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ÍNDICE

LITERATURA

Capítulo Pág.

1. Figuras literarias .............................................................................................................. 39

2. Géneros literarios ............................................................................................................ 43

3. Literatura oriental ............................................................................................................ 51

4. Literaturas Occidentales - Edad antigua ..............................................................................


61

5. La Ilíada .......................................................................................................................... 67

6. La Odisea ........................................................................................................................ 73

7. La Tragedia I ...................................................................................................................
79

8. La Tragedia II ...... 83
............................................................................................................

B la cka m es
Figuras literarias
C frase, lo que crea el a , buscar esa repetición?
lenguaje literario. Es la Un no se Vamos a descubrirlo.
a capacidad del autor de qué que
p seleccionar el término quedan
preciso, que puede ser balbucea
í tanto el más ndo.
t acostumbrado. "Convida a San Juan de la Cruz
dulce sueño, aquel manso
u río" (Garcilaso) cuando L
l menos usual, pero que a
o reconocemos como exacto
"la ciudad se desgarraba s
en suburbios" (Borges), o
I "en la mano borrosa le l
vieron un denso cigarrillo" í
I (J.M.Oviedo). c
n i
Por la manera desde la t
t cual se modifica el a
r lenguaje podemos
o clasificar la figuras a
d literarias en tres tipos b
u básicos: figuras de sonido, e
de sentido, y de dicción. j
c
a
c -
i s
ó O u
n n s
o u
Sabemos que el lenguaje m r
puede apelar tanto a la a r
razón como a la t a
imaginación y emotividad. o n
Cuando solamente p d
interesan datos o hechos e o
-es el caso muchas veces y Garcilaso
de las exposiciones a -
científicas el lenguaje es :
más bien analítico y R
desprovisto por lo general Al hablar de la formación i
de connotaciones. En la de las palabras se señala m
literatura a la onomatopeya como a
-así como en el lenguaje fenómeno común a todas :
familiar y afectivo- lenguas: la creación de
muchas veces el lenguaje palabras que reproducen el L
se aparta de lo ruido o sonido propio de a
estrictamemte analítico e aquello que nombra.
intervienen las r
connotaciones figurativas Por supuesto que el uso
i
y emotivas. literario la onomatopeya
m
no se limita a la mera
a
También es sabido que el identidad entre la palabra
lenguaje literario puede y el objeto (tic tac =
El diccionario de Ducrot y
nutrirse del vocabulario sonido del reloj) del
Todorov define la rima
común. No está de más lenguaje diario, sino que
como "una repetición
insistir en que no es puede ser una elaboración
sonora que sobreviene al
abundancia de más compleja. El verso de
final del verso" y es una
modificadores, adjetivos, San Juan de la Cruz nos
definición bastante
adverbios; el muestra con la repetición 5
precisa, pero... ¿desde LITERATURA
rebuscamiento de una de la sílaba 'que', el AÑO
dónde debemos empezar
balbuceo al que alude.
o o s
dí ,
A esta coincidencia de m as
todas las vocales y i ja y
todas las consonantes de s m
dos o más versos a partir ás l
de la última vocal p . a
acentuada se le conoce i
como rima consonante o e C e
perfecta. s a s
s t
Aquí tienes otro par de t a
f
ejemplos, ambos de i t
l
Manuel González g u
u
P a a
y
r e
a e n
n
d l o
a
l Á r
,
o n e
s g s
d
e e u
d l c
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s a l t
t s a a
a ;
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c r a a
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a p d á
s i i s
e c t .
a a D
d l o
e v l
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a o t a
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N b
e
o e
d r
vo m
e
lv i s
er r
s i
á a
a d
n
l o
tu a ,
s t
B Lázaro, lo que no
m r
a serás, la Juventud
el á
j dice al Olvido:
"iJamás!': d r n
o p í
Man s u a
l r s
Go r i
ez e n d
Pr y o e
e s
s o
Pero también existen c r
casos de rima donde lo r e o
único que coinciden son o r
las vocales. j r a
o o z
Observa, por ejemplo, los s s u
dos últimos versos de , l
cada una de las cinco v i
estrofas de de este c i n
poema de José María o b a
Eguren: n r s
a .
L l
o a s P
s n u o
z r
r a c
e e l
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e e o
s . l
o u
r r F z
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j . l c
o c a
s P o d
o n m
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e s o
s v ,
d e r
e r e a
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l e e r
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b d
a o b a
u s a s
r q t
o u a s
r e l e
a y l
a v
c e n e
o n n
m e
b l n p
a o e
t s l q
e e u
n p j e
u a ñ
a o A primera vista, parece no Ejem
s s haber rima; pero si plo:
observas con atención la S
s r primera estrofa, e
u e descubrirás que en rojos y vi
s y en oro coinciden las ll
e vocales o-o. Lo mismo a
f s sucede con la segunda a
o estrofa con cerro y ceño v
r r (e-o), la tercera (i-a), la o
m o cuarta (e-a) y la quinta c
a j (o-o) - e
s o Antít s
s Estamos ante una rima esis m
n . asonante o imperfecta. En e
e la rima asonante ll
g coinciden sólo las vocales a
r (a partir de la última vocal m
a acentuada, no lo a
s olvides), así que no hay el
. que preocuparse por las B
consonantes como en la u
V rima perfecta. rl
i a
e d
n o,
e y
el
l m
a a
y
n o
o r
c gusto
h que
e en mí
y puede
haber
f es
i burlar
r a una
m mujer
e y
s
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b l
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t a
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n s
i
f n
o
s h
o
c
n
o
o
s
r
.
l
T Figuras de sentido A. Machado

- Metáfora
Nacen desde la
Identificación entre
modificación y/o
dos elementos,
combinación original y
inicialmente
expresiva del sentido de
diferentes, de manera
las palabras y de las
que sustituyen un
frases.
elemento real (expreso
o implícito) por otro
- Símil
imaginario que tiene
Comparación explícita
relación de analogía
de dos elementos
(no de similitud) con el
inicialmente no
real.
implicados.
E
E
j
j
e
e
m
m
p
p
l
l
o
o
:
:
N
C
u
o
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m
s
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o
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s
s
a
q
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u
n
e
a
d
v
el
a
p
n
o
et
a
a
d n r Es la
a v contraposici
r d í ón de dos
e a ideas
a , opuestas.
E Figura que consiste en
l s h contraponer dos
a p o expresiones que tienen
a y significados contrarios.
m ñ
a a c al
r , o encen
n dido
q l fuego
u a m en que
e t á me
e s quemo
e más
s c c helada
o a que la
e n l nieve,
l o Galate
p r a!
m u
o l l Garcilaso
r s e -
i o
r s h S
. i i
d e n
Manrique e r e
v s
- Metonimia f e t
Sustitución de un i . e
término propio por e s
otro que se encuentra b - Sinécdoque i
con él en una relación r Consiste en la a
real (causal, temporal, e sustitución de una Consiste en atribuir a
espacial, funcional). . expresión semántica un sentido sensaciones
S mente más amplia que son percibidos por
E i (todo, plural, género) otro.
j por otra
e a semánticamente más E
m y restringida (parte, j
p e singular, especie), o al e
l r revés. m
o p
: l l
a o
M :
a s
d a O
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i g u
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ó e s
de lo o d
a humil ; i
l de y e
t lo p r
o olvid o a
s ado! r
p
- u o
c
a n r
s H a
e i u
r p s n
o é o
n r n b
e b r e
s o i s
el sol que muere, l s o
hay ecos de luz e a .
en los balcones Sustitución del término ,
propio y adecuado por Bécquer
otro que rebasa u
- Personificación o semánticamente los n
Prosopopeya límites de la
Consiste en atribuir verosimilitud. Es una c
a un ser que no es exageracion retórica i
persona cualidades que interpretada e
que pueden desarrollar literalmente deforma la l
las personas. realidad. o
;
E
j E p
j o
e
e r
m
p m
p u
l
l n
o
o
: b
iOh
e
,
P s
viej
o o
o
r .
cub
.
o,
u .
suc
n ,
io y
resi a
y
gn
m o
ad
o, i
r n
des
a o
de
tu d
a s
cor
, é
azó
n
u q
la
n u
pe
é
na
env m
u t
ía
n e
el
llanto d
Figuras de dicción Ejemplo:

Son construidas al amparo de la libertad que posee el Lo han dicho el pinar y el


autor para modificar el ritmo y la expresión del lenguaje viento, lo ha dicho la luna de
yendo en contra de leyes o hábitos gramaticales. oro,
lo ha dicho el humo y el eco
- Hipérbaton
Figura de posición en que se rompe la disposición J. R. Jiménez
regular
de modo que el e -
predicado aparezca l n
P i
antes que el núdeo, o o
el sujeto aparezca v l ñ
intercalado en el a i o
predicado o el c s s
predicado se encuentre í í ,
intercalado en el n
o d
sujeto. Es una d
e
inversión sintáctica, t e
m
donde se altera el e o
orden lógico. n b
l
Repetición de l
a
E conjunciones a
n
j innecesarias para el n
c
e sentido de la c
ó
m expresión. o
l
p ,
i
l E
c
o j j
o
: e u
de este
m e
formidab
De p g
le
este l a
bostezo
pues o n
de la
formi : ,
tierra)
dable
de la Ven, que quiero c
- Anáfora
tierra matar o amar o h
Repetición de una o
B morir o darte todo. i
diversas palabras al
o l
comienzo de una serie
l
s de oraciones para -
t a
enfatizarla.
e A n
z s ,
o í
, n s
d u
e e d
l t a
o n
m n ,
e Figura opuesta al
l polisíndeton que l
a consiste en una l
n agrupación verbal sin e
c conjunciones de g
ó elementos a
l coordinados. n
i :
c E
o j i
e .
v m .
a p .
c l .
í o .
o : n
e
Góngora L n
o a
( s a
a
!

J. R. Jiménez
Géneros literarios

Capítulo II
Más allá de las lector u oyente a C maestr
clasificaciones entenderla. El nudo A o le
tradicionales, el escritor es el centro de la N plació
es quien decide qué acción y en el T mostrar
actitud y forma desea desenlace la acción O me
manifestar en sus temas. se resuelve y llega a X la criatura que
La frontera entre los su fin. X tuvo hermosa
géneros no es clara ni La figura central X cara,
muy definida. Un de la historia, el I 18 se me puso
dramaturgo puede, por héroe supremo se V delante y me
ejemplo, incluir un poema llama protagonista. detuvo,
en su pieza teatral, así Generalmente «Vexilla regis «Mira a Dite
como un narrador utiliza aparece un opositor prodeunt inferni -diciendo-, y mira
el diálogo para expresar del héroe, al que se 1 contra nosotros, el sitio
las emociones de sus llama antagonista. mira, pues, delante 20 donde tendrás
personajes. Una especie La civilización -dijo el maestro- a ver que armarte de
tan amplia como la oriental está si los distingues.» valor.»
novela, puede incluir de representada por los 3 21
todo: poemas, discursos, textos épicos: El
diálogos, etc. Ramayana de Como De cómo me
Por eso, cuando Valmiki y El cuando quedé helado y
señalamos que el Mahabarata de una espesa atónito,
diálogo es característico Viassa. niebla no lo inquieras,
del teatro (género El mundo clásico, baja, o se lector, que no lo
dramático) y que la tiene como oscurece escribo,
narración de hechos es exponentes a La ya nuestro porque cualquier
característica de la novela Ilíada y hemisferio, hablar poco sería.
o del cuento (género La Odisea, ambas girando lejos vemos 24
narrativo), estamos de Homero. un molino,
refiriéndonos a rasgos La cultura cristiana 6 Yo no morí, mas
generales y relativos. en formación, de la vivo no quedé:
Un problema célebre edad media, se una máquina tal creí piensa por ti, si
es el de las obras distingue por los ver entonces; algún ingenio
denominadas cantares de gesta luego, por aquel tienes,
"inclasificables", como La europeos y La viento, busqué abrigo cual me puse,
Celestina (¿teatro o Divina Comedia de tras de mi guía, pues privado de ambas
novela?) Dante Alighieri. no hallé otra gruta. cosas.
Por todo ello, la 9 27
clasificación de la Especies Épicas
literatura en géneros sirve Ya estaba, y con El monarca del
siempre y cuando a) Epopeya terror lo pongo en doloroso reino,
recordemos que es Es antigua. verso, del hielo aquel
elástica y variable. Retrata a un héroe donde todas las sacaba el pecho
representativo de sombras se cubrían, afuera;
LA ÉPICA una cultura, raza o 11 traspareciendo y más con un
nación y como paja en vidrio: gigante me
Posee argumento, es generalmente 12 comparo,
decir una sucesión de describe guerras y 30
hechos relacionados entre combates. Unas yacen; y están
sí. Por eso, podemos Ejemplo: La Ilíada, erguidas otras, que los gigantes
hacer la típica pregunta de Homero. con la cabeza aquella con sus brazos
¿de qué trata? A o con las plantas; hacen:
diferencia de la lírica, que otra, tal arco, el mira pues cuánto
no necesariamente tiene rostro a los pies debe ser el todo
un hilo conductor. vuelve. que a semejante
Generalmente tiene 15 parte corresponde.
tres etapas: exposición, 33
nudo y desenlace. Cuando
En la exposición o avanzamos Si igual
planteamiento, se cuenta ya lo de bello 5
LITERATURA
el inicio de la historia y suficiente, fue como AÑO

los datos que ayuden al que a mi ahora es


feo, y contra su
hacedor alzó los
ojos,
con razón de él nos viene
cualquier luto.
36

¡Qué asombro tan enorme


me produjo
37 cuando vi su cabeza con
tres caras!
Una delante, que era toda
roja:
39
las otras eran dos, a aquella unidas por Luego salió por el hueco de un risco, y
encima del uno y otro hombro, junto a éste me dejó sentado;
y uníanse en el sitio de la cresta; 42 y puso junto a mí su pie prudente. 87

entre amarilla y blanca la derecha Yo alcé los ojos, y pensé mirar a


parecía; y la izquierda era tal los que Lucifer igual que lo dejamos,
vienen de allí donde el Nilo discurre. 45 y le vi con las piernas para arriba; 90

Bajo las tres salía un gran par de alas, tal y si desconcertado me vi entonces,
como convenía a tanto pájaro: el vulgo es quien lo piensa, pues no entiende
velas de barco no vi nunca iguales. 48 cuál es el trago que pasado había. 93

«Ponte de pie -me dijo mi maestro-:


No eran plumosas, sino de murciélago su la ruta es larga y el camino es malo,
aspecto; y de tal forma aleteaban, y el sol ya cae al medio de la tercia.» 96
que tres vientos de aquello se movían: 51
No era el lugar donde nos encontrábamos
por éstos congelábase el Cocito; pasillo de palacio, mas caverna
con seis ojos lloraba, y por tres barbas que poca luz y mal suelo tenía.
corría el llanto y baba sanguinosa. 54 99

En cada boca hería con los dientes «Antes que del abismo yo me aparte,
a un pecador, como una agramadera, 56 tal maestro -dije cuando estuve en pie-,
que a los tres atormentaba a un tiempo. 57 por sacarme de error háblame un poco: 102

Al de delante, el morder no era nada ¿Dónde está el hielo?, ¿y cómo éste se encuentra
comparado a la espalda, que a zarpazos tan boca abajo, y en tan poco tiempo,
toda la piel habíale arrancado. de noche a día el sol ha caminado?» 105
60
Y él me repuso: « Piensas todavía
«Aquella alma que allí más pena sufre que estás allí en el centro, en que agarré
-dijo el maestro- es Judas Iscariote, el pelo del gusano que perfora 108 el
con la cabeza dentro y piernas fuera. 63 mundo: allí estuviste en la bajada;
cuando yo me volví, cruzaste el punto
De los que la cabeza afuera tienen, en que converge el peso de ambas partes: 111
quien de las negras fauces cuelga es Bruto:
-¡mírale retorcerse! ¡y nada dice!- 66
y has alcanzado ya el otro hemisferio
Casio es el otro, de aspecto membrudo. que es contrario de aquel que la gran seca 113
Mas retorna la noche, y ya es la hora recubre, en cuya cima consumido 114
de partir, porque todo ya hemos visto.» 69
fue el hombre que nació y vivió sin culpa;
Como él lo quiso, al cuello le abracé; tienes los pies sobre la breve esfera
y escogió el tiempo y el lugar preciso, que a la Judea forma la otra cara. 117
y, al estar ya las alas bien abiertas, 72
Aquí es mañana, cuando allí es de noche:
se sujetó de los peludos flancos: y aquél, que fue escalera con su pelo,
y descendió después de pelo en pelo, aún se encuentra plantado igual que antes. 120
entre pelambre hirsuta y costra helada. 75
Del cielo se arrojó por esta parte; 121 y la
Cuando nos encontramos donde el muslo 76 se tierra que aquí antes se extendía,
ensancha y hace gruesas las caderas, por miedo a él, del mar hizo su velo, 123
el guía, con fatiga y con angustia, 78 la
cabeza volvió hacia los zancajos, y al hemisferio nuestro vino; y puede
y al pelo se agarró como quien sube, que por huir dejara este vacío
tal que al infierno yo creí volver. 81 eso que allí se ve, y arriba se alza.» 126

«Cógete bien, ya que por esta escala Un lugar hay de Belcebú alejado
-dijo el maestro exhausto y jadeante tanto cuanto la cárcava se alarga,
es preciso escapar de tantos males.» 84 que el sonido denota, y no la vista, 129
de un arroyuelo que hasta allí desciende 130 sido; Que no le enturbia el
por el hueco de un risco, al que perfora pecho
su curso retorcido y sin pendiente. 132 de los soberbios
grandes el estado, ni
Mi guía y yo por esa oculta senda del dorado techo
fuimos para volver al claro se
mundo; admira
y sin preocupación de descansar, 135 ,
fabrica
do
subimos, él primero y yo
del sabio Moro, en
después, hasta que nos dejó
jaspe sustentado!
mirar el cielo
un agujero, por el cual salimos 138
a contemplar de nuevo las estrellas. 139

(Último canto del “Infierno”. La divina comedia.


Dante
Alighieri)

b) Cantar de Gesta
Corresponde a la edad media. Su protagonista es un
personaje que simboliza a una cultura, raza o nación.
Es más breve que la epopeya y es de autor anónimo.
Se relatan hechos bélicos. Ejemplo: El Mio Cid.

c) Poema épico
Es más moderno. Tuvo importancia durante el
renacimiento y son muchos más estilizados que sus
predecesores. Al igual que las dos especies
anteriores, se expresan escenas guerreras y se
ensalza a un héroe arquetipo de un pueblo. Ejemplo:
La Araucana.

La lírica

Se caracteriza por expresar el yo poético del autor,


es decir su interioridad. Generalmente se manifiesta
mejor en verso, aunque también existe la prosa
poética (combinación de la forma y la musicalidad
poética); un ejemplo de esta es Platero y yo de Juan
Ramón Jiménez.

Especies Líricas

a) Oda
Manifiesta entusiasmo y alegría y su temática es
variada:
amor, deporte, guerra,
etc.
Un ejemplo es la "Oda a Grau" de González
Prada.

Oda a la vida retirada


(Oda filosófica)

Fray Luis de León

¡Qué descansada vida


la del que huye del mundanal
ruïdo, y sigue la escondida
senda, por donde han
ido
los pocos sabios que en el mundo han
No cura si la fama
canta con voz su nombre pregonera, ni cura si
encarama
la lengua lisonjera
lo que condena la verdad sincera.
¿Qué presta a mi contento
si soy del vano dedo señalado;
si, en busca deste viento, ando
desalentado
con ansias vivas, con mortal cuidado?
¡Oh monte, oh fuente, oh río,!
¡Oh secreto seguro, deleitoso! Roto casi el
navío,
a vuestro almo reposo
huyo de aqueste mar tempestuoso. Un no
rompido sueño,
un día puro, alegre, libre quiero;
no quiero ver el ceño vanamente
severo
de a quien la sangre ensalza o el dinero. Despiértenme
las aves
con su cantar sabroso no aprendido;
no los cuidados graves
de que es siempre seguido
el que al ajeno arbitrio está atenido. Vivir quiero
conmigo,
gozar quiero del bien que debo al cielo, a solas, sin
testigo,
libre de amor, de celo,
de odio, de esperanzas, de recelo. Del monte en
la ladera,
por mi mano plantado tengo un huerto, que con la
primavera
de bella flor cubierto
ya muestra en esperanza el fruto cierto. Y como
codiciosa
por ver y acrecentar su hermosura, desde la
cumbre airosa
una fontana pura
hasta llegar corriendo se apresura. Y luego,
sosegada,
el paso entre los árboles torciendo, el suelo de
pasada
de verdura vistiendo
y con diversas flores va esparciendo. El aire del
huerto orea
y ofrece mil olores al sentido;
los árboles menea con un manso
ruïdo
que del oro y del cetro pone olvido. Téngase su
tesoro
los que de un falso leño se confían;
no es mío ver el lloro de los que
desconfían
cuando el cierzo y el ábrego porfían. La combatida
antena
cruje, y en ciega noche el claro día se torna, al
cielo suena
confusa vocería,
y la mar enriquecen a porfía.
A mí una pobrecilla allí los otros medianos
mesa de amable paz bien y más chicos,
abastada me basta, y la vajilla, y llegados, son
de fino oro labrada iguales
sea de quien la mar no teme los que viven por sus
airada. Y mientras miserable- manos y los ricos.
mente se están los otros
abrazando con sed insacïable Jorge Manrique. Poesía. Madrid: Cátedra Letras
del peligroso mando, Hispánicas, 2001.
tendido yo a la sombra esté
cantando. A la sombra tendido,
de hiedra y lauro eterno c) Égloga
coronado, puesto el atento oído Su temática y ambientes son pastoriles y tienen
al son dulce, acordado, como personajes a la gente del campo. Un ejemplo
del plectro sabiamente meneado. es: Las Églogas de Garcilaso de la Vega.

Fray Luis de León. Poesía completa. Madrid:


Al- tea, Taurus, Alfaguara, d) Madrigal
1990. Manifiesta las penas por un amor no correspondido o
describe la belleza física de la mujer. Un ejemplo es:
Marisel de Juan Gonzalo Rose.
b) Elegía
Expresa un dolor profundo, generalmente por la
muerte de alguien. Un ejemplo es Coplas por la Gutierre de Cetina
muerte de su padre de Jorge Manrique.
MADRIGAL
Coplas a la muerte de su padre
Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados,
Recuerde el alma dormida, ¿por qué si me miráis, miráis airados?
avive el seso y despierte Si cuando más piadosos,
contemplando
más bellos parecéis a aquel que os
cómo se pasa la vida,
mira, no me miréis con ira,
cómo se viene la
muerte tan callando, porque no parezcáis menos hermosos.
cuán presto se va el placer, ¡Ay tormentos rabiosos!
cómo, después de Ojos claros, serenos,
acordado, da dolor; ya que así me miráis, miradme al menos.
cómo, a nuestro parecer
cualquiera tiempo pasado
fue mejor. Antonio Prieto. Antología poética del
Pues si vemos lo presente Renacimiento hispánico. Bogotá: Oveja negra, 1983.
cómo en un punto se es
ido y acabado,
si juzgamos sabiamente, e) Epigrama
daremos lo no venido Es breve y burlesco, se utiliza para la sátira. Un
por pasado. ejemplo es la mal denominada copla de la
No se engañe nadie, no, conquista: "Pues señor gobernador, mirelo bien por
pensando que ha de entero..."
durar lo que espera,
más que duró lo que vio LA DRAMÁTICA
porque todo ha de
pasar por tal manera. Al igual que los anteriores forma parte de la división
Nuestras vidas son los clásica y se diferencia de ellos porque precisa de actores
ríos que van a dar en la y d e un a pu es ta e n es ce na p ar a de sa rr
mar, que es el morir; ol la rs e adecuadamente.
allí van los señoríos
derechos a se acabar Especies dramáticas
y consumir;
allí los ríos caudales, a) Tragedia
Tuvo auge en el siglo V a.C. con autores como
Esquilo,
Sófocles y Eurípides. Está escrita en verso y utiliza
escenas (episodios) y personajes (nunca más de tres Yo lo vi salir. Como una estrella furiosa. La cara
hablando en una escena), además aparece un coro color ceniza. Expresaba el sino de su casta.
que entona canciones (odas). Se realizaban en honor LEÑADOR 1°-Su casta de muertos en mitad de la calle.
al dios Dioniso. LEÑADOR 2°-¡Eso es!
LEÑADOR 3°-¿Crees que ellos lograrán romper el
cerco? LEÑADOR 2°-Es difícil. Hay cuchillos y escopetas
Federico García Lorca
a diez leguas a la redonda.
Bodas de sangre
LEÑADOR 3°-Él lleva un buen
ACTO TERCERO caballo. LEÑADOR 2°-Pero lleva una
mujer. LEÑADOR 1°-Ya estamos
CUADRO PRIMERO cerca.
LEÑADOR 2°-Un árbol de cuarenta ramas. Lo
Bosque. Es de noche. Grandes troncos húmedos. cortaremos pronto.
Ambiente oscuro. Se oyen dos LEÑADOR 3°-Ahora sale la luna. Vamos a darnos prisa.

violines. (Salen tres LEÑADORES.) (Por la izquierda surge una claridad.)

LEÑADOR 1º-¿Y los han encontrado? LEÑADOR 1°.-


LEÑADOR 2°-No. Pero los buscan por todas ¡Ay luna que sales!
partes. LEÑADOR 3º-Ya darán con ellos. Luna de las hojas grandes.
LEÑADOR 2°.-¡Chisss! LEÑADOR 2°.-
LEÑADOR 3°-¿Qué? ¡Llena de jazmines la sangre!
LEÑADOR 2°-Parece que se acercan por todos LEÑADOR 1°-
los caminos a la vez. ¡Ay luna sola!
LEÑADOR 1º-Cuando salga la luna los ¡Luna de las verdes
verán. LEÑADOR 2°-Debían dejarlos. hojas! LEÑADOR 2°-
LEÑADOR 1º-El mundo es grande. Todos pueden vivir Plata en la cara de la novia.
en
él. LEÑADOR 3°.
LEÑADOR 3°-Pero los matarán. ¡Ay luna mala!
LEÑADOR 2º-Hay que seguir la inclinación; han Deja para el amor la oscura rama.
hecho bien en huir.
LEÑADOR 1°-Se estaban engañando uno a otro y al LEÑADOR 1°
final la sangre pudo más. ¡Ay triste luna!
LEÑADOR 3º-¡La sangre! ¡Deja para el amor la rama oscura!
LEÑADOR 1°-Hay que seguir el camino de la
sangre. LEÑADOR 2º-Pero sangre que ve la luz se Federico García Lorca. Bodas de sangre. Buenos
la bebe la tierra. Aires: Losada, 1982.
LEÑADOR 1°-¿Y qué? Vale más ser muerto
desangrado que vivo con ella podrida. b) Comedia
LEÑADOR 3°-Callar. En su origen era muy satírica, ya que se burlaba de
LEÑADOR 1°-¿Qué? ¿Oyes algo? personajes públicos de su época (siglo V a.C.) Se
LEÑADOR 3º-Oigo los grillos, las ranas, el acecho de considera el "padre de la comedia antigua" a
la noche. Aristófanes y el de la "comedia nueva" a Menandro.
Este último le da un carácter más doméstico y
LEÑADOR 1º-Pero el caballo no se
familiar a la comedia.
siente. LEÑADOR 3°.-No.
LEÑADOR 1°-Ahora la estará queriendo.
c) Drama
LEÑADOR 2º-El cuerpo de ella era para él y el cuerpo La palabra drama proviene del griego y significa
de él para ella. "hacer", por eso se le relaciona con la idea de acción.
LEÑADOR 3°-Los buscan y los matarán. De alguna manera el drama combina tragedia y
LEÑADOR 1°-Pero ya habrán mezclado sus sangres comedia y viene a ser una historia que narra los
y serán como dos cántaros vacíos, como dos hechos de algunos personajes.
arroyos secos.
LEÑADOR 2°-Hay muchas nubes y será fácil que la La narrativa
luna no salga.
LEÑADOR 3°-El novio los encontrará con luna o sin Es considerado un género moderno que se
luna. desprende de la épica y que alcanza luego su madurez,
a partir del
Renacimiento, con El Quijote de Cervantes y El Lazarillo sentada", para que la tensión no decaiga:
de
Tormes de autor anónimo.

La narrativa y sus especies principales

Reflexiones sobre el cuento y la novela

Desde los relatos orales que alimentaron la


imaginación popular de las sociedades primigenias,
hasta las muestras más sofisticadas de la narrativa
contemporánea, ha existido un largo y apasionante
trayecto.

Si hablamos del cuento específicamente, podríamos


rastrear su origen en las expresiones tradicionales del
folclore oriental, donde figuraba vinculado a la mitología
o a la fábula. Una representación muy antigua de esta
raíz religiosa y didáctica es "La Historia de Sinahue", texto
egipcio de hace cuatro mil años. Sin embargo, la saga
más famosa e influyente es, sin duda, Las mil y una
noche, nacida en la India y enriquecida sucesivamente en
Persia, Irak y Egipto. Se relata como hilo conductor, la
historia del rey Schahriar, que se casa cada noche con
una virgen, a la que condena a muerte al amanecer. La
hermosa Schehrezada, al saber esto, aplaza su pena
contando al monarca un relato distinto cada noche.

