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CLAROSCURO
CUADERNOS DE PSICOANÁLISIS

Expuestas
Lacan, ¿reencantar la obra?
CLAROSCURO
CUADERNOS DE PSICOANÁLISIS
No.3 Raíces expuestas
Lacan, ¿reencantar la obra?

école lacanienne de psychanalyse

131.34
R149r Raíces expuestas: Lacan, ¿Reencatar la obra? / Annick
Allaigre… [et al.]. – 1 ed. – San José, C.R. : VivEros
Ediciones, 2013.
186 p. ; 11 X 8.5 cm. (Serie: Claroscuro Cuadernos
de Psicoanálisis ; n.3)

ISBN: 978-9968-668-02-6

1. Psicoanálisis. 2. Lacan, Jacques (1901-1981) –

Crítica e Interpretación. II. Título.

CLAROSCURO
CUADERNOS DE PSICOANÁLISIS

No 3. Raíces expuestas.
Lacan, ¿reencantar la obra?
Directora de Publicación
Annick Allaigre
Directora
Ginnette Barrantes Sáenz
Comité editorial
Sandra Filippini, Nora Garita, León Gomberoff, Marta Iturriza,
María del Rocío Murillo, Karen Poe
Comité de lectura
Daniel Fernández, Laura Solano, Roberto Marín, Jimmy Zúniga
Traductores
Claude Allaigre, Daniel Fernández ,
Francisco Guevara, Jimmy Zúniga, Jacques Sagot
Lectores invitados
Rafael Omar Perez, Ronald Solano, Marcelo Real
Diseño de portada
Susana Sánchez Carballo y Clara Inés Angarita Castro
Imagen de Portada: Incorporaciones. Manuel Zumbado
Edición al cuidado de Arte Editorial - 2013
ISBN: 978-9968-668-02-6

école lacanienne de psychanalyse

Canje y donación
Apdo 841-1002 San José - Costa Rica
claroscuro2010@gmail.com
 TEMARIO

En claroscuro 5
Vida de la obra,
obra de la vida. Treinta años después 15
Danielle Arnoux

Ser justos con Lacan 33

José Assandri

Lacan sin vida 49

León Gomberoff

Ahí donde el amor ya no es novela 70

Laurent Cornaz

Lectura de un gesto 83
Sandra Filippini

Vida<>obra
Testimonio de un efecto-Hamlet 101
Susana Bercovich

Sidonie Csillag ¿Una imagen parlante? 112

Ginnette Barrantes

Reescrituras en las obras de Mallarmé:

cavar la presencia, firmar la ausencia 129
Annick Allaigre

Escritura de sí en la novela
Las palabras para decirlo de Marie Cardinal
¿Escritura del estrago materno? 145
María del Rocío Murillo

Una lectura Vertical 167

Nöelle Audejean

Hojas 172
Szabo Claudine
 Leon Gomberoff

LACAN SIN VIDA

Ustedes saben del problema que tuve con mi Escuela de Paris.

Lo resolví como se debe, tomándolo por la raíz.
Quiero decir, arrancando a mi pseudo-Escuela de raíz.
Lacan

Un autor no está cerca de La práctica del psicoanálisis,

su obra. Su profesión es alejarse
de ella. Una obra viva requiere
de un autor muerto. El alejarse
es lo que permite dejar algo, la
huella de un paso. Cuando La-
can pretende arrancar su escuela
de raíz, intenta no dejar nada.
Sin raíz no hay árbol; eso sería
resolver las cosas como se debe.
Sin embargo, si hoy estudiamos
a Lacan es porque es un autor
y eso muestra el fracaso de la
empresa de desenraizamiento.
Freud y Lacan son autores, han
hecho linaje. La obra de ellos
puede incluirse en una cierta
tradición de pensamiento. El
psicoanálisis puede estudiarse
como una teoría con una gran
cantidad de conceptos que pue-
den ser definidos rigurosamente
y ubicados en diferentes épocas
del trabajo de cada autor.
sin embargo, se caracteriza por
no referirse a ningún concepto.
Si la práctica utilizara un sistema
referencial, ya no sería psicoa-
nálisis. Pero si el psicoanálisis no
interviene como sistema referen-
cial ¿Cómo es posible que cier-
tos autores como Freud y Lacan
influyan sobre la práctica?
Este problema ha sido res-
pondido de manera simple: No
hay diferencia entre la teoría
y la práctica del psicoanálisis.
Una respuesta de ese tipo de-
manda una petición de princi-
pio. ¿Quién podría creer en una
transparencia perfecta entre la
práctica y la teoría? La pregunta
se mantiene, entonces, para mí
indemne.
Me parece que la influencia
de Freud y Lacan sobre la prác-
tica del psicoanálisis proviene
49
 CLAROSCURO
Cuadernos de Psicoanálisis

de que ellos eran psicoanalistas, Todos los años de su vida

no de que sean autores. Ser psi-
coanalista antes de ser autor es
una opción muy clara en Lacan.
Freud por su parte se considera-
ba un autor, buscaba activamen-
te publicar y ser leído. Freud
se percibía a sí mismo como
alguien que estaba dejando un
legado para la posteridad, Freud
escribía una obra para después
de su muerte. Para Lacan las co-
sas son de otra manera.
La mala fama de Freud
Freud se pensaba como un
muerto, o un casi muerto. In-
cluso mientras estaba vivo se re-
fería a sí mismo como un viejo
que iba a morir pronto (a los 45
años, a los 51 años, en febrero
de 1918, etc.). Pero, a pesar de
sus propias predicciones, Freud
tardó varios años en morir. Espe-
ró hasta 1939 y murió a los 83
años. Pero ¿murió realmente?
Freud defendía su legado de ata-
ques permanentes. A su muerte,
una posteridad comienza, pero
los ataques no cesan. Hay algo
en la obra freudiana que es per-
cibido como malo, como dig-
no de reproche. La defensa de
Freud del psicoanálisis parece
necesaria, porque aunque el psi-
coanálisis sigue, se mantiene en
riesgo de muerte. Cuando Freud
muere, algo de él se mantiene
vivo. Eso no muerto del psicoa-
nálisis, eso con mala fama es
Freud. Freud ha sido declarado
muerto varias veces. Freud no
acaba de morir. Por ejemplo,
en 2010 Michel Onfray decla-
raba que Freud llegaba a su cre
púsculo1, o en 1993 la revista
Time se pregunta si Freud está
o no verdaderamente muerto2,
incluso hay un sitio de Internet
llamado “enterrando a Freud”3.

