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MODELO DE CARACTERISTICAS
JUEZ
DERECHO Adopta la forma de ley
JUPITERINO Se expresa en el imperativo
Intenta inscribirse en tablas de la ley o códigos y constituciones modernas.
De ese foco supremo de juridicidad emana el resto del derecho en forma de
decisiones particulares.
Está marcado por lo sagrado y la trascendencia
El modelo de la pirámide traduce las exigencias del Estado liberal o Estado
de Derecho del siglo XIX
Nuestra actualidad jurídica se caracteriza por una combinación de las dos racionalidades
jurídicas (derecho de Hercules y derecho jupiterino).
Del derecho Jupiterino habriamos heredado, junto a los códigos y las constituciones, los
principios y los conceptos que estructuran nuestra disciplina.
El derecho Herculeano nos proporiciona a los jueces que parecen ejercer el monopolio de la
jurisdictio.
Estos dos modelos han entrado en crisis ya que solo ofrecen representaciones empobrecidas
de la situaciones que pretendían describir en su época. Nos encontramos entonces bajo la
configuración de un nuevo modelo: el Modelo bajo los rasgos de Hermes, el mensajero de
los dioses.
Es la versión latina de Zeus, dios principal de los griegos. Era el dios del cielo, de
la luz divina, de los rayos, de allí que el Derecho Jupiterino, omnipotente del
Estado de Derecho, está siempre manifestado desde arriba, impone y prohíbe
desde las Constituciones y los Códigos. De ese foco proviene el Derecho. Se lo
simboliza con una pirámide, monumento que al contemplarlo, al igual que ocurre
con la montaña, lleva la mirada hacia arriba, hacia lo transcendente y sagrado.[5]
El Juez del Derecho jupeterino es siempre vertical y desde arriba según Ost,
desde algún monte Sinaí, que adopta la forma de ley, son las modernas tablas de
la ley en forma de códigos y Constituciones, de la que emanan las decisiones
particulares y que eleva la visión hacia arriba a ese monumento del que irradia la
justicia en forma casi sagrada, muy típicos del Estado de Derecho o Estado liberal
del siglo XIX.[7]
Trata del héroe de la mitología griega, hijo de Zeus y de una mujer, lo que lo
convierte en semi-dios, famoso por sus “trabajos”, que constituyen verdaderas
hazañas. La apelación a quien es mitad hombre, es un símbolo de un Derecho
que nos trae a la tierra, a través de una pirámide invertida o un embudo.
individuo sino los que surgen en relación a sus actividades profesionales y a sus
necesidades económicas. Adviene el Estado de Bienestar o Estado Social de
Derecho, un Estado en total descrédito en el siglo XXI.[13]
La figura de Hércules como la de Prometeo, como bien dice Ost, es trágica, no por
casualidad Hércules libera a Prometeo del peñón caucásico donde había sido
encadenado por robar el fuego de los dioses. Por su parte Hércules había sido
castigado con la maldición de Hera por el infanticidio que ella le había incitado a
cometer, su incansable actividad con sus famosos trabajos le hacen liberarse de
esa maldición. Ost se pregunta qué falta, qué busca expiar el juez
asistencial herculeano siglo XX, la inclemencia liberalista o quizá la miopía
legalista decimonónica. Buscará quizá evitar la quiebra de empresas, el
reconocimiento del niño por su padre natural, la interrupción de un embarazo por
la angustia de la madre o imponer moratorias a las empresas que amenazan el
equilibrio ecológico. El Hércules está presente en todo, no se refugia en la sombra
del código como su antecedente Jupiter, se manifiesta por todo, se atribuye
competencias, con un nuevo realismo se coloca en el centro de las decisiones
judiciales, el embudo es expresado en que no es ya tan importante el código como
la decisión particular, el Hércules, la materialidad de la decisión, el juez da
consistencia a las reglas generales y normativas, la Real Rule estadounidense
aparece claramente exteriorizada, parece suficiente el punto de vista, el hecho del
Juez, la regla solo parece una justificación de la decisión de la autoridad
competente.
En el derecho jupertino para una norma es suficiente haber sido dictada por la
autoridad competente. Todo se somete a una voluntad inicial, oculta en el vértice
de la pirámide normativa, tras la ficción de una autoridad imaginaria.
El tercer corolario del código era una racionalidad deductiva y lineal aplicada al
hecho, el dossier en cambio es inductivo y se pretende a la inversa.
CONCLUSIONES