n d e r a r c o m o en todas estas acusaciones
casa este dia de t r a b a j o s y penas, p a r a l i b r a r - y c a l u m n i a s n o h a b l ó Crislo n u e s t r o Señor
m e á mí de las e t e r n a s . p a l a b r a p a r a su d e f e n s a , descubriendo en esto
P u n t o s e g u n d o . — Considerar como en su g r a n m a n s e d u m b r e , y paciencia, y m o s -
o y e n d o el Pontífice la respuesta que el Señor t r a n d o por la o b r a , c u a n v e h e m e n t e e r a el
dió d e s p u e s á su p r e g u n t a , s i e n d o él y todos deseo que tenia de m o r i r por n u e s t r a salud,
los que con él estaban i n d i g n o s de oir lo que pues n o quiso con s u s p a l a b r a s dilatar un
n o m e r e c í a n , le trataron c o m o á u n esclavo. p u n i ó la m u e r l e que ellos le d e s e a b a n d a r .
Y por pareceries que era m u y poca la pena De aquí p o d r á s sacar, q u e la m a s f u e r t e a r m a
q u e ellos podian d a r al S e ñ o r , le r e l a j a r o n al p a r a resistir á t u s e n e m i g o s en m e d i o de los
brazo seglar del presidente Pilato, p a r a que torbellinos y persecuciones, e s la confianza
en Dios, c o m o la t u v o este Señor, cuyo n o m -
le ajusticiase y a t o r m e n t a s e m a s cruelmente,
bre fue admirable, y p u e s no s o l a m e n t e lo fue
{Matth. 10, n. 1.)
en las g r a n d e z a s y m i l a g r o s , s i n o en las b a -
P o n d e r a r la providencia y Sabiduría de
jezas y t r a b a j o s ; a d m i r a b l e en su m a n s e -
Dios n u e s t r o Señor, pues quiso que J u d í o s v
d u m b r e ; a d m i r a b l e en su paciencia y sufri-
Gentiles, concurriesen y s e j u n t a s e n á d a r fa m i e n t o ; admirable en su silencio, dándote á
m u e r t e al que moría, p a r a d a r salud á todos, tí ejemplo cómo h a s de saber callar, v n o es-
pues su m u e r t e es n u e s t r a vida, y su c o n d e -
cusarte cuando te reprehendieren de xus f a l - diendo Pilato que el Salvador era natural de
¿as y pecados aunque n o t e halles culpado. Galiléa, y de la jurisdicción de Herodes, que
Punto cuarto. — Considerar, como habien- aquellos dias habia venido á Jerusalen á ce-
do oido Pilato todas estas acusaciones, se lebrar la fiesta del Cordero, enviósele para
entró con Cristo en la sala del Tribunal, para p i e fuese Juez, y conociese de la causa dft
examinarle y preguntarle de todos lo es- iquel preso, que él tenia po r súbdito suyo
puesto. Y habiendo oido todas las Divinas [Luc. 23, n. 7.)
respuestas de la boca de Dios, en quien ja-
Ponderar el trabajo é igno ntflia que nues-
más se halló doblez ni engaño, viendo su
•rt Señor padeció desde la casa de Pilato,
verdad y entereza juzgó que era hombre ino-
hasta el Palacio del Rey Herodes, y lleván-
cente. (Joan 18, n. 3.)
dole aquellos crueles enemigos con gran es-
Ponderar el deseo que tendría Cristo n u e s - truendo y ruido, por medio de las plazas y
tro Señor, de que este miserable Juez abriera calles de Jerusalen, para que iodos le viesen,
los ojos de su alma, para que le entrara en y notasen de culpado y malo. Sacarás de
ella el rayo de su Divina Luz. ( i Petr. 2, n . aquí compasion de ver al Hijo de Dios ser
22.) Pero el desventurado, atraque comenzó traído por tantos Tribunales y Jueces, uno
á tener deseos de saber la verdad n o esperó peor que otro, queriéndolo así su Magestad,
la respuesta, porque no mereció oiría de la para tener materia harta en que mostrar su
boca del verdadero Dios. (Joan. 18, n . 56.) mucha paciencia, humildad y sufrimiento,
Saca de aquí deseos de saber la verdad, y de dándote ejemplo, paré, que le sepas imitar y
que Dios, como Padre y Autor de ella, te la seguir en estas virtudes.
enseñe, creyendo que es Verdad su Yida, ver-
dad sus Milagros, verdad sus Sacramentos, Punto segundo. — Consid^rsT lo mucho
verdad todo lo que enseñó y predicó. Y pues que se alegró el Rey Herodes cuando vió &
esta es la pura verdad, aunque te cueste la Salvador, porque habia oido decir de él
vida .en defensa de ella, como á tu Dios le grandes cosas de las maravillas que obraba
tostó la suya, huélgate de perderla, que no y milagros que hacia, y así deseaba que de-
sería perderla, sino ganarla. lante de él hiciese alguno.
. Ponderar que por no huir Cristo su muerte
¡íi el tormento, no quiso hacer delante de He
MEDITACION XLII. odes milagro ninguno, por entender le mo»
De la preseoucion de Cristo Nuestro Señor ante ei r » j vía, no el deseo de la salud espiritual, sino e.
Herodes. gusto y Tana curiosidad : ni tampoco quiso
este Señor hablar palabra alguna en defensa
Punto primero. — Considerar como enten-
cusarte c u a n d o te r e p r e h e n d i e r e n d e xus f a l - diendo Pilato que el Salvador era n a t u r a l de
¿as y pecados a u n q u e n o t e halles pulpado. Galiléa, y de la jurisdicción de Herodes, que
P u n t o c u a r t o . — Considerar, c o m o h a b i e n - aquellos dias habia venido á J e r u s a l e n á ce-
do oido Pilato t o d a s estas a c u s a c i o n e s , s e lebrar la fiesta del Cordero, enviósele para
e n t r ó con Cristo e n la sala del T r i b u n a l , p a r a •pie fuese Juez, y conociese d e la c a u s a dft
e x a m i n a r l e y p r e g u n t a r l e d e todos lo e s - iquel preso, que él t e n i a p o s ú b d i t o suyo
puesto. Y h a b i e n d o oido t o d a s l a s Divinas [Luc. 23, n. 7.)
r e s p u e s t a s d e la b o c a de Dios, e n quien j a -
Ponderar el t r a b a j o é i g n o ntflia q u e nues-
m á s se halló doblez n i e n g a ñ o , v i e n d o su
•rt Señor padeció desde la casa de Pilato,
verdad y entereza j u z g ó q u e e r á h o m b r e i n o -
hasta el Palacio del Rey Herodes, y lleván-
cente. (Joan 18, n . 3.)
dole aquelios crueles e n e m i g o s con g r a n es-
P o n d e r a r el d e s e o que tendría Cristo n u e s - truendo y r u i d o , p o r medio d e las plazas y
tro S e ñ o r , de q u e este m i s e r a b l e Juez abriera calles de Jerusalen, p a r a q u e iodos le viesen,
los o j o s de su a l m a , p a r a q u e le e n t r a r a en y notasen d e c u l p a d o y m a l o . Sacarás d e
ella el r a y o d e s u Divina Luz. ( i Petr. 2, n . aquí compasion d e ver al Hijo de Dios ser
22.) Pero el d e s v e n t u r a d o , a t a q u e c o m e n z ó traído por tantos T r i b u n a l e s y Jueces, uno
á t e n e r deseos d e s a b e r la verdad n o e s p e r ó peor que otro, q u e r i é n d o l o así s u Magestad,
la respuesta, p o r q u e n o m e r e c i ó oiría de la para tener materia h a r t a en q u e m o s t r a r su
boca del v e r d a d e r o Dios. (Joan. 18, n . 56.) m u c h a paciencia, h u m i l d a d y sufrimiento,
Saca de aquí d e s e o s d e s a b e r la v e r d a d , y d e dándote ejemplo, pará que le sepas imitar y
que Dios, c o m o P a d r e y Autor d e ella, te la seguir en estas v i r t u d e s .
