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Como en otros países de Latinoamérica y del mundo, en México la mayoría de las

personas son jóvenes. Diseñé este libro para facilitarles la apasionante aventura de
transformarse en adultos felices, exitosos y comprometidos con el bienestar de los
más necesitados.
Encontrarán aquí un valioso paquete de teorías y estrategias psicológicas modernas y
prácticas, que han demostrado su eficacia en millones de personas, para que
aprovechen mejor su inteligencia y su imaginación, cultiven sus mejores sentimientos, y
aprendan a tomar decisiones más libres y provechosas.
Podrán fijarse metas creativas e importantes, y establecerán conductas habituales que
darán sentido a su vida, y les ayudarán a integrar su verdadera personalidad.
En tiempo presente, ellas y ellos necesitan conocerse a sí mismos, definir su
identidad, elegir sus valores personales, y desarrollar sus habilidades. Algunos años
más adelante, impulsarán el progreso de sus grupos y comunidades, asociados con
otras personas más experimentadas.
Esta obra apoya también los indispensables cuidados que los padres brindan a sus
hijos, y el empeño de los maestros, profesionales de la salud y otras valiosas personas
que se empeñan (en sus propios países) por mejorar las condiciones educativas,
económicas y sociales de la población en general.
La mayoría de los adolescentes que abandonan la escuela están condenados a vivir en
la ignorancia y la pobreza. Aceptan trabajos molestos, peligrosos y mal remunerado, y
muchos optan por la explotación sexual y se integran a grupos antisociales y delictivos.
Además, la escasa escolaridad se relaciona con en el elevado número de adolescentes
que mueren cada año, debido a accidentes de tránsito, asesinatos y suicidios.
Joven (y adulto que te sientes así por dentro): a ti te toca ser el arquitecto de tu
propio destino, evitando los extremos de la timidez excesiva y de la petulancia
agresiva. Quienes logran desarrollar de manera armoniosa los aspectos lógicos y los
intuitivos de su personalidad, evitan los modelos estereotipados del macho y la mujer
sufrida, por lo que son mejores amigos y compañeros. También forman parejas más
felices, amorosas y comprometidas.
Dr. Roberto Navarro

Arias
Maestro en Letras, Maestro en Ciencias
(Investigación en Psicología) y Doctor en
Psicología Clínica por la U. de Saint Louis,
Missouri (E.U.). Psicoterapeuta, Iniciador de la
Psicoterapia Psicoenergética. Autor de
veinticinco artículos y catorce libros. Fue Director
del Centro de Orientación Psicológica y del Dpto.
de Psicología de la Universidad Iberoamericana.
Dirige el Instituto Mexicano para la Enseñanza e
Investigación en Psicoterapia Psicoenergética. Ha impartido talleres y cursos
de entrenamiento en psicoterapia cuerpo-mente-espíritu en varias
Universidades e Institutos.

ÍNDICE
Prefacio

Introducción: DESARROLLO INTELECTUAL


DE LOS NIÑOS

CAPÍTULOS
1. LA ADOLESCENCIA
2. MUJERES Y HOMBRES: SUS DIFERENCIAS
3. MEJOREMOS LA EDUCACIÓN EN MÉXICO
4. ENERGÍAS Y ESTRUCTURAS DE LA PERSONALIDAD
5. RASGOS INDIVIDUALES Y NEUROSIS
6. DESCUBRE TU VERDADERO SER

7. EL CUIDADO PSICOLÓGICO DE TI
MISMO
8. EL CONTROL EMOCIONAL
9. EJERCICIOS PARA MEJORAR LA RESPIRACIÓN
10. LAS RUTAS DEL MASAJE Y El MOVIMIENTO
11. PENSAMIENTO LIBRE Y CONSTRUCTIVO
12. LOS NIVELES DE LA IMAGINACIÓN

13. CÓMO TOMAR LAS MEJORES DECISIONES

14. LAS CONDUCTAS HABITUALES

15. PSICOLOGÍA HUMANISTA DE LA SEXUALIDAD


16. HOMOSEXUALIDAD Y LESBIANISMO

CONCLUSIÓN AP.
1 JESUCRISTO Y LOS CRISTIANOS GNÓSTICOS
AP. 2 PABLO DE TARSO, CONCILIOS Y PAPAS
REFERENCIAS

Prefacio
Igual que en otros países de Latinoamérica y del mundo, en México la mayoría de las
personas son jóvenes. Diseñé este libro para facilitarles la apasionante aventura de
transformarse en adultos felices y exitosos, comprometidos con el desarrollo de los más
necesitados.
En tiempo presente, ellas y ellos necesitan conocerse a sí mismos, fijarse metas
personales y definir su identidad. Más adelante, asociados con personas más
experimentadas, impulsarán el progreso de sus grupos y comunidades. Deseo apoyar
también la meritoria labor de de los padres de familia, que se empeñan por sacar
adelante a sus hijos, con dedicación y muchos esfuerzos, y les brindan lo mejor de sí
mismos.
Reconozco los logros de los maestros, profesionales de la salud,
comunicadores, y otras destacadas personas que se empeñan por las condiciones
educativas, económicas y sociales de sus propios países.
En México abunda la deserción escolar, la corrupción y la violencia, junto con
un cúmulo de simulaciones, mentiras y falsas apariencias. También existe una pavorosa
y lacerante desigualdad en los niveles socio-económicos. Por estas razones, millones
de personas no pueden satisfacer sus necesidades de seguridad, bienestar, alimentación,
recreación y cultura, mientras que una minoría privilegiada se enriquece de manera
injusta e indebida.
Sólo el 25% de los estudiantes termina la preparatoria y el 2% los estudios de
posgrado. Este gravísimo problema social no debe ignorarse por más tiempo: ¿Cómo
fue que nadie los supo ayudar a desarrollar sus valiosas cualidades individuales, ni les
enseño el valor de la disciplina? ¿Por qué la educación púbica no resulta atractiva para
tantos millones de niños, adolescentes y jóvenes? ¿Cuáles son los programas
educativos que tienen éxito en otros países? ¿Cómo se pueden relacionar los estudios
con nuevos empleos bien remunerados?
La mayor parte de los adolescentes que deja la escuela antes de tiempo, vive en
la pobreza. Aceptan trabajos molestos, peligrosos y mal remunerado, y optan por la
explotación sexual y se integran a a grupos delictivos. La poca escolaridad también se
relaciona con en el elevado número de adolescentes que mueren cada año por
accidentes de tránsito, asesinatos y suicidios.
Millares de jóvenes emigran al extranjero para buscar las oportunidades que no
encuentran en su propia Patria (fuga de cerebros y mano de obra barata). En lugar de
familias, escuelas y universidades exitosas, proliferan los reformatorios, las cárceles y
los centros de atención psicológica y psiquiátrica.
Algunos jóvenes son adictos a la adrenalina y a las sensaciones fuertes; buscan
las fiestas y los espectáculos, y sólo procuran divertirse de todas las maneras posibles.
Otros se creen invulnerables y buscan el dinero fácil; se dedican a la delincuencia y a
la violencia organizada. Operan al margen de la moralidad, las leyes y las autoridades,
sin que parezca importarles el dolor, tan injusto e irracional, que causan a sus
semejantes.
Entre las falsas salidas para anestesiar la apatía, la ansiedad y baja estima, la
depresión, el estrés y las preocupaciones inútiles, están el abuso del alcohol, las
drogas, comer demasiado, la anorexia, las compras compulsivas, los juegos, las falsas
apariencias y el activismo.
Para frenar la creciente ola de violencia y elevar los niveles culturales,
anímicos y económicos del país, urge renovar los valores familiares y sociales (junto
con las creencias políticas y religiosas), porque muchos de ellos son falsos, aparentes
y obsoletos. Dificultan la prosperidad, y el bienestar social y psicológico de todos, en
particular la de los grupos más vulnerables: las mujeres, los niños y los adolescentes.
En los estratos más tradicionales de nuestro país, todavía prevalecen los
trasnochados roles sociales del macho-narcisista y la mujer sufrida. Los niños
adquieren la obligación de ser fuertes, agresivos y competitivos; se supone que ellos
son los que piensan y deciden, mientras que a las mujeres les toca someterse, con
pasividad triste y resignada.
A las niñas las educan para ser dulces, y complacientes; por eso les cuesta
trabajo decidir lo que más les conviene. Esos modelos ancestrales generan violencia,
mentiras y graves alteraciones emocionales en las familias, y en la sociedad en general;
además, van contra de la modernidad, que defiende el respeto mutuo y la igualdad de
derechos entre todas las personas.
El progreso o decadencia de cualquier país depende, en primer lugar, del nivel
de sus instituciones familiares y educativas. Necesitamos ofrecer a la población juvenil
y adolescente de México (y de los demás países de habla hispana) una educación
pública y privada de excelente calidad, como lo demanda nuestra Constitución y los
acuerdos internacionales.
A continuación presento un valioso paquete de estrategias psicológicas
modernas que han demostrado su eficacia en millones de personas, junto con destacadas
teorías científicas que te ayudarán a comprender los acelerados avances científicos,
tecnológicos y sociales de las últimas décadas.
Amable lector: cuando leas estas páginas, atrévete a formar tus propias
opiniones, y no te sientas obligado a seguir el orden en que están impresas. Puedes
releer algunas páginas y dejar otras para después, motivado por tus inquietudes y tus
necesidades particulares.
Dedico este libro a mi amada esposa Mercedes, y a mis queridos hijos,
Alejandra y Roberto.
Dr. Roberto Navarro
Arias
Introducción

DESARROLLO INTELECTUAL
DE LOS NIÑOS
Jean Piaget (1896-1980) se interesó por la epistemología, la psicología y la biología.
Con Darwin, advierte que las funciones de la inteligencia están ligadas a nuestra
herencia genética, y evoluciona con gran rapidez durante la infancia y la adolescencia.
Las estructuras del organismo permiten el desarrollo intelectual, pero también limitan
lo que podemos percibir.
Con base en el postulado de que el desarrollo intelectual de los niños se
produce desde dentro hacia fuera, Piaget propuso explicaciones racionalistas acerca
del desarrollo intelectual y moral de los niños (= constructivismo):
1. La educación de calidad tiene el propósito de favorecer el crecimiento intelectual, afectivo y
social de los niños; conviene tener en cuenta que esos aspectos están asociados con procesos
evolutivos que son del todo naturales y predecibles.
2. Es necesario estructurar todas las acciones educativas, para que apoyen, de la mejor manera
posible, los procesos constructivos que se activan en las distintas etapas del desarrollo
individual. Sin embargo, los niños no tienen por qué aprender en solitario, debido a que las
interacciones sociales horizontales, con sus compañeros, tienen mucha importancia.
3. Cuando la inteligencia de los niños se enfrenta a situaciones nuevas, ellos experimentan
desequilibrios ante las realidades extrañas que perciben (con las correspondientes tesis y
antítesis). La necesidad de superar cualquier situación de desequilibrio mental es más poderosa
que la satisfacción de las necesidades elementales más básicas del organismo.

Para superar exitosamente los desequilibrios ante las situaciones nuevas y


desconocidas, la inteligencia humana cuenta con dos funciones básicas: la organización
y la adaptación. Estas funciones nos capacitan para responder a los estímulos
cambiantes de nuestro entorno, y también para manejarlos de la mejor manera que sea
posible.
La función de adaptación opera en los sistemas fisiológicos, y también en los
psicológicos; abarca dos procesos que son complementarios: la asimilación y la
acomodación.
Mediante la asimilación, el organismo se enfrenta a un estimulo y lo capta, en
términos de su organización actual. A continuación, la acomodación modifica la
organización inicial, y elabora respuestas nuevas -más adaptativas- frente a las
demandas particulares del medio. Por ejemplo, gracias a las variaciones en la
capacidad de refracción del cristalino, el ojo se adapta (= se equilibra) en relación con
las diferentes distancias que necesita percibir.
Los humanos reestructuramos cognitivamente todo lo que vamos aprendiendo.
Nuestro organismo alcanza nuevos equilibrios, gracias a la interacción continua entre
los procesos de asimilación y acomodación.
Piaget distingue cuatro etapas principales que están relacionadas con el
acelerado desarrollo cognitivo (= intelectual) de los menores, y de las personas que
inician la adolescencia:
1. Etapa Sensomotora:
Comprende desde los 0 a los dos años. Las conductas de los niños son esencialmente motoras
(y perceptuales); no tienen representaciones internas de los acontecimientos externos, ni
tampoco pueden pensar o utilizar conceptos.
2. Etapa Pre-operacional:
Va de los dos a los 7 años. En esta etapa, los niños aprenden un lenguaje básico, que les
permite pensar de manera simbólica. Dibujan, juegan de manera imaginativa, fabrican
imágenes mentales y desarrollan, de manera acelerada, el lenguaje hablado.

3. Etapa de las Operaciones Concretas:


De los 7 a los 11 años, los procesos del razonamiento se hacen más lógicos: aparecen los
esquemas de seriación, ordenamiento de conjuntos y clasificación, junto con los conceptos
de causalidad, espacio, tiempo y velocidad. Todos estos procesos se empiezan a aplicar a la
resolución de problemas reales y concretos; además, los niños se convierte en seres
completamente sociales.

4. Etapa Lógico Formal:


De los 12 a los 16 años, durante la adolescencia temprana, las personas realizan
abstracciones a partir de conocimientos concretos, y también aprenden a manejar el
razonamiento inductivo y el deductivo. También desarrollan sentimientos nobles e idealistas,
que favorecen la integración de su personalidad. Junto con esto, alcanzan mayor desarrollo
de sus conceptos éticos y morales.

Según Piaget, el desarrollo intelectual de los niños y adolescentes requiere una


buena adaptación a su medio físico, y también a la sociedad en la que viven. La
cooperación entre iguales facilita el desarrollo individual, debido a que los miembros
del grupo plantean diferentes opiniones y perspectivas, con el propósito de resolver
juntos -de la mejor manera posible- cualquier problema.
Cuando los esquemas mentales son extremosos e inapropiados, entran en
conflicto entre sí, por lo que se rompe el equilibrio mental. Entonces, los individuos
experimentan un conflicto cognitivo que los impulsa a buscar nuevas respuestas,
plantearse interrogantes, e investigar, hasta que encuentran nuevos conocimientos, y así
llegan a un equilibrio cognitivo más adaptativo. En otras palabras, generan una
reorganización cognoscitiva que es más eficiente.
Por su parte, Lev S. Vygotsky (1896-1934) fue un psicólogo interesado en la
filosofía y en la literatura. Se esforzó por aplicar los principios de un marxismo social
muy idealista a la educación, y por extender la escolaridad a los sectores más
marginados de la población. Escribió numerosas obras, que han cobrado sorprendente
modernidad en las últimas décadas.
A Vygortsky le interesaban mucho los factores sociales relacionados con
cualquier tipo de aprendizaje. Advirtió que el desarrollo intelectual de cualquier niño y
adolescente está condicionado (= determinado) por la calidad de lo que aprende, en el
contexto humano de su comunidad particular.
Distingue dos tipos de funciones mentales: las inferiores y las superiores. Las
primeras son naturales; están determinadas por la genética y nacemos con ellas. Así los
niños pequeños reaccionan de manera automática ante el ambiente que les rodea, de
acuerdo con las características de su dotación genética individual.
En otro ejemplo, lloran y expresan dolor cuando algo les molesta, pero eso
solamente es una reacción natural al ambiente, generada por una función mental inferior.
En cambio, cuando crecen, lloran para llamar la atención; su llanto se vuelve
intencional, y entonces lo utilizan para comunicar a las demás personas sus
necesidades particulares.
Mientras que los niños solamente repiten (= reproducen) el pensamiento de los
demás los adolescentes también son capaces de generar sus propias opiniones, y se
atreven a manifestarlas, junto con sus deseos y aspiraciones, a los adultos que los
aprecian y los respetan.
Vigotsky insiste en que el desarrollo intelectual de un niño en particular sólo se
puede entender cuando tenemos referencias claras acerca del ambiente familiar y social
en el que vive. En efecto, sus conductas están determinadas por el medio que le rodea;
un mundo sustentado por procesos simbólicos, entre los que destaca el lenguaje hablado
(y el escrito).
Los seres humanos requerimos niveles apropiados de educación y de cultura
para desarrollar a plenitud nuestras funciones mentales, emocionales y sociales
superiores.
En los niños de menor edad, su atención, memoria y la misma formación de
conceptos ocurren como meros fenómenos sociales. Sin embargo, algunos años después
se transforman en una propiedad personal de cada individuo.
En palabras más técnicas, las funciones mentales superiores al principio son
sociales (inter-psicológicas), y más adelante también son individuales (intra-
psicológicas). Esto ocurre gracias a un proceso mental de interiorización.
Cuando nacen, los niños son muy dependientes, pero a medida que crecen
adquieren creciente libertad y autonomía. Los adolescentes que pudieron apropiarse
(= interiorizaron) más y mejores habilidades inter-psicológicas, muestran mayor
capacidad para dirigir sus propias conductas, y además se sienten responsables por las
consecuencias sociales de lo que dicen y de lo que hacen.
Los niños pequeños son exploradores muy curiosos; les interesa participar de
manera activa en su propio aprendizaje y en el descubrimiento de nuevos principios (=
aprendizaje auto-iniciado).
El juego permite que los niños ensayen actividades adultas que están muy por
encima de su cabeza, sin ningún temor a padecer alguna terrible consecuencia social
derivada del fracaso, por ejemplo, cuando juegan al médico, a las guerras o a tener
bebés.
Al principio, ellos sólo imitan las conductas de los demás, y reaccionan de
manera automática ante el ambiente que les rodea. Sin embargo, a medida que crecen,
adquieren la capacidad de afirmar o negar, y con eso demuestran que ya empiezan a
actuar por voluntad propia. Los niños mayores se empeñan por sentir y demostrar a sus
padres, y a todos los demás, que ellos son personas muy valiosas, y no meros objetos
que los demás pueden tratar (y menos maltratar) a su antojo.
El habla privada (= el lenguaje subliminal) que ocurre cuando los niños
enfrentan algún problema, representa un notable esfuerzo por guiarse a sí mismos. Por
ejemplo, se dicen: “Estoy perdido, ¿y ahora qué hago?” “Tengo hambre, entonces
voy a buscar algo para comer…”
La técnica escolar de la auto-instrucción cognitiva enseña a los estudiantes
maneras creativas de hablarse a sí mismos, con calma y cuidado. Por ejemplo, cuando
hacen la tarea, sus maestros los animan para que ellos mismos se digan algunas cosas,
por ejemplo: “Bueno, ¿qué tengo que hacer ahora? Necesito copiar el dibujo con
líneas diferentes; tengo que hacerlo despacio y con cuidado”.
El lenguaje verbal interior capacita al individuo para que vaya tomado
consciencia de sí mismo y sepa quién es en realidad. También para que pueda ir
ejerciendo el control voluntario -cada vez más certero- sobre sus propias acciones,
dirigiéndolas, de manera continua, mediante sus conversaciones privadas.
El funcionamiento mental individual de los niños se desarrolla en base a sus
propias experiencias, y también porque recibe la ayuda de los instrumentos culturales
(= las personas y las herramientas que favorecen el aprendizaje) sobre todo en
situaciones conjuntas que tienen el propósito de resolver algunos problemas de la
comunidad.
La zona de desarrollo próximo para cualquier niño o adolescente es el contexto
social particular en el que vive; es allí donde recibe la importante ayuda que le brindan
las personas cercanas de su familia y de su escuela. El nivel (más o menos elevado) de
sus funciones mentales dependerá de los valores y las costumbres del estrato social
particular en el que vive y se desarrolla.
Los humanos actuamos sobre la realidad para adaptarnos a ella y para
transformarla. Además, también nos mejoramos a nosotros mismos de manera
continua, con el apoyo de algunos “mediadores” que nos facilitan el proceso de la
superación personal. Estos pueden ser sencillos, como un lápiz o un libro, pero también
los hay más sofisticadas (= signos), como el lenguaje, que permite la comunicación
entre los seres humanos. Y ahora tenemos el internet, las tabletas electrónicas, los
teléfonos celulares, etcétera…
En sus zonas de desarrollo próximas (= en su entorno social), los niños
aprenden de las personas que los cuidan, y en primer lugar de sus propios padres.
Aquellos compañeros que son más hábiles y están más despiertos, también les enseñan
muchas cosas importantes.
Las personas que están bien capacitadas para alguna tarea -y son comprensivos
y generosos- los ayudan de manera muy definitiva, porque los conducen más allá de sus
conocimientos actuales. De esta manera, los estudiantes logran activar sus propias
habilidades con mayor alegría y facilidad. Por ejemplo, el buen carpintero enseña
buena carpintería, el buen biólogo buena biología, etcétera.
Aunque el talento individual importa mucho, los alumnos que acudieron a
escuelas de baja calidad tienen diferente nivel cultural –más deficiente- que los que
tuvieron maestros bien preparados e interesados por el bienestar de sus alumnos (junto
con computadoras, Internet, buenas bibliotecas, etcétera).
En este proceso, que a la vez es intersubjetivo y asimétrico, la persona que
desea aprender ofrece su atención, y se empeña por aprender cosas que la otra persona
ya sabe y domina bien. También se dedica a desarrollar y perfeccionar sus propias
habilidades individuales. Las interacciones sociales entre ambas personas se
construyen y se mantienen a través del lenguaje.
Las funciones mentales de las personas que tuvieron interacciones sociales más
numerosas y de mejor calidad, son más humanas y robustas.
Por lo común, en su edad más productiva, estas personas se dedican a impulsar
valiosas obras sociales que favorecen el desarrollo de sus comunidades particulares,
incluyendo algunas que tienen notable repercusión a nivel mundial.
Por otra parte, no es necesario que el que enseña esté presente, ni tampoco que
esté vivo con su cuerpo. Mediante los libros, la televisión educativa, Internet y las
redes sociales, aprovechamos la sabiduría de las personas más importantes del pasado,
como Galileo, Darwin, da Vinci, Jesucristo, Newton, los enciclopedistas de la
Revolución Francesa, Verne, Gandhi, Mandela, Asimov, Rulfo, etcétera.
Piaget se interesó en el modo como los niños y adolescentes interactúan entre sí,
resolviendo problemas de origen social, mientras que Vygotsky alentó su participación
activa, con otras personas dotadas de experiencia y sabiduría, para así reunir fuerzas
para el desarrollo yl bienestar social de las comunidades en las que viven, en particular
de las más pobres y marginadas.
Es necesario estructurar las experiencias de cualquier tipo de aprendizaje, con
el fin de favorecer -de manera más activa- el intercambio de los puntos de vista y la
colaboración de todos los participantes. La búsqueda conjunta de los conocimientos (=
el aprendizaje interactivo) obtiene, como resultado muy apreciable, la mejoría de las
condiciones sociales. Según Vigotsky, todos debemos dedicarnos a mejorar nuestro
medio social particular, con el propósito de obtener beneficios personales y también
colectivos.
Aunque los niños no son tan frágiles como a veces suponemos, ellos todavía no
pueden expresar sus sentimientos porque les faltan las palabras adecuadas; además, se
callan y se tragan sus sentimientos por miedo a perder el cariño de sus padres. Cuando
se atreven a expresar lo que sienten, de manera impulsiva y poco lógica, no están
acusando a nadie; solamente desean ser escuchados y entendidos (= atendidos).
Los adultos necesitan escuchar a los niños y adolescentes con la debida
serenidad, evitando regaños, golpes y castigos injustos que no vienen al caso. La
finalidad de cualquier diálogo familiar (y social) es construir, y esforzarse por cumplir
algunos acuerdos importantes, que aseguren el bienestar de todos. Conviene tener en
cuenta que todos ellos necesitan apoyo y comprensión, y que el cariño adulto también
incluye el orden, la veracidad, los límites claros y la disciplina.
La sensibilidad y la sinceridad que muestran los padres y los maestros generan
sensibilidad y sinceridad en los niños. Igual cosa sucede con la alegría, el enojo, la
tristeza, la violencia, la mentira, el fanatismo y la deshonestidad.
Cuando los adolescentes reciben el apoyo de personas hábiles y valiosas que le
brindan sus mejores recursos para que desarrollen a plenitud su inteligencia y su
sensibilidad, pueden llegar a ser personas bien capacitadas, íntegras y felices. De la
sinergia de ambas facultades emerge el verdadero yo, dotado de valentía, compasión,
solidaridad, realismo, empeño y creatividad (ver el capítulo 5 y los siguientes).
Los adolescentes necesitan conocer los valores de su entorno y época para
elegir los que pueden normar sus conductas con mayor certeza, gusto, energía y rapidez.
Esta tarea no es fácil, porque viven en sociedades confusas y contradictorias en las que
abunda el comercialismo, la propaganda, la ignorancia, la desigualdad social, los
dogmas y prejuicios, la violencia y el hambre.
Valor es la capacidad que tienen las cosas y las personas (incluyendo el dinero,
el trabajo y las propiedades) para satisfacer las necesidades humanas y
proporcionarnos bienestar. Aunque existen otros tipos de valores, como los económicos
o los nutritivos, en este libro subrayo la trascendental importancia que tienen los
valores sociales (= psicológicos).
Nietzche sostiene que los valores sociales se relacionan, de manera esencial,
con los juicios que los humanos de todos los tiempos fabricamos a propósito de la vida,
y con el sentido que vamos encontrando en ella.
Los valores sociales agrupan las costumbres y las tradiciones, las leyes, los
dogmas, los prejuicios y las supersticiones, etcétera. Conviene advertir que cada
individuo, igual que cada país, grupo, corporación o estrato de la sociedad, norma y
dirige sus conductas a partir de los valores específicos que abraza y promueve (esto
último mediante los medios de comunicación, propaganda y difusión, que ahora son
planetarios, como las redes sociales).
Los valores que adopta cada persona joven marcarán, de manera definitiva, las
metas y las conductas que irá eligiendo ante las circunstancias cambiantes de su vida;
por ejemplo, ante los estudios, la sexualidad, el trabajo, el dinero, la salud, los
problemas sociales, la violencia, etcétera.
Las antiguas filosofías y religiones (incluyendo las de Mesoamérica), nos
trasmitieron algunos valores éticos y sociales muy importantes. En la actualidad, los
Organismos Nacionales e Internacionales se encargan de respaldar y defender algunos
de ellos, como la igualdad de derechos entre los seres humanos, la cooperación entre
las Naciones, el valor de la educación y el cuidado de los recursos naturales.
Los valores que propuso Hitler para la Alemania nazi son muy distintos a los
que propuso Gandhi para India; los de la revolución francesa (libertad, fraternidad,
igualdad) se oponen a la tiranía, etcétera. Como explican Jung y Royce, los puntos de
vista de la ciencia y el arte difieren mucho de los dogmas impuestos por las autoridades
religiosas tradicionales (ver los Apéndices 1 y 2).
El principal valor humano es la conservación de la propia existencia, y de
nuestra identidad y dignidad particular como personas. Incluye el derecho a proteger
la propia vida, la familia, las propiedades, la buena alimentación y educación, el
aprecio por los demás, la defensa de los más débiles, la mejoría de las condiciones
sociales, el derecho al bienestar emocional, etcétera.
Algunos valores humanos, como la honestidad, la compasión, la valentía, la
justicia y la confianza en uno mismo, son fuente inagotable de fuerza interna ante los
problemas y dificultades de la vida. Constituyen una firme defensa ante las
manipulaciones injustas con las que pretenden oprimirnos y engañarnos las personas
egoístas, violentas y carentes de ética.
Joven lector (o adulto que sigues siendo joven por dentro): a medida que
creces, vas aprendiendo a controlarte mejor y también elevas tus niveles de
consciencia. Entiendes mejor el universo que te rodea, junto con lo que en realidad
eres, lo que deseas, y cuáles son las mejores maneras de lograrlo.
Si utilizas tu inteligencia de manera lógica y creativa, y practicas las técnicas
psicológicas que contiene este libro, disfrutarás estados de ánimo más positivos y
podrás tomar decisiones más exitosas y provechosas.

Notas del Autor:


1. Para facilitar la lectura, al hablar de los adolescentes (y los jóvenes), me refiero a las
personas de ambos sexos, en vez de utilizar frases como los y las adolescentes, ellos y ellas, uno/a,
mismo/a, etcétera.
2. Empleo la palabra consciencia para designar la capacidad humana –tan importante y fundamental- que
nos permite darnos cuenta y comprender lo que sucede dentro y fuera de nosotros mismos. No utilizo el
término conciencia, porque se le atribuyen tintes moralistas que son ajenos a esta obra.

Capítulo 1
LA ADOLESCENCIA
Según la Organización Mundial de la salud, la adolescencia comprende el período que
transcurre entre los diez y los 20 años. La niñez se ubica antes de los 10, mientras que
la edad adulta queda arriba de los 20. Por su parte, los adultos jóvenes tienen entre 20 y
25 años.
La adolescencia es una época turbulenta, llena de energía, belleza y atractivo
sexual, en la que se establecen las bases de lo que ellas y ellos serán como adultos. En
esa época, a los adolescentes les corresponde definir e integrar, de manera inicial, su
identidad individual, única, irrepetible, y muy valiosa.
Por lo común, los adolescentes son sociables, optimistas, y están abiertos a las
ideas nuevas. Los impulsa su ilimitada curiosidad, que los lleva a interactuar, de mil
maneras, con su entorno. A medida que crecen, perciben a las personas y al universo de
maneras cada vez más certeras y realistas.
Las experiencias particulares que los adolescentes adquieren les ayudan a
despertar -con rapidez sorprendente-, sus enormes capacidades genéticas, incluyendo
los aspectos individuales, sociales, planetarios y cósmicos.

EL Desarrollo de los Adolescentes


La familia es el medio social del cual emergen los adolescentes, y también es el
espacio vital donde ellos crecen y configuran su subjetividad inicial (= su primera
identidad, su personalidad tempranal).
Desde su nacimiento, los niños se apegan a sus padres, y más a las madres
cálidas y cariñosas que los alimentan y protegen. Ellas, junto con las demás figuras de
autoridad, les dan continuas instrucciones verbales (mandatos y sugerencias) que los
niños se apresuran a cumplir al pie de la letra, casi sin protestar. Por ejemplo: “Abre la
boca, come, cállate, ven, no llores”, etcétera.
La ética o moralidad es la capacidad de distinguir el bien y el mal; Piaget y
Kohlberg enseñan que esta cualidad está asociada con el creciente desarrollo
intelectual. Por supuesto que los ejemplos de los padres y maestros influyen mucho en
el desarrollo ético de los adolescentes, sobre todo durante los primeros años de vida.
Entre los cuatro y seis años, los niños se esfuerzan por copiar las conductas de
los adultos, y siguen fielmente todas sus reglas, sin dudas ni cuestionamientos. Hasta
los diez años, creen que su principal obligación consiste en cumplir, al pie de la letra,
todo lo que les piden sus padres y sus maestros.
De los 11 y los 13 años, los adolescentes entienden cómo son sus padres (= ya
les tomaron la medida) y están familiarizados con lo que sucede en su casa. Surge en
ellos el interés por explorar lo que existe más lejos, y entonces procuran adaptarse a
los entornos sociales más amplios y novedosos. Aunque todavía imitan a sus padres y a
los demás adultos, ya no los miran con tanta reverencia e idealismo, sino que les van
encontrando fallas y defectos.
También procuran alejarse del pensamiento mágico y supersticioso, y se
empeñan por ser cada vez más prácticos y realistas. En muchos de ellos empieza a
emerger el investigador, el artesano, el artista, el ayudador, el comerciante, el líder,
etcétera.
La necesidad de agruparse y la cooperación entre iguales (fraternidad,
reciprocidad, solidaridad) cobra gran importancia. Procuran identificarse con lo que
hacen y dicen los integrantes de grupos de pares: sus vecinos, compañeros de clases,
juegos y diversiones, miembros de los equipos deportivos y culturales a los que
pertenecen, las pandillas y las redes sociales, etcétera.
Muchos adolescentes se atreven a pasar por encima de lo que les enseñaron sus
padres, maestros y miembros del clero, con tal de conseguir la aprobación y los
aplausos de los grupos a los que pertenecen, en particular de los líderes y de las
personas del sexo opuesto.
Para demostrar su fuerza e independencia, y también para solicitar el afecto, la
admiración y el apoyo de los demás, muchos adolescentes procuran sobresalir lo más
que pueden, haciendo las cosas muy bien y luciendo sus talentos, pero también mediante
pleitos y rebeldías, no cumpliendo las tareas, reprobando materias escolares y
arriesgándose a situaciones peligrosas.
También van descubriendo algunas reglas que pueden cambiar y dejar de
cumplir. Entienden que las sociedades se encargan de fabricar las leyes y los
reglamentos, lo mismo que las costumbres y los dogmas. Ellas también generan los
sistemas de comunicación, el comercio y los avances tecnológicos, así como las
guerras, las injusticias, la pobreza y la deshonestidad.
El aprendizaje es un proceso activo que incluye la construcción de nuevos
conocimientos, y la exploración, investigación y solución de importantes problemas
personales, sociales y comunitarios. Como ya vimos, incluye un proceso de
reorganización cognitiva, en el que tienen gran importancia los problemas y conflictos,
porque nos obligan a encontrar nuevos puntos de vista y soluciones más prácticas.
Los valores personales son creencias arraigadas, emocionales y viscerales;
reflejan el nivel de desarrollo intelectual y el grado de humanismo, o la falta de él, de
cada individuo en concreto, así como las enseñanzas y los ejemplos que recibió de su
familia y de la comunidad, incluyendo los grupos con los que se identifica.
Los mejores valores se sustentan en el cultivo de los sentimientos humanos más
elevados; en otras palabras, requieren el desarrollo apropiado de la inteligencia
emocional y social. La inteligencia emocional nos capacita para comprender y apreciar
a los demás (= ponernos en sus zapatos), respetando su individualidad y sus derechos
(ver el capítulo 7).
Ya mencioné que el máximo valor humano es la vida; a todos nos corresponde
cuidar y disfrutar la propia, y proteger la de las otras personas. Todos los
demás valores se deberían subordinar a la vida, incluyendo la lucha por proteger la
vida de cualquier especie animal del planeta.
Por su parte, la justicia legal, cuando es democrática en verdad, lucha con
valentía para reconocer y defender la igualdad de derechos entre todas las personas,
sea cual sea su edad, condición económica, sexo, orientación sexual, educación,
nacionalidad, color de la piel, etcétera.
En las sociedades mercantilistas, algunos valores sociales son nobles e
inteligentes, peo muchos otros son falsos, egoístas, aparentes, absurdos y del todo
comerciales.
Como parte de la rebeldía adolescente, y para ensayar su libertad naciente,
algunos adolescentes dejan de estudiar, evitan el trabajo y las obligaciones que les
corresponden, y se comportan de manera demasiado egoísta. Aunque se dan cuenta de
que hay muchos problemas, no mueven un dedo para resolverlos; su principal propósito
es divertirse y disfrutar la vida lo más que puedan.
Aunque defienden sus opiniones personales con gran ingenio y emocionalidad,
también siguen siendo sugestionables, impulsivos y muy vulnerables al abuso del
alcohol, tabaco y drogas, así como a los trastornos alimenticios (comer mucho o
demasiado poco).
Los adolescentes necesitan seguir dialogando con los adultos, para adquirir
suficientes conocimientos acerca de los efectos negativos de algunas conductas y
hábitos que pueden dañar gravemente su cuerpo y su mente, y también para desarrollar
con mayor facilidad sus mejores habilidades.
En la pubertad se acelera producción de hormonas masculinas y femeninas,
según el sexo de cada persona adolescente, Por eso, afloran las características sexuales
secundarias: crecen los senos en las mujeres y se les redondea el cuerpo, mientras que
en los hombres aumenta su musculatura, se agranda el pene, les cambia la voz, etcétera.
Los adolescentes púberes están acelerados e inquietos; experimentan cambios
emocionales súbitos relacionados con la fuerza de sus nacientes impulsos sexuales, tan
intensos y demandantes. Tienen una consciencia agudizada de su nueva apariencia, así
como de las reacciones que el atractivo de su madurez sexual provoca en sus
compañeros (as), y también en las personas adultas del sexo opuesto.
Por lo general, a los adolescentes les gusta tener aventuras y correr riesgos; se
sienten capaces de hacer cualquier cosa, e imaginan que nada ni nadie los va a detener.
Por lo común, prefieren afrontar los riesgos físicos, incluso graves, antes de hacer el
ridículo frente al grupo de sus amistades.
Le Doux advierte que los adultos cuentan con dos rutas cerebrales relacionadas
con los mensajes emocionales: la inferior, más primitiva, va del tálamo a la amígdala y
genera respuestas emocionales inmediatas. La nueva es más elevada; conecta los
mensajes emocionales directamente con la corteza cerebral frontal. Eso les permite
pensar antes de actuar, sin que los arrastren sus impulsos y emociones.
Aunque la amígdala cerebral se acelera durante la pubertad, en esa época la ruta
emocional más elevada todavía no está bien desarrollada. Por esa razón, los
adolescentes púberes experimentan intensas emociones e impulsos que todavía no
alcanzan a controlar de manera sensata y realista. Tampoco miden los efectos sociales
de sus comentarios, ni calculan las consecuencias de algunas acciones arriesgadas e
imprudentes, antes de atreverse a realizarlas.
A veces se comportan de maneras impulsivas e ilógicas que desconciertan a sus
padres y a los demás adultos. Así, muestran cariños y desagrados muy intensos y
súbitos; también se expresan de maneras que parecen contradictorias. Nos dicen que
aman apasionadamente a un amigo, pero algunos días después comentan que lo odian.
Después de la pubertad, el cerebro está mejor integrado, y es mucho más
estable. Por eso, los adolescentes aprenden a evaluar las situaciones ordinarias de la
vida de manera serena, lógica y positiva. Detectan y analizan, con mucha rapidez, los
peligros que provienen del exterior (y también del propio interior), antes de sentir
ansiedad, miedo o ira, etcétera, de manera absurda e impulsiva.
Las situaciones que salen mal, con las consecuencias de dolor físico, culpa,
burlas, regaños, pérdida de dinero, etcétera, son muy útiles, porque así, los que las
padecieron, no tendrán muchas ganas de repetirlas. De esta manera, también se borrarán
algunos circuitos cerebrales automáticos que los podrían exponer a graves peligros
cuando fueran adultos (Raulespert).
Es muy deseable que los padres depositen en sus hijos adolescentes toda su
confianza, y los apoyen de la mejor manera posible, comprendiendo que a ellos les
corresponde ejercitar su propia libertad, y aprender de sus éxitos, y también de sus
errores. Como dice el refrán: Nadie experimenta en cabeza ajena.
Por fortuna, en la mayoría de los adolescentes que tienen de 20 a 25 años de
edad, ya se activaron, de manera exitosa, las áreas frontales del cerebro que permiten el
pensamiento abstracto, la empatía, la compasión y la intuición.
Las personas que alcanzan este nivel de consciencia, apoyadas por una buena
dotación genética y una educación familiar y escolar de buena calidad:

1. Comprenden las relaciones lógicas entre varias abstracciones y los principios


básicos que las sustentan,
2. Anticipan las consecuencias de sus actos, y pueden comprender, de manera
intuitiva, cuáles son las intenciones de las demás personas,
3. Tienen suficiente confianza en sí mismos, porque saben que ellos son únicos,
irrepetibles, y muy valiosos.
4. Se identifican con los valores universales de la humanidad. Una de las motivaciones
más fuertes de los adolescentes y jóvenes saludables es el intenso deseo por superarse de manera
continua.
5. Les interesa familiarizarse con los acelerados avances científicos,
tecnológicos, sociales y políticos que hace algunas décadas eran insólitos e impensables.
También buscan pertenecer a los grupos que luchan por el bienestar familiar y social, el
cuidado de la naturaleza, etcétera.

Además, los adolescentes mejor educados controlan suficientemente sus


respuestas emocionales indeseables, como la angustia respiratoria, la depresión y las
tensiones musculares indebidas (ver los capítulos seis al once).
Es muy deseable que los jóvenes se dediquen a cultivar un conocimiento muy
fino de todo lo que acontece en su propio interior. También necesitan conocer, de la
mejor manera posible, cómo son las demás personas y las cosas que les interesan;
hacia donde se dirigen, y qué consecuencias tiene lo que hacen y dejan de hacer.
Esta práctica les servirá para que vayan tomando las mejores decisiones
posibles, dentro de su contexto familiar y social particular.
Por lo común, los hombres valoran la imparcialidad, el desapego y la
racionalidad, mientras que las mujeres aprecian mucho el cuidado de los demás, la
responsabilidad y el bienestar de la familia y de la sociedad (Guilligan). Algunos
adolescentes adoptan un aire de indiferencia, dudas y escaso compromiso, aunque (en
su interior) siguen siendo nobles, inteligentes, solidarios y capaces de amistad, lealtad
y generosidad.

La Influencia de los Grupos


Como lo mencioné en la introducción, el desarrollo intelectual y moral de los niños y
adolescentes depende de la calidad de la educación que reciben dentro de su familia, en
la escuela y en su sociedad. Entre los grupos más importantes, que ellos recordarán
toda su vida, están sus compañeros de grupo, de equipo, etcétera.
A falta de identidad propia, muchos adolescentes se empeñan por imitar a la
gente socialmente exitosa: los deportistas, cantantes, estrellas y astros de cine, y los
personajes famosos del entretenimiento, etcétera. Entre otras cosas, se visten como
ellos y coleccionan su música y sus películas.
Por lo general, las personas adolescentes se alejan de la familia para forman
amistades entre sus compañeros, y se integran a distintos grupos, pandillas y tribus. Los
amigos se reúnen para pasar el rato, conocerse y divertirse, formar parejas de algún
tipo, beber en los antros, etcétera.
Se aglomeran, se divierten y tratan de expresarse en los espectáculos y las
asambleas, las marchas públicas, las huelgas y los plantones. Algunas multitudes
políticas y religiosas están manipuladas por líderes políticos y religiosos que los
ilusionan, se aprovechan de ellos -de su talento, tiempo y dinero-, y a veces los
traicionan y sacrifican con abuso sexual, tortura, cárcel, etcétera.
Como advierte Diego, a esa edad, los adolescentes reaccionan de muchas
maneras frente al entorno social que les desagrada y las crisis existenciales que
enfrentan.
Muchos de ellos buscan su identidad con el apoyo de algunas actividades y
objetos: la música, las modas, la moto-potencia, el cine-Internet-televisión-evasión, o
se tornan adictos a las redes sociales. Utilizando esas y otras conductas grupales
parecidas, buscan la popularidad instantánea, con el afán de dejar su huella individual
en la sociedad y en el mundo.
Otra fórmula es la protesta, que intenta derribar los sistemas opresivos y
obsoletos mediante posturas ideológicas extremistas y conductas de rebeldía y protesta
(marchas y plantones, toma de planteles educativos), que son más o menos sensatas.
También están los que se ubican fuera de la sociedad establecida, formando una anti-
sociedad, como ya lo hicieron en el siglo pasado los grupos hippy y beatnik.
Algunas tribus urbanas tienen mucha popularidad en varias regiones del país;
las hay pacíficas, mientras que otras son más violentas (Diego). Entre las más
conocidas están los bad boys, que pintan graffiti en las paredes con la ayuda del
aerosol, practican el break dance y se rapan el pelo a los lados de la cabeza.
Para los baiqueros, su vehículo es la bicicleta, en la que hacen toda clase de
suertes y piruetas, a veces patrocinados por empresas refresqueras y las de artículos
deportivos. Por su parte, los skaters practican el monopatín y les gusta la música
hardcore.
Los punks llevan el pelo pintado y peinado muy tieso en forma de cresta; se
rapan el lado de la cabeza, usan piercings y tatuajes, beben cerveza y fuman marihuana.
Su música preferida es el rock pesado.
Los rockeros también escuchan esa música y se visten a la moda americana de
la época; los fines de semana, recorren las discotecas en autos con la música a todo
volumen. Por su parte, los gruperos visten de forma campirana y se reúnen los fines de
semana para bailar y regocijarse con música de bandas y de sus cantantes favoritos.
Los darketos visten de negro; no les gusta mucho la sociedad, sino lo oscuro;
algunos prefieren lo satánico y otros lo católico; en cambio, los góticos usan vestimenta
de épocas antiguas con más colores y no son tan antisociales. Aunque la música que
prefieren es parecida, su imagen, modas y estilo de vida son diferentes.
Los emos son muy sentimentales (emotivos); no creen en religiones ni dioses.
Según ellos, el mundo es miserable, doloroso y denigrante; por eso, procuran vivir en
un estado de constante depresión. También usan piercings y tatuajes, aunque prefieren
ritmos más introspectivos y menos rockeros. Algunos de ellos son pura pose, mientras
que otros se cortan la piel con navajas y se atreven a coquetear con el suicidio. Su
moda es unisex y las parejas se visten casi igual, de negro con rosa, junto con otros
colores. Llevan el pelo cubriendo el ojo derecho; algunos/as se maquillan los ojos de
color oscuro.
Los rapperos practican el break-dancing y utilizan vestimentas y peinados al
estilo Michael Jackson. Otras tribus urbanas son los cholos (México-americanos), los
cholombianos y los chavos banda.
Por su parte, los individuos fresas (o yuppies) son gente bonita de clase media
y alta que se viste con ropa de marca y boutiques, tienen aparatos electrónicos de
última generación y autos del año; van a escuelas privadas y desprecian a las clases
sociales inferiores (los famosos nacos). Consumen las modas y los cosméticos del
momento, sin preferencias definidas en sus gustos musicales ni en su vestimenta.
Hay muchos otros grupos urbanos de todos estilos: deportivos, artístico,
religiosos, etcétera. Es útil para el país que los adolescentes que viven en los límites de
la sociedad (y no se adaptan bien a ella) se sigan rebelando, de maneras constructivas e
inteligentes, contra las tremendas injusticias que no tienen ninguna razón de ser.
Durante la segunda mitad del siglo XX se desarrolló una poderosa industria
multimillonaria (apoyada por la propaganda mediática televisiva) destinada a los
adolescentes: ropa cara, licor, tabaco, drogas, antros, casinos, restoranes, autos,
aparatos electrónicos nuevos y toda clase de viajes y diversiones.
Por lo demás, el consumismo desenfrenado les refuerza a muchos jóvenes la
idea de que nacieron para divertirse, sin ningún compromiso con la familia ni con la
sociedad, ni con nadie, según el dicho: Disfruta la juventud hasta el tope, mientras la
tengas, y después finge que todavía la tienes.
La buena educación familiar y escolar de los niños y adolescentes incluye
enseñarles límites claros, disciplina, orden, puntualidad y respeto a las promesas.
Conviene que sepan demorar la gratificación de sus necesidades, en lugar de dejarlos
hacer lo que quieran, y cuando quieran, sin fijarles ningún tiempo ni límite alguno.
Por ejemplo, no es lo mismo dejarlos comer a todas horas dulces, refrescos y
comida chatarra (con la obesidad consiguiente), que enseñarlos a comer alimentos
nutritivos y balanceados a las horas debidas. Ellos también necesitan aprender a
cumplir sus tareas antes de dedicarse a jugar; tampoco sirve gran cosa confiar en la
propia inteligencia y estudiar sólo un rato antes de los exámenes.
Además, cualquier adolescente necesita fortalecer sus músculos y sus
articulaciones, en lugar de estar sentado todo el día.
Los padres de familia (y los maestros) que son cálidos y alegres, favorecen la
intimidad emocional, y logran que los niños y adolescentes los tomen como apreciables
modelos de valores, conductas, y habilidades sociales y tecnológicas que vale la pena
imitar.
En el caso contrario, los niños y adolescentes, se empeñarán por identificarse
con los decorativos y fugaces modelos que proponen la televisión comercial, el cine,
Internet y las redes sociales. Junto con la amistad, la libertad y la tecnología, estos
medios exaltan el hedonismo mercantilista, la belleza externa, las relaciones
superficiales (mientras más numerosas mejor), e incluso la violencia y la mera fuerza
bruta.
Mediante el aprendizaje, los seres humanos nos podemos librar de la ignorancia
primitiva y del exclusivo determinismo genético (= biológico); también somos capaces
de cambiar a nuestro favor muchas circunstancias sociales, tomando decisiones
inteligentes -dentro de lo posible y de lo que es más probable- (Savater).
Los adolescentes que exhiben conductas de impulsividad extrema, criminalidad
juvenil y delincuencia abierta, requieren atención psicológica especializada. También
conviene eso para los que se aíslan demasiado, se culpan, minusvaloran y deprimen,
pero es más urgente cuando no tienen ganas de vivir e intentan suicidarse.
El mejor destino posible para cualquier joven es el que él elige para sí mismo
de manera inteligente, teniendo en cuenta lo mejor de sí mismo. Te convine seguir
estudiando, prepararte de la mejor manera posible y empeñarte por colaborar, –de
maneras prácticas e ingeniosas- para mejorar las condiciones familiares, sociales y
ambientales de tu entorno inmediato.

Capítulo 2
MUJERES Y HOMBRES:
SUS DIFERENCIAS
El proceso de maduración cerebral de cada persona recapitula la evolución ancestral
de la vida en este planeta, a partir de sus inicios acuáticos.
Desde que nacemos, los humanos vamos integrando, en un campo de
consciencia cada vez más unificado: 1. Lo que tenemos en común con los reptiles (los
impulsos del cerebelo), 2. Las emociones del hipotálamo, que tenemos en común con
los primates, y 3. Lo ellos no tienen: el pensamiento abstracto. Este nivel de
consciencia superior está sustentado por la madurez y la creciente actividad neuronal
de la corteza cerebral (Mc Lean).
Algunos jóvenes se creen superiores a las mujeres; afirman que ellas son
incapaces de pensar con lógica, se preocupan demasiado por su apariencia, son muy
sentimentales, y buscan relaciones permanentes. Por su parte, las jóvenes comentan que
los hombres son necios, autoritarios y presumidos; sólo les interesa el sexo y nunca se
comprometen.
Los hombres machistas suponen que si son buenos proveedores ya la hicieron,
porque entonces las mujeres deben atenderlos en todo, y cuidar a sus hijos más
adelante. Por su parte, algunas jóvenes (¿intelectuales?) se comportan como si la mejor
parte del feminismo consistiera en luchar contra de los hombres y despreciarlos,
adoptando una especie de machismo al revés.
Además, también hay hombres a los que no les interesan las mujeres como
pareja sexual, y mujeres que son lesbianas (ver el capítulo 15).
Lo más evidente, como todos sabemos, es que existen claras diferencias
anatómicas y fisiológicas (genitales) entre los hombres y las mujeres. Sin embargo, se
han ido descubriendo importantes diferencias cerebrales, hormonales y psico-sociales
entre los dos géneros, como lo veremos a continuación.

El Cerebro Femenino y el Masculino


Al principio del embarazo, todos los fetos son iguales, pero a las ocho semanas
aumenta la testosterona en algunos de ellos y masculiniza sus genitales; por los efectos
de esta hormona, los hombres son más musculosos que las mujeres.
Además, cuando gatean, los bebés de sexo masculino exploran mayor territorio
y maltratan más sus juguetes que las niñas; también utilizan mejor el espacio físico,
corriendo y saltando, que el discurso. Aprenden a leer de manera visual, percibiendo
los conjuntos; ellos visualizan las figuras en tercera dimensión mejor que las niñas.
Se les facilita la visión global, y su cerebro utiliza, de manera más selectiva, las
áreas de asociación frontal que producen el pensamiento abstracto; sin embargo,
presentan trastornos del aprendizaje verbal (dislexia y tartamudez) con mayor
frecuencia que las niñas (Beker).
Por su parte, las niñas perciben, con mayor facilidad que los niños, los matices
emocionales que las personas expresan con los cambios en el tono de su voz, y también
con sus gestos y ademanes (= el lenguaje no verbal). Son más sociables que los niños;
les gusta mucho platicar, y están más dispuestas a compartir lo que son y lo que tienen.
Desde temprana edad, ellas entablan sus principales amistades con personas de su
mismo sexo.
Así, entre las adolescentes, es muy conocido el término amiga del alma, aquella
a quien confían todos los secretos; con ella establecen una complicidad mutua muy
intensa y duradera.
Aunque el cerebro femenino se desarrolla inicialmente por un mecanismo
hormonal, en la pubertad los estrógenos juegan otro importante papel: se encargan de
moldear las atractivas curvas y desarrollar los senos de las mujeres, y también activan
los mecanismos reproductivos de la ovulación. En los hombres se agrande el pene,
etcétera (ver el capítulo anterior).
En los hombres, el lóbulo parietal izquierdo del cerebro es mayor que el de las
mujeres; esa área tiene que ver con la percepción del tiempo y la velocidad, y con la
consciencia que detecta las conexiones entre las distintas partes del cuerpo. Además,
sustenta la capacidad de visualizar objetos en tercera dimensión dentro del espacio
imaginario de la mente. Estas habilidades son muy útiles para las matemáticas y la
arquitectura (Becker, Rabinowicz y otros).
En las mujeres, la asimetría parietal es contraria, aunque la diferencia entre
ambos lados no es tan marcada. Ellas pueden discriminar estímulos auditivos muy
concretos, como el llanto de un bebé durante la noche, porque el lado derecho del
cerebro procesa mejor la información de los sentidos, y las ayuda a tener una
percepción más selectiva.
Las mujeres conocen, con mayor claridad que los hombres, sus propios
sentimientos y las intenciones de los demás, porque su inteligencia emocional se
desarrolla con mayor rapidez (Goleman, Becker).
En los lóbulos frontales y temporales del cerebro se localizan dos áreas
relacionadas con el procesamiento del lenguaje (la de Broca y la de Wernicke). En las
mujeres, ambas son mayores, y están mejor conectadas por el cuerpo calloso; por eso,
ellas tienen notables ventajas, comparadas con los hombres, en el manejo del
pensamiento verbal, tan ligado con el uso de las palabras.
Además, importa mucho advertir que las mujeres pueden realizar varias tareas
al mismo tiempo, mientras que los hombres necesitan hacer una cosa a la vez, debido a
que así se concentran mejor en lo que están haciendo (Becker).
A los hombres les interesan más las competencias que las conversaciones, y
utilizan estrategias dominantes para convencer a los demás de algo; por su parte, las
mujeres prefieren la negociación concertada. Los hombres tienen mejor opinión de sí
mismos y menor capacidad para ver sus defectos. Les atrae más el poder, el éxito y la
competencia, mientras que ellas procuran que el grupo funcione en armonía y con
buenas relaciones interpersonales.
A la mayoría de los hombres les preocupa el trabajo y su buen rendimiento;
entre ellos tenemos muchos matemáticos, inventores, pilotos de aviones, guías en la
selva, ingenieros mecánicos, arquitectos y corredores de autos. Por su parte, a las
mujeres les interesa más el bienestar de la familia, lo mismo que la coordinación y el
buen funcionamiento de los grupos sociales.
Para la mayoría de las mujeres, la principal meta de la vida consiste en
encontrar una pareja estable, formar un hogar cálido y tener hijos para cuidarlos
(Demetrakopoulos).
Ellas tienden a superar a los hombres en empatía y en las demás habilidades de
comunicación social, así como en la búsqueda empeñosa de seguridad, estabilidad y
bienestar para sus familiares, y también para la humanidad, en general. También
sobresalen en la expresión emocional y artística, la apreciación estética, y la ejecución
de tareas detalladas, que se planearon de antemano.
Por su parte, los hombres cuentan con mayor número de neuronas en la corteza
cerebral, pero las mujeres tienen mayor cantidad de neuropil (sinapsis, dendritas y
axones), tejido fibroso que llena los espacios entre el cuerpo principal de las neuronas,
y las comunica entre sí. Aunque, por alguna enfermedad, un hombre y una mujer llegan a
perder el mismo número de neuronas cerebrales, el déficit funcional de la mujer sería
mayor, porque que las células dañadas se conectan más extensamente con otras
neuronas (Becker).
El hipotálamo tiene mucho que ver con las emociones; se encarga de regular
muchas de las funciones básicas de la vida, y también controla las hormonas, mediante
la pituitaria. Además, está muy relacionado con la motivación sexual, y recibe los
mensajes que provienen de los genitales, los pezones y las vísceras.
Por lo general, los hombres tienen una percepción más aguda de la sexualidad,
mientras que las mujeres disfrutan una percepción de la vida que es mucho más
visceral, intuitiva y sentimental. En gran parte, esto se debe a que ellas experimentan
cambios hormonales muy importantes: ovulación y menstruación; embarazo, parto,
lactancia y climaterio.
Esos cambios agudizan sus necesidades emocionales de proteger y ser
protegidas, lo mismo que las de apegarse a los demás y amarlos, con la esperanza de
ser correspondidas (ver Navarro).
En los animales machos se observa una notable baja en la testosterona después
de haberse apareado, e igual cosa sucede con los hombres; ellos se sienten muy felices
y son más amables después de haber tenido relaciones sexuales satisfactorias y
placenteras, y más cuando también fueron cariñosas, inteligentes y comprometidas
(ver el capítulo catorce y el apéndice uno).
Como es natural, las mujeres experimentan, durante el orgasmo, una felicidad
muy parecida a la que sienten los hombres. Conviene advertir que la descarga sexual
del orgasmo libera serotonina, hormona que genera alegría y tranquilidad, aleja las
enfermedades, y retarda el envejecimiento celular.
Las diferencias cerebrales que hemos mencionado varían mucho de una a otra
persona, dependiendo del ambiente familiar, cultural y social de cada individuo;
tampoco se aplican a todos de igual manera. Por eso, es fácil encontrar mujeres que
sobresalen en matemáticas, arquitectura, administración, política, etcétera; también
conocemos hombres que sobresalen en el manejo del lenguaje oral y escrito. Los hay
emocionables y sensibles, e incluso algunos son muy tímidos y delicados.
Las investigaciones psicológicas demuestran que las mujeres son tan
inteligentes como los hombres, y las diferencias mencionadas arriba no tienen nada que
ver con el coeficiente intelectual (Becker). La conocida verdad es que algunas
personas, sea cual sea su sexo y su orientación sexual, son más inteligentes, sensibles,
creativas, sociales y altruistas que otras.
Por supuesto que la inteligencia global está compuesta por una multitud de
factores específicos; por ejemplo la inteligencia emocional, la verbal, la numérica, la
capacidad de visualizar objetos en tercera dimensión, etcétera.
En conclusión, los hombres y las mujeres se distinguen por el cromosoma Y, que
origina y sustenta diversidades genitales, cerebrales, hormonales y emocionales. Eso
tiene gran impacto en el modo como los hombres y las mujeres nos percibimos y nos
comportamos ante muchas cosas, incluyendo el modo como tratamos de comprender el
mundo que nos rodea. También determina nuestro estilo particular de relacionamos con
las demás personas en el ámbito familiar, social y planetario.
La ventaja de que haya dos sexos, es que cada uno aporta diferentes genes, lo
que minimiza el riesgo de trasmitir genes defectuosos a los hijos mediante las
relaciones sexuales (Blum).
Al comunicarnos con las personas del sexo opuesto, nos conviene evitar las
críticas y las descalificaciones agresivas y poco informadas, aceptando el simple hecho
de que tenemos distintas habilidades en la percepción, los sentimientos, las
motivaciones, las ideas, los intereses y las conductas.
Lo mejor de todo es que las diferencias son muy fascinantes y atractivas, y
también son complementarias. Sin embargo, la mayoría de los enfrentamientos violentos
y absurdos entre los hombres y las mujeres se deben a factores familiares y sociales, y
más en particular al machismo, como veremos a continuación.

