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El silicio es actualmente el material más comúnmente usado para la fabricación de

células fotovoltaicas. Se obtiene por reducción de la sílice, compuesto más abundante


en la corteza de la Tierra, en particular en la arena o el cuarzo.

El primer paso es la producción de silicio metalúrgico, puro al 98%, obtenido de


pedazos de piedras de cuarzo provenientes de un filón mineral (la técnica de
producción industrial no parte de la arena).

El silicio se purifica mediante procedimientos químicos (Lavado + Decapado)


empleando con frecuencia destilaciones de compuestos clorados de Silicio, hasta que
la concentración de impurezas es inferior al 0.2 partes por millón. Así se obtiene el
Silicio grado semiconductor con un grado de pureza superior al requerido para la
generación de Energía Solar Fotovoltaica.

Este ha constituido la base del abastecimiento de materia prima para aplicaciones


solares hasta la fecha, representando en la actualidad casi las tres cuartas partes del
aprovisionamiento de las industrias.

Sin embargo, para usos específicamente solares, son suficientes (dependiendo del
tipo de impureza y de la técnica de cristalización), concentraciones de impurezas del
orden de una parte por millón. Al material de esta concentración se le suele denominar
Silicio de grado solar.

Con el silicio fundido, se realiza un proceso de crecimiento cristalino que consiste en


formar capas monomoleculares alrededor de un germen de cristalización o de un
cristalito inicial. Nuevas moléculas se adhieren preferentemente en la cara donde su
adhesión libera más energía. Las diferencias energéticas suelen ser pequeñas y
pueden ser modificadas por la presencia de dichas impurezas o cambiando las
condiciones de cristalización.

La semilla o gérmen de cristalización que provoca este fenómeno es extraída del


silicio fundido, que va solidificando de forma cristalina, resultando, si el tiempo es
suficiente, un monocristal y si es menor, un policristal. La temperatura a la que se
realiza este proceso es superior a los 1500 °C .

El procedimiento más empleado en la actualidad es el Proceso Czochralski,


pudiéndose emplear también técnicas de colado. El Silicio cristalino así obtenido tiene
forma de lingotes.

Estos lingotes son luego cortados en láminas delgadas cuadradas (si es necesario) de
200 micrómetros de espesor, que se llaman «obleas». Después del tratamiento para la
inyección del enriquecido con dopante (P, As, Sb o B) y obtener así los
semiconductores de silicio tipo P o N.

Después del corte de las obleas, las mismas presentan irregularidades superficiales y
defectos de corte, además de la posibilidad de que estén sucias de polvo o virutas del
proceso de fabricación.

Esta situación puede disminuir considerablemente el rendimiento del panel fotovoltaico


así que se realizan un conjunto de procesos para mejorar las condiciones superficiales
de las obleas tales como un lavado preliminar, la eliminación de defectos por
ultrasonidos, el decapado, el pulido o la limpieza con productos químicos. Para las
celdas con más calidad (monocristal) se realiza un tratado de texturizado para hacer
que la oblea absorba con más eficiencia la radiación solar incidente.

Posteriormente, las obleas son «metalizadas», un proceso que consiste en la


colocación de unas cintas de metal incrustadas en la superficie conectadas a
contactos eléctricos que són las que absorben la energía eléctrica que generan las
uniones P/N a causa de la irradicación solar y la transmiten.

La producción de células fotovoltaicas requiere energía, y se estima que un módulo


fotovoltaico debe trabajar alrededor de 2 a 3 años4 según su tecnología para producir
la energía que fue necesaria para su producción (módulo de retorno de energía).

Las técnicas de fabricación y características de los principales tipos de células se


describen en los siguientes 3 párrafos. Existen otros tipos de células que están en
estudio, pero su uso es casi insignificante.

Los materiales y procesos de fabricación son objeto de programas de investigación


ambiciosos para reducir el costo y el reciclado de las células fotovoltaicas. Las
tecnologías de película delgada sobre sustratos sin marcar recibió la aceptación de la
industria más moderna. En 2006 y 2007, el crecimiento de la producción mundial de
paneles solares se ha visto obstaculizado por la falta de células de silicio y los precios
no han caído tanto como se esperaba. La industria busca reducir la cantidad de silicio
utilizado.