e n s e ñ e , c r e y e n d o q u e e s Verdad s u Vida, ver-
dad s u s Milagros, verdad s u s S a c r a m e n t o s , P u n t o s e g u n d o . — C o n s i d ^ ^ r lo m u c h o
verdad todo lo q u e e n s e ñ ó y predicó. Y p u e s que se alegró el Rey H e r o d e s c u a n d o vió &
esta es la p u r a verdad, a u n q u e te cueste la Salvador, p o r q u e h a b í a o i d o decir d e él
vida .en d e f e n s a de ella, c o m o á tu Dios le g r a n d e s cosas d e l a s m a r a v i l l a s q u e o b r a b a
tostó la s u y a , h u é l g a t e de p e r d e r l a , q u e n o y m i l a g r o s que hacia, y así deseaba q u e de-
sería perderla, s i n o g a n a r l a . lante de él hiciese a l g u n o .
. P o n d e r a r que por n o h u i r Cristo s u m u e r t a
¡íi el tormento, n o quiso h a c e r d e l a n t e d e He>
MEDITACION XLII. odes milagro n i n g u n o , p o r e n t e n d e r le mo*
De la preseoucion de Cristo Nuestro Señor ante ei r » j vía, n o el deseo d e la s a l u d espiritual, sino e.
Herodes. gusto y v a n a curiosidad : n i t a m p o c o quiso
este S e ñ o r hablar p a l a b r a a l g u n a en defensa
P u n t o p r i m e r o . — Considerar c o m o e n t e n -
de lo que le preguntaban : todo JO cuaí re- por a m o r de Dios, ni m a y o r locura q u e b u s -
dundaba en m a y o r a f r e n t a de Cristo. Saca car ser m i r a d o sin él.
ie aquí deseos que Dios te c o m u n i q u e la v i r - P u n t o cuarto. — C o n s i d e r a r , q u e entre
tud del silencio, y q u e él r e s p o n d a por tí á t a n t a s vestiduras c o m o m u d ó aquella noche
todas t u s d u d a s y dificultades, útiles y pro- d e s i Pasión Cristo n u e s t r o S e ñ o r , nunca
vechosas p a r a bien y r e m e d i o d e tu a l m a , perm.'.tió el Padre e t e r n o que le pusiesen sus
| u e está llena d e ignorancia, y por tí solo n o enem.'gos u n a r o p a n e g r a (siendo uso y c o s -
podrás d a r r e s p u e s t a que b u e n a sea, ni sala- t u m b r e entre los Hebreos, que el q u e salia al
de ellas Tribuí al á ser juzgado, f u e s e vestido de n e -
g r o , lo cua¡ e r a señal d e condenado) sino que
P u n t o tercero. — Considerar c o m o viendo
quiso f u e s e blanca de inocencia, ó colorada
el Rey Herodes que Cristo n o acudía á d a r
d3 a m o r
gusto á su curiosa liviandad, le menospreció,
y con todos l o s d e su Corte le tuvo por s i m - P o n d e r a r como aquella vestidura que s e
ple y l o c o ; y ast n o le pareció c o n d e n a r l e á dió á Cristo N. Sr por m o f a fue figura de la
m u e r t e , s i n c a f r e n t a r l e , y que por b u r l a y b l a n c u r a y pureza d e su S a n t í s i m a á n i m a , y
e s c a r n i o le vistiesen u n a r o p a b l a n c a , tosca de la inocencia d e su vida, como lo declaró
y grosera. su e n e m i g o que le s e n t e n c i ó , diciendo: No lie
halladc en él causa para condenarlo. (Joseph.
P o n d e r a r á Cristo n u e s t r o Señor en este
1. 4, c. 17.) Saca d e aquí deseos de que te
paso m o f a d o y vituperado dei Rey y C o r t e -
v i s ' a y atavie este S e ñ o r tu a l m a con la v e s -
s a n o s , tratándole c o m o á un loco, poniendo
t i d u r a b l a n c a d e su inocencia, y tu cuerpo
en él todas las m a n o s con b u r l a s y m o f a s m u y
con la de s u s desprecios • para que en todo lo
p e s a d a s ; y esto h e c h o , le r e m i t i ó et Rey <*
sepas imitar, y asi q u e d a r á s m a s blanco y
presidente Pilato, c o m o q u i e n d i c e : Ani te
p u r o que la nieve. (Ps. 50, n . 4.)
vuelvo á enviar á ese loco y sin juicio. De
ñonde puedes sacai deseos d e acomoañar
ron el espíritu a tu v e r d a d e r o Rev y Señor, MEDITAC10IN XLIli
flcuai sufrió todos estos e s c a r m o s con adm> Oo la comparación do Cristo con Barrabas
rabie paciencia, e n s e n á n d o t e á hacer poco
raso de los juicios y aprecios del m u n d o loe«, P u n t o p r i m e r o . — Considerar que desean-
f de s u s dichos y h e c h o s , d e s e a padecer pe* do el Presidente Pilato librar a Cristo de la
¡ajusticie y santidad, p a r a t e n e r cierto y se- muerte, habiendo por h o n r a de la Pascua. de
g u r o el Reino d e los Cielos. P u e s n o hav soltar a l g ú n c o n d e n a d o er. elia, dijo á la«
m a y o r cordura oue holgar a e ser d e s p r e c i a d J u d í o s : ¿ A quien quereis qu,. suelte, á Jesús.
