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consejería
pastoral
Formación Pastoral
Iglesia Metodista Libre
Latinoamérica
Cuidado yConsejería
Pastoral
Hermanos, si alguien es sorprendido en pecado, ustedes que son espirituales deben restau-
rarlo con una actitud humilde. Pero cuídese cada uno, porque también puede ser tentado.
Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo.
Gálatas 6:1-2 NVI
FORMACIÓN PASTORAL
Iglesia Metodista Libre
Latinoamérica
Equipo Directivo
Directora de área
Dra. Delia Nüesch-Olver
Coordinador de proyecto
John Jairo Leal Rincón
Equipo de Trabajo
Beth Gómez, Jennifer Porras Pabón, Luis Fernando Pérez Rojas, Luz Mery Moscote Miranda y
Shirley Yomara Cadena Maldonado
Diseñador
Johan Ferney Ríos Arboleda
Es para nosotros un gusto presentar a los líderes de la Iglesia Metodista Libre en Latinoamérica el
manual de Cuidado y Consejería Pastoral. En este estudio introductorio, encontrarán pautas prác-
ticas para cuidarse a sí mismos y al rebaño de Dios que está bajo su responsabilidad. Estas pautas
les ayudarán a atender de manera especial a aquellos que viven situaciones complejas de la vida. A
la vez, encontrarán formas de guiar a buenos pastos su rebaño a lo largo del ciclo de la vida. Nunca
olvide que su meta principal en la consejería pastoral es la madurez del creyente o el surgimiento
de una relación personal entre el no creyente y Jesús. Esa es la base necesaria para que la persona
alcance salud espiritual, emocional y física. Todas las situaciones se pueden abordar desde esa base
cuando la persona toma una decisión voluntaria de cambiar a través de la gracia y el poder trans-
formadores de Jesús.
El contenido de este manual es fruto del trabajo de investigación de Luz Mery Moscote Miranda,
Luis Fernando Pérez Rojas y John Jairo Leal Rincón quienes han sido guiados por el equipo de
formación pastoral latinoamericano. ¡A Dios sea la Gloria!
Se sugiere que este módulo se enseñe usando la metodología de aula invertida porque es la que
mejor ayuda a desarrollar los materiales y lograr las metas. En esta, los plantadores o pastores-es-
tudiantes reciben los materiales previamente al encuentro (el tiempo presencial de clase), hacen
la lectura comprendiendo el contenido y realizan todas las asignaciones dadas. En el encuentro se
socializan los materiales, se profundiza en los contenidos, se revisan los ejercicios y se solucionan
interrogantes que hayan surgido.
Preferiblemente esta asignatura se debe realizar en grupo y bajo la supervisión de un formador de-
bidamente avalado por la Iglesia Metodista Libre; para una excepción, por condiciones especiales,
debe comunicarse con la persona a cargo en su iglesia, distrito o conferencia. Este material está
dirigido tanto para personas que están en el proceso de Plantación de Iglesias Comunitarias, como
para pastores en iglesia ya establecidas que están camino a la ordenación.
El diseño del módulo presupone que cada lección de esta asignatura corresponde a 3 horas de en-
cuentro de grupo (incluyendo un tiempo de descanso por lección); por ello es ideal seguir una de
las siguientes modalidades para completar esta asignatura:
Plan extendido: 12 encuentros semanales de 1 hora y media cada uno. Esta modalidad es ideal
cuando un mismo grupo está realizando 2 o más asignaturas al mismo tiempo. En esta modalidad
recomendamos que en una semana se revise la asimilación del contenido (use las actividades de
evaluación llamadas “preguntas de reflexión” y “lecturas complementarias”), y en la siguiente
revise el desarrollo de los ejercicios de evaluación personal y los planes de acción.
Plan regular: La asignatura se puede completar en 6 encuentros semanales de 3 horas cada uno
(una variante a esto son 2 encuentros semanales de 1 hora y media). Antes de cada encuentro usted
deberá completar todas las actividades indicadas para la lección.
A lo largo de todos los manuales podrá encontrar algunos de los siguientes íconos. En ocasiones
puede encontrar dos de estos íconos fusionados, esto implica que tiene el significado de los dos. A
continuación se los presentamos con su significado:
CONTENIDO
Sílabo ..................................................................................................................................................... 7
• Introducción ......................................................................................................................................... 10
• ¿Consejería pastoral o psicología? ....................................................................................................... 10
• Fundamentación bíblica de la consejería ............................................................................................. 12
• Objetivos de la consejería .................................................................................................................... 14
• Etapas de la consejería ......................................................................................................................... 15
• Tipos de consejería ............................................................................................................................... 16
• Actividad de evaluación ....................................................................................................................... 19
• Introducción ......................................................................................................................................... 22
• Motivaciones para ser un consejero ..................................................................................................... 22
• Cualidades del consejero ..................................................................................................................... 23
• Habilidades del consejero .................................................................................................................... 24
• Actitudes incorrectas ............................................................................................................................ 25
• La ética del consejero .......................................................................................................................... 27
• Actividad de evaluación ....................................................................................................................... 29
• Introducción ......................................................................................................................................... 32
• Perspectiva bíblica de la familia .......................................................................................................... 32
• Perspectiva social de la familia ............................................................................................................ 33
• Ciclo vital de la familia nuclear ........................................................................................................... 34
• Acompañamiento pastoral a otras tipologías familiares ...................................................................... 41
• Actividad de evaluación ....................................................................................................................... 43
• Apéndice 1: Consejería prematrimonial .............................................................................................. 44
• Introducción ......................................................................................................................................... 52
• Perspectiva bíblica del matrimonio ...................................................................................................... 52
• Perspectiva bíblica del divorcio ........................................................................................................... 53
• Causas comunes del divorcio ............................................................................................................... 58
• Efectos del divorcio ............................................................................................................................. 58
• Consejería pastoral en situación de divorcio ...................................................................................... 59
• Actividad de evaluación ....................................................................................................................... 62
5 Consejería en Casos de Crisis y Duelos ........................................................................................... 63
• Introducción ......................................................................................................................................... 64
• Consejería en caso de crisis ................................................................................................................. 64
• Consejería en casos de duelos .............................................................................................................. 69
• Actividad de evaluación ....................................................................................................................... 75
• Introducción ......................................................................................................................................... 78
• La Biblia y las adicciones .................................................................................................................... 79
• La iglesia y las personas adictas .......................................................................................................... 80
• Cuidado pastoral de personas adictas .................................................................................................. 83
• Actividad de evaluación ....................................................................................................................... 85
Bibliografía ........................................................................................................................................... 87
Sílabo 7
Sílabo
1. Asignatura
Cuidado y Consejería Pastoral
2. Descripción del curso
Este curso presenta al estudiante un panorama general y las pautas y herramientas
necesarias para brindar cuidado y consejería pastoral a los miembros de una iglesia o
Casa de Paz, e incluso a personas de la comunidad que busquen ayuda.
3. Objetivos generales
Al concluir este curso el estudiante:
• Comprenderá el marco básico para desarrollar procesos de consejería pastoral.
• Tomará conciencia de su propio estado de salud holística y desarrollará disciplinas
que le ayuden a mantenerse saludable.
• Estará en capacidad de usar herramientas prácticas para el desarrollo de procesos
sanos de consejería pastoral.
4. Evaluación
A lo largo del módulo se irán asignando ejercicios. Estos deben ser desarrollados por
escrito en una libreta física o digital; esta libreta debe estar disponible para compartirla
con sus compañeros del grupo de formación y/o con su formador en cualquier momen-
to.
5. Recursos
Reaño, M. Hijos del divorcio: atención pastoral a hijos de parejas divorciadas. https://
www.recursosteologicos.org/Documents/Hijos_del_divorcio.pdf
El estudiante debe prestar especial atención a las tareas semanales, terminándolas com-
pletamente y registrando los resultados en un diario que se recogerá cerca del final del
curso. Los siguientes criterios se utilizarán para evaluar el diario de actividades de los
estudiantes a lo largo del curso.
Sílabo
1 Introducción a la
Consejería Pastoral
Propósito de la lección
Proveer al estudiante un marco general para la consejería
pastoral desde una perspectiva bíblica.
Resultados deseados
Al concluir esta lección el estudiante:
• Conocerá los conceptos básicos de la consejería pastoral
desde una perspectiva bíblica.
• Comprenderá los niveles de intervención en la consejería
pastoral.
• Integrará las etapas y los tipos de consejería en su ejercicio
pastoral.
Contenido
• Introducción
• ¿Consejería pastoral o psicología?
• Fundamentación bíblica de la consejería
• Objetivos de la consejería
• Etapas de la consejería
• Tipos de consejería
• Actividad de evaluación
10 Introducción a la Consejería Pastoral
INTRODUCCIÓN
E l dolor es una experiencia inevitable para los seres humanos. Una
de las respuestas de las personas ante eventos de sufrimiento se
caracteriza por un estado en el que descubren que el futuro está irreme-
diablemente alterado. En muchas ocasiones, lo más grave frente al sufri-
miento no es el evento mismo que lo generó, lo más letal y lesionador es
aprender a vivir con las memorias que estos eventos generan, los cuales
rompen con el equilibrio requerido para ser emocionalmente sanos.
Por otra parte, en las últimas décadas se ha dado un cambio de actitud y muchos líderes
y pastores cristianos ven en la psicología una profesión valiosa para el cumplimiento
de su ministerio. La comunidad cristiana ha comprendido que toda verdad que ayuda
en el proceso de restauración de una persona proviene de Dios; ha aprendido a exami-
narlo todo y retener lo bueno (1Ts. 5:21). Sin embargo, en ocasiones parece que esta
apertura ha ido mucho más allá de lo que sería adecuado para ambas partes. Sucede que
a veces encontramos psicólogos cristianos que terminan es simplemente evangelizando
a sus clientes y reduciendo todo a un asunto de pecado y arrepentimiento, de esta ma-
nera violentan su ética profesional. Del otro lado, encontramos cantidades de pastores
y líderes cristianos que terminan justificando las conductas de sus hermanos en razón
de los traumas y crisis emocionales que han experimentado.
En nuestro caso, consideramos que hay una legítima relación entre estas dos áreas
pero, a la vez, reconocemos que son dos áreas que tienen un camino propio. En este
sentido cada una debe reconocer valor a la otra. En el caso particular del pastor o líder
cristiano, este debe saber cuándo una persona debe ser remitida a un psicólogo o tera-
Introducción a la Consejería Pastoral 11
peuta porque el asunto desborda su competencia; esto no significa un fracaso o derrota
por parte del consejero, es más bien una señal de humildad, sabiduría y madurez. Por
otra parte, como dice Donner: “algún conocimiento aunque superficial, de la psicología
le sirve al pastor-consejero para no caer en patrones simplistas en la consejería” (2004,
p. 194). Es decir, un poco de psicología ayudará al pastor-consejero a no acercarse al
aconsejado como a alguien en quien debemos detectar el pecado y arreglarlo; algo
como lo que hicieron los amigos de Job.
FUNDAMENTACIÓN BIBLICA DE LA
CONSEJERÍA
La consejería cristiana tiene sus raíces tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento.
Unas de las primeras personas que encontramos como consejero es José. Él después de
interpretar un sueño a Faraón le aconseja:
Por todo esto, el faraón debería buscar un hombre competente y sabio, para que se
haga cargo de la tierra de Egipto. Además, el faraón debería nombrar inspectores
en todo Egipto, para que durante los siete años de abundancia recauden la quinta
parte de la cosecha en todo el país. Bajo el control del faraón, esos inspectores
deberán juntar el grano de los años buenos que vienen y almacenarlo en las
ciudades, para que haya una reserva de alimento. Este alimento almacenado le
servirá a Egipto para los siete años de hambre que sufrirá, y así la gente del país
no morirá de hambre.
Gn. 41:33-36
Sin embargo, Jesús guarda silencio, se inclina hacia el suelo, y comienza a escribir en
la tierra con el dedo (Jn. 8:6). Ellos insistieron en preguntarle, así que Jesús se pone en
pie y muy sabiamente responde: “Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire
la primera piedra” (Jn. 8:6). Él responde según la ley de Moisés. ¡Vaya que sabiduría!
No se dejó manipular por las pretensiones de los escribas y fariseos.
Jesús se inclina nuevamente al suelo y continuó escribiendo, y cada uno de los que
estaban presentes acusados por su conciencia se fueron del lugar. Así que quedó
solamente Jesús, el que podía apedrearla pero Jesús le pregunta a la mujer: ¡antes
que nadie: ¡nadie! ¿Dónde están los que te acusaban? ¿Ya nadie te condena?, ella
respondió nadie! Así que Jesús, el único que podía condenarla le expresó: “Ni yo te
condeno, más bien vete y no peques más” (Jn. 8:11). Ese fue el consejo de Jesús a los
judíos, a la mujer y a nosotros. La misericordia triunfa en el juicio (Mt. 5:20 cf. Stg.
