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17. LAS IMAGENES MENTALES: EL MODELO DE KOSSLYN

Ramón Cladellas
Universidad Autónoma de Barcelona

Introducción

Las imágenes fueron consideradas desde los inicios de la


psicología filosófica como elementos constitutivos y esenciales de
la mente. La "nueva psicología" -la que se desarrolla a partir del
modelo wuntiano en Leipzig-, preocupada por el contenido de nuestra
conciencia, va a presuponer, también, que todos los procesos
mentales van acompañados de imágenes. Sin embargo, dentro de este
mismo paradigma introspeccionista, esta aseveración va a recibir un
fuerte rechazo por parte de los miembros de la Escuela de Würzburg,
quienes, a través de diversas pruebas experimentales, demostrarán
la existencia de un pensamiento sin imagen. No obstante, en esta
tradición de la primera psicología experimental (la de Wundt,
Titchener, Marbe, Külpe y otros), a todas luces mentalista,
prevalecerá -con más o menos controversia- el estudio y
consideración de las imágenes.
El triunfo del paradigma conductista, quien negaba la
necesidad de contar con los procesos superiores, provocó un duro
golpe, no sólo a la tradición anteriormente citada, sino, también,
a la consideración de la imaginación como aspecto relevante a ser
estudiado. Con algunas excepciones europeas, durante la prevalencia
del conductismo se excluyó la imagen del panorama psicológico
(Caparrós, 1979).
La recuperación de la imagen mental, debemos situarla con el
surgimiento de un nuevo planteamiento teórico: el de la psicología
cognitiva, que a mediados de los años cincuenta, retoma el estudio
de los procesos superiores. El amplio desarrollo de este nuevo
enfoque, se tradujo en los años 70 en el estudio de la imagen en el
sistema representacional, bien abordando la imagen dentro de la
propia psicología o desde un campo interdisciplinario como es la
ciencia cognitiva. Así, los estudios empíricos sobre la misma no
han empezado hasta hace poco más de 20 años.
El significado psicológico de la palabra imagen fue
delimitado por Boulding (1956), quien sugiere que los individuos
desarrollan a lo largo de su vida, impresiones mentales del mundo a
través de continuos contactos diarios con el ambiente. Destacando
que son éstas y no el ambiente físico las determinantes de la
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conducta. Así la creación de la imagen mental es un proceso


interactivo entre el observador y lo observado. Captamos la
realidad externa, pero la forma en que la interpretamos influye en
lo que extraemos (Lynch, 1960). Como consecuencia de ello, la
estructura básica de la imagen es un extracto simplificado de la
realidad, mediatizado por procesos individuales.

Imagen y Percepción

La similitud de la imagen con la percepción ha sido puesta de


manifiesto entre otros por Hume (1748), Finke y Shepard (1986),
Kosslyn (1980), Paivio (1971, 1975a), siendo esta equivalencia
entre imagen mental y percepción, tanto estructural (existe una
alta identidad en la forma y dimensiones del campo visual en las
condiciones perceptiva y de imágenes), como funcional (como ha sido
demostrado en los experimentos de rotación mental y de revisión
mental que requieren procesamiento de imágenes en tiempo real
(Finke y Shepard, 1986). Los procesos que controlan la percepción
visual parecen también controlar la generación de imágenes
(Kosslyn, 1987, 1990). A pesar de todo ello, es preciso distinguir
entre las representaciones que tienen su fuente en estímulos o
acontecimientos exteriores (perceptos) y las que, aunque muy
similares a las anteriores, se originan sin la presencia de tales
estímulos exteriores (imágenes), siendo necesario para la creación
de éstas algún tipo de construcción interna. El referente de la
percepción es un estímulo exterior, mientras que el de la
imaginación es un concepto (Denis, 1979). La percepción, pues,
supone el procesamiento de información proveniente del medio
exterior, mientras que la imagen supone el procesamiento de
información almacenada en la memoria.
Es necesario aclarar que la equivalencia entre percepción e
imágenes es sólo parcial. Ambos sistemas no sólo no comparten todos
los mecanismos, sino que también tienen propiedades estructurales y
funcionales específicas. En términos generales, la percepción
visual es un sistema exteroceptivo, de modo que el producto
perceptivo tiene un fuerte componente "guiado por los datos". Al
menos en los estadios periféricos de procesamiento visual, las
operaciones están determinadas por la configuración del estímulo,
no influyendo las expectativas o conocimientos del sistema
cognitivo. Por el contrario, en las imágenes mentales el producto
representacional no se basa en los datos sensoriales inmediatos,
sino que es guiado "conceptualmente". Las imágenes tienen un
carácter generativo y transformacional ausente en la percepción. Se
trata de un sistema de simulación o construcción de modelos
espaciales mientras que la percepción es un dispositivo de análisis
e interpretación del medio.
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El modelo de Stephen Kosslyn