La Adolescencia y la Violencia Machista


Existen algunas diferencias genéticas relacionadas con la agresividad: desde antes del
nacimiento, los niños son más activos y patean más que las niñas. Según Blum, en las
épocas tempranas de la humanidad, éramos una especie polígama; los hombres
operaban bajo el imperativo de que hay que vivir aprisa, para luego morir.
Ellos estaban al filo de la agresividad y tenían gran fuerza muscular para
enfrentar a las fieras con mayor ventaja y menos riesgo de su vida; también se
encargaban de la exploración y la navegación.
Por su parte, las mujeres recogían alimentos cerca de la cueva y cuidaban a los
niños pequeños; aprendieron a usar el lenguaje persuasivo para obtener ventajas
sociales, puesto que su desarrollo muscular era menor que el de los hombres. Esos
papeles tan definidos aseguraban la supervivencia de la familia, la tribu y la especie.
En la actualidad, la mayoría de la gente es ambiguamente monógama; debido a
eso, podemos observar algunas conductas polígamas, como la violencia, el machismo,
las relaciones extramaritales, etcétera. Además, los factores culturales y políticos de
cada país influyen de manera importante en la violencia o la tranquilidad de cualquier
población.
Las especies que sólo son monógamas construyen sociedades muy duraderas; en
ellas, las parejas comparten, por igual, las tareas de la vida y exhiben lazos de
profundo afecto. Los humanos tenemos algunos rasgos monógamos; por eso, algunos
hombres protegen a sus familiares durante casi toda la vida.
Por lo demás, el machismo-narcisista es una grave epidemia que afecta de
manera negativa a muchos hogares mexicanos y a la sociedad en general. Lo mismo
sucede en otros países de Latinoamérica y del mundo.
Sus principales causas son la ignorancia, las mentiras y la violencia; estos
conocidos factores sociales promueven nuevos engaños y creciente violencia, en un
círculo vicioso que nunca parece terminar.
González Pineda advierte que los mexicanos reciben la admiración popular (y
elevado rating televisivo) cuando tienen éxito con sus mentiras, se salen con la suya y
logran evadir los castigos. Por el contrario, en otros países se desprecia
profundamente la mentira, porque se la considera una demostración de
insignificancia personal y de inmoralidad.
Con gran descrédito internacional, la mentira se espera socialmente, como
defensa y como ataque, en todas sus formas; se maneja con toda liberalidad, en forma
abierta, en las zonas centrales y del sur del país, pero su uso decrece conforme nos
acercamos a la frontera norte.
La ficción mentirosa es una manera normal y diaria de actuar, lo mismo que la
corrupción, los fraudes y la tradicional mordida... El engaño (la transa) es otra
ancestral costumbre mexicana (te chiquitearon, te durmieron, te alburearon, te
ningunearon, te dieron atole con el dedo, te madrugaron, te transaron, te tomaron el
pelo, te fregaron). La persona que la padece siente irritación, pero no muestra sorpresa
ni desprecio; tampoco manifiesta alguna descalificación ética hacia quien la engañó.
El “importamadrismo” mentiroso sirve para que los mexicanos tapen, a los
ojos de su consciencia, el dolor del abandono, la angustia y la depresión; igual cosa
sucede con el fatalismo, el mañana y el ahí se va (González Pineda).
El machismo mexicano tiene sus raíces en la época de la conquista, el choque
tan destructivo entre la cultura española y las culturas indígenas (Ramírez). El mestizaje
se originó, casi en su totalidad, por uniones entre hombres españoles y mujeres
indígenas. Ellas fueron incorporadas, de manera forzada, a una cultura distinta, para la
cual no estaban preparadas; se convirtieron en sirvientas, esclavas y posesiones de los
conquistadores.
El concepto del “nuevo macho mexicano” se remonta al “gachupín”
conquistador y la “india” consentidora. Mientras que el padre español trataba a su hijo
con gritos e insultos, la madre indígena lo protegía y consentía de pequeño, para
después chantajearlo de grande (Tibón, en Ulloa).
Los mestizos, producto de esas uniones, sienten gran afecto hacia la madre.
Rechazan a su padre (conquistador, prepotente, agresor y violador), pero se sienten
obligados a demostrar continuamente que ellos también son muy hombres, como su
progenitor. Imitan el predominio social, la capacidad de sojuzgar y la hombría del
padre, exagerando lo masculino. Por su parte, las mujeres adoptan la debilidad, la
sumisión y la devaluación social, debido a que su principal obligación es sacrificarse
por sus hijos y su pareja.
Más adelante, en la época de las haciendas, tan extensas e importantes en
nuestro país, se estableció una estricta separación de las actividades masculinas y
femeninas; las mujeres siguieron subyugadas por los hombres. Aunque siete de cada
diez habitantes viven ahora en las ciudades, el machismo prevalece en las familias más
tradicionales (conservadoras), lo mismo que en las poblaciones rurales y en las
comunidades indígenas.
La imagen idealizada del nuevo macho mexicano alcanzó su mayor furor en las
décadas de 1950 y 1960, con ídolos como Pedro Infante y Jorge Negrete, actores
versátiles, cantadores, dicharacheros y conquistadores. El principal galán de esas
películas es un hombre, charro o citadino; machista, valentón, parrandero y jugador,
rodeado de una multitud de mujeres guapas, dóciles y sumisas que caen rendidas a sus
pies.
Otro tema favorito fueron las rumberas y cabareteras (con un corazón de oro)
explotadas y maltratadas por sus desalmados chulos, a los que aman de manera
irracional, estridente y masoquista.
A través de la historia, las estructuras de poder civil y religioso han
propuesto el dogma de la supremacía masculina. Los varones que adoptan el papel de
machos conquistadores y abusivos exageran su hostilidad, dureza e intransigencia frente
a los demás hombres, y exhiben extremada agresividad y prepotencia sexual en sus
relaciones con las mujeres. Son presumidos, conquistadores, orgullosos, celosos y se
creen la gran cosa.
El individualismo egoísta es una de las principales características de los
machos-narcisistas; a ellos se les dificulta trabajar en equipo y colaborar en las
empresas. Alardean que lo pueden hacer bien todo, aunque no cuentan con la debida
preparación, ni se preocupan por cumplir sus obligaciones, y acostumbran perder su
tiempo (y el de otras personas) acosando sexualmente a sus secretarias y otras
subordinadas.
También hay mujeres narcisistas, que son muy agresivas y competitivas, tanto
hacia sus compañeras, como frente a los hombres en general (Lasch); en otras palabras,
son unas “perfectas cabronas”.
Los machos ven a las mujeres a través de una dicotomía: algunas de ellas son
malvadas e infieles, mientras que otras son buenas, santas y virgencitas, como
deberían serlo sus propias hijas. Los padres autoritarios educan a las niñas para la
sumisión, la dependencia, la poca iniciativa y la timidez; algunas variantes mexicanas
(todas denigrantes) de la mujer sufrida son: la abnegada, la abandonada, la fregada,
la arrastrada, la malquerida, la jodida y la chingada (Ramírez).
Paz advierte que en México, la chingada, la hendida, la violentamente
penetrada, es la madre. El agresor, que hiende, el que abruptamente y sin recato, penetra
en la intimidad sexual femenina, el chingón, es el padre. Uno de los peores insultos
hacia un hombre es decirle: eres una vieja. Por otra parte, los jefes le dicen hijo al
subordinado, implicando que tuvieron relaciones sexuales con su madre.
Las madres son un modelo para sus hijas; como hábiles cómplices de los
machos, las preparan para mimar a su padre (o padrastro) y obedecerlo sin protestar,
haga lo que haga, porque son buenas hijas. También deben servir a sus hermanos,
aunque necesitan desconfiar y cuidarse de ellos, debido a la maldad del hombre. Ellas
desarrollan la sensación de que también son malas de alguna manera; incapaces de
proteger su integridad afectiva y sexual, o de valerse por si mismas (González Pineda).
Sólo la madre es buena e integra: también es la conciencia externa de sus hijas y
la guardiana de su virginidad; las reprime sexualmente y les trasmite una religiosidad
llena de culpas. En muchos hogares mexicanos la hermana mayor es una valiosa madre-
sustituta para sus hermanos menores, que se apegan a ella más que a su madre. En otros
casos, este papel le corresponde a la abuela o a la nana.
En algunos casos, los machos violan a sus hijas, y sus parejas los solapan;
además, golpean y culpan a las menores, porque supuestamente ellas lo sedujeron. En
sus relaciones sexuales, estos hombres son muy bruscos y rápidos; casi no utilizan las
caricias previas. Debido a ello, no satisfacen a su pareja y la privan del orgasmo; esas
mujeres arrastran severas frustraciones sexuales e irritabilidad, asociada con la
congestión crónica de sus genitales (Masters y Johnston).
Mientras son pequeños, las mujeres de nuestro país se dedican, con gran
empeño, al cuidado de sus hijos; mas adelante, los niños y las niñas van a la escuela,
pero el trabajo de sus madres nunca termina. Los hombres están presentes en el hogar
menos tiempo que ellas, porque se dedican a las actividades laborales y de otros
estilos.
Elmendorf advierte que la sumisión de las mujeres mexicanas les permite
ejercer tremendo control sobre su pareja y sus hijos, mediante un cúmulo de
manipulaciones encubiertas. En apariencia, ellas se someten, pero luego acusan a los
hombres de ser violentos e incomprensivos. También los sacan de quicio (e irritan a los
demás familiares) con agresividad disfrazada, exagerada limpieza, depresión, cuidados
excesivos, fanatismo religioso, y mimos dulzones y falsos. Además, arrastran
represiones y frustraciones sexuales muy severas.
Ellas se han encargado de perpetuar el mito de que los hombres machistas son
fuertes y dominantes, porque de esta manera conservan las ventajas y privilegios que
obtienen por debajo del agua. Cuando la mujer se embaraza, el hombre ya no recibe su
atención exclusiva y se siente desplazado; en la mayoría de los casos, el abandono del
hogar coincide con el nacimiento de los primeros hijos.
Esas mujeres chiquean (= miman y sobreprotegen) a sus hijos pequeños, los
consideran divinos y preciosos, y así los privan de su fuerza interna y les impiden
crecer emocionalmente. Se aferran al poder dentro del hogar, y no dan su amor al
macho que las somete y maltrata. A pesar de todo, lo necesitan para culparlo y acusarlo
frente a sus hijos, sentirse heroínas por los sufrimientos que soportan, y para llorar su
abandono y maldecirlo.
Al final de cuentas, ellas ganan: su victoria consiste en adueñarse de sus hijos.
Cuando llegan a la adolescencia, ellos definen su masculinidad mediante un rechazo
absoluto de la feminidad, convencidos de que no son viejas, como su madre y sus
hermanas.
Según esta lógica falaz, antes tenían que ser niños perfectos, y ahora se tienen
que transformar en desalmados machos narcisistas que abusan de las mujeres, porque
de otra manera serían “afeminados” a los que su madre despreciaría y dejaría de amar.
De esta manera obtienen la admiración de su madre y de la sociedad en general.
Para que sus amigos los respeten y aprecien, se empeñan por demostrar continuamente
que son tan machos, agresivos y conquistadores como cualquiera de ellos, o más.
También se prometen a sí mismos que serán mucho mejores que su padre,
porque nunca traicionarán a su madre (tan buena y santa) como él lo hizo. Siendo
buenos y sumisos ante ella, pero se convierten en agresores de otras mujeres, a las que
celan, atacan, seducen y devalúan. Las utilizan para lucirse frente a sus amigos y luego
las descartan; con estas conductas demuestran el gran rencor que sienten contra su
madre (y contra s las mujeres en general).
Además, los machos también son expertos en exagerar su debilidad, porque así
los consuelan otras mujeres, tan complacientes y sobre-protectoras (o más) que su
madre (González Pineda, Navarro). La terrible ambivalencia de los mexicanos hacia la
figura materna se refleja en frases demasiado conocidas:
“Madrecita santa, a toda madre, es un poca madre, está de poca madre, no tiene madre, que madre
tan padre, ni madre tuvo, le dieron en (le partieron la) madre, vale madre, c... tu madre, hijo de su c...
madre, hijo de su p... madre, ni madre tuvo”, etcétera.
Por otra parte, el piropo que se dirige con mayor frecuencia a las mujeres
atractivas en México es: “¡Mamacita!”
Las madres consentidoras siempre ven a sus hijos como niños indefensos, por lo
que nunca dejan de mimarlos; a cambio, ellos adquieren una inmensa deuda de culpa y
gratitud: toda su vida tienen la obligación de compensar, de alguna manera, los terribles
sacrificios que su madrecita santa invirtió en su beneficio.
Según Ramírez, los narcisistas se refugian en la identificación heroica de su
primera infancia con la madre (un apego casi simbiótico), y al saber que no la pueden
realizar, porque no hay verdad en ella, no les queda otro remedio que encontrarla en la
mentira y la impostura. La ficción cotidiana de realizarse a través de falsas apariencias,
también se basa en la segunda identificación del adolescente con su padre (algunas
veces se trata de un macho agresor, sádico, dependiente, falso y mentiroso).
Las personas machistas-narcisistas buscan inútilmente su alma (= su propio ser;
su vida emocional interior) primero en sus madres y en sus padres; luego en sus
parejas; también en la ropa y rodeándose de toda clase de objetos caros, etcétera. Pero
nunca la encuentran; al final se quedan solos y se les acaba la vida.
Conservan la ilusión infantil de que son divinos, y de que su misión en la vida
consiste en lucir (y dejar intacta) la bella y grandiosa fachada de su ego. Esos
adolescentes procuran imitar la apariencia externa de los astros y estrellas del cine -y
de otros personajes famosos- en un vano intento por obtener la admiración de sus
amigos y compañeros. De manera obsesiva, buscan los aplausos, la admiración y la
fama.
Según Kernberg, la herida narcisista (el daño primordial al yo) ocurre cuando
alguna persona significativa presiona al niño o a la niña, para ser lo que en realidad no
es:
“Tú no puedes ser lo que eres, sino que tienes que ser lo que yo necesito que seas. No me puedes
desilusionar, porque entonces me amenazas, me haces enojar, me enfermas, me matas o me estimulas
sexualmente; conviértete en lo que yo quiero que seas, haz lo que yo quiero, y sólo entonces te voy a
querer”.
La mayoría de las personas narcisistas son hombres; alrededor del 75%, según
Vaknin. Esto es muy explicable, porque vivimos en sociedades que asignan a los
hombres los papeles de dominio, mientras que educan a las mujeres para la sumisión y
el cuidado de los demás. A pesar de esto, dentro del narcisismo neurótico existen
algunas variantes femeninas, como veremos más adelante.

La Nueva y Creciente Ola de Violencia Social


A pesar de que las clases medias comprenden una proporción muy pequeña de
México, son el instrumento más poderoso para los cambios sociales positivos, porque
están abiertas a los nuevos valores y a los avances tecnológicos, culturales y
económicos que ocurren en el resto del mundo de manera tan acelerada (Béjar).
El machismo ególatra de los mexicanos resurge y gana terreno a medida que las
clases medias pierden su poder económico, debido a la mala administración
gubernamental y a los repetidos desastres económicos y pérdidas del empleo. En
México abunda el subempleo, por ejemplo los que apartan lugares para que los carros
se estaciones, y luego los cuidan.
Las crisis económicas, unidas a la violencia de la delincuencia organizada,
hacen que muchas pequeñas empresas desaparezcan y que algunos empresarios elijan
salir del país; a últimas fechas, los pobres, que son mayoría en el país, perdieron el 8%
de su capacidad económica.
Según datos del Coneval, 52 millones de personas viven en condiciones de
pobreza en nuestro país, de las cuales 10.4 padecen pobreza extrema. Además, el
24.9% de la población no tiene acceso a una buena alimentación.
Además, la escasa calidad de la educación contribuye, de manera definitiva,
para que los jóvenes de ambos sexos sean poco reflexivos y demasiado impulsivos. En
los países más avanzados, mejor administrados, que cuentan con ofertas educativas de
mejor calidad, las clases media siguen aumentando, por lo que las desigualdades
sociales (junto con la violencia) tienden a desaparecer. Ante un mundo que se complica,
la buena educación tiene importancia capital, porque puede abatir la ignorancia, la
violencia insensata y la pobreza.
En el Distrito Federal, 8.8% de los estudiantes de primaria y 5.6% de
secundaria padecen la injusta violencia (bullying) de sus compañeros que los humillan
y lastiman; esto les provoca inseguridad y baja estima, junto con problemas de
aprendizaje e inasistencia a la escuela. Algunos suben al Internet las escenas del
maltrato, para que queden grabadas para la posteridad; algunas de sus víctimas se
llegan a suicidar (Pizano).
La violencia, en todas sus formas, se valora y fomenta entre los niños de la
calle y en las pandillas de los barrios, y entre los grupos delictivos, desde luego. Según
Sánchez, en la capital del país, de cada 100 delincuentes jóvenes entre 16 y 29 años,
más de 90 son hombres. Además, el 20% por ciento de las mujeres que salen a trabajar
o a estudiar recibieron agresiones, desde el hostigamiento y abuso, hasta la violación
sexual (en la calle, el trabajo, el transporte y la escuela).
Más de un millón de mujeres padecen violencia de género; esto, sin considerar
que hasta 48% de las mujeres son víctimas de la violencia en sus respectivas casas.
Álvarez-Gayou advierte que la sexualidad erótica y los genitales son un instrumento que
utilizan los machos para ejercer poder o expresar ira; sus víctimas preferidas son
mujeres, incluyendo un importante número de niñas; esto señala, de manera categórica,
que ellos asignan a las mexicanas el papel de objetos: las ven como cosas (posesiones)
y no como personas.
En el último decenio, se cuentan por decenas de miles los asesinatos de mujeres
latinoamericanas. Aunque son mujeres de todas las edades, etnias y estratos sociales,
encontramos una matriz común: la desigualdad en las relaciones de género. Son muertes
violentas, con signos de tortura, mutilaciones, saña y/o violencia sexual por razones de
género, una despreciable forma de terrorismo especializado contra las mujeres. Tal
criminalidad no surge de manera espontánea, sino que emana de sociedades muy
desiguales, en las que falta el control institucional y policial (Soto).
Cuando divulgan esas terribles imágenes, parece que los medios de
comunicación buscan aumentar el rating y despertar el morbo de sus públicos. En
muchos casos, nunca se encuentra a los culpables, o terminan exculpados, debido a la
corrupción, junto con la lógica judicial sexista, que aún prevalece, en el sentido de
apoyar a los machos y despreciar a las mujeres.
A partir de 1993, la consciencia internacional de las continuas violaciones y
asesinatos contra mujeres en Ciudad Juárez, fue el preludio de una serie de continuas
denuncias por estos abominables hechos. En esos crímenes, quedó estampado el odio,
el desprecio y el escaso valor que el machismo concede a la vida y a la dignidad de las
mujeres.
Además, se calcula en nuestro país hay más de 26,000 personas desaparecidas,
sin que nadie sepa su paradero hasta la fecha. Entre ellas, migrantes y periodistas que
fueron entregados a grupos de la delincuencia organizada por policías uniformados, a
cambio de dádivas y sobornos.
Según Rodríguez y Villaneda, la violencia y la inseguridad social que
padecemos los ciudadanos comunes y corrientes es el resultado de la falta de autoridad
moral de los gobernantes y de algunos gobernados; los primeros utilizan discursos
mentirosos, aparatos represivos, terror y manipulación ideológica para seguir
justificando un Estado antidemocrático, en el que la corrupción general incluye el uso
abusivo del poder.
Por si eso fuera poco, los millones de adolescentes que dejan de estudiar no
pueden ocupar trabajos que exigen la preparatoria terminada. Este gravísimo problema
social favorece la violencia: ¿Cuántos de ellos forman parte de pandillas dedicadas al
robo, viven en la calle, abusan del alcohol y las drogas, y fueron reclutados por grupos
de la delincuencia organizada?

Capítulo 3
MEJOREMOS LA EDUCACIÓN
EN MÉXICO (Y EL MUNDO)
A millones de niños y jóvenes de México, lo mismo que a los de otros países, les
asesinan la inteligencia y la imaginación de muchas maneras. En primer lugar, con la
miseria, la pobreza y la mala alimentación (según el Ceneval, 10.4% la población
padece extrema pobreza, y 24.9% no se alimenta bien), junto con la escasa calidad de
muchas escuelas primarias, y lo que viene después.
Todo el mundo conoce la desmedida deserción escolar que ocurre en México.
Al final de primaria reprueba el 5.2% de los alumnos; en la secundaria el 19%, y en la
media superior el 37.4%. El promedio escolar de los mexicanos es de cerca de 8 años;
dos años arriba de la primaria completa.
Para los pobres, la educación es de quinta clase. Sólo el 5% de los y las
jóvenes mayores de veinte años asisten a alguna universidad. Las causas profundas de
la terrible mediocridad en la educación mexicana son tres, según Latapi:

La perversión del sistema educativo por intereses políticos, en particular por los que generan las
graves simulaciones (y las huelgas, bloqueos de carreteras y destrucción de comercios) que promueve
el SNTE.

La falta de firmeza de las autoridades, a todos niveles (incluyendo a los gobernadores de los
estados), que toleran las situaciones indeseables por temor a poner en riesgo sus carreras políticas o
romper los precarios equilibrios tradicionales.

La debilidad y ausencia de participación de los padres de familia en la educación de sus hijos, y de


la sociedad en general, que no se atreve a exigir servicios educativos públicos y gratuitos de
verdadera calidad.
El Congreso ha empezado a mostrar interés por generar propuestas concretas
que puedan conducir a nuestro país a una educación de calidad. Por su parte, los
empresarios cuidan sus intereses, culpan al Estado y se quejan del sistema educativo
porque no prepara a los jóvenes para la mano de obra que ellos requieren.
No podrá mejorar la educación mientras nadie exija cuentas a los gobernantes, a
los legisladores, a los secretarios de Educación (federal y estatales), a los directores
de escuela, a los sindicatos y a los mismos maestros.
El mismo autor opina que los mexicanos somos presa de la apatía, porque no se
nos da la democracia, o al menos no todavía, por lo que llevará muchos años modificar
las actitudes de resignación fatalista, conformismo e indolencia.
Sin embargo, nuestro país ha tenido importantes avances recientes, debido a
algunos factores que me permito señalar:

Las instituciones educativas de México son más fuertes y están mucho mejor organizadas que antes.
Cuentan con buen número de profesores y egresados que tienen autoridad moral y prestigio académico bien
reconocido a nivel mundial. Ellos siguen preparando a los jóvenes, con nuevas carreras y mejores planes de
estudio, para los empleos que este país necesita, sin reducirlos a mano de obra barata.
Los profesores y los estudiantes a nivel de preparatoria y universidad están más participando, de manera más
activa, en las decisiones políticas, económicas y sociales que tienen como objetivo resguardar la libertad y
eliminar las terribles desigualdades del país.
Los recientes avances en las tecnologías de la información (incluyendo Internet y las redes sociales) se
difunden con mucha rapidez. Extienden y concretizan los avances políticos, científicos, tecnológicos,
económicos y sociales por todo el mundo.
Los recientes cambios políticos impulsan reformas legislativas en los campos de la educación, las
comunicaciones, la administración pública, la energía, la transparencia en la administración pública, la
seguridad nacional, etcétera, que van a acelerar los cambios económicos, culturales y sociales que nuestro
país tanto necesita.
Se abren y se abrirán nuevos centros de educación superior (gratuita y laica) en todo el país para satisfacer
la demanda de los jóvenes que no encuentran sitio en los que existen en la actualidad.

En los países que destinan suficientes recursos a una educación de calidad (y


los gobiernos locales los aprovechan sin malversaciones ni simulaciones) la población
entera disfruta niveles de vida menos violentos y más satisfactorios, incluyendo buena
alimentación, trabajos bien remunerados, cultura y diversión. Esto aún no sucede en
muchas regiones de México y Latinoamérica.
Cualquier avance educativo que vale la pena debe capacitar a los niños y a los
adolescentes para que sepan pensar, aprovechen su imaginación, cultiven sus mejores
sentimientos, y sepan tomar las mejores decisiones posibles. Los humanos, somos
personas inquietas, curiosas e inquisitivas, volcadas hacia el futuro y deseosas de
asociarnos con otras personas en proyectos colaborativos que incluyen riesgos
compartidos y toma conjunta de decisiones exitosas.
Importa mucho que los jóvenes aprendan a fijarse metas diarias, sin caer nunca
en la mediocridad ni el desaliento. Necesitan recordar sus dimensiones sociales y
comunitarias: ellos llevan dentro las nuevas identidades flexibles, creativas y valientes
que sus familias, y las comunidades a las que pertenecen, y su propio país, tanto
necesitan para mejorar su calidad de vida y para disfrutar mayor salud, paz y alegría.
Las universidades y demás Instituciones de enseñanza superior, cuando son
libres y democráticas (y tienen buena calidad) generan las nuevas clases medias -
abiertas a la modernidad y al cambio social- que los países en desarrollo necesitan con
tanta urgencia. Los centros del saber han sido, desde siempre, fuente de notables
avances científicos, tecnológicos y culturales.
Desde su inicio, esas Instituciones (públicas y privadas) se han encargado de
formar a los nuevos caballeros de brillante armadura, defensores del bien y de las
personas en desgracia, destinados a luchar contra los dragones del mal, la ignorancia,
la pobreza, la desigualdad social y el oscurantismo (ese es el ideal, que no siempre se
cumple. Ostentan escudos de armas y lemas como los de los nobles y los caballeros
medievales.
Por lo común, graduarse (o no) depende del propio talento y de lo que aprende
cada individuo, y no tanto de su dinero, ni de su apellido, clase social, sexo o etnia a la
que pertenece. Los jóvenes más brillantes y empeñosos le echan ganas a sus estudios
(y también a los deportes y demás actividades).
Los toman como un alegre descubrimiento de nuevos conocimientos, que les
servirán –tarde o temprano- para comprender más el universo y para disfrutar mejor
la vida.
A ningún “estudiante” le ayuda considerar los estudios y las tareas, de manera
derrotista, desmoralizante e infantil, como una serie de obligaciones tontas y carentes
de sentido que hay que cumplir de manera mediocre, porque requieren mucha atención,
tiempo y esfuerzo.
Cada joven necesita aprende, en los libros y en Internet, etcétera los temas que
necesita para sacar buenas calificaciones (junto con los que le interesan de manera
personal) para irse convirtiendo en un experto de su futura especialidad. También
necesita intercambiar opiniones con las personas mejor capacitadas (los maestros) que
tienen mucha experiencia en las áreas particulares que se relacionan mejor con los
futuros empleos que los jóvenes desean ocupar más adelante.
Los que alcanzan un alto nivel educativo, disfrutan un “status” social más
apreciable que los que no llegaron a eso; también perciben mayores ingresos. Sin
embargo, no todos los jóvenes que inician un programa universitario lo terminan con
éxito.
Los niveles de deserción escolar son muy elevados en los países en los que las
Instituciones de educación superior trasmiten conocimientos mediocres y desligados de
la vida real, que no preparan a los alumnos para el mundo de los trabajos útiles,
interesantes y bien remunerados.
Aunque cultivan mejor su inteligencia, los jóvenes que invierten más tiempo en
los estudios alargan su “marginación” y su condición de adolescentes. Muchos
afrontan una gran dependencia económica y psicológica, porque sus estudios demandan
cada vez más tiempo y esfuerzo, y ellos no pueden combinarlos con un trabajo
remunerado (al menos durante los primeros años de universidad).
Las becas para los estudiantes que las merecen tienen gran utilidad social,
porque sin ellas no podrían terminar sus estudios, o tratarían de conseguir una beca en
el extranjero (y muchos de ellos se quedarían allí a vivir).
Pasando a otro importante tema, los creadores de la red informática mundial (=
Internet, “web”, www), Tim Berners-Lee y Robert Cailliau (1969), llevaron a cabo sus
investigaciones en Instituciones públicas, y no del sector privado. Decidieron que
fuera un espacio de libre expresión, en el que las nuevas tecnologías y sus
aplicaciones estuvieran a la disposición de todos, de manera gratuita, sumando los
esfuerzos individuales y colectivos.
Según Castells, la red se originó gracias a la coincidencia histórica de tres
importantes procesos independientes: 1. La revolución de la comunicación, 2. La crisis
económica del capitalismo y del socialismo, con sus reestructuraciones siguientes, y 3.
El florecimiento de importantes movimientos sociales: la defensa de los derechos
humanos, el feminismo, el ecologismo y el anti-autoritarismo.
A finales de los años sesenta y principios de los setenta, en muchas
Universidades, incluyendo las de México, los jóvenes estudiantes y sus profesores,
defendieron -con marchas y protestas públicas- el derecho a la libertad de las personas
y a su cultura. En nuestro país, de manera sangrienta, esos ideales fueron reprimidos en
1968.
El Internet se ha extendido a todas las áreas del comportamiento humano
(económico, social, educativo, tecnológico, etcétera) en la mayoría de los países del
mundo. Su lógica de programación, con su tecnología, informatización y comunicación
global (=planetaria) ha evolucionado a la mayoría de los seres humanos en su vida
social, económica y educativa.
Con rapidez sorprendente, Internet sigue ampliando las dimensiones creativas,
ideológicas, científicas y culturales de la humanidad. Introduce notables cambios
sociales que afectan a los seres humanos en todos los aspectos de la existencia. El
pensamiento colectivo de la humanidad (= Gaia, la consciencia planetaria compartida),
ya es una realidad tangible y visible para los que tenemos acceso a la red.
Existe una nueva estructura social dominante: la sociedad red, y una nueva
economía: la que se basa en la informática-global y en la cultura de la virtualidad real.
Los individuos que no tienen interés en pertenecer a las sociedades actuales, están
marginados, y lo mismo sucede con los que no están conectados a la red, tienen acceso
limitado a ella, o no son capaces de sacarle provecho (Castells).
El futuro de cualquier persona -y el de cualquier país- depende de su grado de
inserción a la información y comunicación global. El Internet afecta el modo como
experimentamos el espacio y el tiempo, y también la forma en que nos percibimos a
nosotros mismos en nuestra realidad individual cuerpo-mente-espíritu. Produce
cambios importantes en los valores y en las actitudes que afectan a los seres humanos
en todos los aspectos de su existencia, y más en particular a los jóvenes que buscan su
propia identidad.
Las computadoras más recientes (y los celulares, cámaras digitales, tabletas,
etcétera) facilitan la operación de las empresas y los negocios, y también promueven
nuevas formas de socialización y diversión. La cultura digital, basada en la
microelectrónica, ofrece nuevos sentidos a la realidad educativa, económica y cultural
de cada país; favorece la interdependencia entre todos ellos, y también subraya lo que
es individual y particular.
Las sociedades más avanzadas emplean el Internet de maneras más eficientes en
las escuelas, porque sus gobernantes saben que este nuevo aprendizaje es decisivo
para el éxito personal y colectivo de los niños y jóvenes de las nuevas generaciones.
También valoran y apoyan a los educadores, y proporcionan suficientes recursos
(administran mejor el presupuesto nacional).
Sin embargo, con demasiada frecuencia, las mejoras tecnológicas no están
acompañadas de una formación adecuada del profesorado, por lo que sus alumnos no
son capaces de sacar el mejor partido posible de Internet.
Según Castelló, existe una “línea divisoria tecnológica” relacionada con
Internet. Las escuelas dirigidas a las clases medias cuentan con mejores recursos
tecnológicos, y sus profesores los aprovechan mejor, en comparación con las escuelas
para las clases sociales más bajas, en las que abunda la deserción escolar.
Además, los niños de clases medias cuentan con apoyos que complementan su
educación, debido a que sus padres tienen mejor nivel de formación, y son más
apoyadores ante las nuevas tecnologías y los cambios ideológicos y sociales que
representan. Por su parte, los padres de los niños pobres sólo se preocupan por
mandarlos a la escuela. Tienen que luchar todo el día para darles ropa y alimentos; le
dejan todo a los maestros, y ni siquiera pueden revisar las tareas, porque no las
entienden ni les quedan energías para eso.
A principios del siglo XXI, podemos presenciar en tiempo real, cualquier cosa
importante que sucede por todo el mundo. El Internet es un valioso instrumento que
apoya la corriente de la vida y los mejores sentimientos y pensamientos de los
participantes, aunque también genera dependencias y esclavitudes.
Por ejemplo, las jóvenes anoréxicas creen que cientos de personas las adoran
porque se parecen a alguna actriz o cantante exitosa del momento (se visten y se
maquillan como ella y copian sus gestos), sin darse cuenta de que carecen de identidad
propia, están deprimidas y vacías por dentro, y arriesgan su salud. Salvan la piel, pero
pierden su alma y sus mejores sentimientos.
Aunque no se ha demostrado que el Internet deprime, ni que promueve la
violencia, todos conocemos a las personas que defienden estilos de vida obsoletos, y a
los que defienden los opuestos en los medios de comunicación.
Como siempre, existe el tradicionalismo y la lucha por la libertad, así como el
egoísmo y el altruismo, el amor y la violencia, la verdad y la mentira, y todo esto se
refleja en Internet.
Muchos individuos compran de manera compulsiva cualquier producto que
anuncian en la tele, o se pasan gran parte del día en intrascendentes “chats” con sus
amistades. No las utilizan para cultivar su talento y convertirse en personas más
creativas y productivas.
A medida que las nuevas tecnologías y los nuevos modos de producción
eliminan del mercado la agricultura tradicional, se provoca migración de gente con
escasas posibilidades de prosperar hacia los grandes núcleos urbanos. Otros buscan la
entrada ilegal a los países más ricos en busca de cualquier trabajo disponible. Abundan
los pueblos fantasmas con cientos de casas deshabitadas y abandonadas.
El impacto de las crisis económicas hace que muchos individuos queden fuera
de los sectores productivos y que traten de buscar alternativas fuera de la ley, como el
secuestro y la pertenencia a las mafias y las organizaciones que traspasan las fronteras.
En algunos estados del país desaparecieron muchas empresas y aumentó el
desempleo, el subempleo, la economía informal, la pobreza y la deserción escolar.
Según Castells, vivimos un momento crucial de la humanidad, porque el Internet
puede estar del lado de las empresas mercantiles y del poder político-militar, o el de la
gente. En el primer caso, acentuará -mucho más- la brecha tan notable que existe entre
los países ricos y los pobres, y el injusto abismo que existe entre la población de los
ricos y los pobres dentro de tantos países. Es una importante plataforma para
denunciar las situaciones violentas e injustas que ocurren en todo el mundo, porque
tienen acceso a ella las personas comunes y corrientes, los colectivos no
gubernamentales, y hasta las mismas víctimas, que ahora pueden publicar los eventos
injustos que antes quedaban ignorados e impunes.
La red nos ha permitido conocer las matanzas de civiles, los abusos sexuales
de los curas homosexuales, pederastas y efebo-fílicos, la deforestación, los terribles
efectos del cambio climático, la escasa calidad de la educación mexicana, la violación
y los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, la inutilidad del combate militar contra
el consumo de marihuana (sin dedicar suficiente presupuesto a la agricultura y la
educación), la desaparición forzada de millares de personas, etcétera.
Se suponía que Internet sería un camino de libertad absoluta, pero eso no ha
sido posible, ni tampoco parece del todo deseable. A nivel mundial, se vigila a los
terroristas, a los narcotraficantes, a los criminales más peligrosos, y a los piratas
cibernéticos. Entre otros problemas, tenemos la clonación de las tarjetas de crédito, los
secuestros exprés, los fraudes a bancos, los robos de identidad y el “bullying” entre los
estudiantes.
Algunos programas importante (= “software”) se ofrecen en forma gratuita,
pero muchos otros son muy caros, y generan ganancias multi-millonarias a algunas
empresas. Y ni qué hablar de los precios de las computadoras, de las nuevas tabletas,
teléfonos inteligentes, etcétera. Por supuesto que las poblaciones rurales no pueden
invertir en nada de esto, porque primero tienen que comer y buscar maneras elementales
de subsistir.
Los niños y jóvenes de México (y de todo el mundo) tienen derecho a una
educación gratuita, incluyendo la universidad, de buena calidad, y a no ser excluidos de
ella por su pobreza, ni por razones étnicas, de género ni discapacidad. Urge capacitar a
sus maestros que aprendan a aprender, conviertan la información en nuevos
conocimientos y éstos en acciones creativas y positivas al servicio de los alumnos y de
sus comunidades.
En muchas escuelas rurales del país, las computadoras se echaron a perder por
falta de mantenimiento, y los maestros ni siquiera sabían cómo usarlas. Tampoco había
energía eléctrica asequible, ni conexión telefónica para que pudieran funcionar.
Si la SEP no corrige las deficiencias técnicas, y no capacita debidamente al
profesorado, seguirán aumentando las graves desigualdades sociales, junto con la
pobreza, el desempleo, el subempleo y la generalizada deserción escolar.
Muchos de los actuales mandatarios, como Obama, Peña Nieto y tantos otros,
fueron electos debido a las exitosas campañas de sus asesores en imagen televisiva y
por Internet, que les aseguró millones de votos.
El radio, las televisoras y el Internet difunden a todas horas la propaganda en
pro y en contra de los diferentes candidatos y funcionarios, aunque en algunos países su
señal se bloquea o no, según lo ordenan los gobernantes en turno. ¿Qué tanto derecho
tienen los gobiernos a controlar y espiar la libertad del acceso a las redes informáticas
en las personas comunes y corrientes?
Fue notable la campaña desinformativa mediática que utilizó E.E. U.U. para
justificar la guerra de Irak. Algunos gobiernos, como los de China y Rusia, controlan,
de manera muy severa, a los disidentes (y a los medios de información), e igual cosa
sucede en algunos países Islámicos y de África.
Por otra parte, Internet ha generado importantes movimientos sociales en
muchas naciones, como el movimiento de los indignados en España (Castells). También
ayuda a localizar a los niños desaparecidos, permite mejores diagnósticos médicos,
acelera los negocios y los trámites hacendarios. Muchas personas se conocen por
Internet y forman amistades y parejas estables, cosa que no hubiera sucedido de ninguna
otra manera.
Los casos de Bradley Manning, juzgado culpable de filtrar datos de las guerras
de Irak y Afganistán a WikiLeaks, así como de Julián Assange perseguido por los
E.E.U.U. como difusor de documentos “clasificados”, son claros ejemplos de los
enfrentamientos que existen en ese país entre la libertad de expresión y los intereses
militares y políticos de ese país (y de muchos otros en el mundo). A pesar de todo,
Internet seguirá impulsando importantes cambios sociales y económicos -y también
psicológicos, médicos, ecológicos y humanitarios- que favorecen nuevas sociedades
más justas e igualitarias (Castells). También puede ser una importante herramienta de
democratización, porque favorece la transparencia de las administraciones públicas,
evita la corrupción y apoya la participación de los ciudadanos en las mismas.
Conviene seguir aprovechando sus enormes recursos para aumentar la
producción y acelerar las economías de los países en vías de desarrollo, con el
propósito de corregir las enormes desigualdades que existen en la distribución de la
riqueza, la cultura, la tecnología y la ciencia.
Es verdad que Internet, junto con los demás medios masivos de información,
aglutina a muchos individuos en una masa anónima de ávidos consumidores (poco
inteligentes) al servicio del mercantilismo.
Sin embargo, también favorece –en millones de personas- el desarrollo de una
sólida identidad individual y colectiva mejor informada: libre, viva, valiente, más
trabajadora, y muy deseosa de participar en el mejoramiento de su sociedad particular y
del mundo entero.

Capítulo 4
ENERGÍAS Y ESTRUCTURAS DE LA PERSONALIDAD
Hasta mediados del siglo pasado, se creía que el cuerpo y la mente, o en otras palabras
las estructuras y las energías del cuerpo vivo, eran cosas muy distintas. A la medicina
le correspondía sanar las enfermedades del cuerpo, mientras que la psicoterapia y la
psiquiatría ofrecían soluciones para las alteraciones mentales (= emocionales), las
crisis por falta de sentido de la vida, etcétera.
En tiempo presente, eso ha cambiado de manera radical.
A partir del genial Einstein, sabemos que la materia se transforma en energía y
viceversa, según la conocida ecuación: E =mc2. Por su parte, Pauling asegura que no
hay pensamiento alterado sin molécula alterada. Por eso, los trastornos estructurales del
organismo afectan los niveles más conscientes de energía, de modo también paralelo,
el mal uso de las energías psíquicas, como el pensamiento, altera y daña las estructuras
corporales en sus niveles más básicos, como el sistema inmunológico.
Conocemos destacados médicos, psicólogos y otros profesionales de la salud
que cuentan con excelente preparación técnica, asociada con una sensibilidad intuitiva
muy fina. Ellos, lo mismo que los demás humanistas, apoyan el bienestar de las
personas completas, en vez de preocuparse únicamente por eliminar los síntomas y las
enfermedades.

Las Energías de Nuestra Personalidad


La física cuántica, lo mismo que las demás ciencias, incluyendo a la psicología, ya
demostró que el universo está formado por distintas formas de energía, relacionadas
con la luz. Según la visión física, médica y psicológica moderna, los humanos estamos
sumergidos en cinco niveles de energía, y eso es todo lo que somos. Además, estos
paquetes de energía interactúan de manera continua entre sí (Klinghardt, Chopra,
Navarro).

1. El primer nivel es lo que llamamos cuerpo físico; comprende las energías más densas que forman las
estructuras y sustentan las funciones corporales, incluyendo todo lo que podemos percibir mediante los cinco
sentidos.
2. El segundo nivel está formado por un campo de energía magnética que agrupa los eventos bio-eléctricos
relacionados con la actividad neuronal del sistema nervioso central y del autónomo. Una de las ramas del
sistema nervioso autónomo, el simpático, acelera las funciones del organismo, y la otra (el parasimpático) las
lentifica. Cada célula del cuerpo, igual que cada órgano, tiene su propio campo de energía bio-eléctrica. Así,
el corazón, los ojos, y cada una de las áreas particulares del cerebro.
3. El campo mental (= racional y verbal) agrupa nuestras creencias, actitudes y pensamientos. Este nivel de
energía requiere un cerebro bien integrado y las conexiones neuronales que se ubican en los niveles
anteriores. Gracias a su desarrollo personal, la mayoría de las personas jóvenes y adultas alcanzaron este
nivel, y se mueven dentro de él.
4. El campo de energía intuitiva tiene que ver con los sueños, la imaginación creativa, los arquetipos, los
fenómenos paranormales y los niveles superiores de consciencia. El desarrollo del propio ser nos permite
vivir en sincronicidad con el universo (ver el capítulo cinco), y trabajar, asociados con otras personas y
grupos sociales, para promover el bienestar de todos nuestros semejantes.
5. El campo espiritual es la relación que una persona tiene con su Dios. Los caminos para llegar a ese
nivel son la oración, la contemplación, la compasión y la ayuda a los más necesitados. Existen
muchas imágenes y creencias acerca de Dios, como el ser supremo, la consciencia infinita, el creador,
la luz de la luz y el juez severo; algunas de ellas sólo son caricaturas de pésimol gusto (ver los
apéndices uno y dos).

El cuerpo emocional agrupa los niveles 1 al 3, mientras que lo que llamamos


alma o espíritu se ubica en los niveles 3 al 5. Compartimos algunos niveles de energía
con las demás personas; por ejemplo el cariño, la sexualidad, la empatía, los
conocimientos, etcétera. Nuestra genética personal está ligada con todos nuestros
antepasados humanos y a los demás seres vivos, incluyendo los que nos precedieron en
este planeta, y también con la vida que existe en todo el universo.
La evolución cultural y tecnológica de la humanidad progresa de manera cada
vez más acelerada. Desde principios del siglo XXI, millones de personas somos parte
de la conciencia planetaria (Gaia) y compartimos nuestras ideas y experiencias diarias
mediante el Internet (incluyendo las redes sociales).
La materia es una forma inferior de energía que lucha por transformarse en vida
dentro del organismo, mientras que los niveles inferiores de energía sustentan a los
niveles superiores de consciencia más plena. Los humanos generamos vida y energía
consciente a partir de la materia (de nuestros alimentos, del aire que respiramos,
etcétera).
Como una ley de la energía ascendente, postulo que los niveles inferiores de la
consciencia humana luchan por transformarse en niveles superiores de amor, acción y
creatividad, a través de un proceso de evolución continua que afecta todos los
componentes de la propia personalidad. Por supuesto que todos los seres vivos,
incluyendo a la raza humana, seguimos evolucionando, lo mismo que todo el universo.
Por otra parte, la ignorancia, la violencia, la neurosis y las enfermedades
obstaculizan el proceso vital hacia la libertad, el progreso y la felicidad de los seres
humanos. No es fácil vivir en ciudades grises, ruidosas, peligrosas, aglomeradas y
contaminadas. Tampoco en poblaciones rurales marginadas, olvidadas y empobrecidas.
Puesto que el cerebro humano y la cultura siguen evolucionando, en el futuro
cercano, serán más usuales la premonición, la telepatía, la percepción extrasensorial,
las curaciones psíquicas y hasta la verdadera empatía, que comprende, sin hablar, los
sentimientos, deseos e intenciones de las demás personas. En beneficio de la
humanidad, continuarán los acelerados avances tecnológicos y sociales, y también
habrá mayor número de personas que sean capaces de pensar e intuir al mismo tiempo.
Desde luego que todo esto requiere un medio familiar propicio y una educación
pública de excelente calidad para los niños y los adolescentes.

Las Estructuras del Organismo


Nuestro organismo está formado por distintos niveles o paquetes de energía; sin
embargo, los modelos teóricos que describen sus estructuras son útiles, porque generan
intervenciones psicoterapéuticas concretas y eficaces. A continuación presento el
modelo estructural de la Psicoenergética, que distingue nueve áreas principales:

1. CABEZA: En ella se ubican las estructuras cerebrales que nos permiten elaborar los pensamientos, juicios y
raciocinios. El hemisferio izquierdo del cerebro se especializa en la interpretación lógica y lineal de los datos
perceptuales, mientras que el hemisferio derecho fabrica los sueños y la imaginación creativa (la intuición).
El cerebro integra las reacciones emocionales y construye la imagen de nosotros mismos y los niveles de
consciencia. Tiene mecanismos que regulan el sueño y la vigilia, los impulsos sexuales y los niveles motivacionales
del hambre y la sed. También almacena nuestros recuerdos y los activa de nuevo, según las necesidades del
momento.
2. SISTEMA NERVIOSO: El cerebro está conectado con el resto del cuerpo mediante los sistemas nerviosos
central y autónomo. Recibe mensajes de todo el organismo; entre ellos, tensión, dolor y placer, así como los que
manifiestan las necesidades de los órganos y los tejidos corporales. También inicia movimientos deliberados que
están sustentados por las propias decisiones. Las estructuras cerebrales también generan conductas que son más
automáticas, junto con los reflejos involuntarios.
3. ROSTRO: En él se ubican las estructuras sensoriales más importantes. Los ojos inician el contacto, desde
diversos puntos de vista. Aíslan las formas y nos permiten calcular los espacios. Los oídos perciben vibraciones,
sonidos y ritmos. Reciben los mensajes verbales y distinguen las emociones que los acompañan. Con la nariz
percibimos los olores y algunas alternativas. La mucosa bucal, asociada con el estómago y relacionada con la piel
del cuerpo, nos manifiesta las necesidades de nutrición, incluyendo el hambre de cariño.
4. CUELLO. Las posturas del cuello indican rasgos de dominio o sumisión (cabeza altiva o agachada); allí
registramos algunos ataques y amenazas. Hay personas que cortan su energía vital; junto con sus tensiones en
esta parte, deciden vivir en la cabeza, porque se identifican demasiado con sus ideas y fantasías. Las tensiones
del cuello limitan la circulación de la sangre hacia el rostro y las inflexiones espontáneas de la voz; también frenan
las expresiones emocionales de gritar, sollozar, reír y vomitar, etcétera.
5. TORAX; La cavidad del tórax es un espacio personal muy importante. Allí están los pulmones, que absorben el
oxígeno vital y eliminan el bióxido de carbono. Son espacios internos gratos, cálidos y pulsantes que muchos
limitan y llenan de sensaciones desagradables mediante la angustia y la depresión. El tórax puede estar
habitualmente muy inflado o comprimido, y estas alternativas se relacionan con importantes aspectos emocionales,
como la petulancia y el desánimo.
Las tensiones habituales del diafragma impiden una consciencia plena de las pulsaciones y las energías
impulsivas y emocionales que se originan en el vientre y los órganos genitales.
El corazón reparte energía a una de las células del cuerpo vivo, mediante el oxígeno y los nutrientes que hace
circular mediante sus latidos. Por sus ritmos cambiantes, nos damos cuenta de la variedad e intensidad de
nuestros sentimientos y emociones. Sabemos cuando estamos enamorados, alegres o lastimados; además, el
corazón desbocado nos señala algunos peligros que provienen del exterior o del propio interior.
6. ABDOMEN. Las tradiciones orientales ubican en el abdomen el hara, centro de la consciencia vital que nos
permite relacionarnos con el mundo con inmediatez intuitiva. Cuando una persona está centrada en sí misma,
puede disfrutar, de manera muy placentera, sus vibraciones vitales básicas.
Allí se localizan los órganos que procesan y asimilan los alimentos, como el estómago, los intestinos y el hígado.
En el vientre evaluamos lo que nos nutre, y rechazamos lo que amenaza nuestra vitalidad; algunos alimentos son
sanos, y también hay ideas y experiencias que nos nutren emocionalmente, mientras que otras nos enferman.
Algunas personas, situaciones y opiniones nos disgustan y no las podemos tragar; nos revuelven el estómago.
Las glándulas suprarrenales, junto con el páncreas y el hígado, activan al organismo frente a las situaciones
estresantes, preparándolo para las reacciones de ataque o huída. Debido a los efectos de las hormonas
suprarrenales, el pulso se acelera y aumenta la presión arterial; hay vasoconstricción de la piel, las pupilas se
dilatan y se eleva el nivel de glucosa en la sangre. También se lentifica la digestión.
El páncreas regula el metabolismo de los carbohidratos; produce la insulina, que es necesaria para el
aprovechamiento de la glucosa. Las emociones intensas de algunas personas acaban por reducir la producción de
insulina (diabetes); entonces, los tejidos no pueden aprovechar la glucosa, que es eliminada por los riñones. El
hígado sintetiza grasas y proteínas, y almacena carbohidratos y vitaminas. Acumula glicógeno y lo vierte en la
sangre cuando existen demandas de mayor energía.
Algunas personas acostumbran negar y reprimir sus impulsos y emociones básicas, por eso se les inflaman los
intestinos (colitis nerviosa). En la cavidad abdominal también están los riñones, la vejiga y el colon, que eliminan
las substancias, ideas y experiencias personales que nuestro organismo desecha, debido a que no las puede
asimilar.
7. PISO PÉLVICO: El piso pélvico comprende los órganos genitales de los hombres y de las mujeres, así como los
músculos cercanos, incluyendo los glúteos. En las mujeres, los órganos genitales, con sus pulsaciones
correspondientes, son internos. Esta región refleja las actitudes de cercanía o alejamiento hacia el contacto y la
comunicación sexual. Mediante tensiones habituales en la musculatura del piso pélvico, ciertos individuos frenan
las sensaciones genitales, la excitación y la vibración sexual.
Además, tenemos varias glándulas endócrinas, asociados con el metabolismo y las reacciones de emergencia. La
pituitaria contribuye al balance de los líquidos en el cuerpo. La tiroides acelera o lentifica numerosas funciones del
organismo; además, regula la temperatura.
8. HOMBROS, BRAZOS Y MANOS. La manera de llevar los hombros refleja la actitud típica de cada persona al
soportar el peso de su vida. Algunas posturas de los hombros (y de parte de arriba de la espalda) muestran
agobio, anticipación temerosa, confianza o miedo respecto al trabajo y a las responsabilidades familiares, etcétera.
Por su parte, la columna vertebral integra los movimientos del cuello y los hombros, así como de la parte posterior
del tórax y la pelvis. Algunas personas son más rígidas e inflexibles que otras, tanto por sus tensiones y
endurecimiento de los ligamentos conectados a la columna vertebral, como por la estrechez de sus pensamientos,
que a veces raya en la petulancia, el fanatismo y la intolerancia.
Algunas personas cargan en la espalda, de manera crónica y dolorosa, a sus hijos y a su pareja; también
acumulan dolorosas tensiones relacionadas con el estrés y las preocupaciones. Al contrario, otros son más
flexibles en sus posturas corporales, y también en sus opiniones y planteamientos intelectuales (laborales, políticos,
etcétera).
Los brazos y las manos reciben la energía de los hombros. La parte superior de los brazos manifiesta fuerza o
debilidad en los movimientos expresivos. Por su grado de flexibilidad, los codos indican carisma, o falta de gracia,
en la manera de alcanzar las metas y los propósitos
Las manos son los principales instrumentos que utilizamos para dar y recibir. A través de ellas establecemos
contacto directo con la realidad que nos rodea. Los humanos transformamos nuestro planeta, utilizando
herramientas y máquinas, creando obras artísticas, construyendo edificaciones, carreteras, escuelas y hospitales,
escribiendo libros, mostrando amor, sanando, etcétera.
9. PIERNAS Y PIES. Las piernas son la parte de este esquema estructural de la personalidad. Los muslos, apoyados
en los huesos de la pelvis y en la parte superior del fémur, nos proporción fuerza para poder trasladarnos con
mayor o menor facilidad.
Las rodillas señalan la relativa rigidez o flexibilidad que tenemos al caminar por la vida. Las personas que las
mantienen trabadas experimentan inseguridad y no se atreven a tomar decisiones propias. Claro está que en las
personas integradas las decisiones brotan de la totalidad de lo que son…
Las pantorrillas y los pies son los medios inmediatos que utilizamos para ir y venir. Las sensaciones que recibimos
del suelo generan sensaciones y actitudes hacia el mundo que nos rodea. Algunos individuos muestran seguridad
en su modo de caminar, y otros son cautelosos y apenas tocan el piso; debido a su mala postura, muchas
personas tienen colapsado el arco de sus pies ( = pie plano).

El conjunto organizado de las estructuras del cuerpo vivo, junto con sus energías
correspondientes, constituye nuestra personalidad individual. Nuestra personalidad
genera a cada instante el estilo propio y único de relacionarnos con los demás, y
también las estrategias particulares que empleamos para adaptarnos a las circunstancias
cambiantes de la vida, tratando de apreciarla y disfrutarla, a pesar del estrés y las
dificultades (ver el capítulo cuatro).
Los humanos generamos energía a partir de la materia. Esta va alcanzando
niveles más elevados a medida que aprovechamos las potencialidades genéticas y
adquirimos mayor experiencia. El desarrollo individual no termina con la juventud,
sino que continúa durante toda la vida; guiados por la luz de la consciencia, disfrutamos
perspectivas, cada vez más amplias y certeras, acerca del universo que nos rodea.
Nos conviene empeñarnos todos los días para ser mejores en lo que hacemos,
por nuestro propio beneficio, y también para mejorar las condiciones sociales de las
personas cercanas, en particular que están más desprotegidas.

Capítulo 4
RASGOS INDIVIDUALES Y NEUROSIS
La personalidad de cada ser humano está formada por las estructuras neuro-
psicológicas que componen su organismo particular, unidades a las que Allport
denomina rasgos. El conjunto de los rasgos engloba todo lo que somos, en nuestros
aspectos cuerpo, mente y espíritu.
El cuerpo físico (= las estructuras corporales) agrupa las energías de los
niveles inferiores, aunque no las podemos percibir como tales, porque sus vibraciones
son muy lentas.
Por otra parte, Buda enseña que construimos el universo con nuestra mente, ya
que proyectamos en él, y en las demás personas, nuestras fantasías, sentimientos, deseos
y expectativas.

Los Rasgos de la Personalidad


Según Allport, cada individuo posee un conjunto de rasgos característicos. A partir de
ellos, genera conductas equivalentes (= muy parecidas) que revelan a los demás su
modo de ser particular, único e irrepetible. Así, podemos distinguir a algún conocido
por su voz tan característica, sus dibujos, su manera de reír, sus escritos, sus
sentimientos (o por la falta de ellos), sus conductas, las flores y los colores que
prefiere, la comida que le gusta, y así por el estilo.
Los rasgos de personalidad generan esquemas (lógicos y analógicos) que
ayudan a captar e interpretar con gran rapidez la realidad fenomenológica que nos
rodea. Este es un proceso consciente continuo, que incluye las experiencias familiares y
sociales, así como las experiencias de los antepasados más remotos, que están
almacenadas en nuestra la genética (= el DNA) y en las estructuras cerebrales.
Algunos rasgos, como el temperamento, el nivel y tipo de inteligencia, la
estatura, el color de los ojos y de la piel, reflejan algunas tendencias genéticas que
heredamos de nuestros padres y demás antepasados. Otros, como la laboriosidad y el
orden, se relacionan con la educación que recibimos de la familia y de la escuela, y
también con nuestras experiencias personales, es decir, con todo lo que hemos
aprendido en la escuela de la vida.
Nuestras decisiones personales y las conductas habituales también crean
algunos rasgos individuales que tienen gran importancia. Así, la valentía, el optimismo,
la creatividad y la laboriosidad con las que algunas personas afrontan las
circunstancias de su vida, constituyen rasgos (y hábitos) muy valiosos, que ellos se
empeñaron en cultivar desde su niñez y adolescencia, y que ahora disfrutan de manera
exitosa.
Alrededor del 50% de los rasgos provienen de la dotación genética, mientras
que la otra mitad depende de nuestra educación (formal e informal), junto con los
hábitos y las conductas que vamos eligiendo.
Contamos con unos cuantos rasgos centrales y otros secundarios, que son mucho
más numerosos. Por ejemplo, una mujer es complaciente y pasiva (rasgos centrales);
también es puntual y rutinaria, le gusta la moda, casi no come, tiene muchas amigas y
habla continuamente (rasgos secundarios).
Cada persona es distinta a las demás por sus rasgos individuales, y también
debido al modo como se organiza e interactúa el conjunto de todos ellos. El célebre
principito de Saint Exupèry llegó a la tierra y vio un jardín con miles de rosas; sin
embargo, pudo comprender que la suya, a la que él amaba, era única y de incomparable
belleza.
Entre los rasgos más valiosos (tanto para nosotros mismos, como para la
sociedad) están las emociones espontáneas y el manejo de los pensamientos en forma
original y creativa. Desde luego que eso requiere las estructuras pulsantes de un
cerebro bien desarrollado, libre de drogas y asociado con un cuerpo saludable. Como
decían los antiguos griegos: Mente sana en un cuerpo sano.
Otros rasgos importantes se relacionan con la intensidad de nuestros impulsos y
deseos (incluyendo la sexualidad), nuestra capacidad para tomar decisiones propias,
caiga quien caiga, y los valores personales que adoptamos. Para vivir en sociedad y
para ser mejores, necesitamos una ética personal ilustrada, que incluye los valores
humanos más reconocidos.
Cualquier persona es como es; piensa y actúa como ninguna otra, impulsada por
los rasgos de su personalidad, tanto los sanos, como los neuróticos. Sin embargo,
conviene advertir que existen muchas semejanzas (genéticas, familiares y sociales)
entre las personas; las abstracciones y generalizaciones científicas se basan en ellas,
igual que las investigaciones.
La psicología se apoya en los estudios experimentales, y también en los casos
clínicos derivados de la práctica profesional amplia e inteligente. Cuenta con leyes y
principios firmes acerca del comportamiento humano que se aplican con entera validez
a todas las personas.
Por ejemplo, se ha demostrado que los premios funcionan mejor que los
castigos, porque estos generan reacciones emocionales confusas e impredecibles:
culpa, vergüenza, terror e ira muy destructiva. Los países que tienen niveles educativos
y laborales más elevados y prósperos funcionan mejor que aquellos en los que abunda
la represión, la ignorancia, la deshonestidad y las cárceles.
Los hábitos que hemos cultivado, para bien o para mal, también llegan a formar
rasgos de la personalidad muy importantes. Debido al estilo de vida que han elegido, o
con el que se han resignado a sobrevivir, algunas personas son empeñosas y
compasivas, mientras que otras son alcohólicas, comedoras compulsivas (o
anoréxicas), puntuales o no, mentirosas o no, abusivas o justas, exitosas o pasivas,
etcétera.
Pasando a otro importante tema, los arquetipos (símbolos universales) son
esquemas genéticos innatos, llenos de energía psíquica, que todos podemos ir activando
e incorporando a nosotros mismos, a medida que vamos recorriendo el camino que
conduce al desarrollo del propio ser.
Jung advierte que los arquetipos trasmiten la inmensa energía cósmica que
contienen a las personas que los encarnan, porque entonces llegan a formar importantes
rasgos de su personalidad Por ejemplo, los que se refieren a alguna ocupación y
profesión, como constructor, inventor, médico, psicoterapeuta, enfermera, político,
maestro, gobernante, madre, padre, amigo, etcétera.

Rasgos Neuróticos y Mecanismos Defensivos


Como advierte Allport, junto con los rasgos saludables, tenemos un conjunto de rasgos
neuróticos que se relacionan con el estrés acumulado y los niveles de educación poco
ilustrados; algunos de ellos son más fuertes y centrales que otros.
Los rasgos neuróticos almacenan las vivencias traumáticas comprimidas que no
pudimos asimilar y preferimos olvidar (reprimir), junto con las ideologías erróneas, las
ilusiones y los falsos valores sociales que los grupos fanáticos y antisociales trasmiten
a los niños y adolescentes. Junto con los mecanismos defensivos, generan motivaciones
egoístas y destructivas, como la excesiva violencia de los hombres machos contra su
pareja, cuando sienten (= se imaginan) que ella ha herido su grandeza narcisista tan
incomparable.
Contienen mayor cantidad de masa que de energía vital disponible, y reflejan
las carencias y limitaciones personales, familiares y sociales que ocurrieron durante el
desarrollo bio-psicológico de la personalidad.

La Figura 8.1 ilustra las principales posturas corporales neuróticas. Todas ellas
se aplican tanto a las mujeres como a las mujeres.

Figura 4.1 Principales posturas corporales neuróticas: Rígida (A), Complaciente (B), Masoquista (C),
Depresiva (C), Rígida (E), y Esquizoide (F).
El macho-narcisista (A) mantiene la caja torácica inflada y endurecida, mientras
que sus piernas son débiles y están trabadas, cual si fuera un gigante con los pies de
barro; la persona complaciente (B) ofrece a los demás su amabilidad y su sexualidad,
aunque se siente vacía de afecto; come de más y absorbe los dolores ajenos; la
masoquista (C) es fuerte y musculosa, se sacrifica por los demás y vuelca la
agresividad contra sí misma; la débil y obsesiva (D) depende de los demás, se deprime
y raya en la anorexia; la personalidad rígida y tensa (E), se dedica al deber y olvida
las diversiones, y finalmente la persona esquizoide (F) vive en la fantasía, se aleja de
la gente, casi no respira, y también se olvida de su cuerpo (leer otros libros de
Navarro).
Las personas neuróticas renuncian a ser lo que verdaderamente son (creen que
así se evitan mayores problemas), y se conforman con lo que les piden las personas y
las organizaciones sociales represivas y enfermas.
Según la Psicoenergética, en esas personas operan, con mayor o menor intensidad,
siete mecanismos defensivos:

1. Los condicionamientos viscerales, que dificultan la respiración, la asimilación de los alimentos y el


funcionamiento del corazón. Los ritmos vitales están lentificados o acelerados de manera habitual,
lo que se altera la producción y la distribución de las energías vitales básicas del organismo.
2. Las tensiones musculares crónicas. La mayoría de las tensiones que padecemos se deben al control
emocional excesivo. Conviene advertir que las tensiones se van extendiendo a otros músculos del
cuerpo, que permanecen contraídos. Al contrario, los opuestos quedan muy estirados.
Cuando estas tensiones se extienden por todo el cuerpo, forman una coraza o armadura neurótica de
la personalidad que limita los movimientos, frena las expresiones emocionales espontáneas y sustenta
las ideologías inflexibles y fanáticas. También dificulta el sano funcionamiento sexual e imposibilita
la plenitud del orgasmo (Reich, Lowen, Baker, Keleman, Navarro).

Otros cinco mecanismos defensivos tienen que ver con el desequilibrio de las funciones
cerebrales:

3. Proyección. Ocurre cuando alguien se niega a ver algunos aspectos de su personalidad que le
atemorizan y son inaceptables; los percibe, falsamente, como si estuvieran afuera, y no en su propio
interior. Lo típico es proyectar hacia fuera (ver en otras personas, animales y objetos) las energías
impulsivas y emocionales que nos censuraron en la niñez, como la propia sexualidad y la
agresividad.
4. Introyección. Mediante este mecanismo, se consideran propios algunos aspectos que en realidad
pertenecen a otras personas, porque durante la niñez se aceptaron (= la persona se los tragó) sin
lógica ni reflexión. Por ejemplo, a algunas mujeres les hicieron creer que la sexualidad es mala, que
son tontas y horribles, que hacen sufrir a Jesucristo con sus pecados, que nacieron para sufrir,
etcétera. Ellas abrazan el masoquismo y se comportan como víctimas, igual que lo hicieron sus
madres y abuelas.
5. Racionalización. Muchas personas utilizan, de modo falaz e indebido, explicaciones supuestamente
lógicas, con propósitos de auto-defensa y auto-engrandecimiento (racionalizan). Analizan una y otra
vez los motivos de sus acciones, incluso de las que todavía no han realizado, y se obsesionan con sus
fracasos y equivocaciones. De esta manera, ahogan su vida emocional y su creatividad.
6. Escape a la fantasía. Algunos se la pasan soñando despiertos: repasan sus archivos de memoria para
construir en su cabeza dramas, películas y telenovelas. Se absorben en ellas, sin prestar mucha
atención a la realidad: “A qué le tiras cuando sueñas, mexicano…”. Además, ciertas experiencias
supuestamente místicas, acompañadas de drogas, alucinaciones e ilusiones, son claros indicios de
neurosis o psicosis.
7. Disociación: acontece cuando alguien excluye de su imagen psicocorporal algunos importantes
aspectos de su personalidad (yo no soy, no lo hice). No los siente suyos porque le parecen peligrosos,
poco atractivos, atemorizantes, dolorosos y vergonzosos. Los humanos podemos disociar (negar,
bloquear, reprimir, ignorar, proyectar) sentimientos, pensamientos, impulsos, deseos, partes del
cuerpo, y así por el estilo.

