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RELIGIÓN

La ética sexual de la Iglesia

Genealogía histórica,
observaciones críticas
y nuevos desarrollos
La escasa recepción hacia las normas sobre moral sexual
que promueve la Iglesia no se debe a la ocurrencia de
múltiples casos de abuso, pero la actual crisis es una
ocasión para la necesaria revisión de esa doctrina.
Un examen de esa moral puede llevarse a cabo ahora
sin una ruptura completa con las convicciones básicas
anteriores de la doctrina sexual tradicional.

Eberhard Schockenhoff* | Teólogo


Traductor: Carlos Schickendantz

o hay una conexión directa entre el escándalo de los La crisis actual representa una ocasión para reflexionar con
abusos que está sacudiendo a la Iglesia católica en urgencia sobre las razones que hacen imperativa una revisión
todo el mundo y la pérdida de validez de las ense- de las declaraciones de la doctrina sobre moral sexual. La razón
ñanzas eclesiásticas sobre la sexualidad humana. Sin esencial de que, mucho antes de que se conocieran los escán-
embargo, es muy cierto que el hecho y la magnitud del abuso dalos de los abusos, los planteamientos de la Iglesia en esta
sexual a menores y personas dependientes de ambos sexos por materia hayan perdido plausibilidad radica en el hecho de que
parte de clérigos es un escándalo vergonzoso que cuestiona ma- sus postulados normativos ya no tienen respaldo alguno en los
sivamente la credibilidad de la Iglesia y sus enseñanzas. conocimientos de diversas ciencias humanas sobre las dimen-
En primer lugar, el hecho del abuso demuestra que muchos siones de sentido de la sexualidad humana.
de los representantes oficiales de esa institución no siguieron las Además, el Magisterio de la Iglesia no logra dejar claro a nivel
pautas de la moral sexual que defendían y, a menudo, exigían a moral y normativo por qué las enseñanzas singulares sobre la
los fieles. Este desconocimiento de las normas éticas sexuales sexualidad prematrimonial y del mismo sexo, así como sobre
por parte de representantes de la Iglesia, en quienes sus víctimas la concepción artificial y sobre la sexualidad de las personas no
habían depositado un alto grado de confianza, también es cla- casadas, no pueden asumirse como un desarrollo significativo del
ramente contradictorio con importantes declaraciones básicas principio básico del recto amor propio y del amor al prójimo. En el
de la ética cristiana.
Lo ocurrido exige que quienes trabajan en nombre de la Iglesia *
Conferencia del Prof. Dr. Eberhard Schockenhoff (Friburgo) a la Asamblea General de
se dediquen de manera especial a la protección de los más débi- Primavera de la Conferencia Episcopal Alemana, 13 de marzo de 2019 en Lingen, Alemania.
https://www.dbk.de/presse/aktuelles/meldung/studientag-zum-thema-die-
les y orienten su labor pedagógica hacia el respeto de la dignidad, frage-nach-der-zaesur-zu-uebergreifenden-fragen-die-sich-gegenwaertig-stel/
la libertad y la autodeterminación de quienes les son confiados. detail/

