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GUAYAQUIL-ECUADOR
2019-2020
El concepto de inteligencia emocional fue popularizado por el
psicólogo estadounidense Daniel Goleman y hace referencia
a la capacidad para reconocer los sentimientos propios y
ajenos. La persona, por lo tanto, es inteligente (hábil) para el
manejo de los sentimientos.
Para Goleman, la inteligencia emocional implica cinco capacidades básicas: descubrir las
emociones y sentimientos propios, reconocerlos, manejarlos, crear una motivación propia y
gestionar las relaciones personales.
La inteligencia emocional tiene una base física en el tronco encefálico, encargado de regular las
funciones vitales básicas. El ser humano dispone de un centro emocional conocido
como neocórtex, cuyo desarrollo es incluso anterior a lo que conocemos como cerebro racional.
Autoconocimiento emocional.
Este primer componente también es nombrado como autoconocimiento emocional, es decir, tener
la habilidad de reconocer y entender las emociones propias y el estado de ánimo. Es un proceso
intelectual y gracias a él, podemos establecer una relación entre lo que sentimos, cómo lo
expresamos y cómo lo viven los demás. Ponemos el foco en nuestro interior para entendernos un
poco mejor.
Gracias a la autoconciencia emocional, podemos identificar los estados emocionales concretos
que vivimos a lo largo del día para poder analizar también el efecto que producen dichos estados
en el entorno, y es que las emociones también interfieren en las relaciones sociales.
Por ejemplo, mientras que un día en el que estás contento disfrutas mucho de los planes con tus
mejores amigos, es posible que en un momento de enfado, tiendas a distanciarte y a ver el lado
negativo de los demás. Las emociones, en cierto modo, cambian la mirada del mundo que te
rodea.
Autorregulación Emocional.
También conocida como autocontrol emocional, implica la capacidad de controlar los impulsos y
las emociones de una forma asertiva y correcta para evitar vivir a merced de los instintos más
primarios. Una baja autorregulación emocional puede llevar a muchos conflictos, broncas y
altercados con aquellos que nos rodean. Esto, a la larga, puede producir una imagen personal
muy negativa y alejarnos de nuestras amistades y relaciones más cercanas.
Gracias al autocontrol emocional, podemos regular nuestras respuestas emocionales
reaccionando de manera adecuada ante los acontecimientos que nos depara la vida, de manera
que podemos adaptarnos mejor al entorno que nos rodea.
Se trata de aprender a pensar las cosas antes de hablar, poder racionalizar la emoción para evitar
que nos desborde y se transforme en ansiedad o adquirir recursos propios para aprender a
gestionar nuestras conductas y emociones nosotros mismos.
Motivación.
Entendemos las habilidades sociales como el conjunto de capacidades que nos permiten dar
respuestas adecuadas al entorno y relacionarnos mejor con las personas que nos rodean. Son la
clave para un buen desarrollo personal y profesional. Gracias a ellas, podemos comunicarnos de
manera más asertiva, dando a conocer nuestras necesidades para que quienes nos rodean
entiendan mejor cómo nos sentimos.
Un ejemplo de buenas habilidades sociales son aquellas personas que mantienen la calma y
saben expresar sus opiniones y emociones de una manera tranquila, evitando el conflicto con un
hecho potencialmente peligroso, como una discusión o un debate.
No debemos confundir las habilidades sociales con el hecho de manipular a las personas, en estas
no hay cabida para las mentiras ni para la extorsión o el maltrato psicológico.
3. COLABORACIÓN Y COOPERACIÓN.
Se suele denominar colaborador de un periódico a la persona que contribuye al mismo con alguna
aportación. Así pues, si una persona escribe un artículo para un periódico de forma regular se le
denomina colaborador. Sin embargo, si un determinado artículo es escrito por más de una persona
se dicen que cooperan para escribir el artículo. Colaborar expresa la idea de que distintas personas
aportan partes para realizar un recurso común. Cooperar expresa la idea de que varias personas
construyen un mismo recurso en común.
En el caso del periódico un mismo conjunto de personas pueden ser colaboradores (si han
aportado un artículo) y a la vez cooperadores (si han escrito el mismo artículo en común).
Para saber si se coopera o colabora hay una serie de “dimensiones” que podemos tener en cuenta
para ver el alcance del trabajo en común. Esas dimensiones son: las personas, el recurso que
comparten y la visión del resultado final.
Las personas. Las diferencias vienen dadas por la vinculación entre las personas. Si
se necesita una vinculación de intensidad fuerte, entonces cooperan, si es débil, entonces
colaboran. Una vinculación fuerte es la que se necesita durante la realización de un trabajo
en equipo y una vinculación débil es la que tienen, entre sí, los colaboradores de un
periódico.
