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Pero el titulo adicionado contenía graves defectos, por lo que tuvo que ser
reformado sustancialmente por el decreto publicado en el dof del 14 de enero
de 1987. Conforme a esta reforma, el titulo paso a ser el decimosexto bis,
aunque se siguió refiriendo solo a las controversias sobre arrendamiento de
fincas urbanas destinadas a la habitación, y dejo vigente el juicio especial de
desahucio (supra 18.8).
El titulo decimosexto bis anterior regulaba un juicio muy similar al ordinario civil.
En cambio, el nuevo titulo decimosexto bis establece un juicio muy distinto del
ordinario civil y de los demás juicios, a tal grado que mas que de juicio especial,
puede ser calificado como juicio de excepción, ya que no se limita a establecer
modalidades y características frente al juicio ordinario, sino que las prevé en
relación con todos los demás juicios regulados en el cpcdf.
Objeto
A diferencia del anterior tema decimo sexto bis, en la nueva regulación se
prevé que todas las controversias que versen sobre arrendamiento inmobiliario
se sujetaran a las disposiciones de este titulo. Lo anterior significa que
cualquier conflicto sobre arrendamiento de inmuebles, independientemente del
destino o la finalidad del arrendamiento, debe sustanciarse a través del juicio
que regula el nuevo titulo decimosexto bis, incluyendo las prestaciones de
desocupación o desahucio.
Sustanciación
La reforma de 1993 estableció un verdadero juicio de excepción frente a todos
los demás juicios civiles, por lo que modifico tanto las reglas generales, para
excluir de ellas a este juicio, como la regulación misma de este. Nos referimos
a las reformas más importantes.
Se modifico el artículo 42 para establecer dos regímenes probatorios para las
excepciones de litispendencia, conexidad y cosa juzgada. Para los juicios de
arrendamiento inmobiliario se prevé que dichas excepciones solo podrán ser
probadas con “las copias selladas de la demanda, de la contestación de la
demanda o de las cedulas de emplazamiento del juicio primeramente
promovido”, tratándose de litispendencia y conexidad; “y con copia certificada
de la sentencia y copia del auto que la declaro ejecutoriada”, en el caso de
cosa juzgada.
En cambio para cualquier otro juicio civil distinto, además de estas pruebas, se
permite “la inspección de autos”.
Por otro lado, se establece una regla muy estricta para declarar desiertas las
pruebas, cuando los testigos o los peritos no estén presentes en la audiencia,
olvidando distinguir los supuestos en los que el oferente de estas pruebas se
haya comprometido a presentarlos, caso en el que si procede esta declaración,
y aquellos en los cuales los testigos o los peritos hayan sido citados por el juez,
evento en el cual no se puede declarar desierta la prueba sin haber agotado
previamente los medios de apremio para hacer comparecer a dichos sujetos de
prueba.
Declarar desierta la prueba ofrecida por causa imputable al oferente, según lo
previsto en el art: 960, fracc II, es inexacto e injusto cuando los testigos o los
peritos hayan sido citados por el juez, pues en este caso compete a el tomar
las medidas necesarias para hacer comparecer a los testigos y a los peritos,
por lo que no puede ser imputable al oferente la incomparecencia de dichos
sujetos. Declarar desierta la prueba ofrecida por causa imputable al oferente
en este supuesto, también vulnera la oportunidad razonable de prueba que
debe dársele en cumplimiento de la garantía de audiencia establecida en el art.
14 de la constitución.
← La necesidad de la medida
← El derecho que tenga a que se tome la medida.
En el art. 963 se establece que se tendrá “como domicilio legal del ejecutado el
inmueble motivo del arrendamiento”. Hay un doble error en este precepto: