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La facilitación social ocurre cuando las personas trabajan por sus metas particulares
y cuando sus esfuerzos pueden evaluarse de manera individual. Un ejemplo de eso
es cuando se reúne dinero en una organización (como la formación de un fondo
común por venta de dulces para pagar un viaje de curso).
Tareas aditivas: En la que los logros grupales dependen de la suma del esfuerzo de
todos. (Ejemplo: Proyecto de clase en el que todos obtienen la misma calificación).
Muchas manos aligeran el trabajo
Cuando las recompensas se dividen por igual, sin que importe cuánto contribuya
cada uno al grupo, cualquier individuo obtiene una remuneración mayor por unidad
de esfuerzo, dejándose llevar gratuitamente por el grupo. Así las personas están
motivadas para disminuir el ritmo de trabajo si sus esfuerzos no son vigilados y
premiados individualmente.
-Los grupos son menos perezosos cuando sus miembros son amigos o se
identifican con el conjunto, que cuando se desconocen entre sí.
-La cohesión intensifica el desempeño.
-Las personas de las culturas colectivas exhiben menos ocio social que las
individualistas. Del mismo modo, las mujeres tienden a ser menos individualistas
que los hombres y muestran menos ocio social.
-Anonimato físico
Ej. En Irlanda del Norte, 206 de 500 ataques violentos estudiados por Andrew Silke
(2003) fueron realizados por agresores que llevaban máscaras, capuchas y otros
disfraces en el rostro. En comparación con los que no tenían la cara oculta, los
anónimos infligieron lesiones más graves, embistieron a más personas y cometieron
más actos de vandalismo.
El tema de la polarización de los grupos no es tan lejano como suena, sino que se
visualiza en el día a día de cualquier individuo inserto en esta sociedad, sea en un
contexto educativo/escolar (compañeros más intelectuales/menos intelectuales), en
una comunidad (el actuar criminal de una banda de una población, el individuo
dentro de un grupo se comporta de una manera mucho más peligrosa que si actuara
por sí solo), entre otros.
Existen 2 teorías que explican este fenómeno de una forma muy acertada, la
primera de estas es la ‘’influencia informativa’’, o sea, aceptar evidencias acerca de
la realidad (importancia de los argumentos), y la otra sería la ‘’influencia normativa’’,
la cual se define como el deseo de una persona de ser aceptada o admirada por los
demás.
Los primeros dos síntomas llevan a sus integrantes a sobrestimar los derechos y el
poder del conjunto.
• Ilusión de invulnerabilidad
• Credibilidad incuestionable en la moral conjunta
BÚSQUEDA DE COINCIDENCIAS:
Generan síntomas del pensamiento grupal
CONSTANCIA
Influye más un grupo pequeño que se aferra a su posición, que uno oscilante.
Moscovici y sus asociados (1969,1985)
CONFIANZA EN sí MISMO
La congruencia y la persistencia conducen a la confianza en uno mismo. Más aún,
Nemeth y Joel Wachtler (1974) explicaron que cualquier comportamiento de una
minoría que transmite confianza (por ejemplo, sentarse a la cabecera de una mesa)
suscita dudas personales entre la mayoría. Al ser firme y esforzada, la seguridad
manifiesta de la minoría puede llevar a la mayoría a reconsiderar su posición. Esto
ocurre sobre todo en temas de opinión, más que de hechos
DESERCIONES DE LA MAYORíA
Una minoría persistente desbarata cualquier ilusión de unanimidad. Cuando una de
ellas duda constantemente sobre lo que sabe la generalidad, los miembros de ésta
se sienten más libres para expresar sus propias dudas y llegan a pasarse a la
opinión de la contraparte.
Los líderes sociales tienen un estilo democrático que delega autoridad, acepta las
aportaciones de los miembros del equipo y, como hemos visto, previenen el
pensamiento grupal. En muchos experimentos se revela que el liderazgo social es
positivo para fomentar la moral. Los individuos se sienten más satisfechos si
participan en las decisiones (Spector, 1986; Vanderslice y otros, 1987).
Al recibir el control sobre sus tareas, los trabajadores también están más motivados
para conseguir logros (Burger, 1987). Si las personas tienen la oportunidad de
manifestar sus opiniones durante el proceso de toma de decisiones, responden de
manera más positiva a los resultados (Van den Bos y Spruijt, 2002)
Las personas que tipifican las opiniones del grupo tienen más probabilidades de ser
elegidas como líderes; el que se aparta demasiado radicalmente de las normas del
conjunto es rechazado (Hogg y otros, 1998).