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CÁMARA DE COMERCIO DE CALI

_________________________________________________________________

Carvajales S.A.S (Convocante)

c.

Daniel Schmidt y Alicia Schmidt (Convocados)

_________________________________________________________________

Memorial de Contestación a la demanda

Tercer concurso de arbitraje comercial 2019


Cali, Colombia – 15 de septiembre de 2019

Equipo No.2
TABLA DE CONTENIDO Pág.
1) SOLICITUDES…………………………………………………………………………...4
A) SOLICITUDES DE ORDEN PROCESAL.………………………………………...4
B) SOLICITUDES DE ORDEN SUSTANCIAL……………………………………….4
2) HECHOS………………………………………………………………………………….5
3) FUNDAMENTOS DE DERECHO………………………………………………………7
I. FUNDAMENTOS DE DERECHO DE ORDEN PROCESAL……………………...7
i. EL PRESENTE TRIBUNAL NO ES COMPETENTE PARA CONOCER DE
LAS PRETENSIONES ……………………………………………………………….7
A) El tribunal no es competente por cuanto la demanda sobrepasa el
alcance de la cláusula
compromisoria…………………………………………………………………….7
B) Los demandantes utilizan en favor su propia culpa para
demandar………………………………………………………………………….10
ii. ANTONIO EDER NO DEBE SER VINCULADO AL PROCESO COMO
TERCERO LLAMADO EN GARANTIA…………………………………………...11
A) Antonio Éder no hace parte del pacto arbitral y, por consiguiente, no
le es oponible…………………………………………………………………….12
B) No hay ninguna fuente legal por la cual Antonio Éder pueda ser
llamado en garantía al presente proceso…………………………………...14
II. FUNDAMENTOS DE DERECHO DE ORDEN SUSTANCIAL………………….15
i. EL CONTRATO DE COMPRAVENTA DE ACCIONES CELEBRADO ENTRE
CARVAJALES S.A.S. Y DANIEL Y ALICIA SCHIMIDT ES EXISTENTE…….15
A) El CCA celebrado por el representante legal suplente existe y es
vinculante para Carvajales S.A.S……………………………………………..15
B) El CCA celebrado por Santiaguito Carvajal es vinculante para
Carvajales S.A.S. debido a la existencia de una representación
aparente…………………………………………………………………………...16
C) El CCA celebrado por Santiaguito Carvajal es vinculante para
Carvajales S.A.S. en virtud de la existencia de un mandato
aparente…………………………………………………………………………...17
D) No existen vicios de validez predicables del CCA…………………….18
ii. EL PAGO REALIZADO POR LAS ACCIONES DE KÁISER S.A. NO
CONSTITUYE ENRIQUECIMIENTO SIN JUSTA CAUSA……………………..20
A) No existió enriquecimiento de los hermanos Schmidt y tampoco
un empobrecimiento de Carvajales S.A.S. de manera correlativa……..20
B) El traslado patrimonial se realizó con una causa justificada……..21
iii. LOS DEMANDADOS CUMPLIERON EL CONTRATO DE COMPRAVENTA
DE ACCIONES……………………………………………………………………….22
A) Cumplimiento de la Cláusula 3.9 del Contrato de
Compraventa……………………………………………………………………..22
B) Improcedencia de quanti minoris e indemnización de
perjuicios………………………………………………………………………….26
5) NOTIFICACIONES……………………………………………………………………...28
6) BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………….28

TABLA DE ABREVIATURAS

C.C. Ley 74 de 1873 - Código Civil


Colombiano

C.Co. Decreto 410 de 1971 - Código de


Comercio de Colombia

CCA Contrato de compraventa de acciones

C.S.J Corte Suprema de Justicia de Colombia

H. Hechos del Caso Hipotético de la


tercera competencia de
arbitraje de la Cámara de Comercio de
Cali

Ac. Aclaraciones al Caso

Káiser S.A. Káiser Construcciones S.A.

Carvajales S.A.S Carvajales Consulting S.A.S.


Cali, 15 de septiembre 2019
Señores,
Centro de Conciliación, Arbitraje y Amigable composición
Cámara de Comercio de Cali

Ref. Contestación a demanda de arbitraje

Equipo No.2, identificado con la cédula de ciudadanía 789.123.456 y tarjeta


profesional 546.790 expedida por el Consejo Superior de la Judicatura, en
representación de Daniel Schmidt y Alicia Schmidt, identificada con el NIT.
90000000-1, nos permitimos, de la manera más respetuosa, presentar contestación
a la demanda formulada por Caravajales S.A.S. en proceso arbitral de mayor
cuantía, conforme a las siguientes:

1) SOLICTUDES:

A) Solicitudes de orden procesal:


i. El tribunal arbitral no es competente para conocer de las pretensiones por cuanto
la controversia gira en torno al actuar de uno de los administradores de
CARVAJALES S.A.S.
ii. Antonio Eder no debe ser llamado en tanto no existe objeto garantizado
a) Subsidiariamente, de integrar el procedimiento arbitral se le respete su
derecho a escoger árbitros.
B) Solicitudes de orden sustancial:
i. Primera solicitud
a) Que se declare la improcedencia de la inexistencia del Contrato de
Compraventa de Acciones.
b) Que se declaren improcedentes las restituciones mutuas por los valores
solicitados por la demandante.
ii. Segunda solicitud:
a) Que se declare que no existió el Enriquecimiento Sin Justa Causa de Daniel y
Alicia Schmidt en perjuicio de la demandante.
b) Que se declare improcedente la pretensión de condena a los demandados por
los valores solicitados por la Demandante.
iii. Tercera solicitud:
a) Que se declare improcedente la pretensión de incumplimiento del Contrato de
Compraventa de Acciones por parte de los demandados.
b) Que, en virtud de lo anterior, se declare improcedente la disminución del
precio de venta en las acciones de Káiser S.A.
c) Que se declare improcedente la pretensión del pago de la indemnización de
perjuicios en los términos que propone la demandante.
iv. Cuarta solicitud: Que se condene a los demandantes al pago de costas y gastos
del presente proceso.