2:13).
En otras palabras, desde una perspectiva bíblica afirmamos que la consejería pastoral
está enmarcada en el escenario del cuidado unos a otros (Ro. 12:10). Por ello, la
consejería pastoral presume una relación de por lo menos dos personas, las cuales
14 Introducción a la Consejería Pastoral
tienen como objetivo aplicar la sabiduría y la dirección de Dios a los problemas de la
vida integral (Gallego, Marín & Vásquez, 2013).
Este concepto es resumido por Donner de la siguiente manera: “la consejería pastoral
es… una extensión del ministerio de la predicación, es ministrar la Palabra de Dios a la
persona y ayudarle en su relación con Dios” (2004, p. 196). Lo que quiere decir, que el
principal recurso de la consejería pastoral es la Palabra de Dios (2Ti. 3:16-17). El foco
central de la consejería pastoral es que sea bíblica y Cristo-céntrica (Gallego, Marín &
Vásquez, 2013).
OBJETIVOS DE LA CONSEJERÍA
Hay dos categorías de objetivos en la consejería pastoral: los objetivos del aconsejado
y los objetivos de la consejería pastoral. En primer lugar, los objetivos del aconsejado
están determinados por la problemática que trae el individuo o sistema familiar, al
escenario de la consejería pastoral. Esto quiere decir, que cada motivo de consulta
demanda unos objetivos específicos. En ese orden de ideas, Polischuk (1994) afirma
que los factores presentes en los objetivos de las personas que piden ayuda de un
consejero se pueden agrupar de la siguiente manera:
1. Adquirir una comprensión de la situación problemática.
2. Desarrollar habilidades para resolver los problemas.
3. Mejorar en la comunicación interpersonal.
4. Recibir sostén y ayuda en tiempos de crisis.
5. Cambiar conductas inadecuadas y el aprendizaje de conductas adecuadas.
6. Identificar y potencializar sus recursos humanos y espirituales.
TIPOS DE CONSEJERÍA
La labor de la consejería pastoral se enfrenta con múltiples problemáticas expresadas
en una gran carga de sufrimientos. Por esta razón, al enfrentar tales realidades, las
personas dentro de una comunidad cristiana, deben saber a quién dirigirse en el sur-
gimiento de tales eventos de dolor, al igual que deben saber qué esperan de su líder o
consejero. Así mismo, las personas que dirigen procesos de acompañamiento o conse-
jería pastoral deben saber cuáles son sus limitaciones. Por ello, la labor de la consejería
pastoral exige definir los diferentes tipos de consejería que se pueden utilizar frente a
las diversas realidades del sufrimiento humano.
1. Consejería de apoyo
Este tipo de consejería ocurre en momentos de cualquier crisis; la meta de este tipo de
consejería es prestar, de manera temporal, apoyo, consuelo o aliento con el fin de que
supere la crisis (1Ts. 5:11). Se debe tener cuidado de que el aconsejado no desarrolle
dependencia del consejero. El consejero es una figura sobre la cual los aconsejados se
pueden apoyar y descansar, esta figura en muchas ocasiones genera dependencia en los
aconsejados. La dependencia es el intento del asesorado de encontrar la “varita mági-
ca” para salir de los problemas, afirmación, afecto, aceptación, seguridad, autoestima e
identidad en el consejero. Esto ocurre cuando el consejero hace cosas por el aconsejado
que él puede hacer por sí mismo, impidiendo el desarrollo libre de su personalidad y
decisiones para enfrentar sus conflictos.
Por ello, para evitar la actitud de dependencia de su aconsejado el consejero debe esta-
blecer límites confiables para impedir comportamientos que dañen a otros o a sí mismo.
Además, el consejero le ayudará a desarrollar su propia perspectiva y hacer uso de sus
propios recursos para enfrentar dicha crisis. Por otro lado, el consejero trabajará para
que el individuo no recurra a salidas lesivas como por ejemplo: drogas, negación del
problema, alcohol, violencia, escapismo, indiferencia o aislamiento; para ello el conse-
jero debe asignarle algunas responsabilidades al aconsejado para manejar el problema
y/o la crisis (Heb. 3:13, 10:25; Ef. 4:15). Por ejemplo: explorar algunas formas para
manejar la situación, reconocer que algunos eventos en la vida no se pueden cambiar y
explorar los recursos que posee su red de apoyo.
Introducción a la Consejería Pastoral 17
Por último, es pertinente tener en cuenta que los momentos de crisis son una gran opor-
tunidad para acercarse a Dios y experimentar su amor y su gracia; por esta razón los
recursos espirituales como la oración, la Escritura y su meditación son de gran utilidad
en este tipo de consejería (Hoff, 1981).
A continuación daremos algunas pautas que plantea Hoff (1981) para el empleo de este
tipo de consejería:
a. El consejero recopila información acerca del problema; para esto debe formular
muchas preguntas específicas y bien pensadas para tener claridad del problema
y para ayudar al aconsejado a reconocer su responsabilidad. El consejero debe
orientar y dar la oportunidad para que se reconozca la responsabilidad o la culpa
por parte del aconsejado.
b. En caso de que el aconsejado no acepte su responsabilidad, el consejero debe
confrontarlo con la evidencia de su mal comportamiento, recordando siempre que
el propósito es llevar al creyente a la restauración de la comunión íntima con Dios
y con su prójimo. La sensibilidad al Espíritu Santo es de gran importancia, pues
es el encargado de convencer al hombre de sus prácticas pecaminosas (Jn. 15:8).
c. Es tarea del consejero guiar al aconsejado a reconocer y confesar su pecado delante
de Dios y confiar en su amor, perdón y restauración.
d. Motivar al aconsejado a ponerse a cuentas mediante la restitución, hasta donde
sea posible, con las personas que se vieron afectadas como resultado de su mal
comportamiento.
e. Este tipo de consejería por sencillo que sea se debe hacer en privado. Con el fin de
cuidar la integridad del aconsejado.
4. Consejería de grupo
En el contexto de la iglesia es muy común la reunión de pequeños
grupos con fines espirituales, sociales o de servicio. Algunos con-
sejeros han usado este método grupal con el propósito de aconse-
jar a varias personas a la vez. Las características de estos grupos
son:
a. El número del grupo debe ser de 6 a 10 personas, con una reunión semanal en
un lugar establecido, con una duración de 1 hora y media aproximadamente, y
reunidos preferiblemente en forma de círculo.
b. Las problemáticas abordadas son de interés común por ejemplo: crianza y
disciplina de hijos, estrategias para mejorar relaciones en el hogar, manejo de
finanzas, quebrantos emocionales o sexuales, entre otras.
c. Todos los integrantes participan contando sus experiencias o testimonios con
respecto al tema abordado.
d. En estos grupos de consejería el pastor o consejero no es el único que aconseja, en
la mayoría de los casos cada miembro del grupo se convierte en un consejero, los
miembros escuchan, aceptan, apoyan, aclaran, confrontan y aconsejan. La persona
al escuchar los problemas de otro se dará cuenta que no es la única persona que
vive tal situación o experimenta tal debilidad y verá su problema desde una nueva
perspectiva.
e. La labor del pastor consejero dentro del grupo tiene que ver, con estimular y
facilitar la palabra o la conversación, evitar los desvíos del tema, definir y aclarar
conceptos, promover la confidencialidad y la sinceridad dentro del grupo.
f. Todos los integrantes del grupo deben participar, emitiendo sus conceptos y
experiencias.
5. La consejería especializada
Esta hace referencia a aquellas problemáticas que requieren más entrenamiento
profesional y madurez por parte del consejero, puesto que es una labor que debe ser
ejercida para el servicio de Dios y de otros dentro del marco de una cosmovisión bíblica
(Gallego, Marín & Vásquez, 2013). En estos casos lo mejor es que el líder o pastor
remitan el caso a un profesional o alguien con más experiencia.
Introducción a la Consejería Pastoral 19
Actividad de evaluación
1. Si le es posible, piense y escriba un par de casos en los que usted ha servido como
consejero (evite nombres y detalles). A la luz de lo visto en este capítulo, evalúe qué
tipos de consejería fueron, qué tanto se parece el proceso que siguió a lo descrito en
este capítulo, qué cosas considera que hizo bien y qué cosas hizo mal.
Si nunca ha atendido una consejería, realice la actividad con un par de situaciones
en los que usted buscó consejería en un líder o pastor.
2. Al respecto de la relación entre consejería pastoral y psicología
¿Cuál es su opinión? ¿Cree que necesita profundizar en este
aspecto para tener una opinión más formada? Investigue un
poco más sobre este asunto y prepárese para tener un diálogo
abierto y respetuoso frente al tema en su próximo encuentro.
El perfil del
2 Consejero pastoral
Propósito de la lección
Proveer al estudiante las pautas, características, cualidades y habili-
dades que debe comprender y desarrollar como consejero pastoral,
para cumplir con responsabilidad su labor.
Resultados deseados
Al concluir esta lección el estudiante:
• Definirá los motivos correctos para ser un consejero cristiano.
• Reconocerá desde una perspectiva bíblica las cualidades, actitudes y
habilidades del consejero pastoral.
• Integrará las actitudes, cualidades, habilidades y la ética en el
ejercicio de la consejería pastoral.
Contenido
• Introducción
• Motivaciones para ser un consejero
• Cualidades del consejero
• Habilidades del consejero
• Actitudes incorrectas
• La ética del consejero
• Actividad de evaluación
22 El Perfil del Consejero Pastoral
INTRODUCCIÓN
U n científico, colectaba insectos para clasificarlos, y se encontró con un ejemplar
bastante raro. Tenía patas, antenas y alas de más, segmentos del cuerpo que no
correspondían acertadamente a ninguna clasificación. Con mucha frustra-
ción trató de colocarlo en alguna familia, en algún grupo especial, pero
sin ningún resultado. Luego de forcejear intelectual y prácticamente, se
exasperó, y después de mirar a todos lados, para asegurarse que no había
ningún merodeador, colocó al insecto en el suelo y lo pisó con su bota,
dando por terminado el asunto (Polischuk, 1994, p. 253).
Polischuk (1994, p. 258) describe algunas motivaciones correctas e incorrectas para ser
parte de este ministerio:
Correctas
a. Un deseo sincero de ayudar a otros a resolver sus dificultades, fundamentando su
acción en el amor.
b. Ser un enlace entre las personas y la voluntad de Dios, sirviendo así como mediador
en los procesos de cambio, para que las personas lleguen al conocimiento y a la
plenitud Cristo.
c. Ser un canal por el cual se derrame la gracia y el amor de Dios a fin de restaurar
conceptos en relaciones humanas, proveyendo acompañamiento a otros en
momentos de crisis.
d. Ser un mayordomo fiel de los dones y atributos dados por Dios y así dar cuenta fiel
de su administración delante de Dios.
El Perfil del Consejero Pastoral 23
Incorrectas
a. Encontrar la aprobación de la que carece en sus relaciones interpersonales. Cuando
hay falta de sentido de seguridad, pertenencia y satisfacción, el consejero puede
buscar aprobación en sus aconsejados y esto lo puede llevar a buscar en ellos
compañía y refugio emocional, convirtiendo a tales personas en un objeto de
gratificación personal.
b. Sentirse el redentor o salvador personal de otros. Esta postura surge de necesidades
propias que no han sido satisfechas o resueltas. Por ello, cuando tales rescates fallan
en la labor de la consejería, el consejero asume la responsabilidad que le pertenece
al aconsejado llegando a desarrollar complejos de inferioridad y culpabilidad.
Luego, cargado de culpabilidad intenta remediar sus sentimientos aumentando su
intensidad y esfuerzos en la labor de la consejería; de esta manera las personas
que vienen en busca de ayuda se convierten en proyectos de satisfacción de las
necesidades del consejero.
c. Deseo de control y manipulación. El consejero que trata de resolver las ansiedades
de otros, puede verse envuelto en su propia ansiedad de control, intentando
enderezar toda la vida del aconsejado, proporcionando dirección o soluciones a
través de su opinión. Las personas que buscan ayuda con la actitud de dependencia
del consejero, refuerzan sus necesidades de control. Mientras, que por su parte, el
consejero en lugar de ayudarles a crecer refuerza la dependencia continua de sus
aconsejados.
d. Necesidad de sanidad interior. Todo ser humano lleva consigo un sin número
de situaciones sin resolver: heridas del pasado, frustraciones familiares, duelos,
perdón, etc. Algunos se dan a la tarea de aconsejar o asesorar a otros sin haber
trabajado sus necesidades emocionales fundamentales. Esto los puede llevar a usar
el cuidado hacia los otros como oportunidad de sanidad interior propia.