La traducción al francés de este texto base, realizada


por Antoine Galland entre 1704 y 1717, causó una
espectacular valoración del relato episódico.

Europa, receptora indudable de los aportes


orientales, contribuyó al desarrollo de esta especie
narrativa con El conde Lucanor de Don Juan Manuel,
Los cuentos de Canterbury de Chaucer, El Decamerón
de Bocaccio y el Novellino de autor anónimo. Pero lo
verdaderamente decisivo no es tanto establecer una
cronología evolutiva, sino reflexionar acerca del
instante fundamental en el que la oralidad cede terreno
ante la escritura, es ahí justamente, cuando se van
esbozando las características generales del cuento: el
relato oral, los gestos, el tono de voz, el ritmo y las
pausas, contribuyen a la mejor asimilación de la
anécdota; en el relato escrito, en cambio, el autor
carece de estos recursos de apoyo, pero en
compensación puede, por ejemplo, romper con la
linealidad de lo oral y remitirse al pasado, lo cual matiza
y combina acciones temáticas.

A partir de la invención de la imprenta, el despegue


del cuento es muy vigoroso, así como su desarrollo,
convirtiéndose en la especie narrativa por excelencia.

Nociones sobre la estructura del cuento

Con los antecedentes ya mencionados, el relato


estaba listo para la llegada de un sombrío genio
estadounidense: Edgar Allan Poe.
El autor de las Narraciones extraordinarias
configuró definitivamente los rasgos constituidos del
cuento y fue el primero en reparar en la importancia de
la extensión, como factor emotivo en el lector. Según
Poe, un relato debe leerse de tirón, de "una sola
"Como la novela no puede ser leída de una sola
vez, se ve privada de la inmensa fuerza que se
deriva de la totalidad. Los sucesos del mundo
exterior que intervienen en las pausas de la
lectura, modifican, anulan o contrarrestan en mayor
o menor grado las impresiones del libro. Basta
interrumpir la lectura para destruir la auténtica
unidad. El cuento breve, en cambio, permite al autor
desarrollar plenamente su propósito, sea cual fuere.
Durante la hora de lectura el alma del lector está
sometida a la voluntad de aquél. Y no actúan
influencias externas o intrínsecas, resultantes del
cansancio o la interrupción".
Ensayos y Críticas
Edgar Allan Poe

Otro concepto que planteó Poe y al cual también


consideró decisivo, fue el remate de un relato: Para él
un cuento debe tener un final sorpresivo y todos los
elementos que forman parte de la historia a nivel
temático y formal apuntan a la construcción de un
desenlace inesperado o impactante.

Julio Cortázar, el gran narrador argentino, coincide


con Poe con respecto a la intensidad del cuento y
menciona además la trascendencia de un buen inicio y
de la capacidad de síntesis para expresar sólo lo útil
para la historia:

"Tomen ustedes cualquier gran cuento que


prefieran y analicen su primera página. Me
sorprendería que encontraran elementos
gratuitos, meramente decorativos. El cuentista
sabe que no puede proceder acumulativamente,
que no tiene por aliado al tiempo; su único
recurso es trabajar en profundidad
verticalmente, sea hacia arriba o hacia abajo del
espacio literario. Y esto, que así expresado parece
una metáfora, expresa sin embargo lo esencial del
método. El tiempo del cuento y el espacio del
cuento tienen que estar como condenados ,
sometidos a una alta presión espiritual y formal
para provocar esa "apertura" a que me refería
antes".

"Algunos aspectos del


cuento" Julio
Cortázar

Aunque suene a una verdad implícita, el tema es


tanto para Poe como para Cortázar, el eje alrededor del
cual se mueve toda la armazón del relato. Y es que,
más allá de los experimentos fallidos e ingenuos de
algunos oscuros autores, sin una historia atractiva e
interesante no se puede capturar al lector, y, atención,
que lo dice Cortázar, célebre por su distinción entre
lector macho (activo) y lector hembra (pasivo):
son también pocos, sobre todo los protagónicos. De
"A mí me parece que el tema del que saldrá un esta
buen cuento es siempre excepcional, pero no
quiero decir con esto que un tema deba ser
extraordinario, fuera de lo común, misterioso e
insólito. Muy al contrario, puede tratarse de
una anécdota perfectamente trivial y cotidiana.
Lo excepcional reside en una cualidad parecida a
la del imán; un buen tema atrae todo un sistema
de relaciones conexas, coagula en el autor, y más
tarde en el lector, una inmensa cantidad de
nociones, entre visiones, sentimientos y hasta
ideas que flotaban virtualmente en su memoria o
su sensibilidad; un buen tema es como el sol, un
astro en torno al cual gira un sistema planetario
del que muchas veces no se tenía conciencia
hasta que el cuentista astrónomo de palabras,
nos revela su existencia".
Ob. Cit.
Julio Cortázar

Ya que hemos dado los primeros pasos para


distinguir algunos aspectos conformantes del cuento,
recordemos que todo relato debe, por lo menos, poseer
tres etapas en su discurrir: Inicio, núcleo y desenlace.

El inicio de un texto narrativo, debe ser impactante


para el lector, debe captar su curiosidad y atención
desde las primeras líneas, pues de ello dependerá que
desee continuar la lectura.

El núcleo es el clímax de la historia, es el instante


exacto en que los opuestos se enfrentan, se
desencadena el conflicto, acelerándose la acción. El
desenlace es la resolución del choque de opuestos, ya
la victoria y derrota de los personajes se decide y,
como señalaba Poe, casi siempre es sorpresivo.

Esta breve reseña es planteada así, sencilla y


escueta porque en capítulos posteriores será
desarrollada con amplitud y con ejemplos que
contribuyan a su comprensión.

Esta aproximación nos permitirá acceder a otros


elementos formales de un relato y a su funcionalidad.

a) Especificidad temática

En el cuento preferentemente debe existir una sola


historia, todo debe centrarse en un solo hecho. Esto
acentuará el poder de atracción de la idea
mencionada y, además, la concentración de datos
será muy llamativa para el lector y no permitirá su
distracción.

En síntesis, mientras menos núcleos argumentales


existan, más absorbente será la anécdota para el
lector.

b) Pocos personajes

Por razones lógicas, si hay uno o muy pocos núcleos


argumentales es racional pensar que los personajes
manera sus conflictos serán más intensos y su
caracterización individual, más exacta e interesante.

Diferencia entre cuento y novela

Los formalistas rusos y sobre todo Eichenbaum en su


notable trabajo "Sobre la teoría de la prosa", señala
las diferencias esenciales entre las especies más
célebres, el cuento y la novela.

Establece, así, que la novela parte del relato


histórico, de las crónicas de viaje; en cambio, el
cuento se inicia con la leyenda y la fábula popular.

Pero, probablemente, el rasgo distintivo más claro


para cualquier observador es la extensión que poseen
ambos: La novela es como una carrera de maratón,
larga y agobiante, por lo tanto el novelista debe ser
como un corredor experto, resistente y sabio para
dosificar sus fuerzas y llegar a la meta. Debe saber
cuándo aplicar aceleraciones y cuándo pausas en su
trote, para no perder la atención del lector.

El cuento, por oposición, se asemeja a una carrera


de cien metros planos, breve y centelleante, por lo
que el cuentista debe ser como un atleta perfecto,
veloz y fuerte para que todos sus movimientos, desde
la partida, sean exactos y útiles para cruzar el listón
de la llegada. Julio Cortázar comentó una vez algo
que, según él, dijo "un escritor argentino muy amigo
del boxeo" El cuento gana por knock out y la
novela por puntos (otros sostienen que el autor
de tal sentencia fue Ernest Hemingway), y esa es
una analogía de gran precisión.

Aclaramos que hemos mencionado el concepto


extensión, asociado con el de intensidad, porque
prácticamente conforman un silogismo elemental.

Tipos de ficción

Un lector con escasa competencia literaria vincula a


la novela con el realismo y al cuento con la fantasía.
Esto se debe, sin duda, al auge que tiene el llamado
cuento infantil o cuento de hadas, que hace que al
realizarse la referencia a la palabra cuento,
inmediatamente se le relacione con el código
fantástico: hadas, ogros, gigantes, dragones, etc. y
por lo tanto, deduce el lector, si el cuento es
fantástico, la novela es, pues, realista.

Estos equívocos populares son tan frecuentes que


impiden una teorización adecuada de parte del
público común y exigen, por lo mismo, una
aclaración: El tipo de ficción no es un elemento
diferenciador entre el cuento y la novela. Hay novelas
fantásticas y cuentos realista, simplemente; lo que
sucede es que el cuento infantil, por ejemplo, está
dirigido a satisfacer la imaginación de un niño y por
lo mismo es fantástico.
ENSAY filosofaron, ocupa un lugar secundario. Y es ella, sin
O embargo, esa íntima biografía, la que más cosas nos
explica. Cúmplenos decir, ante todo, que la filosofía se
Fue creado por Michael Eyquem (Montaigne). Es un acuesta más a la poesía que no a la ciencia. Cuantos
género polémico, porque a veces se le considera sistemas filosóficos se han fraguado como suprema
literario y a veces extraliterario. Se le puede combinación de los resultados finales de las ciencias
considerar literario cuando trata acerca de un tema particulares, en un período cualquiera, han tenido mucha
literario y/o está escrito estéticamente. menos consistencia y menos vida que aquellos otros que
representaban el anhelo integral del espíritu de su autor.
Miguel de Y es que las ciencias, importándonos tanto y siendo
Unamuno indispensables para nuestra vida y nuestro pensamiento,
nos son, en cierto sentido, más extrañas que la filosofía.
Del sentimiento trágico de la Cumplen un fin más objetivo, es decir, más fuera de
vida nosotros. Son, en el fondo, cosa de economía. Un nuevo
(fragmento) descubrimiento científico, de los que llamamos teóricos,
es como un descubrimiento mecánico, el de la máquina
El hombre de carne y hueso de vapor, el teléfono, el fonógrafo, el aeroplano, una
cosa que sirve para algo. Así, el teléfono puede
Homo sum; nihil humani a me alienum puto, dijo el servirnos para comunicarnos a distancia con la mujer
cómico latino. Y yo diría más bien: Nullum hominem a amada. Pero ésta,
me alienum puto; soy hombre, a ningún otro hombre ¿para qué nos sirve? Toma uno el tranvía eléctrico para
estimo extraño. Porque el adjetivo humanus me es tan oír una ópera, y se pregunta: “¿Cuál es en este caso
sospechoso como su sustantivo abstracto humanitas, la más útil, el tranvía o la ópera?”. La filosofía responde a
humanidad. Ni lo humano ni la humanidad, ni el adjetivo la necesidad de formarnos una concepción unitaria y
simple, ni el adjetivo sustantivado, sino el sustantivo total del mundo y de la vida, y como consecuencia de
correcto: el hombre. El hombre de carne y hueso, el esta concepción, un sentimiento que engendre una
que nace, sufre y muere - sobre todo muere-, el que actitud íntima y hasta una acción. Pero resulta que ese
come y bebe y juega y duerme y piensa y quiere; el sentimiento, en vez de ser consecuencia de aquella
hombre que se ve y a quien se oye, el hermano, el concepción, es causa de ella. Nuestra filosofía, esto es,
verdadero hermano. Porque hay otra cosa, que llaman nuestro modo de comprender o de no comprender el
también hombre, y es el sujeto de no pocas mundo y la vida, brota de nuestro sentimiento respecto
divagaciones más o menos científicas. Y es el bípedo a la vida misma. Y ésta, como todo lo afectivo, tiene
implume de la leyenda, el zoon politikón de Aristóteles, raíces subconscientes, inconscientes tal vez. No suelen
el contratante social de Rousseau, el homo œconomicus ser nuestras ideas las que nos hacen optimistas o
de los manchesterianos, el homo sapiens de Linneo, o, pesimistas, sino que es nuestro optimismo o nuestro
si se quiere, el mamífero vertical. Un hombre que no es pesimismo, de origen fisiológico o patológico quizás,
de aquí o de allí, ni de esta época o de la otra; que no tanto el uno como el otro, el que hace nuestras ideas. El
tiene ni sexo ni patria, una idea, en fin. Es decir, un no hombre, dicen, es un animal racional. No sé por qué no
hombre. El nuestro es el otro, el de carne y hueso; yo, se haya dicho que es un animal afectivo o sentimental.
tú, lector mío; aquel otro de más allá, cuantos pisamos Y acaso lo que de los demás animales le diferencia
sobre la tierra. Y este hombre concreto, de carne y sea más el sentimiento que no la razón. Más veces he
hueso, es el sujeto y supremo objeto a la vez de toda visto razonar a un gato que no reír o llorar. Acaso llore o
filosofía, quiéranlo o no ciertos sedicentes filósofos. En ría por dentro, pero por dentro acaso también el
las más de las historias de la filosofía que conozco se cangrejo resuelva ecuaciones de segundo grado. Y así,
nos presenta a los sistemas como originándose los lo que en un filósofo nos debe más importar es el
unos de los otros, y sus autores, los filósofos, apenas hombre.
aparecen sino como meros pretextos. La íntima
biografía de los filósofos, de los hombres que Miguel de Unamuno. Del sentimiento trágico de la
vida.
Madrid: Alianza Editorial,
1999.
Literatura oriental

Capítulo III
INTRODUCCIÓN n e
l o
E t g
l e a o
n
d l f í
e u a
s a s
a n ,
r p c
r a n
o u i a
l l ó r
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e a r a
n i s
l
O l b r
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r á l
i r i
d g
e e t i
o t Imperio Medio, que
s e e ocupa el milenio
a g siguiente, aparecen
s l i formas narrativas como La
i p historia del náufrago y la
y t c Historia de Sinuhé.
e i
m r a En la India los
o a , primeros textos literarios
r r aparecen en la literatura
a i l védica, que se remonta al
- a a milenio I a.C., e incluye
s los cuatro Vedas,
l , h religiosos y sapienciales;
e i los Puranas, comentarios
s t n y alegorías sobre el
. a d contenido de los Vedas;
n ú los Brahmanas, también
A t , en torno a la sabisuría
p o védica, pero escritos en
a l prosa; y los Sutras,
r e a formas prácticas mucho
e n más tardías. Entre éstos
c p suele incluirse el llamado
e l e Código de Manú,
n a r conjunto de doce libros
s con normas morales,
a c a sociales y protocolarias. El
s u primer poema épico hindú
í l y es el larguísimo
t Mahabhárata, o historia
l u l de la guerra de los
a r a Bhárata, cuyos 220 000
s a versos se suponen
h escritos en el siglo VIII
p s e a.C.
r u b
i m r Más breve y más
m e e logrado literariamente es
e r a el Ramayana, cuya
r i . primera versión se
a o atribuye a Valmiki, en el
s - La escritura siglo IV a.C. Con diversos
cuneiforme de Sumeria agregados posteriores el
f b produjo diversos poemas poema alcanza los 48
o a épicos, entre los que 000 versos, que narran
r b destacan Enmerkar y le la epopeya del héroe
- i señor de Aratta y todo el legendario Rama y su
l ciclo dedicado al héroe esposa Sita.
m ó mitológico Gilgamesh, así
a n como el célebre Código
s i de Hammurabi, grabado
c en una piedra diorita
p a descubierta en 1901 en
r las ruinas de Susa. Los
o c egipcios registran ya en el
p o Imperio Anti- guo
i m (milenios VI a III a.C.) las
a o fórmulas y ritos de los
m textos de las pirámides, y
e l posteriormente del Libro
n a de los muertos. En el
La primera c e t
manifestación de la i e
literatura persa son los v m s
libros sagrados del i á
parsismo, atribuidos a su l s n
fundador, Zaratustra, i a
cuyas enseñanzas se z d t
reunieron en el siglo V a e i
a.C. con el nombre de c v
Avesta. Según la leyenda i 3 o
Alejandro Magno mandó ó s
quemar estos textos, que n 0
luego fueron transcritos 0 q
nuevamente en el c 0 u
llamado Zendavesta, o h e
comentario de los Avesta. i a
n ñ c
Los textos religiosos, a o u
proféticos, sapienciales e s a
históricos producidos por e . l
el pueblo hebreo a lo s q
largo del I milenio a.C., y S u
reunidos en el Antiguo c u i
Testamento, tienen, u e
aparte de su valor n l r
intrínseco, una importante a e
significación en la cultura n o
judeo-cristiana que d g t
prevalecerá en Occidente e u r
desde el siglo III d.C. a a
hasta nuestros días. La u , ,
riqueza humana, moral, n
filosófica y literaria de a q p
los diversos libros que u e
componen esta obra t e r
monumental, ha r t
constituido una fuente a c e
inagotable de inspiración d -
para numerosos creadores i u
en las más diversas artes, c e n
y es una referencia i e
constante en nuestra ó n c
civilización. También el n t e
Talmud y el Tárgum
compilan tradiciones, l a a
enseñanzas, narraciones y i l
leyendas elaboradas por el t c
pueblo hebreo en su e o t
antigüedad. r r
a n o
LITERATURA DE LA r n
CHINA i m c
a á o

L q s l
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n e a s
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c
s e a
i l .
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e w
o u Desde sus comienzos
t , la poesía china ha sido
i concebida como visual y
b c auditiva, por su bella
e o caligrafía y por haber sido
t m destinada originalmente al
a p canto con
n a acompañamiento musical.
o r Caracterizadas por su
. t brevedad, las
e composiciones poéticas
S n son eminentemente
u líricas. La primera
s u antología poética, el Shih 5
LITERATURA AÑO
n Ching, fue compilada en
v tiempos de Confucio y es
a l uno de los cinco clásicos
r e de la literatura del
i n confucianismo. Los otros
a g son el I Ching, el Shu
n u Ching, el Li Chi y el
t a Ch’un-ch’iu. Los escritos
e j filosóficos proliferaron
s e desde entre los siglos VI y
, III a.C. Obras capitales
l son las Conversaciones de
c i Confucio, Las
o t disquisiciones de Mencio y
m e el Tao-te-King atribuido a
o r Lao-Tse, fundador del
a taoísmo.
e r
l i
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c
a l
n o
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o o
En las dinastías C’in y Han (221 a.C.- 220 d.C.) será tu compañero donde
florecieron las composiciones del género llamado Fu. Son
notables los poetas Ssu-ma Hsiang-ju y Yang Hsiug. La
filosofía y el ensayo encontraron grandes exponentes en
Liu An, quien escribió cerca del año 140 a.C. la
monumental Huai-nan- tzu, y en historiadores de la talla
de Su-ma-Tsien.

Durante el período conocido como el de las Seis


Dinastías, y el de la dinastía Sui (220 d.C.- 618 d.C.) la
literatura china recibió la influencia de la India a través
del budismo. Abundan las canciones populares, como la
Mu- lan-Shih. Los principales poetas de esta época
fueron Ts’ao Chih (s.III) y Tao Chien (s.IV-V). Más tarde
se producen numerosas obras filosóficas y de crítica
literaria, y se cultiva el género p’ien-wen o prosa
paralela, utilizada en disputas religiosas o filosóficas. Se
destacan Liu YiChing, del siglo V, y Liu Hsieh, del siglo
VI.

La literatura china habría de vivir su edad de oro bajo


la dinastía T'ang (618-907). Los poetas refinaron estilos
del pasado e inventaron nuevas formas como el lü shih
y el chüeh-chü. Son famosas las composiciones de
Wang Wi, Li Po Y Tu-Fu. El gran estímulo dado a las
letras bajo la dinastía Sung (960-1279) permitió una
enorme producción literaria. Chu Hsi y Ssu-ma Kuang
escribieron en prosa en el marco del estilo ku-wen. En
poesía hubo numerosos movimientos que rivalizaban
entre sí. Es memorable Lu Yu (s. XII), autor de más de
20 000 poemas. La nueva forma poética llamada tz’u,
popularizada por cantantes femeninas, fue cultivada por
Ou-yang Hsiu y Li Ch'ing-chao, considerada la más
grande poeta de China.

Durante dinastía Yüan (1206-1368), fundada par


Kublai Khan, las tendencias más tradicionales se
refugiaron en el sur, mientras que el norte fue testigo
del surgimiento de gran variedad de estilos literarios. El
teatro, influido por los modelos indios e iraníes, encontró
su máxima expresión. Fueron compuestas y
representadas cientos de óperas que usaban un lenguaje
cercano al coloquial y personajes de las clases medias y
bajas. Entre los autores principales están Kuan Han-
ch’ing y Wang Shih-fu. Tras la imposición de la dinastía
Ming en el siglo XIV, el gusto literario se inclinó hacia
la ortodoxia y las formas esquemáticas, produciendo
incansablemente obras imitativas hasta el siglo XVI.

AMOR FRATERNAL
Cuento chino

El hecho que les vamos a contar acaeció en los


tiempos de la dinastía Chu, cuando la China se hallaba
bajo un régimen feudal.
El soberano del pequeño reino de Con Chu tenía dos
hijos varones que se amaban tiernamente.
Cuando nació el segundo hijo, el monarca decía
constantemente al primero:
- Mira a tu honorable hermanito y ámalo. Reconócele
el puesto de hijo menor y mimado. No se te olvide
nunca que eres el mayor, que le debes, en
consecuencia, el buen ejemplo de la valentía y del
arrojo. Debes quererlo y protegerlo. Él te obedecerá y
quiera que vayas. No se te olvide lo que dicen nuestros Estado. Por todas partes buscan a los hermanos, envían
sabios: Entre hermanos hay que ayudarse, compartir las mensajeros a lejanas tierras para descubrir sus huellas,
alegrías y las penas del mundo. pero pasan el tiempo y no los encuentran.
Sabes que uno de los filósofos de la dinastía Song,
en su introducción al libro genealógico familiar, dejó
algunas palabras célebres con respecto al amor
fraternal. Decía así: "Los hijos de mi padre son mis
hermanos amados. Somos las ramas de un mismo
árbol, las corrientes de un mismo manantial, los dedos
de un misma mano. Cuando estoy enfermo, mi
honorable hermano se lamenta y sufre:
¿Será posible que, pasadas algunas generaciones, los
descendientes quizá no sientan el deseo de
conocerse?". Hijo, acuérdate de estas palabras.
El rey de Con Chu no podía ocultar la marcada
preferencia que por el menor de sus hijos sentía.
El primogénito se daba perfecta cuenta de ello.
Hasta los propios mandarines de su corte lo habían
notado.
Al mayor lo había nombrado Kao Sen -Espíritu
elevado-
; al pequeño, Chin Pao -Tesoro de oro-. Entre los dos
niños reinaba, no obstante, la mayor armonía y Kao Sen,
en lugar de tener celos del cariño excesivo que tuvieran
por su hermano, unía su afecto al del padre hacia el hijo
predilecto.
- Si mi venerado padre prefiere a mi hermano
-pensaba- es que el pequeño lo merece, que es más
digno, más afectuoso, más inteligente que yo ... Lo que
debo hacer es tratar de perfeccionarme y corregir mis
odiosos defectos.
El pequeño pensaba, por su lado:
- Mi padre me prefiere a Kao Sen. Es cosa que no
me hubiera atrevido ni a desear ni a esperar. Pero, ya
que así es, tengo que merecerlo y ser en todo momento
digno de tan gran fortuna.
Así los dos hermanos vivían con recíproco cariño y
con creciente virtud. ¡Ahimé!, un día murió el buen rey
sin dejar testamento. Considerando las cosas
legítimamente, el hijo primogénito tenía que suceder en
el trono a su padre. Mas en los últimos momentos el rey
de Con Chu había expresado el deseo de darlo todo a
Chin Pao, su predilecto.
Así fue que cuando terminó la ceremonia de los
funerales, con la pompa que Buda concede a las testas
coronadas, es decir, la víspera del día en que había de
tomar posesión del reino el heredero legítimo de la
corona, el príncipe, para obedecer los deseos de su
honorable padre, huyó de incógnito por una de las
puertas de la muralla de la capital.
El pequeño, para respetar los derechos de su
hermano querido y para manifestar a Kao Sen el cariño
que por él sentía, tuvo el mismo pensamiento y huyó
por su lado.
Los dos tuvieron, pues, la misma idea: la de
apartarse del mundo y vivir meditando en la soledad de
la montaña. Así es como uno se fue a vivir en la
vertiente Este y el otro en la vertiente Oeste del Monte
Sagrado del Tai Shan. Cuando el hambre se hacía sentir
se mantenían de las piñas y piñones de los árboles;
cuando los apremiaba la sed bebían el agua del
manantial al pie de la montaña.
En tanto, los funcionarios del reino abandonado han
tenido que buscar un regente para dirigir los asuntos del
En cambio, Kao Sen y Chin Pao se ven un día al pie diversos principados de un
del manantial del monte sagrado.
- Hermano, ¿a qué viniste? - dice Kao Sen
sorprendido.
- Y tú, ¿por qué estás aquí? - exclama Chin Pao.
- Nunca quisiera haber desatendido el menor deseo
de nuestro padre -explica el mayor-. Por eso vine a
buscar este retiro agreste, huyendo del alto deber que la
corte me imponía. Tú eres más inteligente que yo y más
digno de reinar, y el rey, nuestro padre, así lo pensó.
- Jamás he de usurpar un lugar que no me
corresponde
- replica Chin Pao.
Entonces caen en brazos el uno del otro y lloran
amargamente por la muerte del padre bien amado.
Luego deciden vivir juntos para siempre, como dos
simples campesinos.
Al cabo de muchos años, los enviados del reino de
Con Chu encuentran los cuerpos de los dos príncipes:
yacen tendidos, uno al lado del otro, en la cima del Monte
Sagrado. Y todo el Imperio los venera desde entonces
como dos santos: los dos santos de la paz.

Confucio (Kung Fu-


tzu)
(Lu, actual Shantung, China, 551 - 479
a.C.)

Célebre pensador y filósofo chino, considerado el


hombre más culto de su época, cuyas ideas influyeron
en la cultura de su país, Japón, Corea y Vietnam.
Escribió el Libro de las conversaciones, o Lun
yu(también conocido como Analectas), en el que
expone los principios fundamentales de su prédica
moral y ética, y es el principal de los “cuatro libros” del
confucianismo, que incluyen asimismo textos posteriores
emanados de sus enseñanzas. Los estudiosos coinciden
en atribuirle también los Chun Chiu, o Anales de
primavera y de otoño, en los que por primera vez se
intenta narrar con objetividad la historia y las
tradiciones de China, hasta entonces impregnadas de
leyendas y mitos.

Nació con el nombre de Chiu dentro de la noble familia


Kung, y más tarde fue llamado Kung Fu-tzu, o “El gran
maestro Kung”, que los romanos latinizaron como
Confucius. Huérfano de padre desde los tres años se
demostró como un estudiante concienzudo e insaciable,
que ya en la adolescencia llegó a dominar las “seis
artes” de la China de su época (artes marciales,
conducción de carros, música, arquería, caligrafía y
aritmética), así como la poesía y la historia. Su juventud
transcurrió en medio de una sociedad feudal que se
derrumbaba entre guerras internas y la decadencia de la
dinastía Chou. Destinado por su estirpe al servicio
público, eligió dedicarse a la enseñanza, propiciando una
educación menos elitista y no sólo para acumular
conocimientos sino también como forja del carácter.

Confucio se desempeñó como educador al servicio de su


estado natal de Lu, donde ofició también como
magistrado y ministro consejero del rey. Las intrigas de
la corte y la desatención a sus consejos lo llevaron a
optar por el exilio, itinerando durante 12 años por
imperio en descomposición. Reverenciado en todo el país ornamento.
y rodeado de numerosos discípulos, regresó a su ciudad Por eso rechazan lo uno y adoptan lo otro.
natal a los 67 años para consolidar su doctrina y escribir
y pu- blicar sus obras.

Las tres virtudes

Confucio no fue un líder religioso, sino un predicador


moral y maestro de costumbres, inspirado en la
tradición y en sus propias ideas de la ética y las normas
de vida que llevan a la perfección. Para él las tres
virtudes universales eran la sabiduría, el amor y el valor;
y todo individuo debía esforzarse por alcanzar la virtud
perfecta. Conseguiría así el estatus de “hombre
superior”, que no sólo debía ser virtuoso en sí mismo,
sino también servir a la sociedad y a sus semejantes, ya
que el amor (jen) está compuesto par dos partes:
conciencia y altruismo.

Lao Tzu (o La Tse o Lao


Zi)
Tao-te-King

Clásico de la literatura filosófica china, el Tao-te-King


se atribuye tradicionalmente a Lao Tzu, el presunto
fundador del Taoísmo. Constituye en esencia una
doctrina de comportamiento encaminada a la conquista
de la armonía y del conocimiento interior, a través del
abandono de los actos superfluos. Su contenido místico y
elusivo, que ha dado pie a las más variadas
interpretaciones, es aún hoy fuente de inspiración para
numerosos lectores de Oriente y Occidente.

