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MITOLOGÍA
MITOLOGÍA GRIEGA
MITOS
¿Qué es el mito?. Se han dado muchos intentos por parte de las civilizaciones occidentales
para comprender el mito. Los historiadores intentan explicar los mitos en función de las
jornadas en que trabajan, es decir, según parámetros de los siglos XX y XXI. Intentan
ponerle al mito una lógica que no le corresponde, pues hay que acercarse a la realidad del
pasado arcaico, es decir, a los orígenes de la civilización helénica. El problema no es
exclusivo de los historiadores de la Mitología, sino que también lo es de los historiadores
en general y de los historiadores del arte. Eso explica que en la lectura de diversos libros
sobre mitos no hay unanimidad de unos con otros, sino que, a veces, incluso son
contradictorios, dependiendo que se trate de libros escritos por un arqueólogo, un literato
o un antropólogo.
Algo que es aceptado en general, es que detrás de cada mito se esconde un profundo
simbolismo, algo que han intuido mucho mitólogos, como nuestro Luis Rosales, quien decía
que “el mito es la antesala de un profundo simbolismo” .
Si nos preguntamos: ¿Por qué?, La respuesta será que el mito tiene como misión expresar
con total libertad y prescindiendo de toda coordenada espaciotemporal, los deseos, las
aspiraciones y las necesidades del hombre. En esta definición se encuentran las claves para
acercarnos al mito como ejemplo literario. El mito es un relato con una misión específica
que cumplir, pues concierne a la vida colectiva, al interés general y da respuesta a los
grandes interrogantes de la humanidad: ¿Qué hay después de la muerte?... ¿Por qué hay
personas que asesinan a otras?... ¿Cuáles son las fuerzas que mueven el mundo?...
Otro rasgo es su eminente carácter aristocrático. Los protagonistas del mito son, o
personajes eminentes y sobrenaturales (dioses), o que poseen capacidades físicas e
intelectuales superiores al resto de los mortales (héroes).
Los mitos no se preocupan de los problemas del pueblo llano y sencillo, sino que más bien,
cuando el hombre aparece en escena, es tratado con desprecio. Los dioses y los héroes
pasan olímpicamente de los hombres.
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Los cuentos contienen gentes nobles y del pueblo llano. El mito es para que el dios utilice al
hombre o lo proteja. El hombre no tiene categoría para protagonizar el relato.
Todos los mitos se pueden dividir en dos grandes bloques: Divinos y Heroicos. Los mitos
divinos (dioses) poseen eminentemente un carácter sagrado y un sustrato o carácter
sagrado, frente al talante profano de los héroes. Cuando se empiezan a desarrollar
conceptos mitológicos, los relatos de los héroes tienen un hilo argumental beligerante. Es la
preponderancia de una saga o familia sobre la otra. Son planes de los clanes familiares
humanos. Los mitos religiosos son más bien ejemplarizantes para los hombres.
Cualquier mito es un relato, pero no todo relato es un mito. Para que un relato adquiera
categoría mítica ha de ser portador de un mensaje trascendental para el comportamiento
moral, no sólo individual, sino de toda la colectividad en general (para la vida social).
Existe, pues, una clara diferencia entre el mito y el cuento. El cuento no lleva mensaje que
modifique la actitud de la sociedad. En cambio, el relato mítico refleja una serie de modelos
de conducta moral o inmoral, agraria o rural y analfabeta, como era la Grecia del siglo II a.
JC.
Todo mito aspira a ser verídico, es decir, a ser creído en su totalidad. Sin embargo, dentro
de un mito, hay partes que son absolutamente inverosímiles y alguien debió crearlas e
imbricarlas en un momento determinado junto a las verosímiles. Hay otras que nos dejan la
duda de si pudieron tener un reflejo real, una base histórica en parte o en su totalidad.
A lo largo del relato, el mito no es uniforme ni coherente. Hay zonas que no pudieron
responder a una realidad histórica por inverosímil, pero en cambio sí que hay otras partes
del relato totalmente coherentes. Por ejemplo, en la Guerra de Troya, una protagonista
fundamental fue la reina Helena de Esparta. Nadie puede creer que la reina Helena naciera
de un huevo. Pensar que fue raptada por Paris de Troya no es imposible de creer. Se
tuvieron antes noticias de la existencia de Agamenón por los relatos mitológicos que por los
históricos.
El mito, al igual que el cuento popular y la leyenda, es una forma tradicional de narrativa.
Tradición es lo que se transmite a lo largo de muchas generaciones, bien por vía oral, bien
por escritos. El mito ocupa una situación intermedia entre la certeza total que proporciona
la Historia y la invención absoluta de un relato de ficción. El mito no es un documento o
relato histórico, pero tampoco es un cuento. El mito está a caballo entre la Historia, el
cuento y la leyenda.
Ante la pregunta de cuál es la vigencia del mito clásico en nuestro mundo actual del siglo
XXI, la respuesta es que la presencia del mito clásico en diferentes campos de actuación es
importantísima. Hay diversos campos en los que el mito greco-romano está muy presente.
En nuestro idioma y en nuestro lenguaje popular hay frases que empleamos como
habituales, pero conceptualmente emanan del mito. Cuando decimos que una persona está
hecha una furia, nos estamos refiriendo a Furia, divinidad romana, que formaba parte de
una familia de hermanos de aspecto monstruoso y que castigaba los parricidios. Narcisismo,
procede de un personaje mitológico griego, Narciso, que al ver reflejada su imagen sobre la
superficie de un lago, se enamoró de sí mismo, de tal manera que no quiso comer y como, al
intentar beber agua del lago, su imagen se deformaba, prefirió morir de hambre y sed
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antes que dejar de contemplarse reflejado en la superficie del agua. Así pues, la biografía
de Narciso da vida a la palabra que hoy empleamos para identificar a una persona
enamorada de sí misma. Anfitrión es el nombre de un héroe mitológico de Tebas. Daba
grandes banquetes en su palacio al que invitaba a mucha gente. Es el padre terrenal de
Hércules. En un enclave geográfico o arquitectónico decimos que hay “eco” (repetición de
los sonidos). Eco es una ninfa griega que habitaba en el monte Helicón. Eco acostumbraba a
entretener a la diosa Hera con su charla mientras Zeus se entregaba a sus aventuras
amorosas. Cuando Hera descubrió la traición, castigó a la ninfa condenándola a repetir todo
cuanto oía y negándole la posibilidad de hablar por sí misma.
En el campo de las Bellas Artes y la Literatura, también los mitos son fundamentales
(Velázquez, Rubens, etc.). Picasso en sus obras grabadas, en cerámica, en pintura
(minotauro).
MITOLOGÍA.
Se llama Mitología al conjunto de los mitos griegos y latinos. Estos mitos clásicos, según los
testimonios fehacientes que se conservan, se han mantenido vigentes desde sus orígenes
hasta finales del siglo XV de nuestra Era. No hay unas fronteras exactas. El mito irá
perdiendo vigencia en el tiempo en función del crecimiento y desarrollo del cristianismo.
MITOGRAFÍA
dos obras literarias que abarcan el conjunto. Son dos compendios o manuales: La Biblioteca
de Apolodoro, escrita en la segunda mitad del siglo I a. C. Es de una corta extensión
compensada por la extraordinaria claridad narrativa y su minucioso detallismo al describir
los relatos mitológicos. El otro es Fábulas de Higinio, autor romano. Su obra se tradujo al
griego en el 207 d. C. y por tanto tuvo que ser redactada pocos años antes.
Además habremos de añadir a los principales poetas griegos y latinos: Homero, Hesíodo,
Píndaro, Eurípides, Sófocles, Esquilo, Aristófanes, Apolonio de Rodas, Teócrito, Calímaco,
Virgilio, Horacio, Ovidio, Juvenal, Estacio y un pequeño grupo de prosistas como Platón,
Arístides o Clemente de Alejandría.
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Existe un método para explicar en cierta manera los mitos clásicos y es encontrar su
realidad comparándola con los hechos históricos fehacientemente documentados. Para ello
debemos establecer una cronología que nos servirá para determinar el origen de los mitos.
El establecimiento de una cronología lo más precisa posible es algo fundamental para situar
el relato mitológico en un momento histórico concreto, tenga este relato base histórica o
no. Hay una fecha central en toda narración que ordena la totalidad de la Mitología griega y
ésta es la conquista de Troya por parte de los Aqueos que se produce en el 1184 a. C. según
nos revela un historiador contemporáneo llamado Eratóstenes. Se ha podido comprobar su
veracidad con datos arqueológicos en fecha reciente. Aplicando el “método de la
generación”, es decir, sumando o restando en cada caso treinta años, que es lo que
aproximadamente equivale a una generación, a los respectivos árboles genealógicos
obtendremos una situación aproximada de cuándo sucedieron los relatos míticos que nos
pueden interesar.
Tanto los relatos sobre los dioses o sobre los héroes van a ser muy precisos en cuanto a los
árboles genealógicos. A los historiadores les interesa mucho fijar los antepasados y los
descendientes de los héroes. Algo parecido sucede en la genealogía de otras culturas, como
la hebrea. El árbol de Jesé es el árbol genealógico de Jesús hasta David.
Sabemos quienes protagonizan la epopeya épica y sabemos quienes son los descendientes de
los mismos por lo que podemos situar a los héroes mitológicos. El parámetro de los treinta
años es el generalmente aceptado, pues se entiende que cada siglo puede abarcar a tres
generaciones aproximadamente.
Los mitos griegos, tal y como nos han llegado, constituyen una parte importante de la
literatura occidental. La fuente literaria, tanto en verso como en prosa, ha sido
considerada en el mundo antiguo al igual que en la Edad Media como una especie de pozo de
sabiduría heredada del pasado. Una figura crucial en la transmisión de estos mitos ha sido
la de Homero, cuya obra se sitúa en los mismos orígenes de la literatura de occidente.
Homero vivió en Jonia, Asia Menor, por la segunda mitad del siglo VIII a. C. Sus dos
grandes poemas épicos fueron La Ilíada y La Odisea. En síntesis, la primera trataría sobre
la cólera de Aquiles y la Guerra de Troya y la segunda narra el viaje de vuelta de Ulises
desde Troya a su isla de Ítaca donde tuvo que asesinar a los pretendientes que asediaban a
su esposa Penélope y que deseaban apoderarse del Trono.
1) Los Héroes que combaten en Troya y la protagonizan. De todos ellos tan sólo dos de
ellos tienen una existencia histórica contrastada: Los reyes Agamenón de Micenas y
Príamo de Troya. De los demás apenas sabemos nada más que la ficción literaria.
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Son estos héroes ficticios: Héctor, Aquiles, Paris, Helena, Andrómaca, Diomedes y
un largo etcétera.
2) Los Héroes que protagonizan la hazaña muy anterior a la Guerra de Troya serían un
segundo grupo: Hércules, Dédalo, Jasón, Perseo, etc.
3) Los Dioses serían el tercer grupo. A Homero no le interesa nada cómo nacen los
dioses ni tampoco se para en el primer desarrollo del Cosmos y sin embargo nos
brinda unas descripciones muy sabrosas y amplias sobre las personalidades: Rasgos,
cómo intervienen con relación a los hombres, cómo los influyen, cómo los castigan.
Son el caso de Zeus, su hermano Poseidón, Apolo, Pallas Atenea y Hera.
Nos situamos en el siglo VII a. C. El protagonista fue Hesíodo que va a escribir dos obras
capitales para el mejor conocimiento de la mitología griega. La primera es La Teogonía, que
viene a significar algo así como generación o nacimiento de los dioses. Se nos ofrece una
abrumadora cantidad de material lírico ordenado de manera que se nos presenta el origen
del Cosmos y el nacimiento de las primeras divinidades de la Naturaleza hasta que Zeus y
sus coetáneos obtienen el poder supremo. Es un lapso cronológico amplísimo: Desde el
origen de los Titanes hasta la llegada de Zeus.
La segunda obra de este autor es Los trabajos y los días. Es como una continuación de la
anterior y se centra en la aparición del ser humano sobre la tierra y su posterior
degeneración moral, con la figura de su gran benefactor Prometeo.
En el siglo VI a. C. los griegos más cultos se aficionaron a los poemas musitados o cantados,
bien por un solista bien por un coro. No nos ha llegado íntegro ningún poema. Sólo
fragmentos que prueban que dominaban claramente los temas de héroes sobre los temas de
los dioses.
Los tres autores de esta centuria son Esfesicoro, Simónides y Baquicides. La vida del gran
poeta Píndaro abarca buena parte del siglo V a. C. su obra más conocida son sus Odas
escritas para conmemorar las victorias en los juegos religiosos de Olimpia, Delfos y Nemea
del Istmo de Corinto. Se componen en honor de los vencedores de dichos juegos. La
composición de las odas es muy breve. Se nombra al atleta y a la ciudad a la que pertenece
y se introduce algún relato de dioses o héroes para justificar la realidad cotidiana.
A partir de la poesía coral se desarrolla otro género literario: La Tragedia. Los autores
dramáticos pudieron, gracias al diálogo y también a la personificación de los caracteres
otorgar un mayor énfasis a estas historias tradicionales. Los tres dramaturgos más
importantes del siglo V a. C. fueron Esquilo, Sófocles y Eurípides. Entre las obras de
Esquilo hay que reseñar una que servirá como fuente: Prometeo encadenado. Obra en la que
nos presenta una interesante alegoría entre la tiranía de Zeus frente a las libertades de la
civilización encarnadas en la figura de Prometeo, Sin duda es un método de afrontar
situaciones contemporáneas de orden político, moral o social, acudiendo a relatos
mitológicos, a una situación mítica tradicional. Se hace más patente en una obra de
Sófocles: Antígona. Escenificada por vez primera en el 441 a. C.
En otras ocasiones estos dramaturgos inciden en el papel sicológico de los poetas jonistas
como Eurípides en su Hipólito, donde Fedora lucha encarnizadamente para sofocar la pasión
que siente hacia su hijastro Hipólito.
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La poesía fue la principal expresión de los cultos en la literatura, aunque hay que citar
prosistas de talento excepcional: Herodoto y Platón. El primero se muestra sumamente
inferior a la hora de aproximarse al mito griego frente a un mayor refinamiento por parte
de Platón. En su Historia Herodoto utiliza un abundante material folclórico aceptando
versiones rurales de acontecimientos históricos. Por su parte, Platón recurre al mito como
forma de persuasión, método o fórmula que pudo apreciar en su maestro Sócrates y él lo
practicaba en alguna de sus obras. En el último libro de La República, Fedón, Fedro y
Gorgias.
Desde el siglo XIX hay unas nuevas perspectivas en la interpretación de los mitos por causa
de los estudios iconográficos. Hasta el momento en que la Mitología empieza a formar parte
de las disciplinas universitarias el mundo de la imagen no era mas que un simple adorno o
complemento del lenguaje escrito. Así lo pensaban tanto los filósofos y hasta los propios
arqueólogos que prestaban más atención a las laudas, epígrafes, etc. Una de las primeras
personas que supo poner en valor el lenguaje figurado junto al lenguaje literario fue el
alemán Carl Robert que en 1887 escribe un tratado llamado Bil und Lied (Imagen y Canción).
Allí se viene a demostrar cómo a través de la obra de arte se puede enriquecer el propio
mito literario. Pero es más, las imágenes artísticas nos van a permitir muchas veces
aproximarnos a mitos perdidos en la tradición literaria o incluso constatar la antigüedad de
un motivo mitológico que si sólo fuera por los textos, lo consideraríamos más reciente.
VASO FRANÇOIS
ÁNFORA CORINTIA
Del siglo VI a. C. y conservada en el museo del Louvre. Aparece el héroe Tideo, del ciclo
tebano, a punto de dar muerte con su espada a la bella Ismene mientras, el héroe
Periclimenoi huye aterrorizado de la escena. Este pasaje no se encuentra escrito en ninguna
fuente del ciclo tebano.
1. - MITOS DIVINOS
Hay que considerar un doble, los Mitos Cosmogónicos y los mitos sobre el nacimiento y
evolución de los dioses del Olimpo. Cosmogonía, etimológicamente resulta de unir Cosmos
(Mundo) y Gignesthai (lo que va a nacer), por lo que significa el “nacimiento del mundo”. Los
Mitos Cosmogónicos tratan sobre la formación del mundo, del universo, de cómo se separan
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el cielo y la tierra por su hijo Cronos y como Zeus y sus contemporáneos sustituyen a los
dioses primitivos de la Naturaleza.
a) Los mitos cosmogónicos muestran unos paralelismos indudables con otros mitos
orientales en general y con mitos acadios y babilónicos en particular. La principal
fuente literaria será la Teogonía de Hesíodo.
b) Los mitos sobre el nacimiento y evolución de los dioses del Olimpo. Los dioses son
inmortales y eternamente jóvenes, dotados de gran belleza, enorme poder y de una
serie de facultades inaccesibles para el hombre. La impresión general que
obtenemos es que los dioses quedaron relegados a una majestuosa inactividad,
sobre todo cuando los comparamos con los relatos de los intrépidos héroes. Sólo se
ocupan de que se cumplan sus designios, de dar órdenes a través de sus mensajeros.
Ellos no se implican. Zeus y sus amoríos. Sus matrimonios y sus hijos serán los
principales protagonistas. Nuestras principales fuentes serán Homero, Hesíodo y
Píndaro.
dios olímpico. No duda en enfrentarse al propio Zeus para favorecer a los hombres.
Son célebres los desacatos contra Zeus, como el engaño de los sacrificios, el robo
del fuego y la creación de la primera mujer: Pandora. Pandora es la que posee todos
los dones, todos los regalos. Ella es la causante de los males y de las enfermedades.
