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8. RECORDAR COMO PROCESO VERSUS MEMORIA COMO FACULTAD:


EL ENFOQUE DE FREDERIC C. BARTLETT

Milagros Sáiz (1), Alberto Rosa (2) y Dolores Sáiz (1)


Universidad Autónoma de Barcelona (1)
Universidad Autónoma de Madrid (2)

Introducción

Si Hermann Ebbinghaus ha sido reconocido por la mayoría de


psicólogos de la memoria -como hemos visto en el capítulo anterior-
como el iniciador de la investigación experimental en este área, a
Frederic C. Bartlett se le presenta como el hombre que propuso
analizar el recuerdo tal como se da en la vida cotidiana, huyendo
de la artificialidad de las sílabas sin sentido. Así a menudo,
cuando desde el campo de la memoria se intenta buscar los
antecedentes históricos, existe un acuerdo generalizado -aunque
esto representa una postura simplista al parecer de los
historiadores1- en contraponer dos grandes tendencias: la tendencia
o el enfoque Ebbinghaus versus la tendencia o el enfoque Bartlett,
lo que encierra en el fondo otra contraposición más profunda: el
asociacionismo versus el cognitivismo.
En este planteamiento no es infrecuente, en consecuencia, que
a Bartlett se le considere como un antecesor de la moderna
psicología cognitiva. Fijémosnos en como este autor es considerado
en algunos de los manuales más señalados de la psicología cognitiva
contemporánea. Ya Neisser (1967/1976) alude a Bartlett como un
teórico cognitivo anterior al "advenimiento de la computadora"
(p.19). Lachman, Lachman y Butterfield (1979) asumen que los tres
rasgos cruciales por los que Bartlett es relevante para este modo
de hacer psicología serían: a) la consideración de la naturaleza
activa y constructiva de los procesos cognitivos (p.118); b) la
idea de que la comprensión puede ser abordada psicológicamente, a
pesar de su carácter aparentemente elusivo (p.407); y c) el papel
de los esquemas para ello (p.450). Esta visión de la significación
histórica de la obra de este autor, viene a ser común entre los
psicólogos cognitivos contemporáneos. Pero no siempre la figura de
un psicólogo del pasado es tratada sólo a partir de sus

1
El lector puede encontrar los argumentos de esta supuesta simplicidad en la
introducción del capítulo 7 de este mismo libro dedicado a Hermann Ebbinghaus.
1

contribuciones intelectuales, en ocasiones, llega a aparecer como


un héroe al servicio de una forma épica de entender la historia.
Este es el caso del tratamiento que le da Gardner (1985): "Mientras
los gestaltistas mantenían una preocupación por los problemas a
gran escala, por los métodos globales de solución y por los
aspectos constructivos del pensamiento, un psicólogo solitario que
trabajaba en Gran Bretaña estaba también manteniendo viva la fe
cognitivista" (p.114-115). Una de las cuestiones que se subrayan
con más frecuencia es su tratamiento de la memoria por oposición al
de Ebbinghaus (p.e., Gardner, 1985). En los últimos años se viene
produciendo, también, una recuperación de su aportación teórica a
la psicología que va más allá de sus trabajos particulares en
dominios específicos (Bruner, 1990/1991; Dalton, 1988; Iran-Nejad
y Ortony, 1984). Estos trabajos señalan algunos de los valores que
la obra de Bartlett puede ofrecer a la psicología contemporánea.
Varios de estos autores llaman especialmente la atención sobre el
interés que puede tener su primer trabajo experimental en
psicología, caracterizado por un enfoque constructivista, de
psicología de la actividad y, al menos en parte, sociogenético.
Pero, sin duda, la contribución que más se le reconoce es la del
concepto de esquema -que tomó de Henry Head, adaptándolo a los
procesos perceptivos y de recuerdo- aunque el juicio sobre su
relevancia es muy susceptible a los avatares del momento en el cual
aquél se realice.
Que Bartlett fue un psicólogo preocupado por los procesos de
conocimiento es algo que no cabe dudar, pero como tampoco cabe
hacerlo de una parte muy importante de los psicólogos europeos de
su época, y de muchos de los norteamericanos. Sin embargo, esa
preocupación no coincide exactamente con lo que hoy se entiende por
el uso del adjetivo "cognitivo", por lo menos en el sentido más
habitual de este término. Por lo que nuevamente se hace preciso
insistir en la necesidad de situar al autor y la obra dentro del
contexto socio-cultural en el que se desenvolvieron, puesto que
todo otro intento no pasa de ser una visión presentista, siempre
expuesta a errores, imprecisiones y falsas conceptualizaciones.
Debemos precisar así, que Bartlett se aproximó a la
psicología experimental de un modo instrumental, poniéndola al
servicio de sus intereses antropológicos. En sus planteamientos
expresó claramente su rechazo a todo intento de formulación
explícita de un punto de vista sistemático (Bartlett, 1936),
enfatizando la importancia primordial de los datos frente a la
excesiva propensión de los psicólogos ingleses de su época a la
formalización teórica. Esto no fue obstáculo para que hablara de la
"aproximación de Cambridge" a la psicología (Bartlett, 1936).
Dentro de esta aproximación estaba la idea de un rechazo a la
psicología de las facultades y la adopción de un punto de vista
funcionalista sin concesiones. No tiene nada de extraño que, desde
1

