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El gabinete psicopedagógico: consideraciones acerca del lugar ocupado.

(*)

Lic. Susana Passano – Psicopedagoga

Las ideas contenidas al interior del concepto de gabinete aluden a un lugar desde el que se
mira, desde el que se analizan situaciones, un lugar menor dentro de otro mayor en importancia
y en espacio. Se refiere además al tratamiento de una materia sin tener práctica alguna y
conociéndola sólo por la teoría.

Probablemente, a partir de considerar estas ideas contenidas en el concepto “gabinete” se


puede inferir que en algún sentido, la tarea del gabinete en la escuela es en ocasiones teórica,
aislada o escindida de una realidad más compleja. Es precisamente en este punto donde
algunas críticas de los docentes pueden encontrar su correlato en lo cotidiano: ” el gabinete no
sirve porque no te dan cosas prácticas”, “sí, ellos mucha teoría pero hay que estar en el aula”.

Podemos pensar que si el gabinete se constituye en una tribuna de cristal desde la que se mira
y se teoriza, entonces abordaría sólo algún aspecto de la compleja realidad escolar.

Las ideas que aluden al espacio ocupado por el gabinete y al lugar donde se ubica o sitúa, se
constituyen en dos conceptos importantes para integrarlos al análisis del tema.

Un lugar menor que otro, un lugar desde donde se mira.

Si el concepto habla de la sala menor, la tribuna de cristales desde donde se mira, esto
condiciona la significación del espacio del gabinete dentro del sistema. El lugar marca un
destino, un por que y un para que. Da un sentido a la función y al rol. La historia, los hechos, se
organizan y construyen en un determinado lugar y posición.

Los conflictos en la convivencia y las diferencias de abordaje de las situaciones escolares,


entre los profesionales del gabinete y los docentes de la escuela surgen a partir de cumplir en
mayor o menor medida con este mandato del lugar fundacional e histórico.

Si los profesionales miran al alumno y no cuestionan la tarea docente no hay conflicto en la


convivencia, pero si se intenta transgredir el mandato surge el desencuentro en lo cotidiano. Si
el profesional del gabinete cumple órdenes que imparte el director de la escuela no hay
conflicto, si éste se niega a obedecer surgen las dificultades.

Desde su origen y fundación los gabinetes conviven con un conflicto corporativo porque los
grupos que conviven en las escuelas tienen intereses diferentes. Estos grupos se refieren a los
docentes y a los profesionales de la salud mental, sean psicólogos, psicopedagogos,
trabajadores sociales. Las miradas y la formación como así también los intereses, son
diferentes y esto produce permanentes desencuentros en las conceptualizaciones acerca de
las situaciones surgidas al interior de la escuela.

En mi práctica profesional he escuchado muchos discursos que avalan estas investigaciones y


que hablan de un conflicto corporativo no resuelto. En una oportunidad escuchaba,
supervisando el trabajo de una psicopedagoga que ingresaba a una escuela para trabajar en el
gabinete: “todavía no me dieron un lugar…ando con la cartera y mis cosas de aquí para allá”.
Una colega decía: ” Yo de a poco voy entrando… me voy con los profesores a la hora de
almorzar…trato de que me vayan integrando, es muy difícil porque te miran con desconfianza,
hago todo un trabajo de seducción para ganarme un lugar.”. Dice una psicopedagoga:”A mí no
me gusta esta palabra gabinete, una parece que estuviera como encerrada.” Dice una
directora:”Acá la psicopedagoga entra y sale de las aulas, está siempre con los maestros no
está nunca en el gabinete”. “Hubieron varias mudanzas anteriormente, encontrar un lugar para
el gabinete a veces no es tarea fácil.” Una maestra ocupa el gabinete para entrevistar a la
madre de un alumno: “¿Necesitas el lugar? ¿Me voy? Si querés me voy ya!.”

