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En Nicaragua los empresarios

recaudan 25 millones de dólares


para ganar la batalla política
contra Daniel Ortega

Daniel Gómez (ALN).- Si Daniel Ortega no renuncia, la apuesta


es política. Así lo piensa la patronal de empresarios de
Nicaragua. Salvo sorpresa, la idea es esperar a 2021, cuando se
celebrarán los próximos comicios presidenciales, y apoyar a la
oposición con financiamiento. Preparan entre 20 y 25 millones
de dólares para ello. Agregan que lo ideal es que haya sólo un
candidato opositor. No quieren que se divida el voto.

Daniel Ortega un día tuvo a los empresarios como aliados. Ahora


no sólo están en su contra, sino que se están organizando. Si el
mandatario no renuncia, están dispuestos a financiar a la oposición
en unas futuras elecciones presidenciales.

Lo reveló Reuters en un reciente reportaje. La agencia contactó con


ocho influyentes miembros del Consejo Superior de la Empresa
Privada, la principal cámara de comercio de Nicaragua. En las
conversaciones dijeron estar dispuestos a financiar la carrera
presidencial de la oposición en 2021, cuando se esperan esos
nuevos comicios.

Los empresarios revelaron que el esfuerzo económico podría costar


entre 20 y 25 millones de dólares. Su intención es encontrar un
candidato único. No quieren que se divida el voto. Tampoco quieren
que el elegido despierte rechazo. Y para ello el candidato no debe
ser de su círculo.

“El capital nicaragüense renunció a reclamar institucionalidad


democrática y ahora estamos pagando las consecuencias”,
señaló el escritor Sergio Ramírez.

Los empresarios son conscientes de su baja popularidad. Durante


años coexistieron con Daniel Ortega mediante un pacto en el que el
mandatario les daba espacio para hacer negocios, mientras ellos no
se metieran en política. Así fue hasta la crisis, y eso les pasó
factura, tal como explicó el escritor y exlíder sandinista Sergio
Ramírez en una conferencia en Madrid.

“Para asentar su régimen familiar había encontrado una fórmula feliz


que era un entendimiento con las cámaras empresariales y con los
grandes empresarios del país. Era muy simple: yo me ocupo de la
política, ustedes se ocupan de la gestión empresarial. En cuanto se
metan en política yo los machaco. El capital nicaragüense renunció
a reclamar institucionalidad democrática y ahora estamos pagando
las consecuencias”, detalló Ramírez.

En este sentido también se expresó Eduardo Enríquez, editor de La


Prensa de Nicaragua, en el reportaje de Reuters: “[Los empresarios]
sólo querían seguir haciendo negocios, lo cual no es un crimen,
pero no se dieron cuenta del precio que iban a pagar por eso en
términos del daño a la democracia”.
El pacto con los empresarios ya murió. Daniel Ortega regresó a la
retórica sandinista y en sus discursos los acusa de terrorismo,
golpismo y enemigos del pueblo. El problema es que no sólo
amenaza con palabras. José Aguerri, del Consejo Superior de la
Empresa Privada, denunció un ataque por parte del régimen a su
camioneta. Fue una emboscada, según cuenta a Reuters. Le
atacaron con piedras y balines, pero logró escapar.

Siguen las protestas en Nicaragua

El régimen de Ortega se sostiene en el poder más de un año


después de la crisis de las protestas, en la que policías y
paramilitares son responsables de 545 muertos y más de 4.500
heridos, según la Asociación Nicaragüense de Derechos
Humanos.

La ONU y la Alianza Cívica -un grupo democrático compuesto por


la patronal de empresarios junto a agricultores y asociaciones de
estudiantes- han intentado una negociación con Ortega para que
este adelante las elecciones. Los esfuerzos no han servido para
nada. El régimen se aferra al poder apoyado en su red clientelar y en
los militares.

Las protestas, que comenzaron en abril de 2018, todavía continúan.


Se han debilitado, pero todavía hay frentes de resistencia. 11
madres protagonizaron una huelga de hambre de nueve días en la
Iglesia de San Miguel Arcángel de Masaya. Fueron evacuadas el
sábado.

Las mujeres exigían la liberación de sus hijos y de otros 120 presos


en el contexto de las protestas. La Policía Nacional no se tomó a
bien esta manifestación e interrumpieron el suministro de agua
potable y electricidad en la iglesia. Por si fuera poco, reprimieron a
los activistas que se pusieron de lado de las mujeres. La acción
policial fue condenada por instituciones como Human Rights
Watch, Naciones Unidas y la Organización de Estados
Americanos (OEA).

Nicaragua, que durante la época del pacto entre Ortega y los


empresarios acumuló periodos de crecimiento económico de hasta
6%, experimenta ahora una fuerte recesión. En 2018 el PIB se
contrajo 3,8%. Para este año la caída será todavía mayor: de 5%,
según el Fondo Monetario Internacional. Mientras, 80.000
nicaragüenses han huido del país desde que comenzaron las
protestas en abril de 2018, según la ONU. Cabe recordar que
Nicaragua es una pequeña nación de 3,6 millones de habitantes.

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