Nuestra experiencia subjetiva nos muestra que las imágenes


aparecen y desaparecen de nuestra conciencia. Esta experiencia
subjetiva coincide con diferentes propuestas teóricas que
consideran las imágenes como una representación mental pasajera que
existe en la memoria a corto-plazo (Kosslyn, 1980).
Una de las teorías más aceptadas hoy en día (Kosslyn y
Shwartz, 1977; de Vega, 1979; Kosslyn, 1980) postula que las
imágenes son representaciones espaciales que ocurren en la "memoria
activa", tanto la generación o recuperación de imágenes, su
exploración, interpretación, es decir, las transformaciones
dinámicas de imágenes tienen lugar en la memoria a corto plazo.
Como prueba de ello es que las imágenes presentan algunas de las
limitaciones propias de la memoria operativa (cuesta esfuerzo
generarlas y se desvanecen con suma rapidez).
Una de las principales razones que motivaron el resurgimiento
de las investigaciones sobre las imágenes mentales fueron los
resultados obtenidos a partir de una serie de experimentos que
mostraban que la utilización de imágenes ya fuesen subjetivas
(mentales) u objetivas (dibujos) facilitaban el aprendizaje de un
determinado material y hacían más duradero su recuerdo.
En esta línea de considerar las imágenes mentales como
facilitadoras de la adquisición y el recuerdo del material, como
hemos dicho anteriormente, se encuentran una serie de experimentos
que se centraron en ver los efectos de la utilización de imágenes
en diversas tareas de memoria.
Entre estas investigaciones se encuentran las realizadas por
Paivio y colaboradores. Estas investigaciones no serán comentadas
en este capítulo, puesto que serán tratadas en el próximo. Sí que
desarrollaremos aquí, un conjunto variado de experimentos, todos
ellos pertenecientes al modelo de Kosslyn y colaboradores, que
muestran que la principal característica de las imágenes es su
carácter analógico. Es decir, las imágenes mentales guardan las
mismas propiedades de los objetos reales, o dicho de otro modo,
tener una imagen es como ver el objeto al que representa cuando el
objeto no está expuesto a los sentidos. Las imágenes mentales deben
guardar un cierto parecido con la realidad, sin que ello signifique
que sean copias fieles y exactas de la misma. Además de detallar la
"estructura de datos" (las imágenes en sí mismas), es necesario
definir los procesos (las operaciones asociadas a las imágenes). Y
para ello es necesario establecer con precisión cuáles son los
procesos de generación y recuperación de imágenes, los procesos
interpretativos y las transformaciones de imágenes (rotación,
modificación del tamaño, etc..).
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En la mayoría de las investigaciones que veremos en este
apartado, la estrategia experimental empleada consiste en comparar
la ejecución de los sujetos en tareas donde se presenta el material
de forma objetiva o física con la ejecución de los mismos en tareas
donde el material ha de ser imaginado. Las similitudes entre ambas
tareas sirve como evidencia de la existencia de imágenes con
propiedades similares a la de objetos reales. Además todas ellas
tienen en común la utilización de los llamados estudios
cronométricos. La variable independiente de estos estudios hace
referencia a la magnitud de la operación o transformación de una
imagen mental (ej. ángulo de rotación, distancia recorrida, etc..)
y la variable dependiente al tiempo de reacción de la respuesta.
Para Kosslyn (1980) los estudios sobre la imaginación tienen
4 aspectos básicos:

a)La influencia de utilizar imágenes en la resolución de problemas.


b)La equivalencia funcional entre la imaginación y la percepción.
c)El análisis de tareas en las que de forma espontánea utilizamos
imágenes.
d)El estudio de la estructura de la imaginación.

Una primera forma de estudiar las propiedades de las imágenes


mentales consiste en observar sus características bajo
transformación. Los estudios clásicos de "rotación mental"
consistían en la presentación de imágenes de objetos, solicitando a
los sujetos experimentales que realizaran transformaciones
espaciales de los mismos, (Shepard y Metzler, 1971; Cooper y
Shepard, 1973). Los resultados mostraron que el tiempo de reacción
era una función lineal de la diferencia de orientación entre las
figuras. Shepard y Metzler (1971) interpretaron estos datos como
evidencia de que los sujetos llevaban a cabo algún tipo de
"rotación mental" de la estructura con tal de ponerla en la misma
orientación.
Un segundo conjunto de experimentos han mostrado que las
imágenes mentales se comportan como si algunas propiedades
analógicas (tamaño, distancia, etc..) estuviesen representadas de
forma directa en las mismas. Como ejemplo de ello, en el
procedimiento ideado por Kosslyn y colaboradores (Pinker y Kosslyn,
1978; Kosslyn, Ball y Reisser, 1978; Pinker, 1980) a los sujetos se
les presenta un mapa de una isla donde se encuentran 7 lugares (una
cabaña, un pozo, un lago, un árbol, un manantial, una roca y la
playa).
En estos trabajos se les pide a los sujetos que estudien el
mapa hasta que consigan tener una imagen mental perfecta de él
cuando cierren los ojos. Para comprobar que esta imagen es casi
perfecta, se les pide que dibujen de memoria el mapa para
posteriormente compararlo con el que se les dio. Una vez conseguido
un correcto aprendizaje, los sujetos se colocan enfrente de una
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pantalla en blanco y se les pide que imaginen mentalmente que se
encuentran en un determinado lugar del mapa (ej. la playa). Sobre
la pantalla se les presenta el nombre de algo que puede estar o no
en el mapa. Si el nombre es de algo que está en el mapa (ej. el
lago) se les pide que recorran mentalmente el camino desde donde
están hasta el lugar nombrado. Al llegar a dicho lugar deben
presionar un botón. Los resultados muestran de forma clara que el
tiempo en que los sujetos tardan en presionar el botón es una
función lineal de la distancia que el sujeto debe recorrer
mentalmente. Para controlar que los sujetos no recurrían a una
representación proposicional o a una lista mental de los
emplazamientos, se los colocaba en una segunda situación, en las
que simplemente se les pedía que indicaran si un hipotético lugar
se encontraba en el mapa y apretaran otro botón. En esta situación,
se comprobó que la distancia no tenía efecto alguno. Así pues,
parecía muy poco probable que los sujetos emplearan alguna
representación proposicional en la primera situación experimental,
pues si lo hicieran, los resultados de ambos experimentos serían
idénticos (Kosslyn, 1983, p. 46).
Otros resultados comprobados por el grupo de Kosslyn indican
que se tarda más tiempo en recorrer la imagen de un objeto de gran
tamaño que la de uno pequeño; más tiempo en ver pequeños atributos
en una imagen, que rasgos grandes; y que es más difícil imaginar
objetos que se sabe están escondidos y ocultos tras una barrera,
que otros que se sabe que están visibles. Con tal de que los
sujetos pudieran estar razonando la respuesta correcta (en lugar de
imaginarla), Kosslyn y sus colegas hicieron especial hincapié en
aquellas condiciones experimentales en que los individuos no podían
conocer la respuesta correcta.
Investigaciones recientes ponen en evidencia que las imágenes
se construyen y completan con el tiempo, es decir no se producen de
repente. Esta forma de generación secuencial es la que permite
relacionar cada parte del objeto o escena imaginado con otras
partes del mismo. En este sentido, Kosslyn, Reiser, Farah y Fliegel
(1983) y Paivio (1975) han realizado experimentos en los que se les
pide a los sujetos que formen imágenes de una serie de escenas y
objetos y que avisen al experimentador tan pronto como tengan la
imagen formada. El resultado típico es que el tiempo necesario para
completar una imagen aumenta cuantos más objetos hay que incluir en
la imagen de una escena o cuantas más partes tenga el objeto
imaginado
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Práctica propuesta

