Sei sulla pagina 1di 4

SEMINARIO: Las nuevas eróticas en la clínica psicoanalítica

DOCENTE: Claudio Cabral


RESEÑA DE LA CLASE: 16/10/2018[1]

Lacan escribe los matemas de los cuatro discursos. Situamos un antecedente de esta
formalización en el seminario 13 “El objeto del psicoanálisis” (1965/66), donde ubica en cada
una de las causas aristotélicas, una práctica (de discurso, podríamos decir):
CAUSA FORMAL: La ciencia
CAUSA FINAL: La religión (en tanto porvenir de una ilusión)
CAUSA EFICIENTE: La magia (la omnipotencia de los pensamientos infantiles)
CAUSA MATERIAL: El psicoanálisis (trabaja con la materialidad significante).
Son cuatro.
Los discursos también son 4: Amo; Histérico; Analista; Universitario.
Están formados por cuatro lugares fijos, y cuatro letras que giran hacia la derecha. Los lugares
fijos son: AGENTE – OTRO- PRODUCTO- VERDAD.
Las letras que giran son: S1(significante Amo); S2 (saber inconsciente); a (objeto causa de
deseo, plus de gozar); $ (sujeto dividido, barrado).
Hay una legalidad en el funcionamiento del matema de los discursos; las letras deben respetar
el orden en que están “encadenadas” podríamos decir (adelantándonos a la lógica nodal):
primero el par ordenado S1-S2, que escribe la incidencia del significante que funda el
inconsciente. Es el significante paterno que en tanto operación “agujerea” el saber, haciéndolo
caduco, opaco, parcial, no-sabido, ligando así el síntoma a un nombre, una nominación que
determina el funcionamiento inconsciente.
Como consecuencia de esa operación, se divide el sujeto $, perdiendo para siempre la cualidad
de individuo, consciente de sí mismo, o capaz de conocerse tal cual es. Por lo tanto, lo que se
pierde por la incidencia de S1 sobre S2, es el Ser…deviniendo un $, sujeto divido entre saber y
verdad, entre goce y deseo, entre incc-pre-cc-cc; No sin antes caer el objeto, como resto de
esa operación (por eso la a en la cadena, se escribe antes del $), conformándose así la escritura
de la constitución del objeto y el sujeto: S 1 – S2- a- $. Respetando ese orden, iremos ubicando
cada letra en cada uno de los lugares fijos del matema de los discursos:
Primera letra, S1, en el lugar del agente (también llamado Semblante); S2 en el lugar del otro;
a en el lugar del producto; y $ en el lugar de la verdad. Tenemos así escrito el primer discurso:
Amo (también conocido como discurso del inconsciente; o Maestro)
Si hacemos girar todas las letras un lugar hacia la derecha (un cuarto de vuelta), obtenemos la
escritura del siguiente discurso: Histérico.
Si hacemos girar todas las letras un lugar hacia la derecha (un cuarto de vuelta), obtenemos la
escritura del siguiente discurso: Analista
Si hacemos girar todas las letras un lugar hacia la derecha (un cuarto de vuelta), obtenemos la
escritura del siguiente discurso: Universitario
Cada discurso se constituye como efecto de un cuarto de vuelta del discurso que le precede,
¿qué es lo que produce el movimiento que hace pasar de un discurso a otro? Eso lo veremos en
la próxima clase. Por ahora llamaremos “analítica” la operación que hace girar las letras y
cambiar de discurso. Si bien el Analista tiene su propio matema, como acabamos de ver,
también se llama “Analista” a la operación de hacer girar los discursos. La operación analítica
es la operación de cambio de discurso.
Sin embargo, hay un desvío, un deslizamiento ínfimo que no es un cuarto de vuelta por el que
se forman todos los discursos, sino que implicó solamente a los lugares fijos del agente y el
lugar de la verdad del discurso del amo: El S1 bajó del agente al lugar de la verdad, y el sujeto
dividido pasó al lugar del agente; Lacan nombró a este desvío: Discurso del Capitalista
¿Cuáles son las consecuencias de este discurso? Primero la polémica entre los analistas, ya que
hay quienes dicen que no es un discurso, porque no se formó por un cuarto de vuelta, sino sólo
por un deslizamiento, un desvío del discurso del Amo (o discurso del inconsciente).
Recordemos que el discurso del Amo, arriba, está constituido por el par ordenado S1-S2, que
permite la formación del síntoma, sostenido -en la parte de abajo- por el fantasma.
El discurso capitalista con el deslizamiento, el desvío del discurso del Amo, rompe el par
ordenado (ya no hay síntomas, sino trastornos, como los denomina el DSM) y también disloca
el fantasma, de la parte de abajo, ya no están los términos del fantasma.
Además, los vectores (las flechitas) en el Discurso del Amo, forman una banda de Moebius,
cuyo corte (tarea del analista) en el trabajo del análisis, modifica la estructura. Esa operación
