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ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena.

Caso muerte por


ahogamiento de un ciudadano que se transportaba en taxi, en el municipio
de Medellín / RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL DEL ESTADO POR
FALTA DE MANTENIMIENTO DE LA VIA - Muerte de pasajero de taxi en
represamiento de agua en la vía / FALLA DEL SERVICIO VIAL

NOTA DE RELATORÍA: Síntesis del caso. El 17 de septiembre de 1888, al


inundarse el tramo vial de la carrera 63 D entre calles 42 y 44 de la ciudad de
Medellín por un torrencial aguacero, se generó la muerte por ahogamiento de
pasajero que se transportaba en vehículo de servicio público, al ser arrastrado
dicho automotor por las aguas depositadas en el sector; durante el hecho, se
presentó acumulación de sedimentos y caída de ramas de árboles.

FALLA DEL SERVICIO - Condena. Por falta de mantenimiento alcantarillas,


cajas fluviales y ductos / FALLA DEL SERVICIO - Condena. Por falta de
adopción de medidas de precaución y prevención de inundación / FALLA
DEL SERVICIO - Condena. Por falta de mantenimiento, control, inspección y
vigilancia de la vía / FUERZA MAYOR - Precipitaciones e inundaciones. Era
previsible su daño o consecuencias / HECHO DE LA NATURALEZA -
Precipitaciones e inundaciones. Era previsible su daño o consecuencias /
RIESGO POR OMISIÓN / PÓLIZA DE SEGURO DE RESPONSABILIDAD
EXTRACONTRACTUAL CIVIL

Si bien las precipitaciones que se desataron en la ciudad de Medellín, según la


apreciación de los trabajadores declarantes fueron de considerables proporciones
o “fuertes”, así como también diversos escritos suscritos por parte de las entidades
demandadas manifestaron tal situación, lo cierto es que analizado el acervo
probatorio de manera conjunta y armónica, se concluye que si bien se desconocía
el nivel de precipitaciones, sí se podía, mediante diversas técnicas, determinar la
vulnerabilidad que éstas ocasionaban en el deprimido de la carrera 63 D entre
calles 42 y 44, lo anterior reiterando que al prever cómo se desarrollaban las
mismas y qué resultados arrojaba en las quebradas, en la vías y cajas fluviales,
pudo concretarse las medidas de prevención o mejoramiento en la prestación del
servicio. Contrario a ello y conociendo de los antecedentes, las entidades
demandadas no arrojaron prueba alguna que determinara que con anterioridad se
habían efectuado o tomado medidas tendientes a evitar o reducir los riesgos de
las inundaciones y el taponamiento de los ductos o cajas fluviales. (…) no aparece
constancia alguna, o manifestación del municipio y de las demás entidades
demandadas en el que se exprese la planeación de actividades o la adopción de
medidas preventivas respecto a la realidad material que imponía la probabilidad de
desbordamiento y de inundaciones de los afluentes, lo que permite inferir
lógicamente que se produjo (y seguía produciéndose) una exposición elevada a
situaciones riesgosas que eran razonablemente aprehensibles y previsibles para
la administración pública. (…) En este sentido, cabe afirmar que las entidades
demandadas son responsables del daño antijurídico causado cuando la situación
extraña se ve agravada, o la realización y materialización del riesgo que se había
advertido, avisado y analizado ha sido elevado como consecuencia de la
inactividad de la administración pública en su obligación de adecuar, ejercer
políticas, mantener, controlar, vigilar e inspeccionar áreas de su competencia. (…)
En el caso concreto, es cierto que se presentó un fenómeno natural, como fue la
lluvia que cayó en la ciudad de Medellín el 16 y 17 de septiembre de 1988, pero no
es determinante, y se sustenta en el acervo probatorio, que la situación externa
haya sido la única y exclusiva que permitió el desencadenamiento del daño
ocasionado. (…) En ese sentido, si bien se presentó precipitaciones los días 16 y
17 de septiembre de 1988, entendido como fenómeno natural, como factor
concurrente en la imputación de la responsabilidad, no puede tenerse como
situación que en los precisos supuestos pueda enervar la responsabilidad de las
entidades demandadas, cuando se estima que no se adoptaron las precauciones y
medidas de prevención exigidas para el mantenimiento, control, inspección y
vigilancia de la vía junto con sus obras de arte como alcantarillas, cajas fluviales y
ductos por donde descorre las aguas, la limpieza e inspección para evitar la
concentración de desechos en las quebradas y en el deprimido vial, esto es en
cumplimiento de las normas antes mencionadas, debido a que representaba un
riesgo latente, por cuanto y en atención a las declaraciones de algunos
funcionarios de las entidades demandadas y los oficios allegados al proceso, se
indicó que con anterioridad se había inundado el sector, por lo tanto, no fue
atendido con la debida diligencia, oportunidad y eficacia por parte de la entidad
demandada. (…) En atención a lo anterior, no fue imprevisible el hecho
consistente en conocer que cada vez que se presentaban precipitaciones, la vía
se inundaba, máxime si las quebradas aledañas al lugar se desbordaban llevando
consigo múltiples objetos sólidos que taponaban los ductos de aguas. Las
entidades demandadas al tener conocimiento de estas situaciones, debieron
implementar las medidas tendientes a evitar o en lo posible, reducir los estragos
causados por las lluvias en consideración al desbordamiento de las quebradas.
Tampoco fue irresistible, en la medida en si se hubieran tomado las medidas
necesarias para contrarrestar o por lo menos reducir los eventos como el
presente. (…) Así las cosas es responsable el Municipio de Medellín, Empresas
Públicas y Empresas Varias de Medellín por la muerte de los tres ocupantes del
taxi el día 17 de septiembre de 1988.

CAUSAL EXIMENTE DE RESPONSABILIDAD POR FUERZA MAYOR - Niega,


no se encuentra probada

En el caso concreto, es cierto que se presentó un fenómeno natural, como fue la


lluvia que cayó en la ciudad de Medellín el 16 y 17 de septiembre de 1988, pero no
es determinante, y se sustenta en el acervo probatorio, que la situación externa
haya sido la única y exclusiva que permitió el desencadenamiento del daño
ocasionado.

FUERZA MAYOR Y CAUSA EXTRAÑA - Diferencias. Teoría monista y teoría


dual / FUERZA MAYOR - Aplicación de teoría dualista

Contrario a lo expresado por el a quo en considerar que en el presente caso se


evidenció una fuerza mayor, esta Sala hace la siguiente precisión (…) en esta
Jurisdicción de lo Contencioso Administrativo, a diferencia de lo anterior, la
aplicación y el tratamiento de ambas figuras no ha sido monista sino dual, esto es
bajo la consideración dividida e independiente de cada una de esas figuras
jurídicas hasta el punto de considerar que de éstas sólo estructura causa extraña
a la fuerza mayor”. En reciente precedente la Sala advierte, “En efecto, la
proposición de causas extrañas convoca al análisis de la eventual inexistencia de
uno de los elementos de la responsabilidad como es el nexo de causalidad entre
el hecho que se imputa a la administración y el daño alegado, planteamiento que,
precisamente, constituye parte del debate sustancial planteado”. Cabe precisar,
que cuando el precedente hace referencia a la inexistencia de uno de los
elementos de la responsabilidad como consecuencia de una causa extraña,
llámese fuerza mayor, se debe encuadrar en el ámbito fáctico de la imputación, de
manera que se produce una inexistencia de imputación frente a la atribución
jurídica que pueda establecerse en cabeza de la administración pública. (…)
Queda claro que son dos los elementos esenciales para que pueda firmarse la
existencia de una situación de fuerza mayor: imprevisibilidad e irresistibilidad.
Pero, además, dicha situación debe ser externa o exterior al sujeto que la padece,
de tal manera que no tenga control, o pueda achacarse alguna injerencia en su
ocurrencia. NOTA DE RELATORÍA: Al respecto se puede consultar la providencia
de 28 de abril de 2010, exp. 19839.

CAUSAL EXIMENTE DE RESPONSABILIDAD POR CULPA DE LA VÍCTIMA -


Niega. No encuentra probada

No es de recibo tal argumento debido a que si bien los tres ocupantes del taxi
tenían algún grado de alcohol en su sangre, tal circunstancia no es determinante
ni contribuyó en la producción del resultado por cuanto, se comprobó que las
circunstancias que dieron lugar a los hechos fueron las omisiones de las entidades
demandadas en efectuar medidas, controles, planes, estudios, que previnieran los
resultados de hechos similares al presente en atención al conocimiento del riesgo.

LLAMAMIENTO EN GARANTÍA - Aseguradora / REEMBOLSO - Niega. Riesgo


no se encuentra amparado por la póliza de seguro / PÓLIZA DE SEGURO -
Cobertura de riesgos según lo expresamente pactado. Regulación legal /
PÓLIZA DE SEGURO DE RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL CIVIL -
Riesgo por omisión no se encuentra cubierto o amparado. Actividad de aseo,
recolección y disposición final de basuras

Fue llamada en garantía dentro del proceso en atención a que entre EMPRESAS
PÚBLICAS DE MEDELLÍN y la aseguradora se suscribió una póliza de
responsabilidad extracontractual (…). La cláusula segunda de la carátula de la
póliza contempla que la Compañía reembolsará al asegurado, dentro de los
términos y con sujeción a las condiciones de dicho seguro, las sumas que debiera
indemnizar en razón de su responsabilidad civil por lesiones a personas o daños a
propiedades, causados en desarrollo de las actividades específicamente
amparadas bajo las condiciones particulares en la póliza. (…) Se observa que los
riesgos asegurados son los siguientes: local, predios, operaciones; productos que
incluye incendios y explosión; responsabilidad patronal, contratistas
independientes, vehículos alquilados y/o ajenos; vehículos propios y ascensores.
Dicha póliza conforme al anexo 511 tiene una vigencia desde el 6 de septiembre
de 1988 hasta el 6 de septiembre de 1989. Sin embargo, el riesgo consistente en
la omisión en la ejecución de sus actividades de dirección, administración y
prestación de los servicios públicos por parte de Empresas Públicas de Medellín
no se encuentra cubierta o amparada dentro de las cláusulas de la póliza. Por lo
tanto, no le corresponde asumir el monto del valor asegurado, por cuanto la
inactividad u omisión de la entidad pública no se encontraba expresamente
amparada. (…) En vista de lo anterior, el riesgo consistente en la omisión en la
ejecución de sus actividades de aseo, recolección y disposición final de basuras y
atender la limpieza general de la ciudad en lo referente a la barrida y lavado de las
vías públicas no se encuentran cubiertas o amparadas dentro de las cláusulas de
la póliza. Por lo tanto, no le corresponde asumir el monto del valor asegurado, por
cuanto la inactividad u omisión de la entidad pública no se encontraba
expresamente amparada.

PERJUICIOS MATERIALES - Lucro cesante / LUCRO CESANTE - Reconoce a


esposa e hija de la víctima / LUCRO CESANTE - Reconoce a esposa e hija de
la víctima hasta los 25 años. Presunción de apoyo económico de padres a
hijos hasta los 25 años / LUCRO CESANTE - Actualización de sumas.
Fórmula actuarial

También se aclara que en el presente caso se solicita el lucro cesante para la


esposa y su hija menor. Por su parte, según certificado de nacimiento (…)para la
época de los hechos (17 de septiembre de 1988) [la víctima] tenía 32 años, por lo
tanto, la vida probable del mismo según las Tablas de Mortalidad expedidas por el
Instituto de Seguros Sociales (1980-1989) era de 44.33 años. Teniendo en cuenta
lo anterior, se concederá el lucro cesante consolidado desde la fecha de la
ocurrencia de los hechos (17 de septiembre de 1988) hasta el día de la sentencia
(febrero 2012), para el caso de la esposa, y para la hija, desde la época de los
hechos hasta la edad en que cumplieran 25 años.

PRINCIPIO DE REPARACIÓN INTEGRAL O RESTITUTIUM IN INTEGRUM -


Caso muerte por ahogamiento de un ciudadano que se transportaba en taxi /
MEDIDAS DE REPARACIÓN NO PECUNIARIAS - Decreta, concede / MEDIDAS
DE SATISFACCIÓN / MEDIDA DE ADOPCIÓN DE MEDIDAS DE EMERGENCIA
PARA PREVENCIÓN Y MITIGACIÓN DE DESASTRES NATURALES

La Sala en aplicación del principio de reparación integral, y a lo consagrado en el


artículo 16 de la ley 446 de 1998, ordenará medidas de satisfacción, teniendo en
cuenta que debe ceder el fundamento procesal del principio de congruencia ante
la primacía del principio sustancial de la “restitutio in integrum” (Artículo 228 C.P.),
máxime cuando existe la vulneración a un derecho humano. (…) De acuerdo con
el precedente de la Sala, es necesario examinar varios elementos para que en
virtud de la reparación integral sea posible ordenar medidas complementarias,
para procurar que se deje indemne, o lo más cercano a las víctimas o
demandantes. En ese sentido, la Sala encuentra procedente exigir como medida
de satisfacción para este caso en concreto las siguientes: 1) al municipio
demandado, a Empresas Públicas de Medellín y a Empresas Varias de Medellín
se les exigirá tomar todas las medidas de emergencia que derivadas de
accidentes, situaciones o factores naturales puedan previsiblemente sobrevenir,
en cumplimiento de lo consagrado en el artículo 31 del Decreto Ley 2811 de 1974.
De esta medida se deberá dar conocimiento a los usuarios publicando la parte
resolutiva de esta sentencia en un medio de circulación local y en la página web
de cada una de las entidades por un período de seis (6) meses.

FUENTE FORMAL: DECRETO 1281 DE 1974 - ARTÍCULO 31

PRINCIPIO DE REPARACIÓN INTEGRAL O RESTITUTIUM IN INTEGRUM -


Caso muerte por ahogamiento de un ciudadano que se transportaba en taxi /
MEDIDAS DE REPARACIÓN NO PECUNIARIAS - Decreta, concede / MEDIDAS
DE SATISFACCIÓN / MEDIDA DE INCORPORACIÓN DE LA OMISIÓN COMO
PARTE DE LOS RIESGOS DE LA PÓLIZA DE RESPONSABILIDAD
EXTRACONTRACTUAL CIVIL

Se ordenará que las entidades demandadas observar la incorporación de la


omisión como supuesto de cobertura de los riesgos asegurables en las pólizas de
responsabilidad civil extracontractual que se suscriban.

PRINCIPIO DE REPARACIÓN INTEGRAL O RESTITUTIUM IN INTEGRUM -


Caso muerte por ahogamiento de un ciudadano que se transportaba en taxi /
MEDIDAS DE REPARACIÓN NO PECUNIARIAS - Decreta, concede / MEDIDAS
DE SATISFACCIÓN / MEDIDA DE INFORME DE CUMPLIMIENTO DE
SENTENCIA

De las anteriores medidas las entidades demandadas deberán remitir informe de


su cumplimiento al Tribunal de origen, y a este Despacho dentro de los treinta (30)
días calendarios a la ejecutoria de esta sentencia.

CONSEJO DE ESTADO

SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO

SECCIÓN TERCERA

SUBSECCIÓN C

Consejero ponente: JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA

Bogotá D.C., quince (15) febrero de dos mil doce (2012).

Radicación número: 05001-23-24-000-1990-01145-01(21270)

Actor: MARGARITA EDILMA YEPES LOAIZA Y OTROS

Demandado: MUNICIPIO DE MEDELLÍN (Secretaría de obra pública)-


EMPRESAS VARIAS DE MEDELLÍN - EMPRESAS PÚBLICAS DE MEDELLÍN

Referencia: ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA (SENTENCIA) (PROCESOS


ACUMULADOS 901145, 901146 y 901147)

Decide la Subsección C de la Sección Tercera el recurso de apelación interpuesto


por la parte demandante contra la sentencia proferida por el Tribunal
Administrativo de Antioquia Sala de Descongestión con sede de Medellín, el 2 de
octubre de 2000, mediante la cual se denegaron las pretensiones de las
demandas acumuladas.
I. ANTECEDENTES

1. La demanda y pretensiones

Margarita Edilma Yepes Loaiza (esposa) actuando en nombre propio y en


representación de sus hijos menores Nancy, Ramiro de Jesús y Elmer Velásquez
Yepes; los señores Amor de María, Miriam de Jesús, Gilmer de Jesús, María
Fabiola, María Margarita, Conrado de Jesús, Gonzalo María, María Aurea y María
de la Paz Velásquez Zapata (hermanos) (expediente: 901145); Luz Miryam Cañas
Miranda (esposa) actuando en nombre propio y en representación de sus hijas
menores Mónica Andrea y Sandra Jasmín Tejada Cañas y los señores Francisco
Luís Tejada García (padre), María Dolores Serna de Tejada (madre), Luz Amparo,
María Consuelo, María Lucelly, Fanny de Jesús, María Edilma, Luz Dary, Luís
Eduardo y María Rosmira Tejada Serna (hermanos) (expediente: 90116); Ana
Cecilia Ospina Alzate (esposa) actuando en nombre propio y en representación de
su hija menor Leidy Katerine Suárez Ospina; los señores Graciela Alzate Alzate
(madre), Ruth María, Luz Marina, Jorge Alberto y Eduvar Antonio Suárez Alzate
(hermanos) (expediente: 901147), mayores de edad y por intermedio de
apoderado presentaron demandas el 17 de septiembre de 1990 y sus
correcciones el 10 de octubre (Fls. 54 y 55 expediente: 901146 y Fls. 46 y 47
expediente: 901147) contra el Municipio de Medellín, las Empresas Públicas de
Medellín y las Empresas Varias de Medellín, por la muerte por ahogamiento de
Jesús María Velásquez Zapata, Luís Humberto Tejada Serna y Marco Fidel Suárez
Alzate el 17 de septiembre de 1988, en horas de la madrugada en la depresión de
la carrera 63 D entre calles 42 y 44 de la ciudad de Medellín. En atención a lo
anterior, solicitaron en cada una de las demandas de manera similar las siguientes
declaraciones y condenas:

1. “(…) El MUNICIPIO DE MEDELLÍN, las EMPRESAS PÚBLICAS DE MEDELLÍN y


LAS EMPRESAS VARIAS DE MEDELLÍN, son solidariamente responsables de la
totalidad de los daños y perjuicios causados (…) con la muerte, por ahogamiento de
ocurrida al amanecer del 17 de septiembre de 1888, cuando al inundarse el tramo vial de
la carrera 63 D entre calles 42 y 44 de la ciudad de Medellín, fue tragado por las aguas el
vehículo en el que viajaba.

2. Condénese al MUNICIPIO DE MEDELLÍN, las EMPRESAS PÚBLICAS DE MEDELLÍN


y LAS EMPRESAS VARIAS DE MEDELLÍN a pagar, en forma solidaria, a cada uno de
los demandantes:

(…) 11.1 daños morales:

Con el equivalente en pesos de la fecha de ejecutoria de la sentencia, de la suma mayor


que, para entonces, permita la ley.

En subsidio:

El equivalente en pesos de la fecha de ejecutoria de la sentencia, de mil gramos de oro-


fino.

(…) B. (…) A los demandantes MARGARITA EDILMA YEPES LOAIZA, ELMER,


RAMIRO DE JESÚS y NANCY VELÁSQUEZ YEPES se les pagará además también (…)
(Fl. 33 C.1)

(…) B. (…) A los demandantes LUZ MYRIAM CAÑAS DE TEJADA, MÓNICA ANDREA y
SANDRA JASMIN TEJADA CAÑAS se les pagará además también (Fl. 31 C.1)

(…) B. (…) A los demandantes ANA CECILIA OSPINA SUÁREZ (…) y LEIDY KATERINE
SUÁREZ OSPINA se les pagará además también (…) (Fl. 25 C.1)

11.2 daños patrimoniales, resultantes de la frustración de la ayuda económica que


venían recibiendo de su protector muerto, capitalizado su calor en la fecha del infortunio y
llevado, junto con sus frutos o intereses, a valor actual en la fecha de ejecutoria de la
sentencia definitiva, teniendo en cuenta la evolución el Índice Nacional de Precios al
Consumidor, en la cuantía que resulte de las bases demostradas en el curso del proceso
(…).

2. Hechos de la demanda

Los demandantes fundamentan sus peticiones en los siguientes hechos:

“(…) 2.1 Que en horas de la noche del 16 de septiembre de 1988, se desató sobre la
ciudad de Medellín una torrencial lluvia que se prolongó hasta el amanecer del día
siguiente (17).

21.1 Produciéndose la inundación del tramo vial de la calle 63 D, entre calles 42 y 44.
21.2 Inundaciones que son frecuentes en ese punto, cada que llueve copiosamente sobre
el sector, como ocurrió nuevamente en la noche del 22 de noviembre de 1988 (escasos
dos meses del trágico hecho que motiva esta demanda), porque:

212.1 En ambos costados de la vía se encuentran plantados gigantescos y numerosos


árboles, cuyas ramas y follajes se extienden y se prolongan por encima de la misma, lo
que trajo como consecuencias:

2121.1 Que la vía se fuera cubriendo de hojas, ramas y desechos vegetales,


2121.2 Sin que LAS EMPRESAS VARIAS DE MEDELLÍN hiciera nunca nada por su
periódica recolección, estando obligadas a hacerlo.

212.2 Que las hojas, ramas y desechos vegetales fueran a parar también a las cajas
pluviales y ductos de conducción de aguas lluvias, produciéndose su obstrucción.

2122.1 a (sic) ciencia y contemplación de las EMPRESAS PÚBLICAS DE MEDELLÍN,


obligada a su mantenimiento.

2122.2 Y sin que tampoco el MUNICIPIO DE MEDELLÍN, por intermedio del


Departamento de Ornato y aseo de la Secretaría de Educación, cumpliera con su deber
de podar los árboles que bordean la vía inundada.

2.2 La mala construcción de la carretera, que en ese tramo vial es una depresión que
contribuye al represamiento del agua.

22.1 Y que el MUNICIPIO DE MEDELLÍN (Secretaría de Obras Públicas Municipales) que


recibió la obra, no ha hecho nada para su adecuación, como propietaria de ella que es.

2.3 A la total ausencia de señales preventivas respecto a la existencia de una


depresión en la vía y al hecho mismo de la inundación, como peligro para quienes
transitaran por ella, que las autoridades municipales tenían el deber de colocar.

2.4 Y la deficiente y precaria iluminación que existía en el tramo inundado y en su acceso


(…)”.

3. Actuación procesal en primera instancia

Los entes demandados dieron contestación a cada una de las demandas.


Mediante auto de 13 de octubre de 1994 el Tribunal acumuló los tres procesos
(901145, 901146 y 901147). Conforme a lo anterior, se procederá a mencionar en
términos generales los argumentos dados por las entidades demandadas.
3.1 Alcaldía de Medellín.

Con escrito de 13 de diciembre de 1990 mediante apoderado contestó las


demandas oponiéndose a la totalidad de las pretensiones y declaraciones y,
manifestó atenerse a lo probado dentro del proceso. (Fls. 56 y 57 expediente
901145; Fls. 104 y 105 expediente 901146 y Fls. 93 a 95 expediente 901147).

3.2 Empresas Públicas de Medellín.

Con escrito del 13 de diciembre de 1990 las Empresas Públicas de Medellín


contestó las demandas oponiéndose a las pretensiones de las mismas y
expresando lo siguiente: (Fls. 83 a 91 C.1 expediente 901145; Fls 61 a 67
expediente 901146 y Fls. 52 a 58 expediente 901147)

Las obras civiles elaboradas, dentro de las cuales se incluyen las de alcantarillado,
son construidas para cumplir con los fines para los cuales se destinada y no para
prevenir lo imprevisible, pues si ello fuera así, su costo sería extremadamente
cuantioso.

Las obras de drenaje de la vía, fue calculada adecuadamente y el mantenimiento


se efectuó en forma óptima. El taponamiento de los desagües, tal como lo afirma
el demandante solo se produce cuando causas diferentes a la ocurrencia de las
lluvias se presentan, tales como el desbordamiento de las quebradas La Matea y
la Picacha, las cuales confluyeron en el deprimido arrastrando además
escombros, piedras, basuras, árboles, llantas, etc., que al depositarse sobre los
sistemas de absorción del alcantarillado, lo obstruyeron.
Las causas que motivaron los hechos de la demanda deben enmarcarse dentro
del extremo periodo invernal que padeció la ciudad de Medellín y la remoción de
las basuras, lodo, escombros, etc., no solo se concentró en el deprimido de la
carrera 63 D por calle 43 sino en todo lo largo de las vías públicas y para lo cual
fue necesario la utilización de equipo pesado.

Formuló como excepción las siguientes:

La causa eficiente de la inundación del deprimido se debió exclusivamente al gran


caudal de las aguas como consecuencia del desbordamiento de las quebradas la
Matea y la Picacha y de los sólidos que sobre sus desagües se depositaron,
imposibilitando su evacuación y cuya limpieza fue acometida por las Empresas
Públicas de Medellín y otras entidades públicas, tan pronto tuvieron conocimiento
del hecho.

Así mismo, las causas de la inundación se debió a los hechos de la naturaleza,


como fueron las grandes precipitaciones pluviales que para la época y en la zona
de influencia se las cabeceras de las quebradas descritas se presentaron.

Por último, expresó que hubo una contribución por parte de la víctima,
especialmente la desplegada por el conductor.

3.3 Empresas Varias de Medellín

Mediante escrito del 13 de diciembre de 1990 Empresas Varias de Medellín


contestó las demandas (Fls. 112 a 116 expediente: 901145; Fls. 106 a 109
expediente: 901146 y Fls. 59 a 63 expediente: 901147).

Enumeró las obligaciones de la entidad demandada respecto a la función del aseo


como por ejemplo atender la limpieza general de la ciudad en lo referente a la
barrida y lavado de las vías públicas y la recolección y procesamiento de basuras.
Conforme a lo anterior, en el tramo vial de la carrera 63 D entre las calles 42 y 44
se efectúo el mantenimiento diario de las funciones asignadas y es imposible
mantener las vías sin hojas, pues los árboles que limpian el ambiente y conservan
el ornato de la ciudad no se pueden derribar.

Propuso como excepción la ausencia de requisitos para declarar la


responsabilidad de la entidad demandada. Así mismo, consideró que el hecho
obedeció única y exclusivamente a la culpa del conductor que manejaba el taxi, a
lo mejor se encontraba en estado de embriaguez, ya que al salir aproximadamente
a las 0:03 a.m., en medio de una lluvia torrencial, para esa hora el agua estaba
rebosante debido a las inundaciones de la ciudad. Por último, argumentó que se
presentó un caso fortuito o fuerza mayor.

3.4 Llamamiento en garantía.

Tanto las Empresas Públicas de Medellín (Fls. 90 a 91 expediente 901145; Fls. 68


y 69 expediente 901146 y Fls. 71 y 72 expediente 901147) como Empresas Varias
de Medellín (Fls. 117 a 119 expediente 901145; Fls. 97 y 98 y 111 y 112 expediente
901146; Fls. 64 a 66, 97 y 98 expediente 901147) en escritos separados y en los
tres procesos acumulados llamaron en garantía a la Compañía de Seguros
Universal S.A., y Compañía de Seguros Agrícola de Seguros S.A,
respectivamente, en atención a que la primera había suscrito un contrato de
seguro de responsabilidad extracontractual No. 004000 con una vigencia a partir
del 6 de septiembre de 1988 y la segunda, por haber suscrito el contrato de
seguro No. 82/0048.

El Tribunal mediante auto de 6 de junio de 1991 (Fls. 125 y 126 expediente


901145) y 12 de junio de 1991 (Fls. 121 y 122 expediente: 901146 y Fls. 106 y 107
expediente: 901147) admitió los llamamientos en garantía.
3.4.1 Contestación de Seguros Universal S.A.

Con escrito del 18 de julio de 1991 la apoderada de dicha compañía contestó el


llamamiento en garantía aduciendo que se atenía a lo probado dentro del proceso
y en caso de ser condenada, respondería hasta por el monto de trescientos
millones de pesos. (Fls. 129 y 130 expediente: 901145; Fls. 124 y 125 expediente:
901146 y Fls. 109 y 110 expediente: 901147)

La apoderada de la Compañía anteriormente mencionada, informó dentro de los


procesos que, mediante Resolución No. 2807 del 8 de agosto de 1991, la
Superintendencia Bancaria dispuso tomar en posesión inmediata los bienes,
haberes y negocios de Seguros Universal S.A. El artículo 2º literal e) determinó
que en adelante no se podrán iniciar ni continuar procesos contra la intervenida sin
que se notificara personalmente al Director del Fondo de Garantías o al liquidador
que él designara, so pena de nulidad. Por lo anterior, solicitó proceder de
conformidad con lo establecido en las mencionada Resolución. Conforme a ello,
se notificó al liquidador de la Compañía de Seguros Universal S.A. (Fl. 149
expediente: 109145; Fl. 165 expediente: 109146 y Fl. 133 expediente: 109147).

3.4.2 Agrícola de Seguros S.A.

El apoderado de la Compañía de Seguros contestó el llamamiento y las demandas


únicamente de los procesos 901146 (Fls. 129 a 133) y 901147 (Fls. 137 a 141),
proponiendo como excepción de fondo fuerza mayor o caso fortuito, esto es, el
fuerte aguacero que se precipitó sobre la ciudad los días 16 y 17 de septiembre de
1988. Adujo que debía tenerse en cuenta que los grandes caudales provenían de
las quebradas la Matea y la Picacha que por el fuerte aguacero y el periodo
invernal se desbordaron, arrastrando además escombros, piedras, lodo, etc., los
cuales se depositaron en los sistemas de absorción del alcantarillado
obstruyéndolo.
Así mismo, indicó que se presentó la culpa exclusiva de un tercero, como fue la
imprudencia del conductor del vehículo taxi, quien no obstante haber presenciado
el aguacero y conocedor que las calles se encontraban inundadas, se arriesgó a
transitar por las mismas, además porque se encontraba bajo los efectos del
alcohol al momento de los hechos.

