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1Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 2en
los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al
príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,
3entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra
Peligros de la corriente del mundo. Los muertos en Cristo se manifiestan por hacer o
seguir las corrientes del mundo o estar bajo ellas, dando un resultado de
sometimientos a los deseos de la carne e hijos de ira, cuidado con seguir las
corrientes del mundo porque nosotros ya fuimos liberados de ellas. Miremos el
camino de los que están bajo las corrientes del mundo.
PRIMERA PARTE
a. El estado: muertos en delitos y pecados: Y él os dio vida a vosotros, cuando
estabais muertos en vuestros delitos y pecados
Según la Biblia muerto está quien teniendo un cuerpo vivo posee un alma muerta. El
tal está insensible, sin percepción alguna, inmóvil en cuanto a la fe.
Fue el mejor modo que encontró Pablo para describir la manera en que nos
encontrábamos sujetos al reino de las tinieblas. Las palabras “delitos y pecados”,
describe el clímax del estado de muerte.
“Pecado del término griego hamartía, que significa originalmente “errar al blanco”. El
hombre no da en el blanco de la voluntad de Dios.
Parecería que ahora Pablo quería explicar con más detalles la condición o el
significado de “muertos en delitos y pecados”. La primera característica del muerto
espiritual es su estilo de vida. El verbo “andar” se refiere a la manera de ser, de
resolver los temas de la vida y las intenciones.
Decir, entonces, que los muertos andan de acuerdo con la “corriente” de este mundo,
es mostrar que el reino de las tinieblas transmite órdenes en todas las direcciones,
esclavizando a las almas sin que éstas tengan la más remota posibilidad de liberación.
Corrientes de hoy jóvenes o personas que hacen cosas sin saber qué es lo que hacen u
obligadas por la corriente los amigos y lo que el mundo y comercio les brinda de
moda: peinados, ropas, palabras, películas, rebeldía, sexo, delitos judiciales solo por
seguir la corriente de esta mundo.
O vivimos de acuerdo con la voluntad de Dios, o de acuerdo con la voluntad del diablo.
Los que viven “siguiendo la corriente de este mundo”, lo hacen “de acuerdo al
príncipe de la potestad del aire”.
Este “espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia” en los evangelios
aparece como “espíritu inmundo”, y posteriormente como “espíritus malos” o
“espíritus engañadores”. Son todos administradores de maldad que, a las órdenes del
diablo, fomentan el pecado e intensifican la rebelión contra Dios. Mostradas en las
corrientes del mundo.
d. Las acciones: los deseos de la carne: entre los cuales también todos nosotros
vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y
de los pensamientos…
Por la construcción de los vv. 1 y 2 parecería que Pablo se refería sólo a los gentiles,
pero el “todos nosotros” del v. 3 incluyó también a los que no lo eran. De modo que por
una causa por que lo hubiéramos hecho (Ro. 1:21–32) u otra por lo que nos enseñaron
(Ro. 2:17–28), en abierta oposición a la voluntad de Dios, todos vivieron la
desobediencia propuesta por el reino de las tinieblas.
Cabe resaltar que los deseos de por sí no siempre son malos, porque el mismo vocablo
que aquí se emplea para mostrar inclinaciones malas, en otras partes se utiliza para
enseñar lo contrario. Lo malo son los deseos de la carne, que están en abierta
contraposición a Dios (Ro. 6:12) (comp. Gá. 5:16, 17, 24).
Pero tal como leemos en el texto, antes que los deseos está la voluntad, que en este
pasaje como en muchos otros significa querer con determinación firme. Es por
voluntad que pecamos, porque nuestras determinaciones naturales no son hacia el
bien sino hacia el mal.
Aun la voluntad tiene su fuerza rectora en los pensamientos. Estos constituyen más
que una simple imaginación porque de la idea se pasa al plan, y de allí a la
determinación.
e. La condición: hijos de ira lo mismo que los demás: …y éramos por naturaleza
hijos de ira, lo mismo que los demás
Pablo, que era judío, se incluyó en la situación trágica de los pecadores al agregar:
“éramos por naturaleza hijos de ira”.
SEGUNDA PARTE:
4Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, 5aun estando
nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),
6y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales
Dios no sólo es misericordioso sino que es rico en misericordia. Este modo de abundar
en compasión para los perdidos (Tit. 3:5) está de acuerdo con las “riquezas de su
gracia” (1:7; 2:7), o de “su gloria” (1:18; 3:16), las que se concretan en Cristo Jesús
(3:8).
El amor de Dios se mostró como un brazo extendido para rescatarnos. Ese brazo es
misericordia, que nos alcanza dondequiera que estamos.
b. El modo de cambiar las cosas: por su gran amor con que nos amó
Leemos en Ro. 5:8 que Dios “muestra” su amor. cosa que nosotros haríamos con
amigos o personas de confianza pero nunca con enemigos.
Fue por su “gran amor con que nos amó”. No existen dos amos, tampoco dos amores o
dos compromisos. Nacimos por el amor de Dios (Ef. 3:17) que está derramado en
nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado (Ro. 5:5).
El Señor Jesús había dicho: “porque yo vivo, vosotros también viviréis” (Jn. 14:19). De
modo que la expresión “juntamente con Cristo” significa, ante todo, que estamos libres
de la pena del pecado, así como él también lo está (He. 9:28).
Conclusión:
No podemos caer en las corrientes del mundo por ignorancia o voluntad ya que Dios
ha hecho un trabajo tan especial con nosotros de darnos vida y en abundancia,
debemos cuidar que estas corrientes silenciosos y aparentemente inofensivas no
ganen terreno en nuestras vidas.