Objetivo

El experimento de esta práctica está inspirado en el


efectuado por Kosslyn y colaboradores (Pinker y Kosslyn, 1978;
Kosslyn, Ball y Reisser, 1978; Pinker, 1980).
El objetivo central de nuestro experimento es analizar:

a)Si existen diferencias de tiempo cuando nos desplazamos entre dos


puntos de un laberinto de forma real o física y la ejecución
de este emplazamiento de manera mental.
b)Lo mismo que en el anterior punto, pero observando si los
resultados presentan variaciones cuando la distancia
recorrida es "corta" o "larga".
c)Si existe correlación entre la puntuación de los sujetos en un
test de aptitudes espaciales, con el tiempo que tarden en
desplazarse entre dos lugares de un laberinto cuando éste es
resuelto de forma manual; así como ver, si está relación
también tiene lugar entre las puntuaciones aportadas por los
sujetos en un test de memoria visual con los resultados,
(tiempo de reacción) de los sujetos, al imaginarse
mentalmente el recorrido entre dos puntos del laberinto.

Definición de variables

Variables independientes:

*Forma de desplazarse entre dos puntos del laberinto: a) de forma


física o real; b) de forma mental o imaginaria. Entendiendo
por forma física, cuando los estímulos son presentados al
sujeto (en pantalla) y la imagen permanece presente hasta que
la respuesta es dada; y por forma imaginaria, cuando los
sujetos deben ejecutar la respuesta con la imagen mental, que
ha quedado almacenada en su memoria.
*Distancia del recorrido entre los dos puntos del laberinto: a)
distancia corta; b) distancia larga.
*Capacidad de razonamiento espacial (medida a través del test de
aptitudes espaciales); y la capacidad de memoria visual
(obtenida por medio del respectivo test de memoria visual).

Variable dependiente:

*Tiempo empleado en desplazarse entre dos puntos del laberinto.


*Grado de eficacia en la resolución del laberinto.
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Variables controladas:

*El orden de ejecución en la solución del problema, (la mitad de


los sujetos primero resolverán el problema de forma práctica,
para posteriormente realizar la parte de las imágenes
mentales; mientras que para la otra mitad de los sujetos el
orden de ejecución será el inverso. Ello es para evitar el
"efecto del aprendizaje" que pueda tener la realización de
una parte antes que la otra.
*Otra variable controlada (si bien no de forma total), podría ser
la obligatoriedad de señalar en el laberinto el punto de
partida y el punto de llegada cuando el recorrido ha sido
realizado de forma mental. Ello se efectuará con la ayuda de
un laberinto marcado por los lugares, que estarán sin
identificar.

Sujetos

El experimento se realizará con los estudiantes del grupo de


prácticas de la asignatura de Psicología de la memoria. Todos ellos
deberán pasar por cada una de las situaciones experimentales.