Respecto del llamamiento en garantía propuso como excepción la prescripción de


la acción teniendo en cuenta que conforme al artículo 1131 del Código de
Comercio, se entiende ocurrido el siniestro en el mismo momento en que acaece
el hecho externo imputable al asegurado, y desde ese mismo momento corre la
prescripción respecto de la víctima, por cuanto transcurrió más de dos años desde
la fecha del accidente.

Adujo que en el evento en que se accediera a las pretensiones de la demanda,


debía definirse la relación existente entre el llamante y el llamado en garantía, por
cuanto la eventual responsabilidad de la entidad asegurada no se encontraba
cubierta mediante el anexo de predios, locales y operaciones, por cuanto dicho
anexo se refiere a la responsabilidad que se derive de la posesión, y conservación
de predios por parte del asegurado o de operaciones que personas vinculadas al
servicio de Empresas Varias de Medellín realicen y en el presente caso, el predio
en el cual sucedieron los hechos no era de propiedad de la entidad demandada.
Así mismo, consideró que tampoco se encontraba amparada en las condiciones
generales de la póliza, ya que la cobertura de ésta solo se extiende a la
responsabilidad que se derive de las calidades, relaciones jurídicas o actividades
del asegurado; y si se afirma que la entidad no realizó el barrido en la calle donde
sucedieron los hechos, dicha responsabilidad no estaría amparada dado que no
se derivó de la actividad del asegurado, por cuanto la omisión no está cubierta.
Por último, indicó que en el caso en que existiera una responsabilidad, la
compañía reembolsaría la suma disminuida en un 10% teniendo en cuenta la
cláusula de coaseguro, en virtud de la cual otras compañías aseguradoras
asumieron el riesgo derivado de dicha póliza.

Finalizada la etapa probatoria en cada uno de los procesos, el Tribunal mediante


auto de 13 de octubre de 1994 decretó la acumulación de éstos (Fls. 269 y 270
expediente: 901147); posteriormente convocó a audiencia de conciliación
mediante auto 28 de marzo de 1995 (Fl. 275 expediente 901147) y el 28 de julio
de 1995 (Fl. 286 expediente: 901147), la cual fracasó por no existir entre las partes
ánimo conciliatorio por parte de las entidades demandadas. (Fls. 308 y 309
expediente: 9011447)

Por auto de 20 de junio de 1997 el Tribunal ordenó correr traslado a las partes
para presentar los alegatos de conclusión y al Ministerio Público para que emitiera
el concepto de rigor. (Fl. 312 expediente 901147)

Las Empresas Públicas de Medellín presentó para los tres procesos los alegatos
de conclusión el 11 de julio de 1997 (Fls. 313 a 320 expediente: 901147). Hizo
alusión a algunas pruebas arrimadas al expediente y concluyó que en el presente
caso las entidades demandadas se encontraban impedidas para actuar debido a
que se configuró una fuerza mayor.

Respecto de la responsabilidad de las Empresas Públicas de Medellín, en


atención a que en la demanda se dijo que ésta tiene como función principal el
mantenimiento de las cajas pluviales y ductos de conducción de aguas lluvias,
cuya capacidad hidráulica fue calculada para absorber o evacuar las aguas lluvias,
su taponamiento se debió al desbordamiento de las quebradas, que confluyeron
en el deprimido arrastrando escombros, piedras, basuras, árboles, llantas, palos,
etc., y para cuya evacuación fue necesario utilizar maquinaria pesada. (Fls. 319 y
320)

Mediante escrito de 11 de julio de 1997 el apoderado de las Empresas Varias de


Medellín presentó los alegatos de conclusión para los tres procesos (Fls. 321 a
326 expediente 901147). Consideró que obraba prueba que indicaba que, dada la
estructura de la vía donde ocurrió el accidente, existía orden de barrer el lugar
diariamente, lo cual se efectuó y se cumplió. (Fl. 322)

Expresó así mismo que las hojas y ramas fueron cayendo durante la tormenta y se
incorporaron a la corriente de las aguas durante un largo recorrido, y el lodo, las
piedras y otros objetos no se encontraban acumulados en el sitio del accidente
cuando iniciaron las precipitaciones, sino que se encontraban en el cauce de las
quebradas, y todo fue arrastrado por el caudal desmedido de las aguas hasta la
vía deprimida donde ocurrieron los hechos. Aunado a lo anterior, las funciones
que debía ejecutar la entidad demandada no incluye la limpieza de los cauces de
las quebradas de la ciudad. (Fl. 323)

Ahora bien, la causa del accidente obedeció a la excepcional magnitud de las


lluvias que cayeron durante la noche y no pudo ser recogida por las cajas pluviales
y los ductos de conducción ya que excedían su normal capacidad. Si se concluye
que la falta de capacidad de tales cajas y ductos fue la causa del empozamiento
de las aguas, tendría que analizarse si se presentó fue una falla en el servicio por
parte de los constructores o propietarios de la vía, por no haber previsto riesgos de
excepcional ocurrencia. (Fl 323)

Los desechos de piedra, lodo y agua incrementaron desmedidamente los caudales


de las quebradas que corren por el sector, hasta el punto de desbordarse hacia las
vías públicas. Frente a ello, se llegaría a plantear la posibilidad de que los cauces
de dichas quebradas fueran de una incapacidad insuficientes, lo que también es
extraño para las Empresas Varias Municipales de Medellín. (Fl. 324)

Adujo una fuerza mayor y una participación de la víctima en la producción del


accidente (Fl. 325)

Por escrito de 11 de julio de 1997 el Municipio de Medellín presentó los alegatos


de conclusión (Fls. 327 a 331 expediente 901147). Consideró que se presentaron
dos causas: un fenómeno causal y otro, humano defectible. El primero de ellos
deviene en la tormenta presentada y calificada así por el Departamento de
hidrometría e instrumentación de las Empresas Públicas. Respecto del segundo,
se tiene que los ocupantes del vehículo se encontraban en estado de embriaguez,
lo que evidencia una imprudencia por parte de éstos, por cuanto no precavieron la
tragedia que se cernía en ellos. (Fl. 328 expediente 901147)

Los demandantes, los llamados en garantía y el Ministerio Público guardaron


silencio.

4. La sentencia de primera Instancia

Mediante sentencia de 2 de octubre de 2000 el Tribunal Administrativo de


Antioquia Sala de Descongestión con sede de Medellín denegó las pretensiones
de las demandas acumuladas (Fls. 334 a 360 C. ppal). Para tomar esta decisión,
el a quo tuvo en cuenta las siguientes consideraciones:

De acuerdo con el acervo probatorio, no existe prueba que indique las omisiones
alegadas en las demandas, contrario a ello, existen pruebas aportadas por las
propias entidades que hacen pensar que siempre cumplieron con sus deberes
constitucionales. (Fl. 348 C. ppal)
Indicó que la parte actora no demostró que las entidades demandadas cometieron
omisiones en su actividad de prevención de desastres, sostenimiento y
construcción de obras públicas, sino que fueron estas últimas las que demostraron
a cabalidad que siempre estuvieron atentas y realizaron todas las obras
necesarias para el sostenimiento de las obras construidas y la prevención de
desastres naturales. (Fl. 357 C. ppal)

Expresó que si bien existían testimonios de empleados de las Empresas Públicas


y Empresas Varias de Medellín que afirmaron que se detectaron problemas en las
quebradas y que Obras Públicas de Medellín inició obras para corregir y evitar en
el futuro se presentaran desbordamientos, lo cierto es que dichas declaraciones
no son dictámenes periciales de carácter técnico, sino simples apreciaciones y lo
único que prueban es que después de la gran emergencia, las entidades públicas
identificaron las causas de los desbordamientos de las quebradas e iniciaron a
efectuar las soluciones para evitar futuras calamidades. (Fls. 357 y 358 C. ppal)

También consideró que no existía prueba alguna que permitiera afirmar que el
Municipio de Medellín tenía conocimiento de las causas reales que podían
producir una inundación en el sector y que ante dicho conocimiento no hizo nada
para evitarlo. Contrario a ello, el material probatorio induce a pensar que a las
autoridades les tomó por sorpresa el evento y debieron realizar los estudios para
definir las posibles causas y tratar de evitar hechos similares en el futuro. (Fl. 358
C. ppal)

Por último, el a quo indicó que una inundación como la ocurrida, como
consecuencia de una tormenta inusual e inesperada y que causó el
desbordamiento de muchas quebradas, se constituye en un hecho imprevisible e
irresistible para la Administración. (fuerza mayor). (Fl. 359 C. ppal)
5. El recurso de apelación

Contra la anterior decisión se alzó la parte actora con escrito de 23 de octubre de


2000 (Fls. 362 a 368 C. ppal). Expresó sus argumentos de la siguiente manera:

El tramo vial donde sucedieron los hechos es de propiedad del Municipio de


Medellín, lo cual se encuentra suficientemente acreditado dentro del plenario. El
Tribunal no dio ningún sustento jurídico respecto del hecho que la vía era un paso
deprimido, ya que no realiza ningún análisis para decantar su incidencia en la
producción de los hechos, limitándose a citar el informe del municipio demandado
en el que expresó ser el propietario de la vía y que para el 17 de septiembre de
1988 en todo el sector occidental de la ciudad se reportaron varias inundaciones y
el desbordamiento de varias quebradas. (Fls. 362 y 363 C. ppal)

Indicó que:

“(…) Es cierto, que para el 17 de septiembre de 1988, cayó sobre la ciudad de Medellín,
un aguacero de considerables proporciones, pero no es menos cierto que en el proceso
brilla por su ausencia la prueba de una inundación en alguna de las calles de la ciudad de
la misma magnitud a la que se presentó en el tramo vial deprimido y que hubiese causado
la muerte por ahogamiento de alguna persona (…)”. (364 C. ppal)

Consideró que conforme a las declaraciones de varios testigos dentro del proceso
se puede concluir lo siguiente:

- El paso del deprimido se encuentra construido al mismo nivel del río


Medellín, lo que ocasiona una inundación cada vez que se presentan
precipitaciones en razón al aumento del caudal del río y el retorno de sus aguas
por las alcantarillas. (Fl. 366 C. ppal)
- Cada vez que se desbordaban las quebradas la Picacha, La Matea o la
Magdalena, el paso del deprimido se inundaba debido no solo al agua que
derramaban, sino por la cantidad de palos, escombros, basuras y sólidos que
arrojaban a él (insuficiencia hidráulica). (Fl. 366 C. ppal)

6. Actuación en segunda instancia:

El Tribunal por auto de 30 de octubre de 2000 concedió el recurso impetrado (Fl.


369 C. ppal). Por su parte, esta Corporación mediante auto de 4 de octubre de
2001 admitió el recurso (Fl.342 C. ppal).

Por auto de 25 de octubre de 2001 se ordenó a las partes presentar los alegatos
de conclusión y al Ministerio Público emitir el concepto de rigor (Fl. 374 C. ppal)

7. Alegatos de conclusión.

El apoderado de las Empresas Varias de Medellín con escrito de 13 de noviembre


de 2001 presentó los alegatos de conclusión (Fls. 375 a 382 C. ppal). Indicó que el
recurso de apelación interpuesto por la parte demandante centró su discurso en la
responsabilidad del Municipio de Medellín y no respecto de Empresas Varias, sin
embargo, el apoderado de la entidad se refirió a las razones por las cuales debía
confirmarse la sentencia, entre ellas las siguientes:

 El aguacero que se presentó tuvo unas características en cuanto a su


cantidad, permitiendo determinar que las mismas eran infrecuentes y
excepcionales. (Fl. 378 C. ppal)

 La intensidad de las aguas propició el arrastre de materiales que provocaron
el desbordamiento, en algún caso previo al represamiento, de varias quebradas
que desembocan en el río Medellín. (Fl. 378 C. ppal)
 Los altos caudales propiciaron que además del desbordamiento, las aguas
se devolvieran desde el lugar de su desembocadura al río Medellín, y por tales
factores, debían buscar un sitio para asentarse. Esto propició la acumulación de
las aguas en la vía en la que perecieron las personas. (Fl. 379 C. ppal)
 Los fallecidos presentaron alta concentración de alcohol en la sangre.

Consideró que existían pruebas suficientes para considerar que la causa de la


acumulación de las aguas en el deprimido lo constituyó el excesivo de los
caudales y que la incapacidad del sistema de alcantarillado para evacuar las
cantidades de agua tan importantes y nada tiene que ver con la falta de limpieza
de las hojas o basuras en el área que hubieran podido propiciar el taponamiento u
obstrucción de los desagües. (Fl. 380 C. ppal)
Las demás partes y el Ministerio Público guardaron silencio.

Mediante auto de 28 de julio de 2011 el Consejero Enrique Gil Botero manifestó su


impedimento para conocer del proceso de conformidad con el numeral 11 del
artículo 150 del C.P.C., en concordancia con el artículo 160 del C.C.A (Fl. 404 C.
ppal). Por lo anterior, mediante auto del 29 de agosto de 2011 se aceptó dicho
impedimento. (Fl. 406 C. ppal)

II. CONSIDERACIONES
1. Competencia
La Corporación es competente para conocer del asunto 1, en razón del recurso de
apelación interpuesto por la parte demandante 2 en proceso de doble instancia,
seguido contra el MUNICIPIO DE MEDELLÍN (Secretaría de obra pública)-
EMPRESAS VARIAS DE MEDELLÍN – EMPRESAS PÚBLICAS DE MEDELLÍN en
el cual se denegaron las pretensiones de la demanda.

2. Aspectos procesales previos

Previo a abordar el análisis respecto al objeto del recurso de apelación interpuesto


por la parte demandante, la Sala advierte que con los libelos demandatorios se
aportaron varias fotografías y copias de las mismas las cuales no tienen mérito
probatorio porque no existe certeza de que correspondan al hecho causante del
daño por el cual se solicita la reparación. Estas fotografías sólo demuestran que
se registró una imagen, pero no es posible determinar su origen, ni el lugar y la
época en que fueron tomadas, dado que no fueron reconocidas por testigos, ni
cotejadas con otros medios de prueba dentro del proceso. 3

3. Problema jurídico

¿Cabe imputar responsabilidad a las entidades demandadas por el daño


antijurídico ocasionado, consistente en la muerte de tres personas por
ahogamiento, derivado de la inundación que se produjo en el deprimido de la calle
por donde transitaban en un vehículo taxi los fallecidos?

4. El daño Antijurídico

1
De conformidad con el artículo 129 del C.C.A., subrogado por el artículo 37 de la Ley 446
de 1998.
2
La pretensión mayor en las demandas corresponde a los perjuicios materiales así:
$8.067.684 (expediente 901145); $8.945.718 (expediente 901146) y $9.955.558,67
(expediente 901147). A la fecha de la presentación de las demandas, 17 de septiembre de
1990, este valor supera el exigido para que los procesos sean de dos instancias (Decreto
597 de 1988).
3
Ver posición en sentencias de 19 de agosto de 2011, expediente: 19901; 19 de octubre de
2011, expediente: 19630; 20498 de 15 de noviembre de 2011.
En cuanto al daño antijurídico, el precedente jurisprudencial constitucional señala
que la,
“(…) antijuridicidad del perjuicio no depende de la licitud o ilicitud de la conducta
desplegada por la Administración sino de la no soportabilidad del daño por parte de la
víctima (…)” 4.

Así pues, el precedente jurisprudencial constitucional ha señalado,

“(…) que esta acepción del daño antijurídico como fundamento del deber de reparación
estatal armoniza plenamente con los principios y valores propios del Estado Social de
Derecho debido a que al Estado corresponde la salvaguarda de los derechos y libertades
de los administrados frente a la propia Administración (…)”5.

De igual manera, el precedente jurisprudencial constitucional considera que el


daño antijurídico se encuadra en los “principios consagrados en la Constitución,

4
Corte Constitucional, sentencia C-254 de 2003. Así mismo, se considera: “El artículo 90 de
la Carta, atendiendo las (sic) construcciones jurisprudenciales, le dio un nuevo enfoque
normativo a la responsabilidad patrimonial del Estado desplazando su fundamento desde la
falla del servicio hasta el daño antijurídico. Ello implica la ampliación del espacio en el que
puede declararse la responsabilidad patrimonial del Estado pues el punto de partida para la
determinación de esa responsabilidad ya no está determinado por la irregular actuación
estatal – bien sea por la no prestación del servicio, por la prestación irregular o por la
prestación tardía- sino por la producción de un daño antijurídico que la víctima no está en el
deber de soportar, independientemente de la regularidad o irregularidad de esa actuación”.
Corte Constitucional, sentencia C-285 de 2002.
5
Corte Constitucional, sentencia C-333 de 1996. Puede verse también: Corte Constitucional,
sentencia C-918 de 2002. A lo que se agrega: “El artículo 90 de la Constitución Política le
suministró un nuevo panorama normativo a la responsabilidad patrimonial del Estado. En
primer lugar porque reguló expresamente una temática que entre nosotros por mucho tiempo
estuvo supeditada a la labor hermenéutica de los jueces y que sólo tardíamente había sido
regulada por la ley. Y en segundo lugar porque, al ligar la responsabilidad estatal a los
fundamentos de la organización política por la que optó el constituyente de 1991, amplió
expresamente el ámbito de la responsabilidad estatal haciendo que ella desbordara el límite
de la falla del servicio y se enmarcara en el más amplio espacio del daño antijurídico”. Corte
Constitucional, sentencia C-285 de 2002. Sin embargo, cabe advertir, apoyados en la
doctrina iuscivilista que “no puede confundirse la antijuridicidad en materia de daños con
lesiones de derechos subjetivos y, menos todavía, una concepción que los constriña, al
modo alemán, a los derechos subjetivos absolutos, entendiendo por tales los derechos de la
personalidad y la integridad física, el honor, la intimidad y la propia imagen y los derechos
sobre las cosas, es decir, propiedad y derechos reales”. DÍEZ-PICAZO, Luis. Fundamentos
del derecho civil patrimonial. La responsabilidad civil extracontractual. 1ª ed. Navarra,
Aranzadi, 2011, p.297.
tales como la solidaridad (Art. 1º) y la igualdad (Art. 13), y en la garantía integral
del patrimonio de los ciudadanos, prevista por los artículos 2º y 58 de la
Constitución”6.
Debe quedar claro que es un concepto que es constante en la jurisprudencia del
Consejo Estado, que debe ser objeto de adecuación y actualización a la luz de los
principios del Estado Social de Derecho, ya que como lo señala el precedente de
la Sala un “Estado Social de Derecho y solidario y respetuoso de la dignidad de la
persona humana, no puede causar daños antijurídicos y no indemnizarlos” 7. Dicho
daño tiene como características que sea cierto, presente o futuro, determinado o
determinable8, anormal9 y que se trate de una situación jurídicamente protegida 10.

En el presente caso se encuentra plenamente demostrado el daño antijurídico,


consistente en la muerte de los señores Jesús María Velásquez Zapata, Luís
Humberto Tejada Serna y Marco Fidel Suárez Alzate el 17 de septiembre de 1988,
en horas de la madrugada en la carrera 63 D entre calles 42 y 44 de la ciudad de
Medellín, como consecuencia de la axonia por sumersión de los tres ocupantes
del taxi que transitaba para esa fecha por la calle mencionada, como
consecuencia de las lluvias que se precipitaron y generaron el desbordamiento de
las quebradas cercanas a dicho lugar. Lo anterior se corrobora con las
certificados de defunción (Fl. 14 expediente 901145; Fl. 11 expediente: 901146 y
Fl. 9 expediente: 901147), las necropsias de los cuerpos sin vida de los tres

6
Corte Constitucional, sentencia C-333 de 1996; C-832 de 2001. Cabe afirmar, que en la
doctrina del derecho civil se advierte que “la antijuridicidad del daño no se produce porque
exista violación de deberes jurídicos”, definiéndose como “violación de una norma especial o
de la más genérica alterum non laedere”. DÍEZ-PICAZO, Luis. Fundamentos del derecho
civil patrimonial. La responsabilidad civil extracontractual., ob., cit., p.298.
7
Agregándose: “Para eludir el cumplimiento de sus deberes jurídicos no puede exigirle al
juez que, como no le alcanzan sus recursos fiscales, no le condene por ejemplo, por los
atentados de la fuerza pública, contra la dignidad de la persona humana". Sentencia de 9 de
febrero de 1995, expediente: 9550.
8
Sentencia de 19 de mayo de 2005. Rad. 2001-01541 AG.
9
“por haber excedido los inconvenientes inherentes al funcionamiento del servicio”.
Sentencia de 14 de septiembre de 2000, expediente: 12166.
10
Sentencia de 2 de junio de 2005. Rad. 1999-02382 AG.
ocupantes (Fl. 195 y 196 expediente 901146; Fls. 192 y 193 expediente 901147) y
el informe del Departamento de Bomberos de Medellín (80 expediente: 901145).

5. La imputación de la responsabilidad.

5.1. Presupuestos para la imputación de la responsabilidad.

Con la Carta Política de 1991 se produjo la “constitucionalización” 11 de la


responsabilidad del Estado12 y se erigió como garantía de los derechos e intereses
de los administrados13 y de su patrimonio14, sin distinguir su condición, situación e
interés15. De esta forma se reivindica el sustento doctrinal según el cual la “acción
11
En precedente jurisprudencial constitucional se indica: “El Estado de Derecho se funda en
dos grandes axiomas: El principio de legalidad y la responsabilidad patrimonial del Estado.
La garantía de los derechos y libertades de los ciudadanos no se preserva solamente con la
exigencia a las autoridades públicas que en sus actuaciones se sujeten a la ley sino que
también es esencial que si el Estado en ejercicio de sus poderes de intervención causa un
daño antijurídico o lesión lo repare íntegramente”. Corte Constitucional, sentencia C-832 de
2001.
12
La “responsabilidad patrimonial del Estado se presenta entonces como un mecanismo de
protección de los administrados frente al aumento de la actividad del poder público, el cual
puede ocasionar daños, que son resultado normal y legítimo de la propia actividad pública, al
margen de cualquier conducta culposa o ilícita de las autoridades, por lo cual se requiere
una mayor garantía jurídica a la órbita patrimonial de los particulares. Por ello el actual
régimen constitucional establece entonces la obligación jurídica a cargo del estado de
responder por los perjuicios antijurídicos que hayan sido cometidos por la acción u omisión
de las autoridades públicas, lo cual implica que una vez causado el perjuicio antijurídico y
éste sea imputable al Estado, se origina un traslado patrimonial del Estado al patrimonio de
la víctima por medio del deber de indemnización”. Corte Constitucional, Sentencia C-333 de
1996. Postura que fue seguida en la sentencia C-892 de 2001, considerándose que el
artículo 90 de la Carta Política “consagra también un régimen único de responsabilidad, a la
manera de una cláusula general, que comprende todos los daños antijurídicos causados por
las actuaciones y abstenciones de los entes públicos”. Corte Constitucional, sentencia C-892
de 2001.
13
Derechos e intereses que constitucional o sustancialmente reconocidos “son derechos de
defensa del ciudadano frente al Estado”. ALEXY, Robert. “Teoría del discurso y derechos
constitucionales”, en VASQUEZ, Rodolfo; ZIMMERLING, Ruth (Coords). Cátedra Ernesto
Garzón Valdés. 1ª reimp. México, Fontamara, 2007, p.49.
14
“La responsabilidad patrimonial del Estado en nuestro ordenamiento jurídico tiene como
fundamento un principio de garantía integral del patrimonio de los ciudadanos”. Corte
Constitucional, sentencia C-832 de 2001.
15
La “razón de ser de las autoridades públicas es defender a todos los ciudadanos y
asegurar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado. Omitir tales funciones entraña
la responsabilidad institucional y la pérdida de legitimidad. El estado debe utilizar todos los
medios disponibles para que el respeto de la vida y derechos sea real y no solo meramente
administrativa se ejerce en interés de todos: si los daños que resultan de ella, para
algunos, no fuesen reparados, éstos serían sacrificados por la colectividad, sin
que nada pueda justificar tal discriminación; la indemnización restablece el
equilibrio roto en detrimento de ellos”16. Como bien se sostiene en la doctrina,

“La responsabilidad de la Administración, en cambio, se articula como una garantía de los


ciudadanos, pero no como una potestad17; los daños cubiertos por la responsabilidad
administrativa no son deliberadamente causados por la Administración por exigencia del
interés general, no aparecen como un medio necesario para la consecución del fin
público”18.

Según lo prescrito en el artículo 90 de la Constitución, la cláusula general de la


responsabilidad extracontractual del Estado 19 tiene como fundamento la
determinación de un daño antijurídico causado a un administrado, y la imputación

formal”. Sentencia de 26 de enero de 2006, Exp. AG-2001-213. En la doctrina puede verse


STARCK, Boris. Essai d une théorie general de la responsabilité civile considerée en sa
doublé fonction de garantie et de peine privée. Paris, 1947.
16
RIVERO, Jean. Derecho administrativo. 9ª ed. Caracas, Universidad Central de Venezuela,
1984, p.293. Puede verse también esta construcción doctrinal en: BERLIA. “Essai sur les
fondements de la responsabilité en droit public francais”, en Revue de Droit Public, 1951,
p.685; BÉNOIT, F. “Le régimen et le fondement de la responsabilité de la puissance
publique”, en JurisClasseur Publique, 1954. T.I, V.178.
17
“La responsabilidad, a diferencia de la expropiación, no representa un instrumento en
manos de la Administración para satisfacer el interés general, una potestad más de las que
ésta dispone al llevar a cabo su actividad, sino un mecanismo de garantía destinado a paliar,
precisamente, las consecuencias negativas que pueda generar dicha actividad. La
responsabilidad, por así decirlo, no constituye una herramienta de actuación de la
Administración, sino de reacción, de reparación de los daños por ésta producidos”. MIR
PUIGPELAT, Oriol. La responsabilidad patrimonial de la administración. Hacia un nuevo
sistema. 1ª ed. Madrid, Civitas, 2001, p.120.
18
MIR PUIGPELAT, Oriol. La responsabilidad patrimonial de la administración. Hacia un
nuevo sistema., ob., cit., pp.120-121.
19
“3- Hasta la Constitución de 1991, no existía en la Constitución ni en la ley una cláusula
general expresa sobre la responsabilidad patrimonial del Estado. Sin embargo, la
jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia y, en especial, del Consejo de Estado
encontraron en diversas normas de la constitución derogada –en especial en el artículo 16-
los fundamentos constitucionales de esa responsabilidad estatal y plantearon, en particular
en el campo extracontractual, la existencia de diversos regímenes de responsabilidad, como
la falla en el servicio, el régimen de riesgo o el de daño especial. Por el contrario, la actual
Constitución reconoce expresamente la responsabilidad patrimonial del Estado”. Corte
Constitucional, sentencia C-864 de 2004. Puede verse también: Corte Constitucional,
sentencia C-037 de 2003.
del mismo a la administración pública 20 tanto por la acción, como por la omisión de
un deber normativo21.

En cuanto a la imputación exige analizar dos esferas: a) el ámbito fáctico, y; b) la


imputación jurídica, en la que se debe determinar la atribución conforme a un
deber jurídico22 (que opera conforme a los distintos títulos de imputación
consolidados en el precedente de la Sala: falla o falta en la prestación del servicio
–simple, presunta y probada-; daño especial –desequilibrio de las cargas públicas,
daño anormal-; riesgo excepcional). Adicionalmente, resulta relevante tener en
cuenta los aspectos de la teoría de la imputación objetiva de la responsabilidad

20
Conforme a lo establecido en el artículo 90 de la Carta Política “los elementos
indispensables para imputar la responsabilidad al estado son: a) el daño antijurídico y b) la
imputabilidad del Estado”. Sentencia de 21 de octubre de 1999, Exps.10948-11643. Es, pues
“menester, que además de constatar la antijuridicidad del [daño], el juzgador elabore un
juicio de imputabilidad que le permita encontrar un título jurídico distinto de la simple
causalidad material que legitime la decisión; vale decir, ‘la imputatio juris’ además de la
‘imputatio facti’”. Sentencia de 13 de julio de 1993. En el precedente jurisprudencial
constitucional se sostiene: “En efecto, el artículo de la Carta señala que para que el Estado
deba responder, basta que exista un daño antijurídico que sea imputable a una autoridad
pública. Por ello, como lo ha reiterado esta Corte, esta responsabilidad se configura “siempre
y cuando: i) ocurra un daño antijurídico o lesión, ii) éste sea imputable a la acción u omisión
de un ente público”. Corte Constitucional, sentencias C-619 de 2002; C-918 de 2002.
21
“Toda acción administrativa concreta, si quiere tenerse la certeza de que realmente se trata
de una acción administrativa, deberá ser examinada desde el punto de vista de su relación
con el orden jurídico. Sólo en la medida en que pueda ser referida a un precepto jurídico o,
partiendo del precepto jurídico, se pueda derivar de él, se manifiesta esa acción como
función jurídica, como aplicación del derecho y, debido a la circunstancia de que ese
precepto jurídico tiene que ser aplicado por un órgano administrativo, se muestra como
acción administrativa. Si una acción que pretende presentarse como acción administrativa no
puede ser legitimada por un precepto jurídico que prevé semejante acción, no podrá ser
comprendida como acción del Estado”. MERKL, Adolfo. Teoría general del derecho
administrativo. México, Edinal, 1975, pp.212 y 213.
22
“Como también lo señala Hart, algunos iusfilósofos, por ejemplo Austin y Bentham, que
advirtieron que el concepto de obligación no se relaciona con estados psicológicos,
propusieron definir aquel concepto en relación, no a la creencia subjetiva de que se sufrirá
un daño si no se actúa, sino a la probabilidad objetiva de que una persona que no actúa de
cierta manera sufrirá un mal… Como conclusión Hart sostiene que, si bien hay en la idea de
obligación alguna relación con la probabilidad de sufrir un mal, lo decisivo para ese concepto
es la existencia de ciertas reglas o normas que permiten enjuiciar la conducta del individuo
obligado”. NINO, Carlos Santiago. Introducción al análisis del derecho. 1ª ed. Barcelona,
Ariel, 1983, pp.191-192.
patrimonial del Estado. Precisamente, en el precedente jurisprudencial
constitucional se sostiene,
“La superioridad jerárquica de las normas constitucionales impide al legislador diseñar un
sistema de responsabilidad subjetiva para el resarcimiento de los daños antijurídicos que
son producto de tales relaciones sustanciales o materiales que se dan entre los entes
públicos y los administrados. La responsabilidad objetiva en el terreno de esas relaciones
sustanciales es un imperativo constitucional, no sólo por la norma expresa que así lo
define, sino también porque los principios y valores que fundamentan la construcción del
Estado según la cláusula social así lo exigen”23.