esta sensibilidad, se ciñera al estudio de los procesos de


recuperación, reconocimiento y recuerdo, sin pretender ir en la
formulación de su teoría del recordar más allá de lo que le
permitían los instrumentos conceptuales y empíricos de que
disponía.
Prescindiendo de una periodificación específica de su labor
científica podemos concretar que el análisis de su obra permite
extraer que Bartlett se dedicó a diversas "empresas" (ver Gruber,
1989) que, en parte coinciden en el tiempo, y en parte se solapan.
Así podemos hablar de una primera empresa dedicada a la exploración
de problemas antropológicos con una metodología psicológica
experimental, y que se centra alrededor del estudio de la
"convencionalización" de materiales culturales. Esta empresa, a lo
largo de los años 1920 va evolucionando hacia el desarrollo de lo
que él llama (Bartlett, 1936) una "aproximación" a la psicología, y
que muy bien podríamos considerarla como un sistema en formación
del cual una primera muestra sería su libro Remembering de 1932.
Esta empresa se transporta sobre diversas temáticas, entre las
cuales cabría destacar la psicología social y del pensamiento. Por
último, habría otra empresa, la referida al desarrollo de una
psicología experimental aplicada, que tiene una presencia
importante en su trabajo desde su mismo inicio. Todas estas
empresas y temáticas están conectadas entre sí, como no podía ser
menos desde la "aproximación" que el propio Bartlett propugnaba.
Por lo que se refiere al período que culmina en la década de
1930 -que nos interesa especialmente por ser la etapa que culminará
con su trabajo Remembering- hay algunas conclusiones que podemos
extraer. En primer lugar, Bartlett es un psicólogo funcionalista,
con una perspectiva genética y social, que sostiene un enfoque
constructivista del sujeto humano, desde una postura de psicología
de la acción. Las fuentes teóricas de donde se surte para la
adopción de estos puntos de vista con toda probabilidad están en la
psicología británica de la etapa de su formación, es decir, Stout
y, sobre todo Ward (Northway, 1940a y b), y tienen su origen remoto
en la postura de Brentano.
Esta postura teórica -o tal vez sería mejor decir
metateórica- encuentra un instrumento explicativo de gran potencia
con la incorporación del concepto de esquema que toma, como ya
hemos indicado, de Henry Head. Este concepto le permite establecer
el puente que necesita entre conceptos propios del ámbito de las
actividades socio-culturales (lo que él llamaba las instituciones,
hábitos y costumbres de una sociedad) y las respuestas psicológicas
de los sujetos individuales, a través de un concepto que se
instancia en el ámbito biológico y que no es exclusivo de nuestra
especie. Lo que sí lo es la capacidad del esquema para "volverse
sobre sí mismo" a través de la actividad de la conciencia y así
dirigir intencionalmente la acción aprovechando la experiencia
1

previa.
Vista esta rápida panorámica de los rasgos teóricos de
Bartlett, antes de adentrarnos en su aportaciones o su visión sobre
el proceso de recordar, vamos a dar, en el apartado siguiente, unas
breves pinceladas sobre su perfil biográfico.

Una biografía intelectual de Sir Frederick Charles Bartlett2 (1886-


1969)

Bartlett nació el 20 de octubre de 1886 en Stow-on-the-Wold


(Gloucestershire). En su adolescencia sufrió una grave pleuresía,
enfermedad que tuvo una cierta transcendencia, pues le forzó a ser
autodidacta en sus estudios secundarios, le convirtió en inútil
para el servicio militar (salvándole de ser movilizado en la
Primera Guerra Mundial) y le hizo iniciar sus estudios
universitarios a distancia. Alcanzó su graduación en filosofía el
año 1909, con la calificación de First Class Honours, lo que hizo
que el University Correspondence College le invitara a ser tutor en
todas las materias filosóficas (Oldfield, 1972).
Su admiración por el trabajo de W.H. Rivers y su interés por
la antropología le llevaron a ingresar en el St. John's College
para estudiar ciencia moral, de cuyos estudios Rivers era entonces
director. Rivers le aconsejó que trabajara en psicología como una
forma de prepararse metodológicamente para el trabajo en
antropología, decidiendo así estudiar ciencia moral como un primer
paso para pasar luego a la antropología. Allí fue también alumno de
J. Ward y entró en contacto con Charles Samuel Myers, entonces
director del laboratorio de psicología de Cambridge y con Cyril
Burt, por entonces asistente de este laboratorio. Cuando Burt dejó
este puesto en 1914, Bartlett pasó a ocuparlo, una vez que ya se
había graduado con distinción en ciencia moral.
Bartlett se incorpora al laboratorio de Cambridge cuando esta
institución tenía un pasado relativamente corto, debido a los
trabajos desarrollados por Ward, Rivers y Myers, con alguna
influencia, también, por parte de McDougall.
Su círculo de amistades de muy variadas ocupaciones
(matemáticos, historiadores, filólogos, estudiantes de literatura,
(Bartlett, 1957)), parece haberle ayudado a mantener una visión no
encasillada del trabajo psicológico. Así, por ejemplo, Bartlett
estableció amistad, entre otros, con Norbert Wiener, quien le
ofreció una sugerencia, a partir de cuya elaboración surgió la idea