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caso de la doctrina sobre la evolución humana —el evolucionis- consecuencia vergonzosa del pecado original, que le recordaba
mo—, la Iglesia ha encontrado ahora una manera de interpretar constantemente la mancha que, desde el pecado de la primera
el mensaje central de la fe en la creación sin contradecir el cono- pareja humana, ha basado su interpretación del peccatum origi-
cimiento seguro de la biología sobre el origen de las especies y la nale transmitido a toda la raza humana. Con el supuesto de que
aparición del ser humano. Al contrario, en el caso de la sexualidad la corrupción de la naturaleza humana debida al pecado original
humana, aún no ha logrado una apropiación constructiva de los se transmite a la descendencia mediante la procreación carnal,
conocimientos provenientes de las ciencias humanas. Agustín crea una imagen tóxica de la sexualidad. Con esta con-
cepción también se asocian inconsistencias y contradicciones
GENEALOGÍA HISTÓRICA DE LA DOCTRINA SEXUAL en su pensamiento. Porque, ¿cómo pueden los padres, que han
DE LA IGLESIA sido lavados de la mancha del pecado original por el bautismo,
transmitirla a sus descendientes en el acto de la procreación?
El magisterio eclesial todavía pretende establecer una relación Aun con la doctrina de los llamados «bienes del matrimonio»,
vinculante entre la revelación divina y las declaraciones cen- Agustín no logra corregir de manera sostenible la visión teológica
trales de la enseñanza sexual tradicional. El papa Juan Pablo II pesimista de la sexualidad, deudora de su teología del pecado
señaló en un encuentro de teólogos morales en Roma en 1988 original. Los bienes de la prole, de la fidelidad y del sacramento
que la doctrina sexual de la Iglesia «no es una doctrina inventada no pueden sanar y santificar internamente la maldad del placer
por el hombre: está más bien inscrita por la mano creadora de sexual. Solo representan valores compensatorios externos que
Dios en la naturaleza de la persona humana, reafirmada en la justifican su uso en el matrimonio y liberan de la culpa grave.
Revelación» (discurso del 12 de noviembre de 1988). Esta es Incluso esta tolerancia limitada a la sexualidad que se circuns-
una afirmación que elimina de raíz toda base para una posible cribe al espacio matrimonial sigue estando sujeta a la condición
crítica a las declaraciones individuales de esta doctrina. Debido de que la intención del amante no afirme el placer como tal, sino
a su concentración en el aspecto doctrinal de la revelación y su que esté orientada hacia el logro de los propósitos procreati-
transmisión en juicios individuales con oraciones de carácter vos del matrimonio. La voluntad, según el extraño supuesto de
normativo, esta afirmación también revela una comprensión teo- Agustín, asume el mal del placer para el único propósito por el
lógicamente cuestionable de la revelación, que se encuentra en cual el Creador ha creado el matrimonio: para la generación de
una clara tensión con el concepto de auto-comunicación de Dios descendientes y para evitar la fornicación. Solo de esta manera
y con la actual teología de la revelación. restringida es posible tolerar el placer sexual.
