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¿Qué es un proyecto?
"Como punto inicial, conviene destacar que lo esencial de un proyecto es que implica costos y
beneficios para quien lo realiza. Es por ello que, muy probablemente, la gran mayoría de las
decisiones humanas (si no es que todas) se pueden catalogar como proyectos. Sin embargo, de las
miles o millones de decisiones que diariamente se adoptan y se llevan a cabo, existen muchas que son
relativamente sencillas, en tanto que otras requieren de un análisis cuidadoso de su probable resultado
y, por lo tanto, conviene tomar un cierto tiempo para asegurar, en lo posible, que dadas las
circunstancias imperantes, los resultados que se obtengan sean los más convenientes.
Los proyectos surgen debido a que hay necesidades insatisfechas (problemas), o bien, oportunidades
que se pueden aprovechar. Es decir, los proyectos son respuestas a algo y por tanto, no deberían
surgir como ideas aisladas, sin ningún contacto con la realidad. Antes de proponer una idea de
proyecto debe tenerse muy claro cuál es el problema a resolver, o la oportunidad a aprovechar.
Además, conviene plantear alternativas de solución (ya que casi siempre, para un mismo problema,
existen diferentes soluciones), seleccionar las que parecen mejores y someterlas a un análisis
cuidadoso de costos y beneficios a fin de optar finalmente por una de ellas, la que mayores
probabilidades tenga de ser la más rentable.
Por lo general se tiende a pensar que los proyectos son obras físicas, carreteras, puentes, edificios o
fábricas. Sin embargo, también se puede decir que son proyectos un programa de salud o de
educación, o una iniciativa para establecer una norma ambiental o comercial, o para modificar o crear
una ley, debido a que su realización también implica costos o beneficios para la sociedad. Por lo
tanto, también conviene realizar en principio el análisis cuantitativo de su posible resultado a fin de
asegurar, en lo posible, una decisión correcta.
Por la sencilla razón de que los recursos son escasos, debemos preguntarnos cuál es el orden de
prioridad que se debe asignar al uso de recursos públicos en un contexto donde existe un número
interminable y creciente de necesidades. El razonamiento anterior también nos ayuda a definir
acciones, o a tomar decisiones, de carácter personal, familiar o empresarial, que finalmente caen en la
misma categoría: son proyectos debido a que son fuente de costos y beneficios, en este caso para las
personas, familias o empresas. Es por ello que resulta casi natural que los proyectos de inversión
privada, donde los costos y beneficios recaen finalmente en las personas, deban evaluarse bajo el
enfoque de calcular, en términos monetarios, a cuánto ascienden los costos y los beneficios
esperados. Simplemente, porque si los costos son superiores a los beneficios esperados, difícilmente
una persona o empresa iniciará un negocio, ya que esto redundaría en un deterioro de su patrimonio."
"Probablemente la razón principal por la que las técnicas de evaluación empiezan a recobrar auge
mundial en años recientes es que los líderes de los diferentes países (o de los diferentes niveles de
gobierno de un país) se enfrentan diariamente a la decisión de cómo asignar los escasos recursos
disponibles, en un ambiente en el que las necesidades de la población son no sólo innumerables sino
crecientes o, peor aún, como ocurre en muchos de nuestros países, que dichas necesidades han
rebasado con mucho la capacidad del Estado para satisfacerlas.
¿A qué estados, municipios, colonias o a barrios debemos darle prioridad? ¿Quién y como proveerán
los servicios básicos de agua, alcantarillado o tratamiento de aguas residuales, recolección y
disposición de basura en los siguientes tres años? ¿En qué momento debemos empezar a limpiar
nuestros ríos y lagos sabiendo que al mismo tiempo se requieren obras de educación, salud, vivienda,
energía y muchas otras más? ¿Con qué recursos habremos de enfrentar los retos de los próximos años
y a que proyectos los vamos a dirigir? ¿En cuáles proyectos debe y tiene que participar el sector
público? ¿Cuáles puede y debe dejar a la iniciativa privada?
Todas son preguntas sumamente importantes para las cuales en realidad no tenemos una respuesta
satisfactoria. Desde luego, la primera opción es seguir decidiendo nuestras inversiones como lo
hemos hecho hasta ahora. Quizá distribuir los recursos con acuerdo a las agendas de los líderes
políticos, o asignarlos a los grupos o poblaciones con mayor capacidad de reclamo o lo que manden
las encuestas de opinión. Por desgracia todo esto no garantiza que tal asignación de recursos vaya a
ser realmente la mejor para la sociedad. De hecho, es muy probable que en vez de reducir las
desigualdades sociales puedan incluso acentuarse si no usamos mecanismos más eficientes para
asignar nuestros recursos.