Los recursos. Las diferencias vienen dadas por la vinculación entre los recursos. Si
hay una fuerte dependencia entre los recursos, entonces se estaría cooperando. Si la
dependencia es débil, están colaborando. Un artículo científico publicado por varios
autores requiere que las aportaciones de cada autor estén muy vinculadas entre sí, de
hecho, exige interacciones y reuniones comunes para escribir el artículo; es decir, los
autores cooperan en la escritura. Si un libro está formado por artículos independientes de
varios autores, estos han colaborado en el libro.
Una elevada autoestima y motivación son positivas. Sin embargo, hay momentos en la vida en los que es
necesario lidiar con el enfado, la frustración o el miedo al fracaso, ya que éstos aparecen igual que lo hacen
el resto de sentimientos. Son estados que nos ayudan a crecer, reflexionar y no cometer errores anteriores.
En un momento como el actual, muchos de nosotros nos alimentamos de los mensajes de
positividad que vemos a diario en redes sociales, tazas o servilletas. La autoestima y motivación
son armas muy potentes, pero tampoco tenemos que caer en un exceso de optimismo, ya que en
la vida hay momentos buenos y malos. Es importante vivirlos todos y aprender de ellos.
El estado de felicidad no se apreciaría si no existen momentos de tristeza. En realidad,
aprendemos a valorar lo que somos y tenemos cuando hemos sido capaces de plantar cara a la
adversidad.
La vida es un camino que debemos recorrer con sus momentos buenos y malos. Es más, los
mejores aprendizajes los encontrarás en las dificultades que atravieses y son los que potenciarán
tu crecimiento personal. Es tu actitud ante la adversidad la que te hará crecer como persona y te
permitirá tomar conciencia de ti mismo para que consigas las metas que estén a tu alcance. Los
pequeños logros harán que tu camino sea más llevadero. Te puedes nutrir de frases inspiradoras,
pero ten presente que la realidad no siempre es tan dulce como la presentan los medios de
comunicación o las redes sociales.
Si sientes que tu exceso de optimismo te impide gestionar emociones negativas o, por el contrario,
sientes que eres extremadamente pesimista, al punto de no poder ser feliz, quizá necesitas el
apoyo de un profesional.
5. COMPETENCIAS EMOCIONALES
6. CONCIENCIA EMOCIONAL
Es el despertar a la inteligencia emocional ese primer escalón donde identificar y delimitar esa
bruma que hay detrás nuestros estados anímicos para asumir el control y sentirnos más
competentes en nuestras vidas. Hablamos sin duda de una habilidad que todos deberíamos
desarrollar, de una herramienta de poder con la que ser mejores gestores de
las emociones propias.
Cabe decir, no obstante, que tal artesanía no es sencilla. La experiencia emocional es
heterogénea, imprevisible y caótica a instantes. Todos nosotros nos hemos visto en alguna tesitura
semejante. Atrapados en un lugar donde de lo único que somos conscientes es del malestar, e
incluso, por qué no, del coste que soporta nuestra salud por esa amalgama de sensaciones
internas que, como espinas invisibles, nos quitan el ánimo, nos boicotean y nos convierten en una
sombra de nosotros mismos.
7. REGULACIÓN EMOCIONAL
La regulación emocional, también llamada inteligencia o habilidad emocional –términos
sinónimos desde el paradigma cognitivo-conductual, como se evidencia en los resultados de este
estudio–, se define como “la destreza de las personas y el proceso deliberado que requiere
esfuerzo para atender y percibir los sentimientos de forma apropiada y precisa, la capacidad para
asimilarlos y comprenderlos de manera adecuada y la destreza para regular y modificar nuestro
estado de ánimo o el de los demás de manera voluntaria.
El Modelo de Proceso de Regulación Emocional de Gross (2002), sostiene que las estrategias de
regulación pueden ser clasificadas en función del momento en el que tienen su primer impacto en
la secuencia temporal del despliegue emocional. Siguiendo esta diferenciación, se pueden separar
dos grandes mecanismos básicos. Uno de ellos reúne las estrategias “focalizadas en el
antecedente”, que son aquellas que se realizan antes de que las tendencias de respuesta
emocional estén enteramente activadas. Por otro lado, las estrategias “focalizadas en la respuesta”
son aquellas que se implementan una vez que las respuestas emocionales han sido generadas.
En este marco, dos herramientas son las que han recibido mayor
investigación empírica y experimental, por ser consideradas de uso frecuente en la vida cotidiana
y por su impacto en momentos fundamentales del devenir emocional.
8. AUTONOMÍA EMOCIONAL
La autonomía emocional es la capacidad de sentir, pensar y tomar decisiones por sí mismo. Incluye
la capacidad para asumir las consecuencias que se derivan de los propios actos; esto significa,
responsabilidad. La persona que tiene autonomía emocional se constituye en su propia “autoridad
de referencia”. La autonomía emocional es un estado afectivo caracterizado por gestionar las
propias emociones, sentirse seguro sobre sus propias elecciones y objetivos.