I (XXXVIII)

El hombre de virtud superior no es virtuoso,


y por ello está en posesión de la virtud.
El hombre de virtud inferior se aferra a la
virtud, y por eso carece de virtud.
El hombre de virtud superior no actúa,
ni pretende alcanzar fin alguno.

Quien posee la más alta benevolencia actúa,


mas no pretende alcanzar fin alguno. Quien
posee la más alta rectitud actúa,
y siempre busca algún fin.
Quien observa altamente los ritos actúa,
mas nadie hace caso de él,

y entonces extiende sus brazos y le hace fuerza


(para que le respeten)
de suerte que tras la pérdida del dao aparece la
virtud, tras la pérdida de la virtud aparece la
benevolencia, tras la pérdida de la benevolencia
aparece la rectitud, tras la pérdida de la rectitud
aparecen los ritos.
Los ritos, menoscabo de la lealtad y la
confianza, son el principio de un gran desorden.
La presciencia es huero ornamento del dao,
y principio de la necedad.

De allí que los grandes hombres se atengan a lo que


acrece y no a lo que menoscaba,
se atengan a la esencia y no al huero
V (XLII) Su poesía, de hondo lirismo y profunda reflexión sobre
la vida, es de una dimensión pendular que puede
El dao engendra al ingresar tanto en la más oscura reflexión filosófica como
uno, el uno engendra congraciarse plácidamente con la vida en una búsqueda
al dos, el dos engendra celebratoria de los placeres cotidianos.
al tres,
el tres engendra a los diez mil seres.
Los diez mil seres albergan en su seno el ying y el “Segunda canción de Qiupu”
yang, cuyas energías vitales (qi) chocan para tornarse
en En Qiupu, de noche, los monos se sienten tristes;
armónica unidad. la montaña Amarilla empina su testa encanecida.
Lo más aborrecido de los hombres
es la orfandad, la pobreza, la indignidad;
El arroyo Qingxi no es como el río Longshui,
mas ved que así es como monarcas y señores se
corriente que arrastra lamentos.
nombran a sí mismos.
Pues las cosas crecen cuando las amenguas,
y menguas cuando las acreces. Quiero llegar, pero no es posible;
Lo que otros me han enseñado, el corto viaje se me hace interminable.
también yo lo enseñoo a los demás.
Quien abusa de su fuerza no tendrá buen fin; ¿Cuándo vendrá el día del retorno? Lluvia
de esto haré la guía de mi doctrina. de lágrimas bañan la barca solitaria.

XLVI (II)
“Novena canción de Qiupu”
En el mundo todos saben por qué lo bello es
bello, y así aparece lo feo. Jiangzu, enorme e imponente peña, cual
Todos saben lo que es bueno, pintura se perfila en el límpido cielo.
y entonces aparece lo que no es bueno.
Ser (you) y no-ser (wu) se engendran Un poema tallado: diez mil años de recuerdos.
mutuamente, difícil y fácil se producen El brocado de musgo da vida a los verdes caracteres.
mutuamente,
largo y corto se forman mutuamente, “Duodécima canción de Qiupu”
alto y bajo se colman mutuamente,
sentido y sonido se armonizan mutuamente, Blanca seda, el agua
delante y detrás se siguen mutuamente, une cielos y tierra.
es una ley constante (heng).
Por eso el sabio se acomoda en el no-actuar (wu Ansío, jinetes sobre resplandeciente luna,
wei), ejercita la enseñanza sin palabras. cual un barco-taberna,
Desarróllanse por sí mismos los seres todos, recrearme contemplando las flores.
y no tienen comienzo;
ayúdales (el sabio) a crecer, mas Versión de Guillermo Dañino, 1998
no se tiene por su bienhechor;
triunfa en su empeño,
mas no se atribuye mérito alguno.
Justamente porque no se atribuye el LITERATURA DEL
mérito, JAPÓN
el mérito nunca le abandona.
ONO NO
Traducción de Inaki Preciado KOMACHI
Ydoeta

Li Po (Tokmak, 701 - Anhui, 762 d.C.)


Tr
Li Bai (o Li T'ai Po) nace ja
en la ciudad de Tokmak
-en chino Suiye- en la Siempre se ha
actual república de empleado y se emplea
Kirguizistán, territorio todavía en el Japón la
chino en tiempos de la palabra komachi para
dinastía Tang. designar a una joven que
por su belleza se distingue
La poesía de la dinastía sobre todas sus
Tang (618-907) es compañeras.
considerada la Edad de Ono No Komachi era
Oro de la poética china, dama de honor de la corte
y a Li Po el mayor imperial en el siglo IX. Las
representante de esta flores envidiaban su
época y de todos los belleza y ante ella se
tiempos. velaba la luz de la luna.
Komachi poseía, además,
Li Po estudió taoísmo y un talento extraordinario
encontró muchas de poetisa. La tradición
dificultades en su vida refiere que vivió hasta la
como poeta a causa de edad de cien años. A
los enemigos que le pesar de su belleza y de
granjeó su relación con el su inteligencia, no se
poder político. Se casó había casado, y al final de
cuatro veces. Muere en el su vida cayó en un estado
762, en Dangtu (provincia miserable.
de Anhui).
Las anécdotas referentes a Ono No Komachi son
El primer haijin fue Matsuo Bashoo, autor con el que el
numerosas. Me contentaré con narrar aquí una historia
género tomará sus caracteres definitorios. A saber, la
de amor que me parece conmovedora.
La célebre belleza de Komachi atraía hacia ella
muchos admiradores. Pero la joven los desengañaba a
todos. Sentía con gran vivacidad el sentimiento de que
era mujer y consideraba el amor como una cosa muy
alta y muy noble. Quería que el hombre llamado a ser su
esposo le profesase un cariño ardiente, profundo,
sincero.
Entre los pretendientes había un hidalgo cortesano,
llamado Fukakusa No Choko. Cuando le declaró su
pasión a Komachi, ésta le contesto:
- Si verdaderamente me ama, venga a llamar a mi
ventana cien noches seguidas, transcurridas las cuales
aceptaré su amor.
En esta época, Komachi había abandonado la corte y
vivía muy lejos, en el campo. El joven hidalgo, cuya
pasión era tan viva como sincera, se plegó al deseo de
Komachi. Atravesando ríos y campos iba con regularidad
todas las noches a llamar a la ventana de su amada.
Noventa y nueve noches presenciaron su fidelidad.
Cuando cayeron las sombras que anunciaban la
centésima noche, toda la comarca estaba cubierta de un
manto de nieve. La hora de la visita había llegado, pero
el enamorado no aparecía. El tiempo pasaba. Era el
día prometido. El corazón de Komachi, que en los
primeros tiempos había resistido a toda exaltación, ardía
ahora de amor por Fukakusa.
La inexplicable ausencia del amado la llenaba de
inquietud. La joven salió para buscar a su alrededor.
Pero no se encontraron.
Cuando el hidalgo llegó a casa de su amada, llamó
como de costumbre a la ventana. Ninguna respuesta
escuchó.
La larga y vana espera abatió al infortunado joven.
Creyó que Komachi había mentido y que, al imponerle la
prueba de las cien noches, se había burlado de su
corazón.
Sus largas caminatas nocturnas lo habían agotado.
La pena y el frío acabaron con él. Cuando Fukakusa cayó
ante la puerta de la tan amada no volvió a levantarse.
Komachi al regresar de su infructuosa búsqueda,
encontró allí el cuerpo exánime del infortunado amante.
Fiel al recuerdo del hidalgo, Komachi no se casó
jamás. Consagróse a la oración, para servir al alma del
joven que su amor había hecho digno de eterno
recuerdo.

Haiji
n

Haijin es el que compone haikus, así se llama en japonés


al que escribe este tipo tradicional de poesía
profesionalmente.

El haikú es un poema que nace en el siglo XVI y que


tiene su origen en el haikai, poema que podía tener 36,
50 ó 100 versos y que se componía en grupo. El
iniciador escribía tres versos de medida 5-7-5 y a partir
de aquí los demás recitaban dos versos heptasílabos,
hasta que el poema se finalizaba. Los tres primeros
versos se llamaban hokku y es lo que dara lugar al
haikú.
métrica será la ya mencionada de 17 sílabas, repartidas Rana verde
en tres versos (5-7-5). A veces, esta medida no será reluciente, ¿estás recién pintada?
respetada y tendremos ejemplos de ziamari, es decir,
haikus irregulares. Hoy, como en la poesía occidental,
también se escriben poemas en verso libre
(Kawahigashi Hekigodoo fue el iniciador de esta
corriente).

Un rasgo típico del haikú clásico es la relación entre éste


y la naturaleza. Hay una necesaria referencia a una
estación determinada (kigo); lo que no quiere decir que
en ocasiones el poema no la tenga (mu-kigo). Así el
haikú se encuentra estrechamente
l ig ad o a lo
s s uc es os
d e todos los
días y a l
de ve ni r
natural;
porque en el
haikú el a s p
e c t o
religioso tiene
m u c h a
importancia -al
menos desde
Bashõ-,
básica- m en
te e l bu
di sm o -l a
creencia más
extendida en la
cosmovisi
ó n japonesa-
y su
afirmación de
que en todo
hay un ser.

HARU (Primavera)
Matsuo Bashõ (1644-1694)

Furu ike ya
Kawzu tobikomu
Misu no oto

En el espejo antiguo del estanque


se sumerge una rana
Ruido de agua

"Separados por las nubes


los dos patos silvestres
se dicen adiós"

NATSU (Verano)
Akutawa Ryuunosuke (1892-1927)

Ao-gaeru Onore
mo penki
Nuritate ka
AKI (Otoño) LITERATURA PERSA
Kobayashi Issa (1763-1827)
Lengua y literatura persa
Akikaze ni
Aruite nigeru Nacida con la consolidación del idioma persa
Hotaru kana moderno, en el siglo IX, la literatura persa acompaña el
resurgimiento político y cultural del antiguo Irán, al cabo
Camina la luciérnaga de doscientos años de dominación árabe. Sus primeras
evitando manifestaciones son poemas amorosos y de alabanza,
el viento del otoño escritos en caracteres arábigos en el noreste iraní y el
norte de la India. El dialecto llamado moderno, oriundo
FUYU (Invierno) de estas regiones, se establece allí paulatinamente coma
Iida Dakotsu (1885-1962) expresión literaria de la lengua persa. A medida que se
realizan traducciones de textos árabes, los autores
Setsuzan o locales adoptan las convenciones literarias y los
Haimawari-i-ru recursos retóricos de la literatura de ese origen. La
Kodama kana nueva literatura incorpora también un número creciente
de palabras arábigas, aunque conformando una entidad
En las montañas nevadas propia y llegando a adquirir un gran refinamiento.
está arrastrándose
el eco Géneros poéticos

Versiones de Ricardo de la Fuente y El panegírico y la elegía son los primeros géneros


Yutaka poéticos que florecen en la literatura persa. Su primer
Kawamoto gran exponente, el poeta Rudaki, los consagra como
tales a mediados del siglo X, adoptando la forma
convencional de la oda árabe de una sola rima, conocida
El haikú es también una poesía del instante, de lo cual coma qasida. El poema lírico breve, o gazel, también de
-casi siempre así lo presenta, aunque se trate de una una sola rima, se desarrolla poco después dentro del
figuración- contexto de las odas festivas y se emplea luego en la
. Es una quintaescencia poética, una intuición que poesía amorosa. La introducción innovadora de la rima
recoge las sensaciones inmediatas. pareada o masnavi da origen, aún en el siglo X, a una
tradición de extensos poemas épicos y didácticos, que
Si el género determina las posibilidades de un poema y alcanza su máximo esplendor con el célebre
le imprime su carácter, el que éste conste de 17 sílabas Rubaiyat, escrito por Omar Khayyam en el siglo XII, y
hace que todavía esté más supeditado a las con la obra del poeta místico Jalaludin Rumi en el siglo
posibilidades expresivas que hay en ellas. Así, el haikú XIII. Al igual que el género masnavi, el rubai, o estrofa
elabora a través de su historia unos procedimientos que de cuatro versos, surge como un desarrollo poético
son necesidades. Es una poesía tan esencial que no esencialmente persa, desconocido hasta entonces entre
suele haber verbos, lo que no quiere decir que en la los autores árabes.
traducción no aparezcan. Las frases están truncadas y es
frecuente el uso de palabras especiales, coma las La prosa
denominadas kireji (kana, ya, keri,...) que tienen un
valor de suspensión del discurso. Contemporánea de la poesía, la prosa persa se
desarrolla a partir de la traducción al dialecto moderno
El haikú moderno parte de Masaoka Shiki y Takahama de los anales del teólogo musulmán Attabari, publicada
Kyooshi que, aunque renovadores, también practican un en el año 963. Un grupo de teólogos persas traduce poco
haikú clásico. En la actualidad, el haikú, coma la lírica después sus comentarios al Corán, estableciendo la
europea, también se renueva hacia el verso libre, dignidad de la lengua coma vehículo de textos
tendencia representada par Ozaki Hoosai. sagrados. El monarca samánida Almanzor I encarga
en esta época al sabio Avicena (Ibn-Sina) su notable
El haikú ha tenido también una especial importancia en Canon de Medicina, primer texto científico en lengua
el desarrollo de la lírica occidental y en especial de la persa. Este célebre pensador desarrolla la prosa
española. Los contactos de Japón con Europa, aparte filosófica y científica persa, a través de una de las
de los esporádicos encuentros de los siglos anteriores y obras más complejas y sofisticadas del pensamiento
del siglo XIX, se da en el siglo XX como elemento que se medieval.
imita o se in te gr a en l a pr od uc ci ón p oé ti
ca e sp añ ol a e hispanoamericana, pues se conoce
esta forma gracias a las traducciones llevadas a cabo
por los impresionistas y simbolistas franceses.
De la Fuente, Ricardo. Haijin. Antología del haikú,
1992.
Segunda edición. Madrid: Ediciones Hiperión,
1996.
Omar Khayyam (o Rubai 105
Jayyam)
iSabéis por qué el ciprés y la azucena han
(Nisapur, circa 1040- ganado entre los hombres fama de ser libres?
1123) Poesía lírica porque ella, con diez lenguas, nunca habla.
Porque él con cien manos, nada toca.
Obra cumbre de la lírica persa, el Rubáiyat ha ejercido
una influencia singular en la tradición literaria Versión desde el persa de Carlos Areán
musulmana y en la poesía contemporánea de Occidente.
Su autor, el científico, poeta y místico Omar Khayyam, Llena la Copa que resguarda el Pecho De
escribió en caracteres arábigos empleando la forma del torpe miedo y de infantil pesar, iMañana!
rubai, o estrofa de cuatro versos, original de la poesía ¿Dónde me encontraré mañana? iCuando
persa. Bajo la apariencia de un elogio del vino y de la la Luz se apaga, dónde va?
sensualidad, su obra ofrece un camino de desarrollo
espiritual, por medio de imágenes tradicionales y sutiles El Mundo es sólo un cuadro iluminado
metáforas. Su profundo valor moral fue reconocido entre Que arroja la linterna del Juglar Cuya vela
las escuelas místicas del Islam. En el siglo XIX el inglés es el Sol y nuestras vidas, Sombras que
Edward Fitzgerald introdujo la obra en Occidente, con vienen, sombras que se van.
serio menoscabo de su contenido original. Sin mayores
conocimientos de persa, este académico presentó El mundo es un tablero, cuyos cuadros
entonces a Khayyam como un autor báquico y nihilista, Son noches y son días, y el azar
adecuando sus versos al exotismo victoriano. En la A su antojo nos mueve como a piezas,
actualidad, una serie de traducciones mejor Luego las piezas, a la caja van.
documentadas han restaurado las enseñanzas poéticas
del Rubáiyat, centradas en la búsqueda de Dios a través Traducción de Jorge Luis Borges, desde la versión
del amor. inglesa de Edward
Fitzgerald.
Rubai 40
Literatura árabe
Gardún negarí ze gade farsudeye mast.
Djeihún asari ze ashké paludeye mast. Del Corán a Las mil y una
Duzaj shararí ze ranché bihudeye mast. noches
Ferdós dami ze bajté asudeye mast.
Antes de la
Rubai 40 prédica d e Ma
ho ma , a
El universo que contemplamos es como una cintura comienzos del
pequeñita para nosotros. siglo VII, la
El Oxus un símbolo de nuestras lágrimas mezcladas con literatura en
sangre. lengua árabe se
El Infierno es una chispa de pena inútil para limitaba a poemas
nosotros. El Paraíso es un instante de tiempo transmitido
tranquilo para nosotros. s oralmente,
algunos de l os
Rubai 7 c ua le s reunió
Hamadpl- R aw ía
Mi ración de existencia ha volado en escasas horas. e n lo s mo al la
Se deslizó como el agua en el río, como el viento en ca s o " co ll
la estepa. ar es d e
Hay dos días que jamás me perturban: versos". Los temas
El que habrá de venir y el que se ha eran los típicos de
disipado. la vida' nómade
en el desierto,
Rubai 66
desde las luchas
tribales a l as
Cuando tu alma y la mía no puedan besarse desde sus
l ar ga s travesías,
cuerpos,
o desde
podrán un par de ladrillos sobre nuestras dos tumbas.
el elogio del caballo o el camello a una qasida, o poema
Más tarde, para cubrir más tumbas con más ladrillos,
de amor dedicado personalmente.
echarán en el molde tu polvo y mi polvo.
Es sabido que Mahoma no dejó nada escrito, pero sus
enseñanzas morales y religiosas fueron reunidas en el
Corán o Alcorán, obra reverenciada no sólo por ser la
palabra del Profeta, sino también por ser "lo que está
escrito", o sea la sacralización de la escritura frente a la
oralidad. El Corán consta de 114 capítulos, subdivididos
en versículos o "suras"
que, además de su valor religioso, están vertidos en un Aladino
árabe de gran pureza y calidad literaria. Su contenido
ha marcado desde entonces la fe, los ritos, las Hijo huérfano de un sastre chino, Aladino es uno de los
obligaciones y las costumbres del mundo musulmán, y personajes más recordados de los cuentos de Las mil y
su escritura ha sido modelo de incontables autores. una noches. Su historia comienza cuando, siendo niño,
encuentra a un mago africano que lo incita a entrar en
Las Mil Y una Noches una cueva a rescatar una lámpara maravillosa. Aladino
entra y rescata la lámpara, pero se niega a entregarla al
(s.IX) Anónimo árabe mago, quien por esa razón lo mantiene encerrado. El
Prosa narrativa joven frota sin querer su tesoro, y aparece una legión de
genios que le conceden todos sus deseos: lo hacen
Es una colección de cuentos de origen hindú, persa, inmensamente rico, le construyen un palacio magnífico y
egipcio y árabe, que se ha ido recopilando a lo largo de consiguen para él la mano de la hermosa hija de un
los siglos. Los cuentos se estructuran en una historia sultán. Tras derrotar definitivamente al mago, el héroe
central que es la de la reina Scherezade y el sultán hereda el reino y funda un largo linaje de reyes. Su
Shahryar. Habiendo sido agraviado por su esposa, el historia es aún hoy una de las leyendas literarias más
sultán decide casarse con una novia distinta cada noche, leídas en Oriente y Occidente, en especial en las
y ajusticiar a su mujer por la mañana, de forma que no innumerables versiones adaptadas para niños. Ma sido
pueda ultrajarlo. Scherezade es elegida para ser la también tema de un film animado de los estudios Disney
nueva esposa del rey, pero planea una estrategia para (Aladdin, 1992).
evitar su muerte. La noche de bodas explica al sultán un
apasionante relato que deja inacabado; el rey intrigado - Simbad
le perdona la vida hasta el día siguiente, y así continua
perdonándole la vida ante cada nuevo relato inconcluso Personaje de numerosos relatos tradicionales árabes,
durante mil y una noches, hasta que finalmente el sultán este legendario marino ha pasado a la cultura popular
decide no matar a su esposa. Entre los relatos más como prototipo del navegante arriesgado y afortunado. Él
célebres de Las mil y una noches están las aventuras de mismo cuenta en Las mil y una noches sus siete viajes,
Simbad, el cuento de Aladino y el de Alí Babá. con el objeto de demostrar que su fortuna ha sido
conseguida con arduos trabajos y enorme riesgo.
La base de los cuentos es de origen hindú y fue Comerciante durante el reinado del califa Harún
completada luego en Persia. En el siglo IX se realizó la alRashid, naufraga después de salir de Basora con su
primera traducción al árabe, bajo el título de Mil mercancía, pero logra regresar a casa vivo y rico gracias
noches, y también se enriqueció la obra. La mayoría a su suerte y habilidad. Para lagrarlo debió sobrevivir a
de las historias son de carácter popular y de tradición un sinnúmero de peligros, . entre ellos el ave Roc, un
oral. Hacia el 1400 el texto se fijó en árabe, aunque grupo de caníbales y una ballena a la que tomó por una
siguieron realizándose nuevas aportaciones. Estas isla. Muchos de los elementos de sus aventuras se
historias fueron muy populares en la Europa medieval; repiten a lo largo de la literatura medieval europea.
aunque se consolidaron como parte de la cultura
occidental a partir de la traducción al francés hecha por HISTORIA DE SINDBAD EL
Antoin Palland en 1715, bajo el título de Noches MARINO
arábigas.
“He llegado a saber que en tiempo del califa Harún Al-
Personajes Rachid vivía en la ciudad de Bagdad un hombre llamado
Sindbad el Cargador. Era de condición pobre, y para
- Scherezade ganarse la vida acostumbraba a transportar bultos en su
cabeza. Un día entre los días hubo de llevar cierta carga
Heroína del clásico árabe Las mil y una noches, muy pesada; y aquel día precisamente sentíase un calor
Scherezade es la narradora de cuentos más famosa de tan excesivo, que sudaba el cargador, abrumado par el
la historia. El relato comienza cuando el sultán Shahryar peso que llevaba encima. Intolerable se había hecho ya
descubre que su esposa le es infiel y decide desposar la temperatura, cuando el cargador pasó por delante de
una novia nueva cada noche y ejecutarla al alba. la puerta de una casa que debía pertenecer a algún
Scherezade ofrece casarse con él para salvar a otras mercader rico, a juzgar par el suelo bien barrido y
doncellas, y en la noche de bodas le cuenta un relato regado alrededor con agua de rosas. Soplaba allí una
fascinante que no alcanza a concluir. Intrigado por el brisa gratísima, y cerca de la puerta aparecía un ancho
final, el sultán le perdona la vida hasta el otro día, y banco para sentarse. Al verlo, el cargador Sindbad soltó
continúa perdonándosela, día tras día, a medida que los su carga sobre el banco en cuestión con objeto de
relatos de su ingeniosa esposa se enlazan unos con descansar y respirar aquel aire agradable, sintiendo a
otros, sin terminar nunca. Para cuando Shahryar desiste poco que desde la puerta llegaba a él un aura pura y
de su propósito, han transcurrido mil noches y una, y ha mezclada con delicioso aroma; y tanto le deleitó, que fue
cobrado forma una de las obras fundamentales de la a sentarse en un extremo del banco. Entonces advirtió
literatura universal. un concierto de laúdes e instrumentos diversos,
acompañados por magníficas voces que cantaban
canciones en un lenguaje escogido; y advirtió también
píos de aves cantoras que glorificaban de modo
encantador a Alah el Altísimo;
distinguió, entre otras, acentos de tórtolas, de casa espléndida, llena de personas graves y
ruiseñores, de mirlos, de bulbuls, de palomas de collar y
de perdices domésticas. Maravillóse mucho e, impulsada
por el placer enorme que todo aquello le causaba,
asomó la cabeza por la rendija abierta de la puerta y vio
en el fondo un jardín inmenso donde se apiñaban
servidores jóvenes, y esclavos, y criados, y gente de
todas calidades, y había allá cosas que no se
encontrarían más que en alcázares de reyes y sultanes.

Tras esto llegó hasta él una tufarada de manjares


realmente admirables y deliciosos, a la cual se mezclaba
todo género de fragancias exquisitas procedentes de
diversas vituallas y bebidas de buena calidad. Entonces
no pudo por menos de suspirar, y alzó al cielo los ojos y
exclamó: “¡Gloria a Ti, Señor Creador!, ¡oh Donador! ¡Sin
calcular, repartes cuantos dones te placen!, ¡oh Dios
mío! ¡Pero no creas que clamo a ti para pedirte cuentas
de tus actos o para preguntarte acerca de tu justicia y
de tu voluntad, porque a la criatura le está vedado
interrogar a su dueño omnipotente! Me limito a observar.
¡Gloria a ti! ¡Enriqueces o empobreces, elevas o
humillas, conforme a tus deseos, y siempre obras con
lógica, aunque a veces no podamos comprenderla! He
ahí el amo de esta casa... ¡Es dichoso hasta los límites
extremos de la felicidad! ¡Disfruta las delicias de
esos aromas encantadores, de esas fragancias
agradables, de esos manjares sabrosos, de esas
bebidas superiormente deliciosas! ¡Vive feliz, tranquilo
y contentísimo, mientras otros, como yo, por ejemplo,
nos hallamos en el último confín de la fatiga y la
miseria!”

Luego apoyó el cargador su mano en la mejilla, y a toda


voz cantó los siguientes versos que iba improvisando:
¡Suele ocurrir que un desgraciado sin albergue se
despierte de pronto a la sombra de un palacio creado por
su Destino!
¡Pero ¡ay! cada mañana me despierto más miserable que
la víspera! ¡Por instantes aumenta mi infortunio, como la
carga que a mi espalda pesa fatigosa; en tanto que
otros viven dichosos y contentos en el seno de los bienes
que la suerte les prodiga! ¿Cargó nunca el Destino la
espalda de un hombre con carga parecida a la
aguantada por mi espalda?... ¡Sin embargo, no dejan de
ser mis semejantes otros que están ahítos de honores y
reposo? ¡Y aunque no dejan de ser mis semejantes, entre
ellos y yo puso la suerte alguna diferencia, pareciéndome
yo a ellos como el vinagre amargo y rancio se parece al
vino! ¡Pero no pienses que te acuso lo más mínimo, ¡oh
mi Señor! porque nunca haya gozado yo de tu largueza!
¡Eres grande, magnánimo y justo, y bien sé que juzgas
con sabiduría!
Al concluir de cantar tales versos, Sindbad el Cargador
se levantó y quiso poner de nuevo la carga en su
cabeza, continuando su camino, cuando se destacó en la
puerta del palacio y avanzó hacia él un esclavito de
semblante gentil, de formas delicadas y vestiduras
muy hermosas, que cogiéndole de la mano, le dijo:
“Entra a hablar con mi amo, que desea verte.” Muy
intimidado, el cargador intentó encontrar cualquier
excusa que le dispensase de seguir al joven esclavo,
mas en vano. Dejó, pues su cargamento en el vestíbulo,
y penetró con el niño en el interior de la morada. Vio una
respetuosas, y en el centro de la cual se abría una gran
sala, donde le introdujeron. Se encontró allí ante una
asamblea numerosa compuesta de personajes que
parecían honorables, y debían ser convidados de
importancia. También encontró allí flores de todas
especies, perfumes de todas clases, confituras secas
de todas calidades, golosinas, pastas de almendras,
frutas maravillosas y una cantidad prodigiosa de
bandejas cargadas con corderos asados y manjares
suntuosos, y más bandejas cargadas con bebidas
extraídas del zumo de las uvas. Encontró asimismo
instrumentos armónicos que sostenían en sus rod illa s
un as e scla vas muy herm osas , se ntad as
ordenadamente en el sitio asignado a cada una.
En medio de la sala, entre los demás convidados,
vislumbró el cargador a un hombre de rostro imponente y
digno, cuya barba blanqueaba a causa de los años,
cuyas facciones eran correctas y agradables a la vista. y
cuya fisonomía toda denotaba gravedad, bondad,
nobleza y grandeza.
Al mirar todo aquello, el cargador Sindbad . .
.
En este momento de su narración, Schahrazada vio
aparecer la mañana, y se calló discretamente.