14
, 5 8
MEDITACIÓN x u n . C O M P A R A C I O N CON B A R R A B A S . 25V
que sé dice Cristo, ó á Barrabás? Que p o r ser cumplido á la letra lo que este Señor dijo poí
este h o m b r e t a n sedicioso y m a l o , tuvo por su Profeta : Gusano soy % no hombre, oprobio
sin duda, que p o r n o darle á él la vida, se la de los hombres, y desecha uel pueblo; y por tal
darían á J e s ú s . (Matth. 17, n . 17.) es el dia de hoy tenido d e los que le debían
P o n d e r a r la humillación d e Cristo Señor h o n r a r y estimar sobre l o s h o m b r e s y A n -
nuestro, p u e s siendo tan g r a n d e , tan sabio, geles. (Ps. 11, n . 7 . )
tan s a n t o y tan b i e n h e c h o r , todos le igua- Punto tercero. — C o n s i d e r a r , que m i e n -
laron y c o m p a r a r o n con Barabás, que era u n t r a s mas g a n a tenia el P r e s i d e n t e Pilato de
h o m b r e i n f a m e , l a d r ó n , h o m i c i d a , revoltoso, librar á Cristo, m a y o r d e s e o t e n i a n los Judíos
y público m a l h e c h o r . Saca de aquí deseos de que soltase á B a r r a b á s . P o n d e r a r las
de n o i n d i g n a r t e c u a n d o otro m e n o r y peor veces que p a s a entre tu c a r n e y tu espíritu
que tú fuere a n t e p u e s t o á tí, y m a s h o n r a d o un juicio s e m e j a n t e á este d e l o s Judíos, el
y e s t i m a d o ; c u a n d o de aquel se hiciere caso, u n o escogiendo á Cristo, y el otro á B a r r a b á s :
y n o de tí; c u a n d o al otro se le e n c a r g u e n el uno á Dios, el otro á la c r i a t u r a ; el u n o
los oficios y negocios, y n o de tí se h a b l a r e busca la h o n r a v a n a y perecedera de los
ni s e hiciere caso, pues por todo esto pasó tu n o m b r e s , y el otro la d e Dios, que es perpetua
Señor y tu Dios. y e t e r n a : el uno finalmente, b u s c a las cosas
P u n t o s e g u n d o . — Considerar como aquel caducas y transitorias, el otro l a s estables,
Pueblo i n g r a t o , y aquellos ciegos y apasiona- que p a r a s i e m p r e p e r m a n e c e n . De lo cual
dos votos d e l o s E s c r i b a s y Fariseos, piden s a c a r á s g r a n d e a r r e p e n t i m i e n t o d e haber
al Juez sea suelto el m a t a d o r d e h o m b r e s , el dejado á Cristo Bien s u m o , p o r cosa tan vil
malo, el facineroso libre, y el a u t o r de la vida y despreciada como e s B a r r a b á s : quiero d e -
crucificado y m u e r t o . cir, h a b e r tantas veces escogido y tenido en
m a s á la criatura, al deleite s e n s u a l , y á la
P o n d e r a r c u a n m u d a b l e s son los hombres,
honra vana, que á Jesucristo n u e s t r o Señor,
p cuán fáciles d e d e j a r s e engañar', pues los
en quien estaban e n c e r r a d o s todos los bienes
q u e pocos d i a s h a h a b i a n á g r a n d e s voces
y tesoros d e sabiduría y ciencia infinita de
aclamado a Cristo p o r Rey s u y o , a h o r a con
Dios, y avergüénzate d e esto, m i s e r a b l e . (Ad.
d i f e r e n t e s c l a m o r e s dicen q u e n o q u i e r e n sino
Col. 25.)
q u e viva Barrabás, y m u e r a Cristo. Sacarás
d e aquí confusion de tu soberbia y procura P u n t o cuarto. — C o n s i d e r a r , c o m o aboná
a e hoy m a s h u m i l l a r t e y b a j a r t e , viendo á Pilato á Cristo, y testificó al pueblo de su
Dios N. Sr. q u e e s tenido en m e n o s que el inocencia, diciendo : Yo no hallo causa en ?sle
i r a s mal h o m b r e del m u n d o , y aquí verás hombre, por la cual merezca muerte : pero el
pueblo furioso, levantando nías el grito, dio loa azotes, y con deseo de pagar lo que no debo,
voces, y dice : Crucifícale, crucifícale. (Joan. ni hurlé. (Ps. 57, n . 18.) Y aceptando aquella
48, n . 18.) i n h u m a n a sentencia, sin apelar ni suplicar de
P o n d e r a r lo m u c h o que nuestro Señor s e n - ella, o f r e c i ó de m u y b u e n a g a n a su Santo
tiría aquellos repetidos clamores, viendo que Cuerpo á los azotes, e n satisfacción de nues-
n o solo pedian que fuese m u e r t o , sino que tros p e c a d o s . Saca d e aquí deseos de no
acabase con tan cruel m u e r t e , c o m o era la q u e j a r t e c u a n d o fueres de tus superiores,
d e la Cruz. Saca d e a q u í dolor de que tus iguales, ó m e n o r e s r e p r e n d i d o y castigado,
pecados hayan p u e s t o á Cristo n u e s t r o Señor a u n q u e n o tengas c u l p a ; pues ves á Dios,
en tan g r a n d e aprieto, pues ellos fueron los que c a r e c i e n d o de ella, no solo es reprendido,
que dieron voces p a r a que f u e s e crucificado, sino a z o l a d o tan c r u e l m e n t e , siendo tratado
por lo cual te cumple aborrecerlos a b o m i - c o m o un ladrón ccri tan abominable casiigo,
n a n d o de bestias tan crueles y sangrientas, sin q u e j a r s e ni hablar palabra m a s que un
que con t a n t a i n h u m a n i d a d quitaron la vida mudo.
a tu Salvador.
P u n t o s e g u n d o . — C o n s i d e r a r , que en dan-
d o e l Jaez la s e n t e n c i a de azotes, asieron
MEDITACION XLIV. aquellos crueles v e r d u g o s al Señor de los
De loa azotes que oí í í ñ o r recibió en la columna. Cielos, al Criador del m u n d o , á la gloria de
los Angeles, y b a j á r o n l e al patio, lugar del
Punto p r i m e r o . - Considerar, que como el s u p í i c w , d o n d e le d e s n u d a r o n con bárbara
Presidente viese que aquella traza n o le salió i n h u m a n i d a d , y fiereza d e s u s vestiduras, y le
i i e n , y que todo el Pueblo estaba tan a l t e r a - c u b r i e r o n de azotes. (Ps. 37. n. 14. Matlh.
do, tomó otro consejo para aplacar la f u r i a 19, n . 26.)
Se aquellos crueles e n e m i g o s , y fue dar con- P o n d e r a r la vergüenza que padecería aquel
tra el Señor de los Angeles sentencia de Señor q u e viste los Cielos de n u b e s , hermosea
azotes. los c a m p o s de flores, puebla los árboles da
P o n d e r a r c u á n i n j u s t a , cruel y afrentosa h o j a s , l a s aves de p l u m a , y los a n i m a l e s da
fue aquella sentencia que el Presidente dió lanas y pieles, viéndose t a n d e s n u d o y pobre,
contra n u e s t r o Señor sin e m b a r g o d e que sin hilo d e r o p a sobre st, y delante de tanta
sabia él m u y bien, y le c o n s t a b a de su ino- gente c o m o allí estaba, sin tener ojos que se
cencia; pero Jesucristo, levantado los ojos compadeciesen de él, ni echasen siquiera á
al Padre E t e r n o , le diria aquellas palabras d e cuestas u n a c a p a p a r a cubrir su desnudez.
su P r o f e t a : Aparejado esloy, Señor mió, para Sacarás d e aquí afecto de compasion v lásti-
14.
m a viendo en t a n t a necesidad y desamparo á nuestro Bien, pues n o tenia allí amigos ni
tu Dios y Señor d e s n u d o y á la vergüenza, y conocidos que ¡e ayudasen á levantar, sino
rodeado de sus enemigos, que le deseaban conocidos que le pisasen, hollasen y acocea-
beber la sangre. sen, para que sacase fuerzas de flaqueza, y
Punto tercero. — Considerar como aque- se levantase. Saca de aquí gran confianza
llos crueles é i n h u m a n o s sayones, teniendo del perdón de tus pecados, pues tanto padece
desnudo á aquel casto y vergonzoso Man este Señor por librarte de ellos, y un gran
cebo, le ataron f u e r t e m e n t e á u n a columna deseo de estar arrimado á los pies de Cristo,
de pies y m a n o s p a r a poderle herir m a s á su besando unas veces cori el espíritu la tierra
que está bañada con su santísima Sangre,
salvo.
