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Acaso ilustrativo a la hora de dilucidar críticamente los mecanismos de subversión y

cooptación que los distintos grupos de poder desarrollan para sus respectivos intereses. Se
habla hoy en todos los canales de televisión de una “explosión social”, de un “estallido
social” en referencia a lo abrupto y violento del fenómeno, una metáfora que supone una
“manifestación excesiva de un sentimiento” y una “rotura ruidosa”. Algo de eso hay, pero
pone el énfasis en lo violento Por obvia, la figura se ha convertido en un un as bajo la manga
para cuanto invitado a la televisión se refiera a asunto, usándola como fórmula que junto con
decir mucho, finalmente, no dice nada. y de paso, deja tranquilos a moros y cristianos, sin
ofuscar a nadie ni salir trasquilado en el discurso mismo. “Vandalizar” alude al acto
repudiable que desvirtúa el carácter pacífico de la protesta, para unos, mientras para otros, en
cambio, solo busca criminalizar el legítimo derecho a pataleo general. Pero lo que sin duda
ganó por lejos el corazón de los chilenos fue el estrellato del perro matapacos y la suerte de
insolencia casual del PareMan, respectivamente. El primero, un quiltro negro con paño
revolucionariamente rojo. El segundo, un héroe popular que agarró de escudo un signo
“pare” arrancado de la señalética urbana, como escudo ante las fuerzas de orden policial, el
segundo.

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