Sobre todo, tal estrategia de inmunización impide que la La objeción obvia acerca de que estas conexiones histórico-
Iglesia admita la dependencia que existe entre sus enseñanzas teológicas han sido ya reconocidas desde hace mucho tiempo
sexuales y desarrollos históricamente erróneos. Para compren- por la investigación, y corregidas como unilaterales, pierde de
der la pérdida de validez de la doctrina sexual de la Iglesia no vista un punto decisivo. Lo pierde, porque en sus declaraciones
es suficiente quejarse de su carácter extemporáneo y de su doctrinales sobre la sexualidad prematrimonial y extramatrimo-
distancia insuperable con el estilo de vida de la modernidad. nial —así como en el caso de la sexualidad entre personas del
Más bien, desde una perspectiva genealógica, es necesario re- mismo sexo— siguen siendo efectivas la evaluación negativa del
construir históricamente las razones de esta pérdida de signifi- placer sexual y la incapacidad de apreciarlo positivamente como
cado. San Agustín ejerció un influjo duradero en el tiempo, que una fuente de alegría humana de la existencia personal y por la
caracterizó la moral sexual de la Iglesia mediante una actitud vida. En sus juicios normativos singulares sobre determinados
extremadamente ambivalente hacia la sexualidad. Por un lado, actos sexuales, el Magisterio de la Iglesia aún no ha salido de la
en sus «Confesiones», informa de manera imparcial sobre su sombra de Agustín, a pesar de que el Concilio Vaticano II con-
experiencia sexual cuando era adolescente y los años en que cretó un cambio fundamental de paradigma teológico en orden
vivió junto con una concubina, antes de su conversión. Al mismo a una comprensión holístico-personal del matrimonio.
tiempo, no teme explicitar sin rodeos las implicancias corporales Incluso la teología del cuerpo, que el papa Juan Pablo II en-
del deseo sexual. El historiador Kurt Flasch, incluso, le atribuye tendió como una profundización personalista de la enseñanza
a Agustín el mérito de ser el primer autor moderno en haber sexual oficial de la Iglesia, no puede superar su aporía. Sin duda,
hecho de la sexualidad un asunto literario. esa perspectiva proveniente de una antropología personalista
Por otro lado, Agustín oscureció la visión cristiana del eros reconoce que el ser humano es un ser sexuado debido a su cor-
durante mucho tiempo. Después de su conversión, ya no ex- poreidad. Esto representa, además, un avance significativo sobre
perimentó su sexualidad como la fuente clara de la afirmación la visión teológica del pecado original de Agustín. Sin embargo,
de la vida y del amor por la vida, como lo había sentido en su en la teología del cuerpo y en la antropología personalista, que
juventud. La experimentó, más bien, como una profunda humi- sustenta la doctrina sexual de la Iglesia, sigue siendo dominante
llación, puesto que sentía que su cuerpo estaba controlado por la advertencia de que los esposos no deben abusar de sí mismos
un poder que se oponía a su voluntad. Interpretó esta pérdida de como objetos de su deseo sexual. Por cierto, existe el peligro de
control como una rebelión de la carne contra la razón, como una una fijación auto-referencial en el placer propio, incluso dentro