Después de una kermese los padres de la cooperadora de la escuela Nº1 deciden guardar en
el aula usada para gabinete, todos los juegos de la kermese hasta la semana siguiente, esto se
realizó durante quince días, con lo cual los profesionales del gabinete durante quince días
perdieron el espacio físico para atender. Esta aula estaba abarrotada de macetas, canastas,
plantas, ruletas, juguetes varios. La puerta del aula estaba cerrada con candado con lo cual no
se podía ingresar a retirar el material que los profesionales del gabinte guardaban allí:
“Pusimos todo esto acá porque es el lugar más cómodo, no porque pensáramos que no se
usa”, (dice un miembro de la cooperadora). Durante los días que duró la kermese la gente del
gabinete anduvo de aula en aula, usando el pasillo para entrevistas a padres, en fin, sin un
lugar.

En una escuela privada el gabinete está ubicado al fondo del terreno de la escuela, al lado de
la casa de los porteros. El espacio contiene equipo de música, cajas cerradas, una mesa de
dibujo propiedad del dueño. Aparentemente, la escuela que era de su propiedad, representaba
algo así como la prolongación de su casa y éste era el espacio para guardar trastos viejos y en
desuso. El gabinete estaba además sucio, con olor a humedad y a las comidas que realizaba la
portera en su casa.

En otra escuela la directora decide guardar en el gabinete unos pupitres y escritorios en


desuso: “Los dejo acá porque no hay otro lugar”, “Dejo estos pupìtres que me sobran, … no sé
dónde ponerlos!.”
Generalmente estos lugares usados para gabinete suelen ser incómodos, no tienen buenos
muebles, ni buena luz o cortinas en sus ventanas .

El lugar, el espacio, en definitiva, los límites que marcan una identidad y definen aquello que
marca el espacio propio y ajeno, como así también lo que uno puede hacer en su espacio.

¿Quién ha dado este espacio al gabinete?


¿Puede el gabinete desde este lugar trabajar objetivamente y del lado de la salud?
¿Un espacio propio y ajeno, un espacio conseguido por propia iniciativa, un espacio otorgado,
un espacio amenazado, un espacio avalado por otro, un espacio robado, un espacio
compartido?

Estos relatos de cuestiones cotidianas vividas en la institución resultan una suerte de dibujo
que representa los contenidos teóricos que estamos desarrollando.
Tomando otro hilo conductor en nuestras reflexiones, resulta interesante señalar, que las
relaciones laborales de dependencia, pautadas por un patrón, acotan las posibilidades de
operar con enfoque clínico en psicopedagogía, realizando asesoramiento e intervenciones
institucionales.
Se acotan las posibilidades de intervenir para generar espacios tendientes a la reflexión, el
análisis y eventualmente, el cambio y la creatividad.

En una institución privada, el dueño ordena: “Queremos que el gabinete ubique a los chicos
problema…chico problema afuera…queremos empezar un año nuevo, hacer un blanqueo”.

Con la relación laboral antes descrita y el mandato del dueño se condicionaba a los
profesionales del gabinete para avalar las expulsiones y certificar lo que los dueños querían
hacer pero sin “poner la cara”.

Otro relato interesante de esta institución: la directora de estudios del nivel secundario convoca
a la psicopedagoga para coordinar en conjunto una reunión con los padres de alumnos de un
curso que presentaba dificultades para ajustarse a la disciplina del colegio. La propuesta de la
psicopedagoga se centró en comenzar la tarea con una reflexión con los alumnos, los docentes
y los padres, sobre el tema de la conducta en la escuela. La directora acepta esta propuesta
quedando ambas comprometidas para iniciar el trabajo con los padres de los alumnos. Al llegar
la psicopedagoga a la reunión, la directora le informa que por decisión de la dueña y rectora de
la escuela, se cambiaría el proyecto de la reunión con los padres. Se implementó una técnica
de juego dirigida por la directora, muy pautada, en la que los padres no emitieron ninguna
opinión ni comentarios. Sólo elegían frases ya impresas con las que armaban compromisos con
la empresa-escuela para “enderezar” la conducta de sus hijos. El juego los condujo a
comprometerse con la escuela para “calmar” a sus hijos. Se obturó con esta técnica todo
espacio de intercambio, diálogo, reflexión y propuestas de estrategias surgidas del grupo para
atender a la situación planteada. En este caso a los padres se les “tapó la boca” y se los tuvo
bajo control. Para el profesional que tiene una formación en clínica psicopedagógica y que no
debe someterse a mandatos institucionales el trabajo en este tipo de instituciones significa un
esfuerzo enorme. Por un lado, debe detectar cuáles son los estilos y mandatos institucionales y
por otro lado, evitar mimetizarse con ellos quedando adherido a los intereses de la institución.
Cuando queda atrapado en mandatos institucionales se obtura una mirada científica, objetiva y
centrada en la salud.