2) HECHOS

1. En el año 1989 se constituyó Káiser S.A. para el desarrollo del objeto social
relacionado con el diseño y la construcción de obras de ingeniería civil, teniendo
domicilio en el municipio de Buenaventura.
2. Entre los accionistas se encontraban los señores Daniel Schmidt y Alicia Schmidt,
con una participación en la sociedad de 33% de las acciones.
3. En febrero del año 2014 se conformó el Consorcio Energía para el Valle, entre
Káiser S.A., Montajes In Expertos y Construimos en el Aire, para la construcción de
tres centrales hidroeléctricas sin embalse.
4. La participación de las empresas en el Consorcio fue de un 43% para Empresas
Montajes In Expertos Ltda., 43% para Construimos Sobre Aire S.A. y 14% para
Káiser S.A. Las dos primeras se encargaron de las actividades de construcción,
mientras que Káiser S.A. de las labores de estudios y diseños del proyecto.
5. El 14 de mayo del año 2014, se celebró el Contrato de Construcción entre
Empresa de Energía del Valle y Consorcio Energía para el Valle, para la
construcción de tres centrales hidroeléctricas sin embalse.
6. De forma concomitante a la celebración del contrato, Daniel y Alicia Schmidt
hicieron pública la intención de vender sus acciones en Káiser S.A. al culminar el
Proyecto de Construcción, frente a lo cual los demás accionistas anticiparon que no
iban a ejercer el correspondiente derecho de preferencia.
7. El 30 de junio de 2015 finalizó la construcción del proyecto hidroeléctrico para el
Valle, dándose su respectiva inauguración.
8. El 15 de julio de 2015 fue firmada el acta de entrega y liquidación del contrato. En
tal Acta, la Empresa Energía del Valle recibió las hidroeléctricas sin salvedades.
9. Paralelamente a la liquidación del contrato iniciaron los acercamientos entre los
hermanos Schmidt y Carvajales S.A.S para la celebración del CCA.
10. En septiembre del año 2015, una de las tres centrales energéticas construidas
por el Consorcio Energía para el Valle presentó fallas técnicas que impidieron el
funcionamiento de la central.
11. Debido a la falla técnica que detuvo el generador de energía y generó la
desconexión de la central de Dagua, el 13 de enero de 2016, la Empresa de Energía
del Valle presentó una demanda únicamente contra Káiser S.A. ante el Juez Civil del
Circuito de Buenaventura, con pretensiones de indemnización que ascendían a los
7.200 millones de pesos.
12. Para el mismo 13 de enero de 2016, Santiaguito Carvajal tenía en su poder el
modelo ultimado del CCA, que había circulado en más de 5 versiones con
comentarios de ambas partes. Sin embargo, Daniel y Alicia Schmidt, conscientes de
la demanda iniciada por la Empresa de Energía del Valle, decidieron suspender las
negociaciones.
13. Posteriormente, Carvajales S.A.S decide nombrar a Santiaguito Carvajal como
representante legal suplente conforme a los Estatutos de la empresa, tal y como
consta en un acta de asamblea, que fue inscrita en el registro mercantil y sin
impugnación alguna; junto a ello se decidió fuera el negociador del CCA.
14. El 17 de enero de 2018 se profirió sentencia condenatoria contra Káiser
Construcciones S.A. por valor de $7.200 millones, más intereses de mora calculados
desde que se presentó la demanda, sentencia que fue confirmada posteriormente
por el ad quem. El pago de la condena impuesta a Káiser Construcciones S.A. se
reflejó en los estados financieros de la sociedad.
15. El 21 de febrero de 2018 se retomaron las negociaciones entre las partes del
CCA, negociaciones en las cuales la parte compradora ofreció un precio menor a la
inicial.
16. Durante el due diligence, el Comprador tuvo acceso a la información que
conforme a las prácticas legales actuales está disponible para una debida diligencia,
y esta versó sobre los aspectos usuales de un due diligence para la compraventa de
acciones.
17. El 12 de abril de 2018, Santiaguito Carvajal, en representación de Carvajales
S.A.S., y Daniel y Alicia Schmidt celebraron el CCA, cuyo precio de venta fue de
37.500 millones.
18. El 15 de abril de 2018 se inscribió en el libro de accionistas la enajenación de las
acciones.
19. El 28 de mayo de 2018 Antonio Éder informó a todos los accionistas de Káiser
S.A. que Montajes In Expertos había sido admitida en proceso de reorganización
empresarial mediante auto del 19 de febrero de 2018 y que, Construimos Sobre El
Aire había presentado la solicitud para el proceso de reorganización empresarial el 1
de abril de 2018; posteriormente fue admitida en proceso de reorganización el 16 de
julio de 2018.
20. El 18 de julio de 2018 se presentó la demanda de arbitraje ante el Centro de
Arbitraje de la Cámara de Comercio de Cali, en contra de Daniel y Alicia Schmidt,
llamando en garantía a Antonio Éder.

3) FUNDAMENTOS DE DERECHO

I. FUNDAMENTOS DE ORDEN PROCESAL

i. EL PRESENTE TRIBUNAL NO ES COMPETENTE PARA CONOCER DE LA


CONTROVERSIA

21. En el presente aparte se esgrimen los argumentos tendientes a demostrar


porqué el tribunal no es competente para resolver la acción incoada por el
demandante en razón de que: (i) Las pretensiones tienen como fundamento el
conflicto de intereses entre Mariana Carvajal y Santiaguito Carvajal por la titularidad
de la representación de la sociedad y, por consiguiente, no son de aquellas
controversias cubiertas por la cláusula compromisoria; (ii) las pretensiones se fundan
en contravía del principio por el cuál nadie puede alegar su propia culpa en favor
propio.

A) El tribunal no es competente por cuanto la demanda sobrepasa el


alcance de la cláusula compromisoria

22. La controversia que plantea la demandante se dirige sustancialmente a la


relación jurídica existente entre Carvajales S.A.S. y Santiaguito Carvajal, esto es, en
cuanto a la actuación que llevó el segundo como representante legal suplente de la
sociedad de Carvajales S.A.S., pues a esta clase de diferencias corresponde el
ejercicio de la acción social de responsabilidad, más no una de demanda arbitral
respecto del CCA, suscrito por uno de estos en representación de la sociedad, ya
que escapan tales diferencias societarias al scope que cobija la cláusula, y adicional
a ello, no se da siquiera una identidad de partes en la controversia y el proceso
arbitral.
23. El artículo 3 de la ley 1563 del estatuto arbitral define que “El pacto arbitral es un
negocio jurídico por virtud del cual las partes someten o se obligan a someter a
arbitraje controversias que hayan surgido o puedan surgir entre ellas. El pacto
arbitral implica la renuncia de las partes a hacer valer sus pretensiones ante los
jueces. El pacto arbitral puede consistir en un compromiso o en una cláusula
compromisoria. (…)”. De tal manera que el artículo del estatuto es enfático en el
necesario cumplimiento del principio de habilitación, que se halla en el artículo 116
de la Constitución Política, por lo cual, serán las partes quienes voluntariamente
deciden, por medio del pacto arbitral, cuáles son las controversias para someter en
la justicia arbitral.
24. La cláusula decimotercera del CCA determina el alcance de la competencia:
“Toda controversia o diferencia relativa a este Contrato se resolverá por un tribunal
arbitral (…)” (H.27) (Subrayado y negrilla fuera del texto). De tal forma que, aunque
el alcance es amplio respecto de la relación sustancial que vincula a Carvajales
S.A.S. y los demandados, la cláusula cobija únicamente lo relacionado al contrato
celebrado. No es dable entonces, llegar a premisas acomodaticias de la cláusula que
incluyan relaciones jurídicas ajenas a lo que ampara el pacto arbitral.
25. Respecto del alcance y límite aplicación de las cláusulas compromisorias ha
dicho el Consejo de Estado en sentencia de 20 de febrero de 2008 que:

“Esta cláusula está concebida desde el momento de su celebración


por tanto, para operar en caso de "eventuales diferencias", sin que de manera
concreta pueda anticiparse la existencia cierta de las mismas, es decir, no se
fijan extremos de la controversia pues los conflictos son futuros e
inciertos, aunque necesariamente deben estar directamente vinculados con
el objeto del contrato que las origina, en estricto sentido material, de lo cual
se colige que en ningún caso la cláusula compromisoria podría tener efectos
en relación con materias no previstas o ajenas por completo a la relación
jurídica de origen como tampoco está llamada a generar, en principio, efectos
retroactivos.” (Consejo de Estado, Sección Tercera, Exp. 33670, 2008).