PERO CUANDO LLEGÓ LA 291

NOCHE Ella dijo:


. . . Al minar toda aquello, el cargador Sindbad quedó
sobrecogido, y se dijo: “¡Por Alah! ¡Esta morada debe
ser un palacio del país de los genios poderosos, y la
residencia de un rey muy ilustre, o de un sultán!” Luego
se apresuró a tomar la actitud que requerían la cortesía
y la mundanidad, deseó la paz a todos los asistentes,
hizo votos para ellos, besó la tierra entre sus manos, y
acabó manteniéndose de pie, con la cabeza baja,
demostrando respeto y modestia. Entonces el dueño de
la casa le dijo que se aproximara, y le invitó a sentarse
a su lado después de desearle la bienvenida con
acento muy amable: le sirvió de comer, ofreciéndole lo
más delicado, y lo más delicioso, y lo más hábilmente
condimentado entre todos los manjares que cubrían las
bandejas. Y no dejó Sindbad el Cargador de hacer
honor a la invitación luego de pronunciar la fórmula
invocadora. Así es que comió hasta hartarse; después
dio las gracias a Alah, diciendo: “¡Loores a él siempre!”
Tras de lo cual, se lavó las manos y agradeció a todos
los convidados su amabilidad.
Solamente entonces dijo el dueño de la casa al
cargador, siguiendo la costumbre que no permite hacer
preguntas al huésped más que cuando se le ha servido
de comer y beber:
¡Sé bienvenido, y obra con toda libertad! ¡Bendiga Alah
tus días! Pero, ¿puedes decirme tu nombre y profesión,
¡oh huésped mío!?” Y contestó el otro: “¡Oh señor! me
llamo Sindbad el Cargador, y mi profesión consiste en
transportar bultos sobre mi cabeza mediante un
salario.” Sonrió el dueño de la casa y le dijo: “¡Sabe, ¡oh
cargador! que tu nombre es igual que mi nombre, pues
me llamo Sindbad el Marino!”
Luego continuó: “¡Sabe también, ¡oh cargador! que si te
rogué que vinieras aquí fue para oírte repetir las
hermosas estrofas que cantabas cuando estabas sentado
en el banco ahí fuera!”
A estas palabras sonrojóse el cargador, y dijo: “¡Por pruebas que sufrí antes de llegar a esta felicidad y de
Alah sobre ti! ¡No me guardes rencor a causa da tan habitar este palacio. Y verás entonces a costa de cuán
desconsiderada acción, ya que las penas, las fatigas y terribles y extraños trabajos, a costa de cuántas
las miserias, que nada dejan en la mano, hacen calamidades, de cuántas males y de cuántas desgracias
descortés, necio e insolente al hombre!” Pero Sindbad el iniciales adquirí esas riquezas en medio de las que me
Marino dijo a Simbad el Cargador: “No te avergüences de ves vivir en mi vejez. Porque sin duda ignoras los siete
lo que cantaste, ni te turbes, porque en adelante serás viajes extraordinarios que he realizado, y cómo cada cual
mi hermano. ¡Sólo te ruego que te des prisa en cantar de estos viajes constituye por sí solo una cosa tan
esas estrofas que escuché y me maravillaron mucho!” prodigiosa, que únicamente con pensar en ella queda
Entonces cantó el cargador las estrofas en cuestión, que uno sobrecogido y en el límite de todos los estupores.
gustaron en extremo a Sindbad el Marino. ¡Pero cuanto voy a cortarte a ti y a todos mis
honorables invitados, no me sucedió en suma, más que
Concluidas que fueran las estrofas, Sindbad el Marino se porque el Destino lo había dispuesto de antemano y
encaró con Sindbad el Cargador, y le dijo: “¡Oh porque toda cosa escrita debe acaecer, sin que sea
cargador! sabe que yo también tengo una historia posible rehuirla, o evitarla!”
asombrosa, y que me reservo el derecho de contarte a
mi vez, Te explicaré, pues, todas las aventuras que me Anónimo. Las mil y una noches. Barcelona: Ediciones 29,
sucedieron y todas las 1998.
Literaturas occidentales
Edad antigua
C N c o
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a T m s
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A i r r
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n n a
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I c e
s c e para las obras teatrales.
. o d
r i El mundo mitológico
D a a constituía un enorme
i l . caudal de bellas historias:
c , fabulosas, de amor, de
h S aventuras, entre otras. En
a l o su época ideal, dioses,
s a l semidioses y héroes,
a poblaban la tierra,
l t m realizaban hazañas,
e r e padecían trabajos y
y a n actuaban
e m t apasionadamente, como
n a e si fueran simples
d mortales: con amor,
a d c envidia, orgullo, odio o
s e u celos.
a
y l n El asedio a Troya, los
a d amores de Helena y Paris
m o y el dramático regreso de
i p los héroes griegos de Ilión
t o l a su patria, forman parte
o e a de una de las principales
s s historias. Entre otras
í l leyendas encontramos la
c a i de Edipo y el desenlace
o t infeliz de su familia.
n é e Algunos héroes que
s p r también protagonizaban
t i a estos fabulosos relatos
i c t fueron: Heracles o
t a u Hércules, Perseo, Jasón y
u r Medea.
y y a
e El origen de estos
n l a mitos es muy antiguo y
a l las historias que los
e c conforman se fueron
l i a reelaborando y mezclando
n n entre sí a lo largo del
n z tiempo. Los mitos
ú t a constituían la materia
c r prima con la que los
l s autores construían sus
e i u obras. Sin embargo cada
o g autor contaba el mito a su
p manera, por lo que nos
d a l han llegado diferentes
e e versiones de los mismos.
d n
l e a Los temas legendarios
a madurez y mayor griegos han persistido en
l esplendor, vemos el tiempo: los latinos los
l aparecer la comedia, aceptaron, 5 y
modificaron
LITERATURA AÑO
í a cuyos temas son ampliaron.
r diferentes: critican las
i t costumbres de su época.
c r Posteriormente, en la
a a etapa de la decadencia,
g se diversifican las tramas
i e o
m s s
Podemos agregar que a lo e e
largo de veinticinco siglos, r c
tanto la literatura como a e o
las artes plásticas de los x n
países occidentales se f t
han inspirado en estas o t i
historias, debido a su r r n
belleza, equilibrio, m e
armonía, serenidad y a e n
riqueza. m t
d e
PERÍODO e o s
S DE LA :
LITERAT l d
URA a e A
GRIEGA s
p l i
Pueden distinguirse o a
tres grandes períodos en e M
la historia de la literatura s e y
griega: í d
a i E
1. Período jónico, eolio . t u
y dorio (s. X-VI a.C.) e r
2. Período ático (s. V- L r o
IV a.C.) a r p
3. Período alejandrino y s á a
romano (s. III a.C. - s. n .
VI d.C.) g e
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PERÍODO JÓNICO, u , a
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EOLIO Y DORIO e a
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(s. X-VI a.C.) r c
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Orígenes de la a l c
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r d entre sí o contra otros
a e pueblos europeos o
s asiáticos. Las frecuentes
f - guerras sirvieron como
í tema principal para la
e epopeya. Los aedos,
a s parecidos a los que
t después fueron
d a trovadores, cantaban,
e d acompañados de la cítara,
o poemas donde narraban
l combates y aventuras de
e sus héroes y dioses.
a n
La tradición oral
z v atribuye las primeras
o e manifestaciones de la
n z poesía a Orfeo, Linos y
a Museo, personajes
d míticos, quienes fueron
f e confundidos en la
a antigüedad con héroes y
v r semidioses por el poder
o e que se le atribuía a sus
r i creaciones.
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n l
a La epopeya, la principal
d s manifestación de la poesía
e épica, considera a
c Homero y Hesíodo como
p u los máximos
e a representantes de este
- l género.
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a ban en constante pugna
HESÍODO Los géneros de la poesía lírica se dividían en dos
(Ascra Circa VIII - VII ac - ?) grandes grupos: monódica y coral.

Hesíodo nació en la ciudad de Ascra entre los siglos La poesía monódica estaba a cargo de un solo
VIII y VII a.C. Se estableció en Beocia (Grecia) donde su intérprete. En esta podemos incluir a la elegía, los y
familia poseía tierras. Él mismo practicó la agricultura y ambos y composiciones específicamente líricas, cuyo
sostuvo incluso una disputa jurídica, que no le fue principal florecimiento se dio en el área de la influencia
favorable, con uno de sus hermanos por la propiedad de jónica. Entre los principales representantes de este tipo
unas tierras. de lírica hallamos a Safo y a Alceo, quienes llevaron la
poesía en dialecto eolio a su mayor plenitud. Su poesía,
Obras aunque perdida en gran parte, está ampliamente
documentada como para sitiarlos entre los más
Hesíodo es el máximo representante de la escuela eminentes propulsores de la lírica monódica.
dórica que, a diferencia de Homero, presenta obras cuya
intención es más didáctica. Los textos que conocemos La poesía coral, en cambio, se ejecutaba a varias
de Hesíodo son La Teogonía, Los trabajos y los días, voces y estaba concebida según pautas más
El escudo y Certamen. solemnes y elaboradas. La abundante producción del
La Teogonía o Genealogía de los dioses es un poeta Píndaro, compuesta en dialecto dórico, ilustra
extenso poema de más de mil versos. En él, Hesíodo prácticamente todas las variedades de la lírica coral.
traza la historia de las divinidades griegas desde su
surgimiento a partir del Caos hasta la derrota de los Líricos griegos
Titanes por parte de Zeus y su posterior
encumbramiento como divinidad suprema. PÍNDAR
O
Los trabajos y los días es un conjunto de máximas y (Cinoscéfalos, Tebas 518 a.C. - Argos 438
preceptos morales destinados a exaltar el trabajo y la a.C.)
justicia. En la segunda parte de la obra, Hesíodo elabora
un calendario de actividades agrícolas, da consejos de Está considerado como el más grande de los poetas
navegación, así como otros de diversa índole. líricos griegos y es el más conocido. Píndaro se dedicó a
Intercalados en el poema se encuentran varios mitos la composición lírica desde muy joven, siguiendo las
como el de "Las cinco edades del mundo" y "La caja de enseñanzas de sus maestros Corina y Mirtis y más tarde
Pandora". Hesíodo emplea la misma lengua artificial, la las del poeta Laso de Hermione. A los veinte años
mezcla del eólico y el jónico, y el mismo metro, el empezó a viajar por el Mediterráneo, especialmente por
hexámetro, utilizados en los poemas homéricos, aunque Sicilia, y compuso poemas para quienes se lo solicitaran,
su imaginación y musicalidad son menores. ganando, además, el favor y el aprecio de muchos
gobernantes.
La lírica en Grecia
Obras
La poesía lírica, en sus orígenes, se acompañaba de
música y danza. Además constituía, antes que una En la antigüedad, las
lectura, un espectáculo, y se recitaba frente a un obras de Píndaro fueron
público. recogidas en diecisiete
libros, de los cuales nos
La lírica inicialmente se manifestó en diversos ha n ll eg ad o cu at
dialectos, a diferencia de la épica que se escribía en una ro , c on oc id os c om
mezcla de los dialectos eólico y jónico. Sin embargo, al o lo s Epinicios (cantos),
transcurrir el tiempo, se uniformizó el dialecto por aunque se h an c on
géneros. De este modo, la canción subjetiva se escribió se rv ad o también
en eólico y la lírica coral en dórico. algunos frag- mentos de
otros poemas como
ditirambos, peanes y
cantos femeninos.

Los Epinicios están


dedicados a celebrar las
victorias de los atletas en
lo s di ve rs os j ue
go s
deportivos que se llevaban a cabo en Grecia. Se dividen
de acuerdo a las ciudades a las que están dedicadas:
catorce cantos olímpicos, doce píticos, once nemeos y
siete ístmicos. Estos cantos u odas, que originalmente
iban acompañadas de música y danza, no se limitaban a
exaltar las hazañas deportivas. Sus temas podían incluir
la celebración de sus linajes o las ciudades natales de
los atletas. También hay cantos dedicados a las
ciudades sedes de los juegos.
Píndaro escribe en dialecto dórico, considerado ya en conocida a través de referencias hasta 1900, cuando
su época una lengua exclusivamente literaria, y es un al- gunas centenas de sus versos fueron hallados en
abanderado de los ideales de la Grecia antigua: el un pa- piro egipcio.
mundo marcha bien cuando el hombre está en armonía
con los dioses. Este mundo, ya estaba desapareciendo en
A una amada
la época en que escribe el poeta, pero él se mantiene
fiel a sus ideas.
Igual parece a los eternos dioses
SAFO quien logra verse frente a ti
(Lesbos, siglo VI - V a.C.) sentado: Feliz si goza tu palabra
suave,
El papel de la mujer en la sociedad griega antigua suave tu risa
estaba relegado al hogar. Por eso son muy pocas las A mí en el pecho el corazón se
mujeres griegas que han destacado en las diversas oprime solo en mirarte: ni la voz
manifestaciones culturales del pueblo heleno. Safo acierta
pertenecía a una familia noble de la que habla en sus De mi garganta a prorrumpir; y
versos. Dentro de ésta se cuentan sus tres hermanos y rota calla la lengua
una hija suya llamada Cleis. Safo, originaria de la isla de
Fuego sutil dentro mi cuerpo
Lesbos, fue condenada al exilio, probablemente por
todo
razones políticas. Fijó su residencia en Sicilia y cuando
presto discurre: los inciertos ojos
regresó a su patria se instaló en Mitilene y allí reunió a
un grupo de jóvenes de la mejor sociedad griega para vagan sin rumbo, los oídos
instruirlas y rendirle culto a Afrodita. hacen Ronco zumbido
Cúbrome toda de sudor
Obras helado:
pálida quedo cual marchita hierba
Sus obras están llenas de sentimiento amoroso y ya sin fuerzas, sin aliento,
aunque sólo han llegado hasta nosotros una oda inerte Parezco muerta.
completa y algunos fragmentos donde destaca su
predilección por la belleza y su inclinación al lujo. Este (Traducción de Marcelino Menendez
poema es conocido como la Oda a Afrodita, donde la
poeta implora a la deidad que descienda del cielo para Pelayo) Ya te buscaba y llegaste,
que le devuelva el amor de una muchacha. Algunos
y has refrescado mi alma
fragmentos nuevos descubiertos recientemente en
que ardía de ausencia.
Oxirrincos nos presentan a una Safo que trata temas
Solo es hermoso el hermoso cuando alguien lo
relacionados con la épica. Estos son poemas que hablan
de lo impensado que es el amor, representado por mira, mas si también es bueno lo será de por vida.
Helena, o de las bodas de Héctor y Andrómaca.
El estilo de Safo es sencillo y claro, y deja de lado las Qué puedo hacer, no lo sé: mis deseos son
metáforas y las imágenes. No obstante, no pierde el dobles.
intimismo y la emotividad. Ella escribe en dialecto eólico
y generalmente en un metro inventado por ella que se ….no es que pretenda tocar ¿con las manos? el
conoce precisamente como verso sáfico.
cielo. (Trad. Juan Manuel Rodríguez Tobal)
Safo de Lesbos
La pasión
circa 613-570 a.C., Lesbos
Un igual a los dioses me
Conocida entre los antiguos como la «décima musa», parece
Safo sentó las bases de la lírica amorosa de Occidente. el hombre aquel que frente a ti se
De familia aristocrática y liberales preferencias eróticas, sienta de cerca y cuando dulcemente
dio esplendor a su isla natal de Lesbos como centro de hablas
vanguardia cultural, y a su larga tradición poética. La te escucha, y cuando
pasión, los celos y todos los avatares del amor constitu- ríes
yeron el tema de sus poemas, de estilo directo y
métrica perfecta, dedicados a amantes y discípulas. seductora. Esto - no hay duda-
Maestra de todos los géneros, Safo inmortalizó en hace mi corazón volcar dentro del
particular la estro- fa de tres versos largos y uno corto, pecho. Miro hacia ti un instante y
conocida luego de mi voz ni un hilo ya me acude,
como estrofa sáfica y emulada entre otros por Catulo.
Su obra, recogida en nueve volúmenes en el siglo la lengua queda inerte y un
tercero a.C. y quemada después por la censura sutil fuego bajo la piel fluye
eclesiástica, fue ligero
y con mis ojos nada alcanzo a ver
y zumban mis oídos;
me desborda el sudor, toda me La búsqueda de Schielmann
invade un temblor, y más pálida me
vuelvo que la hierba. No falta - me Este entusiasmo por el río en el que resonaron los ecos
parece- mucho para estar muerta. de la lucha de los héroes no era en él una frase
solamente. También, durante las excavaciones
posteriores en Hisarlik, menospreció las aguas frescas
Lo inmutable de las fuentes cercanas, haciéndose traer el agua para
su persona del Escamandro, hasta que experimentó en
Para las bellas sí sus perniciosos efectos en unas fiebres recurrentes.
-para vosotras- mi
pensamiento nunca Así, pues, Troya no estuvo en Pinarbasi. Alejada
es mudable. (Trad. solamente una hora de camino del Helesponto se halla
Aurora Luque) la colina de Hisarlik, el montículo más cercano al mar de
Safo. Safo. Madrid: Grijalbo Mondadori, 1998 todos los posibles emplazamientos de Troya, el último
recuesto de la meseta, que separa los valles de dos ríos,
como dice la Ilíada, el Escamandro y el Simois.
Anacreonte
"En cuanto se pone el pie en la llanura troyana,
circa 582 a.C., Teos (Asia Menor) - 485 a.C., Atenas queda uno lleno de asombro al contemplar la hermosa
colina de Hisarlik, que parece destinada por la naturaleza
Poeta lírico griego que participó en la fundación de a sustentar una gran ciudad con su ciudadela. En realidad,
Abdera, fue miembro de la corte del tirano Polícrates esta posición, bien fortificada, dominaría toda la planicie
en Samos, y escribió en Atenas bajo el patrocinio del troyana, y en toda la comarca no hay un punto que
tam- bién tirano Hiparco. Sus breves y frescos poemas pueda compararse con éste".
sobre el vino y el amor, escritos en un estilo jovial y
elegante, Desde aquella pequeña altura, la mirada se tiende
fueron imitados por los poetas bizantinos. En el siglo sobre los campos y la cadena de suaves colinas a lo
XVII largo de la costa, y más allás de esta, hasta la montaña
floreció el estilo anacreóntico, con un tipo de metro que de los dioses en la isla de Samotracia, y por la parte de
tierra, hasta el Ida.
habría utilizado este poeta. Las traducciones de los
frag- mentos de su obra influyeron en la poesía
Una ciudad situada allí puede decirse, como dice la
francesa del Renacimiento, así como en las literaturas Ilíada, que está situada en la llanura. Desde aquí,
italiana y ale- mana. desde la plataforma de las puertas Esceas, podían
Príamo y Helena contemplar el tropel fluctuante de los
La de Lesbos griegos en el campo de batalla y reconocer a sus jefes,
bien conocidos de ellos; desde aquí, la noche silenciosa
Otra vez su pelota color podía llevar el eco de los cánticos victoriosos de los
púrpura me arroja el rubio Eros troyanos hasta el campamento de Agamenón en la
y me invita a jugar con una niña playa.
que calza unas sandalias de colores.
El terreno de la colina de Hisarlik pertenecía casi en
Pero ella -que es de Lesbos
su mitad al señor Frank Calvert, cónsul americano en
la de las nobles calles- cuando ve mi los Dardanelos. Este había comprobado, en una de
pelambre ya blanca, la desprecia sus numerosas excavaciones ocasionales en el territorio
y entreabre su boca en pos de otra. de Troya, que los derrumbamientos de los templos y
grandes edificaciones de la época de las postrimerías de
Plegaria a Dionisios Grecia y de la época romana habían determinado la
extensión actual de la colina. Estaba seguro de que allí
se encontraba el lugar de la reedificación posterior de
-Señor al que acompañan en sus Ilión. Calvert estaba convencido de que en el corazón
juegos Eros el dominante, las Ninfas de de la colina estaba la ciudad de Príamo, convencimiento
azulada pupila y Afrodita rosada como al que se habían adherido algunos eruditos que se habían
púrpura quedado solos. Convencido por sus propios trabajos de
y que vas recorriendo que había que desechar la ubicación de Troya junto a
las elevadas cimas de los montes, Pinarbasi y convencido de que sólo este sitio se
tus rodillas abrazo: ven benévolo a amoldaba a las escenas de la Ilíada, Schliemann aceptó
mí, atiende el ruego y quede la idea de Calvert y escribió en la obra Ítaca, el
satisfecho, hazte buen consejero de Peloponeso y Troya, publicada a principios de
Cleóbulo 1869.
y que al menos mi amor, oh Dionisos, acepte.
* * * * *

(Trad. Aurora Luque)


Como la gran zanja abierta desde el Norte, a lo largo convierta en lugar de peregrinación para los jóvenes
del eje más corto de la colina, no había sacado a la luz ansiosos de saber de todas
del día los anhelados cimientos del templo de Atenea
Iliaca, Schliemann comenzó a abrir otras zanjas, en
dirección al centro también, partiendo de otros puntos.
Había conseguido permiso del señor Calvert para
excavar los obreros en la parte Noroeste, cuando cerca
de la superficie, tropezaron con un hermoso bajorrelieve.
Representaba al dios del Sol, Helios, con los vestidos
flotando al viento, con la corona de rayos en torno a su
cabeza, al ascender por la mañana en su cuadriga al
firmamento. Más importantes todavía que esta bella
escultura, que podía ser un residuo del templo de
Atenea edificado en la época helénica, fueron los
descubrimientos realizados en el sur y el suroeste. En el
sur, a sesenta metros, en la ladera de la colina, llegaron
los obreros a un muro poderoso, asentado directamente
sobre la roca, de gran espesor, que se elevaba en
declive hasta una altura de seis metros; los escombros
que lo envolvían probaban que había resistido
bravamente. Su estructura, de piedras superpuestas,
sin labrar, cuyas junturas estaban llenas de tierra,
correspondía a la antigüedad más remota, así como su
situación y los objetos que aparecieron en su cercanía.
Siguiose descubriendo muro a derecha e izquierda.
Estaba asentado sobre el terreno primitivo, por lo que
debía de ser la muralla circular de Pérgamo, la obra que
hicieran Poseidón y Apolo para servicio del rey de Troya.
Se apartó una capa de escombros de quince metros de
altura para descubrir la dirección en que corría el muro
y, después de avanzar treinta metros, se encontró en el
sudoeste de la colina una rampa amplia de suave
pendiente, que conducía a lo alto de la muralla. Para
defender sus grandes losas de la codicia de los nativos,
que, de no vigilarlos, se hubieran llevado aquellas
piedras vulnerables, pues eran unos materiales
excelentes de construcción, Schliemann propaló entre
sus obreros la leyenda de que Cristo había subido por
allí hasta el palacio de Príamo. Y era cierto que aquella
rampa, en toda su mayestática tosquedad, debió de
conducir a la puerta de la muralla y, después, al
palacio del soberano. Los cien trabajadores que
Schliemann concentró en este punto para despejar el
camino cavaron avanzando a través de masas de tierra
arcillosa calcinada -después se comprobó que eran
adobes de la estructura superior de los muros de la
ciudadela y de la puerta-, y de esta forma quedó
demostrado que aquella fortaleza quedó derruida por
un incendio.
¡Aquella era, pues, la arrasada Troya! Aquí, desde estas
puertas, la más hermosa de las mujeres, por cuya
posesión se luchó encarnizadamente durante diez años,
presentó a los ancianos troyanos las figuras de los
héroes enemigos descendientes de los dioses, ¡aquí
estaban las puertas Esceas! Aquí estaba la recompensa
por su perseverancia y las fatigas pasadas; el
entusiasmo por la antigua leyenda, que parecía hacerse
realidad mediante su esfuerzo, triunfaba en el pecho
del descubridor.

"¡Ojalá que este sagrado y sublime monumento a la


fama de los héroes de Grecia -así escribió entonces-
atraiga en adelante y por toda la eternidad la mirada de
los viajeros que cruzan el Helesponto! ¡Ojalá se
las generaciones futuras y los apasione por la ciencia,
sobre todo por el estudio de la lengua y la literatura
griegas! Ojalá sea principio de un pronto y completo
descubrimiento de las murallas que circundaban a
Troya, las cuales tenían que estar necesariamente en
relación con estas puertas y, presumiblemente también,
con el muro hallado por mí en el noreste,
descubrimiento muy fácil ahora de realizar".

Lo que más le atraía era conocer el interior de la


ciudadela, en el que por todas partes se encontraban
rastros del incendio. No lejos de las puertas aparecieron
los muros estrechos de una casa con muchos cuartos,
pero no muy espaciosos. El hallarse junto a las puertas
de la muralla le hizo pensar que aquella debía de ser la
casa de Príamo. Años después se comprobó que esta
casa había sido contruida sobre las ruinas de la
segunda ciudad, la incendiada, y que los palacios de
Pérgamo tenían un aspecto más señorial. Después, un
nuevo hallazgo inesperado en las cercanías de este
edificio confirmaba, al parecer, aquella hipótesis. Era el
valioso "tesoro troyano", del que tanto se ha hablado.

Una zanja abierta desde el Oeste, en mayo de 1873,


ha bí a tr op ez ad o, d es pu és d e ro mp er d iv
er so s amurallamientos circundantes, con la
continuación de la gran fortificación de Pérgamo.

"Mientras avanzábamos -refiere Schliemann- en esta


muralla envolvente, descubriéndola más y más,
encontré muy cerca de la casa antigua, al noroeste de
las puertas, un recipiente grande de cobre, de forma
muy singular, que, en seguida, atrajo toda mi atención,
y mucho más aún cuando me pareció ver que dentro
relucía el oro. Pero sobre el recipiente de cobre había
una capa de escombros de cinco pies de gruesa,
calcinados rojizos y pardos, y sobre esta capa se alzaba
la muralla, de cinco pies de ancha y veinte pies de alta,
la cual debió ser construida poco después de la
destrucción de Troya. Yo quería guardar aquel valioso
hallazgo para la arqueología, por lo que era preciso
sustraerlo cuanto antes a la codicia de los obreros,
poniéndolo a buen recaudo; por eso, aunque todavía no
era hora, hice que dieran la señal de descanso para el
almuerzo. Mientras mis obreros almorzaban y
descansaban, saqué el tesoro de su sitio, con un gran
cuchillo; empresa difícil, pues la tierra que lo aprisionaba
estaba dura como la piedra, y muy peligrosa, pues el
muro de la fortificación, bajo el cual tenía que escarbar,
amenazaba con sepultarme en cualquier momento. Pero
la contemplación de tantos objetos valiosos, cada uno
de los cuales sería de un valor incalculable para la
arqueología, me hizo temerario y no me permitió pensar
en el riesgo. Sin embargo, no hubiera logrado rescatar
el tesoro si mi esposa no me hubiera ayudado;
permaneció junto a mí mientras trabajaba, dispuesta
en todo momento a ocultar bajo su chal y llevarse los
objetos que yo fuera sacando".

Copas de oro de una libra de peso, grandes jarros de


plata, diademas de oro, pulseras, cadenas para el cuello
formadas por miles de laminillas de oro pacientemente
engarzadas; todo esto no podía ser más que el preciado
tesoro de un soberano de aquella tierra.
Apenas si podían cumplirse de manera tan 1873 suspendió, como él pensaba, para siempre, los
deslumbrante los sueños de una juventud llena de trabajos y regresó con su tesoro a Atenas. En seguida
fantasía. Lo que su Homero había cantado podía tocarlo se dedicó a dar a conocer al mundo este hallazgo. Por
ahora con las manos su descubridor, después de un Año Nuevo de 1874 terminó su libro Trojanische
esfuerzo de años. Se detuvo en la orgullosa fortaleza de Altertümer, en el que incluyó esencialmente los informes
Príamo; el tesoro del desdichado monarca ya era suyo. que había enviado al Times desde Hisarlik. Acompañaba
Después de un éxito semejante le sobrevino un al libro un álbum con más de doscientas ilustraciones
sentimiento de saciedad; el 17 de junio de fotográficas, con imágenes de las excavaciones y sus
hallazgos.
La Ilíada

Capítulo V
E E Quío donde un Los Poemas Homéricos
mecenas le facilitó una habían sido cantados al
DAD ANTIGUA R academia la que principio por los aedas,
enseñó y pudo en residencias de los
- GRECIA O terminar La Ilíada, grandes señores y se
más tarde compuso La difundían por todo el
GRECIA: Por tratarse de obras Odisea. Vivo, ciego y mundo griego,
provenientes de una pobre llegó a la isla de acomodados al gusto y
Período Arcaico Edad preliteraria, las Ios. a los recuerdos
fuentes de que se nacionales de cada
o Jónico (s. X-VI dispone para su estudio La tradición relata que, pueblo. Así se
son inciertas, y la viejo,ciego y pobre, constituyeron, sin
a.C.) crítica ha llegado a Homero erraba de duda, diferentes ciclos:
poner en duda la ciudad en ciudad ciclo de Agamenón,
CONTEXTO existencia misma de su cantando sus poemas, ciclo de Aquiles, ciclo
autor. Toda la hasta el día en que de Ulises, enriquecidos
HISTÓRICO antigüedad, sin murió en Ios, donde se cada uno de ellos con
embargo, le atribuyó la mostraba su tumba a variados episodios
(FORMACIÓN): paternidad de ambos los visitantes. Además añadidos al acervo
poemas. Se han de La Ilíada y La común.
- Sociedades conservado unas vidas Odisea se atribuyeron
aristocráticas y de Homero, cuyo a Homero 33 himnos, La otra versión niega
cortesanas: eran material proviene de llamados Himnos la autoría de Homero
aquellas en que el rey pasajes de los Homéricos, que parece sobre los grandes
y los nobles decidían la Poemas Homéricos, que son de época poemas que otros le
política del pueblo. de proverbios y posterior, la atribuyen, así en 1664,
- Inicio de la expansión poesías populares. La Batracomiomaquia o Fr an co is H ed el in
y colonización: más documentada Combate de los ratones e sc ri bi ó L a s
búsqueda de nuevos parece ser la de y las ranas, parodia Con jetura s
territorios para Herodoto, quien se épica de fecha Académicas, en las
conseguir tierras de piensa que vivió cuatro probablemente muy que sostiene que La
cultivo, factorías siglos antes que él, posterior, y once Ilíada y La Odisea
marítimas y zonas hacia mediados del epigramas que, por son obras de varios
comerciales. siglo IX antes de cierto, no son de autores que narraron
- Economía agraria: el Cristo. Teopompo, por Homero. un hecho histórico,
sustento de la su parte lo sitúa hacia desde distintos puntos
población provenía de 685 antes de Cristo, y de vista y que los
la agricultura. Aristarco, en 1044. En rapsodas sintetizaron,
- Guerras médicas: cuanto al lugar de Wolf ratifica esto en
conflictos que origen, casi todas las Los Prelegómenos
enfrentaron a los vidas coinciden en de Homero, en la que
griegos y a los persas considerarlo oriundo de explica que en la
con derrota de estos Jonia. Siete ciudades, época de Homero la
últimos. Se ubica entre Esmirna, Quíos, escritura no era
este período y el Colofón, Salamina, todavía de uso común,
siguiente. Rodas, Atenas y Argos, y por tanto era
se disputan el honor de imposible que una sola
ÉP haberlo visto nacer. Al persona hubiera
morir Meón; Homero compuesto obras tan
I quedó huérfano y fue extensas.
muy pobre, pasados
C los años estudió letras Otra versión es la que
y música en la escuela supone que en el año
A de Femio. Al morir este 560 a.C. se reunieron
Homero tomó su todos los relatos y
puesto de maestro, leyendas populares
luego al mercader sobre los hechos
H Mantes, lo llevó en sus antiguos por varios
viajes y así llegó a poetas, y así nacieron
O Ítaca donde recogió La Ilíada y La
datos sobre Ulises. A Odisea. Omeros, en
M continuación arribó a griego posee dos
acepciones: rehén y o o
ciego. s r T
: * Inicio de la Ilíada: r
L - Peste en Troya o
A causada por Febo. y
A * Fin de la a
I g Ilíada: Los n
L a funerales o
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* o e Rey Príamo, Reina
d s Hécuba, Héctor,
G e Andrómaca, París,
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c s Zeus, Hera, Atenea,
a L : Afrodita, Hefestos,
* a - Febo, Apolo, Tetis.
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A : Agamenón, b
r Menelao, Helena, r
q E Patroclo, Criseida, e
u l Crises, Ulises,
e Calcas (adivino), d
t v Briseida, Diómedes, e
i a Ayax.
p l - T
r
o
y
a
.

