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EL JUDAÍSMO

Con la palabra judaísmo nos referimos a la religión, la tradición y la cultura


del pueblo judío. La identidad y la historia de este pueblo solo puede explicarse
desde un acontecimiento religioso originario: la alianza que Dios estableció con el
pueblo. Debemos al judaísmo la afirmación de un monoteísto absoluto, la
consideración de las Escrituras como Palabra de Dios, la interpretación de la
historia propia y colectiva como lugar de la presencia y acción de Dios.

1 Un poco de historia

2 Dos asociaciones llamativas

3 Elementos básicos del judaísmo

4 Artículos de fe

5 Las fiestas judías

UN POCO DE HISTORIA

Una historia de liberación


En el siglo XVII a. C., huyendo del hambre, algunas tribus hebreas emigraron a
Egipto donde permanecieron más de cuatrocientos años; al principio, como hombres libres
y, posteriormente, sometidos a dura esclavitud por el faraón Ramsés II (s. XIII a. C.).
Cuando la situación "clamaba al cielo", Dios indujo a Moisés a encabezar una insurrección
que terminó con el éxodo de los hebreos desde Egipto hasta la tierra prometida (Ex 5-
14). Y así, como consecuencia de un "conflicto laboral", nació el judaísmo.

Durante mucho tiempo la Ley -entregada por Dios a Moisés- y el Templo de


Jerusalén fueron los dos pilares del judaísmo. Pero el 70 d. C. los romanos destruyeron el
Templo, y con él desaparecieron tanto los sacrificios de animales como el sacerdocio. En
consecuencia, el único centro del judaísmo pasó a ser la Ley y los rabinos -que la
interpretaban- los únicos dirigentes de las comunidades judías.

Diáspora
Unos años después, el rotundo fracaso de una revuelta contra los romanos
capitaneada por Simón bar Kojba (132-135 d. C.) provocó la diáspora de los judíos por todo
el mundo. La dispersión no impidió que el judaísmo se mantuviera unido durante muchos
siglos, aunque había algunas diferencias entre los asquenazíes (que habitaban en países
centroeuropeos) y los sefardíes (establecidos primero en España y más tarde en Grecia,
Turquía y el Magreb).

La Ilustración

La unidad se rompió al llegar la Ilustración. Un judío alemán -asquenazí, por tanto-


, llamado Moses Mendelssohn (1729-1786) fue el mayor impulsor de la Ilustración judía
(o Halskäläh). Influido por ella, el rabino Abraham Geiger dio origen, hacia 1838, a la
corriente llamada judaísmo reformado: se permitió que en las sinagogas se mezclaran
varones y mujeres, se redujo el judaísmo a una ética e incluso se modificaron algunos
pasajes de la Biblia hebrea.

Convencido de que los reformados estaban destruyendo el judaísmo, el rabino


alemán Moses Schreiber (1762-1839), más conocido como Hatam Sofer, promovió a
comienzos del siglo xIx el judaísmo ortodoxo. Su tesis era que "todo lo nuevo está
prohibido por la Ley". Posteriormente, surgieron todavía más corrientes: el judaísmo
conservador quiso mantener una postura intermedia entre reformados y ortodoxos,
aunque está más próximo a estos; el judaísmo reconstruccionista ha ido más lejos todavía
que el reformado, pero tiene muy pocos seguidores; los jaredíes (llamados en los medios
de comuni¬cación judíos ultraortodoxos) -todavía más rígidos que los ortodoxos- son poco
numerosos en términos absolutos, pero en Jerusalén representan casi la mitad de la
población judía.

De las veintiocho comunidades judías existentes en España, diecisiete son


ortodoxas (son también las más numerosas), ocho reformadas y tres ultraorto¬doxas.

*Judío: significa "el que reconoce a Dios-.

Judíos: fueron los habitantes de Judea. Hebreo: es una palabra atribuida por primera vez, en la
Biblia, al patriarca Abrahán. Significa "el que viene de la otra orilla". Hace referencia a que cruzó
el río Eufrates para trasladarse de Ur a la tierra de los cananeos.

Israelitas o hijos de Israel: son los descendientes del patriarca Jacob, nieto de Abrahán. A
Jacob, Dios le cambió el nombre por el de Israel que significa "príncipe o luchador de Dios".