otras te abraza con aquella s a n t a columna,
Ponderar la grande inhumanidad y cruel-
que labrada y estimada está con este precioso
dad con que comenzaron a descargar s u s lá-
rosicler de la Sangre del Cordero, pues la
tigos y disciplinas sobre aquellas delicadísi-
derramó para hacerte fuerte, como columna
m a s carnes de tu Salvador, y añadir azotes en el Templo de Dios; esto es, de fuerte él
sobre azotes, y llagas sobre llagas, hasta que invencible corazon, p a r a resistir á tus ene-
aquel Sacratísimo Cuerpo ;eñido de carde- migos, pasiones y tentaciones.
nales, rasgados los poros, reventando la san-
gre, y corriendo por todas partes hilo á hilo,
quedó tan desangrado y desfigurado, que su MEDITACION XLV.
m i s m a Madre a p e n a s le conocía. De aquí De la capa de purpura y corona de espinas.
podrás sacar un grande aborrecimiento de
t u s pecados, pues fueron causa de este tan Punto primero. — Considerar como h a -
atroz castigo, y un g r a n deseo de castigarlos biendo acabado con el castigo de los azotes,
eon ásperas penitencias y disciplinas. vinieron al de las espinas, y llegando a q u e -
Punto cuarto. — Considerar como c a n s a - llos crueles Soldados á Cristo N. Bien, lo pri-
dos los verdugos de herir aquel inocentísimo mero que hicieron fue vestirle una ropa colo-
cuerpo de Jesús N. Sr. que estaba ya molido rada, que era insignia de Keyes, pero á N.
con los azotes, que pasaron (según algunos Sr. se la pusieron por burla y escarnio, para
Santos dicen) de cinco mil, le desataron, y d a r á entender al pueblo, que siendo persona
n o pudiéndose el Señor tener en pie, caeria vil y baja, se hacia Rey
scfere la balsa de su s a n g r e , que al pie de la Ponderar como lo que tenia el m u n d o para
Columna estaba. honra, convirtió en deshonra de Jesucristo,
Ponderar la soledad v desamparo de Cristo para hacer risa y mofa de él. Saca de anuí
una grande compasión de las s u m a s deshon- les aparejaba en el Cielo la corona de gloria
r a s que padeció tu Señor y tu Dios, y de su con que premiarles. Y pues Dios te enseña
humillación, pues llegó á ser risa y mofa de con su ejemplo, que con corona de espinas
los hombres. Y suplicarle n o le estimes tú se gana la corona de gloria en el Cielo, y que
en tan poco, que con tus pecados le menos- vale mas en esta vida la corona de trabajos,
precies, como sus Soldados lo hicieron, mas que punza, que la de regalos y deleites, que
antes le sirvas y ames, deseando te vista y atormenta en la e t e r n a ; procura coronarte, y
honre cen esta su preciosa y costosa librea, echar mano de la primera, como io hizo san-
para que corriendo en pos de él, aunque por ta Catalina, para escusar la segunda.
ella te corra el mundo, merezcas verle y go- Punto tercero. — Considerar, como para
zarle en el Cielo con las ricas y preciosas que el escarnio y burla fuese mayor, pusieron
vestiduras de gracia y gloria. tras esto á tu Soberano Rey y S e ñ r en su
Punto segundo. — Considerar como luego mano derecha u n a caña en lugar de Cetro
trajeron aquellos crueles enemigos u n a cruel Real, y le herian con ella en la cabeza, todo
corona de juncos marinos (que eran unas á fin de que entendiese el mundo, que su Rei-
agudas y largas espinas), y se la fijaron en no era hueco y sin sustancia, y él falto de
su Sacrosanta y delicadísima Cabeza, con la juicio en hacerse Rey.
cual padecía por una parte muchísimo dolor, Ponderar como n o resistió Jesucristo N.
y por otra parte s u m a ignominia. Señor en tomar la caña, sino que antes la
Ponderar como esta corona no fue de oro, apretó muy bien en su Divina mano, como á
ni de plata, ni de perlas preciosas, ni de rosas, insignia de su desprecio. De aquí puedes sa-
ni olorosas flores; teniéndola este Señor tan car lo que te cumple á ti resistir y desechar
bien merecida, por ser el verdadero Rey de •a honra y estimación propia, y abrazarle con
los Cielos y Tierra, pero lo que en lugar de a bajeza y humildad, pues por esle camino,
esto le ponen es de fuertes y muy recias zar- y por este medio entró nuestro Santo Kcy en
zas y cambrones que traspasaban sus delica- su Reino; y por este y no por oiro (si quieres)
dísimas sienes, permitiendo esto el Señor poi has de entrar en el reino, que no es tuyo, si-
haber tú ceñido las tuyas, y coronadolas con no ageno.
rosas y flores de gusto y regalos. Sacarás de Pu.-.to cuarto. — Considerar como n o con-
aquí cuan grande sea la bondad y la caridad tentándose aquella canalla impía con las in-
de Dios para con los hombres, pues que es- jurias ya dichas, que en aquel mansísimo
tando ellos preparando una corona cruel y Cordero habían hecho, intentaron otra de
terrible con míe lastimarle y atormentarle, él nuevo, y fue hincarse de rodillas delante de
él, y p o r m o f a d e e s c a r n i o le decian : Dios te P o n d e r a r lo p r i m e r o c u á n avergonzado e s -
salve Bey de los Judíos, y l u e g o le d a b a n recias, taría este Señor con la vestidiira de escarnio,
b o f e t a d a s en s u Divino R o s t r o , y hacia ges- con la corona de e s p i n a s , con ía c a ñ a en la
t o s y visages d e l a n t e d e él. m a n o , con la s o g a al cuello, el cuerpo todo
P o n d e r a r con c u a n t a diferencia adoran en q u e b r a n t a d o y m o l i d o c o n los azotes, afeado
el Cielo aquellos E s p í r i t u s Celestiales á este y e n s a n g r e n t a d o c o n l o s golpes, y con los
hilos d e s a n g r e que p o r el r o s t r o le c o r r í a n ,
Gran Rey y S e ñ o r , d e lo que le a d o r a r o n los
estaban aquellas dos l u m b r e r a s del Cielo
h o m b r e s en la t i e r r a . Los A n g e l e s le r e v e -
eclipsadas y casi ciegas.
r e n c i a n c o m o á Dios y Rey de todo lo criado,
á los h o m b r e s le a d o r a r o n c o m o á Dios falso, P o n d e r a r lo s e g u n d o c u á n diferente figura
y Rey fingido. ( I s a i . 9. n . 5.) Ellos le llaman sacó aquí el Salvador de la que tuvo en la
S a n t o , Santo, Santo, y los h o m b r e s m a l o , pe- g l o r i a del Monte T a b o r . Aquella tan apacible
cador y e n d e m o n i a d o . (Joann. 49, n . 3). Saca la descubrió á solo t r e s Discípulos, y esta tan
de aquí deseos d» sentir y llorar t u s m u c h o s d o l o r o s a á todo el pueblo d e J e r u s a l e n : aque-
pecados, y lo q u e tu Señor y Dios p a d e c e ; y lla allá en un m o n t e solo y r e t i r a d o ; y esta
en medio de toda la g r a n Ciudad. Saca d e
c o m o hijo s u y o , y a m i g o v e r d a d e r o , p o s t r á n -
aquí confusion d e tu soberbia, viendo al S e -
dote en tierra, a d o r a á tu Rey y Señor m u y
ñ o r t a n h u m i l l a d o , y despreciado p o r tí, pues
d e otra m a n e r a diciéndole de todo tu c o r a -
p r o c u r a s no serlo tú d e l o s h o m b r e s , sino
zon : Dios le salve, Rey de los Cielos y de la
que todos te h o n r e n y e s t i m e n , y e n t i e n d a n
tierra, Rey de los Angeles, y de los hombres : lo b u e n o que h a y en tí, y lo vean, y loen.
sálvame, Señor; y admileme en tu reino cuan-
do salgi de esta miserable vida P u n t o s e g u n d o . — Considerar, c o m o t e -
n i e n d o Pilato á Cristo n u e s t r o Señor en p r e -
MEDITACION XLVI. sencia d e todo el pueblo, dijo en alta voz :
Veisaqui el Hombre. (Joan. 26, n. 6.)