Las células monocristalinas han pasado de 300 micras de espesor a 200 y se piensa
que llegarán rápidamente a las 180 y 150 micras, reduciendo la cantidad de silicio y la
energía requerida, así como también el precio.
Tipos de células fotovoltaicas
Existen diferentes tipos de células dependiendo de la naturaleza y las características de
los materiales utilizados. El tipo más común es la célula de silicio cristalino (Si). Este
material se corta en láminas muy finas en forma de disco, monocristalinas o
policristalinas, en función del proceso de fabricación de la barra de silicio.
La primera célula cristalina que se fabricó en el ámbito i ndustrial es la de silicio puro
monocristalino. Estos tipos de células solares presentan un buen rendimiento energético,
pero tienen un coste superior al resto de tipologías. Por este motivo, en la actualidad
tienen un nivel de implantación moderado.

Las células solares


monocristalinas suelen presentar una forma cuadrada, con las esquinas redondeadas.
Antiguamente tenían forma circular. Est o se debe al proceso de crecimiento del cristal de
silicio monocristalino que presenta una forma cilíndrica. En el proceso de fabricación del
silicio policristalino, el silicio se deja solidificar lentamente en un molde rectangular y se
obtiene un sólido rectangular con muchos cristales, lo que da lugar a las células
policristalinas. Este tipo de células tienen un rendimiento inferior a las monocristalinas,
pero actualmente presentan una fuerte implantación porque tienen un coste económico
inferior a las monocristalinas.
Con menos implantación, podemos encontrar en el mercado paneles
fotovoltaicos llamados de "capa fina". Estos no se fabrican con células individuales, sino
en forma de bandas continuas en que es depositada sobre un sustrato apropiado (vidrio o
resinas sintéticas) una capa fina de silicio amorfo (a-Si), de 1 o 2 micras de espesor,
haciendo un panel continuo que no necesita interconexiones interiores.
Una característica de estas células es que los fotones que no chocan con ningún electrón
las atraviesan gracias a su pequeño grosor, lo que posibilita el diseño de paneles con
diferentes capas superpuestas y que se denominan tándem (dos capas) o triple unión
(tres capas).
Las células con silicio amorfo tienen un rendimiento de aproximadamente la mitad del de
las células cristalinas, y por ello, en la fabricación de células de capa fina se están
empezando a utilizar otros tipos de semiconductores, esencialmente el selenur de cobre
e indio (CIS) o teluro de cad mio (CdTe).
Como tecnologías innovadoras en
la fabricación de células fotovoltaicas, resaltaremos las llamadas "células HIT"
(Heterojunction with Intrinsic Thin Layer). Este término hace referencia a una técnica
basada en la superposición de capas de semiconductores de diferente "gap" como
pueden ser el silicio amorfo combinadas con células de silicio cristalinas o teluro de
cadmio, etc.
Esto mejora la eficiencia energética de las células solares y amplía el espectro
de radiación solar aprovechable, ya que cada uno de los semiconductores es
especialmente sensible a alguna de las bandas del espectro electromagnético.

Sistemas de concentración solar


Otra de las líneas de innovación tecnológica desarrollada en los últimos años es la
llamada técnica de concentración solar.

Esta tecnología se basa en la concentración de la radiación solar en una pequeña


superficie (la célula fotovoltaica) mediante un concentrador óptico. Por ejemplo, a tr avés
de una lente Fresnel (efecto lupa) o un reflector, como un simple espejo con que se
puede lograr un aumento significativo de la radiación solar incidente y, en consecuencia,
un rendimiento energético más grande del sistema.
De todos modos, los sistemas de concentración tienen el inconveniente de que
aprovechan casi únicamente la radiación solar directa. Por ello, con los paneles de
concentración es imprescindible la utilización de sistemas precisos de seguimiento.
Actualmente, el mercado ofrece algunos paneles fotovoltaicos con sistemas de
concentrador Fresnel puntual y otros concentradores disco -parabólicos integrados en el
mismo panel, que pued en llegar a aumentar la radiación incidente en la célula hasta 500
veces, y así se aumenta de manera importante la producción energética por unidad de
superficie de célula.
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Referencias
 Tipos de placas fotovoltaicas - http://www.isolari.es/tipos -de-placas-fotovoltaicas
 Paneles solares, tipos y eficiencias - http://deltavolt.pe/energia -renovable/energia -
solar/paneles-solares
Última revisión: 12 de febrero de 2016

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Paneles Fotovoltaicos: Concepto y
tipos
Los sistemas fotovoltaicos transforman la luz solar en energía eléctrica, una partícula luminosa con energía
(fotón) se convierte en una energía electromotriz (voltaica), de ahí su nombre, fotovoltaico.