Se expandieron por todo el mundo al abrirse la caja de Pandora, que no sería una
caja como tal, sino un ánfora. Se le prohibió abrirla pero no pudo resistir la
tentación. Abrió la tinaja y dejó escapar todos los males y al cerrar de nuevo, tan
sólo quedó dentro la virtud de la esperanza. La fuente principal para acercarse a la
figura de Prometeo es el Prometeo encadenado de Eurípides.
c) Los mitos heroicos. Los héroes fueron definidos por Homero y Hesíodo como
aquellos personajes que combatieron ante las ciudades de Tebas y Troya, que por lo
tanto ya murieron y viven en la Isla de los Bienaventurados o bien viven con Hades
(infierno), el Plutón romano, hermano de Zeus. Genealógicamente los héroes están
emparentados con los dioses porque descienden de ellos. Cuando un dios se une
amorosamente a una diosa, nace un dios. Pero si se une a un mortal, nace un héroe.
Comparten con los hombres su mortalidad, pero es por su inteligencia por lo que se
asemejan a los dioses. Suelen ser los antepasados o fundadores de determinadas
familias, tribus o ciudades que le rinden un culto específico. No son dioses, pero
reciben culto. Un culto menor, pero en definitiva, culto.
d) Los mitos pertenecientes al período histórico. Son de invención tardía. Son más
modernos. Personajes históricos, de existencia real, son elevados al estadio de
héroes, categoría de semi-dioses cuando han fallecido. Nunca en vida. Ejemplo fue
el rey Creso de Cidia o el boxeador Cleomedes. Unos detentaron el poder político
(jefes, grandes generales, etc.) o bien otros fueron grandes deportistas que han
dado gloria a determinada ciudad y son considerados como héroes nacionales. Ésto
sucedió a partir de los siglos VIII y VII a. C. Son de época literaria. No se conocen
de antes.
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Llamamos mitos cosmogónicos a aquellos que narran el origen del Cosmos y de los dioses y
las narraciones que suceden en una época mitológica muy remota. El mito primordial es
anterior a la generación del hombre, es antes que el primer ser humano. Existe un acerbo
común cosmogónico que se extiende por buena parte del Próximo Oriente, desde Anatolia
hasta el ámbito sirio y fenicio. Un acerbo común del que participa también el mundo griego
en rasgos muy concretos. Los mitos cosmogónicos funcionan de una manera universal.
Utilizando la experiencia de Mircea Eliade, operan siguiendo un modelo arquetípico.
Mediante estos mitos el hombre griego elabora su propia imagen del mundo. El Caos,
divinidad griega, que etimológicamente significa “el bostezo inicial de la Naturaleza”, se va
a transformar en mundo organizado. Dentro de su esquema marcadamente antropomórfico
y sexual se va a explicar la relación entre el Cielo y la Tierra, Urano y Gea, sus uniones y
separaciones sucesivas y a continuación estas narraciones cosmogónicas se van a convertir
en narraciones teogónicas, es decir, pasan a relatar el origen de los dioses.
Estos orígenes del Cosmos por una parte y de los primeros dioses o divinidades
primordiales por otra, van a ser presentados por Hesíodo en su Teogonía de una manera
encantadora y a la vez sencilla y directa. Los historiadores de la literatura griega han visto
grandes paralelismos entre la Teogonía de Hesíodo y un poema hitita llamado El reinado de
los cielos del que es autor Kumarbi. Ello viene a probar una vez más la difusión de este
tejido mítico cosmogónico que se produce durante la expansión comercial micénica durante
la Edad del Bronce o en todo caso durante la llamada época orientalizante, a partir del siglo
VIII a. C., cuando Grecia vuelve a abrirse, comercialmente hablando, a todo el
Mediterráneo y particularmente al Próximo Oriente.
Otros poetas griegos y latinos posteriores cantaron el origen del mundo con idéntica
fascinación que Hesíodo pero con un mayor refinamiento erudito. Este es el caso de
Apolonio de Rodas en el Libro I de su Argonáuticas, de Virgilio en sus Églogas, Ovidio en el
inicio de su Metamorfosis.
EL CAOS Y SU DESCENDENCIA
Hesiodo define a Gea como “la de ancho seno, la sede siempre segura de todos los
inmortales que habitan en la nevada cumbre del Olimpo”. Hesíodo va a situar en el mismo
nivel de categoría que a Gea a los otros dioses: Tártaro y Eros. Tártaro es el abismo
primordial, es decir, la región más profunda del mundo y Eros es la personificación del amor
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primordial. Los hijos del Caos fueron: Erebo y Nicte. Erebo significa tinieblas y Nicte es la
personificación de la noche. Según un verso intercalado en la Teogonía de Hesíodo estos
dos hermanos se unieron entre sí y tuvieron otros dos hijos: Éter, que es la atmósfera
superior y Día, en griego Hémera, que es la luz del día.
Nicte va a desempeñar un importante papel en la Tierra. Diosa con mucho poder. Se la llamó
“la terrible”. Es madre de numerosas abstracciones personificadas:
Moro, el destino; los gemelos Thanatos e Hipnos, como la muerte y el sueño. Se dice que
Hipnos llegó a tener hasta mil hijos, siendo el más famoso Morfeo (de donde deriva morfina
sinónimo de adormecimiento). Los Oniros que son los ensueños; Momo que es el sarcasmo;
Oicis, que es la aflicción; Némesis que significa la venganza divina; Ápate es el engaño;
Filotes que representa el afecto; Gera será la vejez; Éride representará la discordia. Las
Moiras, son las diosas encargadas de señalar el destino individual de cada hombre y
fundamentalmente señalar la hora de su muerte. Tienen su nombre individual: Cloto,
Laquesis y Átropos. Ceres significa hermanas. Son espíritus malignos causantes de todo
tipo de desgracias, como la ceguera y otras enfermedades comunes. Estige a la que sólo
Higinio la considera como la hija de la noche. De ahí la Laguna Estigia que simboliza el
mundo subterráneo en el que está Caronte quien con su barca pasa el alma de difunto de
una orilla a otra del río. Por último vemos a Hespérides que es un jardín situado en el
extremo más occidental del mundo. Con fuentes de ambrosía que es el alimento de los
dioses, con árboles con manzanas de oro que protagonizarán uno de los trabajos de
Hércules. Este jardín se localizaría en Andalucía en el reino de los Tartessos.
MORO
THANATOS
HIPNOS
CAOS ONIROS
MOMO
OICIS
NÉMESIS
ÁPATE
EREBO NICTÉ FILOTES
GERA
ÉRIDE
MOIRAS CLOTO
ÉTER DÍA Ó LAQUESIS
PARCAS ÁTROPOS
CERES
ESTIGE
HESPÉRIDES
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LA DESCENDENCIA DE GEA
Hesíodo nos dirá de los Cíclopes que eran semejantes a los dioses menos en una cosa y es
que tenían un solo ojo en mitad de la frente. Es el rasgo físico más descriptivo y
reconocible desde el punto de vista artístico. Pero los cíclopes carecen de descendencia y
son mortales lo que es una excepción. Son tres y son herreros. Se llaman Brontes,
Estéropes y Arges. Ellos forjarán en su fragua los atributos de Zeus: el Trueno, el Rayo y
el Relámpago. Estos cíclopes primitivos no han de confundirse con otros cíclopes bucólicos
que protagonizan La Odisea de Homero, donde el más célebre fue Polifemo. Y tampoco
deben ser confundidos con esos otros cíclopes que erigieron las murallas de las ciudades de
Tirinto y Micenas según nos relata Estrabón. Los Hecatonquires son seres gigantescos que
cada uno tenía cien brazos y cincuenta cabezas y también carecen de descendencia. Son
Coto, Briáreo y Giges. De la unión de Gea con su hijo Ponto nacieron los Póntidas, que son
cinco: Tres hombres y dos mujeres. Los varones son Nereo, Taumante y Forcis, llamados
los ancianos del mar, mientras que las hembras serán Ceto y Euribia, divinidades pónticas.
OCÉANO
CEO
CRÍO
HIPERIÓN
TITANES IÁPETO
CRONO
Y TEA
REA
TITÁNIDAS TEMIS
NEMOSINES
FEBE
TETIS
URANO GEA
BRONTES
CÍCLOPES ESTÉROPES
G E A ARGES
COTO
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HECATONQUIRES BRIÁREO
GIGES
ERINIAS
GIGANTES
MELIADES
MONTAÑAS
NEREO
TAUMANTE
PONTO GEA PÓNTIDAS FORCIS
CETO
EURIBIA
Los dos primeros que se unen son Océano y Tetis y de esa unión de ambos hermanos nacen
los ríos de la Tierra que serán tres mil ríos varones y tres mil ríos hembras, que reciben el
nombre genérico de Oceánides. Los principales ríos varones son Inaco que es el fundador
de la dinastía real de Argos. A continuación Aqueloo que se une con una musa llamada
Melpómene y de esta unión nacerán las Sirenas, que son seres femeninos híbridos con
cabeza y busto de mujer y cuerpo, alas y garras de ave. Las Sirenas vivían en la Isla de las
Sirenas y tenían el poder de emitir una voz muy aguda (el canto de las sirenas), una especie
de chillido que hipnotizaba a los marinos provocando el hundimiento de los barcos para
posteriormente devorar sus cuerpos, pues eran unas aves caníbales. Los marinos siempre
evitaban los mares próximos a esta isla. Nilo fue el primer rey de Egipto y sirvió de eslabón
entre las genealogías de Argos y Tebas. Luego está el río Enipeo, cuyo episodio más
célebre son sus amoríos con la princesa Tullo, princesa fenicia.
Los ríos femeninos son las Oceánides: Asia, Pleíone, Electra, Dóride, Metis, Estige,
Eurínome y Fílira. La oceánide Asia se une a Iápeto y tienen cuatro hijos varones: Atlas
Prometeo, Epimeteo y Menecio. El primero ha dado nombre al océano Atlántico y a la
cordillera norteafricana. Epimeteo será el esposo de Pandora.
Pleíone se une a Atlas y nacen los Atlántides o Pléyades. Electra se une a Taumante y de
esta unión nacerán Iris y las Arpías. El primero es la personificación del Arco Iris y las
Arpías (las rapaces) son tres hermanas: Aelo (tempestad), Ocípete (rauda voladora) y
Celeno (la tenebrosa), aladas, con garras de águila y temperamento odioso.
Dóride se une al póntida Nereo. De esta unión nacerán las Nereidas que son cincuenta
divinidades. (Entre ellas están Tetis, madre de Aquiles, Anfitrite, casada con Poseidón,
convirtiéndose en reina del mar. Galatea, que se enamoró de ella Polifemo pero ella lo
estaba de Acis y por último Psámate)
La siguiente oceánide es Metis que se une a Zeus y nace Pallas Atenea. Estige, uno de los
ríos del infierno donde mora Caronte, se casa con Palante y de esta unión nacerá Nike (la
Victoria). Eurínome se une a Zeus y conciben las Tres Gracias: Aglaya, Eufrosine y Talia,
compañeras de Afrodita y representan la belleza.
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Fílira se une al Titán Crono y nace el Centauro Quirón, mezcla de hombre y caballo. La raza
se caracteriza por ser de hombres crueles y violentos, aunque sólo dos: Quirón y Foco se
van a caracterizar por la bondad. Mnemosine se une con Zeus y nacen las nueve Musas. De
Ceo y Febe nacerán Asteria y Leto. De Hiperión y Tea nacerán Helio (el Sol), Selene (la
Luna) y Eos (la Aurora). Temis se unirá a Zeus y nacerán las Horas. Crono se unirá también
a Rea y de esta unión nacerá la primera generación de dioses olímpicos, que serán tres
hembras y tres varones: Hestia (Vesta), Demeter (Ceres), Hera (Juno), Hades (Plutón),
Poseidón (Neptuno) y Zeus (Júpiter) y sus descendientes son dioses olímpicos. Crío y
Euribia engendrarán a Astreo, Palante y Perses.
OCÉANO
RÍOS DE LA TIERRA ****(Ver cuadro siguiente)
TETIS
T MNEMOSINE
NUEVE MUSAS
ZEUS
IAPETO ATLAS
I PROMETEO
EPIMETEO
ASIA MENECIO
CEO
ASTERIA
LETO
FEBE
T
HIPERIÓN HELIO
SELENE
TEMIS
A
HORAS
ZEUS
CRONO
CENTAURO QUIRÓN
N
FILIRA
DEMETER (CERES)
HERA (JUNO)
HADES (PLUTÓN)
E POSEIDÓN (NEPTUNO)
REA ZEUS (JÚPITER)
CRIO ASTREO
PALANTE
S
EURIBIA PERSES
Inaco
Asia Iápeto
Atlántides
Pleíone Atlas ó
Pléyades
OCÉANO
Iris
RIOS Electra Taumante Aelo
Arpías Ocípete
Celeno
DE LA Dóride Tetis
Anfititre
Nereidas
Oceánides Galatea
TIERRA Nereo Psámate
TETIS
Metis Zeus Atenea
Estige Palante Nice
Tres Aglaya
Eurínome Zeus Eufrosine
Gracias Talia
Fílira Crono
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El máximo apogeo del arte pergaménico coincide con el reinado de Eumenes II en el siglo II
a. C. Fue entonces cuando se construyó el gigantesco altar, templo períptero, rodeado de
columnas jónicas, en forma de ” U “. La importancia de la decoración escultórica está en el
gigantesco friso que rodea al altar, que mide más de dos metros y medio de alto y una
longitud lineal de diez metros.
El hilo argumental plástico es la Gigantomaquia: La lucha entre los dioses olímpicos y los
gigantes (maquia significa lucha, combate), donde existen muchas representaciones de los
dioses primordiales. Los primeros dioses de la Naturaleza no tienen mucha representación
plástica. Es el caso de la diosa Tierra. Su presencia a lo largo de la Historia del Arte es
mínima y en este altar hay una de las pocas representaciones que de ella se han hecho.
Aparece de medio cuerpo saliendo de la tierra implorando por sus hijos los gigantes. Es
quien suplica para que los dioses respeten a sus hijos. Es un rostro afligido, como una
dolorosa. El personaje principal es la diosa Pallas Atenea, diosa de la guerra que sujeta por
los cabellos a uno de los gigantes. Pallas aparece con coraza y con todos sus atributos, el
yelmo, etc y una joven alada la corona (es Nike o Victoria). En los personajes hay pathos
(angustia) y se los ha denominado el barroco pre-jónico.
Se sabe por las descripciones contemporáneas cuales son los atributos de esta diosa. Del
mismo modo se representa a la Aurora: Noble matrona, de edad madura, en actitud belicosa
con objetos (cántaro) en las manos, con los que somete a los gigantes.
Eran las encargadas de señalar el destino de los hombres. La imagen proyectada es una
pintura italiana de la segunda mitad del siglo XVI perteneciente al palacio Barberini de
Roma y nos muestra el concepto heroico de la Naturaleza. La muerte contemporánea
aparece con la guadaña y es un esqueleto, mientras las Parcas, Cloto aparece con una rueca,
Laquesis con el hilo y Átropos con las tijeras con las que cortará el hilo, lo que significa
interrumpir la vida. Aparece un anciano con la clepsidra, el reloj de arena que marca el paso
del tiempo. El amor queda representado con Cupido (Eros) y el mundo de las riquezas con
las monedas de oro esparcidas por el suelo. La joven de color en representación de los
progresos de la Humanidad con el descubrimiento del Nuevo Mundo. De espaldas a nosotros
se aparece una divinidad fluvial: Río. Se puede representar como un accidente geográfico o
en su versión antropomórfica.
LAS SIRENAS
Cerámica del siglo V a. C., obra del Maestro de la Sirenas que se conserva en el Museo
Británico. Pertenece al período clásico. Presenta esta pintura una cabeza femenina y el
resto del cuerpo con alas y garras (descripción histórica). Cerámica roja.
RÍO NILO
RÍO BETIS
Atribuida a Pitócritos de Rodas a principios del siglo II a. C. Es uno de los tesoros del
Museo del Louvre. Es un ángel femenino haciendo un uso magistral el autor de la técnica del
paño mojado. Fue labrada para conmemorar una victoria naval y da la sensación de ser como
el mascarón de proa de un navío. Destacan el ombligo, los senos y sobre todo la armonía en
el revuelo de las ropas, adaptadas en sus pliegues a la fuerza del viento que impulsa la nave.
La Niké alada daba el triunfo con su presencia al bando sobre el que se posaba. Aunque esta
Niké se supuso que había sido labrada para conmemorar la victoria de Demetrio Poliorcetes
sobre Ptolomeo III en el 305 a. C.
De la unión de Gea con su hijo Ponto nacieron los Póntidas, que son cinco: Tres hombres y
dos mujeres. Los varones son Nereo, Taumante y Forcis, llamados los ancianos del mar,
mientras que las hembras serán Ceto y Euribia, divinidades pónticas.
De la unión de Forcis con su hermana Ceto nacen las Fórcides que son seis hijos: Las tres
Greas y las tres Gorgonas. Las primeras son conocidas como “las viejas” en la Mitología.
Las fuentes literarias dicen que ya nacieron ancianas y se caracterizan por tener el pelo
cano y también citan que, a pesar de la ancianidad, conservaron los cutis tersos. Hay
autores que las llamaron “las de las tersas mejillas”. Carecen de descendencia. El rasgo más
anecdótico de su aspecto físico es que tenían un solo ojo y un solo diente entre las tres. Se
las relaciona con las aventuras de Perseo y es a partir de ahí cuando adquieren cierto
protagonismo.
El segundo grupo sería el de las tres Gorgonas: Esteno, que significa “la perversión social”.
