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PROCEDIMIENTO : ORDINARIO DE APLICACIÓN GENERAL.

MATERIA : INDEMNIZACIÓN DE PERJUICIOS POR


ACCIDENTE DEL TRABAJO.
DEMANDANTE 1 : JULIO JOAQUÍN MUÑOZ OYARZO.
RUT : 21.091.459-5.
DEMANDANTE 2 : GABRIEL EVALDO MUÑOZ OYARZO.
RUT : 25.554.181-1.
DEMANDANTE 3 : TOMÁS IGNACIO MUÑOZ VERA.
RUT : 22.710.461-9.
ABOGADO PATROCINANTE
Y APODERADO : ALEXANDER YAKOVLEFF MUSA.
RUT : 15.331.216-8.
EMAIL : aym@indemnizaciontotal.cl.
DOMICILIO : CALLE HUÉRFANOS N° 1480, OFICINA
210, COMUNA Y CIUDAD DE SANTIAGO.
DEMANDADO : SERVICIOS MARÍTIMOS SUBTEK S.p.A.
RUT : 76.558.351-9.
REPRESENTANTE LEGAL : DAVID APPARCEL DÍAZ.
RUT : 14.096.281-3.
DOMICILIO : PASAJE ACONCAGUA N° 4972, VALLE
VOLCANES, COMUNA Y CIUDAD DE PUERTO
MONTT.
------------------------------------------------------------------
EN LO PRINCIPAL: DEMANDA DE INDEMNIZACIÓN DE PERJUICIOS POR
ACCIDENTE DEL TRABAJO;
PRIMER OTROSÍ: NOTIFICACIÓN VÍA CORREO ELECTRÓNICO;
SEGUNDO OTROSÍ: SOLICITA TRAMITACIÓN ELECTRÓNICA;
TERCER OTROSÍ: ACOMPAÑA DOCUMENTOS;
CUARTO OTROSÍ: PATROCINIO Y PODER.

S.J.L. DEL TRABAJO DE PUERTO MONTT.

ALEXANDER YAKOVLEFF MUSA, abogado, a nombre y en


representación, según se acreditará, del menor de edad, don
JULIO JOAQUÍN MUÑOZ OYARZO, cédula nacional de identidad Nº
21.091.459-5; del menor de edad, don GABRIEL EVALDO MUÑOZ
OYARZO, cédula nacional de identidad Nº 25.554.181-1, ambos
legalmente representados por su madre, doña LESLIE MARIET
OYARZO GONZÁLEZ, cédula nacional de identidad Nº 15.767.913-
9; y del menor de edad, don TOMÁS IGNACIO MUÑOZ VERA, cédula
nacional de identidad Nº 22.710.461-9, legalmente
representado por su madre, doña CATALINA DE LAS MERECEDES
VERA VALDIVIA, cédula nacional de identidad Nº 13.651.430-K;
todos, con domicilio en Calle Huérfanos N° 1480, Oficina 210,
comuna y ciudad de Santiago, Región Metropolitana, a US.,
respetuosamente digo:

Que, en la representación que ostento en autos, vengo en


deducir Demanda Laboral de Indemnización de Perjuicios por
Accidente del Trabajo, en contra de SERVICIOS MARÍTIMOS
SUBTEK S.p.A, del giro de su denominación, representada
legalmente por don DAVID APPARCEL DÍAZ, factor de comercio,
ambos con domicilio en Pasaje Aconcagua N° 4972, Valle
Volcanes, Comuna y Ciudad de Puerto Montt, para que responda
de los daños causados al causante de mis representados; en
razón de los antecedentes de hecho y de derecho que expongo a
continuación:

I.- LOS HECHOS:

1.- Con fecha 01 de Abril del año 2017, el señor JULIO EVALDO
MUÑOZ MANQUI (Q.E.P.D.), Rut: 15.767.874-4, padre de mis
representados, ingresó a trabajar bajo vínculo de
subordinación y dependencia con la demandada de autos,
SERVICIOS MARÍTIMOS SUBTEK S.p.A, para cumplir las funciones
de Supervisor y Buzo Comercial, a desempeñar en la faena
denominada “Reflotamiento del Pontón Melinka III”,
perteneciente a la empresa Aquachile S.A., lugar del
accidente, y ubicada en Sector Chayahué, Isla de Abtao,
Región de Los Lagos.

2.- Así las cosas, las labores habituales que debía ejecutar
el señor Julio Muñoz, eran básicamente, las de Buzo
Comercial, es decir, debía realizar inspecciones,
reparaciones, mantenimiento, soldar, tomar medidas y/o
reparar todo tipo de estructuras metálicas bajo el mar; bajo
las órdenes del Jefe y Supervisor, don Ricardo Pavéz
Espinoza.

3.- En el contexto señalado, el día 10 de Septiembre del año


2017, a eso de las 09:30 horas, el señor Julio Muñoz comenzó
a soldar en la faena de buceo, para el reflotamiento de un
Pontón, cuando a eso de las 11:35 horas, la víctima, toma
comunicación con el supervisor que se encontraba en la
consola ubicada en un contenedor, en la superficie, y le
indica que su profundidad era de 29.4 metros de profundidad.
Posterior a eso, el señor Julio Muñoz, pidió al supervisor,
que conectara el poder, para continuar con la faena de
soldadura, CUANDO MINUTOS DESPUÉS, DE MANERA SORPRESIVA, SE
ESCUCHÓ EN LA SUPERFICIE UNA EXPLOSIÓN SUBMARINA, POR ENDE,
SE PROCEDIÓ A TOMAR COMUNICACIÓN CON EL SEÑOR MUÑOZ, NO
PUDIENDO TOMARSE CONTACTO, POR LO QUE SE PROCEDIÓ A DAR AVISO
AL BUZO DE EMERGENCIA PARA ASISTIRLO.

MINUTOS DESPUÉS, EL BUZO DE EMERGENCIA, SEÑOR JESÚS


OYARCE, INGRESÓ AL AGUA PARA SUMERGIRSE, PERO AL TRANSCURSO
DE VARIOS MINUTOS MÁS, EL PERSONAL QUE ESTABA EN CUBIERTA DE
LA BARCAZA “MAUCHIL” SE PERCATA QUE EL SEÑOR MUÑOZ YA SE
ENCONTRABA FLOTANDO POR LO QUE PROCEDEN A SACARLO MEDIANTE UN
CANASTILLO Y SUBIRLO A LA EMBARACACIÓN Y REALIZARLE MASAJE
CARDÍACO, MANIOBRAS QUE FUERON INFRUCTUOSAS, CONSTATÁNDOSE EL
FALLECIMIENTO; accidente laboral que, dadas sus
características y fatales consecuencias, resulta claro que
debió ser objeto de Investigación por parte de la Inspección
del Trabajo, Capitanía de Puerto o de la Seremi de Salud,
respectivas.

4.- Ahora bien, para un MEJOR ENTENDIMIENTO de las razones y


circunstancias que explican el por qué el señor Julio Muñoz
sufrió el fatal accidente en comento, es necesario realizar,
previamente, las siguientes PRECISIONES:

En primer lugar, es importante recordar que NO RECIBIÓ


PROCEDIMIENTO DE TRABAJO SEGUR ESPECÍFICO, CAPACITACIONES,
INSTRUCCIONES O CHARLAS TÉCNICO-INFORMATIVAS, ESPECÍFICAS,
por parte de la demandada de autos, para la realización,
correcta y segura, de aquellas labores, y por lo tanto, NUNCA
CONTÓ CON LOS CONOCIMIENTOS TÉCNICOS, NI LA EXPERTISE,
SUFICIENTES Y NECESARIOS, como para efectuarlas debidamente,
lo cual, cabe señalar, FUE SIEMPRE DE CONOCIMIENTO de la
mencionada empresa demandada.
En segundo lugar, y dentro de las razones o causas
elementales del accidente, es que al señor Julio Muñoz, NO SE
LE INSTRUYÓ, VÍA CONSOLA UBICADA EN UN CONTENEDOR, en la
superficie, por parte del jefe, de la ACUMULACION DE GASES DE
HIDRÓGENO AL ESTAR SOLDANDO; el jefe no le señaló que DEBÍA
VENTILAR CON AIRE, NI MENOS TENÍA EL EQUIPO PARA HACERLO,
siendo que el jefe, en superficie, veía con camara de video,
si es que lo estaba haciendo con el debido rigor, lo que
estaba realizando el señor Julio Muñoz; es más, no instruyó
de que DESCANSARA O QUE SE VENTILE LA ZONA DE TRABAJO
(PAUSAS), lo que producto de dicha omisión, significó la
acumulación de gases y la posterior explosión que se relató.