Conversión fotovoltaica
Es un proceso por el cual la energía solar se transforma directamente en electricidad. El dispositivo o
elemento que media en el proceso es la célula solar o célula fotovoltaica. A esta conversión fotovoltaica se
le llama efecto fotoeléctrico.

El efecto fotoeléctrico consiste en la emisión de electrones por un material cuando se le ilumina con
radiación electromagnética (luz visible o ultravioleta, en general). El efecto fotoeléctrico fue descubierto y
descrito por Heinrich Hertz en 1887.

Cuando la energía luminosa, principalmente la radiación solar, incide en la célula fotoeléctrica, existe un
desprendimiento de electrones de los átomos que comienzan a circular libremente en el material. Si
medimos el voltaje existente entre los dos extremos del material, observamos que existe una diferencia de
potencial entre 0,5 y 0,6 voltios.

Panel Solar Monocristalino

Panel Solar Policristalino

Célula Fotoeléctrica
Una célula fotoeléctrica, también llamada célula, fotocélula o celda fotovoltaica, es un dispositivo electrónico
que permite transformar la energía luminosa (fotones) en energía eléctrica (electrones) mediante el efecto
fotoeléctrico. En la actualidad el material fotosensible más utilizado es el silicio, que produce corrientes
eléctricas mayores.
Hoy se utilizan diferentes tecnologías en la producción de las celdas fotovoltaicas con el fin de aumentar su
producción y reducir su coste.

Panel o Modulo Fotovoltaico


Al grupo de células fotoeléctricas o celdas fotovoltaicas se le conoce como panel fotovoltaico.
Los paneles fotovoltaicos consisten en una red de células conectadas como circuito en serie para aumentar
la tensión de salida hasta el valor deseado (usual-mente se utilizan 12V a 36V) a la vez que se conectan
varias redes como circuito paralelo para aumentar la corriente eléctrica que es capaz de proporcionar el
dispositivo.

La eficiencia de conversión media obtenida por las células disponibles comercialmente (produ-cidas a partir
de silicio monocristalino) está alrededor del 16%. La vida útil media a máximo rendimiento se sitúa en torno
a los 25 años, período a partir del cual la potencia entregada disminuye.

El tipo de corriente eléctrica que proporcionan es corriente continua, por lo que si necesitamos corriente
alterna o aumentar su tensión, tendremos que añadir un inversor y/o un convertidor de potencia.

Usos de los sistemas de energía


fotovoltaica
El elemento principal de un sistema de energía fotovoltaica es la célula fotoeléctrica. Los paneles solares
están constituidos por cientos de éstas células, que conexionadas adecuadamente, suministran voltajes
suficientes para, por ejemplo, la recarga de una batería. El principal uso de la energía fotovoltaica es hoy
día la generación eléctrica conectada a la red de distribución, con el fin de reducir las emisiones de CO2.
Igualmente día a día el uso para autoconsumo esta adquiriendo mucho auge.

Fabricación
Para su construcción, de la arena común (con alto contenido en silicio) se obtiene inicialmente una barra
de silicio sin estructura cristalina (amorfo), una vez separados sus dos componentes básicos, y que acoge
gran cantidad de impurezas.

Mediante un proceso electrónico, que también permite eliminar las impurezas, la barra de silicio amorfo es
transformada en una estructura monocristalina, la cual posee características de aislante eléctrico, al estar
formada por una red de uniones atómicas altamente estables. A continuación, con el material ausente
totalmente de impurezas (una pequeña impureza lo hace inservible), es cortado en obleas (finas láminas
de sólo una décima de milímetro).