Euríale, que sería la personificación del “exceso sexual”. Y por último Medusa, que es la
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personificación de la “vanidad”. Las dos primeras son inmortales y Medusa es mortal. Las
tres hermanas eran seres horripilantes de carácter y de aspecto. Poseían cabellos que eran
serpientes en sinnúmero. Eran seres alados, con alas de oro y con sus manos eran de
bronce. Por su boca asomaban unos colmillos sobresalientes y eran muy queridas por los
hombres por el efecto sobrenatural que emanaba de sus rostros. Todo el que las miraba de
frente quedaba petrificado, efecto que en el caso de Medusa, persistiría más allá de su
propia muerte, pues la cabeza cortada de Medusa producía el mismo efecto.
Medusa es la Gorgona que fue decapitada por Perseo. Las fuentes literarias dicen que de
las heridas abiertas en el cuello de Medusa brotaron los dos hijos que había concebido tras
la violación de Poseidón: El caballo alado Pegaso y el gigante Crisaor. Hay que decir que
entre las funciones de Pegaso estaban las de transportar los atributos de Zeus: el rayo, el
trueno y el relámpago. Crisaor es conocido en los textos como “el de la espada de oro” y fue
padre de Gerión, ser gigantesco muerto por Hércules en el transcurso de uno de sus
célebres trabajos. Es descrito como un coloso de tres cuerpos unidos por la cintura.
FORCIS GREAS
ESTENO
P FORCIDES GORGONAS EURIALE
MEDUSA
CETO CRISAOR
O
PEGASO
POSEIDÓN
N NEREO
TETIS
ANFITITRE
T NEREIDAS
GALATEA
I PSÁMATE
DÓRIDE
TAUMANTE
D IRIS
AELO
A HARPÍAS OCÍPITE
CELENO
S ELECTRA
EURIBIA ASTREO
PALANTE
CRÍO PERSES
**(Las Póntidas son las subrayadas)
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El primer descendiente va a ser Orto, perro de dos cabezas, cuyo propietario era Gerión.
Al acabar Hércules con Gerión, también, con un mazazo, acabó con la vida de Orto.
Otro monstruo será la Hidra de Lerna. Es uno de los muchos monstruos que fue muerto por
Hércules. Tenía cuerpo de perro. Era policéfalo (tenía entre cinco y cien cabezas de
serpiente) y lo más característico es que su sangre contenía un veneno mortal para los
hombres. Fue el causante indirecto de la muerte de Hércules.
Quimera, monstruo híbrido. Se le imagina con cabeza de león, cuerpo de cabra o perro y
cola de serpiente. Su principal característica es que por sus abiertas fauces vomitaba
fuego. Fue muerta a manos de Belerofonte quien introdujo en su boca un trozo de plomo
que con el calor del fuego, se fundió, corroyéndole las entrañas y así murió.
Esfinge es un monstruo híbrido con cabeza y busto femenino y el resto del cuerpo de león o
leona. Su principal característica es que está dotada de alas (las Esfinges de Gizeh y
Luksor no tienen alas). Aparece muy ligado este personaje al llamado “ciclo tebano” y
especialmente a la figura de Edipo.
León de Nemea era gigantesco pero además era invulnerable. Murió estrangulado a manos
de Hércules en el que fue el primero de sus doce trabajos y al parecer utilizó las propias
garras de Nemea para desollarlo. Esta piel de león se convirtió en el ropaje más
característico de Hércules.
Helios, Selene y Eos (Aurora), hermanos, son los tres dioses más representados en el
mundo del Arte. Presentan idénticas características iconográficas.
Helios. El santuario de Helios era la isla de Rodas. Allí se le levantó una colosal estatua de
bronce, conocida como “El Coloso de Rodas” y que era una representación de Helios. Por
desgracia esta estatua, una de las maravillas de la Antigüedad, no ha llegado hasta
nosotros. Sólo la conocemos por las fuentes literarias que la sitúan en la bocana del puerto
de Rodas, con un pie en cada lado del puerto y que se divisaba desde una gran distancia,
sirviendo de guía a los marinos.
Como dios solar se va a representar como un dios amigo que conduce un carro de cuatro
caballos que le sirven para hacer su recorrido diario de este a oeste (la trayectoria del sol
con relación a la tierra). Alrededor de su cabeza tiene una diadema de rayos como ráfagas
de luz del astro solar.
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Es una estatua de bronce sobredorado del siglo XVII, barroca, que encuadra el principal
estanque de este palacio. Luis XIV se autoproclama el “Rey Sol” y su equiparación con el
dios mitológico es esta fuente. Aparece el carro de Helios tirado por los cuatro caballos
como si emergiese de las profundidades de la fuente, rodeado de una serie de caracolas
que anuncian la salida del dios. Es de autor anónimo.
Se le conocen aventuras amorosas con Zeus pero su amor más célebre fue con un pastor
llamado Hegión. De esta unión surgieron cincuenta hijas. En una ocasión pidió un deseo a
Zeus el cual se le concedió. Dormir eternamente, pero eternamente joven y bella. En este
grabado la diosa Selene se acerca volando hacia la figura de su amado, que queda
encuadrada por el astro lunar con una serie de angelitos. El amado Hegión aparece
dormitando y a su lado aparece un perro también dormido. Junto al árbol en que se apoya
hay un carcaj o funda de flechas indicativo de que Hegión es cazador.
Aurora ó Eos. Homero la llama “la del peplos de azafrán”, haciendo alusión a las
tonalidades anaranjadas que tiene la aurora al despuntar el día. Es la portadora del rocío,
de gotas del rocío.
Es una bella escultura, del siglo V a. C., época pre-clásica, de gran plasticidad.
El guerrero Titono era hermano del rey Príamo de Troya. Para él consiguió Eos de Zeus la
inmortalidad, pero se le olvidó pedir la eterna juventud por lo que el cuerpo fue
envejeciendo y arrugándose, según los textos, hasta el punto de que se convirtió en una
cigarra que Eos guardó en una jaula de cristal, conservándolo en su palacio.
Gorgona Medusa, pues aparece con un caballo en el brazo derecho que representa a su hijo
Pegaso. El autor nos muestra un rostro de máscara expresionista, con grandes ojos, boca
entreabierta, cierta actitud de burla (asoma la lengua), aunque las alas y los bucles de la
frente nos podían recordar a sus hermanas. La postura de las piernas indica que podría
estar corriendo, aunque pueda ser una postura para adaptarla al marco en que se ha de
situar.
Hacia 1635 Bernini esculpe en mármol este magnífico busto que se encuentra en el Palacio
de los Conservadores de Roma. La cabellera son serpientes, con magníficos efectos de
claroscuros, por el trabajo de trépano y que enmarcan un bellísimo rostro que denota el
clasicismo de Bernini.
Es la más antigua que se conserva, del 565 a. C. y actualmente en el Museo de Delfos, pues
procede de las excavaciones realizadas en el Santuario de Gea en Delfos. Es arcaica, por lo
que aparece con la “sonrisa arcaica” y el tratamiento del cabello sobre los hombros. Tiene
las alas perfectamente desplegadas y el cuerpo en actitud de reposo.
ESFINGE
Del siglo VI a. C. conservada en el Museo Británico. Al ser una pintura pudo poner el autor
una pata en el aire, lo que hubiese sido impensable en una estatua de bulto redondo.
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URANO (Caelus en Roma). Va a ser el primer gobernante del Mundo. El primero en el Trono
de los dioses. Odiaba a todos los hijos que iba engendrando con su madre Gea (la Tierra) y
a medida que nacían los ocultaba en el Tártaros. Gea, llena de dolor por el trágico destino
de sus hijos, los incita en contra de su padre en una emboscada, pero de todo ellos el único
que hizo frente a la figura paterna fue Cronos, el más pequeño. Aleccionado por su madre y
aprovechando la unión amorosa de Urano y Gea, sus padres, durante la noche, castró a su
padre con una hoz dentada, arrojando sus testículos al mar.
Una vez más Hesíodo trata este mito de la castración de Urano, de gran importancia por el
hecho en sí mismo y por las consecuencias. De su sangre caída sobre la Tierra, pasado un
año, se engendraron las Erinias, los Gigantes y las Melíades.
Las Erinias, encargadas de vengar los crímenes, especialmente los parricidios, fueron tres.
Su aspecto es horrible, semejante al de las Gorgonas y como ellas, poseían cabellos de
serpiente, pero en sus manos van a tener látigos y antorchas.
Los Gigantes son seres colosales, de grandes proporciones donde su poder es semejante al
de los dioses, pero, son mortales. La lucha entre los Gigantes y los dioses olímpicos se
conoce como Gigantomaquia. Su iconografía más antigua nos muestra a los gigantes como
fueron armados de una manera muy convencional, como simples guerreros, pero a partir del
arte helenístico y durante todo el período romano se representarán como seres
corpulentos, dotados de alas y con serpientes enroscadas en los brazos y piernas. En el
Altar de Zeus aparece Pallas Atenea cogiendo a un Gigante.
Las Melíades. De ellas sabemos muy poco Eran ninfas que habitaban en los fresnos. En el
mundo antiguo a los fresnos se les consideraba los árboles idóneos para hacer lanzas. Es
una madera de una condición ligera, lo que la hace la más idónea para este tipo de armas.
(Por otra parte será Hesíodo quien nos revele que en el preciso instante de su nacimiento,
Afrodita estuvo con dos dioses más: Eros (dios del Amor) e Hímeros (dios del Deseo).
Afrodita encarna en el mito griego a la sexualidad que es polivalente. Actúa en distintos
sentidos, uniendo o separando a los miembros de un matrimonio, alterando las relaciones
normales entre padres e hijas y madres e hijos, o haciendo que esas relaciones discurran
por cauces normales dando lugar a la fecundidad y consolidando el matrimonio.
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Uno de los mitólogos más prestigiosos de la actualidad, Georges Dumézil, comparó en su día
el mito de la castración de Urano con ciertos rituales hindúes que aparecen escritos en
Atharva Vela, obra maestra hindú.
La sangre de Urano fue fecunda. Produjo las Erinias, los Gigantes y las Melíades. Han sido
los Gigantes quienes han tenido mayor representatividad. En el mundo romano se los
representaba en tamaño gigantesco y con alas. En el siglo IV a. C. se les representaba como
a unos guerreros. En este friso de la diapositiva se representa la lucha entre gigantes y
leones. Es un guerrero hoplita, con un casco que le oculta la cabeza. Tan sólo permite ver
los ojos y la boca.
TRONO LUDOVISI
Es la obra más importante hallada en la Magna Grecia, que apareció en Roma y se encuentra
ahora en el Museo de las Termas. Es del siglo V a. C. La escena representa el nacimiento de
Afrodita. Afrodita está en las costas de Chipre y aparece junto a dos Horas que se
aprestan a cubrir su cuerpo desnudo. Se utiliza la técnica de “los paños mojados”, pues
aunque la diosa está vestida, parece como si estuviese desnuda. La interpretación de este
Trono Ludovisi no es unánime. Otros interpretan como un baño ritual de Eos que hacía cada
año para recuperar de este modo su virginidad para Zeus su esposo.
Pompeya y Herculano quedaron cubiertas por la lava del Vesubio y fue nuestro Rey Carlos
III, cuando era rey de Nápoles, quien mandó realizar los primeros trabajos para sacar a
estas ciudades de debajo de la capa de lava. En el jardín de la casa apareció una pintura del
siglo I a. C. con la representación del tema del nacimiento de Venus. Aparecen elementos
reconocibles, como la gigantesca concha que le sirve de embarcación (Plauto fue el primer
autor latino que la cita). También aparecen dos angelitos. El de la izquierda cabalga sobre
un delfín. Son Eros e Hímeros.
Es la joya de los Uffizi en Florencia. Esta situado frente a la pintura de “La Primavera” del
mismo autor. Fue encargado por Lorenzo di Pierfrancesco a Boticelli para su villa de
Castello en las afueras de Florencia. La interpretación de este cuadro se realizó a la luz de
la filosofía neoplatónica que se desarrolla en el jardín del palacio de Lorenzo el Magnífico,
junto a Piero de la Girándola. Boticelli usó como modelo a la amante de Lorenzo el
Magnífico, Simonetta Vespucci, que aparece desnuda, sobre la concha que es impulsada por
Céfiro, el viento, quien aparece con los carrillos hinchados por el efecto del soplo, abrazado
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a la ninfa Cloe. Caen pétalos de rosas desde el cielo. A recibirla a las costas de Chipre
acude una de las Horas o la Primavera, con una túnica floreada, con racimos de flores. Es el
más hermoso poema dedicado al desnudo femenino. También se atribuyó este tema a
Apeles, pero por desgracia no nos ha llegado ninguna de sus obras. Sólo conocemos
descripciones por los textos y Boticelli pintó este cuadro basándose en los textos
literarios.
Conservada en el Museo del Prado. La tipología de la diosa recuerda a Rubens por sus
carnes mórbidas, sus cabellos rubios. Aparecen Poseidón y su esposa Anfititre junto a su
hijo Tritón. Le piden a Afrodita que no abandone el mundo marino. Le ofrece un collar de
perlas que Venus desprecia. Aparecen igualmente dos amorcillos que representan a Eros e
Hímeros.
Se van a producir batallas entre padres e hijos por conseguir el trono del Olimpo. Hemos
visto la castración de Urano por su hijo Cronos.
Cronos en la mitología romana es Saturno y según la tradición órfica además de ser un rey y
un dios gobernante, es, ante todo, la personificación del tiempo.
Cronos va a ocupar el poder supremo tras haber mutilado a su padre Urano. Cronos era un
Titán que se casó con su hermana la Titánida Rea con la que tuvo seis hijos. Esos seis hijos
son los que conocemos como los Dioses Olímpicos. El más pequeño va a ser Zeus. Cronos va
a emular a su padre Urano en este odio tan feroz hacia su propia prole, pero de una manera
más cruel y dura porque en este caso va a devorar a sus propios hijos en el mismo momento
en que Rea los alumbraba. Así sucedió con los cinco primeros y cuando le llegó el turno a
Zeus, el último, Rea su madre, asolada por el destino que le esperaba a su último hijo, pidió
ayuda a sus padres Urano y Gea quienes le aconsejaron que huyese hacia Creta, a una isla
llamada Licto. Rea tuvo que engañar a su esposo Cronos y lo hizo del siguiente modo: Le
entregó una gran piedra envuelta en pañales, simulando que fuese un recién nacido que
Cronos engulló sin ninguna consideración.
Uno de los episodios más curioso es el que hace referencia a los Curetes, habitantes de una
tribu que se dedicaban a chillar y golpear sus escudos con las lanzas con la finalidad de que
Cronos no escuchase el llanto del pequeño Zeus y poder seguir con el engaño de Rea.
La tradición más comúnmente aceptada afirma que Zeus fue criado con la leche de la cabra
Amaltea, y dice que uno de los cuernos de dicha cabra era el Cuerno de la Abundancia.
Se dice que Zeus, con objeto de premiar los servicios de Amaltea, la convirtió en la
constelación Capricornio. Amaltea no sería el nombre de una cabra, sino el nombre de una
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doncella que amamantó a Zeus. Esta nodriza tenía una hermana llamada Melisa. Era la
encargada de alimentar al pequeño Zeus con miel. Es decir, Zeus fue alimentado con leche y
miel.
Una vez que Zeus liberó a sus hermanos, procedió a liberar a los Cíclopes y a los
Hecatonquires que aún permanecían prisioneros en el Tártaro desde que fueran encerrados
allí por su padre Urano. Zeus, en unión de sus hermanos y otros muchos dioses, va a
emprender una temible lucha contra su padre Cronos y los Titanes, lucha que ha llegado a
nosotros como la Titanomaquia, que duró, diez años y concluyó con la victoria de Zeus y los
Olímpicos que van a expulsar a los Titanes y los van a arrojar al Tártaro.
Homero en la Ilíada nos va a comentar el reparto del mundo que se produjo entonces: A
Zeus se le concedió el Cielo. A Poseidón, el Mar. A Hades, el Mundo subterráneo, el
Infierno. A partir de ahí, Zeus conserva su poder a perpetuidad y a pesar de los intentos
nadie se lo arrebató. Y con la figura de Zeus culmina el mito de la sucesión.
Pedro Pablo Rubens recibió el encargo de Felipe IV de pintar cien cuadros, todos de
temática mitológica, destinados a decorar la Torre de la Parada en el Palacio del Pardo de
Madrid, hoy desaparecida. Todas las pinturas se inspiraron en las obras de Ovidio y
fundamentalmente en La Metamorfosis. Hay un reducido número que se encuentra en el
Museo del Prado. Se representa a Cronos o Saturno en su ancianidad y es la representación
del odio de Cronos hacia sus hijos que los devora en el momento de su nacimiento. Aparece
con una guadaña en la mano derecha, es un personaje oscurecido. Hay tres estrellas que
señalan su reinado sobre el mundo. El patetismo se refleja en el rostro de la criatura que
se revuelve sin poder evitar que su padre devore su cuerpo. Es una muestra de angustia, se
muestra con los ojos desencajados que miran el rostro de su padre lleno de crueldad.
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Forma parte de la pintura negra de 1821-1822. Era una pintura mural de la Quinta del
Sordo trasladada a lienzo y conservada en el Museo del Prado. Goya, preso de la sordera
que le amargó la vida y el carácter, realiza una pintura negra, no solo por la paleta sino por
lo temático, con sentido de brujería o aquelarre, luchas fraticidas, mitológicas. Cronos o
Saturno devora a un hijo, ya mutilado. Cronos más parece un salvaje que un humano. El
pathos de la angustia aparece más exacerbado.
