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VI.

El Origen de la Rebeldía
A. La Rebeldía en Satanás

Isa 14:12 ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra,
tú que debilitabas a las naciones.
Isa 14:13 Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de
Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del
norte;
Isa 14:14 sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.
Isa 14:15 Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo.

Eze 28:13 En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura;
de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo,
esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados
para ti en el día de tu creación.
Eze 28:14 Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí
estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas.
Eze 28:15 Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se
halló en ti maldad.
Eze 28:16 A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste;
por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego,
oh querubín protector.
Eze 28:17 Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a
causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré
para que miren en ti.

Gén 3:1 Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová
Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de
todo árbol del huerto?
Gén 3:2 Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos
comer;
Gén 3:3 pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él,
ni le tocaréis, para que no muráis.
Gén 3:4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis;
Gén 3:5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y
seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.

B. La Rebeldía en el Hombre
1. Las Palabras

Efe 5:6 Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios
sobre los hijos de desobediencia.
2Pe 2:10 y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en
concupiscencia e inmundicia, y desprecian el señorío. Atrevidos y
contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores,
2Pe 2:11 mientras que los ángeles, que son mayores en fuerza y en potencia, no
pronuncian juicio de maldición contra ellas delante del Señor.
2Pe 2:12 Pero éstos, hablando mal de cosas que no entienden, como animales
irracionales, nacidos para presa y destrucción, perecerán en su propia
perdición,

Mat 12:34 ¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos?
Porque de la abundancia del corazón habla la boca.

Jud 1:8 No obstante, de la misma manera también estos soñadores mancillan la carne,
rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores.
Jud 1:9 Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el
cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que
dijo: El Señor te reprenda.
Jud 1:10 Pero éstos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por
naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales.

2. Los Razonamientos

Rom 9:11 (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que
el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las
obras sino por el que llama),
Rom 9:11 (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que
el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las
obras sino por el que llama),
Rom 9:12 se le dijo: El mayor servirá al menor.
Rom 9:13 Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.
Rom 9:14 ¿Qué, pues, diremos? ¿Qué hay injusticia en Dios? En ninguna manera.
Rom 9:15 Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y
me compadeceré del que yo me compadezca.
Rom 9:16 Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que
tiene misericordia.
Rom 9:17 Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para
mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la
tierra.
Rom 9:18 De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere
endurecer, endurece.
Rom 9:19 Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a su
voluntad?
Rom 9:20 Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá
el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?
Rom 9:21 ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma
masa un vaso para honra y otro para deshonra?
Rom 9:22 ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó
con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción,
Rom 9:23 y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los
vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria,
Rom 9:24 a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos,
sino también de los gentiles?

3. Los Pensamientos

2Co 10:4 porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en
Dios para la destrucción de fortalezas,
2Co 10:5 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el
conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la
obediencia a Cristo,
2Co 10:6 y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra
obediencia sea perfecta.

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