de las complacencias divinas. Y luego sigue un ofrecimiento o entrega total de alma, vida y corazón a nuestra divina Madre de la Pureza, para terminar con una súplica, que implora la mirada y la protección permanente de María a nuestra pureza de alma y cuerpo: “Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía”. Esta hermosa décima ha sido tomada de nuestro folklore religioso, genéricamente, una décima es una estrofa de 10 versos de ocho sílabas cada uno y de rima consonante.
El “Bendita sea tu pureza” es otra oración que
enaltece la Pureza Virginal de María como objeto de las complacencias divinas. Y luego sigue un ofrecimiento o entrega total de alma, vida y corazón a nuestra divina Madre de la Pureza, para terminar con una súplica, que implora la mirada y la protección permanente de María a nuestra pureza de alma y cuerpo: “Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía”. Esta hermosa décima ha sido tomada de nuestro folklore religioso, genéricamente, una décima es una estrofa de 10 versos de ocho sílabas cada uno y de rima consonante. El “Bendita sea tu pureza” es otra oración que enaltece la Pureza Virginal de María como objeto de las complacencias divinas. Y luego sigue un ofrecimiento o entrega total de alma, vida y corazón a nuestra divina Madre de la Pureza, para terminar con una súplica, que implora la mirada y la protección permanente de María a nuestra pureza de alma y cuerpo: “Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía”. Esta hermosa décima ha sido tomada de nuestro folklore religioso, genéricamente, una décima es una estrofa de 10 versos de ocho sílabas cada uno y de rima consonante.
El “Bendita sea tu pureza” es otra oración que
enaltece la Pureza Virginal de María como objeto de las complacencias divinas. Y luego sigue un ofrecimiento o entrega total de alma, vida y corazón a nuestra divina Madre de la Pureza, para terminar con una súplica, que implora la mirada y la protección permanente de María a nuestra pureza de alma y cuerpo: “Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía”. Esta hermosa décima ha sido tomada de nuestro folklore religioso, genéricamente, una décima es una estrofa de 10 versos de ocho sílabas cada uno y de rima consonante.