Zeus nació en Creta y fue amamantado con la leche de la cabra Amaltea. La obra de Bernini
es un grupo escultórico en mármol, que tiene una gran importancia por ser una obra
conservada y documentada de este autor que la realizó con tan sólo dieciséis años. Es una
obra que como gran parte de la colección de Bernini se encuentra en la Gallería Borghese y
era de la colección privada del gran Cardenal Borghese. Durante muchos años se pensó que
era un conjunto griego, por su gran clasicismo hasta que por fin se le asignó a Bernini. Posee
calidades místicas, como la que se aprecia en el vellón o pelaje de la cabra a la que le ha
otorgado una expresión humanizada. Está siendo ordeñada por Zeus y un sátiro
(reconocible por sus orejas puntiagudas). Viven en los bosques y son el terror de las
Ninfas).
Zeus, entre todos los dioses, es el más importante, pues es el padre, no sólo biológico, sino
el rey del Universo. La importancia de Zeus en la Historia se corresponde con las
representaciones artísticas. Esta escultura, anónima, hacia el siglo VI a. C. y conservada en
el Museo Nacional de Atenas representa a Zeus de edad madura, barbado, como signo del
poder real, desnudo y con la cintura atlética. Aquí aparece a punto de arrojar un rayo en
postura que nos recuerda al lanzador de jabalinas. Abre las piernas, extendiendo el brazo
con el rayo mientras que el otro lo avanza en actitud de mantener el equilibrio. El rayo se
representa de manera esquemática.
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ZEUS DE OTRÍCOLI
En realidad es la copia romana del original griego del siglo IV a. C. que se atribuye a Briaxis
y que se conserva en el Museo Vaticano. No hay mayor nobleza en el rostro enmarcado con
una cabellera leonina, con abundancia de mechones ensortijados. Estas representaciones de
Júpiter debieron de servir de modelo para representar a Jesucristo en la Historia del
Arte, con rostro idealizado, solemne, en actitud dulce y serena. Hasta el siglo IV de
nuestra Era no se impone este modelo de Cristo, el Ciríaco. En el arte Paleocristiano se le
representa como a un joven imberbe.
Aparece una Pallas Atenea adulta, armada de los pies a la cabeza. Nació de la cabeza de
Zeus. Esta representación escultórica corresponde al frontón oeste del templo de Afaia en
Egina, hacia el 500 a. C. y cuyas esculturas se conservan en el Museo de Munich. El asunto
de ambos frontones es la Guerra de Troya y en ambos frontones es la diosa Atenea la que
aparece como protectora de las tropas atenienses. Esta figura es la única que aparece
erguida porque estaba en el vértice del frontón. Escultura vinculada al mundo arcaico, se
cubre la cabeza con un casco corintio, empuñaba en origen una lanza con la mano derecha y
un escudo circular en la izquierda. Es la Atenea Promachos.
Se correspondería con el aspecto que la Acrópolis debía presentar en la primera mitad del
siglo V a. C. en el reinado de Pericles. En esos años Atenas fue reconstruida tras la
destrucción infringida por los Persas y Fidias fue el director artístico de ese proceso.
Aparecen los Propileos, el templo de Niké, y el Erecteion con el balcón de las Cariátides,
junto a cuyo templo Atenea plantó el primer olivo que era exhibido como una reliquia.
ATENEA GIUSTINIANI
En el Museo Vaticano es una copia romana del original griego del siglo IV a. C. donde
aparece con casco y lanza y la serpiente enroscada al pie de la lanza.
Conservado en la Gallería degli Uffizi. Sería como la encarnación de la virtud que domina el
vicio representado por la raza violenta de los Centauros, seres medio caballo y medio
hombres. Aparece con la cabeza decorada con ramas de olivo y lleva en su mano una
alabarda en vez de una lanza, en tono decorativo. Boticelli incluye unas ruinas de
arquitectura clásica y un paisaje lacustre. La pintura cabría entenderla con un tono político:
La victoria de la República de Florencia sobre la de Siena. Había sido un encargo de los
Médicis.
En primer lugar, hacer una introducción a la figura del propio Zeus. Cuáles son sus
propiedades y los peligros que hubo de afrontar. Zeus es el padre de todos los dioses y es
adorado por todos. Zeus, etimológicamente, esta relacionado con la raíz indoeuropea que
significa “brillar”. Zeus es la divinidad del cielo luminoso y de los fenómenos atmosféricos.
Sus atributos son el Rayo, el Relámpago y el Trueno que fueron forjados por los tres
cíclopes primitivos Brontes, Estéropes y Arges. Zeus fue invocado entre los griegos como
protector de la casa y de la familia, como garante del matrimonio y del orden social, como
sustentador de los linajes reales y como defensor del derecho, especialmente de las leyes
no escritas, de la tradición, de las costumbres, etc.
El mito se extendió por todas las regiones de Grecia y su figura en Roma va a ser Júpiter.
En varias ocasiones Zeus estuvo a punto de perder su supremacía, bien porque tuvo que
enfrentarse a temibles enemigos, bien por sus insaciables apetencias eróticas. Dentro del
primer grupo debemos citar a los Gigantes, en segundo lugar a Tifón y en tercer lugar a los
hermanos Oto y Efialtes.
Los Gigantes eran hijos de Gea (Tierra) y fue ella quien los instigó y provocó la lucha de los
Gigantes contra Zeus y los dioses Olímpicos, lucha que conocemos como Gigantomaquia. El
motivo era que Gea quería vengar así la derrota y la prisión de sus hijos los Titanes, en la
lucha conocida como Titanomaquia, en que fueron arrojados al Tártaro. Zeus pudo salir
victorioso de esta contienda gracias a que un oráculo le predijo que ganaría si luchaba junto
a él un mortal, predicción que se cumplió en la figura de Hércules, protagonista decisivo de
la Gigantomaquia y sin su concurso los Gigantes se hubieran hecho con el poder. Intentaron
llegar a la cumbre del Olimpo apilando todas las montañas de Grecia, pero fueron vencidos.
Terminada la Gigantomaquia, la diosa Gea engendró con el Tártaro al temible Tifón, quien
emprendió en solitario, sin recibir ayuda, una encarnizada lucha contra Zeus y los
Olímpicos, denominada Tifonomaquia. La descripción física de Tifón nos la suministra sobre
todo Apolodoro quien nos dice que fue el ser más gigantesco que jamás hubiese nacido. Sus
ojos despedían fuego, su cuerpo tenía alas y en vez de dedos tenía cien cabezas de
serpiente. Tifón provocaba tal pánico y temor en los dioses que estos huyeron de estampida
hasta llegar a Egipto donde se metamorfosearon en animales. Zeus se convirtió en un toro,
Hera en una vaca, Apolo en un cuervo, Afrodita en un pez.
Zeus fue el único que se esforzó en enfrentarse a Tifón, pero en el primer encuentro salió
mal parado. Tifón le arrancó los tendones de los brazos y de las piernas dejando a Zeus
inmóvil. Entonces entró en escena Hermes (Mercurio), mensajero de los dioses, que logra
apoderarse de los tendones de Zeus y se los vuelve a colocar, recuperando éste la
movilidad. Entonces Zeus emprende una persecución implacable dándole caza en Sicilia y
ocultándole bajo el volcán Etna. En la antigüedad las convulsiones y erupciones del volcán se
explicaban diciendo que sucedían porque Tifón fue sepultado vivo debajo del volcán.
flechas, se disparasen el uno al otro. Por su mala conducta los dioses les condenaron, tras
su muerte, a ser atormentados por una lechuza y una serpiente.
Zeus fue un dios de una gran actividad sexual materializada unas veces en matrimonios
legítimos con diosas, hasta el número de siete y en otras ocasiones con múltiples aventuras
amorosas extramatrimoniales, unas veces con diosas y la mayor parte de las veces, con
mortales. Todos estos serían episodios amorosos de carácter heterosexual, aunque hubo un
episodio homosexual con Ganímedes, príncipe de Troya.
Como regla general cabe decir que los hijos engendrados de una diosa fueron dioses, aunque
hay excepciones y los engendrados de una madre mortal fueron mortales, pero también hay
excepciones, como Hércules, que primero fue mortal y después fue inmortalizado.
Con ella engendró a la diosa Pallas Atenea. Zeus, aconsejado por sus abuelos Urano y Gea,
devoró a su esposa Metis en pleno proceso de gestación, continuando esta gestación en el
interior de Zeus y concretamente en su cabeza. Esto lo hizo por temor a que un futuro hijo
varón lo pudiese destronar. Llegada la hora de alumbrar a la criatura llamó al herrero de
Minos Hefesto para que le propinase un hachazo en mitad de la frente de cuya herida nació
Pallas Atenea, perfectamente adulta y vestida. Nació armada como un guerrero de los pies
a la cabeza. Es una diosa augusta y virginal, sabia, belicosa y protectora del guerrero, así
como defensora de ciudades, es especial de Atenas, a la que da nombre .
Esos rasgos van a condicionar su iconografía: Virginidad, guerrera e inteligencia (ésta por
haber nacido de la cabeza de Zeus). El origen de su patronazgo sobre Atenas se explica con
el célebre mito de su disputa con Poseidón por la posesión del Ática. Ambos dioses
otorgaron un don, un regalo precioso a la ciudad. Poseidón golpeó con su tridente una roca
de la Acrópolis de la que manó una fuente de agua salada y por su parte, Atenea plantó un
olivo, que es el primer olivo conocido. Zeus, para resolver este pleito, nombró un tribunal
compuesto, para unos por los primeros reyes del Ática y para otros, por los primeros dioses
olímpicos. Sea como fuere, el hecho es que el tribunal falló a favor de Pallas Atenea lo que
provocó la indignación de Poseidón que mandó una inundación sobre la comarca.
En la entrada del puerto de Atenas, los atenienses mandaron erigir otra gigantesca estatua
para que fuese vista por los navegantes desde gran distancia: La Atenea Promachos (la
defensora) con todos sus atributos guerreros. La tradición más común señala que Pallas
Atenea conservó orgullosamente su virginidad a pesar de toda presión amorosa. En una
ocasión visitó el taller del herrero divino Hefesto, quien intentó violarla sin conseguirlo,
pero el esperma caído sobre la diosa Gea, fructificó una vez más y nació un niño llamado
Erictonio, que fue adoptado por Pallas Atenea como un hijo propio biológico. Erictonio llegó
a ser rey de Atenas y fundador de las famosas fiestas panateneas, en que las jóvenes tejen
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un peplos para ofrecerlo a la diosa. El animal predilecto de Pallas Atenea fue la lechuza. A
Pallas Atenea se la representa como una guerrera, provista de casco, lanza y escudo, un
escudo en cuyo frente suele aparecer grabada la cabeza de la Gorgona Medusa.
Aracne: habia sido discipula directa de atenea. Ella va a decir qe todo su arte lo ha
aprendido sola y qe su habilidad es mayor qe la de atenea. Atenea la va a retar para haber
quien teenia más habilidad para tejer los tapices. Atenea se va a presentar en el taller de
Aracne en forma de vieja el reto. Esta intenta qe Aracne se vuelva más modesta pero
Aracne le va a decir a esa anciana qe no se retracta y sigue diciendo que la quiere retar, la
anciana se descubre y empieza el reto.
Con su segunda consorte, Zeus va a engendrar a tres hijas, a tres divinidades femeninas:
Las Horas. Las tres hermanas conocidas por las Horas tienen sus propios nombres: Eunomia
(que significa “el buen gobierno”), Dice (que significa “la justicia”) e Irene (que significa “la
paz”). Estos tres personajes van a proporcionar a la Humanidad los regalos y bendiciones
que sus nombres nos indican, es decir, la capacidad de buen gobierno, el sentido de la
justicia y la paz. En el concepto mitológico juegan un papel secundario y siempre
relacionable con personajes o divinidades de la fecundidad o de la fertilidad. Van a vivir a la
entrada del Olimpo. Van a recibir a los visitantes.
Desde el punto de vista iconográfico por lo general se las plasma como a tres matronas o
mujeres de edad madura, vestidas con largas túnicas y a veces entrelazando sus manos y
brazos como si ejecutasen una especie de baile o danza.
Las Horas son maduras y están vestidas y las Gracias son jóvenes y están desnudas, aunque
ambos grupos suelen estar en corro.
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Perséfone se va a convertir en la bella del mundo subterráneo, del infierno desde que fue
raptada, en contra de su voluntad, por Hades ó Plutón en Roma, con el conocimiento y
aprobación de Zeus. Este rapto y sus consecuencias van a ser ampliamente relatadas por
una serie de autores, como Apolodoro, Claudiano y sobre todo, Ovidio en su obra La
Metamorfosis, los Fastos y el Himno Homérico a Demeter .
Las fuentes literarias nos cuentan que Perséfone se hallaba en una pradera recogiendo
flores con la ninfa Liana cuando de repente se abrió la Tierra de manera violenta y surgió
Hades montado en una cuadriga, raptando por la fuerza a Perséfone, quien, desde este
momento, se convierte en la Reina del mundo subterráneo. Su madre, Demeter, emprende
de manera incesante la búsqueda de su hija por toda la tierra, de día y de noche y esta
peregrinación es la que constituye la médula de los misterios iniciáticos de Eléusis. Después
de diversas peripecias va a ser el dios Helios quien revele a Demeter el paradero de su hija.
Demeter se ingenia una estratagema para poder recuperar a Perséfone. Siendo ella la diosa
de la Agricultura impidió que las semillas germinaran en los campos poniendo en peligro de
muerte a toda la Humanidad que a punto estuvo de perecer de inanición. Debido a estas
circunstancias es por lo que Zeus tuvo que intervenir, ordenando a su hermano Hades que
devolviera a Perséfone junto a su madre. Hades así lo cumplió pero antes dio de comer a
Perséfone un grano de granada por el que se generó un vínculo secreto entre ambos que
impedía que Perséfone permaneciera todo el año fuera del infierno o mundo subterráneo.
Al contrario, el pacto consistía en que un tercio del año Perséfone permanecería como reina
del mundo subterráneo y el resto del año en la superficie en compañía de su madre y
restantes dioses. En el mundo antiguo fue interpretado en clave alegórica porque Perséfone
sería como el trigo, que permaneciendo bajo tierra en invierno, germina cada primavera. Esa
sería la representación alegórica de la germinación de los campos. Una vez que Demeter
recuperó a su hija es evidente que accedió a restaurar la fertilidad de los campos,
acogiendo bajo su protección a un niño llamado Triptolemo a quien regaló un carro tirado
por dragones alados en el que sobrevolaba toda la tierra sembrando el ansiado trigo que le
proporciona la propia diosa de la agricultura, Demeter.
De Perséfone hay dos episodios míticos. El primero, su relación incestuosa con su padre
Zeus que para unirse a ella, tuvo que metamorfosearse en una serpiente y en segundo lugar
sus amoríos con un bellísimo joven llamado Adonis por cuyo amor disputó con Afrodita. Al
no ponerse de acuerdo entre las dos, acuden a Zeus para que dictamine y Zeus decidió que
un tercio del año lo pasase con Perséfone y el otro tercio con Afrodita, quedando a su libre
elección con quien quisiera pasar el otro tercio del año. Adonis decidió pasarlo con
Afrodita. Pero Adonis, que era un gran aficionado a la caza murió muy joven al ser corneado
por un jabalí. La muerte de Adonis (pasaje mitológico de gran resonancia mitológica y
artística) está relatada por un autor llamado Bion de Flossa que escribió un “Canto
Fúnebre” en honor de Adonis. Afrodita derramó abundantes lágrimas por la muerte de su
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enamorado y cada lágrima se transformó en una rosa roja mientras que cada gota de sangre
derramada por Adonis se convirtió en la Anémona, flor de pétalos rojos.
Mnemosine o Memoria es el quinto matrimonio de Zeus. Con ella va a engendrar a las nueve
Musas, porque los textos dicen que Zeus hizo el amor nueve noches seguidas.
A las Musas se las sitúa como compañeras de Apolo amenizando con sus cantos y bailes el
banquete de los dioses en el monte Parnaso. Su representación puede ser a título
individualizado o en grupo con Apolo. Entre los muchos calificativos de Apolo está el de
Apolo Musagetes que es “el más relacionado con las Musas”. Vivirán junto a Apolo en el
monte Parnaso. Las musas también van a ser compañeras de atenea y de afrodita y por ello
va a ser común que aparezcan acompañadas por una serie de niños con alas que suelen
representar momentos amorosos o de relax. A veces aparecen acompañadas por las gracias.
Las musas tendrán un papel importante con los reyes ya que les van a transmitir a estos su
dulzura para que así los reyes fueran queridos por sus pueblos. Algunas van a tener hijos.
Las musas apenas participan en los mitos, aunque tienen un papel principal en dos mitos:
Pireneo. Pireneo es el rey del Áurides y las musas iban paseando cuando empezó a llover.
Pireneo las vio y se las llevo a su palacio. Las musas se quieren ir pero Pireneo les cierra la
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puerta para intentar violarlas, pero las musas se escapan volando y en un arranca de ira
pues pireneo se tira desde la torre del palacio para cogerlas y se mata.
Leto ó Latona en Roma. Fruto de esta unión nacieron dos gemelos: Apolo y Artemisa cuyos
equivalentes en Roma son Febo y Diana. Sobre el nacimiento de los dos hermanos gemelos
nos encontramos con múltiples detalles que narran autores como Calímaco y uno anónimo
que escribió el Himno Homérico a Apolo.
La versión más simple nos dirá que Leto despertó los celos de la que habría de ser la última
esposa de Zeus, su hermana Hera, de tal manera que Hera prohibió a Leto dar a luz en
ningún lugar de tierra firme ni en ninguna parte a donde llegara la luz del sol. Leto encontró
un lugar: La errante isla de Delos. Dotada de movimiento propio y que se podía desplazar a
su libre albedrío por lo que pudo cumplir los dos objetivos: No era tierra firme (era una
isla) y no le dio la luz del sol (con sus desplazamientos lo evitó). Como premio se le concedió
quedar fija en el mar.