Sin duda, en la actualidad todo régimen de responsabilidad patrimonial del Estado


exige la afirmación del principio de imputabilidad 24, según el cual, la indemnización
del daño antijurídico cabe achacarla al Estado cuando haya el sustento fáctico y la
atribución jurídica25. Debe quedar claro, que el derecho no puede apartarse de las
“estructuras reales si quiere tener alguna eficacia sobre las mismas” 26.

23
Corte Constitucional, sentencia C-043 de 2004.
24
En los términos de Kant, dicha imputación se entiende: “Imputación (imputatio) en sentido
moral es el juicio por medio del cual alguien es considerado como autor (causa libera) de
una acción, que entonces se llama acto (factum) y está sometida a leyes; si el juicio lleva
consigo a la vez las consecuencias jurídicas del acto, es una imputación judicial (imputatio
iudiciaria), en caso contrario, sólo una imputación dictaminadora (imputatio diiudicatoria)”.
KANT, I. La metafísica de las costumbres. Madrid, Alianza, 1989, p.35. En nuestro
precedente jurisprudencial constitucional se sostiene: “La jurisprudencia nacional ha
recabado en ello al sentar la tesis de que la base de la responsabilidad patrimonial del
Estado la constituye la imputabilidad del daño. En efecto, con fundamento en la
jurisprudencia del Consejo de Estado, la Corte Constitucional ha sostenido que la
responsabilidad patrimonial del Estado y de las demás personas jurídicas públicas se deriva
de la imputabilidad del perjuicio a una de ellas, lo cual impide extenderla a la conducta de los
particulares o a las acciones u omisiones que tengan lugar por fuera del ámbito de la
administración pública”. Corte Constitucional, sentencia C-254 de 2003.
25
El “otro principio de responsabilidad patrimonial del Estado es el de imputabilidad. De
conformidad con éste, la indemnización del daño antijurídico le corresponde al estado
cuando exista título jurídico de atribución, es decir, cuando de la voluntad del constituyente o
del legislador pueda deducirse que la acción u omisión de una autoridad pública compromete
al Estado con sus resultados”. Corte Constitucional, sentencia C-254 de 2003.
26
“Tenía razón Welzel al considerar que el Derecho debe respetar estructuras antropológicas
como la capacidad de anticipación mental de objetivos cuando se dirige al hombre mediante
normas. Desde luego, si el ser humano no tuviera capacidad de adoptar o dejar de adoptar
decisiones teniendo en cuenta motivos normativos, sería inútil tratar de influir en el
comportamiento humano mediante normas prohibitivas o preceptivas”. MIR PUIG, Santiago.
“Significado y alcance de la imputación objetiva en el derecho penal”, en Revista Electrónica
de Ciencia Penal y Criminología, 05-05-2003 [http://criminet.urg.es/recpc], pp.6 y 7.
En cuanto a esto, cabe precisar que la tendencia de la responsabilidad del Estado
en la actualidad está marcada por la imputación objetiva que “parte de los límites
de lo previsible por una persona prudente a la hora de adoptar las decisiones” 27.
Siendo esto así, la imputación objetiva implica la “atribución”, lo que denota en
lenguaje filosófico-jurídico una prescripción, más que una descripción. Luego, la
contribución que nos ofrece la imputación objetiva, cuando hay lugar a su
aplicación, es la de rechazar la simple averiguación descriptiva, instrumental y
empírica de “cuando un resultado lesivo es verdaderamente obra del autor de una
determinada conducta”28.

Esto, sin duda, es un aporte que se representa en lo considerado por Larenz


según el cual había necesidad de “excluir del concepto de acción sus efectos
imprevisibles, por entender que éstos no pueden considerarse obra del autor de la
acción, sino obra del azar”29. Con lo anterior, se logra superar, definitivamente, en
el juicio de responsabilidad, la aplicación tanto de la teoría de la equivalencia de
condiciones, como de la causalidad adecuada, ofreciéndose como un correctivo
de la causalidad, donde será determinante la magnitud del riesgo y su carácter
permisible o no30. Es más, se sostiene doctrinalmente “que la responsabilidad
27
“El Derecho se dirige a hombre y no a adivinos. Declarar típica toda acción que produzca
un resultado dañoso, aun cuando éste fuese imprevisible, significaría que la ley no tiene en
cuenta para nada la naturaleza de sus destinatarios; pues una característica del hombre es
precisamente la de que no puede prever más que muy limitadamente las consecuencias
condicionadas por sus actos. Vincular un juicio de valor negativo (el de antijuridicidad) a la
producción de un resultado que el hombre prudente no puede prever sería desconocer la
naturaleza de las cosas (más concretamente): la naturaleza del hombre”. GIMBERNAT
ORDEIG, E. Delitos cualificados por el resultado y relación de causalidad. Madrid, 1990,
pp.77 ss.
28
MIR PUIG, Santiago. “Significado y alcance de la imputación objetiva en el derecho penal”,
ob., cit., p.7.
29
LARENZ, K. “Hegelszurechnungslehre”, en MIR PUIG, Santiago. “Significado y alcance de
la imputación objetiva en el derecho penal”, ob., cit., p.7.
30
JAKOBS, G. La imputación objetiva en el derecho penal. Bogotá, Universidad Externado,
1994. Sin embargo, como lo sostiene el precedente de la Sala: “De conformidad con lo
dispuesto por el artículo 90 de la Constitución Política, el Estado tiene el deber de responder
patrimonialmente por los daños antijurídicos que le sean imputables, causados por la acción
u omisión de las autoridades públicas, norma que le sirve de fundamento al artículo 86 del
Código Contencioso Administrativo… No obstante que la norma constitucional hace énfasis
objetiva puede llegar a tener, en algunos casos, mayor eficacia preventiva que la
responsabilidad por culpa. ¿Por qué? Porque la responsabilidad objetiva, aunque
no altere la diligencia adoptada en el ejercicio de la actividad (no afecte a la
calidad de la actividad), sí incide en el nivel de la actividad (incide en la cantidad
de actividad) del sujeto productor de daños, estimulando un menor volumen de
actividad (el nivel óptimo) y, con ello, la ocurrencia de un número menor de
daños”31.

Dicha tendencia es la que marcó el precedente jurisprudencial constitucional, pero


ampliando la consideración de la imputación (desde la perspectiva de la
imputación objetiva) a la posición de garante donde la exigencia del principio de
proporcionalidad32 es necesario para considerar si cabía la adopción de medidas
razonables para prevenir la producción del daño antijurídico, y así se motivara el
juicio de imputación. Dicho juicio, en este marco, obedece sin lugar a dudas a un

en la existencia del daño antijurídico como fuente del derecho a obtener la reparación de
perjuicios siempre que el mismo le sea imputable a una entidad estatal, dejando de lado el
análisis de la conducta productora del hecho dañoso y su calificación como culposa o no,
ello no significa que la responsabilidad patrimonial del Estado se haya tornado objetiva en
términos absolutos, puesto que subsisten los diferentes regímenes de imputación de
responsabilidad al Estado que de tiempo atrás han elaborado tanto la doctrina como la
jurisprudencia”. Sentencia de 24 de febrero de 2005. Exp.14170.
31
MIR PUIGPELAT, Oriol. La responsabilidad patrimonial de la administración. Hacia un
nuevo sistema., ob., cit., p.171.
32
“El principio de proporcionalidad se compone de tres subprincipios: el principio de
idoneidad; el de necesidad y el de proporcionalidad en sentido estricto. Estos principios
expresan la idea de optimización... En tanto que exigencias de optimización, los principios
son normas que requieren que algo sea realizado en la mayor medida de lo posible, dadas
sus posibilidades normativas y fácticas. Los principios de idoneidad y de necesidad se
refieren a la optimización relativa a lo que es fácticamente posible por lo que expresan la
idea de optimalidad de Pareto. El tercer subprincipio, el de proporcionalidad en sentido
estricto, se refiere a la optimización respecto de las posibilidades normativas. Las
posibilidades normativas vienen definidas, fundamentalmente, por la concurrencia de otros
principios; de modo que el tercer subprincipio podría formularse mediante la siguiente regla:
Cuanto mayor ser el grado de la no satisfacción o del detrimento de un principio, mayor debe
ser la importancia de satisfacción del otro. Esta regla puede denominarse: “ley de la
ponderación” (subrayado fuera de texto). ALEXY, Robert. “Teoría del discurso y derechos
constitucionales”, en VASQUEZ, Rodolfo; ZIMMERLING, Ruth (Coords). Cátedra Ernesto
Garzón Valdés., ob., cit., p.62.
ejercicio de la ponderación33 que el juez está llamado a aplicar, de tal manera que
se aplique como máxima que: “Cuanto mayor sea el grado de la no satisfacción o
del detrimento de un principio, mayor debe ser la importancia de satisfacción del
otro” 34.

En ese sentido, el precedente jurisprudencial constitucional indica:

“… el núcleo de la imputación no gira en torno a la pregunta acerca de si el hecho era


evitable o cognoscible. Primero hay que determinar si el sujeto era competente para
desplegar los deberes de seguridad en el tráfico o de protección 35 frente a determinados
bienes jurídicos con respecto a ciertos riesgos, para luego contestar si el suceso era
evitable y cognoscible36. Ejemplo: un desprevenido transeúnte encuentra súbitamente en

33
“La ley de la ponderación pone de manifiesto que la ponderación puede fraccionarse en
tres pasos. El primero consiste en establecer el grado de insatisfacción o de detrimento del
primer principio; el segundo, consiste en establecer la importancia de la satisfacción del
segundo principio, que compite con el primero y, finalmente, el tercer paso consiste en
determinar si, por su importancia, la satisfacción del segundo principio justifica la no
satisfacción del primero”. ALEXY, Robert. “Teoría del discurso y derechos constitucionales”,
en VASQUEZ, Rodolfo; ZIMMERLING, Ruth (Coords). Cátedra Ernesto Garzón Valdés., ob.,
cit., p.64.
34
ALEXY, Robert. “Teoría del discurso y derechos constitucionales”, en VASQUEZ, Rodolfo;
ZIMMERLING, Ruth (Coords). Cátedra Ernesto Garzón Valdés., ob., cit., p.62. Sin embargo,
se advierte que Habermas ha planteado objeciones a la ponderación: “… la aproximación de
la ponderación priva de su poder normativo a los derechos constitucionales. Mediante la
ponderación –afirma Habermas- los derechos son degradados a nivel de los objetivos, de las
políticas y de los valores; y de este modo pierden la “estricta prioridad” característica de los
“puntos de vista normativos”. HABERMAS, Jürgen. Between Facts and Norms, Trad. William
Rehg, Cambridge, 1999, p.259. A lo que agrega: “… no hay criterios racionales para la
ponderación: Y porque para ello faltan criterios racionales, la ponderación se efectúa de
forma arbitraria o irreflexiva, según estándares y jerarquías a los que está acostumbrado”.
Para concluir que: “La decisión de un tribunal es en sí misma un juicio de valor que refleja,
de manera más o menos adecuada, una forma de vida que se articula en el marco de un
orden de valores concreto. Pero este juicio ya no se relaciona con las alternativas de una
decisión correcta o incorrecta”. HABERMAS, Jürgen. “Reply to Symposium Participants”, en
ROSENFELD, Michel; ARATO, Andrew. Habermas on Law and Democracy. Los Angeles,
Berkeley, 1998, p.430.
35
Deberes de protección que es “una consecuencia de la obligación general de garantía que
deben cumplir las autoridades públicas y se colige claramente de los artículos 2.3 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos y 25 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, que regulan el derecho a disponer de un recurso efectivo en caso de
violaciones a los derechos humanos”. CASAL H, Jesús María. Los derechos humanos y su
protección. Estudios sobre derechos humanos y derechos fundamentales. 2ª ed. Caracas,
Universidad Católica Andrés Bello, 2008, p.31.
36
Cfr. Günther Jakobs. Regressverbot beim Erfolgsdelikt.Zugleich eine Untersuchung zum
Gruñd der strafrechtlichen Haftung bei Begehung. ZStW 89 (i977). Págs 1 y ss.
la calle un herido en grave peligro (situación de peligro generante del deber) y no le
presta ayuda (no realización de la acción esperada); posteriormente fallece por falta de
una oportuna intervención médica que el peatón tenía posibilidad de facilitarle
trasladándolo a un hospital cercano (capacidad individual de acción). La muerte no le es
imputable a pesar de la evitabilidad y el conocimiento. En efecto, si no tiene una posición
de garante porque él no ha creado el riesgo para los bienes jurídicos, ni tampoco tiene
una obligación institucional de donde surja un deber concreto de evitar el resultado
mediante una acción de salvamento, el resultado no le es atribuible. Responde sólo por la
omisión de socorro y el fundamento de esa responsabilidad es quebrantar el deber de
solidaridad que tiene todo ciudadano”37.

A lo que se agrega por el mismo precedente,

“En la actualidad, un sector importante de la moderna teoría de la imputación objetiva (la


nueva escuela de Bonn: Jakobs, Lesch, Pawlik, Müssig, Vehling) estudia el problema
desde una perspectiva distinta a la tradicional de Armin Kaufmann: el origen de las
posiciones de garante se encuentra en la estructura de la sociedad 38, en la cual existen
dos fundamentos de la responsabilidad, a saber:
1) En la interacción social se reconoce una libertad de configuración del mundo
(competencia por organización) que le permite al sujeto poner en peligro los bienes
jurídicos ajenos; el ciudadano está facultado para crear riesgos, como la construcción de
viviendas a gran escala, la aviación, la exploración nuclear, la explotación minera, el
tráfico automotor etc. Sin embargo, la contrapartida a esa libertad es el surgimiento de
deberes de seguridad en el tráfico, consistentes en la adopción de medidas especiales
para evitar que el peligro creado produzca daños excediendo los límites de lo permitido.

37
Corte Constitucional, Sentencia SU-1184 de 2001. En la doctrina se afirma que la “posición
de garantía” debe modularse: “(…) todos deben procurar que su puño no aterrice
violentamente en la cara de su congénere, o que su dedo índice no apriete el gatillo de un
arma de fuego cargada apuntada sobre otra persona, etc. Sin embargo, también aparecen
sin dificultad algunos fundamentos de posiciones de garantía referidas a supuestos de
omisión: quien asume para sí una propiedad, debe procurar que de ésta no emanen riesgos
para otras personas. Se trata de los deberes de aseguramiento en el tráfico, deberes que de
modo indiscutido forman parte de los elementos de las posiciones de garantía y cuyo
panorama abarca desde el deber de aseguramiento de un animal agresivo, pasando por el
deber de asegurar las tejas de una casa frente al riesgo de que caigan al suelo hasta llegar
al deber de asegurar un carro de combate frente a la posible utilización por personas no
capacitadas o al deber de asegurar una central nuclear frente a situaciones críticas”.
JAKOBS, Günther. Injerencia y dominio del hecho. Dos estudios sobre la parte general del
derecho penal. 1ª reimp. Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 2004, p.16.
38
“En una sociedad de libertades, y, más aún, en una sociedad que además hace posibles
contactos en alto grado anónimos, es decir, en una sociedad que pone a cargo de los
ciudadanos la configuración del comportamiento a elegir, con tal de que ese comportamiento
no tenga consecuencias lesivas, la libertad decentral de elección debe verse correspondida,
en cuanto sinalagma, por la responsabilidad por las consecuencias de la elección”. JAKOBS,
Günther. Injerencia y dominio del hecho. Dos estudios sobre la parte general del derecho
penal., ob., cit., p.15.
Vg. Si alguien abre una zanja frente a su casa, tiene el deber de colocar artefactos que
impidan que un transeúnte caiga en ella. Ahora bien, si las medidas de seguridad
fracasan y el riesgo se exterioriza amenazando con daños a terceros o el daño se
produce – un peatón cae en la zanja- surgen los llamados deberes de salvamento, en
los cuales el sujeto que ha creado con su comportamiento peligroso anterior
(generalmente antijurídico) un riesgo para los bienes jurídicos, debe revocar el riesgo –
prestarle ayuda al peatón y trasladarlo a un hospital si es necesario- (pensamiento de la
injerencia). Esos deberes de seguridad en el tráfico, también pueden surgir por asunción
de una función de seguridad o de salvamento, como en el caso del salvavidas que se
compromete a prestar ayuda a los bañistas en caso de peligro.
Los anteriores deberes nacen porque el sujeto ha configurado un peligro para los bienes
jurídicos y su fundamento no es la solidaridad sino la creación del riesgo. Son deberes
negativos porque su contenido esencial es no perturbar o inmiscuirse en los ámbitos
ajenos. Corresponde a la máxima del derecho antiguo de no ocasionar daño a los
demás.
2) Pero frente a la libertad de configuración, hay deberes que proceden de instituciones
básicas para la estructura social (competencia institucional) y que le son impuestas al
ciudadano por su vinculación a ellas. Por ejemplo, las relaciones entre padres e hijos y
ciertas relaciones del estado frente a los ciudadanos. Estos deberes se caracterizan,
porque el garante institucional tiene la obligación de configurar un mundo en común con
alguien, de prestarle ayuda y protegerlo contra los peligros que lo amenacen, sin
importar que el riesgo surja de un tercero o de hechos de la naturaleza. Vg. El padre
debe evitar que un tercero abuse sexualmente de su hijo menor y si no lo hace, se le
imputa el abuso.
Los deberes institucionales se estructuran aunque el garante no haya creado el peligro
para los bienes jurídicos y se fundamentan en la solidaridad que surge por pertenecer a
ciertas instituciones básicas para la sociedad. Se trata de deberes positivos, porque
contrario a los negativos en los cuales el garante no debe invadir ámbitos ajenos, en
éstos debe protegerlos especialmente contra ciertos riesgos39”40.
16. En una teoría de la imputación objetiva construida sobre las posiciones de garante,
predicable tanto de los delitos de acción como de omisión, la forma de realización
externa de la conducta, es decir, determinar si un comportamiento fue realizado mediante
un curso causal dañoso o mediante la abstención de una acción salvadora, pierde toda
relevancia porque lo importante no es la configuración fáctica del hecho, sino la
demostración de sí una persona ha cumplido con los deberes que surgen de su posición
de garante”41.

Dicha formulación no debe suponer, lo que debe remarcarse por la Sala, una
aplicación absoluta o ilimitada de la teoría de la imputación objetiva que lleve a un
desbordamiento de los supuestos que pueden ser objeto de la acción de
39
Cfr. Günther Jakobs. Strafrecht Allgemeiner Teil.Die Grundlagen und die Zurechnungslehre
(studienausgabe). 2 Auflage.Walter de Gruyter.Berlin.New York. 1993.Pags. 796 y ss.
40
Corte Constitucional, sentencia SU-1184 de 2001.
41
Corte Constitucional, Sentencia SU-1184 de 2001.
reparación directa, ni a convertir a la responsabilidad extracontractual del Estado
como herramienta de aseguramiento universal 42, teniendo en cuenta que el riesgo,
o su creación, no debe llevar a “una responsabilidad objetiva global de la
Administración, puesto que no puede considerarse… que su actuación [de la
administración pública] sea siempre fuente de riesgos especiales” 43.

Debe, sin duda, plantearse un juicio de imputación en el que demostrado el daño


antijurídico, deba analizarse la atribución fáctica y jurídica en tres escenarios:
peligro, amenaza y daño. En concreto, la atribución jurídica debe exigir que sea en
un solo título de imputación, la falla en el servicio, en el que deba encuadrarse la
responsabilidad extracontractual del Estado, sustentada en la vulneración de
deberes normativos44, que en muchas ocasiones no se reducen al ámbito negativo,
sino que se expresan como deberes positivos en los que la procura o tutela eficaz
de los derechos, bienes e intereses jurídicos es lo esencial para que se cumpla
con la cláusula del Estado Social y Democrático de Derecho.

Así mismo, debe considerarse que la responsabilidad extracontractual no puede


reducirse a su consideración como herramienta destinada solamente a la
42
“La profesora BELADIEZ comparte sin reservas la preocupación por los excesos que
desfiguran la institución, admite que con alguna frecuencia se producen <<resultados
desproporcionados e injustos>> para la Administración e insiste en advertir que la
responsabilidad objetiva no es un seguro universal que cubra todos los daños que se
produzcan con ocasión de las múltiples y heterogéneas actividades que la Administración
lleva cotidianamente a cabo para satisfacer los interese generales”. LEGUINA VILLA, Jesús.
“Prólogo”, en BELADIEZ ROJO, Margarita. Responsabilidad e imputación de daños por el
funcionamiento de los servicios públicos. Con particular referencia a los daños que ocasiona
la ejecución de un contrato administrativo. Madrid, Tecnos, 1997, p.23.
43
MIR PUIGPELAT, Oriol. La responsabilidad patrimonial de la administración. Hacia un
nuevo sistema., ob., cit., p.204.
44
Merkl ya lo señaló: “El hombre jurídicamente puede hacer todo lo que no le sea prohibido
expresamente por el derecho; el órgano, en fin de cuentas, el estado, puede hacer
solamente aquello que expresamente el derecho le permite, esto es, lo que cae dentro de su
competencia. En este aspecto el derecho administrativo se presenta como una suma de
preceptos jurídicos que hacen posible que determinadas actividades humanas se atribuyan a
los órganos administrativos y, en último extremo, al estado administrador u otros complejos
orgánicos, como puntos finales de la atribución. El derecho administrativo no es sólo la
conditio sine qua non, sino condijo per quam de la administración”. MERKL, Adolfo. Teoría
general del derecho administrativo. México, Edinal, 1975, p.211.
reparación, sino que debe contribuir con un efecto preventivo que permita la
mejora o la optimización en la prestación, realización o ejecución de la actividad
administrativa globalmente considerada.

En los anteriores términos, la responsabilidad extracontractual del Estado se


puede configurar una vez se demuestre el daño antijurídico y la imputación (desde
el ámbito fáctico y jurídico). Conforme al anterior esquema se analizará el caso a
resolver.

5.2 Imputación de responsabilidad en el caso concreto

El presente caso, como en otros en los que se trató de desbordamientos e


inundaciones45, se estudiará bajo el título de la falla en el servicio, en atención a
que la parte actora adujo en su escrito de demanda que se presentaron omisiones
por parte de la entidades demandadas en la consecución de sus obligaciones
tendientes a mantener, controlar y prevenir medidas para la conservación de la
vía, los ductos de agua y la limpieza de la calle que ocasionó el represamiento de
agua en la misma y, generó la muerte por ahogamiento de las tres víctimas.

Para el examen, la Sub-sección en el caso concreto (en sus dos extremos: ámbito
fáctico y atribución jurídica) precisa determinar las circunstancias de tiempo, modo
y lugar, y su encaje en los criterios con base en los cuales se puede establecer
[bien sea se acredite una, varias, o todas ellas] la existencia de la omisión por
parte de las entidades demandadas en el fallecimiento de los tres ocupantes del
taxi como consecuencia de la lluvia que se desató entre el anochecer del día 16 y
la madrugada del 17 de septiembre de 1988.

45
Sentencia de 10 de septiembre de 1993, expediente: 6144; sentencia de 20 de septiembre
de 2007, expediente: 16014; sentencia de 22 de abril de 2009, expediente: 17000; sentencia
de 9 de junio de 2010, expediente: 18375.
1. Dentro del proceso se encuentra probada la existencia de precipitaciones de
agua lluvia en horas de la noche del día 16 y la madrugada del 17 de septiembre
de 1988 en la ciudad de Medellín, así como el rescate de los cuerpos sin vida de
los tres ocupantes del taxi. Lo anterior se sustenta con el oficio No. 188 del
Departamento de Bomberos con fecha de 7 de noviembre de 1990 dirigido al
Abogado de la Alcaldía de Medellín en el que se informó lo siguiente:

“(…) Al finalizar la noche del día 16 de septiembre del año 1988 y en toda la madrugada
del día 17, se atendieron inundaciones en todo el sector suroccidental del Área
Metropolitana, siendo los barrios más afectados (…) Como consecuencia del fuerte
aguacero se presentaron innumerables contratiempos de todo tipo, árboles caídos,
deslizamientos, etc.
En resumidas cuentas, se desbordaron el Río Medellín, Las Quebradas la Picacha, La
Iguaná, La Hueso, y otros afluentes de menor cauce.
Este caso fue algo excepcional que le ocurrió a la Ciudad esos días, ya que a nadie en el
Departamento de Bomberos, le había tocado atender un caso de tales magnitudes (…)
(Fl. 80 expediente: 901145)

Así mismo en el escrito de 26 de febrero de 1993 el Jefe del Departamento de


Bomberos informó lo siguiente: (Fl. 171 expediente: 901145)

“(…) 1.1. El día 17 de septiembre de 1988 por llamada recibida a las 2:14 a.m., se atendió
una inundación en la carrera 63 calles 43 y 44 y en todo el sector Occidental de la ciudad.
1.2. De las aguas represadas en el lugar se rescataron tres (3) cadáveres.
1.2.1 En el momento del rescate se pudo constatar que los cadáveres correspondían a
los nombre de JESÚS MARÍA VELÁSQUEZ ZAPATA (conductor), LUÍS HUMBERTO
POSADA y un NN.
1.2.2. Los cadáveres se encontraron dentro del vehículo tipo Taxi de placas TI-2122.
1.3. La inundación se debió a un fenómeno sobrenatural, donde la fuerte lluvia que se
precipitó sobre el sector occidental de la ciudad, arrastró de las laderas lodo, piedras y
árboles.
1.4. Una vez revisados los archivos de la institución, no se pudo constatar que con
anterioridad o posterioridad se haya atendido un caso similar en esa dirección. (…)”.

