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"Año de la lucha contra la corrupción e impunidad"

UNIVERSIDAD TECNOLOGICA DEL PERU

“FACULTA DE DERECHO, CIENCIAS POLÍTICAS Y


RELACIONES INTERNACIONALES”

Tema:

“Contrato de Arrendamiento”

Asignatura: Contratos
Docente: Claudia Ojeda Martinez
Alumnos: HUARACHA SUMIRE, Henrry
ZEGARRA CHAVEZ, Luis

Arequipa-2019

1
INDICE

1. ANTECEDENTES DEL ARRENDAMIENTO .......................................................... 4

2. MARCO NORMATIVO ........................................................................................... 7

3. CLASES DE ARRENDAMIENTO......................................................................... 18

 Subarrendamiento .......................................................................................................... 18
 Cesión de arrendamiento ................................................................................................ 19
4. DERECHO COMPARADO .................................................................................. 20

 México ............................................................................................................................. 21
 Chile ................................................................................................................................. 23
5. EL CONTRATO DE ARRENDAMIENTO, EN RELACIÓN CON OTROS CONTRATO S .. 25

6. DOCTRINA .......................................................................................................... 26

2
INTRODUCCIÓN

En la actualidad, los peruanos al no tener vivienda propia optan en su mayoría al


comúnmente llamado alquiler, trayendo de esta manera una serie de conflictos a corto
o largo plazo que afectan tanto al propietario como al poseedor del bien inmueble, sin
embargo bajo estas premisas y poniéndonos en la posición de estas personas sería muy
recomendable establecer parámetros a este tipo de relación jurídica, porque sí, estamos
hablando de una relación jurídica, debido a que se conforman elementos propios de
esta, asimismo estas partes deberán negociar estos intereses delimitando las tan
famosas tratativas contractuales, con el fin de evitar estos conflictos es que los
estudiosos del derecho recomiendan celebrar un contrato de arrendamiento, en el cual
existe una relación recíproca, donde los principales sujetos que actúan dentro de este
son el arrendador y el arrendatario, siendo principalmente de obtener una renta y tener
el uso y ocupación de un bien respectivamente, siendo pues algo que tiene que ver con
la capacidad y el ya tan conocido consentimiento para que se configure una celebración
exitosa de este tipo de contrato, asimismo cabe mencionar que esta relación tiene un
fin oneroso y conmutativo. Entonces, viendo la importancia que conlleva este contrato
es que siendo nosotros arrendadores de un contrato deberíamos tener mucho cuidado
de las personas que seleccionamos como arrendatarios, ya que según nosotros el
ordenamiento jurídico peruano que regula esto, también está a favor del arrendatario,
ya sea por periodos o rentas vencidas, lo cual vamos a demostrar en los siguientes
párrafos.

Entonces con la motivación de poder analizar a fondo este tipo de contrato es que se
realiza este trabajo, donde en primer lugar veremos los antecedentes de este contrato,
viendo el pensamiento principalmente de los juristas romas de aquella época, en
segundo lugar, haremos el análisis de los artículos pertenecientes al Libro de
Obligaciones, donde se nos detalla la legislación destinada al arrendamiento acá en el
Perú; en tercer lugar daremos cavidad a las clases de arrendamiento, siendo para esta
parte necesario citar a diferentes estudiosos del derecho, en cuarto lugar hablaremos
con respecto al derecho comparado y como es que dos países , uno sudamericano y el
otro norteamericano, siendo estos Chile y México respectivamente, analizando
relativamente el ordenamiento jurídico de estos países y comparándolos a nuestra
legislación; en quinto lugar, vamos a ver la relación del arrendamiento con otros tipos
de contratos regulados por nuestro ordenamiento jurídico, finalmente vamos a ver un
poco de doctrina.

3
CONTRATO DE ARRENDMAIENTO

1. ANTECEDENTES DEL ARRENDAMIENTO


Como casi todo, creemos que el arrendamiento también tuvo un origen en el Derecho
Romano, no con el mismo nombre, sino que fue bajo la denominación de locación de
cosas, de obras y de servicios, tal como lo describe Ernesto Viteri Echevarría en su libro
“Los contratos en el Derecho Civil Guatemalteco” afirmando lo siguiente:

"En el Derecho Romano, no se conocía el arrendamiento, sino que existía el


contrato de locación de cosas, de obra y de servicios. En Roma, el arrendamiento
se confundía con la compraventa en el sentido de que se entregaba una cosa, a
manera de venta, pero por un tiempo determinado. Las conquistas, el auge
comercial, la inmigración y otros factores sirvieron para que adquiriera identidad
este contrato en atención a la necesidad de vivienda para aquellas personas de
escasos recursos. Se daba una casa para el uso, con la obligación para el
usuario de pagar una renta”. (Viteri, 2002, pág. 279)

Como ya lo habíamos señalado en los párrafos introductorios del presente trabajo, el


conflicto es una causal donde el contrato de arrendamiento calza correctamente, ya que
tal como lo menciona el autor citado fue mediante estos problemas que el arrendamiento
tomo una denominación como tal, siempre viendo por las personas que no tienen
vivienda, siendo pues en la antigua Roma un derecho que todas las personas de
condiciones económicas no favorables las beneficiadas.

Viteri también señala que, “Luego, se agruparon bajo el concepto de locatio conductio:
la cesión para de una cosa su goce, la prestación de un trabajo o servicio y la de una
obra, todas a cambio de una remuneración o renta. En el siglo II antes de Cristo, la
locatio conductio se definía como el contrato por el cual una persona (locator) se obliga
a ceder temporalmente a otra (conductor) el disfrute de una cosa corporal o incorporal,
mueble o inmueble, a cambio de una retribución (merces)" (Viteri, 2002, pág. 279)

Sin embargo, el autor anteriormente citado nos habla sobre la Locatio Conductio, un
término muy singular si es que de arrendamiento queremos hablar, el cual no nos queda
claro del todo, es por ello que nos permitimos citar al jurista Fritz Schulz, que nos da un
significado más claro sobre este tema afirmando que: “La locatio conductio es un
contrato consensual por el que una de las partes -locator- coloca una cosa, un trabajo o
servicio a disposición de otra parte llamada conductor, a cambio de una remuneración
prometida por el locator o el conductor”, siendo esta definición según nosotros muy
apegada al Derecho Laboral, pero yéndonos a la palabra específica “cosa”, siendo la

4
palabra que más nos interesa si lo queremos relacionar al tema principal de este trabajo,
entonces la relación que busca Viteri es correcta, porque la relación jurídica entre las
partes interesadas genera los derechos de tener posesión sobre una cosa, en el caso
del arrendamiento un bien, y una obligación con la que se da una renta convenida entre
las partes. Asimismo, y con la finalidad de poder enriquecer este trabajo es que nos
damos un pequeño espacio para analizar algo más, y es que nos llama mucho la
curiosidad, ya que es una palabra mencionada por ambos autores, y es “remuneración”,
la Real Academia Española la define como: “Recompensar, premiar, galardonar”,
mientras que en nuestro Código Civil el articulo 1666 menciona la palabra “renta” la cual
es definida por la RAE como: “Aquello que paga en dinero o en frutos un arrendatario”,
entonces según nosotros hay una gran diferencia entre un premio, ya que estese
obtiene por un mérito, mientras que el fruto claramente es aquel ingreso económico
que se genera, no por un incentivo, sino por el uso de un bien, como es el caso del
arrendamiento, ahora pues podemos ponernos en la posición de que un término
claramente se direcciona al ámbito laboral, mientras que el otro está dentro de las
instituciones civiles.

Por otro lado, Alexandra Machado Rodríguez en “Reflexiones en torno al locatio-


conductio y el contrato de arrendamiento”1 nos da más aportes sobre esta figura y lo
muy importante que es para el arrendamiento, afirmando lo siguiente:

“El contrato de arrendamiento no surgió a la vida jurídica romana como una figura
autónoma e independiente, por cuanto se confundía con el contrato de venta. No
obstante lo anterior, su desarrollo permitió, por el enorme intercambio mercantil
entre los ciudadanos romanos y los peregrini (ius gentium), que se estructurara
en tres figuras contractuales, las cuales han sido la de las actuales legislaciones.”
(Rodriguez, 2014, pág. 38)
La autora nos da claramente una referencia al origen del arrendamiento, diciéndonos
que los romanos lo tomaban como un una figura de venta, entonces suponiendo
nosotros que esta relación se da con los autores que hemos venido citando, por ejemplo
Vitori menciona entre bienes, trabajo, servicios, etc. por una remuneración, nosotros
entendiéndolo entonces como un intercambio, misma palabra que menciona Rodríguez,
y además misma finalidad del contrato de compra- venta, siendo descrito este contrato
en nuestro Código Civil en su artículo 1445: ““Por el contrato de compra y venta uno de
los contratantes (el vendedor) se obliga a entregar una cosa determinada y el otro (el

1
Machado, A. “Reflexiones en torno al locatio-conductio y el contrato de arrendamiento”
p.38

5
comprador) a pagar un precio cierto, en dinero o signo que lo represente”2, donde
también se desprende de manera inferencial que como veníamos diciendo es un
intercambio, por lo que sería un carácter a distinguir, sin embargo tenemos claro que tal
como lo señala el Código Civil el contrato es un intercambio de derechos y obligaciones,
siendo pues que el contrato de compra y venta cuando se adquiere el bien se lo adquiere
de manera permanente, mientras que en el contrato de arrendamiento la relación
patrimonial entre las partes interesadas será por el plazo convenido en las
negociaciones del mismo.