Del Ecce Homo.
P o n d e r a r estas p a l a b r a s c o m o d i c h a s por
P u n t o p r i m e r o . — Considerar c o m o lleva« Pilato, y h a l l a r á s que movido á la misericor-
r o n estos crueles Soldados á tu Salvador coa dia d e ver tan l a s t i m o s o espectáculo, deseó
«sta figura tan lastimada al P r e s i d e n t e Pilato, librar á Cristo, y d i j o : Ecce Homo. Mirad á
ei cual a d m i r a d o de verle t a n m a l t r a t a d o , le esle hombre y vereis le tan castigado, que ape-
las parece hombre, y supuesto que es hombre
6acó á u n l u g a r alto, d o n d e f u e r a visto de to-
como vosotros, y no bestia, compadeceos de éL
dos, p a r a q u e m o v i d o s á compasion dejaran
Mas ellos n o le a u i s i e r o n m i r a r con o j o s h u -
ya de pedirle la m u e r t e .
m a n o s , ni tenerle lástima. De aquí puedes«
propio, p u e s tal la 'ornó del Hijo p o r los a g e -
sacar deseos dé que Dios te dé ojos compasi-
vos, y un corazon de c a r n e , p a r a que m i r á n - nos '!
dole te compadezcas de lo m u c h o que por tu P u n t o cuarto. — Considerar el odio y abor-
causa padece, y gracia para a m a r á los que recimiento que aquellos crueles enemigos te-
t e ' a b o r r e c e n , pues tan raro ejemplo de esto nian á Cristo N. S r . p u e s n o bastó aquella re-
te dió este Divino Dios y Hombre. presentación tan dolorosa é ignominiosa para
ablandar s u s c o r a z o n e s ; m a s a n t e s , alzando
P u n t o tercero. — Considerar sobre las p a - las voces, comenzaron á c l a m a r , diciendo:
labras dichas del Ecce Homo, lo que te c u m - Quitale delante de nuestros ojos, crucifícalo cru-
ple levantar mas el espíritu, y mirar con ojos cifícalo. (Joan. 19.) Como si dijeran : Pues tan
d e viva fe á este Señor, y decir á tu a l m a . 'juen principio has dado en mandarlo azotar,
Ecce Homo. Mira, alma mia, á este hombre, acaba lo comenzado, y crucifícale.
que aunque eslá tan llagado con azotes, tan afea-
P o n d e r a r , q u e y a que n o bastó aquel e s -
do con salivas, tan cárdeno con bofetadas, co-
pectáculo tan lastimoso p a r a a m a n s a r los c o -
ronado con espinas, con una caña por cetro en
razones rabiosos de los h o m b r e s , bastó por
la mano y vestido con ropa de escarrio, mas es
cierto p a r a aplacar el corazon enojado del
que hombre, pues también es Dios.
eterno Padre, el cual m i r a n d o á su Hijo ben-
P o n d e r a r , que este es el h o m b r e que d e - ditísimo tan m a l t r a t a d o p o r su obediencia y
seaba aquel e n f e r m o de la Piscina, para s a - nuestro a m o r , p e r d o n a á todos los pecado-
n a r de todas s u s dolencias y e n f e r m e d a d e s . res, que con dolor de s u s pecados, y con de-
(Ad. Col.) Este e s el h o m b r e , que es Cabeza voción y confianza, m i r a n d o esta figura se
de los Angeles y de los h o m b r e s , y el que i e p r e s e n t a n , d i c i e n d o : Ecce Homo, Señor, veis
está tan d e s h o n r a d o por h o n r a r l o s , tan afea- aquí el hombre que nos disteis, el Varón de
do por h e r m o s e a r l o s , condenado á m u e r t vuestra diestra aquel tan humilde, tan obedien
por librarlos de ella y salvarlos. Y este fina ¡e, tan manso, tan amorosísimo. De aquí saca-
m e n t e , e s el h o m b r e que está hecho oprobrio r á s u n dolor y compasion g r a n d e de ver tan
de los h o m b r e s , para hacerlos hijos de Dios. aborrecido de los suyos al que merecía ser
Sacarás de aquí c u á n aborrecible es á Dios ei s u m a m e n t e a m a d o , y p r o c u r a d e hoy m a s
pecado, pues tal paró á su Divino Hijo. Y d i - ser ferviente en servir y a m a r á este Señor
m e , q u é tal h a b r á n parado t u s pecados á tu de lo que s u s e n e m i g o s lo fueron en a b o r r e -
a l m a , c u a n d o así pararon los á g e n o s aquella cerle, que haciéndolo así, él te d a r á gracia
Fuente clara de toda la h e r m o s u r a ^ ¿Y qué para que con limpios y claros o ; o s le m i r e s v
venganza tomará dol pecador por s u pecade le imites.
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y Gentiles, los u n o s p o r maldición, y los otros
MEDITACION XLVII. por a f r e n t a , n o q u e r í a n ; así h u b o d e ir el Se-
De cómo el Señor llevó la Cruz i cuesta».
ñ o r con ella e n c i m a d e sí al Monte Calvario.
P o n d e r a r c u á n d e b u e n a g a n a el manso
P u n t o p r i m e r o . — C o n s i d e r a r , q u e habién- Cordero tendió s u s b r a z o s p a r a abrazarse con
dose sentado el P r e s i d e n t e en s u T r i b u n a l , dió la Cruz, y la d a r i a b e s o s d e paz, diciéndola
final sentencia e n aquella causa, y c o n d e n a n - interiormente mil r e q u i e b r o s m u c h o s mejor
do á J e s ú s á m u e r t e de Cruz, luego los Sol- que se los dijo el Apóstol San Andrés á la
d a d o s le hicieron dejar la r o p a c o l o r a d a ; y Cruz de su martirio. (Ad. Phil. 3, n . 18.) De
d e s n u d o y a f r e n t a d o otra vez d e n u e v o ; n o aquí p u e d e s sacar confusion y v e r g ü e n z a de
solo delante d e l o s v e r d u g o s , s i n o d e todo el s e r e n e m i g o de la Cruz de Cristo, pues tanto
p u e b l o , le volvieron á d a r s u s v e s t i d u r a s t o - r e h u s a s poner el h o m b r o al trabajo, p r o c u -
d a s e n s a n g r e n t a d a s , p a r a que se l a s vistiera, r a n d o echar la c a r g a s o b r e los á g e n o s , como
(iMalth. 27.) i m i t a d o r de esta m a l a g e n t e ; que si lo f u e r a s
P o n d e r a r , q u e p a r a llevar Cristo n u e s t r o de Cristo, te h o l g a r a s de seguirle con tu cruz,
a u n q u e te costara la vida, y m u r i e r a s en la
Señor su Cruz, s e quitó l a s v e s t i d u r a s a g e -
demanda.
