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BOLIVIA UN PAIS

MARAVILLOSO
La aventura comenzó a las 5.30 am, cuando nos pusimos las mochilas al hombro
y subimos al autobús internacional que nos llevó desde Posadas (Misiones) a
Encarnación (Paraguay). Un horario encantado por la magia del tiempo, porque
también a las 5.30 am (horario paraguayo) tomamos el autobús en la terminal
encarnacena rumbo a Asunción.

Desde nuestro arribo a la gran capital de Paraguay hasta la hora de la salida (20
horas) del bus internacional que nos llevaría a Santa Cruz de la Sierra
aprovechamos para pasear por las pintorescas calles de Asunción. Un recorrido
por el casco histórico que rodea la plaza y sus alrededores, el Panteón de los
Héroes, el Palacio de Gobierno, la Catedral, el Ministerio de Hacienda, etc., hizo
trascurrir nuestro efímero paso por ese país.

Al tomar el autobús comenzó la aventura. Era un pequeño colectivo, algo viejo


para tan largo viaje, sus asientos lejos estaban de ser semicama como había
prometido aquel hombre que nos persiguió por toda la terminal tratando de
vendernos el pasaje. Cosa que resultó como consecuencia de otras ilusorias
promesas de aire acondicionado y 20 horas de viaje. Nos sobrepusimos al enojo
inicial con la cena, que era la bienvenida a un eterno viaje por el chaco
paraguayo. La noche nos durmió acurrucados en asientos pequeños para
despertarnos de un sacudón a las 3.30 de la madrugada. “Migración!” Podrían
gritar el chofer al encender las luces del autobús para que empecemos a
bajar. Mariscal Estigarribia es un pequeño pueblo desolado en medio del desierto
del chaco paraguayo, pero eso no sabría hasta el viaje de vuelta que tuvimos que
hacer ese recorrido bajo el calor del sol del mediodía. Un sol que sumado al
polvo de las rutas sin asfaltos hicieron que ese viaje de retorno sea más eterno
que el anterior. En ese lugar entregamos el papel que certificaba la entrada al
país. Sin embargo transcurrieron más de seis horas hasta que llegamos a la
frontera boliviana para hacer la entrada al país. El eterno trayecto de rutas
asfaltadas por tramos y arbolitos grises -como único paisaje infinito- desde
Mariscal Estigarribia hasta Bolivia solamente se vio perturbado por los
innumerables controles militares. Sin embargo transcurrieron más de seis horas
hasta que llegamos a la frontera boliviana para hacer la entrada al país. El eterno
trayecto de rutas asfaltadas por tramos y arbolitos grises -como único paisaje
infinito- desde Mariscal Estigarribia hasta Bolivia solamente se vio perturbado por
los innumerables controles militares. Sin embargo transcurrieron más de seis
horas hasta que llegamos a la frontera boliviana para hacer la entrada al país. El
eterno trayecto de rutas asfaltadas por tramos y arbolitos grises -como único
paisaje infinito- desde Mariscal Estigarribia hasta Bolivia solamente se vio
perturbado por los innumerables controles militares.

Bajo la soñolencia que provoca un viaje nocturno, jamás hubiéramos imaginado


que al regresar diez días después, esos mismos controles más estrictos,
demorando aún más el caluroso viaje que vende la aventura rompiéndose el
autobús en el medio de la nada. En esa segunda experiencia atravesando la
inmensa llanura paraguaya, nos harían bajar del autobús con todos nuestros
equipos para controlar uno a uno, y controlar el ingreso de sustancias ilegales en
el país. Pero eso es lo único que viviríamos y habiéramos sobrevivido en todo
tipo de viajes en autobús a lo largo y ancho de Bolivia, nada que con el buen
tereré frío que nos invitó una doña no se aliviase.

Hacia las 20 horas -24 horas desde la partida- llegamos a la tan anhelada Santa
Cruz de la Sierra. Nos encontramos de noche en una ciudad desconocida. Nos
alojamos por 40 bolivianos cada uno en uno de los tantos residenciales que hay
frente a la terminal de autobuses. Menos mal tuvieron la precaución de preguntar
si tenían agua caliente. Ya que no todos los lugares tienen, y no habían sido de
lo más agradable bañarse con la helada agua boliviana un sábado 30 de
julio. Era una amplia habitación con baño privado y TV con cable muy
comparable con un buen hotel.

Con la cena no tuvimos opción. O era pollo ... o pollo. Pollo asado llame al pollo
frito, con una porción de papas fritas y arroz. Tantos lugares de pollos heno
asado en Santa Cruz como hamburgueserías y pancherías en Posadas. Ya
habíamos pasado por el mismo menú en la cena y el almuerzo del autobús. De
todas maneras, yo estaba encantada: me encanta el pollo.
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Santa Cruz de la Sierra ... ciudad de anillos
Amanecimos un domingo temprano asignaron a conocer la inmensa ciudad de
Santa Cruz de la Sierra. Temprano partimos con un gran mapa en mano hacia el
centro. Nos tomamos un bus urbano ... ¿Cuánto podríamos perdernos con
semejante mapa ?.
La plaza central nos sorprendió con la ausencia total de personas, una hora
después descubrimos que la ciudad se despierta los domingos a las 10 de la
mañana.

