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HICIERON DOCTRINA
EN DERECHO PENAL
Coordinador:
PABLO
SÁNCHEZ-OSTIZ
GUTIÉRREZ
0 LA LEY
grupo Wolters Kluwer
CONSEJO DE REDACCIÓN
P e d ro G o n z á le z - T r e v ija n o (Presidente)
Jo s é M a r ía A sencio M e lla d o
Ju lio B a n a c lo c h e P a la o
P ila r B la n c o - M o r a le s Limones
A n to n io G a y ó n G a lia r d o
Jo s é C o r r a l M a rtín e z
G u ille r m o G u e r ra M a r tín
E u g e n io Llam as Pom bo
B la n c a L o z a n o C u ta n d a
Jo s é Luis M a rtín e z López-Muñiz
F ra n c is c o Pérez de lo s C ob os O r ih u e l
Je s ú s - M a ría Silva Sánchez
I. INTRODUCCIÓN
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Casos que hicieron doctrina en Derecho penal
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22. Caso del chapista
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Casos que hicieron doctrina en Derecho penal
(1) Cfr. sobre el surgimiento de! concepto de imputabilidad, M artín ez C aray , La imputabili-
dad penal, Valencia, 2005, págs. 25 ss.; Id., «Aproximación histórica al surgimiento del
concepto de imputabilidad subjetiva en la doctrina penal alemana», RDPC 8 (2001),
págs. 34-126; cfr. sobre la naturaleza jurídica de la imputabilidad y las diversas posicio
nes en que se le ha colocado en la teoría del delito, M artín ez C a ray , La imputabilidad
penal, págs. 77 ss. Junto a esta monografía se sitúa como otra obra de referencia sobre
la imputabilidad en español, U rru ela M o r a , imputabilidad penal y anomalía o alteración
psíquica, Bilbao-Granada, 2004.
(2) Más dudas se plantean respecto a la eximente de alteraciones en la percepción prevista en
el número 3 del art. 20 CP, que algunos especialistas consideran un supuesto próximo al
error de prohibición. Vid. C a r m o n a S a l g a d o , «Las alteraciones en la percepción dentro del
marco general de la teoría de la imputabilidad», en C o b o del R o sa l (dir.), Comentarios a la
legislación penal, tomo V, vol. I, Madrid, 1985, págs. 187-222; M o rales P rats, «La altera
ción en la percepción: contenido y límites (art. 8.3 CP)», CPC 40 (1980), págs. 71-96.
(3) Cfr. sobre este concepto, U rru ela M o r a , Imputabilidad penal, págs. 156-158, con ulterio
res referencias a la literatura en español y en alemán.
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4) Vid. M ir P u ic , Derecho penal. Parte general, 8.a ed., Barcelona, 2008, págs. 540, 564;
M u ñ o z C o n d e , Derecho penal. Parte general, 7.a ed., Valencia, 2007, págs. 358, 361;
O ctavio d e T o l e d o y U bieto / H u e r t a T o c il d o , Derecho penal. Parte general, 2.a ed., Madrid,
1986, págs. 335, 341.
51 M a rtín ez G aray , La imputabilidad penal, págs. 122-125, y pág. 365. El fundamento de
las exenciones vinculadas a la inimputabilidad lo sitúa en el principio de igualdad como
exigencia de tratar de modo diferente lo que es diferente. Resulta, a su juicio, inexigible
la adecuación de la conducta a la norma si la persona carece de las habilidades psíqui
cas que le permiten tener acceso al contenido de las normas y a su significado en rela
ción con la conducta propia y ajena (págs. 390 -391 ). Habilidades que la autora identifica
con un sistema cognitivo (conjunto de facultades psíquicas) suficientemente desarrollado
y no perturbado y una capacidad afectiva que permita percibir el significado social y la
importancia para uno mismo y los demás de las conductas y de los valores (loe. cit., as
pectos desarrollados en el capítulo 3 de la obra, págs. 348-358 y resumen en pág. 364).
6} Vid., M artín L o r e n z o , La exculpación penal, Valenda, 2009, págs. 318-322.