ACTITUDES INCORRECTAS
Aunque el consejero posea las mejores intenciones para funcionar con eficacia, en
algunas ocasiones, no posee las actitudes correctas para desempeñar su labor. Lo
que en muchos casos lo lleva a desviar la atención de los objetivos de la consejería
pastoral. Según Polischuk (1994, p. 258-261) algunas de las actitudes que interfieren
en la consejería son:
1. Socializar en lugar de aconsejar
El compartir tiempo y experiencia es bueno y admirable, pero esto no es consejería
propiamente dicha. El aconsejar implica centrarse en problemas, tener metas y enfo-
carlas sobre las necesidades del aconsejado.
2. Presionar en lugar de ayudar
El estirar un árbol de peras no hace que dé frutos anticipados. La con-
sejería no debe ser un proceso impulsivo sino un espacio donde se pro-
mueve por parte del consejero la espontaneidad. La consejería, es un
proceso de ayuda paulatina y sistemática. El arte de aconsejar se debe
desarrollar sin prisa, sin impulsividad y sin imponer las soluciones para
avanzar en el proceso.
3. Etiquetar en lugar de respetar
Cuando se hace referencia a etiquetar a una persona quiere decir: que se está situando
al individuo en un grupo en particular. Por ejemplo: “doña Carmen es depresiva”, “don
26 El Perfil del Consejero Pastoral
Juan es iracundo”. Este tipo de categorización, sin permitir el desarrollo de una buena
intervención, afecta la eficacia de la consejería, pues las percepciones premeditadas del
consejero no le permitirán analizar con objetividad la situación problemática.
Cuando se etiqueta a una persona de cierta manera, esto limita el análisis del problema
por parte del consejero, puesto que “no hay que buscar más causas del problema”, pues
ya están descritas en la etiqueta “depresiva” o “iracundo”. Volviendo a los ejemplos
anteriores, el consejero no se preocupará por indagar más en el problema, pues “la
causa de las situaciones de doña Carmen es su depresión” y “las de don Juan es su ira”,
esta situación llevará la intervención pastoral al fracaso.
4. Juicio en lugar de gracia
Muy comúnmente el consejero se ve tentado a dar a conocer sus propios juicios y ve-
redictos, pero tales pronunciamientos no contribuyen al crecimiento de la persona que
busca consejería. Por el contrario, generan quiebres en la relación consejero-aconse-
jado, porque el aconsejado evitará escuchar regaños y “cantaletas”. Por esta razón es
importante aclarar que, en el escenario de la consejería, no se debe pasar por alto los
errores, pecados, o prácticas inmorales. Pero, esto no quiere decir, que le corresponde
al consejero establecer juicio sobre el aconsejado, la actitud correcta es reflejar la gra-
cia, el perdón y el amor de Dios que invita al aconsejado que ha pecado a un arrepen-
timiento genuino.
5. Ignorar los límites en lugar de establecerlos
El ignorar el establecimiento de los límites dentro de la labor de consejería, conduce
al consejero a implicarse emocionalmente con el aconsejado perdiendo la objetividad
que requiere el proceso de acompañamiento pastoral. El consejero que no demarca los
límites tiende a confundirse con los problemas y se enreda en los asuntos que pretende
resolver llegando a ser ineficaz.
6. Idealismo en lugar de realismo
Cada caso de intervención requiere su tiempo, pues se trata de aspectos naturales y
ordinarios de las realidades humanas; por ello, el consejero debe respeto al proceso de
crecimiento y desarrollo de cada caso en particular y nunca debe tratar de forzar las
soluciones. Es indispensable para el consejero mantener una actitud de paciencia y to-
lerancia, integrado con el realismo hacia las ambigüedades que caracterizan las proble-
máticas humanas. Por lo anteriormente dicho, los objetivos de la consejería deben ser
establecidos con claridad, deben ser alcanzables y medibles de alguna manera, propor-
cionando un sentido de alcance o acercamiento a los deseos de cambio del aconsejado.
7. Artificialidad en lugar de autenticidad
Es muy común ver a los consejeros llenos de culpabilidad, por no ser perfectos y no
tener las respuestas que requiere cada proceso de consejería. Se preocupan por no
cometer errores, intentan mostrarse siempre alegres y felices, tratan de mostrar un
cristianismo sin ninguna clase de problemas. Estos consejeros tie-
nen problemas para reconocer su humanidad y tratan de ayudar
a otros en problemas en los que luego se verán más afectados.
La autenticidad del consejero permite reconocer la condición de
pecadores redimidos y perdonados, con la capacidad de enten-
der a aquellas personas que sufren y luchan con diversas reali-
dades humanas.
El Perfil del Consejero Pastoral 27
LA ÉTICA DEL CONSEJERO
Mosquera afirma que la ética tiene una estrecha relación con el carácter de un individuo
y no con las costumbres. Esto quiere decir que la ética además de encargarse de los
actos voluntarios y libres de un individuo, se encarga de regular la conducta humana
(2004). Desde una perspectiva teológica, la ética tiene que ver con el respeto a cada in-
dividuo; respeto que surge de reconocer su valor por creación de Dios, hecha a su ima-
gen, y que a pesar de su caída y su naturaleza pecaminosa, es amado por Dios, quien a
lo largo de la historia proveyó su rescate y salvación. Esto quiere decir, que la labor de
la consejería involucra el respeto por lo que Dios ha creado y el anhelo de permitir que
se cumpla la voluntad de Dios (Polischuk, 1994).
No obstante, vale la pena aclarar, que existen algunos casos en los que la confidencia-
lidad debe ser quebrantada, por ejemplo:
a. En caso de la violación a las leyes.
b. En todo caso donde la vida de un ser humano esté en peligro.
c. El abuso sexual de menores y adultos.
d. Amenaza de la seguridad nacional o masiva.
2. Evitar el contacto físico
Luego de un saludo fraterno y cordial, es recomendable evitar al
máximo todo contacto que pueda generar un escenario de seducción
y/o emociones mal intencionadas. De esta manera se sugiere como
medida de protección que el consejero atienda las siguientes re-
comendaciones: no ir solo a la casa de una persona del sexo
opuesto, no aconsejar a una mujer en su automóvil y dejar la
puerta abierta mientras se está aconsejando (Hoff, 1981).
La atracción sexual entre dos personas en el proceso de consejería no debe ser igno-
rada. La siguiente es una lista de pistas para detectar tal atracción (Polischuk, 1994):
a. Demanda de atención emocional.
b. Si el contenido de la conversación afloran los sentimientos sexuales.
c. Insatisfacción sexual por parte del consejero con su pareja.
d. Elogios, alabanzas y afirmaciones hacia la persona asesorada.
e. Detalles o atenciones especiales que permiten ver que la persona tienen en mente
de forma excesiva a su consejero o aconsejado.
f. Contacto físico persistente, con toques leves e intensos.
28 El Perfil del Consejero Pastoral
3. Nunca usar al asesorado para satisfacer sus propios deseos
Escuchar chismes o detalles muy íntimos de inmoralidad puede alimentar la curiosidad
del asesor, generando en la persona aconsejada dependencia de él para sentirse a gusto
y valorado. Buscar favores secundarios del aconsejado como: préstamos, regalos, re-
conocimientos, invitaciones y demás (Hoff, 1981).
4. El cuidado personal del consejero
La naturaleza del quehacer de un consejero despierta emociones y desencadena pen-
samientos y comportamientos, que pueden dificultar su
trabajo. Es imposible evitar que tales pensamientos y
emociones emerjan en el escenario de la consejería,
pero sí es posible, que el consejero sea entrenado para
reconocerlos y utilizarlos como recursos al servicio
de su ejercicio pastoral, evitando así cualquier efecto
nocivo para su labor (Fernández & Rodríguez, 2002).
Actividad de evaluación
Teniendo en cuenta el tema de esta lección “El perfil del consejero pastoral”, le invita-
mos a hacer el estudio bíblico “El consejero admirable”.
ESTUDIO BÍBLICO: EL CONSEJERO ADMIRABLE
EL CARÁCTER DE JESÚS
Porque nos ha nacido un niño,
se nos ha concedido un hijo;
la soberanía reposará sobre sus hombros,
y se le darán estos nombres:
Consejero admirable, Dios fuerte,
Padre eterno, Príncipe de paz.
Is. 9:6
30 El Perfil del Consejero Pastoral
Instrucciones
1. Inicie este estudio con un tiempo de adoración a Dios. Presentándole todas
sus cargas y las de sus aconsejados. Exprésele su anhelo de ser fiel a su
llamado en la labor de la consejería.
2. Realice un estudio detallado de Isaías 61:1-7 y escriba el registro de
observaciones descritas en el cuadro.
Propósito de la lección
Introducir al estudiante en la perspectiva bíblica de la familia, las
etapas y posibles situaciones de consejería que se presentan.
Resultados deseados
Al concluir esta lección el estudiante:
• Comprenderá la perspectiva bíblica de la familia.
• Podrá diagramar el ciclo de vital de una familia nuclear.
• Conocerá las principales crisis que enfrentan las familias en cada
etapa del ciclo vital.
• Tendrá una agenda temática organizada para acompañar a la familia
en sus diferentes etapas y ayudarles a cumplir el plan establecido por
Dios.
Contenido
• Introducción
• Perspectiva bíblica de la familia
• Perspectiva social de la familia
• Ciclo vital de la familia nuclear
• Acompañamiento pastoral a otras tipologías familiares
• Actividad de evaluación
• Apéndice 1: Consejería prematrimonial
32 Familia y Ciclo Vital
Introducción
L a familia en los tiempos modernos ha sufrido, quizá como ninguna otra institución,
la acometida de las transformaciones amplias, profundas y rápidas de la sociedad y
de la cultura. Muchas familias viven esta situación permaneciendo fieles a los valores
que constituyen el fundamento de la institución familiar.
Otras se sienten inciertas y desanimadas de cara a su cometido, e incluso en estado de
duda o de ignorancia respecto al significado último y a la verdad de la vida conyugal y
familiar. Otras, en fin, a causa de diferentes situaciones de injusticia se ven impedidas
para realizar sus derechos fundamentales.
La iglesia, consciente de que el matrimonio y la familia constituyen uno de los bienes
más preciosos de la humanidad, debe hacer sentir su voz y ofrecer ayuda a todo aquel
que, conociendo ya el valor del matrimonio y la familia, trata de vivirlo fielmente; a
todo aquel que, en medio de la incertidumbre o de la ansiedad, busca la verdad y a todo
aquel que se ve injustamente impedido para vivir con libertad su proyecto familiar
(Vaticana, 1981, p. 1).
El valor de la familia está explícito en todo el contenido bíblico al igual que sus fun-
ciones de cuidado, protección y formación (Gn. 1:26, 28; 2:24; Mt. 19). La familia es
importante porque es creada por Dios, con el fin de responder a las necesidades hu-
manas de comunión, intimidad y compañía (Gallego, Marín, & Vásquez, 2013). Esta
comunidad ha sido y debe ser el escenario de comunión y formación, es decir donde la
fe debe ser enseñada y trasmitida a la sociedad. Lo que significa, que la familia tiene
vínculos vitales y armónicos con la sociedad, pues es la primera escuela que vivencia
cada ciudadano.
Dentro de la familia el hombre está llamado a cumplir un rol de padre y esposo. El
amor conyugal exige que el hombre tenga un profundo respeto por la dignidad de su
esposa; el hombre debe vivir con la esposa en una relación de amistad, amor, entrega,
respeto y cuidado, imitando de esta manera la relación de Cristo con su iglesia (Ef.
5:25). La relación entre la mujer y el hombre debe ser de amor, reciprocidad y colabo-
ración mutua, se trata de trabajar sumando esfuerzos y recursos.
Familia y Ciclo Vital 33
La mujer es corresponsable junto con el varón de velar por la estabilidad y el bien-
estar de la familia. El hombre y la mujer están llamados a garantizar el desarrollo de
todos los miembros de la familia, proveyendo así unidad y estabilidad a todos sus inte-
grantes. Es importante reiterar que la formación de los hijos es responsabilidad de los
padres y tal responsabilidad no puede dejarse por completo, o principalmente, en las
manos de las instituciones sociales, recreativas, educativas o cristianas (Ef. 5:21-6:4;
Col. 3:18–21; 1P. 3:1–7) (Vaticana, 1981).
Es importante afirmar que en la actualidad muchas de las funciones que cumplía la fa-
milia han sido ignoradas y otras desplazadas a otras instituciones de carácter educativo,
religioso y político. Tal omisión y desplazamiento ha generado grandes cambios dentro
del sistema familiar; algunos de esos cambios son: cambios en la composición y estruc-
tura de los hogares, pérdida del papel como unidad formativa de la sociedad, la acepta-
ción de diversas formas de relación sexual, el aumento de las rupturas conyugales, etc.
Gallego (2017), afirma que no se trata de hacer más actividades y eventos, sino de diri-
gir la pastoral familiar bien, de manera más intencional, con un fundamento sólido en
la Escritura y un discipulado relacional que integre a todos los miembros del sistema
familiar. Dado que el plan de Dios para la familia tiene fuertes implicaciones sociales,
la pastoral para la familia debe esforzarse por conocer y comprender el contexto gene-
ral del sistema familiar.
Las familias están sujetas a diversas presiones, demandas y cambios que generan an-
siedad, y problemas en las interacciones familiares. Desarrollar una pastoral para la
familia demanda del consejero una comprensión de las realidades y procesos de cam-
bio familiares para establecer criterios y principios en la intervención. Con el propósito
de comprender los procesos de cambio de la familia, en esta lección abordaremos el
ciclo vital al que de manera general las familias se enfrentan. La intención es que el
líder o pastor puedan proveer un acompañamiento sano e integral, así como desarrollar
programas educativos que contribuyan en la prevención de diversas problemáticas y
crisis familiares.
El desarrollo y evolución de la unidad familiar, a lo largo del ciclo vital de una fa-
milia nuclear, están íntimamente ligados a las fases de evolución y desarrollo de sus
miembros. A medida que crecen los miembros de la familia, crece también esta crece
también en su conjunto. Cuando estos cambios no ocurren fluidamente pueden darse
diversas lesiones y conflictos dentro de la familia (Gallego, Marín, & Vásquez, 2013).
Comprender de manera general cada una de estas etapas del ciclo vital de la familia
es de suma importancia en la labor de cuidado y acompañamiento, porque si bien es
cierto, que muchos problemas que ocurren dentro de la familia se dan en circunstancias
Familia y Ciclo Vital 35
como las crisis inesperadas, también es cierto que ocurren por la desadaptación en el
desarrollo de estas etapas vitales.
El líder o pastor que desea saber cómo cuidar o acompañar las crisis que experimentan
las familias, debe comprender primero las etapas del ciclo vital familiar, las cuales son:
constitución de la pareja, matrimonio, nacimiento y crianza de hijos, adolescencia de
los hijos, salida de los hijos del hogar y vejez. Estas etapas abarcan desde el matrimo-
nio, hasta la muerte de uno de los cónyuges. Los sucesos principales que se dan en estas
etapas son: el nacimiento de los hijos, el ingreso a la escuela, el desarrollo laboral de
los padres y el fin de la vida laboral de los padres. A continuación analizaremos en qué
consiste cada una de estas etapas y sus crisis, daremos algunas sugerencias temáticas
para la consejería pastoral, al igual que recomendaciones para la atención de familias
conformadas de maneras diferentes a la nuclear.
Etapa uno: constitución de la pareja
Esta es la etapa del noviazgo. El noviazgo es un periodo de pre-
paración, de exploración, conocimiento, compromiso y de inten-
sas negociaciones y adaptaciones entre los novios que se proyec-
tan al matrimonio. Los miembros de la pareja aportan cada uno los
usos y costumbres de su propia familia de origen, cada cual querrá que
el otro asuma las formas que le son familiares.
Cada miembro de la pareja tendrá áreas en las que será flexible y áreas en las que no
cederá, confirmará en algunas circunstancias a su pareja y lo rechazará en otras. A me-
dida que se acomodan y se asimilan a las preferencias del otro, algunas conductas son
reforzadas y otras descartadas. El noviazgo es el periodo en que los novios deben char-
lar acerca de sus ideas, valores y metas, y aprender a ajustarse el uno al otro. Cuanto
más se conozcan, más posibilidades habrá de un matrimonio armonioso.
Las principales crisis de esta etapa tienen que ver con diversas preguntas ¿Con quién
me casaré? ¿Con qué criterios debo elegir mi pareja? ¿Estoy realmente listo para el
matrimonio? ¿Cuánto tiempo debe durar mi noviazgo? ¿Cómo me independizo de la
familia? ¿Cómo mantenerme puro en medio del noviazgo? ¿Cuál es el plan de Dios
para el matrimonio? ¿Cuáles son mis responsabilidades en el matrimonio? En ese sen-
tido, la pastoral al noviazgo debe dar como resultado parejas que comprenden el plan
de Dios para la familia (Gallego, Marín, & Vásquez, 2013).
Durante esta etapa y con el fin de abordar los mayores dilemas que se presentan, es ne-
cesario tener en cuenta las siguientes recomendaciones en la labor de acompañamiento
pastoral (Padilla & Camargo, 2002):
1. Consejería prematrimonial: la pareja no solo servirá a Dios, sino que cada uno
también tendrá una influencia notable y perdurable en la vida del otro, lo cual los
hará crecer a medida que aprenden a amar y ser amados en un contexto seguro.
La consejería prematrimonial está diseñada para ayudar a que logren ese objetivo.
En el apéndice 1 hemos adjuntado una guía sencilla de consejería prematrimonial
que ayudará en la tarea de acompañar y aconsejar a los que Dios ha puesto bajo
nuestro cuidado.
2. Acompañar a los novios a comprender el valor del matrimonio, su origen divino,
su esencia y propósito.
36 Familia y Ciclo Vital
3. Restaurar el entendimiento fragmentado del matrimonio: comprender que el obje-
tivo del matrimonio no es satisfacer mis necesidades personales y que el matrimo-
nio no implica huir del hogar de mis padres, sino edificar un nuevo hogar teniendo
a Cristo como centro.
4. Es importante conocer bien a la persona que se ha elegido como pareja. Este cono-
cer implica realismo no idealismo, verlo con sus virtudes, cualidades y defectos.
5. Es necesario generar diálogos con los novios sobre las responsabilidades que es-
peran que el otro tenga en el escenario del matrimonio.
6. Los novios deben aprender a resolver los conflictos, comprendiendo que deben
atacar el problema y no a la pareja.
7. El manejo adecuado de la sexualidad. Es necesario generar confianza con las pa-
rejas para acompañarlos a que transiten el ciclo del noviazgo en santidad y pureza.
El noviazgo no es un permiso para el contacto físico y las caricias. Los novios
debe tener mucho cuidado con los juegos de caricias, los cuales despiertan fuertes
apetitos que en la mayoría de las veces desembocan en actos sexuales inapropia-
dos. Es importante que los novios aprendan que una manera de mostrar amor al
otro es reservar el sexo exclusivamente para el escenario del vínculo matrimonial.
Debemos mencionar que en el apéndice 1 usted encontrará una guía de consejería
prematrimonial y seguimiento a las parejas después de casados. Usted la encontra-
rá al final de esta lección.
Etapa dos: matrimonio
Esta es el periodo de consolidación del matrimonio. El ma-
trimonio formaliza y legaliza esta etapa. La ceremonia ma-
trimonial conduce a la pareja a dejar a sus padres y unirse
como uno solo en responsabilidad ante la sociedad. En esta
etapa los miembros de la pareja transitarán por un camino nuevo y desconocido que
demanda múltiples cambios y capacidades de adaptación por parte de ambos cónyuges.
El matrimonio es la más íntima de todas las relaciones humanas. Cuando esta relación
es buena y creciente, proporciona una de las mayores satisfacciones de la vida. Cuando
es deficiente, o incluso estática y rutinaria, puede ser fuente de gran frustración y mi-
seria. Sin lugar a duda, Dios desea que los matrimonios sean buenos, y un modelo de
la hermosa relación que existe entre Cristo y su iglesia (Collins, Christian Couseling:
A Comprehensive Guide, 2007).
Cada uno de los cambios a los que se enfrenta la pareja se constituyen en fuertes cri-
sis en esta etapa. Cambios en los que la pareja debe negociar sus propias reglas, en
cuanto a su intimidad, sexualidad, definir dónde y cómo vivir, espacios de recreación,
economía del hogar, horarios laborales, actividad lúdica, actividad física, el lugar que
ocupará la familia extendida, tiempos con amigos individuales y/o comunes y demás.
Las siguientes son algunas recomendaciones temáticas que se deben tener en cuenta
al acompañar pastoralmente personas en esta etapa:
1. Desarrollo de la vida espiritual.
2. Establecer límites claros en relación a las familias de origen.
3. Establecer las responsabilidades de cada cónyuge.
Familia y Ciclo Vital 37
4. Establecer canales apropiados de comunicación.
5. Trabajar el manejo del poder.
6. Definición de los roles.
7. Mantenimiento y cultivo del respeto mutuo.
8. Resolución de conflictos.
9. Manejo de la toma de decisiones.
10. La intimidad sexual.
11. Motivación para buscar consejería cuando sea necesario.
12. Mayordomía, manejo de finanzas y economía del hogar
Etapa tres: nacimiento y crianza de hijos
El nacimiento del primer hijo crea muchos cambios tanto en la re-
lación de pareja como en toda la familia. Aparecen nuevos roles y
funciones para la madre y para el padre y con ellos los de la familia
extendida: abuelos, tíos, primos, etc. Las funciones de los padres se
diferencian para poder brindarle al niño la atención y cuidados que
necesita. La madre se unirá con el bebé, interpretando y descifran-
do sus demandas de cuidado y alimentación. Esta unión es normal
y necesaria para la buena evolución de toda la familia.
Durante este período el padre es un observador que participa activamente desde afuera
sosteniendo esta relación y haciendo el nexo entre madre-hijo. Llegará el momento
donde el hombre deberá recuperar a su esposa como pareja y a su hijo en relación a él.
La incorporación de un hijo en la familia provoca inevitablemente mucha tensión en
la pareja. En esta etapa son frecuentes los reproches, la depresión, cansancio de ambos
padres, dificultad para ponerse de acuerdo en cómo y cuándo hacer las cosas (Gallego,
Marín, & Vásquez, 2013).
Durante esta etapa el acompañamiento pastoral debe tomar en cuenta las siguientes
recomendaciones temáticas:
1. Identificar y enfrentar los cambios que esta nueva etapa demanda.
2. Evitar el descuido de la relación de pareja. Es de vital importancia ya que la madre
o ambos padres, en la mayoría de los casos, centran su atención en el nuevo inte-
grante de la familia. La consejería debe estar dirigida a fortalecer los vínculos y la
intimidad en la pareja.
3. Los vínculos sanos: hacen referencia a la unión o la relación que debe existir entre
cada uno de los miembros de la familia.
4. La educación y crianza de los hijos: este proceso implica amor, cuidado y disci-
plina para los hijos. Algunos consejeros sugieren los siguientes contenidos para la
sana y efectiva crianza de los hijos: el cuidado de los hijos, disciplina y castigo,
afirmación de la identidad del niño, tareas y responsabilidades, la labor del juego,
sexualidad y prevención del abuso sexual (Gallego, Marín, & Vásquez, 2013).
5. Límites claros: los límites están relacionados con la comunicación entre dos o más
personas. Los límites bien delimitados permiten la cercanía, la interacción y la
autonomía de cada integrante de la familia para cumplir con sus funciones corres-
pondientes.
38 Familia y Ciclo Vital
Etapa cuatro: adolescencia de los hijos
La adolescencia es una etapa de grandes crisis para la mayoría de los
individuos y las familias. En esta etapa se producen múltiples cambios
en todos los integrantes del núcleo familiar y en la relación de estos
con el mundo exterior. Los cambios más importantes en la etapa de
la adolescencia son de la siguiente manera. Físicos: el niño inicia su
transformación en adulto (pierde el cuerpo de niño), ocurre el desarrollo
hormonal, las crisis de identidad, el adolescente se diferencia de sus padres
para establecer su propia identidad, adquisición de independencia y auto-
nomía emocional de los padres y otros adultos, así como también aparecen
muchos sentimientos de inseguridad y de angustia.
Por otro lado, paralelo a la etapa de la adolescencia de los hijos, los padres común-
mente están en una crisis denominada la “mediana edad”. Esta crisis se manifiesta
con sentido de soledad, dudas existenciales, episodios de depresión, no se encuentra
placer y sentido a la vida, dificultades para conocer verdaderamente lo que se desea,
aburrimiento, consciencia de la muerte. Esta crisis a veces se manifiesta en un sentido
de soledad. A veces las personas pueden experimentar dudas o episodios de depresión
inexplicable. Otros pueden experimentar miedo y angustia por lo que les puede de-
parar el futuro. Esta crisis de los padres aumenta las tensiones y los conflictos dentro
del sistema familiar, debido a que los hijos y los padres tienen demandas totalmente
diferentes (Gallego, Marín, & Vásquez, 2013).
En esta etapa los líderes y pastores deben tener en cuenta las siguientes recomendacio-
nes temáticas al abordar una familia:
1. Los padres deben buscar acompañamiento pastoral para poner en palabras sus
dudas, temores y expectativas de la vida.
2. Es importante que revisen y reajusten el proyecto de vida como pareja y como
padres.
Familia y Ciclo Vital 39
3. El consejero debe revisar y fortalecer la práctica de los medios de gracia por parte
de la familia (la oración, la lectura, meditación y aplicación de la Escritura, la co-
munión eclesiástica, etc.).