La disociación agrupa los seis mecanismos defensivos anteriores, debido a que


cualquiera de ellos contribuye al mismo resultado: fragmenta (divide) y oscurece la
imagen psicocorporal de nosotros mismos. Los mecanismos de defensa hacen que la
energía vital se desperdicie mediante conflictos y luchas internas (y externas) de todos
estilos, acompañadas de molestos síntomas y de trastornos psicosomáticos.
Conviene advertir que no todas las proyecciones son negativas: los artistas,
escritores, constructores, inventores, economistas, gobernantes, empresarios,
agricultores, etcétera, proyectan lo mejor de sí mismos mediante de sus valiosas obras
y conductas; así van dejando lo mejor de sí mismos a las siguientes generaciones. Lo
mismo hacen los padres con sus hijos, los maestros con sus alumnos, los amigos con sus
amigos, etcétera.
Debido a la represión (y la disociación) de sus impulsos, sentimientos y
pensamientos, los neuróticos se instalan en sucesivos niveles de consciencia inferior,
muy primitivos y desagradables. Tampoco disfrutan la consciencia de su unidad
interior, ni perciben y aprecian el gran valor, único e irrepetible, que les corresponde
como personas humanas.
En efecto, sienten que están divididos en dos (o más) partes que luchan entre sí,
sin ponerse de acuerdo nunca. Una parte de ellos trata de actuar, mientras que la otra
juzga -de manera acusatoria e irracional- todo lo que hacen o dejaron de hacer, y los
castiga con desánimo, auto-devaluación y culpas indebidas e irracionales. En términos
tradicionales, estos conflictos internos equivalen a vivir en estado de angustia,
confusión, culpa, vacío interior, neurosis, pecado y ausencia de Dios (= el “infierno
interior”).
Antes, los humanos vivían alucinados, escuchaban voces y veían seres que ellos
imaginaban, sin darse cuenta de ello. Creían que de un lado estaban los demonios, y del
otro las voces de alguna divinidad o de algún ángel; estos seres opuestos (del todo
imaginarios) los empujaban para que hicieran algunas cosas, en contra de su voluntad
(Jaynes).
Hasta nuestros días, algunos violadores y abusadores de menores siguen
afirmando que el demonio los impulsó a eso, por eso, ellos no tienen la culpa. Pocas
personas se dan cuenta de que esa molesta sensación de dualidad interna podría
desaparece con una buena psicoterapia cuerpo-mente-espíritu; erróneamente suponen
que así son y así nacieron.
Jung advierte que la neurosis es un exceso de aculturación; debido a que quieren
complacer a los demás, muchas personas adoptan normas y creencias sociales que no
tienen nada que ver con ellas mismas. La alternativa es simple: convertir en propio
(asimilar) lo que nos da salud placentera, energía y vida, y descartar lo que es ajeno y
no nos sirve para nada.
Muchos jóvenes no han desarrollado todavía una estructura cerebral y
psicológica que les permita controlarse bien y fijarse metas a largo plazo. Tampoco
entienden que no sólo vinieron a este planeta para divertirse, sino también para ser
solidarios con los demás y ayudarlos, puesto que sus notables talentos incluyen
aspectos y responsabilidades sociales. Además de una buena educación, algunos de
ellos necesitan la ayuda de un buen psicoterapeuta.
Una de las tareas más importantes de cada individuo es dedicarse a construir
una buena imagen de sí mismo, abierta a las dimensiones sociales, planetarias y
espirituales. Conviene que sea realista, luminosa y verdadera, sin divisiones, vacíos, ni
falsedades. Todos los seres humanos somos iguales en dignidad, y tenemos los mismos
derechos a una vida digna, feliz y provechosa.
Según Campbell, el concepto del propio yo y la creencia de que cualquier
persona es autónoma y capaz de dirigirse a sí misma, se empezó a desarrollar hace
apenas unos 800 años. Las modernas teorías psicológicas humanistas postulan que las
mujeres y los hombres adultos (psicológicamente maduros) somos conscientes de lo
que más nos conviene y podemos tomar decisiones propias, sin necesidad de dogmas ni
de presiones externas.
Las personas que lo han logrado desarrollar su verdadero ser, son humanas,
socializadas, compasivas y creativas; experimentan continua paz y alegría, porque
encuentran en su propio interior muchas respuestas. Se dedican a hacer cosas
importantes en beneficio de su familia y de la comunidad, incluyendo el cuidado de los
recursos naturales y ambientales; también luchan para mejorar los niveles sociales,
culturales y económicos de su propio país.
La autoestima comprende tres aspectos muy importantes: 1. Una evaluación,
generalmente positiva, del propio yo, que coincide con lo que somos en realidad, 2. La
creencia, igualmente positiva, de que somos capaces de manejar exitosamente los
problemas ordinarios que enfrentamos y 3. Los sentimientos de aprecio, cariño y
simpatía que tenemos hacia nosotros mismos. Las personas que han desarrollado su
verdadero ser, extienden todos esos sentimientos positivos hacia las demás personas, y
también hacia todo el universo.
La “propia imagen” es el retrato mental que cualquier persona tiene acerca de
si misma; depende en gran parte de lo que ella se imagina que es, y también de su clima
emocional individual. Durante la niñez, el área sensorio-motriz del cerebro elaborar
una imagen mental básica, asociada con las necesidades de percepción, nutrición,
cariño y movimientos elementales.
Por su parte, los adolescentes desarrollan una segunda imagen, más amplia, que
agrega la actividad de los lóbulos frontales, incluyendo fantasías y pensamientos que
son más realistas. Esta imagen incorpora también los importantes cambios sexuales que
ocurren debido a la pubertad.
Las personas que tienen una buena imagen, se aprecian y estiman a sí mismas.
Son optimistas, y se empeñan en desarrollar sus habilidades personales. Utilizan su
inteligencia para llevar a cabo proyectos exitosos, y también buscan relacionarse con
los demás, de la mejor manera posible. Se sienten satisfechas con lo que son y con lo
que hacen, caiga quien caiga. Cultivan sus habilidades para hacer las cosas del mejor
modo posible, sin prestar demasiada atención a sus deficiencias y vulnerabilidades.

Alteraciones de la Propia Imagen


Los adolescentes varían mucho en su desarrollo psicológico; incluso conocemos
algunos de ellos que funcionan mejor -en su vida intelectual, emocional y social- que
muchos adultos que todavía son demasiado infantiles y egoístas.
Fromm advierte que la alienación es una experiencia neurótica demasiado
común y corriente. Las personas alienadas se perciben a sí mismas con extrañeza; no se
ubican bien dentro de sí mismas, ni tampoco se considera creadoras de sus propios
actos. Tampoco se creen portadoras activas de sus propias capacidades; al contrario, se
consideran “cosas” empobrecidas que dependen de poderes (y personas) exteriores a
ellas, en las que han proyectado su propia sustancia vital.
Las personas alienadas se empeñan en vendernos una falsa imagen de sí
mismas, y nos abruman con toda clase de mentiras y falsas promesas. Son esclavas de
las conductas automáticas que ellos producen, y de las presiones sociales que las
empujan a un consumismo desenfrenado.
Cuando la propia imagen es falsa y está poco integrada, origina serios
trastornos psicológicos: anorexia, bulimia, obesidad, fantasías suicidas, narcisismo,
alcoholismo, violencia y adicción a las drogas. Esas conductas, tan destructivas,
revelan el vacío existencial (la falta de valores auténticos) y la ausencia de un
placentero clima emocional interior en millones de personas.
Algunos de esos adolescentes muestran episodios de descontrol emocional; se
relacionan mejor con sus fantasías, con animales y con objetos, que con las personas, a
las que evitan lo más que pueden. Otros son muy pasivos y muestran escasa iniciativa;
hacen las cosas de manera descuidada y por salir del paso; también evitan las
responsabilidades.
Las sociedades consumistas solicitan jóvenes atractivas para el cine, la
televisión; modelos, edecanes, demostradoras, etcétera. Las empujan a una competencia
feroz para que sean bellas y sexys; esta se releja en las burlas sádicas contra las
compañeras que tienen sobrepeso, son morenas, tienen poco busto (o mucho), etcétera.
A algunos jóvenes les sucede cosa parecida. Abundan las personas adolescentes que
tienen una imagen devaluada e inexacta acerca de sí mismas.
Las adolescentes latinoamericanas tienen una auto-estima más devaluada que las
de otras culturas, y están más inconforme con su cuerpo. Rechazan el color de su piel,
su estatura, el tamaño de sus senos, etcétera. Por lo común, esto se debe a que su
atractivo particular tiene poco que ver con las imágenes de las modelos exitosas (de
otros códigos postales y de otras culturas) exhibidas -millones de veces- por la
televisión, el cine, el Internet y los concursos de belleza.
De manera más directa, el disgusto que muchas adolescentes sienten hacia su
cuerpo, se debe a que hicieron suyas (= se tragaron) las actitudes represivas de sus
abnegadas madres hacia la sexualidad y su conocido rencor hacia los hombres en
general. Esas madres sufridas descuidan su apariencia; tampoco ayudan a sus hijas
para que se sientan valiosas y atractivas.
Ellas se convierten en fans de los estereotipos de moda: modelos, artistas,
estrellas de cine, etcétera. Creen que así atraerán mejor la atención de los jóvenes, pero
se sienten angustiadas, deprimidas y vacías por dentro. Aunque nada puede superar el
atractivo natural que tienen, se maquillan cuidadosamente, compran ropa de moda,
buscan cirugías plásticas, comen demasiado poco, etcétera.
La baja estima que padecen esas jóvenes, sigue generando, a veces durante toda
su vida, molestos sentimientos de vergüenza, culpa y depresión. Algunas se agreden de
manera cruel y violenta; importa mucho advertir que las depresiones ocurren con mayor
frecuencia en las mujeres que en los hombres, en proporción de tres a uno (Becker).
Otra lamentable consecuencia de la poca autoestima y la propia imagen poco
integrada, es la desagradable ansiedad social. Esas personas se sienten observadas y
criticadas por todos; creen que son poco atractivas y se consideran menos inteligentes
que los demás. Tampoco externan sus opiniones, ni se atreven a tomar sus propias
decisiones.
El espejo no miente, pero sí la mente, como en los casos de Ana y Mía (la
anorexia y la bulimia, de acuerdo con el lenguaje de algunas adolescentes). Las
anoréxicas rechazan el peso que les corresponde según su edad y su talla; se sienten
gordas y horribles, sin serlo. Las “bulímicas” utilizan vómitos inducidos, laxantes,
diuréticos y ejercicio excesivo para seguir bajando de peso; además, mienten, y
aseguran a todos que ya comieron muy bien.
Se obsesionan por ser modelos (y algunas llegan a serlo, mientras conservan
algo de salud y belleza física); se maquillan todo el día y creen que la gente las admira
por ser tan delgadas, como si así fueran iguales a las artistas del cine y la televisión.
Viven en un mundo irreal y niegan la terrible gravedad de sus problemas, que las puede
conducir a la muerte. Sus ídolos imaginarios absorben sus energías vitales, mientras
que de su cuerpo no queda casi nada.
Frente al espejo, a ratos se ven bellas, pero luego se angustian y creen que la
gente las critica y las considera horribles, debido a un sobrepeso irreal, falso e
imaginario. Nos dicen: “Después de comer, pienso que la gente me mira y se fija en
lo mucho que he engordado; si me dicen que estoy más guapa porque aumenté de
peso, eso quiere decir que estoy muy gorda, y tengo que bajar mucho más. Todos
odian a las gordas y aman a las flacas…”
Las mujeres que ya perdieron gran parte de su peso y masa corporal requieren
urgente atención hospitalaria y psiquiátrica, debido a que corren el riesgo de perder la
vida (Anaymia).
La educación tradicional, con su énfasis enciclopédico, verbal y memorístico,
ya demostró, desde hace muchas décadas, su tremenda ineficacia por captar el interés
de los adolescentes. No los ayuda a desarrollar sus valiosas aptitudes individuales.
Intentó fabricar niñas buenas, pero sólo logró crear otro tipo de niñas malas: algunas de
ellas no se acuestan, pero qué tal, ¡cómo vomitan y cuánto comen! Además, tenemos a
las barbies, mujeres de plástico que no llevan gran cosa por dentro (Weitzer).
Pasando a otro tema, en nuestro país abunda la obesidad. Las personas obesas
creen que basta con su linda cara para que todos conozcan lo bellas y espirituales que
son por dentro; suponen que están repletas de generosidad y buen humor. Mientras que
escuchan y miman a sus amistades como hermanas cariñosas, el exceso de grasa
anestesia su resentimiento y sus vacíos emocionales; además, cancela su atractivo
sexual y les provoca graves enfermedades.
Muchos niños reciben dulces y golosinas como recompensa por cualquier cosa.
Cuando son mayores, comen sin límite para sentirse bien y olvidar por un rato la culpa,
la ansiedad, la soledad y las frustraciones afectivas. Después, se sienten culpables y
vacíos, y vuelven a comer, repitiéndose que son horribles y nadie las quiere; luego se
sienten más culpables que nunca, etcétera. Ese círculo vicioso de ideas destructivas
favorece la obesidad y el sobrepeso en millones de personas.
Dese luego que los vacíos emocionales y las necesidades sexuales no se
satisfacen con abundante comida (ni tampoco dejando de comer). La anorexia y la
obesidad eliminan la sensualidad y las seductoras curvas femeninas, y también
oscurecen la consciencia de los deseos y las necesidades sexuales.
Hay dos tipos de hambre: 1. La natural se siente en el estomago algunas horas
después de haber comido (el estómago gruñe); luego, cuando cominos, quedamos
satisfechos. 2. El hambre causada por los vacíos emocionales es súbita y compulsiva,
aunque la persona ha comido poco antes. Siente en la boca un vehemente antojo por
saborear algo que se imaginó (o que tiene delante), por ejemplo, unos chocolates. Lo
peor es que esta hambre persiste, aunque el estómago ya está lleno.
Cuando se sienten mal, las personas obesas se dicen a sí mismas (sin darse
cuenta de ello) que se van a sentir mejor, y se van a acabar sus males, en cuanto puedan
comer sin medida. Necesitan reconocer que se sienten mal cuando están aburridas y
necesitadas de amistades y compañía.
En vez de comer demasiado, sería mejor que hicieran algo al respecto, por
ejemplo invitar a alguien al cine, etcétera. También necesitan hacer ejercicio, comer a
intervalos regulares, beber suficiente agua, y no abusar del azúcar y las grasas, los
refrescos, etcétera.
El alcohol brinda un transitorio calor placentero a las vísceras contraídas o
inflamadas por los conflictos emocionales y el estrés, mientras que las drogas generan
toda clase de paraísos imaginarios, con grave riesgo de la salud física y psicológica de
las personas que se habitúan a ellas y despegan de la realidad.
Debido a su grave dependencia física y psicológica, los adictos a las drogas
tienen muchas dificultades para dejar de consumirlas. Es necesario subrayar que ni el
alcohol ni las drogas solucionan los vacíos emocionales, la culpa y baja auto-estima, ni
la grave falta de cariño y aprecio que sienten esos jóvenes. Ellos necesitan urgente
atención psicológica y psiquiátrica, de preferencia en centros de salud especializados.
En México, el suicidio es la segunda causa de muerte (3,200 al año) entre los
jóvenes de 15 a 19 años, después de los accidentes de circulación (Adital/Casa
Alianza). Las mujeres lo intentan mayor número de veces, pero los hombres llevan a
cabo sus intenciones de acabar con su vida con mayor frecuencia que las mujeres (en
una proporción de tres a una), debido a que utilizan métodos más violentos y
definitivos.
El principal motivo que impulsa a los suicidas son sus fantasías irreales. En
ellas repasan las culpas, resentimientos y tristezas por los rechazos amorosos, los
fracasos escolares, las discusiones con sus padres, el embarazo indeseado, y que los
atraparon en algún delito. Se les traba el video (la imaginación) y por eso se enferman
emocionalmente; lo peor de todo es que se aíslan y evaden el trato con los demás.
Imaginan que su suicidio será una ofrenda mágica a las divinidades del más
allá, y que renacerán después de la muerte, con un cuerpo más bello e inmortal.
Suponen que pasarán por un túnel luminoso, hasta llegar ante un ser comprensivo y
cariñoso, al que le cuentan sus penas (Dios, algún pariente o amigo que ha fallecido,
etcétera). Reciben de él mucho afecto; allá aprecian su grandeza, mientras que acá
nadie los quiere.
Otros, más desquiciados todavía, imaginan que regresarán, después de la
muerte, para atormentar (como fantasmas) a las personas que ellos no soportan
(Alvarez). Cegados por sus deseos de venganza, creen, de manera muy absurda, que sus
sufrimientos terminarán de golpe, mientras que los demás se culparán toda la vida
porque los obligaron a hacer eso ¡y esos suicidas se deleitarán por toda la eternidad
viéndolos sufrir!
Por encima de cualquier fantasía malsana, la verdad es que sus familiares (y
algunos amigos) quedarán deshechos por algún tiempo; después, tarde o temprano, se
olvidarán de ellos y se dedicarán a vivir su propia vida. ¡Punto final!
Una recomendación muy importante: los jóvenes que piensan seriamente en
quitarse la vida, necesitan hablar de inmediato con alguna persona sabia y comprensiva.
Otra opción es que pidan ayuda por teléfono a un Centro de servicio comunitario, o se
presenten allí voluntariamente. También pueden consultar a un psicoterapeuta bien
calificado, para iniciar el proceso de psicoterapia que tanto necesitan.
A veces, cuando un adolescente es impredecible, conflictivo y/o depresivo,
conviene atender psicológicamente a toda su familia, en particular si muestra estilos de
comunicación negativos y descalificadores, asociados con patrones de comportamiento
violentos (insultos, alcoholismo, golpes, abuso sexual, etcétera).
También necesitan ayuda profesional y social los adolescentes a los que sus
familiares dejan a la deriva, sin que nadie se encargue de darles el afecto, el apoyo y
la guía (= la estructura, los límites, las metas y los valores) que ellos tanto necesitan,
aunque a algunos les den mucho dinero y mucha comida, junto con demasiada libertad.
Pasando a otro tema, las personas narcisistas y las antisociales (=
“sociopáticas”), son demasiado frías y no muestran sentimientos. Por esa razón, se
dedican a construir una imagen bella y perfecta de sí mismas y se identifican con ella.
Al final, llegan a creer que en realidad son eso más que nada. Luego tratan de venderla
a los demás por todos los medios posibles: maquillaje, ropa cara, automóviles,
violencia, mentiras y chantajes, terror, los medios de comunicación masiva, las redes
sociales, etcétera.
Fantasean que son divinos y que todo el universo gira a su alrededor, mientras
que los demás están para servirlos y adorarlos, como les hizo creer su madre
consentidora (junto con sus fans, cómplices, admiradores y falsos amigos). Para los
machos-narcisos, las mujeres sólo son bellos objetos que pueden ir descartando a lo
largo de su vida.
Se les dificulta trabajar en equipo, y presumen logros que de ordinario no llegan
a tanto. Sin culpa alguna, mienten y se aprovechan de los demás, haciéndoles creer que
son la gran cosa, e incluso les repiten que son nobles, cariñosos, generosos, e incluso
muy espirituales…
Las personas narcisistas son “pura pantalla”, niños y niñas egoístas y sin
corazón, adoradores de su belleza (real y/o supuesta) que nunca quisieron crecer, ni
cultivaron los sentimientos de autonomía, apego, empatía y compasión. Por lo común,
los neuróticos de cualquier estilo provienen de familias disfuncionales y fragmentadas.
Por fortuna, las familias más abiertas, junto con las mejores escuelas, se
interesan por el desarrollo integral de los niños y adolescentes.
Algunas instituciones educativas de vanguardia, tanto públicas como privadas,
ofrecen nuevos sistemas escolares que combinan el aprendizaje verbal con el
simbólico, el auditivo y el motriz.
Junto con el desarrollo de la inteligencia lógica, matemática y verbal, los
ayudan a cultivar sus mejores sentimientos: también apoyan las apreciables conductas
sociales de libertad, solidaridad, amistad, negociación, compasión, creatividad y
laboriosidad.
Eso favorece el super-aprendizaje en los niños, adolescentes y jóvenes, porque
les proporciona herramientas prácticas para que se puedan activan y complementar las
importantes funciones de sus dos hemisferios cerebrales (ver los capítulos 10 y 11).

Capítulo 5
Descubre tu verdadero ser
A partir de Jung, en psicología se denomina “ego” al yo impulsivo, infantil, falso y
manipulador. A todos nos conviene crecer (= madurar) y superarlo, porque carece de
metas autónomas, y todavía no ha desarrollado suficientes habilidades sociales y
comunitarias. Tampoco cuenta con suficiente amplitud de consciencia, ni sabe apreciar
los valores humanos más elevados.
Las personas que se dejan llevar por su ego inmaduro están muy pendientes de
las reacciones y juicios de las demás personas (= les preocupa demasiado el qué
dirán). No generan opiniones propias, ni tampoco se atreven a fijarse metas de
superación personal que valgan la pena.
Se dejan llevar por el egoísmo y la búsqueda frenética de nuevas sensaciones.
Las impulsan el miedo, la ira, la moda, la popularidad y los placeres inmediatos, y
también su propio estilo de neurosis, por lo común la machista-narcisista o la
masoquista.
Utilizan máscaras sociales y juegos de manipulación para sacar ventajas
indebidas de las demás personas. Sin ningún miramiento, pisotean, a veces de manera
muy violenta, la dignidad y los derechos de los demás seres humanos.
Al contrario, los jóvenes que logran superar su ego, son capaces de compartir
con los demás el cariño que sólo se tenían a sí mismos cuando eran niños; por eso, se
apegan a las demás personas, las ayudan y también las aman. Dejan atrás el egoísmo y
amplían la imagen de sí mismos; pueden dar y recibir, de manera inteligente, como
personas abiertas a la vida.
Continúan desarrollando su “verdadero ser” (= su propio yo), y aprovechan, de
manera rápida e intuitiva, todos los recursos que tienen a su alcance; además, procuran
ayudar a sus semejantes de la mejor manera que pueden.

El verdadero ser y los arquetipos


Algunas personas se empeñan por ser muy racionales y controladas; se observan y
sienten que los demás los están vigilando siempre. Mantienen dormidas sus facultades
intuitivas, y sienten temor por las fantasías; en su mente, tampoco se atreven a dar
cabida a los arquetipos, porque van más allá de la lógica.
Jung derivó el concepto de arquetipo de los mitos y cuentos de la literatura
universal; al principio, los llamó “imágenes primordiales”. En la literatura, algunos
temas se repiten; son comunes a todos los países, y a todas las épocas. Nos fascinan,
porque están llenos de energía luminosa (= “numinosidad”).
Como explica este autor, los cuentos y los mitos contienen símbolos universales
que están en el inconsciente colectivo, al que nuestra mente está conectada, como un
árbol que tiene sus raíces sumergidas a la tierra y se nutre de ella.
En lenguaje más moderno, podemos afirmar que lo que Jung llama inconsciente
coincide con la realidad tangible de nuestro cuerpo vivo, con su inmenso potencial
genético que sigue aumentando (Conger, Reich, Navarro).
Por su parte, los arquetipos, o símbolos universales son esquemas genéticos
innatos, cargados de energía psíquica, que podemos activar e incorporar a nuestra
personalidad, mientras recorremos el camino que conduce al encuentro y desarrollo del
propio ser individual.
Todos participamos de una especie de matriz, genética y cósmica, que ejerce su
influencia en las ideas, los valores, la ética y las conductas humanas, en general. Los
arquetipos surgen del cerebro humano, a medida que alcanza niveles más elevados de
consciencia. Estos se sustentan en la creciente actividad de las redes neuronales
extendidas por todo el cuerpo, y en el desarrollo progresivo del lenguaje simbólico,
incluyendo el científico, por supuesto.
Los arquetipos nos hablan desde nuestro propio interior, como presencias,
posibilidades y significados. Incluyen las tendencias innatas y hereditarias que dirigen y
moldean todas nuestras conductas. Conviene recordar que las teorías modernas (física
cuántica, astrofísica, psicología clínica moderna, etcétera) nos dicen que el universo
proviene de una gran explosión cósmica (el “Big Bang”), mientras que la vida emergió
de una sopa cósmica de ADN.
En el fondo, estos modelos científicos modernos se parecen mucho a los mitos
arquetípicos de la creación, que ya estaban presentes en las épicas babilónicas, el libro
del Génesis y la tradición estoica de la antigua Grecia, lo mismo que en las tradiciones
primitivas de todo el mundo.

La Integración del Propio Yo


La “Sombra” es el arquetipo inicial que nos impulsa al pleno desarrollo del propio yo;
nos ofrece la posibilidad de experimentar el lado más oscuro e impulsivo de nuestra
personalidad tan única. En los sueños y las ensoñaciones aparecen algunas imágenes de
la Sombra que son fundamentales; por ejemplo la selva, el océano, el fuego, los
terremotos, el mar y el descenso a lo más profundo.
Otras figuras parecidas que también aparecen en los sueños: los animales
salvajes, los dragones, los ogros, las brujas, los ladrones y la gente peligrosa que nos
persigue. En la religión popular, Satanás y los diablos son versiones demasiado
conocidas de la sombra. Los diablos de las pastorelas mexicanas, mujeres muy sexy
vestidas de rojo, forman parte importante de las fiestas navideñas.
La sombra es así: atemorizante, pero también fascinante y atractiva, como
también lo es la vida en su nivel más primitivo, de energía pura e indefinida (Jung).
Las variantes de la sombra reflejan los impulsos elementales (en particular los
agresivos y sexuales) que necesitamos reconocer e incorporar para luego hacernos
responsables de ellos. Las personas que niegan sus impulsos, los suelen proyectar en
sus enemigos, y en los individuos que les caen mal a primera vista.
Los impulsos son energía primitiva y vitalidad; de ninguna manera son malos de
por sí. Sin embargo, los ilusos de todos los tiempos han tratado de matar el cuerpo para
salvar su alma. Esa elección fanática, sustentada por un dualismo filosófico absurdo,
genera lo que Fromm llama “necrofilia”, el gusto por la muerte, y la miedosa
repugnancia por la alegría, la vida y la sexualidad.
Los sacerdotes pederastas, supuestamente “célibes”, abusadores de niños y
jóvenes, que reprimen su sexualidad, ejemplifican la necrofilia, el narcisismo y el
machismo fanático. Se creen santos y nos aseguran que la carne (el demonio) los
empujó, mientras que ellos no pudieron resistirse a las “tentaciones” de las perversas
mujeres y de los niños tan bellos...
Ni siquiera están seguros si pecaron o no; sin embargo, por las dudas, se
confiesan con alguno de sus “hermanos”, y vuelta a lo mismo, solapados por sus
Obispos y superiores “religiosos”.
Al profundizar en la sombra y aceptarla como propia, la identidad social
aparente, el ego, con sus falsos disfraces y máscaras manipuladoras, incluyendo al niño
demasiado bueno, se empieza a disolver. A todos nos conviene reconocer y aprovechar,
de manera inteligente, los impulsos básicos que los humanos compartimos, junto con los
animales menos evolucionados. El caos adolescente que experimentamos entonces, nos
indica que empezamos a reconocer los aspectos corporales de nuestra estructura
psíquica (Jung).
Después de haber incorporado su sombra, los hombres necesitan reconocer otro
arquetipo: el Anima, su parte femenina, para hacerla propia, mientras que a las mujeres
les corresponde encontrar en su interior el lado masculino (el Animus = el Ánimo).
Cuando han logrado incorporar estos aspectos tan importantes, las personas
superan los egos ilusorios. Entonces, emerge el propio Ser, como estructura central
definitiva que integra la personalidad, junto con todas sus funciones, incluyendo la
sexualidad y la tremenda fuerza de las emociones más primitivas.
El ánima de Jung no tiene nada que ver con el alma racional de los filósofos.
Es la fuerza creadora maternal que reside dentro de los hombres. Simboliza la vida en
su aspecto más femenino: la magia, la fantasía y la verdadera espiritualidad, junto con
las intensas afirmaciones primitivas del cuerpo vivo. Este se encarga de generar
impulsos y estados de ánimo; junto con todo lo que es espontáneo e intuitivo en la vida
psíquica.
Desde luego que las personas machistas y narcisistas renuncian a todo esto y
son pura pantalla; se dedican a la mentira y a la manipulación de los más débiles.
Otro significado universal la palabra “Ánima” se refiere a la mujer que
alimenta al bebé con su leche. Las mujeres tienen el formidable poder de gestar y parir
nuevos seres y criarlos (en los primeros años) a su imagen y semejanza. Los hombres y
las mujeres sólo podemos entrar en la vida a través de una mujer.
Por su parte, el “Ánimus” (=Ánimo) es un arquetipo paralelo; simboliza todo lo
que se considera masculino, según la tradición. Las mujeres que desarrollan este
aspecto de su personalidad (= lo incorporan, lo aceptan y disfrutan como propio), se
sienten muy animadas y llenas de vida; irradian alegría a su alrededor.
En vez de ser pasivas, dulzonas, complacientes y depresivas, se atreven a tomar
sus propias decisiones y también disfrutan plenamente la sexualidad sin culpa alguna.
También son capaces de dar y recibir; alcanzan niveles superiores de educación,
ocupan puestos gerenciales, y compiten laboralmente al mismo nivel que cualquier
hombre.
Al contrario, las mujeres que no pudieron incorporar su Ánimo, exageran su
dependencia masoquista, y al mismo tiempo ahogan a sus hijos (y a su pareja) con una
sobreprotección posesiva, llena de resentimientos. Lo que es peor, generan narcisismo-
machista en sus hijos, y masoquismo-dependiente en sus hijas (ver Navarro).
El ánima puede aparecer en los sueños y las fantasías como una bailarina
seductora, una princesa dormida, una diosa, e incluso disfrazada de anciana. Por su
parte, el ánimo se representa como un joven sensual y exótico, un juglar, un viejo
gruñón, un mago, un héroe, etcétera.
En los sueños, esos dos aspectos complementarios de la personalidad aparecen
como personajes simbólicos, fascinantes y llenos de acción y vida, pero también tienen
su parte misteriosa y atemorizante. Por supuesto que las mujeres tienen pleno derecho al
placer sexual, y también a tomar sus propias decisiones. En tiempo presente, tienen
mayores oportunidades para sobresalir en el terreno educativo, laboral, artístico,
político, etcétera, sin tanto temor a las represalias de los machos. Tampoco tienen por
qué estar sujetas a los dogmas de los curas ni de otros religiosos.
Cuando el ánima (la parte impulsiva y sensible de cualquier hombre o mujer)
no se integra, queda descontrolada: exagera y llena de mitos y fantasías estridentes las
relaciones afectivas de cualquier persona, tanto en el ámbito familiar como en el
trabajo.
Las fantasías, proyecciones y embrollos egoístas resultantes, de tipo telenovela
barata, son obra suya. Si no se combina con la inteligencia, debilita la personalidad del
individuo; lo vuelve irritable, caprichoso, celoso, vanidoso, desapegado e inadaptado.
Los hombres narcisistas y machistas construyen un grandioso ego y se niegan a
reconocer sus aspectos blandos y femeninos por temor a la homosexualidad. Esto lleva
a una disminución de la vitalidad, flexibilidad, bondad y ternura. Muchos de ellos se
dedican a beber, al abuso de drogas y a la violencia. También lamentan, de manera
estridente, sus abandonos, fracasos e infortunios. Las conductas agresivas y destructivas
de los machos narcisistas los llenan de culpas, cansancio y depresión. En un círculo
vicioso, tales emociones negativas generan más violencia y nuevas mentiras que dañan
a la pareja, a los hijos y a la sociedad en general (Reich, Baker, Navarro).
Jung advierte que dentro de cada hombre existe una imagen primordial (ideal)
de la mujer. No sólo de la madre, sino de la hija, la hermana, la amada, la amiga, la
diosa celestial y la diosa infernal. Cada una de las madres, y cada amada, se puede
convertir en portadora y encarnación de algunos aspectos de esta imagen, que es
omnipresente y eterna.
Para un hombre, la mujer que encarna el arquetipo de la mujer, y lo ama, será el
grato consuelo de todas las amarguras de la vida. Ella representa la lealtad
incondicional, y la necesaria compensación por los riesgos, esfuerzos y sacrificios
masculinos.
La mujer también puede ser la gran ilusionista, la seductora, y la realista que lo arroja a
la vida donde hay engaños -y no solamente aspectos razonables y útiles-. Como la vida
misma, la mujer ofrece al hombre ambivalencias y terribles paradojas; a través de ella,
el bien y el mal, el éxito y la ruina, la esperanza y la desesperación se contrapesan entre
sí.
Cuando el hombre sabe tratar bien a su pareja, y la comprende, ella será su
mejor amiga. De otra manera, será la gran desconocida y su peor enemiga. Conocemos
algunos hombres que acumularon fama y posesiones, pero perdieron su propia alma,
junto con sus intuiciones y sentimientos más elevados; al final, están solos y enfermos,
sin su mujer ni sus hijos.
Jung enseña que los arquetipos que se refieren a alguna actividad o profesión
pueden trasmitir su inmensa energía cósmica (y genética) a las personas que se atreven
a encarnarlos, porque llegan a formar rasgos importantes de su personalidad. Por
ejemplo, los de constructor, inventor, médico, psicoterapeuta, enfermera, político,
maestro, gobernante, comunicador, madre, padre, amiga(o), y otros por el estilo.

Discurriendo por el universo con sincronicidad


La psicología emplea dos modeles básicos: 1. El mecanicismo propone que las cosas
funcionan mediante un proceso de causa-efecto. Una cosa lleva a otra, y esa otra a una
siguiente y así sucesivamente; por eso, el pasado determina al presente. 2. La
teleología sostiene que los humanos nos guiamos por nuestras metas, propósitos y
significados; también importan mucho nuestros valores personales, culturales y
sociales, así como el universo que nos rodea.
Los psicólogos freudianos y conductistas tienden a ser mecanicistas, mientras
que los neo-freudianos, humanistas y existencialistas adoptan una postura teleológica.
Por su parte, Jung opina que esas dos posturas ideológicas tienen su importancia; sin
embargo, él postula una tercera alternativa ideológica, que denomina “sincronicidad”.
En ella, dos eventos ocurren al mismo tiempo, y tienen una relación significativa; sin
embargo, no están asociados de manera causal ni teleológica.
Para dar ejemplos, algunas personas sueñan la muerte de un ser querido y a la
mañana siguiente se enteran que esa persona murió a la hora en que lo soñaron. En otro
ejemplo, un joven sueña con una mujer atractiva que le fascina; poco después la
encuentra en una fiesta y se enamora de ella.
A veces nos dirigimos al teléfono para llamar a un amigo; el teléfono suena, y
cuando levantamos el auricular, esa persona está en la línea. Otras veces estamos muy
interesados en comprar algo, y encontramos precisamente esa cosa al entrar en una
tienda o bazar. Es como si el objeto nos dijera: estoy destinado (soy) para ti.
Muchas personas creen que esas situaciones son meras coincidencias. Sin
embargo, si caemos en la cuenta, nos indican las maneras como los seres humanos
estamos interconectados con los demás humanos, con la naturaleza y con todo el
universo, a través del proceso de la evolución y del inconsciente colectivo (= mediante
la genética (el ADN) y la corriente de la vida).
Nada sucede al azar en el universo, sino que todo está interconectado. Las
personas que desarrollaron su propio ser experimentan que las cosas les suceden sin
esfuerzo: las oportunidades aparecen delante, y ellos solamente tienen que elegirlas, o
descartarla, sin mucho esfuerzo.
Jung propuso que a las conocidas dimensiones del universo: espacio, tiempo,
energía y conciencia, había que añadir otra: la sincronicidad. Estamos
acostumbrados a ver al mundo, y todo lo que contiene, como seres individuales
(separados), pero en realidad formamos parte de un todo indivisible que se extiende al
pasado y al futuro. El arquetipo del desarrollo del propio ser incluye dimensiones
transpersonales y una correspondencia cósmica (Brauer).
Aunque Jung nunca aclaró sus creencias religiosas, su teoría de la sincronicidad
es compatible con una metáfora del hinduismo (y del budismo): el propio ser individual
es una gota de agua en el mar de la existencia. El mundo que parece separado de
nosotros es maya (una ilusión), como el sueño o el baile de Dios. Somos extensiones
del único y supremo Atman o Dios; de hecho, nunca estuvimos separados del todo.
En el momento de nuestra muerte, despertamos y somos lo único que fuimos
desde el principio: consciencia pura. Cuando soñamos, contemplamos o meditamos,
entramos dentro de nuestro propio ser, por lo que alcanzamos a percibir nuestra esencia
luminosa y cósmica. En los estados más elevados de consciencia nos damos cuenta de
los aspectos parciales e ilusorios del yo; también podemos percibir el ego aparente
con el que acostumbran disfrazarse muchas personas.
Al final del proceso de individuación, emerge el propio yo, que trasciende al
yo. Según Jung, esto se relaciona con la imagen de Dios. Durante las experiencias de la
conciencia pura, el ser humano y el ser divino ya no se pueden distinguir, porque todo
es Espíritu. Abundan las imágenes simbólicas de la luz, la inspiración, la vida y el
espíritu, las del viento y el soplo divino.
Las personas que están bien ubicadas en su verdadero ser, se identifican de
manera íntima con toda la creación y muestran profunda reverencia hacia todas las
formas de vida. Su valentía a toda prueba se debe a que son conscientes de que su
destino personal los lleva a manifestar algún aspecto particular de la energía vital
(ver el apéndice uno y la conclusión).
Esas mujeres y esos hombres están bien equipados para tomar decisiones
difíciles, de manera provechosa. Se dan perfecta cuenta de que son una unidad
funcional sin divisiones ni dualidades. Pueden aceptarse sin dificultad en todo lo que
son, y también muestran mayor tolerancia hacia las demás personas. Dan rumbos
constructivos a su propia vida; de manera amable y compasiva echan la mano a las
personas que los necesitan.

Las personas andróginas


Desde la más remota antigüedad, un ideal de la humanidad es que los hombres y las
mujeres, dotados de mayor madurez y flexibilidad tengan rasgos psicológicos variados,
con lo mejor que se acostumbra atribuir a uno y otro sexo. Las personas que han
superado los estereotipos sexuales que la sociedad les impone como machos narcisistas
y mujeres complacientes son andróginas, según Jung y Bem.
Estos hombres y mujeres utilizan, de manera armoniosa y equilibrada, todas sus
facultades psicológicas: piensan y también intuyen, son sensibles y están abiertos a
todas sus percepciones. Como explica Heilbrun, la androginia libera al individuo de las
tradiciones ancestrales que decretan lo que socialmente es apropiado para los hombres
y las mujeres; además, favorece el espíritu de camaradería y mutuo aprecio entre ambos
géneros.
Los cristianos gnósticos buscaron eso mismo con el sacramento de la recámara
nupcial; por supuesto que María Magdalena y Jesucristo fueron personas andróginas
(ver el apéndice uno).
Ahora, un número creciente de hombres y mujeres se empeñan en desarrollar el
conjunto de su personalidad (Bem). Sin miedo a la censura social indebida, se atreven a
expresar sus sentimientos, su creatividad, sus inquietudes artísticas y su sociabilidad.
Cada día vemos más mujeres, bien preparadas y con experiencia, capaces de tomar sus
propias decisiones; ellas participan, de manera activa, en la política, las ciencias, las
empresas y los negocios, etcétera.
Las personas andróginas se reúnen no sólo por motivos de atracción sexual,
sino porque poseen una riqueza psicológica muy parecida en su desarrollo psicológico
y en su integración (madurez) personal. Además de que se entienden bien entre ellas,
también son los mejores amantes, porque comprenden intuitivamente las necesidades de
su pareja, y tienen mayor capacidad para divertirse juntos (Stark). También son más
sinceros: ni engañan a los demás, ni se engañan a sí mismos; tampoco hacen a los
demás lo que no quieren que los demás les hagan a ellos (tabla 5.1)

Tabla 5.1 Principales actitudes y comportamientos de los machos-narcisistas,


las mujeres sumisas y dependientes, y las personas bien integradas.

El macho La mujer sumisa La persona


integrada
Debe ser competitivo y dominante, Trata de no pensar en sí misma, Tiene seguridad en sí misma
sin aceptar las derrotas. sólo en el bienestar de los demás. y toma sus propias decisiones.

No se ha separado de su madre, pero No puede opinar, ni es decente que M anifiesta abiertamente sus
puede ser cariñoso (a veces) con su que manifieste sus deseos ni sus intenciones y sus preferencias
pareja y con sus hijos. intenciones sexuales. sexuales.

Busca mujeres solo por la Su principal meta en la vida es ser Es muy buen amigo y amante, conquista y el
placer sexual. atractiva para atrapar a un hombre. con ternura y compromiso.

Debería encargarse de la Debe ser pareja dulce y sufrida Comparte la economía y


economía del hogar. y madre perfecta el cuidado de los niños.

No le toca cocinar, ni el cuidado de Si trabaja fuera de casa, eso no debe Se empeña por su progreso, el
los niños ni de la casa.. estorbar sus obligaciones domésticas de a su familia y el de la sociedad.

Tiene plena libertad sexual, pero no Tiene que mostrar sus intenciones de M uestra sus deseos e intenciones
se puede encariñar. manera dulce, pasiva e indirecta. de manera sincera y directa.

Utiliza conductas agresivas, cínicas No deben mostrar interés por otro Sus conductas son asertivas, sin
y prepotentes; es pura pantalla. Si le hombre, ni tampoco cuidar su figura, timidez ni agresividad. Cuida bien
cae bien un amigo, puede darle golpes. para no dar celos a su pareja. su salud y su atractivo.

Vive aprisa: bebe y se arriesga Todo lo aguanta, de manera resentida, Es guardián de la vida, sabio
mucho, porque sólo se vive una vez. porque al final llegará al paraíso. protector de los más necesitados.

Utiliza mentiras, falsedades y juegos Utiliza mentiras, falsedades y juegos Es honrado y veraz, defiende los
de manipulación dominante. de manipulación pasiva. auténticos valores humanos.

Capítulo 6
EL CUIDADO PSICOLÓGICO
DE TI MISMO
Muchas personas soportan, de manera pasiva, estoica y apática, la pobreza, el dolor,
las enfermedades y el sufrimiento inútil, porque creen que son regalos de Dios, que
deben aceptar con fe y sumisión masoquista, supuestamente cristiana.
La creencia, tan pesimista, de que uno es juguete del destino está ligada con la
pobreza, la incultura y los niveles educativos más deficientes; también se relaciona con
el fanatismo religioso.
Según Rotter, dichas personas mantienen una orientación externa ante la vida.
Creen que todo lo que les sucede depende de su suerte (que de ordinario es muy mala),
de su mal karma, y del cruel destino. Sienten que las enfermedades y la muerte las
rondan, y que el temible fin del mundo está cerca. Para ellos, la vida no vale nada...
A pesar de que desconfían de los demás y se sienten dominadas por fuerzas
exteriores, como la adversidad, la fatalidad y las fuerzas del mal, son fácil presa de los
líderes políticos y religiosos. También se aferran a magos y adivinos y se rodean de
imágenes religiosas, amuletos y horóscopos.
Por el contrario, las personas con orientación interna, opinan que lo que les
sucede es el resultado de sus propias decisiones, y de su trabajo personal. En vez de
quejarse, se dedican a ser mejores: estudiar, trabajar, viajar, etcétera; de esta manera
logran mejorar sus condiciones económicas y sociales. Confían en sus propios recursos
y en la corriente de la vida, y también saben compartir con los demás su inagotable
entusiasmo, optimismo y alegría.
Uno de sus mayores deseos de cualquier adolescente sano es dirigirse a sí
mismo e ir alcanzando mayor libertad y autonomía personal, en lugar de permanecer
sujeto a las órdenes continuas de los demás, como si todavía fuera un niño pequeño,
indefenso e ignorante.
Te conviene aprovechar la capacidad de guiarte a ti mismo; también necesitas
elegir las amistades, opiniones y conductas que te ayuden para vivir de manera más
feliz, exitosa y productiva. Ortega y G. afirma: Yo soy yo y mis circunstancias, y si no
cuido mis circunstancias, tampoco me cuido a mí.

El Cuidado de Ti Mismo.
Nadie puede llegar muy lejos sin la firme intención de ayudarse a sí mismo. Para que
seas independiente y responsable, necesitas empeñarte en dos cosas: 1. Antes de
precipitarte a la acción, piensa en las consecuencias, y 2. Empéñate en dirigir tus
propias conductas (Tucker Ladd).
De esta manera, te ayudarás en todo lo que haces y te convertirás en tu mejor
amigo. El auto-control psicológico (= la dirección de ti mismo) abarca tres cosas: 1.
La intención de aprovechar tus circunstancias personales y tomar las mejores
decisiones posibles, 2. Los esfuerzos que haces para mejorar, y 3. El empeño por
aprovechar y mejorar las relaciones con las demás personas.
Si la idea y los beneficios de la autonomía psicológica te interesan, mereces una
felicitación: en este libro encontrará técnicas que te ayudarán mucho; échale ganas y
aprovéchalas. Para que te sientas más alegre y saludable en pocas semanas:

1. Procura echar una segunda mirada a lo que haces (y a lo dejas de hacer),


2. Selecciona algunas de las técnicas psicológicas que encontrarás en este libro, y
3. Dedícate a practicarlas, para que desarrolles con mayor rapidez tus aptitudes personales y aprendas
a solucionar tus problemas personales más importantes.

A corto plazo, serás una persona triunfadora, respetada por tu familia, tus
amigos, compañeros, maestros y jefes. Experimentarás cambios positivos en tus
emociones, fantasías y modos de pensar; también ensayarás conductas más exitosas.
Por todo el mundo, las personas que practican estas técnicas psicológicas,
inician nuevas actividades, se relacionaron con personas valiosas y se convierten en
personas más entusiastas, emprendedoras y creativas. Llegan a integrar su personalidad
de manera mas equilibrada, y manejan mejor su inteligencia y su imaginación creativa.

Las personas que no se ayudan a sí mismas


Para entender mejor en qué consiste el control psicológico de uno mismo, es bueno
saber lo que no lo es. Tucker-Ladd advierte que las personas que actúan de manera
impulsiva e irracional ante cualquier situación, no se están ayudando a sí mismas, como
lo demuestran estos ejemplos:

1. Después de beber, algunos ebrios enfurecidos golpean a su pareja y a sus hijos. Al día siguiente,
aseguran que todos exageran y que los demás (su mujer, el alcohol, el trabajo, etcétera) tuvieron la
culpa. Ni se hacen responsables de sus accione, ni hacen algo que los ayude a controlar su
alcoholismo.
2. Antes de atreverse a hacer cualquier cosa, algunas personas consultan horóscopos y supuestos
clarividentes o iluminados, incluyendo algunos miembros del clero. De manera absurda y errónea,
creen que las soluciones exitosas se deben a la suerte y a la casualidad.
Muchos se declaran víctimas de la mala suerte, el cruel destino y las personas envidiosas, y por eso
no toman decisiones propias; tampoco se mueven para aprovechar las oportunidades que la vida los
ofrece.
3. Algunos estudiantes tratan de impresionar a sus amigos y amigas; les presumen que van a salir bien
en algún examen (o que van a pasar de año) sin asistir a clase ni hacer las tareas, porque tienen
gran inteligencia, por su linda cara o su buena suerte, etcétera.

La mayoría de las cosas maravillosas que nos ofrece la vida son el resultado de
la reflexión, el esfuerzo y el trabajo constante. Por supuesto que todos necesitamos
estudiar, trabajar y cultivarnos para seguir creciendo, mejorar y ser más felices.
Cualquier obra exitosa se basa en tres cosas: el talento, el entusiasmo y la constancia.

¿Cómo te puedes ayudar a ti mismo?


Tú estás bien equipado para cuidarte a ti mismo. Cuentas con la inmensa energía de tus
emociones e impulsos, unidos a tu inteligencia y a tu imaginación. Puedes anticipar lo
que dirás y lo qué harás, ante las circunstancias cambiantes de la vida, incluso si
algunas te parecen, al principio, muy difíciles.
En vez de soportar las situaciones molestas sin hacer nada, te ayudas a ti mismo
cuando decides enfrentar el problema (algo que deseas, o que te molesta), y reflexionas
por algún tiempo, hasta que encuentras las mejores alternativas de acción –la mejores
soluciones- que están a tu alcance.
Aprovecha tu imaginación inteligente, para calcular y anticipar los resultados
que obtendrías, en caso de decir o hacer algo (o no hacer nada). Luego, dedícate a
convertir tu proyecto en realidad. Para lograr eso, necesitas realizar acciones concretas
y sostenidas que te lleven a esa meta, a corto y a largo plazo.
Por ejemplo, te estás ayudando cuando aprendes un método de estudiar que te
sirve; también cuando comentas tus ideas ante otras personas, antes de presentarlas en
una reunión de trabajo. Ayuda que respondas a estas preguntas: ¿Qué me conviene hacer
para solucionar tal problema (o para salir de esta situación molesta)? ¿Cómo puedo
hacer bien tal cosa? ¿Cómo le hago para terminar esta tarea de la mejor manera
posible?
Encontrarás buenas respuestas para estas preguntas (y para otras que se te vayan
ocurriendo). Dedica tiempo para elaborar tus proyectos y luego procura convertirlos en
realidad, de manera entusiasta; échale ganas a todo lo que haces. Para que las cosas te
salgan bien, necesitas tener constancia, orden y disciplina en lo que haces.
Cuando termines de hacer bien las cosas que te propusiste, te sentirás alegre, e
irás encontrando el sentido de tu propia vida. Empéñate en ser tú mismo, sin adoptar
ante los demás papeles manipuladores (débiles y desvalidos, o agresivos y
dominantes).
Para empezar, necesitas identificar los problemas que necesitas resolver con
mayor urgencia. Elige dos o tres como máximo; aquellos que despierten más tu interés,
y procura tenerlos presentes durante el día. El segundo paso es el más importante: para
resolverlos, elige, y luego practica, con empeño y constancia, las técnicas y los
ejercicios que te funcionen mejor. Es probable que tengas que resolver primero algunos
de estos problemas:

1. Cambiar tus modos de pensar negativos, junto con ciertas conductas que te dañan, por ejemplo
abuso del alcohol y tabaco, comer demasiado (o casi no comer: anorexia y bulimia) problemas de
agresividad o dependencia, etcétera.
2. Controlar tu propia vida emocional: salir de la depresión, vivir en paz y sin ansiedad, no dejarte
llevar por el enojo; recuperar la calma y la alegría de vivir, desarrollar tu inteligencia emocional.
3. Adquirir habilidades: Aprender a tomar decisiones, capacitarte mejor para el estudio y el trabajo,
relacionarte mejor con tus amigos, amigas, padres, maestros, y con las demás personas. Realizar
viajes y conocer otras culturas, etcétera.
4. Mejorar los procesos cognitivos (usar bien tu inteligencia y tu imaginación): dejar de engañarte a ti
mismo, evitar conductas egoístas y manipuladoras, desarrollar actitudes más positivas ante la vida y
el trabajo; fijarte metas exitosas concretas. Aprender a usar tu imaginación del modo más creativo
posible.
5. Conocerte y comprenderte mejor; superar las experiencias del pasado que todavía te molestan,
resolver conflictos emocionales, aprovechar los impulsos reprimidos, dejar de auto-devaluarte y
mejorar la propia estima; alcanzar los niveles superiores de consciencia.
6. Capacitarte para ayudar mejor a tu familia y a la sociedad en que vives, formando parte de grupos
de estudios, deportes, negocios, asociaciones profesionales, grupos de apoyo a los más necesitados,
etcétera.

Más adelante encontrarás las técnicas psicológicas que te ayudarán para


sustituir las ideas irracionales y las fantasías catastróficas por otras más optimistas.
Eso ayuda mucho a la gente que desea salir de la depresión, o necesita hacer cambios
importantes en su personalidad. También encontrarás (en los capítulos once y doce)
maneras de tomar buenas decisiones e implantar hábitos y conductas positivas que te
llevarán al éxito.

Capítulo 7
EL CONTROL EMOCIONAL
Aunque los sentimientos y las emociones tienen características muy distintas, el
lenguaje popular no las distingue muy bien, porque el clima emocional interno de los
seres humanos está compuesto por variadas mezclas de ambos elementos.

Las Emociones y los Sentimientos


Cuando son intensas, las emociones producen cambios fisiológicos y psicológicos que
afectan visiblemente a las personas. Así, el niño enojado grita, quiere golpear y sólo
piensa en dañar a quienes lo han ofendido. Tiene el rostro congestionado y su
respiración está muy acelerada; la ira lo descontrola, y tarda algún tiempo en calmarse
de nuevo.
Las emociones ocurren como respuestas, más o menos automáticas, ante algunos
eventos externos e internos; también incluyen notables cambios fisiológicos. Tienen
mucho que ver con la supervivencia personal y la de la especie humana, así como la de
otras muchas especies animales.
Por su parte, los sentimientos humanos no dependen tanto del impacto de los
estímulos externos. Entre los más valiosos sentimientos humanos, tenemos la
compasión, la valentía, el cariño, el entusiasmo, la veracidad, el amor incondicional y
el deseo por la justicia social.
Los sentimientos necesitan la lucidez cortical del cerebro (en las etapas finales
de la adolescencia) que posibilita la empatía, la imaginación creativa y el pensamiento
abstracto. También requieren suficiente cultura y socialización: los padres que tienen
buenos sentimientos (y los maestros, etcétera) los trasmiten, por su ejemplo, a sus hijos
y a las demás personas cercanas. Por supuesto que los mejores sentimientos no
abundan en las familias disfuncionales ni en las sociedades mercantilistas tan violentas
y enfermas.
Debido a su genética particular (= a su temperamento), cada individuo
experimenta algunas emociones con mayor frecuencia que otras, aunque también
influyen las experiencias que ha vivido. Debido a esos factores, hay personas
optimistas o pesimistas, melancólicas o agresivas, aceleradas o calmadas, etcétera.
Algunos individuos prefieren la novedad, mientras que otros son rutinarios; hay quienes
se creen la gran cosa, y otros que se minusvaloran y se sienten lastimados por cualquier
cosa, etcétera.
Por lo general, las emociones cambian debido a los acontecimientos que
enfrentamos (alegres, tristes, etcétera) y las presiones y preocupaciones que llevamos
dentro en un momento dado. En particular, las fantasías y las interpretaciones que
fabricamos a propósito de cualquier cosa que nos sucede, influyen mucho en la
intensidad y el tipo de emociones que nos invaden a cada instante.
Las emociones y los impulsos están ligados de manera importante con la
creatividad y con las actividades artísticas, porque generan fantasías, intuiciones e
ideas originales, espontáneas y muy dinámicas.
Las familias y los muchos estratos sociales del país ofrecen moldeamientos
emocionales (y culturales) muy desiguales: estos pueden ser abiertos o represivos,
optimistas o pesimistas, fríos o cálidos, violentos o humanistas, etcétera.
El tipo y la severidad del estrés al que alguien estuvo sometido en sus primeros
años de vida, influyen mucho en la manera como se valora, y lo que siente, en la
actualidad, cuando se relaciona con las demás personas. No es lo mismo haber
disfrutado la convivencia con padres alegres, cariñosos y entusiastas, que haber tenido
un padre alcohólico golpeador y una madre sufrida, resentida y depresiva.
El enojo libera adrenalina, que acelera el ritmo cardiaco y el respiratorio; junto
con eso, aumenta el suministro de oxígeno y azúcar al cerebro y a los músculos;
además, se lentifican los procesos digestivos; tales cambios nos preparan para actuar
de inmediato, y para eliminar los obstáculos.
Por el contrario, la tristeza nos desmotiva y paraliza; las persona deprimidas
piensan cosas tristes, etcétera. En la ira predomina el sistema nervioso autónomo
simpático, y en la tristeza el parasimpático.
Más en particular, lo que cualquier madre hace (y deja de hacer) con sus hijos e
hijas, cuando son pequeños, tiene mucho que ver con lo que ellos van a creer y sentir
cuando sean adultos.
En algunas familias, los niños aprenden mensajes represivos: “No llores, no te
rías, no te enojes, no te muevas; calladita te ves más bonita”. Según las telenovelas
baratas, los machos nunca lloran y están obligados a ocultar sus sentimientos, mientras
que a las mujeres sumisas les toca emocionarse de manera desmedida y preocuparse
por los problemas de los demás.
Por supuesto que las familias tensas y aceleradas generan angustia en todos sus
miembros, y también a su alrededor, etcétera. Por desgracia para el país, abundan las
familias y los grupos sociales que permiten, favorecen y premian la excesiva violencia
(e incluso el derroche, la deshonestidad y la criminalidad) de sus miembros, como si
esas cosas fueran algo común y corriente.
Además, la mediocre educación que prevalece en nuestro país, favorece la
memorización mecánica y la lógica estricta; por esa lamentable deficiencia, la vida
emocional de muchos individuos no se desarrolla de manera adecuada, y ellos viven
sin conocer ni cultivar sus mejores sentimientos.

Distintas Clasificaciones
Plutchik propone ocho emociones primarias, que se agrupan en cuatro pares de
emociones opuestas: enojo y miedo; alegría y tristeza; aceptación y disgusto, y
finalmente, anticipación y sorpresa. Las emociones de anticipación y sorpresa son
dimensiones del estado de alerta; corresponden a lo esperado y a lo inesperado,
respectivamente.
Cualquier emoción tiene diferentes grados de intensidad, por ejemplo, el odio
y el terror son niveles más intensos del enojo y del miedo Las emociones primarias se
combinan entre ellas, por lo común en grupos de dos o tres, y así originan nuevas
emociones. Por ejemplo, al juntarse la pena –o la tristeza- con el disgusto hacia uno
mismo, surge el remordimiento, y cuando se combina el gozo con el miedo al castigo,
brota la culpa (Figura 7.1).
Los adultos tenemos emociones mezcladas, mientras que a los niños los
invaden las emociones primarias; a ellos se les dificulta comprender a los adultos, que
les parecen demasiado complicados. Conviene subrayar que la depresión y la angustia
no son emociones pasajeras, sino trastornos emocionales perdurables, acompañados
por modos de pensar y conductas que son habituales. Las personas depresivas tienden a
ver sólo lo triste y negativo, aunque brille el sol (ver Navarro, psicoterapia anti-
depresiva).

Figura 7.1 Las emociones primarias y secundarias, según Plutchik. Cuando se


combinan dos emociones básicas, se forman las secudarias. Así, el
disgusto y la tristeza generan el remordimiento.

Según Plutchik, las emociones que se dejan correr sin control y se repiten,
acaban por formar rasgos distintivos de la personalidad. Así, la persona que se enoja
por cualquier cosa, sin siquiera intentar controlarse, se va haciendo cada vez más
agresiva. Su cara se endurece y su cuerpo está siempre tenso y defensivo, listo para
atacar, bajo el pretexto de que solamente se defiende.
Cuando es muy viva, la imaginación acelera los patrones musculares y
viscerales del miedo, la alegría, etcétera, por lo que alcanzamos a sentir esas
emociones con mucha intensidad. Así, muchas personas lloran, ríen y se asustan o se
conmueven con las películas del cine y la televisión o el Internet.
Merhabian advierte cada emoción combina, de manera particular, estas polaridades:
alerta- lentitud, placer-displacer y dominio-sumisión. Así, la persona alerta está activa,
nerviosa, despierta y estimulada; tiene la respiración agitada. Cuando alguien está
lentificado, su respiración también lo está; entonces prevalece la relajación, que puede
llegar hasta el aburrimiento y el sueño.
Algunas emociones, como el enojo y la alegría, nos hacen sentir dominantes
(importantes) sin limitaciones y dueños de la situación. Al contrario, el miedo, la
angustia y la depresión nos hace sentir sumisos, inseguros, circunscritos y observados
por los demás
Tenemos placer cuando alguien muestra alegría y satisfacción porque se siente
bien. Entonces sonríe, usa palabras amables y su voz es cálida. La emoción es poco
placentera (desagradable) cuando la persona está descontenta y no se siente feliz (tabla
7.1).

EMOCIONES ALERTAMIENTO PLACER DOMINIO


PRIMARIAS

ENOJO SÍ NO SÍ
MIEDO SÍ NO NO
ALEGRÍA SÍ SÍ SÍ
TRISTEZA NO NO NO
ACEPTACIÓN NO SÍ SÍ
DISGUSTO NO NO NO
ANTICIPACIÓN NO SÍ SÍ
SORPRESA SÍ SÍ NO

Tabla 7.1 Combinaciones de atención, placer y dominio en las ocho


emociones básicas, según Mehrabian.
Cuando la emoción es grata, buscamos que su estimulación aumente y continúe,
pero tratamos de evitar, o al menos reducir, el impacto de las situaciones que nos
provocan emociones desagradables. A la mayoría de la gente le gustan los viajes, los
restoranes, el circo, el cine, la televisión y los espectáculos, pero evitan, en lo posible,
los funerales y los hospitales (o se quedan allí el menor tiempo que pueden).
El ambiente nos alerta si tiene elementos nuevos, sorpresivos, complicados y
abigarrados. Al contrario, nos sentimos relajados, calmados y adormilados en un
entorno monótono y austero. Algunos maestros duermen a los alumnos con la monotonía
de su voz y lo aburrido de sus presentaciones. Al contrario, los que gritan y amenazan
por todo, son muy desagradables, porque generan temor y ansiedad a su alrededor.
Por su parte, Fromm distingue tres amores distintos: el amor fraterno, el
materno, el sexual. El amor materno brinda apoyo, cariño y protección a una persona
que se ve como dependiente. Cuando es inteligente, no es igual siempre, sino que
permite mayor independencia del niño; a medida que él va creciendo, le va dando más
libertad, y mayor confianza en sí mismo.
El amor fraterno es el amor entre los semejantes. Se basa en la realidad de que
todos pertenecemos a la misma especie y somos hermanos, a pesar de las diferencias
internas (creencias y opiniones) y de la apariencia externa (sexo, edad, color de piel,
condición social, etcétera).
El amor erótico está coloreado por la atracción sexual hacia otra persona, por
lo común del sexo puesto. Incluye los elementos de exclusividad y cierta posesión. No
se puede estar enamorado de una persona y de otra al mismo tiempo. El impulso sexual
se activa a partir de cualquier otra emoción intensa: puede haber amor impaciente,
celoso, resentido, melancólico, alegre, machista y sádico, cariñoso y sensual, etcétera.
Las emociones negativas que perduran largo tiempo (ira, ansiedad, tristeza,
frustración, etcétera) siguen produciendo las mismas reacciones que experimentan las
personas que se enfrenan a las graves emergencias y los peligros.
Entonces, el sistema nervioso y las hormonas permanecen en continuo estado de
alarma, anticipando un combate o una derrota que no viene al caso; esto causa toda
clase de trastornos psicosomáticos molestos y crónicos.La Figura 7.2 ilustra los efectos
de las emociones negativas en el intestino delgado (Chia y Chia).

Las mujeres sumisas llevan en su interior una confusa mezcla de emociones


alteradas: miedos, rencores, angustias, obsesiones y depresiones. También tienen una
visión devaluada de sí mismas y perciben, de manera dolorosa y resentida, cualquier
cosa que les pasa; lo que es peor, tampoco se atreven a tomar las importantes
decisiones que podrían mejorar sus estilos de vida.
Mediante su educación y sus ejemplos, esas madres moldean a sus hijas para
que se sometan ante los machos con resignada y falsa dulzura. También solapan a sus
maridos alcohólicos y alientan a sus hijos para que sean violentos, machistas, egoístas y
prepotentes (ver Navarro).
Un grave problema social es que muchas de ellas dependen de algún hombre
para su economía personal y en la mayor parte de las actividades que realizan.
Arrastran profundos sentimientos de impotencia ante un mundo que es opresor; debido a
eso, tratan de encontrar un mínimo de seguridad sometiéndose a la autoridad de sus
padres, de su pareja, de sus jefes, y hasta de sus hijos varones.

La inteligencia emocional
La inteligencia emocional (Goleman) es un importante aspecto de la inteligencia
social; incluye la facilidad que algunas personas tienen para conocer sus sentimientos y
los de las demás personas; además, ellas pueden compartir su intimidad emocional con
algunas amistades selectas que merecen su confianza.
Esta inteligencia es indispensable para las personas que se dedican a
actividades de coordinar grupos y dirigirlos, sobre todo cuando va acompañada por el
sentido del humor. Lo mismo se diga para los comunicadores, etcétera.
Requiere una buena capacidad imaginativa (intuitiva), así como una
sensibilidad muy fina, y suficiente experiencia de la vida; sin embargo, algunos niños y
jóvenes la utilizan de manera fácil y espontánea. Puedes aumentar dicha inteligencia
mediante las siguientes actividades (puedes practicarlas diariamente por algunos
momentos):
1. Consciencia de ti mismo: observa cuidadosamente tu interior, para que puedas reconocer tus
emociones y sentimientos, a medida que vayan emergiendo.
2. Cuidado emocional: todos necesitamos manejar nuestra vida emocional de manera que sea lo más
constructiva y apropiada posible. Para eso, es bueno que investigues lo que hay detrás de tus
sentimientos; así podrás encontrar maneras de superar los miedos, ansiedades, enojos y tristezas. La
mayoría de las veces, las situaciones no son tan malas como parecen, ni merecen tanto desgaste
emocional.
3. Motivación propia: En lugar de dejarte llevar por las emociones, sin pensar siquiera, las puedes
canalizar al servicio de algunas metas que valen la pena. En otras palabras, aprovéchalas de
manera inteligente. Por ejemplo, en lugar de maldecir el destino o deprimirte, dedícate a capacitarte
mejor, de manera valiente, para lo que haces y te interesa hacer. Procura hacer cosas que dan
alegría y entusiasmo.
4. Empatía: desarrolla la sensibilidad que tienes para entender los sentimientos y los intereses de las
demás personas. Colócate en sus zapatos e intenta comprender sus puntos de vista. Comprende bien
la realidad de que las personas tiene sentimientos y opiniones distintas de las tuyas acerca de las
cosas.
5. Habilidades sociales: te conviene desarrollar suficiente competencia social para no engancharte con
los problemas emocionales de las demás personas. También para crear climas emocionas positivos
dentro de ti que favorezcan el bienestar de las personas y grupos que te rodean.
La inteligencia emocional no es el arte de manipular a los demás para
aprovecharnos de ellos. Tampoco es un novedoso instrumento gerencial para lograr
mayor éxito en los negocios. No tiene nada que ver con repetir, de manera hueca y
vacía, frases como: te entiendo, te amo, etcétera.
Consiste en comprender a la otra persona, ponerse en sus zapatos y tratarla
como si fuera parte de uno mismo, de manera compasiva. Esta práctica te permitirá
disfrutar relaciones de amistad (algunas de ellas sexuales) que tengan verdadera
intimidad, sean mutuamente satisfactorias y valgan la pena. Se requiere la inteligencia
emocional para mejorar el clima emocional y la eficiencia creativa en las escuelas, las
empresas y los demás grupos y organizaciones de la sociedad.