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©Handout VATICAN MEDIA / AFP
del matrimonio. Pero la parcialidad con
• documento anterior, Amoris laetitia reco-
la que Juan Pablo II repetía regularmente Un punto luminoso en medio de noce la dimensión erótica del amor como
estas advertencias revela el hecho de que un enriquecimiento con sentido propio
la teología del cuerpo no puede reconocer
esta visión doctrinal defensiva, y como expresión de la vida compartida
el deseo sexual y el carácter instintivo del desconfiada y restringida de de los esposos; también aprecia positiva-
eros como una expresión incondicional- mente la naturaleza instintiva del deseo
mente positiva de la corporalidad humana
la sexualidad es la exhortación sexual como fuente de alegría existencial.
y del placer por la vida. apostólica postsinodal del papa Todo esto, como teólogo moral que quiere
Un punto luminoso en medio de esta poner su trabajo al servicio de una reno-
visión doctrinal defensiva, desconfiada y
Francisco Amoris laetitia, vación de la Iglesia y una proclamación
restringida de la sexualidad es la exhor- que ya en su título reconoce la creíble del Evangelio, solo puedo apre-
tación apostólica postsinodal del papa ciarlo con alegría y gratitud. Pero es solo
Francisco Amoris laetitia, que ya en su
alegría lúdica asociada con la el principio. Una golondrina no hace la pri-
título reconoce la alegría lúdica asocia- experiencia sexual. mavera. El trabajo de revisión de contenido
da con la experiencia sexual. Sin duda, el sobre la construcción de la moral sexual
actual pontífice también advierte de una
• de la Iglesia debe llevarse a cabo de modo
«mentalidad venenosa» (AL 153) de usar que la esperada primavera pueda llegar
y botar, que utiliza los cuerpos sexuados de verdad. En lo que sigue, se explicitan
como objetos que uno desdeña cuando reflexiones, a modo de indicaciones, sobre
pierden su atractivo. Como ningún otro la dirección que debe recorrerse.
San Agustín en el
ESBOZOS DE UNA ÉTICA SEXUAL altar de Santa María
la Mayor de Bolea
HUMANA JUSTA
(Huesca), 1490-1503.

Por suerte, no hay que empezar desde


cero. La investigación teológica ha reali-
zado un gran trabajo preparatorio en las
últimas décadas y también ha pedido que
se hagan correcciones en las controverti-
das declaraciones singulares normativas
de la ética sexual magisterial. Estos pasos
no son, de ninguna manera, el resultado
de una adaptación superficial al espíritu de
los tiempos, sino el fruto de una apertura a
las ideas de las ciencias humanas actuales.
De afirmaciones psicológicas, sociológicas
y antropológicas sobre el significado de la
sexualidad humana no pueden derivarse
directamente postulados normativos so-
bre su forma concreta. Pero estos hallaz-
gos ayudan a la ética teológica a superar
la parcialidad del discurso anterior sobre
el propósito principal de la sexualidad y a • bre el significado de la sexualidad huma-
ampliar las bases antropológicas de sus En sus juicios normativos na y los tradujo a un lenguaje sensible y
afirmaciones. De esta manera, se pueden positivo. Específicamente, el documento
evitar los cortocircuitos normativos a los individuales sobre determinados de trabajo, que los obispos alemanes en
que está sujeta la moral sexual magiste- actos sexuales, el Magisterio ese momento no aprobaron, propuso los
rial por la prohibición sin excepciones de siguientes factores determinantes acerca
cualquier actividad sexual en el matrimo- de la Iglesia aún no ha salido del significado:
nio que no esté abierta a la procreación. de la sombra de Agustín,
Para dejarlo claro en la terminología es- • La sexualidad determina toda la exis-
pecializada de la teología moral, podemos a pesar de que el Concilio tencia del ser humano, moldea el ser
señalar que estas prohibiciones siguen la Vaticano II concretó un varón o el ser mujer.
lógica argumentativa de la idea clave: «no • La sexualidad brinda a las personas
permitida, porque contraria a la naturale- cambio de paradigma teológico experiencias existenciales: autoafir-
za». Si el concepto de «contrario a la natu- fundamental en orden a una mación y confirmación por parte de la
raleza» se toma demasiado estrechamen- pareja, la asignación de roles sociales
te, en el sentido en que se reducen solo comprensión holístico-personal y la promoción del desarrollo personal;
al fin reproductivo los múltiples factores del matrimonio. en la experiencia del placer; en el amor
determinantes del significado de la sexua- de la pareja, en la aceptación por parte
lidad humana, las conclusiones normativas • de la pareja y en las expresiones sexua-
extraídas sobre esta limitada base antro- les de ese amor; en la procreación y
pológica pierden su rigor argumentativo. educación de los hijos/as, en el hecho
La sexología actual distingue diferen- de ser profundamente influenciado por
tes dimensiones en el significado de la los hijos y por la experiencia personal
sexualidad. Con más precisión se habla de la paternidad y la maternidad.
de la función de deseo, de la función de • La sexualidad del ser humano sigue
relación, de la función de identidad y de siendo socialmente significativa a
la función reproductora. Ya el documento través de la generación y educación
de trabajo Sinn und Gestaltung menschli- de los hijos/as (cf. Gemeinsame Sy-
cher Sexualität (Sentido y configuración de node der Bistümer der Bundesrepublik
la sexualidad humana), que se presentó Deutschland, Offizielle Gesamtausga-
en el Sínodo de Würzburg (1971-1975), be: Ergänzungsband, Freiburg i.Br. 1977,
acogió estos conocimientos básicos so- 167s.).