4. Fortalecimiento de los vínculos afectivos. Es más fácil guiar y orientar a un ado-
lescente en el escenario del amor y de la confianza que en el escenario del autori-
tarismo.
5. Establecimiento de límites adecuados y flexibles por parte de los padres hacia el
adolescente: los padres pueden ser amigos de sus hijos pero deben primeramente
definir muy bien sus roles entre padre e hijo.
6. Ayudar a establecer canales confiables de diálogo en amor y sabiduría con el ado-
lescente.
7. Los padres deben ser más flexibles y permitir el desprendimiento (progresivo y
saludable) del adolescente del seno familiar.
8. Los padres deben tener cuidado de no calificar al adolescente como “la oveja ne-
gra” de la familia.
9. Establecer las normas del hogar por parte de los padres; estas normas puede ser:
deberes del adolescente, permisos, horarios de estudio, tiempos devocionales indi-
viduales y familiares, manejo adecuado de las redes sociales, etc.
10. El seguimiento permanente por parte de los padres a las normas y responsabili-
dades asignadas al adolescente, dando cumplimientos a las recompensas o san-
ciones en caso de ser incumplida.
11. Apertura por parte de los padres para el diálogo y supervisión de la sexualidad o
de temas de interés del adolescente.
Etapa cinco: salida de los hijos del hogar
En esta etapa los hijos ya están preparados para emprender la partida del
hogar y están listos para formar su propia familia. Desde el punto de vista
de los padres, se enfrentan con la salida definitiva de los hijos del hogar.
Los sentimientos que surgen en los padres son diversos, entre los más
comunes aparecen: la soledad, la tristeza, la angustia y cierto nivel de
ansiedad. Pueden, incluso, padecer perturbaciones en el sueño. Su au-
toestima se puede ver afectada y, en algunos casos, desarrollan síntomas
asociados a la depresión (Eguiluz, 2004).
Las crisis de esta etapa son diversas; subrayaremos tres de gran impor-
tancia: la crisis de la auto-imagen, la cual ocurre por todos los cambios
biológicos y físicos del adulto mayor (arrugas, cambios cognitivos, déficits
sensoriales, entre otros); la crisis por el fin de la vida laboral, lo que en la
mayoría de los casos lleva a la pérdida de la autonomía social y familiar;
las crisis emocionales, surgen con mucha frecuencia la depresión, la so-
ledad, miedo a la dependencia y a la muerte (Eguiluz, 2004).
Sus conflictos principales son similares a aquellos que conforman una fa-
milia nuclear. Con frecuencia los aspectos incluidos en la lista tienen que
ver con el estrés laboral, las relaciones con la familia extendida, proyec-
to de vida. Sin embargo hay algunas áreas que requieren una atención
especial en la labor de acompañamiento pastoral. Alguna son: el manejo de la soledad,
la depresión y los sentimientos de fracaso, la restauración espiritual, el cuidado de la
sexualidad, el fortalecimiento de sus redes familiares y de amigos, las afectaciones
económicas, elaboración de duelos por las pérdidas, el adecuado manejo de las emo-
ciones (rabia, culpa, angustia), el auto perdón, fortalecer la esperanza con respecto a la
posibilidad de reconstruir una nueva vida en los casos que se considere posible.
3. Familias extendidas
Estas familias están conformadas por una o varias familias
nucleares y sus parientes o amigos. También pueden estar
conformadas por un par de familias de diversas tipologías.
Estas familias surgen en muchos casos por razones cultura-
les, económicas o de cuidado. Entre las razones culturales
encontramos que en diversas culturas los padres al ser ma-
yores son responsabilidad de sus hijos, entonces viven con
ellos. Entre las razones tenemos que a veces la situación
económica lleva a una familia a mudarse con los padres
o con otro familiar, de tal forma que puedan compartir gastos. También sucede que a
veces ambos padres deben salir a trabajar y la persona que cuida los niños es una tía, la
abuela o algún otro pariente o amigo. Como podemos ver hay múltiples razones para
encontrar esta familia.
Uno de los asuntos a tener en cuenta en el acompañamiento a este tipo de familias son
los límites que se deben fijar. Al vivir con personas fuera del núcleo familiar, estos
intervienen en las dinámicas, decisiones y educación de todo el sistema familiar; en
ocasiones estas intervenciones son muy positivas, sin embargo hay muchos casos en
que estas intervenciones son fuente de conflicto por falta de límites y normas claras.
4. Familias sin hijos
Estas familias conformadas por una pareja son el resultado de una de-
cisión o de una condición médica. En los casos en que la familia está
formada de esta manera por razones médicas es importante ayudarles
a sanar posibles frustraciones. Por otra parte, independientemente de
cual sea la razón, en el acompañamiento pastoral debemos ayudar a estas
familias a ver que pueden ser muy útiles dentro de la obra de Dios.
Familia y Ciclo Vital 43
ACTIVIDAD DE EVALUACIÓN
Lea el caso que presentamos a continuación y luego responda las preguntas y prepáre-
se para participar en lo que usted haría como consejero. Recuerde que sus respuestas
deben citar explícitamente el contenido de la lección y la página donde se encuentra.
María amaba a su primer hijo. Cuando nació se sintió muy feliz y abrumada al mismo
tiempo. Quería darle lo mejor a su pequeño, pero tenía miedo de no hacerlo bien, pues
no quería repetir su historia, ella creció con dos padres muy flexibles y ocupados que
le dejaban hacer cuanto quería. Por eso aprendió desde muy temprano a salirse con
la suya, lo cual la hizo una niña muy caprichosa, llorona y exigente y le trajo muchos
problemas con sus amigos y en el colegio. Por todo esto decidió hacer las cosas de for-
ma diferente con su hijo leyendo muchos libros sobre crianza y aplicando las normas
aprendidas para criar a un niño “bien educado”; en forma muy estricta a pesar de que
su esposo no estaba muy de acuerdo con esto.
Pero al pasar el tiempo notó que su hijo no era tan feliz; él era muy obediente callado
y triste; no quería pasar tiempo con ella. Una noche cuando María quería darle un
beso, el niño la rechazó. En ese momento, María se dio cuenta de que algo andaba mal,
toda su disciplina y normas bien intencionadas le alejaban de su hijo y no sabía cómo
acercarse. Esto la puso tan ansiosa que empezó a controlar más a su hijo: su ropa, sus
alimentos, su conducta con detalle, criticando y corrigiendo a su hijo a cada momento.
Pero ahora el niño no solo lucía triste, sino que comenzó a decirle que no la quería y a
tener episodios de encopresis (no poder controlar los esfínteres, es decir se empezó a
orinarse) en el colegio. María se dio cuenta de la gravedad un día que el niño empezó a
decir que se quería morir (Gallego, Marín, & Vásquez, 2013, págs. 243-244).
Preguntas:
Si esta madre viniera a consejería familiar:
• ¿Cuál cree usted que sería la orientación que se le debe dar a este proceso?
• ¿Cómo haría usted un abordaje bíblico, que tengan en cuenta la historia de María
y a todo el sistema familiar? Nombre los puntos en los cuales deberá enfocar su
intervención.
• ¿Cómo le ayudaría a María con su problema de perfeccionis-
mo y control?
• ¿Cómo cree que se puede comenzar un proceso de recu-
peración y sanidad de la relación de María con su hijo?
• ¿Cómo cree que se puede involucrar al padre en esa situación?
44 Familia y Ciclo Vital
APÉNDICE 1: Consejería prematrimonial
Cuando emprendemos la aventura del matrimonio, debemos re-
cordar que no podemos funcionar de acuerdo con el plan del
Maestro (Dios) si no contamos con las provisiones del Maes-
tro. Compartir el plan del Maestro y descubrir sus provisiones
es una de las mejores bendiciones de hacer consejería prema-
trimonial. De hecho, como líder o pastor, debe pedir que la
consejería prematrimonial sea un requisito para todos los que
desean que usted los case o que quieran casarse en la iglesia.
Como hemos estudiado, el acto del matrimonio une a la pareja en una relación sagrada.
La pareja no solo servirá a Dios, sino que cada uno también tendrá una influencia no-
table y perdurable en la vida del otro, lo cual los hará crecer a medida que aprenden a
amar y ser amados en un contexto seguro. La consejería prematrimonial está diseñada
para ayudar a que logren ese objetivo. Incluso si el noviazgo fue breve, la consejería
prematrimonial puede ser de mucha utilidad.
El marco teórico que ofrecemos está basado en el libro “Yo me casé contigo” de Walter
Trobisch (1996). El autor (misionero en África) presenta Génesis 2:24 como el funda-
mento básico para comprender el matrimonio. Por eso el hombre deja a su padre y a su
madre, y se une a su mujer, y los dos se funden en un solo ser (Gn. 2:24).
Jesús cita este texto en Mateo 9:5 y en Marcos 10:7-8, y Pablo lo reitera en Efesios 5:31
y en 1 Corintios 6:16. Los principios presentados son dejar, unirse y fundirse en un solo
ser. La acción de dejar implica alcanzar la madurez suficiente para no depender de los
padres o la familia y estar dispuesto a entrar en una nueva relación o interdependencia.
La acción de unirse hace referencia a entablar un vínculo espiritual y emocional con
la otra persona. También ocurre un vínculo físico, pero solo dentro de ciertos límites
permitidos y acordados. Fundirse en un solo ser alude, por supuesto, a la unión sexual.
No obstante, implica mucho más que la relación sexual y representa una unión com-
pleta a nivel espiritual, emocional y físico. Es lógico que Pablo diga que esta unión es
un misterio.
¡Recuerde que cada sesión debe comenzar y terminar en oración; pida a la pareja
que ore!
Sesión 2: Dejar (continuación)
1. Presente el tema de las expectativas en el matrimonio, tanto sobre uno mismo
como sobre el cónyuge. Relaciónelo con el estudio de Efesios 5.
2. Hable sobre las diferencias generales entre hombres y mujeres en los aspectos
espirituales y emocionales.
¿En qué cuadrante le gustaría estar? ¿Cómo hacen para llegar allí? ¿Qué cuadrante
quiere Cristo para ustedes? ¿Le permitirá que le ayude a llegar hasta allí?
d. Pregúnteles cuáles son las señales que evidencian que el otro está enojado.
5. Conversen sobre los planes para la boda.
6. Tarea para el hogar:
a. Para el novio: lea Proverbios 5:15-23; para la novia: lea Cantar de los Cantares
5:10-16.
b. Oren Filipenses 1:9-11 y Cantares 8:6-7.
c. Conversen sobre metas en común.
d. ¿Cuáles son sus miedos, preguntas y deseos con relación al sexo?
e. Planes para la boda.
Sesión 5: Fundirse en un solo ser
1. Pregúnteles si tienen dudas sobre las sesiones anteriores.
2. Pregúnteles sobre lo que han descubierto en su tiempo de lectura y oración. (Este
puede ser un buen momento para que los hombres y las mujeres hablen por sepa-
rado).
3. Hablen sobre los distintos roles y expectativas de los hombres y las mujeres.
4. La unión sexual debe ser más que solo unión física. Es una entrega total a nivel
espiritual, emocional y físico.
a. ¿Cuáles son algunos de sus miedos, preguntas y deseos con relación al sexo?
b. Aborde el tema de la sexualidad de manera abierta.
c. Hable sobre el ciclo menstrual y la anticoncepción.
5. ¿Quieren tener hijos? ¿Cuántos? ¿Cuándo? ¿Cómo los disciplinarán?
Familia y Ciclo Vital 49
6. Objetivos compartidos como el llamado de Dios para sus vidas, vocación, etc.
7. La vejez: nuestra vejez suele ser similar a la de nuestros padres.
8. Hablen sobre los planes para la boda.
9. Tarea para el hogar:
a. Lean Eclesiastés 4:9-12. ¿Quién es el tercer hilo de la cuerda?
b. Oren Filipenses 1:9-11 y Colosenses 3:12-17.
c. Prepárense para la boda.
Sesión 6: Después de la boda
1. Esta sesión se realiza 6-12 meses después de la boda y en general con una
comida o postre.
2. ¿Alguna sorpresa?
3. Evaluación de la consejería prematrimonial. (El recuadro a continuación incluye
un resumen de una página sobre la consejería prematrimonial).
Gráfico 3.3 Resumen sobre consejería prematrimonial
50 Familia y Ciclo Vital
Familia y Ciclo Vital
Consejería en
4 situación de divorcio
Propósito de la lección
Proveer al estudiante una perspectiva bíblica sobre el divorcio y pau-
tas para acompañar familias que se ven enfrentadas a esta situación.
Resultados deseados
Al concluir esta lección el estudiante:
• Conocerá la perspectiva bíblica del matrimonio y el divorcio.
• Comprenderá las causas y efectos que generan la realidad del divor-
cio.