Teniendo en claro esto, debemos tener en consideración que dentro del locatio-
conductio estudiosos del derecho han determinado que hay tipos de esta figura, las
cuales creemos que son pertinentes citar, ya que de una de estas se puede desprender
la esencia del arrendamiento actual, Noelia Torices Viña en su tesis “La locatio-
conductio en Roma y su régimen actual” presentada a la Universidad de Valladolid nos
los menciona, afirmando lo siguiente:

“(…) En este sentido, existen los siguientes tipos de locatio-conductio:

 Locatio conductio rei (arrendamiento de cosa). En esta locatio


conductio una persona se obliga a ceder a otra el uso o el uso y
disfrute de una cosa a otra a cambio de un precio cierto.
 Locatio conductio operis (una persona se obliga a realizar una obra
para otra). En esta locatio conductio una persona se obliga a realizar
una obra para otra a cambio de un precio que ésta última debe de
pagar.
 Locatio conductio operarum (una persona se obliga a realizar una
determinada actividad a favor de otra). En esta locatio conductio una
persona se obliga a prestar una determinada actividad en favor de
otra a cambio de una remuneración cierta.” (Viña, 2017, págs. 9-10)

Si bien es cierto que el contrato de arrendamiento se desprende de nuestro Libro de


Obligaciones, como hemos venido diciendo hasta el momento la consecuencia jurídica
del contrato es una obligación, entonces viendo en primer lugar la locatio conductio
operis y operarum , se relacionan bastante a una obligación de hacer, siendo ambas del
también figuras muy parecidas, comprendiendo lo anteriormente dicho y sabiendo ahora
de donde y porque esas locatio están dentro del libro de obligaciones, no obstante la
figura que más nos llama la atención es la primera “locatio conductio rei”, donde
expresamente se menciona la palabra “arrendamiento”, claramente haciendo referencia

2
Código Civil peruano vigente

6
a la cosa, también habla sobre la palabra “ceder” lo cual confirma nuestra posición al
decir que el arrendamiento únicamente es temporal y básicamente este temporalidad
cuando acaba termina definitivamente con lo que es la relación jurídica patrimonial.
Aunque estos tres tipos de locatio parezcan diferentes, y en realidad lo son puesto que
uno habla de cosa, otro de obras y el último de servicios, es importante señalar que las
tres figuras dentro del derecho romano se unificaban, siendo pues considerada por los
juristas de la época una sola institución.

Habiendo dicho esto, fue en el siglo XIX que Arangio-Ruiz sostuvo que la locatio eran
tres diferentes tipos de contratos, lo que fue tomado como una teoría “rupturista” y
“tripartita” en aquellos años, afirmando que cada tipo de locatio estaba determinada por
una acción única, estableciendo así que existan diferencias dentro de la res o el operum,
ya que su finalidad es distinta, con lo cual criticaba a los juristas romanos por no haber
reconocido estas figuras de diferente modo en el Digesto, sin embargo nosotros
consideramos que se debe ver por una teoría “unitaria”, ya que el procedimiento positivo
que tuvo el arrendamiento en época romana nos parece el adecuado, porque avanzar
en la forma de ver esta institución como un contrato de venta hasta determinarlo en una
cosa, especie y obras es algo bueno para nosotros. No obstante, debemos también
tener en cuenta lo que nos dice Arangio y es que para el pensamiento un poco más
desarrollado y habiendo ya la figura del arrendamiento como tal es que nos da estas
diferencias entre los tipos de contrato, algo que no consideraron los romanos, pero que
nosotros si deberíamos conocer en nuestra actualidad.

2. MARCO NORMATIVO
El arrendamiento es una figura muy conocida en nuestro país, ya que es una de las más
usadas y como ya lo hemos visto una de las más antiguas, en esta parte del trabajo a
lo que queremos llegar es analizar el Contrato de Arrendamiento dentro de nuestro
ordenamiento jurídico, viendo sobre todo el Libro de Obligaciones de nuestro Código
Civil vigente.

El arrendamiento está ubicado en el artículo 1666 del Código Civil, desde ahora C.C. el
cual se refiere a este del siguiente modo: “Por el arrendamiento el arrendador se obliga
a ceder temporalmente al arrendatario el uso de un bien por cierta renta convenida.”3 Lo
primero que podemos señalar de este pequeña definición de arrendamiento son los
sujetos que forman parte de esta figura, siendo pues el “arrendador”, el cual es definido
por la RAE “como el que da el bien” y arrendatario “el que recibe el bien”, ambas partes

3
Art. 1666 del Código Civil peruano vigente

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como ya lo hemos señalado tienen bilateralmente derechos y obligaciones para que esta
institución siga vigente.

Sin embargo, esta definición no siempre estuvo en nuestro C.C. vigente, ya que en 1939
el articulo 1490 lo definía de la siguiente manera: “Por la locación- conducción una
persona cede a otra el uso de alguna cosa, o se obliga a prestarle su servicio o trabajo
personal, durante un plazo y por cierta renta convenida”4, lo cual nos trae a tallar
nuevamente lo mencionado en el punto anterior, ya que habla de las tres teorías
mencionadas, reafirmando la relación que hay entre el Derecho Romano y el
ordenamiento jurídico peruano, por otro lado vemos que no se señala a los sujetos que
forman parte de esta relación jurídica, lo cual tiene coherencia ya que el C.C. de ese
año no contemplaba la figura del arrendamiento como tal.

Por otro lado, el artículo 1667 del C.C. se refiere a las personas facultadas para arrendar
“Puede dar en arrendamiento el que tenga esta facultad respecto de los bienes que
administra.” En primer lugar, con respecto a este artículo es importante señalar un
elemento esencial no solo del arrendamiento, sino de todos los contratos regulados por
nuestra legislación y es la capacidad, Jorge Luis Castro Villacorta nos trae al recuerdo
que esta figura es un acto jurídico, y por lo que debe cumplir con ciertos requisitos para
no caer en nulidad o anulabilidad, con lo que indirectamente nos esta mencionando la
capacidad no solo de goce sino que también de ejercicio, debido que hay que tener la
mayoría de edad para poder realizar contratos y tener obligaciones con consecuencias
jurídicas. Sin embargo, el autor antes mencionado nos planteó algo meramente
conflictivo, poniendo en debate que si los hijos tienen bienes a su nombre provenientes
de una donación o una herencia quizás, si se quiere arrendar estos bienes ¿Qué se
puede hacer?, teniendo en cuenta el elemento de la capacidad estos bienes no podrían
estar dentro de la figura del arrendamiento, pero el C.C. en su artículo 448 nos dice que:
“Los padres necesitan autorización judicial para poder practicar en nombre del menor”
e incluso siendo más específicos en numeral cinco habla de la celebración de contratos,
lo cual nos interesa para el presente trabajo. Entonces, en relación al Libro de
Obligaciones y el Libro de Familia del C.C. los bienes del menor están tutelados a los
padres, no obstante los hijos pueden tomar las decisiones acerca de estos.

Por otro lado, nosotros nos hacemos una cuestión, y es que pasaría si una persona
pone en “alquiler” un bien que no es de su propiedad, entonces no se estaría cumpliendo
con el artículo en la parte donde se nos menciona que se debe tener “facultad”, siendo
en el ejemplo anterior la autorización judicial, pero en este nuevo planteamiento, no hay

4
Código Civil peruano de 1939 (derogado)

8
ni facultad ni autorización, el contrato quedara claramente nulo, debido a que no hay
ningún poder que destine a que el supuesto arrendador pueda realizar este acto jurídico.

Pero, si la cuestión se basa en una sociedad conyugal entonces podemos citar a la


jurisprudencia para que resuelva esta duda, ya que el expediente judicial Nº28379-2014
se refiere a lo siguiente: “Si el predio arrendado es un bien de la sociedad conyugal
conformada por la actora, debe tenerse en cuenta, que el contrato de arrendamiento es
un acto de administración, por tanto, la sociedad conyugal puede ser representada en
dicho contrato, indistintamente por cualquiera de los cónyuges”5, entonces ambos
cónyuges serán los arrendadores y administraran los frutos que brinde ese
arrendamiento.

Dejando de lado lo anterior, el artículo 1668 nos habla sobre aquellas personas que no
pueden arrendar, clasificándolas en solo dos tipos de personas: En primer lugar, el
administrador, de los bienes que administra, lo cual desde un primer vistazo puede ser
muy confuso, sin embargo el Dr. Manuel Castillo Freyre mencionándonos que es una
especie de contrato “consigo mismo”, lo que haciendo una búsqueda por el C.C.
encontramos lo siguiente: “ Es anulable el acto jurídico que el representante concluya
consigo mismo, en nombre propio o como representante de otro, a menos que la ley lo
permita, que el representado lo hubiese autorizado específicamente, o que el contenido
del acto jurídico hubiera sido determinado de modo que excluya la posibilidad de un
conflicto”. En este caso tomando como punto de partida una relación entre los dos
artículos, es que debemos señalar lo que dice el segundo “a menos que la ley lo permita”
y en el primero nos dice que están contempladas dentro de este aquellos que no pueden
arrendar, sacando una deducción lógica rápidamente nos podemos dar cuenta que esta
figura no calza dentro del arrendamiento, por lo que el autor citado nos dice que esto es
con el fin de evitar injusticias y de esta manera mantener el equilibrio, ya que si yo
administro bienes ajenos y quiero usar estos no me puedo pagar a mí mismo y me
estaría aprovechando de la persona que me dio la administración de esos bienes.

Otra figura desarrollada dentro de nuestro Código Civil nos dice que: “El copropietario
de un bien indiviso no puede arrendarlo sin consentimiento de los demás participes. Sin
embargo, si lo hace, el arrendamiento es válido si los demás copropietarios lo ratifican
expresa o tácitamente.”6 Manuel Castillo, nuevamente nos hace mención de otro artículo
del C.C. el cual guarda concordancia con el articulo anteriormente citado, y este es el
978º que nos dice "Si un copropietario practica sobre todo o parte de un bien, acto que

5
Jurisprudencia extraída del Código Civil peruano Comentado-Gaceta Jurídica
6
Art. 1669 del Código Civil peruano vigente

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importe el ejercicio de propiedad exclusiva, dicho acto solo será válido desde el
momento en que se adjudica el bien o la parte a quien practicó el acto”, entonces con
esto claramente nos queda que al haber varios propietarios sobre un bien inmueble
estos tienen derecho sobre su parte, entonces se estaría cumpliendo de esta manera el
artículo 923º del propio Código que expresa que el propiedad se usa, disfruta y
reivindica, asimismo el artículo 70º de nuestro Constitución Política del Perú, menciona
que “El derecho de propiedad es inviolable. El Estado lo garantiza. Se ejerce en armonía
con el bien común y dentro de los límites de ley. A nadie puede privarse de su propiedad
sino, exclusivamente, por causa de seguridad nacional o necesidad pública, declarada
por ley, y previo pago en efectivo de indemnización justipreciada que incluya
compensación por el eventual perjuicio. Hay acción ante el Poder Judicial para contestar
el valor de la propiedad que el Estado haya señalado en el procedimiento expropiatorio.”,
entonces siendo un derecho fundamental y teniendo en cuenta la propiedad se disfruta
y es inviolable, no podemos arrendar a terceros cuando uno de los copropietarios no
desea simplemente que se arriende la propiedad en común, ya que esto vulneraria lo
anteriormente señalado, asimismo debemos considerar que se trata de un bien que nos
pertenece y a la vez es ajeno.