Sumado a lo anterior, es necesario mencionar que al


señor Julio Muñoz, la demandada de autos NUNCA LE PROPORCIONÓ
UN EFECTIVO, RIGUROSO Y COMPROMETIDO SUPERVISOR O PERSONAL DE
APOYO que velara por las condiciones de seguridad y el
sistema de trabajo en que desempeñaba las labores descritas;
es decir, durante todo el tiempo en que mi representado
trabajó en las instalaciones en cuestión, sin bien tenía un
supervisor, ESTE NUNCA SE PREOCUPÓ REALMENTE DE LAS MEDIDAS
DE SEGURIDAD EN LAS QUE ÉSTE SE DESENVOLVÍA; en abierta
violación de la normativa de seguridad, y en desmedro, por
tanto, de la salud de sus trabajadores.

Además, es necesario indicar que la demandada de autos


NUNCA SE PREOCUPÓ DE CONTAR CON UN PREVENCIONISTA DE RIESGOS
O FISCALIZADOR en las dependencias en comento, pues durante
todo el tiempo en que el señor Julio Muñoz desempeñó sus
labores, NUNCA EXISTIÓ NADIE, que por un lado, FISCALIZARA O
SUPERVISARA el correcto cumplimiento y la adecuada
implementación de las medidas de seguridad en el desarrollo
de las labores descritas, y por otro, que LE INFORMARA,
adecuada y oportunamente, sobre los riesgos asociados que las
tareas indicadas, siempre significan y representan.

Por último, es importante mencionar que en el momento y


lugar en que ocurrió el accidente en comento, la demandada de
autos TAMPOCO CONTABA CON SEÑALÉTICAS DE SEGURIDAD, QUE
SEÑALARAN E INDICARAN LOS FACTORES DE RIESGO Y PELIGROS QUE
EL TRABAJO DE BUZO COMERCIAL, Y EN LAS DEFICIENTES
CONDICIONES LABORALES YA DESCRITAS, SIEMPRE SIMBOLIZA Y
REPRESENTA.

En definitiva, todo lo antes mencionado no hace más que


dejar en evidencia que NUNCA EXISTIÓ UNA VERDADERA Y REAL
FISCALIZACIÓN DE LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD Y FACTORES DE
RIESGOS, en que la empresa demandada hubiese determinado y
fijado, de manera clara y precisa, tanto LA ADOPCIÓN DE
MECANISMOS DE SUPERVISIÓN Y CONTROL, reales y eficientes, en
la toma de decisiones relativas a la seguridad de los
trabajadores, como LA IMPLEMENTACIÓN Y RESPETO DE LAS MEDIDAS
DE SEGURIDAD, necesarias y legalmente exigidas; lo cual,
claramente, fue uno de los motivos fundamentales por el cual
ocurrió el fatal accidente laboral que nos convoca.

5.- Volviendo al accidente, los trabajadores que se


encontraban en el lugar, y que fueron testigos de tan
horrendo accidente, desesperados, mediante la barcaza, toman
rumbo hacia la Cuidad de Calbuco, para llevar le cuerpo del
señor Muñoz, tomando contacto con Servicios de Emergencias
para coordinar el traslado.

Al llegar la barcaza a eso de las 13:00 horas, el señor


JULIO MUÑOZ MANQUI (Q.E.P.D.), pareja y padre, es
recepcionado por la Capitanía de Puerto, compuesta por el
Cabo 1º José Álvarez Runil y el Marinero Ricardo Oporto
Valenzuela, constatándose los hechos, por lo que después, la
Brigada de Homicidios de la Policia de Investigaciones,
realiza el peritaje de rigor, posterior entrega y traslado
por parte del Servicio Médico Legal de Puerto Montt, donde se
confirma la DECLARACIÓN DE FALLECIDO, determinando como su
Causa de Muerte:

• DESCOMPRESIÓN BRUSCA / ACCIDENTE DEL TRABAJO.


II.- EL DERECHO:

La demandada, tal como se verá, es responsable ante la


ley, del fallecimiento del señor Julio Muñoz, a la luz de las
consideraciones, doctrina, jurisprudencia, y normas legales y
reglamentarias que paso a invocar:

1. CONSIDERACIONES PREVIAS.

Por estar esta demanda presentada en la forma dispuesta


la Ley Nº 21.018 de reciente Promulgación y ser la historia
de la norma de extraordinaria coincidencia con la situación
de mis representados, agregamos los antecedentes más
relevantes de la Historia de esta Ley cuyo fundamento y
espíritu sirven de irrefutable respaldo a nuestra petición en
la presente demanda:

Historia de la Ley N° 21.018.


1. Primer Trámite Constitucional: Senado.


1.1. Moción Parlamentaria.

Moción de los señores Senadores María Soledad Alvear


Valenzuela, Jorge Esteban Pizarro Soto, Juan Pablo Letelier
Morel y Ximena Cecilia Rincón González. Fecha 19 de junio,
2012. Moción Parlamentaria en Sesión 27. Legislatura 360.

Boletín N° 8.378-13.

Proyecto de Ley, iniciado en moción de los Honorables


Senadores Sras. Rincón y Alvear y señores Letelier y Pizarro,
que modifica el artículo 420 del Código del Trabajo,
confiriéndole Competencia a los Tribunales Laborales para
conocer de las contiendas en que los causahabientes del
trabajador buscan hacer efectiva la responsabilidad del
empleador, derivada de accidentes del trabajo o enfermedades
profesionales.
1.- Que la reforma a la justicia procesal del trabajo,
ha tenido un indudable éxito en entregar a los trabajadores
mejores y más eficientes herramientas PARA HACER CUMPLIR LOS
DERECHOS INDIVIDUALES, COLECTIVOS Y PRINCIPALMENTE LOS
DENOMINADOS DERECHOS FUNDAMENTALES PROVENIENTES DEL MUNDO
LABORAL, así lo han señalado tanto la doctrina especializada,
como los operadores del derecho del trabajo y los mismos
trabajadores a quienes ha beneficiado. Ese éxito, desde otra
perspectiva, ha develado una serie de falencias hacia el
mundo del trabajo que es necesario investigar, observar,
identificar y solucionar a cuatro años de vigencia de la
reforma laboral, para de esa forma ayudar y contribuir a
aprovechar de mejor manera la potencialidad enorme de esta
reforma vigorosa para el mundo del Derecho del Trabajo. Todo,
con el objetivo de afinar algunos de los detalles que quedan
pendientes luego de la puesta en marcha de una reforma de
esta envergadura.

2.- Que uno de los grandes beneficios que ha traído


aparejada la reforma procesal laboral, es la notable
disminución en los tiempos de tramitación de las causas
laborales, lo que ha redundado en mejores y más eficientes
derechos para los justiciables, sin embargo, este cambio de
paradigma para el derecho laboral, no es igualitario para
todos los sectores que buscan en la justicia laboral una
forma de mitigar las vulneraciones a sus derechos.

3.- Que en nuestra opinión, todavía existe un amplio


sector de la población, que ha visto cómo sus derechos de
naturaleza laboral, DEBEN SER EJERCIDOS EN SEDES QUE
NATURALMENTE NO TIENEN LA MISMA VINCULACIÓN CON EL DERECHO
DEL TRABAJO, COMO LO SON LOS JUZGADOS CIVILES, para los casos
de demandarse los daños producidos a la familia, como
resultado de una accidente del trabajo con resultado de
muerte.

