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La sangre es expulsada desde el ventrículo izquierdo hacia la arteria aorta, desde donde se
reparte al resto del organismo por las diferentes ramificaciones arteriales.
Una vez que los diferentes tejidos y órganos del cuerpo han sido oxigenados y nutridos (figura
1.3) , esta sangre menos oxigenada es recogida por las venas y enviada a la aurícula derecha,
desde donde pasa al ventrículo derecho. Desde éste, es expulsada por la arteria pulmonar hacia
los pulmones, dónde se oxigena de nuevo, pasando desde las venas pulmonares hasta la
aurícula izquierda, y de esta al ventrículo izquierdo iniciandose así de nuevo el ciclo. La función
del corazón es bombear la sangre que le llega procedente de las venas hacia las arterias para
distribuirla por el organismo. Su correcto funcionamiento depende de dos factores:
1. La cantidad de sangre que expulsa en cada latido (gasto cardiaco), la cual a su vez
depende de:
1. a) el volumen de sangre contenido en su interior que será bombeado hacia las
arterias; es lo que se llama volumen sistólico (VS);
2. b) el número de veces que se contrae en un tiempo determinado; es lo que
llamamos frecuencia cardiaca (FC) que se expresa habitualmente por minuto.
2. La fuerza con la que expulsa la sangre en cada latido; es lo que denominamos
contractilidad.
2. Arterias
Vasos o conductos por los que la sangre procedente del corazón se reparte por todo el
organismo. Son unas estructuras con una pared fuerte, que tienen la propiedad de contraerse
y dilatarse en función de las necesidades.
3. Venas
Conductos de paredes más delgadas y menos fuertes que las arterias cuya función es recoger
la sangre de los tejidos y devolverla al corazón a la aurícula derecha.
BENEFICIOS
El ejercicio trae grandes beneficios a la salud y mejora los factores de riesgo asociados a la patología
cardiovascular, como el control de la tensión arterial o de los niveles de colesterol circulantes en la
sangre.
RIESGO
EL ESTRÉS como factor de riesgo en el deporte El riesgo de sufrir un evento coronario no sólo
aparece en los deportistas, sino también en los espectadores. Según diversos estudios, los más
forofos deben velar por su corazón, ya que el riesgo de sufrir un problema cardiovascular aumenta
cuando están en juego los colores de su equipo.
MUERTE SÚBITA
La Fundación Española del corazón define la muerte súbita como “la aparición repentina
e inesperada de una parada cardiaca en una persona que aparentemente se encuentra
sana y en buen estado”. Se considera que ha sido muerte súbita en el deporte cuando se
produce durante la práctica deportiva o en la hora siguiente a ella, tal y como explica la
doctora Araceli Boraita en su estudio La muerte súbita del deportista.
La causa última de la muerte súbita en el deporte es una arritmia cardiaca que conocemos
como fibrilación ventricular, provocada por una patología cardiaca, y que hace que el
corazón pierda su capacidad de contraerse de forma organizada, por lo que deja de latir.
La función del corazón es bombear y así proveer de sangre a todos los órganos del
cuerpo. La sangre se carga de oxígeno cuando pasa por los pulmones y circula hasta
el corazón para ser impulsada al resto del organismo. Después de recorrerlo, la sangre
vuelve al corazón para que éste la impulse de nuevo a los pulmones y se recargue de
oxígeno. La sístole es la fase de contracción del corazón en la que se produce el
empuje de la sangre hacia fuera del músculo. En la diástole el corazón se relaja. En
el fondo, el corazón es como una esponja que se expande y se llena de sangre
(diástole), para volver posteriormente a vaciarse en la sístole.