Es importante saber que el artículo 1971 se refiere a otros artículos del propio Código
los cuales nos gustaría analizar, con referencia al arrendamiento de propiedad ajena,
algo que lo hemos venido tocando subjetivamente a lo largo de este trabajo; En primer
lugar se encuentra el artículo 1470 que nos dice: “Se puede prometer la obligación o el
hecho de un tercero, con cargo de que el promitente quede obligado a indemnizar al
otro contratante si el tercero no asume la obligación o no cumple el hecho prometido,
respectivamente”, Asimismo el artículo 1471: “En cualquiera de los casos del artículo
1470, la indemnización a cargo del promitente tiene el carácter de prestación sustitutoria
de la obligación o del hecho del tercero” y por último el 1472: “Puede pactarse
anticipadamente el monto de la indemnización” A lo que Mario Castillo nos dice lo
siguiente:

“Como podemos observar del último de los elementos mencionados del artículo
1671, no solo es que el Código Civil no contemple expresamente el contrato de
arrendamiento de bien ajeno en estricto, sino que establece de manera taxativa
que si el arrendatario sabía que el bien era ajeno, el contrato de arrendamiento
que han querido celebrar las partes no se regirá por las normas propias del
contrato de arrendamiento, sino que se constituirá -en virtud del artículo bajo
comentario- en un contrato de promesa de la obligación o del hecho de un

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tercero; situación que jurídicamente, aparte de no concordar con la obligación
nacida del artículo 1671, resulta absurda.” (Castillo, 2002)

Lo que se puede apreciar de este autor es que claramente se está desnaturalizando el


arrendamiento ya que las figuras que son reconocidas dentro del artículo 1671 no son
propias de un contrato de arrendamiento, porque la promesa de obligación o del hecho
tercero no son las propias figuras de este.

Otra de las figuras las cuales nos ha llamado mucho la atención en la que se da en el
artículo 1672 que dice lo siguiente: “El arrendador no puede realizar en el bien
innovaciones que disminuyan el uso por parte del arrendatario.”, esto esta direccionado
con una de las tantas obligaciones de dar bien cierto que debe de cumplir el arrendador
antes de entregar el inmueble, y esto también se da posiblemente cuando se dan las
tratativas contractuales y se determina en qué condiciones está el inmueble antes de
ser entregado, de esta manera se determinara una renta, siendo esto la realización
objetiva de la voluntad de las partes, por un lado el arrendatario de las condiciones del
bien y el arrendador por la renta, intereses que se van a llevar por todo lo que dure la
relación jurídica patrimonial, por lo que Manuel Castillo afirma lo siguiente:

“El principio de identidad, en lo que respecta a la entrega de bienes ciertos,


siempre ha sido analizado desde la perspectiva que observa a la obligación
desde su nacimiento hasta la entrega del bien. Y ello ha sido así en función de
que resulta inevitable, no solo para el legislador, sino para cualquier hombre de
Derecho, imaginar fundamentalmente aquella situación que resulta más común
en la práctica.” (Castillo, 2002)

En primer lugar, debemos decir que el Principio de Identidad que señala Castillo tiene
que ver con la obligación que tiene el arrendador de cumplir en entregar lo que se ha
negociado, es decir en las tratativas contractuales, además que esto no puede ser
cambiado por otro bien o cosa, siendo esto pues regulado por el C.C. en el artículo 1132
que nos dice: “"El acreedor de bien cierto no puede ser obligado a recibir otro, aunque
este sea de mayor valor”, con lo cual se confirma nuestra postura anteriormente
planteada.

Continuando con las obligaciones de las partes de un contrato de arrendamiento, es que


es preciso hablar del artículo 1674 que nos dice: “Cuando para reparar el bien se impide
al arrendatario que use una parte de él, éste tiene derecho a dar por resuelto el contrato
o a la rebaja en la renta proporcional al tiempo ya la parte que no utiliza.” Para entrar en
análisis del presente artículo, debemos ver primeramente la figura de la resolución,
entonces es necesario tratar sobre los artículos de nuestro Código que nos brindan más

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información al respecto, siendo el primero el artículo 1371 que nos dice: “La resolución
deja sin efecto un contrato válido por causal sobreviniente a su celebración”, por lo que
según nuestro punto de vista al hablar de resolución de contrato prácticamente se está
hablando sobre la extinción de la relación jurídica patrimonial, entonces nos corresponde
hablar sobre la otra figura que aparece dentro de este artículo y es la “rebaja” la RAE7
define esta palabra como: “Disminución, reducción o descuento, especialmente de los
precios.” entonces claramente se está refiriendo a un descuento en la renta
convenida, otra cuestión que entra en debate es que si bien es cierto ya habíamos
mencionado que este artículo contempla una obligación, pero en ningún momento el
articulo nos dice si la obligación del arrendador es más ponderaste que el derecho
del arrendatario, a pesar de que ambas van dirigidas en el mismo sentido, por ello
es que nos es necesario repasar lo anteriormente desarrollado, ya que si la
obligación del arrendador es mantener el bien inmueble tal como estaba al momento
de celebrarse el contrato, por lo tanto consideramos que el arrendatario está
facultado no solo por la ley sino que también por la mera lógica que el más
beneficiado es aquel sujeto que está en posesión del bien, ya que como bien hemos
dicho le brinda dos grandes facultades, ambas a su favor “resolver” o pedir una
“rebaja”, nosotros suponemos que si el arrendador al concederle le rebaja es que
cumple también con el artículo 1671, además cabe señalar que la definición regulada
por nuestro C.C. contempla la modificación de relaciones jurídicas patrimoniales,
figura que calza perfectamente dentro de este artículo.

Asimismo, es importante señalar lo que nos dice el artículo 1675 del C.C. que expresa:
“El bien mueble arrendado se debe restituir en el lugar en que fue entregado, salvo pacto
distinto.”, con lo que como si habláramos de papeles invertidos es ahora que la
obligación de dar le corresponde al arrendatario, no solamente tiene la obligación de
restituir en iguales condiciones que se le fue entregado el bien al momento de arrendar
, sino que deberá como bien lo dice el artículo ser en el lugar acordado, suponiendo
nosotros que esto debería estar plasmado dentro de las cláusulas del contrato de
arrendamiento, siguiendo por supuesto los mismos precedentes que se dieron al
momento de entregar el bien al comienzo del contrato de arrendamiento, poniendo
incluso de acuerdo para que la entrega de un bien inmueble sea en un café cerca de la
propiedad del arrendador, dando únicamente las llaves, siendo pues que para este tipo
de institución dentro de lo que corresponde al inmueble según Castillo nuestro
ordenamiento jurídico peruano especializado en lo civil aún no ha contemplado una
figura.

7
Real Academia Española

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Aprovechando la oportunidad de hablar al respecto de las obligaciones que tiene el
arrendatario, es que debemos detenernos un momento para ver también el derecho del
arrendador y en si el objetivo principal por el cual pone en arriendo su vivienda uy
propiedad, si estamos hablando de la renta, ese fruto que se obtiene de un contrato de
arrendamiento y que le pertenece al propietario. Entonces, el artículo 1676 nos dice: “El
pago de la renta puede pactarse por períodos vencidos o adelantados. A falta. De
estipulación, se entiende que se ha convenido por períodos vencidos.” Al respecto, nos
es necesario citar a Castillo nuevamente para aclarar lo mencionado:

“Como sabemos, en el contrato de arrendamiento constituye obligación


fundamental del arrendatario el pago. De la renta, la misma que, como hemos
señalado, podrá consistir, tanto en dinero, signos que representen al dinero o
bienes de cualquier otra naturaleza. El pago de la renta como obligación
conjuntiva La obligación de pagar la renta constituye -sin lugar a dudas- una
obligación de carácter conjuntivo, ya que implica la existencia de varias
prestaciones, todas las cuales deberán ser ejecutadas para que se considere
efectuado el pago íntegro. Esto significa que, en el supuesto de que la renta se
haya pactado para ser pagada mensualmente, cada mensualidad representará
la ejecución de una prestación por parte del arrendatario, prestación que será
diferente a la renta anterior o rentas anteriores, y a la renta futura o rentas futuras.
Decimos que cada mensualidad o renta es diferente de las anteriores y futuras,
en la medida en que tienen autonomía e independencia, en el sentido de que
corresponde al pago no de una parte de una prestación, sino al pago íntegro de
una prestación independiente, que constituye contraprestación del mes
transcurrido. Sobre esto no hay la menor duda.” (Castillo, 2002)

Siendo pues lo que acabábamos de mencionar en las líneas de arriba, debido a que sin
esta renta como contribución del arrendatario al arrendador, puesto que sin esta
finalidad no existiría el arrendamiento, es muy importante lo que menciona el jurista
citado sobre cuánto dura el periodo, y es acá cuando nos damos cuenta de lo muy
importante que es negociar bien antes de celebrar un contrato, es decir las tratativas
contractuales pueden ahórranos muchos problemas en un futuro, de esta manera vamos
a poder determinar si se trata de periodos de un mes, semestral o anual, según
convengan las partes, ya que esto dependerá de sus condiciones económicas y de las
facilidades que se puedan tener entre ambos, sin embargo eso es cuestión de otro tema.
Pero qué pasa si el supuesto se da en que las partes no han negociado de la manera
correcta y como quien dice únicamente se han fijado en objetivos más legítimos, no
tomando importancia a esta, que seguramente debe ser especificada en una cláusula

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del contrato de arrendamiento, entonces Castillo nos menciona que se debería entender
que en este supuesto debería ser tomada la opción de la mensualidad, probablemente
causando problemas a nuestras condiciones económicas ya que a nosotros quizás nos
convendría una forma de pago más cómoda como la anual, asimismo y poniéndonos en
otro supuesto, qué pasaría si por descuidados nos olvidamos de poner en una
clausula al momento de celebrar el contrato de arrendamiento lo que menciona el
Código “El pago de la renta puede pactarse por períodos vencidos o adelantados”
prefiriéndose de esta manera al arrendatario, puesto que del brinda más facilidad en sus
condiciones económicas en la administración de su dinero, además entendemos que de
esta manera se ahorran conflicto, que en la finalidad es lo que se desea para no llegar
a un proceso judicial, por ello, entendemos que la ley presume que la renta se pacta por
periodos vencidos porque se tratará de un pago que se efectúe como contraprestación
a una prestación ya ejecutada. Es decir, que el arrendatario paga la renta de un periodo
por el que ya ha hecho uso del bien y no paga la renta de un periodo por el que recién
va a hacer uso del mismo.