Este sector constituido fundamentalmente por las viudas


de los trabajadores, sus hijos y las familias que sobreviven
accidentes del trabajo del padre, se ven obligados a acudir a
la justicia civil para obtener soluciones a sus demandas,
justicia que conocemos es lenta y no permite resarcir los
daños con la prontitud y oportunidad que permiten los
procesos laborales, produciendo un deterioro de proporciones
en el núcleo familiar que, estamos convencidos, es necesario
abordar.

4.- Que LA MUJER EN ESE CONTEXTO, ES FUERTEMENTE


DISCRIMINADA, pues en sede laboral sus problemas tendrán
solución estadísticamente en menos de 90 días, en cambio, lo
que obtienen de la justicia interpretando las normas
laborales, es que las obligan a litigar en sede civil, cuyos
tiempos de tramitación exceden por mucho los tiempos de los
litigios laborales, llegando a demorar varios años en obtener
una sentencia que resarza los perjuicios provocados.

Lo descrito genera una serie de dificultades,


principalmente relativas al acceso a la justicia y al
desincentivo para demandar, pues los costos de mantener un
litigio por tantos años son -para esas familias-,
tremendamente alto. Sabemos, pues las estadísticas así lo
demuestran, que son los trabajadores (varones) los que con
mayor frecuencia tienen accidentes de tipo fatal y que en
consecuencia, sus esposas, hijos y especialmente los que
están por nacer requieren, exigen y merecen una justicia de
calidad y que con celeridad le entregue lo que en derecho le
corresponde, beneficios que no entrega la comentada
litigación en sede civil. Sin duda alguna la mejor forma, la
más efectiva y la que entrega más garantías a las familias
sobrevivientes de estas tragedias, para reparar eficaz y
prontamente el daño provocado es la reformada justicia
laboral.

5.- Que es dable recordar que actualmente, los


Tribunales Laborales, tienen competencia legal para conocer
los juicios de accidentes del trabajo de trabajadores que
sobreviven a estas experiencias, es decir, a LA JUSTICIA
LABORAL QUE YA SABEMOS ES RÁPIDA Y EFICAZ, pueden recurrir
los trabajadores siempre que sobrevivan al accidente del
trabajo. Así las cosas, no se divisan buenas razones para
excluir a los Tribunales Laborales del conocimiento de las
demandas interpuestas por los causahabientes de un trabajador
accidentado en una faena, cuando el daño reclamado provenga
de la responsabilidad contractual que tiene el empleador.

Que, aún más, la hipótesis de que el Juzgado del Trabajo


no es competente para conocer de estos casos, no es
compartida por la unanimidad de la doctrina y de la
jurisprudencia, por lo que un ajuste en la norma, se torna a
esta altura del debate como la mejor forma de solucionar
prontamente una discusión que sólo tiene que ver con la
competencia para conocer de un determinado tipo de juicio, en
que claramente hay derechos de tipo laboral en juego, como el
derecho a saber, el deber de protección eficaz de la vida y
salud del trabajador y el deber de reparar los perjuicios
ocasionados par parte del empleador.

6.- Que por tanto, en virtud de lo anterior, proponemos


modificar el artículo 420 del Código del Trabajo, CON LA
FINALIDAD DE PROTEGER LOS INTERESES DE LA FAMILIA DEL (LA)
TRABAJADOR(A) FALLECIDO(A), SIN DISTINCIÓN DE NINGUNA
NATURALEZA. Creemos que el juzgador laboral, es el más
cercano al ámbito del trabajo en que se desenvolvió el
trabajador, conoce de obligaciones de tipo laboral,
especialmente en todo lo que tiene que ver con seguridad e
higiene en el trabajo y está imbuido en la dinámica de los
accidentes del trabajo, pues los falla constantemente. Por lo
anterior, la competencia de los tribunales laborales debe
incluir la de conocer las causas cuyos titulares son las
familias sobrevivientes de estas tragedias en tanto ellos
tienen derecho a demandar por la responsabilidad contractual,
con todos los conceptos que ello implica, al que fue el
empleador del trabajador fallecido en una sede que permita
agilizar sus derechos, como ciertamente lo es la sede del
Tribunal Laboral.

Por tanto los abajo firmantes vienen en presentar el


siguiente proyecto de ley:

PROYECTO DE LEY:
Introdúzcase la siguiente modificación al Código del
Trabajo:

Reemplácese la letra f) del artículo 420 del Código del


Trabajo, por el siguiente:

"f) los juicios en que se pretenda hacer efectiva la


responsabilidad del empleador derivada de accidentes del
trabajo o enfermedades profesionales, ya sea propia del
trabajador o de sus causahabientes, derivada de los daños
producidos por responsabilidad contractual; respecto de la
responsabilidad extracontractual, se seguirán las reglas del
artículo 69 de la Ley 16.744, y".

2.1. Informe de Comisión de Trabajo.

Cámara de Diputados. Fecha 21 de marzo, 2017. Informe de


Comisión de Trabajo en Sesión 7. Legislatura 365.

BOLETÍN N° 8378-13-(S).

INFORME DE LA COMISIÓN DE TRABAJO Y SEGURIDAD SOCIAL,


RECAÍDO EN EL PROYECTO DE LEY QUE MODIFICA EL ARTÍCULO 420
DEL CÓDIGO DEL TRABAJO, CONFIRIÉNDOLE COMPETENCIA A LOS
TRIBUNALES LABORALES PARA CONOCER DE LAS CONTIENDAS EN QUE,
LOS CAUSAHABIENTES DEL TRABAJADOR, BUSCAN HACER EFECTIVA LA
RESPONSABILIDAD DEL EMPLEADOR, DERIVADA DE ACCIDENTES DEL
TRABAJO O ENFERMEDADES PROFESIONALES.

HONORABLE CÁMARA:

Vuestra Comisión de Trabajo y Seguridad Social pasa a


informar, en primer trámite reglamentario, sobre el proyecto
de ley epígrafe, en segundo Trámite Constitucional, iniciado
en Moción de las Ex senadoras Sras. Alvear, doña Soledad, y
Rincón, doña Ximena, y de los senadores Sres. Letelier, don
Juan Pablo, y Pizarro, don Jorge, contenido en el Boletín N°
8.378-13, sin urgencia.

A la sesión que vuestra Comisión destinó al estudio de


la referida iniciativa legal asistió el Sr. Francisco Del Río
Correa, Asesor Legislativo del Ministerio del Trabajo y
Previsión Social.

I.- CONSTANCIAS REGLAMENTARIAS PREVIAS.

1.- Origen y Urgencia.

La iniciativa tuvo su origen, como se ha dicho


precedentemente, en una Moción de las Ex senadoras Sras.
Alvear, doña Soledad, y Rincón, doña Ximena, y de los
senadores señores Letelier, don Juan Pablo, y Pizarro, don
Jorge, y se encuentra sin urgencia.

2.- Discusión General.

El proyecto fue aprobado, en general y particular, por 6


votos a favor, ninguno en contra y ninguna abstención.
(Votaron a favor la Sra. Pascal, doña Denise, y los Sres.
Andrade; Carmona; Jiménez; Vallespín y Walker).

3.- Disposiciones Calificadas como Normas Orgánicas


Constitucionales o de Quórum Calificado.

A juicio de vuestra Comisión, su artículo único requiere


ser aprobado con quórum calificado, pues reviste el carácter
de Orgánica Constitucional, según lo prevenido en el inciso
segundo del artículo 66 de la Constitución Política de la
República.

4.- Diputado Informante.

La Comisión designó al Sr. Walker, Matías, en tal


calidad.

II.- ANTECEDENTES GENERALES.

El proyecto que la Comisión de Trabajo y Seguridad


Social somete a vuestro conocimiento apunta, como su nombre
lo indica, a modificar el artículo 420 del Código del
Trabajo, confiriéndole competencia a los tribunales laborales
para conocer de las contiendas en que, los causahabientes del
trabajador, buscan hacer efectiva la responsabilidad del
empleador, derivada de accidentes del trabajo o enfermedades
profesionales.
1.- Consideraciones Preliminares.