26. Así, debe diferenciarse las controversias relativas del CCA que cubre la cláusula
compromisoria de aquellas que versan sobre relaciones jurídicas diferentes de una
parte con sujetos y vínculos ajenos al contrato del que versa el pacto arbitral.
27. Tal es la situación en la que erróneamente recae Carvajales S.A.S. al demandar
a los hermanos Schmidt por cuanto, intenta incluir en las controversias cubiertas por
la cláusula compromisoria acciones que se sustentan, en su parecer, en la errónea
actuación de su representante legal suplente. Siendo que la responsabilidad de
Santiaguito por ser representante legal se encuentra regulada en el artículo 200 del
C.Co., y tal dispone frente a los “administradores” que:

“Los administradores responderán solidaria e ilimitadamente de los


perjuicios que por dolo o culpa ocasionen a la sociedad, a los socios o a
terceros.
No estarán sujetos a dicha responsabilidad, quienes no hayan tenido
conocimiento de la acción u omisión o hayan votado en contra, siempre y
cuando no la ejecuten.
En los casos de incumplimiento o extralimitación de sus funciones, violación
de la ley o de los estatutos, se presumirá la culpa del administrador. (…)”

28. De tal forma que, en primer lugar, Santiaguito sería directamente responsable de
su actuar frente a los perjuicios a Carvajales S.A.S., por los que alega Mariana; en
segundo lugar, Santiaguito fue quien sostuvo las negociaciones finales y suscribió el
contrato, a su vez, que tal actuar nace de las decisiones de su padre como socio
mayoritario de Carvajales S.A.S., quien lo designa como representante y encargado
de la negociación; y que, finalmente, la extralimitación que alega la contraparte se
encuentra precisamente encausada en la culpa del representante.
29. Tal situación también se encuentra regulada en el artículo 87 de la ley 222 de
1995 donde se establece que:

“En todo caso en cualquier sociedad no sometida a la vigilancia de la


Superintendencia Financiera, uno o más asociados representantes de no
menos del diez por ciento del capital social o alguno de sus administradores,
siempre que se trate de sociedades, (…), podrán solicitar a la
Superintendencia de Sociedades la adopción de las siguientes medidas:

3. La práctica de investigaciones administrativas cuando se presenten
irregularidades o violaciones legales o estatutarias. Para tal efecto, las
personas interesadas deberán hacer una relación de los hechos lesivos de Ia
ley o de los estatutos y de los elementos de juicio que tiendan a
comprobarlos. La Superintendencia adelantará Ia respectiva investigación y
de acuerdo con los resultados, decretará las medidas pertinentes según las
facultades asignadas en esta ley.”

30. En tal medida, el artículo 200 del C.Co. y el artículo 87 de la Ley 222 de 1985
disponen las medidas pertinentes para los casos en los cuales dentro de la
respectiva sociedad se determinen irregularidades respecto a sus representantes.
Siendo que, se puede actuar contra aquellos cuando, por sus actuaciones indebidas,
llegarán a ser contrariados los intereses de la persona jurídica.
31. Así, al hallarse que el conflicto que plantea la parte demandante deriva de la
inconformidad de Carvajales S.A.S. hacia Santiaguito por las acciones logradas por
este último, en razón de sus funciones y acuerdos realizados, es consecuencia de
ello que se ejerza la acción social de responsabilidad en lugar de acudir al presente
proceso arbitral, pues escapa del alcance de la cláusula compromisoria tal conflicto y
su solución societaria, toda vez que los demandados son ajenos a tal relación y su
vínculo con Carvajales S.A.S. es únicamente el CCA, por lo que este tribunal no es
competente para conocer de la controversia ya que el demandante equivoca la
acción pertinente para la procura de sus pretensiones.

B) Los demandantes utilizan en favor su propia culpa para demandar.

32. Como se mencionó en el acápite anterior, las acciones de Carvajales S.A.S., es


decir, la negociación y la celebración del CCA en el marco del mismo, e
inconformidades por los efectos de las mismas, son endilgables a Santiaguito por al
haber actuado como su representante. Siendo que no puede inculcarles Carvajales
S.A.S. a los demandados, por ser terceros ajenos a la relación jurídica entre los
demandantes y Santiaguito, responsabilidades propias de su misma representación.
33. Por lo tanto, el demandante alegando en la presente controversia pretensiones
hacia los demandados que realmente derivan de inconformidades sustentadas en su
propia administración, como lo es la falta de control sobre las acciones de sus
representantes en vísperas de la protección de sus propios intereses, permite
concluir que utiliza su propia culpa en favor propio. Sobre las situaciones donde se
presente tal figura, la Corte Constitucional, en sentencia T-122/17 reafirma que:

“La Corte Constitucional ha mantenido una línea jurisprudencial


respecto del aforismo “Nemo auditur propriam turpitudinem allegans”, a través
de la cual sostiene que el juez no puede amparar situaciones donde la
vulneración de los derechos fundamentales del actor se deriva de una
actuación negligente, dolosa o de mala fe. Cuando ello ocurre, es decir, que el
particular o la autoridad pública pretende aprovecharse del propio error, dolo o
culpa, se ha justificado la aplicación de este principio como una forma de
impedir el acceso a ventajas indebidas o inmerecidas dentro del ordenamiento
jurídico. Por lo que la persona está prima facie en la imposibilidad jurídica de
obtener beneficios originados de su actuar doloso.” (Corte Constitucional,
Sentencia T-122 de 2017) (Subrayado propio).

34. No es dable entonces que el demandante acuda al procedimiento arbitral


teniendo pleno conocimiento de lo acaecido y pudiendo evitar la ejecución del CCA,
por cuanto, intenta utilizar un desacuerdo societario como causal de sus
pretensiones frente a los demandados, aun cuando los últimos realizaron el negocio
con la persona designada por el mismo comprador para ello, es decir, actuando de
buena fe y de acuerdo a lo actos propios del comprador.
35. Como corolario de lo anterior, se reitera que el Tribunal debe declarar que no es
competente para resolver las pretensiones por cuanto, el conflicto entre Carvajales
S.A.S. y Santiaguito Carvajal es ajeno a las controversias que ampara la cláusula
compromisoria. Sumado a ello, no puede utilizarse en favor propio la culpa de
Carvajales S.A.S. respecto de las actuaciones de Santiaguito Carvajal para justificar
la competencia del tribunal de resolver dicha controversia.

ii. ANTONIO EDER NO DEBE SER VINCULADO AL PROCESO COMO TERCERO


LLAMADO EN GARANTÍA
36. Se solicita respetuosamente al Tribunal no vincule a Antonio Éder al proceso en
calidad de tercero llamado en garantía, como pide la parte demandante, toda vez
que Antonio Éder no hace parte del pacto arbitral suscrito entre las partes
contratantes del CCA y no hay bases legales que habiliten la realización de dicho
llamamiento.

A) Antonio Éder no hace parte del pacto arbitral y, por consiguiente, no le


es oponible

37. El principio de relatividad de los actos jurídicos no es absoluto, por consiguiente,


son contadas las excepciones en virtud de las cuales un acto jurídico tiene efectos
hacia un tercero, esto al tenor de lo dicho por Ospina Fernández, G y Ospina Acosta,
E (Ospina Fernández, 2016, p.387), quienes enuncian que, de no existir una
excepción, no es dable darle efectos a un acto respecto a un tercero.
38. Esto cobra gran importancia al momento de analizar la forma en que el artículo
37 del Estatuto Arbitral colombiano regula el llamamiento en garantía, haciendo
expresa remisión al artículo 64 del Código General del Proceso, que habilita a las
partes a realizar el llamamiento en garantía cuando le asista derecho legal o
contractual para pedir de otro el reembolso o el pago de indemnización producto de
una sentencia judicial.
39. A este respecto, es preciso traer a colación los hechos que nos traen a este foro,
siendo que, en primer lugar, quienes suscribieron el pacto arbitral fueron únicamente
Carvajales S.A.S. y Daniel Schmidt y Alicia Schmidt (H.27) y, en segundo lugar,
Antonio Éder no estuvo involucrado en la ejecución de ninguna de las obligaciones
del contrato. Mal haría la contraparte en afirmar que, por responder de manera clara
y concisa a sus requerimientos y brindarles acceso a toda la información que hace
parte de un proceso de due diligence (Ac.25 y 26), este debe hacer parte del
proceso arbitral puesto que, esta fue una acción realizada por él en su rol de
representante legal de Káiser S.A. y no siendo un extremo contractual en el CCA.
40. Como corolario de lo anterior, solo es posible concluir que i) Antonio Éder no es
parte del contrato; así mismo ii) no ejecutó ni participó de la celebración del mismo; y
iii) no otorgó ningún tipo de garantía, entender lo contrario sería gravoso y no estaría
ajustado a derecho, teniendo en cuenta que:
“el consentimiento del garante debe entenderse otorgado respecto
de lo que conoció o pudo conocer. Por consiguiente, si otorgó la
garantía, pero no conoció que existía una cláusula compromisoria,
porque la misma constaba en otro documento, no puede entenderse
que la cláusula lo vincula” (Cárdenas Mejía, J, 2019, p.50)