A partir de lo observado en mi tarea en los gabinetes considero que, es decididamente


imposible, trabajar con un enfoque clínico desde dentro de la institución y ocupando el lugar
otorgado por el sistema educativo.

Esta es una afirmación aplicable a todas las instituciones y no sólo a la que acabo de
mencionar. Con mayor o menor intensidad todas las instituciones pretenden someter al
gabinete y manejar sus intervenciones. En las escuelas privadas se lo considera un “servicio”
que puede ofrecer la escuela a sus clientes, por lo tanto, es más intensa la necesidad de
controlar el servicio que se presta a los padres.
En estas relaciones de dependencia el discurso es “vaya y haga”, así se define el lugar del
gabinete, así se burocratiza la tarea, la tarea principal pasa a último término, siendo lo más
importante lo informado por escrito, firmado y sellado para reaseguro de dueños y directivos.

Esta situación de “vaya y haga” ubica al gabinete en un lugar de “servicio”, con la connotación
de dependencia que tiene esta palabra. El servicio es contratado por la institución para usar del
mismo siempre que se necesite.

Dice una directora:”La institución contrata un servicio y vos tenés que dejar acá los informes y
no podés hacer lo que querés”. Se refiere a dejar los informes en un fichero en dirección con
llaves guardadas por la directora. Cuando hay un servicio en marcha se cumplen órdenes que
bajan desde la dirección de la escuela, desde los dueños, o desde la Dirección de Psicología.

No es malo cumplir órdenes ni obedecer, es más, es necesario para organizar instituciones. Sin
embargo, lo que deseo destacar con estas reflexiones, es que el gabinete suele aparecer como
un comodín del sistema, de la escuela, para que todo quede como está.

A continuación aportaré más materiales observados en diferentes escuelas para mostrar que
los miembros de la institución a partir de sus demandas confirman al gabinete en una posición
y en un lugar determinados:

* Comentarios de una directora de escuela oficial de la provincia de Buenos Aires en el


momento de recibir, en su oficina, a los profesionales del gabinete:
“Chicas, acá en esta escuela el gabinete es la mano derecha y la izquierda de la dirección…
Ustedes tienen vía libre, pueden hacer lo que quieren, manejar su tarea como quieran… Aquí
hay programas de actividades, tenemos un plan de ortografía, otro de disciplina.
Acá está prohibido a los maestros que griten a los chicos y que los saquen afuera. Todo se
reflexiona, es algo que cuesta pero lo vamos a imponer de a poco. Tenemos también un plan
de prevención de accidentes. Hacemos muchas cosas, pero claro hay que engancharse…
Los chicos tienen premios ganados en competencias. Ganaron el primer premio en una
competencia internacional compitiendo con colegios privados del país y del extranjero.
El gabinete anterior trabajó muchísimo para que estas cosas se pudieran dar.
… Bueno, yo tengo que seguir con otras cosas, ustedes ubiquensé y organicen sus horarios
cuando yo esté.”