Según señalan los considerandos de la Moción con los


cuales sus autores inician este proyecto, la reforma a la
justicia procesal del trabajo ha tenido un indudable éxito al
proveer a los trabajadores de mejores y más eficientes
herramientas para hacer cumplir los derechos individuales y
colectivos que emanan de la legislación laboral, con
particular énfasis en sus derechos fundamentales. Sostiene
que ello ha sido reconocido por la doctrina especializada,
los operadores jurídicos y los propios trabajadores.

Agrega que, con todo, a cuatro años de la entrada en


vigencia de dicha normativa, se han develado una serie de
falencias que se verifican en el ámbito del derecho del
trabajo, las que deben ser analizadas a objeto de aprovechar
las mejoras que ha introducido la reforma procesal laboral.

En ese sentido, agrega que uno de los grandes beneficios


de dicha reforma atinge a la notable disminución en los
tiempos de tramitación de las causas laborales, lo que
permite favorecer la defensa de los derechos de los
justiciables. Con todo, añade que dichas mejoras no son
equivalentes para todos quienes acuden a la justicia laboral
para hacer efectivos sus derechos, toda vez que existe un
amplio sector de la población que debe acudir a tribunales
que no son especializados en esa materia.

En efecto, expone que, tratándose de un accidente del


trabajo con resultado de muerte, los causahabientes del
trabajador fallecido deben comparecer ante la justicia civil
ordinaria, cuya tramitación es lenta y no permite resarcir
los daños que de ello deriven con la prontitud y celeridad
que podría hacerlo un juzgado laboral.

La Moción añade que dicha situación produce una serie de


dificultades en lo relativo al acceso a la justicia, toda vez
que constituye un desincentivo para presentar las acciones
judiciales procedentes. En ese contexto, reitera que los
herederos o causahabientes del trabajador que hubiere
fallecido merecen ser resarcidos en un breve plazo por los
daños de diversa índole que deriven de ello, lo que no puede
ser proveído por la justicia civil ordinaria.

A continuación, la Moción puntualiza que la forma más


efectiva de reparar de manera eficaz y breve dichos
perjuicios consiste en radicar el conocimiento de tales
contingencias ante la judicatura laboral. En ese sentido,
explica que actualmente los tribunales laborales tienen
competencia para conocer de los juicios de accidentes del
trabajo cuando quienes lo padecen logran sobrevivir.

En consideración a ello, añade que no resulta correcto


excluir de su conocimiento aquellas contiendas originadas a
raíz del fallecimiento del trabajador cuando el daño
reclamado provenga de la responsabilidad contractual del
empleador en el contexto de un contrato de trabajo, toda vez
que en la respectiva sentencia se deben tener en
consideración una serie de derechos de índole laboral, como
el derecho a la protección eficaz de la vida y salud del
trabajador y el deber de reparar los perjuicios que el
empleador hubiere ocasionado.

En consecuencia, la iniciativa sostiene que es preciso


modificar el artículo 420 del Código del Trabajo a objeto de
proteger de mejor manera los intereses de los causahabientes
del trabajador fallecido como consecuencia de un accidente
del trabajo o enfermedad profesional. Explica que, con miras
a ello, se ha tenido en consideración que el juez laboral
conoce frecuentemente de asuntos relativos a seguridad,
higiene y accidentes del trabajo.

Para ello agrega, dentro de la competencia de los


tribunales laborales, la facultad de conocer aquellas
acciones judiciales que, a título de responsabilidad
contractual, hubieren ejercido los causahabientes del
trabajador fallecido, a objeto de agilizar su tramitación y
obtener un pronto resarcimiento de los perjuicios que de ello
deriven.
2. Contenido del Proyecto Aprobado por el Senado.

El proyecto aprobado por el Senado se contiene en un


artículo único, que reemplaza la letra f) del artículo 420
del Código del Trabajo, por la cual dispone que serán de
competencia de los Juzgados de Letras del Trabajo, los
juicios iniciados por el propio trabajador o sus
causahabientes, en que se pretenda hacer efectiva la
responsabilidad contractual del empleador por los daños
producidos como consecuencia de accidentes del trabajo o
enfermedades profesionales.

III.- SÍNTESIS DEL DEBATE HABIDO DURANTE LA DISCUSIÓN


GENERAL Y PARTICULAR.

El proyecto en informe fue aprobado en general por


vuestra Comisión, en su sesión ordinaria de fecha 21 de marzo
del año en curso, con el voto favorable (6) de la Sra.
Pascal, Denise, y de los Sres. Andrade; Carmona; Jiménez;
Vallespín y Walker. No hubo votos en contra ni abstenciones.

En el transcurso de su discusión, la Comisión escuchó la


exposición de la señora Carmen Espinoza Miranda, abogado y
docente de la Universidad de Chile, en representación de la
Asociación de Abogados Laboralistas (AGAL), quién manifestó
que la iniciativa resulta muy relevante para el ejercicio y
protección de los derechos de los trabajadores y de sus
familias, puesto que resuelve un problema que se da en la
práctica legal, relacionada conque nuestra actual legislación
no es clara respecto del choque de competencias que se
produce entre tribunales civiles y laborales cuando
causahabientes desean hacer efectiva la responsabilidad del
empleador por accidentes del trabajo o enfermedades
profesionales, lo que produce retardos en el sistema
judicial, los cuales son particularmente graves en materia
laboral.

Por su parte, la Comisión compartió los criterios


expresados por su invitada, puesto que, a juicio de sus
integrantes presentes en la discusión, la situación actual
produce desigualdad entre aquellos trabajadores o
causahabientes que concurren a hacer valer sus derechos, pues
algunos son atendidos por la justicia laboral –con mayor
conocimiento y experticia en los temas laborales lo que
ofrece más eficacia y legitimidad al juicio, y otros por el
sistema civil que, además de contar con un procedimiento más
lento, utiliza diligencias que no coinciden con las
necesidades del conflicto laboral.

2.- Naturaleza y Alcance de la OBLIGACIÓN DE SEGURIDAD DEL


EMPLEADOR, la Culpa Levísima en esta Obligación, y la
Interpretación Extensiva del Artículo 184 del Código del
Trabajo.

Este accidente fue causado porque la demandada infringió


la obligación de seguridad que mantiene para con sus
trabajadores, la cual le es impuesta por el artículo 184 del
Código del Trabajo. En efecto, en el libro II del Código del
Trabajo, titulado "De la Protección a los Trabajadores", se
regula sustantivamente la protección que debe otorgar el
empleador, bajo su responsabilidad.

Así, si nos detenemos en el tenor gramatical del


artículo 184, inciso 1 del Código del Trabajo, podemos
advertir que señala que el empleador debe adoptar todas las
medidas necesarias para proteger “EFICAZMENTE” la vida y
salud de sus trabajadores. La palabra "eficazmente", empleada
en la disposición legal citada, apunta a un efecto de
resultado, es decir, claramente lo que se busca es UN
RESULTADO, esto es, prevenir los accidentes. Pero además,
fundamentalmente, debe considerársela referida a la magnitud
de la responsabilidad y acuciosidad con que el empleador debe
dar cumplimiento a su obligación de prevención y seguridad.
En definitiva cabe inferir una suma exigencia del legislador.

Por su parte; en la DOCTRINA: El profesor rosarino


Roberto Vásquez Ferreyra sostiene: “El fundamento de la
Obligación de Seguridad en la Ley de Contrato de Trabajo” no
difiere del fundamento de estas obligaciones en la existencia
de cualquier otro tipo contractual, pero no es desacertado
afirmar que por las particularidades de toda relación
laboral, sea en este tipo de contratos donde se manifieste
con mayor intensidad.”

“Esta obligación de seguridad, es consecuencia de la


naturaleza tuitiva propia de esta rama del Derecho. Así, el
patrón se obliga a brindar seguridad a su dependiente frente
a la obligación asumida por éste último de prestar su tarea
personal en condiciones de buena fe, fidelidad, diligencia y
colaboración”.