Las mismas fuentes comentan que Leto, tras nueve días de parto, alumbró a Apolo en la
ladera del Monte Cinto al que, según las fuentes literarias, dio a luz de rodillas y
agarrándose a una palmera, la cual era enseñada a los visitantes de la isla. Otras fuentes
dirán que Artemisa nació un día antes que su hermano y ayudó a su madre a dar a luz a
Apolo. Se la invocaba como patrona de los partos.
El título no se corresponde con el mito de Aracne ni con su nombre original por el que se
catalogó este lienzo del magistral pintor sevillano: La fábula de Aracne. El título se perdió
durante siglos hasta que Diego Angulo o Erwin Panofsky le han devuelto su verdadero
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En el primer plano aparecen cinco sirvientas del taller de Aracne que devanan, cardan e
hilan los fardos de lana preparando los hilos para su señora. Magnífica la sensación de
movimiento mediante la rueca. Velázquez separa los ambientes, oscureciendo el primero e
iluminando el segundo.
Es otra versión de esta mitología. Giordano trabaja en España durante la primera mitad del
siglo XVII y buena parte de su producción está en España en Patrimonio Nacional. Este
cuadro en concreto se encuentra en el Monasterio de San Lorenzo del Escorial. Giordano
tenía una forma de producir obras muy rápida, por lo que se le apodaba Lucca “fa presto”, o
lo que es lo mismo, “lo hace rápido”. En la escena se representa a Pallas Atenea que
sobrevuela sobre una nube el taller de Aracne, señalando con su índice inquisidor a Aracne
y se aprecia que el tapiz tejido por ésta, ha desaparecido y que sus dedos se están
convirtiendo en las garras de una araña. En el ángulo inferior izquierdo y sobre el pié de la
mesa del taller de Aracne está escrita la frase “Sic cum superbis” que es el leitmotiv del
cuadro ante todos los vicios, sobre todo en el caso de la soberbia. También hay un cesto
con los ovillos de hilo con lo que se tejieron los tapices.
O “La Paz llevando a Pluto”. Se encuentra en la Gliptoteca de Munich. Irene es una delas
tres Horas y se la representa como una noble dama de edad madura con un jitón dórico y
que sostiene a su hijo Pluto (Plutocracia significa riqueza). El conjunto puede tener dos
lecturas, una que madre e hijo intercambian gestos amorosos, pues el niño acaricia la
barbilla de la madre y en clave alegórica, la riqueza es engendrada en tiempo de paz o que la
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paz engendra riqueza. El niño Pluto lleva entre las manos la representación del cuerno de la
abundancia de la cabra Amaltea, la que con su leche se alimentó Zeus, rebosante de racimos
de uva y de frutos exquisitos. Irene lleva un báculo en su mano derecha rematado en una
especie de bulbo que significa la paz.
Grupo escultórico romano en mármol, copia del original helenístico, conservado en el Museo
Vaticano. Las Cárites son las tres hijas de Zeus, en edad juvenil y que se asocian al mundo
de la belleza, compañeras de Afrodita, aparecen desnudas, cubiertas apenas con una ligera
gasa, entrelazando las tres sus brazos, realizando como una rueda en una especie de baile o
danza, apareciendo dos de cara y una de espalda en un magnífico contraposto. El conjunto
se apoya lateralmente en dos hidrias o ánforas y parece que van a tomar un baño.
Es una pintura del Renacimiento flamenco de la primera mitad del siglo XV, conservada en
el Museo del Prado. Se recrea en un ambiente germánico, del norte de Europa donde en el
siglo XV hay un concepto de belleza germánico que nada tiene que ver con el mundo
mediterráneo. Las cabelleras rubias, predomina el dibujo sobre el color, el efecto de
relieve, etc. Durante muchos años y hasta la muerte de Fernando VII existía en el Museo
del Prado la “Sala Reservada” en donde se guardaban aquellas obras que se consideraban
impúdicas o que atentaban contra la moralidad. Son mujeres jóvenes con atributos
iconográficos relacionados con la música: Un violín en el suelo, un mirto en las manos, un
libro, casi desnudas, apenas cubiertas con unas breves túnicas que cubren las caderas,
mientras que los pechos quedan desnudos, mirando al espectador con pícaras miradas.
sitial se remata con una cabeza de cisne, los brazos con cabezas de león y las patas con
garras del mismo animal.
Hacia 1594 Gotzius realiza el grabado de Perséfone y Hades. Ilustra una zona del infierno
conocida como el “Bosque de Perséfone” según las fuentes literarias y era el único lugar del
infierno donde crecía vegetación. También nos sirve para ver uno de los atributos de
Hades, la horquilla de dos puntas. Queda representado el perro Cerbero, con dos cabezas y
una hoguera con una gran humareda.
Los amores de Adonis se los disputaban entre Perséfone y Afrodita. Esta es una alegoría
pintada a fines del siglo XVI por Carracci y que se conserva en el Museo de Viena. Podría
titularse: Adonis descubre a Venus. Aparece Adonis vestido con pieles de animales salvajes,
acompañado de un pero de caza, llevando en su mano izquierda el carcaj con las flechas. Al
apartar las ramas de un árbol, se encuentra con Afrodita a la que Cupido le clava una flecha
aguda en la espalda con punta de oro, la flecha del amor. Si la flecha hubiese sido de punta
roma y de cobre, sería el desamor. Incluye un par de palomas que indican el amor.
Manierista, de la Corte de Praga, al servicio del rey de Rodolfo II. En las cortes europeas
hay un gran influjo sensual. Este abrazo recoge el preciso momento en que Adonis se
despide de Afrodita antes de irse a la cacería. Angelitos poniendo el bozal a los perros.
Tiene un fuerte carácter manierista, con un sentido andrógino de los personajes y de su
belleza, carácter híbrido de la naturaleza humana, típico de la tendencia manierista
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MITOLOGÍA DE APOLO
Una vez alcanzada la edad juvenil, Apolo abandona la isla de Delos para trasladarse hacia un
remoto y legendario país llamado Hiperbóreos, llamado así por estar situado muy al Norte,
muy boreal y junto a este pueblo va a permanecer un año entero. A partir de ese momento
va a emprender un largo viaje para ir en busca del sitio idóneo para establecer su oráculo y
ese viaje le lleva finalmente a la ciudad sagrada de Delfos. Allí va a matar a flechazos a una
serpiente monstruosa que se la conoce con el nombre de Pitón. Estaba encargada de vigilar
una antiquísima gruta oracular consagrada en honor de la diosa Gea, la diosa Tierra, que
por cierto era la madre de la serpiente Pitón. Una serpiente que tenía completamente
atemorizados a los habitantes de Delfos porque se dedicaba a atacar cosechas y ganados,
de manera que, con su muerte, se vieron liberados de este peligro.
Hay otra versión literaria que nos dirá que Apolo, a los tres días de haber nacido,
estranguló a la serpiente Pitón, que había sido enviada a la isla de Delos por la propia diosa
Gea, para atacar y dar muerte a Leto, la madre de Apolo.
Siguiendo con el hilo del relato, decir que Apolo va a arrancar la piel a la serpiente Pitón y
con ella va a forrar el trípode que servía de asiento a las sacerdotisas que actuaban como
adivinadoras en el oráculo de Delfos y que por entonces recibían el nombre de Pitonisas. Se
dice también que Apolo va a fundar en honor de esta serpiente los denominados Juegos
Píticos, juegos que al contrario que otros, no tenían tanto un carácter deportivo como un
carácter cultural, poético y musical.
Apolo nunca llegó a desposarse pero sin embargo, se le conocen múltiples episodios
amorosos que tuvieron como resultado el engendrar un gran número de hijos, entre los que
vamos a citar a tres de los más conocidos:
Frente a estas aventuras amorosas que culminaron en éxitos, hubo ocasiones en que la
manía seductora de este dios no tuvo reciprocidad, como el episodio entre Apolo y Dafne,
Ninfa fluvial, hija del Río Peneo. Dafne sintió un rechazo absoluto por la figura de Apolo y
pidió a la diosa Gea metamorfosearse en un laurel para huir definitivamente de la
persecución a que se veía sometida. Dicen las fuentes literarias que este amor imposible lo
despertó Eros en el corazón de Apolo en venganza por haberse burlado de él en el manejo
del arco, arma predilecta de ambos.
Frente a todos los episodios amorosos y que hasta ahora se han caracterizado por su
carácter heterosexual, Apolo también tuvo amores homosexuales, encarnados en las
figuras de Jacinto y Cipariso. El tremendo orgullo de Apolo le hacía mezclarse con los
hombres sólo por capricho o por distracción. En múltiples ocasiones manifiesta un singular
desprecio por la Humanidad, a la que considera débil y poco inteligente. La peor humillación
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que Apolo podía sufrir era trabajar al servicio de un mortal. Cuando se burló de Zeus, éste
lo castigó, en algunas ocasiones, en trabajos humanos. Por ejemplo, construyendo parte de
las murallas de Troya, junto a Poseidón y Éaco, que habían sido expulsados entonces del
Olimpo, cuando reinaba Laomedonte o custodiando, como pastor, el rebaño de bueyes del
rey Admeto, rey de Feres.
Otra faceta de la personalidad de Apolo va a ser, sin duda, su gran afición a la música. Su
apasionado amor por este arte hizo que perdonase a Hermes, mensajero de los dioses, el
haberle robado parte de los bueyes que estaba vigilando y que eran de Admeto. Lo va a
perdonar a cambio de la lira que Hermes habría inventado con el caparazón de una tortuga
y las tripas secas de un buey. Será su instrumento predilecto. En una ocasión el sátiro
Marsias le retó a través de unas determinadas notas, como las que él era capaz de sacar de
su flauta. Nombraron como jueces al rey Midas y a las nueve Musas. El rey Midas votó a
favor de Marsias y las nueve Musas a favor de Apolo. Vencido Marsias, Apolo ordenó que
fuese desollado vivo colgado de un pino y dicen los textos que por causa de esa muerte
violenta, los pinos tiene su madera de color rojizo. También se vengó del rey Midas,
colocándole unas orejas de asno por haberse equivocado en la elección del ganador. Algunos
textos dicen que la piel de Marsias estaba en una cueva y se revolvía cuando alguien tocaba
una flauta.
Eurípides, en una de sus obras llamada Alcestes, recogerá también la antigua tradición que
afirma que la música de Apolo tiene un poder de encantamiento sobre los dioses, hombres,
animales salvajes e incluso sobre las rocas.
Otra característica de Apolo va a ser su protección sobre los animales y las cosechas,
sobre todo tipo de plagas, epidemias y enfermedades. En las fuentes escritas a Apolo se le
llama “el protector de la langosta”, “el protector del trigo”, etc. Pero también es el dios de
los rebaños. También se le llama “el pastor divino”. Contra sus enemigos suele aparecer
como arquero, aunque no se le puede identificar ni como un dios de la caza ni como un dios
de la guerra, pues las flechas que lanza Apolo no son físicas sino simbólicas y producen
enfermedades.
De entre todos los santuarios en honor de Apolo ninguno alcanzó un renombre tal como el
de Delfos. Allí se encontraba el ómphalos u obligo del mundo, porque para los griegos
señalaba el centro geométrico del mundo conocido. Este oráculo fue consultado tanto por
particulares como por legisladores y generales del ejército. El complicado ritual de las
consultas tenía lugar el día siete de cada mes, para recordar el aniversario del nacimiento
de Apolo. De él surgieron consejos de tipo político y militar, prácticas de carácter moral y
toda una doctrina sobre el homicidio. Algunas de sus máximas se hicieron muy célebres e
incluso se grabaron a la entrada del oráculo, de las cuales citaremos dos: “Conócete a ti
mismo” y “Nada en demasía”
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Pintura italiana de comienzos del siglo XVI y que se encuentra en la Gallería degli Uffizi de
Florencia. Podemos ver a la izquierda de la composición, la agonía de Adonis, con el cuerpo
inerte y las piernas contorsionadas, con un paisaje lacustre y un fondo urbanístico medieval
del siglo XV. A la derecha se representa a Afrodita que llega a la escena, se va a pinchar en
un pie con la espina de una rosa, se detiene en el camino y llora, mientras Eros o Cupido
mira a la diosa. La acompañan unas Ninfas que mandan guardar silencio al barbudo dios Pan,
para que no toque la flauta para que el ambiente sea fúnebre. Las gotas de sangre de
Afrodita tiñen de rojo los pétalos de rosas que hay a sus pies. Se puede oponer la pintura
con el “Canto fúnebre” en honor de Adonis de Bion de Flossi, puesto que aquí es la sangre
de Afrodita la que tiñe de rojo los pétalos de las rosas y no las de Adonis.
Realizado en madera policromada que nos remite al Arte Contemporáneo. Enrique Pérez
Comendador, nacido en Cáceres, trabajó toda su vida entre Sevilla y Madrid. En 1930
obtuvo el Premio Nacional de Escultura con esta obra que se encuentra en el Museo de
Bellas Artes de Sevilla. Se representa a Afrodita en el momento de lanzarse sobre el
cuerpo inerte de Adonis que está sostenido sobre el regazo por un compañero. En el ángulo
derecho aparece Eros llorando por Adonis. En el grupo central el autor ha hecho una
transcripción mitológica de un tema cristiano, como es el de la Piedad, tema por más
eminentemente germánico.
Actualmente en el Museo del Louvre. Mantegna, italiano del siglo XV, de la Escuela de Pádua
perteneciente al Renacimiento italiano del cuatroccento. Desde un punto de vista
compositivo la pintura está muy en el tipo de lo que pintaba este autor: Muy imaginativo,
con paisajes rocosos, con grutas y oquedades y arquitecturas clásicas. Aparecen una serie
de personajes mitológicos que dan riqueza a la composición. En lo alto del cuadro se
representa a Ares y a Afrodita, en el ángulo inferior derecho, un caballo alado: Pegaso y a
su lado a Hermes, y en una gruta el taller del herrero Hefesto que dirige la mirada a la
pequeña figura de Eros porque Afrodita estaba casada con Hefesto. En el grupo central se
muestra a Apolo tocando su lira a las nueve Musas que están danzando. Las Musas no tienen
sus atributos propios. A las Musas se las sitúa en el Parnaso amenizando el banquete de los
dioses. Por eso a Apolo se le llama también, Apolo Musegete.
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Eustache Le Sueur (1616-1655), pintor barroco francés. Pintó tres cuadros con las Musas,
pero pintó a tres de ellas en cada cuadro. Se encuentran en el Museo del Louvre. El primero
de la serie de tres, en un paisaje arcádico en que Sueur representa a estas tres Musas
como jóvenes doncellas coronadas de laurel y ataviadas en tonos pastel. La figura principal,
situada a la izquierda y dominando el primer plano, es Clío, la Musa de la Historia. Apoya su
mano izquierda sobre unas escrituras encuadernadas en cuero. Aparece con el pecho
desnudo y con una trompeta en la mano derecha, atributo de la fama y personificación del
rumor. Euterpe, en un plano secundario, toca la flauta, pues es la Musa de la Música, que
acompaña a la poesía trágica. A los pies de las dos hermanas, y de espaldas al espectador,
está sentada Talía, Musa de la Comedia, quien contempla una máscara que sostiene en su
mano derecha. Es una pintura muy colorista.
Actualmente en el Museo del Prado. Se representa a Apolo enfrentándose para dar muerte
a la serpiente Pitón. Rubens va a representar a Apolo a la manera clásica: Joven imberbe,
atlético, bello, con una anatomía grácil, portando el arco y el carcaj con las flechas. La
serpiente es un ser híbrido, entre serpiente y dragón, que custodiaba la cueva de Gea. Es
un lienzo que da la impresión de estar inconcluso. Apolo “dialoga” con Cupido para enseñarle
el manejo del arco. Rubens influyó en su entorno pues, repitiendo lo dicho, toda la
apariencia es la de un cuadro inconcluso.
En el Museo del Prado. Esta pintura podría decirse que es una réplica de la anterior de
Rubens, si bien Cornelis de Vos utiliza como es habitual en su pintura, coloridos vivos y
claros. Para representar a la figura de Apolo, toma como modelo el Apolo del Belvedere, en
actitud de tensión y con una clámide sobre los hombros.
Eugene Delacroix pintó el techo de la “Galería de Apolo” del Palacio del Louvre. La pintura
cubre todo el techo, pero no es una pintura mural, sino que el soporte es un lienzo pegado al
techo. Se han pintado multitud de personajes gravitando en torno a Apolo que aparece
montado en una cuadriga persiguiendo a la serpiente Pitón, todo en un fondo marino. Su
hermana Artemisa lo mira de cerca y le entrega el carcaj. En la cúspide se encuentra una
divinidad, la Niké o Victoria, alada, portando una corona de laurel y la otra deidad es un
viento. A la izquierda aparece el herrero Hefesto portando su martillo y ahuyentado con él
a las tinieblas. A la derecha están Pallas Atenea, Hermes y Hércules quienes atacan a los
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En la Galería Nacional de Londres. Se representa a Apolo lleno de pasión por Dafne. Eros
con una flecha ayuda a Apolo y el río Peneo a su hija Dafne. Es el momento en que se
produce la metamorfosis. Los brazos se están convirtiendo en ramas de laurel, así como la
pierna izquierda.
