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Y EL SEÑOR RESUCITADO HIZO SU OBRA DE AMOR

Por: Oscar Alberto Rivas

Señor que grande eres en tu amor misericordioso. Pasamos hace


dos años por una tragedia familiar, estábamos destrozados,
destruidos, incrédulos y en shock, todo se desplomaba a nuestros
pies, el mundo perdía el color y todo quedaba blanco y negro para
toda la familia. Pero nunca perdimos la fe, esperanza, amor y
misericordia de Nuestro Padre Celestial…y fue el mismo Dios que
fue llenando todos nuestros espacios de amor y cariño, fue
disipando nuestras dudas y a través de El supimos cuánto amor hay
en el cielo, y entendimos que no habíamos perdido una hija, una
nieta, una sobrina, una hermanita…habíamos ganado una estrellita
de amor que desde el mismo reino de Dios nos animaba y nos
hablaba y se aparecía a sus primas y les contaba cuan feliz era. Ella
pedía por sus padres, sus abuelos, sus tíos, su hermanito, en fin por
toda su familia.

Dos años después nuestro mundo es de colores, volvió la sonrisa


a nuestras caras, la alegría a nuestros hogares, la felicidad a
nuestras vidas. Dios nos brindó su solidaridad a través de nuestros
familiares, del sacerdote Andry Sánchez, de Chepina y los
misioneros del Espíritu Santo de Guadalupe, de mis amigos del
Búcaro y de la mano amorosa de Jesús de la Misericordia que
convirtió nuestras lágrimas de sangre en lágrimas de perlas.

Y Dios tan amoroso nos envió una tarde lluviosa a un “ángel de


la casa” de carne y hueso. Este ángel extendió una invitación a mi
hijo destrozada para un retiro de Emaús…mi hijo menor era el más
alejado de Dios, y el más golpeado por el sufrimiento, sus
hermanos habían solicitado asilo y ahora había perdido a su
hermosa hija. Todo parecía estar en su contra, pero el ángel de
carne y hueso no se dio por vencido y logro que mi hijo un buen día
aceptara ir al encuentro con Jesús Resucitado, y de allí salió vivo,
alegre, cambiado, lleno del Espíritu Santo y Resucitado. Una grata
noticia para toda nuestra familia, hoy es un joven Servidor
Emausiano que predica con su ejemplo de vida la presencia del
Señor y Dios dos años después le devolvió con creces lo que mi hijo
creía perdido, así nació Kerlis, su esposa se convirtió al catolicismo,
sus cuñados, la madre de su esposa, algunos amigos, y desde hace
algún tiempo para acá es llamado desde varias ciudades del
occidente venezolano a contar su vivencia, la cual narra con
lágrimas en los ojos, pero ahora son lágrimas de alegría pues narra
cómo Jesucristo Resucitado le dio mil colores a su vida.
El venidero 23 de noviembre de 2019, mi hijo contrae
matrimonio por la Iglesia Católica después de 13 años de
matrimonio civil. Aleluya, Jesucristo ha Resucitado.(oarb)

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