Material

-Un ordenador.
-Programa IMAGEN.EXE, elaborado por R. Cladellas1 (1996).
-Un protocolo de hojas de respuesta del Test de aptitudes
espaciales (D.A.T.-S.R.).
-Un protocolo de hojas de respuesta del test de memoria visual
(figura de Rey).
-Opcionalmente, una impresora en color para la visualización
gráfica que proporciona la utilización del programa IMAGEN.
EXE.

Procedimiento

Aparecerá una primera pantalla con la presentación de la


práctica, para pasar a una siguiente de instrucciones, en la que se
les explicará a los sujetos en que consiste el experimento.
Posteriormente se enlazará con una tercera pantalla compuesta de un

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Para cualquier consulta sobre este programa entablar contacto con este autor en
Universidad Autónoma de Barcelona, Dpto. de Psicología de la Educación, Area
Básica.
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menú con las siguientes opciones:

1.Sesión de entrenamiento
2.Sesión experimental (1 ó física)
3.Sesión experimental (2 ó mental)
4.Salir del menú

Todos los sujetos deberán empezar por la sesión de


entrenamiento con tal de familiarizarse con las teclas a pulsar y
la situación experimental en sí. En esta primera fase o sesión de
entrenamiento, el laberinto no será el mismo que el utilizado en la
fase experimental, aunque si de parecida complejidad.
Para la fase experimental, los sujetos serán divididos en dos
grupos, (grupo A y grupo B). Tanto para los del grupo A como para
los del grupo B se les presentará un laberinto con 8 puntos
identificados por una letra. Esta letra será distinta para cada uno
de estos puntos, (ej: "S" : "Salón", "C" : Comedor, etc..). El
tiempo de presentación total del laberinto será de 60 segundos. Una
vez transcurrido este tiempo, desaparecerá el laberinto de la
pantalla, para volver al menú de opciones. Los sujetos del grupo A
primero deberán pasar por la fase experimental 1 ó física, para a
continuación pasar por la fase experimental 2 ó mental; mientras
que los del grupo B primero pasarán por la fase mental y después
por la sesión física. Como ejemplo en la fase experimental 1 ó
física aparecerá por pantalla la siguiente frase "Usted se
encuentra en el comedor y deberá desplazarse hasta el recibidor";
mientras que para los de la fase experimental 2 o imaginaria,
anteriormente a la aparición del texto, se presentará por pantalla
el mismo laberinto con los 8 puntos marcados, pero sin identificar,
para que señale tanto el punto de partida como el de destino. Ello
es para comprobar que ha habido una correcta memorización de la
ubicación de los puntos. Una vez resuelto este punto con eficacia
aparecerá como ejemplo el siguiente texto: "usted se encuentra en
el recibidor y tiene que imaginarse que se desplaza hasta el
comedor como si realmente lo estuviera haciendo por ordenador. Al
empezar el recorrido deberá apretar la tecla "P" de principio y una
vez crea haber llegado al punto de destino, la letra "F" de final".
Para las dos situaciones experimentales será el mismo ordenador el
que controle el tiempo que el sujeto tarde en recorrer la distancia
que separan los dos puntos. El número total de distancias
recorridas será de 10 (5 de distancia "corta" y 5 de distancia
"larga"), siendo tanto los emplazamientos como el número de orden
idénticos en las dos fases experimentales.
Para finalizar la práctica, los sujetos deberán contestar los
dos tests, no importando el orden en que se efectúe.

Resultados: análisis y discusión


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Una vez realizada la práctica aparecerá una pantalla de


resultados (tiempos de reacción), tanto de forma descriptiva como
gráfica. Los sujetos podrán imprimir estos resultados y analizar si
se cumplen los objetivos propuestos para la práctica. También
podrán comparar estos resultados con los obtenidos en los tests
para verificar si se cumple el tercer objetivo.

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