Culpa, Vergüenza y Neurosis


La culpa no es un sentimiento agradable; nos indica que hicimos algo indebido, en
contra de nuestros valores personales. Cuando es normal, se trata de una llamada de
atención; un leve castigo personal que nos ayuda a evitar, en el futuro, conductas
parecidas, que pueden acarrear consecuencias lamentables para nosotros mismos y para
los demás.
La intensidad de ese sentimiento depende de la magnitud del daño que hicimos.
Por otra parte, la solución más humana, ética y justa consiste en reparar el daño que
hicimos a los demás, por palabra, obra y omisión. Además, también necesitamos
perdonarnos el daño que nos hicimos a nosotros mismos, y procurar tomar mejores
decisiones en el futuro.
Las personas que se sienten culpables (de manera normal), sólo afirman que
hicieron algo indebido. Por otra parte, las que se sienten avergonzadas de manera
duradera y crónica, se repiten que son malvadas y despreciables (por dentro y de la
manera más absoluta). En casos extremos, se convencen de que deben morir y hasta
llegan a suicidarse.
Algunos maestros generan, en sus clases, un clima de angustia y autoritarismo
que no propicia el aprendizaje: sus alumnos odian esas materias, y algunos llegan a
creer que no sirven para la escuela, y ya no regresan.
Por su parte, los maestros alegres y entusiastas se ganan la confianza y el
aprecio de sus alumnos; hacen interesantes las matemáticas, la física, la química,
etcétera, en lugar de reprobar a casi toda la clase, o más bien, de reprobarse a sí
mismos.
Los niños y las niñas absorben las energías negativas de los adultos, y guardar
todos sus mensajes como si fueran verdades absolutas: “Soy tonto, porque mi padre me
dijo que yo era tonto cuando tiré un vaso de leche en la mesa…”
Y algunas madres les dicen a su hijo: “Me vas a matar de un coraje; ¿qué hice
para merecer un niño tan malo? Eres estúpido, tonto, flojo, horrible, siempre estoy
enferma por tu culpa. Tú no me quieres, no sabes querer a nadie, eres malo, y por
eso, Dios te va a castigar”.
Los niños regañados y maltratados se sienten asustados, desamparados y
avergonzados. De manera errónea, creen que son perversos, malos y pecadores, porque
de otra manera las personas cercanas los aceptarían y los querrían. Sin saber por qué,
sienten vergüenza cuando las demás personas los traicionan, los rechazan y no cumplen
sus promesas.
Todavía no tienen todavía la suficiente madurez intelectual para librarse de la
vergüenza y culpa indebidas. Esos estados de ánimo, tan destructivos, siguen activos en
su organismo; se enquistan y forman rasgos neuróticos que los dañan, porque los hacen
muy infelices; además, generan fantasías y juicios muy negativos acerca de sí mismos y
del mundo que les rodea.
Algunos padres y madres golpean a sus niños desde que son muy pequeños. Los
machos narcisistas someten a sus hijos indefensos a base de humillaciones, castigos y
golpes, porque creen que así los van a respetar y les van a tener miedo; además, así no
serán afeminados (parecidos a su madre y a sus hermanas), sino duros y violentos.
El rencor acumulado por las abnegadas madres mexicanas estalla contra los más
débiles: sus hijos pequeños. Ellas pueden ser tan sádicas como cualquier macho;
utilizan contra ellos y ellas las mismas amenazas, castigos, golpes e insultos que sus
padres les aplicaban cuando eran niñas. Eso hace que sus hijos se convenzan de que
amenazar, insultar y golpear es lo que mejor funciona para resolver las diferencias.
Las mujeres sufridas permiten, y a veces provocan las agresiones del hombre,
porque después lo pueden controlar con las quejas, los reproches y las culpas. El
maltrato físico y psicológico, y más el abuso sexual, deja marcas emocionales
(traumas) en las víctimas, que se sienten devaluadas y despreciables (Fontana,
Dowesdell).
Además, los hombres adolescentes hombres aprenden rápidamente que de esta
manera pueden someter a sus compañeras más débiles (ponerlas en su lugar). Más
adelante, harán lo mismo con las novias y parejas, y lo seguirán haciendo si ellas lo
permiten, desde luego…
Las personas que se sienten culpables acuden continuamente a los médicos:
consumen analgésicos, tranquilizantes, somníferos y otras medicinas, con o sin receta
médica, e incluso solicitan operaciones innecesarias. Conviene señalar que el dolor
psicológico causado por los traumas y los eventos estresantes no se puede distinguir del
dolor físico; también es quemante, punzante, lacerante y desgarrador. Hace que las
personas vivan encogidas sobre sí mismas y no se valoren mucho.
Aunque muchas personas no recibieron golpes de niños, las lastimaron con
regaños y gritos, chantajes emocionales y miradas cargadas de rencor y desprecio. Se
empeñan por dar a los demás una imagen bella y perfecta de sí mismos, aunque se
sienten vacíos y sucios por dentro.
Las humillaciones y castigos por sus fracasos, junto con la prohibición de
mostrar ira, miedo y llanto, los lleva a ocultar algunos aspectos maravillosos de sí
mismos, lo mismo que cualquier vulnerabilidad. Cuando son adultos, se empeñan en
demostrar a los demás que son egoístas, tontos e ineptos.
Uno de los más graves problemas sociales de las grandes ciudades son los
niños y adolescentes que viven en las calles. Este problema se origina por la violencia
familiar y el alcoholismo de los padres y padrastros, junto con el abuso sexual y la
violación de menores; también se relaciona con la ignorancia y la miseria.
Conviene señalar que los individuos narcisistas y sociopáticos no experimentan
culpa ni compasión hacia sus semejantes cuando dañan gravemente a los demás con su
violencia desmedida y sus abusos. Entre ellos, están los narcotraficantes, asesinos,
violadores, sacerdotes pederastas, torturadores, estafadores, ladrones y delincuentes
juveniles.

Las Personalidades Tóxicas y las Nutritivas


Las personas sanas irradian alegría y el entusiasmo la mayor parte del tiempo, sobre
todo cuando son (y/o se sienten) jóvenes; incluye sensaciones muy gratas, a nivel
visceral, como las que acompañan la respiración profunda y una buena digestión. Por el
contrario, las personas hostiles y depresivas construyen a su alrededor un mundo de
soledad, rencores y sospechas.
Según Greenwald, cualquier persona recibe, en sus encuentros con los demás,
algunas experiencias que contribuyen a su bienestar y desarrollo personal, y también
tiene otros encuentros que son tóxicos y nocivos. Cada quien es responsable de buscar
las relaciones que le nutren emocionalmente y de evitar las que son perjudiciales y
desagradables.
Hay dos tipos de personas: las nutritivas y las tóxicas. Los individuos
nutritivos son más sinceros y auténticos en sus relaciones personales. Son excelentes
maestros, artesanos competentes, artistas creativos, notables profesionistas y buenas
parejas. Disfrutan las relaciones con los demás, y nutren emocionalmente a sus
amigos y familiares.
Resulta más fácil dar algo a las personas nutritivas, porque aprecian lo que
reciben y demandan menos. También es más sencillo recibir de ellas, porque no nos
sentimos atados por la culpa ni estamos obligados a pagarles nada a cambio. Confían en
sí mismos, y manifiestan sencillamente lo que quieren.
Las personas tóxicas manifiestan conductas opuestas: son absorbentes, rígidas,
egoístas y desadaptadas; están inquietas y preocupadas; suponen que los demás son
simples medios para lograr sus fines; por eso, los manipulan y tratan de abusar de ellos.
Nos sentimos mal después de algún intercambio social con esos individuos, porque
intentan llenar sus vacíos emocionales dañando a los demás.
En cuanto surge algún conflicto, se enojan, lanzan amenazas y tienden a romper
las relaciones de manera definitiva; ni dejan libres a los demás, ni tampoco los aceptan
como son. No disfrutan sus propias cualidades, porque se fijan en sus defectos y
carencias de manera perfeccionista. Además, hacen eso mismo con las demás personas.
En resumen, tienen poca capacidad para disfrutar de la vida.
Su profunda insatisfacción los impulsa a buscar obsesivamente (y exigir de los
otros) más y más dinero, éxito, aplausos, diversiones, objetos materiales, sexo,
alimento, alcohol y drogas. Buscan personas igual de frustradas, fracasadas e infelices.
Se sienten molestas e inseguras cuando encuentran personas felices y llenas de vida;
tratan de hacerlas sentir mal, para bajarlas a su nivel interno de infelicidad (necrofilia,
según Fromm).
Aunque la mayoría de las personas tóxicas no son malvadas, utilizan patrones
de comportamiento malsanos y poco adaptativos. Los aprendieron y se identificaron
con ellos en su niñez y juventud, debido a que tuvieron encuentros nocivos con sus
padres, maestros, etcétera, y quedaron lastimadas. Cuando nos damos cuenta de que
algunos individuos nos dejan vacíos y nos dañan, lo mejor es evitarlos, en lo posible.
De esta manera, quedamos libres para cultivar otras relaciones que nos ofrecen mayor
apertura, alegría y vida.
5. Entrenamiento asertivo
En nuestro país está muy difundida la falsa idea cultural de que para tener éxito
y lograr nuestros propósitos, necesitamos regañar a los demás, ridiculizarlos,
amenazarlos, gritarles, etcétera Según la educación tradicional machista, los hombres
prepotentes y las mujeres dominantes tienen que utilizar maniobras agresivas para
sobresalir y someter a los demás. Al contrario, las mujeres sumisas y los hombres
débiles deben adoptar los papeles sociales opuestos, comportarse como si fueran
víctimas indefensas.
Las personas que utilizan estrategias agresivas abusan del poder, y lastiman e
irritan a todos; generan a su alrededor muchos resentimientos. Tarde o temprano, su
pareja y sus hijos, lo mismo que sus amigos y compañeros, pierdan las ganas de
brindarles afecto, amistad y apoyo.
En las sociedades mercantilistas de consumo, la mayoría de los medios de
difusión masiva están al servicio de los fuertes y poderosos; por eso, el ideal comercial
que nos presentan para la venta de productos son los hombres duros y competitivos,
junto con las mujeres bellas y sumisas.
Un paso importante en la ruta hacia el desarrollo personal, es aprender a
relacionarnos con las demás personas de manera igualitaria y amistosa, negociando las
cosas de manera serena y comprensiva, en vez de intentar oprimirlas y dominarlas.
La agresividad excesiva nos coloca, falsamente, por encima de los demás,
mientras que si nos ubicamos en el extremo poco asertivo nos paralizamos, sentimos
que valemos poco y que estamos por debajo de todos.
Nos comportamos de manera asertiva cuando elegimos la vía media entre esos
extremos. De esta manera, salvamos nuestra dignidad personal, y también nos ubicamos
al mismo nivel que los demás. Todos los humanos tenemos el mismo derecho a la vida,
a la satisfacción de nuestras necesidades humanas y al logro exitoso de nuestras
metas.
El entrenamiento asertivo es una técnica -y un estilo de vida- que logra el justo
equilibrio entre la expresión de los derechos individuales y el respeto por las demás
personas. Se trata de encontrar salidas constructivas para la agresividad, evitando la
culpa y los diálogos internos auto-acusatorios que generan culpa y depresión (Alberti y
Eamons).
Bastan unas sencillas preguntas para que te des cuenta de tu estilo habitual de
reaccionar ante los eventos de la vida diaria:
1. ¿Qué harías si ordenas un filete término medio en un restaurante y te traen uno
que está demasiado asado?
2. Cuando estás en una larga fila para comprar boletos del cine, se te coloca una
persona delante. ¿Qué harías?
3. Un amigo (o una amiga) te reclaman, con mucho enojo, que llegaste tarde a un
compromiso, siendo así que se te descompuso el automóvil. ¿Qué harías?
Algunas personas se dejan hacer a un lado y se callan sin protestar, aunque se
sienten molestas y disgustadas por dentro. Han aprendido a cumplir, de manera
exagerada, las normas y expectativas del decoro social, por lo que tratan de quedar
bien siempre, sin mostrar ninguna iniciativa, ni reacciones emocionales notables.
En el otro extremo, igualmente perjudicial, están los (las) que buscan un pleito a la
menor provocación, y lanzan amenazas, insultos y golpes, venga o no al caso.
En el centro, están las personas asertivas que defienden sus derechos con firmeza y
cortesía. Como dice un refrán: “Lo cortés no quita lo valiente”. A continuación se
describen de manera breve esas tres alternativas de comportamiento social.

1. Conductas no asertivas (sumisas)


Las personas tímidas y sumisas no se atreven a poner límites a los demás; de
manera automática se colocan en una posición de subordinación y auto-devaluación.
Nunca dicen no cuando alguien les pide algo y actúan como si quisieran evadir la
situación. Dan la razón a los demás, buscan halagarlos y parece que les tienen miedo.
Utilizan frases auto-derogatorias: “No te molestes, yo te lo hago; me dices si te
molesto; ya sé que estorbo y te estoy cansando, pero... Valgo poco y no me puedes
querer, pero...; nunca me salen las cosas bien, discúlpame, perdóname, olvídame, soy
un (una) inútil, perdón, perdón, perdón”.
Los hombres y las mujeres que se comportan así, reprimen sus emociones y las
vuelcan contra sí mismos; por eso padecen malestares estomacales e intestinales.
También experimentan cansancio, depresión y tensión nerviosa, porque se maltratan y
culpan; se repiten: “Todo lo haces mal, eres tonto (a), imbécil, bueno (a) para nada,
malvado (a), te ves horrible, vas a reprobar, no sabes ni entiendes nada”.
Emplean gestos y posturas tímidas, encogidas y dolidas; mantienen la vista baja,
su voz es débil y quejumbrosa, se retuercen las manos y estallan en risas nerviosas. No
comprenden por qué la gente no las quiere ni aprecia, siendo así que son personas
buenas, perfectas, dulces y cariñosas (y muy falsas). Al ver su debilidad, les echan
encima demasiada carga, las insultan, las hacen a un lado y nadie los respeta.

2. Conductas agresivas
Algunos hombres y mujeres se dedican a dominar, molestar e irritar a los que se
dejan; no les brindan ningún respeto, empatía ni compasión, sino que pasan por encima
de ellos, los hieren y lastiman. A pesar de todo, no logran lo que en realidad desean.
Nadie puede arrancar cariño de los demás con sarcasmo, reproches, gritos, golpes y
pleitos.
Los mensajes verbales agresivos incluyen amenazas, crítica destructiva e
insultos, por ejemplo: “Si no haces esto, ya verás; o haces esto, o te golpeo, me
divorcio, te dejo, te castigo; quítate, todo lo haces mal; no sirves para nada; eres un
imbécil, desgraciado; lo que dices es falso y mentiroso; deberías”.
Las personas agresivas creen que siempre tienen la razón en todo lo que dicen.
No escuchan, ni permiten que los demás expresen sus puntos de vista, porque los
interrumpen. Invaden el espacio personal de los demás mediante gestos amenazantes
que a veces llegan a los empujones y los golpes. El rostro está congestionado, la voz es
demasiado alta, las miradas son duras, y los gritos acompañan a los insultos.
Las personas prepotentes se creen superiores a los demás y no toman en cuenta
los lados buenos de las demás personas. Pierden el control, estallan y vuelcan su enojo
hacia fuera de manera violenta; dañan a los demás, en particular a los más débiles.
Como parte del machismo, algunos hombres oscilan entre una conducta sumisa
ante sus jefes y estallidos agresivos esporádicos, envalentonados por el alcohol y los
amigos. Aunque se valoran poco, tienen sus momentos de ira; entonces, se sienten por
encima de todos, y luego regresan a su pasividad habitual.

3. Conductas asertivas
Representan el término medio entre la agresividad desbocada y la exagerada
sumisión; la mujer y el hombre asertivo consiguen lo que quieren, sin lastimar ni
molestar a los demás. No se sienten culpables ni están disgustados, como les sucede a
las personas que se comportan de manera sumisa y devaluada.
Si quieres ser asertivo, muéstrate firme ante los demás y procura estar relajado
en tu postura corporal y también en tus ademanes y gestos. Siéntate cómodamente, o
apoya bien los pies en el suelo si estás de pie. Respira profundamente y mira, sin
demasiada insistencia, la cara y los ojos de tu interlocutor. Conviene que el tono de tu
voz sea agradable, firme y bien modulado.
Expresa, de manera clara y sin rodeos, lo que opinas, sientes, quieres o deseas.
Procuras una sana coherencia entre el mensaje de las palabras y lo que expresa tu
lenguaje corporal. No es asertivo el individuo que utiliza palabras fuertes acompañadas
de miradas tímidas y huidizas. Utiliza frases como: “Deseo que..., pienso, opino que...,
me siento de tal o cual manera, y por eso..., ¿te parece bien encargarte de esto?,
deseo pedirte un favor, ¿puedes ayudarme con tal cosa? No me parece bien que digas
tal o hagas tal cosa, creo que sería mejor hacerlo de esta otra manera”.
Para ser asertivo, repasa detenidamente las situaciones en las que te
comportaste de manera sumisa o demasiado agresiva. A continuación, dedica algún
tiempo para imaginar las frases que pudiste haber dicho, en vez de las que dijiste en
realidad, para que estés preparado y obtengas mejores resultados en la siguiente
ocasión. Conviene que repitas varias veces las nuevas frases, en voz alta, acompañadas
de los gestos y expresiones que correspondan.
Practica esto frente a un espejo (o delante de un amigo) hasta que te sientas
cómodo y entusiasmado con tu nuevo estilo de comunicación. Te conviene ensayar
antes, como en una actuación de teatro, las situaciones en las que temes comportarte de
manera inadecuada, por ejemplo una entrevista con algún maestro, con el director, o
con algún jefe, al solicitar una beca, etcétera. Repasa con la imaginación las frases que
te conviene decir, y también las que responderían a la otra persona. Así estarás más
convencido de lo que vas a proponer, con toda claridad y firmeza, cuando la situación
real se presente.

El control equilibrado de las emociones


A veces, discutir es la única, o la mejor manera posible para ser escuchados, poner
límites claros y evitar que los demás nos sigan lastimando. Si nos tragamos la ira, la
única alternativa sería una sumisión forzada y resentida. Después de un pleito limpio,
en el cual las personas expresan sus desavenencias de manera emotiva y clara, brota
una intimidad nueva, más auténtica, acompañada de comprensión y respeto mutuo.
En la mayoría de los casos, no conviene que manifestemos directa e
inmediatamente el enojo, porque entonces nos iría peor. Es mejor esperar el momento
oportuno y emplear las mejores estrategias de convencimiento para lograr nuestros
propósitos.
Además, hay muchas maneras de canalizar el enojo sin lastimar a nadie; por
ejemplo, podemos gritar y maldecir cuando estamos solos. Si lo deseas, puedes golpear
la cama, ahorcar un cojín, patear una pelota, practicar algún deporte, nadar, correr,
etcétera. Algunos escriben una carta agresiva a la persona que los ofendió, y luego la
rompen; después de esto, se sienten mejor.
Cuando tenemos energía de sobra, conviene darle rumbos constructivos. Las
actividades agradables y placenteras son fuentes inagotables de buen humor y también
nos ayudan a encontrar nuevos amigos/as.
Los humanos necesitamos el contacto con las distintas formas de expresión
artística (literatura, teatro, escultura, cine, museos, etcétera.) para seguir cultivando
nuestra sensibilidad, y para que surjan las emociones superiores de ternura, reverencia
ante la naturaleza y la vida, compasión ante el sufrimiento, paz interior y valentía frente
a la adversidad.
Las mujeres lloran más a menudo que los hombres. Esto se relaciona con sus
variaciones hormonales y emocionales tan intensas, en particular durante la
menstruación, el embarazo y después del parto. Para las mujeres, llorar es un modo de
buscar apoyo y hacerse entender; por el contrario, en las sociedades tradicionales
educan a los hombres para que sean más reservados (y nunca lloren, por supuesto).
Pasando a otro tema, uno de los mejores tranquilizantes para las personas que
viven en las ciudades, es escuchar las melodías que les gustan. La música (y las
canciones) suelen expresar, de modo contagioso, la alegría impulsiva de vivir y de
amar. Para la musicoterapia, se utilizan CDS con selecciones musicales que expresan
diferentes emociones básicas. Al escucharlas, las personas se dejan invadir
sucesivamente por cada una de ellas, mientras deja correr libremente las fantasías que
brotan cuando escuchan los diferentes ritmos que tanto les gustan.
Como lo señala Clynes, mediante el uso de esta técnica, los individuos
experimentan emociones que hace mucho tiempo no sentían. Se muestran más centrados
(= en paz consigo mismos) y se sienten más alegres y felices.
También es un gran descanso escuchar los sonidos de la naturaleza, como el
murmullo de los riachuelos, el canto de los pájaros, la lluvia y el granizo que choca
contra la ventana, o los golpes del mar contra las rocas.
Además de realizar algunas actividades gratas e interesantes, es bueno buscar
algunos contactos humanos que nos revitalizan, y nos llenan de alegría y entusiasmo. Te
conviene dedicar suficiente tiempo para cultivar buenas amistades que te ayudan a
expresar y desarrollar tus mejores sentimientos, y a hacer realidad tus deseos, ideas y
proyectos.

Capítulo 8
EJERCICIOS PARA MEJORAR
LA RESPIRACIÓN
El cerebro humano contiene unos 100 billones de células nerviosas. Aunque representa
menos del 3% del peso total del cuerpo, consume alrededor del 25% del oxígeno que
respiramos. Los pulmones suministran al organismo el oxígeno que requiere para
activar el metabolismo de cada una de sus funciones, incluso a nivel de las células.
La manera de respirar de cada persona determina, en gran parte, la calidad o
pobreza de su clima emocional. Cuando la respiración es profunda, el cerebro produce
endorfinas, que provocan estados de ánimo muy placenteros, y ayudan a eliminar el
dolor.
Los pulmones pueden absorber hasta tres litros de aire; sin embargo, muchas
personas, por su mala postura, utilizan la sexta parte de su capacidad pulmonar, y en
cada aspiración sólo absorben medio litro de aire. La respiración es vida, y los que
respiran a medias, están medio vivos. Esas personas están cansadas y padecen angustia
o depresión; también se les dificulta concentrarse en cualquier cosa.
Cuando los músculos intercostales internos están contraídos, la caja del tórax se
colapsa, se apoya en el diafragma y lo bloquea. Al contrario, si los intercostales
externos están siempre tensos, la caja torácica queda inflada; en ambos casos, el
diafragma está casi inmóvil. Baker anota que la mitad de los neuróticos mantiene el
tórax trabado en posición de espiración, y la otra mitad lo tiene expandido, como parte
de la armadura de tensiones musculares que observó Reich.
Los hombres (y las mujeres) machistas-narcisistas inflan la caja torácica para
darse importancia; bloquean aspectos sensibles de su personalidad y trasmiten a los
demás el mensaje (no siempre consciente) de que rechazan cualquier cercanía
emocional. Por su parte, las mujeres sumisas (y los hombres masoquistas) se encogen
sobre sí mismas y mantienen el tórax colapsado. Junto con esta postura encogida y
dependiente, se llenas de culpas indebidas, y también se dedican a absorber los
malestares de los demás.
Los habitantes de las grandes ciudades estamos sujetos a los efectos del estrés,
el ruido y la aglomeración. Multitud de personas están nerviosas, preocupadas e
inquietas; tienen el pulso demasiado rápido, sus manos sudan y su respiración es
molesta y superficial. Mientras que la respiración natural se inicia desde arriba del
tórax, hay individuos que suben y bajan el abdomen para respirar, a pesar de que eso
solamente sirve para arruinarles la figura.
El cigarro substituye, de manera engañosa, la necesidad de inhalar
profundamente para proporcionar al organismo el oxígeno que requiere. El fumador se
siente bien por un momento, y luego se siente peor, por lo que fuma otra y otra vez. Los
fumadores absorben nicotina y otras muchas substancias tóxicas y adictivas en lugar del
oxígeno que las células de su organismo necesitan tanto para seguir vivas.
Perls advierte que la angustia es una alteración respiratoria de tipo
psicosomático. Cuando hay fuerte interés y se anticipa algún intenso contacto agresivo,
creativo, erótico o de cualquier otra naturaleza, el organismo se alista para la acción.
Se acelera el proceso metabólico que oxida las reservas acumuladas, y surge la
imperiosa necesidad de obtener mayor cantidad de aire.
La respuesta espontánea ante la excitación consiste en aumentar la capacidad y
la frecuencia respiratoria. Sin embargo, hay personas que tratan de frenar su excitación,
porque esta les asusta, y no permiten que su respiración se acelere, sino que tratan de
mantener el ritmo que tenía antes del súbito interés impulsivo.
Se empeñan en fabricar, para sí mismos y para los demás, la ilusión de que
están calmados, no les pasa nada y así son felices. Por esa razón, la caja torácica
reduce sus movimientos y termina por inmovilizarse, casi del todo.
La Figura 8.1 ilustra la buena postura (A), y otra colapsada (B), con la caja
torácica hundida y la pelvis girada hacia delante; se trata de una mujer educada para
comportarse de manera sumisa y dependiente (complaciente).
La respiración se reduce mucho y disminuye la oxigenación de todo el cuerpo
debido a que la caja torácica no se mueve como debiera, ni el diafragma tampoco, Por
eso, el sistema nervioso simpático eleva el nivel de adrenalina; el corazón se acelera y
aumenta la presión arterial, como también sucede en las primeras etapas del estrés ante
una situación de grave peligro.
El corazón bombea por todo el organismo una gran cantidad de sangre poco
oxigenada. Con todas esas medidas de emergencia, intenta repartir la misma cantidad
de oxígeno que la persona podría obtener, con mucha facilidad, si dirigiera su atención
a respirar de manera calmada y profunda.
Importa mucho advertir que la presión arterial elevada, sumada al exceso de
trabajo del corazón y la reducida cantidad de oxígeno que circula por todo el cuerpo
(incluyendo al cerebro y al corazón), aumenta el riesgo de padecer enfermedades
graves, como infartos.
Las tensiones habituales de la caja torácica disminuyen la vitalidad emocional;
inhiben la risa, la ira, la tristeza y la inspiración. También imposibilitan las relaciones
sexuales satisfactorias, y perpetúan la depresión, la apatía y el cansancio crónico.
Por si eso fuera poco, también causan toda clase de malestares digestivos.
Como sabemos, el alimento y la respiración son las principales fuentes para las
energías básicas de nuestro organismo.
La respiración profunda agudiza nuestras funciones cognitivas y perceptivas;
también favorece la atención, la concentración y la creatividad. En cualquier momento
podemos elevar nuestro nivel energético captando más oxígeno; también lo podemos
bajar si reducimos la cantidad de oxígeno (Heller y Henkin).

Ejercicios de Respiración
Las técnicas de respiración te ayudarán mucho para que recuperes, a la brevedad
posible, el control, la alegría y la calma, sobre todo cuando enfrentas situaciones de
estrés, o momentos en que las cosas salen mal.

Ejercicio 1
Cuando alguien se deprime, su cabeza se dobla hacia delante y las costillas se colapsan
en la parte del frente. Muchas personas mantienen la caja del tórax hundida, y en ese
espacio de su cuerpo guardan el dolor, las culpas y la depresión.
Se encogen sobre sí mismas, se valoran en poco y adoptan el conocido papel de
víctimas indefensas. Reprimen su ira y se repiten que es muy peligroso expresar sus
opiniones. Tarde o temprano, las tensiones se extienden a todos los tejidos del cuerpo, y
comprimen los vasos capilares; eso reduce la cantidad de sangre que llega a cada una
de las células. (Heller y Henkin).
Para expandir el tórax, esas personas necesitan insistir en la inhalación del aire.
Si este es tu caso, necesitas ponerte de pie, con los pies paralelos y separados unos
treinta centímetros. Mantén el cuerpo derecho, con las rodillas ligeramente dobladas.
Llena tus pulmones de aire lo más que puedas, lenta y profundamente. Cuenta hasta ocho
mientras inhalas, y deja todo el aire dentro.
A continuación, sin exhalar, utiliza el aire de los pulmones para empujar y
mover el pecho, desde dentro hacia, fuera varias veces, como si estuvieras alejando un
poste o una mano que presiona el esternón desde fuera, y te impide respirar. Repite este
ejercicio seis veces.

Ejercicio 2
Afloja la ropa y quítate los zapatos. Ponte de pie, con los pies derechos y las rodillas
ligeramente dobladas. Procura que la columna vertebral y el cuello estén bien
alineados. Para fortalecer los músculos romboideos (en la espalda), haz un esfuerzo por
juntar los omoplatos y luego aspira profundamente mientras cuentas hasta ocho.
Conserva el aire dentro, cuenta hasta tres y luego exhala contando hasta seis.
Repite este ejercicio diez veces. Hazlo todos los días en algunos ratos libres. Mediante
esta práctica, tu pecho se levantará e irás aumentando tu capacidad torácica.
De modo parecido, cuando te sientas nervioso, por ejemplo antes de un examen
o de una entrevista para conseguir trabajo, dedícate a respirar de manera calmada y
profunda unas cuantas veces. Mediante esta simple práctica, te se sentirás mejor y
obtendrás mejores resultados, y eso afectará tu futuro de manera muy favorable.

Ejercicio 3
Las personas nerviosas perciben cualquier evento común como si fuera una emergencia.
Se angustian debido a que utilizan una manera urgente de respirar, sin que venga al caso
ni les sirva para nada. La respiración nerviosa incluye rápidos movimientos del tórax.
Los pulmones se llenan de modo agitado y acelerado. El pecho sube y baja con rapidez,
de modo perceptible, mientras que se inhalan grandes bocanadas de aire.
Algunas veces, ayuda esto; por ejemplo, uno jadea después de correr mucho.
Así, todos los músculos del cuerpo obtienen con rapidez el oxígeno que necesitan. Sin
embargo, si caes en la cuenta de que está respirando de manera nerviosa y agitada, sin
ninguna necesidad, contrólate y respira de manera más pausada y agradable.
Trata de seguir haciendo eso, de manera deliberada, por un poco más de tiempo.
Utiliza luego un ritmo respiratorio cada vez más lento y regular, hasta que te logres
calmar y te sientas muy tranquilo.

Ejercicio 4
A las personas que tienen el tórax habitualmente desinflado, les ayuda mucho este
ejercicio (y también el siguiente). Después de inhalar lo más profundamente que
puedas, conserva el aire dentro de tus pulmones, y luego sacude el tórax; también
puedes girarlo, mientras mueves las costillas, el esternón y la columna vertebral de
modo espontáneo. También puedes girar los hombros y el tórax hacia el lado izquierdo
y luego hacia el derecho.
Procura mover lo más que puedas las costillas, la columna vertebral, el cuello,
el esternón, los hombros y los omóplatos. Luego exhala el aire, contando hasta seis.
Repite el mismo ejercicio cinco veces. Puedes repetir este ejercicio (y los demás que te
convengan) varias veces al día.

Ejercicio 5
Colócate de pie, con la espalda y el cuello derechos y las rodillas ligeramente
flexionadas. Con el aire dentro, mueve la cabeza hacia uno y otro lado, como si quisiera
decir no. siempre con el tórax bien lleno de aire.
Te conviene mantener el aire dentro lo más que puedas, mientras que te mueves.
Luego echas fuera el aire y dejas de moverte. En otro ejercicio, también con el aire
dentro, puedes levantar y bajar los hombros. También puedes dar codazos hacia atrás,
primero con un brazo y luego con el otro.
Con la ayuda de estos ejercicios, podrás exhalar e inhalar con mucha mayor
facilidad. Tu caja torácica se irá ampliando y se hará más fuerte, y también más
flexible. Tus pulmones son como globos que puedes llenar de aire. Siente que los
llenas totalmente, e imagina que tu cuerpo crece y se hace enorme. Si respiras bien,
sentirás que tu cuerpo se aligera, como si tuviera alas para volar.

Ejercicio 6
Si tienes el tórax expandido, te conviene insistir en la exhalación del aire. Primero
inhalas lo más que te sea posible. Después, expulsas el aire deliberadamente, lo más
que puedas, por etapas, a modo de jadeo. Cuando tus pulmones hayan quedado vacíos
por completo, permaneces así un momento, mientras cuenta hasta seis.
A continuación, permite la entrada del aire, de modo pausado. Repite este
ejercicio seis veces. Continúa esta práctica, de manera habitual, hasta que recuperes el
movimiento del diafragma y este pueda subir y bajar, de manera rítmica, generando
oleadas de placer por todo el cuerpo. Es importante que lo hagas varias veces al día,
incluso varias semanas. Repite este ejercicio en otros momentos de tu vida en que lo
necesites.
Si prefieres exhalar por la boca, porque eso te resulta más cómodo, puedes
utilizar un trozo de manguera o un popote en un vaso de agua. También puede inflar un
globo de hule y luego dejar que se desinfle para luego volverlo a inflar.

Ejercicio 7
En otro sencillo ejercicio, que también ayuda las personas que tienen el tórax
expandido, te concentras en echar fuera el aire de tus pulmones, lo más que puedas.
Para esto, necesitas contar hasta quince (o veinte) mientras exhalas, para dejar los
pulmones completamente vacíos. Luego permites la entrada del aire, lentamente,
mientras cuentas hasta quince.
Mientras inhalas, te puedes imaginar que la energía de la vida y de la salud
entra por la punta de la cabeza, como una luz brillante y recorre su cuerpo hasta que
llega a los genitales y luego a la planta de los pies. Cuando exhalas, imagínate que salen
de tu cuerpo todas las tensiones y preocupaciones, como si fueran una nube obscura.
Puedes repetir este ejercicio varias veces al día, a tu gusto.

Ejercicio 8
La buena respiración requiere la participación activa del diafragma. Cuando este
músculo pulsa libremente, las vísceras del vientre reciben un agradable masaje que
facilita la buena digestión. Esto acelera también el metabolismo: las personas pueden
bajar de peso (o dejar de fumar) con mayor facilidad; también recuperan la alegría de
vivir.
Ejercicio de respiración diafragmática: Sentado, o cómodamente recostado,
afloja la ropa, o quédate en ropa interior. Coloca tu mano derecha sobre la parte alta
del abdomen, con los dedos extendidos: el pulgar entre los senos o tetillas y el meñique
a la altura del ombligo. La mano izquierda se coloca arriba del pecho, con los dedos
abiertos.
Con la boca cerrada, inhala suavemente, procurando que la mano izquierda
permanezca inmóvil y la derecha perciba la distensión de los músculos abdominales.
Luego exhala lentamente, manteniendo las manos en la misma posición. Para verificar
que estás realizando la técnica correctamente, vuelve a efectuar el ejercicio, notarás
que cuando usted exhala, tu mano izquierda desciende y la derecha casi no se mueve.

Ejercicio 9
Un ejercicio de Hatha Yoga: siéntate en el suelo con la columna vertebral recta y
procura concentrarte en su respiración. Saca todo el aire de los pulmones, empezando
desde abajo, del diafragma. Luego, relaja el abdomen y empieza a llenar los pulmones,
empezando por la parte de abajo, luego por la mitad del tórax y finalmente por la parte
de arriba del pecho.
Procura levantar las costillas suavemente y permite que el diafragma se mueva
rítmicamente hacia arriba y hacia abajo. Exhala luego, primero desde el abdomen,
empujándolo hacia adentro, luego sigues hacia arriba, y al final inhalas otra vez. Repite
este ejercicio cinco o diez veces. Puedes practicarlo de manera habitual siempre que
tengas algunos minutos para descansar durante el día.

Ejercicio 10
En este ejercicio, de estilo meditación, puedes comenzar a respirar de manera
agradable por las narices y la boca, sin prestar demasiada atención al proceso. Deja la
boca ligeramente abierta y con la lengua toque levemente el paladar. Al principio esto
no parece cómodo, pero pronto te sentirás mejor. Permite que las sensaciones fluyan de
manera natural, y respira profundamente, una y otra vez.
Trata de poner la mente en blanco. Esto requiere bastante tiempo, porque dejar
de pensar en algo parece muy difícil al principio. Permite que las fantasías y las
sensaciones nazcan y luego desaparezcan, sin controlarlas de ninguna manera. Tampoco
trates de buscar por fuera alguna satisfacción.
Esta respiración es ágil y vigorizante. Si tienes alguna tensión muscular, imagina
que tu respiración la toca, y la va deshaciendo. A medida que tu respiración se hace
más lenta, profunda y uniforme, tu mente queda en paz, y las sensaciones fluyen de una
manera más agradable.
Cuando experimentes sensaciones (temblor, calor, vibración, frío, miedo,
alegría, etcétera) que empiezan a brotar de alguna parte, por ejemplo de la garganta, no
trates de impedirlas; permite que sigan su camino. Algunas veces, alguna sensación se
extiende, hasta que te invade por completo; entonces te das cuenta que guardabas enojo,
alegría, tristeza, o lo que sea. Los sentimientos y los impulsos están disponibles; la
energía circula de nuevo y te sientes muy bien, descansado y en paz.

Capítulo 9
LAS RUTAS DEL MASAJE Y EL MOVIMIENTO
Reich introdujo a la psicoterapia moderna el concepto de armadura del carácter.
Postuló que las tensiones musculares habituales que se generalizan por todo el cuerpo
inhiben las manifestaciones emocionales espontáneas; además, sustentan las ideologías
inflexibles y fanáticas.
Mediante sus tensiones y demás bloqueos corporales, muchas personas
anestesian sus impulsos y sentimientos; en particular reprimen el placer de la
sexualidad libre y espontánea. Creen que de esta manera podrán soportar mejor las
presiones del mundo exterior; sin embargo, lo único que logran es aislarse de la vida y
rodearse de infelicidad e insatisfacción.

La Coraza Muscular y el Masaje


Según Reich, la mejor explicación del gran poder destructivo de los seres
humanos y de su absurda violencia (= el reino del mal, con los demonios imaginarios)
está en la rígida coraza muscular e ideológica, tan habitual y endurecida, que
deshumaniza a los neuróticos y frena sus sentimientos de cariño, empatía, compasión,
veracidad y sexualidad.
Las personas que están emocionalmente enfermas, no son capaces de mostrar
respeto, apego, ni gratitud hacia sus semejantes; tampoco se pueden amar a sí mismas.
Las energías vitales del organismo y del orgasmo placentero corren en
sentido vertical, mientras que la armadura está compuesta por siete anillos (=
segmentos) de tensiones musculares habituales que las bloquean, en sentido transversal,
a distintas alturas del cuerpo:

El segmento ocular incluye las tensiones musculares de las áreas cercanas


a los ojos, y las de la frente, que puede estar arrugada por la preocupación; estas tensiones
contienen emociones congeladas de terror, rabia, y llanto.
El segmento oral incluye tensiones en la mandilbula, con los impulsos frenados de morder, chupar,
etcétera.
El segmento del cuello comprende la musculatura de esta región y las tensiones de los hombros. Allí
se bloquean algunas manifestaciones emocionales, como los sollozos y gritos; también las funciones
de tragar y vomitar. Además, la tráquea puede quedar oprimida.
El segmento del tórax incluye los músculos intercostales y la función respiratoria. Debido a la
neurosis, disminuye la capacidad respiratoria; eso provoca una disminución general de la vital¡dad
en todo el organismo.
Segmento diafragmático: cuando el diafragma está contraído, se interrumpe el componente
abdominal de los movimientos respiratorios, por lo que el individuo tiene escasa consciencia de los
impulsos y las sensaciones que se originan abajo de la cintura, por ejemplo la ira y la sexualidad.
El segmento abdominal incluye las alteraciones en las funciones de la digestión y la asimilación, que
son el origen de las energías bioeléctricas más elementales. Entre otras molestias, los músculos rectos
del abdomen están muy tensos y contraídos.
El segmento pélvico, incluye tensiones en el área genital, el esfínter urinario y la región anal. Estas
tensiones se asocian con algunos trastornos de las funciones sexuales, como la impotencia y la
frigidez, las hemorroides, etcétera.

Conviene advertir que psicología actual prefiere emplear el término personalidad


en lugar de carácter para designar la manera, relativamente habitual, que presente
cualquier individuo para comportarse, defenderse y adaptarse al medio; incluye la
manera como se relaciona con los demás.
Reich trabajaba directamente sobe la coraza muscular, utilizando el masaje
profundo para movilizar las energías del organismo. Esto elimina las tensiones
habituales y libera el dolor psicológico, junto con las emociones e impulsos contenidos
en la armadura del carácter. Además, la persona revive las vivencias tempranas que las
originaron, y las puede asimilar con una visión compasiva más amplia y más inteligente
(= más adulta).
Otra de las rutas más efectivas y asequibles para movilizar las emociones negativas
congeladas, es poner el cuerpo en movimiento. De eso hablaremos a continuación; el
movimiento del cuerpo favorece la respiración, y la buena respiración ayuda a que
podamos mover el cuerpo con mayor eficiencia, flexibilidad y rapidez; también mejora
los estados de ánimo.
Los traumas y los problemas emocionales que hemos sufrido, sumados a los
trastornos de las presiones y el estrés, debilitan los niveles de energía de nuestro
organismo. Así, el rechazo y odio quedan registrados en el organismo como una mezcla
de enojo y miedo, es decir, culpa. Esto hace que la persona no se valore gran cosa y
viva encogida sobre sí misma.
Izard señala que los sucesos externos, sean gratos o no, nos provocan
reacciones emocionales de manera muy directa. Los pensamientos, recuerdos y
fantasías también pueden activar las emociones. Sin embargo, las emociones humanas
tienen importantes aspectos corporales: la expresión del rostro, la postura del cuerpo y
los ritmos viscerales. En particular, los ritmos del corazón, la respiración y la
digestión, hacen que los estados emocionales perduren y se mantengan por largo
tiempo.
Ninguna persona puede salir de sus estados emocionales negativos sólo porque
ingiere pastillas antidepresivas y se repite algunas frases alegres. Tampoco
ayudan mucho las psicoterapias tradicionales que ofrecen un mero intercambio verbal
con interpretaciones analíticas, ni las que ofrecen a las personas empatía incondicional
y pasiva ante malestares que permanecen largo tiempo sin ningún cambio.
Esas alternativas (junto con los rezos y la meditación) no cambian, con
suficiente rapidez, los estados emocionales negativos que padecen tantos individuos.
Ninguna de ellas ayuda a eliminar, de manera directa, las posturas corporales
depresivas, resentidas, narcisistas-machistas, disociadas, masoquistas, etcétera, que
mantienen -y también generan- los estados emocionales neuróticos crónicos que
permanecen ligados a ellas.
Tampoco hacen gran cosa para solucionan el desequilibrio habitual del sistema
nervioso autónomo. Debido a eso, las funciones vitales básicas de la respiración, la
digestión, y la circulación de la sangre (lo mismo que el sistema inmunológico) están
alteradas y no producen suficiente energía. Otro detalle importante es que muchos
nervios quedan oprimidos, los tendones se acortan, etcétera, lo que produce dolor
crónico.
Además, las posturas corporales estás asociadas (= condicionadas, ligadas) con
ideologías absurdas y fanáticas de todos estilos. Por ejemplo, las mujeres sufridas
caminan con la pelvis trabada, las nalgas apretadas y la cabeza encogida, mientras que
los machos exageran su postura corporal ruda y dominante.
Aunque algunas personas ya no creen en los roles sociales tradicionales ni en
las ideologías obsoletas, les conviene recurrir a un psicoterapeuta mente-cuerpo-
espíritu para recuperar a plenitud su alegría de vivir (Navarro).
Una de las principales rutas para movilizar las emociones y abandonar las
posturas corporales dolorosas y encogidas, es el masaje especializado. La otra es
poner el cuerpo en movimiento.
En una investigación que utilizó la hipnosis, se logró que algunas personas
acomodaran su cuerpo, por algunos momentos, en algunas de las posturas que son
típicas de la depresión severa. Después de la hipnosis, todas ellos se siguieron
sintiendo tristes y deprimidas hasta que lograron salir de las posturas encogidas y las
cambiaron por otras, más cómodas y expandidas (Plutchik).
Algunos Ejercicios básicos
Aunque no existe una postura corporal ideal, te conviene eliminar las tensiones y
bloqueos específicos habituales que alteran tu postura corporal y reprimen la
espontaneidad emocional y la vitalidad plena de tu organismo. A continuación van
algunos ejercicios que cualquier persona puede practicar con facilidad.

1. Ojos y frente
Cuando tus ojos están relajados, puedes ver libremente y enfocas de manera
fácil las distancias cambiantes. Al contrario, cuando estás tenso y preocupado (a),
intentas mirar los objetos con demasiado esfuerzo; entonces te cuesta trabajo ver, y tu
campo visual se reduce. Las tensiones de la frente, la quijada y el cuello afectan los
ojos y la función auditiva. Por otra parte, muchas personas oyen, pero no escuchan.
Los músculos de la frente contraídos de manera habitual (sobre todo los del
entrecejo), trasmiten al cerebro mensajes emocionales de angustia y confusión. La cara
de perplejidad que muestran algunos individuos contribuye a la confusión y falta de
claridad de sus pensamientos. Si dedicas algún tiempo a tener la frente descansada y sin
arrugas, el problema que tienes delante te parecerá más fácil de resolver.
Para liberar las tensiones de los ojos, los puedes mover en todas direcciones.
Mira hacia arriba, lo más alto que puedas, manteniendo la cabeza derecha. Déjalos así
unos instantes; luego mira hacia el lado izquierdo, a continuación hacia el derecho, y
finalmente, hacia abajo. Repite este ejercicio varias veces. También puedes rotar tus
ojos en círculo, primero hacia un lado y luego hacia el otro, incluyendo miradas hacia
el suelo.
Si tienes algún problema o alguna preocupación, imagínala con claridad y con
los mayores detalles que puedas, mientras giras tus ojos en círculo. Tu cerebro podrá
valorar eso desde perspectivas nuevas, y disminuirá cualquier angustia, resentimiento o
depresión asociada con ese evento particular. La misma técnica ayuda para salir de los
estados de choque producidos por algún accidente, la muerte de un familiar cercano,
etcétera.
Una manera fácil de descansar la frente es tensarla aún más. Arrúgala y mantén
la presión. Luego descansa por un momento. Ténsala de nuevo y a continuación
descansa; repite el ejercicio varias veces. De igual modo, si quieres relajar las manos,
primero aprietas con fuerza los puños; te detienes un momento, y luego abres las manos
lo más que puedas. Repite el ejercicio varias veces, hasta que sientas tus manos muy
relajadas. Puedes hacer lo mismo con los pies, los brazos, los muslos, el cuello, los
hombros, la quijada, etcétera.
2. Mandíbula
La quijada es una de las partes más expresivas del cuerpo humano. La cerramos
con fuerza cuando sentimos cólera o determinación; el cerebro interpreta ese gesto
habitual como si estuviéramos en una situación de alto riesgo, por lo que a veces nos
invade una sensación de angustia creciente.
Para eliminar las tensiones de la mandíbula, conviene que te concentres cuando
comes: procura masticar bien y dedícate a saborear la comida. Después de algunos
momentos, tu cerebro activará la señal de saciedad y te darás cuenta de que ya no tienes
hambre; dejarás de comer y así evitarás el sobrepeso.
Otro ejercicio para liberar las tensiones de la mandíbula es tomar una toalla, o
un rollo de papel suave, para morderlo. Puedes sostener la toalla con una mano; luego
muerdes y jalas la toalla con los dientes. Al mismo tiempo, sacudes la cabeza como si
fueras un perro que no suelta a su presa.
Después de algunos momentos, sueltas la toalla voluntariamente, y luego repites
eso mismo varias veces. Este ejercicio es de gran ayuda para las personas que aprietan
los dientes y se los lastiman mientras duermen.

3. Cuello
A muchas personas les ayuda gritar, porque así se liberan algunas tensiones del
cuello. Para esto, se encierran en un cuarto alejado y gritan hasta quedar satisfechas.
También pueden hacerlo mientras conducen en situaciones de poco tráfico (en zonas
relativamente despobladas), o con los vidrios del automóvil bien cerrados.
Se puede utilizar la voz para aflojar algunas tensiones internas, en particular de
la tráquea. Uno respira profundamente y luego produce el sonido mmmm… de manera
prologada, mientras echa fuera el aire por la nariz. Es conveniente variar el sonido,
haciéndolo más grave o más agudo, hasta sentir que vibran las estructuras del cuello, la
cabeza, el tórax, etc.
Conviene que sea más grave abajo, en los genitales, y más agudo en la frente y
arriba de la cabeza. Las personas calladas y sumisas pueden gritar ¡noooo…!, alguna
veces, con toda intensidad, cuando giran el cuello de uno a otro lado para aflojarlo;
también mientras levantan la cabeza. En la terapia de grupo se puede invitar a algunos
individuos para que emitan sonidos: pueden rugir, gritar, llorar y ensayar distintas
voces para dar salida a sus emociones reprimidas.
Otra manera de eliminar las tensiones del cuello es tomar un cojín con las
manos y ahorcarlo; también puedes utilizar una toalla para retorcerla. Además, te
puedes imaginar que ahorcas al individuo que te está presionando e intenta hacerte la
vida imposible.
Es típico que las manos, antes frías y sudorosas, recuperen el calor y la
vibración después de practicar estos ejercicios. Algunos dolores de cabeza
desaparecen cuando las manos recuperan la circulación normal de la sangre, porque ya
no se agolpa en la cabeza, sino que se reparte por todo el cuerpo.
Feldenkreis recomienda evitar las tensiones del cuello mientras estamos
caminando. El cuello libre contribuye de manera particular a que sintamos libertad en
todo el cuerpo. Sugiere que al movernos podemos imaginar que alguien nos está
ayudando y nos jala suavemente por el cabello de la parte superior de la cabeza.
4. Hombros, manos y brazos
Cuando se encuentran libres de tensiones, los hombros son una plataforma móvil
que se desliza sobre el tórax y ejecuta toda clase de movimientos, lo cual facilita el
empleo de los brazos. La postura de los hombros refleja el modo como cada cual lleva
el peso de la vida; sus actitudes hacia el trabajo y las responsabilidades. Por ejemplo,
algunas personas están agobiadas por los sufrimientos y preocupaciones.
Las personas tensas padecen dolores de cabeza, cuello, hombros o espalda. Un
sencillo ejercicio consiste en levantar los hombros casi hasta tocar las orejas (como
quien expresa que algo no le importa) y luego mantenerlos así por un momento. A
continuación los dejas caer con fuerza y echas fuera el aire de los pulmones. Puedes
repetir este ejercicio hasta veinticinco veces.
Las manos son el principal instrumento del que se vale nuestro organismo para
establecer contacto y modificar el medio ambiente que nos rodea. Las dejamos caer con
desaliento cuando perdemos la esperanza. Sacudimos el puño cuando nos
encolerizamos y algunas personas se comen las uñas cuando están nerviosas.
A cualquier persona le conviene aprender a relajar sus manos cuando está en
una situación que le produce irritación o fastidio. Esto quita la sensación de
nerviosismo y la persona se siente capaz de hacer frente a la situación sin tantos
problemas. Basta con que cierres los puños con fuerza y luego los abra unas cuantas
veces. También puedes apretar una pequeña pelota de hule, o algún objeto parecido.
Para liberar la ira y el resentimiento, puedes golpear la cama con los puños o
con una raqueta. Hay guantes diseñados para las peleas (en las terapias de grupo) que
hacen mucho ruido pero no causan daño alguno. También hay muñecos inflables, de
tamaño casi natural, capaces de soportar golpes, empujones y patadas de las personas
que desean expresar su enojo de manera muy emocional, pero inofensiva.
5. Tórax y espalda
Además del dolor muscular, muchas personas cargan en la espalda sus
problemas familiares, del trabajo o la escuela, junto con mezclas de miedo, cansancio y
coraje. No pueden salir de su rigidez ni de sus preocupaciones obsesivas, incluso
cuando están de vacaciones (ver el capítulo diez).
Algunos deportes, como el tenis, fortalecen los músculos del frente del tórax (y
uno de los brazos), pero los de la espalda quedan estirados y débiles. La cabeza está
hacia delante; la persona se joroba, siente cansancio y no respira bien.
Entre otros ejercicios, le convendría dar codazos hacia atrás, remar, etcétera,
para fortalecer los romboides. Así, los omóplatos se juntarían más, y la persona
respiraría mejor. Para abrir los músculos tensos del tórax, uno se tiende de espaldas en
el suelo, encima de un rollo de cobertores que se acomodan abajo de los hombros,
como se muestra en la figura 9.1.

Permanece así diez o quince minutos, respirando profundamente. Puedes


recorrer el rollo, para colocarlo a distintas alturas; también procura estirar los brazos
lo más que puedas.
Esta postura, opuesta a estar habitualmente agachado, es muy útil para aflojar
los músculos del frente del tórax. En ocasiones, este ejercicio provoca temblores
musculares y llanto; esto también ayuda a liberar los bloqueos emocionales y mejora la
respiración.
Para liberar las tensiones de la espalda, también son útiles algunos ejercicios
de Yoga que tienen el propósito de estirar la columna vertebral. Por ejemplo, la
postura de la cobra (Figura 9.2).
La persona se acuesta boca abajo, en el suelo. Se estira y se apoya en los
antebrazos, para mantener la cabeza y el tórax algo levantados. Hace una inspiración
profunda y prologada. Luego, al momento de exhalar, arquea la espalda hacia arriba y
también levanta la cabeza

Al sacar el aire, conviene que emitas un fuerte sonido espontáneo, como puede
ser un rugido o algo parecido. Al mismo tiempo, también puedes sacar la lengua lo más
posible. El ejercicio se repite varias veces; algunas personas se dan cuenta de que
aprietan la garganta para evitar respirar de manera más profunda.
Feldenkreis propone otro ejercicio que tiene la finalidad de mejorar la
curvatura lumbar, el cual es útil para eliminar algunas molestias de la espalda baja. La
persona se acuesta de espaldas, encoge las piernas y apoya en el suelo las plantas de
los pies, alineadas con las caderas y a cierta distancia de las mismas. Luego, respira
profundamente, y trata de exagerar la curvatura lumbar, imaginando que es un arco que
se agranda.
Con esto, uno siente que los pies tratan de sujetarse con fuerza al suelo. Luego
exhalas y regresas a la posición inicial. Repite este ejercicio varias veces, a tu gusto.
El mismo autor recomienda que tratemos de mejorar la conciencia de los músculos,
tanto de los flexores como de los extensores, para que de esta manera tengamos una
mejor postura y una imagen más integrada de nosotros mismos.
5. Abdomen
Cuando alguien anticipa un golpe en el estómago, contrae instintivamente los
músculos abdominales. Debido a que algunos individuos mantienen estos músculos
tensos, su cerebro recibe continuos mensajes de alarma e inseguridad.
En un ejercicio que es útil para liberar las tensiones del abdomen, te tiendes
boca abajo en el piso sobre unos cojines duros o una manta enrollada. A continuación,
activa tu energía mediante la respiración profunda, y luego te das un masaje circular,
alrededor del ombligo; recorre poco a poco tus dedos hacia fuera, en sentido de las
manecillas del reloj.
Utiliza la punta de tus dedos y fija tu atención en tus funciones abdominales que
recuperan sus ritmos vitales: intestinos, estómago, hígado, etcétera.
6. Pelvis
Entre los ejercicios que se utilizan para manejar las tensiones del área pélvica
están los movimientos circulares, parecidos a los que haría una persona que tuviera un
aro en su cintura y lo hiciera girar. Te colocas de pie, con los pies paralelos y
separados unos treinta centímetros; luego apoyas el peso del cuerpo en el pie izquierdo,
rotando la pelvis hacia el mismo lado.
A continuación, permite que el peso del cuerpo descanse en ambos talones y
mueves la pelvis hacia adelante. Luego te apoyas en el pie derecho y giras la pelvis
hacia ese lado. Al final, apoyas el peso del cuerpo en ambos pies y mueves la pelvis
hacia atrás. Repite el ejercicio diez veces. Luego hazlo otra vez, en sentido contrario,
otras diez veces.
Cuando el esfínter anal está muy contraído, la defecación es molesta y muchas
personas padecen dolorosas hemorroides. Un eficaz ejercicio para aliviar este
padecimiento consiste en apretar y aflojar con fuerza las nalgas y el ano. La persona
mantiene la presión mientras cuenta hasta quince. A continuación se relaja un instante y
luego contrae de nuevo los músculos del piso pélvico.
Puedes hacer este ejercicio unas quince veces mientras estás sentado en la
oficina, viendo televisión, usando la computadora, etcétera. Los músculos del piso
pélvico se necesitan ejercitar de manera regular, lo mismo que los demás de todo el
cuerpo.
7. Piernas y pies
Entre los ejercicios para aliviar las tensiones de las piernas están patear,
sacudirlas, hacerlas vibrar, etc. Por ejemplo, cuando la persona está tendida boca
abajo, apoyada en el suelo con los antebrazos, puede patear hacia atrás, primero con
una pierna y luego con la otra, unas quince veces en total para cada pierna.
También puedes tirar patadas mientras estás acostado (a) boca arriba en la cama
o en una alfombra. Este ejercicio también acelera la respiración. A veces, la
respiración acelerada y los movimientos corporales expansivos disparan sensaciones,
emociones, recuerdos y percepciones.
Las personas que mantienen las rodillas trabadas, limitan los movimientos de la
pelvis. También tensan muchos otros músculos de su cuerpo, que van desde el cuero
cabelludo hasta los dedos de los pies, en un esfuerzo por mantenerse muy rígidas y
derechas. De manera paralela, sus opiniones no son flexibles ni espontáneas.
Para aflojar las rodillas trabadas, colócate de pie. Luego adelanta uno de ellos,
para echarle encima el peso del cuerpo (figura 9.3). Procura mantener la espalda recta,
igual que el cuello y la cabeza. A continuación, gira la rodilla, haciendo pequeños
círculos, primero hacia dentro (diez veces), y luego hacia fuera, otras diez veces. Este
ejercicio también fortalece los ligamentos y tendones de las rodillas, y también elimina
algunos dolores de espalda
.
A continuación, adelanta el otro pie, apoya en el todo el cuerpo, y haz las dos
rotaciones. Después regresa a la postura inicial, echa el peso en el primer pie, etcétera.
El ejercicio completo se repite unas cuantas veces. De esta manera, podrás destrabar y
fortalecer los tendones y ligamentos de las rodillas.
Los que vivimos en la ciudad hemos perdido algunos movimientos de los pies
porque utilizamos zapatos y caminamos mucho tiempo sobre superficies planas. Al
contrario, las personas que viven en poblaciones cercanas al mar, caminan descalzos
por terrenos rocosos y disparejos, e incluso suben a las palmeras; pueden flexionar sus
pies de maneras desconocidas para nosotros.
Debido a un pésimo hábito, muchas personas caminan con la punta de los pies
dirigida hacia fuera, lo que genera estrés indebido en las piernas y la pelvis. El modo
correcto de caminar es con los pies paralelos, con los dedos apuntando hacia el frente.
De paso, las personas que se empeñan en caminar de manera adecuada, también
fortalecen sus ligamentos de la rodilla y recuperan el arco del pie que antes tenían
colapsado.
Una manera sencilla de facilitar la movilidad de los músculos de los pies y
aliviar las tensiones diarias es poner una pequeña pelota de hule en el suelo. Es posible
hacer toda clase de ejercicios con ella; por ejemplo, puedes agarrarla con los dedos de
los pies, rodarla contra el arco del pie, presionarla con los talones, moverla hacia
delante y hacia atrás con el borde externo de los pies, darte masaje en toda la planta de
los pies con ella, etcétera.
Capítulo 10
EL PENSAMIENTO LIBRE Y CONSTRUCTIVO
Nuestro cerebro tiene dos hemisferios; cada uno de ellos tiene funciones distintas que
son complementarias; ambos están conectados por el cuerpo calloso. En las personas
que son diestras, el hemisferio izquierdo controla el lado derecho del cuerpo, y es
lógico, masculino y fuerte. Por su parte, el derecho, controla el lado del corazón; es
femenino, artístico, simbólico y misterioso (figura 10.1).

Figura 10.1 Los dos hemisferios cerebrales, unidos por el cuerpo calloso.
El derecho es imaginativo, y controla el lado izquierdo del cuerpo; mientras
que el izquierdo es lógico, y controla al lado derecho.

El hemisferio izquierdo se encarga de producir los pensamientos lógicos y


analíticos, junto con las operaciones verbales y matemáticas; percibe el paso del
tiempo, y opera en forma lineal y secuencial.
Por su parte, el derecho tiene que ver con las actividades artísticas, las
artesanías, la propia imagen corporal, el reconocimiento de los rostros y la orientación
en el espacio; es analógico, global e intuitivo (Ornstein).
Mientras que el izquierdo maneja las cosas de una por una, el derecho percibe y
organiza muchas cosas al mismo tiempo. Por su parte, las personas que han
desarrollado su propio yo pueden combinar la lógica con la intuición sin ningún
problema. En el esquema oriental, se habla del yin y del yang, el orden y el caos, lo
luminoso y lo oscuro, que están presentes en todo el universo (ver el capítulo cinco y
la conclusión).
Cada uno de los hemisferios se activa durante periodos que van de los 25 a los
280 minutos. El que domina en un momento dado, toma el control principal de la
persona, apoyado en su propio clima emocional y sus propios recuerdos. En las
personas que tienen suficiente edad y escolaridad, predomina el izquierdo; por esta
razón, sus diálogos internos inician y dirigen sus conductas, y no tanto las fantasías.
En el proceso de evolución humana, el hemisferio izquierdo se desarrolló
mucho después. En la actualidad, la mayoría de nosotros sabemos que el cerebro
produce los diálogos internos, como parte del campo de consciencia unificado que
disfrutamos.
Sin embargo, los humanos antiguos, como los griegos de la época de Troya, los
hebreos cercanos a Moisés y los nativos mesoamericanos, vivían alucinados.
Escuchaban voces y veían fantasmas; por eso, creían que sus dioses les hablaban desde
fuera, a través de sus ídolos, ríos, volcanes, rayos y nubes, etcétera. Proyectaban sus
temores, deseos y pensamientos en los fenómenos naturales. Lo mismo pasa con algunos
esquizofrénicos y epilépticos; eso sucede también con las personas que entran en algún
trance religioso
(Jaynes).
Para cualquier persona, el primer paso hacia la libertad de acción es la
libertad de pensamiento. Los pensamientos producen reacciones emocionales de
manera directa; si alguien se dedica a fabricar pensamientos positivos, no sólo hace
eso, sino que también cambia, de manera favorable, la química de su cerebro. Y si
alguno se repite que no vale nada y que nadie lo (la) quiere, que no puedes deja de
fumar o beber, etcétera, cada órgano y célula de su organismo escucha eso, e intenta
hacer realidad las palabras depresivas.
Las frases negativas habituales quedan ligadas a la propia imagen corporal.
Algunas de ellas son parecidas a maldiciones a largo plazo, que pueden paralizar a la
persona en el momento menos oportuno. Por ejemplo, el estudiante que se obsesiona
con la idea de que es tonto y por eso no entiende nada en clase, se angustia; se le nubla
la cabeza cuando tiene exámenes, no sabe que responder y reprueba el semestre.
Según Buda, fabricamos el mundo con nuestra mente. De igual manera, tú te
miras a ti mismo (te imaginas que eres de una manera o de otra) a causa de los diálogos
internos que elaboras en tu interior. Cuando te repites, de manera obsesiva, que eres
idiota, pecador, horrible e incompetente, etcétera, te conviertes en el juez implacable de
ti mismo, y en tu peor enemigo, porque te ves y te tratas como una basura.

