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LITURGIA ENCUENTRO EJE CAFETERO

Un aspecto fundamental en nuestra vida es: la necesidad de ser significativos, es decir, de producir
significado, de comunicar sentido.
Claro está que cuando hablamos de la necesidad de ser significativas estamos apuntando a la
significatividad evangélica, la que remite al Evangelio según la forma de vida que nos dejó el padre
y Hermano Francisco. Por otra parte, el interrogante sobre la significatividad estriba en la capacidad
de ser lenguaje testimonial que detecta las preguntas del hombre sobre sí mismo y sobre el sentido
último de su existencia.
Por otra parte, hablar de significatividad es hablar de signos que sean visibles, creíbles, elocuentes
y, en nuestro caso, franciscanas. El signo es válido si es claro, elocuente y transparente. Lo mismo
nuestra vida. Pero atención: la significatividad desaparece y hace desaparecer los valores cuando
se mira sólo a reforzar lo exterior, las formas, las obras, y se olvidan las raíces, lo esencial, los
cimientos de nuestra vida y misión. Es evidente que necesitamos de signos externos,–el signo es
visible o no existe-, pero ha de ser, al mismo tiempo, creíble y elocuente, y esto solo será posible si
va acompañado y explicado con la vida. Y no con una vida cualquiera sino con una existencia que
responda a las exigencias de la forma de vida abrazada con nuestra profesión, con una existencia
que remite a lo Esencial que queremos anunciar con la vida y la palabra. De nada serviría un signo
externo si nuestra vida contradijese lo que dicho signo significa en sí.

Retorna Hermano Francisco, Vuelve Madre Bernarda


Si Hermano Francisco, retorna, Si Madre Bernarda regresa, dejen caer sobre esta pobre
tierra la doble caridad de su sandalia.
Vuelve Hermano Francisco, recoge nuevamente tu cayado y tu sayal de trino.... y recorre
las veredas, los campos del planeta... y encontrarás la tierra salpicada de sangre de
soldados, de humildes campesinos, de hermanos guerrilleros.
Tu Evangelio de amor rodó en el polvo, y el lobo de Gubio, es hoy encarnación del odio en
el hombre. Políticos venales y soberbios, caciques corruptos que hacen del clientelismo la
más abyecta y oprobiosa de las causas.
Sindicalistas que ejercen sin mística ni convicción, jueces que envilecen su conciencia,
patrones que no pagan lo justo, sacerdotes y religiosas que no se comprometen con los
pobres. En fin... mercenarios y traficantes del desamor y de la paz.
Se premia la calumnia. La virtud se escarnece, agoniza el derecho, y la palabra convertida
en Tea, incinera el sermón de la montaña.
Retorna humilde Madre Bernarda que el mundo enloquecido de violencia, sin fe, sin
dignidad, sin ideales, asesinó su propio corazón y hoy busca su única esperanza.
Vuelve cantor de la vida, de la hermana muerte, del sol, del agua, y adéntrate en la Umbría
de la gente desolada y triste, recorre con tu sayal y tu cayado, los senderos de barriadas,
de los tugurios, y encontrarás que la tierra se abrió como volcán siniestro y se tragó para
siempre de un tajo la única esperanza.
Madre Bernarda dile de nuevo a los mortales que la solidaridad de hermanos no se puede
dejar para las horas más amargas y tardías, que debemos ser solícitos ante tantas
asechanzas.
Vuelve Hermano Francisco, dile a los poderosos de la tierra, a los ricos, a los
narcotraficantes, que el lujo, la ostentación, la gula y el derroche de ellos, es un insulto para
tantos pobres.

Regresa Madre Bernarda y Vuelve Hermano Francisco que de vivir entre el odio de ver
tumbas abiertas al pie de los trigales, los niños han crecido con la sonrisa muerta y los
juguetes rotos en el alma.
Retorna Hermano Francisco, Vuelve Madre Bernarda en este día en que en su honor se
canta, Vuelvan, Vuelvan a hablarnos de paz y de perdón, de misericordia y de alegría.
Vuelve Madre Bernarda, Tu que le cantaste a la vida, que no la quiten más con actos tan
horrendos de violencia y que el aborto, el aborto es un crimen sin medida.
Retorna Hermano Francisco, vuelve Madre Bernarda que si del otro lado de la carne ya no
es posible su regreso, dejen caer sobre esta noble tierra, su sayal de peregrinos, sus
plegarias simples, y la doble caridad de sus sandalias.