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(7)Vid. U rruela M o r a Imputabilidadpenal, pág. 178, quien pone de manifiesto la ruptura que
la actual redacción legal supone frente a fórmulas empleadas anteriormente que apelaban
al «enajenado» (págs. 208-218), lo que dificultaba incluir en el ámbito de las causas lega
les de inimputabilidad trastornos mentales como las psicopatías o neurosis; D íez R ipollés ,
Derecho penal español. Parte general en esquemas, Valencia, 2007, pág. 407.
(8) Vid. por todos, Mir Puic, DP. PC, 2008, pág. 581.
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(9) Cfr. por ejemplo, STS de 22 de abril de 1991; STS de 30 de septiembre de 1993; STS de
6 de mayo de 1997; STS de 15 de abril de 1998; ATS 1491/2001, de 6 de julio.
0 0) Cfr. M ir Puic, DP. PC, 2008, pág. 583, aludiendo a la demanda tradicional del TS de
total ausencia de capacidad intelectual y volitiva, que, a la luz de los pronunciamientos
referidos en el texto, no se ha visto modificada en los últimos tiempos.
(11) Cfr. estas dos formulaciones en las obras de referencia manejadas — U rru ela M o r a , Im-
putabilidad penal, pág. 178; M a r tín ez C a ray , La imputabilidad penal, págs. 365 y 371— ,
partidarias de dos conceptos diversos de imputabilidad.
(12) Si, por el contrario, como recogen los hechos probados respecto a los instantes previos
a la agresión, sólo se pudiera afirmar que sus facultades se hallaban determinadas y su
conciencia y voluntad disminuidas pero no anuladas, sólo cabría plantear una eximente
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incompleta del art. 20.1 en relación con el art. 21.1 CP. En este hipotético caso, afirmada
la presencia de una acción homicida dolosa, habida cuenta del instrumento empleado,
la reiteración de los ataques y la zona afectada, la responsabilidad se atenuaría por el
estado de semiimputabílidad en que habría actuado el sujeto.
(13) Sobre tal concepto amplio de alie, cfr., Joshi J u b e r t , La doctrina de la «Actio libera in
causa» en Derecho penal, Barcelona, 1992, págs. 13, 11 7; o A lc a c e r G u ira o , Actio libera
in causa dolosa e imprudente, Barcelona, pág. 21. Esta misma estructura la comparten
además de los supuestos específicos tradicionalmente tratados bajo la denominación de
alie, provocación de la ausencia de acción o imputabilidad, otras constelaciones como la
autoría mediata, la imprudencia por asunción, la provocación de la situación exculpante
o, genéricamente, la vencibilidad del error. Afinidad que, sin embargo, como se ha insis
tido con frecuencia, en absoluto imponer una común solución (Joshi Jubert, La doctrina;
A lc á c e r G u ira o , Actio libera in causa, pág. 23). Cfr. sobre la institución de la alie en la
doctrina española, además de las dos obras mencionadas, la monografía de Díaz Pita,
Actio libera in causa, culpabilidad y Estado de Derecho, Valencia, 200 2.
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Más allá de la previsión legal del art. 20.1 CP, o de la ausencia de pre
visión como en la legislación alemana, la exigencia de responsabilidad
por la provocación de la ausencia de inimputabilidad se fundamenta por
la doctrina básicamente en dos modelos: el modelo de la excepción y el
modelo de la tipicidad, que ponen el acento, respectivamente, en la actio
mbsequens y en la actio praecedensi,5i.
14) Ct'r. los a n á lis is d e ) o sh i Jubert, La doctrina, págs. 333-350; y A lc a c e r G u ira o , Actio libera
in causa, págs. 24-29.
15) Se habla en ocasiones de un tercer modelo, el modelo de la ampliación o de la exten
sión, bajo cuya denominación se incluyen las propuestas de varios autores que desde
diversos presupuestos proponen terceras vías más o menos próximas a los modelos an
teriores en un intento de eludir sus deficiencias. Obviando por razones de espacio las
necesarias matizaciones, cabe caracterizar este modelo por su entendimiento amplio
del término hecho que aúna los dos momentos estructurales de la alie, la acción previa
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(19) A sí ya, C o b o d e l Rosal/Vives A n tó n , Derecho penal. Parte general, 5.a ed., Valencia, 1999,
pág. 608.