Después de una semana de haber recibido al nuevo equipo del gabinete, la directora pregunta
a la psicopedagoga: “Qué viste en los grados?
Psp.: “Bueno, en realidad sólo puedo dar alguna impresión de un primer vistazo. Los he visto
trabajando mucho. Segundo grado estaba un poco desorganizado, no vi ambiente de trabajo, lo
más llamativo es que utilizan un vocabulario agresivo, hay maltrato entre ellos, se desvalorizan.
Habría que tratar el tema con la maestra y eventualmente con los padres en una reunión.
Directora: “No, la culpa no la tiene ni el hogar ni esta maestra, sino la maestra del año pasado,
era Jardinera y los trataba a los nenes como bebitos. Al final se pasó al Jardín. Ella era tan
infantil!”
* Entrevista realizada por la psicopedagoga a una directora de escuela oficial con la finalidad de
relevar material que permitiera indagar la información que poseen los directores acerca del rol y
función del gabinete:
Psp.: ¿Qué es el gabinete de Orientación Escolar?
Directora: Es un equipo que colabora con la dirección en los problemas de lectoescritura,
ausentismo.
Psp.: ¿Qué función cumple?
Directora: En los primeros años, para los chicos que tienen problemas en lectoescritura.
Trabajan orientando a las maestras de primero y de segundo ciclo en los proyectos de aula, las
planificaciones. La MR y la OE cada una en un ciclo.
Los problemas de pronunciación y cuando los chicos faltan mucho.
Psp.: ¿Quienes lo integran y que hace cada uno?
Directora: La MR (1) trabaja en el aula o afuera ayudando a los chicos en lectoescritura, la OE
(2), ésta no sé bien que hace, creo que los diagnósticos madurativos de los chicos con
problemas, la OS trabaja los vínculos socioeconómicos con la familia, trata de acercar a la
familia a la escuela, por ejemplo, si el chico falta mucho va a la casa para conocer las causas
del ausentismo escolar. La FO (3) con los problemas de pronunciación.
Psp.: ¿Hizo algún pedido, quiere relatarlo?
Directora: Siempre voy al gabinete, voy a ver qué están haciendo, veo los “prontuarios”, yo le
llamo así a los legajos de los chicos. Hacen registros escritos de lo que le pasa al chico cada
año y si se va de la escuela pasan las fichas a la otra escuela.
Son colaboradoras, ayudan a resolver problemas con los chicos.
Psp.: ¿Trabajan en equipo o el gabinete trabaja solo?
Directora: Siempre trabajamos en equipo, hicimos el proyecto para mejorar vínculos entre
maestros y padres y hoy justamente hicimos la fiesta en la escuela como cierre del proyecto.
A veces ellos hacen proyectos solos y los llevan adelante…
Yo descubrí al gabinete ahora, desde la función directiva, sé más de ellos ahora que antes que
estaba en el grado. En realidad, debería ser al revés, porque en el grado con los chicos que
tienen problemas tendría que haber más ayuda. Será que uno en el grado se encierra y no ve
más allá. Ahora hay una visión más institucional.

Quiero destacar en estas consideraciones acerca del lugar ocupado por el gabinete en la
escuela, que las particularidades y significaciones que tiene ese lugar ocupado determinarán
todas las demandas que formule la institución y las intervenciones del equipo de profesionales
del gabinete.

El abordaje de las demandas institucionales se escucharán desde ese lugar ocupado, desde el
atravesamiento de la identidad y de los mandatos institucionales. Por lo tanto los profesionales
“psi” estarán absolutamente influenciados por las significaciones del lugar ocupado.

Bibliografía

- Alvarez Uria, F.: “Escuela y subjetividad”. En Revista Cuaderno de Pedagogía Nº 222.


- Bleger: “Psicohigiene y Psicología Institucional”. Paidós
- Butelman, Ida: “Psicopedagogía Institucional”. Ed. Paidós
- Castorina, J.A.: “Las teorías de aprendizaje y la práctica psicopedagógica”. Paidós
- Fernández, Lidia: ” Inatituciones Educativas. Dinámicas institucionales en situaciones críticas”.
Paidós. 1994
- Foucault, M.: “El nacimiento de la clínica”. Ed. S.XXI. 1977
- Käes, Bleger y otros: “La institución y las instituciones”. Ed. Paidós. 1998
- Munin, Helena: “La Dirección de Psicología: el caso de un conflicto de intereses en el sistema
educativo.” Tesis de Maestría de Flacso. Bs. As. 1991 (sin editar)
- Palazzoli, Cirilo y otros: “El mago sin magia”. Ed. Paidós. 1987

(*) El artículo, “El gabinete psicopedagógico: consideraciones acerca del lugar ocupado”, forma
parte de un capítulo en un trabajo de investigación más extenso.
(1) M.R., término usado para nombrar a la Maestra de Recuperación. En este cargo se designa
a psicopedagogos, psicólogos, licenciados en ciencias de la educación, profesores en
pedagogía, siempre que posean título docente.
(2) OE., usado para nombrar a la Orientadora Educacional
(3) FO. Usado para designar a la fonoaudióloga

Lic. Susana Passano – Psicopedagoga

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