2
Para una mayor ampliación de esta biografía, aconsejamos al lector la consulta
de la introducción a la edición española de Remembering, "Remembering y la obra
de Frederic C. Bartlett" (pp.9-43) realizada por Alberto Rosa.
1

del método de reproducción serial que luego utilizaría con tanta


profusión (Bartlett, 1957, Oldfield, 1972).
El estallido de la guerra en 1914 ejerció un fuerte impacto
en Cambridge. Bartlett, debido a su antigua enfermedad, no era
válido para el servicio activo, por lo que permaneció al frente del
laboratorio durante la ausencia de Myers, quien fue movilizado como
médico militar. Es el mismo año 1914 cuando comienza la realización
de sus experimentos sobre percibir e imaginar (Bartlett, 1932,).
Durante el período de la realización de estos experimentos le llamó
la atención la utilización que los sujetos hacían de sus recuerdos,
al comentar este fenómeno con Ward -con quien se veía regularmente
para comentar el curso de sus trabajos- éste le llamó la atención
sobre los experimentos de Jean Philippe (1897) en donde a los
sujetos se les presentaba un material pictórico que debían
reproducir repetidamente tras sucesivos períodos de demora, un
método que Bartlett adoptaría variando los materiales y alargando
el tiempo de reproducción de las series (Bartlett, 1932, 1957).
Estos experimentos formaron la base de su tesis para acceder
a la condición de fellow del Saint John's College que alcanzó en
1917. Hay que señalar que este trabajo surge de la intersección
entre una preocupación antropológica y otra psicológica en la que
se nota la influencia de Rivers (especialmente de su trabajo de
1912), así como del trabajo de Haddon (1894). Su propósito era
tratar de explorar los mecanismos psicológicos del modo en el que
una determinada forma cultural (figurativa o narrativa) se
transformaba al pasar de un grupo cultural a otro, hasta plegarse a
las convenciones del grupo que la importa. El propósito de sus
experimentos era precisamente el retrazar ese proceso, y buscar sus
determinantes psicológicos a través del trabajo con sujetos
individuales y, más tarde, con grupos. Parte de estos experimentos
se publican enseguida (Bartlett, 1916), mientras que otros irán
apareciendo en años sucesivos (Bartlett, 1920, 1921), y siendo
utilizados para reflexiones posteriores sobre estos mismos
problemas (1925, 1927) en donde se pone de manifiesto el proceso de
elaboración del material recogido durante la 1ª Guerra Mundial que
será después reutilizado en Remembering.
En 1922 sucedieron dos hechos importantes para la vida de
Bartlett. El primero tiene que ver con el laboratorio y su relación
con Myers. En este año Myers, que acabada la guerra había vuelto a
ocupar su puesto de director del Laboratorio de Cambridge, deja la
vida académica, quedando vacante su puesto en el Laboratorio.
Bartlett pasa así a ocupar la dirección del laboratorio y la
lecturership en psicología experimental. En esta época se dedicará
a consolidar y expandir el Laboratorio y a explorar uno de sus
intereses primigenios, la antropología social. El segundo
acontecimiento importante de este año fue la súbita e inesperada
muerte de W.H. Rivers. Como señala Broadbent (1970), es a partir de
1

este año cuando Bartlett queda como cabeza de la Psicología en


Cambridge, sin que hubiera una figura más senior que él.
A lo largo de toda esta década se estrechó la relación entre
Bartlett y Henry Head, este último colaborador y amigo de Myers y,
sobre todo, de Rivers. Ambos se reunían con frecuencia en Londres,
en donde discutían porciones del manuscrito de Aphasia and kindred
dissorders of speech (1926) que entonces Head estaba escribiendo.
Estas discusiones afectarían fuertemente el desarrollo posterior de
las ideas de Bartlett sobre el concepto de "esquema".
En 1929 hace un viaje a Sudáfrica en donde pronuncia una
conferencia como presidente de la sección de Psicología de la
Sociedad Británica para el Avance de las Ciencias. Aprovechando
esta estancia, realiza un viaje al interior del continente y acopia
un conjunto de materiales transculturales que después utilizará en
Remembering y en algunos otros trabajos.
Con la entrada de la nueva década, en 1931, la Universidad de
Cambridge crea una cátedra (chair) de psicología experimental que
pasa a ser ocupada por Bartlett, siendo al año siguiente cuando
aparece Remembering, sin duda la obra más importante de Bartlett,
que viene a ser una recapitulación y síntesis del trabajo anterior
al que ha añadido el concepto de esquema de Henry Head, lo que le
permite reintrepretar algunos de sus datos anteriores en el seno de
una teoría del recordar. El resto de la década Bartlett intenta
realizar una síntesis de psicología y antropología que permita
situar la psicología social sobre una base nueva y firme.
Los años treinta, también, son en los que Bartlett empieza a
realizar investigación en psicología experimental aplicada. Estos
trabajos se van orientando prioritariamente hacia una estrecha
relación con las fuerzas armadas. Por la misma época pasa a
asesorar a la RAF, en el momento en que el espectro de la guerra
empieza a vislumbrarse. La apertura de las hostilidades condujo a
dirigir parte de las actividades del laboratorio de Cambridge al
esfuerzo bélico. Aquí fue importante la contribución de Kenneth
Craik, quien en 1936 había ingresado en el laboratorio como
ayudante de investigación. Fue gracias a su colaboración como
Bartlett llevó a cabo líneas de trabajo hasta entonces poco
desarrolladas, como era el estudio de las habilidades corporales,
esta área pasó a ser uno de los campos de interés en el trabajo de
Bartlett, aunque nunca dedicó una monografía a exponer su postura
al respecto.
En los años de la postguerra, un hito importante de su
trabajo fue el correspondiente a la preparación de su monografía
Thinking (1957). A nuestro juicio el tema del que trata este libro
constituía el paso siguiente de su programa de investigación que se
vio profundamente alterado por la guerra, y cuyo curso recupera,
pero ya sin el pulso inicial, tras su retiro. En 1952 se retira de
la cátedra, aunque continuó recibiendo un reconocimiento nacional e
1