1 M. Onfray. Le Crépuscule D’une Idole: L’affabulation Freudienne, Paris, Grasset,

2010.
2 Is Freud Dead? Time Magazine, novembre 1993.
3 Ian Pitchfordet Robert M. Young, Burying Freud - The Sigmund Freud and Psy-
choanalysis, 2005, http://www.human-nature.com/freud/index.html. Consultado
el 20/02/2012.

50
 Leon Gomberoff
Lacan sin vida

Si la mala fama del psicoa- Freud se vio forzado a hacer-

nálisis es la mala fama de Freud
es porque Freud es el inventor
del psicoanálisis. Sin embargo,
Freud aceptó tardíamente que el
psicoanálisis fuera su invención.
Al comienzo él se presentaba
como participando de esa inven-
ción; pero no como el inventor.
Freud pensaba que el método
psicoanalítico había sido inven-
tado por Breuer. Él comenzó a
creer que el psicoanálisis era
de su invención cuando se dio
cuenta que con respecto al psi-
coanálisis Breuer recibía los elo-
gios y él los insultos.
Nunca supe que su gran parti-
cipación en el psicoanálisis le
haya atraído a Breuer la cuota
correspondiente de insultos y
censuras. Y como desde hace
tiempo he reconocido que el in-
evitable destino del psicoanálisis
es mover a contradicción a los
hombres e irritarlos, he sacado
en conclusión que yo debo de
ser el verdadero creador de todo
1o que lo distingue4.
se responsable del psicoanálisis,
los insultos hacían evidente que
él era el inventor.
Primero Freud no quería ser
el inventor, pero debió recono-
cer que lo era. Luego no que-
ría ser el representante del psi-
coanálisis; de nuevo otro paso
en falso. Este no querer ser el
representante del psicoanálisis
produjo la Asociación Psicoanalí-
tica Internacional. La institución
psicoanalítica internacional pre-
tende representar al psicoanáli-
sis más allá de un psicoanalista
en particular llamado Sigmund
Freud. La institución psicoa-
nalítica tiene como una de sus
funciones representar y defen-
der al psicoanálisis. Proteger el
psicoanálisis incluso de Freud. El
presidente de la institución psi-
coanalítica, no debe ser ni pare-
cerse a Freud, por eso Jung fue
el primer presidente.
Entre todos los represen-
tantes del psicoanálisis, Ernest

4 S. Freud. “Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico”. In Sigmund

Freud. Obras completas (1914-16), vol. 14, 2, Buenos Aires, Amorrortu, 1984,
p. 8.

51
 CLAROSCURO
Cuadernos de Psicoanálisis

Jones tiene un lugar particular. su obra. Él y el psicoanálisis no

Jones sabía claramente qué era
lo que había que decir y no de-
cir sobre Freud por el bien del
psicoanálisis. No todo en la vida
de Freud era compatible con la
imagen que Jones quería entre-
gar del psicoanálisis. Cuando Jo-
nes le pregunta a Freud sobre la
importancia de su relación con
la telepatía, para apaciguar la
opinión pública de Inglaterra,
Freud responde lo siguiente:
No veo ninguna perspectiva de
apaciguar a la opinión pública
en Inglaterra, pero al menos
me gustaría explicarle a usted
mi aparente inconsecuencia en
lo que respecta a la telepatía
[...]. Cuando sostengan ante us-
ted que he caído en el pecado,
responda con calma que mi con-
versión a la telepatía es un asun-
to personal mío, como el hecho
de que soy judío, de que fumo
con pasión y muchas otras cosas,
y que el tema de la telepatía es
en esencia extraño al psicoaná-
lisis5.
Freud estaba seguro de que
era posible separar su vida de
debían ser identificables. Jones,
por otro lado, se daba cuenta
que esta separación no era po-
sible. Políticamente lo que se
podía hacer era ocultar algunos
elementos de Freud que pudie-
ran ser perniciosos a su obra. De
cualquier forma, ese proyecto
de ocultamiento fue también un
fracaso. Los que estuvieron más
cerca de Freud fueron los prime-
ros en traicionar la discreción.
Jones mismo no pudo resistir
la tentación de escribir una bio-
grafía. La biografía de Jones ha
sido criticada por presentar una
visión parcial y hagiográfica,
pero ella revela muchos detalles
hasta entonces desconocidos de
la vida de Freud. Jones agrega
un capítulo entero sobre la re-
lación de Freud al ocultismo.
Otras personas cercanas a Freud
como Marie Bonaparte y Ana
Freud publicaron una parte de
las cartas a Fliess, ellas sabían
perfectamente que Freud había
hecho todo lo posible porque
esas cartas no fueran publicadas.

5 S. Freud y E. Jones. Correspondencia completa : 1908-1939, trad. R. A. Pas-

kaukas. Madrid, Síntesis, 2001, correspondencia del 7/03/1926.