El Juez Severo y el Niño Débil


Los padres severos, regañones e injustos, generan culpa en sus hijos e hijas (ver el
capítulo siete). Cuando son mayores, una parte justiciera y acusatoria reproduce de
nuevo, sin que venga al caso ni sirva para nada, los rollos y programas paternos
negativos, de manera continua, como un disco trabado.
Muchas personas (incluyendo los adultos, los escuchan sin cuestionarlos, los
consideran como absolutamente ciertos y se dejan llevar por ellos; es como si entraran
en un trance de auto-hipnosis. Su parte inmadura y neurótica sigue reproduciendo, sin
parar nunca, las frases destructivas que sus padres y otras figuras de autoridad les
dijeron cuando eran niños. En algunos, su parte adulta, que es más inteligente, les hace
saber que sólo se trata de mentiras y falsedades que les conviene aprender a controlar.

La Psicoterapia del Pensamiento


La mayoría de nuestras conductas inapropiadas se apoyan en falsas creencias,
tradiciones obsoletas e ideologías fanáticas (=falsos valores) que nos empeñamos en
mantener. Gurdijeff (en Ouspensky) subraya que para muchas personas, las ideas y
pensamientos que consideran más propias, en realidad son frases que tomaron de
cualquier parte y se repiten textualmente, sin ninguna crítica ni reflexión personal.
Luciani propone un principio elemental de cambio: nos conviene elegir los
pensamientos saludables, lógicos y optimistas para salir de la baja estima, el
resentimiento y la depresión. Una serie de hábitos nocivos en la manera de manejar los
pensamientos es lo que mantiene las alteraciones emocionales; sin embargo, podemos
eliminar esos hábitos inútiles y negativos con mucha facilidad.

Las Frases que nos Enferman


y Abrahams enseñan que muchas personas se perturban de manera excesiva debido
Ellis
a que agitan ideas irracionales; por ese simple hecho se vuelven ansiosas y depresivas.
Además, ellos mismos se culpan, enfurecen y compadecen por muchas cosas que en sí
no vale la pena. Antes se suponía que las ideas irracionales que causaban la mayor
parte de las miserias humanas eran sólo 10 o 12.
En la actualidad sabemos que existen centenares de ideas falsas que conducen a
la depresión y al fracaso (Ellis y Abrahams). Las personas depresivas, ansiosas y
resentidas las utilizan para convertir en terribles catástrofes las desilusiones ordinarias
de la vida. Creen que los eventos externos y las demás personas las están dañando, y no
alcanzan a darse cuenta de que se enferman y se dañan con sus propios pensamientos.
Muchos individuos se repiten algunas frases favoritas, y con ellas se torturan
diariamente. Algunas son demasiado absurdas, pero otras son más sutiles y hasta
parecen ciertas. Te conviene aprender a cuestionarlas, para que luego las puedas
eliminar, porque generan emociones indeseables y malsanas de manera automática. Si
lo deseas, cuando las identifiques, las puedes compartir y discutir con alguna persona
inteligente de tu entera confianza.
A continuación agrupo algunas creencias falsas muy comunes; examina
cuidadosamente la lista, para ver si compartes alguna de ellas. Luego, anota en una hoja
de papel cinco o más de tus creencias falsas más importantes, agregando también
aquellas que no están aquí (muy adaptada de Ellis y Abrahams).
Debo procurar que todos me quieran siempre. Tengo que ser perfecto y nunca me puedo equivocar.
Soy un fracasado porque me pasó tal o cual cosa. No valgo nada y la vida no vale nada. La soledad
es algo terrible y espantoso. Tengo un defecto físico o alguna limitación y por eso nadie me quiere.
Por ser hombre, tengo que ser violento, mentiroso y prepotente. Puedo resolver mis problemas y no
necesito de nadie. Si me parezco a tal actriz (actor), o tal persona famosa, voy a tener mucho éxito y
todos me van a querer.
No podré bajar de peso, dejar de fumar o salir del abuso de drogas. Si no me visto de tal manera, me
maquillo, o no me hago tal cirugía soy horrible. Seré inmortal cuando me aplaudan mucho y salga en
televisión. La gente vale por lo que tiene (dinero y posesiones). Si me enojo es algo terrible. Mi
obligación es complacer y hacer sentir bien a los demás. Porque hice tal cosa, merezco el infierno.
No sirvo para estudiar ni entiendo nada en clase. En la vida no hay que trabajar. La vida es sólo
para descansar y gozar. La vida es para sufrir. Las demás personas tienen que hacer lo que yo
quiero. Debo cuidar a los demás sin esperar nada para mí. Soy muy débil y los demás me tienen que
apoyar siempre. No me pasará nada aunque fume, coma y beba mucho; consuma drogas y me
exponga a los peligros. El suicidio es la única salida…
Las terapias del pensamiento (cognitivas, racional-emotiva, etcétera) se basan
en el hecho de que lo que pensamos, imaginamos y nos decimos, y no tanto lo que en
realidad nos sucedió, provoca las emociones positivas o negativas que nos invaden.
También nos sentimos mal si no se cumplen nuestras expectativas, por ejemplo, cuando
las personas nos tratan de manera diferente a la que esperábamos

La Técnica de la Triple Columna


Como punto de partida para mejorar el control de sus pensamientos, conviene que la
persona interesada acepte la creencia de que sus trastornos emocionales y sus
conductas desajustadas reflejan (con demasiada frecuencia) una adherencia ciega a
algunas creencias que son apresuradas y poco lógica, por lo que conviene cambiarlas
por otras que son mejores.
La terapia racional-emotiva (Ellis) propone el simple esquema de ABC para
explicar cómo funciona todo esto. A = Experiencia que motiva, B = Sistema de
pensamientos y creencias falsas y C = Consecuencias emocionales negativas que surgen
automáticamente de los pensamientos alterados.
Por ejemplo, (A) un empleado llega cansado de su trabajo y no saluda
amablemente a su pareja, sino que responde de manera fría a su bienvenida. Con esto,
la mujer se dice a sí misma (B) que no vale nada, que ya no es atractiva porque ha
subido de peso, que su marido ya no la quiere: es probable que tenga una amante,
etcétera. Con todo esto, se siente (C) malhumorada, rechazada y deprimida.
La carga emocional (C) disminuye a medida que esa mujer aprende a no dejarse
llevar por sus pensamientos negativos (B): puede pensar que es terrible ser rechazada
por su marido y que eso es horrible, espantoso e insoportable. Que sus padres la
consintieron mucho cuando era niña, y que eso es el verdadero amor, etcétera. Por el
contrario, si se detiene a pensar otra vez, paso (D), comprende que sólo ha sido
rechazada, tal vez sin intención deliberada. Esa es la nueva comprensión, más lógica y
realista (E).
Aunque lo que sucedió es lamentable y doloroso, no llega a ser horrible ni
espantoso. No existe ninguna prueba lógica de que ese incidente, relativamente trivial,
sea algo tan e insoportable. Tampoco es un obstáculo para seguir viviendo, ni para
olvidar y perdonar. Es sólo parte de la vida que le toca vivir a ella, y a la mayoría de la
gente que habita en las ciudades. Las personas que nos rodean, a veces están de buen
humor, y otras veces están molestas y tensas; entonces nos lastiman.
Para corregir los errores del pensamiento, necesitas llevar un registro diario de
tus pensamientos negativos durante algunas semanas. Utiliza pequeñas hojas de papel
para llevar un registro diario. Traza dos rayas verticales en una hoja de papel y
divídela en tres partes. El lado izquierdo te sirve para ir anotando, de modo abreviado,
las situaciones y los eventos frente a los que te sientes molesto (a) o deprimido (a). En
el centro van los pensamientos negativos automáticos. Luego escribe, a la derecha, una
interpretación alternativa, más razonable y optimista, acerca de los mismos eventos que
a primera vista te parecieron catastróficos o muy irritantes (tabla 10.1).

Tabla 10.1 Ejemplo de una hoja de registro diario con tres columnas. En la primera, vas anotando los eventos,
en la segunda, los pensamientos automáticos, y en la tercera escribes otras interpretaciones que son más
positivas.

Todos los días, antes de acostarte, suma las veces que detuviste el pensamiento negativo y lo cambiaste por
En otro papel escribe los días de las siguientes cinco
una evaluación más realista de la situación.
semanas, empezando por el día en que empezaste a utilizar esta técnica. Utiliza los
números diarios para ir trazando una gráfica; así puedes ver lo que está pasando.
Al principio, los números aumentan, porque reconoces muchas frases negativas
que te repetías sin darte cuenta. Sin embargo, después disminuyen los números, a
medida que se van acallando las voces internas quejumbrosas y derrotistas.
Conviene que continúes practicando la técnica de la triple columna durante
otras seis semanas, más o menos. Eso se puede combinar también con procedimientos
que ayudan a mejorar el estado de ánimo, por ejemplo iniciar algún deporte y otras
actividades placenteras.
Una ventaja de llevar estos registros es que identificas los temas repetitivos que
antes te desanimaban, angustiaban e irritaban. Cuando lograste eliminar los diálogos
negativos y aprendiste a cambiarlos por otras evaluaciones, más flexibles y razonables,
la terapia tiene éxito: te das cuenta de que mejoran tus estados de ánimo y te sientes más
alegre y entusiasmado.
La base de cualquier avance es la confianza que tienes en ti mismo: necesitas
aceptarte tal cual eres, aunque hagas tal o cual cosa, y obtengas, o no, la aprobación de
la gente. Aceptarte a ti mismo es una sencilla elección personal: vales porque estás
vivo (a); tu bondad es la de un ser humano viviente, nada más (Ellis).

Técnica para Detener el Pensamiento


¿En qué estás pensando, qué frases negativas, depresivas, denigrantes e insultantes te
repites sin darte mucha cuenta? En lugar de dar cuerda a los pensamientos indeseables,
y así sentirte peor, puedes frenarlos de una manera muy sencilla, para que ya no
alterares tus emociones de manera indebida (Rimm y Masters).
Desde tu parte más adulta, reconoce la voz interior del juez crítico (o del niño
inseguro) y di, en voz baja y con toda firmeza: ¡”Cállate! “ Otras órdenes que detienen
de inmediato los pensamientos destructivos son: ”¡Basta, alto, sal de allí, ya bájale, no
manches, no te azotes!” Elige la te funcione mejor, y utilízala para frenar los diálogos
internos negativos que te perjudican.
Cuando lograste detener el pensamiento que no viene al caso, también te
conviene decirte: “Esa basura me la metió mi mamá, mi papá (y otras personas) en la
cabeza, eso me decían cuando me regañaban, ya fueron suficientes azotes y no tengo
por qué seguir culpándome, etcétera”.
Otras frases parecidas: “Tranquilo (a), cálmate, hiciste bien eso, ese asunto no
es tu problema…” Cuando las entiendes y frenas el torrente de frases emocionales
distorsionadas que antes te nublaban la clara visión y evaluación pensante de alguna
situación concreta, brota el nuevo pensamiento creativo, con toda su fuerza. Este te
ayudará a resolver cualquier problema
Siempre que regresen los pensamientos negativos, dedica algún tiempo para
detenernos otra vez, utilizando la misma técnica; poco a poco necesitará menos esfuerzo
para lograr resultados favorables.
Te conviene también llevar un registro diario de las veces que lograste detener
los pensamientos auto-destructivos.
En una pequeña libreta, anota el día de la semana en la primera página, y los
demás días en las siguientes páginas. Durante el día, ve haciendo una raya cada vez que
utilices esta técnica; suma las rayas al final del día y anota el total en esa página. Al día
siguiente procede de la misma manera.
El total de cada día te sirve para que vayas haciendo una gráfica semanal que
ilustra la disminución gradual de los pensamientos negativos. Necesitas llevar los
registros diarios, junto con la gráfica, durante seis o siete semanas.
Con el simple uso de la técnica de detener el pensamiento, te darás cuenta de
que mejora tu propia estima, y disfrutas estados de ánimo más agradables. Cuando
hayas establecido el hábito de utilizar esta técnica, podrás observar, para tu sorpresa,
que la parte acusatoria ha desaparecido casi por completo.
Después de que logras acallar la palabrería del crítico interno, es bueno
cambiar los pensamientos negativos por otros positivos, por ejemplo: soy una persona
única, inteligente y valiosa, hago las cosas bien, o al menos lo mejor que puedo, soy
una persona triunfadora; me controlo a mí mismo, tengo derecho a disfrutar de la
vida, etcétera.
Es mejor que utilices el tiempo presente, aunque se trate de metas que vas a alcanzar en
el futuro, por ejemplo: estoy tranquilo, estoy bajando de peso, soy fuerte y delgado,
estoy contento y satisfecho, disfruto de buena salud, puedo manejar bien este
trabajo, soy un excelente estudiante, me gusta aprender.
Conviene que repitas varis veces las declaraciones, en sesiones de unos tres
minutos por sesión, con 3 o 4 sesiones cada día.
Escucha, siente, ve, saborea y huele todo lo que tiene que ver con esos pensamientos
gratos y con las imágenes que los acompañan. Conocerás que tienes éxito en esta tarea
cuando tu mente regresa espontáneamente a los pensamientos positivos, sonríes y te
sientes en paz.

La Práctica del Pensamiento Relativo


Sabemos que algunos juicios son verdaderos, porque se apoyan en observaciones
repetidas, que son verificables por métodos técnicos y científicos. Con base en ellas, y
utilizando los procesos lógico-deductivos, podemos afirmar con toda seguridad que una
afirmación es verdadera, mientras que la contraria es falsa. Por ejemplo, es una verdad
comprobada que la tierra no es plana, y que gira alrededor del sol.
Muchas de las frases que fabricamos no tienen gran cosa que ver con la realidad
externa (ni con las intenciones de los demás), sino que reflejan lo que llevamos dentro,
incluyendo nuestros prejuicios, sinrazones, falsas conclusiones, generalizaciones sin
base, proyecciones y juicios subjetivos, demasiado emocionales.
Por ejemplo, algún amigo nos comenta que la tarde lluviosa es triste, y que la
película que acaba de ver es aburrida, no vale nada, ni le puede interesar a nadie. Esa
frase revela mucho acerca de su estado de ánimo depresivo: para otras personas, las
tardes lluviosas son alegres.
Además, esa misma película divierte y conmueve a otros espectadores que la
consideran magnífica. Mucho de eso depende del punto de vista, la personalidad y los
estados de ánimo de cada quien.
Abundan las opiniones que están demasiado teñidos por la emoción y el
subjetivismo. Las personas angustiadas, depresivas y resentidas utilizan frases
extremosas y categorías opuestas; ven todo como blanco o negro, sin colores ni matices
intermedios.
Para ellas, todo es verdadero o falso, aunque los demás sólo dicen mentiras,
mientras que ellos poseen la única verdad, y no se equivocan nunca. Debe haber una
razón para todo, y ellos/as la conocen, mientras que los demás son unos pobres
ignorantes que no saben nada de nada.
Por fortuna, en la mayoría de las personas, incluyendo a las depresivas, no está
dañada su capacidad lógica: pueden echar una segunda mirada para analizar y poner en
orden sus diálogos internos (darles la serenidad que merecen). También pueden
aprovechar los nuevos datos que reciben del exterior a través de sus órganos
perceptivos, para así llegar a conclusiones que sean más sanas y realistas.
De ninguna manera es lógico, ni objetivo, afirmar que el divorcio, el aborto o la
homosexualidad, etcétera, son un crimen, una tragedia o un pecado grave que merece el
infierno. Esos juicios, tan cargados emocionalmente, nos revelan los prejuicios y
tradicionalismos (y la neurosis) de quienes los expresan, y no tienen tanto que ver con
lo que hicieron los demás.
En las sociedades actuales, hay diferentes criterios acerca de muchas conductas.
Por eso, algunas personas toman decisiones y adoptan costumbres que a otras les
parecen inoportunas, socialmente censurables e injustificables. Cualquier individuo
tiene derecho a defender sus propios puntos de vista, y a actuar como le parezca, con tal
que respete los derechos de los demás. Cuando alguien expresa una opinión diferente
de la nuestra, rara vez nos está atacando de manera personal.
En general, las personas más cultas y optimistas utilizan el pensamiento de
manera más flexible y menos dogmática. Pueden cambiar sus opiniones y el rumbo de
sus vidas según la percepción intuitiva y lógica de cada momento, aunque sus valores
humanistas más profundos permanecen inalterados. Tú puedes generar nuevas ideas y
frases espontáneas a cada instante, a partir de los datos cambiantes que recibes del
exterior.
En lugar de asegurar algo de manera radical y emocional, puedes decir lo que
piensas, de manera realista y flexible, y hasta con un poco de ironía fina, teniendo en
cuenta el contexto social en el que te encuentres.
De acuerdo con un modo de pensar relativo y abierto, sin culpas neuróticas, una
separación (o un divorcio) no se deberían calificar como algo espantoso, un fracaso
definitivo, algo inmoral, ni el fin del mundo. Tampoco significa que alguien sea
malvado o carezca de atractivo; por lo común, ambas personas hicieron serios intentos
por comprenderse, pero eso no les sirvió de nada.
Cuando dos personas ya no se entienden, y dejaron de amarse, sobre todo
cuando hay violencia, y ya ni siquiera se respetan, es mejor que se separaren y dejen de
lastimarse. Así encontrarán nuevas amistades y aprovecharán otras oportunidades para
ser felices. Como suele suceder, los que se separan recibirán las críticas de algunos
familiares y amigos, y también tendrán el apoyo y la simpatía de los que los conocen
mejor y estiman más.
Sus hijos no sufrirán mucho cuando la separación es rápida y en los mejores
términos posibles, debido a que conservan el cariño de ambos, y también los van a
seguir viendo (cuando esto es posible). Para los niños, un buen divorcio es preferible a
un ambiente continuo de mentiras, engaños y pleitos. Por supuesto que merecen
explicaciones serenas y honestas; no es justo que el padre o la madre los utilicen para
cobrar venganza de circunstancias y hechos que a ellos no les tocan, y que ni siquiera
pueden entender.
La mayoría de las personas que se atreven a dar ese paso recuperan el
optimismo y reorganizan su vida, a corto o largo plazo. Les conviene buscar el apoyo
de sus mejores amigos. Si tú estás en esta situación, evita dirigirte frases deprimentes y
autodestructivas. Es mejor que recurras a tu mejor ética personal y no te aferres a una
falsa imagen (una verdadera caricatura) de Dios como el cruel justiciero al servicio de
la censura social y de una moral religiosa obsoleta.
De ninguna manera se le acaba el mundo al estudiante que reprueba algunas
materias y tiene que presentar nuevos exámenes. Lo que tiene que hacer es estudiar
mejor para aprobarlos, y dedicar tiempo y empeño a eso, para no repetir una
experiencia tan desagradable. Incluso si hubiera perdido un semestre, (o cambiar de
carrera) puede retomar sus estudios de nuevo, y echarle más ganas. Además, a todos
nos conviene cultivar un sano sentido del humor, de preferencia negro post-post-
modernista. La risa es buena medicina.
Algunos individuos miran pasivamente, sin interés alguno, todo lo que acontece
a su alrededor. Consideran las maravillas que les rodean como algo común y corriente;
sencillamente las ignoran. Han perdido la curiosidad y las ganas de aprender. Esto no
es natural en las personas adultas, porque cualquier niño que goza de buena salud
manifiesta interés por explorar de manera activa, con sus manos, vista y olfato, con su
inteligencia y su imaginación, todo el universo que le rodea.
Tu preparación profesional, técnica, laboral y humana no termina nunca.
Empéñate en seguir adquiriendo todos los conocimientos y las mejores experiencias
sociales que puedas. Te conviene cultivar el gusto por la lectura; las personas que lo
hacen elevan su coeficiente intelectual hasta por veinte puntos, sin gran esfuerzo. Las
personas más preparadas tienen mejores oportunidades de trabajo, y también disfrutan
niveles más elevados de éxito personal, familiar, social y económico. En Internet
puedes encontrar miles de artículos y videos relacionados con temas culturales y
científicos que te interesen; eso también te ayudará a ampliar tus conocimientos.

Capítulo 11
LOS NIVELES DE LA IMAGINACIÓN
Como expliqué en el capítulo anterior, el hemisferio cerebral izquierdo procesa, lo que
percibimos del exterior, y también lo que sucede dentro de nosotros, de manera verbal,
lógico-deductiva y secuencial.
De manera complementaria, el hemisferio derecho interpreta la realidad de
manera analógica; para ello, se encarga de elaborar los sueños, ensueños y fantasías
que reflejan nuestros deseos, impulsos y sentimientos más íntimos (Ornstein).
La imaginación acomoda los hechos naturales en un orden distinto al de la
realidad ordinaria, mientras que la fantasía es la misma facultad aplicada a las cosas
que no existen en la naturaleza. Según esto, lo imaginario, o mítico, es lo inventado, y
también lo que es irreal y ficticio. Nunca se debería confundir la imaginación con algún
tipo de pensamiento, porque se trata de dos funciones cerebrales muy diferentes.
En particular, es erróneo afirmar que los adultos piensan (y ya no deberían
imaginar), mientras que los niños sólo imaginan. Por el contrario, algunos adultos
utilizan su imaginación creativa de maneras útiles y sorprendentes, como lo demuestran
los continuos avances de la ciencia y las artes. Además, la imaginación incluye la
capacidad de seguir siendo jóvenes y sentirnos muy vivos por dentro.
En este siglo, las computadoras realizan las operaciones secuenciales lógicas,
verbales y matemáticas con gran rapidez. Esto nos deja más tiempo para imaginar y
realizar proyectos de manera intuitiva y creativa. La intuición brillante supera al
pensamiento lógico, porque es mucho más rápida y certera; también llega mucho más
lejos (ver el capítulo tres).
Conviene subrayar que hay una conexión rápida e intensa entre las fantasías y
los sentimientos, y también con los procesos celulares de todo el cuerpo. A cualquier
individuo le conviene aprender a usar la de la manera más provechosa posible para
vivir de manera más saludable.

Ventajas de la imaginación
Según Hamlet (el de Shakespeare) la imaginación es parecida a los ojos de la mente.
Para recuperar el poder de la imaginación, necesitamos hacer a un lado todas las
opiniones moralistas y dogmáticas que censuran las fantasías y los sueños como juegos
inútiles, cosas de niños, e incluso graves pecados.
Lo más conveniente es permitir que tus fantasías nazcan de manera espontánea,
sin tratar de enjuiciarlas ni calificarlas. Basta con verlas, dejando pasar las que no
sirven para nada, con toda serenidad, aunque te parezcan atemorizantes. Las fantasías y
los sueños manifiestan deseos, posibilidades y proyectos que no siguen las reglas de la
lógica cuadrada y lineal.
Los avances científicos, técnicos y artísticos no ocurren por casualidad; se
deben a la imaginación creativa, asociada con otros valiosos rasgos de personalidad,
como la observación minuciosa, la constancia, la tenacidad y el buen juicio.
Existe creciente interés por la imaginación creativa; un conocido ejemplo es la
literatura de ciencia-ficción: Julio Verne, (igual que muchas otras personas talentosas,
como Bradbury, Asimov y Lem) imaginó inventos tecnológicos que ahora son
realidades cotidianas, como submarinos, televisión, viajes espaciales, automóviles,
computadoras, el Internet, etcétera.
Elaboramos fantasías concretas, al ritmo de 600 imágenes por hora, para
acompañar, interpretar (y evaluar) los acontecimientos ordinarios de la vida (Singer).
La mayoría de ellas no tienen gran importancia, y algunas de ellas estorban nuestra
concentración. Sin embargo, el cerebro también fabrica otras imágenes de amplias
perspectivas, cargadas de intensas emociones positivas, que ofrecen soluciones
brillantes y cambian nuestra vida.
Las fantasías inspiran los mejores proyectos científicos, artísticos, económicos,
etc. que más tarde se convierten en realidades exitosas. A diferencia de los genios,
inventores y grandes artistas, los individuos comunes y corrientes generan pocas
perspectivas amplias -universales y cósmicas- durante su vida.
Las personas creativas pueden navegar, con entera libertad, entre el mundo de la
realidad y los universos infinitos de la fantasía (Simonov).
Su flexibilidad mental, profunda sensibilidad y aguda percepción de la vida,
provienen de su actitud receptiva a vagas intuiciones y oscuros presentimientos internos
que a otras personas les pueden parecer absurdos y ridículos. Piaget (en Beard) subraya
la importante conexión que existe entre los juegos de las niñas y los niños, y el
desarrollo de su imaginación creativa.
Los juegos no solamente son una preparación imitativa de las actividades y de
los roles sociales que ellos desempeñarán cuando sean adultos. También sirven para
que asimilen mejor las experiencias cotidianas de la realidad externa y la puedan ir
interpretando, de una manera simbólica, que es muy personal.
Los niños creativos buscan debajo de las cosas, manipulan objetos, los vuelven
de arriba abajo y desarman los juguetes, los relojes y las máquinas para ver cómo
funcionan. Cuando algo no resulta, los que tienen una imaginación más ágil y creativa,
encuentran siempre una novedosa solución alternativa.
A veces son desesperantes, porque señalan las contradicciones, excepciones y
falsedades en lo que afirman sus padres y maestros. Pueden ver y hacer lo que la gente
ordinaria no ve, y hacen lo que otros no se atreven a hacer; tampoco se conforman con
aprender de memoria los que sus maestros les dicen.
Algunos maestros los castigan, los regañan e incluso los reprueban por hacer
travesuras, expresar las ideas más locas y hacer reír a sus compañeros. Sin embargo,
demuestra que están dotados de una imaginación rápida, certera y sin límites; necesitan
aprender a encauzarla.
Se les ocurren proyectos y soluciones sorprendentes y poco comunes. En sus
dibujos, en sus juegos y en sus narraciones muestran un estilo distintivo, muy
individual. Además, ellos se hacen cargo de sus propias lecturas (y de sus búsquedas
por Internet, etcétera), motivados por sus inquietudes particulares; años más tarde,
serán expertos muy destacados en el campo de su propia especialidad.
La mayoría de las elecciones profesionales de los adultos se habían
manifestado, de manera inicial, en sus fantasías como adolescentes (Singer). Por
ejemplo, algunos adolescentes mostraban gran interés por los peces y la oceanografía,
las galaxias y la astronomía, la ciencia ficción, el teatro, la medicina, los negocios,
etcétera, etcétera.
La timidez tiene mucho que ver con la inhibición de la expresión externa de los
sentimientos; por eso, los adolescentes que son muy soñadores necesitan el apoyo de
sus familiares y amigos para desarrollar sus habilidades sociales. No es bueno que se
encierren en su propio interior, por miedo a ser raros y que nadie los entienda.
Conviene subrayar que en nuestro país, muchas personas viven dentro de la
fantasía, se dedican a soñar con los ojos abiertos. Chava Flores advierte: ¡A qué le
tiras cuando sueñas, mexicano!
Las personas que tienen poca escolaridad (y leen muy poco) tienden a
fantasear de manera demasiado irreal e ingenua. Por otra parte, la buena educación
proporciona esquemas mentales (= marcos de referencia) lógicos, técnicos, científicos,
artísticos, etcétera. Estos se pueden combinar con el talento imaginativo, y la
consiguiente habilidad para crear e improvisar, tan típica en los latinoamericanos.
El mal uso de la imaginación
Cuando se dejan correr sin freno, las fantasías negativas provocan toda clase de
alteraciones emocionales y graves molestias psicosomáticas. Conocemos hombres y
mujeres que construyen en su interior dramas, películas y telenovelas trágicas, y luego
se las creen. Representan los consabidos papeles de las víctimas, los incomprendidos,
y los que fracasan siempre “porque los persigue la mala suerte y nadie los quiere.”
Otros se creen la gran cosa: “Pero sigo siendo el rey…” Sin embargo, las
fantasías, grandiosas o depresivas, no sustituyen a las personas reales, ni tampoco
satisfacen las necesidades emocionales de manera plena. Sería mejor que esas
personas se dedicaran a cultivar una vida familiar y social sana, en vez de imaginar
continuos rechazos, quejarse y no moverse, o verse bellos de manera narcisista, y
adorarse frente al espejo.
La imaginación juega un papel muy importante para exacerbar las emociones
negativas. Las expectativas catastróficas generan angustia. Algunos imaginan que
morirán si viajan en un avión o que tendrán un accidente si conducen un automóvil en la
carretera. Su estómago se encoge y empiezan a sudar frío. Eso no sirve para nada.
Por tu bienestar emocional, te conviene someter los ensueños al control del
sentido común y de la lógica racional. Así podrás descartar los que te dañan; necesitas
aprender a ver como ilusión lo que sólo es eso. También necesitas frenar, de manera
tajante, las fantasías nocivas, agresivas y deprimentes. Para eso, ayuda mucho utilizar la
técnica que detiene y elimina los pensamientos destructivos (ver el capítulo anterior).
Perls llama capa esquizoide al archivo de fantasías, recuerdos e imágenes
visuales que guardan las conductas y las emociones negativas del pasado. Allí habitan
los rostros enojados y las voces acusatorias de los padres y de otras personas, junto
con una maraña de recuerdos tristes y dolorosos. Los individuos fantasiosos que
reviven las partes obscuras, dolidas y neuróticas de su personalidad, están cansados,
desgastados y deprimidos.
Las personas esquizoides agitan los escombros muertos y los fragmentos del
pasado que ya no pueden regresar; consumen su energía vital en dolor, resentimiento y
culpa, en vez de analizar sus circunstancias de manera útil y generar acciones que les
proporción placer, alegría y entusiasmo.
Algunos individuos fabrican la imagen del rostro severo, agrio y acusatorio de
alguna persona (amigo, padre, madre, pareja, Jesucristo, etcétera) que supuestamente
está muy disgustado por algo que ellos hicieron o no hicieron; así avivan los
sentimientos de culpa. La persona imaginaria puede estar viva o haber fallecido;
cuando tienen dentro ese rostro inmóvil y atemorizante, la memoria se encarga de
avivarlo de nuevo, venga o no al caso. Con esto,, se sienten culpables, sin saber por
qué, cuando intentan hacer cualquier cosa (Bandler y Grinder).
Para eliminar las culpas indebidas, necesitan cambiar esa imagen por otro
rostro más amable y comprensivo; entonces se sentirían mejor, de una manera que
parece mágica. Otra alternativa es que reconozcan como ajena la parte neurótica del
juez severo, y luego se salgan de ella y la borren. .
Según Luciani, cuando éramos niños, fabricábamos videos de lo que nos
sucedía, sin pensarlo mucho. Las experiencias negativas quedaron registradas en
nuestro organismo en forma de miedo, inseguridad, etcétera. También guardamos, sin
cambio alguno, los videos de esas experiencias, por ejemplo cuando nuestros padres
peleaban y se gritaban, cuando nos reprendían y castigaban, cuando nos sentíamos solos
y hambrientos, etcétera.
De nada ayuda que te dejes arrastrar por tus fantasías desbocadas e irreales. Es
necesario que controles tu imaginación, dándole rumbos positivos, para que así puedas
vivir alegremente y tengas éxito en lo que emprendes. Los siguientes ejercicios, en lo
que te dedicas a guiar tu imaginación, te ayudarán para relajarte, sentirte bien y
conocerte mejor.

Escenas tranquilas que favorecen la relajación


El cerebro, en sus áreas menos conscientes, no reconoce la diferencia entre una
experiencia real y otra que es imaginaria. Por eso, los cambios emocionales y
hormonales que sientes cuando visualizas intensamente algún evento, se parecen a los
que tu organismo tendría si realmente estuvieras en esa situación. Así, cuando imaginas
una escena positiva, tu organismo se llena de energía por completo.
Cualquier persona puede recordar algunas situaciones especiales en las en los
que se sintió muy bien, lleno de calma y felicidad. Puedes disfrutar sentimientos de paz
y de alegría si imaginas con intensidad algunos de esos momentos de relajación
agradable. Para descansar, no conviene que construyas una escena agitada; sería difícil
relajarte cuando fantaseas que escalas una montaña o que nadas en un río turbulento.
Dedica unos diez o quince minutos para cada ejercicio de visualización. En una
habitación poco iluminada, siéntate cómodamente en el suelo o en un sillón. Respira
profundamente, de manera agradable y pausada un momento. A continuación, cierra los
ojos y fabrica con la imaginación el escenario que vas a recorrer, con los mayores
detalles que puedas. Elige alguna de las escenas que siguen, o elabora otra, bella y
agradable, que tenga un significado muy especial para ti.
Por ejemplo, te puedes imaginar que estás descansando en una playa, en un día
soleado, o que estás sentado en una pequeña lancha en un lago tranquilo, rodeado de
bellas montañas con árboles. Algunos escenarios parecidos: caminas despacio por un
bosque y admiras un hermoso atardecer, o estás sentado en la cima de una montaña y
contemplas un hermoso valle, lleno de vegetación, que está abajo.
Otro ejemplo: caminas al borde de un arroyo limpio que corre a través de una
planicie. Imagina los más pequeños detalles: la claridad del agua, los reflejos del sol
en el agua, el murmullo del arroyo, la suavidad del pasto bajo tus pies, las colinas con
su vegetación, los árboles, las nubes en el cielo azul, el canto de los pájaros, los peces
y los insectos en el agua, etcétera.
Siente el agradable calor del sol de primavera y respira profundamente. Puedes
disfrutar los olores de la pradera y de las flores. Luego te sientas a la sombra de un
árbol frondoso y sigues contemplando el agua que fluye en el arroyo. Permaneces allí el
tiempo que quieras, disfrutando las sensaciones de profunda calma y bienestar, muy a tu
gusto. Cuando tengas deseos de salir de la fantasía, abres los ojos y miras en todas
direcciones.
Hay muchas otras fantasías guiadas, como entrar a una casa con muchos objetos
dentro, y elegir el que te gusta más para dialogar con él, tener un encuentro con una
persona del sexo opuesto, con una fiera, con el ideal del propio yo, con Dios, con algún
amigo, con un personaje célebre, etcétera. También puedes fabricar diálogos
imaginarios con los objetos, animales o personas. Permite que ellos te respondan y
ofrezcan sus comentarios, incluyendo posibles soluciones para tus problemas.
Como tu propio guía, dedícate a elaborar descripciones detalladas y coloridas
de mundos totalmente nuevos. Algunas veces se intensifican estados emocionales de
tristeza o resentimiento, etcétera; estos se descargan a través del llanto, la ira y la
ansiedad, o lo que sea. Luego brota la alegría, acompañadas de vitalidad renovada.; lo
mismo sucede cuando vemos algunas buenas películas o videos en el cine, en la tele, o
en la computadora.
Con estos ejercicios vas explorando aspectos menos conocidos de tu propia
personalidad. Procura integrarlos y reconcilia las situaciones a medida que éstas se
presentan. Por ejemplo, puedes mirar a la fiera a los ojos, hablarle, procurar tocarla y
domesticarla, etcétera. En caso extremo, puede matarla o destruirla. Es importante que
en ningún caso fabriques frases que son contrarias a tus tendencias espontáneas de ese
momento. Apóyate siempre en tus mejores intenciones, sentimientos y deseos.

Ayúdate a Ti Mismo y Resuelve tus Problemas


Cuando tengas un problema que no puedes resolver, por más que le das vueltas, piensa
en una persona con mayor experiencia y sabiduría que sí lo podría resolver, por
ejemplo un genio, algún amigo, maestro, algún familiar, una figura religiosa, algún ser
superior, etcétera. Escoge luego un sitio tranquilo donde puedas estar solo y sin
interrupciones. Un buen ejercicio es la Consulta al Sabio:
Siéntate cómodamente en el suelo (sobre un cojín o una alfombra) e imagina con
toda claridad y detalle que la persona sabia que deseas consultar está delante de ti. Te
escucha atentamente, de manera inteligente, cálida y comprensiva. Procura imaginar sus
ojos, la expresión de su rostro, el modo como está vestido, etcétera.
Hablando en voz alta, expresa un aspecto del problema. Utiliza el tiempo
presente para expresar tus principales dudas y sentimientos. Por ejemplo: Mi pareja se
quiere separar de mí; yo me siento traicionado y resentido… Luego cambia de lugar,
colócate enfrente y toma el papel del sabio. Con ayuda de tu imaginación, ofrece la
primera solución que se te ocurra, de la manera más rápida, espontánea y concreta que
puedas. Por ejemplo: “Y te vas a quedar solo; que desgraciada, que bueno, ¡y
qué!, ¿y te vas a morir?, etcétera.
Vuelve al otro lado y resume, en voz alta y en pocas palabras, lo que te haya
llamado la atención y te puede ayudar. Continúa, y expresa en voz alta otro aspecto del
problema, junto con lo que sientes. A continuación, métete otra vez en el papel del
sabio, y responde las dudas, tranquiliza y ofrece soluciones concretas.
Regresa a tu lugar, y prosigue el diálogo hasta que estés seguro de lo que te
conviene hacer, o dejar de hacer, y ya te sientas mejor. Para terminar el ejercicio,
despídete del sabio y agradécele su ayuda. Puedes emplear entre 10 minutos y media
hora para este ejercicio. Repítelo en otras ocasiones, según lo llegues a necesitar. Este
ejercicio activa tu parte más sana e inteligente, y equilibra la parte más emocional y
menos lógica.

Visualiza el mejor rendimiento y el éxito


Millones de personas adquieren confianza en sí mismos, y mejoran su rendimiento,
cuando logran visualizar con entera claridad la manera práctica de realizar algo de
manera útil y exitosa.
Puedes dedicar el tiempo necesario para inventar soluciones nuevas, más
efectivas, para tus problemas. Imagínate cómo podría funcionar cada curso de acción, y
que resultados obtendrías si eliges tal o cual alternativa. Considera también las
soluciones poco comunes, lo mismo que una combinación de varias soluciones. Decide
cuál es la mejor opción entre todas. Cuando te distraigan algunas fantasías que no tienen
que ver, acéptalas tranquilamente, y regrese luego para retomar y resolver el problema
principal.
Dedícate a imaginar, con el mayor detalle posible, lo que quieres hacer y decir
cuando solicitas trabajo, buscas una amiga/o, necesitas solucionar algún problema
familiar, tienes que hablar en público, necesitas terminar un trabajo escolar, etcétera.
Procura sentirse confiado y seguro; respira de manera cómoda mientras visualizas (=
imaginas claramente) la conducta deseada. Las personas que son capaces de crear una
imagen mental positiva del éxito obtienen cambios positivos con mayor rapidez y
mantienen mejor sus logros.
Nuestro cerebro está programado para impulsarnos y alertarnos cuando nos
fijamos un objetivo concreto (una meta o propósito); ayuda mucho representar
visualmente el resultado final, imaginándolo como si ya fuera una realidad muy
concreta.
Con una actitud mental positiva, imaginando un desempeño ideal, el estudiante
puede obtener buenas calificaciones, un/a artista puede crear obras maestras, el
futbolista puede anotar goles, la persona que desea bajar de peso puede hacerlo,
etcétera. En general, el tiempo de preparación puede tardar de 15 minutos a una hora,
según lo complicado que sea el asunto.
Por ejemplo, la persona que desea reducir sus medidas, se tiene que imaginar
como se vería cuando ya tuviera el peso ideal que quiere lograr, con todos los detalles
posibles. Esto es muy importante para que logre crear un estado de ánimo positivo que
la ayudará a lograr su propósito con mayor facilidad.
También le conviene decirse en voz alta: hago ejercicio con regularidad y mi
propósito es pesar... kilos y vestir prendas de talla... en… semanas. Es bueno que
imagines tu nuevo aspecto ideal con entusiasmo, de la manera más colorida, brillante,
cercana, cálida, llena de alegría, movimiento y actividad que puedas.
Repite la visualización varias veces al día y procura meterte en ella; así te
sentirás más motivado para realizar tu proyecto. También necesitas comer de manera
sana y equilibrada, y te conviene hacer suficiente ejercicio para ayudarte más en tu
propósito de perder peso. La misma técnica de visualizar el resultado final es muy
efectiva para dejar de beber o fumar, etcétera.
En otro ejemplo, el joven que desea ser médico se visualiza a sí mismo curando
enfermos de modo exitoso al final de sus estudios. De esta manera, se siente satisfecho
consigo mismo, bien motivado para estudiar y también fomenta la compasión activa y
exitosa hacia sus semejantes. Esta imagen positiva lo puede sostener y llenar de
energía durante los años de sus estudios y prácticas, estudios, hasta que logre hacer
realidad el propósito que ha visualizado y anticipado (esa importante meta en su vida).
En la actualidad, los atletas Olímpicos cuentan con la ayuda de un psicólogo
para obtener victorias. Se ha llegado a decir que la diferencia entre dos atletas, uno que
triunfa y otro que fracasa es 20% física y 80% mental. En efecto, los triunfadores se
preparan físicamente, pero también repasan detenidamente, con su imaginación, cada
aspecto de la competencia, hasta que se encuentran dispuestos a ganar.
Los mejores competidores también anticipan lo inesperado y están preparados
para resolver cualquier problema. Al competir, no pierden su concentración y evitan
cualquier fantasía derrotista. Es muy importante que sepan respirar profunda y
pausadamente, para elevar sus niveles de energía y evitar la ansiedad y otras emociones
negativas.
Esos atletas también repasan los videos de su propio desempeño (y los de sus
competidores), para corregir sus defectos y mejorar el rendimiento. Como resultado
final, la observación imaginativa del ellos mismos, mientras compiten, se convierte en
un hábito que les evita tensiones innecesarias y les facilita el triunfo.
Por otra parte, la diferencia entre los buenos actores y los que no lo son, es su
imaginación. Según Stanislavsky, la persona necesita romper los lazos de la experiencia
ordinaria antes de estar preparada para abrir el corazón a la percepción de la vida.
Para ser creativo, el actor necesita atender al exterior y al interior de sí mismo.
También es importante que tenga buena voluntad y una valentía a toda prueba,
que vence al miedo. Mientras que un actor de segunda trata de representar a su
personaje como una parte de sí mismo, los actores de mayor altura mantienen un intenso
encuentro con su personaje.
A través de éste, identifican las tensiones y las ambigüedades del rol que les
toca actuar. Finalmente, comprenden que ellos mismos llevan en su interior conflictos
parecidos, porque esos aspectos forman parte de toda la humanidad; entonces pueden
representar el papel desde su propio interior, y con sus propias energías.

Manejo de situaciones traumáticas y dolorosas


Para manejar las situaciones traumáticas, como accidentes, operaciones, asaltos,
muerte de personas cercanas y otras situaciones dolorosas y estresantes, una buena
técnica es revivir la situación haciendo una serie de dibujos en algunas hojas de papel.
No importa si sabes dibujar, o no. Utiliza un bolígrafo o un lápiz y suficientes colores, o
lo que sea.
En el primer dibujo, la persona expresa algún aspecto de la situación
traumática, de la manera más espontánea que puede, utilizando los colores de modo
abstracto y subjetivo, sin ningún control. Puede rayar, dejar manchas, o lo que sea. Lo
importante es que exprese sus sentimientos con toda intensidad. Hace otro dibujo y así
sucesivamente, hasta que queda satisfecho.
Supongamos que tienes cinco dibujos; luego te dedica a verlos, de uno por uno,
mientras respiras profundamente. Giras los ojos hacia el lado derecho, y luego hacia el
lado izquierdo, de manera lenta y deliberada. Haces esos círculos con los ojos unas
cuantas veces. Luego apartas la vista. Miras al techo hacia uno y otro lado unas cuantas
veces. Regresas al dibujo y mueves los ojos hacia los lados derecho e izquierdo.
Algunas veces miras con atención y otras con los ojos desenfocados, etcétera.
Conviene que vayas expresando todas las reacciones emocionales que brotan
ante esos dibujos; expresan en voz alta lo primero que se te venga a la cabeza, grita,
llora, mueve el cuerpo como quieras, etcétera. Con este ejercicio, puedes contemplar la
situación desde nuevas perspectivas, porque se activan áreas más extensas de su
cerebro, incluyendo las que colocan la situación en un contexto emocional más sincero
y claro.
Comprendes esa situación, a veces de manera lógica y serena, y -en otros
momentos- de manera emocional e intuitiva. A medida que corre el video de los
recuerdos, se activan y movilizan los sentimientos que no habías podido expresar antes,
y entiendes todo de nuevas maneras, más amplias.
Expresas tu pesar y te liberas de la culpa, para retomar la aceptación, la alegría
y la paz. El ejercicio termina rompiendo todos los dibujos y echándolos a la basura. Te
alegras porque sigue vivo); estás mejor que siempre, y puede seguir adelante con todas
sus energías cuerpo-mente-espíritu activas y disponibles.
El mismo ejercicio facilita salir del estado de choque, en el que la persona
contempla la situación violenta y trágica con los sentimientos desconectados, sin poder
entender nada de nada, por lo que se siente anestesiada y petrificada.
Según Tobin, hay individuos que no dan por terminada una relación
interrumpida por la muerte, el divorcio o la separación. No encuentran una manera
efectiva para descargar las emociones frenadas que llevan en su interior, relacionadas
con la falta de cercanía de esa persona. Entre las emociones que se quedan sin expresar
están el cariño, el amor, el aprecio, y también la culpa, el resentimiento, el dolor y la
frustración.
Con sus fantasías, tratan de mantener vivo al difunto, o al ausente, pero sólo
gastan inútilmente su energía vital, se deprimen y enferman; además, rehúyen el
contacto cercano con las demás personas. Se deprimen, porque se dedican a reproducir
continuamente imágenes que les causan culpa y dolor. Aunque estas se relacionan con
hechos reales del pasado, ahora se convierten en graves conflictos internos, que a esas
personas les corresponde resolver de inmediato.
Por ejemplo, una viuda mantiene la fantasía de que todavía está cerca de ella su
marido difunto, como si pudiera regresar. Mantiene continuos diálogos con él, y de esta
manera se protege de cualquier amistad con algún otro hombre. Si se despidiera de la
persona muerta y la dejara ir, eso le dolería mucho, pero después se sentiría mejor que
nunca, porque terminarían sus pensamientos inútiles, junto con su depresión.
Si mantienes diálogos internos con alguna persona ausente, y esta sigue
apareciendo en algunos sueños repetitivos, conviene que elabores una despedida para
dejarla ir. De esta manera podrás aprovechar las energías emocionales que estás
desperdiciando. Una técnica que da buenos resultados es la silla caliente, que se
explica a continuación; el ejercicio dura de diez a treinta minutos.
Al principio, la mirada de las personas que no se han completado el proceso de
duelo, es lejana y sus ojos no están enfocados; su rostro no muestra ninguna emoción y a
su voz le faltan inflexiones naturales; los movimientos son controlados y robotizados.
Están alejados de su cuerpo, como si lo sintieran anestesiado, e incluso llegan a oler un
poco a muerto, porque se rodean de imágenes terroríficas que las llenan de miedo y
malestar.
Según Perls, cuando llevamos un suceso del pasado al presente y lo
reconstruimos con la imaginación, desatamos la misma cadena de emociones y
sensaciones que habíamos experimentado antes.
La persona que tiene deseos de despedirse, puede utilizar la conocida técnica
Gestalt de la silla caliente. Coloca otro cojín delante, y allí ubica (con la imaginación)
a la persona ausente. Luego inicia una conversación en voz alta, para expresar lo que
siente: dolor, vacío, tristeza, resentimiento, etcétera, de la manera más espontánea que
pueda.
Es necesario que te ubiques en el aquí y ahora, haciendo afirmaciones en tiempo
presente. Por ejemplo: Me siento muy solo, te extraño, apareces en mis sueños,
etcétera. Va expresando, de modo espontáneo e intenso, sus fantasías, frustraciones y
deseos.
Luego cambia de lugar y se sienta en el lado opuesto, donde representa el papel
de la persona ausente y escucha sus respuestas. Allí, el individuo muestra gran energía,
entusiasmo y movimiento, mientras que en la posición inicial estaba casi sin fuerzas. El
diálogo continúa, cambiando de uno a otro lado, mientras que el doliente representa los
dos papeles, como en un pequeño drama.
Desde ambas perspectivas, sigue expresando con palabras los sentimientos y
los impulsos frenados, por ejemplo resentimiento, ansiedad, soledad y frustración.
Como dijimos, el mismo doliente se encarga de elaborar las respuestas que daría el
ausente.
Así, el ausente ofrece excusas por su falta de cariño, intenta justificarse,
tranquiliza y pide que lo dejen descansar, etcétera. Por lo común, le dice a la persona
viva que le toca hacerse cargo de sus necesidades emocionales, y buscar nuevas
compañías, porque el muerto (o el ausente)ya no puede hacer nada al respecto.
Conviene subrayar que un recuerdo no puede dar la energía vital que
proporciona cualquier persona cercana que está viva. Por otra parte, morirse y
separarse son acontecimientos naturales de la vida.
Entre las emociones más difíciles de expresar están la alegría y el alivio que
sienten las personas cuando muere algún familiar o amigo que sufría mucho. En
particular, las personas que cuidaban al enfermo se libran de una carga muy pesada y
dolorosa.
Para terminar este ejercicio, la persona se pregunta a sí misma si está dispuesta
a despedirse. En ocasiones esto no es posible: aunque dice adiós, no suena muy
convincente; en ese caso, puede repetir el mismo ejercicio en otra ocasión.
Otras personas se pueden despedir con mayor seguridad. Al completar el duelo
o la separación, brotan sollozos y otras manifestaciones emocionales muy intensas.
También sienten alegría y descanso, porque finalmente se desprenden de las
preocupaciones y los recuerdos tristes que llevaban dentro. Muestran entusiasmo,
respeto por la vida y cercanía hacia las demás personas. Estos efectos son duraderos;
se atreven a entablar otras relaciones profundas debido a que asimilaron la experiencia
de la separación y renacieron a la vida.
La técnica de los dos cojines ayuda a resolver cualquier dicotomía interna.
Entre los aspectos que puedes enfrentar, a modo de figura y fondo que al final se
complementan, están el niño asustado y los padres represivos, tu y tu pareja, la parte
obsesiva y ansiosa (que come, fuma o bebe demasiado) y la parte que busca la salud, tu
y el maestro abusivo, tu y cualquier síntoma (úlcera gástrica, cansancio, etcétera). Esta
técnica también se utiliza para enfrentar al agresor, por ejemplo al que nos robó y
engañó.
Para el manejo psicológico de los sueños, se establecen diálogos con las
distintas partes del sueño, por ejemplo con el perro rabioso que aparece en ellos.
Según Perls, las figuras que aparecen en los sueños corresponden a importantes
aspectos de nosotros mismos que no nos atrevemos a reconocer. Por eso los
disfrazamos y proyectamos; sin embargo, necesitamos recuperar su energía para
integrar mejor nuestra personalidad. Así, la mujer sumisa que sueña con un perro
rabioso que intenta morderla, termina por aceptar (incorporar) su agresividad, su
sexualidad y su fuerza; de esta manera, ya no se dejará lastimar, y sabrá defender su
derecho a la felicidad, en vez de someterse y aparentar falsa dulzura.
La solución de cualquier problema surge de manera natural cuando la persona
cuenta con una perspectiva más amplia y un nivel de consciencia más elevado. En el
fondo, todos los niveles de energía y consciencia, incluyendo a los impulsos y
emociones, tratan de ayudarnos de alguna manera, pero a veces se estorban unos a los
otros.

Visualizaciones con fines curativos


Muchas personas utilizan su imaginación con fines curativos y para mejorar su salud y
bienestar. En vez de imaginar que cada día estás peor, imagínate que estás sano y gozas
de entera salud; escucha tu voz interna que te dice que vas progresando y que te sientes
mejor día con día.
Por ejemplo, los ejercicios de fantasía guiada se pueden aplicar al sistema
inmunológico. Por ejemplo, las personas se pueden imaginar que aumentan la
producción de glóbulos blancos y rojos. Para esto, consiguen unos dibujos de estos
glóbulos y luego se imaginan que reactivan la médula de los huesos para que produzca
mayor cantidad de estas células, tan necesarias para eliminar las enfermedades.
En otro ejemplo, cuando alguien tiene alguna infección o un tumor, se imagina
que las bacterias, virus o células cancerosas, son como bolas de nieve que se derriten
por el calor del sistema inmunológico (glóbulos blancos, etc.).
Los Simonton utilizan imágenes mentales para mejorar la salud: uno se puede
imaginar lo que quiere que le suceda, como una especie de profecía favorable que
luego se cumple.
Combinan, de manera exitosa, algunas técnicas de fantasía con los
medicamentos para detener el cáncer. Los pacientes reportan los siguientes cambios:
menos miedo, actitudes más positivas, mejoría física, alivio del estrés y mejor
comunicación con áreas menos conscientes de su personalidad, que les pueden revelar
el significado de su enfermedad.
El tratamiento consiste en fabricar películas mentales (tres veces al día) en las
que el paciente visualiza su cáncer, e imagina que una armada de glóbulos blancos se
apiñan para destruir las células malignas. Luego, los glóbulos blancos expulsan esas
células por los riñones y la orina.
También se pueden imaginar al cáncer como un conjunto de animales (por
ejemplo peces grises) que poco a poco van siendo devorados por otros más fuertes y
saludables (tiburones blancos) Como otra alternativa, pueden imaginarse una guerra de
las galaxias, con la música correspondiente, en la que las fuerzas del lado luminoso
luchan contra las fuerzas del mal (las células cancerosas como robots negros, etcétera)
y acaban con ellas con naves espaciales blancas armadas con rayos laser. A los niños
con cáncer esto les encanta, y les funciona de manera maravillosa.
De modo parecido, si tienes algún dolor agudo o crónico, te puedes imaginar
que el dolor es una aguja roja que señala 90 en un medidor. Luego tratan de mover,
hacia abajo la posición de la aguja, con el fin de reducir el dolor que experimentaba.
Así harás que disminuya el dolor. Como apunta Harris, con la ayuda de técnicas de
visualización, se han obtenido buenos resultados en la artritis, los problemas de visión,
el zumbido de oídos y el control del dolor. Lo mismol sucede con la depresión, las
fobias y los trastornos alimentarios (obesidad y bulimia).
Pasando a otro tema, cuando nos dedicamos a percibir intensamente el mundo
que nos rodea, disfrutamos de un proceso creativo elemental, como los niños felices.
Permitimos que nuestro cerebro interactúe libremente con la realidad cambiante que
nos circunda. En lugar de encerrarnos dentro de nosotros mismos, saboreamos, olemos
y tocamos.
A veces, nos conviene abrirnos, sin traba alguna, a nuestras percepciones y a los
intensos sentimientos cambiantes que las acompañan; eso nutre nuestra imaginación. Sin
embargo. el desarrollo óptimo de cualquier persona requiere la integración equilibrada
de todas las funciones cerebrales: es muy deseable que seamos intuitivos, pero también
muy lógicos, al menos cuando tenemos que tomar decisiones importantes.
Podemos cultivar la imaginación visitando los museos de arte (y de historia,
antropología, etc.), asistiendo al teatro o al cine, al zoológico y al circo, contemplando
paisajes (el mar, los bosques, ríos y montañas), oliendo una rosa, viajando por otros
países, escuchando música, bailando, trabajando con la computadora, etcétera. Estas y
otras muchas actividades parecidas, son los caminos para volvernos a sentir felices por
dentro y nutrir nuestras fantasías
Viendo cómo pintan sus maestros, los aprendices se inician en la pintura; al
principio, solamente copian e imitan; después, los más creativos desarrollan un estilo
propio. Lo mismo hacen los mejores médicos, psicólogos, ingenieros, actores,
comunicadores, profesores, gobernantes, etcétera.
Los individuos dotados de gran imaginación inventan nuevas maneras para
contribuir a la conservación de los recursos naturales de nuestro planeta, y elevar la
calidad de vida de la humanidad, empezando por el bienestar económico, psicológico y
social de las personas cercanas.
Como dice un proverbio chino: “Más vale encender un cerillo que maldecir la
oscuridad”.

Capítulo 12
¿CÓMO TOMAR BUENAS DECISIONES?
En cada momento de la vida, tomamos decisiones grandes y pequeñas; las primeras se
relacionan con ciertas metas importantes que nos proponemos alcanzar para así vivir
mejor. Conviene advertir que de ellas se desprenden cientos de elecciones más
pequeñas.
Así, el joven que decide dedicarse al dibujo profesional necesita aprovechar su
imaginación creativa de la mejor manera posible. Para eso, toma cursos de diseño, en
los que también aprende a manejar los mejores programas de computadora. Dibuja
todos los días, cada vez mejor; también evita con gran empeño, a personas y las
circunstancias que le estorban en su camino, y busca las que le pueden ayudar para
realizar sus proyectos.
La mayoría de nuestras decisiones fluyen casi sin darnos cuenta. En otro
ejemplo, cuando conducimos un automóvil, aceleramos, frenamos, giramos el volante y
cambiamos el rumbo, de manera fácil y automática, según las condiciones del tráfico.
Todo con el propósito de llegar a donde queremos ir.
Dentro de los límites (= los determinismos) de nuestra genética y de las propias
circunstancias, nuestro futuro personal depende, en gran parte, de las decisiones que
vayamos tomando, y de las consecuencias que generan esas decisiones. Somos
responsables de las consecuencias de nuestros actos.
Ninguna persona puede vivir su vida sin hacer elecciones: si alguien no se
puede decidir por alguna de las opciones posibles (= prefiere no hacer nada), por eso
mismo ya ha elegido no elegir. En este capítulo explico los pasos que te conviene seguir
para que puedas tomar decisiones útiles y provechosas.

Las dificultades para decidir


Entre los factores que dificultan la capacidad para tomar decisiones inteligentes, están
las emociones intensas y los impulsos desbocados. Hay personas que dan cuerda a sus
emociones para no sentirse tan responsables de sus actos. Según la sabiduría popular:
el que se enoja, pierde, y hormona mata neurona. Las personas emocionales e
impulsivas no calculan bien las consecuencias de sus actos.
Por ejemplo, se entregan a las actividades sexuales de modo pasional, a veces
ayudados por el alcohol y las drogas. No calculan las consecuencias de sus actos; se
repiten que el amor es ciego y que ellas (ellos) son muy sinceras (os): por eso no usan
anticonceptivos. Eso suele tener lamentables consecuencias, como el sida y los
embarazos indeseados que se pudieran haber evitado.
Otra manera de evitar decisiones bien pensadas es el activismo desenfrenado.
Las personas que viven así (workholics) no dedican suficiente tiempo para considerar
lo que en realidad les importa; por eso pierden mucho tiempo en actividades que no
valen la pena.
Por su parte, las personas angustiadas y atemorizadas fabrican fantasías
terroríficas que las paralizan. Así, un joven que revive continuamente, con su
imaginación, un grave accidente de carretera del que salió ileso, ni siquiera se atreve a
sacar un automóvil de su casa.
Los jóvenes que tienen dificultad para tomar decisiones que les parecen
sencillas a otras personas, por lo común tuvieron padres autoritarios; esos padres
creían que lo sabían todo, y que sus hijos e hijas (y su pareja) tenían que callarse,
puesto que no sabían nada. Les daban órdenes continuas y los mantuvieron sometidos y
asustados durante la niñez.
Durante la adolescencia, cuando trataron de opinar y elegir algunas cosas,
recibieron críticas, burlas, reproches y castigos. No desarrollaron suficiente confianza
en sí mismos; se sienten mal por dentro, y se siguen repitiendo que son tontos e inútiles,
como sus padres y maestros (etcétera) se los aseguraron. De manera irracional, se
imaginan que si se atreven a elegir algo, entonces les va a ir peor que nunca.
En las sociedades patriarcales, a los machos les conviene creer que las mujeres
son poco inteligentes: Ellas, ¿para qué estudian, si su única obligación es cuidar a su
pareja y a sus hijos? Se las adoctrina para someterse, de manera dulce, pasiva y
tímida, mientras que sus padres (y luego su pareja, sus propios hijos, los curas,
etcétera) les dicen qué hacer.
Estas jóvenes, lo mismo que los hombres dependientes, se aferran a la
destructiva decisión infantil de mantener su pasividad. De esta manera, permiten que
los demás dirijan su vida y hagan con ellas lo que quieran. Como es natural, estas
personas se sienten vacías, frustradas e incomprendidas.
No se atreven a admitir ni a manifestar sus deseos, y terminan por no saber lo
que querían, porque ya se les olvidó. Como es natural, nadie puede adivinar lo que
llevan dentro, ni tampoco se preocupa por averiguarlo. La mayoría de la gente está
tratando de buscar soluciones a sus propios problemas y no tiene tiempo ni interés para
otra cosa.
La decisión de evitar elegir algo pudo ser la única posible para algunos niños y
niñas, porque así se evitaban mayores problemas. Pero los adultos (hombres o mujeres)
que adoptan roles sociales desvalidos, sufridos y pasivos, se exponen a que los demás
los maltraten, se aprovechen de ellos y los desprecien profundamente.
Además, las personas pasivas que ignorar y reprimen sus impulsos, deseos,
pensamientos y sentimientos, los vuelcan contra ellos mismos. No las comparten con
otras personas, ni las emplean en acciones constructivas. La parte neurótica de ellos
mismos gasta esa energía en depresiones, resentimientos, falsa amabilidad y
enfermedades psicosomáticas.
Por si eso fuera poco, la pésima costumbre de no hacer nada, y dejar todo para
el día de mañana (= procrastinar) también contribuye mucho para que acumulen
malestares e insatisfacciones.
Algunos estudiantes atribuyen sus fracasos escolares a la mala voluntad de sus
maestros. Otros no piensan en eso, sino que se dedican a estudiar lo mejo que pueden,
saben que así aprenden mucho y sacan buenas calificaciones; a medida que adquieran
mayores conocimientos, tendrán mayor libertad de acción y les irá mejor en la vida.
Confían en que así que van a sacar buenas calificaciones, porque éstas reflejan
el esfuerzo personal que invirtieron en estudiar, y también su capacidad para entender
las cosas con relativa facilidad. Rara vez reprueban, porque saben que necesitan buenas
calificaciones para completar sus estudios de preparatoria y universidad, conseguir
becas, buenos trabajos, etcétera.
Como es natural, las personas que posponen sus resoluciones, terminan por
creer que son juguetes del destino; bien deprimidos y desmoralizados. La depresión
genera una visión mental muy estrecha (de túnel oscuro) que no les permite ver ninguna
salida exitosa. Sin embargo, aunque elijan no levantarse de la cama, afuera sigue
brillando el sol.
Además, las personas sumisas e indecisas pretenden arrancar atención y lástima
de los demás, exhibiendo ante ellos -venga o no al caso- su tristeza y dejadez crónicas,
como si todavía fueran niños indefensos.
Cuando se atreven a salir de la ruta de la pasividad, corren el riesgo de
equivocarse algunas veces, y también recibirán críticas de las personas que se empeñan
en someterlas y no las dejan crecer. Sin embargo, ellos se sentirán mejor por dentro, y
la mayoría de las veces tendrán éxito en lo que se proponen, con tal que lo hayan
pensado bien, como explicaremos más abajo.

¿Existe la libertad humana?