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A estos factores dadores de sentido, que proporcionan in- dida en que pueden ser una expresión de amistad, confiabilidad,
formación sobre el significado antropológico de la sexualidad lealtad y apoyo en la vida.
humana, se les pueden asignar tres aspectos del comporta- Las correcciones propuestas de ninguna manera requieren
miento sexual responsable a la luz de los principios éticos. El una ruptura completa con las convicciones básicas anteriores
concepto de «conducta sexual» no refiere solo a actos sexuales de la doctrina sexual de la Iglesia. Sin embargo, representan una
individuales, sino la «conducta general en el curso de la vida» adaptación más abierta de sus ideas sobre los cambios en las con-
(cf. op. cit. 168). diciones de vida y los conocimientos modificados de las ciencias
De acuerdo con el principio del amor propio, los propios de- humanas acerca del significado de la sexualidad humana. Por lo
seos y metas legítimos deben expresarse en el comportamiento tanto, ha sido ampliado el principio de la paternidad responsable
sexual del individuo. Esto incluye la experiencia placentera de la (a menudo referido en el lenguaje de la moral secular como el de-
sexualidad en el hecho de ser deseado por la pareja y en la reali- recho a la autonomía reproductiva) sobre la planificación familiar
zación del propio deseo sexual. La experiencia sexual representa mediante la libre elección de un método anticonceptivo adecuado
una confirmación significativa de la propia identidad, ya que el a las circunstancias de la vida. La paternidad responsable impli-
significado de la propia existencia se experimenta de una manera ca, entonces, el derecho de una pareja a hacer un juicio conjunto
fundamental en el hecho de ser deseado por otro. responsable sobre el número de hijos, sobre los intervalos entre
De acuerdo con el principio del amor al prójimo, las preocupa- los nacimientos y sobre los medios concretos de la planificación
ciones legítimas y los deseos del partner deben ser tomados en familiar. Dado que este juicio de conciencia se basa en el respeto
cuenta. Esto debe ser afirmado por su propio bien, el cual no debe mutuo de los partner y en la preocupación por el bienestar de
estar subordinado a los propios intereses. Finalmente, el principio los hijos e hijas, la planificación familiar con medios artificiales
de responsabilidad social exige que sean afirmados internamente de anticoncepción no representa un acto hostil a la vida (como
el sentido social de la sexualidad y su importancia para la preser- lo suponen los juicios magisteriales), sino un servicio a la vida.
vación de la sociedad humana. La sexualidad no debe reducirse
a ser un vehículo de felicidad privada, sino que debe incluir la EL MATRIMONIO MONÓGAMO
apertura básica hacia los hijos/as.
La siguiente consideración es crucial para la corrección de El principio de que el matrimonio es el lugar exclusivo de las rela-
rumbo requerida en la ética sexual, cuyo objetivo es afirmar el ciones sexuales legítimas es sometido a una reformulación más
significado de la sexualidad humana en sus posibles y positivas abierta, en la medida en que la valoración exclusiva del matrimonio
formas, liberando a estas de las cadenas normativas de la moral es reemplazada por una valoración de él como una expresión de
sexual tradicional. Según el axioma bonum ex integra causa, malum valor máximo. De acuerdo con esto, el matrimonio monógamo,
ex quolibet defectu (el bien requiere los componentes completos, celebrado con un firme compromiso de fidelidad de por vida, es
el mal proviene de cualquier defecto), la opinión tradicional era el mejor marco biográfico dentro del cual la sexualidad humana
que un acto sexual singular solo puede ser aprobado incondicio- puede encontrar su desarrollo. Sin embargo, hay personas que
nalmente si está abierto a la realización de todos los valores de permanecen cerradas a este espacio de desarrollo. El consejo que
sentido concebibles. Por otro lado, la exclusión voluntaria temporal se formula acerca de que ellas deberían permanecer en condicio-
(como en la concepción artificial) o la incapacidad natural para nes de vida célibe, a menudo no libremente elegidas, representa
realizar un significado (como el sentido procreativo, en el caso de para muchas de las personas afectadas una demanda excesiva.
las relaciones entre personas del mismo sexo) ya constituyen un El documento de trabajo del Sínodo de Würzburg, por lo tanto,
defecto que hace que la acción sea moralmente inaceptable. A planteó cautamente la cuestión de si la relación de los no casa-
diferencia de esto, la ética sexual contemporánea considera que dos, en la medida en que es permanente y caracterizada por la
la configuración responsable de la sexualidad humana requiere la exclusividad, no constituye una forma moderna del matrimonio
integración de todos los valores de sentido en el propio compor- clandestino. Tal suposición podría proporcionar una base para
tamiento sexual, pero que los actos sexuales individuales siguen apreciar positivamente la vida sexual compartida de tales parejas,
siendo afirmativos, incluso si no se concretan todos los factores siempre y cuando no hagan daño a nadie, se respeten mutuamen-
al mismo tiempo. te y cooperen entre sí. En cualquier caso, tales relaciones entre
Esto significa que, en el encuentro sexual de una pareja, a veces personas no casadas deben ser juzgadas de manera diferente a
pueden resultar más decisivos los deseos de una persona, y en las relaciones en las que al menos un partner está casado. En este
otras ocasiones las expectativas de la otra. No todo acto sexual caso, la infidelidad conyugal viola la exigencia de que nadie debe
debe permanecer abierto a la procreación. Además, la experiencia ser perjudicado. Sin embargo, tales relaciones deben confrontar-
placentera del propio cuerpo (hoy en día a menudo se denomina se con la pregunta de si un matrimonio es realmente imposible.
self sex, autogratificación) puede significar una conducción res- Por otro lado, la Iglesia debe adherirse a la comprensión del
ponsable de la propia sexualidad, por ejemplo, si alguien vive solo matrimonio que entiende el vínculo matrimonial como una rela-
o quiere cuidar de su pareja. Por último, los actos de las personas ción emocional y holística entre mujeres y hombres. Esto corres-
del mismo sexo también tienen un significado positivo en la me- ponde no solo a la visión positiva de la sexualidad humana, que