Con respecto a las otras obligaciones que se deben tener en cuenta, el C.C. las regula
en un artículo en específico, siendo este el 1678 que dice: “El arrendador está obligado
a entregar al arrendatario el bien arrendado con todos sus accesorios, en el plazo, lugar
y estado convenidos. Si no se indica en el contrato el tiempo ni el lugar de la entrega,
debe realizarse inmediatamente donde se celebró, salvo que por costumbre deba
efectuarse en otro lugar o época.” De esta manera es que se resume todas las
obligaciones que hemos venido analizando a lo largo de este trabajo, sin embargo
artículos más adelante se menciona las obligaciones complementarias que debe tener
el arrendador, específicamente en su artículo 1680: “También está obligado el
arrendador: 1.- A mantener al arrendatario en el uso del bien durante el plazo del
contrato y a conservarlo en buen estado para el fin del arrendamiento. 2.- A realizar
durante el arrendamiento todas las reparaciones necesarias, salvo pacto distinto. En
este caso nos podemos dar cuenta que estas obligaciones ya han sido desarrolladas,
citando pues dos únicas palabras que le solucionan prácticamente la vida al arrendatario
“resolución” o “rebaja”, viendo de esta manera que nuestra legislación peruana actual
claramente beneficia al arrendatario, nosotros suponemos que es por la cuestión de que
es el sujeto más débil dentro de la relación jurídica patrimonial.

Tomando en cuenta que las obligaciones del arrendatario según el Código Civil supera
por mucho en numerales al del arrendador es que lo hemos decidido poner en el
presente contexto: “El arrendatario está obligado: 1.- A recibir el bien, cuidarlo
diligentemente y usarlo para el destino que se le concedió en el contrato o al que pueda

14
presumirse de las circunstancias. 2.- A pagar puntualmente la renta en el plazo y lugar
convenidos y, a falta de convenio, cada mes, en su domicilio. 3.- A pagar puntualmente
los servicios públicos suministrados en beneficio del bien, con sujeción a las normas
que los regulan. 4.- A dar aviso inmediato al arrendador de cualquier usurpación,
perturbación o imposición de servidumbre que se intente contra el bien. 5.- A permitir al
arrendador que inspeccione por causa justificada el bien, previo aviso de siete días. 6.-
A efectuar las reparaciones que le correspondan conforme a la ley o al contrato. 7.- A
no hacer uso imprudente del bien o contrario al orden público o a las buenas costumbres.
8.- A no introducir cambios ni modificaciones en el bien, sin asentimiento del arrendador.
9.- A no subarrendar el bien, total o parcialmente, ni ceder el contrato, sin asentimiento
escrito del arrendador. 10.-A devolver el bien al arrendador al vencerse el plazo del
contrato en el estado en que lo recibió, sin más deterioro que el de su uso ordinario. 11.-
A cumplir las demás obligaciones que establezca la ley o el contrato.”8 En la primera se
trata de restituir el bien cierto en las mismas condiciones que este fue entregado, con el
segundo punto podemos afirmar que siendo la renta la principal motivación del
arrendador en poder obtener frutos de este arrendamiento es que es su principal
derecho recibir la renta en el periodo que se ha convenido, en el punto número tres
podemos encontrar algo extremadamente controversial, debido a que este punto se
debería especificar al momento de celebrar el contrato de arrendamiento especificando
si es el arrendador o el arrendatario el que va a pagar los servicios básicos, como cuarto
punto podemos comprender que habiendo sido propiedad del arrendador objeto de hurto
esta en responsabilidad de la otra parte de dar aviso a este, ya sean en accesorios o
incluso de todo un bien mueble, para que de esta manera el dueño como propietario y
titular del derecho debe tomar cartas en el asunto, ya se ha iniciado un proceso judicial
o determinando que va a realizar al respecto, en el punto cinco se puede ver otro
derecho que tiene el arrendador de poder solicitar una inspección en su bien a efecto
de determinar si el arrendatario lo está cuidando o está llevando la situación tal como
se acordó en el contrato, en el punto siete es que nuevamente consideramos pertinente
detenernos, ya que consideramos que es un punto muy controversial para este tipo de
contratos y que se ve muy seguido dentro de nuestra sociedad, debido a que habla de
acerca de las buenas costumbres, sin embargo es muy sabido que dentro de nuestra
sociedad existe mucho las llamados departamentos pertenecientes a una urbanización,
dentro de los cuales se establecen reglas que cada uno de los inquilinos deben de
cumplir, pongámonos en el supuesto de que una persona hace una fiesta por su
cumpleaños y celebra hasta las seis de la mañana del día siguiente, entonces eso iría

8
Art. 1681 del Código Civil peruano vigente

15
en contra de las buenas costumbres que han sido reguladas por todos los inquilinos al
momento de haber celebrado el contrato de arrendamiento con el arrendador, de esta
forma es que surgen problemas, ya que consideramos que esta es una de las principales
causales de que se extinga el contrato de arrendamiento, el subarrendamiento también
está regulado como una obligación que tiene el arrendatario, siendo pues que no se
debe incluir a terceros dentro del bien inmueble si es que esto no es debidamente
autorizado por el propietario de este, yéndonos al punto número diez, creemos que tiene
la misma relación directamente con el primer punto, ya que como habíamos mencionado
anteriormente es deber del arrendador entregar el bien tal como estaba al momento de
hacer las negociaciones, tratativas contractuales, siendo esto regulado en otros
artículos del propio Código Civil, entonces es de igual manera deber del arrendatario
devolver el bien en las mismas condiciones, esto también en relación al numeral ocho
que nos habla de no hacer modificaciones ni cambios al bien, salvo que el arrendador
lo autorice, entonces aquí veríamos una figura de la que poco se habla, la modificación
del contrato de arrendamiento, es decir de la relación jurídica patrimonial, lo cual
consideramos que es bueno, ya que a través del tiempo sigue convenciendo a ambas
partes de seguir con el contrato.

Ahora bien dentro de las figuras de las obligaciones del arrendatario hemos podido
apreciar el numeral cuatro que dice: “A dar aviso inmediato al arrendador de cualquier
usurpación, perturbación o imposición de servidumbre que se intente contra el bien.” Es
pues confuso dentro del ámbito jurídico que ante una usurpación del bien el principal
sospechoso no sea el arrendatario es por ello que citamos nuevamente un artículo del
C.C. que de alguna manera nos permite esclarecer esto un poco, siendo el 1663 “El
arrendatario es responsable por la pérdida y el deterioro del bien que ocurran en el curso
del arrendamiento, aun cuando deriven de incendio, si no prueba que han ocurrido por
causa no imputable a él. Es también responsable por la pérdida y el deterioro
ocasionados por causas imputables a las personas que ha admitido, aunque sea
temporalmente, al uso del bien.” Es importante señalar entonces lo que nos dice Jack
Bigio al respecto:

“(…) toca al arrendatario probar, en el proceso que corresponda, la ausencia de


culpa a fin de eximirse de la indemnización a que diere lugar la ocurrencia (la prueba
puede basarse en la existencia de caso fortuito o fuerza mayor según el artículo
1315 del Código Civil). Es de notar que el Código amplía los supuestos de
responsabilidad, por cuanto el artículo 1518 del Código Civil anterior solo se refería
al caso de incendio, primer supuesto que en Derecho Civil se consideró como caso
fortuito. En cuanto a la inclusión del incendio como causal específica, debe anotarse

16
que aun cuando puede considerarse comprendida como causa de pérdida o
deterioro de un bien, se consideró adecuado mencionarla, como lo hace su
antecedente, a fin de referirse al caso más frecuente. (Bigio, 1994)

Entonces, La norma guarda concordancia con el primer inciso del artículo 1681, que
establece la obligación del arrendatario de cuidar el bien con diligencia. Finalmente, se
establece en el último párrafo de este precepto el caso de responsabilidad indirecta del
arrendatario, en los casos de pérdida o deterioro del bien por causa imputable a terceros
que acceden al uso del bien, aunque sea de manera temporal.

