Los hombres y las mujeres tienen, en algunos aspectos, mundos emocionales distintos, han revelado diversos estudios realizados en los últimos años. Por ejemplo, se ha demostrado que las mujeres son mejores que los hombres distinguiendo emociones, especialmente el miedo y el disgusto; así como en la interpretación de expresiones faciales o estímulos multisensoriales relacionados con las emociones. También que mujeres y hombres suelen sufrir enfermedades mentales diferentes porque ambos gestionan de manera distintas sus propias emociones. Así, las mujeres son más propensas a padecer trastornos como la depresión o la ansiedad, mientras que los hombres tienden más a sufrir trastornos antisociales y a abusar de sustancias. En cuanto a los celos, un estudio realizado en 2010 por psicólogos de Pennsylvania, reveló que la mayoría de las mujeres ven la infidelidad emocional como algo peor que la infidelidad sexual; mientras que a los hombres les sucede lo contrario. Se cree que esta diferencia podría tener un origen evolutivo. El cerebro de la mujer y el del hombre tienen una forma de funcionar diferente. Por ejemplo, la mujer suele ser más intuitiva y capaz de hacer más cosas a la vez, porque posee más conexiones entre ambos hemisferios cerebrales, mientras que los hombres se orientan mejor, tienen más facilidad a la hora de tomar decisiones y son más ejecutivos, por tener más conexiones nerviosas entre la zona motora del cerebro, que se encuentra en la parte frontal y la zona visual, localizada en la occipital. Además, los hombres tienen más desarrolladas las áreas cerebrales destinadas a la actividad sexual y la agresividad, mientras que las mujeres tienen más desarrolladas las zonas destinadas a la empatía. El experimento que puedes ver a continuación es prueba de ello. El no expresar, ni entender, ni gestionar de la misma manera las emociones, es propio de hombres y mujeres, teniendo en cuenta que manifestarlas se considera un signo de debilidad, o que hay emociones que están bien vistas dependiendo del género. Así ante una misma situación negativa, la mujer puede expresar tristeza y el hombre enfado. Ello conlleva que ambos sexos tengan tendencia a desarrollar enfermedades mentales diferentes. Por ejemplo, las mujeres tienen una mayor predisposición a sufrir ansiedad o depresión, mientras que los hombres tienden más a conductas antisociales y problemas adictivos. Por estos motivos, mujeres y hombres nos equivocamos cuando pretendemos que uno y otro, tengamos las mismas respuestas emocionales. No es que deliberadamente no queramos expresarnos igual, o gestionar nuestros sentimientos de la misma manera, sino que nuestro cerebro está diseñado para atender a otras cosas. Si ambos aceptáramos esto y dejáramos de intentar cambiarnos, se evitarían muchos conflictos de pareja.