(20) En opinión de A lcácer G u ir a o , Actio libera in causa, pág. 52, estas dificultades eviden
cian que si bien este modelo quizá pueda dar razones sobre por qué debe sancionarse en
estos casos, no ofrece criterios para sancionar ignorando los presupuestos conceptuales
y estructurales de la imputación y, sobre todo, el principio de coincidencia.
(21) En la literatura española, vid. C o b o del R o sa l /V ives A n t ó n , DP. PC, pág. 609; D em etrio
C r esp o , La tentativa en la autoría y en la actio libera in causa, Granada, 2003, págs. 127,
132, 137; A lcacer G u ir a o , Actio libera in causa, págs. 105 ss. También podría incluirse
aquí el modelo de la «provocación relevante» que propone J o sh i J u b e r t , La doctrina, págs.
281-284, 377-380, en cuanto entiende que es la acción de provocación la que infringe
la norma penal de conducta, si bien exige un resultado consistente en un comienzo de
ejecución para sancionar. Entre los autores alemanes cabe destacar, por la accesibilidad
de sus obras en castellano, R o x in , Strafrecht. Allgemeiner Teil, I, 4.a ed., Múnich, 2006,
§ 20, núm. marg. 56 ss., y núm. marg. 59; J a k o b s , Strafrecht. Allgemeiner Teil, 2.a ed.,
Berlín-Nueva York, 17/57 ss., 64, por supuesto con ulteriores referencias.
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castigara aun cuando ni siquiera ¡lega a salir de casa, por ejemplo, porque
se queda dormido'25’.
Al margen de la opción que pueda tomarse por uno u otro modelo, con
viene tenerlos presentes a la hora de analizar la respuesta penal que debe
ría tener la conducta agresiva del acusado y valorar, a modo de conclusión,
el acierto de la calificación de la Audiencia y el TS, pues optan por modelos
distintos, reproduciendo el binomio doctrinal.
(25) Vid. por todos N e u m a n n , Zurechnung und «Vorverschulden», Berlin, 1985, pägs. 39 ss.
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(26) Cfr. ampliamente, A lcacer G u ir a o , Actio libera in causa, págs. 137 ss.
(27) Precisamente esta es la posición defendida en una sentencia del BGH de 1996 (BGHSt,
42, 235), auténtico revulsivo en la discusión sobre la alie, que ha desencadenó innu
merables comentarios doctrinales (vid. las referencias en A lc á c e r G u ira o , Actio libera in
causa, pág. 137, nota 453). El BGH afirmó que en los tipos imprudentes no es precisa la
alie, pues el reproche penal en los delitos imprudentes (en el caso, un homicidio) tiene
por objeto cualquier conducta del sujeto contraria al deber de cuidado en relación con
el resultado típico (causal del mismo), de modo que basta con que, además de acciones
contrarias al deber de cuidado realizadas en situación de inimputabilidad, existan accio
nes anteriores a ese estado igualmente negligentes (y causales). Imputa responsabilidad
no por el accidente en estado de ebriedad, sino por la ingesta de alcohol previa y la
provocación de la falta de capacidad siendo previsible y evitable el accidente. Cfr. sobre
la sentencia, la exposición de D íaz P i t a , Actio libera in causa, págs. 21-23.
(28) A mi entender, hay motivos para dudar de la premisa de que parte el TS para afirmar la
imprudencia, esto es, de que el sujeto podía prever el alcance final de su conducta bajo
la situación de trastorno.
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22. Caso del chapista
Por último, cabe apuntar que justo esa atención a! momento de la ac
ción libre para calificar los hechos permite tener en cuenta el estado de
semiimputabilidad en que se encontraba ei acusado, quien al tiempo de
coger el destornillador no tenía, en los términos extremos de que gusta ía
jurisprudencia, anuladas sus facultades, pero sí determinadas, así como
disminuidas su conciencia y voluntad.
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