Pero qué pasaría si existe pluralidad de arrendatarios, es ahí cuando empezaría el


debate entre estos, ya que cada uno de ellos sospecharía del otro con respecto a una
posible usurpación, entonces es pertinente citar el artículo 1685 del C.C.: “Si son varios
los arrendatarios, todos son responsables por la pérdida o deterioro del bien en
proporción al valor de la parte que ocupan, salvo que se pruebe que el siniestro comenzó
en la habitación o parte del inmueble arrendado a uno de ellos, quien, en tal caso, será
el único responsable.” Al respecto Alfredo Messineo nos dice:

“Como se ve, la ley, para la hipótesis de casa ocupada por varios inquilinos, no
establece la responsabilidad solidaria, aun tratándose de un caso en el cual, de
ordinario, no es posible establecer a quién se remonte en concreto la
responsabilidad del incendio. La responsabilidad por incendio recae enteramente
sobre el inquilino singular, si los otros (o uno de los otros) prueban que el incendio
ha comenzado por la habitación de él; e, igualmente, queda exonerado de
responsabilidad aquel inquilino que pruebe que el incendio no ha podido comenzar
en su habitación (Artículo 1611, segundo parágrafo); o sea que, en tal caso,
responde exclusivamente aquel respecto del cual se pruebe que en su habitación
comenzó el incendio; o bien, queda exonerado de responder, quien pruebe que el
incendio no pudo comenzar en su habitación. ( ... ) Cuando se localice el origen del
incendio en una determinada habitación, queda, para el inquilino de ella, la
posibilidad de probar que el incendio ha surgido sin su culpa.” (Messineo, 1952,
págs. 183-184)

Entonces acá claramente nos señala que no puede haber una responsabilidad solidaria,
si es que se determina que uno de los inquilinos fue quien causo el deterioro, poniendo
el caso del incendio, es a veces complicado determinar quien fue, por supuesto se sabrá
que no va a ser el inquilino que vive en otro pabellón o pisos di9stantes donde ocurrió
el incendio, pero nosotros creemos que hay un gran problema y debate entre vecinos
conducentes debido a que entre ellos se va a determinar la responsabilidad.

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Finalmente, es preciso señalar lo que nos dice el artículo 1687 si queremos hablar de la
duración del arrendamiento: “El arrendamiento puede ser de duración determinada o
indeterminada.” En la doctrina Jack Bigio señala lo siguiente:

1. Arrendamiento a plazo determinado Respecto del contrato de arrendamiento


celebrado con plazo de duración determinada, las partes tienen libertad para
concertar el plazo por meses, bimestres, trimestres, cuatrimestres, años, salvo
la limitación temporal que contiene el artículo 1688 del Código Civil. En efecto,
cuando se trata de un contrato celebrado con un plazo determinado, este no
puede exceder de 10 Y 6 años, en los casos previstos en el artículo 1688.
Consiguientemente, a la culminación del plazo, el arrendatario debe cumplir con
restituir el bien con todos sus accesorios. Cuando el arrendamiento se ha
celebrado con un plazo de duración determinado, si el arrendatario permanece
en el bien arrendado sin resistencia del arrendador, es de aplicación lo dispuesto
en el artículo 1700 del Código Civil.

2. Arrendamiento a plazo indeterminado Si el arrendamiento tiene duración


indeterminada, las partes han acordado los elementos esenciales, esto es, la
renta y el bien arrendado. Cuando las partes nada han indicado respecto a la
duración del plazo, cualquiera de ellas puede ponerle fin en cualquier momento
de conformidad con el artículo 1703 del Código Civil. Es preciso indicar que, a
pesar de que las partes no hubieran establecido un plazo de duración del
contrato, este se considera determinado en los supuestos previstos en el artículo
1689 del Código Civil. Asimismo, debe precisarse que tanto para el caso de
contrato de duración determinada cuanto para el celebrado sin determinación de
plazo, rige para el arrendatario de inmuebles la obligación de obtener la papeleta
de mudanza o la autorización escrita del arrendador a que alude el artículo 1711
del Código Civil. (Bigio, 1994)

3. CLASES DE ARRENDAMIENTO

 Subarrendamiento

Esta clase de arrendamiento se encuentra regulado en el Código Civil en su art.


1692° que le otorga el siguiente concepto legal: el subarrendamiento es el
arrendamiento total o parcial de un bien arrendado que celebra el arrendatario
en favor de un tercero, a cambio de una renta, con asentimiento escrito por el
arrendador. Es decir, es una subespecie del contrato de arrendamiento, por lo
cual este convirtiéndose en el contrato principal, mientras que el
subarrendamiento es accesorio de este, pero existe al muy relevante del

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subarrendamiento, solo ello tendrá valides toda vez que este por escrito el
consentimiento del arrendador para que el arrendatario lo otorgue a un tercero.
Sin embargo, Según santos Briz, citado por peralta Andia, el subarrendamiento
es una de las manifestaciones más antigua y de mayor interés practico,
mediante ello el arrendatario en esencia cede el uso y disfrute de la cosa en
favor de un tercero que viene a ser el subarrendatario a cambio de un precio o
merced (sub renta), el cual no perjudica la subsistencia del contrato (Castillo L.
, 2015, pág. 32).
Es decir, el subarrendamiento es un arrendamiento superpuesto, ósea
existiendo un contrato de arrendamiento a favor de un tercero que a su vez la
entrega la cosa que le ha arrendado, en contraprestación el subarrendatario se
obliga a pagarle la renta que hubiesen convenido.
Cuando el contrato principal se extingue, de tal forma se produce también la
terminación del subarrendamiento, pues por ser de carácter accesorio,
corriendo la misma suerte del principal. No obstante, como toda regla existe
excepciones, el cual se da en el supuesto con la consolidación. Es decir, cuando
la condición recae sobre una misma persona, ose la de arrendatario y la de
subarrendatario (Castillo L. , 2015).
De tal forma, el contrato accesorio para que subsista depende del contrato
principal, al extinguirse la condición de contrato principal, por ende, la calidad
de subarrendamiento, la extinción que se produce puede ser por incumplimiento
de las partes o resolución del contrato.

 Cesión de arrendamiento

Ahora bien, la figura de cesión se encuentra regulada en el código civil en la art.


1696° el cual el confiere el concepto legal de: la cesión del arrendamiento se
constituye la transmisión de los derechos y obligaciones del arrendatario en
favor de un tercero que lo sustituye, el cual se rige por las reglas de la cesión
de posesión contractual. En el precepto legal se hace referencia respecto a la
transmisión de los derechos y obligaciones, el cual sustituye en el contrato, es
decir. Es un tercero que recibe la condición de arrendatario, muy distinto a la
figura del subarrendamiento donde forma como un contrato accesorio.
Para el autor MANUEL DE LA PUENTE Y LA VALLE citado por BIGIO al definen
como el contrato en virtud del cualquiera de las partes en un contrato cuyas
prestaciones no hayan sido ejecutadas, puede ceder a un tercero, con el
consentimiento de la otra parte, su posición contractual (Castillo L. , 2015).

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En tal sentido, se dice que este se realiza antes de la ejecución del precepto
legal, sin embargo, el ordenamiento no es especifica con respecto en que
momento se pueden transmitir los derechos y obligaciones a un tercero, para
que lo sustituya.
 Contrato arrendamiento venta
En palabras de Castillo Freyre esta calidad de arrendamiento de venta trata de
un acto que comparte rasgos característicos tanto de la compra venta y del
arrendamiento, pues en los sujetos recae dos figuras, por un lado está el
arrendador-vendedor, el cual se obliga a entregar un bien, y por el otro lado,
está el arrendador-comprador, el cual podrá usar disfrutar del mismo y deberá
de pagar mensualmente o como convengan las partes, del mismo modo
constituirá el pago parcial por la compra venta del bien (Castillo M. , 2001, pág.
1).
Es decir, tanto el arrendamiento y la compraventa comprende características
similares, mediante ello generándose la posibilidad de realizar ambos actos en
uno mismo, mientras que el arrendador toma la figura de vendedor, y el
arrendatario toma la figura de comprador. Pues el arrendatario debe de seguir
pagando la renta mensual del inmueble, así como el pago parcial de la
compraventa. Dicha figura se perfecciona al momento del último pago de la
renta de compra venta. Entonces mediante ello se da el uso y goce más la
posesión del bien.
No obstante, el código civil otorga un tratamiento legal en el art. 1585° a la
denominación de Arrendamiento-venta confiriendo ele siguiente concepto legal:
las disposiciones de los artículos de 1583 y 1584 son aplicables a los contratos
de arrendamiento en lo que se convenga que, al final de estos, la propiedad del
bien sea adquirida por el arrendatario por efecto del pago de la merced
conductiva pactada. Es decir, es un contrato típico, pero cabe precisar que el
contrato de arrendamiento-venta se rige por las normas de compraventa, así
como las normas de arrendamiento.

4. DERECHO COMPARADO
La figura del arrendamiento en el ordenamiento jurídico peruano se encuentra
consagrado en el art. 1666 del código civil, ahora bien, es común observar dicha
figura en el Perú, pues es la más usada para los distintos giros de negocios y usos
que se puedan dar. No obstante, a nivel internacional no son ajeno a este tipo de
contratos, pues también la usan, pero con una denominación muy distinta o muy

20
semejante al “arrendamiento”, paro ello es pertinente traer a colación los siguientes
ordenamientos con respecto a esta la figura antes mencionada.

 México

El ordenamiento jurídico mexicano tiene consagrado al contrato de


arrendamiento en su código civil en el art. 2398°, de este se tiene lo siguiente
que mediante este contrato de arrendamiento las personas o arrendadores se
obligan a conceder temporalmente el uso y goce de un bien el cual es de la otra
persona llamada arrendatario, asimismo este último se obliga a pagar como
contraprestación de un determinado precio por el bien (Gonzales, 2000, pág. 4).

En tal sentido, es una obligación que se genera por ambas partes por un lado
ceder el bien para el uso y el goce, y por ello la otra parte debe de pagar un
precio por dicho bien. No obstante, del dicho bien el uso y el goce son temporal,
es decir, se encuentra limitado a un cierto tiempo. En contraste, con el
ordenamiento civil peruano existe una semejanza, puesto que para los
particulares el arrendamiento el plazo es hasta por diez años, pero para los
bienes del Estado es hasta 6 años.
Sin embargo, Gonzales realiza una aclaración, puesto que se tiene que tomar
en cuenta la frase “uso o goce temporal de una cosa”, pues ello se debe de
interpretar en el sentido de la temporalidad, mas no en el sentido literal de la
determinación de la previa duración, es decir, si bien la partes tienen la potestad
de fijar una fecha exacta del inicio y fin del contrato de arrendamiento, sin
embargo, existen casos en los que no se fija dichas fechas, es por ello que el
código civil mexicano contempla reglas de límite para ello (Gonzales, 2000, pág.
4).
Ósea si se pacta un contrato por tiempo indefinido contraviene la naturaleza
jurídica del art. 2398, al término de “temporalidad”.
Sin embargo, en palabras de Gonzales dicho límite que establece el código
mexicano va enmarcado con respecto a los pactos arrendatarios, pero estos
contratos deben de recaer en bienes inmuebles, asimismo, los plazos de
arrendamiento se distinguen con respecto a los bienes inmuebles; para
habitación, para comercio, para industria. No obstante, he aquí surge un
problema, puesto que dichos plazos solo está establecido para los inmuebles,
dejando a si de lado los muebles, es decir, los legisladores dejaron amplia
libertad para realizar dichos contratos sobre bienes muebles (Gonzales, 2000,
pág. 5).

