Sei sulla pagina 1di 3

La falibilidad del método científico.

Lucía Mendivil Contreras.


Este ensayo está basado en el libro de Mario Bunge, La investigación
científica, en el cual nos habla de la existencia del método científico como
un rasgo de la ciencia, y cómo este actúa como una herramienta de
demarcación entre lo que es ciencia y lo que no lo es. Pero en verdad se
puede confiar ciegamente en un método ¿Existe la falibilidad del método
científico?
La palabra falibilidad, remite según K. Popper al grado de falsedad de algún
experimento que puede llegar a ser verificada por medio de la refutación
de la hipótesis, pero para ello se necesita remitirse a pruebas
experimentales. Por ello en este trabajo trataremos de explicar los
conceptos y fundamentos que Bunge nos da sobre el método científico.

El método científico:
Empezaremos hablando del concepto de la palabra método,
del lat. Methŏdus, que significa “el camino a seguir”.
Procedimiento que se sigue en las ciencias para hallar la verdad y
enseñarla, Real Academia Española. (2001). Diccionario de la lengua
española (22.aed.). Consultado en http://www.rae.es/rae.html.
Un método es un procedimiento para tratar un conjunto de problemas.
(Bunge,2004). Tratamos de explicar los problemas de la vida mediante la
ciencia, o tal vez mera intuición, pero he aquí es donde se hace una de las
más grandes distinciones sobre lo que es y no es ciencia ya que se utiliza
una serie de herramientas que nos ayudara a darle a solución. El primer
paso es definir el problema y encontrar una sintaxis adecuada, ya que asi se
evitan las ambigüedades, luego se darán una serie de suposiciones las
cuales tendrán que ser contrastadas con experimentos observables para
determinar si son verdaderas o no.

Una investigación científica viene de la mano con el método científico y los


pasos a seguir son los siguientes según lo explica, Bunge (1967):
1. Enunciar preguntas bien formuladas y verosímilmente
fecundas.
2. Arbitrar conjeturas, fundadas y contrastables con la
experiencia, para contestar a las preguntas.
3. Derivar consecuencias lógicas de tas conjeturas.
4. Arbitrar técnicas para someter las conjeturas a
contrastación.
5. Someter a su vez a contrastación esas técnicas para
comprobar su relevancia y la fe que merecen.
6. Llevar a cabo la contrastación e interpretar sus resultados.
7. Estimar la pretensión de verdad de las conjeturas y la
fidelidad de las técnicas.
8. Determinar los dominios en los cuales valen las conjeturas y
las técnicas, y formular los nuevos problemas originados por la
investigación.

Estos serían los pasos para una investigación científica, pero hay un
programa que tiene que seguir, para que se pueda llamar una verdadera
investigación y este se conforma por un núcleo básico, también llamado
hardcore, un cinturón protector de hipótesis y la maquinaria heurística, esta
última hace referencia a la ayuda de técnicas matemáticas para explicar las
anomalías.1
Y justamente es en esta estructura donde la falibilidad viene a tema, ya que
una investigación científica, en vez de tratar de englobar y resolver todas
las anomalías posibles con la teoría propuesta, debería ser mas bien falsable
,“Una teoría es «científica» si uno está dispuesto a especificar de antemano
un experimento (u observación) crucial que se puede someter a falsación,
y es seudociencia si uno se niega a especificar tal ‘falsador potencial’ pero
si es así no estamos demarcando las teorías científicas respecto de las
seudocientíficas sino más bien el método científico del no científico”.
Piscoya (2009).
El método científico debe ser falible ya que podrá perfeccionar su teoría, es
decir será reemplazada por nuevas teorías que, a la vez, son falibles. Podría
hablarse de un círculo de la falibilidad, ya que una teoría nace con supuestos
sujetos a un contexto, social, económico y cultural, y al pasar de los años
estos contextos cambian y las teorías devienen, como por ejemplo la teoría

1
Tomado del libro de Luis Piscoya Hermoza, El campo de la Epistemología (2009)
geocentrista de Ptolomeo, que hasta esa época se creía la única posible
respaldada por los edictos de la Iglesia, hasta que en el siglo XVI, Copérnico,
con la publicación de su libro Revolutionibus Orbium Coelestium, reformula
le teoría heliocentrista. Estás dos teorías tenían un método científico que al
comprobarse matemáticamente arrojaban un resultado correcto, entonces
esto conlleva a la conclusión de que no basta que una teoría tengas
resultados correctos contrastados matemáticamente, es necesario que no
se considere una teoría totalmente verdadera ya que si no, s

Potrebbero piacerti anche