Muy pocas veces se puede lograr el llegar a las metas personales o profesionales tan solo por el
propio trabajo realizado. Por lo general se trata de un juego en conjunto, en el que se necesitan
varios jugadores, que aunque algunos de ellos tan solo realicen una mínima parte del trabajo,
pueden llegar a ser indispensables para realización de la tarea en su totalidad. Aquel que quiera
participar en un maratón requerirá el apoyo de su familia, amigos e incluso del propio jefe para
conseguir tiempo extra para el entrenamiento, por ejemplo. Aparte de los conocimientos y
capacidades personales se necesita del trabajo en equipo para poder llegar con éxito a las metas
propuestas. Sobre todo al momento de tener una dependencia mayor de los demás pasan las
capacidades a un segundo papel. Una cualidad muy importante para lograr metas personales o
en grupo son las así llamadas competencias sociales.
10.
Las competencias para la vida y el bienestar son la capacidad para adoptar comportamientos
apropiados y responsables para afrontar satisfactoriamente los desafíos diarios de la vida, ya sean
personales, profesionales, familiares, sociales, de tiempo libre, etc. Las competencias para la vida
permiten organizar nuestra vida de forma sana y equilibrada, facilitándonos experiencias de
satisfacción o bienestar.
Hay una serie de aspectos fundamentales que condicional la inteligencia emocional en el liderazgo. Son
los siguientes:
Si eres consciente de ti mismo y siempre sabes cómo te sientes, sabrás cómo tus emociones y tus acciones
pueden afectar a las personas que te rodean. Ser consciente de uno mismo cuando se está en una posición
de liderazgo también significa tener una imagen clara de tus fortalezas y debilidades, y significa
comportarse con humildad.
Manteniendo un diario que ayuda a mejorar la autoconciencia. Si empleas unos pocos minutos cada día
para escribir tus pensamientos tendrás a un mayor grado de conciencia de ti mismo.
Reduciendo la velocidad en momentos de ira u otras emociones fuertes para examinar por qué. No importa
la situación, siempre se puede elegir cómo reaccionar ante ella.
12. AUTORREGULACIÓN
Conoce tus valores dedicando algún tiempo a examinar tu «código ético». Si sabes lo que es más
importante para ti no tendrás que pensar dos veces cómo enfrentarte a una decisión moral.
Hazte responsable sin culpar a los demás cuando algo te salga mal. Admite tus errores y haz
frente a las consecuencias, cualesquiera que sean.
Practica con calma situaciones difíciles para saber reaccionar cuando tengas la oportunidad y para
administrar tus emociones adecuadamente.
13. MOTIVACIÓN
Los líderes motivados trabajan de forma constante hacia sus objetivos y tienen estándares muy altos para
la calidad de su trabajo.
Examina por qué haces lo que haces. Es fácil olvidar lo que realmente te gusta o el motivo que te
empuja a hacer las cosas. Por lo tanto, toma algún tiempo para recordar por qué quieres hacer las
cosas. Revisa y actualiza tus objetivos.
Presta atención al lenguaje corporal a través el cual el otro dice, de forma inconsciente, cómo se
siente.
Responde a los sentimientos del otro y abórdalos hablando con el otro sobre ello para que este se
sienta comprendido y se muestre más receptivo y dialogante.
Los líderes que dominan las habilidades sociales de la inteligencia emocional son grandes
comunicadores. Son igual de abiertos a escuchar malas noticias como buenas noticias. Son, además,
expertos en conseguir apoyar a los suyos y que se sientan con una nueva misión o proyecto.
Los líderes que tienen buenas habilidades sociales también son buenos en la gestión del cambio y en la
resolución de conflictos.
Goleman también abordó ciertos factores a través de los cuales podemos hacernos una idea sobre si existe
un buen liderazgo dentro de una empresa:
1. Libertad. El sentimiento o percepción de libertad que tienen los trabajadores para aportar ideas e
innovar. Si el trabajador se siente escuchado se sentirá valorado. Si se siente escuchado y
valorado, es una señal de que se está ante un buen líder.
3. Calidad de trabajo. El nivel de la calidad del trabajo que llevan a cabo los trabajadores es también
un indicador sobre la calidad del líder.
6. Compromiso. Nivel de compromiso que tienen los trabajadores hacia un objetivo común.
Bibliografía
- Álvarez, M. (Coord.) (2001). Diseño y evaluación de programas de educación emocional. Barcelona:
CISSPRAXIS.
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Janés.
- Prieto Sánchez, M.ª D. y Ferrandiz García, C. (2001). Inteligencias múltiples y curriculum escolar.
Archidona (Málaga): Aljibe.
Leadership. The Power of Emotional Intelligence Traducción: Carlos Mayor 1.ª edición: abril, 2013