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UNIVERSIDAD PRIVADA DE TACNA

FACULTAD DE INGENIERÍA ESCUELA PROFESIONAL DE


INGENIERÍA MBIENTAL

“UNION CIVIL”

CURSO: SOCIEDAD Y CULTURA PERUANA

CICLO: TERCERO

ESTUDIANTES:

- Leonardo Daniel, RODRIGUEZ CHAVEZ

DOCENTE: Américo, ALCA GOMEZ

TACNA – PERU

2019
OBJETIVOS:

 Conocer la definición de familia.


 Dar a conocer los problemas socioeconómicos que puede tener una familia
 Dar a conocer los problemas políticos que puede tener una familia

LA FAMILIA:

La familia es un grupo de personas unidas por el parentesco, es la organización más


importante de las que puede pertenecer el hombre. Esta unión se puede conformar
por vínculos consanguíneos o por un vínculo constituido y reconocido legal y
socialmente, como es el matrimonio o la adopción.

Algunos autores afirman que la etimología de “Familia” surge de la palabra fames,


cuyo significado es “hambre”; y por otro lado, otros autores mencionan que se
origina de la palabra famulus, es decir “sirvientes”, por eso, muchos creen que la
idea de familia surge a raíz de los grupos de esclavos y sirvientes que respondían a
un mismo amo. Sin embargo, el origen de la palabra familia aún no se determina
precisamente.

La familia es la organización social más general, pero asimismo la más importante


para el hombre. Ya sea por vínculos sociales, legalmente consagrados o por vínculos
sanguíneos, el pertenecer a una agrupación de este tipo es sumamente importante
en el desarrollo psicológico y social del individuo.

La relación de parentesco se puede dar en diferentes niveles. Esto lleva que no


todas las personas que conforman una familia tengan la misma cercanía o tipo de
relación. Dentro de estos niveles, como para ejemplificar lo resaltado, podemos
hablar de:

Familia nuclear, nos referimos al grupo conformado por el padre, la madre y los
hijos.
Familia extensa, se compone por los abuelos de ambos lados, los tíos, primos y
quien corresponda.

Familias compuestas, que son aquellas que están formadas por el padre y la
madre, y a su vez con algún miembro que sólo tenga vínculos sanguíneos con uno de
ellos.
PROBLEMAS SOCIOECONOMICOS

Existen hogares que llevan bastante bien las dificultades económicas y otras que
realmente no las soportan pues sobre esta realidad de dinero apoyan y descargan
otro montón de deseos y esperanzas. Muchas veces la responsabilidad económica
recae en un solo miembro de la familia, puede ser la madre, el padre, el hijo mayor
que trabaja, etc. Y empieza una demanda irracional contra esta persona, sin
considerar sus propias necesidades personales y sin pensar en el esfuerzo diario
que hace por los demás. Los otros se colocan en una posición demandante sin
aportar en nada a la economía familiar. Otras familias se organizan sintiéndose un
equipo en el que todos están incluidos. Inclusive los hijos deben, llegada cierta
edad, aportar para el bien común, creando vínculos más solidarios. Es necesario
poder observar la existencia de situaciones donde el uso del dinero sirve como un
medio para agredir al grupo familiar o cómo este grupo descalifica a uno de sus
miembros: - Hombres y mujeres criticados por sus sueldos bajos. - Situaciones
imprevistas que hacen que la familia ataque al que no puede proveer. - Mala
organización de la economía familiar. - Despidos inesperados por los cuales el
familiar además de sentirse mal en lo personal carga con la culpa y la demanda de
los demás. - Problemas personales de uno de los miembros (ludopatía, adicciones,
personalidad irresponsable, etc.) Una de las cosas más importantes que una familia
debe saber es en qué posición de afecto se encuentra cada uno, y cómo desde esa
necesidad de cariño, de posesión, de frustración, de rabia o de comportamiento
solidario va a relacionarse con la economía en casa. Si los miembros de la familia se
quedan en la posición de que es “el otro el que tiene que resolver el problema”
entonces la crisis se hará inminente y la parte económica terminará siendo el mejor
vehículo para destrozar la familia.

PROBLEMA POLITICO:

Comienza marzo y con ello se inicia formalmente la carrera presidencial. Las


diferentes encuestas perfilan a los distintos candidatos, algunos con muy buenos
resultados, otros muy malos. En cualquier caso, los diversos aspirantes a La
Moneda ya han empezado a esbozar los temas más relevantes, y que sin lugar a
dudas serán sus puntos centrales en los distintos borradores de programas de
gobierno.

Sin embargo, hay algo que –espero equivocarme- no será tema central de ningún
candidato, partido o movimiento, es la protección de la familia. Y es que de un modo
caricaturesco, la preocupación por la familia ha sido reducida muchas veces –y de
manera injusta- a un ámbito exclusivamente religioso, o tratado sólo a propósito de
temas ideologizados.

