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Daniel Goleman
Daniel Goleman y la Inteligencia emocional- Definición.
La publicación de Emotional Intelligence de Daniel Goleman (1995) significa una
difusión sin precedentes de un concepto que hasta entonces había pasado desapercibido.
Este libro se convierte en un best seller en muchos idiomas. A partir de mediados de los
noventa, la inteligencia emocional es un tema de interés general por parte de la
sociedad, de tal forma que empiezan a aparecer artículos (primero en revistas de
divulgación y después en las científicas) y libros sobre el tema. Para Goleman (1995:
43-44) la inteligencia emocional consiste en:
Buenos Aires, Argentina, Javier Vergara (editor), 305 págs., 1997 (Gloria
Mulsow).
A través de este libro Shapiro insiste en que al abocarnos a educar niños y niñas
emocionalmente inteligentes no se está haciendo otra cosa que cambiar la química
de sus cerebros, puesto que nuestras capacidades pensantes y emocionales están
relacionadas con la cantidad y calidad de las conexiones neuronales. El autor hace
referencia a las estructuras neurológicas y su funcionamiento proporcionando las
bases biológicas que permitan una mejor comprensión de la memoria emocional,
aunque el énfasis de su obra evidentemente no está dedicado a este aspecto, sino a
las condiciones ambientales y personales que facilitan el desarrollo emocional.
De la misma forma en que la educación se ha ocupado de los aspectos cognitivos
en niños y niñas es imprescindible que contribuya a desarrollar en ellos las
cualidades básicas de la inteligencia emocional para acceder a un coeficiente
emocional (C.E.) que les permita enfrentar a una sociedad cada vez más
competitiva y menos afectiva, con las consecuencias sociales de intolerancia,
incomunicación y descalificación que afectan a las relaciones interpersonales y
hacen cada día más difícil la convivencia humana.
Sin embargo, nuestra sociedad ayuda poco o nada al respecto. Shapiro alude que la
máxima de Thomas Edison: “el genio es un uno por ciento de inspiración y un
noventa y nueve por ciento de transpiración”, poco dice a las generaciones actuales
que lo reciben todo dado, tanto en el hogar como en la escuela. Pocos niños y niñas
tienen la posibilidad de percibir la relación causa-fecto entre el trabajo duro y el
éxito. A esto se suma un sistema escolar competitivo con tanto énfasis en el éxito
que, especialmente, en la etapa de la adolescencia, son muchos los que desarrollan
un paralizante temor al fracaso.
El aporte más relevante del libro está en motivar la reflexión acerca de las ventajas
de desarrollar la inteligencia emocional en los niños y niñas, a la vez que puede
servir de ayuda, a nivel de aula, para vertebrar los objetivos fundamentales
transversales referidos al desarrollo personal con los contenidos mínimos
obligatorios y para tomar conciencia sobre la importancia de un mundo afectivo
personal que facilite el adecuado desarrollo emocional, tanto a nivel familiar como
escolar, que le permita al niño y niña ser felices y tener éxito.