(con la dirección de los vectores) en el discurso del Capitalista ya no es posible, porque no
forman una banda, sino un círculo, cuyo corte no daría por resultado un sujeto reposicionado
en la estructura.
Otra consecuencia -no menos grave que las anteriores- es que el discurso del capitalista deja
de lado las cuestiones del amor. ¿Sin fantasma, qué lugar queda para un partenaire sexual?
(esto lo veremos más ampliamente en los textos de Colette Soler).
El sujeto dividido, sintomático, que, aunque no sabía qué, suponía que algo “querían decir” sus
síntomas, sueños, lapsus y formaciones del inconsciente en general, ahora, con el discurso
capitalista, fue reducido de sujeto dividido a consumidor trastornado, que confunde el objeto-
mercancía, con el objeto a, causa de deseo. Ya no hay, entonces, demanda de análisis, sino
pedido de eficacia -profesional- que solucione el trastorno (alimenticio, de sueño, sexual,
depresivo, etc.), sin que eso suponga una pregunta que lo implique en tanto sujeto, no hay ahí
suposición de saber inconsciente al síntoma, por lo tanto, al inconsciente… ¿qué lugar habría
para el analista en estas condiciones?
Otra consideración, que debemos sumar a estas primeras consideraciones generales sobre los
discursos en Lacan, es que no sólo debemos leer el matema de los discursos como “la parte de
arriba” y “la parte de abajo” -como lo hemos hecho hasta ahora- sino también, los partenaires
que se establecen entre la derecha y la izquierda, en cada discurso: El amo con su partenaire
esclavo; la histérica con su partenaire amo; el analista con su ¿partenaire? Analizante; el
pedante con su partenaire pedantizado en el discurso universitario. Sin embargo, estas “parejas”
que forman cada discurso están cernidas ya por la imposibilidad de la relación sexual. Este es
un modo de leer la no relación sexual en los discursos -retrospectivamente- ya que es después
de los discursos que Lacan comienza a formalizar la no relación sexual, si bien ya desde antes
-en el seminario 14 y 15, por ejemplo, habla de la no existencia del acto sexual-
En la próxima clase veremos en amplitud la articulación de los discursos con la no-relación
sexual, en la escritura de los matemas de la sexuación.
Una última consideración, importante, para evitar sucumbir a confusiones fáciles, es
diferenciar el capitalismo -como modo de producción- del discurso del capitalista. Así como
distinguimos la ciencia y su técnica (por eso hacemos uso de sus avances, en medicina,
ingeniería, informática, etc) que no se confunde con el discurso de la ciencia. Es el discurso de
la ciencia el que forcluye el sujeto del que nos ocupamos en psicoanálisis; nada tenemos en
contra de la ciencia, sino que el problema que recoge y dio origen al psicoanálisis, es la
forclusión del sujeto por el discurso de la ciencia. Del mismo modo debemos mantener la
diferenciación entre capitalismo y discurso del capitalista.
Con estas primeras consideraciones, que seguiremos profundizando en las próximas clases
desde la perspectiva de la clínica, ahora nos preguntamos, ¿qué de estas condiciones, (donde
se deja de lado las cuestiones del amor, y el objeto ya no es objeto de deseo que concierne a un
sujeto dividido entre deseo y goce), preparó el terreno para las nuevas eróticas que pretenden
los feminismos, perspectivas de género y queer?
Porque, al mismo tiempo que nos presentan un problema para la clínica del método freudiano,
proliferan las “eficacias” rápidas de las psicoterapias en general, y la psicología cognitiva en
particular, (sirvienta de las neurociencias), y los feminismos, perspectivas de género y queer.
¿Cómo leer estas “condiciones de época” y la proliferación de estas perspectivas (tanto
neurocientíficas, como feministas), que sorprendentemente coinciden en el rechazo del
psicoanálisis?
Así como Lacan precisaba: no importa tanto si el psicoanálisis es ciencia o no lo es, la pregunta
es qué ciencia podría ser tal, que incluya al psicoanálisis. Podríamos decir, no nos interesa un
psicoanálisis feminista (no a todos nos interesaría un psicoanálisis feminista), sino ¿qué
feminismos serían tal, que incluyeran el psicoanálisis? De incluirlo, sabemos por experiencia,
no serían ya lo mismo, se tranformarían. Es de tal conversión ética la operación analítica, que
el sujeto que llega a la primera consulta se refunda al final del análisis.
Claudio Cabral
Octubre de 2018

[1] La presente reseña no responde exactamente a la clase de esta fecha, sino también a algunos contenidos
desarrollados en anteriores, y adelanta algunos que vendrán…

Potrebbero piacerti anche