Por último, con oficio de 30 de abril de 1993 el Departamento de Bomberos de


Medellín allegó copia de las anotaciones realizadas en la minuta en los días 16 y
17 de septiembre de 1988 (Fls. 226 a 236 expediente 901146). Se observa una
anotación a las 12.00 p.m. mediante el cual indicaron que en todo el sector
occidental del área metropolitana hubo una serie de inundaciones que afectaron
algunos barrios, viviendas y vehículos e informaron que: “(…) en el paso del
deprimido del sector adyacente al puente de San Juan Avenida Bolivariana,
también varios vehículos quedaron atrapados allí hubo tres (3) personas
ahogadas (…)”

2. Ahora bien, dentro de los hechos se estableció que la muerte de los tres
ocupantes del taxi ocurrió en la carrera 63 D entre calles 42 a 44 de la ciudad de
Medellín, vía que es de propiedad del municipio, tal como se consignó en escrito
de 24 de marzo de 1993 suscrito por el Alcalde de Medellín de aquella época. Así
mismo, expresó que las obras de la vía fueron realizadas por Instituto
Metropolitano de Valorización (INVAL) en 1972. (Fls. 187 a 189 expediente:
901146)

3. En todo el proceso, conforme al acervo probatorio, se observa que la


inundación de la vía en la cual murieron los tres ocupantes del taxi, se debió al
desbordamiento de algunas quebradas que se encuentran cercanas al lugar. Lo
anterior, se sustenta con lo siguiente:

a. El informe del Departamento de Bomberos de la ciudad de Medellín de fecha 7


de noviembre de 1990 (Fl. 80 expediente: 901145) antes mencionado.

b. La Alcaldía de Medellín mediante escrito del 24 de marzo de 1993 (Fls. 187 a


189 expediente: 901146) informó que:

“(…) 2.3. La Secretaría de Obras Públicas del Municipio de Medellín, sí adelantó trabajos
en la dirección mencionada atendiendo la emergencia invernal presentada durante la
noche del 16 al 17 de septiembre. El equipo que se desplazó hacia el sitio para la
atención de la emergencia fue (…):
Se anexa copia de los informes que posee la Secretaría de Obras Públicas, sobre la
atención de emergencia. En esa noche, los desbordamientos de quebradas, fueron
generalizados obligando a un despliegue de equipo y personal que no aceptaba un único
funcionario al mando, sino que, por el contrario, el personal técnico tenía que desplazarse
continuamente para cubrir los inmensos requerimientos de atención (…)”. (Subrayado por
la Sala)

Debe recordarse que la parte actora dentro de su demanda mencionó que el 22 de


noviembre de 1988 (dos meses posteriores a la muerte de los señores) ocurrió
una situación similar a la acaecida los días 16 y 17 de septiembre de 1988. De
acuerdo con lo anterior, se solicitó a la Alcaldía municipal informar si para esa
fecha se presentó nuevamente un represamiento de las aguas en el paso
deprimido localizado en el sitio del accidente donde obligó a la Secretaría
desplazar allí al personal y equipos para las labores de destaponamiento.
Conforme a dicha pregunta la Alcaldía respondió:

“(…) 2.4. Sí. Se desplazó equipo y personal de la Secretaría de Obras Públicas del
Municipio de Medellín, para atender la emergencia del 22 de noviembre, pero de menor
magnitud a la que se presentó el 17 de septiembre de 1988. Se anexa copia de los
recursos movilizados, para cubrir las zonas donde se presentaron nuevas emergencias,
anotando que en esta ocasión se afectaron los barrios del sector oriental de la ciudad y el
corregimiento de San Antonio de Prado (…)”. (Subrayado por la Sala)

c. Con las declaraciones de Juan Alberto Ramírez (Fls. 249 a 254 expediente
901145) quien para el momento de los hechos era ingeniero civil y trabajaba en
Empresas Públicas de Medellín; Hernando Bedoya Neira (Fls. 283 y 284
expediente 901145) quien para la época de la declaración laboraba en Empresas
Varias de Medellín; Pedro Antonio Berdugo (Fls. 249 a 251 expediente 901147)
Ingeniero Civil y quien para el momento de los hechos trabajaba en Secretaría de
Obras Públicas; Alonso Sierra Ramírez (Fls. 252 a 254 expediente 901147) quien
para la época de la declaración trabajaba en las Empresas Públicas como jefe de
sección de daños alcantarillado y, Oscar Enrique Sánchez (Fls. 289 a 292
expediente 901147) quien era Bombero para la época de los hechos, indicaron
que la inundación de la vía se generó por el desbordamiento de las quebradas
tales como la Matea, la Picacha, la Magdalena, entre otras, que se encuentran
cerca de la vía. Estas declaraciones se plasmarán más adelante.
4. Con ocasión del desbordamiento de las quebradas, éstas arrastraron un
sinnúmero de materiales sólidos, hojas, basura y escombros a la vía, (de acuerdo
con los informes del Departamento de Bomberos de Medellín y las declaraciones),
lo que obligó a las autoridades iniciar los trabajos necesarios para el rescate de los
cuerpos sin vida, así como de varios vehículos que quedaron atrapados en la vía.
También fue necesaria la realización de los trabajos para la adecuación de
estructuras hidráulicas y reparación del tramo vial.

5. Teniendo en cuenta los hechos acaecidos los días 16 y 17 de septiembre de


1988, el Alcalde municipal mediante el Decreto 560 del 17 de septiembre de 1988
declaró la emergencia de la ciudad de Medellín en atención a las siguientes
consideraciones: (Fls. 222 a 224 expediente: 901146)

“(…) Que el día 17 de septiembre a raíz de las fuertes precipitaciones pluviales, se


presentó el desbordamiento de un sin número de quebradas en la ciudad de Medellín.
Que lo anterior ha originado una situación de emergencia y catástrofe en la ciudad, lo que
conlleva a la necesidad de tomar medidas que conjuren los efectos de las mismas (…)”.

Por lo anterior decretó lo siguiente:

“(…) ARTÍCULO 1°: Declárese en emergencia la ciudad de Medellín.


ARTÍCULO 2°: En desarrollo de dicha emergencia el Ejecutivo Municipal podrá tomar las
siguientes medidas:
1° Ordenar el inmediato derribo de edificios u obras cuando sea necesario.
2° Ordenar la construcción de obras y la realización de tareas indispensables para
impedir, disminuir o detener los daños ocasionados o que puedan ocasionarse.
3° Impedir o reglamentar en forma especial la circulación de vehículos y de personas en
la zona afectada o establecer ese tránsito por predios particulares.
4° Ordenar la desocupación de casas, almacenes y tiendas o su sellamiento.
5° Desviar el cauce de las aguas.
(…)
8° Reglamentar en forma extraordinaria servicio públicos tales como los de energía
eléctrica, acueductos, teléfonos y transportes de cualquier clase. (…)” (Subrayado por la
Sala)
6. Ahora bien, se allegó al proceso tres informes respecto de las precipitaciones
ocurridas el día de los hechos por parte del HIMAT y de EMPRESAS PÚBLICAS
DE MEDELLÍN. En ellos se indicó lo siguiente:

a. Mediante oficio del 12 de enero de 1993 el HIMAT allegó certificado del estado
del tiempo de los días 16 y 17 de septiembre de 1988. (Fls. 184 y 185 expediente:
901147)

“(…) CERTIFICA
Que en la ciudad de Medellín, de acuerdo a los datos registrados en la estación
meteorológica Aeropuerto OLAYA HERRERA (…) el comportamiento de la precipitación
durante la noche del día 16 de septiembre de 1988 y las primeras horas del día siguiente
(17 de septiembre de 1988) fue el siguiente:

Se registraron 10.5 mm. De precipitación entre las 23:10 HLC del día 16 y las 02:00 HLC
del día 17 de septiembre de 1988. La mayor intensidad (9.3 mm) se presentó entre las
00.00 y las 01:00 HLC del día 17.

CONVENCIONES
HLC; Hora legal colombiana
Mm: milímetros
Un milímetro de precipitación equivale a un litro de agua por metro cuadrado de superficie
o a diez (10) metros cúbicos de agua por hectárea (…)”. (Subrayado por la Sala)

b. El jefe del Departamento de Hidrometría e Instrumentación de las Empresas


Públicas de Medellín informó al Departamento jurídico de la Alcaldía de Medellín
con oficio No. 303404 de 7 de noviembre de 1990 lo siguiente: (Fls. 81 y 82
expediente 901145, Fls. 2187 y 218 expediente 901146)

“(…) Las Empresas Públicas no tienen instalados pluviógrafos (…) en inmediaciones del
deprimido de la carrera 63D, entre calles 42 y 44. Por lo tanto no nos es posible verificar
cual fue la magnitud ni la intensidad de la lluvia presentada en dicho sitio durante los días
16 y 17 de septiembre de 1988.

(…) En el pluviógrafo ubicado en la planta de tratamiento de aguas del corregimiento de


San Cristóbal, cuenca de la quebrada la Iguaná, se registró una precipitación de 68.2 mm
en 40 minutos de las 23:45 horas del día 16 a las 00:25 del día 17. Tormentas de esta
magnitud tienen un intervalo de ocurrencia de 10 años aproximadamente.
Lo anterior parece indicar que el núcleo de la tormenta registrada entre el anochecer del
16 y el amanecer del 17 de septiembre de 1988 se presentó en las cabeceras de las
quebradas de la margen occidental en la zona central del Valle de Aburrá. (…)”
(Subrayado por la Sala)

c. Mediante escrito del 4 de marzo de 1993 (Fls 175 y 176 C.1) el Jefe del
Departamento de Hidrometría e Instrumentación de las Empresas Públicas de
Medellín dio respuesta a la solicitud en los siguientes términos:

“(…) de acuerdo con los registros de la estación pluviográfica ubicada en la Planta de


Tratamiento del Corregimiento de San Cristóbal, la precipitación ocurrida en cercanías de
la citada estación entre las 23:45 horas del día 16 de septiembre de 1988 y las 00:25
horas del día 17 de septiembre del mismo año, fue de 68.2 milímetros, con una intensidad
media de 102.3 mm/hora. La alta intensidad de esta tormenta y el tipo de registrador
instalado en San Cristóbal imposibilitan precisar el comportamiento de la tormenta (la
variación de su intensidad) dentro del intervalo de tiempo anotado.
Un análisis de intensidad –frecuencia –duración de las máximas tormentas anuales
registradas en más de 40 años de historia en la Estación San Cristóbal indica que
tormentas de esta duración e intensidad tienen un periodo de ocurrencia de alrededor de
100 años.

HORA PRECIPITACIÓN ACUMULADO


INTENSIDAD PROMEDIA EN EL
(mm) INTERVALO (mm/hora)

23:45 0.0. -
00:25 68.2 102.3
00:45 71.2 9.0
01:15 72.7 3.0
01:45 74.2 3.0
02:00 74.5 1.2 (…)”

Los anteriores documentos reportan el registro de las precipitaciones ocurridas los


días 16 y 17 de septiembre de 1988 en sitios distintos al lugar donde perecieron
los tres ocupantes del taxi. Es así como los registros se obtienen de los
pluviógrafos cercanos al Aeropuerto Olaya Herrera y de la Planta de Tratamiento
del Corregimiento de San Cristóbal. Téngase en cuenta que los dos últimos oficios
son suscritos por Empresas Públicas de Medellín, entidad que en el presente caso
es parte demandada.
También es importante resaltar que el certificado emitido por el HIMAT (Instituto
Colombiano de Hidrología, Meteorología y Adecuación de Tierras) no da cuenta
del grado de intensidad de las precipitaciones, esto es, si fue moderado, normal,
fuerte, etc.

Dentro del análisis conjunto y armónico del acervo probatorio, cabe resaltar la
valoración de los testimonios recepcionados dentro del proceso:

a. Juan Alberto Ramírez (Fls. 249 a 254 expediente 901145) quien para el
momento de los hechos era ingeniero civil y trabajaba en Empresas Públicas de
Medellín

“(…) PREGUNTADO: Qué sabe usted sobre la muerte de tres personas que se
movilizaban en el vehículo el 17 de septiembre de 1988, por la carrera 63 D, entre calles
43 y 44 de esta ciudad? CONTESTO: En esa dirección, a fines del 88, debido a una
inundación que se presentó en el deprimido de la Bolivariana, se ahogaron varias
personas. PREGUNTADO: Usted sabe qué labores de limpieza, con posterioridad a ese
hecho, se realizaron por parte de las Empresas Públicas de Medellín? CONTESTO: Con
los equipos hidrodinámicos, conocidos con el nombre de “VACTOR”, se procedió a la
evacuación del agua y la limpieza de los sumideros de aguas lluvias. PREGUNTADO: A
quién le corresponde el mantenimiento de los sumideros de aguas lluvias? CONTESTO:
el mantenimiento de los sumideros de aguas lluvias le corresponde a las Empresas
Públicas. (…) PREGUNTADO: Durante el tiempo en que usted ha laborado en las
Empresas Públicas de Medellín, recuerda que les haya tocado atender otra
emergencia de esta magnitud del caso que nos ocupa en este momento y en ese
mismo lugar? CONTESTO: Sí, en varias oportunidades el deprimido de la
Bolivariana se ha inundado, pero con la salvedad de que no se han presentado
muertes. PREGUNTADO: Ha habido diferencias entre las otras inundaciones y la
que hubo el 17 de septiembre de 1988, en cuanto a la magnitud y otros aspectos
que valga la pena mencionar? CONTESTO: Las características son exactamente las
mismas. Siempre se ha presentado acumulación de sólidos, Barro, basura como
plásticos, palos, escombros, etc. (…) PREGUNTADO: Quien construyó los sumideros
de aguas lluvias de esa vía, si lo sabe? CONTESTO: El drenaje del deprimido lo
construyó valorización con Interventoría de la Empresa, por solicitud de la Secretaría de
Obras Públicas. PREGUNTADO: Se han hecho estudios técnicos en las Empresas
Públicas de Medellín, sobre la obstrucción frecuente que se presenta en esa vía?
CONTESTO: Siempre que se desbordan las quebradas “’LA PICACHA” o la “MATEA” o la
“MAGDALENA”, se presenta este tipo de inundación en el deprimido. Si esas tres
quebradas no se salen de su cauce, hasta la fecha no se han presentado problemas. (…)
la única causa es la llegada de sólidos procedentes de esas quebradas. El estudio es que
cuando se desbordan, vamos y miramos. (…) PREGUNTADO: Usted recuerda si el día
17 de septiembre de 1988, las quebradas que mencionó se desbordaron?
CONTESTO: Sí, recuerdo que las tres quebradas, inclusive fuera de “LA PICACHA”,
la “MATEA” y la “MAGDALENA”, se salieron la “ALTAVISTA” (…) PREGUNTADO: En
ese sector qué quebradas pasan? CONTESTO: Por el norte del deprimido pasa la
quebrada LA PICACHA. La quebrada LA PICACHA está canalizada, no está cubierta. La
quebrada LA MATEA que baja por la avenida Bolivariana, por la circular primera,
intercepta la avenida Bolivariana y luego cae en la PICACHA. Es un afluente de la
Picacha y viene cubierta. La quebrada LA MATEA, auncuando (sic) viene en dirección
casi hacia el centro del deprimido, se debía una cuadra antes hacia el Sur, luego sigue LA
MAGDALENA, que cruza aproximadamente por la carrera 71 a San Juan. El agua
procedente de esta quebrada baja por San Juan y cae al deprimido. En mi concepto, esas
son las tres quebradas que afectan el deprimido. PREGUNTADO: Usted recuerda si en
ese mes del año, particularmente ese día, la precipitación de lluvias mostró índices
elevados comparativamente con los que normalmente se presentan en la ciudad de
Medellín? CONTESTO: Se que en año ochenta y ocho, si no fue el invierno más fuerte
que hasta ahora ha sucedido, es de los más fuertes. PREGUNTADO: En las evaluaciones
que se han efectuado, respecto de las inundaciones que se han presentado en el
deprimido que hemos referido en esta diligencia, qué recomendaciones se han
presentado a efecto de que esas inundaciones no se presenten? CONTESTO: Sobre las
tres quebradas que mencioné anteriormente, existen problemas de insuficiencia
hidráulica, así por ejemplo: en la calle 33 con la 66 B, y sobre la quebrada LA PICACHA,
existen o existían mejor, en esa época, dos puentes cuya canalización era en forma de
bóveda; toda la basura, escombros y árboles que arrastra la quebrada, se
atrancaban en esos dos puentes, ocasionando por consiguiente las inundaciones
de ese punto para abajo, vías, sótanos, etc . En ese momento, se cambiaron los dos
puentes por estructuras que tienen mayor capacidad hidráulica. Esa era una de las
recomendaciones para esa quebrada. La quebrada la MATEA, también presenta
insuficiencia hidráulica. En ese momento la Secretaría de Obras Públicas, a quien
corresponde el mantenimiento de esas quebradas, le cambió dos tramos de esa
quebrada. Auncuando (sic) consideramos que se debe revisar de ahí para abajo, porque
creemos que aún sigue insuficiente. Esto lo está estudiando la Secretaría de Obras
Públicas. La quebrada LA MAGDALENA, La Secretaría de Obras Públicas trató de hacer
el trabajo o sea el cambio de la sección, por medio de valorización, pero no fue
aprobado. Eso es lo que se ha sugerido para evitar las inundaciones en el deprimido
(…)”.

Pregunta la apoderada de las Empresas Públicas de Medellín (…) PREGUNTADO: Usted


estuvo en el deprimido en cuestión esa noche o al amanecer del tro (sic) día y díganos
qué vio en vías aledañas al mismo que pudieran afectar el tránsito vehicular?
CONTESTO: El día, cuando se iniciaron las labores de limpieza, pude constatar que las
vías tenían lodo, palos, escombros y basuras y que era similar a lo que la quebrada
estaba arrastrando. PREGUNTADO (…) sírvase indicarnos qué tipo de material había en
ese deprimido? CONTESTO: Sí yo estuve en el deprimido y encontré que en el deprimido
había lodo, había escombros, había palos, había basura, había una silla desbaratada
(…)”.
Pregunta el apoderado de la parte demandante: “(…) PREGUNTADO: Díganos cuál es el
motivo para que las quebradas LA PICACHA y LA MATEA, encontrándose protegidas, se
presentan desbordamientos de las mismas en el trayecto hacia su desembocadura al río
Medellín? CONTESTO: (…) La quebrada LA PICACHA no está cubierta. Como dije
anteriormente, la Picacha está canalizada o sea que tiene únicamente placas laterales,
sin ninguna cubierta, además, con zonas verdes. El desbordamiento de esta quebrada se
ocasionaba, en esa fecha del ochenta y ocho, debido a que el paso por los puentes de
la calle 33 con la 66B, era insuficiente; al llegar las basuras los árboles, los
escombros que arrastraba la quebrada y al construirse estos dos puentes, se
derrama por encima, ocasionando las inundaciones que tratamos. El caso de la
quebrada La Matea, es distinto, porque esta quebrada, sí está cubierta (…) pero
debido a que la cobertura debe tener cámaras de inspección, para poderle hacer
mantenimiento o revisión cuando trabaja a presión, las tapas se levantan y por allí
sale todo el caudal de agua. PREGUNTADO: Qué medidas de carácter preventivo y
después de la muerte de los señores el día 17 de septiembre de 1988, ha tomado las
Empresas Públicas de Medellín para que ante situaciones análogas, se eviten con
posterioridad resultados tan funestos? CONTESTO: Las Empresas Públicas (…)
consideró de que las secciones de la Picacha, La Magdalena y La Matea, se debían
cambiar, porque no hay estructura hidráulica a costos razonables que sirven para evacuar
estos volúmenes de agua con toda la basura y escombros que esto trae. PREGUNTADO:
Estas medidas son competencia de las Empresas Públicas? CONTESTO: Estas medidas
no son competencia de Empresas Públicas. El mantenimiento de las quebradas le
corresponde a la Secretaría de Obras Públicas de Medellín. Ella ya acometió
parcialmente el de la Matea. PREGUNTADO: Qué grado de compromiso tiene las
Empresas Públicas en la solución a este problema, en específico en lo que se refiere con
los sumideros de agua en su cantidad y mantenimiento en el lugar de los hechos?
CONTESTO: Las Empresas Públicas, como dije anteriormente, desde mil novecientos
ochenta y cinco, la construcción, reconstrucción y mantenimiento de los sumideros de
aguas lluvias. Los sumideros del deprimido, consideramos que son suficientes para
evacuar el agua lluvia procedente de la vía, porque ellos se diseñan para esta finalidad,
no para evacuar volúmenes tan altos, como son los procedentes de las quebradas (…)”.
(Subrayado por la Sala)

b. Declaración de Hernando Bedoya Neira (Fls. 283 y 284 expediente 901145) y


quien para la época de la declaración laboraba en Empresas Varias de Medellín

Lo interroga la apoderada de las Empresas Varias de Medellín. “(…) PREGUNTADO:


Antes de esta inundación, en este sector hubo otras, o si es normal que cada que
hay invierno en la ciudad se inunde este tramo? CONTESTO: Sí, es muy normal que
este tramo y otros se inunde, cuando se presenta un aguacero de esa magnitud,
pero no exactamente que tenga que presentarse aquí en Medellín el aguacero, sino que
al crecerse el Río Medellín y llegar a un determinado nivel las aguas, por una falla que
considero yo, estructural, en la construcción de esas depresiones, el agua del río se viene
por las alcantarillas y es así como se presentan estas inundaciones de magnitud
alarmantes. Estos casos se han presentado también como decía, en otros sectores (…)”
(Subrayado por la Sala)

c. Declaración de Pedro Antonio Berdugo (Fls. 249 a 251 expediente 901147)


Ingeniero Civil, quien para la época de los hechos trabajaba para la Secretaría de
Obras Públicas del municipio de Medellín:

“(…) PREGUNTADO: Sírvase decirnos cómo se enteró ud. del accidente ocurrido al
amanecer del 17 de septiembre de 1988 en la cra. 63B entre calles 42 y 44 de esta
ciudad en la cual pereció ahogado el sr. MARCO FIDEL SUAREZ ALZATE. RESPONDE:
Esa noche fui llamado a mi casa por la Scria de Obras Públicas para atender la
emergencia que en la ciudad se estaba presentando debido al fuerte aguacero que había
caído en la ciudad; lo cual ocasionó el desbordamiento de muchas quebradas en el
occidente de Medellín en compañía de varios miembros del Comité de Emergencia
Metropolitano COME, hicimos un recorrido a las partes más afectadas de la ciudad
entre ellos el barrio la Iguaná, sector del estadio con la quebrada la hueso, y
pasamos también por los deprimidos de San Juan con la dirección antes citada, allí
encontramos los bomberos quienes adelantaban la diligencia de rescate de un
vehículo si mal no recuerdo SIMCA, que había quedado atrapado en ese lugar, Así
me enteré del accidente.

La apoderada del Municipio pregunta (…) PREGUNTADO: Sírvase decirle al despacho,


por que (sic) razón fue ud llamado esa noche (…) CONTESTÓ: Yo en ese momento
trabajaba en el Dto de Diseño de la Scria de Obras Públicas y como tal hacía parte del
Comité de Emergencia Metropolitano y dada la gravedad de los hechos que estaban
sucediendo en la ciudad ocasionadas por las inundaciones de las distintas quebradas del
occidente de la misma, fui llamado por mi jefe inmediato (…) Scro de obras públicas en
ese entonces. PREGUNTADO: Sírvase decir si se presentaron cuadrillas o grupos de
trabajo para atender la emergencia y en qué forma trabajó el Mcpio de Medellín en ese
aspecto. RESPONDE: Sí, todas las cuadrillas de obras públicas tanto las dedicadas a
pavimento como las del Dpto de construcción y sostenimiento fueron movilizadas con el
equipo disponible de retroexcavadora, nivelaciones, cargadores, para prestar ayuda en
esta emergencia, personalmente comandaba las cuadrillas. (…) PREGUNTADO: Sírvase
decirnos si ese día de la tragedia, el flujo de aguas podía ud considerarlo como fuerte
aguacero, normal, en qué condiciones podría decirnos qué pasó esa noche. RESPONDE:
El aguacero de esa noche fue tan fuerte como hacía mucho tiempo no se veía en
Medellín, lo cual ocasionó el desbordamiento de la mayoría de las quebradas que quedan
hacia el occidente, entre las que recuerdo, la Iguaná, la Hueso y otras que se me
escapan; las cuales se desbordaron e inundaron muchas partes de la ciudad (…) y fue tal
la magnitud de este problema, que los contratistas de la ciudad aportaron maquinaria y
equipo para evacuar el barro, el lodo y las basuras que estas inundaciones dejó en la
ciudad y que ni EEPP ni Obras públicas con el equipo que tenía alcanzaban a evacuar
estas basuras y escombros. (…) PREGUNTADO: A qué considera ud que obedeció el
represamiento en ese sector de San Juan. RESPONDE: Obedeció a la gran cantidad de
agua y sedimento que la misma arrastró lo cual tapó las rejillas de los sumideros en
muchas partes de la ciudad y el agua no podía ser evacuada, eso ocasionó dicho
represamiento y embotamiento de agua (…)”. (Subrayado por la Sala)

d. Alonso Sierra Ramírez (Fls. 252 a 254 expediente 901147) quien para la época
de la declaración trabajaba en las Empresas Públicas como jefe de sección de
daños alcantarillado

“(…) preguntado: Sírvase describirnos cuál era el nivel de inundación que presentaba el
sitio de los hechos y cuál fue la causa para ello. RESPONDE: El nivel de inundación no
tengo referencias exactas de la altura de la cual llegaba el agua en el deprimido, por las
señas que daba el agua en los tanques de contención del deprimido si era suficiente para
tapar un carro o un vehículo. La causa fue el inesperado desbordamiento de varias
quebradas que contribuyó a aumentar el caudal. PREGUNTADO: Sírvase decirnos si
el deprimido tiene y tenía en esa época sistemas de desagües y si estaba
funcionando bien? RESPONDE: El deprimido sí tenía en ese entonces y tiene
actualmente un sistema de drenaje que es suficiente para las aguas lluvias que
caen en el área de influencia del sector, más no para otros caudales que puedan
aportar de quebradas que se desborden (…)”.
El apoderado de EEPP pregunta (…) PREGUNTADO: Al hacer las limpiezas del sumidero
encontraron material sólido que obstruyeran los sumideros del deprimido vial?
RESPONDE: Se encontró mucho material de sólidos arrastrado por el caudal de las
quebradas que se desbordaron y que taparon los sumideros, piedras, palos,
cascago en general, otras basuras. (…) PREGUNTADO: De acuerdo con su
experiencia, cada vez que se presenta un aguacero se presentan dichos síntomas o es
necesario que este se salga de lo común para que suceda. RESPONDE: Es necesario
que el aguacero sea de una intensidad fuerte, para que ocurra ese fenómeno de
desbordamiento de las quebradas. Una lluvia fuera de lo normal, de los términos medios
para que ocurra ese desbordamiento.

Pregunta el apoderado de la parte demandante: (…) PREGUNTA: Sabe ud. Si las


quebradas a las que se refirió han presentado desbordamientos por aguaceros que
han caído sobre la ciudad y que se salen de lo normal. RESPONDE: Si. PREGUNTA:
El deprimido vial al que nos referimos en esta diligencia, ha presentado otros
represamientos de aguas diferentes al del 17 de septiembre de 1988. RESPONDE:
Sí, han presentado inundaciones el deprimido acompañado por el fenómeno de
desbordamiento de las quebradas citadas. PREGUNTADO: Díganos de acuerdo a sus
conocimiento (sic) técnicos si ese paso deprimido es un caldo de cultivo para que cada
que se opere un desbordamiento de estas quebradas se presente el represamiento de
aguas. RESPONDE: Sí, el represamiento de las quebradas es de una magnitud tal que
inopere el drenaje del deprimido se va a presentar las inundaciones del mismo (…)”
(Subrayado por la Sala)
e. Oscar Enrique Sánchez (Fls. 289 a 292 expediente 901147) quien era Bombero
para la época de los hechos.

“(…) PREGUNTADO: Eran o son frecuentes ese tipo de inundaciones sobre todo en ese
lugar de los hechos? CONTESTÓ: De pronto inundaciones como las que hubieron (sic)
en ese día yo no las había llegado a ver en Medellín ni antes ni después. Porque ese día
fue un día de inundarse todos los barrios (…) noroccidental de la ciudad, hasta tal punto
que barrios que yo nunca había visto en los años que llevo trabajando en el dpto de
bomberos fueron inundados a consecuencia del aguacero que cayó esa tarde.
Inundaciones si las hay en Medellín cada que llueve pero no como las que hubieron (sic)
ese día. (…) PREGUNTADO: (…) fueron reportados (sic) más emergencias en el cuerpo
de bomberos? CONTESTO: Por eso le digo, que inundaciones ha habido y hay a cada
momento en la ciudad de Medellín, Pero en mis 25 años que llevo nunca había visto a la
ciudad de Medellín inundada como esa vez.

El apoderado del Municipio de Medellín pregunta: (…) PREGUNTADO: Dígale al


Tribunal bajo la gravedad de juramento (…) cuál cree ud que pudo haber sido la
causa determinante de la inundación no solo del lugar antes referenciado sino en
general de la ciudad de Medellín y en particular de los barrios de la ciudad a los
cuales ud hizo mención (…)? CONTESTO: la causa fue el torrencial aguacero que
cayó ese día sobre la ciudad de Medellín (…) porque se desbordaron las quebradas
por el aguacero que cayó, no fue que se haya salido una represa, fue la causa en mi
concepto el aguacero que cayó en la ciudad de Medellín. (…)

Pregunta la apoderada de la previsora: (…) PREGUNTADO: Al llegar al sitio donde


ocurrió la muerte de las personas que tipo de material se encontró en el deprimido,
además del agua? CONTESTO: (…) Como fue tanta la borrasca que bajó en ese
momento, (…) ellas bajan maderas, piedras todo lo que se encuentra de basuras.
Nosotros al concluir el rescate de las personas y al evacuar el agua abajo del puente se
observa toda esta cantidad de artículos que mencioné (…). PREGUNTADO: Con
anterioridad a la fecha en que ocurrió la inundación que ud relata el depto. De
bomberos había atendido en ese mismo sitio otro tipo de inundaciones?
CONTESTO: Sí nos había tocado con anterioridad atender otras inundaciones en
los mismos bajos del puente, donde había varias veces se represaba en agua allá y
teníamos que ir a evacuar el agua, no con las mismas consecuencias.
PREGUNTADO: Las anteriores inundaciones eran de la misma gravedad que la afectada
en la fecha que nos relata ud? CONTESTO: Yo quiero aclarar de (sic) que se
presentaban inundaciones pero no con la misma, tal vez por la misma causa de las
aguas, pero no por la misma magnitud de agua que cayó ese día. PREGUNTADO:
Catalogaría ud la precipitación de las aguas del día 17 de septiembre de 1988, como
anormal? CONTESTO: (…) en Medellín ha caído aguaceros grandísimos pero no como el
que cayó esa vez (…)” (Subrayado por la Sala)
Conforme a las declaraciones antes referidas son precisas en afirmar que el
taponamiento de la vía se debió al desbordamiento de varias quebradas que
llevaban consigo hojas, basura, escombros, materiales sólidos que obstruyeron las
redes de alcantarillas del sitio donde murieron los tres ocupantes. Contrario a lo
sostenido por el a quo al considerar que las declaraciones de quienes laboraron
en las entidades demandadas no son “dictámenes periciales de carácter técnico,
sino simple apreciaciones”, es importante aclarar que se trata en este caso lo que
en la doctrina se ha establecido como “testigo técnico”, en atención a que el
declarante es una persona “especialmente calificada en determinados ramos del
conocimiento”46, razón por la cual se solicitó sus opiniones y apreciaciones acerca
de los hechos. Por lo tanto, para esta Sala son de vital importancia para analizar el
caso en cuestión.