Tiene 15 693 versos


agrupados en 24 cantos,
gracias a los aportes de
Schlieman y Dorpfeld. Se 5
LITERATURA
presume que Troya fue AÑO

fundada en 2870 a.C. y


destruida en 1184 a.C.
Estaba
ubicada a unos 200 kilómetros del estrecho de FRAGMENTOS DE LA
Dardanelos (actualmente Helesponto) y estaba ILÍADA
entre los ríos Escamandro y Símois, en lo que hoy
es Turquía (Asia Menor). COLOQUIO ENTRE HÉCTOR Y
ANDRÓMACA
El poema no nos narra la guerra de Troya íntegramente,
sino un episodio del último año, aquél que se conoce con Apenas hubo dicho estas palabras, Héctor, de
el nombre de La cólera de Aquiles. Se inicia cuando tremolante casco, se fue. Llegó en seguida a su palacio
Crises sacerdote de Apolo, se presenta ante el rey que abundaba de gente, mas no encontró a
Agamenón y le reclama a su hija Criseida. La muchacha Andrómaca, la de níveos brazos, pues con el niño y la
está en poder del jefe de los griegos que acampan criada de hermoso peplo estaba en la torre llorando y
sitiando la ciudad de Ilión. Agamenón se rehusa al pedido lamentándose. Héctor, como no hallara a su excelente
del anciano padre y lo expulsa insultándolo. Crises esposa, detúvose en el umbral y habló con las esclavas:
acude, suplicante, al soberano Apolo a quien pide un
voto: "¡Paguen los dánaos mis lágrimas con tus flechas!" "¡Ea, esclavas! Decidme la verdad: ¿Adónde ha ido
y así sucedió que durante nueve días el ejército sufrió Andrómaca, la de níveos brazos, desde el palacio? ¿A
una lluvia de dardos. Al décimo, Aquiles convoca a jefes visitar a mis hermanas o a mis cuñadas de hermosos
y soldados en una junta. peplos? ¿O, acaso, al templo de Minerva, donde las
troyanas, de lindas trenzas, aplacan a la terrible diosa?
El augur Calcas revela la necesidad de devolver a
Criseida. Esto supone una exaltada discusión entre los Respondiole la fiel despensera: "¡Héctor! Ya que nos
griegos porque Agamenón acepta lo que sugiere el mandas decir la verdad, no fue a visitar a tus hermanas
adivino, siempre y cuando se le dé otra mujer a cambio. ni a tus cuñadas de hermosos peplos, ni al templo de
Cuando anuncia que es Briseida, esclava de Aquiles, a Minerva, donde las troyanas de lindas trenzas, aplacan a
quien quiere; Aquiles, el hijo de Tetis, abandona la la terrible diosa, sino que subió a la gran torre de Ilión,
asamblea llenó de indignación. Este será el motivo que porque supo que los teucros llevaban la peor parte y era
conduzca al ofendido Pélida a abandonar la guerra, grande el ímpetu de los aqueos. Partió hacia la muralla,
retirarse a su tienda y no pelear más. Todo esto va a ansiosa,como loca, y con ella se fue la nodriza que lleva
significar un avance de las huestes troyanas que saben el niño"
de la ausencia del más dotado de los guerreros griegos.
En este enfrentamiento los dioses olímpicos no son Así habló la despensera, y Héctor, saliendo presuroso de
ajenos a ello, constantemente intervienen a favor de sus la casa, desanduvo el camino por las bien trazadas
predilectos. Así Zeus confunde a los estrategas griegos calles. Tan luego como, después de atravesar la gran
porque Tetis abrazada a sus rodillas le ha pedido por su ciudad, llegó a las puertas Esceas -por allí había de salir
hijo; Hera en cambio ayuda a los aqueos; Afrodita al campo,- corrió a su encuentro su rica esposa
protege a su hijo Eneas y también a París; mientras Andrómaca, hija del magnánimo Ectión, que vivía al pie
Ares se deleita en el fragor del campo de batalla. del Placo de Tebas de Hipoplacia y era rey de los
cilicios. Hija de éste era, pues, la esposa de Héctor, de
El más valiente y poderoso guerrero troyano, Héctor broncínea armadura, que entonces le salió al camino.
comienza a ganar posiciones con sus hombres, entonces Acompañábale una doncella llevando en brazos al tierno
Agamenón quiere reconciliarse con Aquiles enviándole infante, hijo amado de Héctor, hermoso como una
presentes y devolviéndole a Briseida. El Pélida rechaza estrella, a quien su padre llamaba Escamandrio y los
todo, pero ante los ruegos de su querido amigo Patroclo demás Astianacte, porque sólo por Héctor se salvaba
accede a que éste último salga al campo de batalla con Ilión. Vio el héroe al niño y sonrió silenciosamente.
su armadura (exceptuando la lanza que sólo Aquiles Andrómaca, llorosa, se detuvo a su vera y asiéndole de
puede maniobrar). Patroclo y los mirmidones logran la mano le dijo:
hacer retroceder a los temerosos teucros, pero Héctor,
que advierte que no es Aquiles el que ha vuelto, se le "¡Desgraciado! Tu valor te perderá. No te apiadas del
enfrenta y en terrible duelo, lo mata. tierno infante ni de mí, infortunada, que pronto seré
viuda; pues los aqueos te acometerán todos a una y
Los griegos logran arrebatarle a Héctor el cadáver que acabarán contigo. Preferible sería que, al perderte,la
mostrarán a Aquiles. Esto logra conmover al Pélida, tierra me tragara, porque si mueres no habrá consuelo
quien regresa a la lucha. Los troyanos pierden para mí, sino pesares; que ya no tengo padre ni
posiciones, perdiendo lo ya ganado; y sólo Héctor venerable madre. A mi padre matole el divino Aquiles
confiado en sus fuerzas enfrenta a Aquiles; desoyendo cuando tomó la populosa ciudad de los cilicios, Tebas, la
los ruegos de sus padres Príamo y Hécuba, y de su de altas puertas: dio muerte a Ectión y sin
esposa, Andrómaca. Cuando Aquiles logra vencer a despojarle, por el religioso temor que le entró en el
Héctor, lo atraviesa con su lanza y tiene tal furor de ánimo, quemó el cadáver con las labradas armas y le
venganza que pasa días arrastrando el cadáver alrededor erigió un túmulo, a cuyo alrededor plantaron álamos
de la pira fúnebre de Patroclo. Príamo, el desconsolado las ninfas Oréades, hijas de Júpiter, que lleva la égida.
padre, ruega con lágrimas a Aquiles que le devuelva el Mis siete hermanos, que habitaban en el palacio,
cadáver de su hijo. La sinceridad y humildad del anciano descendieron al Orco el mismo día; pues a todos los
lo logran conmover. El poema finaliza con las exequias mató el divino Aquiles, el de los pies ligeros, entre los
del valiente Héctor. bueyes de tornátiles patas y las cándidas ovejas. A mi
madre, que reinaba al pie del selvoso Placo, trájola aquél
con el botín y la puso en libertad por un
inmenso rescate; pero Diana, que se complace en tirar ¡Esposa querida! No en demasía tu corazón se acongoje,
flechas, hirióla en el palacio de mi padre. Héctor, ahora que nadie me enviará al Orco antes de lo dispuesto por
tú eres mi padre mi venerable madre y mi hermano; tú, el hado; y de su suerte ningún hombre, sea cobarde o
mi floreciente esposo. Pues, ea, sé compasivo, quédate valiente, puede librarse una vez nacido. Vuelve a casa,
en la torre -¡no hagas a un niño huérfano y a una mujer ocúpate en las labores del telar y la rueca, y ordena a
viuda!- y pon el ejército junto al cabrahigo, que por allí las esclavas que se apliquen al trabajo; y de la guerra
la ciudad es accesible y el muro más fácil de escalar. nos cuidaremos cuantos varones nacimos en Ilión, y yo
Los más valientes -los dos Ayaces, el célebre Idomenco, el primero".
los Atridas y el fuerte hijo de Tideo con los suyos
respectivos- ya por tres veces se han encaminado a Dichas estas palabras, el preclaro Héctor se puso el
aquel sitio para intentar el asalto: alguien que conoce yelmo adornado con crines de caballo, y la esposa
los oráculos se lo indicó, o su mismo arrojo los impele y amada regresó a su casa, volviendo la cabeza de
anima". cuando en cuando y vertiendo copiosas lágrimas. Pronto
llegó Andrómaca al palacio, lleno de gente, de Héctor,
Contestó el gran Héctor, de tremolante caso: "Todo esto matador de hombres; halló en él a muchas esclavas, y
me preocupa, mujer, pero mucho me sonrojaría ante los a todas las movió a lágrimas. Lloraban en el palacio a
troyanos y las troyanas de rozagantes peplos, si como Héctor vivo aún, porque no esperaban que volviera del
un cobarde huyera del combate; y tampoco mi corazón combate librándose del valor y de las manos de los
me incita a ello, que siempre supe ser valiente y pelear aqueos.
en primera fila, manteniendo la inmensa gloria de mi
padre y de mí mismo. Bien lo conoce mi inteligencia y lo Paris no demoró en el alto palacio; pues así que hubo
presiente mi corazón: día vendrá en que perezcan la vestido las magníficas armas de labrado bronce, atravesó
sagrada Ilión, Príamo y su pueblo armado con lanzas de presuroso la ciudad haciendo gala de sus pies ligeros.
fresno. Pero la futura desgracia de los troyanos, de la Como el corcel avezado a bañarse en la cristalina
misma Hécuba y, del rey Príamo y de muchos de mis corriente de un río, cuando se ve atado en el establo,
valientes hermanos que caerán en el polvo a manos de come la cebada del pesebre y rompiendo el ronzal sale
los enemigos, no me importa tanto como la que trotando por la llanura, yergue orgulloso la cerviz,
padecerás tú cuando alguno de los aqueos, de ondean las crines sobre su cuello, y ufano de su lozanía
broncíneas lorigas, se te lleve llorosa, privándote de mueve ligero las rodillas enca- minándose al sitio
libertad, y luego tejas tela en Argos, a las órdenes de donde los caballos pacen; de aquel modo, Paris, hijo de
otra mujer, o vayas por agua a la fuente Meseida o Príamo, cuya armadura brillaba como un sol, descendía
Hiperea, muy contrariada porque la dura necesidad gozoso de la excelsa Pérgamo por sus ágiles pies
pesará sobre ti. Y quizás alguien exclame, al verte llevado. El deiforme Alejandro alcanzó a Héctor cuando
deshecha en lágrimas: Esta fue la esposa de Héctor, el regresaba del lugar en que había pasado el coloquio con
guerrero que más se señalaba entre los teucros, su esposa, y así le dijo:
domadores de caballos, cuando en torno de Ilión
peleaban. Así dirán, y sentirás un nuevo pesar al verte "¡Mi buen hermano! Mucho te hice esperar y estarás
sin el hombre que pudiera librarte de la esclavitud. Pero impaciente, porque no vine con la prontitud que
que un montón de tierra cubra mi cadáver, antes que ordenaste"
oiga tus clamores o presencie tu rapto".
Respondióle Héctor, de tremolante casco: "¡Hermano
Así diciendo, el esclarecido Héctor tendió los brazos a su querido! Nadie que sea justo reprochará tu faena en el
hijo, y éste se recostó, gritando, en el seno de la combate, pues eres valiente; pero a veces te abandonas
nodriza de bella cintura, por el terror que el aspecto de y no quieres pelear, y mi corazón se aflige cuando oigo
su padre le causaba: dábanle miedo el bronce y el murmurar a los troyanos que tantos trabajos por ti
terrible penacho de crines de caballo, que veía ondear soportan. Pero vayamos y luego lo arreglaremos todo, si
en lo alto del yelmo. Sonriéronse el padre amoroso y la Júpiter nos permite ofrecer en nuestro palacio la copa
venerada madre. Héctor se apresuró a dejar el de la libertad a los celestes sempiternos dioses, por
refulgente casco en el suelo, besó y meció en sus haber echado de Troya a los aqueos de hermosas
manos al hijo amado, y rogó así a Júpiter y a los demás grebas"
dioses:
LA PELEA ENTRE HÉCTOR Y
"¡Júpiter y demás dioses! Concededme que este hijo AQUILES
mío sea, como yo, ilustre entre los teucros y muy
esforzado; que reine poderosamente en Ilión; que digan Héctor continuaba atosigado por la persecución de
de él cuando vuelva de la batalla: ¡es mucho más valiente Aquiles, que no conseguía evitar. Y cuantas veces
que su padre!; y que, cargado de cruentos despojos del intentaba acogerse a la muralla, para que lo protegieran
enemigo a quien haya muerto, recocije de su madre el desde arriba con las flechas, otras tantas se le
alma". adelantaba Aquiles y lo echaba hacia la llanura. Sucedía
igual que en los sueños, cuando el perseguido y el
Esto dicho, puso el niño en brazos de la esposa amada, perseguidor no logran rematar el particular esfuerzo, y
que al recibirlo en el perfumado seno sonreía con el Héctor no habría podido salvarse en la carrera trágica,
rostro todavía bañado en lágrimas. Notolo Héctor y aun cuando Apolo acudiese por última vez a infundirle
compadecido, acariciola con la mano y así le habló: ánimo y mayor agilidad a sus pies. Seguro Aquiles de
triunfar, hizo una señal a los aqueos, prohibiéndoles
arrojar amargas flechas contra Héctor, por miedo a que,
si le alcanzaban, le quitasen a él la gloria de vencerlo,
dejándole en segundo lugar para rematarlo.
Al llegar por cuarta vez los dos guerreros a las Atenea no tardará en abatirte con mi arma y bastará un
fuentes, Zeus tomó sus balanzas de oro y colocó en los solo golpe para que apagues, hombre furioso,
platillos dos suertes de la Muerte que abate a los
hombres: la de Aquiles y la de Héctor. Y cuando el dios
movió la aguja indicadora, la amenaza fatal marcó el
lado de Héctor; por lo que Apolo decidió abandonarlo a
su destino. Entonces la diosa Atenea se dirigió hacia el
hijo de Peleo y, ya a su lado, le dijo:

– Espero, ilustre Aquiles, amado de Zeus,


alcancemos los dos una gran victoria sobre los aqueos al
matar a Héctor, por larga que sea la batalla. No podrá
escapársenos, aun cuando Apolo se empeñara en ello,
echándose a los pies de Zeus. Prepárate y toma aliento,
que yo convenceré a ese hombre para que se te
enfrente.

Aquiles, alegre el corazón, detúvose en seguida,


apoyándose en el fresno de su lanza. Entonces Atenea
fue en busca de Héctor en la figura y con la voz
poderosa de Deífobo, y dijo al héroe.

– Veo que el rápido Aquiles no te deja resollar,


persiguiéndote alrededor de la ciudad. basta ya. Detente
y hagámosle frente.

Héctor, el del rutilante casco, le contestó:

– Ya antes, Deífobo, eras para mí el hermano más


querido entre los hijos que somos de Hécuba, y hoy
más que nunca me propongo a ser digno de ti, pues has
osado salir del amparo de la muralla, donde quedan los
otros.

A esto respondió la diosa de los ojos de lechuza,


siempre en su fingida apariencia masculina.

– Nuestro padre y nuestra venerable madre me


encarecían quedara allá, y asimismo los compañeros,
dominados todos por el miedo; pero mi corazón sufría
viéndote en tan fuerte peligro. Peleemos ahora con
ánimo vibrante y no de las cóncavas naves o si logramos
abatirlo.

Dicho esto, Atenea, insistiendo en el engaño, siguió


adelante y, cuando se halló cerca de Aquiles, Héctor
habló en tono desafiador al hijo de Peleo, bien que
declarando el deseo de que, si era vencido, entregase el
cadáver a los suyos, según se proponía hacer él si se
quedaba victorioso.

Mirándolo de arriba a abajo, despectivamente,


Aquiles replicó:

– No vengas, inolvidable Héctor, a hablarme de


acuerdo alguno entre nosotros. De igual modo que no
hay juramento posible de lealtad entre hombres y
leones, y no se da coincidencia de sentimientos entre
lobos y corderos, pues sólo piensan en hacerse daño,
tampoco existe ni puede haber amistad ni juramentos
entre los dos antes que uno caiga y su sangre llegue a
saciar al cruel dios Ares. Armate así de todo tu valor,
pues te será necesario como diestro en la lanza y
guerrero audaz, ya que no habrá para ti salvación. Palas
los muchos duelos que has ocasionado entre mis
compañeros.

Aquiles blandió su lanza de larga sombra y la arrojó


contra Héctor, quien logró evitarla con un ágil
movimiento. El bronce fue a clavarse en tierra, de
donde Atenea la arrancó para entregársela a Aquiles, sin
que lo advirtiera a Héctor, quien dijo a su adversario:

– Te ha fallado el golpe, Aquiles, semejante a un


dios, y se ve que Zeus no te ha comunicado todavía
su pensamiento acerca de mi destino, según pretendías
con tu palabrería engañosa para atemorizarme y hacer
que olvide mi ánimo y valentía. Ten la seguridad de
que no huiré, ni te daré ocasión para que me claves tu
lanza en la espalda, sino en el pecho, si alguna divinidad
lo permite. Ahora cuídate de mi dardo, que ojalá entre
completo en tu cuerpo, pues la guerra sería así más
llevadera para los troyanos, ya que eres su mayor
azote.

Dicho esto, Héctor arrojó valientemente el arma, que


fue a dar en el escudo de Aquiles, donde rebotó ante la
irritación de Héctor, al advertir la inutilidad de su
esfuerzo. Decepcionado dio gritos a Deífobo, el de la
blanca rodela, pidiéndole le llevara una lanza grande,
pues se había quedado desarmado; pero ya que el
falso Deífobo había desaparecido. Al advertirlo Héctor,
comprendió todo y exclamó:

– Ha llegado ¡ay! mi última hora. No era Deífobo el


que yo creía, y Atenea me había engañado. No hay
salvación para mí ya. Sin duda era esto lo que deseaban
Zeus y su hijo, el que hiere a distancia, pues si antes
acudieron a salvarme en las situaciones difíciles, ahora
me abandonan a mi suerte. Sin embargo, moriré con
valor y mereciendo la gloria, después de una hazaña
cuya memoria llegue a la posteridad.

Seguidamente sacó su fuerte y afilada espada y,


luego de recoger sus movimientos, se lanzó resuelto y
fiero contra el enemigo,como el águila que vuela en el
cielo se precipita a través de tenebrosas nubes para
hacer presa en una tierna corderilla o en atemorizada
liebre. A su vez Aquiles, el pecho cubierto con el
hermoso escudo y sacudiendo el rutilante casco de
cuatro cimeras, cual astro entre los astros
– Véspero, el más hermoso de todos – blandía la aguda
lanza tramando el golpe que le daría a Héctor, mientras
calculaba dónde cedería más fácilmente su fina piel.
Pudo ver así que el cuerpo de su adversario se hallaba
protegido por la armadura de bronce que Héctor había
tomado a Patroclo y que solamente quedaba al
descubierto el cuello o lugar por donde el alma sale más
rápidamente.

Allí precisamente fue donde el divino Aquiles metió


su lanza a Héctor, atravesándolo de un lado a otro, pero
sin herirlo en la tráquea, para que pudiese responder a
las preguntas que deseaba hacerle. Caído Héctor en el
polvo, Aquiles le habló triunfador:
– Al despojar a Patroclo te creías, Héctor, a salvo y Héctor rindió el último suspiro y su alma voló a los
te desentendías de mí porque estaba lejos. ¡Insensato! dominios de Hades, lamentándose de su suerte, pues
Si me hallaba cerca de las cóncavas naves, no por eso dejaba un cuerpo joven y fuerte. Aunque ya no le oía,
dejaba de valer más que tú y de pensar en la venganza Aquiles, exclamó aún:
que acabo de lograr abatiéndote. Y mientras tu cuerpo
será desgarrado horriblemente por los perros y las aves, – ¡Muere!, que yo recibiré a la divinidad funesta
Patroclo recibirá de los aqueos las honras fúnebres que cuando lo decidan Zeus y los otros inmortales.
le son debidas.
Luego retiró el cadáver su lanza broncínea, que puso
Desfallecido Héctor, dijo todavía: a un lado, y lo despojó de la ensangrentada
armadura. Acudieron otros aqueos, que contemplaron la
– Por tu alma y por tus padres, no dejes que me talla y belleza admirable de Héctor; pero ninguno dejó
devoren los canes cerca de las naves aqueas. Acepta el de herirle con su arma, mientras decían:
bronce y el oro que en gran cantidad habrán de darte
mi padre y mi madre venerable, y entrega este cuerpo a – ¡Ah!, es mucho más fácil tocarle ahora que
los míos para que lo consuma la hoguera que enciendan cuando incendiaba las naves.
los troyanos y las troyanas, sus esposas.
Una vez que el divino Aquiles lo hubo despojado de
Mirándolo con desprecio, Aquiles respondió: las armas, habló a los aqueos que lo rodeaban:

– No me supliques, perro, por mis padres, y ojalá – Amigos, guías y consejeros de los argivos, ya que
tuviera yo ánimo para devorar tu misma carne cruda; los dioses me han concedido matar a este hombre, que
tanto ha sido el daño que me has hecho. Nadie tantos daños hacía, más que todos los demás guerreros
defenderá tu cabeza de los canes, aun cuando me juntos, acerquémonos armados a la ciudad para ver de
ofrecieran rescates diez y veinte veces mayores y me averiguar cuál es el plan de los troyanos; si, muerto
prometían otras compesaciones, inclusive si Príamo Héctor, abandonarán la plaza, o si deciden resistir. Mas
quisiera valorar tu peso en oro. Ni aun con esto le daría ¿por qué me detengo a pensar en esto cuando el cadáver
a tu venerable madre la ocasión de acomodarse en un de Patroclo yace en la proximidad de las naves sin que
lecho para llorar tu muerte, sino que haré te devoren nadie lo llore y sin sepultura? Yo no he de olvidarlo
entero los perros y las aves. mientras viva. Vámonos ahora y regresemos, jóvenes
aqueos, a nuestros cóncavos navíos cantando el Pean, y
Ya moribundo Héctor, dijo aún: llevemos el cuerpo de Héctor. Hemos conseguido una
gran victoria al abatir a quien los troyanos se
– Bien te muestras ¡ay! como eres, sin posibilidad vanagloriaban de estimar como un dios.
de ser convencido, pues es de hierro tu corazón. Cuida,
sin embargo, de que los dioses no se vuelvan contra ti,
por mi causa, el día en que Paris y Apolo decidan
perderte.
La Odisea

Capítulo VI
Así como La Ilíada es la - Telémaco - Ítaca, su patria, luego de
epopeya de la guerra. La C Antinoo - la toma de Troya. Este
Odisea es la epopeya de a Hermes poema, algo más corto
la paz. La obra se r - Argos que la Ilíada, tiene unos
desarrolla en tres a - Alcinoo doce mil versos.
secciones: c - Eolo
t - Eumeo - C
a. La Telemaquia e Náusica - A
b r Poseidón N
. í - Euriclea - T
s Femio - O
L t Polifemo
a i - Laertes - I
s c Demódoco - Los dioses deciden llegada
a Calipso la hora que Ulises,
a s retenido en las profundas
v grutas de Calipso, ninfa
e  Obra dividida en A inmortal, regrese a Ítaca,
n 24 cantos r su patria. Zeus cede a las
t  Reúne 12 110 q súplicas de su hija Atenea,
u versos u favorable al héroe, y la
r · Se inicia con la e diosa toma el aspecto de
a liberación de Ulises de t un anciano, marcha a
s la isla de i Ítaca a ver a Telémaco,
C p hijo de Ulises, anunciando
d a o a éste que su padre está
e l s con vida y aconsejándole
i que vaya a ver a Néstor a
U p Ulises Pilos y a Menelao a
l s se le Esparta para tener
i o asocia noticias de Ulises. Los
s con pretendientes a la mano
e ( Astucia de la casta Penélope,
s O Penélop esposa de Ulises, se
g e se le hallan en el festín
c i asocia escuchando los cantos del
. g con aedo Femio. Cuando
i Fidelida Penélope se retira,
L a d Telémaco reprocha la
a ) Eumeo conducta de los
· Finaliza con el y
f reencuentro de Argosse
i Ulises con Penélope le
d y con su pueblo. asocia
e con
l P Lealtad
i e
d r R
a s E
d o S
n U
d a M
e j E
e N
P s
e La Odisea es el relato de
n - Ulises las aventuras de Ulises,
é - Néstor uno de los héroes de La
l - Zeus Ilíada, a quien la cólera de
o - Penélope - Poseidón obliga a vivir
p Menelao - errante durante largos
e Atenea años antes de volver a
pretendientes y les pasado con emoción. Se
anuncia que convocará al sabe que Ulises no ha C
pueblo al día siguiente. muerto y que lo retiene la A
Pero, llegada la noche ninfa Calipso. En Ítaca, N
los pretendientes los pretendientes, T
abandonan el palacio. inquietos por la partida O
de Telémaco, prepáranle S
C una celada a su vuelta.
A Penélope tiene un sueño V
N que le anuncia el regreso I
T de su esposo. I
O
C y
I A
I N V
Telémaco, en la asamblea T I
de Ítaca que convocó, se O I
queja de los I
pretendientes. Éstos les V Ulises es bien recibido en
responden groseramente Calipso ha recibido la el palacio. Al día siguiente,
pero Zeus envía un orden de Zeus de dejar Alcinoo da un festín en su
presagio: su insolencia partir a Ulises. Este se honor. Acabando el festín,
será castigada. Telémaco construye una balsa y se comienza los juegos en
logra que se le equipe un aventura en el mar. Al los que Ulises distingue.
navío. Atenea los asiste cabo de diecisiete días En el festín de la noche,
disfrazada de Mentor y lo columbra en el horizonte Demódoco, el aedo
ayuda a salir de la isla. la isla de los feacios. A ciego, canta para
pesar de una terrible distraer a los 5
LITERATURA
C tempestad suscitada por comensales. Canta las AÑO

A Poseidón, cae en esta isla: hazañas de los griegos,


N Ino le ha dado un cinturón las astucias de Ulises
T y con él debe nadar cuando el sitio de Troya,
O durante tres días antes de y el héroe no puede
tocar tierra, en la que se contener las lágrimas.
I duerme, rendido de Alcinoo ve la emoción del
I fatiga, cerca de la invitado y lo interroga.
I desembocadura del río.
En Pilos, Néstor recibe
calurosamente a Telémaco C
y le refiere la salida de los A
griegos de Troya y la N
muerte de Agamenón, T
pero no tiene noticias de O
Ulises. Da un carro a
Telémaco, con su hijo V
Pisistrato por guía, y el I
joven va a Esparta. Inspirada por Atenea,
Nausica hija de Alcinoo,
C rey de los feacios, va a
A lavar con su séquito.
N Todas juntas, lavan la
T ropa; luego se bañan y
O juegan a la pelota. Pero la
pelota cae al río, y las
I jóvenes rompen en risas.
V Ulises, entonces, despierta
En Esparta, Menelao y e implora su compasión:
Helena celebran las bodas Nausica le da alimentos y
de sus hijos Hermiona con vestidos y le dice cómo ha
Pirro, hijo de Aquiles. En de llegar a la ciudad e
el festín, se recuerda el implorar al rey y a la reina
de los feacios.
CANTO Entonces Ulises va hacia los establos de su palacio. Allí
IX conversa con su porquero, el fiel Eumeo, a quien no se
El héroe se nombra y empieza el relato de sus largas da a conocer. El porquero, desea la vuelta de Ulises y
aventuras desde la toma de Troya. Ha devastado el se lamenta de los pretendientes.
imperio de los ciconios, ha caído en los pueblos
comedores de loto, la flor del olvido. Ha sido arrojado
por una tempestad a la isla de los Cíclopes. Prisionero
con los suyos del gigante Polifemo, el del ojo único,
Ulises consigue dormirlo haciéndole beber y le revienta
el ojo. Escápase en seguida con los sobrevivientes de la
aventura, ocultándose bajo el cuerpo de los gordos
carneros del gigante. Desde entonces, Poseidón, padre
de Polifemo, persigue con cólera a Ulises.