“(...) Este deber de seguridad, que fuera elaborado por


la doctrina alemana, y conocido también como deber de
previsión o deber de protección, dicen, encuentra también su
fundamento en la concepción de la relación de trabajo
como una relación jurídica personal de índole comunitaria,
que impone a las partes el deber de obrar de buena fe,
exigiendo al trabajador fidelidad y al patrón seguridad.”

“(...) Dentro de los derechos que le corresponden a los


trabajadores, el más importante de ellos es el que le obliga
al empleador a restituir sano y salvo al dependiente a su
hogar. . . y este deber del empleador, debe considerarse como
una obligación de tracto sucesivo, que comienza con la puesta
a disposición diaria del dependiente y finaliza con la
jornada.”

Y por otro lado, la JURISPRUDENCIA ha indicado:

a.- Por su parte SS., la Excelentísima Corte Suprema,


adhiere estos conceptos en reiterados fallos, destacándose el
de autos Rol: 4313-1997, caratulados “AGUIRRE con EMERES”,
publicado en la Revista Laboral Chilena N° 5-99, p. 59, de
fecha 27 de Mayo de 1999, el que consigna que el artículo 184
del Código del Trabajo, señala que el empleador debe adoptar
todas las medidas necesarias para”… PROTEGER EFICAZMENTE LA
VIDA Y SALUD de sus trabajadores, lo que permite concluir
que la palabra eficazmente, empleada en la disposición legal
citada, apunta a un efecto de resultado“….pero
fundamentalmente debe entendérsela referida a la magnitud de
responsabilidad y acuciosidad con que el empleador debe dar
cumplimiento a su obligación de prevención y seguridad, en
relación con lo cual cabe inferir, inequívocamente, una suma
exigencia del legislador. “Dada la circunstancia que el
artículo 69 de la Ley N°16.744, no determina el grado de
culpa de que debe responder el empleador en su cumplimiento,
necesario resulta concluir que este es el propio de la culpa
levísima, es decir, la falta de aquella esmerada diligencia
que un hombre juicioso emplea en la administración de sus
negocios importantes” (Rol: 4313-1997, caratulados “AGUIRRE
con EMERES”, en Revista Laboral Chilena Nro. 5-99, p. 59).

Por otra parte, el fallo mencionado ha sentado un


importante precedente al concluir que la norma contenida en
el artículo 184 del Código de Trabajo, NO puede ser
interpretada restrictivamente, y, en consecuencia, a
contrario sensu, debe ser interpretada de manera extensiva.
De hecho, esa es la interpretación más correcta en función
del derecho fundamental que resguarda la mencionada
disposición, cual es el derecho constitucional de toda
persona a la vida y al resguardo de su integridad física y
psíquica (Artículo 19 N° 1 de la Constitución Política).

b.- Por otro lado SS., la Iltma. Corte de Apelaciones de


Concepción, en la causa Rol: 1730-2003, sentenció con fecha
25 de octubre de 2003: “La parte patronal tiene un deber
contractual de protección y seguridad en los términos que
obligatoriamente lo exige el articulo 184 citado”.

“La relación laboral genera para el empleador una


obligación de seguridad cuyo contenido es la necesaria y
permanente adopción de todas aquellas medidas tendientes a
evitar que en el lugar de trabajo o con ocasión de él, se
produzca un accidente que afecte la vida o la integridad
física del Trabajador”.

“Siendo ésta una obligación contractual, la prueba de la


debida diligencia corresponde a quien ha debido emplearla, es
decir, al empleador (C. Apelaciones Santiago, Gaceta Jurídica
N° 223 Página 209)”. Otro fallo de la misma Corte SS.
sentencia: “Que el deber de protección u obligación general
de seguridad (artículo 184 Código del Trabajo) importa para
el empleador actuar con la debida diligencia para evitar la
producción del daño, diligencia que se identifica con el sumo
cuidado, al grado de culpa levísima a que se refiere el
artículo 44 del Código Civil, no sólo porque la ley manda que
el empleador tome todas las medidas necesarias para proteger
eficazmente la vida y la salud de los trabajadores sino
principalmente porque la naturaleza de los intereses que la
ley pretende proteger, no son de carácter pecuniario sino
propios de la naturaleza humana de todo trabajador (Gaceta
Jurídica 223, Pág. 209 y RD. y .1. Tomo XCVII, 21 P, Sec.
38).”

3.- Contenido de Prevención, de la Obligación de Seguridad.

Atendiendo al contenido de prevención de riesgos del


deber de seguridad, se ha dicho que “el primer responsable
por la prevención debe ser el empleador, por cuanto las
obligaciones del contrato y el estado de necesidad, pueden
motivar a la exposición a riesgos del económicamente débil,
situación que, como es de justicia evidente, la sociedad
quiere y procura evitar. (C. A. de Antofagasta, 13 de
diciembre del 2002, a J. w 270, p. 183 y siguientes).

“Es así como, el empleador debe ocupar la debida


diligencia y cuidado en la dirección de la empresa, obra o
faena, previniendo adecuadamente los riesgos consiguientes a
la ejecución del trabajo” (C.A. de Santiago, 7 de diciembre
de 1998, G. J. PP 222, p. 196 y siguientes. Por su parte SS.,
la Corte Suprema ha resaltado que los accidentes laborales
deben ser evitados: “El empleador directo se encuentra
compelido en su deber de proteger a sus asalariados, de los
accidentes laborales que ocurran o acontezcan a causa o con
ocasión del trabajo, pues estos imprevistos pueden ser
prevenidos, adoptándose las medidas de seguridad
necesarias.” (C. Suprema, 8 de mayo del 2002, Rol: 5029-
2001).
4.- Incumplimiento del Deber del Empleador de Proteger
Eficazmente la Vida y Salud de los Trabajadores.

De las circunstancias que rodearon el fatal accidente


sufrido por el Sr. Muñoz, se desprende en forma clara que la
demandada NO dio cumplimiento a su obligación de tomar todas
las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y la
salud de sus trabajadores, manteniendo las condiciones
adecuadas de seguridad en el trabajo manual, mediante la
inducción omitida; PROVOCÁNDOLE, LAMENTABLEMENTE, LA MUERTE,
con las consecuencias nefastas ya relatadas, todas,
obligaciones que les impone la Ley, en las siguientes normas:

Artículo 2: Las relaciones laborales deberán siempre


fundarse en un trato compatible con la dignidad de la
persona. Aplicado a este caso, a que respecto del trabajador
se tenga la debida consideración, como un ser único e
irrepetible, en los más amplios aspectos y resguardos en su
vida y trato, siendo esencial en cuanto a esto, su salud y
seguridad en sus labores.

Artículo 153: Las empresas, establecimientos, faenas o


unidades económicas que ocupen normalmente diez o más
trabajadores permanentes, contados todos los que presten
servicios en las distintas fábricas o secciones, aunque estén
situadas en localidades diferentes, estarán obligadas a
confeccionar un reglamento interno de orden, higiene y
seguridad que contenga las obligaciones y prohibiciones a que
deben sujetarse los trabajadores, en relación con sus
labores, permanencia y vida en las dependencias de la
respectiva empresa o establecimiento.

Especialmente, se deberán estipular las normas que se


deben observar para garantizar un ambiente laboral digno y de
mutuo respeto entre los trabajadores.

Artículo 184 y demás del Código del Trabajo: El


empleador estará obligado a tomar todas las medidas
necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los
trabajadores, informando de los posibles riesgos y
manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad
en las faenas, como también los implementos necesarios para
prevenir accidentes y enfermedades profesionales.

Deberá asimismo prestar o garantizar los elementos


necesarios para que los trabajadores en caso de accidente o
emergencia puedan acceder a una oportuna y adecuada atención
médica, hospitalaria y farmacéutica.