52
 Leon Gomberoff
Lacan sin vida
Freud quería separar su vida de
su obra. Un esfuerzo vano por-
que cada vez que se critica al
psicoanálisis, la vida de Freud es
puesta sobre el tapete como si
fuera un argumento.
Una parte importante del
juego de escondidas de la vida
de Freud ha sido establecido por
los archivos Freud. Fundados en
1954 por Kurt Eissler ellos han
servido para acumular, pero
también, durante un tiempo,
para mantener en secreto, una
gran cantidad de información.
Desde el archivo, la vida secreta
de Freud seguía influyendo so-
bre su obra. Por ejemplo, uno
de los guardianes del archivo,
Jeffrey Moussaieff Masson, se
encargó de sugerir que el aban-
dono de Freud de la teoría de la
seducción se debía a problemas
personales6. La vida de Freud
entra a criticar la obra.
El juego de las escondidas
de Freud consistía en mostrar
algunos elementos de su vida y
disimular otros. Esto suscita un
6 J. M. Masson. The assault on truth: Freud’s suppression of the seduction theory, New
York, Farrar, Straus and Giroux, 1984.
gran interés y los secretos deja-
dos en la reserva son revelados
a cuenta gotas por las personas
que investigan en el archivo.
Pero, ¿son las escondi-
das un juego personal típico
de Freud? Quizás este juego
forma parte de todo trabajo
de escritor que se esconde tras
su máquina de escribir. Los
escritores dicen que sus obras no
les pertenecen. Esconder la vida
es una recomendación para el
oficio. Las justificaciones vienen
en griego y en latín: esconde
tu vida (Epicuro), bene quilatuit
bene vixit (Ovide), larvatus prodeo
(Descartes). Es bueno esconder
la vida, sobretodo porque existe
mucha gente mal intencionada,
escondiéndose se evitan los pro-
blemas. Es, por supuesto, difícil
esconderse si se está vivo. Freud
lo intentó. Pretendiendo jugar a
las escondidas no se daba cuen-
ta que estaba perdido. Él es atra-
pado por su obra, está obligado
a decir: “Yo soy el autor de eso”.
Así Freud se mantiene vivo por
53
 CLAROSCURO
Cuadernos de Psicoanálisis
una posteridad. El psicoanálisis
mantiene a Freud, a un Freud
con mala fama.
Lacan: cuando mi
persona no hace de
pantalla a lo que enseño
La escritura de Lacan
Decimos que para Lacan
las cosas son de otra manera.
Sin embargo, Lacan también
es un autor de mala fama. In-
cluso tiene mala fama entre los
psicoanalistas. Muchos psicoa-
nalistas no pueden tolerar nada
que tenga un olor a lacaniano.
Claramente hay una relación pa-
recida entre Lacan y su obra a
la de Freud a la suya. ¿Por qué
decimos, entonces, que las cosas
son diferentes? Porque Lacan
no se consideraba como un es-
critor. De hecho muchos de sus
textos han sido publicados sin su
acuerdo. La publicación no era
una prioridad. Lacan cuando
publicaba algo se dirigía a quie-
nes lo escuchan en su seminario.
Lacan escribía en el contexto de
su seminario.
7 J. Lacan. El Seminario 20 Aún, trad. D. Rabinovich, Buenos Aires, Editorial Paidós,
1989, p. 144.
54
Esto no significa que Lacan
no quisiera escribir. De hecho
la escritura le importaba. Lacan
escribía siempre en el pizarrón.
Un pizarrón es, sin embargo, un
soporte efímero. Lo que se escri-
be en el pizarrón se borra fácil-
mente.
Hubo un tiempo en que La-
can quiso escribir matemas. En
ese tiempo Lacan creía haber
producido una escritura logra-
da. Los matemas son escrituras
totalmente transmisibles, aleja-
das e independientes del decir.
Sin embargo, los matemas no
perduraron en la obra de Lacan.
En las dos últimas sesiones del
seminario Aún, Lacan señala que
el psicoanálisis no es una cosa
matemática. Dice que los mate-
mas son metalenguaje y el me-
talenguaje no existe. Es el decir,
es el lenguaje corriente que hace
existir el metalenguaje: “Esa es
la objeción: ninguna formaliza-
ción de la lengua es transmisible
sin el uso de la lengua misma.
A esta formalización, ideal me-
talenguaje, la hago ex-sistir por
 Leon Gomberoff
Lacan sin vida
mi decir”7. De hecho, al final
del seminario Aún, un seminario
lleno de formalizaciones, Lacan
comienza un nuevo tipo de es-
critura, los nudos. Lacan sigue
intentando escribir algo, pero el
matema fracasa.
¿Lacanoamericanos?
El texto en exergo provie-
ne de la conferencia conocida
como el seminario de Caracas,
dada por Lacan, en julio de
1980. Llamar a esa conferen-
cia seminario es completamente
abusivo. Se trata únicamente de
una conferencia, cuando es lla-
mada seminario es cuando es
utilizada por algunos lacanianos
para reivindicar su propia cau-
sa: la causa de la presencia de
alumnos de Lacan en América
latina. Lacan habla en Venezuela
a los latinos. Gente que él nun-
ca había visto antes pero que se
dicen sus alumnos. Pero no hay
que dejar pasar de largo que al
mismo tiempo que él está ha-
blando a los latinos, su escuela
en París está llegando a su fin.
8 J. Lacan. El seminario de Caracas, http://www.apertura-psi.org/correo/textos/Lacan
03.doc. Consultado el 5/02/2012.
Si Lacan quería acabar con su
escuela de París desde la raíz, es
excesivo pensar que querría po-
ner sus raíces en América Latina.
La conferencia de Caracas
habla sobre la escritura. Es un
acercamiento a quienes lo leen.
La escritura es para un autor
que quiere ser estudiado como
un pensador, escribir es la me-
jor forma de echar raíces. Sin
embargo Lacan va a Caracas en
persona. La escritura no es sufi-
ciente para Lacan.
Lacan se muestra curioso
con lo que allí pueda pasar,
pero duda del hecho de que
toda esa gente reunida en tor-
no a su nombre sean en verdad
alumnos suyos: “Vine porque
me dijeron (on m’a dit) que era
el lugar propicio para convocar
a mis alumnos de América Lati-
na. / ¿Son ustedes mis alumnos?
No lo prejuzgo. Porque a mis
alumnos (élèves) suelo educarlos
(les élever) yo mismo”8. Luego
agrega: “En París acostumbro
hablar ante un auditorio donde
muchas caras me son conocidas
55
 CLAROSCURO
Cuadernos de Psicoanálisis
por haber venido a verme a mi
casa, 5 rue de Lille, donde está
mi práctica. Ustedes, al parecer,
son mis lectores. Sobre todo lo
son en tanto que nunca los he
visto escucharme”9. Los alumnos
de Lacan son personas que van
a su consulta y a su seminario.
Al parecer, según este texto, la
transmisión Lacan la entendía
como dirigida a sus analizan-
tes. ¿Cómo podrían, entonces,
ser sus alumnos estas personas
que él nunca había visto? Lacan
se consideraba analista y no es-
critor. El analista no juega a las
escondidas como el escritor. El
analista no se retira de la escena
porque el paciente sabe siempre
donde encontrarlo. En este caso
en el 5, rue de Lille o en el se-
minario.
En eso estaba, en mi opi-
nión, Lacan como analista. No es
necesariamente ese el resultado
de su intervención en Caracas.
No todos los latinos se fueron a
analizar con Lacan. La obra de
Lacan siguió el camino de cual-
9 Ídem.
10 De esos encuentros entre lacanianos de américa latina que tratan a Lacan como
un autor, surge Convergencia que es un movimiento Lacaniano internacional.
56
quier obra escrita. El autor por
un lado y la obra por el otro. No
era ese el estilo de transmisión
que Lacan buscaba, pero la lec-
tura de la obra sin la vida es la
lectura típica del Lacan en Amé-
rica latina. Lacan como autor es
una invención de sus lectores.
Estos lectores no son inocentes,
tomar a Lacan como un muerto
les conviene.
La conferencia de Lacan en
Caracas es habitualmente pre-
sentada como un hito en el psi-
coanálisis lacaniano en Latino-
américa. Sin embargo, muchas
veces la interpretación de lo
que se dice en esa conferencia
es completamente contradicto-
rio con lo que esta conferencia
dice. Por ejemplo, un francés,
Jean Szpirko, en la nota histórica
de Convergencia dice que en el
discurso de Caracas se invento el
significante “lacanoaméricano”
que sería la base de la serie de
encuentros conocidos con ese
nombre10. Szpirko dice: “En ese
discurso, que crea el significante
 Leon Gomberoff
Lacan sin vida
“lacanoamericano”, es dicho que
estos últimos “se han beneficia-
do de su enseñanza sin haber
sufrido los inconvenientes de su
persona”, y muchos sudamerica-
nos se han reconocido entonces
como “lectores” de Lacan - en
una relación a la transmisión di-
ferente de aquella en la que se
encontraban sus “auditores”11.
Lacan, habló en Caracas de sus
lectores, pero jamás habló de
sus “auditores”. Los lectores se
distinguen de aquellos que La-
can puede ver en el seminario y
que van a su consulta, no de los
auditores.
En realidad, decir que Lacan
dijo cosas como que hay gente
que “se ha beneficiado de su
enseñanza sin haber sufrido los
inconvenientes de su persona”
en Caracas es faltar a la verdad.
La palabra lacanoamericano tam-
poco fue pronunciada por Lacan
en Caracas. Se trata de palabras
que Lacan dijo en Francia y no
en Caracas. Son cosas que Lacan
dijo antes de partir a Venezuela.
La reseña histórica de Szpirko re-
11 Jean Szpirko, J. Historique Convergencia, 2000, http://convergencia.aocc.free.fr/
histo_e.htm, Consultado el 5/02/2012
pite una fabulación que justifica
una forma determinada de leer
Lacan. Se trata de leer a Lacan
sin Lacan.
La persona de Lacan es mo-
lesta para los que pretenden
difundir la palabra de Lacan.
Para poder enseñar Lacan, La-
can debe salir de la escena. No
hay que olvidar que algo de
eso ocurre. En el momento de
la conferencia de Caracas Lacan
está en una cierta retirada: no
sólo la École Freudienne de Paris-
se encuentra en un proceso de
disolución, Lacan también está
dejando de hacer su seminario
y sus apariciones públicas son
reducidas y, aún, en septiembre
de 1981 Lacan muere. Pero la
retirada real de Lacan no es una
prueba que ese sea su objetivo.
Bien al contrario, cuando Lacan
va a Venezuela es su presencia
lo que produce efectos. Cuando
Lacan va a Venezuela llega jus-
tamente “con los inconvenientes
de su persona”. La prueba es que
hay muchos a los que la presen-
cia de Lacan les es especialmen-
57
 CLAROSCURO
Cuadernos de Psicoanálisis