En el Museo del Louvre. Juan Bautista Tiépolo es un pintor italiano de la segunda mitad del
siglo XVIII, por tanto perteneciente al período Rococó. Trabajó en Italia y en Francia, en
Versalles. Es de un estilo coqueto que potencia el espíritu femenino. Peneo lleva el cántaro
que representa el cauce del río y una pala o remo. Apolo, coronado de laurel, cubierto con
un manto rojo mientras Cupido sostiene los ropajes de Dafne que se está convirtiendo en
laurel.
Colección particular del Conde de Leicester. Lorena fue el difusor de un nuevo arte, el de
paisajes con figuras. Hay una gran variedad paisajística: Restos arquitectónicos, paisaje
fluvial, vista marina, arboleda, y aparece Apolo tocando un violín y a su alrededor pasta el
rebaño del rey Admeto. Sobre el puente una figura, la de Hermes que robó algunas vacas
del rebaño pero que fue perdonado por Apolo. Hermes es el mensajero de los dioses.
Estos personajes fueron muy representados por los pintores barrocos. José de Ribera,
valenciano, se establece en Nápoles en 1616 y allí se le conoce como Il Spagnoletto. Dirigió
un taller con numerosos discípulos y logró dominar el mercado del arte. Introdujo en la
pintura española el tenebrismo de Caravaggio, aunque después lo abandonó. Utiliza las luces
y las sombras con connotaciones simbólicas. Se representa a Apolo regocijándose en un
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acto supremo de dicha, mientras Marsias es desollado, atado a un pino, impotente al igual
que los sátiros que asoman tras el árbol. Uno de ellos esta representado con patas de
cabra, orejas en punta y cuernecillos en la cabeza.
Aparece Apolo sentado sobre un promontorio rocoso, dando órdenes para que Marsias sea
atado a un árbol para ser desollado. Aparece un río en versión antropomórfica y el rebaño
que es cuidado por Apolo.
Actualmente en el Monasterio de San Lorenzo del Escorial. Aparece un pie escrito en latín:
Opressit superbos. Marsias, en un gesto de soberbia, desafía a una de las divinidades de
Olimpo, Apolo, y acaba mal parado. El cuadro está enriquecido con detalles. Aparece un
personaje barbado con orejas de asno y que representa al rey Midas, uno de los jueces de
la competición que falló en contra de Apolo, por lo que éste lo castiga a llevar esas orejas.
Al pie, a la izquierda, aparece un pequeño sátiro tocando la siringa, una flauta de cañas.
Otros sátiros están impotentes ante el castigo.
MITOLOGÍA DE ARTEMISA
De todos los santuarios levantados en Grecia en honor de Artemisa, fue el que se le erigió
en Éfeso, el Artemisión de Éfeso, el más importante. También citar que a partir del siglo V
a. C. y según se refleja en algunas tragedias de Esquilo y Eurípides, comenzó a identificarse
al dios Apolo con Helio, la divinidad solar y a su hermana Artemisa con Selene, la divinidad
lunar. No sólo se reflejó en el campo literario, sino también en la Historia del Arte, en la
pintura renacentista y barroca. Apolo, con una diadema brillante (así lo representa
Velázquez en La fragua de Vulcano) y Artemisa con una media luna en cuarto creciente o
cuarto menguante.
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El séptimo matrimonio de Zeus, según nos cuenta Hesíodo en su Teogonía, fue con su
hermana Hera, cuyo equivalente en Roma es Juno. A partir de entonces Hera será la Diosa
del Olimpo, la Reina y señora del Olimpo, a perpetuidad. Se conocen muchos detalles a
propósito de la celebración y consumación de este matrimonio, según los textos. En la
Ilíada de Homero se nos narra que antes de contraer matrimonio tuvieron una larga
relación a escondidas de sus propios padres y otros autores especifican que esta relación
duró trescientos años. También se ha hecho célebre la narración de Aristocles en la que se
nos presenta a Zeus adoptando la figura de un pequeño pájaro, de un cupido, que se va a
posar sobre el regazo de Hera. Ésta, observando como el ave titiritaba de frío, la va a
tapar con sus propias ropas, momento que aprovechó Zeus para recuperar su verdadera
apariencia. Cuando estaba a punto de forzarla, su madre común les dijo que debían contraer
legítimo matrimonio. Estos esponsales, según unos autores, se celebraron en el Jardín de
las Hespérides, pero para la mayoría, tuvieron lugar en el Monte sagrado Ida. Fruto de este
matrimonio nacieron tres hijos simultáneos: Ares, Hebe e Ilitía. Por otra parte Hesíodo
nos dice que Hera consiguió concebir por sí sola a Hefesto. Hera, debido a las continuas
infidelidades conyugales de Zeus, se va a ver a menudo desairada ante los restantes dioses
olímpicos. Esto va a transformar su carácter y se convierte en una esposa colérica y
vengativa, que por una parte persigue a los amantes de Zeus y también a todos los hijos
bastardos que Zeus concibe en sus episodios amorosos.
Hera va a ser invocada por los griegos como protectora del matrimonio humano y como
modelo de la fidelidad matrimonial. Entre sus atributos se encuentra la fruta de la granada,
como símbolo de fecundidad, al ser la fruta que en su interior encierra mayor número de
semillas y su animal predilecto será el pavo real. Fue la diosa tutelar de Argos, por lo que
tuvo que disputar con Poseidón.
Hebe es la diosa que simboliza la juventud porque ella es capaz de rejuvenecer a los
ancianos y capaz también de que los niños se conviertan en adultos. En el Olimpo sirve el
néctar y la ambrosía a los dioses, que son los alimentos que impedían el envejecimiento de
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los mismos. Hebe se convertiría en la esposa de Hércules cuando el héroe, tras su muerte,
fue glorificado y conducido al Olimpo.
Ilitía es la protectora de los partos porque ningún ser ni divino ni humano venía a este
mundo sin que ella estuviese presente.
Ares, cuyo equivalente romano es Marte, dios de la guerra, de la fuerza bruta, un dios
feroz y sanguinario, pero sin embargo, poco inteligente. Esa poca inteligencia le hizo caer
en ridículo en más de un combate y siempre lleva las de perder cuando se enfrenta a Pallas
Atenea, que es la diosa de la fuerza táctica, disciplinada e inteligente, mientras que Ares
emplea la fuerza por la fuerza. Ares cometió adulterio con Afrodita cuando estaba casada
con Hefesto. Fruto de esa relación adúltera van a nacer tres hijos: Fobo (el temor), Dimo
(el fantasma) y Harmonía (la armonía). Por otra parte fue el fundador de la estirpe de las
Amazonas, pueblo constituido exclusivamente por mujeres, por lo que para procrear,
mantenían relaciones sexuales una vez al año, con pueblos extranjeros. Criaban y educaban
a las niñas. A los varones, los asesinaban o los dejaban ciegos o inválidos, considerándolos
sólo como reserva de simiente masculina. A las mujeres se les cortaba un pecho para que no
les estorbara a la hora de arrojar la lanza o las flechas. Ellas eran un pueblo belicoso,
hábiles arqueras. Una tradición tardía, de la época helenística, dirá que la reina de las
amazonas visitó a Alejandro Magno para poder tener descendencia suya.
Se conserva en la Villa Julia de Roma, museo exclusivo de arte etrusco. Es una escultura de
terracota policromada, procedente de la decoración de un frontón de un templo etrusco. Es
semejante a esculturas arcaicas griegas contemporáneas, patente por el tratamiento de la
sonrisa arcaica, los cabellos geométricos y la influencia de la escuela jónica por la gran
ménsula con dos grandes volutas y palmetas características del orden jónico. En los albores
del siglo V a. C. que presenta el sentido dinámico del movimiento, que se contradice con el
hieratismo de la figura tipo kouroi, que además tenía los brazos despegados del cuerpo, lo
que le ha costado la mutilación. Se representa el carácter, salvo excepciones. A Apolo se le
representa desnudo, como símbolo del ideal de belleza masculina de su tiempo que,
entonces como hoy, se califica de apolínea. Calímaco describe a Apolo como un dios
eternamente joven y bello. Sus atributos son: El arco, el carcaj con las flechas o la lira,
como instrumento musical. Como sucede con otros dioses, tiene sus animales preferidos: El
delfín, el cisne, el cuervo y el lobo y sus plantas predilectas, como el laurel, la palmera en
relación con su nacimiento en Delos y el olivo.
APOLO DE BELVEDERE
Es una copia romana de una imagen de bronce del siglo IV a. C. atribuida a Leocares.
Conservada en el Museo Vaticano. Hay un claro consenso entre todos los Historiadores de
Arte que afirman que la clámide es un añadido del copista romano porque la prenda es
romana. Está captado en el momento que tensa el arco, portando colgado de la espalda el
carcaj con las flechas y junto a un tronco arbóreo sobre el que trepa una serpiente. Este
dios lanza sus flechas contra las plagas que afectan al ganado, a las cosechas, etc. porque
no es un dios guerrero.
Conservada en el Museo del Louvre y que se piensa que originalmente hizo pareja con el
Apolo del Belvedere. Se le pueden aplicar los mismos rasgos catalográficos: Copia romana
de un original griego de bronce, del siglo IV a. C. atribuido a Leocares. Tiene una clara
actitud de dinamismo y de ímpetu, que se notan en los pliegues de su corta túnica. Extrae
una flecha del carcaj y sujeta por la cornamenta al cervatillo. En esta figura se hace
presente el rasgo característico de Selene, la diadema sobre la cabellera en forma de un
cuarto de luna, como una corona.
cuadro propuesto es un cuadro clasicista barroco francés, con un Orión ciego acompañado
del lazarillo sobre sus hombros, que le indica la salida del sol.
Pintura realizada por Pedro Pablo Rubens y que se encuentra en el Museo del Prado. Según
nos narra Ovidio en la Metamorfosis y en Los Fastos, las Ninfas de Diana debían ser tan
púdicas como la propia diosa. Una de ellas, llamada Calisto, fue seducida por Zeus, quien,
para poseerla, se metamorfoseó en Diana, pudiendo de este modo acceder a ella. Calisto
quedó embarazada y fue castigada duramente por Diana que la expulsó de su corte y la
transformó en un oso, enviando tras ella a su jauría de perros para que la devorasen, pero
Zeus se apiadó de ella resucitándola y devolviéndole su apariencia humana. Rubens muestra
a una Calisto cabizbaja, siendo desnudada por sus compañeras las ninfas, para mostrar su
grado de embarazo. A la izquierda aparece Diana mostrando su rechazo a Calisto y apenada
por ella. Rubens coloca los rasgos de su esposa Elena Fourment a Calisto.
Pintura francesa de François Voucher, estilo Rococó, conservada en el Museo del Louvre.
Hay que resaltar que estos desnudos femeninos influyeron decisivamente en los
impresionistas del siglo XIX y en especial, en los desnudos de Renoir. Diana acaba de tomar
un baño junto a una de las ninfas. Hay un manantial, beben agua los perros, aparece el
carcaj, el arco y piezas de la cacería, como perdices y otras piezas cobradas. Porta Diana
en la frente una pequeña luna y en las manos un finísimo collar de perlas, para señalar la
diferencia de rango con la ninfa.
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Es una pequeña escultura arcaica, de la escuela jónica, de la primera mitad del siglo VI a. C.
y que se encuentra en el Museo del Louvre. Nos sirven para distinguirla, las dos piezas del
vestido tradicional jónico, formado por la túnica ó jitón y el manto o himatión. El jitón es
una túnica ajustada al cuerpo cilíndrico de la estatua, con finísimos trazos paralelos que
permiten ver los pies de la diosa. El manto muestra unos surcos más grandes que la túnica.
La koré muestra un brazo pegado al cuerpo y el otro dirigiéndolo al pecho para sostener un
exvoto, aunque este brazo está desaparecido. Esta koré se encontró en un templo dedicado
a Hera, un herión.
Copia romana del original griego, conservado en el Museo Vaticano. Porta una corona o tiara
real, llevando en la mano derecha un alto báculo y en la izquierda un platillo para recibir una
ofrenda dineraria.
Copia romana del original griego, conservada en el Museo de las Termas de Roma. El
concepto clásico de una diosa. Distante, fría, es una imagen siria. Resaltar las guedejas de
cabello que indican una primorosa labor de trépano, portando una diadema con palmetas,
característica del orden jónico.
Se representa a Hera coronada reina del Olimpo, con unos agudos rayos sobre los cabellos,
con un cetro en la mano izquierda y acompañada de un pavo real, su animal predilecto. Es
una pintura insólita en la pintura barroca española, pues son inusuales los desnudos
femeninos. El principal hecho, es decir, al tratarse de una escena mitológica hace pensar
que fue pintada para el rey, por lo que se data en 1656.
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Es un grabado de una pintura original de Pierino del Vaga, discípulo de Rafael de Sanzio. Es
uno de los principales representantes del manierismo romano. Este gusto se aprecia en la
corpulencia de los personajes, no sólo en Hefesto sino también en Afrodita. Vulcano o
Hefesto es el dios del fuego y en su fragua fabrica lanzas y flechas con la ayuda de dos
amorcillos y aparece Venus, quien aparentemente colabora en el trabajo. Vuelve con
desagrado la cabeza y oculta o esconde a un tercer amorcillo, como para dar a entender que
el amor no tenía nada que ver con la relación con su esposo.
Pintura de Louis de Nain conservada en San Dionisio (Saint Denis de Reims). Hay que
destacar la sabiduría de Nain a la hora de escoger una paleta cromática de tonalidades
rojizas, para representar el interior cerrado de una fragua, donde la luz la proporciona el
fuego de la misma, pues procede del carbón incandescente. Se representa a un Hefesto
poco agraciado en comparación con la belleza de Afrodita que está acompañada de Cupido.
La pintura francesa cuando se enfrenta a la temática mitológica, lo hace con un sentido del
decoro frente al tono irónico, casi de burla, de la pintura española. El caso más patente es
el de Velázquez en su pintura de La Fragua de Vulcano . La pintura barroca española va a
basar la mitología en el teatro español del Siglo de Oro, donde se trata con sorna o con
burla los temas mitológicos.
En el Museo del Prado. Se realizó haciendo pareja con una obra de temática religiosa: La
túnica de José. Estas dos obras fueron realizadas durante su viaje a Italia. Se representa
el momento en que Helios, el dios solar, comunica a Hefesto, dios del fuego, que su esposa
Afrodita comete adulterio con Ares, el dios de la guerra. Helio está perfectamente
asimilado a Apolo. Su figura, de carácter heroico, se identifica fácilmente. Cabeza
coronada con laurel, un cuerpo joven y hermoso, la túnica púrpura y además, de la cabeza de
Apolo surge como una corona de rayos del dios solar. El dios del sol da a conocer con su luz
lo que permanece oculto, es decir, el adulterio de Afrodita y Ares. En el momento de la
comunicación hay diversas reacciones de los cinco personajes presentes. Está el gesto de
sorpresa, incredulidad y coraje que al recibir la noticia acusa Hefesto, acentuando su
cojera por el desviamiento de la cadera. Hefesto está auxiliado en su fragua por cuatro
personajes masculinos. El segundo por la derecha se queda con la boca abierta de estupor al
conocer la noticia, mientras el de nuestra derecha, sigue en su labor, inclinado sobre la
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misma. Hay también un estudio del desnudo masculino en el tratamiento de los torsos.
También existen detalles bodegonistas, no sólo en los instrumentos propios de la fragua,
como son el yunque, los martillos, los cinceles, sino también en los cacharros de alfarería
del anaquel de la pared de enfrente. Sólo Apolo aparece como un personaje heroizante,
mientras que los otros personajes son normales. Velázquez trata de una manera distinta
este tema mitológico que otros pintores franceses o flamencos. Su actitud ante la pintura
es algo indiferente y sarcástica con la religiosidad, aunque sea pagana.
Conservada en el Museo de Viena. Esta obra hace referencia a la venganza de Hefesto que
fabricó una red de oro invisible en la que atrapó a los dos amantes. Aparecen dos registros.
Un registro terrenal con los amantes Ares y Afrodita, que sujetados por la red de
Hefesto, éste les muestra a los dioses olímpicos, realzado este gesto con un giro del torso.
Lleva en su mano un martillo. En el registro celestial se adivina a Zeus, que sujeta con su
mano izquierda a su animal preferido, el águila y a Mercurio, el mensajero de los dioses, con
su casco alado. Estos dioses están sobre unas nubes. En el rostro de los amantes, que están
desnudos, no aparece ninguna señal de vergüenza.
Es una copia del original griego que se conserva en el Museo Vaticano, de tamaño natural, y
realizada en bronce. Le falta el casco y los primitivos ojos, que serían de plata, por lo que el
rostro parece una máscara hueca. También le falta la lanza que debería portar en la mano
izquierda, pero es reconocible por el faldellín y la armadura.
Conservado en el Museo del Prado. Formó parte de la colección que se pintó para la Torre
de la Parada del Palacio del Pardo, ordenada por Felipe IV, junto a otros lienzos de Rubens.
Es un fiel reflejo de la decadencia militar del Imperio Español de mediados del siglo XVII.
Para unos es la consecuencia de la derrota de las tropas españolas en Rocroy en 1643,que
supuso la derrota de los Tercios de Flandes. Se identifica al personaje con un soldado de
los Tercios, por el casco, copia del cual puede verse en el Museo del Ejército, los mostachos
y el rostro aceituno. Velázquez vio, en su viaje a Italia, la escultura del Pensador del
sepulcro de Julián de Médicis en Florencia y pudo servirle de modelo. Se representa a
Marte de manera poco heroica, con una imagen muy distinta de la que hubiese pintado un
autor francés o flamenco. Aparecen los atributos del dios tirados por el suelo, como el
escudo y la armadura, mientras que el dios se encuentra sobre un lecho deshecho.
