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Fotografía: Alexander Landaverde

Dalia Chévez (1983)


Falso Franca
2009
Miniaturas de barro de Ilobasco y sistema de circuito cerrado
Museo de Arte de El Salvador MARTE
Análisis iconográfico de la obra

Se trata de una instalación compuesta por una base de ladrillos pegados con cemento. En la
parte superior se encuentran dispuestas ciento ochenta y cuatro miniaturas de manufactura
artesanal propias de Ilobasco. Ciento ochenta de ellas representan a mujeres sentadas frente a
una máquina de coser y alineadas en filas de diez, y cuatro de las figurillas representan a
hombres distribuidos entre las filas. A los costados, se alzan dos muros blancos, y en cada
pared, en la parte superior se encuentran una cámara de vigilancia de circuito cerrado, que
vigila veinticuatro horas las figurillas. En la parte trasera de las paredes dos monitores donde
se puede ver la escena en directo.

Valiéndose de la tradición artesanal ya conocida por la creación de miniaturas en barro


realizadas por manos de artesanos de Ilobasco, Dalia Chévez ofrece una propuesta cuya
manufactura nos permite cierta familiaridad, con un discurso donde indaga sobre las
condiciones de trabajo en las fábricas textiles, en las que por cierto gran cantidad de la mano
de obra empleada son mujeres.

. El tiempo de producción es la receta del éxito de cualquier negocio que aspire a incrementar
sus ganancias; a mayor cantidad de piezas producidas en el menor tiempo, mayor explotación.
Para que esto suceda, las maquilas limitan los tiempos de las y los trabajadores de las
maquilas, reduciendo tiempos para el consumo de alimentos, e incluso reduciendo los
tiempos de uso de los servicios sanitarios, además de una meta diaria de piezas trabajadas por
día por cada empleado; todo esto sin contar que los salarios no son dignos.

Fotografía: Alexander Landaverde


Análisis Iconológico

La obra está compuesta por elementos que son fácilmente leídos por el observador. Elementos
cotidianos que recrean una escena cotidiana o con la que estamos familiarizados, dispuestos
de forma muy creativa. El uso de las figurillas de barro como un elemento de identidad cultural
salvadoreño, de inmediato nos lleva a pensar que el discurso de la obra solo puede referirse a
una situación local. A demás de abordar el problema de las situaciones laborales que viven las
mujeres en las maquilas, también nos acerca a la tradición artesanal culturalmente ligada a las
mujeres. Las figurillas masculinas que hacen el papel de los supervisores, también tiene un
significado de las relaciones entre hombre y mujeres en una sociedad patriarcal.

Las paredes que separan la escena de la maquila de los monitores evidencian el grado de
explotación las industrias con el objetivo de maximizar sus ganancias en detrimento de la salud
de las mujeres.

Fotografía: Alexander Landaverde

Fotografía: Alexander Landaverde Fotografía: Alexander Landaverde


Conclusión

La producción artística nacional es muy diversa en propuestas técnicas, explorando en las


variadas disciplinas tradicionales y no tradicionales y ha ido formando el estilo de cada artista a
lo largo del desarrollo personal. Los discursos que sustentan las obras artísticas también son
diversos. Sin bien los contextos sociales, condiciones históricas propias de nuestro país, e
incluso lo valores culturales son compartidos, cada cual posee un propuesta muy personal de
ver la realidad y de asumirla; y los medios que se ponen en función de la construcción de una
propuesta escultórica se convierte en parte de lo que también es el artista. Los discursos en la
mayoría de los casos buscan una intención colectiva o están construidos desde el sentir social,
pero también los hay muy íntimos, lo cual no les quita su validez y la posibilidad de algo de esa
intimidad también se vuelva universal al reflejarse en el observador más perspicaz.

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