CANTO
X
Ulises llega a la isla de Eolo, y el dios le entrega el odre
donde están encerradas las tempestades. Pero los
compañeros de Ulises revientan ese odre, y el huracán
los arroja sobre las costas de los lestrigones, gigantes
que se nutren de hombres. Sólo el barco de Ulises logra
escapar. Y llega a la isla de Ea en que vive la hechicera
Circe, la cual trueca en cerdos a los compañeros de
Ulises. Pero el héroe resiste el encantamiento y hace
que sus compañeros vuelvan a su forma natural.
Permanece dos años en la isla de Ea de donde va al país
de los cimerios a evocar el alma de los muertos.

CANTO
XI
L a so mb ra d el a di vi no Tir es ia s le d es cu br
e lo s acontecimientos que se aguardan Ulises puede
hablar a la sombra de su madre y a la de los grandes
jefes que pasaron
: Agamenón, Aquiles, Ayax. Ve un sinnúmero de otros
héroes fabulosos: Antílope, Fedra, Tántalo, Sísifo,
Heracles
... Pero las sombras se aproximan en tan gran número
que Ulises retrocede y huye, espantado.

CANTO
XII
Circe, a la que nuevamente ve, le da consejos que le
permiten evitar en su viaje a !as sirenas, monstruos
mitad mujer mitad pez, cuya voz melodiosa atrae a los
viajeros, así coma los peligros de Caribdis y de Escila,
donde perecen seis de sus compañeros. Estos
compañeros han cometido el sacrilegio de corner los
bueyes del Sol. Una tempestad sobreviene y sólo Ulises
escapa y toca tierra en la isla de Ogigia, en que mora la
ninfa Calipso.

CANTO
XIII
Los feacios se dedican activamente a favorecer el
retorno de Ulises. Equipan al efecto, un navío. El viaje
se lleva a cabo en la noche. Los feacios depositan a
Ulises dormido en su isla, donde despierta a la mañana
siguiente. Se le aparece Atenea y le da instrucciones
para la lucha que va a emprender contra los
pretendientes. Lo disfraza de mendigo.

CANTO
XIV
CANTOS XV Y enemigos. Golpe a Antinoo, el más insolente de ellos.
XVI «¿Ah raza vil y arrogante?», exclama Ulises, «jamás
Telémaco continúa en Esparta junto a Menelao; Atenea creíais verme volver de los confines de Troya...". Ellos
lo insta a partir y le dice lo que ha de hacer cuando imploran y después, ante
retorne a Ítaca. Entre tanto, Ulises, haciendo hablar a
Eumeo, se informa de la situación en la isla y de los
suyos. Llegado a Ítaca, Telémaco se dirige, por
inspiración de Atenea, a los establos del palacio. En
tanto que Eumeo va a anunciar a Penélope la vuelta de
su hijo, Ulises se da a conocer a Telémaco y le expone
su plan de combate contra los pre- tendientes.

CANTOS XVII Y
XVIII
Telémaco llega al palacio, ve a su madre y le hace
esperar el retorno de Ulises. Éste llega pronto, siempre
disfrazado de mendigo. Sólo su viejo perro Argos, lo
reconoce y muere de alegría al verlo. En la gran sala
que se hallan los pretendientes, Ulises pide limosna,
siendo mal acogido y el mendigo lros, favorito de los
pretendientes, pretende echar a Ulises. Los
pretendientes los enfrentan uno contra otro, ofreciendo
una recompensa al vencedor: Ulises triunfa fácilmente.
Penélope entra, y los pretendientes la colman de
regalos, mientras que Ulises sufre nuevos ultrajes.

CANTO
XIX
En la noche, los pretendientes abandonan el palacio.
Ulises y Telémaco ocultan las armas. Ulises permanece
solo y Penélope le habla de sus penas: recuerda el
compromiso adquirido de elegir un esposo en cuanto
termine un velo que está tejiendo en previsión de los
funerales de Alertes; pero Penélope desteje por la noche
la labor hecha durante el día; una de sus sirvientas la ha
traicionado, y Penélope se va a ver obligada a ceder
a las amenazas de los pretendientes. El héroe la
tranquiliza y le anuncia el próximo retorno de Ulises.
Penélope vivamente emocionada, exige que se trate al
mendigo con respeto. Llama a Euriclea que ha sido la
nodriza de Ulises, para lavarle los pies y haciendo lo cual
Euriclea reconoce a su amo por una cicatriz, pero Ulises
le impone silencio, Penélope no ha visto nada. Como ya
no se atreve a esperar el retorno de Ulises, está resuelta
a dar su mano a aquel de los pretendientes que mejor
sepa servirse del arco de Ulises y pueda, con la flecha,
atravesar los anilios de doce hachas colocadas una tras
otra.

CANTO
XX
La noche separa a los esposos. En la mañana los
pretendientes en cuanto llegan, se sientan a la mesa y
abruman de ultrajes a Ulises, que sigue disfrazado de
mendigo.

CANTO XXI Y
XXII
La prueba de las hachas comienza: ningún pretendiente
logra tensar el arco de Ulises. El mendigo solicita se le
conceda a ensayar. Contra los pretendientes. Telémaco
accede. Hace cerrar todas las puertas del palacio. Ulises
estira el arco, y su flecha pasa a través de los anillos.
Luego se desprende de sus andrajos y se encara con sus
la actitud del héroe, se aprestan al combate. Entre los montesas, pues no las ahuyenta el paso de hombre
servidores hay un traidor que les da armas, Atenea alguno, ni van allá los cazadores que se fatigan
«quiere probar el valor de Ulises y de su impetuso hijo". recorriendo las selvas en las
Estos triunfan, perdonando solamente al aedo Femios.
En lo sucesivo, Ulises habla como señor y ordena se
haga venir a Penélope.

CANTO
XXIII
A pesar del relato de Euriclea y no obstante ver a Ulises
investido de sus mejores prendas, Penélope duda. Pero
la descripción que el héroe le hace de la cámara nupcial
disipa todas sus dudas, y Penélope prodiga a su esposo
la más viva ternura en la mañana. Ulises parte con
Telémaco para ver a su anciano padre Laertes.

CANTO
XXIV
Hermes conduce a los infiernos el alma de los
pretendientes. Ulises, mientras tanto, acude a ver a su
padre para dársele a conocer, y la alegría del anciano es
inmensa. Convocó la asamblea de Ítaca, la cual se
divide en dos bandos, por Ulises y contra él. Pero en el
momento en que va a comenzar la lucha, Atenea
interviene para conjurar a los adversarios a que se
detengan: «Dejad la terrible pelea, oh itacenses»,
exclama, «y separaos al punto sin derramar más
sangre». Y dirigiéndose a Ulises: «Tente y haz que
termine esta lucha, este combate tan funesto para todos,
pues de otro modo el perspicacísimo Zeus se enojaría
contigo».

Versión histórica de la Guerra de


Troya
Los reyes asiáticos cometían actos de piratería con los
barcos griegos, por lo que éstos se unieron y
emprendieron una expedición para escarmentar a los
bandidos, atacando Troya. Además necesitaban extender
su poderío marítimo, por lo que el rapto de Helena fue
el pretexto que tomaron para declarar la guerra a los
troyanos que competían con tanto éxito en la
navegación con ellos.

Fragmento de la

Odisea Relatos a

Alcínoo Rapsodia IX

«Desde allí continuamos la navegación con ánimo afligido


y llegamos a la tierra de los cíclopes soberbios y sin ley;
quienes confiados en los dioses inmortales, no plantan
árboles, ni labran los campos, sino que todo les nace sin
semilla y sin arado (trigo, cebada, y, vides que producen
vinos de unos grandes racimos) y los hace crecer la
lluvia enviada por Zeus. No tienen ágoras donde se
reúnan para deliberar; ni leyes tampoco, sino que viven
en las cumbres de los altos montes, dentro de
excavadas cuevas; cada cual impera sobre sus hijos y
sus mujeres y no se entrometen los unos con los otros.

Delante del puerto no muy cercano ni a gran distancia


tampoco de la región de los cíclopes, hay una islota
poblada de bosques, con una infinidad de cabras
cumbres de las montañas. No se ven en ellas ni rebaños uno de los extremos y casi tocando al
ni labradíos, sino que siempre el terreno está sin
sembrar y sin arar, carece de hombres y crían bastantes
cabras. Pues los cíclopes no tienen naves de rojas
proas, ni poseen artífices que se las construyan de
muchos bancos (como las que transportan mercancías
en los frecuentes viajes que los hombres efectúan por
mar, yendo los unos en busca de los otros) los cuales
hubieran podido hacer que fuese muy poblada aquella
isla que no es mala y daría a su tiempo frutos de toda
especie, porque tiene junto al espumoso mar, prados
húmedos y tiernos y allí jamás la vid se perdería. La
parte interior es llana y labradera; y podrían segarse en
la estación oportuna mieses altísimas, por ser el suelo
muy pingüe. Posee la isla un cómodo puerto, donde no
se requieren amarras, ni es necesario echar áncoras ni
atar cuerda; pues en aportando allí, se está salvo
cuando se quiere, hasta que el ánimo de los marineros
les incita a partir y el viento sopla. En lo alto del puerto
llena una fuente de agua límpida, debajo de una cueva
alrededor han crecido álamos. Allá pues nos llevaron las
naves y algún dios debió de guiarnos en aquella noche
oscura en la que nada distinguíamos; pues la niebla
era cerrada alrededor de los bajeles, y la luna brillaba
en el cielo, que cubrían los nubarrones. Nadie vio con
sus ojos la isla ni las ingentes olas que se quebraban en
la tierra, hasta que las naves de muchas bancas,
hubieran abordado. Entonces amainamos todas las velas,
saltamos a la orilla del mar y entregándonos al sueño,
aguardamos que amaneciera la divina aurora.

No bien se descubrió la hija de la mañana, la aurora de


rosáceos dedos, anduvimos por la isla muy admirados.
En esto las ninfas, prole de Zeus que lleva la égida,
levantaron montaraces cabras para que comieran mis
compañeros. Al instante tomamos de los bajeles los
corvos arcos y los venablos de largas puntas, nos
distribuimos en tres grupos, tiramos y muy presto una
deidad nos facilitó abundante caza. Doce eran las naves
que me seguían y a cada una le correspondieron nueve
cabras, apartándose diez para mí solo, y ya todo el día,
hasta la puesta del sol, estuvimos sentados comiendo
carne en abundancia y bebiendo dulce vino; que el rojo
licor no faltaba en la nave, pues habíamos hecho una
gran provisión de ánforas al tomar la sagrada ciudad de
los cícones. Estando allí echamos la vista a la tierra de
los cíclopes, que se hallaban cerca y divisamos el humo
y oíamos las voces que ellos daban y los balidos de las
ovejas y de las cabras. Cuando al sol sobrevino la
oscuridad, nos acostamos en la orilla del mar. Más así
que se descubrió la hija de la mañana, la aurora de
rosáceos dedos los llame a junta y les dije estas
razones:

ODISEO: Quedaos, aquí!, mis fieles amigos, y yo con mi


nave y mis compañeros iré allá y procuraré averiguar
que hombres son aquéllos; si son valientes, violentos,
salvajes e incultos, u hospitalarios; y temerosos de las
deidades. Cuando así hube hablado, subí a la nave y
ordené a los compañeros que me siguieran y desataran
las amarras, ellos se embarcaron al instante y,
sentándose por orden en los bancos, comenzaron a batir
con los remos el espumoso mar. Y tan luego como
llegamos a dicha tierra, que estaba próxima, vimos en
mar una excelsa gruta, a la cual deban sombra algunos ODISEO: Somos aqueos a quienes extraviaron al salir de
laureles: en ella reposaban muchos atos de ovejas y de Troya, vientos de toda clase que nos llevan por el gran
cabras, y en contorno había una alta cerca labrada con abismo del mar. Deseosos de volver a nuestra patria
piedras profundamente hundida, grandes pinos y llegamos aqui por otra ruta, por otros caminos porque
encima de elevada copa. Allí moraba un varón de tal suerte debíó ordenarlo Zeus, cuya gloria es
gigantesco, solitario, que entendía en apacentar inmensa, debajo del cielo, y venimos a abrazar tus
rebaños, lejos de los demás hombres, sin tratarse con rodillas por si quisieras presentarnos los dones de la
nadie; y apartado de todos, ocupaba su ánimo en cosas hospitalidad o hacernos otro regalo como es
inútiles. Era un monstruo horrible, y no se asemejaba a costumbre entre los huéspedes. Respeta, pues, a los
los hombres que viven de pan, sino a una selvosa cima dioses, varón excelente; que nosotros somos ahora tus
que entre altos mantos se presentase aislada de las suplicantes. Y a suplicantes y forasteros los venga Zeus
demás cumbres. hospitalario el cual acompaña a los venerados
huéspedes. Así le hablé y respondióme enseguida con
Entonces ordené a mis fieles compañeros que se ánimo cruel:
quedasen a guardar la nave; escogí los doce mejores
y juntos echamos a andar, con un pellejo de cabra lleno POLlFEMO: iOh forastero! Eres un simple o vienes de
de negro y dulce vino que me había dado Marón. lejanas tierras cuando me exhortas temer a los dioses y
guardarme de su cólera que los cíclopes no se cuidan
Pronto llegamos a la gruta; mas no dimos con él, de Zeus que lleva la égida ni de los bienaventurados
porque estaba apacentando pingües ovejas. Entramos númenes porque aún les ganan en ser poderosos; y yo
y nos pusimos a contemplar con admiración una por no te perdonaría ni a ti ni a tus compañeros por temor a
una todas las cosas: Había zarzos cargados de quesos, la enemistad de Zeus, si mi ánimo me lo ordenase. Pero
los establos rebosaban de carneros y cabritos, dime en qué sitio, al venir dejaste la bien construida
hallándose encerrados separadamente los mayores, embarcación: si fue por ventura, en lo más apartado de
medianos y los recentales, y goteaba el suero de todas la playa o par un paraje cercano, a fin de que yo lo
las vasijas, tarros y barreños, de que se servía para sepa.
ordeñar. Los compañeros empezaron a suplicarme que
nos apoderásemos de quesos y nos fuéramos; y que Así dijo para tentarme, pero su intención no me pasó
luego sacando de los establos prestamente los cabritos y inadvertida a mí, que sé tanto, y de nuevo le hablé con
corderos y conduciéndolos a la velera nave surcáramos engañosas palabras.
de nuevo el salobre mar, más yo no me dejé persuadir
(mucho mejor hubiera sido seguir su consejo), con el ODISEO: Poseidón, que sacude la tierra, rompió mi nave
propósito de ver a aquél y probar si me ofrecería los llevándosela a un promontorio y estrellándola contra las
dones de la hospitalidad, pero su venida no había de rocas en los confines de vuestra tierra; el viento que
serles grata a mis compañeros. soplaba de frente se la llevó y pude salvarme, junta con
éstos, de una muerte terrible.
Encendimos fuego, ofrecimos un sacrificio a los dioses,
tomamos algunos quesos, comimos y le aguardamos Así le dije. El cíclope con ánimo cruel no me dio
sentados en la gruta hasta que volvió con el ganado, respuesta, pero levantándose de súbito, echó mano a los
traía una gran carga de leña seca para preparar su compañeros, agarró a dos y cual si fueran cachorrillos
comida y descargó dentro de la cueva con tal estruendo los arrojó con tamaña violencia que el encéfalo afluyó al
que nosotros llenos de temor nos refugiamos suelo y mojó el piso. De contado despedazó los
apresuradamente en lo hondo de la mina. Luego metió miembros, se aparejó una cena y se puso a comer como
en el espacioso antro todas las pingües ovejas que tenía montaraz león, no dejando ni los intestinos ni la carne
que ordeñar, dejando en la puerta, dentro del recinto de ni los medulosos huesos. Nosotros contemplábamos
altas paredes los carneros y los bucos. Después cerró la aquel horrible espectáculo con lágrimas en los ojos,
puerta con un pedregón grande y pesado que llevó a alzando las manos a Zeus; pues la desesperación se
pulso y que no hubiesen podido mover del suelo había enseñoreado de nuestro ánimo. El cíclope tan
veintidós sólidos carros de cuatro ruedas. iTan inmenso luego como hubo llenado su vientre devorando carne
era el peñasco que colocó en la entrada! Sentose humana y bebiendo encima leche sola, se acostó en la
enseguida, ordeñó las ovejas y las baladoras cabras, gruta tendiéndose en medio de las ovejas.
todo como debe hacerse, y a cada una le puso su hijito
a la hora, haciendo cuajar la blanca leche la amontonó Entonces formé en mi magnánimo corazón el propósito
en canastillos de mimbre y vertio la restante en unos de acercarme a él y sacando la aguda espada que
vasos para bebérsela y así le serviría de cena. Acabada colgaba de mi muslo, herir el pecho donde las entrañas
con prontitud tales faenas, encendió fuego, y al vernos rodean el hígado palpado previamente; más otra
nos hizo estas preguntas: consideración me contuvo. Habríamos en efecto parecido
allí de espantosa muerte, a causa de no poder apartar
POLlFEMO: iOh forasteros! ¿quiénes sois? ¿de donde con nuestras manos el grave pedregón que el cíclope
llegasteis navegando por húmedos caminos? ¿Venis por colocó en la alta entrada. Y así dando suspiros
algún negocio o aventura como los piratas que divagan, aguardamos a que apareciera la divina aurora.
exponiendo su vida y produciendo daño a los hombres
de extrañas tierras?
SCHLIEMANN E más en el campo. Apenas me senté, se agruparon a mi
ÍTACA alrededor los campesinos y me

Nada excita más la sed que el duro trabajo de la


excavación, con una temperatura de cincuenta y dos
grados al sol. Habíamos traido con nosotros dos grandes
cántaros llenos de agua y una garrafa de cuatro litros
de vino. No consumimos todo el vino, porque el de
Ítaca es tres veces más fuerte que el de Burdeos, pero el
agua se acabó pronto, y por dos veces tuvimos que
reponerla.

Mis cuatro obreros acabaron la excavación de la casa


posthomérica, en tanto yo di fin a la excavación del
pequeño cementerio circular. Yo había tenido más éxito
que ellos; mas no les hice ningún reproche, pues habían
trabajado diligentemente, y habrían de pasar más de mil
años antes que el polvo volviera a cubrir el agujero que
había hecho.

Llegó el mediodía y no habíamos comido nada desde las


cinco de la mañana; almorzamos a la sombra de un
olivo situado a unos quince metros de la cima. Nuestra
comida consistió en pan seco, vino y agua, cuya
temperatura no bajaría de treinta grados. Pero eran
productos de la tierra de Ítaca los que estaba
saboreando y en el patio del palacio de Ulises, en el
mismo sitio quizá donde lloró al ver a su perro favorito
Argos, el cual murió de alegría al reconocer a su amo
después de veinte años de ausencia, y donde el
porquero divino pronunció las famosas palabras:




("Pues el largovidente Zeus le quita al hombre la


mitad de la virtud el mismo día en que cae esclavo")

"Puedo decir que en toda mi vida comí con tanto apetito


como en aquel frugal almuerzo en el castillo de Ulises.
Después de comer, mis obreros descansaron una hora y
media, mientras yo, con la azada en la mano, tanteaba
el terreno en el solar del palacio, entre los muros que lo
cercaban, por ver si descubría algo más. Allí donde la
condición del suelo hacía presumir un hallazgo, hice una
señal, para continuar luego la excavación con los
obreros. A las dos de la tarde volvieron estos al
trabajo, prosiguiéndolo hasta las cinco, pero sin ningún
resultado. Como yo quería reanudar las excavaciones en
la mañana del día siguiente, dejamos la herramienta en
la cima de la montaña y regresamos a Vathy, adonde
llegamos a las siete de la tarde".

En sus correrías por Ítaca, comprobó en todas partes


que la localización de los lugares en la isla concordaba
con los datos de La Odisea. En los rudos muros ciclópeos
reconoció el establo de Eumeo y halló en la costa la
caverna de estalactitas de las ninfas, en la que los
feacios dejaron al adormecido Ulises. Luego cuenta
cómo llegó al "predio de Laertes":«Pronto llegué al
predio de Laertes, donde me senté a descansar y leer la
rapsodia 24 de La Odisea. La llegada de un forastero es
un acontecimiento en la misma capital de Ítaca, cuanto
abrumaron a preguntas. Consideré lo más prudente
leerles en voz alta la rapsodia 24 de la Odisea, desde el
verso 205 hasta el 412, y traducirla palabra por palabra
a su dialecto. Grande era su entusiasmo al oír narrar en
el lenguaje musical de Homero, en el idioma de su
glorioso antepasado de hacía tres mil años, los terribles
padecimientos que el viejo rey Laertes había sufrido en
aquel mismo lugar donde estabamos reunidos y la
descripción de su inmensa alegría, cuando, después de
veinte años de separación, volvió a ver en aquel mismo
sitio a su querido hijo Ulises, al que creía muerto. Todos
los ojos estaban preñados de lágrimas, y cuando terminé
la lectura vinieron a mí hombres, mujeres y niños y me
abrazaron, diciendo: 
 ("Nos has dado una gran alegría; te damos
mil gracias"). Me llevaron en triunfo a la aldea, donde
todos rivalizaban en ofrecerme su hospitalidad, sin querer
aceptar recompensa alguna. No me dejaron partir hasta
que prometí una segunda visita a la aldea.

Por fin, a eso de las diez de la mañana, proseguí mi


marcha hacia la ladera del monte Anoge (el antiguo
Neritos), y, después de hora y media de camino,
llegamos a la bonita aldea de Leuca. Ya estaban
informados de mi visita, y los vecinos, con el
sacerdote a la cabeza, salieron a mi encuentro a
distancia considerable del pueblo; me recibieron con
expresiones de viva alegría y no se dieron por contentos
hasta no haber estrechado la mano a todos ellos.
Cuando llegamos a la aldea era mediodía y, como yo
pensaba visitar todavía la antigua Polistales y su
acrópolis, el pueblo de Stavros y el claustro de la Santa
Virgen, en la cima del Anoge, no quería detenerme en
Leuca. Pero me rogaron con tanta insistencia que leyera
algunos pasajes de la Odisea, que al fin me vi obligado
a complacerles. Y, para que todos me oyeran, utilicé
coma tribuna una mesa, colocada a la sombra de un
plátano, en medio de la aldea, y leí la rapsodia 23 de La
Odisea, desde el verso primero hasta el 247, donde se
cuenta cómo la reina de Ítaca, la mujer más buena y
más casta, reconoce a su anhelado esposo después de
una separación de veinte años. Aunque había leído
incontables veces este capítulo, siempre que volvía a
hacerlo me emocionaba vivamente, y estos versos
maravillosos causaban siempre la misma impresión en
los oyentes; todos lloraban y yo les acompañé en el
llanto. Después de acabar la lectura, quisieron
retenerme en la aldea hasta el día siguiente, pero me
opuse a ello con energía. Con mucho trabajo logré
separarme de aquella buena gente, pero no sin antes
abrazar y hasta besar a algunos.»

Así recorrió aquel animoso corazón, a sus cuarenta y


seis años, las ciudades que Homero cantó, y ellas se
descubrían a su ingenuo sentir bajo su aspecto actual.
Después de Ítaca fueron su próximo objetivo las
ciudades situadas en el Peloponeso argivo, Micenas y
Tirinto. Ante la puerta de Micenas, sobre la cual hacen
guardia hoy todavía los leones, como hace tres milenios,
dio en la idea de que, según las palabras de Pausanias,
las tumbas de Agamenón y de Atreo estarían dentro del
recinto de la ciudadela y no dentro de los muros de la
ciudad de Micenas, como hasta entonces se había
admitido. Vio que allí, sobre las poderosas ruinas
de tanta heroica magnificencia, había mucho escombro, por encima de la aldea de Pinarbasi (Bunarbaschi), ante
que podía ocultar los tesoros de la opulenta Micenas. la cual fuerza el río Escamandro su entrada en la llanura
Pero por esta vez dejó a un lado esta tarea; su interés que se extiende hasta el rincón noroeste de la península
estaba centrado en los escenarios principales de La de Asia Menor. Esta creencia tenía su origen en el hecho
Ilíada y de La Odisea, y se encaminó presuroso a Troya. de que un sabio francés, a finales del siglo anterior, creía
Se embarcó en el Pireo hacia Constantinopla, para el haber encontrado allí una fuente fría y otra termal, en
mismo día de la llegada volver a los Dardanelos, en los exacta correspondencia con las fuentes en que, según
que el barco no se detuvo por no hacer allí escala. los versos de La Ilíada, lavaban sus ropas las mujeres y
las bellas hijas de los troyanos; y un viajero coma
Entonces se pensaba casi generalmente que la ciudad Moltke había dado la opinión de que en aquel paraje, si
homérica de Ilión estuvo situada en una escarpada se quisiera, se podría construir una fortaleza
colina inexpugnable. Pero el general fue vencido esta vez.
Tragedia I

Capítulo VII
O espectáculo de masas, d sí, encarnando tramas
R financiado por las arcas de i dramáticas cada vez más
I la ciudad. Los festivales a complejas, que son
G dionisíacos, celebrados en explicadas o comentadas
E el gran teatro al aire libre i por el coro.
N del dios Dioniso, ven n
triunfar a Esquilo, Sófocles e El primer gran dramaturgo
D y Eurípedes. La comedia, l fue Esquilo, un veterano
E establecida algo más u de las guerras médicas,
tarde como género c que a mediados del siglo
L dramático, retorna a t VI a.C. llegó a triunfar en
mediados del siglo los a doce certámenes
A
orígenes burlescos del b dramáticos y obtuvo
festival dionisíaco. Sus l galardones por sus obras
T
sátiras ingeniosas e e en cincuenta y dos
R
irrespetuosas de los ocasiones. De su
A
personajes y los asuntos En el siglo VI a.C. se amplísima producción han
G
públicos tienen por inicia en Grecia un podido conservarse siete
E
maestro máximo a florecimiento artístico piezas notables: Prometeo
D
Aristófanes, cuyas últimas que, aunque responde a encadenado, Los siete
I contra Tebas, Los Persas
obras evidencian el claros precedentes,
A y Las suplicantes, además
tránsito paulatino hacia los requería un mayor grado
dramas cotidianos que, en de civilización, y que de la trilogía llamada La
Tras derrotar militarmente Orestiada (Agamenón, Las
la época alejandrina, darán alcanzaría su plenitud en
a Persia a inicios del siglo Coéforas y La Euménides).
lugar a la llamada Nueva el siglo siguiente con el
V a.C., Atenas entra en Las tragedias de Esquilo
Comedia. La poesía lírica sabio y extenso gobierno
una era de esplendor son tremendas y
vive su apoteosis con las de Pericles. Éste
económico, social y tenebrosas, llegando 5 en
odas espléndidas de promueve que todo el LITERATURA
cultural. El símbolo de esta su tiempo a aterrorizar AÑO
a
Píndaro, mientras pueblo, incluyendo a sus
época, conocida también los espectadores. Su tema
Herodoto y luego sectores más modestos,
como período clásico, es de fondo es siempre la
Tucídides sientan las bases pueda asistir a los
el reformador político fuerza ineluctable del
de la historia documental, espectáculos religiosos y
Pericles, quien, a través destino, expresada en
en tanto que la prosa teatrales que se
de una serie de leyes audaces metáforas y con
griega alcanza su madurez representan en Atenas.
ilustradas, consolida la un profundo sentido
a través del dialecto ático, Así surge y se
democracia ateniense y religioso.
que se consolida como populariza la tragedia,
abre las puertas de la vida
lengua común del mundo representación de origen
pública a todos sus Poco después aparece en
griego. Con base en un dionisíaco que poco a
conciudadanos. La escena Sófocles, que
acervo de pensadores poco ha ido incorporando
experimentación y la durante unos sesenta
esenciales para el saber personajes individuales
variedad caracterizan el años será el dramaturgo
occidental como que dialogan entre
aliento de la vida pública preferido por el pueblo
Pitágoras, Heráclito y
a todos sus ateniense, al que cautiva
Parménides, Platón y
conciudadanos. la y conmueve con más de
Aristóteles crean en esta
experimentación y la cien exitosas tragedias. De
los fundamentos de la
variedad caracterizan el ellas han quedado también
filosofía occidental, en lo
aliento progresista que siete, entre las que
que constituye el mayor
anima la sociedad de sobresalen Antígona,
aporte griego a la cultura
Atenas, con un gran Electra, Edipo rey y Edipo
posterior. Ya entrado el
desarrollo de todas las en Colona, que refieren la
siglo IV a.C., Demóstenes
manifestaciones artísticas. mítica saga de la dinastía
inmortaliza la excelencia
de la oratoria y la retórica real de Tebas. Tal vez
La arquitectura y la Sófocles no alcanza la
de este período glorioso.
escultura en esta época grandeza trágica de
un período de esplendor, algunas escenas maestras
L
destacando la figura del de Esquilo, pero su verso
a
gran escultor Fidias, autor rico y expresivo otorga
de los relieves del matices más complejos a
Partenón. La revolución t
r unos personajes que han
literaria se expresa con llegado a ser arquetipos
la consagración de la a
g del infortunio de hombres
tragedia como y mujeres ante la
e
fatalidad que marca sus A la inversa de la
vidas. El terceto de epopeya, la tragedia es
padres fundadores de la hija de la Grecia
tragedia se completa con continental. La gran
Eurípides, que suaviza el creación individualista de
poder inexorable de la la Grecia Asiática -la
predestinación en los elegía- se transforma en
conflictos humanos, para la madre patria en formas
resaltar la intervención de colectivas, según se
las pasiones. Este autor advierte en la poesía
pone por primera vez coral espartana. La
sobre un escenario el tragedia recibe una
juego del amor, el odio, doble herencia: la
los celos, la envidia y el tradición lírica elegiaca y
ansia de poder como la poesía aristocrática de
sentimientos que rigen los la épica. El origen de la
destinos terrenales, tragedia, como es sabido,
aunque los dioses sigan es popular y agrario.
vigilando desde el foro. Gracias a las reformas de
Como obras principales de la época de Pisístrato, las
este dramaturgo más clases populares se
"moderno" que sus elevan y a este ascenso
ilustres predecesores, se social corresponde
cuentan Alcestes, también el ingreso de los
Medea, Las Troyanas, cultos populares -la
Orestes e Ifigenia en
Táuride, entre las
diecisiete tragedias que
han llegado a nuestros
días.

L
e
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u
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o
Pa
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religión de Dionisos y Démeter- a la polis cerrada y la aceptación
aristocrática. Pero del mismo modo que la emigración al
Asia Menor acarreó la transformación del culto a los
muertos en religión de los héroes, al triunfo porpular
corresponde "una evolución religiosa paralela en el
sentido de las formas olímpicas tradicionales: las clases
inferiores las hacen suyas como un signo y
consagración". La pantomima dionisiaca se transforma
en culto de la polis. La substancia de la tragedia no es
el mito agrario sino la tradición heroica de la epopeya.
El coro campesino cambia de tono y de contenido y
se transforma en vehículo del arte más alto y de la más
libre y apasionada meditación sobre la suerte del
hombre.

El mito heroico, que funda a Grecia en la epopeya, se


transforma en diálogo: la tragedia y la comedia son un
diálogo de Grecia consigo misma y con los fundamentos
de su ser.

Esquilo concibe el destino como una fuerza sobrehumana


y sobredivina, pero en la cual la voluntad del hombre
participa. El dolor, la desdicha y la catástrofe son, en el
sentido recto de la palabra, penas que se infligen al
hombre por traspasar la mesura, es decir, por
transgredir ese límite máximo de expansión de cada ser
e intenta ir más allá de sí mismo: ser dios o demonio.
Más allá de la mesura, espacio sobre el que cada uno
puede desplegarse, brotan la dicordancia, el desorden y
el caos. Esquilo acepta con entereza la violencia
vengativa del destino; más su piedad es viril, y se rebela
contra la suerte del hombre. Ver en el teatro de Esquilo
la triste y sombría victoria del destino es olvidar lo que
llama Jaeger "la tensión problemática" del soldado de
Salamina.

Esa tensión se alivia cuando el dolor se transforma en


conciencia del destino. Entonces el hombre accede a la
visión de la legalidad cósmica y su desdicha aparece
como una parte de la armonía universal. Pagada su
penalidad, el hombre se reconcilia con todo. Pero Esquilo
no nos da una solución, ni una receta moral o filosófica.
Estamos ante una misterio que no aciertan a desvelar
del todo sus palabras, pues si es justo que el hombre
pague, los gritos de Prometeo en la escena final de la
tragedia contradicen esta creencia: "Eter que haces girar
la luz común para todos, viéndome estás cuán sin
justicia padezco". Este grito no admite consuelo: es un
dardo clavado en el corazón de ese cosmos justo. Nadie
puede extraerlo porque simbolia la condición trágica del
hombre.

También para Sófocles la acción trágica no implica sólo


la soberanía del destino sino la activa participación del
hombre en el cumplimiento de la justicia cósmica. La
resignación es innoble si no se transforma en conciencia
del dolor. Y por el dolor se llega a la visión trágica, que
dice "si la esfinge cuyo misterio ningún mortal es capaz
de resolver".

La tragedia no predica la resignación inconsciente, sino


la voluntaria aceptación del destino. En él y frente a él
se afina el temple humano y sólo en ese "sí" la libertad
humana se reconcilia con la fatalidad exterior. Gracias a
trágica del héroe, el coro puede decir a Edipo: "Los un alegato ante
dioses que te hirieron, te levantarán de nuevo". En estas
palabras de Sófocles hay una respuesta al grito de
Prometeo apenas el destino se hace conciencia, se
transforma y cesa la pena.

Ni Esquilo ni Sófocles niegan que el destino sea la


expresión de la legalidad inmanante de las cosas, pero
ambos quieren insertar al hombre dentro de esa ley
universal sin sacrificar su conciencia. Sófocles acentúa el
carácter redentor, por decirlos así, de la conciencia, a la
que concibe como la intuición superior de las fuerzas
que rigen el cosmos, y la luz de esa comprensión
ilumina los ciegos pasos de Edipo en Colona.

Una y otra vez el genio afirma que el hombre es algo


más que un instrumento en las manos de un Dios. ¿Cómo
conciliar esta afirmación con la del destino? Este
problema nunca fue resuelto del todo y en él reside
precisamente lo que se llama conflicto trágico.

Se trata de dos términos incompatibles y que, sin


embargo, se complementan y gracias a los cuales el
hombre es hombre y el mundo es mundo. Lo trágico
reside en la afirmación mutua e igualmente absoluta de
los contrarios. Si el hombre no fuese culpable, el destino
no lo destrozaría; pero esa culpa no disminuye sino
engrandece a Prometeo, Antígona y Edipo. Por ellos y
en ellos el ser se cumple y no regresa el caos. La
conciencia del destino es lo único que puede liberarnos
de su peso atroz y darnos una vislumbre de la armonía
universal. Libertad misma de las cosas. El pesimismo
griego es de orden distinto al cristiano.

Eurípides es el primero que se atreve abiertamente a


preguntarse sobre la santidad y justicia de la legalidad
cósmica.

Al hacerlo, abandona el campo del ser y se traslada al


de la crítica moral. La culpa deja de ser una maldición
objetiva y se convierte en un concepto subjetivo y
psicológico. El destino es loco, caprichoso e injusto, nos
dice los héroes de Eurípides. Esquilo había preferido
quejas semejantes, pero su obra no es una defensa
filosófica de los derechos del hombre, ni una crítica de
los dioses, sino la expresión de la condición humana
como manifestación cósmica. Apenas se niega la
justicia del destino, pierde también justificación el dolor
y el caos regresa. El hombre ante la invasión del azar, no
puede hacer sino refugiarse en sí mismo o crearse una
ciudad ideal. El estoicismo, el misticismo personal y la
utopía política son salidas de un mundo que ha perdido
su legalidad objetiva. La grandeza de Eurípides como
poeta lírico, su conocimiento de las pasiones y su
penetración psicológica no compensan lo que se ha
llamado su "pecado contra el mito" o sea el haber
convertido en causa psicológica lo que antes fue justicia
cósmica. Al romper la tensión trágica, abrió la puerta al
relativismo y a la psicología y minó los fundamentos de
la idea del ser.
¿Pero no será mucho que olvidar que, asimismo,
Eurípides afirma la inocencia del hombre? Esa inocencia,
a la inversa de lo que ocurre con Esquilo, no se postula
frente a la legalidad y santidad del destino sino como
la irracionalidad y locura de ese mismo destino. La conocer, es sin duda la trilogía de La Orestíada,' que
respuesta que da Eurípides a la pregunta que se había narra la vida y epopeya de Orestes a lo largo de tres
hecho Esquilo y Sófocles tiene así dos caras: niega la inmensas tragedias: Agamenón, Las Coéforas (que dará
santidad del destino y sostiene la inocencia del hombre. pie a la EIectra de Sófocles y a la. de Eurípides) y Las
Euménides.
Esquilo (Eleusis, 525 a.C.-Gela, Sicilia, 456
a.C.)

El más antiguo de los grandes poetas trágicos


atenienses, Esquilo impregnó sus obras de una
religiosidad quizá inspirada por los cultos solemnes que
se celebraban en su dudad natal, próxima a Atenas. Se
sabe que en su juventud luchó en las guerras contra los
persas, y que luego se dedicó a componer poemas
dramáticos para los cultos dionisíacos, agregando a las
evoludones y cánticos del coro la presenda de
personajes protagónicos. Sus tragedias fueron muy
celebradas y aplaudidas, llegando a obtener trece
primeros premios sucesivos en los concursos
dramáticos. En plena fama se retiró súbitamente a
Sidlia, isla que siempre le había atraído, donde hizo
representar algunas obras para el tirano y mecenas
Hierón. Los expertos no se ponen de acuerdo sobre el
motivo de este exilio voluntario. Para algunos se debió a
la derrota que le infligió Sófodes en el concurso
dramático del año 468 a.c., humillándolo ante su público;
y para otros responde al proceso a que se le sometió por
haber desvelado en sus obras dertos misterios de la
Eleusis. De todas formas, Esquilo nunca regresó a Atenas
y murió, ya anciano, en la isla que había elegido para
su destierro.

CARACTERÍSTICA
S

* Lenguaje conciso y exaltado, lleno de imágenes


(anticuado).
* Gran extensión de los coros, que es donde expone
sus ideas.
* Fatalismo, creyendo en el poder del
destino.
* Religiosidad, los dioses lo deciden todo, más aún
Zeus.
* Personajes poco humanos.
* Padre de la tragedia.
* Incorpora al segundo
actor.

Siete grandes tragedias

Se estima que Esquilo compuso unas setenta obras, de


las cuales sólo siete han podido conservarse.
Quizá la más antigua sea Las Suplicantes, todavía
arcaica en la forma; y también primeriza parece ser Los
Persas, que el autor sitúa durante la batalla de
Salamina, en la que intervino personalmente. El gran
aliento trágico de Esquilo se manifiesta con toda
magnificencia en Los Siete contra Tebas, cuyos diálogos
y coros expresan con conmovedora belleza una notable
vitalidad. Más hierática y escueta es Prometeo
encadenado, y por eso mismo más admirable en la
tremenda fuerza de sus parlamentos y coros, casi sin
apoyo argumental ni situaciones sorprendentes. La obra
maestra de Esquilo, entre las que se han podido
LA ORESTIADA

Tema central:
La sangre que rescata la sangre vertida.

A. Agamenón (El asesinato)

Esta tragedia presenta la muerte de Agamenón,


asesinado por su esposa Clitemnestra al regresar
victorioso de la guerra de Troya. Al llegar Agamenón
a Micenas, la vaticinadora Casandra, virgen hija del
rey Príamo, que es traída cautiva en el séquito real,
presiente la horrenda tragedia y se estremece cual
árbol azotado por el viento.

Se niega a entrar al palacio, permaneciendo en la


plataforma del carro que la condujo. Inspirada por
Apolo, relata los crímenes que en el pasado
ensangrentaron la estirpe de los átridas y ve con los
ojos del espíritu como la reina Clitemnestra da
muerte a su esposo Agamenón para seguir viviendo
con Egisto. Clitemnestra sale al pórtico, mostrando el
hacha de dos filos con la que ha golpeado a su
esposo hasta salpicarse de su sangre y gozar de ella
"como espiga de un campo en flor se abre al agua
fresca".

B. Las Coéforas (La venganza de Orestes)

Orestes, el hijo de Agamenón que acaba de cumplir


dieciocho años, vuelve a casa para vengar la muerte
de su padre, tal como le ordenó Apolo. Sabe que una
fatalidad engendra otra y deberá usar la espada
contra su propia madre, por más que ello sacuda
todo su ser. Es reconocido por su hermana Electra,
a quien la crueldad de la reina ha relegado entre las
cautivas. Las coéforas (portadoras de las libaciones)
llevan a la tumba de Agamenón las ofrendas que
envía Clitemnestra por temor, pues la ha espantado
el augurio de las sombras. Ejecutor severo del
destino, Orestes da muerte a Egisto, el amante de su
culpable madre, y luego hunde el arma en el pecho
de quien le diera la vida. La obsesión de las furias se
desata para acosar al matricida, perseguido por
demencial tortura.

C. Las Euménides (El juicio y perdón de Orestes)

La acción inicial de esta tercera tragedia se desarrolla


en Delfos, el lugar sacrosanto donde Apolo dicta sus
oráculos. Implacables las erinias o furias quieren que
tras el crimen de Orestes sobrevenga el castigo. No
importa que el crimen haya sido determinado por el
anterior asesinato ni es propio reflexionar que el
destino, cuya voluntad es superior a la de los dioses,
haya exigido una fatalidad para engendrar otra.
Persuadido por Apolo, Orestes marcha a Atenas, a
someter su causa al juzgamiento de un tribunal
célebre por su imparciali- dad. El juicio se celebra en
la Acrópolis, ante el templo de Atenas. Orestes es
absuelto porque la votación de la sentencia produce
igual número de votos en pro que en contra, dando
Atenea su voto dirimente. Luego, las furias,
que amenazan venganza sobre los atenienses, son Prometeo Pues, yo tenlo por cierto, mi
aplacadas por Atenas y convertidas en Euménides o desgracia por tu oficio servil no
espíritus benevolentes. En medio de un importante cambiaré.
cortejo de Antorchas, las Euménides ingresan al
templo pidiendo paz y felicidad para el pueblo. Nace
así el régimen de la justicia que reemplazará a la
tradicional venganza expresado como ley del Talión.

Prometeo encadenado

Esquilo (s. V
a.C.)
Teatro trágico

Obra teatral de fecha incierta, es probablemente la


primera de una trilogía de Esquilo, de la que formarían
parte las perdidas Prometeo liberado y Prometeo dador
del fuego. El titán Prometeo es atado a un risco remoto
por voluntad de Zeus, en castigo por haberse hecho
benefactor de los humanos al entregarles el fuego. Allí,
sus entrañas son incesantemente picoteadas por un
águila.
Pero éste no es el fin de sus tormentos: tras negarse a
transmitirle a Hermes un secreto que puede amenazar
el poder de Zeus, Prometeo es enviado al submundo.
Esta obra se ha hecho célebre por ilustrar la resistencia
frente a la tiranía y a la tortura. Su protagonista,
símbolo de la integridad, ha inspirado a autores
posteriores.

FRAGMENTO DE PROMETEO

ENCADENADO Hermes A ti, taimado, alma

de hiel, soberbio,
ofensor de los dioses, que de honores
a los seres efímeros colmaste,
a ti, ladrón del fuego, a ti lo digo:
mándate el padre declarar qué nupcias
han de precipitarle de su trono;
y guárdate de enigmas y dobleces,
ni me hagas comprender otra jornada,
Que es duro Zeus con el tenaz, bien
sabes!
Prometeo Solemne y arrogante fue el discurso,
como el ministro de los dioses
sienta. Nuevos sois y regis Imperio
nuevo,
y creéis de dolor por siempre libre
la fortaleza que habitáis. ¿De ella
no sé yo que cayeron dos
tiranos?
Y pronto, sí, bien pronto, del
tercero veré también la ignominiosa
ruina.
¿Piensas que tiemblo ante los nuevos
dioses?
¡Lejos estoy de tal temor, muy
lejos! Volverte puedes ya por do
viniste,
que de mí no sabrás lo que preguntas.
Hermes Con tu tenaz, incorregible
orgullo,
tú mismo tus desdichas te buscaste.
Más vale de esta roca ser esclavo
que nuncio fiel de Zeus. -De esta suerte
con ultraje contéstase al ultraje.
Hermes Parece que en tus males te deleitas.
Prometeo ¿Así a mis enemigos
y a ti entre ellos, deleitarse viera!
Hermes ¿A mí también de tus desdichas culpas?
Prometeo Odio a los dioses todos
que así mis dones con tormentos pagan.
Hermes Grave dolencia tu razón trastorna.
Prometeo Convengo en padecerla,
si es dolencia execrar a sus verdugos.

Hermes ¡Quién, si fueras feliz, te sufriría!


Prometeo ¡Ay de mí!
Hermes Zeus tal palabra ignora
Prometeo Todo lo enseña, envejeciendo, el tiempo
Hermes Más tú no has aprendido a ser prudente
Prometeo ¡No te hablaría, siervo, si lo fuera!
Hermes ¿Nada dirías de lo que el padre manda?
Prometeo ¡Oh, sí! De agradecido a sus favores.
Hermes De mí te burlas si fuese un niño.
Prometeo ¿No eres un niño, pues, no eres acaso
más cándido que un niño todavía
si algo a mis labios arrancar esperas?
No habrá tortura ni artificio alguno
que a revelar me fuerce, antes que rotas
estas infames ataduras sean.
Que lance Zeus su abrasadora llama
y alado torbellino de alba nieve,
ruja en los senos de la tierra el trueno;
todo se agite y se confunda todo;
nada habrá, nada, que a decir me obligue
por quién será del solio derribado.
Hermes Ve si eso en algo remediarte puede.
Prometeo Todo previsto y decretado ha sido
Hermes Ante los males que te agobian, necio
resuélvete, por fin, a ser sensato.
Prometeo En vano me importunan tus razones;
¡ve a persuadir a las marinas ondas!
No pienses tú jamás que de las iras
y decretos de Zeus temeroso,
en mujeril mi espíritu se trueque,
y ante el tirano aborrecido alzando
como mujer las suplicantes palmas,
la libertad de mi prisión le implore.
¡En mí tan vil humillación no cabe!
La tragedia II

Capítulo VIII
L o u
A - e l
a
T c s
R l ó p
A e l
G s o e
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D c p
I o o i
A m d f
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Sófocles 495 í e
a.c., Colona - e a r
406 a.c., l
Atenas d i
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f q n r
e otros recursos escénicos, alcanza todavía la intermedia entre lo
c como los coturnos que sencillez cautivadora de solemne y lo familiar
t elevaban la altura de los Eurípides. Pero en esa reside precisa- mente la
o personajes y las máscaras vaguedad grandeza de su obra, que
r con la boca en forma de consigue como ninguna
bocina, En ese sentido otra expresar el constante
d Sófocles, que también conflicto entre los dos
e componía la música de planos de la existencia,
sus obras, era más un que es sello fundamental
c hombre de teatro que un de la cultura y el arte
literato. No obstante, o griegos.
o quizá precisamente por
r esa condición, habría de Sófocles tuvo una vida tan
dar a la dramaturgia longeva como rodeada de
o algunas de sus obras más la admiración y el respeto
s excelsas. de los poderosos y del
pueblo llano, que
, E esperaban con
l expectación cada una de
y sus nuevas obras. En el
c año 468 a.C. obtuvo la
s o satisfacción de arrebatar a
i n Esquilo el primer premio
e f de un concurso dramático,
m l y en el
p i 442 los atenienses lo
r c designaron general
e t honorario de la guerra
o contra Samos, admirados
c ante el estreno de
o d Antígona.
n r
- a -
tinúo entrenando a m
coreutas y actores antes á E
del estreno de sus obras. t d
A lo largo de su larga i i
carrera escribió y llevó a c p
la escena más de 130 o o
tragedias, entre ellas el
célebre ciclo de la dinastía Aunque admiraba y R
tebana, formado por envidiaba a Esquilo, e
Antígona, Electra, Edipo Sófocles se diferenció de y
Rey y Edipo en Colona. éste en su tratamiento
más humanizado de los S
Renovador profundo de personajes, hombres y ó
las técnicas dramáticas mujeres en cuya suerte, f
de su tiempo, consolida la siempre marcada por el o
presencia de un tercer destino, intervienen c
intérprete o agonista, que también sus propias l
tercia en el diálogo entre pasiones y obsesiones e
el protagonista y el personales. Sin embargo, s
antagonista, lo que estos caracteres
motiva que los actores alcanzarán el rango de
pasen a ser el centro de (
arquetipos, como C
la representación, evidentemente ha
desplazando al coro a un i
sucedido con las figuras r
papel secundario, aunque de Electra y de Edipo. Al
aun importante, Se le c
dar un acento más a
atribuye también la humano a la tragedia, su
invención del decorado y estilo carece de la
el perfeccionamiento' de 4
majestad de Esquilo y no
5 agredió e insultó, ante lo
0 cual Edipo atacó y dio
muerte al monarca,
a ignorante de que así
. cumplía la predicción del
C oráculo.
.
) Luego llegó hasta la
T ciudad de Tebas, y para
e entrar en ella debía
a resolver el acertijo que le
t presentaría la Esfinge, un
r animal mitológico mitad
o mujer, mitad león. Este
monstruo planteaba el
t mismo enigma a todos los
r viajeros y devoraba a los
á que no sabían
g responderlo. La pregunta
i era: ¿Cuál es el animal
c que camina primero a
o cuatro patas, luego con
dos y luego con tres; y 5
LITERATURA
Edipo es uno de los que más débil es cuantas AÑO

personajes más famosos más patas tiene? Edipo


de la mitología griega. La respondió rápidamente
esencia de la leyenda de que se trataba del.
Edipo es el drama de un hombre, que primero
hombre al que el destino gatea y tiene cuatro
lleva a matar a su padre y patas, luego camina sobre
desposarse con su madre. dos y, finalmente tiene
Varias tragedias están que ayudarse con un
inspiradas en su historia, bastón, por lo que tiene
entre las cuales la más tres patas. Al verse
célebre es el Edipo Rey derrotada, la Esfinge se
de Sófocles; pero el mito lanza por un precipicio y
de Edipo tiene su origen Tebas queda liberada de
en antiguos poemas épicos su dominio. En
que no han llegado hasta agradecimiento, la ciudad
nosotros. ofrece a Edipo su trono y
la mano de Yocasta, la
Las leyendas difieren viuda del anterior rey.
ligeramente en sus
formas, pero coinciden en
que el rey de Tebas, Layo,
fue advertido de que su
hijo lo mataría, por lo que
decidió abandonarlo y
exponerlo a cualquier
viajero en cuanto nació. El
niño fue recogido por el
rey corintio Pólibo, que lo
educó como si fuera
propio.

Edipo creció y supo de la


maldición que caía sobre
él; y creyéndose hijo de
Pólibo, se exilió de Corinto
para evitar cumplir su
destino. Mientras viajaba
se cruzó con Layo, que lo
Las versiones varían sobre cómo Edipo descubre que se Electra
ha casado con su propia madre, pero finalmente
averigua cuáles son sus verdaderos orígenes y, por Sófodes (Circa 450 a.C.)
tanto, se da cuenta de que ha matado a su padre y Teatro trágico
cometido incesto. Al saberlo, Yocasta se suicida y Edipo
se arranca los ojos y viaja errante por toda Grecia. La intensa profundidad dramática y psicológica de esta
impresionante tragedia, le ha dado un lugar central en
La tragedia de Edipo es uno de los mitos que más ha el acervo literario de Occidente. Sófocles recoge el tema
trascendido la cultura de la antigua Grecia y que mejor ya tratado por Esquilo en Las coéforas, y que más tarde
ha llegado hasta nuestros días. Freud utilizó su figura retomaría Eurípides. La protagonista, Electra, recibe a su
como metáfora de los deseos infantiles, marcando una hermano Oreste, a quien creía muerto, y lo ayuda a
de las etapas de la sexualidad masculina. . vengar la muerte de su padre Agamenón, asesinando a
su madre, Clitemnestra, y a Egisto, el amante de ésta.
Concebida en la edad dorada ateniense, Edipo Reyes la El drama de Electra, debatiéndose entre un odio
tragedia griega más conocida y representada hasta descarnado y el más apasionado amor filial y fraternal,
nuestros días. Su protagonista, recreado una y otra vez a ha sido retomado por varios autores, entre ellos el
lo largo de siglos, se ha erigido en un símbolo de la dramaturgo estadounidense Eugene O'Neill (1888 -
ambigüedad de los actos humanos, en un arquetipo 1953), con una magnífica versión moderna titulada
de la psicología masculina y en un mito dramático Mourning becomes Electra (A Electra le sienta el luto).
universal. La leyenda de Edipo comienza cuando su
padre, Layo, rey de Tebas, ordena su muerte porque Edipo Rey (fragmentos)
una profecía le ha advertido de que morirá a manos del
hijo que acaba de nacer. Pero el niño se salva, y es Discurso de Edipo al pueblo de Tebas
adoptado por los reyes de Corinto. En su juventud, Edipo
consulta a otro oráculo, que le vaticina que ha de matar EDIPO:
a su padre y desposar a su madre. Huye de Corinto para Hijos míos, vástagos nuevos del antiguo Cadmo, ¿Qué
eludir esa fatalidad, pero mata a Layo en una disputa significa esa postración humilde y qué ese coro y los
camino de Tebas. Allí es elegido rey y desposa a su ramos suplicantes, mientras que la ciudad está llena de
madre viuda, Yocasta. El drama de Sófocles, que se temiamas y con ellos de himnos y lamentos?
inicia con Edipo en el trono y con Tebas diezmada por la No me ha parecido bien, hijos míos, averiguarlo por
peste, reconstruye la historia del infortunado rey, quien mensajeros y yo mismo he querido venir a
acaba creyendo que el mal que azota ala ciudad es preguntároslo, yo, al que todos llaman Edipo el
consecuencia de sus culpas, como hijo incestuoso y renombrado.
parricida. La revelación progresiva de esta verdad, que
sienta un modelo para posteriores historias de suspense; Dímelo, tú anciano, pues tú eres el llamado a hablar en
lleva a Yocasta al suicidio, tras lo cual Edipo se arranca nombre de todos, ¿qué es lo que os tiene postrado ahí?,
los ojos y se convierte en un mendigo. . ¿el temor?, ¿algún deseo? Con todo mi corazón seré yo
en vuestra ayuda, ¡qué insensible había de ser para
Antígona no conmoverme con tan triste espectáculo!