Se encuentra en los Museos Reales de Bruselas. Es una pintura neoclásica. David comienza
su andadura en el Rococó y a fines del siglo XVIII evoluciona radicalmente para ser el
principal representante del Neoclasicismo francés. La escena se desarrolla en el Monte
Olimpo, bajo un cielo tachonado de nubes. Aparece un templete arquitectónico, de orden
jónico, pero con falsa apariencia, casi como un pastiche arquitectónico, efecto que consigue
por la bicromía arquitectónica, pues sólo utiliza el blanco de la piedra y el dorado para los
adornos de la misma. Pintar la arquitectura en color blanco es una técnica propia del
Neoclasicismo. Ares está recostado en un diván neoclásico. Lleva en su mano derecha la
lanza y en la izquierda la espada que está entregando a una de las Gracias. Otra Gracia lleva
el escudo del dios, otra lleva el casco y una tercera se dispone a libar una bebida para
ofrecérsela. Afrodita aparece de espaldas al espectador, desnuda, con el torso vuelto hacia
Ares, con su mano izquierda apoyada en el muslo derecho del dios y con su mano derecha
dispuesta a coronarlo con una corona de laurel. Todos presentan una anatomía escuálida,
estilizada y unas actitudes lánguidas. Mientras tanto Cupido desata las sandalias del dios al
tiempo que mira al espectador. La composición del manto rojo es preciosa y la potencia la
luz.
AMAZONA MATTEI. COPIA ROMANA DEL ORIGINAL GRIEGO. DE FIDIAS (S. V a. C.)
Todas tienen rasgos comunes, llevando túnicas cortas y presentando la misma postura,
apareciendo con el brazo derecho extendido en ángulo recto, en actitud de sujetar un palo
o en la de extraerse una flecha que estuviese clavada en el pecho. Es la denominación de
“La amazona herida”.
En el Museo Vaticano.
En el Museo Capitolino.
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En este tema vamos a hacer dos epígrafes: Los amores divinos o aventuras amorosas con
diosas y un segundo epígrafe con mujeres mortales.
1) Zeus y Maya. Zeus unido a la Atlántide Maya con la que va a engendrar a Hermes (el
Mercurio romano), el mensajero de los dioses. Sus atributos son: Un sombrero o casco
alado llamado Pétaso, un cetro o vara dorada, llamada Caduceo y generalmente cuenta con
unas pequeñas alas que le nacen en los tobillos o en los hombros. Hermes es un dios
elocuente y astuto, inventor del lenguaje hablado, inventor de la lira, que regaló a Apolo y
también del caramillo, pequeña flauta de caña, madera o hueso, que emite unas agudas
notas. También se le considera inventor del fuego. Se caracterizó por su habilidad en el
robo y en el engaño, por lo que es el protector de los ladrones y de los mentirosos. Se le
aplica el calificativo de Psicopompo, terminología que fue adoptada más tarde por el
cristianismo y que significa “el que se encarga de transportar las almas al infierno”. Es
también patrocinador del comercio. Su figura ha quedado relacionada con dos episodios que
tuvieron lugar el mismo día de su nacimiento y que fueron citados en relación con el
nacimiento de Apolo. De una parte la invención de la lira, que la construye con el caparazón
de una tortuga y de otra, el robo de las vacas del rebaño del rey Admeto de Feres que
custodiaba Apolo.
2) Zeus y Afrodita. Va a tener un gran éxito en sus correrías amorosas. De la relación con
Afrodita nació un hijo llamado Hermafrodito. Era un joven dotado de una gran belleza, de
quien se enamoró una ninfa fluvial llamada Salmacide, pero Hermafrodito rechazó esa
pasión amorosa. Aprovechando un día en que Hermafrodito se bañaba en las aguas que él
protegía, Salmacide se abrazó a su cuerpo y pidió a los dioses que sus cuerpos ya nunca
volvieran a separarse. Y así sucedió. Nació una doble criatura bisexual y que se llamó
Hermafrodita. A partir de entonces, las aguas de este manantial tuvieron la propiedad para
los que se bañaban en ellas, de potenciar la opción sexual contraria a la que se tenía.
3) Zeus y Selene. El primer episodio amoroso se produce entre Zeus y Selene y como
fruto de esa unión nacerá Pandía.
Cuando Zeus se unía con una diosa, no precisaba transformarse, pero cuando se unía a una
mortal, se metamorfoseaba, bien en un animal o bien en un fenómeno atmosférico, como una
nube, porque si se presentaba con sus atributos ante una mujer mortal, ésta quedaba
carbonizada. Otra constante va a ser la última circunstancia aludida, es decir, que como
conocía a Hera, y ésta se convierte en una esposa celosa, desde la primera aventura
amorosa hasta la última, Zeus siempre se metamorfosea para escapar de su ira.
1) Zeus e Io, hija del río Inaco, divinidad fluvial, fue su primera conquista. Para seducir a
Io, se metamorfoseó en una espesa nube y ambos concibieron a Epafo. Para alejar las
sospechas de su esposa Hera, Zeus transformó a Io en una hermosísima vaca, pero Hera
pidió a Zeus que le regalara la vaca, a lo que Zeus, como siempre, tuvo que acceder. Hera
colocó a la vaca bajo la vigilancia de un corpulento pastor llamado Argos, el cual tenía cien
ojos, que dormían por parejas, es decir, de cincuenta en cincuenta. Zeus envía a Hermes
para que con la música mágica de su flauta de caramillo durmiera a Argos y a sus cien ojos
simultáneamente, momento que aprovechó Hermes para desenvainar la espada y decapitar a
Argos. Hera se va a irritar por este asesinato. Por una parte, le rinde un homenaje póstumo.
Cogió los cien ojos y los colocó en la cola del Pavo Real, que era su animal predilecto. Por
otra parte, Hera mandó un tábano a Io que provocó su estampida haciéndola recorrer medio
mundo, llevándola hasta Egipto y allí, Zeus se compadece de ella y le devuelve su apariencia
humana. Io se va a convertir en la fundadora de Menfis y se la va a identificar con la figura
de Isis.
2) Zeus y Níobe. Nacen Pelasgo y Argos. Argos llegaría a ser el rey del Peloponeso y daría
su nombre al reino de la ciudad de Argos. Cuando un Héroe da su nombre a una ciudad, un
pueblo, etc. se denomina Héroe Epónimo.
3) Zeus y la Ninfa Calisto, Ninfa que formaba parte del cortejo de Diana. Con ella tuvo un
hijo llamado Arcas, Héroe Epónimo que dio su nombre a la región de la Arcadia.
4) Zeus y la Princesa fenicia Europa. Según la tradición, Europa se encontraba con unas
sirvientas a orillas del mar, cuando vio aproximarse a un toro de pelaje blanco, dotado de
unos cuernos sobredorados. Era Zeus metamorfoseado que pretendía seducir a la princesa
Europa, quien sorprendida por la mansedumbre de la fiera, le acarició el lomo y se montó
sobre su grupa, momento que aprovechó Zeus para salir de estampida y llegar a la isla de
Creta. Allí se unió a Europa y concibieron a Minos, Saperón, rey de Licia y a Radamantis,
uno de los jueces del infierno. Poco después, Zeus obligó a Europa a que contrajese
matrimonio con Asterión, rey de Creta y le hizo tres regalos: Un autómata de bronce,
llamado Talos; una jabalina que siempre daba en el blanco y un perro de caza que no dejaba
escapar ni una sola pieza. El toro en que se había convertido Zeus, fue la constelación de
Tauro.
Conservada en el Museo Bargello de Florencia. Juan de Bolonia, junto a Cellini, es uno de los
artistas más representativos del Manierismo escultórico florentino. Es una estatua de
bronce que era el remate de una fuente. Se la ha comparado con la imagen de un bailarín de
danza clásica. Toda la escultura gravita sobre los dedos del pie izquierdo. Posee todos los
atributos del dios: Casco alado (pétaso), la vara o cetro (caduceo) y las alitas de los
tobillos. La peana es la cabeza de un niño con los mofletes hinchados por la acción de
imprimir un fuerte soplo o céfiro en forma de lengua, sobre la que se apoya el dios, con un
efecto de rotación o giro helicoidal.
Pertenece a los fondos del Museo de Capodimonte de Nápoles. Es en realidad un paisaje con
figura y podría ser el momento inmediato del cuadro anterior. Salmacide ya se ha
introducido en el agua y tiene el cuerpo pegado a Hermafrodito. Es un paisaje fluvial del
primer Barroco. Estos cuerpos se van a metamorfosear. Los ropajes de ambos aparecen
colgados en las rocas de la orilla.
Hay varias versiones, de las que se conservan algunas en el Louvre, en la Galería Nacional de
Londres y el de la diapositiva que pertenece a la colección Borghese de Roma. Es una
escultura helenística del siglo II a. C. Esta estatua fue conocida de Velázquez quedando
prendado de ella, trayéndose un vaciado de escayola que fue fundido en bronce por Mateo
Bonarelli y se encuentra actualmente en el Prado. Predomina su naturaleza femenina
viéndola por atrás, pero si se rodea la escultura de aprecia el lado masculino. Esta escultura
sirvió de inspiración a Velázquez para su Venus del espejo.
En el Museo del Prado. Fue pintado para decorar el salón de los espejos del Alcázar de
Madrid que quedó destruido por un incendio ocurrido en 1734. Es de una forma apaisada
inusual y lo es porque la pintura se colocó sobre un ventanal del que recibiría un golpe de luz
natural. Velázquez pintó a la vaca Io en contraluz pensando en el efecto lumínico del
visitante. Denota una sabiduría compositiva al plasmar dos figuras humanas y un animal.
Velázquez conecta el mito con la realidad de su tiempo, pues, por ejemplo, el sombrero de
Mercurio es una mascotilla, su manto es harapiento. Argos es un gañán traspuesto por el
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vino. Hermes repta con la espada en la mano, sin hacer ruido. Toda la pintura está realizada
con una técnica acuarelada, aplicada tras su segundo viaje a Italia. La pintura es un encargo
de la casa real.
5) Zeus y Sémele. Zeus se unió a una princesa tebana llamada Sémele y como fruto de
esta unión, nace una criatura mortal que luego se convertiría en inmortal. Fue Dionisio
(Baco en la Mitología Romana). Siguiendo el hilo de la narración de Ovidio, una vez más la
diosa Hera, presa de los celos por una nueva infidelidad de su esposo Zeus, va a vengarse
de aquella amante adoptando la apariencia de una sirvienta de Sémele y convence a ésta
para que le ruegue a su amante Zeus que se presente ante ella con todo su esplendor y
majestad divina, a lo que Zeus tuvo que acceder porque había empeñado su palabra con
Sémele de concederle todo lo que le pidiera. Sémele murió fulminada inmediatamente por el
rayo divino. Antes de ser consumida por el fuego, Zeus extrajo de su vientre el feto
concebido, de seis meses y para completar su gestación se lo introdujo en uno de sus
muslos y llegados los nueve meses, nació de la pierna de Zeus esta criatura llamada Dionisio.
Esta es la razón por la que es considerado como un dios inmortal al nacer del propio Zeus.
Zeus, para desviar la cólera de su esposa, encarga a su mensajero Hermes (el Mercurio
romano) que se lleve a Dionisio hasta la mansión de las Ninfas de Nisa para que ellas se
encarguen de su crianza. Otros textos añaden que lo disfrazó con la piel de un macho
cabrío para que pasara desapercibido a los ojos de Hera. Estas Ninfas enseñaron a Dionisio
el cultivo de la viña, convirtiéndose de este modo en el dios del vino. La diosa Hera no va a
parar hasta dar con el paradero de Dionisio y una vez que lo localiza, le va a enviar un rapto
de locura, es decir, lo va a enloquecer. Dionisio en este estado de locura recorre medio
mundo en compañía de su preceptor Sileno. Llega a Egipto, viaja por Siria y finalmente llega
a Frigia y en este reino conoce a la diosa Cibeles, diosa de origen oriental. Será Cibeles la
que lo libere de la locura y para purificarlo lo va a instruir en una ceremonia ritual conocida
con el nombre de Bacanal, Baquía u Orgía. Le va a proporcionar los instrumentos musicales
apropiados para celebrar esta ceremonia. Son instrumentos de percusión, como los platillos,
pandereta, tambor, la flauta y en particular el tirso, vara de madera muy flexible que
aparece decorado con ramas de hiedra y está repleto de cascabeles.
De entre los episodios biográficos de Dionisio, el primero será su afán por viajar
constantemente, sobre todo a Oriente, llegando incluso a conocer la India. Por eso, en
pintura sobre todo, se le representa en compañía de tigres de Bengala, animales que sólo
viven en esta región. Otra circunstancia es que se preocupa de instaurar su propio mito por
todas las regiones de Grecia y castiga a los reyes que se oponen a su culto. Va a castigar a
Licurgo, rey de Tracia. También a Penteo, rey de Tebas.
Otro episodio celebérrimo será cuando Dionisio se traslada a la isla de Naxos y para ello
contrata los servicios de unos marineros que resultaron ser piratas que pretendían vender
a Dionisio como esclavo en Asia. Cuando el dios se dio cuenta del engaño provocó una
metamorfosis múltiple. Hizo brotar una gigantesca vid que se enroscó en el mástil principal
del barco. Hizo que los remos se transformaran en serpientes. Él mismo se convirtió en un
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león. Provocó que la cubierta de la nave se llenara de seres monstruosos. Todo esto provocó
que los marineros se lanzaran al mar y en el mar quedaron metamorfoseados en delfines.
Dionisio logra su propósito y por fin llega a Naxos. Allí va a conocer a la princesa Ariadna
que acababa de ser abandonada en esa isla por Teseo, quien, aunque la había prometido en
matrimonio, la abandonó. El idilio de Dionisio y Ariadna será el romance más sonado de todo
el mundo clásico. También sabemos por las fuentes literarias, que Dionisio, antes de
instalarse definitivamente en el Olimpo, descendió hasta el reino de Hades para rescatar a
su madre Sémele y darle el sitio que le correspondía después de su trágica muerte.
Dionisio es un dios que se burla de las costumbres y de las leyes, permanece al margen del
orden social establecido. Es el dios de la viña, de los placeres y del delirio místico. Los
cultos báquicos consistieron en origen en ceremonias nocturnas en las que los participantes
cantaban y bailaban frenéticamente al son de los instrumentos que antes hemos citado,
emprendían alocadas carreras por los montes en busca de pequeños animales, como conejos,
liebres, tórtolas, perdices, que después descuartizaban y se comían crudos. También
tuvieron un componente erótico y sexual que paulatinamente se fue imponiendo. En el siglo
II a. C. el Senado de Roma los prohibió por su carácter licencioso.
En estas prácticas rituales, aparece en solitario pero con una escolta, las Ménades, los
Silenos y los Sátiros. Las Ménades son unas jóvenes cuya afición principal es danzar
prácticamente desnudas, sumergiéndose en un éxtasis en el que adquieren un vigor físico
extraordinario, al parecer por el consumo de productos estupefacientes. De los Silenos y
los Sátiros nos ocuparemos más adelante, por ser dioses menores. Son criaturas que viven
en los montes, persiguen a las Ninfas y se les representa como a seres híbridos: Con orejas
puntiagudas, cuernecillos, crines de caballo, patas de macho cabrío, etc.
6) Zeus y Taigete. Junto a este episodio amoroso, citar otras dos uniones amorosas con
mortales, aunque apenas tienen una gran repercusión en las manifestaciones artísticas.
Zeus se va a unir a Taigete y fruto de esta unión nacerá Lacedemón, héroe epónimo que
dará su nombre a Lacedemonia.
7) Zeus y Antíope. También se unirá a la princesa tebana Antíope. Fruto de esta unión es
una pareja de gemelos: Anfión y Zeto, que popularmente se les conoce como los Dióscuros
Tebanos. Aunque el término es muy generalista, porque dióscuro en griego significa gemelo.
Conservado en la Academia de Venecia. Es una obra maestra del Renacimiento italiano, obra
príncipe de Il Giorgione, de los primeros años del siglo XVI. Este artista tuvo una corta
vida y escasa producción. En la pintura propuesta tiene una importancia fundamental el
paisaje, por lo que podría ser considerada una obra de paisaje con figura. No existe una
interpretación consensuada sobre el contenido de la pintura, sino que, en algunos casos, es
incluso contradictoria. La lectura mitológica de Eugenio Battisti que tiene un libro completo
dedicado a la obra de Giorgione, nos dice que lo primero que llama la atención es el propio
título que le otorgó el autor. Pero el único elemento que denota tempestad es el rayo o
breve relámpago, porque el resto del cuadro no presenta movimiento alguno. Esto da pie
para ver que tras el título se esconde un gran tema mitológico. El rayo es el propio Zeus. La
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presencia del río debe aludir a una divinidad fluvial y la mujer que se ve será una ninfa
acuática. Por tanto sería un episodio amoroso de Zeus e Io, hija del río Inaco. El niño que
toma el pecho sería el descendiente de la unión amorosa y sería Epafo. El otro protagonista
del lado inferior izquierdo se identifica con Hermes, aunque no aparece ningún atributo de
este mensajero, pero lo resuelve Battista de una manera literaria: Ovidio se refiere a
Hermes como un pastor con largo cayado en la mano aunque en el cuadro viste de manera
anacrónica. El hecho de la arquitectura clásica en el cuadro alude de por sí a una pintura
mitológica.
Este maestro del Barroco también es conocido como El Caballero Arpino. Exportó a toda
Europa gran parte de su obra. En esta pintura se prescinde de las fuentes clásicas, pues
pinta al toro con el pelaje negro. Detalle del gesto de las criadas impotentes ante el rapto.
El toro está cabalgando sobre el mar y Cupido, encaramado sobre un águila, lanza las
flechas del amor y los rayos de Zeus.