Según May, la libertad es la capacidad para detenernos frente a varios estímulos que
tenemos delante, para luego tirar el peso de la propia personalidad hacia una respuesta
en lugar de otras, siendo así que las otras también eran posibles.
En la pausa que ocurre, por necesidad, cuando estamos frente a varios
estímulos, está presente la imaginación, la capacidad humana para formar símbolos,
imágenes y arquetipos. Estos expresan las distintas posibilidades que el individuo tiene
delante, y van mucho más lejos que la mera percepción de cualquier alternativa
concreta.
La libertad humana también se demuestra por la capacidad que tenemos para
hacer preguntas. Cualquier pregunta indica que hay varias respuestas, porque de otra
manera la pregunta no sería necesaria. Al preguntamos qué sucedería si tomamos tal
decisión, sabemos que puede haber distintas consecuencias de un lado y del otro.

Por su parte, el filósofo Kierkegaard afirmó que la libertad no es otra cosa que
la posibilidad de elegir. También advirtió que esto trae consigo la experiencia humana
de sentir ansiedad. Esta ansiedad surge, de manera inescapable, cuando el individuo
tiene ante sí varias alternativas de elección. Si escoge alguna de ellas, las otras quedan
canceladas, lo mismo que sus consecuencias posibles.
Cuando elegimos algo, o dejamos de hacerlo, nos arriesgamos a quedar sujetos
a las consecuencias de la decisión que tomamos. Por lo demás, la libertad y el
determinismo van siempre unidos: el filósofo Spinoza llegó a decir que la libertad
consiste en darse cuenta de nuestro determinismo.
Después de considerar durante muchos años este problema, May opina que
ambos aspectos operan simultáneamente, mediante una paradoja dialéctica: cualquier
avance de la libertad hace nacer un nuevo determinismo; sin embargo, este, a su vez,
abre el camino hacia una nueva libertad.
En efecto, después de que elegimos algo, nos corresponde aceptar las
consecuencias de haberlo hecho. Sin embargo, por eso mismo, se abren ante nosotros
nuevas oportunidades para volver a escoger cosas nuevas. En el centro de nuestra vida
consciente, experimentamos, de manera continua, esos dos importantes ciclos de la
vida: la libertad y el determinismo, y viceversa.
Por supuesto que la libertad humana no es absoluta; además de los límites
impuestos por las circunstancias que nos rodean, existen otros, creados por los
derechos y las necesidades de las demás personas. A los buenos gobernantes de
cualquier sociedad civilizada les corresponde defender y encauzar los derechos
individuales y las aspiraciones de los grupos, para alcanzar metas comunes, en
beneficio de todas las comunidades de su país.

¿Cómo tomar las mejores decisiones?


El proceso ordenado para tomar decisiones que sean ventajosas, tiene cuatro pasos:
1. Determinar el problema,
2. Explorar las alternativas,
3. Prever los resultados de éstas, y
4. Tomar una resolución (= elegir la mejor alternativa)

Determinar el problema
La mayoría de nuestras decisiones tienen que ver con alguna situación importante, o
algún problema que deseamos resolver. Podemos utilizar las preguntas: ¿Qué?,
¿Dónde?, ¿Cuándo?, ¿Cómo? y ¿Por qué? para ubicar la situación problemática que
nos interesa resolver.
Primero, escribe las preguntas de arriba en una hoja de papel, o en la
computadora, tres veces, sin orden alguno, pensando en algo que te conviene
solucionar. Luego escribe las respuestas que se te vengan a la cabeza.
En la segunda etapa, organiza las respuestas, e intenta darles algún orden lógico,
según su importancia. Luego, fabrica nuevas preguntas que requieren, a su vez, otras
respuestas. En la mayoría de las situaciones, bastan unos cuantos minutos para que
puedas determinar el problema, pero los problemas complicados requieren más tiempo.
Conviene que sepas distinguir las causas de una situación que te preocupa, de
los síntomas que la acompañan. Por ejemplo, el desgano y las malas calificaciones de
un estudiante que cursa el primer semestre en una universidad, son meros síntomas.
Entre las causas, puede ser que no le interesen esos estudios, que le parezcan
demasiado fáciles y se aburra por eso, que arrastre problemas de aprendizaje, que no
cumpla con sus tareas porque se dedica a la diversión, que sueñe con dedicarse a
trabajar, que sus materias estén mal escogidas, que tenga problemas con algunos
maestros, que los problemas familiares le estén afectando mucho, que tenga problemas
sentimentales con su novia, etcétera.
Necesitas examinar cuidadosamente sus circunstancias particulares, usando las
preguntas de arriba, para identificar tu principal problema (y algún otro que también
influye mucho). Si se te juntaron muchas cosas, o tienes un problema muy serio, puedes
solicitar ayuda psicológica.

Explorar las soluciones alternativas


Después de concretar el problema, necesitas invertir tiempo para encontrar algunas
alternativas de solución concretas. Mientras más extensa sea la lista de caminos
posibles, tendrás mejores oportunidades para tomar una buena decisión.
Suponiendo que el problema del estudiante es una mala elección de carrera, por
lo que se encuentra estancado y aburrido en el primer semestre de universidad, se le
presentan las siguientes oportunidades: deprimirse y no hacer nada. Abandonar los
estudios y buscar algún trabajo. Quejarse de sus maestros. Decidir que es un tonto inútil
bueno para nada.
Hablar con los profesores y estudiantes de las carreras que le interesan para
saber cómo son los esos estudios, que tipo de maestros tienen, para que trabajos sirven,
etcétera. Buscar en Internet información acerca de los planes de estudio de las carreras
que sí le interesan, en su universidad y en otras universidades o institutos, incluyendo
datos acerca de los exámenes de admisión, ubicación, costos, etcétera.
Acudir a los servicios psicológicos de su universidad para pedir información
acerca de cambios de carrera, orientación vocacional, etcétera.

Calcular los resultados


La previsión de los resultados se basa en preguntarte: ¿Qué pasaría si...? ante cada una
de las alternativas mencionadas arriba. Algunas de ellas cuestan mucho dinero y otras
no cuestan nada. Unas demandan más tiempo y esfuerzo que otras.
Así, en el caso del estudiante: ¿Qué consecuencias tiene la decisión de
abandonar los estudios? ¿Cambiar de carrera sería otra pérdida de tiempo y dinero?
¿Cuál sería la nueva carrera, y que ventajas tiene? ¿Estarían de acuerdo sus padres?
¿En verdad le entusiasma mucho esa nueva carrera? ¿De veras tiene suficiente
capacidad, interés, y constancia para terminarla?
También le conviene anticipar otras contingencias, utilizando la pregunta: ¿Qué
pasaría si sucede tal o cual cosa? Por ejemplo, ¿Qué sucedería si al principio le
resultan difíciles los nuevos estudios? Por supuesto que tendría que dedicarles mucho
tiempo y esfuerzo, renunciando a algunas diversiones.
Además, podría buscar el apoyo de algunos estudiantes más avanzados, o de
algún maestro, para aprender a estudiar con más provecho. Y si acaso tuviera que dejar
sus nuevos estudios a medias por alguna emergencia, ¿de todos modos valdría la pena
haberlo empezado?
Algunas alternativas son más prácticas y realistas, en el contexto de las
circunstancias particulares, mientras que otras resultan casi imposibles, al menos por el
momento. Varía mucho el esfuerzo y la dedicación que demanda cada una de ellas.
Algunos cursos de acción son muy simplistas y no resolverían nada; sólo van a traer
más problemas, como la de abandonar los estudios para siempre, pero tampoco
dedicarse a trabajar.
Durante la etapa del cálculo previsor, al estudiante le corresponde eliminar las
suposiciones infundadas, y hacer un cálculo correcto de probabilidades, basado en
hechos y datos. Un modo sencillo para solucionar su problema es que discuta con otros
las alternativas, y escuche lo que tienen que decir al respecto. Así amplía sus horizontes
y aprovecha las experiencias de los demás.
Le conviene hablar con algunos profesores, hacerles preguntas y discutir sus
dudas con ellos. También puede tomar en cuenta las opiniones de algún especialista en
orientación vocacional. Podrá conocer mejor sus capacidades intelectuales, sus
intereses, sus rasgos de personalidad, etcétera.
Aunque al estudiante le toca decidir, un buen psicólogo orientador le puede
abrir alternativas de programas de estudios y especialidades, y también le puede
brindar la seguridad de que su elección está bien fundamentada.
Al final, de cuentas a la persona interesada le corresponde anticipar (con su
inteligencia e imaginación) lo que sucedería en caso de escoger una alternativa
particular entre las varias posibilidades existentes. Cualquier elección tiene sus
consecuencias, y el uso repetido de la pregunta ¿Qué pasaría si...? contribuye a un
examen más particular de las circunstancias posibles.

El momento de decidir
Si ya dedicaste suficiente tiempo para calcular las ventajas y riesgos de tu decisión, no
puedes estancarte en eso. De nada sirve calcular indefinidamente los riesgos de los
riesgos; ahora te toca decidir lo antes posible. Concretiza bien la alternativa que te
ofrece los resultados más ventajosos y aceptables, y elíjela del modo más firme
posible. Descarta las demás. A continuación, inicia de inmediato las acciones concretas
que sirvan para convertir en realidad el proyecto que escogiste.
Por ejemplo, el estudiante que decidió cambiar de carera, escogió
administración de empresas en lugar de ingeniería en informática (computación).
Resuelve inscribirse en otra Institución que ofrece estudios de alto nivel. Aunque va a
correr algunos riesgos, imagínate que al final de la nueva carrera estarás capacitado
para ocupar un puesto que le reportará buenos ingresos y muchas satisfacciones
personales, porque de veras eso te gusta mucho. Por el contrario, si hubiera dejado los
estudios, o se hubieras dedicado a culparse y deprimirse, hubiera desperdiciado su
talento.
Explica con detalle a sus padres la decisión que ha tomado y obtiene de ellos
comprensión y apoyo. Va a la nueva Universidad que ha elegido, pasa el examen de
admisión (después de haberse preparado muy bien para eso) y después se inscribe.
Anota cuidadosamente los horarios de clases y acomoda su tiempo para cumplirlos.
Como es obvio, para llegar al final de la carrera, necesita reunir los materiales
que va necesitando, cumplir con la mayor exactitud posible las tareas semanales,
dedicar tiempo para estudiar, etcétera. Más adelante puede solicitar una beca; cuando la
obtenga, tendrá que hacer (consigo mismo) el compromiso de mantener un promedio
muy alto en todas tus calificaciones.
La opción que eliges debes realizarla hoy y no mañana; esta es la clave de
cualquier desempeño superior. Así, las decisiones que toma cualquier ejecutivo exitoso
se desenvuelven dentro de una ruta crítica; ellos actúan antes de que sus competidores
puedan hacerlo, y por eso logran grandes ganancias.
A cualquier persona le conviene fijarse la meta de un obtener un buen
desempeño. La mayoría de las veces es apropiada una eficiencia cercana al 85%, pero
eso no funciona si tienes mucho talento (y estás becado): entonces te corresponde tratar
de lograr éxitos del 90 al 99%.
Sin embargo, no es bueno que trates de ser perfecto, porque si te exiges
demasiado, te vas a agotar muy pronto, y entonces te arriesgas a dejarlo todo a la mitad
por agotamiento. Aunque los jóvenes están llenos de entusiasmo y de energía, también
necesitan tiempo para descansar y divertirse.
Para terminar, es bueno que consideres este importante punto: aunque hayas
tomado una buena decisión, te conviene ir haciendo las correcciones y los ajustes
apropiados, tomando en cuenta las nuevas circunstancias que irás enfrentando.
¡Aprovecha las oportunidades de inmediato, de la mejor manera posible!

Las decisiones intuitivas


Además del camino lógico y razonado que explicamos arriba, hay otra manera de tomar
decisiones: el camino intuitivo. Es conveniente que aprendamos a escuchar lo que
nuestro organismo, en su totalidad, tiene que decirnos acerca de cualquier decisión
importante que deseamos tomar, porque tiene una función valorativa e intuitiva muy
certera y rápida.
El organismo almacena lo que hemos visto y vivido; lo que nos agrada y
desagrada, lo que es mejor y más conveniente para la propia salud y felicidad
personales. Incluye lo que somos debido a la genética y a la propia edad, así como
nuestras emociones y sentimientos.
Para activar la intuición, necesitas imaginar, con todos los detalles, las
decisiones posibles y sus consecuencias. Por ejemplo, la persona que estás dudando
entre continuar las relaciones con algún amigo o amiga, o romper definitivamente, trata
de visualizar esas alternativas, por separado, con todos sus detalles.
Mientras hace eso, se dedica a consultar la ecología y la sabiduría de tu cuerpo.
En otras palabras, procura tomar consciencia de las reacciones que ocurren en su
interior cuando evalúa cada alternativa.. ¿Cuál es la respuesta de la piel y de las
vísceras (el corazón, el estómago, etcétera? También puede sentir el sabor que tiene su
boca cuando se imagina alguna cosa, y cuál es el ritmo de su respiración. .
Al imaginar alguna decisión posible, necesitas consultar tu consciencia corporal
(cinestesia) para comprobar si los músculos de su cuerpo se tensan por la ansiedad o el
miedo, permanecen tranquilos, o se activan, cuando anticipan algo en particular.
Sentirás pacer, entusiasmo y alegría frente a algunas alternativas, mientras que ante
otras experimentarás desgano, disgusto, confusión, etcétera.
Lo más conveniente es que tomes la decisión que te deja más tranquilo y alegre;
que te llena más de vida, y no la que te angustia y atemoriza. Así podrás moverte y
actuarás con facilidad en esa dirección, sin que ningún aspecto importante de tu
personalidad te lo pueda reclamar después.
También estarás seguro de que no te traicionaste a ti mismo, ni causarás daño
injusto a nadie, sino que lo que decidiste hacer será lo mejor para todas las personas
involucradas que se interesan por tu bienestar.
En otro ejemplo, si alguien piensa en casarse o vivir en pareja, necesita tener
muy en cuenta sus sentimientos, y también los de la otra persona. Para eso, se imagina
que vive con ella y comparte distintas cosas, mientras advierte si eso le inquieta, lo
deja impávido o lo llena de entusiasmo. Así se asegura, de que podrá vivir en paz y
alegría (o no) con la determinación que ha decidido tomar, al menos mientras las
circunstancias presentes no hayan cambiado demasiado.
Después de haber escuchado todos los mensajes que surgen de su propio
interior, un individuo puede anticipar si será verdaderamente feliz con otra persona, y
también si la otra persona sería feliz con uno (una), o si solamente se trata de un
capricho pasajero.
Los sueños de las personas intuitivas también les revelan el contexto emocional
de la situación y el probable desenlace. Por ejemplo, un joven sueña que su novia se
aleja, y el no puede encontrarla por ningún lado por más que la busca. Después de
hablar con ella, comprueba que ambos ya no está interesados en mantener la relación,
por lo que acuerdan dejar de verse, de manera amistosa.
Los valores personales no siempre dependen de alguna religión establecida.
Algunas personas no practican ninguna religión, o son librepensadores; sin embargo,
muestran conductas intachables y se preocupan mucho por ayudar a los demás.
Otros dicen que pertenecen a una religión, pero resultan peores que los que ni
siquiera creen en Dios; por ejemplo, los sacerdotes pederastas y algunos
narcotraficantes y asesinos muy católicos, adoradores de la Santa Muerte. Por lo
demás, algunas imágenes de Jesucristo y los santos no son más que caricaturas de
pésimo gusto para el consumo popular (ver el apéndice dos).
Por su parte, Shostrom advierte que una religión manipuladora es pesimista:
predica la bajeza del hombre: débil, desamparado e incapaz de todo; predica que nadie
puede confiar en su propia naturaleza. Llena a las mujeres y a los hombres de culpa,
miedo e indecisión, para luego ofrecerles salidas burocratizadas: sacerdotes,
confesiones, limosnas, ritos y penitencias.
Por el contrario, hay agrupaciones religiosas abiertas, que apoyan el sano
desarrollo y el crecimiento económico, intelectual y psicológico de sus miembros.
Enseñan que el reino de Dios (el encuentro con a verdadera identidad) está dentro de
nosotros mismos (ver el apéndice uno y dos).

Capítulo 13
Las Metas y las Conductas Habituales
Ante a un espejo, un adolescente se pregunta: ¿Mi propósito es sólo divertirme y hacer
cosas tontas? ¿Es lucirme y aparentar que no necesito a nadie? ¿Es obedecer y alabar a
mis maestros o al jefe del equipo? ¿Es sólo comer y beber?
¿Cuál es el propósito de mi vida? Los adolescentes que se hacen esa pregunta
descubren muchas respuestas en su entorno social y en su propio interior. Sin embargo,
no aceptan, a ojos cerrados, lo que opinan otras personas, incluyendo sus padres,
maestros y amigos (y menos la propaganda mediática y los líderes de algún grupo
político y religioso.
El propósito de tu vida no tiene por qué ser nebuloso ni abstracto. Según
importantes pensadores, consiste en vivir la vida con paz y alegría, de manera social
(= solidaria), alegre y creativa. También te conviene aprender, crecer mental y
emocionalmente, y empeñarte por ser una persona cada vez mejor.
Cumple tus metas y habrás encontrado el sentido de tu vida. Para eso, y para
ejercitar tu libertad, necesitas hacer realidad una serie de metas concretas. Así, como
parte del propósito (= del sentido) de su vida, muchos estudiantes obtienen buenas
calificaciones para terminar exitosamente su carrera, y también para conseguir una
beca, en vez de pasar la vida soñando, tal vez con la ayuda de alcohol y drogas.

Determina y cumple tus metas


Realizar una meta es mucho más que repetirte frases vagas, como: “Voy a encontrar un
trabajo”, “voy a sacar buenas calificaciones”, “voy a hacer un viaje a otro país”,
etcétera. Muchos sueños se quedan en eso solamente, mientras que las metas tienen
características definidas: son específicas (= muy concretas); medibles y alcanzables,
son realistas y están sujetas a horarios y tiempo. En inglés, goals are SMART (specific,
measurable, achievable, realistic and time framed).
No es lo mismo decir: “Quiero bajar de peso”, que: “Mi meta es bajar seis
kilos en 45 días”. Tampoco es lo mismo decir: “Voy a sacar buenas calificaciones”,
que fijarse la meta de estudiar ciertas materias, tres veces por semana, de tal hora a tal
otra, etcétera. Lo primero que necesitas es determinar –hoy mismo- lo que deseas
cambiar. El segundo paso es diseñar un plan para concretizar y lograr lo que deseas.
Realiza tus planes, y habrás cumplido tus metas.
Una buena práctica para toda tu vida es que vuelvas a examinar tus metas
principales cada seis meses, para que así puedas efectuar los cambios que vayas
necesitando. Te darás cuenta que algunas metas ya no son tan importantes y ya fueron
cumplidas, mientras que otras nuevas son prioritarias.
Entre otras cosas, necesitas tener muy en cuenta tu edad y tus recursos, de
manera realista. Por ejemplo, no es buena idea (ni es una meta inteligente) que una
adolescente tenga hijos, porque no cuenta con los recursos económicos y psicológicos
para hacerse cargo de esa gran responsabilidad. Además, se vería obligada a
interrumpir sus estudios y sus diversiones, aunque tal vez contara con alguna raquítica y
demagógica subvención gubernamental.
Muchas personas son adictas al tabaco, al alcohol, a la comida y a las drogas.
Otras son adictas al juego, al peligro, al activismo, o al sexo; se obsesionan por
mejorar la apariencia física, y se aferrarse a sus propias opiniones (terquedad;
fanatismo político y religioso).
La solución directa consiste en eliminar los hábitos que nos esclavizan, y las
rutinas que nos desmotivan, para construir en su lugar otros hábitos más saludables. Por
ejemplo, es mejor practicar algún deporte que fumar, y es mejor disfrutar la salud que
comer demasiado o demasiado poco, etcétera.
Muchos jóvenes conocen sus problemas, pero no hacen nada por cambiar, a
pesar de que sus familiares y amigos están preocupados, y les señalan el daño que se
están causando. Algunos de ellos prometen y aseguran que van a dejar de beber o fumar,
van a estudiar y trabajar, etcétera, pero siguen igual.
Se aferran a la decisión de no cambiar para nada, e incluso nos aseguran que no
tienen problemas con eso. Así, entre los fumadores, el 10 % tiene intención de dejar de
fumar, 35% dice que está pensando en eso, y 55 % no quiere hacerlo, al menos por
ahora (Prochaska y otros).
Uno de los mayores obstáculos que dificultan el cambio y mantienen sin cambio
los hábitos destructivos, es la pésima costumbre que tienen esas personas de repetirse
una serie de frases paralizantes, como:
“No puedo hacer nada, es imposible cambiar, ya lo intenté y no pude, no
tengo fuerza de voluntad, no sirvo para nada, todo me sale mal, la mala suerte
me persigue, nadie me quiere, etcétera”.
En particular, las personas pasivas se comportan como si fueran menores de
edad, porque esperan que los demás las cuiden; se las ingenian, de muchas maneras,
para evadir sus responsabilidades. Una madre consentidora cae en esa trampa y nos
dice: “Pobrecito de mi hijo, es un borracho enfermito, pero mi deber es cuidarlo y
mantenerlo toda la vida” La verdad es que se trata de un joven de veinte años,
saludable, inteligente, y capaz de estudiar y ganarse la vida.
Mientras que la ansiedad y la depresión generan conductas autodestructivas, la
confianza en uno mismo hace milagros.
Schachter reporta que el 63% de las personas que intentaron bajar de peso o
dejar de fumar, y estaban muy bien motivadas, tuvieron éxito en su primer intento,
apoyándose en su propio esfuerzo y sin la ayuda profesional de psicólogos o médicos;
además, mantuvieron sus logros durante muchos años. Además, otras personas, que
también estaban bien motivadas, tuvieron éxito después de que hicieron nuevos intentos.

¿Cómo puedes cambiar tus conductas habituales?


Algunos jóvenes nos comentan que quieren sacar buenas calificaciones, terminar la
preparatoria, dejar de fumar, bajar de peso, encontrar trabajo, viajar, encontrar pareja,
etcétera. Sin embargo, ni siquiera dedican tiempo para planear cuál sería la manera
concreta de hacerlo, y mucho menos tratan de hacen algo al respecto.
Ellos no ejercitan su libertad y deciden no elegir. Por eso, dañan su salud,
desperdician las oportunidades que la vida les ofrece, y siguen actuando como niños
inmaduros y caprichosos, aunque –por su edad- ya no son eso.
Como sugieren Prochaska y otros, si tu quieres cambiar algún hábito de manera
exitosa, necesitas salir de la etapa de evitación, para recorrer otras cuatro etapas
sucesivas: 1. Contemplación, 2. Planeación, 3. Acción, y 4. Mantenimiento.

Contemplación
Para eliminar las conductas indeseables, primero dedicas atención y tiempo (dos o tres
semanas) para pensar diariamente en lo que quieres cambiar. La intención principal es
que encuentres motivos sólidos para realizar esos cambios. Esta etapa es la más
importante: con una buena preparación emocional, la idea de cambiar te parecerá (y
también será) posible, útil y conveniente.
¿Cuáles conductas deseas cambiar? Elige una o dos, a lo más. Por ejemplo,
dejar de fumar, ser más amable y sociable, estudiar mejor, bajar de peso, hacer
ejercicio, conseguir trabajo o pareja, y así por el estilo. Primero dedícate a entender las
dimensiones del problema; evalúa con cuidado los obstáculos y también las
posibilidades.
Entre los obstáculos que debes superar para empezar a moverte, está el miedo a
lo desconocido, el temor al fracaso y a la censura social (qué dirán tus padres, tus
amigos y amigas) y la resistencia a abandonar las rutinas establecidas. Así, las
personas que están acostumbradas a sentirse mal, temen la salud, el bienestar y el éxito,
porque suponen -de manera irracional- que después les irá muchísimo peor.
Muchos jóvenes prefieren la satisfacción del momento y se dedican a comer sin
medida (beber y fumar, etcétera) en cuanto sienten ansiedad, en vez de practicar algún
deporte o ejercicio, con lo cual podrían llegar a disfrutar un cuerpo fuerte y saludable
en unas cuantas semanas.
Existen las pequeñas satisfacciones a corto plazo, y las grandes satisfacciones
que requieren plazos más largos. Algunos placeres parecen la gran cosa, aunque no lo
son tanto, como beber mucho en una fiesta y hacer que todos se rían de tus chistes (y de
ti, desde luego, porque hiciste el ridículo).
Una razón no siempre es un motivo, porque los motivos incluyen los
sentimientos, y funcionan mucho mejor que las ideas abstractas. Tus propios motivos
personales son muy valiosos, porque ellos te ayudarán para que no pierdas las ganas, y
así te seguirás esforzando el tiempo que sea necesario.
Haz es que deseas hacer, para que tus padres, amigos y compañeros se sientan
orgullosos de ti, y ya no estén preocupados; por el bienestar de tu pareja (o de tu mejor
amigo), porque te valoras, por tu propia vida, por tu salud y tu felicidad, para que seas
una persona mejor, para que aprendas a controlarte, para ayudar a los demás, para que
los demás te aprecien y te estimen, por el bien de tu comunidad y del país, etcétera.
También necesitas considerar las desventajas de seguir con los hábitos nocivos,
por ejemplo el riesgo del cáncer pulmonar si fumas mucho, de la cirrosis del hígado si
bebes, la diabetes y toda clase de enfermedades si tienes sobrepeso, etcétera.
Además, hay muchas ventajas en dejar un hábito destructivo; así, si dejas de
fumar tu cerebro funcionará mejor y te comportarás de manera más inteligente y
creativa, tendrás más energía para el deporte, dejarás de oler mal, tu piel será más
juvenil, dormirás mejor, etcétera. Los estudiantes que no fuman obtienen mejores
calificaciones, porque su cerebro tiene el oxígeno necesario para concentrarse,
recordar y funcionar de manera ágil y creativa.
La confianza y el sano optimismo son indispensables: nadie va a cambiar si no
está convencido de que puede hacerlo. La fuerza de voluntad no tiene nada que ver con
esto, ni tampoco existe (ver el capítulo doce). Lo esencial es que desarrolles la
convicción de que la cosa que deseas (la conducta, el comportamiento, el resultado)
que deseas es posible (ver el capítulo once). El compromiso que tú te haces a ti mismo
para cambiar y mejorar, tiene mucha importancia.
Construye una visión anticipada (una sólida esperanza) del éxito futuro, por
encima de cualquier dificultad. Confía en tus propias cualidades, en tu empeño y en la
sabiduría de la vida y la de tu propio organismo. La expresión tener ganas describe
muy bien el intenso deseo de trabajar duro y seguir adelante.
En una o dos hojas de papel, escribe cuáles son tus motivos, tus metas y las
frases positivas que te generan entusiasmo y te mueven a actuar. Procura dedicar
algunos momentos todos los días para repasar esos motivos. De esta manera, siempre
los vas a tener presentes y no los vas a olvidar.
Tu proyecto de cambio va a funcionar, debido a que está sustentado por tus
mejores estados de ánimo; tienes entusiasmo y confías en ti mismo. Los impulsos
naturales de tu organismo: vivir con salud y alegría, junto con los demás aspectos
menos conscientes de tu personalidad (a nivel emocional y bioquímico) empezarán –
desde luego- a buscar las maneras de alcanzar el éxito, aunque tú ni siquiera te enteres
de esto.
Para hacer realidad algún proyecto, necesitas tener motivos sólidos, junto
con la firme intención de realizarlo. Este paso es el más importante. Dedica tiempo a
esto.

Planeación
Apoyado en la firme decisión de mejorar, como tu propio terapeuta, te conviene
dedicarte a diseñar los procedimientos psicológicos adecuados para solucionar tu
problema particular. Define exactamente lo que quieres lograr. Por ejemplo, si deseas
bajar de peso: ¿cuántos kilos en total? ¿Cuántos vas a bajar cada semana? ¿En cuántas
semanas vas a lograr su propósito?
Cuando te fijas una fecha, desarrollarás una expectativa de cambio, y todo tu
organismo se dirigirá hacia esa meta, incluyendo tus aspectos impulsivos, viscerales y
cósmicos (espirituales).
Evalúa también la frecuencia y la duración de la conducta por modificar, así
como la intensidad de los sentimientos que la acompañan. Por ejemplo, el número de
cervezas que consumes diariamente, el número de cigarros que fumas cada día, los
kilos de sobrepeso, la intensidad de tu tristeza, angustia o enojo (del uno al diez),
etcétera. Estos datos son tu punto de partida, tu línea base.
También te conviene anotar las circunstancias antecedentes, por ejemplo, cómo
se siente antes de comer demasiado, beber o fumar un cigarrillo. Registra también la
hora en que lo haces, las circunstancias que favorecen esa conducta y la situación en
que te encuentras entonces. Así podrás identificar las situaciones de alto riesgo, junto
con las necesidades emocionales que necesitas atender; por ejemplo, dar salidas más
constructivas a la angustia, o eliminar los sentimientos de soledad buscando amistades.
Como último paso en la planeación de conductas, te toca determinar tus propias
metas y el modo como va a medir y registrar los avances. Señálate una meta diaria y
una meta semanal. Por ejemplo, fumar un cigarrillo menos cada día, bajar medio kilo
por semana, estudiar diariamente quince minutos más e ir subiendo el tiempo; dirigirte
al menos cinco frases alegres al día para sentirte menos deprimido, y así por el estilo.
A continuación elige una manera concreta de medir los cambios que deseas
hacer. El propósito es que puedas llevar un registro diario de la conducta que desea
eliminar o de la que desea adquirir. En otras palabras, necesitas fijarte una meta diaria,
para luego evaluar, al final del día (o de la semana) cuál fue tu desempeño real.
Algunos ejemplos:
1. Bajar de peso: anota los kilos que lograste perder cada semana, y (en otra anotación) los minutos
diarios que dedicas para hacer ejercicio.
2. Estudiar más: anota el tiempo que dedicas diariamente a estudiar con toda tu atención.
3. Depresión: anota el número de pensamientos depresivos durante el día, para lo cual se hace una
rayita en una tarjeta por cada pensamiento negativo que te vino a la mente y lograste eliminar,
diciendo ¡Basta! (capítulo diez)
4. Enojo: número de veces al día que te sentiste irritado (a), pero te controlaste, lo olvidaste y no diste
rienda suelta a su enojo.
5. Anorexia: anota el peso ideal que te corresponde de acuerdo a tu edad y estatura; luego necesitas
anotar al fin de cada semana cuantos kilos aumentaste, hasta que llegues, finalmente, al peso que
necesitas para lucir tu verdadero atractivo.
6. Bulimia: anota los días en que no vomitaste de manera forzada ni viste los sitios de Internet que
afirman que eso es la gran cosa; felicítate cada día que lo logras.
7. Dejar de fumar: anota el número de cigarrillos que fumaste ese día, y disminuye uno el día siguiente,
8. Autoestima: anota el número de frases de aliento que te dijiste ese día.
9. Sociabilidad: anota el tiempo que utilizaste para relacionarte con otras personas, de manera alegre y
espontánea.
10. Dejar de beber: anota las veces que te controlaste y no bebiste aunque tuviste el deseo (la fantasía)
de hacerlo. También anota, –por separado- las veces que recibiste una invitación para beber y tu no
la aceptaste.
11. Alguna otra cosa que a ti te interese evitar (no hacer) o hacer con mayor frecuencia.
Acción
Después de que hiciste algunas reflexiones y tomaste algunas decisiones para romper
los hábitos que te perjudican, o para establecer otros que te favorecen, te conviene
llevar algunos registros diarios y semanales.
Primero necesitas adaptar los registros a tu situación personal, porque dependen
de las conductas específicas en las que decidiste que vas a trabajar. Por ejemplo, la
tabla 13.1 ilustra la manera de llevar un registro de cuatro columnas con el propósito de
dejar de fumar.
En la primera columna anotas la hora en la que fumas un cigarrillo, en la
segunda el lugar, en la tercera qué estás haciendo, y en la cuarta, cómo te sientes. Lo
importante es que lleves el registro, en una pequeña hoja de papel que colocas en la
misma cajetilla de cigarrillos, junto con un bolígrafo para hacer las anotaciones.
Haces las anotaciones todos los días, sin dejar de hacer esto ningún día, con
algún pretexto. La constancia durante unas cuantas semanas te asegura el éxito
definitivo. Como puedes ver, la persona que ilustra el ejemplo de la tabla 13.1 fuma
mucho: 40 cigarrillos al día.

Tabla 13.1 Hoja de registro de cuatro columnas, en la que se va


anotando la hora, el lugar, las actividades y los estados
de ánimo con el propósito de dejar de fumar

Al final del día, sumas el número de los cigarros que fumaste, y conservas esa
hoja. Colocas otra tarjetita en la caja de cigarros, y dejas en ella (o en ellas) solamente
los cigarros que puedes fumar al día siguiente, etcétera. Cuando haya pasado la primera
semana, sacas el promedio diario; luego elaboras una gráfica, en la que anotas abajo
los números de varias semanas, y del lado derecho la cantidad de cigarros que fumas.
La primera anotación es el promedio semanal de los cigarros que acostumbras
fumar diariamente, por ejemplo 35; se entiende que algunos días fumaste 37 y otros 32,
etcétera.
Cuando termina cada semana, sacas el promedio, y vas dibujando la gráfica con
los nuevos datos; observarás que la cantidad disminuye, semana por semana. Continúas
haciendo esto hasta que dejes de fumar completo. De todos modos, necesitas mantener
la gráfica en ceros otras seis u ocho semanas, para que te sigas animando con el éxito
logrado (tabla 13.2).

Tabla 13.2 Ejemplo del modo de llevar una gráfica de autocontrol de disminución a
partir de una línea base. Aunque la persona dejó de fumar por completo
en siete semanas, llevó el registro de mantenimiento por otros dos meses.

Un buen plan es que decida fumar un cigarrillo menos al día siguiente (o uno
menos cada dos días), hasta que ya no fumes nada después de diez semanas; así no
sentirás demasiadas molestias durante todo ese tiempo.
Importa mucho que las personas que desean eliminar un hábito perjudicial, lo
mismo que las que se empeñan por desarrollar un nuevo hábito favorable, caigan en la
cuenta de lo que está haciendo, y vayan registrando cuidadosamente las conductas que
les interesan, a medida que ocurren.
De esta manera las van controlando, y así dejan de ser automáticas. Si ya estas
decidido a ensayar esta técnica, que es tan efectiva, necesitas llevar contigo la hoja de
registro; procura también hacer las anotaciones diarias y semanales con mucho empeño.
En otro ejemplo, un el joven que tiene el hábito de auto-devaluarse, cada vez
que se dirige una frase auto-destructiva (qué horrible eres, que tonto, nadie te
quiere…) se detiene un momento y hace una rayita en la tarjeta que utiliza para llevar su
registro diario. A continuación reemplaza ese hábito nocivo por uno nuevo: se dirige
una frase de aliento y se alegra por ser lo que es, y por todo lo ha logrado ser y hacer.
Por separado, también hace una rayita por cada frase positiva que se dirigió durante el
día.
Cada día que hace esto representa un paso más hacia su meta de sentirse más
alegre y lleno de energía; es decir, menos angustiado y deprimido. Para que todo
funcione bien, le conviene llevar el registro diario (y la gráfica semanal) durante dos o
tres meses. Podrá darse cuenta de que sus pensamientos alegres y positivos van
aumentando, mientras que las frases negativas y autodestructivas cesan por completo.
En otro ejemplo más, la meta final de una mujer con sobrepeso es bajar treinta
kilos. Si baja un kilo por semana, al final del mes habrá bajado cinco kilos. Se
pesa todos los días, en la mañana, y anota esa cantidad; además, traslada su peso
diario a una gráfica que tiene los días de la semana, para que pueda alegrarse de los
resultados que va obteniendo de semana en semana, y de mes en mes.
De manera segura, y sin grandes problemas, esa mujer habrá logrado su
objetivo en cinco meses. Le conviene felicitarse y premiarse por los avances que va
logrando cada semana. También necesita recurrir al control de estímulos, como se
explica un poco más adelante.
Sea cual sea tu propósito, necesitas animarte por tus logros diarios y
semanales, en vez de culparte y atemorizarte de manera indebida y poco racional por el
tiempo que te falta para llegar a la meta final.
Si deseas hacer más ejercicio, puedes pegar una hoja cerca del aparato que
empleas (por ejemplo cerca de la bicicleta fija) para anotar, al final del día, los
minutos diarios que empleaste en ejercitarte.
De hecho, algunos aparatos de ejercicio ya incluyen contadores de todos
estilos. También puedes reunir los datos diarios del tiempo que haces ejercicio, para
hacer una gráfica semanal, y llenar esa gráfica durante algunas semanas o meses, hasta
que ya tengas bien establecido el hábito de hacer ejercicio de manera regular.
Es indispensable que te proporciones, de manera consistente, algún premio o
recompensa (reforzamiento positivo) cada vez que logras alcanzar la meta diaria que te
propusiste, según el programa individual que diseñaste y vas siguiendo. Los
reforzamientos apoyan las conductas, y hacen que estas ocurran con mayor
frecuencia (o que vayan desapareciendo, cuando se premia su desaparición
gradual)).
Conviene advertir que las personas que se dirigen frases de apoyo al final del
día porque redujeron el número de cigarrillos que fumaban, etcétera, alcanzan sus
propósitos con mucha facilidad, mientras que los que no lo hacen (=las que no se
premian ni se apoyan a sí mismas) no logran ningún cambio notable.
En otras palabras: las personas que tienen éxito, tuvieron el cuidado de
premiarse de alguna manera; por ejemplo, se permitieron ver la televisión por un rato,
se divirtieron con la computadora, o fueron con sus amigos/as como recompensa (como
premio) por haber estudiado algunas horas.
Para mantener los cambios, te conviene determinar los premios y recompensas
(= las consecuencias) que tendrán la conductas que deseas eliminar; tienes que hacer lo
mismo con las conductas que deseas que ocurran con mayor frecuencia.
Existen varios tipos de reforzamientos positivos: 1. Los reforzamientos
sociales, como las sonrisas, las frases de aliento, los abrazos y las palmadas en la
espalda, 2. Los reforzamientos materiales, como el dinero, los libros, los juguetes, la
ropa y la comida, y 3. Las actividades gratas preferidas, como los juegos, la
televisión, los deportes, el tiempo en Internet, las películas, la música, el baile y la
música, etcétera. Necesitas aprender a recompensarte de manera perdurable por un
trabajo bien hecho. Los reforzamientos positivos son aquellas cosas que son valiosas y
placenteras para alguien en particular.
Es bueno que te sepas dar, al menos, un reforzamiento diario, y también otro
semanal, que es más importante. El reforzamiento diario puede ser pequeño, como ver
un rato la televisión, pero el reforzamiento semanal tiene que ser algo que tenga más
importancia para ti, por ejemplo ir al cine, salir a comer en un restaurante con un
amigo/a, etcétera.
Alégrate por los avances que vas logrando, y toma consciencia de los aspectos
positivos de la modificación de hábitos, como los beneficios a tu salud, la mayor auto-
estima, las mejores calificaciones, los kilos de menos, etcétera.
También existen los castigos útiles (reforzamientos negativos), por ejemplo, la
persona que desea dejar de fumar se obliga a depositar cien pesos en una alcancía cada
día que fuma más de la cuenta, y al final de la semana regala ese dinero a alguna
persona que le cae muy mal.
Como ejemplos de reforzamientos negativos, alguien que fuma demasiado,
cuando enciende un cigarrillo, se imagina de manera muy vívida las consecuencias
indeseables (cáncer y enfisema pulmonar, falta de oxígeno en el cerebro, daño a la piel,
etcétera. Esto le facilita dejar de fumar para disfrutar la salud.
El individuo que come sin medida, se puede imaginar que si sigue así, padecerá
toda clase de enfermedades y molestias: dolor en las articulaciones y en la cabeza,
enfermedades en los pulmones y el corazón, diabetes, etcétera. También se moverá cada
vez con mayor dificultad, y perderá su atractivo físico.
Del igual manera, el joven que bebe demasiado se arriesga a cirrosis del
hígado, daño cerebral, impulsos incontrolables, abandonar sus estudios, pérdida del
trabajo y de su dignidad, separación de su pareja, serios problemas con sus
compañeros, etcétera.
Cuando alguien ya ha logrado su meta la mayoría de las veces, puede intentar
alcanzar una meta más elevada. Por ejemplo, si un joven deseaba estudiar más para
alcanzar un promedio de 7, sin materias reprobadas, cuando ya alcanzó esa meta, y la
mantiene por algunos meses, le conviene esforzarse por alcanzar un promedio de 8.5 o
9, también sin materias reprobadas.
De esta manera podrá ingresar a los estudios superiores con facilidad, y
también podrá obtener una beca para hacer estudios de maestría y doctorado en este
país o en el extranjero.

El control de los estímulos


Para romper las cadenas que componen algún hábito, necesitas evitar las circunstancias
que conducen al comportamiento indeseable y lo favorecen. Esto se denomina control
de los estímulos antecedentes. Estas circunstancias son de dos estilos: las que se
refieren al clima emocional interno y los estímulos sociales y ambientales.
Trata de identificar el clima emocional interno que antecede a las conductas que
deseas modificar. Por ejemplo, los sentimientos de ansiedad, soledad o depresión que
tienes antes de comer de manera compulsiva. De esta manera, el hábito no ocurrirá de
manera automática.
Así, cuando alguien come demasiado porque experimenta sentimientos de
angustia y soledad, necesita hacer algo para sentirse mejor: por ejemplo, respirar
bien, hacer ejercicio, platicar con sus amigos, etcétera. Las rutas básicas para mejorar
los estados de ánimo son: 1. Una buena respiración (ver el capítulo ocho) y 2. La ruta
del movimiento (ver el capítulo nueve). También ayuda mucho cultivar un buen sentido
del humor.
También necesitas aprender a controlar los estímulos sociales y ambientales.
Así, algunas personas van al cine y compran toda clase de golosinas antes de ver la
película. Otras beben en las fiestas porque sus amigos los invitan (y también para estar
alegres y divertirse con ellos). Otras circunstancias son las comidas y bebidas de
negocios, igual que el café y los pastelitos con las amigas.
Las circunstancias del ambiente interno y externo (los estímulos antecedentes)
favorecen e inician, de manera automática, las conductas problemáticas indeseables.
Por eso, desde el principio se deben controlar de manera inteligente. Así, el joven que
ha quiere dejar de beber, decide que ya no va a frecuentar el bar o la cantina donde se
reunía regularmente con sus amigos, porque si lo hace seguiría bebiendo como antes.
Puede reunirse con alguno o algunos de ellos en otros sitios.
Por su parte, la persona que iba al cine y allí comía demasiado, no tiene por qué
dejar de ir al cine. Solamente tiene que llevar sus propias palomitas de maíz sin grasa,
o alguna fruta, etcétera, en vez de comprar golosinas caras, que tienen grasa y muchas
calorías.
La persona que desea bajar de peso necesita planear lo que va a comer, y comer
solamente eso. Le conviene evitar las grasas y los dulces, y debe administrar el pan, las
tortillas y los demás carbohidratos. Nunca debe comer entre comidas ni fuera del
comedor; desde luego que tampoco te conviene comer sin medida mientras ves la
televisión o utilizas la computadora y los videojuegos, porque entonces ni siquiera te
vas a dar cuenta lo mucho que comes.
También necesita masticar bien los alimentos y tratar de saborearlos; pon mucha
atención a esto. Toma pequeñas porciones cada vez, cada cosa por separado. De esta
manera, tu cerebro tendrá oportunidad de enviar al organismo la señal de que ya recibió
el alimento que necesita, y que no quiere más. Cuando comes, procura detenerte algunas
veces, durante dos o tres minutos, para demostrarse a ti mismo que puede dejar de
comer cuando quieras.
Nadie tiene la obligación de comer todo lo que le sirven en el plato, ni todo lo
que cocina su mamá o su pareja. Las amas de casa tampoco se tienen que comer todo lo
que dejan sus hijos para que no se desperdicie. En muchas familias, la comida es una
forma de mostrar afecto: Mira el pastel que te hizo tu mamá, ¿Verdad que te quiere
mucho? Es mejor que metas al refrigerador lo que te sobra, para otra ocasión. Si te
ofrecen más pastel, puedes decir: “Gracias, ya es suficiente”.
Además, para bajar de peso, y también porque tus músculos lo necesitan, te
conviene hacer ejercicio de manera regular, y evita una vida sedentaria y aburrida. Si
comes por ansiedad, soledad y aburrimiento, es mejor que llames a un amigo para
platicar o ir a algún lado, o que te dediques a hacer algo que a ti te interese.
El estudiante que acostumbra comer sin medida viendo televisión (y con
música a todo volumen) se distrae y no presta atención a lo que debería estar haciendo.
No se puede concentrar, y al final tampoco se acuerda de nada. Necesita un ambiente
tranquilo que le ayude a aprender con mayor facilidad.
Si tiene muchas distracciones en su casa, puede elegir otro sitio más adecuado,
como una biblioteca, un parque, una azotea, etcétera. Más adelante, al llegar allí sentirá
paz y tranquilidad, porque ese sitio ha quedado asociado con el hábito (y el clima
emocional favorable) de hacer eso con gusto y tranquilidad.
Es mejor que ese estudiante vea televisión, use su computadora, salga con sus
amigos/as, etcétera después de que terminó bien sus tareas escolares y otros
compromisos, como un merecido premio por haberlas realizado bien. A corto plazo
tendrá más ganas de estudiar y será más empeñoso en esto; además, sus calificaciones
mejorarán de manera muy notable.
Pasando a las personas que fuman demasiado, lo mejor es dejar de fumar de
golpe. Desde luego que esto requiere buenos motivos. Cuando alguien deja de fumar, el
nerviosismo y las ganas de van a durar dos o tres semanas, por la adicción a la nicotina.
Muchas personas solamente tiran la cajetilla de cigarros, y ya no aceptan (ni solicitan)
que les regalen cigarrillos. En lugar de fumar, algunos mastican un chicle sin azúcar,
beben un poco de agua, o comen trocitos de jícama, etcétera.
Las mujeres embarazadas que fuman, tienen hijos menos saludables, debido a
que la sangre que comparten con su bebé tiene menos oxígeno y más toxinas. Un
excelente motivo para dejar de fumar es procurar que el bebé no corra riesgos
indebidos, y nazca muy sano.
Si tienes problemas con tu manera de beber, cuando tomes una bebida
alcohólica, hazlo despacio y saboreando. Espere suficiente tiempo antes de tomar otra,
para que te des cuenta de lo que estás haciendo. Nunca bebas una bebida tras otra, de
manera compulsiva. Tampoco lo hagas con el estómago vacío; consume alimentos
mientras tomas. En vez de seguir con más alcohol, toma un refresco, agua o un jugo.
En el caso de que bebas mucho, necesitas fijarte el límite máximo de dos
bebidas al día, si eres hombre, o una, si eres mujer. Después de dos o tres semanas, en
lugar de beber todos los días, declara un descanso al alcohol; escoja uno o dos días a la
semana en los que no vas a beber nada de eso. Pasado algún tiempo, puedes intenta
dejar el alcohol por más días, hasta que logres hacerlo durante una semana.
Reflexiona cómo te sientes, emocional y físicamente, cuando no consume
alcohol. Si te sientes ansioso, busca otras maneras de relajarte. No bebas cuando te
sientas preocupado o enojado; es mejor que hagas ejercicio, te dediques al deporte,
medites, leas, salgas a caminar, etcétera. A medida que tengas éxito y te sientas mejor,
descubrirás que no es tan difícil controlar la ansiedad que te lleva a beber.
No tienes por qué sentirse obligado a tomar alcohol, o consumir drogas, cuando
otras personas lo hacen, ni tampoco tienes la obligación de aceptar cualquier trago que
alguien te ofrece. Aléjate de las personas (los supuestos amigos) que te hacen la vida
difícil, y te molestan cuando no estás consumiendo alcohol o drogas.
Las drogas y el alcohol dañan el cerebro; favorecen la violencia, impiden la
concentración y distorsionan el contacto con la realidad. Las personas que beben
demasiado se aíslan, abandonan su trabajo, y también dañan mucho a sus familiares y
amigos.
Alégrate a medida que vas recuperando la salud (emocional, mental y física),
junto con las ganas de estudiar y de trabajar. Esto también te ayudará a mejorar las
relaciones con tus familiares y amigos, porque ya no estarás ansioso, sujeto a
explosiones irracionales de ira, celos, llanto; ni tampoco serás el inoportuno payaso de
las fiestas.

Mantenimiento de logros y manejo de las recaídas


Finalmente, necesitas dedicarte a mantener tus logros para asegurar que los cambios
sean permanentes. El cambio en los estilos de vida no es un evento solitario, sino un
proceso que continúa. La gente no deja de fumar en un día, ni llega a su peso ideal en
una semana, ni maneja sus tensiones en unas horas. Es necesario que sigas insistiendo
para lograr lo que deseas, por mucho tiempo, a veces por toda la vida.
Todos tenemos momentos de debilidad, tensiones y presiones emocionales. A
veces, las tentaciones regresan meses o años después. Para mantener tus logros, sigue
aplicando los métodos que te funcionaron, y repite con empeño las técnicas de
modificación de conducta que has aprendido.
Necesitas desarrollar fuertes hábitos saludables que valen la pena, como
estudiar, pintar, bailar, leer, viajar, hacer deporte y ejercicio, y dedicarte a ellos de
manera entusiasta. No olvides que a ti te corresponde hacerte cargo de todas sus
necesidades, desde las más básicas como una buena alimentación y respiración, hasta
las sexuales, emocionales, intelectuales, intuitivas y espirituales.
Sin lugar a dudas, los padres que animan y premian a sus hijos por sus mejores
esfuerzos, y también dialogan con ellos de manera calmada y razonada, obtienen
mejores resultados que los que los amenazan y castigan. En lugar de temor,
resentimiento o rebeldía, obtienen de ellos colaboración, respeto, cariño y admiración.
Según Prochaska y otros, la mayoría de las recaídas (el 35%) ocurren junto con
las emociones destructivas: períodos de angustia, ira, depresión, estrés y aburrimiento.
Otro 16% sucede en situaciones sociales molestas, por ejemplo, después de un pleito
con la pareja, disgustos con algún pariente, amigo o jefe, luego de reprobar, chocar el
carro, etcétera.
Además, 20% retoma los hábitos nocivos debido a las presiones sociales:
“vente a tomar un trago con tus amigos”, o por juntarse con gente que no quiere dejar
esos hábitos. Otro 10% de las recaídas se relaciona con sentimientos de soledad. Los
sentimientos de culpa y la confianza excesiva también provocan recaídas: Como ya
derroté mi hábito de fumar, puedo fumar lo que sea por una semana; como ya llevo
mucho tiempo sin beber, ahora tengo que emborracharme.
Según Scogin y otros, las personas que controlaron bien sus hábitos utilizaron
los mismos métodos que las que recayeron, pero la importante diferencia es que estaban
mejor motivadas y siguieron insistiendo hasta encontrar algo que a ellos les funcionó de
manera efectiva.
La mayoría de los impulsos (ganas de fumar, de beber, de comer demasiado,
etcétera) son temporales. Cuando esto suceda, te conviene fijar la atención en otra cosa
y dedicarte a realizar algunas actividades que te interesan. Brota una súbita compulsión
a hacerlo, pero esta se desvanece cuando la resistes, o si te olvidas de ella por algunos
momentos.
Procura no cambiar una adicción por otra que también te perjudica. Algunos
alcohólicos compulsivos que dejan de beber, se dedican a fumar. Otros dejan de fumar,
pero se dedican a comer demasiado, o se vuelven adictos al trabajo, etcétera. Por lo
común, esas personas no hacen nada para salir de sus estados emocionales negativos
(angustia, depresión, etcétera) que los impulsaron a sus adicciones.
Si eres alcohólico y ya no tienes control de tu forma de beber, sobre todo
cuando tienes problemas médicos debidos al abuso del alcohol, no intentes disminuir su
consumo por ti mismo La única salida es que dejes de beber por completo. Tu médico o
psicólogo te aconsejarán los procedimientos más oportunos para lograr esto. Como
otras alternativas, puedes acudir a Alcohólicos Anónimos, a un Centro de Salud
comunitaria, o internarte en alguna Clínica especializada.
De igual manera, si acaso tienes adicción a las drogas (marihuana, cocaína,
anfetaminas, etcétera) es tiempo de que vayas, a la brevedad posible, a un Centro de
Salud comunitaria o consultes a un psicólogo competente. Existen tratamientos de
desintoxicación, que incluyen psicoterapia de grupo y medicamentos para prevenir que
las personas vuelvan a beber alcohol o consuman drogas.

Manejo de pequeños hábitos compulsivos


Azrin y Nunn desarrollaron un método comprobado para eliminar hábitos molestos,
como morderse las uñas, arrancarse el cabello, tartamudez, chuparse los dedos,
temblores nerviosos o tics (como cerrar un ojo sin control), etcétera. Las personas
obtuvieron 90% de reducción el primer día, 95% en una semana, y 99% en un mes,
cuando utilizaron la técnica de la manera recomendada
La estrategia es sencilla: la persona necesita sustituir el mal hábito por otro que
es incompatible y más aceptable. En primer lugar, te dedicas a observar, con todo
detalle, el hábito indeseable que decidiste cambiar. A continuación, eliges otro hábito
alternativo. Este hábito nuevo no debe interferir con las actividades normales diarias, y
debe pasar inadvertido por las demás personas; es más conveniente elegir una conducta
(= una actividad) que sea fácil y que no gaste mucho tiempo.
Algunos ejemplos: tomar un objeto, como un lápiz o un llavero (para apretarlo o
darle algunas vueltas); apretar ligeramente el puño de la mano, etcétera. Cualquiera de
estas conductas es incompatible con morderse las uñas o arrancarse los cabellos;
también ayudaría que la persona se limara las uñas o se peinara el cabello de vez en
cuando.
Respirar bien es incompatible con las toses nerviosas, y en lugar de los tics
nerviosos de los ojos, conviene cerrarlos deliberadamente, con fuerza, por unos
instantes. Hasta beber un poco de agua es incompatible con algunos hábitos
indeseables, como llevarse un cigarro a la boca, comer demasiado, o beber alcohol. A
medida que observas tus hábitos con mayor detalle, te será más fácil controlarlos.
La intención paradójica es otra técnica terapéutica que es útil para controlar los
pensamientos obsesivos y algunas fobias. Cuando alguien está luchando sin éxito contra
algo, el terapeuta le da instrucciones para que se deje caer en el abismo y trate de
intensificar al máximo los síntomas que le molestan. Para sorpresa de muchos, con esto
desaparecen los síntomas.
Por ejemplo, al individuo que tartamudea se le recomienda que se dedique a
tartamudear deliberadamente, durante diez minutos, varias veces al día, cuando está
solo. Esta técnica le permite reírse de sus síntomas y perderles el miedo. También le
conviene dedicarse a tensionar el cuerpo lo más que puede; como resultado, este se
relaja de manera automática, y eso contribuye también para recuperar el control de la
voz.
De igual manera, la persona que tiene un tic, por ejemplo cierra un ojo, o le
tiemblan las manos, practican las conductas indeseables en sesiones diarias de quince
minutos cada una, hasta que su cerebelo (cinestesia motriz) y su cerebro recuperan el
control voluntario. Conviene que las sesiones sean de cinco a diez minutos, varias
veces al día.
Los familiares, y los grupos que apoyan a los que intentan dejar el alcohol o
buscan bajar de peso (Alcohólicos Anónimos, Cuida Kilos Anónimos, Neuróticos
Anónimos y otros por el estilo) ofrecen apoyo social, y proporcionas ejemplos
exitosos, que son muy útiles para mantener motivadas a las personas que desean
eliminar estos hábitos indeseables.

Capítulo 14
PSICOLOGÍA HUMANISTA DE LA SEXUALIDAD
Para simplificar las cosas, en este capítulo me refiero al amor sexual entre un hombre y
una mujer. Sin embargo, respeto, de la manera más absoluta, las preferencias sexuales
de cada persona (ver el capítulo siguiente). En la actualidad no existe un modelo único
de actitudes o valores sociales o religiosos que regulen las relaciones sexuales.
Lo medios de comunicación y las familias de distintos estratos sociales
proponen opiniones contradictorias entre sí, algunas de ellas comerciales y poco
lógicas. Van desde la culpa y la represión del catolicismo tradicional, hasta la libertad
y el respeto a las personas.
Las sociedades machistas adoctrinan a las jóvenes para que sean sumisas,
dulces y complacientes. A muchas de ellas les dicen que las sensaciones y las
conductas sexuales (al menos fuera del matrimonio religioso) son sucias, indecentes y
pecaminosas. Por otra parte, a los hombres adolescentes se les repite que deben ser
fuertes y conquistadores; pueden tener relaciones sexuales con las mujeres que quieran,
sin ningún compromiso. También necesitan buscar amigas bellas y atractivas para
lucirlas ante sus amigos.
Consideraciones previas
La Constitución Política de México defiende el derecho de las personas para decidir
cuántos hijos tener, y cuándo tenerlos (Artículo 4°); lo mismo hace la Ley General de
Población (Artículo 13). Según este Reglamento, los organismos del CONAPO tienen
la obligación de proporcionar información y educación acerca de la planificación
familiar, en particular a los y las adolescentes y jóvenes (Artículo 18). La adecuada
educación disminuye la posibilidad de embarazos tempranos e indeseados, y también
aumenta la protección contra las infecciones de trasmisión sexual.
La Ley General de Salud establece que los padres tienen la obligación de
preservar el derecho de los menores a la satisfacción de sus necesidades, igual que a su
salud física y mental. Además, la planificación familiar debe incluir información y
orientación educativa para los adolescentes y jóvenes. Por su parte, la Ley para la
Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, les asegura un desarrollo
pleno e integral; con iguales oportunidades para formarse física, emocional, mental,
moral y socialmente.
La Norma Mexicana de los Servicios de Planificación Familiar establece que
esta práctica es un derecho de toda persona, cualquiera que sea su género, edad y
estado social o legal. La orientación sobre la planificación familiar debe atender, en
particular, a la población adolescente, con respeto absoluto a su derecho para decidir
acerca de las conductas sexuales y reproductivas, incluyendo el consentimiento
informado acerca de la prescripción de anticonceptivos.
La legislación reconoce el derecho y la libertad que tienen las personas
adolescentes y jóvenes para disfrutar una sexualidad plena y gozosa, en un clima de
responsabilidad y respeto mutuo, como parte importante para el desarrollo de sus
capacidades humanas.
Sin embargo, en nuestro país (como en otras partes del mundo), los grupos
conservadores, y en particular la Iglesia católica, se oponen radicalmente a estos
derechos civiles y psicológicos tan fundamentales, con el pretexto de que favorecen la
inmoralidad y el desenfreno sexual.
En la atracción sexual existe un trasfondo genético de señales poco conscientes
que afectan la selección de pareja. Una de ellas es el olor. Mediante el sudor, el sistema
inmunológico y las hormonas mandan atractivos olores sexuales (feromonas); esta
información se encuentra también en la saliva, por lo que los besos franceses pueden
ser una manera de discernir la compatibilidad biológica.
Junto con los aspectos biológicos, la sexualidad humana tiene aspectos
psicológicos y sociológicos. A sus 12 ó 13 años, las chavas y los chavos coquetean
con el ligue, el faje el “acostón”, entre discursos sociales que promueven las
relaciones sexuales o la abstinencia (Aguirre). Los adolescentes inexpertos tienen
miedo (y más las mujeres), porque nadie les habló del legítimo placer que proporciona
el sexo, ni de las maneras de lograrlo. Están muy confundidos por el doble discurso
entre la moral tradicional y el modernismo, que les otorga el aparente permiso para que
ejerzan su sexualidad con toda libertad, e incluso sataniza la virginidad.
El discurso religioso que predica la abstinencia es confuso y negativo: prohíbe
el uso de anticonceptivos y ni siquiera permite formas elementales de placer sexual
como la masturbación, a pesar de que no otorga nada a cambio. El continuo ataque de la
Iglesia católica y los grupos políticos de extrema derecha contra de la educación laica y
los puntos de vista científicos, tampoco ayudan a las personas adolescentes (Aguirre).
En el fondo de todo hay una moralina mojigata (Novoa), porque el catolicismo
inventa pecados sexuales por todas partes, defendiendo un maniqueísmo feroz que
pretende sacrificar el cuerpo para salvar el alma (ver el apéndice dos). Esto impide
que las personas estimen la sexualidad como un aspecto bello, valioso e inseparable de
sí mismas.
Siete de cada 10 madres adolescentes no planearon su embarazo, según datos
del Consejo Nacional de Población. Para ellas, ser madres es algo sorpresivo, aunque
no indeseado, ya que la sociedad machista les inculca que deben tener hijos, tarde o
temprano. Aunque se dan cuenta de que pueden quedar embarazadas desde su primera
relación sexual, no se atreven a pedir a su compañero que utilice condón, por miedo a
que él piense que tuvieron algunas experiencias sexuales previas. La mayoría de ellas
confiesa que no conoce otros métodos anticonceptivos, y que tampoco los usaron
durante la primera relación sexual.
La vida social de estas adolescentes se limita mucho, debido a que tienen que
abandonar sus estudios para ingresar al trabajo informal, muchas veces sin guarderías
ni protección social. Viven en condiciones de severa marginación, y sus hijos tienen
que ingresar al mercado laboral a edades tempranas para contribuir al magro sueldo
que ellas aportan. Al final, cuando hayan crecido, sus hijas repetirán el mismo patrón
de convertirse en madres solteras.
Algunos jóvenes asumen la responsabilidad de su futura paternidad y empiezan
a tener una vida en común con su pareja, pero la mayoría fracasa; al final de cuentas,
ellas tienen que asumir esa responsabilidad, porque la maternidad se sigue
considerando una cosa de mujeres (Novoa).
Las personas adolescentes inician su vida sexual entre los 15 a los 19 años; sus
amigos y amigas ejercen mucha presión para que inicien su vida sexual a edades
tempranas, pero no les dicen que tienen que protegerse. La mayoría de ellas no toma
ninguna medida para prevenir los embarazos indeseados y las enfermedades de
transmisión sexual. Según cifras de la Secretaría de Salud, de 2.2 millones de partos
registrados, el 17%, es decir, cerca de 366 mil nacimientos, ocurrieron en mujeres
adolescentes menores de 18 años.
Las adolescentes que tienen hijos entre los 14 y 19 años de edad, creen que el
embarazo les permitirá acceder a un estatus de adultez; sin embargo, no están
preparadas (ni física ni emocionalmente) para ser madres; además, sus descendientes
pueden nacer de manera prematura, con problemas de bajo peso, anemia y síndrome de
Down, entre otros.
Algunos jóvenes asumen la responsabilidad de su futura paternidad y empiezan
a tener una vida en común con su pareja, pero la mayoría fracasa; al final de cuentas,
ellas tienen que asumir esa responsabilidad, debido a que la maternidad se sigue
considerando una cosa de mujeres (Novoa).
El aborto merece una mención especial, porque este procedimiento (que ya se legalizó
en el Distrito Federal) rebasa el millón por año. Su práctica, sobre todo para las
mujeres de pocos recursos y educación, conlleva una elevada tasa de mortalidad; muere
una mujer por cada 250 abortos, mientras que en los países más desarrollados una
mujer muere por cada 3,700 abortos (Álvarez-Gayou). Por supuesto que lo mejor
hubiera sido que ellos (y ellas) hubieran utilizado anticonceptivos.