Conforme a las declaraciones y las pruebas documentales allegadas al plenario se


tiene lo siguiente:

1. El deprimido ha sido objeto de varias inundaciones con anterioridad a los


hechos de la demanda en atención a las fuertes precipitaciones de lluvia,
arrastrando consigo las quebradas materiales sólidos como palos, escombros,
basuras, etc., que generó el represamiento de las aguas en la vía. Tal situación
obligó al personal de la Alcaldía de Medellín desplazarse hacia el lugar de los
hechos para cubrir los requerimientos que el asunto demandaba.

Ante este escenario la autoridad municipal declaró la emergencia en la ciudad de


Medellín tomando ciertas medidas, entre ellas, reglamentar en forma especial la
circulación de vehículos y de personas en la zona afectada o establecer ese
tránsito por predios particulares y desviar el cauce de las aguas (Fls. 222 a 224
expediente: 901146). Al atender la emergencia ocurrida, mediante escrito de 19 de

46
López Blanco, Hernán Fabio. Procedimiento Civil Tomo 3. Segunda edición 2008. Dupré
Editores. Págs. 208 y ss.
abril de 1993, el Secretario de Obras Públicas informó lo siguiente: (Fls. 198 a 206
expediente: 901147)

“(…) el informe presenta la evaluación general de las actividades ejecutadas en la


totalidad de los sectores afectados. En el anexo No. 3 se tiene el dato del material
evacuado en el sector en que se encuentra ubicado el deprimido vial de la carrera 63 D
entre calles 42 y 44, pero no se posee la información de solo este punto específico. En
dicho sector, es decir, el enmarcado desde la Autopista Sur hasta la Avenida Nutibara y
desde la calle 44 hasta la 33, se recogieron 521 viajes de escombros (lodo, piedras,
basura, pedazos de adobe) que corresponden a 2345 metros cúbicos.
Aclaramos que es bastante difícil obtener la información de lo realizado en el sitio
específico del deprimido vial, debido a la magnitud de la emergencia presentada, que
obligó a una atención rápida e inmediata de la gran cantidad de sectores afectados (…)”
(Subrayado por la Sala)

Dentro de las copias que allegó se observa lo siguiente:

“(…) ATENCIÓN DE EMERGENCIA POR INUNDACIONES DEL 17 AL 27 DE SEPTIEMBRE DE


1988

(…)

BARRIO DIRECCIÓN DESCRIPCIÓN


Conquistadores, Q,Ella IGUANÁ, Q la Pichacha, Cl 35 x Lodo
Cra y escombro botados: 15.000 m3.
Corazón, el Salado (…)
80-90 y en toda las dirección de las seisRejillas atendidas: 3200
Deprimidos, Calazans,
zonas en que se dividió la zona afectada Arena
por y Piedra de canales: 660 m3 (…)”
Avenida Nitubara,
las inundaciones del día 17 de septiembre
Avenida San Juan y otros
de 1988

Así mismo, el Jefe del Departamento de diseño de la Alcaldía municipal, en su


escrito de 12 de diciembre de 1990 dirigido al Abogado de la división jurídica de la
misma entidad, indicó que para el día 17 de septiembre de 1998 se desbordaron
varias quebradas, así como los días 23 y 25 de noviembre del mismo año.
Expresó que con base en lo anterior, fue necesario el transporte de grandes
cantidades de material que se depositaron a lo largo del cauce obstruyendo los
canales, coberturas, puentes, etc y generando la disminución de la capacidad
hidráulica (Subrayo por la Sala).
Así mismo expresó que como posibles causas que provocaron tales destrozos
fueron los siguientes: altas precipitaciones, secciones hidráulicas insuficientes,
coberturas que se afectaron de sedimentos y represaron las aguas causando
desbordamientos o indisciplina social en cuanto se arrojan gran cantidad de
basuras al lecho de las quebradas (Fls. 58 y 59 expediente: 901145) (Subrayo por
la Sala).

Conforme a lo anterior, varias obligaciones se comprenden en cabeza de la


administración municipal para atender el sistema de basuras, aguas, atención de
emergencias, entre otras. Es así como el artículo 37 del decreto ley 2811 de
197447, dispone que el Municipio debe organizar los servicios adecuados de
recolección, transporte y disposición final de basuras.

En atención a descentralización por servicios que opera en el Municipio de


Medellín, mediante el Acuerdo 59 de 1964 de 11 de septiembre de 1964 se creó
las Empresas Varias de Medellín como entidad de carácter municipal y de
servicio público con personería jurídica y patrimonio propio (Artículo 1º). El
Decreto 376 de 196448 (Estatutos de la entidad Fls. 192 a 240 expediente 901145)
en su artículo 4º estableció que el objetivo de la entidad es la organización y
administración de los servicios de Central de Abastecimientos, Ferias de Ganados,
Matadero, Transporte Colectivo, Mercados, Aseo, Recolección y disposición final
de Basuras y Coso Municipal y aquellos otros servicios que a juicio de la Junta
llegaren a considerarse oportunos. (Subrayado por la Sala). Específicamente la
Sección de aseo y tratamiento de basuras de las Empresas Varias de Medellín
tiene dentro de sus funciones están las siguientes:

47
Por el cual se dicta el Código Nacional de Recursos Naturales Renovables y de Protección
al Medio Ambiente. Código aplicable para aquella época
48
Mediante escrito de 15 de marzo de 1993 el Jefe de relaciones industriales de las
Empresas Varias de Medellín allegó copia del Acuerdo y de los Estatutos de la Entidad.
“(…) 1.Atender la limpieza general de la ciudad en lo referente a la barrida y lavado de las
vías públicas. (Fl. 229 expediente 901145) (Subrayado por la Sala)

Pues bien, dentro de las políticas de planeación y organización territorial, las


fuentes de agua, incluyendo las quebradas, hacen parte del desarrollo de las
áreas urbanas49. Con base en ello, el artículo 138º del Decreto 2811 de 1974 ha
determinado que para el tratamiento y conservación de las aguas, “(…) También
queda prohibida la incorporación a esas aguas, en dichas cantidades y
concentraciones, de otros materiales como basuras, desechos, excretas
sustancias tóxicas o radiactivas, gases, productos agroquímicos, detergentes u
otros semejantes (…)”.

La protección, mantenimiento, seguimiento, ejecución de programas y planes para


el correcto funcionamiento de los caudales y quebradas, corresponde a la
administración municipal, pero esto también implica un trabajo conjunto entre las
entidades prestadoras del servicio de recolección, tratamiento y disposición final
de las basuras (Empresas Varias de Medellín). Esto conlleva por lo tanto, a
considerar que la entidad municipal al ejercer y desplegar unas políticas de
protección, prevención y conservación, así como de mantenimiento de los
caudales y quebradas y de basuras, se despliegue y se ponga en funcionamiento
el principio de coordinación administrativa que debe existir entre las entidades

49
Bajo una interpretación conjunta y sistemática, el Decreto 1333 de 1986, por el cual se
expide el régimen municipal dispone en el artículo 32 lo siguiente. El desarrollo de las áreas
urbanas se regulará dentro de una política nacional de equilibrio entre las diversas regiones
del territorio y entre las zonas rurales, urbanas y de conservación ecológica. Así mismo se
procurará la óptima utilización del suelo urbano y de los limitados recursos de inversión en
vivienda, infraestructura y equipamiento y la participación de la sociedad en el valor de la
tierra que se deba exclusivamente al crecimiento de las ciudades o al gasto público.
Artículo 34. La planeación urbana comprenderá principalmente:
(…) 2o. La localización adecuada de servicios públicos cuyo funcionamiento pueda afectar el
ambiente (…) Normas que posteriormente fueron modificadas por Ley 9 de 1989, por la cual
se dictan normas sobre planes de desarrollo municipal, compraventa y expropiación de
bienes y se dictan otras disposiciones.
territoriales y las empresas prestadoras de dicho servicios, esto es, lograr la
unidad en la actuación administrativa como fin del Estado para la prestación
eficiente de los servicios públicos. Por lo tanto, no pueden aislarse entre sí las
funciones de las autoridades, ya que de un lado es obligación del municipio todo lo
referente a las quebradas y caudales y de Empresas Varias, en virtud de la
descentralización por servicios, todo lo relacionado con la recolección, tratamiento
y disposición final de las basuras.

En el presente caso, si bien se tenía conocimiento que las quebradas arrastraron


todo tipo de material sólido como basuras, escombros, palos, etc., y que se
acumulaban no solo en dichas quebradas sino también en la vía y cajas fluviales,
lo cierto es que no se observa por parte de las entidades demandas el
cumplimiento de la obligación contenida en el artículo 37 del decreto 2811 de 1974
y en el artículo 4° del Decreto 376 de 1964, máxime cuando no hay un estricto
control por parte de la autoridad municipal en mantener intactas las aguas y evitar
el desecho de basuras y otro tipo de elementos o sustancias; por su parte,
Empresas Varias Municipales no dio continuidad a su función, en atención al
principio de coordinación administrativa antes mencionado. Por lo tanto, era
previsible esta situación y no existe, o por lo menos no se probó dentro del
proceso, que las entidades demandadas efectuaran, desplegaran o tomaran
medidas razonables a situaciones de desbordamiento y represamiento de agua en
la vía, junto con las basuras y demás desechos o material sólido, y que, conforme
a las declaraciones antes transcritas, indicaban que con anterioridad y con
posterioridad a los hechos de la demandada, seguían generándose.

Bajo el mismo concepto se dirige la obligación de limpieza general de las calles de


la ciudad de Medellín (obligación de Empresas Varias de Medellín), lo que implica
también una coordinación junto con la obligación por parte del Municipio de podar
los árboles que se encuentran a los lados del deprimido vial. En cuanto a lo
anterior, el Gerente General de Empresas Varias de Medellín con fecha 11 de
octubre de 1989 informó que (Fls. 26 y 27 expediente: 901146)

“(…) por Ministerio del Decreto 376 de 1964 (Estatutos de las Empresas Varias), le
corresponde a este organismo, entre otras funciones, realizar la recolección de basuras y
atender la disposición final de las mismas. De ahí se infiere, necesariamente, que la
obligación es recoger basuras y no escombros, que como se sabe, son elementos sólidos
a base de piedra, ladrillo o cemento, que si depositaran en los carros recolectores
destruirían su funcionamiento.

En segundo término, pide Usted que se le diga si las Empresas Varias tienen la función
de podar los árboles ubicados en las zonas verdes aledañas a las vías públicas y si
tienen que recoger las hojas desprendidas de tales árboles.
Es necesario distinguir:
a).La función de podar los árboles corresponde al Departamento de Ornato y aseo de la
Secretaría de Educación Municipal; b). Las hojas que diariamente se caen de los árboles
son barridas por los equipos de trabajadores (escobistas) de las Empresas varias (…)”.

Lo anterior reafirma que el deprimido vial requiere de una constante limpieza y


mantenimiento, tal como lo afirmó el señor Héctor Jaime Londoño (Fls. 258 y 259
expediente: 901145) Ingeniero Civil, quien estuvo vinculado a Empresas Varias de
Medellín desde 1983 hasta 1993 en el cargo de Gerente de Aseo.

(…) PREGUNTADO: Tuvo alguna intervención la dependencia a su cargo, con


posterioridad a la ocurrencia de esos hechos que usted menciona? CONTESTO (…) el
sector era y es, al menos hasta el momento en que me retiré, un lugar atendido en labor
de barrido manual, efectuado por trabajadores de la Empresa. Por tratarse de una
depresión, como las otras de la ciudad tienen prioridad en cuanto al barrido se refiere. Por
lo tanto, la intervención con posterioridad, a los hechos siguió siendo la misma que
tradicionalmente se le venía prestando al sector. (…) Por la misma conformación
topográfica, son zonas potencialmente inundables, no necesariamente acumulación de
basuras, sino, en algunos casos puede ser por insuficiencia de las mismas alcantarillas u
otros factores. (Subrayado por la Sala)

Pero ese mantenimiento no solo es de exclusiva facultad por parte de Empresas


Varias de Medellín, sino que bajo el principio de coordinación administrativa, se
requiere de la participación del ente territorial. En el presente caso, no se observó
alguna medida, metodología, planes etc., para evitar que las hojas y basuras
alojadas en la vía y sus alrededores también fuera un material que contribuyera al
riesgo y que como resultado fuera la muerte de los tres ocupantes del taxi.

Por otra parte, las Empresas Públicas de Medellín mediante el Acuerdo No. 58 de
6 de agosto de 1955 50 (Fl. 164 a 170 expediente 901145) fue creado como
Establecimiento Público encargado de la dirección, administración y prestación de
los servicios públicos municipales de Energía eléctrica, teléfono, acueducto y
alcantarillado. (Artículo 1º) (Subrayado por la Sala)

Mediante escrito No. 264581 de 2 de noviembre de 1989 suscrito por el Abogado


Asistente de la División Jurídica de las Empresas Públicas de Medellín indicó lo
siguiente (Fls. 23 y 24 expediente 901146):

“(…) 1. Las Empresas Públicas de Medellín han venido prestando el servicio de


alcantarillado desde 1955 año en el que mediante acuerdo municipal se les creó y se les
asignó la labor de:
“… dirección, administración, y prestación de los servicios municipales de energía
eléctrica, teléfonos, acueducto y alcantarillado…” Lógicamente la prestación del
servicio de alcantarillado implica la realización de las labores tendientes al correcto
funcionamiento del mismo.
2. En 1987 la Honorable Junta Directiva del ente autónomo, en Acta No. 1077 de junio 11
de 1985 dispuso que: las Empresas Públicas incluirán dentro del servicio de
alcantarillado de aguas lluvias que actualmente prestan, la construcción, operación
y sostenimiento de las cajas pluviales y su empalme con las redes principales del
alcantarillado. (Subrayado por la Sala)

En 1987 la Junta Directiva del ente autónomo expidió el Acta No. 1077 de junio 11
de 1985 51 y en el que se dejó consignado lo siguiente:

“(…) Las Empresas Públicas incluirán dentro del servicio de alcantarillado de aguas
lluvias que actualmente prestan, la construcción, operación y sostenimiento de las cajas
pluviales y su empalme con las redes principales de alcantarillado; acelerarán la
realización de los programas y la ejecución de las obras para la ciudad, de forma tal que
50
Mediante escrito del 23 de febrero de 1993 el Concejo de Medellín allegó copias auténticas
del Acuerdo.
51
Allegada copia por el Secretario General de Empresas Públicas de Medellín mediante
escrito del 7 de junio de 1993 (Fl. 273 a 278 expediente: 901145)
ellas se desarrollen al ritmo que la urgencia y las necesidades de su crecimiento
demanden y atenderán las prestación del servicio de acueducto a todos los
asentamientos subnormales, que en concepto de Planeación Metropolitana de la
Administración Municipal reúnan condiciones apropiadas para recibir asentamientos
poblacionales y tengan o acepten un esquema de organización comunitaria (…)”.

En atención a las obligaciones inherentes que tiene a su cargo las Empresas


Públicas de Medellín y conforme a las declaraciones de los testimonios
referenciados y el escrito del Jefe de Diseño de la Alcaldía de Medellín, es una
realidad que el sistema hidráulico era insuficiente, máxime si se presentaron con
anterioridad y con posterioridad a los hechos de esta demanda situaciones
similares.

Ha dicho la Corte Constitucional que

La adecuada prestación del servicio público de alcantarillado, es una de las formas en


que se pueden alcanzar las metas sociales del Estado colombiano. Pero, si mediante
este servicio se afectan en forma evidente derechos fundamentales de las personas,
como puede ser el caso de la vida, la salud y la dignidad humana, entonces quienes
se consideren lesionados podrán hacer uso de las acciones constitucionales y legales
pertinentes para exigir el acatamiento de las responsabilidades que la Carta le ha
asignado al Estado"52.

Conforme a lo anterior, es necesario precisar que Empresas Públicas de Medellín


está obligado a la prestación del servicio de alcantarillado y cajas pluviales. Esto
conlleva al conocimiento del debido funcionamiento de las mismas y en el presente
caso conociendo el riesgo (inundaciones), no se podía esperar a que se verificara
el mismo, sino que se adoptaran medidas tendientes a evitarlo. Si ello es así,
debieron prever junto con las autoridades competentes como el Municipio de
Medellín en asocio con Empresas Varias de Medellín, el riesgo que padecía el
deprimido vial debido a la presencia de algunas quebradas que rodeaban el lugar,
por lo tanto, se trataba de un riesgo aprehensible y cognoscible por las entidades
demandadas.

52
Sentencia Corte Constitucional T-472 de 1993. Posición reiterada en sentencias -578 de
1992, T-170 de 1994, T-974 de 2009
Si bien se allegaron certificaciones de Empresas Públicas de Medellín que
indicaban que no tenía pluviógrafos en el lugar de los hechos y por lo tanto, no
era posible verificar la intensidad de las precipitaciones y en otro registro referente
a la planta de tratamiento de aguas del Corregimiento de San Cristóbal, en el que
según su reporte las precipitaciones de los días 16 y 17 de septiembre de 1988
ocurren cada 100 años, (Fls. 81 y 82 expediente 901145, Fls. 2187 y 218
expediente 901146), lo cierto es que no se probó dentro del proceso cuáles eran
las medidas o controles en un pasaje vial con las características de un deprimido
que representa represamiento de agua. Se reitera que conforme a las
declaraciones de las personas, el deprimido en anteriores ocasiones padecía de
inundaciones, lo que hacía insuficiente el sistema hidráulico del lugar, sin que la
entidad demandada haya tomado las medidas tendientes a evitar más sucesos
como el acaecido en este proceso.

Si bien la administración municipal una vez conocida la situación declaró la


emergencia en la ciudad de Medellín y tomó algunas medidas, el artículo 31 del
Decreto 2811 de 1974 establece lo siguiente: “(…) En accidentes acaecidos o que
previsiblemente puedan sobrevenir, que causen deterioro ambiental, o de otros
hechos ambientales que constituyan peligro colectivo, se tomarán las medidas de
emergencia para contrarrestar el peligro (…)” (Subrayado por la Sala). Lo anterior
no exime de responsabilidad a las entidades demandadas, por cuanto no
demostraron bajo ningún medio probatorio las medidas, políticas, registros,
estudios etc., que de un hecho claramente previsible y del cual ya habían tenido
situaciones similares, (desbordamiento de quebradas y como consecuencia de ello
inundaciones en el deprimido vial arrojando escombros, basuras y todo tipo de
materiales) efectuaron el ejercicio de sus funciones desplegando la actividad de
las mismas en el momento de la ocurrencia de una situación como la presente.
Esto en otras palabras, implica una inactividad de la administración y una
contribución a la producción de un daño que generó como consecuencia la muerte
de los tres ocupantes del taxi.

Ahora bien, siguiendo con el concepto de prevención para la época de los hechos
era aplicable la ley 9 de 197953 mediante el cual en su artículo 493 disponía que
“(…) En cada departamento, intendencia, comisaría y municipio se constituirá un comité
de emergencias cuya integración, competencia, jurisdicción y relaciones serán
determinadas por el Comité Nacional de Emergencias. Todos los Comités de
Emergencias tendrán un representante del Ministerio de Salud o de una de sus entidades
delegadas (…)”

Dicha obligación se reglamentó en el Decreto 3989 de 1982 54 indicando en el


artículo 13 algunas funciones, entre ellas, las siguientes

Los Comités de Emergencias de carácter municipal, para los efectos del presente Decreto
se denominarán Comités Locales de Emergencia, y tendrán las siguientes funciones:
2. Promover la elaboración de los análisis de vulnerabilidad, planes de contingencia y
planes de emergencia, por parte de las diferentes entidades que correspondan al área de
su influencia.
3. Evaluar, coordinar, consolidar y apoyar los análisis de vulnerabilidad, planes de
contingencias y planes de emergencia, realizados por las diferentes organizaciones o
entidades del área de su influencia.
(…)

Artículo 15. Entiéndese por análisis de vulnerabilidad el inventario de los recursos


humanos, técnicos, financieros y materiales, así como el de las características de la
comunidad ya sea a nivel local, regional o nacional, realizado con el objeto de poder
determinar los eventuales efectos de distintas modalidades de desastres y señalar la
manera como pueda responderse ante una situación de desastre con tales
disponibilidades e información.

Artículo 16. Son componentes mínimos de un análisis de vulnerabilidad:


a). Densidad de población y su localización.
b). Nivel cultural y educativo de la población.
c). Nivel socioeconómico del área.
d). Infraestructura sanitaria, que incluya básicamente:
- Instalaciones físicas del sector salud.
53
Por la cual se dictan Medidas Sanitarias.
54
Por el cual se reglamenta el Título VIII de la Ley 09 de 1979 y el Decreto Ley 2341 de 1971
en cuanto a desastres
- Sistemas de abastecimiento de aguas.
- Sistemas de eliminación de excretas.
e). Situación epidemiológica de la zona.
f). Instalaciones locativas del sector educativo u otras que tengan capacidad para la
atención provisional de gran número de personas.
g). Censo de comunicaciones, transporte y energía eléctrica.
h). Censo de profesionales del sector salud, de ingeniería, arquitectura y otras
profesiones cuyo concurso pueda ser necesario en casos de desastres.
i). Censo de entidades públicas o privadas de carácter nacional, regional o local que en
cualquier momento puedan obtener, conceder o generar recursos económicos de
personal o de otra clase.
j). Otros que el Comité Nacional de Emergencias considere conveniente.

Artículo 17. Las entidades públicas o privadas encargadas de la prestación de servicios


públicos, deberán analizar la vulnerabilidad a que están sometidas las instalaciones de su
inmediata dependencia, ante la probabilidad de los diferentes tipos de desastres que se
puedan presentar en ellas o en sus zonas de influencia. (…)” (Subrayado por la Sala)

Estas normas para la época de los hechos eran de plena aplicación por parte de
las entidades públicas aquí demandadas y de obligatorio cumplimiento pero
desconocidas totalmente, debido a que ante los eventos reiterados de
inundaciones en el deprimido vial, (conocimiento del hecho) no se desarrollaron
objetivos, directrices, planes de contingencia, estudios técnicos, etc., cualquier
medio idóneo que reflejara la necesidad de continuar con el mejoramiento de la
prestación del servicio público de alcantarillado, recolección de basuras y el
cuidado, mantenimiento, dirección y vigilancia de las quebradas a cargo del
Municipio y las demás entidades.

2. Si bien las precipitaciones que se desataron en la ciudad de Medellín, según la


apreciación de los trabajadores declarantes fueron de considerables proporciones
o “fuertes”, así como también diversos escritos suscritos por parte de las entidades
demandadas manifestaron tal situación, lo cierto es que analizado el acervo
probatorio de manera conjunta y armónica, se concluye que si bien se desconocía
el nivel de precipitaciones, sí se podía, mediante diversas técnicas, determinar la
vulnerabilidad que éstas ocasionaban en el deprimido de la carrera 63 D entre
calles 42 y 44, lo anterior reiterando que al prever cómo se desarrollaban las
mismas y qué resultados arrojaba en las quebradas, en la vías y cajas fluviales,
pudo concretarse las medidas de prevención o mejoramiento en la prestación del
servicio. Contrario a ello y conociendo de los antecedentes, las entidades
demandadas no arrojaron prueba alguna que determinara que con anterioridad se
habían efectuado o tomado medidas tendientes a evitar o reducir los riesgos de
las inundaciones y el taponamiento de los ductos o cajas fluviales.

Aun cuando en el oficio del Secretario de Obras Públicas de Medellín con fecha 13
de mayo de 1993 informó sobre la situación de la emergencia ocurrida los días 16
y 17 de septiembre de 1988 (Fl. 184 expediente 901146) y adjuntó copia de los
informes sobre la labor realizada en los días de la emergencia y de la evaluación
económica de la inversión para la adecuación de las estructuras hidráulicas y la
reparación de las vías y barandas de los puentes deteriorados, vistas las copias
aparece la evaluación económica de las “catástrofes invernales de los días 17 de
septiembre 23 y 25 de noviembre de 1988”, se evidencia que con posterioridad a
los hechos continuaba sin atenderse adecuadamente la problemática suscitada, y
sin adoptarse medidas efectivas para la prevención y contención de las
inundaciones, desbordamientos y empozamientos, con la finalidad de evitar que
se incrementaran situaciones de riesgo como la acaecida el 17 de septiembre de
1988. En este sentido, obra en el acervo probatorio constancia de los daños
causados y la adecuación de las estructuras hidráulicas de la Quebrada Iguaná,
La Hueso, La Picacha, entre otros con su respectivo valor. Así mismo, aparece el
costo de la reparación de las vías y de las barandas en puentes. Por el contrario,
no aparece constancia alguna, o manifestación del municipio y de las demás
entidades demandadas en el que se exprese la planeación de actividades o la
adopción de medidas preventivas respecto a la realidad material que imponía la
probabilidad de desbordamiento y de inundaciones de los afluentes, lo que permite
inferir lógicamente que se produjo (y seguía produciéndose) una exposición
elevada a situaciones riesgosas55 que eran razonablemente aprehensibles y
previsibles para la administración pública56.

En este sentido, cabe afirmar que las entidades demandadas son responsables
del daño antijurídico causado cuando la situación extraña se ve agravada, o la
realización y materialización del riesgo que se había advertido, avisado y
analizado ha sido elevado como consecuencia de la inactividad de la
administración pública en su obligación de adecuar, ejercer políticas, mantener,
controlar, vigilar e inspeccionar áreas de su competencia 57.

3. En el presente caso no se presenta fuerza mayor

Contrario a lo expresado por el a quo en considerar que en el presente caso se


evidenció una fuerza mayor, esta Sala hace la siguiente precisión:

En cuanto al presupuesto de la fuerza mayor, la Sala debe orientarse por el


precedente según el cual,
55
“Los riesgos que se generan en el nivel más avanzado del desarrollo de las fuerzas
productivas… se diferencian esencialmente de las riquezas. Estos riesgos causan daños
sistemáticos y a menudo irreversibles, suelen permanecer invisibles, se basan en
interpretaciones causales por lo que sólo se establecen en el saber (científico o
anticientífico) de ellos, y en el saber pueden ser transformados, ampliados o reducidos,
dramatizados o minimizados, por lo que están abiertos en una medida especial a los
procesos sociales de definición. Con ello, los medios y las posiciones de la definición del
riesgo se convierten en posiciones sociopolíticas clave”. BECK, Ulrich. La sociedad del
riesgo. Hacia una nueva modernidad. 1ª ed. Barcelona, 1998, p.28.
56
“la jurisprudencia reconoce la responsabilidad de la Administración no solo en los casos en
que la inundación o el desbordamiento es originado por una actividad administrativa positiva
o por la omisión unida a la creación de una situación previa de riesgo (…) sino también en
los casos en que se incumple de modo omisivo puro el deber de poner fin o impedir hechos
o actos ajenos a su actuación que pueden provocar el desbordamiento y la perniciosa acción
de las aguas que discurren por los cauces naturales (…). La responsabilidad patrimonial de
la Administración pública. Tomo II. Valencia 2009 Tirant lo Blanch páginas 1289 y 1290.
Documento elaborado por José Steve Pardo.
57
“(…) El contencioso - administrativo y la responsabilidad patrimonial juegan así el papel de
control y garantía, pero al mismo tiempo, coadyuvan a la eficacia porque enseñan, en primer
lugar, a cómo no se debe actuar si se quiere conseguir tales o cuales objetivos e influyen o
deberían influir en el modo de actuación futuro que evite el daño, y en consecuencia, el tener
que pagar una indemnización (…)”. Rebollo, Luís Martín. La responsabilidad patrimonial de
las Entidades locales. Primera edición 2005. Editorial Iustel.
“El artículo 1º de la Ley 95 de 1890, dispone:

"Se llama fuerza mayor o caso fortuito, el imprevisto a que no es posible resistir, como
naufragio, un terremoto, el apresamiento de enemigos, los autos de autoridad ejercidos
por un funcionario público, etc."

Sobre el alcance de esta disposición ha dicho la Corte:

"En relación con la fuerza mayor y el caso fortuito, se lomaron (sic) como términos
sinónimos, significando indiferentemente lo da (sic) causa extraña al deudor que pone un
obstáculo a la ejecución de la obligación. Por eso observan Josserand y Colín y Capitant
que los redactores del Código Francés acogieron las dos expresiones citadas como
indiferentes para expresar una misma idea.

"Mas (sic) un estudio detenido de este punto, hecho por los autores y la jurisprudencia, en
la que puede citarse la colombiana, ha venido a evidenciar que si es verdad que el caso
fortuito y la fuerza mayor producen el mismo efecto liberatorio o sea la exoneración del
deudor, no obstante eso, esas dos figuras son distintas y responden a formas también
muy diversas. La fuerza mayor designa el obstáculo a la ejecución de la obligación, como
resultado de una fuerza extraña, y el caso fortuito es el obstáculo interno, es decir, el que
proviene de las condiciones mismas (sic) de la conducta del deudor, el accidente material,
de la falta de un empleado, etc. Por eso en el caso fortuito se ve la imposibilidad relativa
de la ejecución, al paso que la fuerza mayor se considera como la imposibilidad absoluta
proveniente de un obstáculo insuperable que no permite el cumplimiento de la prestación,
como un terremoto, una tempestad, el abuso de autoridad. El elemento relativo que
condiciona el caso fortuito, determina que no siempre que existe o se presenta éste, se
llegue indefectiblemente a la exoneración del deudor, la cual no se produce sino cuando
militan además ciertas circunstancias especiales, que debe demostrar quien las alega.
Por eso el artículo 1604 del Código Civil enseña que incumbe la prueba del caso fortuito
al que lo alega, en la forma condicionada que aquí se detalla.” (Casación, 7 marzo 1939,
XLVII, 707)”58.