Las obleas, son entonces fotograbadas en celdillas con polaridades positiva y negativa; la polaridad positiva
se consigue a base de introducir lo que electrónicamente hablando se denominan huecos, es decir,
impurezas que están compuestas por átomos que en su capa de valencia sólo tienen tres electrones (les
falta uno para estar estables). Por su parte, en la zona negativa se sigue un proceso similar al de la zona
positiva, pero en éste caso las impurezas que se inyectan son átomos que en su capa de valencia tienen
cinco electrones, es decir, en la estructura de cristal sobra un electrón (sobra un electrón, por eso se dice
que tiene carga negativa).

El conjunto de ambos materiales (positivos y negativos) forman un diodo; éste dispositivo tiene la
característica de dejar pasar la corriente eléctrica en un sentido pero en el otro no, y aunque los diodos son
utilizados para rectificar la corriente eléctrica, en éste caso, permitiendo la entrada de luz en la estructura
cristalina, permitiremos que se produzca movimiento de electrones dentro del material, por eso éste diodo
es denominado «fotodiodo» o «célula fotoeléctrica».

Tipos paneles fotovoltaicos


Tradicionalmente estaban definidos tres tipos de paneles dependiendo de forma de procesar el Silicio:
mono-cristalinos, poli-cristalinos y amorfos. Hoy día nuevas tecnologías en la producción de los paneles
están revolucionando la generación eléctrica fotovoltaica.
Celdas Esféricas: están compuesto por pequeños corpúsculos de silicio como gotas de silicio, consiste en
una matriz de pequeñas células solares esféricas capaces de absorber la radiación solar con cualquier
ángulo.

Celdas Monocristalinas: se componen de secciones de un único cristal de silicio (reconocibles por su forma
circular o hexagonal).
Celdas Policristalinas: cuando están formadas por pequeñas partículas cristalizadas.
Celdas Amorfas: cuando el silicio no se ha cristalizado.

Células solares con forma esférica


Nuevas células solares con forma esférica y tamaño diminuto (entre 1 y 1,5 mm de diámetro) podrían
suponer una importante revolución en la expansión y campo de aplicación de la energía solar fotovoltaica.
En Japón líder en tecnología fotovoltaica se ha desarrollado unas nuevas celdas solares con forma esférica
y minúsculo tamaño entre 1 y 1,5 mm de diámetro, a diferencia de las celdas planas tradicionales de 72
mm. El avance podría suponer una revolución en la energía solar fotovoltaica.
El producto desarrollado por la empresa japonesa Kyosemi y al que se ha denominado como
Sphelar®, consiste en una matriz de pequeñas células solares esféricas capaces de absorber la radiación
solar con cualquier ángulo, pudiendo aprovechar tanto la radiación reflejada como la difusa, con esta
tecnología no es necesario el uso de seguidores y su eficiencia llega a superar el 20%.
La disposición de las células en un medio flexible y transparente, amplía el campo de aplicaciones para la
energía solar fotovoltaica, como la posibilidad de incorporarlas en pequeños aparatos electrónicos o
convertir grandes superficies acristaladas como generadores de electricidad. Su aplicación en España
permitiría reducir el impacto visual, especialmente en grandes ciudades y zonas de interés turístico.

Paneles fotovoltaicos orgánicos y CIGS


El gran auge del uso de Paneles fotovoltaicos para la generación eléctrica en los últimos años ha permitido
que la industria de Paneles desarrolle nuevas tecnologías para producir paneles cada vez de menor coste.

Actualmente existen diversas soluciones técnicamente viables para la generación de electricidad a partir de
luz solar basadas, fundamentalmente, en células fotovoltaicas de silicio relativamente caras. Las
tecnologías actuales de película delgada basadas en el silicio podrían estar llegando al límite en cuanto a
relación eficacia-coste.

Además, el nuevo precio de la energía para las instalaciones de tecnología solar fotovoltaica en España
exige una importante reducción en la inversión para su viabilidad económica. El principal coste esta en los
paneles fotovoltaicos por ende se requiere de paneles fotovoltaicos de menor coste, viabilidad que está en
el desarrollo de células fotovoltaicas orgánicas.

Los fotovoltaicos orgánicos (OPV) cuentan con la ventaja de que se pueden pintar sobre una superficie,
como las paredes exteriores de un edificio o el tejado.