Conocimos la Catedral, Basílica Menor de San Lorenzo cuando se preparaba


para la misa dominical. Luminosa e imponente alojaba los fieles que iban
llegando, cuando nos detuvimos a observarla. La Plaza 24 de Septiembre this
Rodeada por la Mayoría de los Edificios historicos y Gubernamentales de la
Ciudad, Entre Ellos la Casa de Gobierno, La Alaldía, La Casa de la Cultura, Los
Consulados, La Brigada Parlamentaria cruceña, etc.
A esa hora FUE imposible encontrar un lugar abierto para desayunar. Con Cada
rugido de Nuestros estómagos Más nos desilusionábamos por ningún ONU
Hallar cafetería. 'Hagamos tiempo caminando y grabando los parques hasta que
abran los negocios', y al mirar el mapa decidimos caminar hasta el Parque
Arenales.

Solitarias Las Aguas bailában Aquella mañana en La Gran laguna del


parque. Fue difícil hallar una entrada, ya que toda la cuadra está cercada. Pero
una vez dentro del parque pudimos sacarnos fotos, mientras que el clima lluvioso
nos obliga a apurar el paso.
Entonces vimos una calle que minada de carpas, stands y colores sobresalía por
la cantidad de gente en una ciudad que parecía haber trasnochado. Ya un poco
más animado por haber descubierto dónde se encuentraban los escondidos
cruceños caminamos por la calle que nos llevaría al mercado central de Los
Pozos.

Entrar allí para mi fue como cruzar un portal encantado. Grandes puestos de
frutas y verduras, nuestros colores y aromas minaban los angostos pasillos que
llevaban a la zona de legumbres, especies, arroz, fideo, innumerables cosas,
todas en bolsas (de 10 kilos supongo) para ser vendidos a precios muy
bajos. Para felicidad nuestra hallamos un lugar sensacional para
desayunar. Junto a un gran tasón de té probé por primera vez en mi vida aquel
pan boliviano. Hay de dos clases, con forma de miñón y redondos ... una delicia
esos paneles!

Para rematar mi asombro, caimos en el área del comedor. Un puesto al lado del
otro, cada uno con una suerte de mesa y taburetes para los comensales. Las
cocineras y cocineros desde las 06 a.m. elaborando las delicias Que Se exibían
En Las vitrinas de los puestitos. Las mujeres gritando e invitando a todo aquel
que se atrevía a pasar por allí a probar sus platos. ¡Piqué, piqué,
piquéeeeee! Locro, Fricasé, cerdo horneado ... Piqué !!!'. La Mayoría de los AEE
comidas no tenia idea desde el lugar de Eran. Eran las 10 am y Los feriantes, La
Gente que pasaba Por Ahí, Los Que habian ido a comprar ... Sentados todos ...
¿Almorzando ?. Como Nosotros teniamos Que Abandonar el Residencial Al
Mediodía ... decidimos sentarnos en una esquina de Uno de Tantos ESOs
Puestos, rodeados por el olor anfinidades de comidas mezlados Entre sí.

Volvimos en un autobús urbano hasta el residencial Darinés que está ubicado


frente a la Terminal Bimodal. Recogimos Nuestras mochilas y nos dispusimos A
Esperar - sentaditos en uno de los bancos de la terminal de - Que llegasen las 16
horas para partir a Sucre.
Todos los autobuses con destino a Sucre partían a la misma hora. Y pude notar
que así sucede con todos los destinos (La Paz, Cochabamba, Copacabana,
etc.). Los Vendedores te invaden con Empresa El Sonido de Sus gritos Tratando
de vender el billete para su.
Realmente no imaginaba que este viaje sería tan largo. LLegamos a las 7 am del
lunes a Sucre. Los caminos Recorridos en la noche me parecieron muy
adrenalínicos Como Peligrosos. Infinitas curvas por las montañas, bordeados por
acantilados y ríos que diminutos corría allá abajo ....

El autobús se detuvo en un pueblito llamado Mairana (que no apareció en mi


mapa) para que bajemos a cenar. Eran VARIOS autobuses, Con Todos SUS
Pasajeros párrafo Un Solo Puesto de Comidas Rápidas. Nosotros ni nos
molestamos en hacer la cola para cenar, ya que habíamos compilado antes de
salir de las cuñas (almidón), unas humitas y una empanada salteña de pollo
(porque no sabíamos si llegamos a cenar o no ... )

Fue una noche de difícil sueño. Las butacas del autobús no Eran Lo Más
Cómodo, y Las innumerables cruvas hacian Que Nos tamboliemos Por los Lados
... Pero El viaje Apenas empezaba ... y yo Moría de la emoción!

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