En atención a dicho precedente, la Sala dio continuidad al mismo manifestando,

“la fuerza mayor sólo se demuestra: ‘...mediante la prueba de un hecho externo y


concreto (causa extraña). Lo que debe ser imprevisible e irresistible no es el fenómeno
como tal, sino sus consecuencias... En síntesis, para poder argumentar la fuerza mayor,
el efecto del fenómeno no sólo debe ser irresistible sino también imprevisible, sin que
importe la previsibilidad o imprevisibilidad de su causa. Además de imprevisible e
irresistible debe ser exterior del agente, es decir, no serle imputable desde ningún
ámbito...” 59.

58
Sentencia de 16 de diciembre de 1949.
59
Sentencia de 15 de junio de 2000, expediente: 12.423.
Así mismo, en posterior precedente se indicó,

“Esa disposición se redactó, como lo dice la doctrina, bajo el concepto de la teoría unitaria
de la causa extraña, esto es, la tendencia que acepta la identidad entre el caso fortuito y
la fuerza mayor, utilizada por nuestra jurisprudencia civil - mayoritaria - al considerar que
no son conceptos separados “sino elementos de una noción. El casus fortuitus indica la
imprevisibilidad del acontecimiento, y la vis major, su irresistibilidad” (60)
1)
En esta Jurisdicción de lo Contencioso Administrativo, a diferencia de lo anterior, la
aplicación y el tratamiento de ambas figuras no ha sido monista sino dual, esto es
bajo la consideración dividida e independiente de cada una de esas figuras
jurídicas hasta el punto de considerar que de éstas sólo estructura causa extraña
a la fuerza mayor”61.

En reciente precedente la Sala advierte,

“En efecto, la proposición de causas extrañas convoca al análisis de la eventual


inexistencia de uno de los elementos de la responsabilidad como es el nexo de
causalidad entre el hecho que se imputa a la administración y el daño alegado,
planteamiento que, precisamente, constituye parte del debate sustancial planteado”62.

Cabe precisar, que cuando el precedente hace referencia a la inexistencia de uno


de los elementos de la responsabilidad como consecuencia de una causa extraña,
llámese fuerza mayor, se debe encuadrar en el ámbito fáctico de la imputación, de
manera que se produce una inexistencia de imputación frente a la atribución
jurídica que pueda establecerse en cabeza de la administración pública.

Queda claro que son dos los elementos esenciales para que pueda firmarse la
existencia de una situación de fuerza mayor: imprevisibilidad e irresistibilidad.
Pero, además, dicha situación debe ser externa o exterior al sujeto que la padece,
de tal manera que no tenga control, o pueda achacarse alguna injerencia en su
60
VALENCIA ZEA. Arturo. Derecho Civil. De las Obligaciones. Tomo III. 8ª ed. Temis. Bogotá.
1990. Pág. 252.
61
Sentencia de 2 de mayo de 2002, expediente: 13477.
62
Sentencia de 28 de abril de 2010, expediente: 19839.
ocurrencia63. En el caso concreto, es cierto que se presentó un fenómeno natural,
como fue la lluvia que cayó en la ciudad de Medellín el 16 y 17 de septiembre de
1988, pero no es determinante, y se sustenta en el acervo probatorio, que la
situación externa haya sido la única y exclusiva que permitió el
desencadenamiento del daño ocasionado.

En ese sentido, si bien se presentó precipitaciones los días 16 y 17 de septiembre


de 1988, entendido como fenómeno natural, como factor concurrente en la
imputación de la responsabilidad, no puede tenerse como situación que en los
precisos supuestos pueda enervar la responsabilidad de las entidades
demandadas, cuando se estima que no se adoptaron las precauciones y medidas
de prevención exigidas para el mantenimiento, control, inspección y vigilancia de
la vía junto con sus obras de arte como alcantarillas, cajas fluviales y ductos por
donde descorre las aguas, la limpieza e inspección para evitar la concentración de
desechos en las quebradas y en el deprimido vial, esto es en cumplimiento de las
normas antes mencionadas, debido a que representaba un riesgo latente, por
cuanto y en atención a las declaraciones de algunos funcionarios de las entidades
demandadas y los oficios allegados al proceso, se indicó que con anterioridad se
había inundado el sector, por lo tanto, no fue atendido con la debida diligencia,
oportunidad y eficacia por parte de la entidad demandada. En la doctrina se
afirma,

“… no hay fuerza mayor, cuando el juez estima qué precauciones habrían podido ser
tomadas por la Administración o por la víctima para evitar las consecuencias dañosas de
un evento, que no se considera por lo tanto que haya sido irresistible”64.

63
DEGUERGUE, Maryse. “Causalité et imputabilité”, en Juris-Classeur Administratif, 02,
Fac.830, 2002, p.17.
64
(CE, 14 mars 1986, Cne Vald’Isere: AJDA 1986, p.337 et 300, chron. Azibert et Fornaciari;
JCP G 1986, II, 20670, conlc. Lasserre, note Moderne, concerniente a una avalancha, contra
la cual las obras de protección habría debido ser construidas por la administración.
DEGUERGUE, Maryse. “Causalité et imputabilité”, en Juris-Classeur Administratif, 02,
Fac.830, 2002, p.18 (traducción de la Sala).
En atención a lo anterior, no fue imprevisible el hecho consistente en conocer que
cada vez que se presentaban precipitaciones, la vía se inundaba, máxime si las
quebradas aledañas al lugar se desbordaban llevando consigo múltiples objetos
sólidos que taponaban los ductos de aguas. Las entidades demandadas al tener
conocimiento de estas situaciones, debieron implementar las medidas tendientes a
evitar o en lo posible, reducir los estragos causados por las lluvias en
consideración al desbordamiento de las quebradas. Tampoco fue irresistible, en la
medida en si se hubieran tomado las medidas necesarias para contrarrestar o por
lo menos reducir los eventos como el presente.

No debe olvidarse, pues, que la fuerza mayor como una situación extraña,

“… no borra completamente ni la abstención o la intervención negligente de la


Administración, ni el nexo de causalidad entre este último y el daño, en las hipótesis en
donde un trabajo o una obra pública ha jugado algún rol en la ocurrencia del daño. Para
ciertos autores, la noción de fuerza mayor sería así mismo una noción funcional de
geometría variable que permitiría hacer prevalecer la equidad sobre el rigor de las reglas
jurídicas”65.

Así las cosas es responsable el Municipio de Medellín, Empresas Públicas y


Empresas Varias de Medellín por la muerte de los tres ocupantes del taxi el día 17
de septiembre de 1988.

4. Inexistencia de la culpa de la víctima:

Las entidades demandadas así como el llamado en garantía Agrícola de Seguros


S.A, propusieron como excepción la culpa de la víctima en atención a que las tres
personas se encontraban bajo los efectos del alcohol, además de observar por
parte del conductor el torrencial aguacero y que como consecuencia de ello las
calles se encontraban inundadas.

65
DEGUERGUE, Maryse. “Causalité et imputabilité”, en Juris-Classeur Administratif, 02,
Fac.830, 2002, p.18 (traducción de la Sala).
Con respecto a este presupuesto obra dentro del expediente el certificado del
Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses Regional Nor- Occidente –
Medellín de fecha 19 de abril de 1993 en el cual indicó (Fl. 195 expediente:
901146) que

“(…) de acuerdo a la necropsia # 3.522 (NN. Marco Fidel Suárez Alzate) tenía un grado
de alcoholemia: 96 mg (…): necropsia # 3521 de JESÚS MARÍA VELÁSQUEZ ZAPATA
con alcoholemia de 82 mg%; (…) necropsia # 3520 de LUÍS HUMBERTO TEJADA
SERNA con alcoholemia de 67 mg% (…)”

Sin embargo, no es de recibo tal argumento debido a que si bien los tres
ocupantes del taxi tenían algún grado de alcohol en su sangre, tal circunstancia no
es determinante ni contribuyó en la producción del resultado por cuanto, se
comprobó que las circunstancias que dieron lugar a los hechos fueron las
omisiones de las entidades demandadas en efectuar medidas, controles, planes,
estudios, que previnieran los resultados de hechos similares al presente en
atención al conocimiento del riesgo.

8. Llamamiento en garantía.

8.1 compañía Seguros Universal S.A:

Fue llamada en garantía dentro del proceso en atención a que entre EMPRESAS
PÚBLICAS DE MEDELLÍN y la aseguradora se suscribió una póliza de
responsabilidad extracontractual No. 004000. Mediante la Resolución 2807 de 8
de agosto de 1991 la Superintendencia Bancaria dispuso tomar en posesión
inmediata de los bienes, haberes y negocios de dicha aseguradora, por lo tanto,
es imprescindible precisar quién es su sucesor procesal en el asunto sub judice,
desde el momento en que entró a regir la citada resolución. De acuerdo con el
artículo 60 del Código de Procedimiento Civil,
“Art. 60 (Modificado Decreto 2282 de 1989, Artículo 1. Num. 22). Sucesión procesal.
Fallecido un litigante o declarado ausente o en interdicción, el proceso continuará con el
cónyuge, el albacea con tenencia de bienes, los herederos, o el correspondiente curador.
“Si en el curso del proceso sobrevienen la extinción de personas jurídicas o la
fusión de una sociedad que figure como parte, los sucesores en el derecho debatido
podrán comparecer para que se les reconozca tal carácter. En todo caso, la
sentencia producirá efectos respecto de ellos aunque no concurran.
“El adquirente a cualquier título de la cosa o del derecho litigioso, podrá intervenir como
litisconsorte del anterior titular. También podrá sustituirlo en el proceso, siempre que la
parte contraria lo acepte expresamente.
“El auto que admite o rechace a un sucesor procesal es apelable.
“Las controversias que se susciten con ocasión del ejercicio del derecho consagrado en
el artículo 1971 del Código Civil, se decidirán como incidentes.” (negrillas y subrayado
fuera de texto)

Según esta norma, en el evento de que se extinga la persona jurídica, el sucesor


de ésta deberá continuar con la carga procesal que ocupaba aquélla. Incluso, si no
comparece al proceso éste continuará y producirá los efectos, como si hubiere
hecho parte del mismo.

Ahora bien, una vez revisada la copia auténtica de la póliza junto con sus anexos,
se tiene lo siguiente:

A folio 73 (expediente 901147) obra copia de la póliza de responsabilidad


extracontractual No. 004000 cuyo objeto es “(…) AMPARAR LA
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL EN QUE INCURRA EL
ASEGURADO Y LE SEA LEGALMENTE IMPUTABLE, DERIVADA DE LAS
ACTIVIDADES, OPERACIÓN Y FUNCIONAMIENTO DE LAS EMPRESAS
PÚBLICAS DE MEDELLÌN – ACUEDUCTO – ALCANTARILLADO – ENERGÍA Y
TELÉFONO (…).

La cláusula segunda de la carátula de la póliza contempla que la Compañía


reembolsará al asegurado, dentro de los términos y con sujeción a las condiciones
de dicho seguro, las sumas que debiera indemnizar en razón de su
responsabilidad civil por lesiones a personas o daños a propiedades, causados en
desarrollo de las actividades específicamente amparadas bajo las condiciones
particulares en la póliza. (Fl. 74). Se observa que los riesgos asegurados son los
siguientes: local, predios, operaciones; productos que incluye incendios y
explosión; responsabilidad patronal, contratistas independientes, vehículos
alquilados y/o ajenos; vehículos propios y ascensores. Dicha póliza conforme al
anexo 511 tiene una vigencia desde el 6 de septiembre de 1988 hasta el 6 de
septiembre de 1989.

Sin embargo, el riesgo consistente en la omisión en la ejecución de sus


actividades de dirección, administración y prestación de los servicios públicos por
parte de Empresas Públicas de Medellín no se encuentra cubierta o amparada
dentro de las cláusulas de la póliza. Por lo tanto, no le corresponde asumir el
monto del valor asegurado, por cuanto la inactividad u omisión de la entidad
pública no se encontraba expresamente amparada.

8.2 Agrícola de Seguros S.A.

La Compañía propuso como excepción que la responsabilidad de la entidad


asegurada no estaba contemplada mediante el anexo de predios, locales y
operaciones, por cuanto dicho anexo se refiere a la responsabilidad que se derive
de la posesión y conservación de predios por parte del asegurado o de
operaciones que personas vinculadas al servicio de Empresas Varias de Medellín
realicen y en el presente caso, el predio en el cual sucedieron los hechos no era
de propiedad de la entidad demandada. Así mismo adujo que tampoco se
encontraba amparada en las condiciones generales de la póliza, ya que la
cobertura de ésta solo se extiende a la responsabilidad que se derive de las
calidades, relaciones jurídicas o actividades del asegurado; y si se afirma que la
entidad no realizó el barrido en la calle donde sucedieron los hechos, dicha
responsabilidad no estaría amparada dado que no se derivó de la actividad del
asegurado, por cuanto la omisión no está cubierta.
Empresas Varias de Medellín y la aseguradora suscribieron el contrato de seguro
de responsabilidad extracontractual No. 413 y que contempla como condición
general en su artículo 1º que la compañía le otorga el amparo al asegurado por un
acontecimiento ocurrido en vigencia del seguro, el cual haya causado la muerte,
lesión o perjuicios en la salud de personas o el deterioro o destrucción de bienes.
La Compañía ampara exclusivamente la responsabilidad civil extracontractual
resultante de las calidades, relaciones jurídicas o actividades del asegurado
indicadas en la carátula de la póliza bajo el título de actividades del asegurado.

Teniendo en cuenta que la póliza fue objeto de una extensión al amparo de las
vigencias mediante el certificado de modificación 82-016 (Fl. 137 expediente
901146), se observa que los riesgos amparados son los siguientes: vehículos no
propios, local, predios y operaciones y responsabilidad patronal.

Ahora bien, la entidad demandada alegó en sus escritos de llamamiento en


garantía que este tipo de casos es amparada por la póliza mediante los riesgos
laborales, predios y operaciones. (Fl. 65 expediente 901147)

Al observar tal amparo cubierto (Expediente 901146) se indica lo siguiente:

Cobertura (…) se reembolsará al Asegurado las simas que debiere pagar en razón de la
Responsabilidad Civil Extracontractual por lesiones a personas, o daños a propiedades,
que le sean imputables como consecuencia de:
1.1 Posesión, conservación o uso del (los) predio (s) para los fines que, de acuerdo con
las declaraciones del Asegurado, constituyen la destinación del riesgo.
1.2 Las operaciones que lleve a cabo el Asegurado en el giro normal de sus negocios.
(…)
Definiciones:
(…) 2.2. Operaciones: Por operaciones se entenderá las actividades que realicen las
personas vinculadas al Asegurado mediante contrato de trabajo, dentro del giro normal de
sus negocios, material del presente seguro (…)”

En vista de lo anterior, el riesgo consistente en la omisión en la ejecución de sus


actividades de aseo, recolección y disposición final de basuras y atender la
limpieza general de la ciudad en lo referente a la barrida y lavado de las vías
públicas no se encuentran cubiertas o amparadas dentro de las cláusulas de la
póliza. Por lo tanto, no le corresponde asumir el monto del valor asegurado, por
cuanto la inactividad u omisión de la entidad pública no se encontraba
expresamente amparada.

9. Indemnización de perjuicios

9.1 Perjuicios morales

9.1.1 Expediente: 901145.

En el escrito de demanda se solicitó el reconocimiento de una suma en pesos a la


mayor permitida por la ley o, en subsidio, el reconocimiento de 1000 gramos de
oro para cada uno de los demandantes. En el acervo probatorio se aportó como
prueba del parentesco y como consecuencia de ello para su reconocimiento los
siguientes documentos: certificado del registro civil de nacimiento de Margarita
Edilma Yepes Loaiza, nacida el 1° de julio de 1958 (Fl 5) (esposa); certificado del
Notario doce del círculo de Medellín en el que indicó que a folio 920326 del libro
de matrimonios aparece inscrita la partida de los cónyuges Jesús María Velázquez
Zapata y Margarita Edilma Yepes Loaiza (Fl. 7); certificado y copia auténtica del
nacimiento de Nancy Velázquez Yepes, nacida el 14 de octubre de 1976 (Fls. 8 y
9) (hija); certificado y copia auténtica del registro civil de nacimiento de Ramiro de
Jesús Velázquez Yepes, nacido el 25 de mayo de 1973 (Fls. 10 y 11) (hijo);
certificado y copia auténtica del registro civil de nacimiento de Elmer Velázquez
Yepes, nacido el 15 de julio de 1975 (Fls. 12 y 13) (hijo); certificado de nacimiento
de Amor de María Velásquez Zapata nacida el 4 de enero de 1938 (Fl. 16)
(hermana); certificado de nacimiento de Miriam Velásquez Zapata Nacida el 4 de
enero de 1938 (Fl. 17) (hermana); certificado de bautismo de Gilmer de Jesús
Velásquez Zapata nacido el 19 de junio de 1932 (Fl. 18) (hermano); certificado de
bautismo de María Fabiana Velásquez Zapata nacida el 12 de enero de 1928 (Fl.
19) (hermana); certificado de bautismo de María Margarita Velásquez Zapata
nacida el 15 de febrero de 1924 (Fl. 20) (hermana); certificado de bautismo de
Conrado de Jesús Velásquez Zapata nacido el 9 de febrero de 1922 (Fl. 21)
(hermana); certificado de bautismo de Gonzalo María Velásquez Zapata nacido el
29 de agosto de 1919 (Fl. 22) (hermano); Certificado de bautismo de María Aurea
Velásquez Zapata nacida el 11 de junio de 1923 (Fl. 23) (hermana) y, certificado de
bautismo de María de la Paz Velásquez Zapata nacida el 27 de febrero de 1930
(Fl. 24) (hermana).

Revisadas las pretensiones de la demanda, y tratándose la muerte de Jesús María


Velásquez Zapata se encuentra acreditado el parentesco con los certificados
civiles y partidas de bautismo 66, lo que lleva a la Sala a tener por demostrado el
perjuicio moral en cabeza de los demandantes con ocasión de la muerte de
esposo, padre y hermano, lo que aplicando las reglas de la experiencia hace
presumir que tales padecimientos, produjo en los parientes cercanos (que
conforman su núcleo familiar) un profundo dolor, angustia y aflicción, teniendo en
cuenta que dentro del desarrollo de la personalidad y del individuo está la de hacer
parte de una familia como espacio básico de toda sociedad.

66
Conforme a la legislación que rige la materia del estado civil, la Ley 57 de 1887, sobre
adopción de códigos y unificación de la legislación nacional, en su artículo 22, estableció
tener y admitir como pruebas principales del estado civil, respecto de nacimientos,
matrimonios o defunciones de personas bautizadas, casadas, o muertas en el seno de la
iglesia católica, las certificaciones que con las formalidades legales expidieran los
respectivos sacerdotes párrocos, insertando las actas o partidas existentes en los libros
parroquiales. Con base en lo anterior, fue anterior a la expedición de la Ley 32 de 1938, que
indicó que los documentos referidos anteriormente pasaron a ser supletorios y se determinó
en el artículo 18 ibídem que solo tendrían el carácter de pruebas principales del estado civil
respecto de los nacimientos, matrimonios, defunciones, reconocimientos y adopciones, que
se verifiquen con posterioridad a la señalada fecha, las copias auténticas de las partidas del
registro del estado civil, expedidas por los notarios, el alcalde municipal, los funcionarios
consulares de Colombia en el Exterior y los corregidores e inspectores de policía, quienes
quedaron encargados de llevar el registro del estado civil de las personas
Así mismo, mediante declaraciones se afirmó lo siguiente:

Jesús Alberto Rojas Patiño: 8Fls. 244 a 246):

“(…) PREGUNTADO: Usted tiene conocimiento de quiénes conformaban el hogar de


JESÚS MARÍA VELÁSQUEZ ZAPATA? CONTESTO: Pues ahí serán todas las hermanas
y la señora y los hijos (…) preguntado: Tiene conocimiento dónde vivía el señor JESÚS
MARÍA a la fecha de su muerte? CONTESTO: vivía en el segundo piso de la casa de las
hermanas. PREGUNTADO: Quiere referenciarnos cuáles hermanas de Jesús María
vivían en el primer piso? CONTESTO: viven en el primer piso: MARÍA AURA,
MARGARITA, MARÍA DE LA PAZ (…) preguntado: Usted sabe con qué periodicidad se
visitaban JESÚS MARÍA con sus hermanos y hermanas? CONTESTO: Eso era seguido,
porque como él vivía en el segundo piso, todos los días iba allá para ver qué les faltaba.
Con las demás, como siempre eran más retiradas, era de vez en cuando. Con los
hermanos la iba muy bien porque esa ha sido una familia muy unida (…)”.

Víctor Herrera Preciado (Fls. 246 248)

“(...) PREGUNTADO: Díganos como estaba conformada la familia de JESÚS MARÍA


VELÁSQUEZ ZAPATA al momento de su fallecimiento? CONTESTO: Por su señora que
se llama EDILMA YEPES, sus tres niños que en esa época era menores, son dos varones
y una niña (…) PREGUNTADO: Bajo juramento díganos si a excepción de señora e hijos,
JESÚS MARÍA velaba por alguna de sus hermanas? CONTESTO: Sí, él era muy presente
y fue el benefactor de todas sus hermanas solteras. (…) PREGUNTADO: Fuera del
aspecto económico, había unión entre estos hermanos? CONTESTO: Sí señor, Él estaba
presente en todas sus necesidades, enfermedades y en todo (…) PREGUNTADO:
Díganos cuáles eran sus hermanas solteras o solteros de JESÚS MARÍA? CONTESTO:
MARGARITA, MARÍA, AURA, MIRYAM, aunque creo que esta es viuda (…)”

9.1.2 Expediente. 901146:

También en el escrito de demanda se solicitó el reconocimiento de una suma en


pesos a la mayor que permita la ley o, en subsidio, el reconocimiento de 1000
gramos de oro para cada uno de los demandantes por daños morales. Los
documentos que acreditan el parentesco son los siguientes: certificado de
nacimiento de Luz Myriam Cañas Miranda (Fl. 5) (esposa); certificado y registro
civil de matrimonio entre Luís Humberto Tejada Serna y Luz Miryam Cañas
Miranda (Fls. 7 y 8); certificado de nacimiento de Mónica Andrea Tejada Cañas
nacida el 23 de marzo de 1981(Fl.9) (hija); certificado de Sandra Jasmín Tejada
Cañas nacida el 17 de octubre de 1982. (Fl 10) (hija); certificado de matrimonio
celebrado entre Francisco Luís Tejada y María Dolores Serna (Fl. 13) (padres del
causante); certificado de nacimiento de Luz Amparo Tejada Serna (Fl. 14)
(hermana); certificado de nacimiento de María Consuelo Tejada Serna (Fl. 15)
(hermana); certificado de nacimiento de María Lucelly Tejada Serna (Fl. 16)
(hermana); certificado de nacimiento de Fanny de Jesús Tejada Serna (Fl. 17)
(hermana); certificado de nacimiento de María Edilma Tejada Serna (Fl. 18 C.1)
(hermana); certificado de nacimiento de Luz Dary Tejada Serna (Fl. 19) (hermana);
certificado de nacimiento de Luís Eduardo Tejada Serna (Fl. 20) (hermano) y,
certificado de nacimiento de María Rosmira Tejada Serna (Fl. 21) (hermana).

Revisadas las pretensiones de la demanda, y tratándose la muerte de Luís


Humberto Tejada Serna se encuentra acreditado el parentesco con los certificados
civiles, lo que lleva a la Sala a tener por demostrado el perjuicio moral en cabeza
de los demandantes con ocasión de la muerte de esposo, padre, hijo y hermano,
lo que aplicando las reglas de la experiencia hace presumir que tales
padecimientos, produjo en los parientes cercanos (que conforman su núcleo
familiar) un profundo dolor, angustia y aflicción, teniendo en cuenta que dentro del
desarrollo de la personalidad y del individuo está la de hacer parte de una familia
como espacio básico de toda sociedad.

9.1.3 Expediente: 901147.

Por su parte, en la demanda se solicitó el mayor valor que la ley autoriza o, en


subsidio, el reconocimiento de 1000 gramos de oro para cada uno de los
demandantes por concepto de daño moral. Obra dentro del expediente los
siguientes documentos: certificado y registro civil de matrimonio celebrado entre
Marco Fidel Suárez Alzate y Ana Cecilia Ospina Alzate (Fls. 5 y 6) (esposa);
certificado de nacimiento de Leidy Katherine Suárez Ospina nacida el 4 de enero
de 1985 (Fl. 7) (hija); certificado de matrimonio celebrado entre Obdulio Antonio
Suárez Giraldo y Graciela Alzate Alzate (Fl. 11) (madre); certificado de nacimiento
de Ruth María Suárez Alzate (Fl. 13) (hermana); certificado de nacimiento de Luz
Marina Suárez Alzate (Fl. 14) (hermana) y certificado de nacimiento de Eduvar
Antonio Suárez Alzate (Fl. 15) (hermano).

En el escrito de demanda se adujo como demandante al señor Jorge Alberto


Suárez Alzate en calidad de hermano de la víctima. Sin embargo, dentro del
expediente no obra certificado de nacimiento o su registro que determine el
parentesco de éste con el causante. Con base en lo anterior, no se reconocerá
indemnización alguna por concepto de daño moral.

Por otro lado, revisadas las pretensiones de la demanda, y tratándose la muerte


de Maco Fidel Suárez Alzate, se encuentra acreditado el parentesco con los
certificados civiles, lo que lleva a la Sala a tener por demostrado el perjuicio moral
en cabeza de los demandantes con ocasión de la muerte de esposo, padre, hijo y
hermano, lo que aplicando las reglas de la experiencia hace presumir que tales
padecimientos, produjo en los parientes cercanos (que conforman su núcleo
familiar) un profundo dolor, angustia y aflicción, teniendo en cuenta que dentro del
desarrollo de la personalidad y del individuo está la de hacer parte de una familia
como espacio básico de toda sociedad.

Ahora bien, la Sala tendrá en cuenta los criterios vertidos en la sentencia de 6 de


septiembre de 2001 (Exps. 13.232 y 15.646) fijándose en salarios mínimos legales
mensuales vigentes como medida de tasación, con lo que se responda a la
reparación integral y equitativa del daño al estimarse en moneda legal colombiana.
Si bien, a partir de 2001 la jurisprudencia viene aplicando como criterio de
estimación de los perjuicios morales el salario mínimo mensual legal vigente, no
deja de seguir siendo un ejercicio discrecional (arbitrio iudicis) del juez de tasar
tales perjuicios, sin lograr, aún, la consolidación de elementos objetivos en los que
pueda apuntalarse la valoración, estimación y tasación de los mismos, con lo que
se responda a los principios de proporcionalidad y razonabilidad con lo que debe
operar el juez y, no simplemente sustentarse en la denominada “cierta
discrecionalidad”.

En relación con el perjuicio moral, el precedente de la Corte Suprema de Justicia


sostiene su carácter inconmensurable, lo que exige que su tasación no obedezca
a criterio alguno de compensación. En ese sentido, se señala,

“En torno al perjuicio moral es de recordar que su indemnización no obedece a un criterio


compensatorio, desde luego que la vida humana es inconmensurable, sino a uno
satisfactorio, destinado a mitigar en lo posible la enorme pena que en el fondo queda ante
la ausencia de un ser amado, razón por la cual en a su apreciación han de considerarse
el dolor de quien lo sufre, la intensidad de su congoja, la cercanía con el ser perdido,
entre otras cosas, para con cimiento en la equidad arribar al más justo valor, distante por
lo general de la matemática exactitud con que se escruta el daño material”67.