Además, se pueden elaborar por medio de procesos de impresión y de recubrimiento de alta velocidad y
escalables, como las pinturas en aerosol y la impresión de inyección de tinta para cubrir áreas más
extensas.
Los módulos de película delgada (thin-film) no están hechos a base de células de silicio convencionales,
sino que se basan en CIGS (Cobre Indio Galio Selenio) incrustadas en un soporte flexible y ligero y aptas
para colocarlas no sólo sobre los tejados, sino también sobre las fachadas de los edificios, ventanas,
teléfonos móviles, ordenadores portátiles y coches.
Estas nuevas tecnologías, que se revelan como más rentables y eco eficientes, que constituyen, sin duda,
una alternativa de bajo coste que permite la inversión acorde a las condiciones económicas del precio de
la energía en España y el mundo.

España con la nueva ley, no solo reduce el precio de la energía producida si no que también reduce
significativamente la cuota de instalaciones fotovoltaicas.

La importante reducción en el coste de puesta en marcha de las instalaciones fotovoltaicas compensa la


importante reducción en la tarifa de compra. Pero por otro lado la deficiente infraestructura de las redes de
transmisión eléctrica en Media Tensión de España, impide el desarrollo de este importante sector de la
economía.

Células solares plásticas basadas en


polímeros
Las células solares de polímeros son un tipo de célula solar flexible. Pueden venir en muchas formas
incluyendo: células solares orgánicas (también llamados células solares de plástico), o la química orgánica
de células fotovoltaicas que producen electricidad a partir de la luz del sol usando polímeros.

También hay otros tipos de semiconductores de película delgada más estables, que pueden
ser depositados en los diferentes tipos de polímeros para crear las células solares. Esta tecnología es
relativamente nueva, se está investigando por las universidades, laboratorios y varias empresas de todo el
mundo.

Concepto básico de las células solares


plásticas
En la actualidad, las células solares comerciales se hacen de un cristal refinado, de silicio altamente
purificado, similar a los materiales utilizados en la fabricación de circuitos integrados y chips de computadora
(obleas de silicio).

El alto costo de estas células solares de silicio, y su complejo proceso de producción ha generado interés
en el desarrollo de tecnologías alternativas de energía fotovoltaica.

En comparación con dispositivos basados en silicio, células solares de polímeros son ligeros (lo cual es
importante para los pequeños sensores autónomos), potencialmente desechables y baratos de fabricar (a
veces utilizando la electrónica impresa), flexible, personalizable a nivel molecular, y tienen una menor
posibilidad de negativa del medio ambiente impacto.

Las desventajas de las células solares de polímeros son también problemas serios: ofrecen
aproximadamente 1 / 3 de la eficiencia de materiales duros, y son relativamente inestable hacia la
degradación fotoquímica. Por estas razones, a pesar de los continuos avances en los polímeros
semiconductores, la gran ma-yoría de las células solares se basan en materiales inorgánicos.
Ventajas de las células solares plásticas
A diferencia de las celdas basadas en cristales de silicio, las células solares de polímeros, no requieren un
orientación optima al sol ya que plástico recoge energía de hasta 70° del eje de sol a sol al aire libre - y en
cualquier orientación en el interior.

Industrialización y campo de aplicación


Actualmente USA la empresa Konarka Technologies, Inc., está produciendo celdas utilizando esta
tecnología.
Su campo de aplicación actual es para suministrar energía a teléfonos móviles y ordenadores portátiles.

El vertiginoso desarrollo de esta tecnología próximamente permitirá integración arquitectónica que permita
a las edificaciones generar su propia energía (autoconsumo fotovoltaico).

Células amorfas , éstas son manufacturadas mediante la colocación de una fina capa de amorfo
(no cristalino) de silicio sobre una amplia variedad de superficies. Estos son los menos eficiente y
menos costoso de producir de los tres tipos. Debido a la naturaleza amorfa de la capa fina, es
flexible, y si se fabrica sobre una superficie flexible, el panel solar entero puede ser flexible.
Una característica de las celdas solares amorfa es que su potencia se reduce con el tiempo,
especialmente durante los primeros meses, después de los cuales son básicamente estable. La
salida de la cita de un grupo amorfo que se produce después de este estabilización.