internacional3. Bartlett murió el 30 de septiembre de 1969 a los 82


años de edad tras una breve enfermedad.

Remembering4 como recopilación de la obra temprana de Bartlett.

La producción total de Bartlett es bastante extensa,


abarcando 193 títulos, de los cuales la mayoría los firma en
solitario. Si dividimos su carrera profesional en dos períodos,
tomando como divisoria el inicio de la Segunda Guerra Mundial
(1913-1939 y 1940-1968), resulta clarísima la influencia que el
trabajo llevado a cabo durante el conflicto tuvo sobre la
orientación de su producción. Mientras que antes de la guerra su
trabajo tiene un carácter fundamentalmente académico, a partir del
inicio de ésta su producción toma un camino aplicado,
principalmente con estudios de interés militar y otros de temáticas
próximas, tales como estudios sobre desarrollo de habilidades de
acción, efectos de la fatiga sobre el rendimiento o la relación
hombre-máquina. No es el caso que se dé una ausencia de trabajos de
uno u otro tipo en ambos períodos, sino que la frecuencia relativa
de unos y otros es muy diferente en ambos períodos.
El análisis conjunto de la biografía intelectual de Bartlett
y de su producción bibliográfica anterior a 1939 revela un vuelco
importante hacia 1931-1932. El primero de estos años alcanza una
cátedra en Cambridge, mientras que en el segundo publica
Remembering. Este libro no sólo constituye una de las aportaciones
más importantes del autor que nos ocupa, sino que resume y cierra
toda una línea de trabajo.
Un primer aspecto a destacar es que la inmensa mayoría del
material empírico que Bartlett presenta en Remembering fue recogido
en los años de la Primera Guerra Mundial y los inmediatamente

3
Recibió la Royal Medal y el Longacre Award of the Aeromedical Association.
Fue nombrado doctor Honoris Causa por las universidades de Edimburgo (1961),
Oxford (1962) y Padua (1965), y elegido miembro extranjero asociado de la
Academia Nacional Norteamericana de Ciencias y de la Academia de Artes
Norteamericana (1959) y de la American Philosophical Society, así como miembro
honorario de sociedades psicológicas nacionales de diversos países: Suecia (1952),
España (1955), Suiza (1956), Turquía (1957), Sociedad Internacional de Psicología
Experimental (1958), e Italia (1963). Fue, también, presidente de la British
Psychological Society en 1950.
4
Actualmente el lector puede realizar la consulta de la obra en versión castellana
gracias a la traducción que Alianza Editorial ha realizado en 1995.
1

posteriores. Algunos de estos datos empíricos provienen de su tesis


de "fellow" y fueron recogidos ya en 1914 y consignados en tres
trabajos anteriores (Bartlett, 1916, 1920 y 1921), si bien este
material es analizado de forma más pormenorizada en Remembering,
donde se llega a ofrecer más datos y se va más allá en su análisis
que en los artículos que acabamos de citar. En cualquier caso,
también en su libro de 1932 se utiliza algún material empírico
diferente al recogido en su obra más temprana, si bien no vienen a
ser más que variantes que amplían aspectos ya previamente
estudiados.
Remembering pasa por ser un clásico dentro de la psicología
de la memoria. Pero es un clásico un tanto original. En primer
lugar, la palabra memoria ni aparece en el título del libro, ni en
el de ninguno de los capítulos y apenas aparece en su contenido. De
hecho, el capítulo noveno del libro se inicia con una crítica al
tratamiento de la memoria como un proceso aislado, para pasar
inmediatamente a hablar de los procesos de recuperación (recall),
reconocimiento y recuerdo. Muy probablemente, Bartlett no tenía la
intención de escribir un tratado sobre la memoria, sino un libro
sobre las acciones de recordar. Postura en parte lógica porque
memoria, era un vocablo que evocaba una facultad mental y que, por
consiguiente, repugnaba a la mentalidad funcionalista de un
discípulo de James Ward. Como el propio Bartlett (1932) manifiesta:

"Este libro en su totalidad se ha escrito desde la perspectiva de un estudio sobre


las condiciones de las funciones orgánicas y mentales y no desde el análisis de la
estructura mental" (p.378-379). (...) "Me he preocupado fundamentalmente por los
problemas relacionados con el recuerdo y su determinación individual y social. Sin
embargo, no he considerado en ningún momento la memoria como una facultad, una
reacción limitada y acotada, que encierre en sí misma todas sus peculiaridades y sus
explicaciones; al contrario, la he considerado más bien como un logro de la lucha
incesante por comprender y disfrutar un mundo lleno de diversidad y de rápidas
modificaciones" (p.388).

Remembering, pues, es un volumen dedicado al estudio de cómo


las acciones de los sujetos (percibir, imaginar, narrar, etc.)
referidas a acontecimientos del pasado eran evocadas pasado un
cierto tiempo, y a buscar procedimientos de explicación para ello,
que toma del campo de la neurología del movimiento (los esquemas de
Henry Head) y de la antropología social (la convencionalización de
Haddon y Rivers). No parece que Bartlett pretendiera con ello
agotar el tratamiento de lo que puede considerarse como la memoria.
Y menos aún, en lo que se refiere al rango de fenómenos que hoy
cubre ese vocablo.
Por otra parte, este es un libro de psicología experimental,
pero los datos que ofrece se recogen y se presentan de una forma un
tanto heterodoxa para el gusto de los experimentalistas estrictos.
1

No aparecen elegantes diseños experimentales, ni un cuidadoso


análisis estadístico de los datos; más bien el autor opta por hacer
un extenso uso de análisis cualitativos y de los informes verbales
de los sujetos, pero sin que ello sea obstáculo para un rigor y una
riqueza de interpretación muy destacable. Por último, el propio
libro es considerado por su autor como un trabajo en psicología
social, desde la idea de que todo proceso psicológico no puede
estudiarse como el rendimiento de un individuo aislado ante una
tarea, sino que es, también, necesariamente social.
Remembering se estructura en diecinueve capítulos agrupados
en dos partes. La primera recoge lo que Bartlett denomina estudios
experimentales y la segunda se centra en el recuerdo como tema de
estudio de la psicología social. En su prólogo Bartlett señala como
su acercamiento a los temas de recuerdo se produce fruto de su
interés por los procesos perceptuales normales, y como a través de
este análisis se hace inevitable investigar los procesos mentales
relacionados con ellos, en particular, la formación de imágenes y
el recuerdo.
En el libro se hace patente -desde el propio título5 al
desarrollo de los experimentos- el planteamiento diferencial de
Bartlett frente a la tradición ebbinghausiana:

"Hacía ya un tiempo que Ebbinghaus había introducido en el laboratorio los "métodos


exactos" de las sílabas sin sentido para estudiar la memoria. Como si estuviera
moralmente obligado a ello, seguí sus directrices y trabajé durante algún tiempo con
material sin sentido. El resultado fue de frustración y creciente descontento. En la
presente obra expongo ampliamente las razones de este resultado y, como consecuencia
de éste, resolví intentar retener las ventajas de un método de enfoque experimental,
con sus situaciones relativamente controladas y a la vez mantener mi estudio lo más
cercano posible a la realidad. Por tanto, elaboré, o seleccioné, un material que
confiaba que resultara interesante por sí mismo y que se asemejara al que cualquier
persona normal encuentra constantemente en sus actividades cotidianas.
A medida que avanzaba el trabajo y aumentaban los problemas intente diseñar
distintos métodos de presentar mi material, cada uno de los cuales guardaba relación
con un conjunto concreto de problemas. En un principio, me interesé fundamentalmente
por la naturaleza de percibir, formar imágenes y recordar en individuos concretos,
pero pronto se hizo patente que los factores sociales desenpeñaban un papel
importante en numerosos casos. (...) En la creencia de que la psicología es una
ciencia biológica en sus aspectos experimentales, he intentado adoptar una

5
Hay que destacar que Bartlett prácticamente siempre utiliza el gerundio para
referirse a los procesos psicológicos, y ello como resultado de una intención
consciente de subrayar el carácter activo del proceso, y su rechazo a la psicología de
las facultades. Así nos encontramos siempre imaging, percieving, remembering,
thinking, y prácticamente nunca términos como imagery, memory o thought.
1

perspectiva estrictamente funcional desde el comienzo hasta el final. Se han


mantenido en una posición secundaria las consideraciones sobre las características
descriptivas acerca de qué se percibe, imagina o recuerda. En todo momento los
problemas centrales versan sobre las condiciones bajo las cuales tiene lugar el
percibir, el formar imágenes y el recordar" (Bartlett, 1932, p.45-46).