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Por lo tanto, lo que se extrae es que los pactos arrendatarios realizan las partes,
en el cual se establece límites, pero ello solo está regulado con respecto a los
bienes inmuebles, mas no para los bienes muebles. Por lo que se genera una
libertad a las partes con respecto a este último.
En la misma línea, Gonzales señala una doble función del contrato de
arrendamiento, por un lado, la función económica, el cual consiste en
proporcionar a un sujeto que no puede, que no quiere o no le conviene adquirir,
una propiedad, es por ello que se otorga el uso y goce a cambio de una de una
suma de dinero, con ello pasando a ser un sustito de compraventa, pero en el
cual no se genera una transmisión legal. Y por el otro lado, la función jurídica,
mediante el cual se transmite el uso y el goce de las cosas (Gonzales, 2000,
pág. 7).
En otras palabras, la función económica es de carácter dineral, a cambio del
uso de una propiedad, mientras que la función jurídica se transmite el uso y el
goce, por un tiempo determinado.
Caracteres
a) Consensual; se perfecciona por el mero consentimiento.
b) Bilateral; surgen obligaciones correlativas de ambas partes
c) Oneroso; se estipulan provechos y gravámenes recíprocos.
d) Conmutativo; las prestaciones que se dan las partes son ciertas.
e) Principal; no necesita de otro para que subsista.
f) Formal; excepto para los arrendamientos que no pasen de cien pesos.
Especies del contrato de arrendamiento
Para el autor del libro “derechos del arrendador” Gonzales, organiza el
contrato de arrendamiento en subespecies tomando otros códigos del
ordenamiento mexicano, el cual es el siguiente (Gonzales, 2000, págs. 10-
15)
Arrendamiento mercantil
Gonzales toma como punto de partida el Código de Comercio de México,
el cual lo considera como arrendamiento mercantil, el art. 75 fracción el cual
toma los bienes muebles se hace con el propósito de especulación
mercantil, es decir, es puramente un acto de comercio, por lo que se rige
por regla de dicha norma, no obstante, si es sobre bienes inmuebles, la
norma aplicable siempre será el código civil.
Arrendamiento administrativo
Ahora bien, partiendo desde el código civil en el art. 2411° en el cual se
tipifica que el arrendamiento de “bienes nacionales, municipales o de

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establecimientos públicos, se encuentran sujetos a la disposición del
derecho administrativo”. Es decir, no se toma en consideración a los
sujetos, si no al objeto del contrato de arrendamiento en cuanto pertenecen
al estado.
Arrendamiento financiero
Esta especie deviene de la ley general de organizaciones y actividades
auxiliares de crédito, mediante el cual el contrato de arrendamientos es
regulado en los arts. 25 y 27, en el cual la arrendadora financiera se obliga
a adquirir determinados bienes y a conceder su uso o goce temporal, a
plazo forzoso, mediante el cual se obliga a pagar una contraprestación, el
cual se paga a plazos parciales, dicho contrato es mediante escritura y con
firma de notario público.
Arrendamiento civil
El arrendamiento es civil cuando no sea mercantil ni administrativo es:
Cuando recae en bienes inmuebles, cuando se celebra respecto a bienes
muebles sin el propósito de especulación comercial. Cuando recae sobre
bienes que no pertenecen a la federación, a los estados o municipios.

 Chile

El ordenamiento chileno, en Latinoamérica se encuentra avanzado en algunas


materias dentro del ámbito del derecho comparado, sin embargo, para el
presente trabajo es necesario analizar el contrato de arrendamiento, dentro de
los alcances que otorga su ordenamiento jurídico.

El contrato de arrendamiento se encuentra regulado en el art. 1915 del código


civil chileno, el cual define de manera que:
“El arrendamiento es un contrato en las dos partes se obligan
recíprocamente, una a conceder el goce de una cosa o a ejecutar una
obra o prestar un servicio, y la otra a pagar por este goce, obra o servicio
un predio determinado.” (Juridica, 2000, pág. 1)

Entonces del cual se desprende que este código chileno distingue dos
momentos uno propiamente dicho al arrendamiento, mientras que el otro hace
alusión al servicio de una obra, ósea al esfuerzo del hombre, no obstante, esta
figura recae en el código de 1936 de Perú, pues reconoce la figura de locatio-
conductio. Sin embargo, esta figura de la prestación de servicios fue derogada

23
en el código de 1984, más aun creando a si la figura de contrato de locación de
servicios.

En la misma línea se desprende del concepto que el contrato de arrendamiento


puede ser de tres clases; a) arrendamiento de cosa; b) arrendamiento de obras
y c) arrendamiento de servicios (Juridica, 2000, pág. 2).
Ahora bien, el autor da cuenta de la existencia de tres clases de arrendamiento,
ello desprendiendo de la base legal del código civil. En contraste, con el código
civil peruano, se tiene en cuenta que el arrendamiento puede ser bienes
corporales e incorporales, en similitud con el código chileno sobre la primera
clase el contrato de arrendamiento de cosa.
Asimismo, para que un contrato tenga validez y eficacia necesita de elementos
o requisitos, para ello el autor lo define en tres requisitos indispensables que
deben de tener los contratos de arrendamiento:
“a) una cosa, mediante el cual se da el uso del goce temporal por una de
las partes.
b) un precio mediante el cual el arrendatario se obliga a pagar un precio,
es decir la renta que se da periódicamente
c) El consentimiento de las partes, el asentimiento de la partes, al
momento de concluir el contrato.” (Juridica, 2000, pág. 3).
Ahora bien, todo contrato requiere de elementos esenciales para la realización
del contrato en este caso el autor la clasifica en tres clases, en una cosa, que
viene ser un bien o el servicio, el precio, la contraprestación del bien, es decir la
renta mensual y por último el consentimiento, esta es la más principal, pues de
ello depende la suscripción del contrato, a falta de uno de estos elementos se
entiende por fracasado el nacimiento del contrato de arrendamiento.
Sin embargo, todo contrato tiene características es por ello que el autor las
clasifica en cinco tipos, es decir. Estas características deben de estar
impregnadas dentro del contrato de arrendamiento (Juridica, 2000, pág. 3).

“Contrato bilateral: desprendiendo de la base legal, ello requiere de dos


partes, por un lado, el arrendador entrega temporalmente una cosa y, por
otro lado, el arrendatario paga un precio a cambio de ello.

Contrato oneroso: puesto que reporta utilidad para ambos contratantes


gravándose recíprocamente.

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Contrato conmutativo: las prestaciones son equivalentes, pues lo que
entrega el suso y goce a una parte a la otra parte se mira equivalente, lo
que a su vez se obliga a pagar temporalmente.

Principal: pues subsiste por sí solo, sin la necesidad de otro contrato,


asimismo, tampoco es un contrato para garantizar el cumplimiento de otro
contrato.

Por regla general es consensual: esta es una de las características


principal, por la cual el contrato se perfecciona, por el mero hecho de las
voluntades”.

5. EL CONTRATO DE ARRENDAMIENTO, EN RELACIÓN CON OTROS


CONTRATOS
a) arrendamiento y compraventa
Semejanza: ambos tienen los mismos requisitos: consentimiento,
cosa y precio, son consensuales: bilaterales, onerosos,
conmutativos y principales; ambos tienen, una de las partes contrae
la obligación de entregar la cosa, y de sanear y la otra parte la
obligación de pagar un precio; y ambos recaen sobre una cosa
ajena, que no pertenece al vendedor o al arrendador.
Diferencia: la compraventa se trasmite el dominio, mientras que en
el arrendamiento se un título de mera tenencia temporal. En la
compraventa el vendedor está obligado a proporcionar al comprador
el goce tranquilo y útil de la cosa; mientras que, en el arrendamiento,
el arrendador solo se obliga a proporcionar el uso y goce temporal
de la cosa al arrendatario.
b) Arrendamiento y usufructo

Semejanza, tanto el arrendamiento como el usufructo confieren


derecho de goce sobre la cosa ajena, asimismo, ambos confieren la
tenencia sobre la cosa.
Diferencia, el arrendamiento confiere un derecho persona al
arrendatario, para gozar de la cosa dada, mientras que el usufructo
otorga un derecho real. El arrendamiento solo tiene por fuente el
contrato; mientras que el usufructo puede originarse en la voluntad
del testador.
c) Arrendamiento y comodato

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Semejanza, ambos contratos proporcionan el goce sobre una cosa
ajena, asimismo, confieren la mera tenencia sobre la cosa.
Diferencia, el contrato de arrendamiento es bilateral, mientras que
el comodato es unilateral. El arrendamiento es oneroso, mientras
que el comodato es gratuito.