De acuerdo con lo anterior, la Sala empleará un test de proporcionalidad para la


tasación de los perjuicios morales. En cuanto al fundamento de este test, el
precedente jurisprudencial constitucional establece,

“La proporcionalidad en el derecho refiere a una máxima general y parámetro de acción


para la totalidad de la actividad estatal, aunque no exclusivamente, ya que el principio de
proporcionalidad puede llegar a aplicarse también en el ámbito de las relaciones
particulares regidas por el derecho privado. En sentido constitucional, la proporcionalidad
es un principio de corrección funcional de toda la actividad estatal que, junto con otros
principios de interpretación constitucional –unidad de la Constitución, fuerza normativa,
fuerza integradora, concordancia práctica, armonización concreta, inmunidad de los
derechos constitucionales e interpretación conforme a la Constitución–, busca asegurar
que el poder público, actúe dentro del marco del estado de derecho, sin excederse en el
ejercicio de sus funciones. Su fundamento normativo último está dado por los principios
fundamentales de Estado de Derecho (artículo 1 C.P.), fuerza normativa de la
Constitución (artículo 4 C.P.) y carácter inalienable de los derechos de la persona humana
(artículo 5 C.P.).
En el derecho penal, la proporcionalidad regula las relaciones entre diversas instituciones,
como entre la gravedad de la conducta punible y la sanción penal a imponer por su
comisión, entre las causales de justificación y la posible eximente de punibilidad, entre las
causales de agravación o atenuación y la graduación de la pena, o entre la magnitud del

67
Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Civil, sentencia de 15 de abril de 2009,
expediente:1995-10351.
daño antijurídico causado y la sanción pecuniaria correspondiente a fijar por el juez, como
se analiza en la presente providencia.
De las funciones que cumple el principio de proporcionalidad en el control constitucional
de la legislación y en la tutela de los derechos fundamentales depende en gran parte la
efectividad del Estado Social de Derecho, el respeto de la dignidad humana y la
inalienabilidad de los derechos de la persona. Es por ello que se hace necesario un
manejo adecuado del principio de proporcionalidad, diferenciando su sentido general
-como máxima de interpretación que evita el desequilibrio, la desmesura o el exceso en el
ejercicio del poder público- de su sentido específico como parte constitutiva del juicio de
igualdad68. Tal distinción entre un sentido genérico y uno específico con que se usa el
concepto de proporcionalidad conduce al problema de los métodos para su aplicación.8.2.
Un uso general, no técnico, del concepto de proporcionalidad en el control de
constitucionalidad, prescinde de un método para su aplicación. La relación de equilibrio
entre dos magnitudes, instituciones, conductas, etc., se establece en forma intuitiva,
conectada muchas veces a un juicio de grado. Se afirma, por ejemplo, que un acto es
proporcionado, desproporcionado, leve o manifiestamente desproporcionado. La
inexistencia de método para establecer el grado a partir del cual dicho acto pierde la
proporción hasta el punto de verse afectada su constitucionalidad, conlleva la
concentración en el juez de la facultad de decidir discrecionalmente sobre la juridicidad de
las actuaciones de otros órganos del poder público. Tal consecuencia no es compatible en
un estado democrático de derecho donde los órganos del Estado cumplen funciones
separadas. Es por ello que el uso coloquial de la proporcionalidad o desproporcionalidad,
en el sentido de exceso o desmesura, requiere ser sustituido por métodos objetivos y
controlables que permitan al juez constitucional ejercer su misión de salvaguarda de la
Constitución y de los derechos constitucionales, dentro de un marco jurídico respetuoso
de las competencias de las demás autoridades públicas, en especial del legislador
democrático. La proporcionalidad concebida como principio de interpretación
constitucional puede adoptar la forma de dos mandatos: la prohibición de exceso y la
prohibición de defecto. El primero tiene que ver principalmente con la limitación del uso
del poder público de cara a las libertades fundamentales. El segundo se aplica por lo
general respecto de los deberes positivos del Estado y la protección de los derechos que
comprometen la actuación de las autoridades para el cumplimiento de los fines esenciales
del Estado. El método de aplicación del principio de proporcionalidad es la ponderación.
Generalmente, el objeto de la ponderación son intereses enfrentados que han recibido
alguna protección constitucional, la cual es mayor en el caso de intereses cobijados por
derechos fundamentales. Los intereses ponderados también se concretan en medidas y
fines estatales. Se pondera, por una parte, las medidas y los fines estatales y, por otra
parte, la afectación de parámetros formales o materiales consagrados en la Constitución.
Existe, por lo tanto, una clara relación conceptual entre la proporcionalidad y la
ponderación. La primera es establecida mediante la segunda, puesto que siendo la
primera un concepto relacional, los extremos de dicha relación han de ser comparados y
sopesados, esto es, ponderados con el fin de establecer si ellos mantienen el equilibrio, el

68
Sobre la proporcionalidad como elemento del juicio de igualdad únicamente cuando el test
es estricto, ver la sentencia C-673 de 2001 M.P. Manuel José Cepeda Espinosa; aclaración
de voto de Jaime Araujo Rentería
balance o la medida debida o, por el contrario, se desconocen las prohibiciones de
exceso o defecto.
No existe un solo método de ponderación. Se pueden aplicar diferentes formas de
ponderar según la materia de que se trate. Por ejemplo, cuando se analiza si una medida
policiva es desproporcionada, la comparación se efectúa, generalmente, entre la
gravedad de las circunstancias, de un lado, y la magnitud con la cual la medida afecta
intereses constitucionalmente protegidos En el juicio de razonabilidad, cuando éste
incluye un análisis de proporcionalidad en sentido estricto, la comparación se realiza,
usualmente, entre los fines y las medidas estatales, de un lado, y la afectación de
intereses protegidos por derechos constitucionales. Los métodos de ponderación se
distinguen no solo según qué es lo que se sopesa, sino también por los criterios para
decidir cuando la desproporción es de tal grado que procede una declaración de
inexequibilidad. No se exige una proporcionalidad perfecta puesto que el legislador no
tiene que adecuarse a parámetros ideales de lo que es correcto por no ser excesivo.
Por lo anterior, el análisis de proporcionalidad del límite de mil salarios mínimos legales,
se hará de conformidad con el siguiente método: (i) identificar y clarificar cuáles son los
intereses enfrentados regulados por la norma; (ii) sopesar el grado de afectación que
sufre cada uno de esos intereses por la aplicación del límite fijado en la norma; (iii)
comparar dichas afectaciones; (iv) apreciar si la medida grava de manera
manifiestamente desproporcionada69 uno de los intereses sopesados protegidos por la
Constitución, y, en caso afirmativo, (v) concluir que resulta contraria a la Constitución” 70
(subrayado fuera de texto).

Dicho principio de proporcionalidad debe, por lo tanto, convertirse en el sustento


adecuado para la determinación y dosificación ponderada del quantum
indemnizatorio del perjuicio moral, respecto de lo que el precedente jurisprudencial
constitucional señala,

“Frente a los llamados perjuicios morales objetivables, la jurisprudencia de la Corte


Suprema de Justicia y del Consejo de Estado, ha estimado que en algunos casos pueden
ser valorados pecuniariamente71, con base en criterios como el dolor infligido a las

69
Ver entre otras la sentencia C-758 de 2002, MP: Álvaro Tafur Galvis. Allí la Corte justifica
que en materia de sanciones el límite entre lo constitucionalmente inadmisible y lo permitido
se traza con el criterio de la desproporción manifiesta
70
Corte Constitucional, sentencia C-916 de 2002.
71
Ver entre otras las sentencias del Consejo de Estado, del 13 de abril de 2000, expediente:
11892; 19 de julio de 2001, expediente: 13086; 10 de mayo de 2001, expediente: 13.475 y
del 6 de abril de 2000, expediente: 11.874. Ver también, por ejemplo, la sentencia de la Corte
Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal del 29 de mayo de 1997, expediente: 9536.
víctimas72, el perjuicio estético causado73 o el daño a la reputación74. Si de la aplicación de
tales criterios surge que dichos perjuicios superan el límite fijado por el legislador, habría
una afectación grave del interés de las víctimas por lograr una indemnización integral de
los perjuicios que se le han ocasionado y cuyo quantum ha sido probado. Al igual que con
los perjuicios materiales, el límite resultaría manifiestamente desproporcionado frente al
derecho de las víctimas a la reparación integral, como quiera que el riesgo de
arbitrariedad del juez es menor cuando el valor de los perjuicios ha sido acreditado en el
juicio por factores que no dependen de su apreciación subjetiva.
Esta desproporción resulta más evidente si se tiene en cuenta que ni en la jurisdicción
civil ni en la jurisdicción contencioso administrativa existe una disposición legal que
restrinja la discrecionalidad del juez para decidir la reparación de perjuicios morales. En
dichas jurisdicciones se ha fijado una cifra para la valoración de ciertos perjuicios que
depende de consideraciones puramente subjetivas y cuyo quantum ha sido reconocido
tradicionalmente hasta por 1000 gramos oro, o más recientemente hasta por 2000 y 4000
gramos oro75”76.

El fundamento, por lo tanto, del test de proporcionalidad no es otro, según los


precedentes anteriores, el cual, a su vez, comprende tres sub-principios que son
aplicables al mencionado test: idoneidad, necesidad y proporcionalidad en el
sentido estricto77.

En cuanto al primero, esto es, la idoneidad, debe decirse que la indemnización del
perjuicio debe estar orientada a contribuir a la obtención de una indemnización
que se corresponda con criterios como dolor, aflicción, pesar, apego, ansiedad,
72
Consejo de Estado, 6 de agosto de 1982, expediente: 3139, donde se reconoció como
perjuicio moral el “malestar psíquico” sufrido a raíz del accidente. Sentencia del Consejo de
Estado, 4 de abril de 1997, expediente: 12007, que reconoció como perjuicio moral por el
hecho de que la víctima “estuvo sometida al miedo, la desolación, a la zozobra, a la tristeza,
mientras se produjo su liberación.”
73
Consejo de Estado, Sección Tercera, 31 de julio de 1989, expediente: 2852; sentencia de 6
de mayo de 1993, expediente: 7428.
74
Consejo de Estado, Sección Tercera, 30 de marzo de 1990, expediente: 3510.
75
Consejo de Estado, Sección Tercera, Sentencias de 25 de septiembre de 1997,
expediente: 10421, que fijó una indemnización por perjuicios morales de 2.000 gramos oro.
Sentencia del 19 de julio de 2000, expediente: 11842, , que fijó una indemnización por
perjuicios morales de 4.000 gramos oro.
76
Corte Constitucional, sentencia C-916 de 2002.
77
La doctrina señala que “la propia estructura del principio de proporcionalidad consiste, en
efecto, en la aplicación del conocido test tripartito sobre una medida determinada, adoptada
de ordinario por un sujeto distinto a aquel que desarrolla el juicio de control”. ARROYO
JIMENEZ, Luis. “Ponderación, proporcionalidad y derecho administrativo”, en ORTEGA,
Luis; SIERRA, Susana de la (Coords). Ponderación y derecho administrativo. Madrid, Marcial
Pons, 2009, p.33.
desasosiego, tristeza, respeto a la dignidad y valoración de las relaciones propias
al núcleo familiar de la víctima, como convivencia, cercanía sentimental y apego.

En cuanto al segundo, esto es la necesidad, la indemnización del perjuicio debe


ser lo más benigna posible con el grado de afectación que se logre revelar en el o
los individuos y que contribuyan a alcanzar el objetivo de dejarlos indemnes. Sin
duda, este sub-principio exige que se dosifique conforme a la intensidad que se
revele de los criterios propios a la idoneidad, de tal manera que la indemnización
se determine atendiendo a la estructura de la relación familiar, lo que debe llevar a
proyectar un mayor quantum cuando se produce la muerte, que cuando se trate de
lesiones (e incluso se deba discernir la intensidad del dolor que se padece por las
condiciones en las que se encuentra la víctima lesionada). Lo anterior, debe
permitir concretar un mayor quantum indemnizatorio cuando se trata del dolor,
aflicción, pesar, apego, ansiedad, desasosiego, tristeza, respeto a la dignidad y
valoración de las relaciones propias al núcleo familiar de la víctima, como
convivencia, cercanía sentimental y apego, que ocurre en el núcleo familiar
inmediato (cónyuge, hijos, padres), de aquel que pueda revelarse en otros ámbitos
familiares (hermanos, primos, nietos), sin olvidar para su estimación los criterios
que deben obrar en función del principio de idoneidad.

Finalmente, en cuanto al tercero, esto es la proporcionalidad en estricto sentido,


con el test se busca que se compensen razonable y ponderadamente los
sufrimientos y sacrificios que implica para la víctima (víctimas) la ocurrencia del
dolor, aflicción, pesar, apego, ansiedad, desasosiego, tristeza, respeto a la
dignidad y valoración de las relaciones propias al núcleo familiar de la víctima,
como convivencia, cercanía sentimental y apego, y su desdoblamiento, sin que se
produzca una ruptura de los mandatos de prohibición de exceso y prohibición de
defecto.
De acuerdo con lo anterior, para el reconocimiento y tasación del perjuicio moral
en el presente caso se sujetará a los anteriores criterios objetivos, los que
ordinariamente están demostrados con base en la prueba testimonial, de la que se
deriva la denominada “presunción de aflicción” la que debe aplicarse
conjuntamente con los mencionados criterios, de manera que la tasación de este
tipo de perjuicios responda a la complejidad de una sociedad articulada, plural y
heterogénea que exige la consideración de mínimos objetivos para la tasación
proporcional, ponderada y adecuada, sin que constituya una tarifa legal o judicial.

Si solamente se encuentra satisfecho el requisito de idoneidad se concederá de


la siguiente forma:

Con convivencia
Sin convivencia pero conSin convivencia y sin relación de
relación de cercanía cercanía (simple presunción de
Registro Civil)
Familiares inmediatos y50 SMMLV 10 SMMLV 5 SMMLV
cónyuge
Familiares derivados 20 SMMLV 5 SMMLV 2 SMMLV

Si se encuentran conjugados los principios de idoneidad y necesidad la


liquidación se efectuará en los siguientes términos:
Con Sin convivencia pero conSin convivencia y sin relación
convivencia relación de cercanía de cercanía (simple presunción
de Registro Civil)
Familiares inmediatos 60
y SMMLV 20 SMMLV 10 SMMLV
cónyuge
Familiares derivados 35 SMMLV 5 SMMLV 2 SMMLV

En el caso en que se encuentren reunidos los requisitos de idoneidad, necesidad


y proporcionalidad en estricto sentido, se trata así:

Con Sin convivencia pero conSin convivencia y sin relación


convivencia relación de cercanía de cercanía (simple presunción
respaldado en prueba de Registro Civil)
Familiares inmediatos 100
y SMMLV 50 SMMLV 25 SMMLV
cónyuge

Familiares derivados 50 SMMLV 25 SMMLV 10 SMMLV

Por lo anterior, la indemnización de los perjuicios morales se hará de la siguiente


manera:

Expediente 901145:

Se encuentra demostrada la idoneidad y necesidad respecto de la esposa, los tres


hijos y los hermanos:

Margarita Edilma Yepes Loaiza (esposa) 60 smlmv


Nancy Velásquez Yepes (hija) 60 smlmv
Ramiro de Jesús Velásquez Yepes (hijo) 60 smlmv
Elmer Velásquez Yepes (hijo) 60 smlmv
Amor de María Velásquez Zapata (hermana) 5 smlmv
Miriam de Jesús Velásquez Zapata (hermana) 5 smlmv
Gilmer de Jesús Velásquez Zapata (hermano) 5 smlmv
María Fabiola Velásquez Zapata (hermana) 5 smlmv
María Margarita Velásquez Zapata (hermana) 20 smlmv
Conrado de Jesús Velásquez Zapata (hermano) 5 smlmv
Gonzalo María Velásquez Zapata (hermano) 5 smlmv
María Aurea Velásquez Zapata (hermana) 20 smlmv
María de la Paz Velásquez Zapata (hermana) 20 smlmv

Expediente 901146:

Solamente se encuentra acreditada la idoneidad:

Luz Miryam Cañas Miranda (esposa) 50 smlmv


Mónica Andrea Tejada Cañas (hija) 50 smlmv
Sandra Jasmín Tejada Cañas (hija) 50 smlmv
Francisco Luís Tejada García (padre) 2 smlmv
María Dolores Serna de Tejada (madre), 2 smlmv
Luz Amparo Tejada Serna (hermana) 2 smlmv
María Consuelo Tejada Serna (hermana) 2 smlmv
María Lucelly Tejada Serna (hermana) 2 smlmv
Fanny de Jesús Tejada Serna (hermana) 2 smlmv
María Edilma Tejada Serna (hermana) 2 smlmv
Luz Dary Tejada Serna (hermana) 2 smlmv
Luís Eduardo Tejada Serna (hermano) 2 smlmv
María Rosmira Tejada Serna (hermana) 2 smlmv

Expediente. 901147:

Solamente se encuentra acreditada la idoneidad:

Ana Cecilia Ospina Alzate (esposa) 50 smlmv


Leidy Katerine Suárez Ospina (hija) 50 smlmv
Graciela Alzate Alzate (madre) 2 smlmv
Ruth María Suárez Alzate (hermana) 2 smlmv
Luz Marina Suárez Alzate (hermana) 2 smlmv
Eduvar Antonio Suárez Alzate (hermano) 2 smlmv

9.2 Perjuicios materiales:

9.2.1 Expediente: 901145:

Se solicitó perjuicios patrimoniales a favor de Margarita Edilma Yepes Loaiza


(esposa), Elmer, Ramiro de Jesús y Nancy Velásquez Yepes (hijos menores al
momento de los hechos) en atención a la frustración de la ayuda económica que
venían recibiendo por parte del señor Jesús María Velásquez Zapata. (Fl. 33 C.1)

9.2.1.1 Daño emergente: De acuerdo con el acervo probatorio no se reconocerá


perjuicios de daño emergente en atención a que la parte actora no demostró las
erogaciones en que incurrió como consecuencia de la muerte del señor Jesús
María Velásquez Zapata.

9.2.1.2 Lucro cesante:

Ahora bien, según en el escrito de la demanda el señor Jesús María Velásquez


Zapata trabajaba como músico para la época de los hechos. Así mismo, lo
indicaron algunas declaraciones, a saber:
Declaración de Jesús Alfredo Rojas Patiño. (Fl. 244 a 246)

“(…) PREGUNTADO: a qué se dedicaba el señor JESÚS MARÍA VELÁSQUEZ?


CONTESTO: Al principio trabajó en una clínica para enfermos mentales y ahí sacó una
pensioncita y después siguió de músico, ya trabajaba en los Recuerdos y por ahí dando
serenaticas (…) PREGUNTADO: Díganos si tiene conocimiento quién velaba por el
sostenimiento del hogar de JESÚS MARÍA VELÁSQUEZ y en relación con su esposa e
hijos? CONTESTO: JESUS MARÍA VELÁSQUEZ era quien velaba por la esposa, hijos y
las hermanas porque cuando murieron los padres él siguió con la obligación y él nunca se
separó de eso (…)”.

Declaración de Víctor Herrera Preciado (Fls. 246 248)

“(...) PREGUNTADO: Díganos bajo la gravedad de juramento si Usted sabe a qué se


dedicaba el señor JESÚS MARÍA VELÁSQUEZ ZAPATA? CONTESTO: En el momento
del fallecimiento era músico (…)”.

Por otro lado, conforme al texto de la demanda se indicó que el causante


devengaba aproximadamente $100.000 pesos mensuales por concepto de su
actividad musical.

Sin embargo, en atención a que no se conoce con exactitud el monto de dinero


que devengaba el causante al ejercer la actividad laboral, en aras del principio de
equidad y atendiendo a las reglas de la experiencia, toda persona laboralmente
activa no puede devengar menos de este monto. Por lo tanto, se actualizará el
valor del salario mínimo de la época de los hechos (1988) para así comparar éste
con el actual salario mínimo y determinar cuál de los dos valores se acoge para
efectos de la liquidación.

También se aclara que en el presente caso se solicita el lucro cesante para la


esposa y los hijos menores, en atención a que el causante sostenía el hogar
conformado por estas personas. Por su parte, según el certificado de bautismo el
señor JESÚS MARÍA VELÁSQUEZ ZAPATA, éste nació el 10 de octubre de 1934
(Fl. 6), para la época de los hechos (17 de septiembre de 1988) tenía 53 años, por
lo tanto, la vida probable del mismo según las Tablas de Mortalidad expedidas por
el Instituto de Seguros Sociales (1980-1989)78 era de 25.12 años.

Teniendo en cuenta lo anterior, se concederá el lucro cesante consolidado desde


la fecha de la ocurrencia de los hechos (17 de septiembre de 1988) hasta el día de
la sentencia (febrero 2012), para el caso de la esposa, y para los hijos, desde la
época de los hechos hasta la edad en que cumplieran 25 años 79.

Actualizando el valor del salario mínimo para 1988 se tiene lo siguiente:

Índice final - enero 2012 (109,96)


Ra = Rh ($25.637,40) -------------------------------------------------- = $29.677,73
Índice inicial – septiembre/1988 (94.99)80
Como el valor actualizado es inferior al valor del salario mínimo legal vigente, se
tomará éste último ($566.700) al cual se le adiciona un 25% ($141.675,oo) por
concepto de prestaciones sociales y se descuenta un 25% ($177.093,75)
correspondiente al rubro que destinaba para su propia subsistencia, obteniéndose
como resultado el valor de $531.281,25. Dicho valor se dividirá en dos,
correspondiéndole la mita a la esposa ($265.640,62) y la otra mitad se divide entre
los tres hijos (265.640,62 dividido en tres = $88.546.87).

Lucro cesante consolidado para la señora Margarita Edilma Yepes Loaiza:

S = Ra (1 + i)n –1
i

78
Tabla que se aplica para el momento de los hechos (Fls. 161 a 165 expediente 901147).
79
En sentencia del 4 de octubre de 2007, expediente 16.058 y 21.112 se dijo lo siguiente:
“De igual forma, se modifica el criterio jurisprudencial que se tenía en relación con la
presunción de manutención de los hijos hasta la mayoría de edad si no se acreditaba la
escolaridad, desechando esta distinción, y dando por presumido que la condición de
dependencia económica de aquellos respecto de los padres se mantiene hasta la edad de
25 años, con fundamento en los artículos 13 y 45 de la Constitución Política y en
consideración además, a las reglas de la experiencia, siempre y cuando se acredite tal
dependencia por cualquier medio probatorio”
80
IPC según informe allegado por el DANE (Fls. 237 y 238 expediente 901146)
 El periodo consolidado inicia desde la fecha de la muerte (17 de septiembre de
1988) hasta la fecha se esta sentencia (febrero de 2012) es decir 280.96 meses.
 Ra: $265.640,62

280.96

S = $265.640,62 (1 + 0.004867) –1 = $ 158.951.054


0.004867

Lucro cesante consolidado para Nancy Velásquez Yepes

 El periodo consolidado inicia desde la fecha de los hechos (17 de septiembre de


1988) hasta la fecha en que cumpliera 25 años (la menor nació el 14 de octubre de 1976,
al momento de los hechos tenía 11 años de edad, por lo tanto cumpliría los 25 años el 14
de octubre de 2001) es decir 156.9 meses.
 Ra: $88.546.87

S = Ra (1 + i)n –1
i

156.9
S = $88.546.87 (1 + 0.004867) –1 = $20.778.327,37
0.004867

Lucro cesante consolidado para Ramiro de Jesús Velásquez Yepes

 El periodo consolidado inicia desde la fecha de los hechos (17 de septiembre de


1988) hasta la fecha en que cumpliera 25 años (el menor nació el 25 de mayo de 1973, al
momento de los hechos tenía 15 años de edad, por lo tanto cumpliría los 25 años el 25 de
mayo de 1998) es decir 116.23 meses.
 Ra: $88.546.87

S = Ra (1 + i)n –1
i

116. 23
S = $88.546.87 (1 + 0.004867) –1 = $13.795.090,15
0.004867

Lucro cesante consolidado para Elmer Velásquez Yepes


 El periodo consolidado inicia desde la fecha de los hechos (17 de septiembre de
1988) hasta la fecha en que cumpliera 25 años (el menor nació el 15 de julio de 1975, al
momento de los hechos tenía 13 años de edad, por lo tanto cumpliría los 25 años el 15 de
julio de 2000) es decir 129.93 meses.
 Ra: $88.546.87

S = Ra (1 + i)n –1
i

129.93
S = $88.546.87 (1 + 0.004867) –1 = $15.995.196,42
0.004867

Ahora bien, teniendo en cuenta que solo se concederá el lucro cesante en favor de
la señora Margarita Edilma Yepes Loaiza, se liquidará este periodo desde el día
siguiente de la fecha de esta sentencia hasta la expectativa total de vida del señor
Jesús María Velásquez Zapata.

 El señor Jesús María Velásquez Zapata nació 10 de octubre de 1934, para la ápoca
de los hechos tenía 53 años de edad, según las tablas de mortalidad proferidas por el
Instituto de Seguro Sociales la expectativa de vida equivale a 25.12 años que en meses
son 301.44 meses.
 Periodo futuro (n): 20.48 meses que se deriva de la resta entre los meses de la
expectativa total de vida del señor Jesús María Velásquez Zapata (301.44 meses) y el
periodo consolidado (280.96 meses)
 Ra: $265.640,62

S = Ra (1 + i)n –1
i (1+i) n

20.48
S = $265.640,62 (1 + 0,004867) –1 = $5.166.027,54
20.48
0,004867 (1+ 0,004867)

9.2.2 Expediente: 901146.


Se solicitó perjuicios patrimoniales en favor de Luz Myriam Cañas de Tejada,
Mónica Andrea y Sandra Milena Tejada Cañas (hijas menores al momento de los
hechos) en atención a la frustración de la ayuda económica que venían recibiendo
por parte del señor Luís Humberto Tejada Serna.

9.2.2.1 Daño emergente: De acuerdo con el acervo probatorio no se reconocerá


perjuicios de daño emergente en atención a que la parte actora no demostró las
erogaciones en que incurrió como consecuencia de la muerte del señor Luís
Humberto Tejada Serna.

9.2.2.2 Lucro cesante:

Según en el escrito de la demanda el señor Luís Humberto Tejada Serna trabajaba


como músico para la época de los hechos. Así mismo, lo indicaron algunas
declaraciones, a saber:

Declaración de Gloria Rocío Carvajal Gómez:

“(…) PREGUNTADO: Sírvase decirnos si tuvo conocimiento personal y directo de los


hechos ocurridos el 17 de septiembre de 1988 en los cuales pereció LUÍS HUMBERTO
TEJADA SERNA, en caso afirmativo hará una narración de ellos: RESPONDE: Sí, yo me
di cuenta que él venía de cantar (…) él tocaba eso de cantar los fines de semana y en
semana trabajaba en una fábrica de electrodomésticos, los fines de semana trabajaba en
cantar (…)” (Fls. 240 y 241)

Declaración de Edgar Alonso Gómez Hincapie:

“(…) él era cantante y en la semana trabajaba en una fábrica de electrodomésticos (…)”


(Fls. 242 y 243)

Así mismo obra dentro del expediente una certificación de la empresa Rivera S.A.,
mediante la cual indicó que el señor Luís Humberto Tejada Serna laboró como
electricista en esa empresa desde el 27 de abril de 1987 hasta el día de su muerte
devengando como salario $39.510 (Fl. 12). Sin embargo, en atención a que
también ejercía la actividad musical, en aras del principio de equidad y atendiendo
a las reglas de la experiencia, toda persona laboralmente activa no puede
devengar menos de este monto. Por lo tanto, se calculará el lucro cesante
respecto de lo que devengaba como electricista y también como músico 81.
a. Salario devengado en su actividad de electricista

En atención a que obra prueba que indica que el señor Tejada Serna devengaba
por su actividad económica de electricista se actualizará el valor de $39.510.

También se aclara que en el presente caso se solicita el lucro cesante para la


esposa y las dos hijas menores. Por su parte, según certificado de nacimiento de
Luís Humberto Tejada Serna (causante) (Fl. 6) éste nació el 21 de febrero de
1953, para la época de los hechos (17 de septiembre de 1988) tenía 35 años, por
lo tanto, la vida probable del mismo según las Tablas de Mortalidad expedidas por
el Instituto de Seguros Sociales (1980-1989)82 era de 41.47 años.

Teniendo en cuenta lo anterior, se concederá el lucro cesante consolidado desde


la fecha de la ocurrencia de los hechos (17 de septiembre de 1988) hasta el día de
la sentencia (febrero 2012), para el caso de la esposa, y para las hijas, desde la
época de los hechos hasta la edad en que cumplieran 25 años 83.

81
“(…) La equidad constituye un instrumento útil para determinar la proporción o valoración
de un daño cuando resultan insuficientes los datos que integran el proceso, sin que tenga la
obligación el juez de arribar a conclusiones matemáticas específicas, ya que, son la sana
crítica y el sentido común, articulados con la equidad como principio general del derecho, los
instrumentos que permiten determinar o establecer resultados fundamentados en la
experiencia, a efectos de, so pena de aplicar la ley, imponer conclusiones o decisiones
injustas que no se acompasan con los principios y valores constitucionales (…). Sentencia
de 31 de enero de 2911 expediente 17842.
82
Tabla que se aplica para el momento de los hechos (Fls. 161 a 165 expediente 901147).
83
En sentencia del 4 de octubre de 2007, expediente 16.058 y 21.112 se dijo lo siguiente:
“De igual forma, se modifica el criterio jurisprudencial que se tenía en relación con la
presunción de manutención de los hijos hasta la mayoría de edad si no se acreditaba la
escolaridad, desechando esta distinción, y dando por presumido que la condición de
dependencia económica de aquellos respecto de los padres se mantiene hasta la edad de
25 años, con fundamento en los artículos 13 y 45 de la Constitución Política y en
consideración además, a las reglas de la experiencia, siempre y cuando se acredite tal
dependencia por cualquier medio probatorio”
Actualizando el valor de $35.510 se tiene lo siguiente

Índice final - enero 2012 (109,96)


Ra = Rh ($39.510,00) -------------------------------------------------- = $45.736.59
Índice inicial – septiembre/1988 (94.99)84

A este valor se le se le adiciona un 25% ($11.434,14) por concepto de


prestaciones sociales y se descuenta un 25% ($14.292,68) correspondiente al
rubro que destinaba para su propia subsistencia, obteniéndose como resultado el
valor de $42.878.05. Dicho valor se dividirá en dos, correspondiéndole la mita a la
esposa ($21.439,02) y la otra mitad se divide entre las dos hijas (21.439,02
dividido en dos = $10.719,51).