41. Así las cosas, siendo que Antonio Éder no formó parte del contrato, pues no
ejecutó obligaciones de este y ni siquiera tenía una relación cercana al mismo, no es
dable afirmar que puede ser vinculado al presente proceso, por cuanto, los llamados
en garantía al ser no signatarios del pacto, deben conocer tanto del contrato como
de la cláusula para poder ser vinculados al proceso, lo que implica que este no tiene
efectos para él (Gómez Londoño, J 2013, P.9)
42. Adicionalmente, de haber responsabilidad de su parte en cuanto a su accionar
en calidad de representante legal de Káiser S.A., es menester tener en cuenta que
,al tenor de lo dispuesto en el artículo 200 del C.Co, los representantes legales
deben responder por sus acciones ante los socios y ante a terceros, pero esto debe
darse por medio de la pertinente acción social dispuesta en el artículo 25 de la Ley
222 de 1995, que es el móvil idóneo en caso de que se demuestre que ocasionó
perjuicios actuando como representante legal.
43. En conclusión y trayendo colación lo dicho por la Corte Constitucional en la
sentencia C-170 de 2014, toda vez que si bien declaró constitucional el parágrafo 1
del artículo 37 de la Ley 1563 del 2012, relativo a que quien garantice un contrato
que contenga una cláusula arbitral podrá ser llamado en garantía, es preciso poner
de presente que la Corte, únicamente se refirió a que no se viola el principio de
habilitación en existencia de contratos que contengan una garantía, puesto que al
garantizar la obligación mediante el contrato, se brinda el consentimiento necesario
para ser llamados a responder por el mismo (Corte Constitucional, Sentencia C-170
de 2014). En el presente caso, no existe ningún pacto entre las partes del CCA y
Antonio Éder en virtud del cual, este último se haya comprometido a garantizar el
CCA, y como consecuencia necesaria, no existe fuente que haga posible vincularlo
al proceso.
44. En este orden de ideas, es preciso tener en cuenta que Antonio éder no tiene
relación con el contrato, ya que no tenía ningún interés en el contrato, y más aún,
este no lo afectaba de manera alguna. Adicionalmente, no es cierto que tuviese
interés en el contrato, puesto que, más allá de brindar la información solicitada, en
nada lo relaciona esto con el contrato.

B) No hay ninguna fuente legal por la cual Antonio Éder pueda ser
llamado en garantía al presente proceso

45. En consonancia con el citado artículo 64 del Código General del Proceso, es
menester traer a colación que debe haber una fuente contractual o legal por la que,
prima facie, sea posible vincular a un proceso en calidad de llamado en garantía a
un tercero.
46. Para estos efectos, el Auto interlocutorio 504 del cinco de junio de 2015, el
Juzgado doce administrativo oral de Medellín se pronunció poniendo de presente
que no es dable vincular en tal calidad a un tercero si no se evidencia “la existencia
de una relación legal o contractual en virtud de la cual se pueda derivar, prima facie,
la existencia de una obligación del llamado para que se haga presente en el
proceso” (Juzgado doce administrativo de Medellín, Rad. 05-001-33-33-012-2014-
00907-00, 2015) tal y como ocurre en el presente caso.
47. Como se puso de manifiesto en el acápite anterior, no existe ninguna fuente legal
o contractual por la cual Antonio Éder pueda ser llamado en garantía, y aún más, de
haber lugar a responsabilidad por parte del mencionado, tendría que acudirse a la
acción social pertinente para que éste responda.
48. Adicionalmente, no hay fuente de responsabilidad que se pueda extraer de los
hechos que suscitaron la disputa y que permitan establecer que la actuación de
Antonio Éder desembocará en perjuicios, toda vez que la información que brindó era
correspondiente a la realidad y a los requerimientos realizados por Carvajales S.A.S.
en el marco de la negociación de la CCA.
49. En mérito de lo anteriormente expuesto, ante la inexistencia de fuente legal o
contractual que habilite a las partes a vincular a Antonio Éder a este proceso en
calidad de llamado en garantía, solicitamos al Tribunal denegar la solicitud de
llamado en garantía a Antonio Éder en virtud de la ausencia de fuente legal o
contractual y habilitación en cabeza de los demandantes para realizar dicho
llamamiento.
II. FUNDAMENTOS DE DERECHO DE ORDEN SUSTANCIAL

50. En el presente apartado se esgrimirán los argumentos tendientes a demostrar i)


La existencia del contrato de compraventa de acciones celebrado entre Carvajales
S.A.S. y Daniel y Alicia Schmidt; ii) Que el pago realizado por las acciones de Daniel
y Alicia Schmidt no constituye enriquecimiento sin justa causa; y iii) Que los
hermanos Schmidt cumplieron a cabalidad el CCA celebrado con Carvajales S.A.S.

i. EL CONTRATO DE COMPRAVENTA DE ACCIONES CELEBRADO ENTRE


CARVAJALES S.A.S. Y DANIEL Y ALICIA SCHMIDT ES EXISTENTE.

51. El contrato celebrado entre la parte demandada y Carvajales S.A.S. es existente


en virtud de que: A) los contratos celebrados por el representante legal suplente, aún
sin estar facultado para ello, son existentes y válidos para las partes; y de forma
subsidiaria a lo anterior; B) las actuaciones anteriores de Carvajales S.A.S. a la
celebración del CCA derivan en la existencia una representación aparente y, de
forma subsidiaria, aun cuando no exista ningún tipo de representación en cabeza de
Santiaguito Carvajal; C) existe un mandato aparente para la celebración del CCA y;
por último, D) la inexistencia de vicios de validez en el CCA.

A) El CCA celebrado por el representante legal suplente existe y es


vinculante para Carvajales S.A.S.