Sófocles (Circa 441 a.C.) SACERDOTE:


Teatro trágico ¡Oh rey de nuestra tierra, Edipo!, ya ves la edad de los
que aquí nos hemos acogido a tus aras; los unos aún no
Considerada la obra más representativa de Sófocles, pueden levantar el vuelo; los otros, sacerdotes
Antígona escenifica el drama de una hija mítica de abrumados por los años; y yo lo soy de Zeus; estos, la
Edipo. La protagonista, encarnación del ideal de la flor de nuestra juventud; el resto de tus súbditos en el
heroína sacrificada, desafía la pena capital al dar ágora está en torno a los altares o ante los dos templos
sepultura a su hermano Polinices, muerto en rebeldía de Palas o junto a las cenizas adivinatorias de Ismeno.
ante los muros de Tebas.
Pues la ciudad, como tú estas viendo, padece horrible
Condenada a muerte por esta causa, se suicida en su tormento y no puede sacar la cabeza del fondo del
celda, antes de enterarse de que su tío, el rey Creón, sangriento oleaje. Corrómpensele en sus mismos tallos
le ha conmutado la sentencia. El conflicto dramático los frutos de la tierra, muérensele los rebaños que pacen
entre la obediencia a la ley y la lealtad al amor fraternal, en sus praderas y los niños entre los infructuosos dolores
concluye con la desolación de Creón, culpable ante los de sus madres. Y, sobre todo esto, un dios armado de
dioses de haber infringido los deberes establecidos para fuego ha embestido a la ciudad y la acosa una peste
con los muertos. asoladora y va dejando vacía a la ciudad de Cadmo y se
llena de nuestros lamentos y gemidos el negro infierno.
Ni yo ni estos hijos, al venir aquí y rodear tu hogar, SACERDOTE:
pretendemos igualarte con los dioses; pero entre todos Gratísimas, ciertamente, al juzgar por la apariencia: no
los hombres en ti vemos al más conocedor de los vendría, si no, con la frente coronada de laurel florido.
vaivenes de la fortuna y de los planes de los dioses;
pues tú, al venir a esta ciudad de Cadmo, nos libraste EDIPO:
del horrendo tributo que pagábamos a la implacable Pronto lo vamos a ver: ya está al alcance de mi voz.
esfinge y esto, sin valerte de la menor información ¿Qué nuevas nos traes de parte del dios, Creonte,
nuestra ni ser instruido por nosotros: no con la allegado mío e hijo de Meneceo?
asistencia de un dios (así se dijo y se creyó) sacaste a
flote nuestra vida. Eurípides
circa 480 a.C., Salamina - 406 a.C.,
Pues ahora también, ¡oh caro, Edipo!, a quien todos Macedonia
aclaman el poderoso, a ti acudimos todos suplicantes,
búscanos algún remedio, bien te lo inspiren las voces de Con la obra de Eurípides el teatro griego experimenta
los dioses, bien te lo dicte algún mortal, pues yo sé una profunda transformación, tanto en el contenido
que a los experimentados es a quienes el éxito confirma dramático como en su expresión escénica. Aunque sin
los consejos. Ea, pues, tú, ¡el más piadoso de los alcanzar la perfección formal de Esquilo o Sófocles,
hombres!, restaura a la patria; ea, mira por ti, pues logra una excepcional pintura de los caracteres y los
recordando tus antiguos favores, a ti aclama esta problemas humanos, que lo sitúan como auténtico
ciudad por salvador. Jamás se diga de tu reinado que al iniciador de la dramaturgia que indaga en las pasiones y
principio nos pusiste a salvo y luego volvimos a los sentimientos.
hundirnos. Restablece a tu patria sobre firmes bases.
En su juventud Eurípides fue entrenado para
Con felices auspicios nos salvaste anteriormente, desempeñarse como luchador profesional y llegó a
muéstrate ahora el de antes. Porque, si rey has de ser triunfar en algunos torneos, aunque luego en sus obras
de este país, como lo eres, mejor es ser rey de hombre no dejó muy bien parados a los atletas. Es probable que
que de desiertos. Nada es la torre, nada la nave sin se dedicara un tiempo a las artes plásticas, lo que en
nombres adentro que la habiten. cierta forma se refleja en su sentido casi pictórico de la
escena. Más tarde estudió ética y física con Anaxágoras,
EDIPO: y tomó lecciones de retórica con Pródigo. Con todo este
sabidos, hijos míos desdichados, demasiado sabidos bagaje se dedicó a la literatura teatral, presentando tres
tengo todos los quebrantos que habéis venido a obras en el concurso anual de Atenas de
exponerme. Bien sé yo que, aunque todos estáis 455 a.c., en el que obtuvo el tercer premio. La muerte
sufriendo, con todas vuestras penas, no hay uno solo de Esquilo ese mismo año deja un vacío que Eurípides no
entre vosotros que sufra tanto como yo sufro: al corazón tarda en ocupar, situándose como principal adversario
de cada uno de vosotros sólo su propio dolor invade y del ya consagrado Sófocles. En su larga carrera llegó a
en él anida y en nadie más; en cambio mi alma todos superar en popularidad a su ilustre rival, y se sabe que
los males de la ciudad y los míos propios y los vuestros, en casi medio siglo de labor puso en escena alrededor
todos los está sufriendo a un tiempo. de noventa obras. Ya anciano y célebre se trasladó a la
corte de Arquelao, rey de Macedonia, donde falleció a los
Así que no venís a despertar a un dormido; tened por 74 años.
cierto que llevo derramadas muchas lágrimas y he
tanteado muchos caminos en mi desconcierto y Profundidad humana
cavilaciones.
Entre las diecisiete tragedias de Eurípides que se han
Un solo remedio he hallado, meditándolo mucho, y no lo conservado, se cuentan verdaderas obras cumbre del
he aplicado: al hijo de Meneceo, mi cuñado Creonte, lo teatro universal, como Medea, Hipólito, Ifigenia en Aulis
he enviado al templo pítico de Febo para preguntar qué o Las Suplicantes. Influido sin duda por las doctrinas
podría yo hacer o qué aconsejar para salvar la ciudad. Y filosóficas de su época, el autor reduce el papel de la
por cierto, que, al computar los días transcurridos, me fatalidad en la suerte de sus personajes, y el capricho
da cuidado qué le pasará; mucho tiempo lleva ya, de los dioses deja lugar a los sentimientos que agitan a
mucho más de lo que es razón, ausente de nosotros. En los mortales. Su teatro introdujo también modificaciones
fin, así que llegue yo cumpliré puntualmente cuanto el escénicas que facilitaron esta visión más terrenal del
dios ordenare o tenedme por un malvado. conflicto dramático, como la reducción del coro a un
papel de simple pero expresivo intermediario entre la
SACERDOTE: acción y la profundidad humana de los caracteres, que
¡Coincidencia singular! Estás tú diciéndole y están estos era la finalidad esencial de su obra.
(los suplicantes) señalando a Creonte, que llega ya a
nosotros. Otras tragedias de Eurípides que han llegado a nuestros
días son Alcestes, Las Troyana, Helena, Orestes( con el
EDIPO: mismo argumento que Las Euménides de Esquilo), Las
¡Oh rey Apolo! En tan buena hora cuanto son buenas Bacantes, Andrómaca, Hécuba, Electra (con idéntico
las noticias que brillan en su rostro. título, tema y protagonista que la Electra de Sófocles, a
su vez deudora de Las Coéforas de Esquilo), Los
Heráclidas, Hércules furioso, Ifigenia en Táuride, Ión y
Las Fenicias.
- Las troyanas criado en el seno de su hogar.

. Eurípides (415
a.C.)
Teatro trágico

La fuerza dramática y el interés temático de Las


troyanas la han llevado a ser una de las tragedias
griegas que más se representan en la actualidad.
Describe el destino de las viudas, huérfanas y madres
de los vencidos soldados troyanos, que tras el incendio
de la ciudad serán llevadas en las naves enemigas a
Grecia, donde habrán de convertirse en esclavas y
concubinas de quienes han dado muerte a sus hombres.
Entre sus personajes se encuentran Hécuba, esposa de
Menelao y reina de los troyanos, su hija Casandra, que
deberá convertirse en cautiva del rey enemigo
Agamenón, y su nuera Andrómaca, cuyo pequeño hijo
Astyanax es despeñado por la muralla de la ciudad
tomada, en uno de los momentos más conmovedores de
la obra.

Medea

Eurípides (431
a.C.)
Teatro trágico

Estrenada en la olimpíada del año 431 a.c., Medea es


considerada la tragedia más conmovedora de Eurípides.
Su protagonista, la hechicera Medea, hija del guardián
del vellocino de oro, se enamora de Jasón, el mítico
capitán de los argonautas, y por este amor traidona a su
padre y mata a su propio hermano. Traicionada a su
vez por Jasón, emprende una venganza sangrienta que
acaba con la vida de sus propios hijos. Condenada por
este motivo a la desgrada, pero también rejuvenedad
gradas a una poción mágica, Medea emerge del drama
como un símbolo de la catarsis trágica y es hoy un ícono
emblemático del feminismo occidental.

Lectura dirigida

Edipo descubre el enigma

Se ve acercarse entre dos servidores de Edipo, al viejo


pastor de Layo.

EDIPO (Al
mensajero):
Es a ti primer extranjero de Corinto, a quien interrogo.
¿Es éste el hombre a quien te referías?

MENSAJERO:
Es él; lo tienes ante tus
ojos.

EDIPO (Al pastor):


Tú, anciano, mírame y responde a todas mis preguntas
¿Pertenecías en otro tiempo a
Layo?

PASTOR:
Era su esclavo; no por compra sino por ha- berme
EDIPO: EDIPO:
¿A qué te dedicabas? ¿Cuál era tu Pues si tú, de buen agrado, no quieres hablar, hablarás a
ocupación? la fuerza.

PASTOR: PASTOR:
Casi toda mi vida la he pasado en pos de los En nombre de los dioses, no me maltrates, que soy
rebaños. anciano.

EDIPO: EDIPO:
¿Qué comarcas Que se les aten al instante las manos detrás de la
frecuentabas? espalda.

PASTOR:
¿Qué hacía? ¿De quién
hablas?

EDIPO:
Del hombre que está junto a ti. ¿Has estado alguna vez
en relaciones con él?

PASTOR:
No puedo responder en seguida; ya no me
acuerdo.

MENSAJERO:
En esto, señor, no hay nada de particular. Pero le haré
recordar claramente lo olvidado. Estoy seguro de que
me
ha visto cuando sobre el Citerón, él con dos rebaños, y
yo
con uno solo, pasábamos como vecinos, desde la
primavera hasta que aparecía la estrella Arturo, tres
trimestres enteros. Cuando llegaba el invierno, yo volvía
a mis establos y él a los apriscos de Layo. ¿He dicho sí o
no la verdad sobre lo que hacemos?

PASTOR:
Dices la verdad, pero de eso hace tanto
tiempo.

MENSAJERO (mostrando a
Edipo):
Pues aquí tienes al que era en aquel tiempo
pequeñito.

PASTOR:
Qué los dioses te confundan ¿No vas a
callarte?

EDIPO:
No te enfades con él, anciano. Son tus palabras, más
bien que las suyas, las que merecían ser castigadas.

PASTOR:
¿En que he faltado, yo, señor, el mejor de los
amos?

EDIPO:
En no contestar a lo que él te pregunta acerca de ese
niño.

PASTOR:
Porque él habla sin saber y se toma un trabajo en
vano.
PASTOR: PASTOR:
¡Que desgraciado soy! Y ¿Por qué razón? ¿Qué quiere, Para que lo hiciera
pues, saber? desaparecer.

EDIPO: EDIPO:
El niño ese de quien se habla ¿Se lo entregaste tú? ¿Una madre?
Desgraciada.
PASTOR:
Sí, y ¡ojalá yo hubiera muerto aquel día! PASTOR:
Por medio de horribles
EDIPO: oráculos.
La muerte te llegará si no dices la verdad exacta.
EDIPO:
PASTOR: ¿Qué decían esos
Si la digo estoy perdido con mucha más seguridad. oráculos?

EDIPO: PASTOR:
Este hombre, a lo que veo, anda buscando rodeos. Que aquel niño debía matar a sus
padres.
PASTOR:
No los busco; ya que le he dicho que se lo había EDIPO:
entregado. Pero tú ¿Por qué se lo entregaste a ese
anciano?
EDIPO:
¿De quién lo recibiste? ¿Era hijo tuyo, o bien de otro? PASTOR:
Por piedad, señor. Pensaba que se lo llevaría a otra
PASTOR: comarca, a la isla donde él vivía. Mas él, para las más
No era mío, era de otro de quien había recibido. grandes desgracias, lo guardó junto a sí. Porque si tú
eres el que él dice, has de saber que era el más
EDIPO: infortunado de los hombres.
¿De quién entre estos conciudadanos, y de qué hogar?
EDIPO:
PASTOR: ¡Ay!, ¡Ay! Todo se ha aclarado ahora ¡Oh luz, pudiera yo
¡No, por los dioses, no señor, no lleves más allá tus verte por última vez en este instante!. Nací de quien no
investigaciones! debería haber nacido; he vivido con quienes no debería
estar viviendo; maté a quien no debería haber matado.
EDIPO:
Estás perdido si tengo que repetirte la pregunta.
Datos complementarios de Eurípides
PASTOR: Circa 480 a.C., Salamina - 406 a.C.,
Pues bien, era un niño nacido en el palacio de Layo. Macedonia

EDIPO: Con la obra de Eurípides el teatro griego experimenta


¿Era un esclavo o un hijo de raza? una profunda transformación, tanto en el contenido
dramático como en su expresión escénica. Aunque sin
PASTOR: alcanzar la perfección formal de Esquilo o Sófocles,
¡Ay!, ¡heme aquí ante una cosa horrible de decir! logra una excepcional pintura de los caracteres y los
problemas humanos, que lo sitúan como auténtico
EDIPO: iniciador de la dramaturgia que indaga en las pasiones y
Y para mí también horrible de oír. Pero, la que está en los sentimientos.
casa, tu mujer, te diría mejor que nadie cómo fue todo
eso. En su juventud Eurípides fue entrenado para
desempeñase como luchador prefesional y llegó a
EDIPO: triunfar en algunos torneos, aunque luego en sus obras
¿Te lo dio ella? no dejó muy bien parados a los atletas. Es probable que
se dedicara un tiempo a las artes plásticas, lo que en
PASTOR: cierta forma se refleja en su sentido casi pictórico de la
Sí, rey escena. Más tarde estudió ética y física con Anaxágoras,
y tomó lecciones de retórica con Pródigo. Con todo ese
EDIPO: bagaje se dedicó a la literatura teatral, presentando tres
¿Para qué? obras en el concurso anual de Atenas de
455 a.C., en el que obtuvo el tercer premio. La muerte
de Esquilo ese mismo año deja un vacío que Eurípides no
tarda en ocupar, situándose como principal adversario
del ya consagrado Sófocles. En su larga carrera llegó a
superar en popularidad a su ilustre rival, y se sabe que
en casi medio siglo de labor puso en escena alrededor
de noventa obras. Ya anciano y célebre se trasladó a
la corte de Arquelao, rey de Macedonia, donde falleció
a los 74 años.
Profundidad educativas de la época, de la que sólo se conservan
humana fragmentos. Buena parte de su vida adulta y de su
producción literaria estuvo marcada por la guerra del
Entre las diecisiete tragedias de Eurípides que se han Peloponeso, que reflejaba el
conservado, se cuentan verdaderas obras cumbre del
teatro universal, como Medea, Hipólito, Ifigenia en Aulis
o Las Suplicantes. Influido, sin duda, por las doctrinas
filosóficas de su época, el autor reduce el papel de la
fatalidad a los mortales. Su teatro introdujo también
modificaciones escénicas que facilitaron esta visión
más terrenal del conflicto dramático, como la reducción
del coro a un papel de simple pero expresivo
intermediario entre la acción y la profundidad humana de
los caracteres, que era la finalidad esencial de su obra.

Otras tragedias de Eurípides que han llegado a nuestros


días son Alcestes, Las Troyanas, Helena, Orestes (con el
mismo argumento que Las Euménides de Esquilo), Las
Bacantes, Andromáca, Hécuba, Electra (con idéntico
título, tema y protagonista que la Electra de Sófocles, a
su vez deudora de Las Coéforas de Esquilo), Los
Heráclidas, Hércules furioso, Ifigenia en Táuride, Ión y La
Fenicias.

La comedia griega

Aristófanes
445 a.c., Rodas? . 386 a;c.,
Atenas

Representant
e m ás d es
ta - c ad o
de l a
"comedia an-
tigua" griega,
Aristófanes ha
sido tan admi-
rado por sus
divertida
s tramas y
su i n v e n t i
v a cómica,
como
criticado por
sus rudos ata-
ques perso-
n al es y s
u grueso
humor, que
alcanza a
menudo lo grotesco. No obstante, sus obras han tenido
una innegable influencia en todo el teatro posterior y
algunas de ellas, como Lisístrata, se siguen
representando cada tanto, por la vigenda de su
contenido y su efectividad escénica. Las fuentes más
atendibles informan que Aristófanes nació en la isla de
Rodas, aunque otras lo dan como nacido en Egipto. Lo
cierto es que ya en su primera juventud era un
ciudadano ateniense, perteneciente al clan o deme de los
Pandionis, aunque más tarde sus adversarios lo
acusaban de no ser oriundo de la ciudad. Su carrera
como autor teatral se inició en el 427 a.C. con la
comedia Daitaleis, probablemente una sátira a las teorías
conflicto entre las ambiciones renovadoras atenienses y prosa narrativa en Occidente y un ejemplo temprano
las tradiciones establecidas que representaba la austera de relativismo cultural. Exiliado de su patria por conspirar
Esparta. contra
La posidón de Arlstófanes podría definirse hoy como
conservadora, ya que en sus obras defiende a ultranza
las viejas costumbres y utiliza toda su temible agudeza
para fustigar cualquier tipo de innovación.

Burlas y
pacifismo

Aristófanes llegó a escribir unas cuarenta obras, de las


que se conservan once, en las que utiliza toda su
habilidad e ingenio para burlarse de quienes
protagonizan las ideas innovadoras en el ámbito
social, político, literario o filosófico. Los Caballeros, por
ejemplo, es un furioso ataque al dirigente progresista
Cleón; mientras que en Las Nubes se burla en forma
hiriente de Sócrates y de sus seguidores. Eurípides,
renovador de la tragedia, es ridiculizado en Las
Tesmoforias y en Las Ranas, mientras que la asamblea
de las mujeres es una sátira feroz sobre la
participación femenina en los asuntos públicos. El
aspecto más positivo de la obra de Aristófanes se
expresa en su acendrado pacifismo, que se manifiesta
en Las Arcanianas, La Paz y Usístrata; y en una suerte
de idealismo crítico, que aparece en la ciudad ideal de
Las aves o en la redistribución de las riquezas a los
pobres y los justos, tema de Pluto, su última obra.

- Lisístrata
Aristófanes (411 a.C.) Teatro
cómico

Considerada la comedia de lucha de sexos más antigua


de la humanidad, su acción transcurre durante la crisis
que se vivía en Atenas en el vigésimo año de la
guerra del Peloponeso, después de la pérdida de la
flota y casi todo su ejército. Lisístrata, la protagonista
que da título ala obra, exhorta a las mujeres atenienses
a practicar la abstinencia sexual hasta tanto la guerra no
se haya detenido, evitando así concebir hijos que sean
utilizados como material bélico. La creciente ansiedad
que esta resolución provoca en hombres y mujeres,
genera un clima de gran tensión emocional, que tiene
como fondo el contrapunto entre los dos coros que
participan en la representación, uno de ancianas y otro
de ancianos. Además de satirizar la guerra a través de la
acumulación de situaciones absurdas y de elevar un
clamor por la paz, la obra analiza la forma en que los
hombres y las mujeres se perciben unos a otros. Su
estilo picante y ágil anticipa muchos de los elementos
de la comedia moderna.

Historia
Anexos
Heródoto
Circa 484 a.c., Helicarnassus (hoy Bodrum, Turquía), -
circa
425 a.c.,
Italia

Historiador, geógrafo e incansable viajero griego, es


considerado el padre de la historia, el primer autor de
el dominio Persa, visitó Asia Menor, Babilonia, Egipto y Tampoco es mucho lo que se sabe de la vida del
Grecia. En varias ocasiones fue huésped de Atenas, filósofo, aunque sí de su manera de ser y de
donde cultivó una estrecha amistad con Sófocles y enseñar, que le
obtuvo la admiración de los ciudadanos más influyentes,
entre ellos el propio Pericles. En el año 443 a.c. se
instaló en Thirii, en el sur de Italia. Dedicaría el resto
de su vida a la composición de su gran obra, la Historia,
en la que describe las costumbres, leyendas y
tradiciones de los pueblos del mundo antiguo, así como
las guerras del siglo V a.c. entre Grecia y Persia. La
información que utilizó se derivaba en parte de la obra
de sus predecesores, y en parte del conocimiento
directo que había extraído en sus viajes. La veracidad de
sus relatos ha sido cuestionada durante mucho tiempo, y
sólo en el siglo XVI su importancia histórica fue
reconocida plenamente, y su obra influyó
indirectamente en las crónicas del descubrimiento de
América. Su método ha influenciado la labor de
historiadores y antropólogos hasta nuestros días, y el
estilo fluído y ameno de su prosa ha sido admirado a
través de los siglos.

Oratoria

Demóstenes
Circa 384-322, Atenas

Tartamudo de nacimiento, Demóstenes ha pasado a la


historia como el máximo orador de la Grecia clásica. Se
cuenta que para superar su impedimento hablaba con la
boca llena de guijarros, recitaba corriendo por la playa,
y ensayaba discursos frente al mar embravecido.
Convertido en un orador influyente y un estadista
popular, encabezó durante veintinueve años la
resistencia ateniense contra el imperio macedonio.
Inmortalizado por sus Filípicas, pronunciadas hacia
el 350 a.c. contra el ambicioso emperador Filipo. Al
ver fracasar su causa política bajo el gobierno de
Alejandro Magno, se suicidó bebiendo la tinta con que
escribía.

Filosofía

Sócrates
469 - 399 a.c.,
Atenas

El primer gran maestro de la filosofía griega nunca


elaboró una obra escrita, por lo que desde el punto de
vista de la historia literaria no es en verdad un autor,
sino el inspirador ya veces personaje de la obra de sus
discípulos Platón y Jenofonte. Esto responde al propio
método socrático, la mayéutica, que a través de
preguntas inocentes y ejemplos sencillos procuraba
llevar al interlocutor a pensar por sí mismo, según
ejemplifican los Diálogos de Platón, en los que el propio
Sócrates es presentado a menudo como el interrogador
ingenuo. Por esta razón no es siempre fácil separar el
pensamiento socrático de las ideas propias de su
divulgador y alumno, que a su vez representa una de las
cumbres de la filosofía clásica.
granjearon la admiración de la juventud y la inquina de del pensamiento de Sócrates, junto al cual estudió hasta
las autoridades atenienses. Según relatan sus cumplir los 30 años. A partir de la muerte de su gran
discípulos, acostumbraba a detenerse a hablar con la maestro,
gente que hallaba a su paso, insistiendo en hacerles
reflexionar sobre sí mismos y su condición de seres
pensantes. Para esto utilizaba su sistema crítico de
refutación e interrogación constante, siempre desde una
humildad que estaba en la base de su teoría filosófica.
Porque la gran innovación conceptual de Sócrates fue
oponerse frontalmente a la supuesta erudición y
sabiduría de los sofistas y, a partir de su célebre lema
"sólo sé que no sé nada", recuperar una mirada
modesta hacia el conocimiento, liberada de
preconceptos. Su leyenda describe una visita al oráculo
de Delfos, donde con argumentos simples, no
desprovistos de ironía, el filósofo cuestiona y
desarma los prejuicios fatalistas.

Dignidad y
trascendencia

A causa de esta actitud, Sócrates no era un personaje


querido por la clase dirigente ni por algunos autores de
su tiempo. Hubo comedias y libelos que se burlaban de él
y de sus teorías, y finalmente fue acusado de impiedad
y de corromper a la juventud con ideas disolventes.
Platón narra en sus primeros Diálogos la torpe
conspiración contra su maestro y la dignidad que éste
evidenció en todo momento. Condenado al exilio, se
negó a dejar Atenas y también rechazó una fuga de la
cárcel organizada por sus seguidores. Tras despedirse
con serenidad de los discípulos que lo acompañaban, se
dio muerte ingiriendo el veneno llamado cicuta.

El pensamiento de Sócrates abrió un nuevo camino en


la reflexión filosófica, al dirigir su atención hacia el
espíritu humano y su capacidad de elección ética y
moral; y al sostener que la virtud y la rectitud están
ligadas al conocimiento. Su defensa de un modelo de
sociedad gobernada por hombres sabios y no por los
dirigentes más populares, que le acarreó la acusación de
antidemocrático, se refiere a los hombres que "saben lo
que es lo bueno" y debe entenderse en el contexto de
su época y de su pensamiento, según lo explica Platón
en La República.

Platón
Circa 427 - 347 a.c.,
Atenas

Este filósofo de familia aristocrática, cuyo nombre


original, Aristocles, fue reemplazado por el apodo de
Platón (el de espaldas anchas), marca un punto de
inflexión en la filosofía griega al divulgar el pensamiento
de su gran maestro, Sócrates, y auspiciar la notable
obra de su mejor discípulo, Aristóteles. Dueño de una
amplia cultura, Platón fue el primero en establecer una
sistemática de la filosofía de su tiempo, y en sus
trabajos cita con precisión y frecuencia a los clásicos,
demostrando una vasta erudición, que sin duda responde
a su origen y a sus estudios iniciales con Cratilo, a su
vez discípulo de Heráclito.

A Platón debemos, esencialmente, el registro y difusión


huye a Megara junto a otros socráticos e inicia una vida a Assos, en el Asia Menor, como consejero en la corte
errante por Italia, Egipto y la Cirenaica, hasta regresar a del rey Hermias. Su fama llega a conocimiento de Filipo
Atenas hacia 386 a.c. Allí funda su célebre Academia, en 11 de Macedonia, quien le ofrece ser preceptor .de su
la que se dedicará a escribir y enseñar a lo largo de hijo y heredero Alejandro, labor que desempeñó
cuarenta años. durante nueve años. Al regresar a Atenas funda su
célebre escuela, el Liceo. Aristóteles acostumbraba a
El impartir sus enseñanzas andando, rodeado por sus
platonismo discípulos, por lo que su método recibió también el
nombre de peripatético (del griego peripatos, paseo).
Las ideas filosóficas de Platón se expresan en sus Alejandro Magno siempre protegió a su antiguo maestro,
famosos D iá lo go s, e n fo rm a de p re gu nt as al que enviaba desde sus campañas plantas y animales
y r es pu es ta s intercambiadas con un Sócrates exóticos para que las estudiara. Tras la inesperada
aparentemente ingenuo. Su aporte fundamental es la muerte del joven emperador en el 323, el filósofo es
teoría de las ideas, según la cual el mundo real es sólo acusado de impiedad y debe exiliarse en Calcis, en la
el reflejo de otro mundo ideal, único plano auténtico, isla de Eubea, donde morirá un año después.
perfecto e inagotable. Este principio, que está en la base
de todos los idealismos posteriores, constituye una La "filosofía
realidad en si misma, que no es física ni psíquica sino primera"
mental. Es decir, ajena al mundo de los sentidos y de las
circunstancias, y tanto intemporal como invariable. Con este nombre designó Aristóteles a su doctrina, para
resaltar que estudiaba el ser como tal, o sea el ser
La dialéctica subyacente a todas las cosas, más allá del saber de las
ciencias particulares. Se lo considera por ello el fundador
El método filosófico utilizado por Platón es la dialektikós de la metafisica, y también de la lógica, en tanto estudio
o dialéctica, que consistía en la oposición y de las formas, leyes y modos del pensamiento racional y
encadenamiento de ideas, expresadas generalmente del conocimiento científico. La inquietud del filósofo y su
en forma de argumentaciones opuestas y paralelas. amplia cultura lo llevaron a interesarse asimismo por los
Por su parte Aristóteles la aplicará a la esfera del más diversos asuntos y materias, como la física, la
razonamiento sobre lo probable, en oposición a lo astronomía, la biología, la ética, la política, la estética y
demostrable. Más tarde este término llegó a denominar la economía, a las que aplicó su método para elaborar
a la especulación filosófica en general, y Kant define con tratados que son auténticas obras maestras.
él los intentos de la razón por trascender la esfera de la
realidad tangible. Aunque coincide con Platón en la hegemonía de la virtud
como bien supremo en la vida individual y social,
Los Aristóteles resalta que la forma más satisfactoria de la
Diálogos existencia humana es el ejercicio más amplio posible de
las facultades intelectuales. Para él el Universo responde
Entre los principales Diálogos de Platón se cuentan a un orden jerárquico en el que cada cada ser o cosa
Protágoras, Menón, Gorgias, Eutidemo, Fedro, El tiene su función, y la forma de vida más excelsa es el ser
banquete, Apología, Critón, Timeo, Parménides, El racional, por lo que todo lo demás debe someterse a él.
sofista, El político, Las leyes y La república. Matiza también el idealismo platónico, al afirmar que la
vida se enriquece con el disfrute de los bienes materiales
Aristóteles y de la amistad y los afectos íntimos. A diferencia del
384a.c., Estagira -322 a.c., Calcis, vuelo literario de Platón, el estilo del Estagirita es seco y
Eubea austero, con periodos breves y concisos.

Considerado "El Filósofo" por antonomasia, Aristóteles Aparte de su enorme influencia en la Antigüedad, las
sintetiza y supera el pensamiento de sus antecesores, ideas de Aristóteles encontraron en el Medioevo
elaborando un método de observación y reflexión que fervorosos seguidores, tanto en el mundo árabe como
será la base de toda la filosofia, la lógica y la ciencia que en la Europa cristiana, cuya labor facilitó su difusión
habrá de desarrollarse posteriormente. Aristóteles posterior. Las principales obras del filósofo son el
nació en Estagira, al sur de Macedonia, por lo que es Órganon, que trata sobre lógica; La Metafísica, el
frecuente referirse a él como "el Estagirita". En su Tratado del alma, la Historia natural, la Ética a
juventud se traslada a Atenas, donde es discípulo de Nicómaco, La Política, La Retórica, y La Poética, de la
Platón en la Academia, hasta la muerte del maestro en que se conservan sólo los primeros capítulos.
347. Se traslada entonces
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COSI5SLILI1B-04

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