En el capítulo primero de Remembering -que es una


introducción general al libro- es donde se hace la conocida crítica
a Ebbinghaus, si bien ésta aparece sin los matices insultantes que
le dirigió en un discurso pronunciado en 1929 (Bartlett, 1930). El
concepto de "simple" le merece ya aquí una crítica relativamente
larga que acaba con su rechazo. Este es un tema que retoma de nuevo
al inicio el segundo capítulo de Remembering en donde llega a decir
que el psicólogo experimental debe en gran parte mantener una
actitud clínica, de forma que permanezca alerta al hecho de que
"sólo es posible estudiar cualquier función psicológica muy
desarrollada tomando en consideración su historial" (1932, p.74).
En el capítulo segundo, titulado Experimentos sobre el
percibir, utiliza un material empírico recogido de la primera mitad
de su artículo de 1916. Tiene interés subrayar que el trabajo sobre
el que se basa este capítulo está dedicado al percibir y el
imaginar, sin que en él se hicieran referencias a procesos de
recordar. Es en este capítulo donde señala que no puede hacerse una
distinción nítida entre el recordar, el percibir y el imaginar,
pues al presentar una escena para ser observada, el sujeto informa
de más de lo que se le presenta, tratando inconscientemente de
ajustarse a la situación en la que se halla, aunque ello implique
falsificar los datos de percepción (sic). En último término, el
psicólogo experimental tiene que ser consciente de que está
tratando con respuestas biológicas, y en la vida diaria el recuerdo
literal no es evolutivamente adecuado. El recuerdo literal, para
él, es más una construcción del laboratorio que algo que tenga
importancia real en la vida de cada día, en donde los recuerdos se
adaptan a las características de las situaciones en las que se
evocan, teniendo un carácter constructivo.
En el capítulo tercero (Experimentos sobre el imaginar)
vuelve a dar énfasis sobre el efecto de lo que llama "esfuerzo de
buscar el significado" por parte del sujeto, que ya aparecía
también en el capítulo anterior. Según él nos indica, existe
siempre un esfuerzo para conectar lo que se presenta con algo
anterior. Lo dado representa ("stands for") algo no inmediatamente
dado. Hay un patrón perceptual pre-existente al acto de percibir.
Esta situación preformada, esquema o patrón se utiliza de forma
inconsciente, y por ello los datos perceptuales tienen significado
y son asimilados. En ello está el origen del significado.
Los capítulos cuarto (Experimentos sobre recordar: a) el
método de descripción), quinto (Experimentos sobre recordar: b) el
1

método de la reproducción repetida), sexto (Experimentos sobre


recordar: c) el método del dibujo), séptimo (Experimentos sobre
recodar: d) el método de la reproducción serial. I), octavo
(Experimentos sobre recordar: e) el método de la reproducción
serial. II. Material gráfico), noveno (Percibir, reconocer,
recodar) y décimo (Una teoría del recuerdo) son los capítulos donde
Bartlett desarrolla sus experimentos, su metodología y su visión
sobre los procesos implicados en el acto de recordar, cuyos
aspectos más relevantes destacaremos en el apartado siguiente.
Los capítulos de la segunda parte que están dedicados a la
consideración del recordar como una cuestión de psicología social
incluyen, también, temáticas ya abordadas en otros trabajos
anteriores de Bartlett. Quizás convenga resaltar de este bloque el
capítulo 16 (La convencionalización), capítulo muy sugerente, donde
esboza la idea de un paralelismo entre los procesos sociales e
individuales en lo que se refiere a la simplificación del material
mediante su uso repetido. Esta idea es el "leit-motiv" que corre a
lo largo de este volumen, y recuerda el paralelismo entre lo
interpsíquico y lo intrapsíquico desarrollados por otros autores
contemporáneos de él. Ello, junto con su referencia a la necesidad
de tener en cuenta la actividad social del grupo, su historia
pasada y sus tendencias de futuro, ofrece algunas preocupaciones en
cierto modo paralelas a las que manifiesta por esa misma época la
escuela histórico-cultural de Moscú.
Finalmente, los dos últimos capítulos cierran los temas
tratados en el libro y ofrecen un resumen final.

Frederic C. Bartlett y su planteamiento sobre el proceso de


recordar

Al hablar del enfoque de Bartlett una de las ideas que más ha


prevalecido es la de su contraposición frente a Ebbinghaus,
presentada como dos formas de entender y abordar el estudio de la
memoria. En nuestra opinión, salvando las distancias cronológicas y
los distintos marcos socio-culturales en los que se desarrollaron,
efectivamente ambos autores, desde el campo del estudio de la
memoria, representan dos formas totalmente distintas de enfrentarse
a un mismo problema de estudio.
Bartlett, como hemos visto, enfocó sus investigaciones en el
estudio de situaciones más naturales, aunque reconocía la necesidad
del control experimental se opuso a la utilización de materiales de
repetición y desprovistos de significado. Criticó a Ebbinghaus de
forma contundente por considerar sus experimentos excesivamente
simplistas y centrados en situaciones artificiales que poco tenían
que ver con los problemas de la vida cotidiana. Bartlett intentó
demostrar que a pesar de su complejidad el material con significado
1

también puede estudiarse en el laboratorio (Sáiz y Sáiz, 1989).