52. El CCA celebrado entre Daniel y Alicia Schmidt y Carvajales S.A.S., mediante su
representante legal suplente, aun cuando la demandante afirma que tal no estaba
facultado para ello, es existente y oponible a Carvajales S.A.S.
53. La sociedad demandante sostiene que el CCA es inexistente por no haber sido
suscrito por el comprador (H. 32), argumentando que Santiaguito Carvajal como
representante legal suplente no estaba facultado para celebrar el contrato pues,
únicamente Mariana Carvajal como representante legal principal tenía tal facultad (H.
30).
54. La Superintendencia de Sociedades ha sostenido en reiteradas ocasiones que
tratándose de negocios jurídicos celebrados por el representante legal suplente sin
estar facultado para representar a la sociedad, es decir, sin que se presentara la “no
la ausencia material del titular, sino la imposibilidad de desempeñar las funciones
que le han sido asignadas” resulta válido entre quienes lo suscribieron pero
inoponible a la sociedad que se pretendía vincular (Superintendencia de Sociedades,
22 de marzo de 1991; 26 de Noviembre de 2010). De allí se infiere entonces que la
sanción prevista para este caso no es la inexistencia como sostiene la demandante,
pues el contrato es válido y existente entre quienes lo suscribieron.
55. A su vez, la Superintendencia de Sociedades también ha previsto excepciones a
la aplicación de la sanción de inoponibilidad cuando el representante legal suplente
actúa sin facultades para ello, pues, si bien la actuación del suplente “lo situaría
como deudor de la prestación o de su valor, cuando no sea posible su cumplimiento
ante los terceros de buena fe con los cuales haya pretendido contratar, (...),
excepción hecha, claro está́ , que el titular ratifique las actuaciones del mencionado
administrador” (Superintendencia de Sociedades, 17 de julio de 2012;
Superintendencia de Sociedades, 13 de julio de 2016) (Subrayado propio).
56. En efecto, Mariana Carvajal, como titular de la facultad para obligar a Carvajales
S.A.S. ha ratificado de forma tácita el negocio jurídico celebrado por Santiaguito
Carvajal, pues tuvo conocimiento de la existencia del negocio un día después de su
celebración y no emitió pronunciamiento alguno respecto de dicho contrato (Ac. 34),
por el contrario, el precio acordado fue pagado por Carvajales S.A.S. (Ac. 33).
57. En otras palabras, la oponibilidad supone una garantía “que tienen los terceros
adquirentes de buena fe para que un negocio del que no hicieron parte no los afecte
cuando no se cumplió el requisito de publicidad; de suerte que ni su celebración ni
su eventual nulidad pueden perjudicarlos” (C.S.J., Sala de Casación Civil, ID:
541171, 2017). Sin embargo, en este caso es claro que la sociedad mediante el
conocimiento del representante legal principal y el pago del valor acordado en virtud
del contrato ratifica el negocio jurídico convirtiéndose en parte. Por lo cual no puede
predicarse en ningún caso la inoponibilidad frente a Carvajales S.A.S. del contrato
objeto de debate.

B) El CCA celebrado por Santiaguito Carvajal es vinculante para Carvajales


S.A.S. debido a la existencia de una representación aparente.

58. De forma subsidiaria a lo presentado en el apartado “A”, aun cuando Santiaguito


Carvajal haya dirigido su actuar por fuera de su función como representante legal
suplente, las conductas de Carvajales S.A.S. durante las negociaciones y en los
momentos posteriores a la negociación del contrato dieron paso a una
representación aparente, por lo cual Carvajales S.A.S. se encuentra obligado al
cumplimiento en los términos pactados en dicho negocio jurídico en virtud del
artículo 842 del C.Co.
59. Respecto de los casos en los cuales, un conjunto de actuaciones da motivos
para creer que determinada persona está facultada para celebrar un negocio jurídico
en nombre de una sociedad, la Superintendencia de Sociedades, en oficio del 13 de
junio de 2017, ha establecido que “frente al cumplimiento de las obligaciones que se
desprenden de los negocios jurídicos acordados, se habrá de evaluar la conducta de
la sociedad y del suplente, para estimar quien debe responder por el cumplimiento
de las obligaciones contraídas” (Superintendencia de Sociedades, 13 de julio de
2017) (Subrayado propio).
60. En el presente caso, es claro que Carvajales S.A.S. no solo designó el cargo de
representante legal suplente a Santiaguito Carvajal (H. 15), el cual se ha entendido
que “está legitimado para actuar en cualquier tiempo y se presume que cuando lo
hace, el principal está en imposibilidad de actuar” (Reyes Villamizar, 2016, p. 691),
sino que además le fue encargada específicamente la negociación de acciones que
dio paso al negocio en controversia (H. 16).
61. Las actuaciones de la demandante conllevaron a que Daniel y Alicia Schmidt
actuaran bajo la buena fe y la creencia legítima de que Santiaguito Carvajal se
encontraba facultado para realizar la negociación y celebrar el contrato,
presentándose entonces una representación aparente que obliga a Carvajales
S.A.S. al cumplimiento de las obligaciones del CCA.

C) El CCA celebrado por Santiaguito Carvajal es vinculante para Carvajales


S.A.S. en virtud de la existencia de un mandato aparente.

62. En subsidio a lo anterior y en caso de que el Tribunal considere que la actuación


previa de la sociedad demandante no es suficiente para su ratificación al contrato,
nos remitimos entonces a las circunstancias que dieron lugar a un mandato aparente
entre Carvajales S.A.S. como mandante y Santiaguito Carvajal como mandatario, en
el que se le encargó al último la negociación del CCA. Lo cual, en todo caso, supone
obligaciones para Carvajales S.A.S. como consecuencia de la aceptación tácita de
dicho mandato.
63. En virtud de que la legislación comercial no establece regulación específica
respecto del mandato aparente y acorde con los preceptos del artículo 822 del C.
Co., resulta aplicable para tal figura lo establecido en la legislación Civil.
68. Siguiendo lo establecido por el artículo 2149 del C.C. “el encargo que es objeto
del mandato puede hacerse (…) aún por la aquiescencia tácita de una persona a la
gestión de sus negocios por otra”, de esa forma el perfeccionamiento del mandato
como lo establece el artículo 2150 del C.C., se obtiene con la aceptación del
mandatario, la cual puede ser tácita, como en aquellos casos donde se realizan
actos en ejecución del encargo y tiene los mismos efectos que la aceptación expresa
según lo contenido en el artículo 854 C.Co.
64. Aún, ante la ausencia de regulación expresa del mandato aparente materia
comercial, la Corte Suprema de Justicia en Sentencia del 8 de junio de 2009 ha
admitido su existencia y uso en común en dicho ámbito. Específicamente, admitió
que tal figura se configuraba con la ejecución de las obligaciones a las que una
persona se había obligado a través de otra, sin que mediara un contrato de mandato
de manera previa a la aceptación de tales obligaciones. (C.S.J., Sala de Casación
Civil, ID: 363378, 2009)
65. En el presente caso, Santiaguito Carvajal celebró el CCA en nombre de
Carvajales S.A.S. sin la existencia de un contrato de mandato previo, pero ante la
existencia de un mandato aparente. Lo anterior teniendo en cuenta que el mandato
aparente se configura en virtud del encargo de negociación del CCA que Carvajales
S.A.S. encomienda a Santiaguito Carvajal (H. 15 y 16), y la aceptación tácita que
este da respecto del mandato, al ejecutar las acciones tendientes a lograr la
celebracion del negocio jurídico, incluida su celebración misma (H. 24).
66. Como consecuencia de las conductas realizadas antes y después de la
celebración del contrato, tanto del representante legal principal como de la sociedad
demandante, Carvajales S.A.S. se encuentra vinculado al cumplimiento de las
obligaciones que Santiaguito Carvajal contrajo ante Daniel y Alicia Schmidt. Así, no
puede predicarse la inexistencia del contrato ni mucho menos la inoponibilidad de
este, pues, Carvajales S.A.S. ha ratificado de forma clara las acciones de
Santiaguito Carvajal.