Lucro cesante consolidado para la señora Luz Miryam Cañas Miranda:

S = Ra (1 + i)n –1
i

 El periodo consolidado inicia desde la fecha de la muerte (17 de septiembre de


1988) hasta la fecha se esta sentencia (febrero de 2012) es decir 280.96 meses.
 Ra: $21.439,02

280.96

S = $21.439,02 (1 + 0.004867) –1 = $ 12.828.440,26


0.004867

Lucro cesante consolidado para Mónica Andrea Tejada Cañas

 El periodo consolidado inicia desde la fecha de los hechos (17 de septiembre de


1988) hasta la fecha en que cumpliera 25 años (la menor nació el 23 de marzo de 1981, al
momento de los hechos tenía 7 años de edad, por lo tanto cumpliría los 25 años el 23 de
marzo de 2006) es decir 211.9 meses.
 Ra: $10.719,51

S = Ra (1 + i)n –1
i

84
IPC según informe allegado por el DANE (Fls. 237 y 238 expediente 901146)
211.9
S = $10.719,51 (1 + 0.004867) –1 = $3.959.524,24
0.004867

Lucro cesante consolidado para Sandra Jasmín Tejada Cañas

 El periodo consolidado inicia desde la fecha de los hechos (17 de septiembre de


1988) hasta la fecha en que cumpliera 25 años (la menor nació el 17 de octubre de 1982,
al momento de los hechos tenía 5 años de edad, por lo tanto cumpliría los 25 años el 17
de octubre de 2007) es decir 229 meses.
 Ra: $10.719,51

S = Ra (1 + i)n –1
i

229
S = $10.719,51 (1 + 0.004867) –1 = $4.492.955,46
0.004867

Ahora bien, teniendo en cuenta que solo se concederá el lucro cesante en favor de
la señora Luz Miryam Cañas Miranda, se liquidará este periodo desde el día
siguiente de la fecha de esta sentencia hasta la expectativa total de vida del señor
Humberto Tejada Serna.

 El señor Luís Humberto Tejada Serna nació el 21 de febrero de 1953, para la ápoca
de los hechos tenía 35 años de edad, según las tablas de mortalidad proferidas por el
Instituto de Seguro Social la expectativa de vida equivale a 41.47 años que en meses son
497.64 meses.
 Periodo futuro (n): 285.74 meses que se deriva de la resta entre los meses de la
expectativa total de vida del señor Luís Humberto Tejada Serna (497.64 meses) y el
periodo consolidado (211.9 meses)
 Ra: $21.439,02

S = Ra (1 + i)n –1
i (1+i) n

285.74
S = $21.439,02 (1 + 0,004867) –1__ = $3.304.864,76
285.74
0,004867 (1+ 0,004867)
b. Salario devengado en su actividad de músico

En atención a que no se conoce con exactitud el monto de dinero que devengaba


el causante al ejercer la actividad de músico, en aras del principio de equidad y
atendiendo a las reglas de la experiencia, toda persona laboralmente activa no
puede devengar menos de este monto. Por lo tanto, se actualizará el valor del
salario mínimo de la época de los hechos (1988) para así comparar éste con el
actual salario mínimo y determinar cuál de los dos valores se acoge para efectos
de la liquidación.

Teniendo en cuenta lo anterior, se concederá el lucro cesante consolidado desde


la fecha de la ocurrencia de los hechos (17 de septiembre de 1988) hasta el día de
la sentencia (febrero 2012), para el caso de la esposa, y para las dos hijas desde
la época de los hechos hasta la edad en que cumplieran 25 años 85.

Actualizando el valor del salario mínimo para 1988 se tiene lo siguiente:

Índice final - enero 2012 (109,96)


Ra = Rh ($25.637,40) -------------------------------------------------- = $29.677,73
Índice inicial – septiembre/1988 (94.99)86

Como el valor actualizado es inferior al valor del salario mínimo legal vigente, se
tomará éste último ($566.700) al cual se le adiciona un 25% ($141.675,oo) por
concepto de prestaciones sociales y se descuenta un 25% ($177.093,75)
85
En sentencia del 4 de octubre de 2007, expediente 16.058 y 21.112 se dijo lo siguiente:
“De igual forma, se modifica el criterio jurisprudencial que se tenía en relación con la
presunción de manutención de los hijos hasta la mayoría de edad si no se acreditaba la
escolaridad, desechando esta distinción, y dando por presumido que la condición de
dependencia económica de aquellos respecto de los padres se mantiene hasta la edad de
25 años, con fundamento en los artículos 13 y 45 de la Constitución Política y en
consideración además, a las reglas de la experiencia, siempre y cuando se acredite tal
dependencia por cualquier medio probatorio”
86
IPC según informe allegado por el DANE (Fls. 237 y 238 expediente 901146)
correspondiente al rubro que destinaba para su propia subsistencia, obteniéndose
como resultado el valor de $531.281,25. Dicho valor se dividirá en dos,
correspondiéndole la mita a la esposa ($265.640,62) y la otra mitad se divide entre
los tres hijos (265.640,62 dividido en dos = $132.820,31).

Lucro cesante consolidado para la señora Luz Miryam Cañas Miranda:

S = Ra (1 + i)n –1
i

 El periodo consolidado inicia desde la fecha de la muerte (17 de septiembre de


1988) hasta la fecha se esta sentencia (febrero de 2012) es decir 280.96 meses.
 Ra: $265.640,62

280.96

S = $265.640,62 (1 + 0.004867) –1 = $ 158.951.054


0.004867

Lucro cesante consolidado para Mónica Andrea Tejada Cañas

 El periodo consolidado inicia desde la fecha de los hechos (17 de septiembre de


1988) hasta la fecha en que cumpliera 25 años (la menor nació el 23 de marzo de 1981, al
momento de los hechos tenía 7 años de edad, por lo tanto cumpliría los 25 años el 23 de
marzo de 2006) es decir 211.9 meses.
 Ra: $132.820,31

S = Ra (1 + i)n –1
i

211.9
S = $132.820,31 (1 + 0.004867) –1 = $49.060.566,93
0.004867

Lucro cesante consolidado para Sandra Jasmín Tejada Cañas

 El periodo consolidado inicia desde la fecha de los hechos (17 de septiembre de


1988) hasta la fecha en que cumpliera 25 años (la menor nació el 17 de octubre de 1982,
al momento de los hechos tenía 5 años de edad, por lo tanto cumpliría los 25 años el 17
de octubre de 2007) es decir 229 meses.
 Ra: $132.820,31
S = Ra (1 + i)n –1
i

229
S = $132.820,31 (1 + 0.004867) –1 = $55.670.057,45
0.004867

Ahora bien, teniendo en cuenta que solo se concederá el lucro cesante en favor de
la señora Luz Miryam Cañas Miranda, se liquidará este periodo desde el día
siguiente de la fecha de esta sentencia hasta la expectativa total de vida del señor
Humberto Tejada Serna.

 El señor Luís Humberto Tejada Serna nació el 21 de febrero de 1953, para la ápoca
de los hechos tenía 35 años de edad, según las tablas de mortalidad proferidas por el
Instituto de Seguro Social la expectativa de vida equivale a 41.47 años que en meses son
497.64 meses.
 Periodo futuro (n): 285.74 meses que se deriva de la resta entre los meses de la
expectativa total de vida del señor Luís Humberto Tejada Serna (497.64 meses) y el
periodo consolidado (211.9 meses)
 Ra: $265.640,62

S = Ra (1 + i)n –1
i (1+i) n

285.74
S = $265.640,62 (1 + 0,004867) –1__ = $40.948.995,1
285.74
0,004867 (1+ 0,004867)

9.2.3 Expediente: 901147.

Se solicitó perjuicios patrimoniales en favor de Ana Cecilia Ospina Alzate (esposa)


y Leidy Katherine Suárez Ospina (hija menor al momento de los hechos) en
atención la frustración de la ayuda económica que venían recibiendo por parte del
señor Marco Fidel Suárez Alzate. (Fl. 25 C.1)
8.2.3.1 Daño emergente: De acuerdo con el acervo probatorio no se reconocerá
perjuicios de daño emergente en atención a que la parte actora no demostró las
erogaciones en que incurrió como consecuencia de la muerte del señor Luís
Humberto Tejada Serna.

9.2.3.2 Lucro cesante:

Según en el escrito de la demanda el señor Marco Fidel Suárez Alzate trabajaba


como músico para la época de los hechos. Lo anterior se constata con el
certificado de la Administradora del local LOS RECUERDOS indicando que el
señor Suárez Alzate trabajó en dicho lugar desde el 1º de enero de 1983 hasta
agosto de 1988 y devengaba en promedio $45.555 pesos mensuales. (Fl. 10 C.1).
Sin embargo, para la época de la muerte, 17 de septiembre de 1988 y, conforme al
certificado antes mencionado, se concluye que al momento de su fallecimiento no
devengaba tal salario. Empero, en aras del principio de equidad y atendiendo a las
reglas de la experiencia, toda persona laboralmente activa no puede devengar
menos de este monto. Por lo tanto, se actualizará el valor del salario mínimo de la
época de los hechos (1988) para así comparar éste con el actual salario mínimo y
determinar cuál de los dos valores se acoge para efectos de la liquidación.

También se aclara que en el presente caso se solicita el lucro cesante para la


esposa y su hija menor. Por su parte, según certificado de nacimiento de Marco
Fidel Suárez Alzate (causante) (Fl. 8) nació el 1 de septiembre de 1956, para la
época de los hechos (17 de septiembre de 1988) tenía 32 años, por lo tanto, la
vida probable del mismo según las Tablas de Mortalidad expedidas por el Instituto
de Seguros Sociales (1980-1989)87 era de 44.33 años.

Teniendo en cuenta lo anterior, se concederá el lucro cesante consolidado desde


la fecha de la ocurrencia de los hechos (17 de septiembre de 1988) hasta el día de

87
Tabla que se aplica para el momento de los hechos (Fls. 161 a 165 expediente 901147).
la sentencia (febrero 2012), para el caso de la esposa, y para la hija, desde la
época de los hechos hasta la edad en que cumplieran 25 años 88.

Actualizando el valor del salario mínimo para 1988 se tiene lo siguiente:

Índice final - enero 2012 (109,96)


Ra = Rh ($25.637,40) -------------------------------------------------- = $29.677,73
Índice inicial – septiembre/1984 (94.99)89

Como el valor actualizado es inferior al valor del salario mínimo legal vigente, se
tomará éste último ($566.700) al cual se le adiciona un 25% ($141.675,oo) por
concepto de prestaciones sociales y se descuenta un 25% ($177.093,75)
correspondiente al rubro que destinaba para su propia subsistencia, obteniéndose
como resultado el valor de $531.281,25. Dicho valor se dividirá en dos,
correspondiéndole la mita a la esposa ($265.640,62) y la otra mitad para la hija
($265.640,62)

Lucro cesante consolidado para la señora Ana Cecilia Ospina Alzate:

S = Ra (1 + i)n –1
i

 El periodo consolidado inicia desde la fecha de la muerte (17 de septiembre de


1988) hasta la fecha se esta sentencia (febrero de 2012) es decir 280.96 meses.
 Ra: $265.640,62

280.96

S = $265.640,62 (1 + 0.004867) –1 = $ 158.951.054


0.004867

88
En sentencia del 4 de octubre de 2007, expediente 16.058 y 21.112 se dijo lo siguiente:
“De igual forma, se modifica el criterio jurisprudencial que se tenía en relación con la
presunción de manutención de los hijos hasta la mayoría de edad si no se acreditaba la
escolaridad, desechando esta distinción, y dando por presumido que la condición de
dependencia económica de aquellos respecto de los padres se mantiene hasta la edad de
25 años, con fundamento en los artículos 13 y 45 de la Constitución Política y en
consideración además, a las reglas de la experiencia, siempre y cuando se acredite tal
dependencia por cualquier medio probatorio”
89
IPC según informe allegado por el DANE (Fls. 237 y 238 expediente 901146)
Lucro cesante consolidado para Leidy Katerine Suárez Ospina
 El periodo consolidado inicia desde la fecha de los hechos (17 de septiembre de
1988) hasta la fecha en que cumpliera 25 años (la menor nació el 4 de enero de 1985, al
momento de los hechos tenía 3 años de edad, por lo tanto cumpliría los 25 años el 4 de
enero de 2010) es decir, 256.56 meses.
 Ra: $265.640,62

S = Ra (1 + i)n –1
i

256.56
S = $265.640,62 (1 + 0.004867) –1 = $135.095.659,6
0.004867

Ahora bien, teniendo en cuenta que solo se concederá el lucro cesante en favor de
la señora Ana Cecilia Ospina Alzate, se liquidará este periodo desde el día
siguiente de la fecha de esta sentencia hasta la expectativa total de vida del señor
Marco Fidel Suárez Alzate.

 El señor Marco Fidel Suárez Alzate. nació el 1° de septiembre de 1956, para la


ápoca de los hechos tenía 32 años de edad, según las tablas de mortalidad proferidas por
el Instituto de Seguro Social la expectativa de vida equivale a 44.33 años que en meses
son 531.96 meses.
 Periodo futuro (n): 251 meses que se deriva de la resta entre los meses de la
expectativa total de vida del señor Marco Fidel Suárez Alzate (531.96 meses) y el periodo
consolidado (280.96 meses)
 Ra: $265.640,62

S = Ra (1 + i)n –1
i (1+i) n

251
S = $265.640,62 (1 + 0,004867) –1__ = $38.449.596
251
0,004867 (1+ 0,004867)
11. Medidas de satisfacción
La Sala en aplicación del principio de reparación integral, y a lo consagrado en el
artículo 16 de la ley 446 de 1998, ordenará medidas de satisfacción, teniendo en
cuenta que debe ceder el fundamento procesal del principio de congruencia ante
la primacía del principio sustancial de la “restitutio in integrum” (Artículo 228 C.P.),
máxime cuando existe la vulneración a un derecho humano. En el precedente de
la Sala se sostiene,

“Toda reparación, parte de la necesidad de verificar la materialización de una lesión a un


bien jurídico tutelado (daño antijurídico), o una violación a un derecho que,
consecuencialmente, implica la concreción de un daño que, igualmente, debe ser
valorado como antijurídico dado el origen del mismo (una violación a un postulado
normativo preponderante). Así las cosas, según lo expuesto, es posible arribar a las
siguientes conclusiones lógicas: Toda violación a un derecho humano genera la
obligación ineludible de reparar integralmente los daños derivados de dicho
quebrantamiento. No todo daño antijurídico reparable (resarcible), tiene fundamento en
una violación o desconocimiento a un derecho humano y, por lo tanto, si bien el perjuicio
padecido deber ser reparado íntegramente, dicha situación no supone la adopción de
medidas de justicia restaurativa. Como se aprecia, en la primera hipótesis, nos
enfrentamos a una situación en la cual el operador judicial interno, dentro del marco de
sus competencias, debe establecer en qué proporción puede contribuir a la reparación
integral del daño sufrido, en tanto, en estos eventos, según los estándares normativos
vigentes (ley 446 de 1998 y 975 de 2005), se debe procurar inicialmente por la restitutio in
integrum (restablecimiento integral) del perjuicio y de la estructura del derecho
trasgredido, para constatada la imposibilidad de efectuar la misma, abordar los medios
adicionales de reparación como la indemnización, rehabilitación, satisfacción, medidas de
no repetición y, adicionalmente el restablecimiento simbólico, entre otros aspectos. Debe
colegirse, por lo tanto, que el principio de reparación integral, entendido éste como aquel
precepto que orienta el resarcimiento de un daño, con el fin de que la persona que lo
padezca sea llevada, al menos, a un punto cercano al que se encontraba antes de la
ocurrencia del mismo, debe ser interpretado y aplicado de conformidad al tipo de daño
producido, es decir, bien que se trate de uno derivado de la violación a un derecho
humano, según el reconocimiento positivo del orden nacional e internacional, o que se
refiera a la lesión de un bien o interés jurídico que no se relaciona con el sistema de
derechos humanos (DDHH). En esa perspectiva, la reparación integral en el ámbito de los
derechos humanos supone, no sólo el resarcimiento de los daños y perjuicios que se
derivan, naturalmente, de una violación a las garantías de la (sic) persona (sic)
reconocidas internacionalmente, sino que también implica la búsqueda del
restablecimiento del derecho vulnerado, motivo por el cual se adoptan una serie de
medidas simbólicas y conmemorativas, que no propenden por la reparación de un daño
(strictu sensu), sino por la restitución del núcleo esencial del derecho o derechos
infringidos. Por el contrario, la reparación integral que opera en relación con los daños
derivados de la lesión a un bien jurídico tutelado, diferente a un derecho humano, se
relaciona, específicamente, con la posibilidad de indemnizar plenamente todos los
perjuicios que la conducta vulnerante ha generado, sean éstos del orden material o
inmaterial. Entonces, si bien en esta sede el juez no adopta medidas simbólicas,
conmemorativas, de rehabilitación, o de no repetición, dicha circunstancia, per se, no
supone que no se repare íntegramente el perjuicio. Como corolario de lo anterior, para la
Sala, la reparación integral propende por el restablecimiento efectivo de un daño a un
determinado derecho, bien o interés jurídico y, por lo tanto, en cada caso concreto, el
operador judicial de la órbita nacional deberá verificar con qué potestades y facultades
cuenta para obtener el resarcimiento del perjuicio, bien a través de medidas netamente
indemnizatorias o, si los supuestos fácticos lo permiten (trasgresión de derechos
humanos en sus diversas categorías), a través de la adopción de diferentes medidas o
disposiciones”90 (subrayado fuera de texto).

De acuerdo con el precedente de la Sala, es necesario examinar varios elementos


para que en virtud de la reparación integral sea posible ordenar medidas
complementarias, para procurar que se deje indemne, o lo más cercano a las
víctimas o demandantes. En ese sentido, la Sala encuentra procedente exigir
como medida de satisfacción para este caso en concreto las siguientes: 1) al
municipio demandado, a Empresas Públicas de Medellín y a Empresas Varias de
Medellín se les exigirá tomar todas las medidas de emergencia que derivadas de
accidentes, situaciones o factores naturales puedan previsiblemente sobrevenir,
en cumplimiento de lo consagrado en el artículo 31 del Decreto Ley 2811 de 1974.
De esta medida se deberá dar conocimiento a los usuarios publicando la parte
resolutiva de esta sentencia en un medio de circulación local y en la página web
de cada una de las entidades por un período de seis (6) meses; 2) en segundo
lugar, se ordenará que las entidades demandadas observar la incorporación de la
omisión como supuesto de cobertura de los riesgos asegurables en las pólizas de
responsabilidad civil extracontractual que se suscriban; 3) de las anteriores

90
Sentencia de 19 de octubre de 2007. Exp.29273A. Ver de la Corte Permanente de Justicia
Internacional, caso Factory of Chorzów, Merits, 1928, Series A, No. 17, Pág. 47. Citada por
CRAWFORD, James “Los artículos de la Comisión de Derecho Internacional sobre
Responsabilidad Internacional del Estado”, Ed. Dykinson, Pág. 245; Corte Interamericana de
Derechos Humanos - Caso de la Masacre de Puerto Bello (vs) Colombia, sentencia de 31 de
enero de 2006; de la Corte Constitucional Sentencia T-563 de 2005 M.P. Marco Gerardo
Monroy Cabra. En igual sentido T- 227 de 1997 M.P. Alejandro Martinez Caballero, T-1094 de
2004 M.P. Manuel José Cepeda Espinosa y T-175 de 2005 M.P. Jaime Araujo Rentería.
Corte Constitucional, sentencia T-188 de 2007, M.P. Álvaro Tafur Galvis
medidas las entidades demandadas deberán remitir informe de su cumplimiento al
Tribunal de origen, y a este Despacho dentro de los treinta (30) días calendarios a
la ejecutoria de esta sentencia.

12. Condena en costas

De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 55 de la Ley 446 de 1998, sólo hay


lugar a la imposición de costas cuando alguna de las partes hubiere actuado
temerariamente y como en este caso ninguna de aquellas actuó de esa forma, no
se impondrán.

En mérito de lo expuesto, el Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso


Administrativo, Sección Tercera, Subsección C, administrando justicia en nombre
de la República de Colombia y por autoridad de la ley

RESUELVE:

Revóquese la sentencia proferida por el Tribunal Administrativo de Antioquia Sala


de Descongestión con sede de Medellín, el 2 de octubre de 2000 y en su lugar se
resuelve:

PRIMERO: Declárese al MUNICIPIO DE MEDELLÍN – EMPRESAS PÚBLICAS Y


EMPRESAS VARIAS DE MEDELLÍN solidaria y administrativamente responsables
por los perjuicios causados a los demandantes, con ocasión la muerte de Jesús
María Velásquez Zapata, Luís Humberto Tejada Serna y Marco Fidel Suárez.

SEGUNDO. Condénese al MUNICIPIO DE MEDELLÍN – EMPRESAS PÚBLICAS


Y EMPRESAS VARIAS DE MEDELLÍN a pagar por perjuicios morales las
siguientes sumas:

Expediente 901145:
Margarita Edilma Yepes Loaiza (esposa) sesenta (60) smlmv ($34.002.000);
Nancy Velásquez Yepes (hija) sesenta (60) smlmv ($34.002.000); Ramiro de Jesús
Velásquez Yepes (hijo) sesenta (60) smlmv ($34.002.000); Elmer Velásquez
Yepes (hijo) sesenta (60) smlmv ($34.002.000); Amor de María Velásquez Zapata
(hermana) cinco (5) smlmv ($2.833.500); Miriam de Jesús Velásquez Zapata
(hermana) (5) smlmv ($2.833.500); Gilmer de Jesús Velásquez Zapata (hermano)
(5) smlmv ($2.833.500); María Fabiola Velásquez Zapata (hermana) (5) smlmv
($2.833.500); María Margarita Velásquez Zapata (hermana) veinte (20) smlmv
($11.334.000); Conrado de Jesús Velásquez Zapata (hermano) (5) smlmv
($2.833.500); Gonzalo María Velásquez Zapata (hermano) cinco (5) smlmv
($2.833.500); María Aurea Velásquez Zapata (hermana) veinte (20) smlmv
($11.334.000) y María de la Paz Velásquez Zapata (hermana) veinte (20) smlmv
($11.334.000).

Expediente 901146:

Luz Miryam Cañas Miranda (esposa) cincuenta (50) smlmv ($28.335.000); Mónica
Andrea Tejada Cañas (hija) cincuenta (50) smlmv ($28.335.000); Sandra Jasmín
Tejada Cañas (hija) cincuenta (50) smlmv ($28.335.000); Francisco Luís
Tejada García (padre) dos (2) smlmv ($1.134.400); María Dolores Serna de Tejada
(madre) dos (2) smlmv ($1.134.400); Luz Amparo Tejada Serna (hermana) dos
(2) smlmv ($1.134.400); María Consuelo Tejada Serna (hermana) dos (2) smlmv
($1.134.400); María Lucelly Tejada Serna (hermana) dos (2) smlmv ($1.134.400);
Fanny de Jesús Tejada Serna (hermana) dos (2) smlmv ($1.134.400); María
Edilma Tejada Serna (hermana) dos (2) smlmv ($1.134.400); Luz Dary Tejada
Serna (hermana) dos (2) smlmv ($1.134.400); Luís Eduardo Tejada Serna
(hermano) dos (2) smlmv ($1.134.400) y María Rosmira Tejada Serna (hermana)
dos (2) smlmv ($1.134.400).

Expediente. 901147:
Ana Cecilia Ospina Alzate (esposa) cincuenta (50) smlmv ($28.335.000); Leidy
Katerine Suárez Ospina (hija) cincuenta (50) smlmv ($28.335.000); Graciela Alzate
Alzate (madre) dos (2) smlmv ($1.133.400); Ruth María Suárez Alzate (hermana)
dos (2) smlmv ($1.133.400); Luz Marina Suárez Alzate (hermana) dos (2) smlmv
($1.133.400) y Eduvar Antonio Suárez Alzate (hermano) dos (2) smlmv
($1.133.400)

TERCERO: Condénese al MUNICIPIO DE MEDELLÍN – EMPRESAS PÚBLICAS


Y EMPRESAS VARIAS DE MEDELLÍN a pagar por concepto de lucro cesante
consolidado y futuro las siguientes sumas de dinero:

Expediente 901145:

Lucro cesante consolidado: en favor de Margarita Edilma Yepes Loaiza la suma de


CIENTO CINCUENTA Y OCHO MILLONES NOVECIENTOS CINCUENTA Y UN
MIL CINCUENTA Y CUATRO PESOS ($158.951.054); para Nancy Velásquez
Yepes (hija) VEINTE MILLONES SETECIENTOS SETENTA Y OCHO MIL
TRESCIENTOS VEINTISIETE PESOS CON TREINTA Y SIETE CENTAVOS
($20.778.327,37); para Ramiro de Jesús Velasquez Yepes la suma de TRECE
MILLONES SETECIENTOS NOVENTA Y CINCO MIL NOVENTA PESOS CON
QUINCE CENTAVOS ($13.795.090,15) y para Elmer Velasquez Yepes QUINCE
MILLONES NOVECIENTOS NOVENTA Y CINCO MIL CIENTO NOVENTA Y SEIS
MIL PESOS CON CUARENTA Y DOS CENTAVOS ($12.995.196,42).

Lucro cesante futuro en favor de Margarita Edilma Yepes Loaiza la suma de


CINCO MILLONES CIENTO SESENTA Y SEIS MIL VEINTISIETE PESOS CON
CINCUENTA Y CUATRO CENTAVOS ($5.166.027,54).

Expediente 900146:
Lucro cesante consolidado: en favor de Luz Miryam Cañas Miranda la suma de
DOCE MILLONES OCHOCIENTOS VEINTIOCHO MIL CUATROCIENTOS
CUARENTA PESOS CON VEINTISEIS CENTAVOS ($12.828.440,26) y CIENTO
CINCUENTA Y OCHO MILLONES NOVECIENTOS CINCUENTA Y UN MIL
CINCUENTA Y CUATRO PESOS ($158.951.054); para Mónica Andrea Tejada
Cañas la suma de TRES MILLONES NOVECIENTOS CINCUENTA Y NUEVE MIL
QUINIENTOS VEINTICUATRO PESOS CON VEINTICUATRO CENTAVOS
($3.959.524,24) y CUARENTA Y NUEVE MILLONES SESENTA MIL QUINIENTOS
SESENTA Y SEIS PESOS CON NOVENTA Y TRES CENTAVOS
($49.060.566,93); y para Sandra Jasmín Tejada Cañas la suma de CUATRO
MILLONES CUATROCIENTOS NOVENTA Y DOS MIL NOVECIENTOS
CINCUENTA Y CINCO PESOS CON CUARENTA Y SEIS CENTAVOS
($4.492.955,46) y CINCUENTA Y CINCO MILLONES SEISCIENTOS SETENTA
MIL CINCUENTA Y SIETE PESOS CON CUARENTA Y CINCO CENTAVOS
($55.670.057,45).

Lucro cesante futuro en favor de Luz Miryam Cañas Miranda la suma de TRES
MILLONES TRESCIENTOS CUATRO MIL OCHOCIENTOS SESENTA Y CUATRO
PESOS CON SETENTA Y SEIS CENTAVOS ($3.304.864,76) y CUARENTA
MILLONES NOVECIENTOS CUARENTA Y OCHO MIL NOVECIENTOS
CINCUENTA Y CINCO PESOS CON DIEZ CENTAVOS ($40.948.955,10).

Expediente 901147:

Lucro cesante consolidado: en favor de Aba Cecila Ospina Alzate la suma de


CIENTO CINCUENTA Y OCHO MILLONES NOVECIENTOS CINCUENTA Y UN
MIL CINCUENTA Y CUATRO PESOS ($158.951.054) y para Leidy Katerine
Suárez Ospina la suma de CIENTO TREINTA Y CINCO MILLONES NOVENTA Y
CINCO MIL SEISCIENTOS CINCUENTA Y NUEVE PESOS CON SESENTA
CENTAVOS ($135.095.659,60).
CUARTO: ORDENAR al municipio demandado, a Empresas Públicas de Medellín
y a Empresas Varias de Medellín se les exigirá tomar todas las medidas de
emergencia que derivadas de accidentes, situaciones o factores naturales puedan
previsiblemente sobrevenir, en cumplimiento de lo consagrado en el artículo 31 del
Decreto Ley 2811 de 1974. De esta medida se deberá dar conocimiento a los
usuarios publicando la parte resolutiva de esta sentencia en un medio de
circulación local y en la página web de cada una de las entidades por un período
de seis (6) meses.

ORDENAR a las entidades demandadas observar la incorporación de la omisión


como supuesto de cobertura de los riesgos asegurables en las pólizas de
responsabilidad civil extracontractual que se suscriban;

ORDENAR a las entidades demandas que de las anteriores medidas se remita


informe de su cumplimiento al Tribunal de origen, y a este Despacho dentro de los
treinta (30) días calendarios a la ejecutoria de esta sentencia.

QUINTO: Niéguense las demás pretensiones de la demanda conforme a la parte


motiva de esta sentencia.

SEXTO: Dese cumplimiento a lo dispuesto en los artículos 176 y 177 del Código
Contencioso Administrativo, para lo cual se expedirá copia de la sentencia de
segunda instancia, conforme al artículo 115 del Código de Procedimiento Civil.

SÉPTIMO: Sin condena en costas.

OCTAVO: Devuélvase inmediatamente el expediente al Tribunal de origen una


vez ejecutoriada la presente sentencia.

CÓPIESE, NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE


OLGA MÉLIDA VALLE DE DE LA HOZ
Presidente de la Sala

ENRIQUE GIL BOTERO JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA


Impedido Magistrado Ponente

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