te incómoda. Lacan mismo lo la y da cuenta de los primeros

destaca en su conferencia, ya
que no todos los lacanianos de
América latina están contentos
de la presencia de Lacan: “La
apariencia, en efecto, indica que
esta Reunión molesta (embête)
a mucha gente, y en particular,
a aquellos quienes hacen profe-
sión de representarme sin pedir
mi opinión. Entonces, cuando
me presento, forzosamente pier-
den los estribos”12. Podía ser que
Lacan estuviera viejo, pero con
su presencia en América latina
él prueba que no estaba muerto.
El significante “lacanoameri-
cano” y la idea de la lectura de
Lacan “sin los inconvenientes
de su persona” es expuesta por
Lacan en una presentación de
Lacan en el Institut océanographi-
que el 10 de junio de 1980 y pu-
blicada en Ornicar? bajo el título
de Le malentendu13. Lacan habla
allí de la disolución de su escue-
pasos de la Cause Freudienne14.
Lacan anuncia esta presentación
como una doble despedida,
despedida de su seminario del
año y despedida con motivo de
su viaje a Venezuela. Lacan dice
que es el porvenir de su discurso
transmitirse por escrito, por eso
le interesa ir a ver a los latinoa-
mericanos: “Esos latinoamerica-
nos, como dicen, que nunca me
han visto, a diferencia de los que
están aquí, ni escuchado de viva
voz, pues bien, eso no les impi-
de ser lacanos. Parece que más
bien ayuda. Me transmití allá
por lo escrito, y dicen que eché
raíces [j’ai fait suche]. En todo
caso, eso creen”15. Lacan dice
“en todo caso eso creen”. El tono
no es de alguien que esté muy
convencido de lo que “dicen”.
No hay ninguna seguridad que
Lacan haya echado raíces. Lacan
quiere ir a ver. ¿Será verdad que
lo construido en América latina

12 J. Lacan. Op. Cit.

13 J. Lacan. “Le malentendu, séminaire du 10/06/1980 (Dissolution)”, Ornicar?
(1981), p. 22–23.
14 Ídem.
15 J. Lacan. Seminario XXVII: “Disolución”, El malentendido, 2009, http://www.con-
versiones.com/nota0741.htm. Consultado el 5/02/2012.

58
 Leon Gomberoff
Lacan sin vida
corresponde al linaje [suche] de
Lacan? Si es así, quizás lo que
Lacan buscaba era justamente
acabar con eso. Si la escuela de
Paris era una pseudo escuela, la
de América también.
En París, aparece entonces
la famosa frase sobre “los in-
convenientes de la persona” de
Lacan, claro que la cita textual
es diferente de la forma que le
da Szpirko. Lacan dice en reali-
dad: “Me interesa ver qué pasa
cuando mi persona no hace de
pantalla [n’écrante pas] a lo que
enseño. Es muy posible que le
sea de provecho a mi matema.
¿Quién dice que si me gusta me
quedo allá, en Venezuela? Ven
por qué quería despedirme”16.
Ahí la frase parece ser clara.
Lacan separa su persona de su
obra. Si la persona de Lacan des-
aparece, deja de hacer pantalla,
entonces queda su escritura, el
matema. Suena bien. Sin em-
bargo, la frase es una ironía ya
que Lacan se dirige justamente
en persona a ese lugar donde la
16 Que no es l’École de la Cause Freudianne.
17 Ídem.
transmisión se hacía sin pedirle
su opinión. Inclusive Lacan ame-
naza con quedarse en Venezue-
la. Lacan no separa su obra de
su vida y está lejos de validar
una postura de enseñanza soste-
nida en el matema.
A Lacan lo que le importa
no es el matema, ni tampoco
la transmisión de su enseñanza
en América, lo que le interesa es
su práctica de psicoanalista y su
seminario. Si va a Venezuela es
para instruirse y por curiosidad.
Lacan entonces dice que, eviden-
temente, él va volver a Francia:
“Voy a volver porque mi prácti-
ca está aquí —y este seminario,
que no es de mi práctica, pero
que la complementa. / Este se-
minario, más que llevarlo yo,
me sujeta él”17. Lacan estaba
vivo. Y su vida estaba ligada a la
práctica de psicoanalista y al se-
minario que es un complemento
de la práctica. El seminario no es
entonces una enseñanza destina-
da a reproducirse y transmitirse.
El seminario se encuentra al lado
59
 CLAROSCURO
Cuadernos de Psicoanálisis

de la práctica en Paris y no en Por ejemplo, cada vez que Lacan

Caracas. Cuando se considera la
conferencia como un seminario,
se quiere hacer creer que Lacan
vino a autorizar que los lacanoa-
mericanos lo representaran.
El seminario sostenía a La-
can como lo que él era: un mal-
entendido. Como ese malenten-
dido no puede disolverse, Lacan
habla de la posibilidad de un
“seminario eterno”. Lacan se obs-
tinaba a vivir en el malentendi-
do, no creía en la escritura como
matema libre de malentendido.
De cualquier forma, cuando La-
can hablando así, estaba lejos de
saber que su seminario no iba a
continuar por mucho tiempo, ni
su vida tampoco.
Lacan en la universidad,
el Lacan del futuro
Lacan no tuvo que esperar
hasta el fin de su vida para tener
que lidiar con este tipo de pro-
blema. Ellos aparecen cuando se
le demanda asumir lo que pue-
de considerarse como su obra.
habla de sus Escritos o cuando se
ve enfrentado a la recuperación
universitaria de sus trabajos. A
finales de 1969 fue publicada
la primera tesis en francés so-
bre Lacan18. Él acepta escribir el
prólogo, pero en el mismo se-
ñala que no es posible realizar
una tesis sobre él. Lacan critica
también, en ese prólogo, el uso
universitario de sus proposicio-
nes que hace Jean Laplanche.
El problema de una tesis es que
ésta debe basarse en escritos y
no en la tradición oral que, para
Lacan, es la única capaz de indi-
car el porvenir. Lacan dice de la
autora de la tesis:
Al buen partido que ha sacado de
las fuentes universitarias, falta por
fuerza lo que la tradición oral de-
signará en el porvenir: los textos
fieles en saquearme, aunque omi-
tan el restituírmelos. / Interesarán
para transmitir literalmente lo que
he dicho: iguales que el ámbar
que preserva la mosca, para nada
saber de su vuelo19.