(Mientras se escucha el audio del poema madre Bernarda y san Francisco reparten una
vela apagada)

SAN FRANCISCO: La noche se empeña en cerrar los cielos. La oscuridad parece que
tiene la última palabra. ¡Hermanas y Laicos! ¡Abran el corazón y manténganse despiertos!
MADRE BERNARDA: ¡La Luz se enseñorea de las tinieblas! ¡El anuncio resuena como
eco, de monte a monte de ciudad a ciudad, de ermita a ermita!. ¡Tomen la luz de Cristo! Y
muéstrenla al mundo que necesita calor, perdón y misericordia!

Canción: Enciende una vela de Marianne - se van encendiendo las luces


TODAS(OS) PROCLAMAN

Bienaventurada eres Hermana(o), y laico(a) Franciscana(o), si descubres que el camino te abre


los ojos a lo que no se ve.
Bienaventurada Hermana Franciscana(o), y laico(a), si lo que más te preocupa no es llegar sino
llegar con las otras hermanas y hermanos.
Bienaventurada eres Hermana(o), Franciscana y laico(a) cuando contemplas el camino y lo
descubres lleno de nombres y de amaneceres.
Bienaventurada eres Hermana(o), Franciscana(o), y laico(a), porque has descubierto que el
auténtico camino comienza cuando se acaba.
Bienaventurada eres Hermana(o), Franciscana(o), y laico(a), si tu mochila se va vaciando de
cosas y tu corazón no sabe dónde colgar tantas emociones.
Bienaventurada eres Hermana(o), Franciscana(o), y laico(a), si descubres que un paso atrás
para ayudar a otro vale más que cien hacia delante sin mirar a tu lado.
Bienaventurada eres Hermana(o), Franciscana(o), y laico(a), cuando te faltan palabras para
agradecer todo lo que te sorprende en cada recodo del camino.
Bienaventurada eres Hermana(o), Franciscana(o), y laico(a), si buscas la verdad y haces de tu
camino una vida y de tu vida un camino en busca de quien es el Camino, la Verdad y la Vida.
Bienaventurada eres Hermana(o), Franciscana(o), y laico(a), si en el camino te encuentras
contigo misma y te regalas un tiempo sin prisas para no descuidar la imagen del corazón.
Bienaventurada eres Hermana(o), Franciscana(o), y laico(a), si descubres que el camino tiene
mucho de silencio y el silencio de oración y la oración de encuentro con el Padre que te espera.

¿Qué le falta o qué le sobra a tu vida para que sea evangélicamente


significativa?

¿Remite tu vida cotidiana a lo Esencial?

Vocacionalmente hablando, ¿Se puede decir que tu vida es contagiosa?


COMPARTE EN PAREJAS:
¿Cuáles eran tus sueños y expectativas cuando entraste a la Congregación?
¿Qué te ilusiona, te entusiasma, te apasiona actualmente en tu vida Consagrada como miembro de la
Congregación de las Hermanas Franciscanas misioneras de María Auxiliadora..?

TODAS: TOMANDO LA COPA


Hoy brindamos por el Dios de nuestra Historia,
por el Amor filtrado en nuestra realidad.
Brindamos por la vida,
entretejida de gozos y sufrimientos,
límites y utopías, carencias y esperanzas...
Alzamos la Copa de tantos límites de cuerpo y espíritu...
Alzamos la Copa de tantas utopías que nos ayudan a crecer...
Alzamos la Copa de tantas carencias que nos hacen sufrir...
Alzamos la Copa de tantas esperanzas que nos sostienen...
Yo, en este día, alzo la Copa de… (se puede participar)
Hoy, aquí y ahora, invocamos tu Nombre, Señor.
Necesitamos la fortaleza de tu bendición
no sólo para tomar y alzar la Copa, sino para beberla.

SE INICIA ORANDO EL ANGELUS:


El ángel dijo a María: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”
TODOS:
María: ayúdanos a vivir siempre con la certeza y la confianza de que Dios está con nosotros,
llenándonos con su amor y su gracia en todo lo que vivimos.
SEMANERA:
María respondió: “He aquí la esclava del Señor”
TODOS:
Tú que supiste entregarte totalmente a Dios, ayúdanos a nosotros a vivir con fidelidad nuestro
compromiso como discípulas.
SEMANERA:
María se puso en camino y fue a prisa a la montaña, a una ciudad de Judá. Entró en casa de Zacarías y
saludó a Isabel.
TODOS:
María: enséñanos a estar atentas a las necesidades de nuestros hermanos y a poner los medios para
remediarlas.
SEMANERA:
María exclamó: “Proclama mi alma la grandeza del Señor”
TODOS:
María: como tú, también nosotras queremos decir esto en todas las circunstancias de nuestra vida.