"El psicólogo, tanto si utiliza métodos experimentales como si no, trata con seres
humanos y no simplemente con reacciones. Por consiguiente, el investigador debe
tomar en consideración la conducta cotidiana de los individuos normales, además de
dar cuenta de las respuestas de sus sujetos en el laboratorio. El tema que estoy
estudiando tiene implicaciones sociales obvias y notables, muchas de las cuales
están fuera del alcance de la investigación experimental; con todo, pueden ser
abordadas desde el mismo punto de vista, si bien no de forma tan detallada"
(Bartlett, 1932, p.62).

Así, el material empleado por Bartlett, huyendo de la


simplificación, estaba provisto de significado (dibujos y cuentos).
Sus experimentos más conocidos estuvieron formados por historias
(cuentos) de las cuales presentaba sólo un pasaje y después
comprobaba su recuerdo.
Los principales métodos utilizados por Bartlett fueron: a) la
reproducción repetida -método prácticamente idéntico al utilizado
por Philippe en 1897 (Bartlett, 1932)-, en donde una única persona
leía una historia o cuento, dos veces, y luego debía narrarla de
memoria en sucesivas (o repetidas) ocasiones, y b) la reproducción
serial, en la que una primera persona leía, al igual que en el
método anterior, dos veces una historia, pero en lugar de repetirla
en continuadas ocasiones, la transmitía a una segunda persona,
quien a su vez la describía a una tercera y así sucesivamente.
En sus experimentos comprobó que con el transcurso del tiempo
o con el paso de una persona a otra, los sujetos tendían a reducir
progresivamente la historia y hacerla más coherente con su propio
conocimiento, es decir, se omitían detalles o elementos que no
encajan con los esquemas o expectativas del sujeto. Bartlett
observó, así, modificaciones del tipo omisión, racionalización,
transformación de detalles, cambio de orden, etc., pero su
planteamiento explicativo iba más allá del sujeto individual y
argumentó que muchas de estas transformaciones se debían
directamente a la influencia de esquemas fruto de las convenciones
y creencias sociales existentes en el grupo al que pertenecía un
sujeto concreto; distintos componentes culturales pasan de una
persona a otra dentro de un grupo y una vez alcanzada finalmente
una forma totalmente convencional pueden ocupar un lugar
establecido dentro de ese grupo cultural que entra a formar parte
de los esquemas de conocimiento de sus individuos. El conjunto de
resultados extraídos de sus experimentos llevaron a Bartlett a
concluir que la memoria es un proceso esquemático. Cuando
realizamos un nuevo aprendizaje éste se basa en los esquemas
existentes -tenga su origen en la experiencia personal o en la
colectivo-cultural-, entendiendo por esquema "una organización
activa de reacciones anteriores o de experiencias pasadas que
1

supuestamente siempre tienen que estar funcionando en toda


respuesta orgánica adaptada" (Bartlett, 1932, p.269). Cuando se
establece un conflicto entre el esquema y lo que se intenta
recordar aparecen las distorsiones y las modificaciones para
hacerlo más coherente. El esquema ayudaría, así, a reconstruir el
material presentado:

"De acuerdo con la teoría general de este libro, el recuerdo está "esquemáticamente"
determinado; las circunstancias que estimulan las orientaciones del recuerdo, tanto
si ocurren en el laboratorio como en la vida diaria, siempre establecen una actitud,
dirigida fundamentalmente hacia una organización "esquemática" particular. La
construcción o reconstrucción que se produce está, en los casos más típicos, casi
siempre dentro de los límites de esta organización especial" (Bartlett, 1932,
pp.386-387).

Así, la postura defendida por Bartlett (1932) propone,


también, que la memoria es un proceso constructivo, que incluye
procesos inferenciales como la condensación, elaboración e
invención. Su planteamiento en el fondo está defendiendo la
influencia del conocimiento previo sobre la nueva información a
codificar y a recuperar:

"Si hay algo sobre lo que he insistido de manera especial a lo largo de toda mi
exposición en este libro, es que la descripción de los recuerdos "como estáticos y
sin vida" es simplemente una desafortunada invención" (p.386) (...) "Recordar no es
la reexcitación de innumerables huellas fijas, sin vida y fragmentarias; sino una
reconstrucción o construcción de imágenes formada a partir de la relación entre la
actitud que mantenemos ante un conjunto activo de reacciones o experiencias pasadas,
y ante un detalle sobresaliente que suele aparecer en forma de imagen o de lenguaje.
Por ello, el recuerdo casi nunca es realmente exacto, ni siquiera en los casos más
rudimentarios de recapitulación repetitiva, si bien ello no reviste ninguna
importancia" (p.282). (...) "La primera idea que hay que eliminar es que la memoria
es fundamental o literalmente reiterativa o reproductiva. En un mundo como el
nuestro, en el que constantemente cambia todo a nuestro alrededor, el recuerdo
literal tiene poca importancia" (p.272).