6. DOCTRINA

 El paso del código de 1936 al código de 1984

El ordenamiento jurídico tiene un gran cambio con respecto al código civil de


1936, pasando el código de 1984, mediante el cual se crea nuevas figuras e
incluso suprimiendo figuras que quedaron en el olvido.
Ahora bien, tomando como punto clave el contrato de arrendamiento, si bien es
cierto se encuentra regulado en el libro VII sobre las fuente de las obligaciones,
sección de contratos nominados del código de 1984,
“Es pertinente precisar que está regulado de forma autónoma, no
obstante, en el código de 1936 recibe otra denominación, con respecto al
contrato de locación de servicios y de obra, pues dicho aplicación es de
carácter amplio al no limitar la cesión del uso, dicho límite es aplicado con
el código derogado.” (Bigio, 1994, pág. 197).
Por lo tanto, la regulación que se le da en el código de 1984 es más genérica,
que, en el código de 1936, en el cual reconoce una vertiente con respecto al
contrato de locación de servicios y de obra.
“No obstante, en paralelo con el código civil colombiano, incluía en el
contrato de arrendamiento la locatio-conductio ya sea de una cosa, un
servicio o de una obra, el cual sigue el esquema del derecho romano,
estas tres clases de vínculo contractual es por ello que se justifica un
tratamiento diferenciado, es por ello que la relación a nivel teórico y
normativo, en el cual se trata de regular con más propiedad en la realidad
socioeconómica”. (Bigio, 1994, pág. 197).
En tal sentido, no se pueden equiparar vínculos originadas por la cesión del uso
de un bien, con los que se producen, con motivo de la prestación de un servicio,
que involucra actividades humanas. Ósea el contrato de arrendamiento de un
bien, la prestación, consiste en ceder el uso del bien, mientras que en los
contratos y de obra se tiene la obligación la realización de un servicio que
involucra el esfuerzo del hombre.

26
Ahora bien, el contrato de arrendamiento tiene la finalidad de regular, es decir,
poner en equilibrio entre los derechos del arrendatario y del propietario, ósea
como el arrendatario tiene derecho al uso de la vivienda durante un plazo del
contrato y a no ser perturbado por el arrendador, pues este tiene el derecho a
percibir una renta, pero al término del plazo debe de obtener la pronta restitución
del bien arrendado (Bigio, 1994, pág. 198).
Del cual se desprende, el arrendador y el arrendatario suscriben un contrato,
mediante en el cual adquieren derechos y obligaciones de manera recíproca por
la contraprestación dada entre las partes. Es preciso señalar que el código civil
en su art. 1666 regula la definición del contrato de arrendamiento.

No obstante, el doctor Bigio señala elementos que componen al art, 1666 del
código civil:
a) Contrato Consensual
Este contrato emana de la voluntad de las partes, por ende, el carácter
principal es por el consentimiento, mediante ello se perfeccionan, ante
ello generando obligaciones a cargo de las partes, sin embargo, no
sucede de tal forma cuando el contrato requiere de la entrega del bien es
decir real, como por ejemplo mediante la compraventa de un bien. Base
legal art.1666°.

b) Contrato Informal
Este contrato no requiere formalidad, puesto que el código no establece
una determinada, en tal sentido las partes tienen la libertad para
establecer el contrato en la forma que lo deseen.

c) Contrato con prestaciones reciprocas


Este contrato es de carácter reciproco debido a que se crea obligaciones
a cargo de ambas partes, en un primer momento, el arrendador es deudor
de la prestación de entregar el bien el cual debe de ceder temporalmente
en uso, en un segundo momento, el arrendatario es deudor de la
prestación que consiste en pagar por el bien que se le dio en uso.
Mediante ello se establece la prestación recíproca.

d) Contrato oneroso contrato conmutativo

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Es de carácter conmutativo debido a que las partes tienen conocimiento,
desde la formación del contrato, es decir, la certeza cuales son la ventaja
que le va a dar la suscripción de dicho contrato.

e) Bien materia del contrato


El objeto del contrato puede ser de dos tipos; material e inmaterial, pues
puede ser un objeto o una cosa, o cosas que son incorpóreas

f) Cesión del uso


Es menester traer a colación la definición que le otorga el código civil en
su art. 1666°, mediante en el cual se cede el uso, mas no el derecho de
apropiarse del bien. Por lo tanto, el arrendamiento es la posesión de un
bien.

g) Pago de cierta renta


El arrendatario se obliga en primera al pago de la renta, dicho pago es
por la cesión temporal del uso del bien. Dicho monto es determinado o
determinable; es decir, mediante el pago de la renta con moneda nacional
o extrajera o como la oportunidad del pago e incluso el lugar del pago de
la renta.

h) Duración del arrendamiento


El legislador es muy cauto con respecto a esta norma, pues prevé que la
propiedad objeto, que no se encuentre por largo tiempo del derecho del
uso, pues el código civil en su art. 1688 del código civil la duración del
arrendamiento no puede exceder de 10 años. Cuando el bien arrendado
pertenece a entidades públicas o a incapaces el plazo no puede exceder
de 6 años. Por consiguiente, nuestra legislación no admite la validez de
los arrendamientos perpetuos.
 El consentimiento en general
El contrato de por si para su existencia es necesario que se exteriorice la
voluntad de las partes que la celebran, dicho acuerdo de voluntades se
denomina consentimiento o asentimiento, puesto que es un pilar fundamental
para que el contrato se realice, es una de sus características más relevantes
(Ovsejevich, 1971).
En tal sentido, el consentimiento tiene un rol que se traduce en la base del
contrato, ya que sin él no puede existir ningún tipo de contrato, por lo que

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todos los contratos son consensuales, no obstante, pueden darse la
necesidad de otros requisitos, tales como la entrega de la cosa o el
cumplimiento de algunas formalidades. El autor toma como referencia dos
teorías, afirmando que,
“La teoría subjetiva; el cual va referida a la voluntad real, en los actos
jurídicos, el cual debe estar mostrada por la parte, ósea la intención
común de las partes contratantes, por el otro lado la teoría objetiva, o de
la voluntad declarada, del cual se toma en cuenta el manifiesto, mas no
lo querido, pero si hay diferencias se debe de tomar en cuenta la
exteriorización.” (Ovsejevich, 1971)
Es decir, la existencia de estas dos teorías versa sobre la voluntad exteriorizada,
mientras que la otro es de manifiesto, por lo que siempre se debe de preferir la
exteriorización de la voluntad, la intención común de las partes.
Asimismo, como señala peralta, que proviene del latín consentiré, el cual
significa sentir juntos, ósea querer lo mismo o compartir el mismo parecer.
“Es por ello que el consentimiento es el elemento esencial del contrato,
mediante la declaración de voluntad con el ánimo de crear, regular,
modificar y extinguir relaciones jurídicas.” (Castillo L. , 2015)

Entonces, la voluntad se manifiesta de dos formar, mediante el concurso de la


oferta y la aceptación sobre el bien, en consecuencia, se constituye en el
contrato suscrito por las partes.

 Principios fundamentales de los contratos

a) Principio de autonomía de la voluntad

Según manifiesta PERALTA ANDIA, puede afirmarse entonces que la


autonomía de la voluntad es un principio fundamental de la contratación
que consisten en la facultad que tienen las partes para determinar el
contrato, la forma, los efectos y duración del contrato dentro del
ordenamiento jurídico de un país, ya para crear, regular, modificar y
extinguir relaciones jurídicas patrimoniales, con entera libertad y sin más
limites que el orden público y las buenas costumbres (Peralta, 2005).
Es decir, la autonomía privada de la voluntad otorga la libertad de contratar.
Para determinar sobre la forma y efectos y el tiempo de duración. Sin

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embargo, existe limites en la norma como la factibilidad, las buenas
costumbres y el orden público.

Según el autor ROMERO ZAVALA, manifiesta que la autonomía de la


voluntad que debe ser entendida como la libertad de las partes para
contratar en la forma y condiciones que considere pertinente a sus
intereses, sin limitación alguna la voluntad de las partes contratantes es
autónoma y omnímoda; esta autonomía se basa en la libertad para
manifestar su consentimiento (Romero, 1984).
De tal forma, es la libertad de realizar contratos sin ningún impedimento,
sobre las formas y condiciones de acuerdo a sus intereses comunes, por
lo que la libertad es para la manifestación de su consentimiento.

Así mismo según sostiene CASTAÑEDA, citado por ROMERO ZAVALA,


nos
dice, la autonomía de la voluntad es la libre facultad de los particulares
para celebrar el contrato que les plazca y determinar su contenido, efectos
y duración, estuvieren o no previstos o legislados (Romero, 1984).
Debe entenderse como aquella libertad que tienen los particulares para
celebrar diversos contratos, pero ello constituye ciertos límites que otorga
la norma, como menciona peralta.
Según CUADROS VILLENA, sostiene que en la sociedad contemporánea
son
pocos los casos en que coinciden las voluntades de las partes la mayor
parte de los contratos constituyen el sometimiento de una parte a la
voluntad de la otra (Cuadros, 1997).
En el entorno social de hoy las personas suscriben muchos contratos, si
bien es cierto como los autores anteriores señalan que la autonomía
privada de voluntad como aquella libertad que tienen los particulares. Sin
embargo, ello no se ve en la práctica, puesto que uno se somete a la
voluntad de otra, ello se ve muy a menudo en los contratos labores, donde
el empleador es la parte fuerte y el empleado es la parte débil.

b) Principio de la supremacía del orden publico

Según PERALTA, nos dice que la idea básica y fundamental de la


autonomía de la voluntad se le opone el orden “publico”, llamado también

30
principio de la supremacía del orden público, principio de solidaridad,
principio de sociabilidad límites de la autonomía de la voluntad, que no es
más que la adecuación del contrato a los interés de la sociedad, por eso
se dice la libertad contractual debe considerarse la regla y, el limite la
excepción (Peralta, 2005).
Es decir, que la libertad contractual esta contrapuesto el orden público,
pues ello tiene límites, en resguardo de la sociedad, pero la autonomía de
la voluntad debe ser entendida como regla y el limite como la excepción.

 Principios jurídicos

i. Principio de libertad contractual


Según ROMERO ZAVALA, tiene dos vertientes cuya razón resulta más
adecuada referirse a las libertades, la libertad de las partes para elegir
el tipo de contrato y esta es la libertad elevada a la categoría a derecho
constitucional. Art 2 inc. 14 CP la otra es la libertad de los contratantes,
para declarar el contenido del texto del contrato sin más limitaciones que
el interés social, público o ético impuesto por norma legal de carácter
imperativo (Romero, 1984).