Por cada dos intervenciones cantamos: Con tu ejemplo Madre Bernarda


queremos juntas peregrinar como testigos de la esperanza de todos los que
buscan la libertad.
1 Lector: “Cultivemos la vida de intimidad con Dios. El contacto con Cristo nos
hará fuertes para cualquier exigencia de nuestro diario vivir”.

Con tu ejemplo Madre Bernarda queremos juntas peregrinar…


2 Lector: “Ensancha en corazón y llénalo hasta el borde de las semillas del
Santo Evangelio para que, en cada situación de tu vida, en el sufrimiento y en la
alegría, tengas una reserva para abastecerte y fortificarte a ti misma y a los
otros”

Con tu ejemplo Madre Bernarda…


3 Lector: “Una de las ventajas de quienes forman una verdadera fraternidad de
amor, es la participación del techo común con Cristo Eucaristía”

Con tu ejemplo Madre Bernarda…

4 Lector: “Traten a su gente benigna y misericordiosamente conforme a lo que


hace el manso y misericordiosìsimo Jesús con los débiles. Rueguen a Dios para
que les dé su espíritu de amor, entrega, misericordia, paciencia y mansedumbre”.

3. Canto de entrada: Una Vida Luminosa

4. ACTO PENITENCIAL:

Las Hermanas presentan: Tres canastas vacías y cada una de ella lleva los
siguientes títulos:

PRIMERA CANASTA: Despertad al mundo.


Lector: Perdón Señor porque en un momento donde el mundo nos pide que
seamos centinelas de la noche capaces de observar la historia en la que vive y
de interpretar los acontecimientos, siendo signos proféticos creíbles, nos hemos
dejado arrastrar por los miedos, la desconfianza, el temor ante la incertidumbre
del momento renunciando muchas veces a mantener vivas nuestras utopías.

SEGUNDA CANASTA: Expertos en comunión.

Lector: Señor, nuestro estilo de vida muchas veces no edifica desde la acogida,
la atención recíproca, el respeto especialmente con los más débiles; aún nos
cuesta mucho aceptar la diferencia como riqueza que fortalece y acrecienta la
comunión. Por eso hoy te pedimos perdón.

TERCERA CANASTA: Salir de sí.

Lector: Hoy como nunca se nos está llamando a salir de si mimas para ir a las
periferias existenciales donde muchos niños, mujeres y hombres agonizan
porque han perdido toda esperanza, y viven en el abandono, la pobreza, el vacío
de una vida sin sentido, sedientos de lo divino...sin embargo Señor, muchas veces
nos hemos dejado arrastrar por la comodidad, les hemos dado la espalda
viviendo replegadas en nosotras mismas, prisioneras de nuestros pequeños
problemas. Perdón Señor.

4. Ofertorio:

Te presentamos Señor estas flores, signo de fecundidad espiritual resultado de


nuestras luchas constantes y deseo de coherencia, acógelas con amor, queremos
como Santa María Bernarda sentir tu gracia sobre nosotros para vivir en santidad.
Por nuestras fuerzas no podemos, pero con tu ayuda todo es posible. Así como
nuestra Santa Fundadora el estar en tu presencia, la hacía vivir a profundidad su
vida, confiada en la obra que realizarías en ella, queremos depositar nuestras
vidas en tu infinito amor para ser transformados y convertidos en anunciadores
de tu Reino:

Se invita a todas las Hermanas para que se acerquen a las canastas y ofrezcan a
través de diferentes flores, los signos a través de los cuales hemos:

Sabido ser centinelas capaces de despertar al mundo que nos rodea


frente al momento histórico que vivimos.

Manifestado signos de comunión fraterna ante un mundo divido.

Comprometido con el dolor y sufrimiento de nuestro pueblo desde


nuestra presencia en los lugares donde realizamos nuestra misión.

5. Continuación de la Eucaristía

6. Canto de Comunión: La Madre Bernarda un regalo de tu amor Señor

Ante tu altar Señor con gozo y alegría,


queremos celebrar las grandezas de tu amor.
Y darte gracias, gloria y alabanzas, tu pueblo está de fiesta,
al contemplar las maravillas de tu amor.
Maravilloso es el Señor. Aleluya (2) gloria a Dios (2)

BENDICION DE LA MADRE BERNARDA

El Señor nos unja y nos sature con el óleo de su gracia


bendiga nuestras acciones
enjugue nuestras lágrimas
mitigue nuestras penas
nos fortifique en las angustias
y el como Altísimo y Santísimo Dios
y misericordiosísimo padre de los cielos
nos haga crecer en confianza
nos de abundancia de paz de corazón
y nos haga triunfar sobre todos los poderes del mal.

Mi
Vivir
es el

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