n a s que se h a b i a p u e s t o en c a s a d e Herodes
y Pilato, y se vistió l a s s u y a s p r o p i a s . Saca P u n t o tercero. — Considerar, que prosi-
d e aquí deseos d e d e s n u d a r t e d e todos los g u i e n d o el i n o c e n t í s i m o Cordero s u Camino
afectos á g e n o s d e hijo d e D i o s ; esto es, de con la S a n t a Cruz á c u e s t a s , c a n s a d o y fatiga-
todas t u s c o s t u m b r e s viciosas del m u n d o y d o por los m u c h o s t r a b a j o s de aquel día, y
c a r n e , con q u e h a s a n d a d o vestido, y loma d e la noche p a s a d a , y por la m u c h a s a n g r e
las que s o n p r o p i a s de Cristo, de h u m i l d a d , que h a b i a perdido, a p e n a s podia t e n e r s e en
paciencia, m a n s e d u m b r e , caridad y o t r a s s e - pie, n i s u s t e n t a r la c a r g a tan pesada de la
m e j a n t e s , p o r l a s c u a l e s h a s d e ser conocido Cruz, sin caer y arrodillar con ella.
y tenido por discípulo s u y o , p u e s esta fue P o n d e r a r la g r a n d e i n h u m a n i d a d de a q u e -
s i e m p r e la l i b r e a del Hijo d e Dios. {Joann. 16, llos desapiadados corazones contra el S a l v a -
n. 17.) dor, pues en lugar d e a y u d a r l e á levantar,
i P u n t o s e g u n d o . — Considerar, como to- compadeciéndose de él, le d a r í a n mil golpes,
m a n d o el S e ñ o r la Cruz s o b r e s u s delicados empellones y puntillazos, diciéndole : Leván-
y l a s t i m a d o s h o m b r o s por n o h a l l a r s e u n tale, traidor, hechicero, no dijiste, que eras
h o m b r e e n t r e t a n t o s que quisiese llevar la Hijo de Dios, y el que en tres dias te atrevías
Cruz al l u g a r del suplicio, p o r q u e los J u d í o s á levantar su Templo Santo: ¿como no te levan•
tas ahora? Sacarás d e aquí consuelo en tus lidos h o m b r o s d e tu S e ñ o r , q u e c o m o fuerte);
p e n a s , llevando con a m o r y paciencia, á imi- e n e m i g o s le hicieron a r r o d i l l a r y caer.
tación d e Jesucristo, l a c r u z que te cupiere en
suerte, a u n q u e sea m u y pesada y te h a g a a r -
MEDITACION XLVIII.
rodillar, p u e s en e s t a vida e s imposible care-
cer de cruz y t r a b a j o s . Espera en Dios y en Da cómo fue crucificado el Salvador.
su Divinamisericordia, que proveerá d e quien
te ayude á llevarla, p a r a que no te arrodilles P u n t o p r i m e r o . — Considerar, que e n lle-
n i caigas con ella. g a n d o Cristo N. Sr. al Monte Calvario, f u e
P u n t o cuarto. — Considerar la muchísima allí p o r a q u e l l a s fieras con cruel i n h u m a n i -
gente y m u c h a s piadosas m u j e r e s , que con dad despojado de s u s s a g r a d a s vestiduras, y
s u s l á g r i m a s , salidas d e un alecto y c o m p a - c o m o la s a n g r e estaba y a h e l a d a , y abrazada
sión n a t u r a ! , a c o m p a ñ a r o n a! S e ñ o r , á las con ellas, e r a fuerza desoHar y descortezar á
cuales se volvió, y l a s amonestó, que 110 llo- aquel m a n s o C o r d e r o ; el cual n o a b r i ó su
r a s e n tanto á él c u a n t o á s u s pecados, los boca, ni habló palabra c o n t r a l o s que así le
castigos que por ellos habian de venir á aque- desollaban.
lla ingratitud. Porque si en el madero verde P o n d e r a r q u e en cíe todas l a s veces que
se hace esta justicia, en el seco qué se hará ? d e s n u d a r o n al S e ñ o r , que f u e r o n cuatro, esta
(Luc. 4, n . 28.) f u e la m a s d o l o r o s a y a f r e n t o s a , p o r estar
P o n d e r a r que Dios N. Sr. quiso también d e s n u d o d e pies á cabeza, n o solo de s u s r o -
decir en esto : Si á mi que soy árbol verde y p a s , s i n o t a m b i é n de la piel. S a c a de aquí pa-
fructuoso me castiga tan terriblemente la Di- ciencia y s u f r i m i e n t o en l a s d e s h o n r a s , y á
vina Justicia por los pecados ágenos, como cas- 110 airarte ni e n o j a r t e c u a n d o te vieres p o b r e -
tigará á los pecadores, que son maderos secos, m e n t e vestido, y falto de lo n e c e s a r i o , viendo
y árboles sin fruto, por los pecados propios? ¿Y el e j e m p l o tan r a r o de s u f r i m i e n t o , desnudez
si yo, que soy inocente, he sido azotado, abofe- y pobreza q u e Jesucristo N. S r . te dió en su
teado, escupido, escarnecido, y ahora voy sin vida, y en su m u e r t e ; p u e s su deznudez ha
merecerlo, con esta Cruz á cuestas, para ser en de ser tu v e s t i d u r a : su d e s h o n r a , tu l i b r e a :
ella clavado, qué será de los culpados^ ¿Qué su pobreza, tu r i q u e z a : su c o n f u s i o n , tu g l o -
azotes?¿Quéespinas y bofetadas ?¿Y finalmen- ria : y s u m u e r t e , tu vida d e gracia y gloria.
te qué tormentos vendrán por ellos ? De aquí p o -
P u n t o s e g u n d o . — C o n s i d e r a r c o m o estan-
d r á s sacar d e s e o s d e llorar t u s culpas y peca-
c o Cristo N. Sr. d e s n u d o , p o n i e n d o los Sol -
d o s , p u e s todos ellos c a r g a r o n sobre los m o
d a d o s la Cruz e n el suelo, le m a n d a r o n t e n -
úer s o b r e ella d e e s p a l d a s , p a r a s e r en ella y divinas m a n o s , p a r a mostrarte como te h a -
clavado, y así lo hizo. bía de tener s i e m p r e i m p r e s o en e l l a s ; pues
P o n d e r a r lo p r i m e r o , la obediencia e s c e - el a m o r y santo zelo q u e tenia de la salvación
lentísima de tu S a l v a d o r , la cual r e s p l a n d e - de las a l m a s , y de la t u y a , era tan grande.
ció en oir y obedecer e n c o s a s tan. a s p e r a s y Saca d e aquí deseos d e tu salvación, y de la
dificultosas á todo l o q u e aquellos c r u e l e s de tus p r ó j i m o s , n o haciendo caso de cuales-
s a y o n e s le d e c i a n , d á n d o t e á tí ejemplo d e quier dificultades, p e n a s y t r a b a j o s , que peí
s u j e t a r t e á toda h u m a n a c r i a t u r a p o r s u a m o r , sacarlos d e pecado s e te ofrecieron, p a r a qi»}
d o n d e n o h u b i e r e p e c a d o . (Pelr. 1, n . 15.) de esta s u e r t e , c o m o Soldado de esta espiri
P o n d e r a r lo s e g u n d o , c o m o t e n d i d o el Sal- tual Milicia, imites en algo á tu Capitan J e -
vador sobre a q u e l l a c a m a d e la Cruz, q u e t u s s ú s , que con t a n t o a m o r dió su vida por ellos
pecados le d i e r o n , l e v a n t a r í a l o s o j o s al Cie- colgado de la Cruz.