Paneles Solares, Tipos y Eficiencias


Tipos de Paneles Fotovoltaicas
Paneles (o mejor 'módulos') fotovoltaicos se puede producir de muchos
elementos. Con mejorados y nuevos métodos de producción y el uso de
nuevos elementos incluyendo materiales orgánicos, existe hoy una gran
variedad de productos.
Paneles Solares de Celdas de Silicio

Las celdas fabricadas de bloques de


silicio o 'ingots' son las más comunes. La experiencia comprobó una vida útil
con frecuentemente más de 30 años sin ningún mantenimiento. No sorprende
que la mayoría de las empresas se atreven garantízar un rendimiento de 80%
en 25 años.

Paneles monocristalinos versus paneles policristalinos


Se distinguen entre módulos solares fabricados de
celdas monocristalinas (izquierda) y policristalinas (derecha).
En la práctica la diferencia entre ambos es mínima. Paneles solares de
celdas monocristalinas tienen una mayor eficiencia en condiciones estándar
(STC) que puede tener importancia solamente cuando el espacio disponible es
reducido. Con paneles policristalinos, más baratos por una producción menos
exigente, frecuentemente se puede conseguir más energía por el mismo precio.
Hay dos características más que favorecen paneles policristalinos:
o Con temperaturas elevadas, la pérdida de eficiencia en módulos policristalinos en general
es menor que en paneles de celdas monocristalinas. Este tiene el efecto que paneles
policristalinos producen más energía en condiciones de temperaturas elevadas.
o La pérdida por la degradación provocado por la luz (LID - light induced degradation) es
menor en paneles policristalinos. Entonces en el transcurso de los años, pierden
ligeramente menos eficiencia (no es válido para los nuevos módulos monocristalinos tipo
'p', por ejemplo los Sunpower Maxeon).
Para la selección hay otras consideraciones importantes sobre el rendimiento de
paneles solares cristalinos.

Tradicionalmente se discutieron dos argumentos en contra de paneles solares:

Escasez de Silicio
Aunque el silicio es muy abundante (por ejemplo en arena), la cantidad con
suficiente pureza (99.9999%) es limitada y consecuentemente caro.
Una escasez de silicio de alta pureza anunciado en 2005 fue evitada con
nuevos descubrimientos y mejores procesos de fabricación. Varias empresas
que invirtieron fuertemente en tecnologías alternativas hoy se encuentran en
serios problemas para competir con los paneles de silicio tradicionales, cada
vez más asequibles.
Tiempo de retorno energético
El argumento de que la energía necesaria para producir paneles solares es
mayor a la que ellas generan durante su vida. Aunque con validez hace varias
decadas atrás, los paneles de silicio fabricadas hoy con procesos modernos y
celdas más finas necesitan menos de dos años para producir la energía que se
usó para su propia fabricación (vea por ejemplo los datos en Mariska de Wild-
Scholten 'Environmental profile of PV mass production: globalization' (pdf,
inglés). La empresa Noruega Elkem logra recuperar la energía usada para la
fabricación de sus ingots en 1.3 meses. En países de alta radiación como en el
Perú, este tiempo de retorno todavía es más corto.

Otros Paneles Solares


Placas solares de capa fina

Para reducir los costos de producción y salir de la posible


escasez de silicio, se empezaron a investigar e invertir en placas de otros
materiales. A parte de paneles solares de capa fina (thin film solar cells)
con silicio (amorfas), se logró una reducción importante de los costos usando
otros elementos.
Los más importantes son módulos de capa delgada de cobre, indio y selenio
(CIS) o de cobre, indio, galio y selenio (CIGS) y módulos de capa delgada a
base de cadmio y telurio (CdTe).
Modernos procesos como por ejemplo tecnologías de imprenta resultan en
capas ultra finas usando menos materia prima.
Inversiones masivas en estas nuevas tecnologías (en gran parte aseguradas
por programas gubernamentales) permitieron instalaciones de parques solares
de gran tamaño, con el resultado de que la empresa First Solar (EEUU) con
sus placas tipo CdTe se convirtió en el 2009 temporalmente en el productor
fotovoltaico más grande del mundo.
Celdas flexibles

Las nuevas formas de producción


permiten también producir celdas flexibles que abren posibilidades que la
rigidez de los paneles tradicionales no permitieron. Estas celdas cada vez más
se incorporan en la ropa, mochilas, sombrillas, etc. A parte de aplicaciones
especiales, sirven para cargar aparatos de poco consumo. Así se puede evitar
un celular descargado, alimentar otros aparatos portátiles o tener luz en la
playa una vez que se va el sol.