Israelí: es la persona que tiene la nacionalidad del actual Estado de Israel. No tiene connotaciones
religiosas.

2 DOS ASOCIACIONES LLAMATIVAS

Religión y etnia
En el episodio fundacional del judaísmo recogido en el Éxodo encontramos algo
bastante llamativo. Mientras en el cristianismo Jesús de Nazaret llama a los individuos
para seguirle, y cada uno de ellos debe aceptar o rechazar personalmente la invitación a
integrarse en la comunidad de sus seguidores, en el judaísmo Dios estableció una especie
de "convenio colectivo" con todo un pueblo: "Vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro
Dios" (Lv 26,12; Jr 7,23;11,4;30,22; Ez 36,28). Esa mezcla de lo religioso (el judaísmo)
con lo étnico (la "judeidad" o lo de carácter judaico; en inglés, jewishness) se conserva
bastante pura, porque en el matrimonio es necesario que ambos contrayentes sean judíos
para su validez. Esto hace que los judíos se vean a sí mismos y sean vistos por los demás
como "diferentes".

La elección divina del pueblo judío fue completamente gratuita: "Si el Señor se
enamoró de vosotros y os eligió, no fue por ser vosotros más numerosos que los demás,
pues sois el pueblo más pequeño" (Dt 7,7). Hoy sigue siendo un pueblo y una religión
minoritarios (13 750 000 personas en todo el mundo; en España aproximadamente 40000).
Es, sin embargo, una minoría muy influyente, tanto por su poder económico como por su
formación (apenas son el 0,2 % de la población mundial y han recibido el 22 % de los
Premios Nobel entregados hasta el momento).

Ruina y restauración
La palabra éxodo es griega. En hebreo se dice pesah (`paso'), de donde procede
nuestra palabra pascua. El éxodo -paso de la esclavitud en Egipto a la libertad en la tierra
prometida- se ha convertido en un paradigma de valor permanente para el pueblo judío,
que a lo largo de la historia ha vivido catástrofes tanto o más graves que la de Egipto, y
todas han dado paso a una restauración: (1) la destrucción de Jerusalén por
Nabucodonosor en el año 587 a. C. y el posterior exilio a Babilonia de las clases dirigentes;
(2) el dominio de los seléucidas a partir del 200 a. C., imponiendo en Palestina una
helenización a la vez cultural y religiosa; (3) las derrotas frente a los romanos que llevaron
primero a la destrucción de Jerusalén (70 d. C.) y después a la diáspora judía por todo el
mundo (132-135 d. C.); (4) las expulsiones de los judíos llevadas a cabo por los países
cristianos y musulmanes (la más importante -la de España- fue en 1492); (5) el programa
de exterminio total llevado a cabo por Hitler que hizo disminuir la población judía mundial
desde 16 725 000 hasta 11269 000. Cualquiera de esas catástrofes, que habrían supuesto
la desaparición para otros pueblos más poderosos, en el caso de los judíos han dado paso
siempre a un tiempo de restauración y de esplendor.

judíos en el mundo
En el mundo hay 13 750 000 judíos.

El país donde viven más judíos es Israel, donde hay 5 970 000, es decir el 43 % de
todos los judíos del mundo; le sigue Estados Unidos (residen alrededor de 5 300 000);
Francia (490 000); Canadá (375 000); Reino Unido (295 000). En Rusia, viven 215 000 y
con los estados de la Federación suman 340 000; en Argentina 183 000; en Alemania 120
000; Australia 107 000; Brasil 96 000; y en Afganistán vive un solo judío. Las ciudades
fuera de Israel con más judíos son: Nueva York 2 099 000; Los Ángeles 688 600; San
Francisco 345 700; Washington 332 900; Boston 295 700; Chicago 295 700; París 284
000; Filadelfia 280 000; Londres 195 000.