La teoría de Bartlett ha sido criticada por ser demasiado


vaga y compleja (Baddeley, 1976, Sáiz y Sáiz, 1989), pero los
avances tecnológicos parecen haberla hecho más viable. Por otro
lado, el interés creciente de buscar resultados que estén más en
concordancia con la situación natural, ha provocado que los
investigadores actuales, huyendo de todo posible reduccionismo, se
inspiren más en esta tendencia que en la de Ebbinghaus, puesto que
el enfoque de Bartlett está más en concordancia con la tradición
cognitiva que considera al sujeto como activo y no como mero
receptor de la información.
1

Práctica propuesta

Objetivo

Trataremos de replicar el experimento típico de Bartlett


sobre el recuerdo de la historia de "La guerra de los fantasmas",
historia que plantea situaciones no concordantes exactamente con
una cultura occidental (ver anexo). Proponemos realizar el
experimento, bien utilizando el método de la reproducción repetida
o, preferentemente, por la limitación de tiempo en las prácticas de
memoria, el de la reproducción serial. Recordamos que en ambos
casos el procedimiento sugerido por Bartlett fue que cada sujeto
leyera el material completo dos veces para sí, a su velocidad
normal de lectura, recomendando las reproducciones al cabo de un
intervalo de 15-30. En el caso de la reproducción repetida nosotros
sugerimos realizar intervalos de 15 minutos, 30 minutos, 24 horas
y una semana. En la reproducción serial sugerimos, respetando el
intervalo propuesto por Bartlett que exista un intervalo entre
sujetos de 15 minutos.
Tanto si utilizamos un método como otro, analizaremos las
sucesivas reproducciones de la historia en busca de los fenómenos
encontrados por Bartlett: reducción esquemática, omisiones,
racionalizaciones, transformaciones de detalles, cambios de orden,
(ver capítulo 7 de Remembering), u otros que puedan ser producidos.

Referencias

BADDELEY, A.D. (1976). Psicología de la memoria. Madrid: Debate,


1983.
BARTLETT, F.C. (1916). An experimental study of some problems of
perceiving and imaging. British Journal of Psychology, 8,
222-266.
BARTLETT, F.C. (1920). Some Experiments on the reproduction of
Folk-Stories. Folk-Lore 31, 264-293.
BARTLETT, F.C. (1921). The functions of images. British Journal of
Psychology, 11 (3), 320-327.
BARTLETT, F.C. (1925). Feeling, imaging and thinking. British
Journal of Psychology, 16, 16-28.
BARTLETT, F.C. (1927). The relevance of visual imagery to the
process of thinking. III. British Journal of Psychology, 18,
23-29.
BARTLETT, F.C. (1930). Experimental method in psychology. Journal
of General Psychology, 4, 49-66.
BARTLETT, F.C. (1932). Recordar. Madrid: Alianza, 1995).
1

BARTLETT, F.C. (1936). Frederick Charles Bartlett. En C. Murchison


(ed.): A History of Psychology in Autobiography. Vol. III.
Nueva York: Russell & Russell.
BARTLETT, F.C. (1957). Thinking: An Experimental and Social Study.
London: Allen & Unwin. Versión española de la edición
norteamericana de 1958 (Nueva York: Basic Books) titulada
Pensamiento: un estudio de Psicología Experimental y Social.
Madrid: Debate (1988).
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13.
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SAIZ, D. y SAIZ, M. (1989). Una introducción a los estudios de la
memoria. Barcelona: Avesta.

Anexo

La guerra de los fantasmas


1

Una noche dos jóvenes de Egulac bajaron al río a cazar focas, y mientras
estaban allí, el tiempo era brumoso y tranquilo. Oyeron entonces gritos de guerra y
pensaron: "Parece una danza de guerra". Huyeron a la orilla y se escondieron detrás
de un tronco. Entonces llegaron canoas, oyeron el ruido de los remos y vieron que
una canoa iba hacia ellos. Había cinco hombres en ella, que dijeron:
"¿Qué os parece?, quisiéramos que vinierais. Vamos a remontar el río para
hacer la guerra contra la gente".
Uno de los jóvenes dijo: "No tengo flechas".
"Las flechas están en la canoa", dijeron.
"Yo no iré. Podrían matarme. Mis familiares no sabrán donde he ido. Pero tú -
dijo volviéndose hacia el otro- puedes ir con ellos".
Así, uno de los jóvenes partió, mientras el otro retornó a casa.
Los guerreros remontaron el río hasta un pueblo en la otra orilla de Kalama.
La gente bajó al agua y comenzaron a luchar y mataron a muchos. Pero en ese momento
el joven oyó que uno de los guerreros decía: "Rápido, volvamos a casa, aquel indio
ha sido alcanzado". Entonces pensó: "¡Ay!, son fantasmas". No se sentía mal, pero
decían que le habían dado.
Así pues, las canoas volvieron a Egulac, y el joven desembarcó, fue a su casa
y encendió un fuego. Llamó a todo el mundo y dijo: "Mirad, acompañé a los fantasmas
y fuimos a luchar. Muchos de nuestros compañeros murieron y muchos de los que nos
atacaron murieron. Dijeron que me habían herido pero yo no me sentía mal".
Lo contó todo, y después se quedó callado. Cuando el sol salió se desplomó.
Algo negro surgió de su boca. Su cara se deformó. La gente se levantó
sobresaltadamente y gritó.
Estaba muerto. (Bartlett, 1932, p. 119)

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