El sexo como diversión


Un padre le dice a su hijo adolescente: “Cuando yo tenía tu edad, nadie bebía en las
fiestas y nos divertíamos sanamente. No teníamos relaciones sexuales, ni tampoco
había homosexualidad”. Y su hijo le responde: “Papá, esa es nuestra realidad”.
Por lo común, las parejas de jóvenes que viven en las ciudades no están
dispuestas a un matrimonio (civil o religioso), antes de haber alcanzado una buena
preparación técnica o profesional que les permita contar con suficiente independencia
económica, sin depender de sus familias. Sin embargo, en sus relaciones de noviazgo o
unión libre, los jóvenes buscan alguna estabilidad, a veces acompañada de fuertes lazos
afectivos con su compañero (a).
Una mujer no es igual a otra, ni un hombre es igual a otro por su atractivo físico,
ni por su inteligencia, cultura y sentimientos, etcétera; además, cualquier mujer y
cualquier hombre es atractivo para ciertas personas, y para otras no tanto (no son su
tipo).
Algunos jóvenes sólo buscan el placer durante las relaciones sexuales, en
ocasiones acompañadas de alcohol (y a veces drogas); disfrutan las características
físicas de sus parejas, como el olor y el sabor, junto con las cualidades táctiles y
estéticas de las distintas partes del cuerpo, en particular de las zonas erógenas y
genitales. Pronto se cansan de la novedad y buscan nuevos placeres y nuevas parejas
con las cuales desean experimentar otras sensaciones.
Por supuesto que tener relaciones sexuales con alguien no es lo mismo que amar
a esa persona, como subraya Fromm. La búsqueda del placer sexual puede llegar a ser
obsesiva y muy absorbente. Una de las principales trampas masculinas es buscar en una
mujer algo que ellos sólo pueden encontrar en su propio interior, o sea la capacidad de
apego, ternura y compromiso.
Como advierte Fromm, en las sociedades actuales, materialistas y mecanicistas,
muchos individuos se convierten en meras mercancías, mientras que las relaciones de
pareja y de matrimonio se tornan cada vez más desechables.
Algunos hombres evitan involucrarse emocionalmente con las mujeres a las que
hacen el amor. Creen que el cariño y los sentimientos son algo que las mujeres les
pueden proporcionar, mientras que ellos, a cambio, les ofrecen algunos regalos o son
sus proveedores. Para cualquier macho narcisista, los placeres del sexo son
inagotables, puesto que en las sociedades mercantilistas los intercambios sexuales
siempre están a la vista, como una mercancía que se compra, vende o intercambia.
Por su parte, a muchas jóvenes mexicanas les importa mucho tener hijos para
dedicarse a cuidarlos a ellos y a su marido (y que él las mantenga). Sin embargo, por
sus represiones y sus inhibiciones religiosas, muchas de ellas no son capaces de
disfrutar plenamente las relaciones sexuales, ni tampoco llegan al orgasmo.
Desde luego que las experiencias sexuales, con o sin orgasmo, son muy variadas
y tienen mucho de cultural y subjetivo. Suelen ir acompañadas de gran placer,
satisfacción, gozo, dicha y entusiasmo compartidos, aunque algunas personas, en
particular los adolescentes, sienten culpa, vergüenza, enojo, angustia y miedo.
En otras palabras, el contenido emocional, impulsivo y consciente de cada
relación sexual es distinto; varían los estados de ánimo de las personas, igual que sus
circunstancias particulares: edad, estado de salud, niveles hormonales, etcétera. El
compromiso y el lazo emocional que resulta varía mucho: desde no querer verse nunca
más, hasta decidir seguir juntos en las buenas y en las malas.

Enamoramiento y amor
En las experiencias de encandilamiento, las personas están alucinadas y fascinadas;
proyectan en la otra persona bellas fantasías y grandes expectativas, pero cuando
despiertan a la realidad (después de algunos días o semanas) no encuentran nada fuera
de lo común en la otra persona, y no desean continuar la relación.
El inicio del enamoramiento a veces es gradual e insidioso, y en otras ocasiones
es súbito: el amor a primera vista. En este último caso, las personas dicen:
“Es la mujer (el hombre) que yo había esperado siempre; es un sueño hecho realidad; me encanta,
me fascina, no puedo vivir sin ella (él); nos entendemos sin palabras”.

Para amar, conviene superar los ejemplos familiares. Un joven relata:


“Tuve una novia, pero se parecía demasiado a mi mamá (dominante, posesiva y entrometida), y por
eso me asusté y la corté; luego tuve otra, pero me fui al otro extremo: era demasiado sumisa y dulce,
no tenía opiniones propias y también era muy aburrida; tampoco me gustó. Ahora tengo otra novia
que me entiende y yo la entiendo; compartimos muchos intereses y nos llevamos muy bien”.

Algunas personas conservan los recuerdos molestos de algunas experiencias


sexuales que salieron mal; por eso, tienen dificultad para vivir en el presente, y les
parece que están viviendo de nuevo, con una persona distinta, las mismas situaciones de
dolor y fracaso que tuvieron antes.
Otras se preocupan demasiado por temor de ofender y no saber brindar el mayor
placer posible a su pareja; debido a esto, se olvidan de sí mismos (as) y no buscan la
satisfacción de sus propias necesidades de una manera activa y espontánea. Tampoco se
atreven a manifestar sus preferencias ni a pedir nada.
En las películas, las telenovelas, el teatro, el Internet, etcétera, el
enamoramiento y el amor romántico se siguen proponiendo como ideales muy deseables
para las mujeres y los hombres. Sin embargo, las experiencias reales del amor
compartido varían muchísimo; pueden ser malas, regulares, buenas, muy buenas,
excelentes, extraordinarias y nunca vistas.
Las historias de amor nos muestran a las personas como son en su interior;
describen sus estados de exaltación emocional que abren sus corazones a la alegría y a
la percepción de la belleza. Estas experiencias las motivan para realizar acciones
extraordinarias, muy originales y llenas de vida, que serían imposibles sin las energías
amorosas.
Cuando el amor es profundo, tiene cualidades que se antojan infantiles. Los
amantes se sienten niños de nuevo, e incluso utilizan frases de cariño que a los demás
les pueden parecer ridículas.
La espontaneidad, con el juego alegre y confiado de caricias que recorren todo
el cuerpo es el requisito indispensable para que se pueda establecer un vínculo
emocional de ternura que propicia el mutuo deseo y el compromiso de permanecer
juntos, según Morris.
En los seres humanos el erotismo no está limitado por las sensaciones de los
órganos sexuales y las zonas erógenas. Intervienen también los olores, las formas y los
sonidos. Está ligado con los sentimientos de amor y la complicidad en el placer y la
ternura compartida. Sin embargo, todo eso requiere mucha iniciativa, imaginación, y
ganas.
Como advierte Paz, el sexo, el erotismo y el amor son aspectos del mismo
fenómeno; manifestaciones de lo que llamamos vida. El amor es la atracción hacia una
persona única: a su cuerpo y a su alma. El amor es la elección; el erotismo, aceptación.
Sin erotismo –sin la forma sensible que entra por los sentidos- no hay amor
completo, pero el amor traspasa el cuerpo deseado y busca el alma en el cuerpo, y en el
alma al cuerpo; a la persona entera. Ambos, el amor y el erotismo –como una llama
doble- se alimentan del fuego original que es la sexualidad.
Según Fromm, amar no es cambiar un objeto sexual por otro para encontrar
mayor placer, sino que es una búsqueda eterna de la perfección, una disciplina y una
práctica continua. Comprender la belleza interna de una persona, más allá de su mera
apariencia física, es algo bastante difícil de lograr. Se asemeja a la búsqueda del sueño
imposible del Quijote.
Los enamorados quedan fuera de la moral formal, porque esta califica ciertas
acciones como buenas o malas; además, superan fácilmente las circunstancias
particulares de cada uno de ellos, como diferencias de edad, nivel socio-económico,
color de la piel, estado civil, etcétera (Alberoni).
Siguiendo la ruta de la sexualidad compartida, emergen otras maneras de ver la
vida; algunas personas comentan que ya no creen en los preceptos de la Iglesia católica,
tan restrictivos de la sexualidad. Las personas actúan según sus mejores sentimientos, o
simplemente buscan el placer inmediato y se dejan llevar por la pasión que nubla las
consecuencias de sus actos.
Se aferran a su amor y desean estar siempre juntos. Se obsesionan el uno con el
otro(a) y todo lo demás pasa a segundo plano. Mediante su amor y sus caricias
compartidas, se dan cuenta de que la sexualidad es esencial y primordial; es una manera
elemental y básica de aferrarse a la vida, de sentirse muy jóvenes y muy vivos.
Están sumergidos en la vorágine de la exaltación hormonal-emocional-
impulsiva de la atracción hacia la otra persona. Las necesidades de cada una de las
células y órganos de su cuerpo-mente toman el control y la primacía; buscan dar y
recibir lo mejor de cada quien, con fines de elevación de la consciencia y de
reproducción (antes de que se inventaran los anticonceptivos).
En una paradoja que ilustra la unidad indivisible de los aspectos mente-cuerpo,
una mujer dice a su amado: “Te entrego mi alma”, y ella le entrega todo su cuerpo,
incluyendo los genitales, a través de los juegos eróticos y haciendo el amor. La
interminable exploración de los cuerpos, la intoxicación de olores y sabores, la piel y
las miradas, los sentimientos exaltados. La comunión y fusión de una persona con la
otra, o como dirían algunos, la superposición de los cuerpos astrales, o el encuentro de
las almas gemelas.
Comparten y multiplican su alegría, en una continua resonancia que los hace más
fuertes y confiados. Mediante los actos de amor, las relaciones sexuales, satisfacen, al
menos de manera transitoria, sus deseos de trascendencia e inmortalidad, lo mismo que
otros: exploración, curiosidad, compasión, entrega, conocimiento de la persona del
sexo opuesto, etcétera.
Cada nueva experiencia sexual es diferente, incluso con la misma persona; las
personas cambian de instante en instante, aunque algo de ellas permanece siempre. La
vida se ve y la experimentamos de mil maneras mediante la ruta del amor sexual. Es
como si vibráramos, nos desintegráramos, y nos volviéramos a integrar de nuevas
maneras.
En otras palabras, nos recreamos; conviene subrayar de nuevo que la sexualidad
sana apacigua la irritabilidad y la violencia. La figura 14.1 ilustra una posición cómoda
para las relaciones sexuales.

A los participantes les conviene mantener una buena comunicación emocional,


intelectual y social, y mostrarse amistad, respeto y confianza, para disfrutar una vida
sexual más satisfactoria y llena de amor y alegría. La amistad incluye la participación
de dos personas iguales (por su dignidad humana) en una relación recíproca.
Comprende ocho características (según Davies):

1. Agrado: a los amigos les gusta estar juntos la mayor parte del tiempo, aunque también pueden
tener ratos de enojo, aburrimiento o desilusión.

2. Aceptación: se aceptan como son, sin intentar cambiar al otro para convertirlo en una persona
nueva o diferente a lo que es.

3. Confianza: creen que ninguno hará daño al otro, sino que actuarán de tal manera que
beneficien al amigo.

4. Respeto: cada uno supone la otra persona es capaz de tomar las mejores decisiones, y por eso
no se entromete demasiado en lo que hace o dice.

5. Ayuda mutua: ambos saben que pueden contar con su amigo en tiempos de necesidad; cuando
hay problemas o conflictos personales se apoyan uno en el otro.
6. Seguridad: comparten sus experiencias y sentimientos, y se cuentan cosas que ninguna otra
persona puede conocer.
7. Comprensión: saben lo que es importante para cada uno de ellos y entienden por qué uno y otro
actúan de determinada manera No les parece extraño, ni se sienten desconcertados por lo que
dice su amigo.

8. Espontaneidad: dentro de esa relación, los amigos se sienten libres de mostrarse como en verdad
son; no necesitan utilizar máscaras, ni participan en juegos de manipulación. Tampoco se
inhiben de ninguna manera en lo que desean hacer.

Por su parte, el amor romántico incluye las características que tiene la amistad,
y también agrega otras cinco. Las tres primeras se refieren a la pasión, y las otras dos a
la dedicación hacia la otra persona.

1. Fascinación: los enamorados se apegan a la otra persona y piensan en ella, aunque deberían
atender otras actividades. Sueñan e imaginan el siguiente momento en que van a estar juntos. La
fascinación abre las puertas a la idealización, que ocurre -con tanta frecuencia- en el amor
romántico.

2. Exclusividad: los amantes establecen una relación tan especial, que excluye la posibilidad de
mantener otra parecida con terceras personas. Dan prioridad a su relación de amor romántico por
encima de cualquier otra.

3. Deseos sexuales: los amantes desean intimidad física con la pareja; acariciar y ser acariciados, y
tener relaciones sexuales. Sin embargo, no siempre los satisfacen, debido a consideraciones morales
y religiosos, o por razones prácticas. como el temor de ser sorprendidos, la distancia, etcétera.

El grupo de las características de la dedicación a otro persona incluye:

4. Defender: cada uno de los enamorados defienden activamente a modo de paladín, los intereses de la
otra persona y hace todo lo posible para que ésta tenga éxito y no sea atacada ni criticada por
nadie.

5. Dar lo máximo: los enamorados cuidan el uno al otro, y en caso de que fuera necesario, están
dispuestos a sacrificios extremos.

Los derechos de la otra persona se defienden en la amistad y también en el amor


romántico, mientras que la fascinación (= simpatía, afinidad, hechizo) ocurre con
mayor intensidad entre los esposos y los amantes que entre los amigos. Los amantes
también prefieren realizar mayor número de actividades compartidas, que los amigos
(Todd y Davis).
Las relaciones amorosas, sobre todo las de tipo romántico, satisfacen una gama
más amplia de necesidades humanas que las relaciones de simple amistad, y siguen
siendo un ideal valorado, deseado y perseguido por la mayoría de la gente Necesitamos
tener en cuenta que la intensidad de cualquiera de las características mencionadas
arriba varía mucho, de pareja en pareja, y de tiempo en tiempo.
Las palabras “amor” y “amistad” describen muchas situaciones personales,
familiares y sociales, y en algunas ocasiones se utilizan de manera ambigua, e incluso
manipuladora y falsa. Además del amor romántico, existen otras muchas otras maneras
de amar, por ejemplo la amistad “con privilegios”, o el amor “sin compromisos”,
etcétera. También existen los desapegos, las desuniones y las reconciliaciones, así
como las diferencias culturales, genéticas (temperamento y estilo de atractivo),
educativas y de edad.
Como sabemos, el machismo, el masoquismo y el mercantilismo de las
personas que son “pura pantalla” se oponen a la amistad y al amor romántico. El
aprecio, la simpatía, la ternura, el idealismo y el compañerismo, son opuestos a la
frialdad, la desconfianza, el rencor, las manipulaciones y la depresión.
Aunque cada persona ama a su manera (y muchas veces del mejor modo que
puede), el estrés y la neurosis dificultan la salud emocional y sexual plena, como vimos
antes. A veces uno busca y encuentra el amor, mientras que otras veces el amor lo
encuentra a uno.

El amor sexual y la iluminación


El camino hacia el orgasmo suele iniciarse con caricias sutiles y tiernas de
ambas partes, que tranquilizan, muestran aprecio profundo y señalan que no se va a
causar ningún daño. Esta es una parte muy importante de la mutua complicidad que
comparten las personas que buscan el placer compartido.
Hay otra entrega, más pasional, en la que ambas personas se dejan arrastrar por
impulsos primitivos y feroces,, casi sin límites, de maneras que pueden ofender a
personas de temperamento menos apasionado, o a los que tienen criterios más estrechos
ante las relaciones sexuales.
Durante las primeras etapas de la relación sexual, hay una gran excitación del
sistema nervioso simpático (respiración agitada, pulso elevado, tensión muscular,
pupilas dilatadas, etcétera). Entonces, los seres humanos se concentran y no se puede
distraer; esto favorece una sincronía de los aspectos cuerpo, mente y espíritu. La
excitación culmina en el orgasmo y la descarga para-simpática.
El orgasmo es la breve experiencia en la que los humanos están más iluminados
y felices, antes de sumergirse en la obscuridad y el vacío, para renacer de nuevo al
estilo de consciencia ordinaria, más o menos lógica. Después del orgasmo, las personas
están radiantes y sus ojos y su piel tienen un brillo muy particular.
Cuando la pareja alcanza un nivel suficiente de desarrollo del propio ser,
incluyendo la apertura a las dimensiones espirituales, el nivel de elevación que pueden
alcanzar ambos (de ordinario un hombre y una mujer), sólo está limitado por el
atractivo y la pasión que sienten el uno por la otra y viceversa. En el instante de la luz,
la individualidad del ego se rompe.
La consciencia humana se expande y parece que nos sumergimos en la totalidad
de Dios, como una gota que regresa al océano. No hay nada que nos separe de lo
divino, ni de ningún otro de los seres del universo que forman la totalidad de la energía,
la luz y el movimiento (consciencia pura).
Desaparecen las diferencias entre el propio ser y las demás personas, porque
los sentimientos personales de calor, amor y vida se expanden por todo el universo.
Además, sentimos una ternura reverente y compasiva hacia los seres vivos y la
naturaleza..Entramos en el diseño cósmico de extender la vida mediante las identidades
compartidas; es decir, la unión sexual del hombre y la mujer. En caso de embarazo, hay
una fusión de los elementos genéticos que permiten la creación de una vida nueva.
Esa iluminación no tiene nada que ver con la experiencia alienada de dos
personas que tienen relaciones sexuales, y luego no se entienden, sino que se ven como
dos extraños que intercambiaron momentos de placer acompañados de una amistad
superficial. No es lo mismo hacer el amor que hacer el sexo: -¿Cómo dijiste que te
llamabas? -Es que nunca te dije cómo.
El ego se derrite y se desvanece. Las personas enamoradas comprenden, de
manera iluminada e intuitiva, que el universo tiene sentido: es cálido, bello y bueno;
ellas son luz y energía viva, mientras que la individualidad del ego es una ilusión que
carece de importancia.
Desaparece la consciencia ordinaria de la propia edad y de la identidad social;
les parece que son adolescentes de nuevo; disfrutan la paz y la alegría plena sin ningún
problema, sin rencores ni heridas. Los recuerdos de lo que vivieron antes ya no son
importantes, porque tienen lo que siempre habían deseado: el amor absoluto de su
pareja y el de su Dios.
También escapan del temor a la muerte, y de la muerte misma, porque hay un
instante de negrura en que pierden toda consciencia; experimentan una pequeña muerte,
comparable a la del sueño. Cesan todas las conversaciones internas y todos los
pensamientos. Después del orgasmo sigue un retorno a los estados de consciencia
habituales que acompañan la vida ordinaria de todos los días.
Como advierte Grof, las experiencias sexuales involucran todos los niveles de
los seres humanos, y no solamente sus aspectos corporales.
Algunas personas comentan que han encontrado a Dios, que Dios les ha hablado
o los ha amado como ellos siempre lo habían deseado (a través de su pareja; ella/él es
divina/o). En algunos individuos se despierta una sensibilidad muy especial que incluye
una visión intuitiva y creativa, compasiva y fraternal hacia todos los seres vivos. Es
como si ellos hubieran descubierto su alma, y a partir de entonces, se dejaran arrastrar
a cada momento por la inspiración y el encuentro con la sincronicidad.
Abiertas al juego de los sentimientos espontáneos y creativos, tienen la
convicción de que el universo incluye destinos que se entrecruzan, así como
circunstancias (favorables o no) destinadas para que las elijan o las dejen pasar, con
plena consciencia de que están destinadas únicamente para ellas.
Las experiencias de sexualidad compartida son un importante camino hacia la
iluminación y la búsqueda de lo divino, como también lo son la meditación, la música,
la danza, la contemplación, etcétera.
Según las enseñanzas de los cristianos gnósticos, el cuerpo y el alma son
igualmente santos. Siguiendo el ejemplo del Jesucristo histórico, ellos practicaron el
sacramento de la recámara nupcial (= la unión sexual, sensual y cariñosa en pareja)
para alcanzar la iluminación mediante la experiencia del orgasmo compartido (ver el
apéndice uno).
De esta manera desarrollaban a plenitud los aspectos psicológicos masculinos y
femeninos de su propio ser. Alcanzaban también una armonía duradera y feliz en su vida
familiar y social, basada en la inteligencia, la sensibilidad y la creatividad compartidas
entre los hombres como de las mujeres (ver androginia psicológica, en el capítulo
cinco).
El amor profundo nos reconcilia con la vida: nos sentimos felices porque
amamos y fuimos amados. Mientras que los hechos triviales no dejan huella en nuestra
memoria, permanecen para siempre los momentos en los que nos enamoramos, amamos
y estuvimos con la persona bien amada, fuimos vulnerables y nos abrimos a ella (y a
nosotros mismos y a la corriente de la vida).

Capítulo 15
HOMOSEXUALIDAD Y LESBIANISMO
Las sociedades actuales toleran la homosexualidad y el lesbianismo (homosexualidad
femenina) mucho más que antes. Sin embargo, aún prevalecen ciertos mitos y creencias
populares que tratan de explicar el origen de estas orientaciones sexuales, sin tener en
cuenta los avances de la ciencia. Además, los sectores más tradicionales de la sociedad
enseñan que se trata de conductas desviadas, anti-naturales y graves pecados, debido
a rque esos estilos de ejercer la sexualidad no conducen a la procreación de hijos.
A nivel popular, se supone –erróneamente- que la homosexualidad masculina se
origina por los conflictos que el niño tiene con un padre machista que lo rechazó. Sin
embargo, es verdad que algunos padres acusan a sus hijos de que son jotos y
afeminados, y los presionan para que se comporten como machitos para no sentirse
avergonzados por ellos ante la sociedad.
Tratan de hacerlos hombrecitos a base de amenazas, culpas, castigos y golpes
porque no van a permitir que sean jotos y maricones (conocidos jerarcas de la Iglesia
católica emplearon ese mismo lenguaje, tan inculto y homofóbico).
Sus hijos los aborrecen y los temen; se alejan de ellos como tiranos
inalcanzables, mientras que su madre los sobreprotege y les repite que no son tan
vulgares y malvados como su padre. Esos niños se identifican con ella y la aprecian
porque los protege y solapa; rechazan una masculinidad machista por rencor hacia su
padre. Sin embargo, los factores genéticos son más importantes que esas circunstancias
familiares y sociales.
Otra falsa creencia es que a los homosexuales los violaron otros hombres
cuando eran niños. Según esto, en algunos casos la experiencia fue grata, por lo que hay
cierta tendencia a repetirla, mientras que en los casos en que fue ingrata, hay
identificación con el agresor violador.
Algunas mujeres que educan solas a sus hijos, creen que sus hijos necesitan un
padre (padrastro) como ejemplo, porque sin él, se van a hacer mujercitas, como sus
hermanas. La verdad es que esos hijos necesitan el ejemplo de una madre inteligente y
capaz de tomar sus propias decisiones, y que también ella los ayude a cultivar sus
mejores sentimientos. En nuestro país, hay un elevado número de madres solteras
(cerca de la tercera parte de los hogares), pero eso no tiene nada que ver con la
orientación sexual que eligen sus hijos.
De manera parecida, algunos dicen que las mujeres se hacen lesbianas porque
niegan sus aspectos tiernos y femeninos, con el fin de comportarse como machinas.
Algunas de ellas aumentan de peso, supuestamente para aparentar gran fuerza y
dominio; además, rechazan el sometimiento absurdo y la pasividad resignada de la
madre sufrida, e intentan parecerse a su padre machista.
La verdad que eso influye a veces; una estudiante universitaria lesbiana nos
dice:
“A mí no me va a chingar ningún cabrón, como sucedió con mi madre. Por
mucho que me insistan, por muy galán que sea cualquier hombre, yo no cedo.
Les voy a demostrar que yo puedo más que ellos”. “Mi padre me desilusionó,
porque es muy débil, aunque grita y nos golpea a mi madre y a mí. No puedo
entender a los hombres machistas que presumen ser muy fuertes, cuando en
realidad son tan débiles”.
Otra lesbiana afirma:
“Los hombres son muy bruscos, sólo buscan su satisfacción rápida, no saben
hacer el amor, ni pueden complacer a una mujer. En cambio mi pareja sí me
entiende; es un placer conmovedor verla cuando se orgasmea (= disfruta sus
orgasmos)”.
Junto con la rebeldía y el rechazo de lo tradicional, también existen factores
sociales asociados con la realización personal dentro de una profesión: los
homosexuales son más prominentes en el mundo del teatro, la moda, el arte, los salones
de belleza, la sociología, la danza, etcétera.
Aunque las circunstancias mencionadas arriba son importante, las
investigaciones modernas han descubierto otros factores que determinan, de manera
más definitiva, la orientación sexual de cualquier persona. En efecto, en una misma
familia, un hombre (o una mujer) puede ser homosexual y el otro (la otra) no, aunque
ambos tuvieron a los mismos padres y recibieron un trato parecido de ellos durante su
niñez y adolescencia.
Además, los homosexuales y las lesbianas nos relatan que siempre (desde que
eran niños) supieron que les atraían algunas personas de su mismo sexo. Muchos de
ellos pasaron por un largo y doloroso período de dudas, cuestionamientos y culpas,
hasta que comprendieron y pudieron aceptar la preferencia sexual con la que sienten
que nacieron. Por lo común, tuvieron que enfrentar fuertes presiones y burlas hirientes
de sus familiares y de sus amigos.
Al final, con el apoyo de otras personas más abiertas y comprensivas, logran
sentirse a gusto con su orientación sexual y sus preferencias sexuales individuales. Se
dan cuenta de que así son, y de que así pueden vivir felices. Ellos y ellas pueden ser
creativos y exitosos en su trabajo, aunque algunas veces reciben violentos ataques
provenientes de los segmentos más intolerantes y retrógrados de la sociedad en la que
viven.

Investigaciones acerca de la Orientación Sexual


Las investigaciones iniciadas por el Dr. Kinsey demostraron que cerca del diez por
ciento de cualquier población es gay. Se cree que esta proporción es la misma en el
mundo entero, y que ha prevalecido en todas las épocas, culturas y climas. Por lo
común, en esas personas, su atracción hacia las personas del mismo sexo tiene aspectos
sentimentales (= enamoramiento) y no solamente fisiológicos (= atracción hormonal).
Según la escala de Kinsey, que se ilustra a continuación, las personas no son
estrictamente homosexuales o heterosexuales, sino que fluctúan entre esos extremos. En
otras palabras, hay muchos hombres y mujeres cuya orientación sexual muestra grados
diferentes de bisexualidad.

......0...... ..............
…...........1...... .............. ..............
........ ..............2...... .............. .............. ..............
............... ................3...... .............. .............. ..............
........................ .......... ......4...... .............. .............. ..............
................................ .............. ......5...... .............. .............. ........
............................ .............. .............. ......6............ ............ ……..

En esta escala, la categoría 0 incluye a las personas que son exclusivamente


heterosexuales y que reportan no tener o haber tenido ninguna atracción ni experiencia
homosexual. La categoría 1 incluye a los (las) que son predominantemente
heterosexuales, pero tuvieron atracciones o experiencias homosexuales incidentales. La
categoría 2 incluye a los (las) que son predominantemente heterosexuales, pero también
tienen atracciones y experiencias homosexuales con mayor frecuencia.
La categoría 3 está formada por personas que tienen atracciones y experiencias
bien definidas, tanto homosexuales como heterosexuales. La categoría 4 incluye a
aquellos/as que son predominantemente homosexuales, pero tienen experiencias o
atracciones heterosexuales algo frecuentes. La categoría 5 incluye a los (las) que son
predominantemente homosexuales, aunque tienen atracciones o experiencias
heterosexuales incidentales. La categoría 6 incluye a las personas que son
exclusivamente homosexuales, tanto por sus experiencias como por sus atracciones.
Hasta el comienzo de los años 70, el estudio de la homosexualidad estaba restringido al
área de la psiquiatría. Había muchas teorías acerca de las causas de la homosexualidad.
La mayoría de ellas la describía como una psicopatología que se desarrollaba debido a
la crianza defectuosa de una madre dominante, porque habían tenido un padre distante
y autoritario, o por la combinación de esos dos factores.
Aunque esas explicaciones son totalmente erróneas, no es sorprendente que
algunos psiquiatras las apoyaran, porque ellos obtenían su información únicamente a
partir de personas que presentaban graves problemas mentales y emocionales. Sin
embargo, las investigaciones más recientes ya demostraron que no existe ninguna
diferencia, entre los hombres homosexuales y los heterosexuales, por lo que toca a la
estabilidad emocional y a la salud mental.
En 1972 y 1973, la Asociación Psiquiátrica Americana y la Asociación
Psicológica Americana dejaron de considerar la homosexualidad como una enfermedad
mental en sus manuales diagnósticos. A finales de los años 70 el Instituto Nacional de
Salud Mental (EE.UU.) inició una extensa investigación para determinar si la
homosexualidad era el resultado de una situación familiar particular, de modelos
inadecuados o de otros factores psicológicos y sociales.
A continuación se presentan esos resultados, junto con los de otras
investigaciones más recientes:
El término preferencia sexual se popularizó en los años 70 para eliminar el
antiguo concepto que definía la homosexualidad como una enfermedad y una
desviación. Desde 1982 los científicos descubrieron que la homosexualidad y la
heterosexualidad no son conductas que las personas (hombres o mujeres) pueden elegir,
porque dependen de la orientación sexual con la que nacen. Por eso, los términos de
preferencia y orientación sexual, son más comunes, en lugar de tantos otros que son
injustos, burlones, denigrantes y poco científicos.
Muchos lectores/as habrán notado que existe una desalentadora escasez de
información acerca del lesbianismo y sus orígenes. Esto se debe a que, antes de finales
del siglo pasado, se llevaron a cabo muy pocas investigaciones relacionadas con el
origen de la homosexualidad femenina, porque la homosexualidad masculina ha sido
más visible -y menos tolerada que el lesbianismo- a través de los siglos.

Causas de la homosexualidad y del lesbianismo


A continuación presento un resumen, que he adaptado libremente, con las opiniones de
once conocidos expertos en los temas de homosexualidad y lesbianismo. Ellos
respondieron a tres importantes preguntas acerca del tema: ¿Por qué mi hijo (hija) es
gay? Esta encuesta fue realizada por la Federación de Padres y Amigos de Lesbianas y
Gays de los EE. UU.

Pregunta 1
Muchas personas creen que la orientación sexual -heterosexual, homosexual o
bisexual- está determinada por uno o más de los siguientes factores: genéticos,
hormonales, psicológicos o sociales. Tomando en cuenta los últimos adelantos de la
ciencia, ¿Cuál es su opinión?

Respuestas a la pregunta 1
La orientación sexual de un individuo está determinada por el conjunto de
todos los factores que se han mencionado. Sin embargo, la relativa importancia de
cada factor varía de individuo a individuo. Los eventos biológicos prenatales influyen,
en gran medida, en la posible conformación del género que va a tener un infante, la
cual influye mucho en su manera de percibir a los hombres y a las mujeres, y más en
particular, en la posibilidad de ver a algunas personas como objetos afectivos (=
personas de las que uno se puede enamorar).
Según la evidencia científica más reciente, antes del nacimiento ocurren los
factores más importantes para el desarrollo de la orientación sexual de cualquier
individuo. Entre esos factores prenatales, están varias hormonas sexuales que influyen
en el funcionamiento del cerebro, alrededor del hipotálamo, centro que controla los
impulsos primarios.
Esa área del cerebro determina la orientación sexual; se ha demostrado que está
organizada de manera distinta (y con distintos grados de diferencia) entre los hombres y
las mujeres, dependiendo de la cantidad y el momento de su exposición a la
testosterona y a otras hormonas sexuales. Existen varios factores que pueden alterar la
cantidad de las hormonas sexuales en el hipotálamo y otros centros cerebrales
cercanos; algunos de ellos son genéticos, como los que controlan la síntesis de las
hormonas sexuales.
Estudios realizados con animales de laboratorio indican que la exposición de la
madre a varias drogas neurológicamente activas, o a un estrés excesivo durante el
embarazo, también pueden ser factores prenatales que invierten la orientación sexual de
un individuo.
Según la evidencia acumulada hasta ahora, los factores mencionados afectan la
orientación sexual. Lo más probable es que la proporción de cada factor varíe de
persona a persona. Sin embargo, el conjunto de todos los ingredientes determina la
orientación sexual específica de cada persona.
Es probable que existan diferentes caminos para llegar a la misma orientación
sexual, por ejemplo a la heterosexualidad. Otro problema digno de investigación es que
en nuestra sociedad existe gran variedad con respecto al significado y a la práctica
activa de cualquier orientación sexual, por ejemplo, la homosexual.
Puesto que la homosexualidad y la heterosexualidad son fenómenos muy
complejos, los factores que determinan sus desarrollos respectivos también deben ser
complejos. Los que buscan una causa única, como una madre posesiva y dominante o
un padre hostil, alejado o ausente, no están viendo más allá de sus narices.
Los factores que determinan cualquier orientación: (gay, heterosexual o
bisexual) pueden ser genéticos, hormonales, o transmitidos –dentro del útero- al feto, a
través de la sangre que les llega por la placenta y el cordón umbilical.
En los humanos y en otras especies de primates, las hormonas prenatales tienen
una influencia menos absoluta. Esas hormonas crean tan sólo una predisposición, en la
edad adulta, que los impulsa a la homosexualidad, la heterosexualidad exclusiva, o
hacia una adaptabilidad bisexual.
Basándonos en la evidencia antropológica y en la evidencia del desarrollo de la
niñez, parecería que la mayoría de los seres humanos nacen con una predisposición
bisexual. Algunos retienen esa predisposición, y otros tienen preferencias
heterosexuales u homosexuales, dependiendo de las influencias (psicológicas y
sociales) que llegan al cerebro a través de los sentidos, en particular por el tacto, la
visión y la audición; lo mismo sucede con el idioma que uno aprende de niño.
El período de experimentación con juegos sexuales infantiles, especialmente
entre los cinco y los ocho años, desempeña un papel muy importante para determinar si
la futura atracción erótica estará dirigida hacia los hombres o las mujeres, y si la
primera experiencia de enamoramiento va a ser homosexual o heterosexual.
La homosexualidad y la heterosexualidad, se definen, en última instancia, por
el sexo de la persona con la que alguien se puede enamorar.
Lo más impresionante de todo, es que la orientación sexual parece ser innata;
con eso quiero decir que se trata de un rasgo de personalidad bien arraigado que
surge en los primeros años de vida. He de restringir eso a los hombres; parece que las
mujeres son más flexibles en su orientación sexual, por lo que pueden ser capaces de
modificarla, dependiendo de las circunstancias. El aforismo sería: Los hombres
descubren su orientación sexual, mientras que las mujeres escogen la suya.
Los niños criados por padres o parejas gays o lesbianas no son más propensos a
ser homosexuales que los niños criados por padres heterosexuales. Tampoco existe
ninguna evidencia que demuestre que la homosexualidad masculina es causada por una
madre dominante o un padre débil, o que la homosexualidad femenina se debe a que las
niñas se identifican con modelos masculinos. De hecho, tenemos evidencia que bajo
condiciones normales de crianza, los padres tienen muy poca influencia sobre la
orientación sexual de sus hijos.
Tampoco es verdad que un (una) joven se vuelve homosexual al ser seducido
por una persona mayor del mismo sexo. Las experiencias sexuales infantiles y
adolescentes son relativamente similares en los homosexuales y los heterosexuales,
excepto que los homosexuales obtienen menos satisfacción que los heterosexuales en
sus experiencias sexuales con miembros del sexo opuesto.
La conjetura es que factores biológicos determinan la homosexualidad y la
heterosexualidad, mientras que factores culturales determinan los diferentes grados
de bisexualidad.

Pregunta 2
¿Cree Ud. que alguno de los factores mencionados anteriormente pueda
determinar por si solo que una persona sea gay, heterosexual o bisexual?

Respuestas a la pregunta 2
No; creo que ninguno de esos factores basta, por sí solo, para determinar la
orientación sexual de ninguna persona. Como he insistido antes, la orientación sexual es
muy compleja, y los factores que la determinan deberán ser también complejos. Ni
siquiera la predisposición genética puede determinar, por sí sola, la orientación sexual
de algún hombre o alguna mujer.
Ninguno de los factores es la causa única, porque (al menos en teoría) ninguno
de los factores puede actuar independientemente de los demás. Además, puesto que
sabemos tan poco acerca de los muchos factores que influyen en la orientación sexual
de los humanos, es prematuro especular si un factor por si solo podría ser la causa
única de la orientación sexual de un individuo.

Pregunta 3
¿Pueden las lesbianas y los gays cambiar su orientación sexual mediante la
psicoterapia o de alguna otra manera?

Respuestas a la pregunta 3
La respuesta a esta pregunta depende de que se considere la orientación sexual
como una característica innata, tal y como lo he sugerido antes, o si se la considera
como un hábito aprendido, que también puede ser desaprendido. Yo diría que en ambos
casos, muchos individuos pueden cambiar su homosexualidad o heterosexualidad
exclusiva, si así lo desean. En particular, opino que las mujeres parecen tener una
orientación bisexual en la mayoría de los casos.
Sin embargo, si consideramos que cualquier orientación sexual es moralmente
válida, deberíamos preguntarnos por qué algún individuo querría cambiar su
orientación sexual si esta a gusto con ella. Como he dicho anteriormente, los niños
criados por homosexuales o lesbianas no son más propensos a ser homosexuales que
los niños criados por padres heterosexuales.
Esto parece indicar que la homosexualidad no es, necesariamente, una conducta
aprendida. En consecuencia, no es alentador (ni tiene mucho sentido) intentar
efectuar, mediante la terapia, un cambio permanente en la atracción ni en los
componentes emocionales que motivan a uno para que se enamore de alguien.
Algunas lesbianas y gays pueden aumentar su potencial para abrirse a las
experiencias heterosexuales, e incluso para comportarse sexualmente en forma
heterosexual (y de hecho hacen esto). Sin embargo, su orientación sexual básica queda
siempre prácticamente intacta. Esa orientación es muy compleja, y demasiado profunda,
para que sea posible modificarla, de manera sustancial, mediante alguna terapia
psicológica.
Si los factores neuro-hormonales son responsables por las variantes en la
orientación sexual, sería tan difícil hacer que un homosexual prefiriera tener relaciones
sexuales con una persona del sexo opuesto, como lo sería lograr que una persona
heterosexual tuviera ganas de tener relaciones sexuales con un individuo de su mismo
sexo.
Sin embargo, los (y las) bisexuales, cuya orientación sexual es ambivalente
desde un principio, pueden aprender a dirigir sus inclinaciones sexuales (más o menos
exclusivamente) hacia actividades heterosexuales, con el apoyo de una psicoterapia.
También podría alegarse, en el rango bisexual, que ellos mismos son capaces de
cambiar su orientación, a pesar de que no hayan recibido ninguna terapia.
Por lo demás, las investigaciones acerca de los hombres gays demuestran que la
mayoría de los que desean modificar su orientación sexual no logran cambiar
notablemente ni sus fantasías, ni tampoco su comportamiento.
Una minoría de gays y lesbianas –en su mayoría con una orientación bisexual-
aprenden a suprimir su comportamiento homosexual mediante alguna terapia y por otros
medios, cuando tienen buenos motivos. Sin embargo, continúa su inclinación
homosexual, y esta se manifiesta mediante sus sueños y fantasías.
Otros informes, no muy válidos, afirman que a través de alguna terapia
religiosa-psiquiátrica-psicológica se ha logrado producir una reorientación sexual, que
incluso llega a cambiar las fantasías y el comportamiento.
En conclusión, la mayoría de los 11 científicos entrevistados está de acuerdo en
que:
Aún se desconocen las causas exactas de la heterosexualidad y de la homosexualidad.
Tanto la homosexualidad como la heterosexualidad son el resultado de la interacción de muchos
factores: genéticos, hormonales, sociales, ambientales, etcétera.
Las influencias psicológicas y sociales, por sí solas, no se pueden tomar como las causas únicas de la
homosexualidad (ni del lesbianismo).
Desde el nacimiento, en todos los niños y niñas hay una predisposición biológica: genética,
hormonal, neurológica, etcétera a la homosexualidad, bisexualidad o heterosexualidad.
Ninguno de los distintos factores contribuyentes puede ser la única causa que determina la
homosexualidad.
Por lo común, la orientación sexual de un individuo no se puede modificar, de modo duradero,
mediante algún tipo de psicoterapia.

Las respuestas de estos 11 prominentes científicos debería desacreditar el mito


de que algún individuo elige ser gay, bisexual, o heterosexual. La verdad es que
ninguna persona puede seleccionar su orientación sexual. Lo que puedo escoger es el
propio estilo, es decir su manera particular de actuar sexualmente; cómo ejerce y
cómo expresa su sexualidad en su contexto social particular.
Según Le Vay, el volumen de las células del hipotálamo anterior es mayor en los
hombres heterosexuales que en las mujeres y los hombres homosexuales; eso sugiere
que las distintas orientaciones sexuales tienen importantes bases biológicas.
Si aceptamos la teoría de la predisposición biológica hacia la orientación
sexual, ¿Qué pasaría cuando los científicos demostraran que la homosexualidad se
transmite genéticamente, o tiene su origen el algo que le sucedió a la madre durante el
embarazo? ¿Acaso eso impondría una nueva carga de culpa a los padres de las
lesbianas y los gays?
No, porque la culpabilidad implica que uno tiene responsabilidad por alguna
consecuencia negativa. Sin embargo, la homosexualidad no es algo negativo; igual que
la heterosexualidad, es un aspecto natural de la personalidad del individuo, esencial
para que pueda disfrutar una vida plena y productiva.
Conviene advertir que los hombres y las mujeres -sean gays o no lo sean- que
niegan sus sentimientos sexuales inherentes (= los que tienen debido a su genética
particular) se privan de muchos placeres y felicidades en la vida.
Sabemos, a través de los escritos de Aristóteles y de varios estudios
antropológicos, que la homosexualidad ha existido desde hace miles de años. Cuando
comparamos diferentes sociedades, vemos que la homosexualidad no ha sido ningún
problema, a menos que los miembros de alguna sociedad (fanática, machista y
homofóbica) hagan de eso un problema, mediante prejuicios, burlas, persecuciones, y
leyes restrictivas.
Cualquier sociedad que trata a sus miembros homosexuales como inferiores,
crea una gran injusticia contra algunos de sus mejores ciudadanos, y también contra sí
misma. El ser lesbiana o gay es parte de la personalidad total del individuo, igual que
ser atleta, artista o zurdo. La personalidad de cada individuo se va moldeando, a partir
de la concepción, por la interacción de toda clase de factores: genéticos, prenatales,
sociales, culturales y psicológicos, y también debido a las propias elecciones y
decisiones.
Las diferencias psicológicas relacionadas con el género y la orientación sexual
no justifican la discriminación social, ni la restricción de oportunidades para la
felicidad y el trabajo. Mediante sus características únicas, los gays y las lesbianas
añaden una diversidad especial al rico tejido de la vida humana.
Según el Dr. Money, como lo hicieron Miguel Ángel, Leonardo Da Vinci,
Tchaikovsky, Oscar Wilde, y otros artistas, científicos, políticos, abogados, médicos,
matemáticos, junto con los demás genios cuyos logros están inherentemente
relacionados con su homosexualidad.
Algunos homosexuales adoptan papeles demasiado sumisos y sentimentales. De
manera parecida, algunas lesbianas son dominantes y agresivas, al estilo de cualquier
hombre machista. Sin embargo, ni todos los homosexuales (ni todas las lesbianas)
adoptan los papeles neuróticos extremosos, narcisistas y masoquistas, que los
segmentos más conservadores de la sociedad siguen proponiendo como ideal del país.
Por supuesto que los niños y las niñas no corren ningún riesgo psicológico al
ser educado por una pareja cariñosa y trabajadora, cualquiera que sea su orientación
sexual. Tampoco les va a faltar nada cuando se encarga de su educación una persona
soltera distinta de sus padres, que está bien preparada y dispuesta a eso, sin importar
que sea hombre o mujer.

CONCLUSIÓN
El machismo-narcisista es una grave epidemia emocional, muy extendida, que afecta a
muchos hogares mexicanos y a la sociedad en general. Lo mismo sucede en muchos
otros países del mundo. Sus principales causas son la ignorancia, las mentiras y la
violencia; esos tres factores promueven nuevos engaños y renovada violencia
familiar y social, en un círculo vicioso que no parece terminar.
La creciente ola de violencia no se podrá contener mientras el alcoholizado
machismo narcisista y el masoquismo de las mujeres sumisas sigan siendo los modelos
ideales (más o menos disfrazados) para los hombres y las mujeres del país.
La educación interrumpida es uno de los problemas sociales más graves, porque
empuja a muchos jóvenes al pandillerismo; en esos ambientes impera la violencia, las
conductas antisociales y la rebeldía contra las normas establecidas; algunos grupos de
delincuentes tienen una sólida estructura parecida a la del ejército. El robo con
violencia y el tráfico de drogas, etcétera, proporcionan dinero fácil a los que no
encuentran empleos que exigen, al menos, la preparatoria terminada.
Mientras no mejoren las oportunidades que la educación pública ofrece a los
niños y adolescentes, seguirán proliferando los graves problemas sociales de
corrupción, violencia e inseguridad social: una nueva modalidad son los asesinatos de
jóvenes en fiestas y convivios.
En todos sus niveles, la educación debe tener excelente calidad, al par de otras
naciones más desarrolladas, porque sólo así se podrá frenar la pavorosa deserción
escolar en secundaria y preparatoria. Los maestros de nuestro país merecen respeto,
respaldo social y salarios justos (igual que los demás trabajadores); ellos deberían
contar con buena capacitación y estar dotados de excelente calidad humana, porque
tienen en sus manos el futuro de los jóvenes.
Además, las personas adolescentes necesitan que sus padres y maestros les
enseñen, con su ejemplo, a desarrollar sus mejores sentimientos; así podrán superar el
egoísmo infantil y amarán a las demás personas, en lugar de amarse sólo a sí mismos.
En particular, necesitan aprender a controlar sus emociones más primitivas; aunque la
violencia de los videojuegos, el cine y las caricaturas puede ser divertida, no debería
pasar lo mismo cuando ellos dañan a otras personas con desmedida violencia, incluso
por Internet.
No es tolerable que los alumnos más fuertes lastimen, humillen y aterroricen a
sus compañeros más débiles. Estas conductas agresivas, tan injustas, causa traumas
psicológicos muy duraderos a las personas que los padecen, e insensibilizan a los que
se salen con la suya. Como sabemos, algunos jóvenes psicopáticos y criminales
juveniles, se sienten muy valiosos y poderosos cuando dañan y asesinan a gente
indefensa.
Desde hace siglo, los hijos de parejas formadas por un hombre machista-
narcisista-agresivo y una mujer masoquista-sumisa-depresiva han padecido (y siguen
padeciendo), toda clase de problemas psicosexuales que se reflejan en problemas de
sus hijos: violencia, inseguridad, trastornos emocionales, desorientación y bajo
rendimiento escolar.
La violación de la pareja, de otras mujeres, de niños y niñas, la prostitución
forzada y el maltrato, son el colmo del terrorismo psicológico que utilizan los machos
para sentirse poderosos. Los abusos sexuales violentan todas las dimensiones de las
víctimas (corporales, emocionales y mentales) y las dejan aisladas, aterrorizadas y
desintegradas.
Trasmiten el mensaje social de que las mujeres no se pueden sentir seguras en
ningún sitio; algunos machos proclaman, de manera absurda, que las mujeres provocan
las violaciones (con su manera de vestir) e incluso las disfrutan, o al menos deberían
hacerlo.
En Ciudad Juárez, los terribles asesinatos, todavía sin resolver, de tantas
mujeres violadas son conocidos por todos los Organismos Internacionales. La situación
de opresión de las mujeres indígenas en Morelos, Oaxaca y Chiapas excede la
imaginación.
En algunas poblaciones de Chiapas, los padres venden a las niñas de 12 o 13
años al que será su primer hombre. El alcoholismo es común en los hombres que
desprecian, golpean y maltratan a sus mujeres. También hay grupos de delincuentes que
se dedican a robarlas, agredirlas y violarlas.
Por su parte, el ejército mexicano y la marina armada, se ha hecho acreedores a
la confianza de toda la población, por su valentía, disciplina y su lealtad absoluta en
defensa de las Instituciones de la República, y también por su incansable ayuda a la
población durante los desastres naturales; por otra parte, los otros organismos
encargados de la seguridad pública hasta la fecha no han merecido tan alta estimación,
ni mucho menos.
Los mexicanos de hoy necesitamos estar de acuerdo en que la honradez y la
honestidad son valores esenciales, y que los engaños, las mentiras, la corrupción, la
violencia, los fraudes y la mordida no son cosa de risa, sino que son claras
demostraciones de incultura, insignificancia personal e inmoralidad.
Por supuesto que nuestros gobernantes deben garantizar la paz y el bienestar
económico y social de todos; de otra manera, seguirá la migración a otros países mejor
administrados. A ellos les toca, como un deber primordial, y un mandato ineludible, la
salud física y psicológica de todos los ciudadanos.
Las personas narcisistas (hombres y mujeres) son como robots sin alma, que
fingen estar vivos, pero no sienten apego ni compasión por sus semejantes. Siguen
siendo niños y niñas egoístas que nunca crecieron: creen que el mundo gira a su
alrededor y que los demás nacieron para servirlos y adorarlos. Lo que más temen es
perder la bella imagen de sí mismos que proyectan al exterior; ignoran que llevan en su
interior muchas cosas muy valiosas (ver Navarro).
Para estar contentos, necesitan absorber la vida superficial que les
proporcionan una serie de paleros, aduladores y parásitos que los aplauden y adulan
continuamente. Algunos de ellos creen que obtienen la inmortalidad por sus continuas
apariciones en la televisión. No soportan las críticas y nunca agradecen lo que reciben;
su pareja y sus hijos, igual que las demás personas a su alrededor, deben estar a su
servicio para servirlos y adorarlos siempre, porque de otra manera se exponen a ser
blancos de sus estallidos de enojo incontrolado.
Según Fromm, los actuales sistemas políticos y sociales, ahogados por el
consumismo, la burocratización y la masificación, nos impiden realizar las aspiraciones
de libertad, creatividad, trascendencia y amor fraterno. Además de impulsarnos al
conformismo, estas sociedades enfermas generan neurosis y violentas conductas
antisociales, debido a la pérdida del espíritu humano y de sus más nobles sentimientos.
Para ser aceptable, una persona tiene que ser igual a los demás. Basta con que
la ropa, los gestos y la conducta de los individuos se adapten a alguno de los
estereotipos sociales comunes y corrientes, siguiendo la moda del momento, pero la
consecuencia inevitable es que nunca estamos satisfechos, aunque nos rodeamos de
objetos inútiles, costosos y desechables.
El falso principio que sirve de base al consumismo es que el bien común (y la
felicidad de todos) resultará, inevitablemente, por el mero hecho de que cada
individu, desde su niñez, se convierta en ávido consumidor de productos más o menos
desechables.
Las modernas tecnocracias, con su excesiva proliferación de burócratas
apáticos y empleados rutinarios empleados que multiplican los trámites inútiles,
convierten a los humanos en máquinas sociales. En estas sociedades deshumanizadas
faltan las emociones espontáneas y sinceras; en vez de eso, las personas se dedican a
la búsqueda incansable de la imagen, el status y las apariencias (Yablonsky).
La televisión propaga el culto a los ídolos del momento, dotados de gran
atractivo, grandes fortunas e individualismo agresivo. Sus conductas privadas se
convierten en normas que todos tienen que imitar; ellos/as definen lo que es de buen o
mal gusto para millones de personas. Muchos individuos comunes y corrientes sueñan
con aparecer frente a las cámaras; de acuerdo con esta nueva religión, por este simple
hecho ellos habrán alcanzado la fama y la inmortalidad terrenal.
Entre los que causan admiración (y obtienen elevado rating televisivo) están el
donjuán que ha engañado al mayor número de mujeres, el negociante defraudador que
se hace rico, el político que obtiene un puesto mediante falsas promesas, el líder
sindical corrupto y los eclesiásticos admirados por su machismo y homofobia.
Los más notorios delincuentes y narcotraficantes disfrutan su momento de gloria
cuando los capturan; entonces los noticieros de la televisión exhiben su arrogante y
burlona psicopatía delante de toda la nación durante varios días. ¿Por qué no se valora
de la misma manera, o mejor aún, la vida de tantas personas extraordinarias que
contribuyen al mejoramiento del país?
La elección de los grupos a los que va a pertenecer un adolescente (o un joven)
determinará, de manera muy importante, el futuro destino de su vida. No es lo mismo
pertenecer a un grupo de acción y mejoramiento social, que a un grupo especializado en
la delincuencia organizada.
Sin embargo, hay otra elección que es todavía más importante: cualquier
persona tiene que decidir si va a vivir con corazón o sin él. En otras palabras, si va a
ignorar, negar y reprimir sus mejores sentimientos, o los va a cultivar y hacer suyos.
Pasando a otro importante tema, desde el siglo IV DC, los jerarcas católicos se
dedicaron a frenar la evolución bio-psicológica (y humanista-científica) de la
humanidad. Se siguen oponiendo a la libertad de pensamiento y a los avances de la
tecnología y la ciencia. Prohíben los aspectos sensibles, sensuales, sexuales, intuitivos
y creativos de las mujeres y los hombres.
Sin embargo, estas poderosas energías son indispensables para desarrollar la
propia individualidad, tomar decisiones libres y salvar a la humanidad de la actual ola
de violencia. Una vida sexual sana en pareja que incluye la amistad y el respeto,
contribuye de manera muy importante a la armonía familiar y social. Al contrario, las
frustraciones y represiones sexuales indebidas, dogmáticas y fanáticas favorecen la
violencia, la depresión, la frustración y la irritación crónica (ver los capítulos uno,
cinco, siete, catorce y el apéndice dos).
La Iglesia católica sigue propagando la represión sexual, la misoginia, la
homofobia y el machismo, y encubre los abusos sexuales del clero (ver el apéndice
dos). Todo eso contribuye mucho a la violencia de los mexicanos. Además, lo que
predica es del todo ajeno a la persona histórica de Jesucristo y a sus creencias
personales como profeta y rabino judío (ver el apéndice uno).
Por su parte, Nietzche advierte que el Cristo crucificado del cristianismo
tradicional impulsa a los pobres para que sigan igual o peor, porque exalta el
masoquismo y santifica el sufrimiento, la enfermedad y la miseria de los fieles. Con
tales doctrinas, los poderosos se han aprovechado de los débiles y han perpetuado la
pobreza del pueblo.
Reich denuncia el terrible asesinato de Cristo que ocurre de nuevo, de manera
metafórica y muy real al mismo tiempo, cada vez que un niño indefenso se ve obligado
a frenar sus impulsos y sentimientos naturales y desarrolla una armadura neurótica que
forma una parte importante de su personalidad.
Esto sucede debido a la plaga emocional diseminada por los educadores,
sacerdotes y médicos que les imponen represiones sexuales, castigos, temores y culpas;
los privan de afecto, los someten de manera rígida y les arrebatan su libertad porque no
soportan la vitalidad y la curiosidad intelectual de los niños.
Por otra parte, el uso de los anticonceptivos separa las actividades sexuales de
la necesidad biológica elemental de la reproducción; esto permite una satisfacción más
plena de las necesidades emocionales y psicológicas de humanidad (creatividad,
sociabilidad, diversión, placer compartido, solidaridad y espiritualidad).
La sexualidad humana es mucho más que un frenesí hormonal adolescente
compartido, porque incluye el descubrimiento de uno mismo y de la pareja, con el
propósito de descubrir y complementar todas las dimensiones humanas, incluyendo los
sentimientos, las ideas y el compromiso (leer lo que sigue y el Apéndice 1).
¿Qué rumbo tomaremos los mexicanos y demás latinoamericanos de hoy?
En los murales del hospicio Cabañas de Guadalajara, el famoso muralista
Clemente Orozco nos revela la identidad ideal a la que deberíamos aspirar los/as
mexicanos/as modernos; por su parte, Leopoldo Flores Valdés propone algo parecido
en su monumental Cosmovitral de Toluca.
Las paredes y techos del hospicio Cabañas conservan los famosos murales de
Orozco, que ilustran la conquista de México y la conversión de los indígenas a la fe
católica. Otros murales se refieren al despotismo occidental, con su potencial bélico tan
destructivo para la humanidad. Según los principales temas expuestos en estos murales:
El Mundo Indígena no es algo a lo que los mexicanos de hoy desearíamos
regresar, porque estaban sumergidos en una percepción muy primitiva y mágica de la
realidad fenomenológica, en la que la existencia humana estaba al servicio de los
temibles dioses que ellos mismos habían creado. La Coatlique lleva el arco y la flecha
como armas de guerra y tiene un collar de corazones arrancados a los vencidos, cuyas
aldeas fueron incendiadas y saqueadas para obtener víctimas para los sacrificios.
Del otro lado, está la Conquista; los hombres de Dios oran por los indígenas y
al mismo tiempo los asesinan porque los despojan de su antigua identidad. El
catolicismo justifica el robo de las riquezas y la destrucción total de una cultura y de
sus tradiciones, junto con la matanza de la población.
Cortés es un cyborg monumental, parte hombre y parte robot, que tiene un
agujero en lugar de corazón. Contempla la brutal carnicería, mientras un ángel (¿la
Malinche?) le habla al oído. No hay lugar para la simpatía, ni para la compasión; sus
belicosos soldados mecanizados se especializan en la carnicería; montan caballos
robóticos, y la sangre de los indígenas muertos tiñe de rojo la tierra.
Siguen los murales del Despotismo, La Masa Militarizada y Los Dictadores. En
ellos, Orozco nos deja retratos del militarismo occidental. El mundo moderno se basa
en las revoluciones, incluyendo la mexicana, junto con los ideales de democracia e
igualdad para todos, vivimos episodios recurrentes de brutalidad, destrucción y
miseria.
Los caudillos buscan su propio interés y se olvidan de los sufrimientos del
pueblo. Por su parte, la caridad cristiana del Obispo Cabañas alivia temporalmente la
pobreza, pero no hace nada por cambiar las condiciones sociales injustas que la
provocan; además, la Iglesia católica siempre se ha aliado con los ricos. El grupo de
demagogos y dictadores pretende seducir al pueblo con los supuestos méritos de sus
promesas políticas, e ignora por completo lo que sucede a su alrededor. Lo único que
les interesa es conseguir un hueso para enriquecerse; luego buscan perpetuarse en el
poder, utilizando todos los medios posibles. Los seguidores de cada grupo opositor,
arrastrados por la propaganda y la demagogia, luchan contra sus hermanos, sin saber
por qué, y encuentran la muerte, instigados por la arrogancia de algún jerarca.
Según Orozco, la venganza, la guerra y el odio impiden la trascendencia y los
aspectos cósmicos de los mexicanos. La sangre derramada de manera inútil sólo
exacerba la miseria de todos. Lo que de verdad importa es la razón, el sentido común y
el esfuerzo por alcanzar la solidaridad compartida, la prosperidad y los niveles
superiores de consciencia.
A pesar de todo, y como resultado histórico final, la unión genética de la raza
indígena con la española originó una raza nueva: una amalgama que reúne las
dimensiones espirituales, terrenales, cósmicas y trascendentes de los mexicanos de hoy,
mucho más fuertes que sus componentes primordiales. En la cúpula del hospicio
Cabañas, vemos al hombre de fuego, el mexicano ideal que tuvo confianza en el espíritu
eterno de la humanidad; se dio cuenta hacia donde se dirigía y se atrevió a desarrollar
su verdadero ser.
A su alrededor giran tres de los cuatro elementos (el agua, el aire y la tierra) en
una eterna espiral del ciclo de la vida, que incluye el nacimiento, la muerte y el
renacimiento. Clemente Orozco intenta despertar en los espectadores el sentido común,
la compasión y el talento práctico para que detengan el ancestral ciclo auto-destructivo
que frena el progreso de la humanidad. Los hombres y las mujeres de México necesitan
cultivar lo mejor de sí mismos, incluyendo sus potencialidades genéticas, privilegiadas
y llenas de energía vital.
Como luminosos seres de fuego, muchos hombres y mujeres de nuestro país ya
disfrutan niveles de consciencia más elevados; manejan a su antojo la magia oscura y
creativa de la sombra intuitiva (Jung, Zweig y Abrams), junto con una lógica racional
perfecta, tan necesaria para cualquier ciencia y tecnología. La lógica y la compasión
también se requieren para poder mejorar los niveles socioeconómicos y culturales de la
población, abatiendo la pobreza y el desempleo.
Las personas que pudieron desarrollar las dimensiones trascendentales de su
propio ser, se ubican en el nivel de la consciencia pura, en la que desaparecen todas
las dualidades (ver el capítulo cinco y el apéndice uno).
Por su parte, el Cosmovitral de Toluca (el mayor del mundo) es una obra muy
reconocida del arte universal. El tema principal de los vitrales es el hombre y su
relación con todo el cosmos. Su diseñador, Leopoldo Flores Valdés, lo concibió como
una vibrante explosión cósmica: según la física moderna, el origen del universo fue la
gran explosión del big bang.
Uno de sus lados representa la sombra, la sabiduría de la intuición y la noche,
con sus aspectos impulsivos, sexuales y caóticos. En el otro, podemos ver los aspectos
pensantes y conscientes. Esas dos series de vitrales laterales (norte y sur) se
complementan: simbolizan al hombre ideal que busca la luz, la calidez, el bien y la
sabiduría, y su lucha por desprenderse del oscurantismo, la ignorancia, el egoísmo, la
violencia, el mal y la muerte, en una epopeya sin principio ni fin.
Los colores de los cristales van del rojo, naranja y amarillo al verde y azul. Son
como el fuego y la luz que se van enfriando hacia el agua y el hielo.
En el equinoccio de primavera, el sol atraviesa el corazón del Hombre Sol que
está rodeado de un círculo de fuego, lo cual produce una bella explosión de luces que
inunda todo el recinto: lo más importante dentro del universo y en el interior del
hombre (y la mujer) es el fuego del cariño y el amor que podemos irradiar hacia
todos, y hacia todo el cosmos que se sigue expandiendo.
El monumental Vitro-plafón del techo, obra del mismo diseñador, representa la
Vía Láctea, que une al impresionante Hombre Sol con la galaxia de Andrómeda; está
lleno de estrellas, que también son óvulos y espermatozoides; a partir de ellos brota la
vida humana. El plafón del techo (cielo) representa lo abstracto y espiritual, mientras
que el piso, la tierra, el agua y las plantas del jardín botánico representan la energía de
abajo, lo material y concreto.
Arriba está lo que surge cuando la noche y el día se unen mediante las
relaciones sexuales: seres luminosos que han desarrollado su propio ser y tienen alas,
como Ícaro, para navegar fuera del espacio y del tiempo (ver el capítulo catorce y el
apéndice uno). Como parte de la Vía Láctea, también están representadas las aves.
En el vitral de Andrómeda, opuesto al del Hombre Sol, el hombre y la mujer
unen sus manos, entre las que está el germen de la vida nueva. Según el mito,
Andrómeda es una hermosa mujer, diosa de los sueños; su galaxia tiene forma de
espiral elíptica, que representa (simboliza) otro importante aspecto femenino: la mujer
que lleva en su vientre la vida y el germen de lo divino.
En el centro del plafón está el símbolo del Yin y Yan: los opuestos que se
relacionan y juntan, según la tradición china. Este importante símbolo ofrece una
importante clave para entender mejor los variados significados que contienen los
vitrales. De muchas maneras los lados opuestos del Cosmovitral (oriente y poniente,
norte y sur), lo mismo que las partes de arriba y de abajo, simbolizan la unión del yin y
el yan, lo masculino y lo femenino.
YIN YAN

Fresco, frío Cálido, caliente


Oscuro Luminoso
Trasero Frontal
Blando Duro
Curvo Recto
Redondeado Anguloso
Tierra Cielo
Luna Sol
Bajo Alto
Pequeño Grande
Adornado Sencillo
Amplio Angosto
Horizontal Vertical
Floral Geométrico
Femenino Masculino

Los lados opuestos norte-sur del vitral simbolizan el día y la noche, la vida y la
muerte, la creación y la destrucción, la ignorancia y el conocimiento; estos opuestos se
van definiendo y matizando a partir del lado oriente (Hombre Sol) y poniente (Mujer
Andrómeda, espiral, luna).
El lado sur enfatiza lo femenino (colores azul y amarillo pálido); es el mundo
del pensamiento analógico (hemisferio derecho del cerebro humano), es decir el mundo
de los sueños, la intuición y la fantasía, mientras que el lado opuesto representa lo
masculino (colores rojo, verde y amarillo vivo); el lado del pensamiento lógico-
deductivo y la acción creativa y transformadora.
Según Jung, el ideal del desarrollo psicológico humano es que todos podamos
desarrollar nuestro verdadero ser, y activemos todas las facultades: sensaciones y
percepciones,, sentimientos y emociones,, pensamientos (= la palabra) e intuiciones (=
los símbolos). La enseñanza más elemental de todas las religiones es que disfrutemos la
vida, incluyendo la sexualidad, cultivemos la luz interior y tengamos compasión por
nuestros semejantes (ver el capítulo catorce y el apéndice uno).
También necesitamos y proteger la cultura, las empresas productivas, las
fábricas, a los trabajadores del campo que nos proporciona los alimentos; generar
nuevas tecnologías y nuevos empleos y utilizar, de manera responsable, los recursos
naturales de nuestro planeta tierra.
En el lado femenino (noche, azul) tenemos figuras humanas más primitivas, en
las que el pensamiento se va oscureciendo. Pierden la capacidad de volar; vulgarmente,
son malas. Huyen de la luz, pierden la razón, caen y mueren; los humanos terrenales se
agrupan llenos de miedo, rodeados de aves de mal agüero. Sin embargo, también está el
búho, ave que simboliza la magia, lo oculto y la sabiduría intuitiva de la noche y de los
sueños.
El lado opuesto (día, rojo) contiene aves luminosas y personas, alegres; algunas
de ellas con alas, como Ícaro, vuelan hacia el sol. Está también la unión sexual entre el
hombre y la mujer, y –por consiguiente- la elevación de ambos hacia el conocimiento,
la compasión, la contemplación mística y la fusión con la luz infinita.
Las divisiones sociales son producto del ego (yo); meras ilusiones de la mente.
En realidad, todos estamos interconectados; debido a eso, no podemos distinguir donde
empiezan tus pensamientos y los míos, tus sentimientos y los míos (Fontana, en
Gallegos). Según las antiguas tradiciones religiosas, Dios es consciencia, y nosotros
también.
Dumay, Demetrakopoulos y Grof advierten que la civilización occidental, en su
conjunto, está redescubriendo algunos valores femeninos. De esta manera, los aspectos
extremos de la masculinidad (guerra, violencia, competencia, jerarquía estricta, ciencia
analítica y determinista) se van moderando, al unirse con las perspectivas femeninas:
comunión, ayuda mutua, empatía, compasión, sinergia y una visión más cálida y
transpersonal.
Pasando a otro importante tema (leer los apéndices uno y dos), los jóvenes que
buscan una espiritualidad sin las trampas represivas de los dogmas y las Iglesias
organizadas, apreciarán la imagen de Jesús que presentan los escritos cópticos. Esa
imagen, arquetípica y cósmica, es más cálida y fascinante que han propuesto, a partir
del siglo IV DC, los dogmas católicos, tan comercializados y fuera de época.
Jung reconoció la relevancia psicológica de las intuiciones guardadas en los
escritos gnósticos; en su opinión, su contenido espiritual y psicológico es muy superior
a las enseñanzas de todas las Iglesias cristianas tradicionales. En la actualidad,
adquirió renovado valor gracias al creciente desarrollo cerebral, científico y cultural
de la humanidad. Él albergaba la esperanza de que esos puntos de vista, tan valiosos, se
pudieran incorporar de nuevo a la cultura y la espiritualidad de occidente (ver el
apéndice uno).
Ni México (ni ningún otro país de Latinoamérica) es solamente pobreza y
violencia; también tiene su destacada cultura y también sus hombres y mujeres
talentosos, aunque lo mejor está por venir. Después de todo, somos un país adolescente,
que apenas cuenta con 200 años de vida independiente. Nos falta seguir luchando por la
libertad de ser nosotros mismos, y por mejorar las condiciones sociales, incluyendo el
debido bienestar económico y psicológico para todos.
La parte más elevada de nosotros mismos nos impulsa a cada momento para que
surja el propio ser, la nueva persona más libre, capaz de actuar de manera responsable
hacia las demás personas, dedicada empeñosamente al cuidado de todos los seres
vivos. Por su parte, los jóvenes de las nuevas generaciones ya se preparan para
desarrollar nuevas tecnologías, y también sueñan con colonizar otros planetas.

