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II
“y en el gran árbol del cielo
la luz sube desde las raíces
y circula por las ramas.
Amanece.”
Ecos
Entre las muchas cosas que provoca atracción de la obra de arte, está la
identificación. Porque a veces la fascinación no viene solamente de descubrir algo
nuevo, sino de descubrirse uno mismo en las palabras, las notas musicales, los
trazos pictóricos, los silencios, etc. de las obras de arte. Con esto, se trata ahora de
revisar los ecos de la obra de Buenaventura en mi experiencia vital, para colegir de
allí, el interés por ser testigo de una parte del viaje del dramaturgo caleño.
Consciencia social e histórica.
Es evidente en Enrique su preocupación por la historia colombiana y
latinoamericana, superando empero, la reducción al dato o la noticia en un esfuerzo
por dignificar los actores anónimos de años y años de Violencia y conflicto, así en
los Papeles del infierno como en los Soldados y en sus innumerables obras. Se trata
de adentrarse en historias de hombres y mujeres, con predilección por los más
humildes, para dar un reflejo vívido del ambiente, de los dramas, de los personajes,
de las situaciones que encarnó nuestra historia y que para nuestro infortunio
coincide con el largo derramamiento de sangre sobre esta, casi inexistente, patria
que llamamos Colombia.
Con el teatro de Enrique pasa como con la pintura de Guayasamín:
“Pintar es una forma de oración al mismo tiempo que de grito.”
O la escultura de Rodrigo Arenas Betancourt, otro polímata de nuestro país, cuando
se refiere a la concepción de su propio arte y de la muerte:
“Es un grito desesperado que aúlla en las membranas de la noche”
III
La polimatía.
Enrique dramaturgo, poeta (único título que reclamaba para sí), pintor, dibujante y
grabador. Enrique múltiple y diverso, marinero, draguero, trashumante, trásfuga
detrás de las ideas y los instintos de su obra; expulsado de la Universidad del Valle
por orden militar; Enrique arquitecto de obras dramáticas maravillosas, haciendo de
una casa vieja y destruida su refugio de arte –el TEC-
Enrique cantor de las miserias de nuestro pueblo.
IV
La Polimatía II - Cantera de creación
De las diversas maneras que bebe inspiración el artista está sin duda el arte en toda
su historia y geografía, y también, sin duda, la experiencia vital. A esta última cabe
coligarle la posibilidad y potencia en la creación de un hombre seminal, oceánico y
telúrico. La polimatía es sin duda tierra fértil, buen viento a la mar de las ideas que
conducen a la escritura de una historia, de un libreto, pues como dice el filósofo
envigadeño González la vivencia es el único modo de llegar a conocer los
conceptos, y quien vive muchas profesiones y viajes tendrá mucho material y de
muchas durezas, texturas y composiciones en su cantera creativa para poblar de
giros, tensiones y distensiones, de ideas, de emociones, de referentes, de símbolos
su obra, en este caso, teatral.
Aunque es preciso anotar que la creación de un libreto en Buenaventura era sólo
una provocación, unas ideas o situaciones iniciales, para que, abogando por la
libertad y expresividad de cada actor-autor se fuera dando forma a los guiones y
textos finales, a través de la improvisación y de la división de temas de investigación
en los diferentes integrantes de la compañía para que todo el grupo se apropie e
intime con la obra.
V
ENCUENTRO (Ficción)
Siempre me ha fascinado el espejo rodeado de lamparillas.
Me preparo para representar la obra. Contradictorio esto de maquillarse para
aparecer natural y tosco, repasar el texto de un iletrado, y admirar a Enrique aunque
deba odiarlo porque hoy hace de Militar.
Tercer timbre.
Escucho de fondo la voz de mi niña, el cortejo.
Oigo la señal, el tambor de guerra como relámpago, 12 pasos al frente y 3 a la
derecha (-tranquilo, nadie te importa) y ahora, arrodillao con las manos amarradas
me veo ante la sombra de un temible Sargento:
-¿Vos respondés al nombre de Peregrino Pasambú?- me pregunta bronco animal
este hombre militar teñido de rojo por el polvo de mi tierrita la Esperanza.
Fue breve la conversa. Sentí como si un relámpago caliente se me entrara por todo
el cuerpo y la última imagen fue la de mi casita de barro rojo salpicada con mi propia
sangre.
Dicen que cuando uno muere dizque conserva la escucha, escuché los gritos de
placer de 8 hombres diferentes pero siempre el grito de mi hijita.
Al final, después de este papel del infierno, en la mesa del bar y con algunos
asistentes, fumamos Tabaco Enrique, Amalia y Yo.
VI
El diván de la bohemia
VII
Capítulo suprimido
VIII
Epílogo
“La voz con que yo canto
Viene de voces ahogadas,
Las que han podido pasar
a través de la mordaza.
Más allá de querer incluir una conclusión a este texto, puesto sería ilógico en un
ejercicio rizomático, quiero permitirme, en una voz de autoconciencia dirigida a
usted apreciado profesor Mario Alberto Yepes, extenderle las siguientes palabras:
Primero, en absoluto este texto está en diálogo con la grandeza de Buenaventura
por un lado, ni con la potencia del curso que usted ofrece. Sendas obligaciones
laborales aunadas a cierta confusión que tuve con la fecha de entrega me ha
impedido la inmersión profunda en el nivel que ansiaba al universo de este hombre.
Puedo hablar quizá de un atisbamiento o un presentimiento.
Por otra parte, agradezco infinitamente que lo haya invitado a la clase a leer con
nosotros Crónica y Los Soldados, obras plenas de tristeza, y que aprecio, por su
consciencia originaria la primera, y la otra, por su texto esquizofrénico, poseído por
los fantasmas de la historia y de esos recursos documentales que se imbrican con
el texto ficcional en un retrato maravilloso. Digo invitarlo porque cada vez que lo
leemos, estamos a su lado, con su presencia, sus ritmos y sus silencios. ¡Habitar
para siempre la propia obra de arte, sobrevivir la muerte!
Finalmente, a usted, todo mi aprecio, admiración y respeto, por su historia que de a
poco he ido conociendo y por acercarme a la dramaturgia no desde claves, secretos
estructuras, esquemas, teorizaciones, sino en el seno puro de la lectura dramática.
Quisiera seguir asistiendo a algunas de sus clases o a otros espacios de lectura.
Quisiera seguir escuchándolo, porque cuando se lo escucha querido profesor,
parece que la misma historia hablara a través de usted.
Buen viaje para usted y para Enrique donde quiera que su barco Navegue.
Referencias
Buenaventura, E. Teatro (1977) Instituto Colombiano de Cultura, Bogotá
Jaramillo, M.; Osorio, B.; Yepes, M.; Montero, S.; Cardona, M.; Enrique
Buenaventura Obra Completa I - Poemas y cantares (2004). Editorial Universidad
de Antioquia
Enrique Buenaventura en escena. Agenda Cultural N° 153 abril (2009) Universidad
de Antioquia
Documentales
Enrique Buenaventura, Maestro del Teatro Colombiano. Entrevista con Laura
García en el programa de T.V. Escritores Colombianos del canal Señal Colombia
en 2001.
[En línea] Recurado de:
https://www.youtube.com/watch?v=DscMIlYshd0&t=231s