Señor que grande eres en tu amor misericordioso. Pasamos hace
dos años por una tragedia familiar, estábamos destrozados, destruidos, incrédulos y en shock, todo se desplomaba a nuestros pies, el mundo perdía el color y todo quedaba blanco y negro para toda la familia. Pero nunca perdimos la fe, esperanza, amor y misericordia de Nuestro Padre Celestial…y fue el mismo Dios que fue llenando todos nuestros espacios de amor y cariño, fue disipando nuestras dudas y a través de El supimos cuánto amor hay en el cielo, y entendimos que no habíamos perdido una hija, una nieta, una sobrina, una hermanita…habíamos ganado una estrellita de amor que desde el mismo reino de Dios nos animaba y nos hablaba y se aparecía a sus primas y les contaba cuan feliz era. Ella pedía por sus padres, sus abuelos, sus tíos, su hermanito, en fin por toda su familia.
Dos años después nuestro mundo es de colores, volvió la sonrisa
a nuestras caras, la alegría a nuestros hogares, la felicidad a nuestras vidas. Dios nos brindó su solidaridad a través de nuestros familiares, del sacerdote Andry Sánchez, de Chepina y los misioneros del Espíritu Santo de Guadalupe, de mis amigos del Búcaro y de la mano amorosa de Jesús de la Misericordia que convirtió nuestras lágrimas de sangre en lágrimas de perlas.
Y Dios tan amoroso nos envió una tarde lluviosa a un “ángel de
la casa” de carne y hueso. Este ángel extendió una invitación a mi hijo destrozada para un retiro de Emaús…mi hijo menor era el más alejado de Dios, y el más golpeado por el sufrimiento, sus hermanos habían solicitado asilo y ahora había perdido a su hermosa hija. Todo parecía estar en su contra, pero el ángel de carne y hueso no se dio por vencido y logro que mi hijo un buen día aceptara ir al encuentro con Jesús Resucitado, y de allí salió vivo, alegre, cambiado, lleno del Espíritu Santo y Resucitado. Una grata noticia para toda nuestra familia, hoy es un joven Servidor Emausiano que predica con su ejemplo de vida la presencia del Señor y Dios dos años después le devolvió con creces lo que mi hijo creía perdido, así nació Kerlis, su esposa se convirtió al catolicismo, sus cuñados, la madre de su esposa, algunos amigos, y desde hace algún tiempo para acá es llamado desde varias ciudades del occidente venezolano a contar su vivencia, la cual narra con lágrimas en los ojos, pero ahora son lágrimas de alegría pues narra cómo Jesucristo Resucitado le dio mil colores a su vida. El venidero 23 de noviembre de 2019, mi hijo contrae matrimonio por la Iglesia Católica después de 13 años de matrimonio civil. Aleluya, Jesucristo ha Resucitado.(oarb)