Paneles con capas transparentes


Un desarrollo práctica es la recién empezada producción de ventanas con
capas finas semi-transparentes. Es una válida alternativa arquitectónica para
incluirlas en edificios. Con estas se puede reemplazar los vidrios polarizados y
usar la energía generada para apoyar la climatización de los edificios.

Celdas orgánicas
Celdas orgánicas ya se puede tejer en la ropa, por ejemplo para cargar
aparatos de telecomunicación. De interés especial es la Celda Grätzel de
material simple similar a la fotosíntesis con características muy prometedoras.
Con esta invención el Prof. Grätzel ganó el Premio Tecnológico del Milenio en
el 2010. Actualmente están preparando una primera producción industrial. A
causa del uso de materiales simples, se espera en el futuro una importante
reducción de los precios. Contrario de las celdas cristalinas, tienen la ventaja
que la eficiencia aumenta con la temperatura.

Celdas de concentración
Concentrar la luz con sistemas ópticos es otro desarrollo para aumentar la
eficiencia relativamente baja de las celdas fotovoltaicas y reducir los costos.
Aunque se logró mejorar la eficiencia por un factor importante en los sistemas
instalados, la necesidad de orientarlos exactamente hacia el sol y el control de
la alta temperatura generada imponen sistemas sofisticados con un
mantenimiento alto y costoso. Nuevas tecnologías que eviten las desventajas
están bajo desarrollo.

Las investigaciones continúan fuertemente. En 2016 por ejemplo se alcanzaron


con el mineral Perovskite producir en el laboratorio celdas fotovoltaicas con una
eficiencia sorprendente de 22.1% en el laboratorio. Este mineral, la primera vez
descrito en 1839, no es tóxico y conocido como semiconductor desde años. Lo
excitante es el rápido avance en lograr esta eficiencia en pocos años (de 3% en
2009), mientras otras tecnologías necesitaban décadas para lograr algo similar
(vea gráfica abajo). Este salto nutre la esperanza de producir dentro de pocos
años nuevas celdas de Perovskite hasta un 30% de eficiencia a costos muy bajos.

Eficiencias de Celdas Fotovoltaicos

A parte de
reducir los costos de la producción relativamente complicada y especializada,
el reto más importante es aumentar la eficiencia.
Existe una competencia sana entre instituciones científicas internacionales. En
los laboratorios se lograron eficiencias de más de 45%. La gráfica muestra este
proceso (fuente National Renewable Energy Laboratory, NREL).
Lamentablemente faltan años, hasta que estos productos de mejor eficiencias
sean disponibles comercialmente a precios aceptables.
Para celdas de un elemento, William Shockley y Hans Queisser determinaron
que teóricamente se puede convertir un máximo de 33.7% de la energía solar
en electricidad. Para lograr más, hay que usar celdas combinadas de varias
capas o de concentración. Para silicio, el elemento más usado, este limite es
de 29%.
Para el uso común se usan paneles de silicio por su alta fiabilidad a precios
razonables. Paneles de celdas monocristalínas son las más eficientes,
seguidas por las policristalinas. Mientras los mejores paneles monocristalinos
superan ligeramente el 20%, la mayoría de los paneles en producción hoy
captan alrededor del 16% de la energía disponible de la luz.
Los paneles amorfos y otros de capa fina pocas veces superan el 10%.
Para usos especiales (por ejemplo satélites y el Mars Rover) se producen
módulos de arseniuro de galio (GaAs) que alcanzan una eficiencia de 30% o
unir varios elementos en células fotovoltaicas multiunión, superando 45% en
laboratorios (vea gráfica).

Conclusión
Aunque con paneles de capa fina de relativamente poca materia prima se logró
reducir el costo de producción, queda cierta inseguridad sobre su durabilidad.
Todavía falta suficiente experiencia histórica y junto con algunas problemas de
la producción, la calidad deja algunas dudas. Mientras las placas mono- y
policristalinas son garantizadas de producir 80% de su energía sobre 25 años,
todavía no se puede garantizar esta vida con las tecnologías más recientes.
Esto afecta directamente la rentabilidad de los sistemas sobre el tiempo y en
general favorece a las placas tradicionales de silicio.

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