18 A. Rifflet-Lemaire, Lacan. trad. Francisco J. Millet, Barcelona, Edhasa, 1971.

19 J. Lacan. “Prólogo”, in Anika Rifflet-Lemaire. Lacan, trad. Francisco J. Millet, Bar-
celona, Edhasa, 1971.

60
 Leon Gomberoff
Lacan sin vida

La empresa de pillaje que zada por otros. Hay que decir

constituye la universidad nada
puede saber del porvenir. Si
bien Lacan escribió y publicó
sus Écrits [Escritos], no quería ser
tratado como un autor.
Otro ejemplo del rechazo de
Lacan a la posición de escritor/
autor podemos verlo en la for-
ma como él trata al departamen-
to de psicoanálisis de París VIII.
Lacan manifiesta su rechazo a lo
que hace Leclaire como director
de éste en 1969, sin embargo
apoya explícitamente a esa ins-
titución cuando su yerno (Jac-
ques-Alain Miller) se hace cargo
de éste. Lacan acepta el depar-
tamento de psicoanálisis cuando
es él mismo que da sus grandes
líneas. Esos eventos han sido
en general interpretados como
dando cuenta de problemas de
poder o de la personalidad de
Lacan. Ellos pueden pensarse
también como una expresión
del interés de Lacan por no ser
tratado como un autor muerto,
cuya obra es saqueada y utili-
que, si ese pudo haber sido el
objetivo de Lacan, con la ayuda
de Jacques-Alain Miller no llegó
demasiado lejos.
Recientemente, cuando se
cumplían 30 años de la muerte
de Lacan, sus palabras de junio
de 1980 en el Institut océanogra-
phique fueron, de nuevo, saca-
das de contexto y repetidas en
revistas especializadas y en los
medios franceses. La cita se re-
petía de manera más o menos
imprecisa. Miller dice “Él que-
ría que nosotros prefiriéramos
su pensamiento y olvidáramos
su persona, al menos eso era lo
que decía”20. Catherine Clément
entrega la cita de una forma di-
ferente reciclándola de Miller.
La persona es problemática, no
se hablará, entonces, de ella,
“por respeto al deseo de Lacan
de que su persona no esconda
su pensamiento”21. Lacan habría
querido que nos olvidemos de
su persona para conservar su
pensamiento. Su persona hacía

20 J.-A. Miller. Vie de Lacan: écrite à l’intention de l’opinion éclairée, Paris, Navarin,
2011, p. 1.
21 C. Clément. “Le XXIe siècle est d’ores et déjà lacanien”, Le Monde, Paris, 8 sept-
embre 2011.

61
 CLAROSCURO
Cuadernos de Psicoanálisis
pantalla a su pensamiento. Es
un juicio tendencioso y poco
honesto pensar que Lacan hu-
biera querido separar su vida de
su pensamiento. Nada de eso es
evidente. La regularidad con la
que Lacan mantuvo su semina-
rio muestra que su enseñanza
formaba una parte importante
de su vida, al menos en términos
de tiempo. Separar la vida de la
enseñanza es un problema de los
lectores de Lacan. Por ejemplo,
es un affaire de Jacques-Alain
Miller que sigue el camino del
matema. Lo que es totalmente
transmisible, sin Lacan. El ma-
tema es un modo de controlar
el futuro. Jacques-Alain Miller
dice: “ … yo me sentía parte de
ese tiempo futuro, que cuando
estaba vivo, él llamaba según su
deseo, el tiempo en donde su
persona no haría pantalla a lo
que él enseñaba”22. Miller repite
una y otra vez la frase. Esta vez él
se ubica en ella. El Lacan “muer-
to del futuro” es el presente de
Jacques-Alain Miller. Pero no
únicamente... Hay algunos que
hacen su vida por el medio de la
22 J.-A. Miller. Op. Cit., p. 2.
62
muerte de los otros: los vende-
dores de pompas fúnebres, los
profanadores y los saqueadores
de tumbas.
Del cadaver de Lacan han
sacado partido los universitarios.
Pero ese cadaver nada sabe del
porvenir. Lacan es una mosca
preservada en ámbar.
Lacan y la tumba
de Freud
El cadáver de Freud y la peste
Lacan también se ocupó de
algunas tumbas. Se ocupaba
particularmente de la tumba de
Freud. Él intenta diferenciarse
de algunos otros empresarios de
pompas fúnebres que no hacen
suficientemente bien su trabajo.
El famoso retorno a Freud de La-
can en los años 50 se ocupa de
Freud como de un autor muerto
que hay que releer. Para Lacan
Freud era un autor que había
sido mal leído. Hay maneras y
maneras de ocuparse de la tum-
ba de alguien. Lacan creía que su
manera sería la buena manera.
 Leon Gomberoff
Lacan sin vida

En los años 50‘s, Lacan da en las conferencias en Clark Univer-

Viena una conferencia conocida
como La cosa freudiana en ella
se lanza contra los otros lectores
de Freud, en especial contra los
que han tomado la vía america-
na. Hay discípulos de Freud que
luego de haber emigrado hacia
los Estados Unidos han cedido
a la tentación del “confort inte-
lectual” y se dedican a ser “ma-
nagers de las almas”23. Hacen
del psicoanálisis una teoría de
la adaptación a la realidad que
busca como objetivo la adapta-
ción del yo a un yo fuerte24. Esos
psicoanalistas meten el psicoa-
nálisis al servicio de las deman-
das de «la oficina».
La visión de Lacan sobre
la manera americana de leer a
Freud tiene una escena ejem-
plar. Se trata del affaire de la
peste. Según Lacan, Freud ha-
bría dicho a Jung en el momen-
to de llegada a nueva York para
sity en 1909: “No saben que les
traemos la peste”. Para Lacan,
Freud habría caído en la trampa
de la ironía de su propia frase. El
psicoanálisis luego de la muerte
de Freud es la peste.
Lacan busca leer a un Freud
que no apesta. En la conferen-
cia de Viena Freud hace hablar a
la verdad por la boca de Freud
“Pero he aquí que la verdad en la
boca de Freud agarra al toro por
los cuernos…”25 y la verdad se
pone a hablar. Esta prosopopeya,
busca recrear un Freud vivo -a di-
ferencia del que es estudiado por
los discípulos directos de Freud.
Lacan se ocupa de la verdad, no
se ocupa de Freud. No se ocupa
del cadáver de Freud. Es el ca-
dáver lo que puede transmitir la
peste, es lo que apesta.
Este tema retorna en el año
siguiente en Situación del psicoa-
nálisis y formación del psicoana-