D) No existen vicios de validez predicables del CCA


67. En todo caso, si el Tribunal estima que en los elementos del presente caso
conducen a la posibilidad de que la demandante como parte del contrato pueda
cuestionar la validez del mismo, siguiendo la posición adoptada en Sentencia del 28
de junio de 2017, la vía procedente es la anulabilidad en aplicación del artículo 838
del Código de Comercio, a cuyo tenor “el negocio jurídico concluido por el
representante en manifiesta contraposición con los intereses del representado, podrá
ser rescindido a petición de éste, cuando tal contraposición sea o pueda ser
conocida por el tercero con mediana diligencia y cuidado” (C.S.J., Sala de Casación
Civil, ID: 541171, 2017).
68. Sin embargo, dicha nulidad relativa o la anulabilidad como ha sido descrita en el
artículo 900 del C.Co. puede ser saneada “por su ratificación o por el lapso o paso
del tiempo (art. 1743 C.C.)” (Corte Constitucional de Colombia, C-345 de 2017)
(Subrayado propio). En el presente caso, si bien la demandante podría alegar que el
negocio celebrado por Santiaguito Carvajal fue celebrado en contraposición de los
intereses de la sociedad, el vicio que podría dar paso a la anulabilidad ha sido
saneado mediante una ratificación tácita, que se presentó “a través de la ejecución
voluntaria de la obligación contratada” (López, 2012). Pues, como ha sido
mencionado en reiteradas ocasiones, Carvajales S.A.S. realizó, de forma voluntaria,
el pago pactado en el CCA (Ac. 33), ratificando tácitamente el actuar de su
representante legal suplente y cumpliendo las obligaciones del contrato que le son
vinculantes.
69. De cualquier forma, las posibilidades analizadas anteriormente llevan a una
misma conclusión, la existencia inequívoca del CCA. Así mismo, conforme a la
argumentación presentada, ninguna de las sanciones que la jurisprudencia ha
previsto para los contratos celebrados por el representante legal suplente sin poder
para representar son aplicables en la presente disputa. Tanto la posible
inoponibilidad como la nulidad relativa fueron subsanadas con la actuación posterior
de la sociedad demandante. El CCA celebrado entre Daniel y Alicia Schmidt y
Carvajales S.A.S. no sólo es existente, sino válido y en consecuencia vinculante
para las partes.
70. Por todo lo anterior, no resulta procedente la declaracion de inexistencia del
CCA, ni el reintegro patrimonial que reclama la parte demandante en contra de la
parte demandada y tampoco la reinscripción de las acciones nominativas a favor de
los demandados en el libro de accionistas de la compañía.
ii. EL PAGO REALIZADO POR LAS ACCIONES DE KÁISER S.A. NO
CONSTITUYE ENRIQUECIMEINTO SIN JUSTA CAUSA.

71. El contrato de compraventa de acciones posee una justa causa, pues existe
título para el traslado patrimonial, el cual se realizó con plena voluntad e información
por parte de los contratantes.
A) No existió enriquecimiento de los hermanos Schmidt y tampoco un
empobrecimiento de Carvajales S.A.S. de manera correlativa.
72. En el caso concreto, el precio fue acordado libremente por las partes y no se ha
consolidado ninguna situación que haga imposible la recuperación del patrimonio de
la sociedad en los términos acordados por las partes, razón por la cual no existe un
empobrecimiento consolidado para la existencia del enriquecimiento sin justa causa.
73. La Corte Suprema de Justicia ha fijado que, para la existencia del
enriquecimiento sin justa causa, entre otro requisitos, se encuentra el requisito de
que exista un enriquecimiento, es decir, que el obligado haya obtenido una ventaja
patrimonial y que, de manera correlativa, haya un empobrecimiento, lo cual significa
que la ventaja obtenida por el enriquecido haya costado algo al empobrecido (CSJ,
Sala de Casación Civil, ID:224268, 2002).
74. Adicionalmente, de acuerdo con el oficio 220-75439 de la Superintendencia de
Sociedades, el precio de las acciones “no debe ser inferior a su valor nominal y se
deja a la libre voluntad de las partes involucradas establecer un valor superior.”
75. En el caso concreto, encontramos que el precio de las acciones fue libremente
negociado entre las partes, es así como las partes, teniendo en cuenta el riesgo de
la no recuperación de la condena por la falla en la hidroeléctrica Dagua, decidieron
contratar; asumiendo el riesgo común de cualquier negocio jurídico. De lo anterior,
se desprende la especial observancia a que se garantizó la alta probabilidad y no la
plena certeza de recuperar el dinero [H. 23]. Aun así, las partes contratantes, a
sabiendas de que la recuperación del precio de la condena no era 100% segura,
fijaron el precio de 37.500 millones de pesos por el 33% de la participación de la
empresa Káiser S.A.
76. En este sentido, no es posible hablar de una desproporción en el equilibrio
contractual cuando el mismo ha sido pactado por las partes. Es así como el 33% de
la condena, que es la participación accionaria de la sociedad demandante,
representa apenas el 5% del dinero pagado por las acciones; es decir, que las
partes, en uso de su libre albedrío, acordaron un precio mayor al valor nominal de
las acciones.
77. En conclusión, no se ha consumado una desproporción entre los patrimonios,
toda vez el proceso de reorganización no implica la imposibilidad de cobrar el valor
de la condena que afecte el precio pagado, precio que en todo caso, no supera el
5% el precio actual de las acciones.
B) El traslado patrimonial se realizó con una causa justificada.
78. La interacción patrimonial entre los dos patrimonios se hizo en virtud del
cumplimiento de una obligación contractual, en consecuencia, existió una justa
causa para el traslado patrimonial.
79. De acuerdo con León (León, 2017) en el contexto del enriquecimiento sin justa
causa, la causa se entiende como la situación jurídica que aprueba el cumplimiento
de una obligación. En este orden de ideas, la C.S.J. ha indicado que la justa causa
es asimilable a la existencia de un título con base en el cual se realice un traslado
patrimonial (CSJ, Sala de Casación Civil, ID:224268, 2002).
80. En esta misma vía, el Tribunal Superior de Armenia en sentencia del 21 de junio
de 2006 señaló que aun cuando se vea de manera clara la existencia de un
desequilibrio en un contrato, si este desequilibrio tuvo como fuente la voluntad
expresada por las partes, no hay enriquecimiento sin justa causa:
“Dicho lo anterior y, retornando al estudio del caso concreto a la luz de la
jurisprudencia nacional decantada alrededor de la figura del enriquecimiento
sin causa, encontramos que el plenario informa con palmaria nitidez que se
ha dado un enriquecimiento en cabeza de la demandada con el advenimiento
a su patrimonio de dineros provenientes del patrimonio del demandante quien,
correlativamente, se ha empobrecido, lo que ha llevado al desequilibrio entre
los dos patrimonios (...) lo anterior no ofrece controversia ni tampoco hay
discusión en que ese traslado de bienes de un patrimonio a otro ocurrido
entre los adversarios en esta litis tuvo como causa el acuerdo entre
demandante y demandada que para el uno es un mandato y para la otra
constituía donación; con todo, tuvo una causa jurídica radicada en la voluntad
convergente de los litigantes (Tribunal Superior de Armenia, Sala Civil,
Familia y Laboral, 2010).
81. En este sentido encontramos que la interpretación más autorizada del principio
de enriquecimiento sin justa causa manifiesta que la justa causa asimilada a un
acuerdo de voluntades es suficiente para darle plena validez a un traslado
patrimonial, aún con el enriquecimiento y empobrecimiento correlativo de dos
patrimonios.
82. Es así como nos permitimos señalar que aun cuando exista la posible
desproporción entre el flujo de ambos patrimonios, encontramos que el CCA justifica
el traslado de un patrimonio al otro; en este sentido, al imponer obligaciones a
ambas partes se elimina la posibilidad de contemplar un enriquecimiento sin justa
causa, pues todo enriquecimiento que se produzca por el efecto de una obligación
no se considera injustificado (León, J., 2017).
83. Al haberse dado el pago de las acciones en virtud del cumplimiento de las
obligaciones de un contrato, el traslado patrimonial entre las partes tiene justa causa,
y, en consecuencia, no hay enriquecimiento injustificado.
84. En conclusión, al no configurarse el enriquecimiento sin justa causa por lo aquí
expuesto, resulta improcedente la condena al pago de la suma que solicita la parte
demandante.
iii. LOS DEMANDADOS CUMPLIERON EL CONTRATO DE COMPRAVENTA
DE ACCIONES.