En este ambiente, el uso y aplicación de las técnicas de evaluación de proyectos puede aportar
elementos sustanciales para que la sociedad tenga un mecanismo de información que le permita
canalizar sus escasos recursos hacia sus mejores proyectos. Esto necesariamente conduce, a lo largo
del tiempo, a que si las decisiones se adoptan sobre esa base, se estará maximizando el potencial de
los recursos sociales, de modo que el crecimiento de nuestra economía tenga un sustento sólido y
estable.
Si, por el contrario, no sólo no optimizamos el uso de los recursos disponibles, sino que además
requerimos más dinero para proyectos de dudosa rentabilidad social (o que pudieron ser evitados o
retrasados con un análisis riguroso), simplemente no habrá límite para la cantidad de ahorro o de
crédito que necesitamos para construir las obras que el país requiere en los próximos años. Lo que
hay que subrayar es que la prioridad radica en mejorar la calidad de nuestras inversiones y no sólo en
aumentar su monto.
Tipos de proyectos
PROYECTO PRIVADO:
Cuyo principal objetivo es la búsqueda de una rentabilidad monetaria sobre la inversión buscando
satisfacer las necesidades de las personas (mercado) o creando necesidades a través de la publicidad o
mediante el uso de productos o servicios complementarios.
Un proyecto de inversión se puede describir como un plan que si se le asigna determinado monto de
capital y se le proporcionan insumos de variado tipo, podrá producir un bien o un servicio, útil al ser
humano o a la sociedad general
PROYECTO SOCIAL:
El objetivo es satisfacer las necesidades básicas de la sociedad o comunidad a la que va dirigido sin
tener como meta prioritaria la rentabilidad económica del proyecto.
"Ahora veamos a qué nos referimos con la palabra "social" en el contexto de la evaluación de
proyectos. Aquí tenemos que aceptar que no se hace un uso correcto de la palabra y, en consecuencia,
el concepto confunde a muchas personas. Algunas piensan que las técnicas de la evaluación social de
proyectos se deben aplicar solamente a los proyectos denominados "sociales" (como los de
educación, nutrición, vivienda, salud, justicia y previsión social). Otras piensan que al usar la palabra
social estamos dando a entender que los estudios también analizan el impacto en la distribución del
ingreso, nacional o regional, que un proyecto traerá como consecuencia. Aun cuando esto sería
sumamente útil, la realidad es que actualmente tenemos muy pocos elementos para hacer esos
cálculos.
Por las razones anteriores, un nombre más adecuado sería evaluación nacional de proyectos, puesto
que la cuestión que se trata de responder con los estudios de evaluación es si acaso una nación estará
mejor o peor al hacer o no un proyecto. En este contexto, la palabra "social" se refiere a la sociedad
de un país, en cuanto a si su riqueza o bienestar estará mejor o peor al canalizar parte de sus recursos
disponibles a una cierta aplicación.
También hay que señalar que cuando hablamos de bienestar nos referimos a un área muy especial,
que incluso es mucho más precisa que la de las cuentas nacionales. Un ejemplo usado por el profesor
Harberger se refiere al caso de un minero que, a cierta edad y enfermo de silicosis, renuncia a su
empleo y se dedica a vender periódicos. Para este señor se trata de un proyecto rentable porque
mejora su bienestar, aunque en las cuentas nacionales del país ocurra una reducción en el ingreso (en
el Producto Interno Bruto del país). Por esta razón, la evaluación social de proyectos es un área
especial de aplicación de la teoría económica del bienestar y toda su literatura se aplica a ella.
La teoría sostenía, hace algunos decenios, que el crecimiento económico de un país se fundamentaba
en el aumento de la inversión total; es decir, ese crecimiento dependía del monto de recursos que se
destinaba a inversión. Ello exigía grandes sacrificios a la comunidad al requerir aumentos
importantes del ahorro, tanto interno como externo. Posteriores modelos económicos, más
completos, explican que este crecimiento es la consecuencia de realizar proyectos rentables, de un
incremento de la fuerza laboral empleada productivamente, y de una serie de factores difíciles de
cuantificar o de identificar; por ejemplo, el desarrollo tecnológico.
La importancia de estos modelos recientes está en que permiten concluir que se pueden aumentar las
tasas de crecimiento económico de un país, mediante la asignación de los escasos recursos de
inversión disponibles hacia los proyectos económica y socialmente más rentables.