23 J. Lacan. “La cosa freudiana o sentido del retorno a Freud en psicoanálisis, 1955”,
in Escritos, vol. 1, Buenos Aires, Siglo Veintiuno Editores, 1994, p. 384–418.
24 J. Lacan. “Situación del psicoanálisis y formación del psicoanalista en 1956”,
in Escritos, vol. 1, Buenos Aires, Siglo Veintiuno Editores, 1994, p. 441–472.
25 J. Lacan. Op. Cit., p. 391.

63
 CLAROSCURO
Cuadernos de Psicoanálisis
lista en 1956. Es un texto con-
memorativo del nacimiento de
Freud en el que Lacan revisa los
defectos de la enseñanza del psi-
coanálisis en esa época. En una
segunda versión del texto, Lacan
compara la aparente unidad de
la Asociación internacional de psi-
coanálisis al caso del señor Valde-
mar de Edgard Allan Poe. El se-
ñor Valdemar está muerto, pero
su cadáver sigue hablando bajo
la influencia del mesmerismo. Al
despertar el cadáver, después de
varios meses dormido, recobra
su verdadero estado: una masa
liquida putrefacta. Pero ese des-
pertar es para Lacan el deber
de darle sepultura a Freud. Eso
se logra dándole vida a la pala-
bra y enterrando el cuerpo: “En
semejante caso sin embargo la
operación del despertar, reali-
zada con las palabras tomadas
del Maestro en una vuelta a la
vida de su Palabra, puede venir
a confundirse con los cuidados
de una sepultura decente”26.
26 J. Lacan. Op. Cit., p. 468.
27 J. Lacan. El seminario La Transferencia, Paidós, 2003.
64
Lacan pensaba en esa época
qué era posible darle a Freud
una adecuada sepultura. Una
buena lectura podría permitir
eso. Lacan pensaba que él po-
dría hacerlo. Lacan declara ser
un mejor sepulturero. Lacan se
equivocaba.
El psicoanálisis
y la peste social
En el seminario de 60-61,
La transferencia, Lacan habla de
la diferencia entre la obra y la
vida de Sócrates. La obra de Só-
crates se plasma en los textos de
Platón que promueven una ética
del bien. Esa reflexión ética que
es la base del establecimiento
social tiene un carácter infeccio-
so, apestoso. La ética del bien
es la “infección que es el fondo
de cualquier establecimiento
social como tal”27, dice Lacan.
Ese camino, trazado en Platón,
contrasta con la vía del deseo
que guiaba a Sócrates en su vida.
Lacan pone a Freud en la misma
 Leon Gomberoff
Lacan sin vida
línea que Sócrates, Freud sigue
el camino de Eros. El psicoanáli-
sis se opone a la infección social
porque toma en cuenta el deseo
que es la única vía “salubre”. La
historieta Freudiana es coheren-
te con esta manera de ver las
cosas. La oposición entre la vía
de las convenciones sociales y la
vía del deseo puede verse en la
oposición Freud y Breuer en el
tratamiento de Anna O. El mito
dice que luego del accidente
con Anna O (un embarazo psi-
cológico) Breuer decide inte-
rrumpir el tratamiento. En un
acto de cobardía con respecto a
su propio deseo, Breuer vuelve
donde su mujer y hace un viaje
a Venecia en donde ella queda
embarazada. Lacan se refiere
a la solución de Breuer como
“una solución muy burguesa:
el retorno al fervor conyugal”.
Freud, por otro lado, toma la vía
de Eros creando el psicoanálisis
que es una especie de remedio
contra la infección social. Esta
lucha de Eros contra las conven-
ciones sociales se parece mucho
28 W. Reich. “The emotional plague”, in Character analysis, New York, Farrar, Straus
and Giroux, 1990, p. 504–541.
a la relación entre Eros y civili-
zación del Freudo-marxismo. De
hecho, la idea de ver las conven-
ciones sociales como una infec-
ción es la posición de Wilhelm
Reich cuando habla de peste
emocional28. Para Reich la impo-
tencia orgástica es transmitida y
sostenida socialmente impidien-
do a los sujetos tener relaciones
genitales naturales.
Lacan no habla en nin-
gún momento de restablecer
un amor natural, pero cuando
opone el psicoanálisis a la peste
social su discurso es semejante
al de Reich. Lacan eleva el psi-
coanálisis a una especie de ideal
erótico en el que el deseo se
encuentra separado de todo. La
obra de Sócrates no se confunde
con Sócrates. Lo que interesa a
Lacan del personaje es su deseo.
Al parecer, habrían ciertos de-
seos que se impondrían fuera
de la cultura. Lacan menciona
los deseos de Sócrates. Descartes
y Freud. Sin embargo, cuando
hablamos de estos deseos no
65
 CLAROSCURO
Cuadernos de Psicoanálisis
estamos lejos de la hagiografía.
El deseo es algo misterioso, se-
creto, resguardado por un cierto
número de notables. El deseo
seria susceptible de ser capta-
do por todo el mundo gracias
al psicoanálisis. Un discurso de
este tipo pondría al psicoanálisis
como una especie de promesa
de trasgresión; Lacan se acerca,
entonces, a Reich29. Un discur-
so de este tipo, es seductor, sin
embargo propone al psicoanáli-
sis como una teoría de la libe-
ración: un camino que ha sido
recorrido demasiadas veces. Un
camino que dejó de ser novedad
en los setenta. La promesa, la
seducción, el secreto, el misterio
del deseo es, desde ya bastante
tiempo, una convención social.
Hay promesas de trasgresión
por todas partes. La promesa de
trasgresión es la peste. El deseo
es una vía insalubre.
Lacan mismo ve las cosas de
este modo también a partir de
29 Dejemos en claro que la analogía de Lacan con Reich puede hacerse unicamente
hasta el seminario La Transferencia.
30 J. Lacan. “(1973) Excursus” in Lacan in Italia, 1953-1978, trad. Lamberto Boni,
p. 78–97.
66
los años setenta. Ya no se puede
oponer simplemente el deseo y
el psicoanálisis a la adaptación a
la realidad y la psicología del yo.
La psicología del yo no es más el
enemigo, la cultura ha cambia-
do. Ahora el deseo es la realidad
a la que habría que adaptarse.
En 1973, en una conferencia en
Italia, Lacan asocia el deseo al
capitalismo moderno: “Hemos
llegado a industrializar el deseo,
finalmente… no podíamos hacer
nada mejor para que las perso-
nas queden un poco tranquilas,
¿no? Y de hecho hemos tenido
buenos resultados”30. La indus-
trialización del deseo lo saca del
campo privado y lo transforma
en algo que contribuye a la paz
pública. El psicoanálisis mismo
ha contribuido a este estado de
cosas, el psicoanálisis apesta. En
1975, Lacan dice en Yale: “De
hecho, lo terrible es que el aná-
lisis en sí mismo es actualmente
una plaga: quiero decir que él es
en sí mismo un síntoma social, la
 Leon Gomberoff
Lacan sin vida

