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Pontificia Universidad Javeriana

Facultad de filosofía
Historia de la educación
Exposición presentada por Viviana Brito
5 de febrero de 2013
La cultura griega considerada como paideia

Introducción

Las civilizaciones han comprendido que educar al hombre es alcanzar cierta gradualidad de desarrollo,
por eso la inclinación a la intensidad participativa educativa, por ser el principio mediante el cual se
conserva y transmite la lectura del contexto, la lectura del mundo, la socialización de la individualidad y
la peculiaridad de una sociedad.

La educación tiene una influencia directa en la supervivencia, el crecimiento y el desarrollo de la


comunidad, determina el futuro, la estructura y destino de las condensaciones sociales, así mismo, define
a estas.

Mediante el carácter colectivo de la educación, la sociedad influye sobre cada uno de sus miembros,
sembrando valores, técnicas, costumbres, carácter moral, condiciones físicas y espirituales para la
postergación y extensión a las generaciones próximas de su cultura.

La importancia universal de los griegos, a manera de educadores, deriva de su posicionamiento del


individuo en la sociedad, es difícil señalar en qué momento el se volvió tan importante para ellos
trabajar este problema, pero hoy sabemos que este cuestionamiento filosófico hace parte de la
personalidad del continente europeo. Precisamente por ese cultivo del ser, se alcanza cierta conciencia
de sí mismo, para llegar al camino donde se descubren las leyes objetivas del conocimiento que otorga el
uso intensivo del pensamiento.

La libertad que tenían les hizo posible el desarrollo de un arte exquisito en la que se representaba al
cuerpo humano con movimientos individuales, con unas estructuras intuitivas que cuidaban la
proporción equilibrada, espontánea y natural de una silueta hermosa.

Educación y participación

La actitud griega de dar sentido a un organismo desde una perspectiva compleja y madura, les concede
un carácter de pueblo libre y autónomo que se vio reflejado en cada una de sus actividades, el hecho de
que hubieran pensado en un ideal de formación humana les permitió asumir una posición radical frente a
su destino que después repercutiría en toda la historia de Occidente.

Este era un pueblo consciente de su quehacer, de su libertad cívica, política, educativa y cultural,
precisamente por eso era necesario mantener estos parámetros y es ahí donde la educación juega el papel
principal, pues sería la encargada de transmitir las condiciones físicas y espirituales para seguir forjando
un tipo específico de hombre que represente los valores, el esfuerzo y el conocimiento de sí. Leer el
contexto en el que se está, vivir bellamente, ser un hombre cívico y racional eran algunos componentes
de la integralidad antigua, ya a manera de paidós el mundo griego es un despliegue de posibilidades en
el arte, la filosofía, el lenguaje, el estudio de la historia, la ciencia, religiosidad, educación, etc.

Humanismo y civismo

Uno de los principales elementos que hicieron posible el florecimiento cultural fue el humanismo, darle
prioridad al ser humano en el arte, la filosofía y sociedad, precisamente de esta era de donde venía su
fuerza, el hombre político es la conexión entre la autonomía individual creadora y la vida en la
comunidad. De hecho, la palabra, signo de la educación y la intensidad del pensamiento, hizo a los
filósofos, oradores, poetas y músicos, verdaderos hombres representantes de la paideia, el sonido y la
armonía hicieron una verdadera transformación en el lenguaje, que luego se vería reflejada en la
creación de la lógica.

A pesar de que Grecia era una sociedad esclavista, tenían un pensamiento pluralista, un sistema de
gobierno democrático, aunque no exactamente como entendemos este término hoy día; tampoco
intentaré explicar qué es democracia por su larga historia y la dificultad que tiene definirla. Y aunque
tenían libertades, obviamente también existían los límites; se tenían distintas inclinaciones políticas,
existían los oradores, los filósofos, los sofistas, los sabios y también se podía pensar como Heráclito, a
quien apodaron, el Oscuro y decían que era apolítico, todo esto, sin que a uno le pasara nada. Aunque sí
hubo algunos que fueron demasiado lejos, como Sócrates o Anaxágoras, a quien les tocó un destino
diferente, el primero fue obligado a beber cicuta y el segundo fue expulsado por decir que el sol era
solamente una roca ardiente, y aunque para alguien de nuestro siglo, parezca menos grave la expulsión,
para un ateniense era la peor humillación, si no se estaba en la polis la vida perdía mucho sentido. Pero a
nosotros nos queda un poco complicado entender, la totalidad del sentimiento político de los atenienses,
para ellos la democracia y las leyes era tan importantes, que hacían parte de su identidad, incluso más
que la familia misma, estaba en lo más hondo de su ser.

Ahora bien, aunque es el pueblo filosófico y autónomo por excelencia, su intuición y admiración en el
arte debía verse reflejada en un problema fundamental, ¿cómo hacer para conseguir un hombre integral
y humanista, cómo “moldearlo” en la virtud sin suprimir su esencia y que al mismo tiempo sea el ser
racional, político y social que la sociedad necesita que sea?, cabe mencionar que el término paideia no
tiene una traducción directa al español y que las palabras que podrían relacionársele vienen viciadas de
las traducciones, ideales humanistas modernos, en fin. Aunque se usan mucho las palabras cultura,
educación, formación o tradición, lo que contiene esta palabra es la obra de todo un pueblo, lo que
quería ser, una expresión que más que una respuesta ilustrativa por el sentido de Grecia, nos deja como
una inquietud ante la memoria viva de una civilización que preguntó por algo y se enfrentó al horizonte
de la existencia.

Lo interesante de la paideia era que se iba construyendo poco a poco y cada saber le aportaba algo, para
los helénicos su preocupación fundamental era vivir dignamente, aunque los sofistas, músicos,
profesores de gimnasia, o sabios, descargaban conocimientos a la vida comunitaria, dándole múltiples
significados a la esencia del hombre, no es menos valioso el pintor o escultor que literalmente dan forma
a un ser excelente, o tal vez el filósofo que inaugura nuevos senderos en el pensamiento y problematiza
todo, el hombre se había convertido en una pregunta para sí mismo.

El concepto de areté que es usado por Homero para recalcar la excelencia humana, como una fuerza,
una capacidad para valorar al hombre pos sus aptitudes, como la de ser un héroe, o tal vez que es
destacado en medicina, física, astronomía, etc. El punto está en desplegar todas sus posibilidades físicas,
cognitivas y espirituales que podía desarrollarse en un sistema como la democracia, que le hacía bien al
pueblo y la amaban, pero al mismo tiempo era inquietante, no era un deseo fácil de mantener porque los
obligaba a pensar por sí mismos, les hacía vivir conflictos, contradicciones, tenían que escoger cómo
vivir; la democracia es la superación del pensamiento humano.

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