85. La parte demandada cumplió con todas sus obligaciones contractuales derivadas
de la compraventa de acciones. De manera específica, A) cumplió con las
contenidas en la cláusula 3.9 del contrato referente a las declaraciones y garantías
del vendedor y por ello, B) la pretensión de disminución del precio y la indemnización
de perjuicios está llamada a no prosperar.

A) Cumplimiento de la Cláusula 3.9 del Contrato de Compraventa

86. En el contrato de compraventa de acciones objeto de controversia las partes


establecieron que las declaraciones y garantías del vendedor no contenían
afirmaciones falsas, ni tampoco que se había omitido dar cuenta de hechos
sustanciales que debieron revelarse o de algún elemento cuya revelación debía ser
necesaria (H.26). Dichos preceptos contaron con la aquiescencia de la parte
demandante pues la misma constató al momento del contrato dichas afirmaciones y
no se opuso a ellas. Con su declaración, asumió que la información entregada
resultaba veraz y completa.
87. La parte demandada, en el marco del proceso de Due Dilligencie, respondió que
se iban a iniciar los procesos contra los consorciados y estimó su éxito como
altamente probable (H.23). Es decir, si la parte compradora indagó por el éxito del
reclamo, no es posible hablar de un incumplimiento en la medida en que el mismo, a
la fecha de la presentación de la solicitud de arbitraje, no ha tenido resolución. La
parte demandada no incumplió debido a que su afirmación no se puede comprobar
falsa e inexacta porqué dicha premisa del incumplimiento está sujeta a un hecho
futuro.
88. Inclusive, lo afirmado por los vendedores no desvirtúa la posibilidad de instaurar
demandada declarativa contra sus consorciados por la responsabilidad que ellos
tienen en las fallas de la construcción objeto de la condena previa. Así se puede
deducir a partir de lo establecido en el artículo 17 y 20 de la ley 1116 de 2006, pues
los mismos no prohíben este tipo de procesos declarativos contra sociedades que
presenten solicitud de admisión al proceso de reorganización o que ya se
encuentren inmersos en estos.
89. Así las cosas, la afirmación hecha por los vendedores resulta efectivamente
cierta pues, a pesar de los procesos de reorganización, estos no imposibilitan que el
proceso declarativo tenga una “Alta Probabilidad” de éxito en la medida en que las
demandas pueden ser instauradas y el proceso judicial se puede llevar a cabo con
normalidad.
90. Incluso, las condenas que surjan de dichos procesos judiciales van a poder
cobrarse dentro de cada proceso de reorganización, por lo que, aún bajo el remoto e
hipotético caso en que lo que se hubiera garantizado fuera el pago efectivo de tales
condenas, estas aún se van a poder materializar.
91. Si con posterioridad a la celebración del contrato la parte demandante intenta
desvirtuar dicha aquiescencia a la cláusula 3.9, debe hacerse por situaciones
fácticas ya resueltas, desconocidas al momento de celebración del contrato y que se
debían informar por la parte demandada. Es decir, aplicando al caso, si la parte
demandante no hace alusión al incumplimiento con relación al éxito del reclamo sino
a la existencia de inexactitudes en la situación de los consorciados de Kaiser S.A.,
estás últimas ya eran conocidas o se debían conocer por parte de los compradores,
por lo que también resulta improcedente la declaración de incumplimiento.
92. En el caso, los demandantes mostraron pasividad al momento de verificar la
liquidez de los consorciados de Kaiser S.A., pues, previo al momento de celebración
del contrato no indagaron en ninguna medida por tal situación.
93. Si bien el móvil que llevó a la parte compradora a celebrar el contrato fue el valor
patrimonial de las acciones, el mismo siempre fue establecido en virtud de la
información suministrada por la parte demandada y por la información que debía
tener la parte demandante. Si la parte demandante llegará a alegar la omisión de
algún hecho sustancial por parte de los demandados que pudiera afectar la
celebración o el contenido patrimonial del contrato, dicho alegato no resultaría
procedente pues, los primeros tenían la obligación previa de conocerlos por su
obligación de cumplir con los deberes precontractuales. Es decir, la parte
compradora no puede omitir el deber de sus actuaciones a la espera de que la parte
vendedora supla su pasividad de no indagar por información que era de fácil acceso.
94. Tal indagación le correspondía al comprador pues, en estos términos, lo
demanda el deber de auto información, transversal a todas las relaciones
contractuales como deber precontractual. Tal deber implica la necesidad de tomar
iniciativas orientadas a obtener la información necesaria que le permita fortalecer su
propio consentimiento y la correcta ejecución del contrato. De allí se deriva que, las
partes, no deben tomar actitudes pasivas y, por el contrario, están en la obligación
de buscar diligentemente la información en pro de sus intereses (Chinchilla Imbett,
2011).
95. Al interesado le compete informarse sobre las partes intervinientes, el objeto del
contrato, los riesgos connaturales, entre otros que hacen parte de la diligencia que
se le exige a cualquier parte (Pájaro Moreno, 2011). En específico, uno de los
hechos que no debe informarse son aquellos que son de fácil acceso o consulta para
la contraparte, bien sea por su disponibilidad a través de formas masivas o porqué
son de público conocimiento, caso en el cuál la parte compradora tiene el deber de
acceder a esta información y analizar su contenido, esto sin desmedro de solicitar
datos adicionales o aclaraciones, pero estos, deberán solicitarse por un
requerimiento expreso a la contra parte (Larroumet, 1999).
96. Sobre ese requerimiento expreso se han manifestado los laudos arbitrales en el
orden nacional. Se ha definido que, cuando media un proceso de due dilligence, el
comprador debe examinar y analizar la información que se le otorga, solicitando las
aclaraciones e informaciones adicionales que considere pertinentes en aras de tener
un mejor conocimiento de la situación de la empresa y del patrimonio de la sociedad
en la que se va a adquirir la participación accionaria (CCB, Aguas de Bogotá S.A.
E.S.P. vs. Constructora Némesis S.A. y otros, p. 98).
97. La diligencia que debe tener el comprador es proporcional a sus calidades, es
decir, le es exigible un deber de auto información adecuado a su condición. Cuando
se trata de un experto se le exige al comprador un examen más detallado que le
permita informarse tanto de lo manifiesto como de lo que no se conoce (Chinchilla
Imbett, 2011).
98. En las relaciones comerciales, por la mayor diligencia que se exige de las partes,
el deber de auto información tiene un espectro de aplicación más amplio. Esto
debido a que se trata de compradores profesionales, que por su calidad de
comerciante está en capacidad de informarse mejor sobre el objeto del contrato.
99. Así lo han manifestado los laudos arbitrales al afirmar que, cuando se trata de
empresarios expertos conocedores del negocio objeto del contrato, susceptibles
además de asesorarse debidamente, estos pueden establecer si la información que
el uno consigue y que el otro recibe, resulta o no adecuada a sus pretensiones
(CCB, Aguas de Bogotá S.A. E.S.P. vs. Constructora Némesis S.A. y otros, p. 100).
100. De no agotarse tal diligencia, puede concurrir una conducta negligente del
comprador, pues, incurre en culpa si en el due dilligence actúa con negligencia
injustificable en empresarios expertos con un interés peculiar en la operación
contractual. (CCB, Aguas de Bogotá S.A. E.S.P. vs. Constructora Némesis S.A. y
otros, p. 102).
101. Carvajales S.A.S. como comprador no tuvo la voluntad o el ánimo para indagar
en la manera en que le exigen sus calidades de comerciante, pues, para el caso de
los procesos de reorganización, el artículo 19 de la Ley 1116 de 2006 ordena en su
numeral segundo, la inscripción del auto de inicio del proceso de reorganización en
el registro mercantil de la Cámara de Comercio correspondiente o en el registro que
haga sus veces y tal registro tiene la cualidad de documento público de fácil acceso.
102. Sobre este particular, ha manifestado la Corte Suprema de Justicia que:

(..) es circunstancia impide argüir el desconocimiento de dicho documento, y


el del acto que consigna (…) dado que el registro mercantil como lo indica el
artículo 26 del mismo estatuto (C. Co.), es “público”, y por ese carácter toda
persona tiene el derecho de “examinar libros y archivos en que fuere llevado,
tomar anotaciones de sus asientos o actos y obtener copias de los mismos”,
razón por la cual la inscripción, en sí misma considerada, cumple
prioritariamente una función informativa, de publicidad para la comunidad en
general, respecto de los actos y documentos sujetos a esa formalidad, lo que
imposibilita alegar su desconocimiento una vez ha sido verificada (C.S.J. Sala
de Casación Civil, ID: 226864, 2007).