lo, y d a r i a gracias á su E t e r n o P a d r e , p o r h a - P u n t o cuarto. — Considerar, que despue:
oerle traído á nunto q u e se viese t a n p o b r e , de clavado Cristo N. Sr. l e v a n t a r o n s u s ene-
tan d e s h o n r a d o y a f r e n t a d o p o r tu a m o r . S a - m i g o s la Cruz en alto con aquel verdadera
c a r á s d e aquí, c u a n d o t e vieres en t r a b a j o s y Agnus Dei, que q u i t a los pecados del mundo,
p e n a s , tener c o n f o r m i d a d con la Divina v o - dejándola caer de golpe en u n hoyo, que pa-
luntad en ellas, d á n d o l e por ellas las d e b i d a s ra esto tenian hecho.
gracias, pues vale m a s , y e s de m a y o r m é r i t o , P o n d e r a r el dolor, confusion y vergüenza
u n a s gracias á Dios en l o s t r a b a j o s , que m u - que sintió Cristo N r . Sr. c u a n d o se vió en la
c h a s gracias en t i e m p o d e prosperidad y b o - alto d e s n u d o e n m e d i o de un c a m p o r a s o lle-
nanza. . n o de i n n u m e r a b l e gente, y c o m o otro Noé á
P u n t o tercero. — C o n s d i e r a r c o m o Cristo la vergüenza, sin c o b e r t u r a n i n g u n a , ni tener
n u e s t r o Señor f u e c l a v a d o e n la Cruz, y l o s quien se la dé, s i n o h a r t o s que s e la quiten.
d o l o r e s tan a g u d o s que padeció al tiempo que Sacarás de aquí v e r g ü e n z a y c o n f u s i o n de lo
poco que sientes y te duelen los t r a b a j o s de
aquellos d u r o s y g r u e s o s clavos e n t r a b a n ,
este S e ñ o r , pues n o d e r r a m a s siquiera u n a
r o m p i e n d o v e n a s , a t r a v e s a n d o nervios, y ras«
l á g r i m a de c o m p a s i o n , d e r r a m a n d o él toda
g a n d o las m a s delicadas partes del m a s deli-
su s a n g r e . Y pues las cosas insensibles, care-
cado d e todos los c u e r p o s , s u f r i e n d o con
ciendo de r a z ó n y d e s e n t i d a , le m o s t r a r o n
g r a n d e a m o r y paciencia el verse tan cercado t e n e r tal y tan g r a n d e en la m u e r t e d e este
d e p e n a s , y lleno d e escesivos d o l o r e s . Señor, que se r o m p i e r o n y partieron de dolor,
P o n d e r a r c o m o p e r m i t i ó este S e ñ o r , que razón es, que tú, que eres criatura s u y a , y la
aquellos clavos t r a s p a s a s e n s u s s a n t o s pies,
causa de padecer lo q u e padece, se lo sepas
Segunda palabra.
agradecer y s e n t i r , p u e s lo obró esle Señor
p a r a beneficio tuyo. Considerar, q u e la s e g u n d a palabra que tu
Redentor habló en la Cátedra d e la Cruz fue
p e r d o n a r al Ladrón, y darle el Cielo. (Luc
MEDITACION XLIX. 23, n . 4 5 . ) , por haber él confesado su culpa, y
De las siete palabras que Cristo Nuestro Señor habló
declarado la inocencia d e Cristo N. S. lla-
en la Cruz. — Primera palabra. m á n d o l e Rey á boca llena, le dijo : Acuér-
date, Señor, de mi cuando estuvieres en tu
Considerar la g r a n caridad de este Señor, Reino. (Mallh. 10, n . 52 y 55.) Y así lo
pues es tal, que p r i m e r o que consuela á s j hizo J e s u c r i s t o N. S. h o n r a n d o delante de
su E t e r n o P a d r e á este Ladrón, que le c o n -
Madre, p r i m e r o q u e p r o v e e á s u s a m i g o s
fesó d e l a n t e d e los h o m b r e s , haciéndole tan
p r i m e r o que e n c o m i e n d a al Padre su espíritu,
c r e c i d a s g r a c i a s y mercedes, q u e siendo el
p r o v e e á s u s p e r s e g u i d o r e s d e remedio; y U
postrero, mereciese s e r el p r i m e r o d e los
p r i m e r a palabra q u e h a b l ó en la Cruz fue pa<
mortales, que en saliendo de e s t a vida, reci-
r a disculpar á s u s e n e m i g o s q u e le crucifica- biese el d e s c a n s o a e la gloria.
b a n , b l a s f e m a b a n , y quitaban la vida.
P o n d e r a r que e s t a n d o Jesucristo n u e s t r o P o n d e r a r , q u e si con t a n t a liberalidad p r e -
Señor lleno d e dolores en todo su Cuerpo, sin m i a Dios al que s o l a m e n t e le siguió a u n rio
hallar lugar de d e s c a n s o en aquella d u r a t r e s h o r a s del d í a ; c ó m o p r e m i a r á al q u e le
c a m a d e la Cruz, á este tiempo levantaría sirviere y s i g u i e r e c o n perfección t o d a s las
s u s Divinos o j o s al Cielo, y d e r r a m a n d o h o r a s , dias y edades de la s u y a ? Y si tan
l á g r i m a s d e t e r n u r a y c o m p a s i ó n , abrió s r agradecido s e m u e s t r a este Señor con este
Divina boca, n o p a r a q u e bajase fuego de pecador, q u e le ha i n j u r i a d o i n n u m e r a b l e s
allá, como pidió Elias, s i n o p a r a r o g a r á su veces, p o r u n a sola vez q u e le h o n r a y c o n -
E t e r n o P a d r e p e r d o n a s e á aquellos que allí f i e s a ; q u é a g r a d e c i m i e n t o m o s t r a r á al q u e
toda la vida g a s t a en servirle y h o n r a r l e ?
e s t a b a n , el pecado que hacían en crucificarle,
S a c a d e aquí deseos d e hacerlo así, p a r a que
(4 Rey1, n . 12.) S a c a r á s d e aquí c u a n á la
s e g u r o y c o n m u c h a confianza p u e d a s llegar
letra c u m p l e Dios n u e s t r o Señor el precepto
á este S e ñ o r , y pedirle lo que este Ladrón
que te h a dado de a m a r á t u s e n e m i g o s , y
pidió diciendo. Acuérdate, Señor, de mí:
o r a r por los que te p e r s i g u e n (Matth. 5, n . ¿ 5 . ) , esto es, no de mis pecados, ni de los hurtos que
para que con este ejemplo a p r e n d a s , y sepas tengo hechos, riño de que soy hombre flaco y
hacer otro tanto.
enfermo, de que soy criatura tuya, hecha d tu m o s t r a n d o la aflicción q u e sentía por el i n -
imagen y semejanza, por lo cual te suplico le terior d e s a m p a r o , fue decir en alta voz: ¿Dio»
acuerdes de mi. mió, Dios mió, porqué mi has desamparado?
{Malth. 27, n . 16.)