SERGIO DELLA PERGOLA, Universidad Hebrea de Jerusalén

ELEMENTOS BÁSICOS DEL JUDAÍSMO


Libros sagrados
El primer lugar en importancia lo ocupa la Biblia hebrea, coincidente -salvo en
pequeños detalles- con el Antiguo Testamento de los cristianos. En ella destacan los cinco
primeros libros: la Tóráh (palabra hebrea que significa Ley'). Junto a la Biblia hubo una
tradición oral que dio origen a la Misnäh (enseñanza-repetición), terminada de recopilar a
finales del siglo II d. C. La Misnäh, junto con los comentarios rabínicos a la misma, forman
el Talmud (enseñanza-doctrina). Existen dos talmudim: el de Jerusalén, terminado hacia
el año 400 d. C., y el de Babilonia - más importante y tres veces más amplio-, terminado
algunas décadas después.

Exigencias éticas
Según el Talmud, la Ley judía contiene en total 613 preceptos: 365 negativos y 248
positivos (Makkot 24a). Como ejemplo, mencionaremos dos:

1. Los judíos deben rezar tres veces al día —por la mañana, por la tarde y al
anochecer— que se corresponden con los momentos en que se ofrecían los
sacrificios en el templo de Jerusalén.
2. Solo deben comer alimentos köser ('ritualmente puros'): está prohibida la carne
de cerdo, conejo y otros muchos animales considerados impuros (Lv 11). Los
restantes animales deben ser sacrificados de un modo espe¬cial y extraerles
completamente la sangre antes de ingerirlos, porque ella es la vida (Gn 9,4).

Según la Misnah, la Ley debe rodearse de "una valla" (Abot, 1,2), ampliando algo el
ámbito de los mandamientos, para evitar desobedecer inadvertida¬mente alguno. Por
ejemplo, para garantizar el descanso sabático, el sábado comienza legalmente el viernes
por la tarde, asegurándose así que nadie seguirá trabajando al llegar la media noche (es
un "truco" semejante al de las personas que llevan el reloj adelantado para no llegar nunca
tarde).
La Torá es tan importante para los judíos que algunos no se separan física¬mente de
pasajes de las Escrituras y los llevan sobre sí en pequeñas cajas de cuero negro,
filacterias, alrededor del brazo izquierdo y la cabeza.

4 ARTÍCULOS DE FE

La tradición
Apreciamos en el judaísmo un llamativo contraste entre el hiperdesarrollo de la Ley
y el mínimo desarrollo de los dogmas. Maimónides en uno de sus libros más importantes,
el Misnéh Tóráh, elaborado entre 1170 y 1180- afirmó que la fe judía tiene solamente
trece artículos (Doc 1); pero en el s. xv otro judío español, Joseph Albo, los redujo a tres;
y Moses Mendelssohn, en su libro Jerusalem (1783), sostuvo que el judaísmo no tiene
ningún dogma: "A nosotros se nos prescribieron leyes, usos, normas de vida, acciones. Pero
en cuanto a las opiniones doctrinales somos libres".

He aquí cuatro de los trece artículos de fe enumerados por Maimónides:

1. El principal artículo es la unicidad de Dios. Los judíos recitan dos veces cada día
el famoso Sema (`Escucha'): "Escucha, Israel: el Señor es nuestro Dios, el
Señor es uno solo" (Dt 6,4).
2. Revelación divina de la Tórah, por la cual sienten una gran veneración los judíos.
Los manuscritos destinados al culto se adornan con telas y labores plateadas y
se conservan en un arca que suele ser una verdadera obra de arte. Si
accidentalmente cae al suelo uno de los rollos de la Tóráh, lo consideran como
una verdadera desgracia y toda la comunidad ayuna. Pero -a diferencia de lo que
ocurre en el cristianismo- no existen estudios profundos sobre el modo en que
debe entenderse la inspiración divina, lo cual sería fundamental para saber el
valor que debe darse a muchas manifestaciones culturales de entonces.
3. Justa retribución en la otra vida. Ya sabemos que la resurrección de los muertos
fue una creencia tardía dentro del judaísmo; durante muchos siglos pensaron
que la retribución de las buenas o malas acciones tenía lugar en esta vida, aunque
eso les planteaba un problema al ver que frecuentemente iban mejor las cosas a
los malos que a los buenos (Job 21,7¬13.19-34; Jr 12,1). La primera vez que la
Biblia hebrea afirmó categóricamente la resurrección fue entre los años 167-
164 a. C.: "Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra despertarán: unos
para vida eterna, otros para vergüenza e ignominia perpetua" (Dn 12,2). Unos
años después encontramos un nuevo testimonio de la resurrección (2 Mac
7,9.14). En el siglo II d. C. estaba ya firmemente establecida la creencia en la
resurrección de los muertos. Conviene observar que -a diferencia del
cristianismo, para el cual la otra vida es radicalmente distinta de la actual y en
ella no tienen sentido nuestras categorías de tiempo y espacio- la opinión más
extendida dentro del judaísmo es que será en este mundo y, más concretamente,
en la tierra de Israel.
4. Certeza de la venida del Mesías. El judaísmo se encuentra dividido en este punto:
los ortodoxos siguen manteniendo la fe tradicional; para los conservadores el
Mesías no es una persona, sino una metáfora poética; y los reformados han
secularizado las expectativas mesiánicas.