103. En últimas, el fácil acceso, la función informativa y la publicidad de los


documentos públicos genera que la parte interesada tenga la obligación de
informarse en pro de sus intereses. No puede exigir entonces a su contraparte una
indemnización de perjuicios por su propio actuar, pues desconocería el principio
general del derecho según el cual nadie puede alegar su propia torpeza a su favor.
104. Así las cosas, solo es posible manifestar que existió un incumplimiento a las
cláusulas de declaraciones y garantías si el comprador se encontraba en una
posición de ignorancia excusable y legítima. La parte demandada informó con
veracidad todo lo que estaba a su alcance, no omitió ninguna información que
estuviera obligada a dar por fuera del deber de auto información que tenía la parte
demandante y reveló todo lo necesario para la correcta celebración del negocio. En
últimas, las declaraciones contenidas en el contrato no resultaron falsas o inexactas,
por lo que se hace improcedente la declaración de incumplimiento y con ello, la
pretensión de disminución del precio venta y la indemnización de perjuicios.

B) Improcedencia de quanti minoris e indemnización de perjucios.

105. Lo que resulta aún más improcedente es que este tipo de incumplimiento se
intenten esgrimir por la acción quanti minoris establecida en el artículo 934 del
Código de Comercio. Dicha acción tiene un carácter especial que la hace
únicamente procedente ante el incumplimiento en la calidad del objeto o en su
aptitud con relación al uso determinado por el contratante, no para cualquier tipo de
incumplimiento sino para ese en específico (C.S.J. Sala de Casación Civil, ID:
225463, 2005).
106. Es decir, el demandante no puede alegar el incumplimiento de las cláusulas del
contrato y solicitar como su consecuencia la de un cumplimiento imperfecto en la
obligación de entregar la cosa. Resulta incongruente si se tiene en cuenta que las
calidades y aptitudes de las acciones objeto del contrato de compraventa ni siquiera
se ponen en duda por la parte demandante. Son dos elementos divergentes que
hacen improcedente la acción quanti minoris del artículo 934 del Código de
Comercio.
107. Ligado a lo anterior, resulta también improcedente la indemnización de
perjuicios a que hace referencia el artículo 934 del Código de Comercio en su inciso
segundo, pues la misma solo procede para los casos en que existen vicios ocultos
en la cosa objeto del contrato, cuestión que en ningún momento plantea el
demandante, sino que por el contrario se fundamenta en el incumplimiento de la
cláusula 3.9.
108. Aún, si el demandante hubiera alegado la presencia de vicios ocultos, no
resultaría procedente en el caso el supuesto del artículo 934 del C. Co. Lo que se
podría alegar como vicio oculto, no tiene tal carácter por lo ya descrito anteriormente
referente a la calidad de público del registro mercantil y las inscripciones que en este
se deben hacer de los procesos de reorganización que tengan las respectivas
sociedades.
109. La indemnización de perjuicios de dicha normativa tampoco tendría
procedencia pues la misma solo aplica para los casos en que se tiene conocimiento
que el vendedor conocía o debía conocer el vicio y no lo informó así al comprador.
En el caso, el vendedor se enteró con posterioridad a la compraventa de la
existencia de los procesos de reorganización y tampoco era de su obligatoriedad
conocerlos por el ya referenciado deber de auto información.
110. De igual manera, la indemnización de perjuicios resulta improcedente en virtud
de que la parte demandada no faltó nunca al principio de buena fe. Por el contrario,
fue muy diligente y acorde a los requerimientos que hizo la parte compradora
primero, al suspender las negociaciones (H. 14) y segundo, al acceder y entregar
toda la información de su competencia en el marco del proceso de due dilligencie
(H.23). En últimas, se cumplió con los postulados que demanda el deber de
información y con ello con la buena fe contractual y así, se hace improcedente la
indemnización de perjuicios que establecida en el artículo 863 del Código de
Comercio.
111. Por último, teniendo en cuenta que en el caso la parte demandada cumplió con
sus obligaciones de acuerdo con lo expuesto en el apartado anterior, resultaría
también improcedente las indemnizaciones consagradas en los artículos 1613, 1614
y 1615 del Código Civil, pues las mismas solo aplican para los casos de
incumplimientos en las obligaciones contractuales y, en el presente caso, los mismos
se demuestran no configurados.

5) NOTIFICACIONES

PARTE DEMANDADA: Calle 16 No. 11-11. Palomino, Guajira, Colombia. Teléfono:


8746843. Correo electrónico: daniyalicia@gmail.com

7) BIBLIOGRAFÍA

Libros y artículos

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Ediciones del Profesional Ltda.
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Corte Constitucional, Sala Segunda de Revisión (27 de febrero de 2017) Sentencia
de Tutela 122 del 2017 [M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez]
Corte Constitucional de Colombia. Sentencia C-345 del 24 de mayo de 2017. MP
Alejandro Linares Castillo.
Consejo de Estado, Sección Tercera, Subsección A. (20 de febrero de 2008)
Sentencia 33 670 [C.P. Mauricio Fajardo Gómez]
Consejo de Estado, Sección Tercera, Subsección A. (7 de marzo de 2012) Sentencia
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Fernando Trejos Bueno]
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil (14 de enero de 2005) Sentencia
225463 [M.P. Edgardo Villamil Portilla]
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil (07 de noviembre de 2007).
Sentencia 226864 [M.P. Jaime Alberto Arrubla Paucar]
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil (7 de noviembre de 2007)
Sentencia 226865 [M.P. Jaime Alberto Arrubla Paucar]
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Sala de Casación Civil. Sentencia del 8 de junio
de 2009 (M.P: César Julio Valencia Copete).
Juzgado Doce Administrativo Oral de Medellín (5 de junio de 2015) Auto
interlocutorio 504 Radicado 05001333301220140090700 [Jueza Leidy Johana
Arango Bolívar]
Corte Suprema de Justicia. Sentencia de 28 de junio de 2017. Sala de Casación
Civil. MP Ariel Salazar Ramírez.
Tribunal de Arbitramento de la Cámara de Comercio de Bogotá. (14 de septiembre
2010). Laudo 1174 en el proceso de Aguas de Bogotá S.A. E.S.P. c. Constructora
Némesis S.A. y otros.
Tribunal Superior de Armenia, Sala Civil-Familia (21 de junio de 2010) Sentencia
00082-02 [M.P. Marcos Isaias Ramírez Luna]
Conceptos

Superintendencia de Sociedades (22 de marzo de 1991) Concepto SL 7717.


Superintendencia de Sociedades (30 de agosto de 1999) Oficio 220-75439.
Superintendencia de Sociedades (26 de noviembre de 2010) Concepto 220-142234
Superintendencia de Sociedades (17 de julio de 2012) Concepto 220-056528
Superintendencia de Sociedades (13 de julio de 2016) Concepto 220-141057
Superintendencia de sociedades (13 de junio de 2017) Oficio 220-118207

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