• Trabajará en la prevención de divorcios y acompañará un caso en
riesgo o situación de divorcio.
Contenido
• Introducción
• Perspectiva bíblica del matrimonio
• Perspectiva bíblica del divorcio
• Causas comunes del divorcio
• Efectos del divorcio
• Consejería pastoral en situación de divorcio
• Actividad de evaluación
52 Consejería en Situación de Divorcio
Introducción
E s cierto, su matrimonio se puede desgastar. Los valores y estilo de vida de cada uno
van cambiando. Todos queremos tener nuevas vivencias, ya que el cambio forma
parte de la vida. El cambio y el crecimiento personal son rasgos de los que usted debe
enorgullecerse, pues revelan una mente vital e inquieta. Debe aceptar el hecho de que
en el mundo multifacético de hoy es muy fácil que dos personas se vayan alejando.
Si su matrimonio ya no le satisface, liberarse de él puede ser lo más productivo que
haga en su vida. La obtención del divorcio puede resultar un paso positivo hacia el
crecimiento y la resolución de sus problemas. Puede convertirse en un triunfo personal
(Adam, citado por Stott, 1999).
Según Génesis 2 el mandato del matrimonio tiene como propósitos fundamentales pro-
porcionar compañía y ayuda mutua. El término “ayuda idónea” tiene el sentido de:
similitud, compañera, complemento y adecuada. Es decir, que la naturaleza del hombre
y la mujer les permite hacer parte de la vida del otro, y responder a su naturaleza con
comprensión, entendimiento, amor y cooperación para realizar el plan establecido por
Dios.
Dentro del plan divino, el vínculo del matrimonio se debe caracterizar por: la unión
monógama, es decir que no pueden existir otras uniones maritales fuera de esta unión,
la pareja debe dejar a los padres para unirse y consolidar la nueva familia, la unión ma-
trimonial debe ser permanente e indisoluble (Mt. 19:6). Todo rompimiento del vínculo
marital viola el plan establecido por Dios, la familia es el escenario de la formación
de los hijos en todos los aspectos: físico, social, emocional y espiritual; finalmente esta
Consejería en Situación de Divorcio 53
relación debe tener el componente de la igualdad y la dependencia mutua entre todos
los integrantes de la pareja (Hoff, El pastor como consejero , 1981).
Según cuentan los evangelios, los oponentes de Jesús intentan forzarlo a opinar sobre
la controversia de los fundamentos del divorcio. Ellos le preguntan a Jesús: “¿Está
permitido que un hombre se divorcie de su esposa por cualquier motivo?” (Mt. 19:3).
Claramente, estos fariseos de inclinación conservadora, observando la manera en que
Jesús trata a las personas y su aparente violación a las tradiciones de los ancianos, con-
sideran que su perspectiva sobre la ley es un tanto baja o liberal. Entonces, plantean
la pregunta desde el punto de vista interpretativo liberal: ¿Están en lo correcto al decir
que cualquier ofensa puede ser base para romper el pacto matrimonial?1 Jesús se rehúsa
a involucrarse. Él cita el diseño creativo de Génesis y apoya la permanencia del pacto
matrimonial. Hace esto contra el punto de vista liberal de la ley. Pero Jesús no se queda
con solo hacer una crítica del punto de vista liberal. Él da a entender que aún el punto
de vista conservador puede ser cuestionable. Lo hace cuando los fariseos le responden
que la ley mosaica admite el certificado de divorcio.
1
Los miembros de la comunidad de Jesús no debían ser legalistas. En vez de eso, ellos eran llamados desde el
cielo a una nueva vida bajo la ley de Dios. El reino estaba cerca, presente y accesible, y aquellos que entraban em-
pezaban a vivir una nueva vida. Esta nueva vida contrastaba indudablemente con las otras maneras y estrategias
para vivir identificadas por personas de Dios en el mundo del primer siglo.
Como podemos ver en el Nuevo Testamento, esas otras estrategias estaban basadas en la interpretación de la
Torá que defendían varias comunidades de maestros. Separados de una conexión viva con el Dios que es fiel a
su pacto, sus aplicaciones se volvieron legales en vez de relacionales. La vida en el judaísmo del primer siglo era
guiada por los mandamientos, según los interpretaban los maestros líderes. En la práctica, esta orientación básica
llevó a aplicaciones de la ley de rigurosidad variada. En el caso del divorcio, un matrimonio se podía disolver
bajo ciertas circunstancias. Moisés contempló esta posibilidad (Dt. 2–4), pero sus concesiones se interpretaban de
diversas maneras. Si un hombre encontraba algo malo en su esposa (algún peligro mortal para la integridad del
lazo matrimonial), este podía rechazarla, pero debía darle un certificado de divorcio. El certificado era evidencia
para la comunidad de que los dos ya no estaban casados, ya no eran una sola carne y estaban libres para casarse
con otra persona. Es crítico tener en cuenta esta intención sociolegal: el certificado demostraba ante la comunidad
que las partes ya no estaban unidas en matrimonio y, de tal manera, estaban libres para casarse de nuevo (al menos
potencialmente).
La concesión de la Torá que permitía disolver un matrimonio tenía interpretaciones limitadas y amplias. En los
extremos, los defensores de la interpretación amplia (como el rabino Shammai) sostenían que solamente las peo-
res ofensas de conducta sexual inapropiada eran base para rechazar a una esposa. Aquellos con una mente más
liberal (como el rabino Hillel) postulaban que un hombre podía terminar su matrimonio casi por cualquier falla o
error que viera en su esposa. Esta controversia provee el marco para las preguntas dirigidas a Jesús sobre las lla-
madas condiciones para el divorcio. ¿Puede uno salirse de un matrimonio por cualquier cosa de nuestro cónyuge
que nos decepcione o solamente en respuesta a una grave ofensa sexual? De cualquier manera que se respondiera
la pregunta sobre los fundamentos para el divorcio, nadie creía que un divorcio propiamente ejecutado impedía
contraer segundas nupcias ni participar plenamente en de la comunidad.
54 Consejería en Situación de Divorcio
¿Por qué incluyó Moisés tal concesión, si no para que la usemos?
Jesús responde que Moisés cedió a la dureza de los corazones hu-
manos. La concesión fue hecha para ordenar el desastre creado
porque el duro corazón humano se niega a mantener el pacto en la
relación con la esposa y con Dios. Pero nunca fue la intención de
Dios que los matrimonios se disolvieran. Entonces, Jesús concluye
que el que se divorcia de su esposa la obliga a cometer adulterio. Excep-
to en casos donde la esposa ya ha violado el pacto sobre bases morales. Además, un
hombre que se casa con una mujer aparte de la esposa de su juventud es de hecho un
adúltero, sin importar si le dio un certificado de divorcio a su antigua esposa.
En otras palabras, dentro del marco de su ministerio, Jesús rehusó ser metido en la
controversia y apoyar una interpretación sobre la otra. La dureza del corazón lleva a las
personas a incumplir sus pactos y disolver sus matrimonios. Esto es siempre un error,
cualquiera que sean las razones particulares para hacerlo. Los que simplemente quieren
salir del matrimonio por motivos triviales, pero también los que rechazan a su cónyuge
por ofensas más serias se hallan ambos en violación del plan de Dios.
¿Segundas nupcias?
Notemos que Jesús no dice nada, ni sugiere nada. Concretamente, las personas divor-
ciadas se convierten en marginadas y nunca más se pueden volver a casar. No, la ley
mosaica había tomado precauciones en contra de tal resultado, lo cual podría haber
tenido consecuencias aterradoras, especialmente para las mujeres. Se debía dar un cer-
tificado que declarara a la comunidad que la persona divorciada ya no estaba sujeta al
matrimonio y que podía contraer nupcias de nuevo, si hallaba una pareja.
En el Sermón del Monte, Jesús hace un comentario similar sobre el divorcio (Mt. 5:31).
El contexto en este caso es la lujuria y el adulterio en el corazón, y la explicación de
Jesús sobre una justicia que excede la de los escribas y fariseos. No hay consenso sobre
si este versículo y el siguiente representan una leve antítesis (“Se ha dicho [...]. Pero
yo les digo”) Los versículos antecedentes hablan del adulterio de manera más profun-
da (Mt. 5:27-30). De cualquier manera, este pasaje se enfoca más en la definición del
adulterio.
De nuevo, es importante notar lo que Jesús no dice. Él no dice que nunca puede haber
un divorcio. Él sí dice que cada divorcio refleja un trágico resultado de la dureza de
corazón y es una violación del plan de Dios para la vida humana.
En Lucas 16:18, en sección de enseñanzas, Jesús simplemente afirma que todo el que
se divorcia de su esposa y se casa con otra mujer comete adulterio, y el hombre que se
casa con una mujer divorciada comete adulterio. Esto que dice también es absoluto en
naturaleza, pero carece de un contexto específico en la historia del Evangelio de Lucas.
Parece correcto asumir el mismo contexto religioso y social, y las mismas interpreta-
ciones opuestas sobre estos asuntos que dedujimos en los otros textos. De tal manera,
Jesús posiblemente habla de aquellos que usan los procedimientos del divorcio para
intercambiar a la presente esposa por otra (deben interpretarse las dos cláusulas como
un acto de dos partes: divorcio y segundas nupcias o divorcio para casarse). Esto es
adulterio.
Las cartas de Pablo manifiestan las enseñanzas de Jesús. Los pactos del matrimonio
deben ser cumplidos, aún cuando un nuevo converso se haya casado con un no cre-
yente. Por otra parte, los creyentes no deben casarse con no creyentes. Sin embargo,
un cristiano que se convirtió después de haberse casado y ahora está casado con un no
creyente debe, de todas maneras, honrar el pacto que hizo con su cónyuge por el mayor
tiempo posible, aún si el cónyuge nunca se convierte. En esas mismas cartas, también
se pueden ver el espíritu de Jesús y su método de ministerio. Hay situaciones en que
la intención de Dios para el matrimonio no puede ser mantenida. En tales casos, se
aconsejan otras vías de acción.
Gracia
Desde luego, analizar los textos específicos que muestran
las respuestas de Jesús a los asuntos del matrimonio y el
divorcio es tan importante como considerar el ministerio
entero de Jesús y su enfoque, orientación y espíritu. En-
tre otras consideraciones, Jesús reconoce el pecado imper-
donable, pero el divorcio y los pecados relacionados con el
divorcio no son imperdonables. Debemos observar cómo
Jesús trató y habló con las personas quebrantadas por las
desgracias en las relaciones según se documenta en los evangelios. Debemos analizar
su mensaje y su llamado a esas personas. Nunca debemos interpretar ni aplicar una
palabra de Jesús de manera que nos lleve a tratar a las personas de manera contraria a
la manera y al espíritu de Jesús, especialmente cuando los evangelios nos muestran las
respuestas reales de Jesús.
56 Consejería en Situación de Divorcio
Sin embargo, eso es precisamente lo que la iglesia ha hecho en respuesta a las comple-
jas realidades de la tragedia sexual, el incumplimiento de los votos maritales, el divor-
cio y las nuevas nupcias. Gran parte del mundo evangélico conservador en Norteamé-
rica lee el Nuevo Testamento como lo haría un buen fariseo: para identificar reglas o
principios que luego son impuestos sobre situaciones humanas complejas y dinámicas.
El divorcio es un ejemplo de esto.
La iglesia buscó todas las declaraciones de Jesús y sus seguidores e intentó vivir según
ellas. Tales declaraciones se convirtieron en las nuevas reglas que la iglesia no violaría.
La orientación ha sido legal e impersonal, y no fundamentalmente relacional, redentora
y basada en el reino. El principal enfoque de la iglesia fluye de sus mejores intentos de
hacer lo que Jesús dijo en unas cuantas ocasiones sobre el divorcio, en lugar de vivir
como Jesús vivió y responder a las circunstancias de la vida real de personas de la ma-
nera que Jesús lo hizo.
Sin embargo, una vez que ocurre el divorcio, hay dos posturas comunes. Una es evaluar
el divorcio y a las personas que lo experimentaron de acuerdo a “las reglas”, cuestio-
nando si hubo fundamentos y permitiendo un futuro en función de la respuesta. En la
otra postura, la iglesia cae en una especie de negación y no ofrece una respuesta sustan-
cial aparte de quizás consolar a los que sufren. De esta manera, evita parecer legalista o
condenatoria y no pierde demasiados miembros o posibles miembros nuevos. Ninguna
de las dos posturas honra el espíritu de Jesús y las intenciones de Jesús para su pueblo.
Lo que nosotros proponemos es una afirmación clara, coherente y fuerte del buen plan
de Dios: desde el principio, un hombre deja a sus padres, se une a su esposa y los dos
se hacen uno de por vida (Gn. 2:24). Luego, proponemos una aceptación de que, casi
desde el principio, este plan experimentó fracasos por el pecado humano y la dureza
de corazón (Gn. 3:17d). Moisés reconoció esto y aceptó procesos que certificaban el
fracaso y ofrecían protección para las personas casadas, especialmente las mujeres (Dt.