5 LAS FIESTAS JUDÍAS

Memoria de su historia de salvación


Es necesario mencionar ante todo una fiesta semanal muy importante para lo judíos:
el sabbát (`descanso'). Durante el sábado no pueden realizar ningún trabajo y deben
acudir a las sinagogas. Para que comience allí el culto es necesario cubrir como mínimo el
minyán (`quórum de diez' varones mayores d trece años).

En cuanto a las fiestas anuales, las tres principales son:

1. La Pascua, que conmemora el éxodo. La primera noche del plenilunio d primavera


cada familia celebra en su casa una cena ritual con una merme lada oscura (el
haróset) en recuerdo de la pasta con que fabricaban ladrillos en Egipto,
verduras amargas y pan ácimo en memoria de aquella vid atormentada; el más
anciano explica: "Este es el pan de la aflicción que comieron nuestros padres en
la tierra de Egipto: quien tenga hambre venga y coma, quien esté en necesidad,
venga y celebre la Pascua. Este año estamos aquí, pero el año próximo en Israel".
2. Cincuenta días después, celebran la Fiesta de las Semanas (sábu`ót) o d
Pentecostés (`quincuagésimo', en griego) conmemorando la entrega de la Ley a
Moisés en el Sinaí. En la sinagoga se leen los diez mandamientos algunos pasan
la noche meditando los preceptos divinos.
3. La Fiesta de los Tabernáculos (sukót), durante la cual los fieles instalan unas
tiendas cerca de las sinagogas para recordar las acampadas en el desierto, y
comen e incluso duermen en ellas durante una semana. Es una celebración alegre
para agradecer a Dios la protección dispensada a los hebreos durante su
travesía por el desierto desde Egipto hasta la tierra prometida.

Hay, además, cuatro celebraciones secundarias:

1. Para conmemorar la victoria de los Macabeos, que permitió consagra nuevamente


el Templo de Jerusalén (164 a. C.) tras la profanación d Antíoco IV, celebran
entre noviembre y diciembre una fiesta llamad Hanukáh (`consagración'). Se
conoce popularmente como Fiesta de la Luces porque dura ocho días y cada
noche la familia enciende una vel más de la famosa hanúkiyúh (el candelabro de
ocho brazos).
2. La fiesta de los Púrim (`suerte') se celebra entre febrero y marzo par recordar
que, alrededor del año 450 a. C., los judíos establecidos en Per sia se salvaron
del exterminio decretado por Amán gracias a la inteligent actuación de la reina
Ester. Al leer en la sinagoga el libro de Ester, lo niños hacen sonar unas carracas
o hacen ruido con los pies cada vez qu aparece Amán.
3. En octubre celebran la fiesta del año nuevo judío (Ros ha-sánáh) y die días
después el Yóm Kippür (un día de oración, ayuno y confesión públic de los
pecados).
4. Por último, la fiesta de Simhat Tóráh (`regocijo de la Ley'), durante la cua los
rollos de la Ley son llevados en procesión alrededor de la sinagog con cantos y
danzas, es una gozosa acción de gracias por la Tóráh.

• Escucha, Israel: el eterno, nuestro Dios. el eterno es UNO. Bendito sea para siempre el
nombre de su reino glorioso. Amarás al eterno, tu Dios, con toda tu alma, con todo tu corazón y
con todo tu poder.

SHEMÁ, Confesión de fe sacada del Deuteronomio, recitada varias veces al dia I

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