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• cuestiona en lo fundamental, muchos modelos de percepción
La vinculación entre una vida sexual social enfatizan el carácter utópico-problemático de la armonía
entre la sexualidad y el amor que, por lo tanto, no se convierte
responsable con una relación de amor en el punto de referencia normativo para una evaluación moral
sustentable entre las parejas sigue a la idea de las diversas formas de comportamiento sexual.
La interacción o interdependencia entre la sexualidad y el amor
de que la sexualidad, si se quiere vivir de una no debe considerarse como una compensación externa, como la
manera responsable, no debe entenderse en que correspondía a la antigua doctrina de los bienes del matrimo-
nio que vio en la fidelidad al partner y a los hijos/as una compensa-
analogía con el hambre y la sed, sino según ción por el mal del placer. Más bien, la vinculación entre una vida
el modelo del lenguaje y la comunicación. sexual responsable con una relación de amor sustentable entre
las parejas sigue a la idea de que la sexualidad, si se quiere vivir
• de una manera responsable, no debe entenderse en analogía con
el hambre y la sed, sino según el modelo del lenguaje y la comu-
nicación. Está bajo el mandato básico de la veracidad, porque es
una forma intensa de comunicación humana en la que la mujer y
está firmemente anclada en la antropología bíblica, sino también el hombre expresan su afecto mutuo en la unidad cuerpo-alma.
a la información unánime proveniente de la historia cultural de la Como un amor deseado y en la forma de un deseo sexual, la sexua-
humanidad. Para contrarrestar de manera creíble la acusación de lidad representa una relación entre personas que deben referirse
discriminación contra personas del mismo sexo e intersexuales, recíprocamente en su totalidad personal. Sirve para satisfacer una
así como contra las personas transgénero, es necesario reco- necesidad humana básica, a saber, la construcción de un refugio
nocer incondicionalmente las comunidades de vida entre per- de intimidad y confiabilidad, comunicando así experiencias bá-
sonas del mismo sexo y abstenerse de descalificar moralmente sicas existenciales tales como cobijo, protección, seguridad en
la práctica sexual en la que viven. Del mismo modo, la Iglesia sí mismo y la capacitación para actitudes de responsabilidad y
debe reconocer con un lenguaje valorativo que hay personas entrega a los demás.
que no pueden asociarse de manera inequívoca con el género El amor cambia la estructura del tener en la experiencia se-
femenino o masculino. Los dos sexos corresponden a un patrón xual: no poseo al compañero para mí, sino que el otro es deseado
antropológico básico del ser humano, pero este no se realiza de como aquel a quien puedo entregarme y cuya entrega recibo. El
la misma manera en todos los seres humanos. Sin embargo, el teólogo protestante Eberhard Jüngel ha expresado esta fórmula
discurso público sobre la llamada heteronormatividad corre el memorable que diferencia el querer ser para los demás de una
riesgo de botar al niño con el agua del baño. No representa un posesión parecida a un objeto: «En el amor no hay posesión que
lenguaje neutral, sino que tiene como objetivo desacreditar el no corresponda a la entrega» (Gott als Geheimnis der Welt, Tübin-
discurso del patrón antropológico básico del ser humano. gen, 1977, 437). No obstante, por su propia naturaleza, el impulso
sexual permanece como un amor deseante, que surge de una
LA FUNDAMENTACIÓN ÉTICO-ANTROPOLÓGICA necesidad afectivo-instintiva y busca la realización en el otro. Es
DE LA ÉTICA SEXUAL amor humano en la medida en que el amor deseado nace de una
necesidad y busca la satisfacción de aquello que le falta.
En la ética teológica actual, el siguiente punto de partida para La estructura extática del deseo sexual no debe ser equiparada,
la fundamentación de la llamada ética de relación encuentra un de ninguna manera, con un deseo egoísta de utilizar que ignora
amplio consenso: las relaciones en las que se viven valores como la dignidad de la pareja. El partner amado demanda ser deseado
el amor, la amistad, la confiabilidad, la fidelidad, la disponibilidad por el otro. No quiere que la otra persona sea indiferente con él y
mutua y la solidaridad ganan reconocimiento moral y respeto, que solo lo encuentre desinteresadamente con una benevolencia
independientemente de la orientación sexual en que esas rela- respetuosa. Más bien, experimentar la atracción que uno siente
ciones se viven. Por el contrario, la promiscuidad, las relaciones por la pareja es parte de la autoestima que mujeres y hombres per-
múltiples abiertas, la infidelidad y las relaciones provisionales, si ciben como seres sexuados. Si el deseo sexual del otro se une con
son así pretendidas en principio, son moralmente cuestionables, el amor, entonces el estar-fuera-de-sí-mismo, que corresponde a
y esto también es independiente de la orientación sexual de las la estructura extática del deseo, coincide con el ser-con-otro, que
personas implicadas. Dado que la vinculación entre la sexuali- da forma al deseo del amor. Esto puede ser exigente en relación
dad, por un lado, y el amor, la amistad y una relación sustentable con las relaciones sexuales realmente vividas de las personas, y
por el otro, no es de ninguna manera evidente en el discurso a menudo parece también un ideal utópico. Sin embargo, en prin-
ético secular, dicha vinculación debe explicarse más detallada- cipio, no representa una exigencia excesiva para el ser humano,
mente. Aunque el modelo que entiende la sexualidad como un ya que este postulado corresponde a su carácter de ser corpóreo,
lenguaje corporal elemental y como expresión del amor no se capaz de amar y necesitado de reconocimiento. MSJ

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