22:13-30, 24:1-4). Un divorcio propiamente procesado era en sí mismo la libertad para
volverse a casar. En el pueblo de Dios, algunos trataron de abusar el sistema, torcer las
reglas y doblegar la ley para alcanzar sus propios deseos. Quizás todos tenemos esta
tendencia.
Consejería en Situación de Divorcio 57
En contraste, la obra salvadora de Jesús incluye gracia y poder para
redimir el pecado humano en todas sus manifestaciones. Jesús
ofreció nada menos y mucho más que lo que está explícitamente
afirmado en el primer pacto. Los matrimonios fracasan, por va-
rias razones típicas, pero siempre involucran alguna medida de la
dureza de corazón que reconoció Moisés (Mt. 19:8). La condición
del corazón frecuentemente evita que las personas buscan ayuda para
sus vidas y matrimonios rotos. La gracia y el poder de Dios pueden traer sanación a
cualquier quebrantamiento relacional cuando los corazones están abiertos. Jesús reci-
bió a los quebrantados y maltratados, ya sea que sus heridas fueran el resultado de la
voluntad personal o del abuso de otros. Jesús actuó para sanar y restaurarlos. Él quería
que tuvieran vidas nuevas. Dentro de la intención redentora, se renuevan todas las
bendiciones que Dios planeó desde el principio, incluyendo el matrimonio. El divorcio
(ciertamente, el divorcio procesado bajo las provisiones del primer pacto, pero también
el divorcio como estrategia de abuso pecaminoso) no es imperdonable y no descalifica
a la persona para ser parte del plan de Dios para la vida humana, la cual incluye la po-
sibilidad de volver a casarse. Las personas divorciadas deben recibir cuidado pastoral,
gracia sanadora y cualquier futuro que Dios les pueda dar. La iglesia debe ejercer un
discernimiento justo para guiar a personas divorciadas del quebrantamiento a la inte-
gridad.
• Afirmar que todo divorcio es primero una violación de la intención de Dios que
involucra cierta dureza de corazón humana y suele llevar a intentos de culpar al
otro y de justificarse a uno mismo (lo cual en sí es otra manifestación de la dureza
de corazón).
• Afirmar que el fracaso matrimonial (por cualquier motivo) puede dejar a la familia
quebrantada y herida, y requiere los ministerios de sanación de la iglesia en el nom-
bre de Jesús.
• Afirmar que el fracaso matrimonial (por cualquier motivo) puede ser la oportunidad
del poder divino y la gracia transformadora para redimir la relación, lo cual debe
buscar la iglesia y apoyar como su respuesta primera y sostenible al fracaso.
• Las personas que han experimentado el fracaso matrimonial pueden volverse a casar
con la bendición del Señor y de la iglesia siempre que hayan entendido cómo ocu-
rrió el fracaso anterior, hayan identificado su responsabilidad, se hayan arrepentido
de toda complicidad pecaminosa en el fracaso, hayan experimentado la sanación de
sus heridas y la gracia transformadora que les da poder a las relaciones centradas en
Cristo en sus vidas, y tengan la intención de casarse en el Señor y honrar la intención
de Dios para su matrimonio.
• La iglesia debe ser una comunidad de responsabilidad y sanación para las personas
quebrantadas por el fracaso matrimonial y debe proveerles recursos para que cum-
plan el propósito que Dios tuvo al crearlos y redimirlos.
Artículo
• ¿Qué pierden los niños frente al divorcio de sus padres?
• ¿Qué efectos trae el divorcio en los niños?
• ¿Qué consejos prácticos les daría a los padres del niño?
• ¿Qué extremos debemos evitar?
• ¿Cómo aconsejaría y brindaría cuidado pastoral a los niños
que están en esta situación?
Consejería en Situación de Divorcio
Consejería en casos
5 de crisis y duelos
Propósito de la lección
Ayudar al estudiante a desarrollar procesos de cuidado y consejería
pastoral adecuados con personas que están inmersas en situaciones
de crisis y duelos.
Resultados deseados
Al concluir esta lección el estudiante:
• Conocerá la conceptualización teórica de las crisis y los duelos.
• Aprenderá las pautas generales para la atención de casos de crisis y
duelos.
• Podrá integrar pautas específicas para atender las situaciones de cri-
sis y duelos.
Contenido
• Introducción
• Consejería en caso de crisis
• Consejería en casos de duelos
• Actividad de evaluación
64 Consejería en Casos de Crisis y Duelos
INTRODUCCIÓN
E n su rol de líder cristiano o pastor, muchas situaciones llegarán a usted de manera
repentina y no siempre tendrá el lujo de prepararse. Por eso, es importante que nun-
ca descuide su salud espiritual, emocional y física. De ese modo, cuando suceda una
crisis, su espíritu estará preparado para sobrellevarla. Como siempre, Jesús es nuestro
ejemplo. Las Escrituras nunca lo muestran apresurado ni buscando su propia gloria
ni protegiendo su reputación. Siempre lleva las situaciones a la presencia de Dios, su
Padre. Como sus seguidores, debemos llevar toda situación a la presencia de Cristo.
Incluso y sobre todo en las situaciones de crisis debemos comenzar cada oportunidad
de consejería con una oración y concluirla de la misma forma. Usted sabe que el Se-
ñor está presente, pero, para la persona que busca consejo, es tranquilizador saber que
Cristo está allí y que usted pide su presencia y discernimiento.
Tipos de crisis
1. Las crisis imprevistas
Son situaciones difíciles que llegan sin avisar y que nadie espera que ocurran, dentro de
este grupo se pueden incluir como casos típicos: la muerte de un ser querido, desastres
naturales, abuso sexual, un hijo adolescente que embaraza a su novia, el anuncio de una
enfermedad incurable, secuestros, el despojo de sus propiedades, etc. (Gallego, Marín,
& Vásquez, 2013).
Consejería en Casos de Crisis y Duelos 65
2. Las crisis estructurales
Son aquellas que se repiten una y otra vez en la historia de la persona o de la familia.
Los afectados con este tipo de crisis normalmente intentan solucionarlas de manera
temporal, como poniendo pañitos de agua tibia. La mayor dificultad en este tipo de
casos es hacer cambios radicales. Algunas muestras de estos son: la violencia intra-
familiar, las infidelidades repetitivas, amenazas de suicidio, etc. (Gallego, Marín, &
Vásquez, 2013).
3. Las crisis de desarrollo
Son aquellas que ocurren a lo largo de todo el ciclo de la vida de una persona o familia,
por ello son crisis normales de la vida que deben ser esperadas. Estas experiencias pro-
ducen tensión y son ocasiones de crisis para un individuo, porque proponen conflictos
cuyas capacidades de resolución son inadecuadas e insuficientes en la mayoría de las
ocasiones. Algunos ejemplos de este tipo de crisis son (Gallego, Marín, & Vásquez,
2013):
• Etapa del noviazgo: uso de drogas y alcohol, dependencia de la familia de origen,
presión para tener relaciones sexuales y demás.
• Etapa del matrimonio: la separación de la familia de origen, establecer los límites
en la pareja, el largo proceso de adaptación al nuevo hogar, la sexualidad, la
comunicación, la adquisición de dinero y el manejo de la economía.
• La familia con hijos pequeños: la inexperiencia en la crianza de los hijos, el manejo
de las disciplinas y los límites, hábitos del sueño y alimentación, la adquisición de
responsabilidades, etc.
• Etapa salida de los hijos del hogar: la sobreprotección de los padres, intromisión
de los padres en los asuntos de los hijos casados, la dependencia económica de los
hijos.
Las crisis son parte de la vida humana, en cualquier época, cultura, o generación. Estas
generan un alto nivel de tensión y desajuste en la vida de quienes las experimentan.
Con el fin de medir tales niveles de tensión expertos han elaborado una escala de ten-
sión de las experiencias comunes de la vida que generan crisis en los individuos; en ella
se asigna a la muerte del cónyuge un nivel de tensión de 100 puntos y luego se mide
la tensión relativa en las vidas de las personas estudiadas, causadas por otros cambios
y pérdidas (Clinebell, 1995, pág. 184). A continuación citamos esta escala de tensión
para el asesoramiento pastoral en casos crisis:
1. ¿Qué es el duelo?
El término duelo significa dolor o aflicción. El duelo hace referencia a la
reacción natural del ser humano frente a una pérdida significativa. Esta
pérdida puede ser de diferente índole: humana, emocional, territorial,
material, entre otras. El duelo es un proceso a través del cual el individ-
uo experimenta distintas reacciones: sentimentales, alteraciones físicas,
cognitivas y conductuales.
Es importante aclarar, que, estas reacciones no son un modelo rígido, pueden apare-
cer nuevas reacciones o no estar algunas de ellas. Lo importante es que el consejero
comprenda que estas reacciones pueden hacer parte del proceso de elaboración de un
duelo normal. Sin embargo sugerimos la remisión a especialistas (psicólogo, terapeuta,
psiquiatra) en casos en los que tales reacciones sean demasiado intensas de tal manera
que le impida al individuo adaptarse, reorganizando su vida y reintegrándose al mundo
real (Álvarez, 2003).
70 Consejería en Casos de Crisis y Duelos
Gráfico 5.2 Reacciones frecuentes frente a la pérdida
(Gallego, Marín, & Vásquez, 2013, págs. 107-108)
Eliana se casó ya entrado sus 40 años, un poco tarde para su gusto pero agradecida con
Dios por haber encontrado por fin el amor de su vida; Jorge un hombre noble y sensible
que la trató como una princesa.
Muy pronto tuvieron su primera hija y 3 años después un bebé hermoso pero solo 6
meses después de su nacimiento Jorge enferma gravemente para morir tres meses des-
pués. Jorge lamentó el tiempo que no tuvo para jugar con sus hijos para cuidarlos y el
poco tiempo con su esposa. Por su parte Eliana ahora tiene dos bebés que cuidar cada
día, mientras lucha por recuperarse. No puede ni pensar en qué hacer ya que ahora tiene
que encargarse de todo. Incluso olvida cómo alimentar a su bebé. En esa situación pide
ayuda a un amigo que en la contacta con una consejera para ayudarle. Esta es sensible
a que Eliana tiene dos bebés entonces, la consejera es quien se desplaza al domicilio de
Eliana para atenderla (Gallego, Marín, & Vásquez, 2013, págs. 116-117).
Preguntas:
• ¿Qué tipo de intervención se necesita en esta situación?
• ¿Qué cree usted que necesita Eliana en orden de prioridades?
• ¿En qué momento cree que Eliana puede comenzar a elabo-
rar su duelo?
• ¿Cómo le ayudaría en este proceso?
• ¿Si estuviera usted viviendo esta situación cómo se sentiría?
Consejería en casos
6 de ADICCIÓN
Propósito de la lección
Ayudar al estudiante a desarrollar procesos de cuidado y consejería
pastoral adecuados con personas que están inmersas en una adic-
ción.
Resultados deseados
Al concluir esta lección el estudiante:
• Conocerá la conceptualización teórica y pastoral de la adicción.
• Aprenderá las pautas generales para la atención de casos de adicción.
• Podrá integrar pautas específicas para atender las situaciones de
adicción.
Contenido
• Introducción
• La Biblia y las adicciones
• La iglesia y las personas adictas
• Cuidado pastoral de personas adictas
• Actividad de evaluación
78 Consejería en Casos de Adicción
INTRODUCCIÓN
J osé, al parecer de muchos llevaba una vida normal. Le gustaba salir y tomarse al-
gunos tragos con sus amigos. Para él esto era normal, pues decía: “yo sé controlar
el licor”. De igual manera su novia lo veía como normal, pues él era un hombre que
cuando salía con ella nunca se emborrachaba, pues sabía cuándo parar. Con el tiempo
ellos se casaron y vivieron bien, pues trabajaron duro, consiguieron las cosas del hogar
y con el tiempo compraron su casa. Sin embargo, al quedar embarazada su esposa todo
cambió, pues ella ya no le acompañaba a lo que para ellos era normal: a tomarse unos
traguitos. Ellos decían: “uno al año no hace daño”.
Su esposa observó la situación y habló con él, pero José siempre le decía que era una
cerveza para la sed, pues estaba muy cansado y acalorado. Al pasar del tiempo la situa-
ción se agravó, él llegaba muy borracho y tan pronto como amanecía iba a buscar una
cerveza para el guayabo.