Por ende, el empleador está obligado a mantener y velar


por la seguridad de sus trabajadores. La obligación de
otorgar seguridad en el trabajo, bajo todos sus aspectos, es
una de las manifestaciones concretas del deber de protección
del empleador y su cabal cumplimiento es de una trascendencia
superior a la de una simple obligación de una de las partes
en un negocio jurídico. Dicha obligación del empleador es
fundamental, pues busca prevenir los riesgos profesionales,
resguardando así la vida y salud de los trabajadores, materia
de suma importancia tanto para ellos mismos, como para sus
familias y la totalidad de la sociedad.

La regulación del cumplimiento de este deber no queda


entregada a la autonomía de la voluntad de las partes, ni
menos aún a la decisión del empleador. Dicha regulación
comprende en general una serie de normas de derecho
necesario, cuyo contenido, forma y extensión se encuentran
establecidos en normas de Orden Público. Ello sin perjuicio
de otras normativas adicionales decididas o convenidas con el
propio empleador.

Con todo, siendo la obligación de protección estatuida


en el inciso 1 del artículo 184 del Código del Trabajo, una
obligación de naturaleza de Orden Público, a su vez, también
lo es del Contrato, la que junto con ella emana de la Ley,
ésta obliga al empleador, ya que de acuerdo con lo dispuesto
en el artículo 1546 del Código Civil a propósito de las
obligaciones contractuales, los contratos obligan no sólo a
lo que en ellos se expresa, sino a todas las cosas que emanan
precisamente de la naturaleza de la obligación, o que por la
ley o la costumbre pertenecen a ella. Es así que el contrato
de trabajo impone obligaciones y crea derechos que nacen de
la voluntad de las partes y que también emanan de la ley. Aún
más, el Código del Trabajo establece la irrenunciabilidad de
tales derechos, circunstancia que confirma que las leyes
laborales deben entenderse incorporadas a los contratos.

En fin, como se aprecia de lo relatado en los hechos


S.S., la demandada NO tomó las medidas adecuadas de
protección que exigían las circunstancias fácticas en el
lugar del accidente.

Sin embargo a lo anterior, y dada la circunstancia de


que la Ley N° 16.744, especialmente su artículo 69, no
determina el grado de culpa de que debe responder el
empleador, la Excma. Corte Suprema en forma reiterada ha
concluido que éste es el propio de la culpa levísima, es
decir, la falta de aquella esmerada diligencia que un hombre
juicioso emplea en la administración de sus negocios
importantes (artículo 44 del Código Civil).

Esta conclusión, a su vez, guarda consonancia con la


forma como debe interpretarse y aplicarse la norma, varias
veces citada, contenida en el artículo 184 del Código del
Trabajo, lo que fluye de su texto, de su sentido y de su
finalidad. Acorde con los principios generales del Derecho
del Trabajo y al imperativo social, este artículo debe
interpretarse en sentido amplio, específicamente su inciso 1,
vale decir, que el empleador debe adoptar TODAS las medidas
necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los
trabajadores.

Así, en el caso de autos, NO existió un Procedimiento ni


Manejo de Seguridad en las áreas o zonas de trabajo del Sr.
Muñoz, tampoco recibió información concreta preventiva
respecto de las situaciones que se podían generar en un
trabajo y/o zona que era peligrosa, ni menos, el empleador
tomó las medidas del caso, necesarias en la circunstancias
fácticas del lugar del accidente.

Por tanto, la obligación de seguridad analizada hace


responsable a la demandada en sede contractual, cuando por su
culpa levísima no ha dado cumplimiento al elemental y
principalísimo DEBER DE SEGURIDAD que le impone el artículo
184 del Código del Trabajo, lo que ha sucedido en la especie,
teniendo como consecuencia el accidente laboral.

5.- Otras Infracciones a Normas Laborales y de Seguridad


Social cometidas por la Demandada.

Estas dicen relación SS., con la obligación de


prevención y seguridad que pesa sobre el empleador, y que se
encuentra regulada por los artículos 66, 67 y 68 de la Ley
Nº16.744, y la normativa pertinente del Decreto Supremo Nº
40, del año 1969, del Ministerio de Trabajo y Previsión
Social.

Los mencionados preceptos de la Ley Nº 16.744 apuntan a


que en las empresas se logre una “Conciencia de la
Seguridad”, por la importancia que ella tiene para los
diversos sectores: los trabajadores, sus familias, la propia
empresa y la sociedad, la cual debiera tener como primera
prioridad, la seguridad laboral de los recursos humanos.

Al respecto cabe destacar entre otros preceptos, las dos


primeras funciones que deben cumplir los Comités Paritarios
de Higiene y Seguridad que deben funcionar al interior de las
empresas. A saber:

1.- Asesorar e instruir a los trabajadores para la


correcta utilización de los instrumentos de protección.

2.- Vigilar el cumplimiento, tanto por parte de las


empresas como de los trabajadores, de las medidas de
prevención, higiene y seguridad.
En concreto, la empresa demandada incurrió en las
siguientes infracciones:

a.- Infracción a los artículos 66 y 66 bis de la Ley Nº


16.744 y 210 del Código del Trabajo, en relación con los
artículos 3, 36 y 37, acápite 1º del Decreto Supremo Nº 594
del año 1999, del Ministerio del Trabajo y de Previsión
Social, que aprobó el Reglamento sobre Condiciones Sanitarias
y Ambientales Básicas en los lugares de trabajo:

Normas del Decreto Supremo Nº 594 que han sido infringidas


por la demandada:

• Artículo 3: “La empresa está obligada a mantener en los


lugares de trabajo las condiciones sanitarias y
ambientales para proteger la vida y salud de los
trabajadores que en ella se desempeñan, sean estos
dependientes directos suyos o lo sean de terceros
contratistas que realizan actividades para ella”.

Esta norma, obliga a las empresas a suprimir todo factor


de peligro que pueda afectar la salud e integridad de los
trabajadores.

• Artículo 36: “Los elementos estructurales de la


construcción de los locales de trabajo y todas las
maquinarias, instalaciones, así como las herramientas y
equipos, se mantendrán en condiciones seguras y en buen
estado de funcionamiento para evitar daño a las
personas”.

El accidente del trabajo que es materia de la presente


demanda, NO HABRÍA OCURRIDO si la empresa demandada hubiese
tomado las medidas y dispuesto condiciones básicas que
aseguraran a los trabajadores la no ocurrencia de accidentes
(tal como lo exigen las normativas señaladas anteriormente),
estableciendo medidas de seguridad tales como LAS YA
MENCIONADAS EN EL PUNTO 4 DEL LIBELO PRETENSOR; estableciendo
así procedimientos de trabajo seguro, y controlar los riesgos
respecto a los trabajadores al momento del accidente.

• Artículo 37, inciso 1: “Deberá suprimirse en los lugares


de trabajo cualquier factor de peligro que pueda afectar
la salud e integridad de los trabajadores. (…) Las
dependencias de los establecimientos públicos o privados
deberán contar con señalización visible y permanente en
las zonas de peligro, indicando el agente y/o condición
de riesgo, así como las vías de escape y zonas de
seguridad ante emergencias.

La demandada NO cumplió con su obligación legal de


eliminar los factores de riesgos y peligro en las labores que
estaba efectuando el Sr. Muñoz el día del accidente, ya que
no tomó las medidas adecuadas de prevención de riesgos del
trabajo.

b.- Infracciones a los artículos 66 de la Ley Nº16.744 y


210 del Código del Trabajo, en relación con los números 1 y 2
del artículo 24, del Decreto Supremo Nº 54, de 1969, que
aprobó el Reglamento de Comités Paritarios de Higiene y
Seguridad.

5. RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL.

La infracción del artículo 184 del Código del Trabajo en


que incurrió la demandada, en este caso, da origen a su
Responsabilidad Contractual, como advertimos anteriormente
con la modificación legal, y siendo responsable de la culpa
levísima, su obligación se resuelve en la de indemnizar los
daños provocados por su incumplimiento.