Tercera palabra. P o n d e r a r c o m o el Eterno i-adro dejaba
C o n s i d e r a r , que la tercera palabra que p e n a r y padecer á la Humanidad Santísima
Cristo n u e s t r o Bien habló desde el a r a de la d e su E t e r n o Hijo, sin librarle de aquellos
Cruz fue e n c o m e n d a r á s u Madre á San J u a n , terribles t r a b a j o s y dolores por n u e s t r o nien
y á San J u a n á s u Madre, y luego la tomó el y remedio, en los cuales no nallaba descanso
Evangelista p o r s u y a , y la a m ó con especial en cosa a l g u n a . No en la Cruz, pues n o p o -
a m o r . (Joann. 16 y 17.) día a r r i m a r su cabeza á ella sin nueva pena
y dolor, h i n c á n d o s e l a s e s p i n a s por e l l a ; n o
P o n d e r a r el s e n t i m i e n t o tai. g r a n d e que
en las m a n o s , p o r n o poder limpiar los hilos
causó en el corazon de l a Virgen esta pala-
de s a n g r e que descendían de la Cabeza por
b r a d e e n c o m i e n d a , p o r q u e se le d a b a en
el Rostro, ni e n j u g a r las m u c h a s l á g r i m a s
trueco u n p a r t i d o tan desigual c o m o era el
que d e r r a m a b a de s u s ojos, por t e n e r l a s c l a -
Hijo de Dios vivo, por el h i j o d e un pobre
vadas ; n o en los pies, por n o poder s u s t e n t a r
P e s c a d o r ; al Maestro del Cielo, por el d i s -
el c u e r p o , sin r a s g a r s e con m a y o r dolor : y
cípulo de la t i e r r a ; al S e ñ o r , por el c r i a d o ; y
así viéndose este Señor afligido, c l a m a b a á
al que todo lo puede, por el que n a d a puede
su Eterno Padre, y le decia. ¿Diosmio, por-
sin su gracia. Saca de aquí un deseo g r a n d e de
qué me has desamparado? Sacarás de aquí
t o m a r á esta Señora p o r Madre tuya, y a m a r l a
dolor y compasion de ver, que a p e n a s hay
y servirla con especial cuidado, y u n lirme
quien se aproveche de su P a s i ó n , ni acompañe
propósito d e obedecer á la Divina Voluntad,
á este Señor en s u s duros t r a b a j o s ; pues s u s
a p r e n d i e n d o á tener en l u g a r d e Dios á la
Discípulos le habían d e s a m p a r a d o , su Pueblo
c r i a t u r a ; esto es, el superior, padre ó Señor
dejado, y m u c h o s h o m b r e s perdido s u - F e .
que te diere, sea el que f u e r e , para q u e le
Pídele con veras n o te deje ni te d e s a m p a r e
strvas y obedezcas c o m o al m i s m o Dios, á
a h o r a ni en la h o r a de tu m u e r t e .
imitación de esta Señora, que t o m ó por Hijo
á San J u a n , y él á ella por Madre.
Quinta palabra.
Coarta palabra. Considerar, que e s t a n d o ya el Señor todo
C o n s i d e r a r , q u e la cuarta palabra que dijo exhausto, y por la m u c h a S a n g r e que habia
Jesucristo n u e s t r o Señor á s u E t e r n o P a d r e , d e r r a m a d o , secas l a s e n t r a ñ a s , y agotadas
l a s f u e n t e s d& las v e n a s , tuvo n a t u r a l m e n t e ¿ o í / y magestad p a r a j u z g a r , y dirá t a m -
u n a sed g r a n d í s i m a , y asi d i j o : Sed tengo bi"J esta palabra : Consummatum est. Ya es
(Joann. 19, n . 8.). ainado el mundo y su gloria vana. Ya son
P o n d e r a r , que a d e m a s de esta sed corpo- aunados los deleites de los malos, y trabajos
ral que tenia, la t u v o N. S. Jesucristo de tres de los buenos. De aquí p o d r á s sacar deseos
cosas. La primera f u e u n a sed insaciable de d<; vivir de tal m a n e r a , q u e en lu h o r a de la
obedecer á su E t e r n o Padre en todas l a s c o - m u e r t e p u e d a s decir con San P a b l o : Acabado
he mi carrera : acabado he mi vida, en la cual
s a s sin dejar n i n g u n a , por penosa que f u e s e ,
he cumplido como buen Cristiano y buen Reli-
y c o m o s u p o , que era voluntad de Dios que
gioso con las obligaciones de mi estado. (1 ad.
en su sed le diesen hiél y v i n a g r e , n o quiso
Tim. 4.) Pero si en esto h u b i e r e s f a l t a d o : no
d e j a r d e c u m p l i r l a . La s e g u n d a sed fue u n
p o d r á s decir, Acabado lie, sino : Mi pena y mi
e n t r a ñ a b l e deseo d e padecer por n u e s t r o mal eterno comienzan ahora. Pide á n u e s t r o
a m o r m u c h o m a s de lo que h a b i a padecido. S e ñ o r te d é g r a c i a , p a r a q u e desde hoy c o -
L a tercera sed fue la q u e tuvo de la salvación, miences y a c a b e s en su Divino a g r a d o .
de las a l m a s , y en particular d e la tuya, y de
que le sirvieses con perfección. Saca de aquí Séptima palabra.
c o n f u s i o n y vergüenza, viendo que tu sed n o
e s de padecer p o r Cristo N . S . ni de ser o b e - c o n s i d e r a r que la ú l t i m a p a l a b r a que Cristo
d i e n t e , paciente, humilde, y pobre como él lo n u e s t r o Señor h a b l ó en la Cruz f u e enco-
fue, sino de que todo te sobre, y n a d a d e tu m e n d a r en las m a n o s del E t e r n o Padre su
gusto te falte : suplícale te dé a l g u n a p a r t e - E s p í r i t u . (Luc. 24, n. 40.)
cita d e e s t a sed que él t u v o , p a r a que en algo P o n d e r a r lo primero, q u e n o dice le e n c o -
parezcas ser hijo s u y o . m i e n d a su h a c i e n d a , p o r q u e n i n g u n a n e n e ,
n o su h o n r a , p o r q u e n o le d a cuidado, n o su
Sesta pa ibra. C u e r p o , p o r q u e n o es lo q u e m a s e s t i m a , sino
Considerar, que la s e s t a palabra que Cristo es s u E s p í r i t u , q u e e s lo m a s principal del
N. S. habló desde aquel t r o n o de la Cruz, f u e hombre.
decir : Consummatum est. (Joan. 10.) Acabado P o n d e r a r lo s e g u n d o , q u e n o solo e n c o -
y cumplido es lodo c u a n t o mi P a d r e me m a n - m e n d ó este Señor ai P a d r e s u Espíritu, sino
dó padecer desde el P e s e b r e h a s t a la Cruz. t a m b i é n el espíritu d e c a d a u n o de s u s esco-
gidos, q u e t e n i a por s u y o . S a c a r á s d e aquí
P o n d e r a r c o m o este m i s m o Señor, que está
deseos e n el t i e m p o d e tu vida, y en la h o r a
en este i g n o m i n i o s o T r o n o p a r a espirar, v o l -
de t u m u e r t e de e n c o m e n d a r e n l a s m a n o s de
v e r á el dia del Juicio en otro diferente de
I 8 Í
MFDITACIOX L. D E S C E N D I M I E N T O DE LA C R U Z . 265
ACTO 1)1! C O N T R I C I O N .
Par» alcanzar el perdón de los pecadoi, al se dice de
todo COMLXOD.
• I Q U E N S E DOS MEDITACIONES
S t O U E N S I SEIS H E S I T A C I O N E S
Del Santísimo Sacramenpare dar gracias t, A . S.
detpuet de kabt'ic recibido.