Esta situación de dolor y tristeza llevó a su esposa a buscar de Dios, ella entregó su
corazón a Jesús y oraba que su esposo llegara a los pies de Cristo. Un domingo muy
borracho llegó a su casa a la hora que su esposa salía para el servicio dominical. José
gritó a su esposa y la agarró del brazo y le dijo: “usted no se va, tiene que quedarse
conmigo”. Ella le dijo que iba a buscar al Señor Jesús y él cogió un cuchillo se lo puso
en su pecho y le dijo: “ahora mismo te vas a ir a ver a tu Señor Jesús”. Ella inmediata-
mente le respondió: “pues si hoy que tengo que ir al cielo a verlo estoy dispuesta, pero
yo no me quedo sin ir a alabar a mi Señor”. José quedó pasmado con esa respuesta y
ella salió para la iglesia.
Pasados15 minutos, José llegó gritando a la iglesia con un revolver, él entró a la iglesia
cuando estaban orando, algunos se quedaron pasmados, otros siguieron orando, cuando
su esposa vio a José y él la vio a su esposa, corrió hacía ella. José tan pronto llegó le
puso el revolver en la cabeza y le dijo: ¡prefieres a ese Jesús que a mí! Y en seguida
José comenzó a llorar. Nadie sabía lo que estaba pasando. La mujer con toda determi-
nación respondió: ¡Sí lo prefiero a él! Y él te va a cambiar. José se llenó de más ira y
le se puso el revolver en su boca. Y su esposa le dijo: sabes porque prefiero a Jesús,
porque Él me ha dado amor para amarte y aguantarte. José inmediatamente cayó de
rodillas llorando a gritos y ese día recibió a Jesús en su corazón.
José ha cambiado muchísimo, sus hijos crecieron pero él todavía lucha con la adicción
al alcohol. Deja por algunos periodos de tomar y luego vuelve y cae, él continúa en la
Consejería en Casos de Adicción 79
iglesia, y ha orado mucho para que Dios le quite la dependencia al alcohol y se pone
a llorar por no corresponder perfectamente al amor de Dios. Siente como si todo fuera
un círculo vicioso y siente que vez tras vez defrauda a su amada esposa, a sus hijos y a
Dios. José siente vergüenza y siente que toda la culpa es suya por las malas decisiones
del pasado. Sin embargo, José continúa buscando a Dios y deseando cambiar, en varias
oportunidades ha asistido a programas de ayuda especializada.
Pablo nos expresa que Dios no nos ha dado espíritu de cobardía, sino de poder, amor
y dominio propio (2Ti. 2:7). De ahí que podemos de decir que la Biblia nos llama a no
dejarnos esclavizar por ningún tipo de pensamiento o comportamiento malsano que
se vuelva repetitivo y que secuestre nuestra mente y corazón. Sin embargo, si somos
conscientes de algo que nos está esclavizando podemos ser libres aunque sea difícil y
nos cueste mucho. ¿Cree usted que es imposible que la gente cambie… o, que usted
pueda cambiar? La Biblia dice: “para Dios todo es posible” (Mt. 19:26).
Ya que los cristianos se caracterizan por un estilo disciplinado de vida, nosotros in-
tentamos evitar satisfacción egoísta de los placeres de este mundo. Es nuestro deseo
vivir con sencillez al servicio de otros, y de practicar la mayordomía de la salud, del
tiempo, y otros recursos concedidos por Dios.
Consejería en Casos de Adicción 81
Nosotros estamos comprometidos a ayudar a que todos los cristianos obtengan esa
vida disciplinada. Aunque los malos hábitos no se pueden romper fácilmente, los
creyentes no tienen por qué vivir en tal esclavitud. Nosotros obtenemos ayuda por
medio de las Escrituras, el Espíritu Santo, la adoración, y el consejo y apoyo de otros
cristianos.
¶3212 Diversiones
Nosotros evaluamos todas las formas de diversión a la luz de las normas bíblicas para
la vida santa, y reconocemos que tenemos que gobernarnos de acuerdo a estas nor-
mas. Las Escrituras dicen, “deudores somos – no a la naturaleza pecaminosa, para
vivir de acuerdo a ellas. Porque si vivimos conforme a la naturaleza pecaminosa mo-
riremos; mas si por el Espíritu hacemos morir las obras de la naturaleza pecaminosa
del cuerpo, viviremos” (Ro. 8:12-13).
Las drogas ilícitas son las principales ofensoras. Debido a que las
varias formas de narcóticos causan daños impredecibles a las per-
sonas y a las relaciones y tales drogas restringen el desarrollo
personal, dañan al cuerpo y refuerzan un concepto no realista de
la vida, nosotros evitamos su uso.
El abuso del alcohol, una droga legalizada, es dañino a los individuos, las familias y
la sociedad. Es impredeciblemente adictivo y sus efectos destructivos no pueden ser
medidos totalmente. Su abuso deja una secuela de matrimonios destruidos, violencia
familiar, crimen, pérdida industrial, salud deteriorada, herida y muerte. Cristo nos
exhorta a amar a Dios con todo nuestro ser y a nuestro prójimo como a nosotros mis-
mos (Marcos. 12:30-31). Por tanto, promovemos la abstinencia en aras de la salud,
la familia y la comunidad. Las consecuencias sociales adversas son tan penetrantes
que, al promover la abstinencia, esperamos dar un testimonio colectivo de la libertad
que Cristo ofrece.
Debido a que creemos que los cristianos deben de tratar sus cuerpos como un depó-
sito sagrado, estamos a favor de la abstinencia del uso del tabaco. Es una causa ma-
yor de una variedad de cánceres y otros padecimientos, así como una adicción cara
y socialmente ofensiva. Nosotros tomamos muy en serio las palabras de Pablo, el
82 Consejería en Casos de Adicción
Apóstol, “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está
en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido com-
prados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu,
los cuales son de Dios” (1Co. 6:19-20).
¶3214 Pornografía
Las Escrituras nos advierten de que aquellos que participan en la inmoralidad sexual,
impureza y desenfreno “no heredarán el reino de Dios” (Gálatas 5:19-21). El uso de
pornografía es una participación representativa de la inmoralidad. Dicha participa-
ción incluye ver, escuchar, o imaginar a propósito a otros involucrándose en activi-
dades sexuales.
Esta declaración deja claro cuáles son nuestras expectativas para la vida de cualquier
miembro de la iglesia. A la vez abre una ventana de gracia para que aquellos que por
decisión o circunstancias de la vida han quedado esclavizados procuren una sanidad
plena al calor de la comunión cristiana.
Consejería en Casos de Adicción 83
CUIDADO PASTORAL DE PERSONAS
ADICTAS
Cuando trate a alguien que sufre algún tipo de adicción, su presencia y el uso de las
Escrituras y la oración también son importantes. Además, se necesita un grupo de apo-
yo con miembros que estén superando adicciones. Este grupo debe ofrecer un contexto
familiar y cómodo donde la persona experimente seguridad, valoración, amor recípro-
co y también rendición de cuentas. Con las adicciones, es imprescindible que el adicto
reconozca que tiene un problema. Luego, debe asumir su responsabilidad por ese pro-
blema. No puede culpar a sus padres, la cultura ni a su cónyuge por su adicción. Des-
pués, debe tener un deseo genuino de cambiar su conducta: decirle que no a la adicción.
El consejero debe reconocer que ningún cambio perdurable se logra fuera de una rela-
ción con Jesús seguida del compromiso con un cuerpo que puede ser la iglesia, el grupo
de apoyo o ambos. Al mismo tiempo, dependiendo de la gravedad de la adicción, el
consejero pastoral debe estar preparado para celebrar las pequeñas victorias y recono-
cer que pueden ocurrir recaídas. Una vez más, el sistema, la familia, los viejos amigos
y el trabajo rechazarán el cambio, ya que, a medida que la persona se libere de su adic-
ción, su círculo de amigos cambiará. Sus compañeros de trabajo verán un cambio y no
lo comprenderán. Eso, por supuesto, es una gran oportunidad para dar testimonio del
poder transformador del amor de Cristo. La advertencia es para el consejero y el adicto:
ambos deben reconocer que este proceso puede ser largo. Sin dudas, debe orar por una
liberación repentina de la adicción a las drogas, el alcohol, el sexo, la pornografía, el
juego, etc.
“Todo me está permitido”, pero no todo es para mi bien. “Todo me está permiti-
do”, pero no dejaré que nada me domine.
1Co. 6:12
“Todo está permitido”, pero no todo es provechoso. “Todo está permitido”, pero
no todo es constructivo.
1Co. 10:23
Pablo celebra nuestra libertad en Cristo y a la vez reconoce que no debemos dejar que
nada nos domine. Algo que nos domina es, por supuesto, una adicción. En el versículo
del capítulo 10, Pablo cita un dicho similar y nos recuerda que debemos buscar no solo
lo que es para nuestro bien, sino aquello que nos edifica. El consejero debe ayudar al
adicto a comprender el problema. Pregúntele:
• ¿La adicción es un secreto o la conoce su familia?
• ¿Necesita la sustancia tan pronto como se levanta?
• ¿Cuándo ha estado bajo el efecto de sustancias, recuerda la conversación o detalles
de lo que sucedió después?
• ¿Ha tenido dificultades realizando su trabajo por las sustancias que consume?
• ¿Comenzó a consumir sustancias y ha sido incapaz de parar?
• ¿Le ha preocupado que la sustancia no está disponible cuando lo desea?
• ¿Ha tenido problemas legales, conduciendo, financieros o en el trabajo por su
adicción?
• ¿Ha dicho o hecho cosas bajo la adicción de las cuales después se arrepiente?
• ¿Otras personas le han insistido cuando va a conducir a casa después que ha bebido
o consumido sustancias alucinógenas?
• ¿Le molesta cuando alguna persona hace o comenta acerca de su adicción? (Collins,
Christian Couseling: A Comprehensive Guide, 2007, pág. 671)
Estas preguntas buscan que el adicto se vuelva consiente del problema y su gravedad.
Después asegúrese de explicarle que el alcohol o las sustancias que consume u otras
adiciones no resolverán los problemas o reducirá las tensiones. Al contrario, esto añade
más problemas a la vida y a su familia. Después puede seguir los siguientes pasos:
1. Lleve al adicto a que admita que necesita de ayuda de Dios.
2. Llévelo a un compromiso de dependencia a Dios y de abstinencia total:
• Reconozca que la resistencia a la tentación es posible con ayuda de Dios.
• Practique la auto-disciplina y el auto control.
3. Ayude y motive al aconsejado a tener ayuda profesional.
4. Ayúdele a controlar el estrés y habilidades de afrontamiento.
Consejería en Casos de Adicción 85
5. Fomente la auto-comprensión y cambio en el estilo de vida.
6. Aconseje a la familia para que le ayuden de manera precisa y práctica.
7. Busque ayuda de la comunidad cristiana para que le ayuden en oración y le brin-
den espacios y tiempos de acompañamiento en diferentes actividades de la iglesia.
8. Ayude al aconsejado y la familia a enfrentar las recaídas y a continuar el proceso.
9. Reconozca y utilice la dimensión espiritual en la consejería (Collins, Christian
Couseling: A Comprehensive Guide, 2007, págs. 670-680).
ACTIVIDAD DE EVALUACIÓN
Lea el caso que presentamos a continuación, luego responda las preguntas y prepáre-
se para participar en lo que usted haría como consejero. Recuerde que sus respuestas
deben citar explícitamente el contenido de la lección y la página donde se encuentra.
Merce, su esposa siempre lo apoyó, pero una vez sus hijos crecieron y su adicción se
hizo más profunda, al punto de volverse una carga, ella lo abandonó. Pedro se gastó
los ahorros de la familia en drogas, liquidó el taller y le dio rienda suelta a sus deseos.
Juan aprendió su oficio y ahora tiene un taller que administra junto con su hermana
Juliana; quienes recibieron a Jesús y han perdonado a su padre por todo el daño que
les causó. Pedro visita a sus hijos frecuentemente y sabe cuánto le aman, tiene un gran
deseo de cambiar, pero es más fuerte el deseo por las drogas. Pedro recibió a Jesús en
su corazón y quiere empezar de nuevo, pero no ha podido dejar las drogas, llora y les
pide a sus hijos que le ayuden, trabaja dedicadamente por algunos días, pero cuando
coge dinero no puede vencer el deseo implacable de drogarse.
Preguntas:
• ¿Qué tipo de intervención se necesita en esta situación?
• ¿Cómo llevará a Pedro para que adquiera un compromiso y dependencia con
Dios?
• ¿Qué estrategias usará para ayudarle a Pedro a salir de la dro-
gadicción?
• ¿Cómo ayudará su familia y la entregará en el proceso de
rehabilitación?
• ¿Qué pasos específicos cree que le aporta esta lección para
el caso de Pedro?
Bibliografía 87
BIBLIOGRAFÍA
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Cuadrado, D. Las cinco etapas del cambio. Capital Humano, 54-59. 2010.
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consejería pastoral para el siglo XXI, enfoque bíblico sistémico. Letra Viva: Quito,
Ecuador.Quito, Ecuador: Letra Viva, 2013.
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88 Bibliografía
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