Las normas que regulan esta materia son las contenidas


en los artículos 19 números 1, inciso 1, y 4 de la
Constitución Política, en relación con los artículos 1547,
1556 y 1557 del Código Civil y con el artículo 184 del Código
del Trabajo, en los Tratados Internacionales y en el artículo
69 de la Ley N° 16.744 sobre Accidentes del Trabajo y
Enfermedades Profesionales, entre otras.
Esta última disposición, de carácter especial, establece
que mediando culpa de la entidad empleadora, la víctima y las
demás personas a quienes el accidente cause daño, podrán
reclamar al empleador responsable del accidente también las
otras indemnizaciones a que tengan derecho, con arreglo a las
prescripciones del derecho común, incluso el daño moral.

De esta forma, la indemnización de perjuicios deberá


cubrir, y en su máxima amplitud o espectro, en este caso, el
daño moral.

6.- Perjuicios que se Demandan – DAÑO MORAL como Derecho


Transmisible.

El Sr. Muñoz, era padre de los MENORES DE EDAD, don


JULIO JOAQUÍN MUÑOZ OYARZO, don GABRIEL EVALDO MUÑOZ OYARZO,
y don TOMÁS IGNACIO MUÑOZ VERA; y en virtud del artículo 43
del Código Civil, lo representan, para que en su calidad de
heredero, puedan reclamar el daño moral que afectó su
familiar por el accidente laboral que le provocó la muerte,
el cual les ha sido transmitido y han adquirido por sucesión
por causa de muerte

La sucesión por causa de muerte está tratada en nuestro


Código Civil en su Libro Tercero y definida por el autor
Manuel Somarriva como “modo de adquirir el dominio del
patrimonio de una persona difunta, o sea, el conjunto de sus
derechos y obligaciones transmisibles, o una cuota de dicho
patrimonio, como un tercio o un medio, o especies o cuerpos
ciertos, como tal cosa, tal caballo o cosas indeterminadas de
un genero determinado, como cuarenta fanegas de trigo”.

En cuanto a la calidad de herederos de mis Mandantes, de


acuerdo a lo señalado en el artículo 983 del Código Civil,
son herederos de la sucesión intestada, los descendientes del
difunto, sus ascendientes, el cónyuge sobreviviente, sus
colaterales, entre otros. Es el caso de autos, que mis
mandantes como padres y hermanos son herederos y se le han
sido transmitidos todos los derechos y obligaciones
transmisibles de dicho causante, ya que en virtud del
artículo 956 del Código Civil, la herencia o legado se
defiere al heredero o legatario en el momento de fallecer la
persona de cuya sucesión se trata.

A.- Daño Moral:

Respecto del derecho reclamado de daño moral, es


necesaio precisar que este derecho es transmisible y por ende
se adquiere por sucesión por causa de muerte, al no estar
prohibida su transmisión por Ley y no ser un derecho
personalísimo, por lo cual es transmisible a sus herederos.

La Ley, es la encargada de señalar qué derechos NO son


transmisibles, señálandolo expresamente, así por ejemplo lo
establece respecto del uso y habitación en el artículo 819
del Código Civil y respecto de los alimentos en el artículo
334 del mismo cuerpo legal.

Por otra parte, la distinguida Profesora Carmen


Domínguez Hidalgo, trata el tema de la transmisibilidad del
daño moral, señalando que la transmisibilidad del daño moral
del causante que no la ha ejercido no se discute en la
actualidad que no sea transmisible, por cuanto el mismo tiene
un contenido económico evidente, ya que la reparación habrá
de traducirse en un indemnización dineraria, y por dicha
razón puede trasnmitirse, no existiendo objeciones técnicas
para no someterla al sistema general de transmisibilidad de
los derechos y acciones del causante, más aún con la
dictación de la Ley Nº 21.018.

En el derecho chileno es indiscutible la procedencia del


daño moral cuando deriva de un accidente del trabajo. En
efecto, el artículo 19 Nº 1, inciso 1 y 4 de la Constitución
Política, en relación con el artículo 69 de la Ley N° 16.744,
reconocen expresamente el derecho a tal clase de reparación.
Pues bien, la lesión a los intereses patrimoniales origina un
daño patrimonial o material, en tanto que la lesión a los
intereses extrapatrimoniales hace surgir un daño
extrapatrimonial o moral.

En este caso, se entiende por interés, lo que es útil,


por cualquier causa, aunque no sea pecuniariamente valuable,
con tal que signifique un bien para el sujeto, que le
satisfaga una necesidad, que le cause una felicidad o que le
inhiba un dolor.

Consciente de lo anterior, podemos afirmar que del


conjunto de preceptos que rigen las indemnizaciones
provenientes del daño, se desprende que su procedencia
presupone ese interés de parte de quien lo experimenta o
sufre, surgiendo la obligación de indemnizarlo, en el caso de
autos, por parte de la demandada.

Por daño moral ha de entenderse el padecimiento


psicológico, espiritual o anímico inferido a una persona por
un hecho dañoso. Según nuestra Jurisprudencia, importan daño
moral, indemnizable, los dolores, sufrimientos, aflicciones,
preocupaciones, depresiones, y molestias inferidos a la
víctima. Este daño consiste en los dolores y angustia
experimentados por la víctima, y el tribunal debe regularlo,
atendiendo a la cantidad del mal que ha debido soportar.

Como SS., podrá apreciar EL GRAVE ACCIDENTE DEL TRABAJO


DEL SR. MUÑOZ Y EL FUERTE DOLOR QUE TUVO QUE PADECER PRODUCTO
DE LA EXPLOSIÓN Y GRAVE ESTADO DE AHOGO QUE SUFRIÓ, SABIENDO
QUE LO MÁS PROBABLE ES QUE IBA A MORIR, debe ser indemnizado,
por dicha razón siendo un derecho transmisible, en la calidad
que mis mandantes invisten, se solicita la indemnización por
daño moral por el padecimiento que debió sufrir su familiar
directo. Al referirnos de daño moral, nos referimos al dolor
y sufrimiento causado por el accidente del trabajo descrito y
sus consecuencias.

El dolor y agonía sufrido por el Sr. Muñoz, resulta ser


un dolor y padecimiento inimaginable en su alta intensidad,
tanto en su aspecto físico como sicológico. Respecto de este
derecho transmisible por causa de muerte, al ser mis
mandantes, herederos, les corresponde por Ley heredar este
derecho de demandar el daño moral provocado por la
responsabilidad de la empresa demandada en el accidente
laboral que le costó la vida al Sr. Muñoz antes
individualizado.

Por otro lado, en esta materia de daño moral S.S., cabe


hacer presente que la Jurisprudencia en el último tiempo, ha
ido reconociendo la grave alteración de la paz social que
provocan los accidentes del trabajo, siguiendo de algún modo,
la tendencia mundial de las economías desarrolladas, y en
vías de desarrollo. En Estados Unidos, país que sirve de
modelo a nuestra economía, y al desarrollo de nuestras
empresas, vemos que se valora la vida e integridad física de
las personas en mayor medida que en nuestro país, regulándose
indemnizaciones por lesiones graves, en montos superiores al
millón de dólares. Cabe señalar, como se dijo, que nuestro
país no es ajeno a esta tendencia, dado que si bien en el
pasado las indemnizaciones por muerte estaban entre 15 y 30
millones de pesos, actualmente, se conoce de forma
generalizada, que dicho daño no se repara con sumas
inferiores a los 140 millones de pesos.