La familia tiene un sentido mucho más profundo. Por algo se reconoce que “la
familia es el núcleo fundamental de la sociedad”. Y es que gran parte de los graves
problemas que tenemos hoy como comunidad, encuentran su raíz en el
debilitamiento de la familia. Y con familia me refiero –como afirma Francisco- “a un
interpelante collage formado por tantas realidades diferentes, colmadas de gozos,
dramas y sueños”.

La cultura moderna del individualismo ha desplazado por completo a la institución


familiar. La familia –por su naturaleza solidaria- es algo distinto de los individuos
que la componen, es una forma especial y única de sociabilidad. Es, como dice
Mansuy, el “gran dique de contención” contra el egoísmo imperante. Es en la familia
donde se adquieren los valores más relevantes de la sociedad como el amor, el
respeto por sí mismo y por el prójimo, la honestidad, la generosidad, la comunidad,
entre otros.

En la familia se aprende a aceptar al otro tal como es, a darse sin recibir nada a
cambio, a esperar y a veces incluso a soportar. Se aprende a perdonar, a acompañar
en las tristezas y a celebrar en las alegrías. En la familia se da el sentido de
humanidad misma de la persona, no encerrada en sí misma, sino en una constante
apertura hacia los demás (ese sentido social que debiese irradiar toda nuestra
sociedad). Es en ella donde se encuentran diferentes generaciones y en donde se
ayudan mutuamente a crecer y a desarrollarse sus distintos miembros, para luego
proyectarse en el todo social. Ni el colegio, ni la universidad, ni menos el Estado
pueden suplir esta realidad fundamental.

Por eso que, cuando hay una familia destruida, esto no es sólo un problema
individual, sino también un problema social. Es decir, la destrucción de la
familia repercute no solo en sus miembros, sino también en todo el tejido social de
una manera completamente imperceptible, cuyos efectos son igualmente
incalculables. Como recuerda Chesterton “no debería permitirse que se fuera
cayendo a pedazos porque nadie tiene el debido sentido histórico de eso que se
está desmoronando”.

Si una real preocupación existiera por ellas, muchos de nuestros más relevantes
problemas disminuirían: la delincuencia, la cosificación y degradación de la mujer, la
violencia intrafamiliar, la corrupción, el aborto, la eutanasia, la prostitución y
maltrato infantil, el abandono y la desprotección de los ancianos, etc.

Hoy, paradójicamente, se protegen las personas individualmente consideradas,


pero no a esa institución que las resguarda en su conjunto. Actualmente tenemos un
Ministerio de la Mujer, un Servicio Nacional de Menores, un Servicio Nacional del
Adulto Mayor, un Servicio Nacional de la Discapacidad, pero nada referente a las
familias. Como si vivieran solas las personas sin relación alguna con su entorno
familiar, muchas veces, extremadamente dañado, lo que hace completamente
ineficaz cualquier intervención en los sujetos individualmente considerados.

Más aún, se pretende romper ese rol natural de las familias en la educación de los
hijos, interviniendo el Estado y reemplazando a los padres en su derecho y deber
básico. Basta ver la nueva institucionalidad de “protección” de los niños ideada por
el actual Gobierno basada en una cultura de la sospecha en la relación padre-hijo
que convierte al Estado en el gran salvador y reemplazante.

Pero una verdadera preocupación por las familias, debe ser de todas, sin
discriminaciones injustas. Pensemos en aquellas realidades familiares que vienen
por distintas razones emigrando de otros países y que buscan en nuestro país una
oportunidad real de bienestar material y espiritual: ¿Cuál es la respuesta hacia
ellas?

Sin ir más lejos, la actual crisis del SENAME, es en realidad una crisis de las
familias desde dos puntos de vista: el primero, la imposibilidad de las propias
familias de proteger adecuadamente a los niños; la segunda, más importante aún, la
absoluta incapacidad del Estado de levantar a esas familias y fortalecerlas, o que,
en caso de que ello no sea factible, poderles encontrar a esos niños un hogar
familiar definitivo.

Otro tema relevante es la tasa de natalidad. Chile se acerca cada vez más a Europa
en cuanto a los niveles de natalidad que están por debajo de la tasa de
reposición. Con 1,83 hijos por mujer, nuestro país no alcanza a tener el mínimo de
hijos necesarios (2.1) para mantener en el tiempo su población activa, lo que
afectará la calidad de vida de las generaciones futuras y por cierto, de las
familias.

Así entonces, la importancia de la familia es radical cumpliendo un rol insustituible


en la sociedad, de manera tal que su fortalecimiento y protección debiera
constituir un eje fundamental para cualquier candidato que piense verdaderamente
en la comunidad que aspira a gobernar.

CONCLUSIONES:

 Se conoció la definición de familia.


 Se conoció los problemas socioeconómicos que puede tener una familia
 Se reconoció los problemas políticos que puede tener una familia
BIBLIOGRAFIA:

 https://concepto.de/familia/
 https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/2510/S0700488_es.pdf
 http://cursos.aiu.edu/PROBLEMAS%20SOCIALES%20CONTEMPORANEOS/9/PDF/probl
emas%20sociales%20contemporaneos%20Sesion%209.pdf

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