Apéndice 1
JESUCRISTO Y LOS CRISTIANOS GNÓSTICOS
Estas opiniones, y las del apéndice dos, se apoyan en la psicología clínica y
social, la historia de las religiones, la arqueología, la práctica de la psicoterapia
mente-cuerpo-espíritu, etcétera. Nada tienen que ver con los dogmas ancestrales. Por
esta razón, omito la palabra santo al hablar de personas como Pablo de Tarso.
Tenemos tres Jesucristo: el primero es el histórico (al que mencionan los
evangelios y otros escritos) el segundo es el dogmático (el de los Concilios) y el
tercero es un símbolo universal (un arquetipo) cuyas enseñanzas y el ejemplo de su vida
se dirigen a toda la humanidad.
Según los evangelios, Jesús de Nazareth aseguró que era el hijo del hombre (=
el humano). Fue un rabino (conocedor de las sagradas escrituras), pero no fue un
sacerdote; trasmitió sus enseñanzas mediante parábolas que confundían a muchos,
aunque las personas sencillas las podían entender con facilidad. Se ubicó en los niveles
de consciencia más elevados; por eso, él podía anticipar, de manera intuitiva, las
verdaderas intenciones de los demás.
Para este profeta hebreo monoteísta, La Espíritu (Shekinah) es el aspecto
femenino, simbólico (=metafórico, luminoso e inseparable, del único Dios. Por el
contrario, los primeros Concilios (siglo 4 D.C.), siguiendo a Pablo de Tarso,
dogmatizaron que El Espíritu (Santo) es una persona divina real, masculina, diferente
del Padre; además, es el verdadero padre de Jesús.

El Reino de Dios y el Verdadero Ser


El punto central del mensaje de Jesucristo es el Reino de Dios, un Reino espiritual que
se desarrolla dentro de los corazones de los hombres y las mujeres. Este Reino no tiene
que ver con algún lugar físico a donde irán los justos después de la muerte, ni tampoco
se relaciona con el reino terrenal mesiánico que esperaban los judíos del siglo primero,
según algunas profecías del Antiguo Testamento.
El Reino de Dios, según Jesucristo, incluye la percepción individual y social de
las dimensiones divinas (el amor y la compasión) que hay en cada espíritu humano.
Requiere el esfuerzo personal para dedicarnos a una vida espiritual opuesta al egoísmo,
la violencia y la búsqueda frenética de placeres hedonistas. El demonio y la oscuridad
simbolizan los aspectos impulsivos que debemos aceptar, integrar y trascender en el
camino que conduce al desarrollo del verdadero ser. Esta ruta incluye también la
experiencia grata y creativa de los niveles superiores de consciencia.
Las personas que eligen pertenecer a ese Reino, son los hijos de la Luz
(Shekinah); sirven a Dios y luchan contra el mal, comportándose de manera justa y
recta; están destinadas a la vida eterna en presencia de Dios. Sus enemigos son hijos de
la oscuridad (= de las tinieblas); los reconocemos por sus conductas egoístas,
violentas, manipuladoras y poco éticas, aunque se disfracen de buenos pastores y de
mansos corderos.
Cristo exigió a sus discípulos, junto con el rito comunitario del bautismo, un
cambio de mentalidad, una elevación, un despertar y un cambio de mente (= metanoia).
Ellos necesitaban tomar conciencia de su relación personal con Dios, elegir un estilo de
vida abierto a las dimensiones divinas y cósmicas de su propio ser y trascender el ego,
con todas sus ilusiones y motivaciones violentas y narcisistas.
Afirmó que sus discípulos harían mejores cosas que él, y prometió la entrada al
Reino de Dios a los que siguieran sus enseñanzas y cumplieran los mandamientos.
Cuando un fariseo le preguntó cuándo llegaría el Reino de Dios, Jesús le respondió:
… el Reino de Dios ya está dentro de vosotros (Lc 17: 21).
En efecto, ya había empezado desde el principio de la humanidad. Cada
momento del tiempo presente importa mucho, porque los pensamientos de cada
individuo, sus decisiones y sus acciones determinan si merece ingresar a él, o no. El
Maestro puso un niño en medio de ellos y dijo:
En verdad os digo, que si no os hacéis como niños, no entraréis en el Reino de
los Cielos (Mt 18:2-4).
Jesucristo enseñó, como otros profetas hebreos que le habían precedido, que lo
más importante de la ley de Moisés es obrar con ética y rectitud:
Por tanto, cuanto queréis que os hagan los hombres, hacédselo también
vosotros, porque esta es la Ley y los Profetas (Mt 7: 12).
Sus seguidores necesitan: 1. Purificar sus corazones; es decir, ubicarse en sus
mejores sentimientos y 2. Demostrar el amor a Dios mediante el cuidado cariñoso de
todos los seres humanos, como hermanos y hermanas (Loflin).
Afirmó que Dios es nuestro Padre-Madre bondadoso; porque somos sus hijos,
tenemos valor infinito. Podemos comprender esa identidad verdadera mediante el
diálogo personal con Dios y la búsqueda de lo sagrado. Todos estamos llamados al
banquete del reino de Dios; sin embargo, los primeros serán los últimos, y los que se
exaltan quedarán vacíos.
Los seguidores de Jesucristo se comprometen a ayudan a los demás, de manera
compasiva, y a buscar la muerte del ego (infantil y egoísta) para desarrollar el
verdadero ser, porque este camino conduce a una vida plena.
Por el contrario, la sabiduría convencional de su tiempo (igual que la de ahora)
enseña que Dios es un legislador y juez castigador; las normas sociales determinan el
valor de las personas, hay que evitar a los pecadores y proscritos, la identidad
proviene de las tradiciones sociales, lo que importa es sobresalir, conviene aparentar
que uno es la gran cosa y aferrarse a las posesiones; el éxito depende de qué tanto se
haya esforzado uno de manera agresiva y dominante (muy adaptado de Borg).
Jesucristo maldijo con terrible severidad a los escribas y fariseos, como antes
lo hizo Juan el Bautista (Mt 23: 13). Ellos, igual que los sacerdotes, ignoraban los
valores proféticos de la transformación moral a través de un encuentro personal con
Dios, e imponían al pueblo una carga excesiva de leyes, rituales y prohibiciones. Había
634 prescripciones legales acerca de lo que se podía comer y lo que no, cuándo podían
tener relaciones sexuales las mujeres y cuándo no, cuándo eran obligatorias las visitas
al templo, los ritos de los sacrificios, etcétera (Borg).
Como el buen samaritano (Lc 10: 30-37), los seguidores de Jesucristo deben
superar su orgullo narcisista y mostrar compasión hacia el prójimo. La sangre de los
animales sacrificados no borra los pecados, ni aplaca la supuesta ira de Iahvé; como
tampoco purifica el alma de nadie dejar de comer el huevo que una gallina puso un
sábado.
Según la oración del Padre Nuestro, las personas obtienen el perdón de sus
faltas (errores, equivocaciones y pecados) mediante un diálogo directo con Dios, sin la
intervención de nadie más. A continuación va mi versión en español, a partir de una
traducción del arameo al inglés (ver Essenic Studies):
Dios Padre-Madre origen del universo brillante y armonioso, y del
soplo generador de la vida: dirige tu luz hacia nuestro interior más profundo,
para que allí te podamos comprender. Manifiesta tu Reino celestial aquí,
ahora y siempre. Que tus intenciones se cumplan por todo el universo lleno de
energía, y también en la tierra tangible y concreta.
Concédenos la serena lucidez que necesitamos todos los días, y rompe
las cadenas de las culpas que nos encadenan (el karma), así como nosotros
perdonamos las faltas de los demás. No permitas que nos perdamos en la
búsqueda de las cosas más superficiales y apóyanos en nuestra misión
compasiva de proteger a todas las creaturas.
De Ti emana el fuego del deseo, la luz de la consciencia, la armonía de
los nuevos proyectos, y la voluntad para actuar que lo embellece y revive
todo, de una generación a la siguiente. Amén (Confirmo esto con todo mi ser;
lo sello con fe, confianza y sinceridad).

Las Curaciones de Jesucristo


Jesucristo alcanzó y vivió habitualmente en el estado místico de la conciencia pura,
pero no fue un chamán alucinado. Nunca perdía la consciencia cuando ayudaba a los
demás, ni entraba en un trance. Sanaba a personas que padecían trastornos
psicosomáticos y conversivos; aquí se ubican las supuestas posesiones diabólicas, que
ocurren cuando un aspecto de la personalidad toma control por encima del propio yo,
que es la parte más inteligente.
La facultad de la vista, el oído, la movilidad de los miembros, las funciones
sexuales, etcétera, se pueden disociar (separar) de la consciencia ordinaria, y eso
genera los padecimientos de ese tipo (Davies). Esos síntomas desaparecen cuando las
personas depositan su confianza (su fe) en el poder de algún sanador o curandero, y
también en las partes más sanas de ellos mismos.
Por ejemplo, Jesús curó a un sordo, al que alejó de la multitud: puso sus dedos
en los oídos, escupió y tocó su lengua. Miró al cielo, gimió y dijo: Effatá (Ábrete); con
esto, se abrieron sus oídos y pudo hablar (Mc 7: 32-35); de manera parecida curó a un
ciego.
Para arrancar a las personas de la percepción ordinaria de su vida, y revertir la
visión tan enfermiza de sí mismos, el Maestro utilizaba un estilo de comunicación
simbólica e imaginativa (muy parecido al de sus parábolas) (Borg). En época más
reciente, Erickson también utilizó algunas parábolas para eliminar, con rapidez
intuitiva, toda clase de síntomas psicosomáticos (ver Haley y Krause). Lo mismo hacen
los mejores psicoterapeutas psico-corporales.
Jesucristo fue un psicoterapeuta fuera de serie: deshipnotizaba a los enfermos,
lunáticos y endemoniados. Por algo indebido que habían hecho o dejado de hacer,
estaban llenos de rencor, egoísmo, culpa y angustia. Tenían la mente trabada en una
visión horrorosa de sí mismos y experimentaban niveles inferiores de conciencia muy
desagradables, dolorosos y enfermizos. En otras palabras, estaban sumergidos en su
propio infierno interior.
Debido a que estaban disociados, una parte muy destructiva de ellos mismos los
empujaba a la enfermedad y a la muerte, como una especie de ego diabólico. Además,
la gente del pueblo creía que algún demonio poseía a los epilépticos, porque veía la
espuma que les salía de la boca. Jesús no creía en los demonios, porque estaba
sumergido en la experiencia mística de la conciencia pura, donde sólo existe Dios.
Sin embargo, utilizó el lenguaje de su época cuando envió a sus discípulos a
predicar el Reino de Dios y sanar toda enfermedad y dolencia, expulsando espíritus
inmundos (Mt 10:1).
Jesús llenaba de esperanza, alegría, entusiasmo y salud a los enfermos. Los
aceptaba sin reproches y los hacía sentir personas valiosas, únicas e irrepetibles; con
sus manos tocaba a cada uno de ellos y los curaba (Lc 4: 40).
Tus pecados te son perdonados equivale a decir: no tienes ninguna razón para
estar enfermo; te dijeron (y tú así lo creíste) que tu enfermedad era castigo de Dios; él
te ama, mientras que tú insistes en culparte y castigarte. Tú mismo te puedes perdonar y
sanar, si cambias la visión negativa y devaluada de ti mismo por otra mejor.
Los enfermos se sentían inundados por su amor cálido y luminoso, y se podían
amar a sí mismas (en toda su realidad espíritu-mente-cuerpo). De manera milagrosa
desaparecían sus dualidades, sus culpas y sus enfermedades. Jesucristo afirmó que las
curaciones se debían a la fe que los enfermos habían depositado en Dios (Mt 8: 10; Mc
5: 34, Lc 7).
Según Jung, los aspectos luminosos de Jesucristo, y su continua comunicación
con Dios, fueron mucho más poderosos que sus aspectos humanos. Jesús veía y
escuchaba cosas que nosotros no podemos ver ni escuchar, y hacía cosas que nosotros
no podemos hacer, asociadas con la continua intervención de Dios en la historia de la
humanidad.
En opinión de Reich, la capacidad curativa de Jesús se debía a que tenía un
poderoso campo bioenergético; bastaba su cercanía para estimular y elevar los campos
energéticos (eléctricos y magnéticos) de los enfermos, y de esta manera les brindaba
salud (ver Klighardt).
Dada la continuidad mente-materia y la estrecha vinculación entre todos los
niveles energéticos de lo que existe, las supuestas leyes inmutables del universo
(físicas, biológicas y sociales) se asemejan más a leyes cambiantes, interdependientes y
en evolución, que a algo eterno, estable y fijo fuera del universo y ajeno a su devenir
(Krause).
3. ¿Por qué Murió Jesucristo?
En la última semana de su vida, Jesús fue a Jerusalén para celebrar la pascua
Judía. Ese festival conmemora el final de la esclavitud en Egipto, el éxodo y la historia
de Moisés. En medio de la gran multitud, Jesús volcó las mesas de los cambistas y los
puestos de los vendedores de palomas, y les dijo:
Está escrito: Mi Casa será llamada Casa de oración, ¡Pero vosotros estáis
haciendo de ella una cueva de bandidos! (Mc 11: 15-17; Mt 21: 12-17; Lc 19: 45-
48).
Cuando derribó las mesas de cambio, purificó el templo, antes de su destrucción
por los romanos, que ocurrió a corto plazo. Siguió la adoración personal de Yahvé en el
nuevo templo: el corazón de cada uno de sus fieles (Cohen). Jesús había asegurado
antes que llegaría el tiempo en que los verdaderos adoradores adorarían al Padre en
espíritu y en verdad, y no en un monte de Samaria ni en el templo de Jerusalén (Jn: 20-
24).
Las autoridades romanas estaban muy pendientes de cualquier incidente, debido
a su entrada triunfal en Jerusalén unos días antes. Esta radical protesta contra el
comercio y los sacrificios que no agradaban a Dios, atrajo la atención inmediata de los
guardianes del templo; Jesús fue condenado a muerte debido ae su valiente protesta en
contra del orden político y religioso establecido (White, Cohen, Crossan).
Los romanos creyeron que Jesús era un gran agitador político que podía
inflamar las expectativas mesiánicas judías y convertirlas en una peligrosa revuelta
contra el imperio. Como había algunos celotes entre sus seguidores, pensaron que era
uno de los principales líderes de esa secta, que luchaba contra la ocupación romana
(Loflin).
Caifás (el sumo sacerdote) y Pilatos (el procurador romano de Judea) tenían una
estrecha colaboración; habían acordado que los guardianes del templo entregarían, de
inmediato, cualquier revoltoso a las autoridades romanas de la torre Antonia. Hicieron
eso con Jesús, sin ninguna necesidad de reunir al Sanedrín, consejo de sabios judíos
dirigido por el sumo sacerdote (Crossant).
Poncio Pilatos era duro y autoritario; no se podía arriesgar a una sublevación
durante la pascua, y decidió crucificar (liquidar) a Jesús con la mayor rapidez posible,
como ya lo había hecho antes con algunos criminales y revoltosos. En la cruz pusieron
un cartel con las letras INRI (Jesús nazareno, rey de los judíos) para que todos supieran
que el castigo era por subversión.
Los diálogos de Jesús con el Sumo Sacerdote y con Pilatos (que aparecen en el
evangelio de Marcos y el de Juan) nunca sucedieron, como tampoco los detalles que
agregaron los seguidores de Pablo, como los personajes que se burlan de Jesús, su
serenidad casi absoluta mientras estaba en la cruz, y sus últimas palabras.
En resumen, la muerte de Jesús se debió a que se opuso radicalmente a los
sistemas de poder prevalentes en su época y abogó por una visión social distinta, más
justa y equitativa. Si lo comprendemos, imitaremos sus ejemplos y su visión compasiva
que se extiende a todos los seres vivos.
Necesitamos empeñarnos en construir estructuras sociales más humanas y menos
violentas (Borg).La teología de la liberación, censurada y aplastada por el entonces
cardenal Ratzinger, sostiene que el Jesús histórico fue asesinado porque amenazaba el
orden social establecido. ÉL predicó un Reino de Dios muy concreto, inmerso en la
realidad de un mundo contradictorio e injusto, y con su vida se opuso a los poderes de
su tiempo.
Seguirlo hoy, en Iberoamérica, implica el compromiso de mantener encendida la
antorcha del amor y la justicia frente al odio y la opresión. La salvación cristiana no es
posible sin la liberación económica, política, social e ideológica, como signos visibles
de la dignidad del hombre (Gutiérrez y Berryman).
Como cualquier persona humana, el hijo del hombre murió y no resucitó. Pero
eso no disminuye nada el ejemplo de su vida, ni la fuerza de su mensaje (Crossant,
Loflin, Mack, Navarro). Jesús se comunica, a través de una experiencia personal, con
las personas que desean encontrar a Dios, alcanzar la gracia (= el perdón de sus
pecados) y llegar a la iluminación y a la conciencia divina (Chopra).

¿Jesús y María Magdalena se amaron?


Algunos evangelios cópticos (Tomás, Felipe y Magdalena) advierten que Pedro estaba
resentido por la preferencia y las muestras de afecto que Jesús prodigaba a María
Magdalena:
Y Simón Pedro les dijo: Que María (Magdalena) se vaya, porque las
mujeres no son dignas de la vida. Jesús dijo: yo la voy a guiar y la voy a
convertir en hombre, para que ella sea un espíritu viviente entre ustedes, los
hombres. Porque cualquier mujer que se haga hombre entrará ella misma al
Reino de los Cielos (Thom 114).
Una mujer se convierte (anímicamente) en hombre cuando descubre su
inteligencia y la sabe usar, tomando decisiones propias. Según la Pistis Sofía, Jesús
apreciaba mucho la excelencia espiritual de Magdalena, su discípula predilecta:
… tiene el corazón mejor dirigido hacia el Reino de los Cielos que todos (sus)
hermanos (Cap 17).
Pedro y los demás discípulos se quedaban atónitos ante los conocimientos
esotéricos que Jesús le había trasmitido, en privado, a María Magdalena. Ella estaba
destinada a ser su sucesora, y no Pedro (tan rígido y terco), ni ningún otro apóstol
(Malachi). El Diálogo del Salvador advierte que Magdalena poseía profundos
conocimientos acerca de las realidades del espíritu:
“Dijo esta palabra como una mujer que lo sabía Todo” (L. 139).
Algunos expertos en los escritos cópticos opinan que Magdalena no sólo era la
alumna preferida de Jesús, sino su esposa (Malachi, Brown). Según el evangelio de
Felipe, Jesús amaba a María más que a los demás discípulos, y con frecuencia la
besaba en la boca, como su compañera (55). El mismo evangelio dice:
Había tres Marías que caminaban siempre con el Señor: su madre, su
hermana y Magdalena, la que se llamaba su compañera (= su consorte) (32).
Según las costumbres hebreas de esa época, no estaba permitido que una mujer
soltera viajara sola. Entonces, de los hombres del grupo ¿con quién estaba casada
Magdalena? Es obvio que con Jesús, la persona que la besaba en la boca. Si hubiera
estado casada con otro, ¿qué hubiera pensado su marido de eso? ¿Se hubiera quedado
tan tranquilo?
Días antes de la muerte de Cristo, María Magdalena ungió los pies de Jesús con
una libra de esencia de nardo que valía trescientos denarios (los soldados romanos
ganaban un denario al día) y los secó con su cabello. Toda la casa se llenó con el olor
del perfume.
Aunque Judas Iscariote se quejó del despilfarro (Jn 12: 3-8), nadie se
escandalizó por las apasionadas muestras del amor que vieron en Magdalena, ni por su
cercanía física, tan íntima, hacia Jesucristo; sin duda que lo habrían hecho si ella no
hubiera sido su esposa (figura apéndice 1. 1).

Figura Apéndice 1.1 Jesús con su amada esposa, María


Magdalena
Según la tradición hebrea y los escritos de los cristianos cópticos, el hombre
que no ha experimentado la fuerza del amor apasionado por una mujer y la mujer que no
ha hecho lo mismo con un hombre, nunca alcanzarán el amor de Dios. Por supuesto que
las sociedades contemporáneas permiten, respetan y aprecian otras preferencias
sexuales (ver el capítulo quince); en mi opinión, Jesucristo, el humano, hubiera hecho
exactamente lo mismo.
La Iglesia Cóptica y el Sacramento de la Recámara Nupcial
Los discípulos de Jerusalén, bajo la autoridad de Santiago el hermano de Jesús, no
tenían la menor intención de fundar una nueva religión; defendían la continuidad entre
sus doctrinas y las del judaísmo, recordando lo que Jesús les había dicho:
No he venido a abolir la ley ni los profetas. No he venido a abolir, sino a dar
cumplimiento (Mt 5:17).
Observaban las tradiciones religiosas judías, como lo había hecho el mismo
Jesucristo. También acudían regularmente al templo de Jerusalén para adorar a Yahvé
durante las festividades tradicionales. La práctica común entre ellos era el matrimonio
hebreo; los apóstoles estaban casados y vivían con sus esposas.
El ritual semanal del pan y el vino sólo simbolizaba su humanidad y su vida en
la tierra. Recordaban las enseñanzas de Jesús y escuchaban la predicación de algún
apóstol o discípulo importante que los visitaba; también compartían sus alimentos con
los más necesitados y curaban a los enfermos.
El idealismo de las primeras comunidades cristianas de Asia Menor, en las que
todos eran hermanos, fue una especie de comunismo exitoso. Proclamaban el amor
fraterno, sin muchas diferencias ni jerarquías entre los hermanos y las hermanas.
Por su parte, Pablo de Tarso proclamó el valor salvador de la muerte y la
resurrección de Cristo; además, lo convirtió en el valioso producto comercial que hasta
la fecha administran los dirigentes de las Iglesias cristianas (ver el apéndice dos).
En su mayoría, los primeros cristianos pertenecían a las masas oprimidas; se
identificaron fácilmente con la fantasía de Jesús crucificado -movidos por sus propios
sufrimientos- y buscaron una expiación masoquista. Siguiendo las enseñanzas de
Jesucristo, esos cristianos creían que el mismo Dios les perdonaba sus pecados, sin que
tuviera que intervenir alguna autoridad eclesiástica (Fromm).
Los cristianos cópticos (del antiguo Egipto) florecieron entre 60 y 130 DC); se
agrupaban alrededor de algunos líderes carismáticos, y nunca tuvieron una organización
jerárquica tan definida como las Iglesias de Pablo. Se interesaron por las enseñanzas
secretas de Jesús (la gnosis) y por su sabiduría; por eso también se les denomina
cristianos gnósticos. No les importó gran cosa que Jesús hubiera sido un hombre
solamente (Hoeller).
La Iglesia de Roma, apoyada por Constantino I, acabó violentamente con ellos
alrededor del año 325 DC (Mack). La tradición de una gnosis cristiana quedó casi
olvidada (Eliade), hasta que se descubrieron, en 1947, los códices de Naj Hammadi.
En 1970 se completó su traducción al inglés.
Para esos cristianos, la eucaristía es la fiesta sacramental del pan y del vino,
que simbolizaba la reunión vital del hombre (el pan = Logos = el Verbo) con la mujer
(el vino = Sofía = la Sabiduría). La eucaristía celebraba la unión mística (= el sagrado
matrimonio) entre lo Divino Masculino y Femenino, presente en toda la creación, así
como la redención de la humanidad.
Los evangelios de Tomás, Felipe, Magdalena (y otros muchos códices)
presentan a Jesucristo como maestro de sabiduría, y no tanto como redentor y salvador
divino (Jenkins). Él enseñó que el conocimiento interior (la gnosis) conduce al
desarrollo de propio ser y a la iluminación. Esa es la ruta más certera para un
encuentro personal cálido y confiado con Dios, nuestro Padre-Madre.
La división propuesta por el mito de Adán y Eva, es decir la distancia
emocional entre ambos, igual que su estado cósmico primitivo de ignorancia, se podía
reparar con la iluminación divina (la gnosis), sin ninguna necesidad de borrar el
pecado original con la sangre de Jesucristo. A nivel psíquico (mental y emocional),
esos hombres y mujeres se empeñaron en desarrollar su inteligencia, sus impulsos y su
creatividad.
Buscaron armonizar los aspectos masculinos y femeninos de su propia
personalidad, mediante una especie de matrimonio sagrado interior (Malachi, Jung,
Navarro). En el plano espiritual, los hombres y las mujeres, iguales en dignidad,
cultivaron los niveles superiores de conciencia hasta llegar a la iluminación divina.
Consideraban que el sacramento de la recámara nupcial era de vital importancia para
disfrutar la experiencia mística de la conciencia pura.
El amor sexual compartido, con la ternura y la fuerza impulsiva del placer y la
alegría, es el camino natural más eficaz para que los hombres y las mujeres alcancen la
experiencia mística de Dios. Según el evangelio de Felipe:
Si alguien se convierte en hijo de la recámara nupcial, recibirá la luz. Si
alguien no la recibe mientras está en estos lugares, no la puede recibir en otro
lugar (Phil 143).
Los principios cósmicos Divinos de lo masculino y femenino se personificaron
(de manera simbólica y arquetípica) mediante la comunión sexual entre Jesús y María
Magdalena, su esposa y consorte divina. Según las enseñanzas del cristianismo
gnóstico, el símbolo de la cruz representa la unión de esas energías: El eje vertical
simboliza a Cristo (el Logos) y el horizontal a Magdalena (Sofía, la sabiduría).
Magdalena tuvo a Jesús dentro de ella y de esta manera participó de su Verbo, mientras
que él se llenó de ella (Sofía), su complemento femenino (Malachi). Según esos
cristianos, la sagrada unión sexual entre ambos es un ejemplo ideal de la masculinidad
y la feminidad cristiana en toda su plenitud.
En el sacramento de la recámara nupcial, la esposa-virgen representa
(simboliza) a Magdalena, Sofía y a la propia alma gnóstica de cualquier hombre y
mujer. Cualquier dualidad inherente en el cosmos se podía disolver mediante la unión
sexual cariñosa e iluminada entre ellos, porque ambos disfrutaban la conciencia pura y
alcanzaban la inmortalidad.
Luz y oscuridad, vida y muerte, izquierda y derecha... cada una se disolverá
en su naturaleza original. Pero los que se exaltan por encima del mundo, son
indisolubles y eternos (Phil 53).
Según el evangelio de Felipe, una parte importante de la misión de Cristo fue
eliminar cualquier animosidad (= incomprensión y enfrentamientos inútiles) entre los
hombres y las mujeres, mediante el sacramento de la recámara nupcial:
El hombre y la mujer se unen en la recámara nupcial, y los que han conocido
este abrazo sagrado nunca se separarán (Phil 86).
El abrazo de la unión sexual no sólo es impulsivo, sino que también es un acto
voluntario. Ambas personas quedan satisfechas por haber estado unidas de esta manera
y sentirán deseos de continuar juntas el camino de la vida, sabiendo que cada
acontecimiento de ella es algo divino (sincronicidad, ver el capítulo cinco).
Este sacramento brinda a los hombres y mujeres la experiencia de amor
cariñoso, afectuoso y tierno que tiende a superar las heridas producidas por las
relaciones sexuales que sólo están motivadas por el impulso biológico y las hormonas,
y no ofrecen ningún apego emocional (Robinson).
Una cosa son las relaciones sexuales en las que ambas personas se usan como
meros objetos de placer y otra distinta es compartir todo lo que son en su realidad más
profunda y personal, incluyendo las dimensiones del espíritu. Los cristianos gnósticos
defendieron la igualdad entre las mujeres y los hombres en todos los ámbitos (familiar,
religioso, social, emocional e intelectual). Nunca se prohibió a sus mujeres presidir los
servicios religiosos, ni predicar, ni profetizar, ni enseñar, ni sanar, ni ninguna otra cosa.
Imitando a Jesús y Magdalena, las mujeres y los hombres pueden integrar su
propio ser para alcanzar niveles superiores de conciencia, incluyendo la conciencia
pura. Los hijos que nacen de una pareja que comparte un amor sexual cristiano intenso y
profundo, son hijos de Dios, igual que sus padres. Dios (Iahvé) pertenece a otro plano:
ni fue engendrado, ni tampoco engendra; Jesús fue un simple mortal (el hijo del Hombre
= el humano); todos los seres humanos llegamos a la vida a través de la sexualidad, sin
que Dios tenga la necesidad de engendrar personalmente a ningún hombre o mujer.
No tiene ningún sentido imaginar que María quedó embarazada y dio a luz a un
nuevo Dios cuando Shekinah descendió sobre ella. El evangelio de Felipe descalifica
la absurda propuesta de Pablo y sus seguidores:
Algunos dicen que María concibió por el Espíritu Santo. Están en un error. No
entienden lo que dicen. ¿De cuándo acá una mujer concibe por otra? (52).
El autor del evangelio de Felipe sabe que el aspecto femenino metafórico de
Dios no puede embarazar a nadie, y menos a una mujer, por lo que Jesucristo no es
Dios. En el Antiguo Testamento, iluminar significa inspirar, guiar y sanar, pero nunca
embarazar. ¡Pobres de los profetas si cada vez que se iluminaban hubieran quedado
embarazados, de manera milagrosa, por Shekinah!
Las personas que se aman de manera espiritual seguirán profundizando en su
amor. Irán comprendiendo, de manera vivencial, lo qué es el amor de Dios; entenderán
que Jesucristo –el cósmico o arquetípico- sigue vivo para siempre, inmerso en la
historia de la humanidad. También serán excelentes sanadores (= médicos,
psicoterapeutas, etcétera).
El evangelio de Tomás recopila, de manera breve y directa, los principales
dichos de Jesús; también describe, de manera metafórica, el modo como Jesús liberó a
Sofía (la sabiduría celestial, figura simbólica sobrenatural femenina) de las ataduras
del error y del mundo material, y la restauró a su alto nivel en los cielos.
Los escritos cópticos describen, de manera interesante e intuitiva, los eventos
psicológicos que ocurren en nuestro interior cuando emprendemos el camino para
integrar la propia personalidad y buscar la trascendencia. La naturaleza psíquica
individual es un reflejo del macrocosmos (el universo).
En particular, el evangelio de Felipe propone el desarrollo del propio yo, y el
encuentro con Dios (iluminación, conciencia pura), mediante el sacramento de la
recámara nupcial (la comunión sexual), siguiendo el ejemplo de Jesús de Nazaret y su
amorosa pareja, María Magdalena.
El mito de Sofía representa la experiencia del ego humano alienado que ha
perdido el contacto con su propio yo ontológico; propone la historia alegórica del
espíritu humano que necesita ser rescatado por la parte femenina de su propio yo, y
también por las mujeres, que son las portadoras de la vida, como lo simbolizó Eva
(Jung, Pagels, Bem, Dumay, Navarro).
Para los cristianos gnósticos, igual que Jung, la divinidad reside en el espíritu
humano, como algo continuo e inmanente. Podemos estar unidos a Dios -y
comprenderlo- recorriendo los caminos del desarrollo del propio ser, el amor sexual
cariñoso, y las experiencias de la conciencia pura.

Apéndice 2
PABLO DE TARSO, CONCILIOS Y PAPAS
Los cristianos de Jerusalén (nazarenos), bajo Santiago, el hermano de Jesús, no
creyeron que Jesucristo era Dios, ni que hubiera resucitado (Muller). Los participantes
del ritual eucarístico recordaban la vida de Jesús y sus enseñanzas, mientras
compartían –en plan igualitario- los bienes de la tierra. Debido a la destrucción del
templo de Jerusalén por los romanos (70 DC) y la persecución siguiente, esas
comunidades casi desaparecieron.
Entre los primeros cristianos, muchos creían que el fin del mundo estaba
próximo. Algunos de ellos creían que el Reino de Dios estaba en la tierra (en el interior
de cada persona espiritual), mientras que para otros estaba en el cielo. Ciertos grupos
afirmaban que Jesucristo había sido sólo un hombre; otros creían que era Dios y
muchos tenían sus dudas.
Por su parte, los discípulos de Pablo ya estaban convencidos de su divinidad
hacia la primavera del año 58 (Muller). En esa época, algunas mujeres bautizaban,
predicaban y profetizaban, y también eran apóstoles y sacerdotes.
Pablo, el gran misógino, se opuso -de manera tajante- a todo eso, y decretó que
las mujeres no podían enseñar (profetizar), ni predicar en las asambleas cristianas, sino
que debían guardar silencio (I Tim 2: 11).
Si una mujer no se cubría la cabeza en las reuniones, era mejor que se cortara el
pelo, o se rapara, porque la mujer es un reflejo del hombre, sin personalidad propia (I
Co 11: 6-7). Además, ellas debían someterse a sus maridos en todo (Ef 5: 24).
Los Obispos de Pablo –sólo hombres, por supuesto- podían casarse, igual que
sus sacerdotes. En I Co 7: 1-40, Pablo habla de sus preferencias por el celibato. Sin
embargo, afirma que la mujer casada no dispone de su cuerpo, sino su marido; mientras
que el marido no dispone de su cuerpo, sino la mujer.

Pablo de Tarso diviniza a Jesucristo


Las doctrinas de Pablo son muy parecidas al culto ancestral de Mitra (el sol invicto),
divinidad favorita de los legionarios romanos. Ese culto llegó a Roma alrededor del
año 70 AC, y tuvo en Tarso uno de sus principales santuarios (Vermaseren).
Sus iniciados creían que Mitra perdonaba los pecados, curaba las
enfermedades, era el creador del mundo, Dios de dioses, Rey de reyes, Señor del cielo
y la tierra y Mediador. También era la Verdad, la Luz, la Vida, el Verbo (la Palabra) y
el Hijo de Dios. En sus epístolas, Pablo le aplicó a Jesús esos mismos títulos
honoríficos (Murdock).
Pablo de Tarso transformó a Jesús, el humano, en una deidad salvadora que
con su muerte violenta libra del pecado a los creyentes y les concede la vida eterna.
Conjeturó que su vida y muerte se debieron a un plan cósmico-divino para redimir a la
humanidad del pecado original que se extiende desde la creación de Adán hasta el fin
del mundo.
Los misterios mitraícos revivían la muerte, el entierro y la resurrección de ese
dios. En medio del júbilo de la concurrencia, un joven que representaba a Mitra fingía
estar dormido y luego despertaba.
Como ese dios había tenido por madre virgen a Isis, Pablo aseguró que María,
la madre de Jesús, también lo había sido, a pesar de que Jesús tuvo hermanos
(Vermaseren). El nacimiento de Mitra se celebraba el 25 de diciembre, hasta que
Constantino, en el año 324 DC, decretó que el cristianismo era la nueva religión
imperial.
Pablo afirmó (2 Co 12:11) que fue arrebatado al paraíso, con su cuerpo o fuera
de él, y oyó palabras inefables; sin modestia, alegó que no era inferior en nada a los
super-apóstoles. En sus alucinaciones, probablemente originadas por la epilepsia (ver
Anónimo), -por ejemplo cuando se cayó del caballo por la luz del sol-, Pablo vio a
Jesucristo en el cielo, y supuso que había viajado a un plano superior de la realidad,
donde habitaba el Hijo de Dios (2 Co 12:1-12).
Para vender mejor sus figuraciones, haciéndolas pasar por verdades absolutas,
las mezcló con platonismo, mitraísmo y citas bíblicas. Según la engañosa lógica
platónica-alucinada de ese apóstol, las acciones de Jesús en el plano superior (como
Dios, Rey, Redentor y Creador) son paralelas a su vida en la tierra; la persona que
murió acá abajo es el mismo que está arriba; entonces, tuvo que haber resucitado para
llegar al cielo.
En la sacristía de la catedral de Toledo, el Greco pintó a Pablo de Tarso como
un alucinado religioso, tomando por modelo a uno de los reclusos del manicomio de
Toledo (figurara Ap. 2.1). Hizo lo mismo con los otros doce apóstoles.

Figura Apéndice 2.1 Pablo de Tarso, inventor de su cristianismo. Afirmó que todos
somos pecadores, pero eso se borra con la sangre de Jesucristo. Él se
encargó de administrarla y vivó de eso, junto con sus sacerdotes (hombres).
Jesús debía ser un descendiente de David (2 Sam 7: 16) para tener sangre real y
poder ser Rey del cielo. La solución perfecta fue inventar dos genealogías diferentes
(abarcan más de mil años), que los discípulos de Pablo agregaron a los evangelios, con
los relatos -también imaginarios- de la última cena, los diálogos de la crucifixión,
etcétera.
Era el Justo, puesto que le habían sucedido cosas parecidas; su sangre humana
era la de Dios, y su cuerpo humano se había hecho sobrenatural. Según Pablo, Jesús
repartió a sus apóstoles su propia carne y sangre en la última cena (I Cor 11: 23-26); tal
vez ese apóstol asistió a dicho evento en otra de sus alucinaciones.
Utilizando la magia de un paralelismo fantasioso, cualquier sacerdote repite las
supuestas acciones de Jesús en la tierra, y entonces la sangre eterna de Dios desciende
del cielo y queda a disposición de los fieles (Doherty). La muerte de Jesús había sido
planeada y realizada en el cielo desde toda la eternidad, como los profetas de Israel
habían asegurado (Is 7: 11, Miq 5, Jer 33, Zac 9).
Los iniciados de Pablo también podían resucitar y cruzar con enorme
facilidad el puente que va de este mundo al cielo. En particular, el rito del bautismo
los unía con el mundo de arriba y los hacía miembros del cuerpo místico colectivo del
Cristo celestial. Morían a la vida del pecado para renacer libres de culpa, y también
heredaban la promesa de su futura resurrección (Rm 6: 3-7; 1 Cor, 6: 15).
Pablo creía que Jesús volvería muy pronto para el juicio final; tenía mucha
urgencia de convertir al mayor número de personas posible a su secta cristiana. Para
convencerlas, inventó un sistema de salvación-redención mucho más dramático y fácil
que el de los demás cultos míticos conocidos en ese tiempo.
Exaltó los temas de la sangre y el sacrificio; como gran novedad, para perdonar
los pecados (y el pecado original), en lugar de sacrificar un animal, propuso el
sacrificio y la muerte de Jesucristo, el nuevo Dios-crucificado. Esta fantasía
sadomasoquista sigue conmoviendo a los que prefieren el sufrimiento y la muerte
sangrienta, en lugar de la vida (necrofilia, ver Fromm). Pablo dejó constancia escrita
de sus deducciones, tan exaltadas e irracionales al mismo tiempo:
Pues si la sangre de machos cabríos y toros y la ceniza de vaca santifica con
su aspersión a los contaminados (pecadores),… ¡cuánto más la sangre de
Cristo, que por el Espíritu Eterno se ofreció a sí mismo sin tacha a Dios,
purificará… nuestra conciencia... Hb 9: 13-14); ver también (Hb 14).
Otra vez la misma receta primitiva y bárbara de pagar culpas con sangre; pero
ahora es la de Jesucristo, ¡más poderosa que la de cualquier animal! Los sacrificios de
cientos de animales, en el templo de Jerusalén, producían ríos de sangre para honrar a
Iahvé, pero jamás la sangre de una persona humana (Loflin y Vermaseren). Sin embargo,
la presencia divina del templo (Shekinah) era mucho más importante que los
sacrificios.
Además de ser la infeliz víctima -tan neurótica- de su infinita ira, el Dios de
Pablo nunca fue omnipotente, porque tenía que seguir luchando contra el temible
príncipe del imperio del aire, Satanás, con todos sus diablitos (los incrédulos), como lo
hacía el mismo apóstol:
… vuestros delitos y pecados, en los que vivisteis en otro tiempo, según el
proceder de este mundo, según el Príncipe del imperio del Aire, el Espíritu
que ahora actúa en los rebeldes… (Ef 2: 2).
Al apóstol 13 nunca le importó gran cosa el Jesús histórico que murió por
oponerse al comercio (y a los sacrificios) del templo. Para él, fue un aparecido, una
especie de fantasma, parecido a los que deambulan por Comala, sin saber que ya están
muertos, en la famosa novela Pedro Páramo, de Rulfo.
Lo impulsaron las visiones alucinadas y su grandioso ego narcisista: primero
Pablo, luego Pablo y al final Pablo. Las palabras yo, mi y me, aparecen 943 veces en
sus epístolas. Declaró que proponía su evangelio (inventaba su propia secta) en Rm 2:
16; 16: 25 y en 2 Tim 2: 8. Pidió a los cristianos que fueran sus seguidores en I Cor 2:
16; Phil 3: 17, y 2 Tes 3: 7.
En sus epístolas, Pablo repite 100 veces la palabra pecado. Creó la
enfermedad, asegurando que todos somos pecadores (Rm 3: 23, 5: 12-21), y luego
inventó un remedio infalible: la sangre de Jesucristo. Pero eso no funcionaba de manera
automática; él la tenía que recetar, con sus Obispos y sacerdotes; ellos se ganaron la
vida bautizando y perdonando los pecados de sus fieles, como lo han hecho los
eclesiásticos de todos los tiempos.
Para atemorizar y someter a sus conversos, transformó la Gehenna, el basurero
de Jerusalén, en un infierno imaginario, con fuego, diablos y sufrimientos eternos.
Además, se atrevió a decir:
Y si no resucitó Cristo, vuestra fe es vana, estáis todavía en vuestros pecados.
Por tanto, también los que durmieron en Cristo perecieron… ¡somos los más
desgraciados de los hombres! ¡Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos…
(1 Co 15: 17-20).
Jesús no resucitó porque sólo fue un hombre, ni dejó a nadie el poder de
perdonar los pecados después de su muerte. Santiago, hermano de Jesús, jefe
indiscutido de la Iglesia cristiana de Jerusalén, nunca se enteró de que Jesús hubiera
resucitado, ni que le hubiera dejado a nadie (y menos a Pedro) los formidables poderes
de perdonar pecados y conceder –prometer- entradas al paraíso.
Con gran audacia, Pablo se proclamó dueño de la sangre del nuevo Dios-
Jesucristo y se apropió las llaves simbólicas del cielo y del infierno, que antes fueron
del dios Mitra, según ese mito. Alguno de sus discípulos añadió estas frases al
evangelio de Mateo, para apoyar el gran negocio que siguen administrando los Papas:
… tú eres Pedro, y sobre esta Piedra edificaré mi iglesia, y las puertas del
Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los
Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que
desatares en la tierra quedará desatado en el cielo (Mt 16: 18-19).
Nadie puede afirmar, con absoluta certeza, que Pedro estuvo alguna vez en
Roma. Tampoco hay evidencia histórica de que Pedro, o los primeros presbíteros de
Roma, supieran que tenían tales poderes. Los primeros evangelios se empezaron a
difundir alrededor del año 70 (incluyendo los gnósticos y otros apócrifos) Siguió la
época de los grandes maestros (los Padres de la Iglesia).
Según Tertuliano, en 135 DC todos los cristianos eran sacerdotes y
administraban los ritos; no dependían de nadie ni recibían alguna ordenación (Arnold).
Hubo cerca de diez persecuciones en contra los cristianos, algunas de ellas muy
violentas, como las de Nerón, Trajano, Septimio Severo, Decio y Diocleciano.
Fue hasta el año 200 DC cuando se empezó a celebrar la misa como el
sacrificio del cuerpo y la sangre de Cristo, más o menos simbólico. Cada congregación
tenía sus propios sacerdotes y Obispos. Antes del año 220, ningún cristiano le
reconoció al obispo de Roma alguna primacía (autoridad) por encima de las otras
Iglesias (Arnold).
Se multiplicaron las violentas pugnas doctrinarias y la destrucción, mutilación y
alteración de los evangelios y demás manuscritos religiosos. Nunca se pusieron de
acuerdo acerca de quién había sido Jesús y qué había enseñado en realidad; unos y
otros se acusaban de herejías; hubo cristianos que asesinaron a sus oponentes, en
nombre de Cristo, desde luego.
Eliade concluye que la universalización del mensaje cristiano se logró
empleando imágenes mitológicas, mediante un proceso que incorporó la herencia
religiosa que existía antes. El mito inventado por Pablo de Tarso es tan parecido al del
dios Mitra, que los griegos y romanos no tuvieron mucha dificultad para cambiarlo por
el de Jesucristo redentor.

Concilios, Dogmas y Papas


Los emperadores romanos también eran los pontífices máximos que tenían la última
palabra en asuntos de fe y culto religioso; por su parte, que los Papas y los Concilios
estaban sujetos a la censura y aprobación imperial en sus doctrinas y dogmas.
El emperador Graciano renunció a ese título el año 382 DC y dejó que los
Papas se lo apropiaran; desde entonces, ellos se convirtieron en la nueva autoridad
religiosa, aliada con los emperadores en turno. Todo quedó muy bien organizado: uno
de ellos tuvo poder absoluto sobre el reino de la tierra, mientras que el otro negociaba
las entradas al Reino de los Cielos.
Los primeros cuatro Concilios de las Iglesias cristianas (325 a 451 DC)
elevaron a la categoría de dogmas de fe las teorías de Pablo; retomando su misoginia,
los Obispos fabricaron tres dioses masculinos: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo,
reales y distintos, aunque también son uno solo: uno de ellos con cuerpo y otros dos sin
eso.
También por dogma, la madre de Jesús se convirtió en virgen. (Abelard,
Shreck). A pesar de todo, y a diferencia de los míticos dioses griegos, el Dios en el que
creyó Jesucristo ni engendra ni es engendrado; sus aspectos masculinos y femeninos son
sólo simbólicos y metafóricos.
Había sacerdotes y Obispos que eran célibes (como los monjes y las monjas,
mientras que otros estaban casados. Poco a poco se impuso la costumbre de que tenían
que ser célibes. Eso no hizo que fueran castos, porque algunos fingían serlo, pero tenían
vírgenes (supuestas y ocultas) con las que disfrutaban las relaciones sexuales. También
tenían amantes y frecuentaban a las prostitutas (Rudd); sin embargo, otros vivieron de
manera intachable.
Los sínodos de Roma y Cartago (251-252) decretaron que todos los fieles
necesitaban la intercesión de la Iglesia porque nadie puede evitar los pecados (Rom.
12: 16). Empezó la terrible intromisión del clero en la mente de los cristianos; los
creyentes quedaron sujetos a la censura eclesiástica de sus acciones, deseos, y hasta de
sus pensamientos más íntimos.
Los Papas, Obispos y sacerdotes se atribuyeron el poder de perdonar los
pecados; así se convirtieron en una clase dominante, llena de privilegios. Exigieron a
los fieles la décima parte de sus ingresos (los diezmos); las confesiones controlaban
eso y mucho más. A cambio, ofrecieron entradas al paraíso. La Iglesia católica-romana
ya no fue pobre (al menos sus jerarcas no lo fueron), porque tuvo templos y grandes
catedrales, inmensas propiedades y muchos monasterios.
Desde el siglo IV, los jerarcas católicos se asociaron con los gobernantes en
turno para oprimir a los cristianos comunes y corrientes; les repitieron que eran
inferiores y pecadores (laicos y fieles) y les llenaron la cabeza de pecados y culpas
neuróticas absurdas.
Según Fromm, los únicos caminos para alcanzar el perdón de Dios, y el de sus
representantes terrenales, fueron el sufrimiento y la expiación continua. Los sacerdotes,
supuestos padres amorosos, ofrecían el perdón por las culpas que ellos mismos habían
engendrado en los fieles, a cambio de confesión, compra de indulgencias, diezmos y
limosnas.
Los cristianos comunes y corrientes se olvidaron del desarrollo de su propio ser
y del encuentro con Dios en su propio interior, como el mismo Jesús había enseñado.
No generaron pensamientos propios, sino que se dedicaran a auto-torturarse, en lugar
de rebelarse contra las autoridades injustas (Fromm).
Desde 781, los Papas también fueron soberanos temporales, porque el
emperador Carlomagno le cedió algunos territorios a Adriano III. En el siglo XVI, con
Alejandro VI y Julio II, llegaron a la cumbre de su poder como guerreros
conquistadores. En época más reciente (1929, Pío IX) perdieron casi todos sus
dominios y les quedó solamente el pequeño estado del Vaticano.
En 1054, la Iglesia ortodoxa se separó definitivamente de la Iglesia católica
romana. Entre 1095 y 1396 hubo sangrientas guerras entre los cristianos y los
musulmanes (las cruzadas). Para convocar la segunda, Bernardo de Claraval prometió
el perdón de todos los pecados (indulgencia plenaria), junto con el paraíso, al cruzado
que matara a un musulmán.
El primer Concilio de Letrán (1123) bajo el Papa Calixto II, estableció el
celibato (la prohibición de casarse) para los sacerdotes, diáconos, subdiáconos,
monjes y monjas (Abelard, Rudd). Como no podían heredar a sus hijos y familiares, ni
pagaba impuestos, esa Iglesia siguió (y sigue) acumulando enormes propiedades y
riquezas.
Como lo documenta Doyle, ni esa ley, ni los votos de castidad impidieron -a
través de la historia- que algunos Papas, Obispos, sacerdotes, monjes y monjas
tuvieran y tengan amantes y concubinas, o cometieran abusos sexuales contra menores
de edad (pedofilia y efebo-filia), a pesar de que esas conductas son graves sacrilegios,
según el catolicismo.
En 1215, el Concilio de Letrán IV, bajo el Papa Inocencio III proclamó el dogma
de la transubstanciación; por decreto, el pan de la misa se convirtió en el cuerpo de
Cristo y el vino en su sangre. En 1479, para renovar la Basílica de Roma, el Papa Sixto
IV vendió cartas papales (indulgencias) que concedían a los fieles el perdón de sus
pecados y la salida del purgatorio a cambio de dinero.
Martín Lutero (1483-1546) denunció ese abuso, y la Iglesia católica perdió la
mitad de Europa y la parte de América que los protestantes colonizaron años después.
Para él, la Biblia es la única autoridad religiosa infalible; los cristianos bautizados
forman parte de un sacerdocio universal, y la salvación es un regalo que Dios concede
a todos, por el arrepentimiento y la fe en Jesús, el Mesías.
La Inquisición católica inició su trabajo en 1231; con la complicidad de los
gobernantes, y para salvar la pureza de la fe, los inquisidores torturaron y asesinaron a
millares de disidentes en Europa, incluyendo a los caballeros templarios (1312). La
Iglesia católica se adueñó de gran parte de las posesiones de los judíos, herejes,
infieles, hechiceros y supuestas brujas.
En 1480 empezó a operar en España, con el propósito de acabar con los
mahometanos y judíos; los que no se quisieron convertir, en 1492 tuvieron que
abandonarlo todo y salir de ese país. Más tarde, la Inquisición llegó a América; en
México su principal ocupación fue acabar con los hechiceros y los seguidores de los
antiguos dioses. En1542 la Inquisición cambió su nombre por el de Santo Oficio.
En 1493, el Papa Alejandro VI acordó que los españoles podían conquistar las
tierras de América por arriba de las islas de Cabo Verde, mientras que los portugueses
podían hacer lo mismo con las de abajo. Eso, con tal que convirtieran a los indígenas al
catolicismo y que la Iglesia católica recibiera parte del oro y demás riquezas.
El 28 de agosto de 1521 cayó Tenochtitlan, y los soldados de Hernán Cortés
capturaron al emperador Moctezuma. Porque ellos habían ganado la guerra, los
conquistadores españoles confirmaron que su Dios era el único verdadero. En
consecuencia, el Dios indígena, que confundieron con Satanás, debía ser aniquilado,
por lo que se dedicaron a destruir todos los templos, los ídolos y los códices, junto con
los idiomas de los nativos y su cultura e instituciones.
Además, trajeron a la Nueva España la idea cristiana medieval acerca de la
condición femenina: según ellos, las mujeres eran inferiores a los hombres en su ser y
valer (Hierro, Navarro).
Los misioneros españoles de las distintas órdenes religiosas (franciscanos,
dominicos, agustinos, carmelitas y jesuitas) tuvieron a su cargo la evangelización.
Construyeron iglesias y capillas, y fundaron colegios para los hijos de los caciques; los
bautizaron y les enseñaron catecismo, español, música y otras artes. Ellos tenían la
obligación de denunciar a sus padres en caso de que siguieran practicando el culto a los
ídolos (a sus dioses locales).
Los indígenas quedaron sometidos al trabajo duro y les quitaron todas sus
tierras. Las mujeres fueron el botín de los conquistadores. Los advenedizos les decían a
los indígenas que su Dios era el mismísimo Satanás que los había engañado. Sin
embargo, ellos entendieron que el verdadero dios de los españoles era el oro, al que
rendían pleitesía absoluta.
El dios oro había enloquecido a los conquistadores, empujándolos a los peores
crímenes con tal de obtenerlo. Los líderes nativos recomendaron a la gente que
entregaran a los españoles todo el oro que tuvieran, para ver si con eso se aplacaban
(Hierro). Los conquistadores se llevaron el oro a España; a cambio, dejaron las
imágenes ensangrentadas de Jesucristo crucificado por toda América Latina.
Las epidemias de viruela acabaron con la mitad de los aztecas y de otros
pueblos vecinos en 1521. Los rebrotes de viruela, en 1545, 1557 y 1564 redujeron la
población de la nueva España, que tenía entre 15 y 25 millones de personas, a menos de
dos millones.
Las ideas de la salvación y la redención aparecen en una serie de recreaciones
propagandísticas y alegóricas, a través de la pintura, la escultura y el teatro, en las que
no podía faltar el episodio central del arte cristiano contra-reformista: el Cristo
crucificado, con su corona de espinas, lleno de sangre y moretones. Esa fue la imagen
principal del altar mayor en la mayoría de los templos y capillas de evangelización; a
sus lados estaban su madre María y algún santo, de preferencia Santiago o Miguel.
El Concilio de Trento (1545-1563) decretó que había que confesar los pecados
mortales, incluso los pensamientos. La Iglesia romana refrendó así su (supuesto) poder
divino para controlar la mentes de sus fieles, en cuyo interior los ministros siguieron
encontrando (inventando) toda clase de pecados. Se fundaron nuevas órdenes religiosas
dedicadas a la lucha contra los no católicos, es decir, la contra-reforma. Con Isabel I, la
Iglesia anglicana se separó definitivamente de los Papas en 1570.
La revolución francesa (1798) propició la separación entre el Estado y la
Iglesia; también favoreció los avances científicos mediante la famosa Enciclopedia. El
cura Miguel Hidalgo el 16 de septiembre de 1810, utilizó un estandarte con la virgen de
Guadalupe como protectora de la lucha contra el mal gobierno, que años después
culminaría con la independencia de México.
Aunque la Inquisición cerró sus puertas en 1820, debido a las ideas
independentistas, antes tuvo que ver con la degradación (pérdida del sacerdocio) de
Hidalgo y Morelos, héroes que nos dieron Patria, antes de su fusilamiento.
En 1870 el Concilio Vaticano proclamó la infalibilidad del Papa. Por su parte,
Benito Juárez, presidente de México desde 1858 hasta 1872, promulgó las Leyes de
Reforma con el propósito de separar la Iglesia del Estado: en adelante, la Iglesia no
debería tomar parte en los asuntos que corresponden al Estado.
Entre las leyes aprobadas entonces, están la prohibición del cobro de diezmos y
los derechos parroquiales que los sacerdotes exigían de los ricos y los pobres, la
nacionalización de los bienes eclesiásticos (incluyendo los templos con sus imágenes) y
la prohibición de los claustros y conventos; también se decretó la salida de los
religiosos y religiosas que ahí vivían. Desde entonces, en nuestro país hay libertad de
culto, aunque los clérigos no deben meterse en la política.
A partir de los años sesenta del siglo pasado, se popularizó el uso de los
anticonceptivos. La mayoría de las mujeres católicas comprendieron (de manera
intuitiva) que su Dios personal les permitía usarlos, sin problema alguno; las amenazas
de que eran pecadoras y actuaban contra la ley natural no tenían ningún sentido.
Los sacerdotes de mentalidad más abierta opinaron que cada persona podía
actuar según su conciencia. Sin embargo, los Papas en turno y muchos Obispos
insistieron (y lo siguen haciendo) que los métodos de control natal son graves pecados,
igual que el matrimonio entre personas del mismo sexo: se oponen a que esas parejas
adopten niños, etcétera, etcétera.
Los dogmas católicos originaron 17 siglos de miseria sexual y psicológica en el
mundo Occidental. Millones de personas se sintieron pecadoras, sin serlo; otras muchas
eligieron el celibato, en contra de sus impulsos naturales, por temor a las mujeres (o a
los hombres), y también para escapar del infierno.
Varone subraya que el cristianismo dogmático se basa en la culpa y el terror;
supone que la humanidad, corrompida por el pecado original, es una masa de
condenados que debe ser rescatada por el sufrimiento de Jesucristo y por el de cada
uno de los creyentes.
Por su parte, Doyle documenta la historia de los abusos sexuales cometidos por
los clérigos a través de la historia de la Iglesia católica, solapados y negados por los
Obispos y Papas. Por lo que toca al período entre 1950 y 2004, en EE. UU. 4, 500
miembros del clero cometieron graves abusos sexuales contra más de 10, 000 víctimas
conocidas (niños y jóvenes adolescentes).
Va en creciente aumento el número de sacerdotes y monjas católicas que tienen
amantes, porque consideran que el celibato religioso es una utopía sin ningún sentido;
saben muy bien que Jesucristo no tuvo nada que ver con eso, sino los Papas.
Muchas de esas personas, incluyendo las que tuvieron una vida ética e
intachable, dejan el ministerio para encontrar una pareja y amarla. Sin embargo, todos
conocemos muchos casos de sacerdotes pederastas, violadores, alcohólicos,
drogadictos y narcisistas, como Marcial Maciel, fundador de los legionarios de Cristo
y amigo de tantos Papas.
El Papa Juan Pablo II declaró (1996) que la teoría de la evolución (Darwin,
Teilhard) era compatible con la fe católica. Entonces, entre los primeros homínidos:
¿Quién fue Eva y quién Adán? ¿A cuál dios mítico ofendieron y de qué manera? ¿La
sangre de Jesucristo no sirve para nada? ¿Ya se acabó la interpretación literal de la
Biblia?
Aunque el mismo Papa enseñó que el infierno era una experiencia de ausencia
de Dios, Benedicto XVI declaró que es un lugar físico, por lo que las doctrinas del
fuego, los diablos y el azufre seguirán como siempre. Sin embargo, los niños que habían
muerto sin bautismo (y antes estaban en el limbo), ya tenían la oportunidad de irse al
cielo (2005).
Como advierte Dimond, si los infantes pueden llegar al cielo sin el bautismo,
todos los humanos nacemos en estado de gracia. Puesto que el pecado original nunca
existió, el bautismo católico no sirve para nada (ni tampoco la sangre del Cristo
redentor). Concluye que Benedicto XVI es el gran hereje que contradijo al Concilio de
Florencia y acabó con todos los dogmas católicos.
Por fortuna, el pecado original solamente es un mito, y aunque algún mito se
dogmatice, mito se queda. El ingenio popular apunta: “Dogma es el hijo del miedo y la
esperanza, tratando de enseñarle a la ignorancia los alcances de lo desconocido”.
Por su parte, la teología de la liberación, censurada y aplastada por el entonces
cardenal Ratzinger, sostiene que el Jesús histórico fue asesinado porque amenazaba el
orden social establecido. Predicó un Reino de Dios muy concreto, inmerso en la
realidad de un mundo contradictorio e injusto; con su vida se opuso a los poderosos
jerarcas de su tiempo.
Seguirlo hoy, en Iberoamérica, implica el compromiso de mantener encendida la
antorcha del amor y la justicia frente al odio y la opresión. La salvación cristiana no es
posible sin la liberación económica, política, social e ideológica, como signos visibles
de la dignidad del hombre (Gutiérrez y Berryman).

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