En este punto, cabe recordar el fallo pronunciado con


fecha 27 de Agosto de 2010, por el Primer Juzgado de Letras
del Trabajo de Santiago, en causa RIT: O-1113-2010, en un
juicio de indemnización de perjuicios por accidente del
trabajo, el que dispuso: “Se acoge la acción de lucro cesante
y daño moral interpuesta por Eduardo Mauricio Espinoza Cares
en contra de Ingeniería y Construcción Sigdo Koppers S.A.(…)
y solidariamente en contra de Posco Engineering y
Construcción CO LTD. Agencia en Chile, (…) y se les condena a
pagar solidariamente la cantidad de $45.795.744 (cuarenta y
cinco millones setecientos noventa y cinco mil setecientos
cuarenta y cuatro pesos) por concepto de lucro cesante y
$300.000.000 (trescientos millones) por concepto de daño
moral.
En este mismo sentido S.S., cabe tener presente el fallo
pronunciado con fecha 28 de Abril de 2009, por el Juzgado de
Letras del Trabajo de Valparaíso, Causa RIT: O-136-2008, el
que dispuso: “Se acoge la demanda deducida por don Edgardo
Reinoso Lundstendt, en representación de don Carlos Alberto
Zamora González, en contra de Icafal Ingeniería y
Construcción y en contra de Inmobiliaria Puangue Ltda., esta
última como responsable solidaria, y en consecuencia se
condena a las demandadas a pagar a favor del trabajador la
suma de $122.400.000 (ciento veintidós millones cuatrocientos
mil pesos) por concepto de lucro cesante y la suma de $
400.000.000 (cuatrocientos millones de pesos) por concepto de
daño moral”.

Así, la importancia del monto a determinar, a la hora de


establecer y evaluar el daño moral S.S., incide en el
desarrollo cultural de una sociedad, situación que
ciertamente se está manifestando en nuestro país, a partir de
los lúcidos fallos que nuestros Tribunales han dictado en los
últimos años.

En efecto, desde el punto de vista de los valores


empresariales y sociales en juego, en los casos de accidentes
laborales, cabe hacer presente, que la organización y gestión
de una empresa cualquiera, siempre debe tener como primera
prioridad la seguridad, las condiciones de salubridad, y la
prevención de riesgos de accidente de sus trabajadores,
circunstancias que debieran estar presentes en la dirección
de toda actividad productiva.

El ahorrar en la no adquisición de elementos de


seguridad idóneos y personales, por parte de la demandada,
por ejemplo, influye “positivamente” en los costos de
producción, y consecuentemente en las utilidades finales de
cada ejercicio comercial de la demandada, sin embargo S.S.,
el daño que ello importa en el recurso humano y el clima
laboral, y la consecuente condena por daños que sufrirá la
compañía, hacen que dicho ahorro resulte una verdadera
ilusión, y paralelamente, una forma muy poco inteligente de
conducción de los destinos de la empresa.

Si en la especie, no hay una condena contundente, que


verdaderamente recoja el drama sufrido, por servir a un
empresario descuidado e indiferente a la seguridad y
sufrimiento de sus trabajadores, continuaremos por el mal
camino que significa pan para hoy y hambre para mañana,
ahorrando en costos fundamentales, para que luego el Estado
asuma las consecuencias de los accidentes, financiando los
cuidados y tratamientos que necesiten los trabajadores
afectados.

Si se siguen dictando fallos ejemplificadores, las


empresas dejarán de ahorrar en seguridad y prevención para
sus trabajadores, evitándose así, el profundo daño en la paz
social que generan los accidentes del trabajo, como el de
autos.

Accidentes como el que nos ocupa S.S., son perfectamente


evitables, bajo una dirección profesional y ética, de las
Empresas.

La ecuación entre costos de inversión en seguridad y


prevención, versus riesgo de indemnización, traerá un
resultado favorable para los trabajadores, y para la
sociedad, como se dijo, en la medida en que se le asigne a
los referidos costos, la verdadera importancia que deben
tener dentro de la dirección de la empresa.

Resulta obvio S.S., que si los riesgos de indemnización


son altos, los ejecutivos encargados de administrar una
empresa, y dentro de esta actividad, de cuidar la salud y
seguridad de los trabajadores, tendrán un mayor interés en
invertir en seguridad y prevención, frente al interés
perverso, muchas veces, por generarse bonos personales de
productividad y metas, en desmedro de los trabajadores,
clientes, y demás entes, que se relacionan con la empresa.
Si la demandada de autos hubiese sido condenada,
previamente, de manera rigurosa, por el daño de un trabajador
accidentado, muy probablemente, EL SEÑOR MUÑOZ NO HABRÍA
SUFRIDO EL FATAL ACCIDENTE, QUE MOTIVA LA PRESENTE ACCIÓN.

En mérito de lo anterior, por concepto de daño moral


propiamente tal, se demanda la suma de $300.000.000
(trescientos millones de pesos).

B.- Reajustes e Intereses.

Se demandan intereses y reajustes desde la fecha del


accidente hasta el día del pago efectivo, o por el periodo
que conforme a derecho S.S., en razón de la regla establecida
en el artículo 63 del Código del trabajo, que es la norma
aplicable en este ámbito. El interés aplicable es el máximo
convencional, y el reajuste es el correspondiente a la
variación que experimente el Índice de Precios al Consumidor,
desde la fecha del accidente.

C.- Costas de la Causa.

Se demandan las costas de la causa.

D.- Subsidiariamente.

Se demanda el pago de las cantidades que S.S. estime de


justicia determinar.

POR TANTO; Conforme a lo expuesto, y a lo que dispuesto


en las normas legales y reglamentarias invocadas, demás
pertinentes; y en los números 1 y 9 del artículo 19 de la
Constitución Política del Estado.

RUEGO A S.S., Se sirva tener por interpuesta Demanda de


Indemnización de Perjuicios sufridos en Accidente del
Trabajo, en contra de SERVICIOS MARÍTIMOS SUBTEK S.p.A, del
giro de su denominación, representada legalmente por don
DAVID APPARCEL DÍAZ, factor de comercio, ambos con domicilio
en Pasaje Aconcagua N° 4972 Valle Volcanes, Comuna y Ciudad
de Puerto Montt, para que responda de los daños causados al
causante de mis representados; acogerla a tramitación, para
condenar en definitiva, a la demandada, al pago al pago de la
suma de $300.000.000 (trescientos millones de pesos) por
concepto de daño moral, a la cual debe ser condenada en
definitiva, en tenor de lo expuesto; y si desea, en las
proporciones que VS., determine para cada uno de los
demandantes, y/o por las sumas que S.S. en justicia
determine, más reajustes e intereses legales, desde la fecha
del accidente motivo de la demanda, hasta el día de su
completo y efectivo pago, con expresa condena en costas.

PRIMER OTROSÍ: Sírvase S.S. tener presente que señalo como


forma de notificación, el correo electrónico
aym@indemnizaciontotal.cl.

SEGUNDO OTROSÍ: Ruego a SS., en virtud de lo dispuesto en el


artículo 433 del Código del Trabajo, se sirva
otorgar autorización a esta parte, para tramitar en forma
electrónica la presente causa, ya sea para enviar escritos al
Tribunal, mediante la Oficina Virtual del Poder Judicial,
como para ser notificados vía correo electrónico, utilizando
para tales efectos el correo señalado en el otrosí
precedente.

TERCER OTROSÍ: Ruego a SS., se sirva tener por acompañados


los siguientes documentos:

- Copia del Mandato Judicial otorgado por escritura


pública con fecha 25 de Septiembre de 2017, ante el
Notario Público Titular de la Primeria Notaría de Puerto
Montt, don Víctor Hugo Quiñones Sobarzo, en virtud del
cual comparezco a nombre y en representación, de don
JULIO JOAQUÍN MUÑOZ OYARZO; y de don GABRIEL EVALDO
MUÑOZ OYARZO, ambos legalmente representados por su
madre, doña LESLIE MARIET OYARZO GONZÁLEZ.
- Copia del Mandato Judicial otorgado por escritura
pública con fecha 29 de Septiembre de 2017, ante el
Notario Público de Valparaíso, don Gerardo Cortés
Gasaui, en virtud del cual comparezco a nombre y en
representación, de don TOMÁS IGNACIO MUÑOZ VERA;
legalmente representado por su madre, doña CATALINA DE
LAS MERECEDES VERA VALDIVIA.

CUARTO OTROSÍ: Ruego a SS. se sirva tener presente, que en mi


calidad de abogado habilitado para el ejercicio de la
profesión, asumo en este acto el patrocinio y poder
conferidos por los Mandatos Judiciales que se acompañan en un
otrosí, teniendo presente además, que mi domicilio es el de
Calle Huérfanos N° 1480, Oficina 210, comuna y ciudad de
Santiago.

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