Entonces, en el derecho de los contratos, encontramos dos libertades,


por un lado, la libertad de elegir el contrato, es decir, suscribir ese
contrato o no, sin embargo, la otra libertad es llevada a la categoría
constitucional donde se tiene la liberta de esbozar el contenido, la forma,
condiciones y los plazos del contrato. Pero siempre teniendo en cuenta
el precepto que indica la norma, con respecto al interés social, publico.

ii. Principio de la fuerza obligatoria


El principio según ROMERO ZAVALA es consecuencia de otro
contenido de la expresión “pacta sunt servanda”, que se traduce “el
contrato es ley para las partes” art 1361 de nuestro código civil, los
contratos son obligatorios en cuanto se haya expresado en ellos
(Romero, 1984).

Es decir, el contrato es obligatorio para las partes tomando como base


legal el art.1362 del código civil. Por lo que el incumplimiento trae

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consigo, por el lado efectivizarían de la clausulas penales si hubiese, o
en peor de los casos la resolución o conclusión del contrato.

Asimismo, CUADROS VILLENA, sostiene que para expresar la fuerza


obligatoria del contrato se acudió al principio pacta sun servanda, que
es expresivo de que los contratos son obligatorios en cuanto se ha
expresado en ellos, pero este principio al tratar de la imprevisión pierde
fuerza al admitirse que si sobrevienen condicione distintas de aquellas
en que fue celebrada el contrato este, podrá modificarse y hasta
rescindirse. Los contratos son obligatorios en cuanto se ha expresado
en ellos y deben cumplirse de acuerdo con la voluntad de los
contratantes y a la regla de la buena fe. Es decir que la voluntad de los
contratantes gobierna todo el contrato, y es ella la que debe cumplirse
(Cuadros, 1997).

El principio de pacta sun servada, es de carecter internacional del cual


se desprende que los contratos son obligatorios, por lo que acarrare de
la fuerza obligatoria del contrato, por lo que depende las condiciones y
el contenido del asentimiento de las partes.

iii. Principio del efecto o de la relatividad del contrato

Está dirigida a explicar sobre quienes recaen los derechos y


obligaciones que nacen como consecuencia de la celebración del
vínculo contractual (Romero, 1984).

Es decir. Las obligaciones que contraen las partes, por ejemplo, en el


contrato de arrendamiento, el arrendador tiene la obligación de entregar
el bien para el uso y goce temporal, mientras que el arrendatario tiene la
obligación de pagar de forma mensual una renta por el uso y goce del
bien

iv. Principio de buena fe


Es la actividad, comportamiento, o más preciso la actuación correcta del
o de los contratantes. “Bona fine” es la expresión latina, que podemos
entender como la creencia del contratante de estar actuando

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correctamente; la convicción de no defraudar y por lo tanto de ser
legítimo (Romero, 1984).

Este quizás sea uno de los principios más importantes, la buena fe,
contiene las ganas de firmar un contrato sin ánimo de perjudicar a la otra
parte, este a su vez hace que sea legítimo.

Según sostiene CUADROS VILLENA, la buena fe, es otro de los


principios que gobiernan el derecho tiene necesariamente un sustrato
moro que obliga a las partes a comportarse desde un primer momento
dentro de la honradez. La buena fe es pues la conducta de sinceridad,
de honradez y confianza que debe existir en los contratos (Cuadros,
1997).

La buena fe, como señala romero y cuadros son esenciales pues de ello
deviene la conducta sincera, honrada y confianza, sin ánimo de
perjudicar, por lo que se entiende, que una parte está verdaderamente
interesado en la suscripción de un contrato, sin embargo, a ello esta
contrapuesto la mala fe, el que es con ánimo de perjudicar o sacar
ventaja, de alguna forma u otra , pero ello está sancionado con la norma,
sin embargo, ello muy común ver en la posesión de bienes, e incluso en
el arrendamiento.

CONCLUSIONES.

 En primer lugar, como se ha visto en líneas arriba, podemos apreciar la


desambiguación de la figura del arrendamiento. Basándonos en lo que nos
dejaron los romanos y a la vez en el análisis de cada autor mencionado.

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 En segundo lugar, el arrendamiento, es una figura jurídica contemplada en
nuestro ordenamiento jurídico que a través de los años tiene sus modificaciones,
porque si bien es cierto a medida que la sociedad avanza el derecho lo hace en
paralelo. Es por eso que podemos disfrutar de las bondades que esta nos va
dejando, pero no siempre se puede estar de acuerdo con la legalidad que esta
tiene.

 En tercer lugar, la problemática que existe entre las diferencias de locatio


conductio, fueron resueltas debido a que esta era una figura jurídica que se
utilizaba bastante.

 Finalmente, cabe resaltar, que es muy importante reconocer la importancia que


ha tenido y tuvo, los derechos y obligaciones por ambas partes.

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7. Bibliografía
Bigio, J. (1994). El Contrato de Arrendamiento. Lima: Themis.

Castillo, L. (2015). El Vencimiento del Contrato de Arrendamiento y la Figura del Ocupante


Precario. Trujillo.

Castillo, M. (2001). El Contrato de Arrendamiento-Venta. Lima.

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Universidad Católica del Perú.

Cuadros, C. (1997). Derechos de los Contratos. Lima: FECAT.

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Europa - America.

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Romero, L. (1984). Teoria General de los Contratos. Lima: FECAT.

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España.

Viteri, E. (2002). Los contratos en el Derecho Civil Guatamalteco. Guatemala .

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DOCUMENTO PRIVADO DE ARRENDAMIENTO

Conste por el presente documento privado al que damos fuerza de ley, que celebran de
una parte el Don GROBER MANUEL SIZA MENDOZA identificado con Documento
Nacional de Identidad N° 29724285 a quien en adelante se le denomina EL
ARRENDADOR y de la otra parte los convivientes Don JULIO MARIO GUERRA
ARENAS identificado con Documento Nacional de Identidad N° 45080655 y Doña
MARIELA DUNIA PILCO MAQUERA identificado con Documento Nacional de
Identidad N° 46348953, a quienes en adelante se les denomina LOS
ARRENDATARIOS de acuerdo a los términos y condiciones siguientes:
PRIMERO.- EL ARRENDADOR, es propietaria de un bien inmueble ubicado en la
Asoc. Viv. Villa Corpac Mza-B, Lote-6, de la Av. Huallaga del Distrito de Cerro
Colorado, Provincia y Departamento de Arequipa, de mismo que segrega un
DEPARTAMENTO EN EL PISO TRES PISOS, con acceso de entrada de una puesta,
dos habitaciones, una sala, una cocina, un baño, un patio propio (sin compartimento con
terceros) los mismos que se halla en estado de conservación, y con servicios de luz
eléctrica, agua y desagüe compartido.
SEGUNDO.- Por el presente EL ARRENDADOR da en calidad de arriendo a favor de
los, LOS ARRENDATARIOS inmueble descrito en la cláusula anterior y que será solo
y únicamente destinado para vivienda, pudiendo ser usado para domicilio voluntario.
TERCERO.- El término de duración del presente contrato será de un AÑO forzoso para
ambas partes, el que comenzara a regir a partir del dos de setiembre del dos mil dieciocho
y fenece al dos de setiembre de dos mil diecinueve, plazo que puede renovarse por mutuo
acuerdo de haber consenso con una antelación de sesenta días a la fecha de finalización
del presente, fijándose en parte casos nuevos, condiciones y merced conductiva así como
el plazo pertinente.
CUARTO.- LOS ARRENDATARIOS entregan a favor de EL ARRENDADOR como
merced conductiva la cantidad de Seiscientos Cincuenta con 00/100 Soles, monto que
incluido los servicios de luz, agua y desagüe, pagados de manera mensual sin necesidad
de requerimiento alguno, la misma que se hará efectiva cada SEGUNDO día de cada mes,
excepcionalmente se le concederá una gracia de tres días, así mismo
QUINTO.- LOS ARRENDATARIOS entregan a favor de EL ARRENDADOR la
suma de Seiscientos Cincuenta con 00/100 Soles, suma equivalente a la garantía efectiva
de un mes de renta.
SEXTO.- LOS ARRENDATARIOS están terminantemente prohibidos de traspasar y/o
sub arrendar el departamento en forma total o parcial, considerándose que por la propia
naturaleza y ubicación del inmueble esta será dedicado única y exclusivamente al uso de
vivienda.
SÉPTIMO.- se deja expresa constancia que inmueble se halla en condiciones de
habitabilidad verificadas al tiempo de recibir la entrega del departamento y convalidadas
por la firma del presente dejándose constancia, LOS ARRENDATARIOS se
comprometen a conservar el inmueble sin modificarlo, para lo cual antes comunicaran
previamente al EL ARRENDADOR para recibir la autorización.
OCTAVO.- EL ARRENDADOR se restringe el derecho a inspeccionar de manera
personal o por su representante para la verificación del departamento, en caso de que se

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pretenda verificar, antes se comunicara con uno de LOS ARRENDATARIOS y ello
deberá dar el consentimiento, programando de manera mutua la fecha y hora de la
inspección.
NOVENO.- El PRESENTE se ciñe a lo normado por los Arts. 1666° y 1676° del C.C.
vigente y sus modificatorias.
DECIMO.- Enterado del contenido del presente por la lectura que hicimos por nosotros
mismos y hallándola conforme, concurrimos a firmar de manera libre y voluntaria en
señal de asentimiento y plena conformidad, en el compromiso de hacer legalizar nuestras
firmas por ante notario público, suscribiéndose en tres ejemplares dos para LOS
ARRENDATARIOS y uno para EL ARRENDADOR, con lo que se concluye en
presente en ciudad de Cerro Colorado a los dos días del mes de setiembre del año dos mil
ocho.

----------------------------------------------- -----------------------------------------------
JULIO MARIO, GUERRA ARENAS GROBER MANUEL, SIZA MENDOZA
D.N.I. N° 45080655 D.N.I. N°29724285
ARRENDATARIO ARRENDADOR

-----------------------------------------------
MARIELA DUNIA, PILCO MAQUERA
D.N.I. N°46348953
ARRENDATARIO

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