última forma de demencia social trabajaron lo suficiente. Los psi-

que haya sido concebida”31.
Para Lacan el psicoanálisis
es una plaga, una epidemia tal
como lo fueron en su momento
el imperio romano y el cristia-
nismo. En el diálogo con el au-
ditorio de la conferencia citada
en Yale, Lacan dice a una histo-
riadora que el psicoanálisis tiene
su lugar en la historia pero: “Lo
que se llama la historia es la his-
toria de las epidemias. El impe-
rio romano por ejemplo, es una
epidemia. El cristianismo es una
epidemia32.
Pero, ¿qué ocurrió?, ¿cómo
llegamos hasta aquí? Hay algo
que no funcionó en la transmi-
sión del psicoanálisis. Hay algo
que se transmitió muy mal. Si hay
un mensaje del psicoanálisis,éste
no pudo pasar. Sólo pasó la peste.
Para Lacan esto ocurre por-
que los discípulos de Freud no
coanalistas, dice Lacan en una
conferencia de 1972, Del discur-
so psicoanalítico, no han sabido
instalar “un mejor uso del Un”.
El psicoanálisis se asemeja a una
causa perdida. “Es ya tarde para
hacer algo:… hay pocas posibili-
dades que algo serio pase en la
línea del discurso psicoanalítico,
salvo, bueno, así, por azar”33.
Cuando Lacan habla con ese
pesimismo habla también del
futuro de la transmisión de su
propio discurso. Lacan pretendía
formar psicoanalistas. Sin embar-
go en la conferencia Del discurso
psicoanalítico, Lacan dice que él
no cree que se pueda hablar del
psicoanalista desde la base de su
propio discurso: “En verdad yo
no creo que se hablará de psi-
coanalista en la descendencia, si
puedo decirlo, de mi discurso…
de mi discurso analítico”.

31 J. Lacan. “24/11/1975 Conférence, Université de Yale (Kanzer Séminaire)”, inédit.

trad. Ana María Gómez.
32 Ídem.
33 J. Lacan. ”(1972) Du discours psychanalytique», in Lacan in Italia”, 1953-1978,
trad. Lamberto Boni, p. 32–55, p. 48.

67
 CLAROSCURO
Cuadernos de Psicoanálisis
La descendencia del discurso
analítico de Lacan no conserva,
entonces al analista. Lacan reco-
noce que la formación de ana-
listas no se sigue de su propio
discurso. ¿Cómo podría, enton-
ces, haber una escuela que no
fuera una pseudo escuela? La-
can, no tiene ninguna confianza
en su linaje. El futuro de Lacan
sin Lacan no es el psicoanalista.
Después del discurso psicoanalí-
tico de Jacques Lacan no habrán
psicoanalistas.
Lacan, sin embargo, piensa
que algo saldrá de su discur-
so, habrá otro discurso como
descendencia de su discurso. El
nuevo discurso de llamara el dis-
curso “PST”:
Algo de otro tipo va a aparecer,
claramente, para mantener la
34 J. Lacan. Op., Cit.
68
posición del semblante, pero, sin
embargo eso será... pero eso va
a llamarse quizás el discurso PS.
Una PS y luego una T, También
eso será algo totalmente cohe-
rente con la forma que nosotros
hemos dicho que Freud veía la
importación del discurso psicoa-
nalítico en América… eso será el
discurso PST. Agréguenle una E
y eso hace PESTE. / Un discur-
so finalmente verdaderamente
apestoso, totalmente dedicado,
finalmente, al servicio del discur-
so capitalista34.
Lacan se lanza entonces en
una especie de profecía fatalista
sobre un futuro dominado por
la infección PST. El discurso post
Lacan, es discurso de la peste, el
discurso de los lacanianos que
conserva a Lacan como se con-
serva al señor Valdemar.
 Leon Gomberoff
Lacan sin vida

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