Este cuadro era conocido con el nombre de Poesía y es compañero de La ofrenda a la diosa
de los amores del Prado y La Bacanal también en el Prado y que junto a La fiesta de los
dioses de Bellini en la Galería Nacional de Washington, iban a decorar el estudio de Alfonso
I de Este en Ferrara. Ariadna, que parece girar sobre sí, cruza su mirada con Baco que
parece levitar, mientras sale de su carro que está tirado por dos leopardos, animales
preferidos de este dios. Detrás aparecen los componentes el cortejo, como ménades, un
sátiro tocando los instrumentos y un sátiro niño, con patas de cabra y Sileno.
Se conserva esta obra en el Museo Thyssen de Madrid. Corresponde al Barroco pleno, que
se adivina en el ritmo de la composición y en el sentido del movimiento de todas las figuras.
Baco aparece coronado con hojas de vid, acariciando el lomo de un tigre de bengala,
cubriendo su pelvis con pieles de un animal. Sostiene sobre sus piernas la figura desnuda de
Ariadna, mientras un sátiro toca una pandereta y una sátira escancia vino en la copa de
Baco.
En el Museo Bargello. Es la primera obra que realiza recién llegado a Roma desde Florencia.
Fue encargada por Giacopo Galli, quien la conservó durante décadas entre otras obras
clásicas griegas de su colección privada. Con sus amigos jugaba al juego de las adivinanzas
retando a ver quien descubría una estatua que no era clásica y sus amigos nunca acertaban
con la estatua de Miguel Ángel, pues incluso, la copa que Baco porta en su mano derecha,
está tomada por el artista de una copa del propio museo. Representa un Baco muy joven, en
estado próximo a la embriaguez pero que aún mantiene el equilibrio, con un torso que se
inclina y está a punto de desplomarse, pero detrás de él, junto a su pierna, tiene un pequeño
sátiro que los sostiene, del que aparece una pata de cabra, mientras que el resto del cuerpo
es una piel de cabra que impide ver al sátiro. Los cabellos se confunden con racimos de uva,
pues son como bucles acaracolados que se entremezclan con los cabellos.
Conservado en la Gallería degli Uffizi en Florencia. Cuando Caravaggio pinta este cuadro,
apenas contaba con veinte años de edad, pero el estilo esta confirmado. Aún no aparece el
efecto tenebrista, sino al contrario, hay un fondo resplandeciente, del que destaca el dios,
un joven barbilampiño. Presenta detalles de bodegón con naturalezas muertas, como la copa
de vidrio, el cesto de mimbre con hojas de higuera, lleno de membrillos, racimos de uva y la
botella del vino. Caravaggio introdujo en el arte el naturalismo y el tenebrismo.
Conservado en el Museo del Prado. Llama la atención el aspecto vulgar de esta escena que
ha motivado el nombre popular del cuadro, que en realidad se llama El Triunfo de Baco. Este
título ha sido olvidado en favor del título popular alcanzado. Velázquez no trata el asunto
siguiendo las normas vigentes en Italia, Francia o Flandes para la pintura mitológica, sino
que se desarrolla con la intención burlesca e irónica acostumbrada en las Letras y las Artes
españolas del Siglo de Oro, la misma con que realizó La Fragua de Vulcano y el Marte. El
contraste entre el dios de torso desnudo, sentado sobre un tonel y coronada su cabeza con
pámpanos y quienes le rodean, de ínfima condición y populares vestimentas, al ser coronado
un soldado vencedor en certamen de bebedores, se corresponde con la incongruencia de ver
entre los vidrios finos venecianos la taza de loza blanca y el jarro de grosera cerámica. La
composición presenta dos registros. El de la derecha contiene a los personajes vulgares,
mientras que el de la izquierda es el dedicado al dios del vino, de imitación de Caravaggio.
En el grupo de personajes vulgares están representados gañanes, mendigos ebrios y un
soldado, en actitud de adorar al dios, arrodillado ante él, permitiendo que lo corone ante la
estúpida sonrisa de los borrachos. Parece una irreverente epifanía donde han sido
sustituidos la Virgen y el Niño Jesús por el dios Baco.
La decoración de las paredes con las pinturas al fresco, que se encuadran dentro del
segundo estilo pompeyano. Presenta un fondo purificador del friso, de un color rojo, típico
rojo pompeyano, con pilastras donde aparecen figuras femeninas concatenadas, en actitud
de rezar y bailar.
En el Museo de Viena. Presenta una decoración de fuerte componente erótico, que llega a
matices pornográficos. Aparecen sátiros y ménades haciendo el amor y están
representados con la técnica de trazos negros. Los sátiros tienen colas de caballo, orejas
en punta mientras que las ménades están representadas en tonos pálidos.
En el Gabinete de las Medallas de París. Aparece Dionisio y dos ménades, representado con
edad madura, barbado y con una gran copa de vino en la mano derecha y recibiendo el
tributo animal de dos ménades que llevan en las manos dos tirsos con cascabeles.
En el Museo Albertino de Dresde. Es una copia romana del original griego. La ménade
aparece semidesnuda, enloquecida por el vino y el baile, cubiertos los hombros con una piel
de cabrito, que por efecto de los giros del baile se le ha enrollado entre las piernas. La
figura está concebida para ser vista de perfil, pues es desde este ángulo como se aprecia el
patetismo extraordinario que el autor imprime a la escultura. Interesante el gesto de la
ménade que gira la cabeza, mirando hacia atrás.
8) Zeus y Danae. Es uno de los amoríos de Zeus más conocido, no por la personalidad del
personaje femenino, sino por la metamorfosis de Zeus. La unión amorosa de Zeus y la
princesa Danae, hija del rey Acrisio de Argos, a quien un oráculo había vaticinado que un
nieto suyo lo mataría y le arrebataría el trono. Para evitar esta coyuntura el rey encerró a
su única hija Danae en el interior de un torreón de bronce, el cual carecía de puertas y
tampoco tenía grandes ventanales. Este habitáculo sólo disponía de una pequeña puerta por
donde introducir los alimentos y unos óculos para que penetrase la claridad. Zeus, seducido
por la belleza de la princesa, se las ingenió para entrar en la estancia, metamorfoseándose
en una lluvia de oro, con lo que pudo traspasar por las rendijas. Fruto de la unión de Zeus y
Danae, nació uno de los más famosos héroes de la mitología griega: Perseo. Así se cumplió el
oráculo, porque Perseo, de manera involuntaria, causaría la muerte de su abuelo.
9) Zeus y Electra. Nada tiene que ver Electra con la heroína, hija de Agamenón y
Clitemestra. De esta unión nacen Dárdano y Yasión. Dárdanos daría nombre al Estrecho
de los Dardanelos.
10) Zeus y Pluto. Pluto era una Ninfa y por lo tanto, mortal. Fruto de esta unión nacerá un
niño llamado Tántalo. Más que la madre, fue Tántalo quien consiguió celebridad por el
castigo que se le impuso por sus numerosos delitos. A Tántalo se le acusa de diversos
crímenes, entre ellos, el haber robado el néctar y la ambrosía de los dioses. También se le
acusa de divulgar los secretos que en su presencia comentaban los dioses olímpicos. Otra de
las acusaciones es el haber jurado en falso antes Hermes (Mercurio), de haber negado la
divinidad de Helios, de raptar a Ganímedes, que sería el último amante de Zeus, amor de
carácter homosexual. Por último, el delito más grave al intentar probar la omnisciencia de
los dioses del Olimpo, es decir, por querer probar la suprema sabiduría. Lo hizo preparando
un banquete en el que sirvió la carne de su propio hijo Pélope. La omnisciencia se puso de
manifiesto, pues los dioses se dieron cuenta del engaño y de ahí surge el castigo que se le
impuso. Este terrible castigo consistió en introducirlo maniatado en un lago con el agua
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hasta el cuello. Rodeado por árboles frutales que mantenían sus frutos cerca de su boca. El
castigo fue que cuando intentaba beber, el agua era absorbida por la tierra y cuando quería
morder los frutos venía una racha de viento que lo impedía. Entre los griegos se hizo
célebre la frase: “Sufrir el suplicio de Tántalo” para referirse a la imposibilidad de
conseguir algo próximo a nosotros, algo que parece al alcance de nuestra mano, pero que
una circunstancia hace que se disipe.
11) Zeus y Egina. Zeus rapta a la Ninfa Egina y la traslada a una isla que luego llevaría su
nombre. De esta unión amorosa nace un hijo que se llamó Éaco, famoso por su bondad, por
su gran sentido de la equidad y lo uno y lo otro le harán un ser merecedor de los favores de
Zeus. De hecho, llegó a ser rey de Egina y como la isla estaba deshabitada, Zeus
transformó a las hormigas de aquella isla en seres humanos que serían los primeros
pobladores. Sabemos por las fuentes literarias que Éaco ayudó a construir las murallas de
Troya en unión de Apolo y Poseidón. Una versión tardía hará de Éaco uno de los jueces del
infierno, en unión del rey Minos y de Ramadantis. Cada uno juzgaba a los hombres de una
parte determinada del mundo, correspondiéndole a Éaco los indoeuropeos.
12) Zeus y Laodamía. Laodamía era hija de un famoso héroe llamado Belerofonte. Con ella
engendró un hijo llamado Sarpedón que fue rey de Licia. Otra versión sitúa a Sarpedón
como hijo de Zeus y Europa.
13) Zeus y Alcmena. Alcmena, nieta de Perseo y princesa de Micenas. Para unirse a esta
princesa, Zeus va a adoptar la apariencia de su prometido Anfitrión, bajo cuya apariencia y
de resultas de su unión amorosa, tuvieron un hijo que se llamó Heracles (Hércules en la
Mitología romana). Cuando se presentó ante Alcmena el verdadero Anfitrión, quiso castigar
la infidelidad de Alcmena causándole la muerte quemándola sobre una pira funeraria. Zeus
se compadece de ella y en el último momento envía una lluvia que apaga el fuego,
protegiendo a Hércules en su seno.
14) Zeus y Leda. Leda, princesa griega de Etolia. Para conseguirla, Zeus se metamorfosea
en un cisne. Fruto de la unión, nacerán dos huevos, conteniendo cada uno dos gemelos. De
uno de los huevos nacerán Helena y Clitemnestra y del otro huevo nacerán los gemelos
Cástor y Pólux (Dióscuros, que en griego quiere decir gemelos). De Cástor y Pólux decir
que fueron dioses jóvenes dotados de una gran belleza. A pesar de tener un carácter
belicoso, nunca rivalizaron entre sí sino que se amaron fraternalmente y unidos realizarán
todos los episodios que la tradición les atribuye. Tienen rasgos distintos. Cástor tiene
habilidad en el manejo de las armas y en el difícil arte de la doma de caballos y Pólux fue un
gran deportista destacando en pugilismo. Siempre aparecen unidos y contraen matrimonio
con dos hermanas gemelas a las que raptan: Febe e Hilaíra, hijas de Leucipo. Eran
sacerdotisas de Pallas Atenea y de Artemisa. Cuando murieron, Cástor y Pólux fueron
inmortalizados y se identifican con la constelación de Géminis (los Gemelos).
15) Zeus y Ganímedes. Los catorce amores extramatrimoniales de Zeus con mortales, se
van a ver incrementados con un amor homosexual. Fue con el príncipe de Troya, Ganímedes.
Rapta al príncipe convertido en un águila. Dicen las fuentes que era un niño de corta edad.
Cuando llega al Olimpo será el encargado de escanciar el néctar y la ambrosía a los dioses,
es decir, va a ser el copero de los dioses y va a sustituir en este cometido a Hebe, hija de
Zeus y Hera. Acabado el curso de su vida fue premiado por Zeus con la inmortalidad y se le
identifica con la constelación Acuario (el aguador). Zeus, para compensar al rey Tros de
Troya por el rapto de su hijo le regaló unos caballos milagrosos y divinos.
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Conservado en la Gallería Borghese de Roma. Correggio pinta, poco antes de 1530, una serie
de cuadros cuya temática eran los amores de Zeus, por encargo de Federico Gonzaga,
Duque de Mantua, quien los regaló al Emperador Carlos V con motivo de su coronación
acaecida en 1530. En este caso, en vez de lluvia hay una nube áurea, dorada, que sobrevuela
a Danae y sobre todo está patente la presencia de Eros, dios del amor, que aparece como
un adolescente, al igual que en las cerámicas arcaicas griegas. En la época clásica, la edad
de Eros disminuye. Aparece como un intermediario entre la divinidad y la princesa, el cual
sostiene la sábana blanca que cubre medio cuerpo de la princesa, que se encuentra relajada.
A los pies de la cama, en el ángulo inferior derecho del cuadro, aparecen dos putti que
afilan sus flechas, lo que es indicativo de que estamos ante un hecho amoroso. Correggio
abre un ventanal para que entre por él la luz natural, lo cual es propio del arte italiano, el
abrir ventanales laterales, en los que aparece un horizonte azulado.
Conservado en el Museo del Prado. Presenta variantes que enriquecen el tema. Aquí la lluvia
fina de oro es sustituida por una lluvia de monedas de oro que caen del cielo. La presencia
de las monedas hace despertar la avaricia de la sirvienta que las recoge con su delantal. La
sirvienta no aparece en los textos en el momento de aparecerse Zeus en forma de lluvia de
oro, pero es un recurso del pintor. Recubre con cortinajes rojos los doseles del lecho,
mientras que Danae aparece muy relajada hasta el extremo de que acaricia un pequeño
perro con su mano derecha.
Hay múltiples detalles que hablan del lujo, como las pulseras de corales y perlas de su
brazo izquierdo. Los zapatos al pie de la cama. El paño que cubre la mesita auxiliar, todo
habla del lujo y esplendor del encierro de la princesa.
CRATERA. SIGLO V a. C.
Conservada en la Pinacoteca de Munich. Una vez más, Rubens nos muestra un gran
movimiento en todas las figuras, entre las que se nos aparecen dos jóvenes rubias, con
anatomías opulentas, que son raptadas por los gemelos Cástor y Pólux. Magníficos los dos
caballos, uno en corveta y el otro con el cuarto delantero levantado y Cupido recogiendo las
crines de uno de los caballos.
Ambos cuadros forman pareja. Conservados en el Museo de Viena. Hay muchas fuentes
clásicas que nos relatan este rapto, pero todas son parcas en su narración. Por eso todos
los artistas se van a basar en la Eneida de Virgilio. Cuando se produce el rapto, siempre va a
haber un plano celeste y un plano terrestre. Aparece el águila que ya ha raptado a
Ganímedes.
Rembrandt siempre lo representará como un bebé o un niño recogiendo frutos, mientras
que Miguel Ángel lo representará como un adolescente.
La pintura original de Miguel Ángel está perdida. No se insiste tanto en el rapto, como en la
unión física y sexual. Aparece el águila con cara casi humana. Un perro se incluye en la
composición.
Hay dos versiones sobre el nacimiento de Afrodita y ambas son contradictorias. La más
popular es la que Hesíodo nos relata en su Teogonía. Según este relato, Afrodita nació de la
espuma que creció en el mar alrededor del semen de Urano cuando fue castrado. La
segunda versión es la de Homero en la Ilíada, según la cual, Afrodita es hija de Zeus y de la
oceánide Dione.
También traemos a colación los distintos adulterios de Afrodita con Adonis, por quien peleó
con Perséfone, su unión con Hermes, de quien tuvo a Hermafrodito, su matrimonio con
Hefesto y su adulterio con Ares, el dios de la guerra.
Pero su más célebre unión amorosa fue con el príncipe troyano Anquises, con el que
engendró a Eneas, fundador del pueblo romano. Es una manera de vinculación entre las
mitologías griega y romana. Entre los griegos, Afrodita ha sido siempre la diosa del
atractivo físico y sexual, al que se encuentran sometidos todos los seres vivos: Dioses,
hombres y animales, quienes en su instinto de apareamiento están influenciados por ella. Es
la diosa de la belleza y del amor y según Esquilo, en el siglo V a. C. Afrodita representa el
principio de la vida en el Universo y, según sus palabras, representa también el instinto
propagador de la especie. Afrodita, en múltiples ocasiones, va a infundir su amor en un
mortal. En otras ocasiones, castiga duramente a quien se le opone y auxilia a otros para que
encuentren el amor (dioses y mortales). La figura de Afrodita está íntimamente vinculada
por un episodio amoroso conocido como “El Juicio de Paris”. Tendrá gran resonancia y será
el leitmotiv de la Guerra de Troya.
Las fuentes clásicas nos relatan que con motivo de las bodas de Tetis y Peleo, se organizó
un gran banquete nupcial al que fueron invitados todos los dioses del Olimpo, a excepción de
Eris, la diosa de la discordia. Para vengar este desprecio, Eris va a arrojar sobre la mesa
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una manzana: La manzana de la discordia, que llevaba impresa la inscripción “para la más
hermosa”. De inmediato, tres de las diosas presentes se consideraron destinatarias de
aquel regalo porque las tres se consideraban las más hermosas. Como no llegaron a ningún
acuerdo, acudieron ante Zeus para que él legitimara a la más hermosa. Pero Zeus adivinó
que cualquiera que fuese su decisión, sería mala porque las dos que no saliesen elegidas, no
aceptarían su dictamen. Para eso traspasó la decisión al príncipe Paris, descrito como el
mortal más hermoso que había sobre la tierra. Paris se encontraba en el monte Ida
apacentando su rebaño. Pallas Atenea, Afrodita y Hera se presentan ante Paris
ofreciéndole, cada una de ellas, un regalo prodigioso. Pallas Atenea promete que si ella es la
elegida, convertirá al príncipe en un hombre invencible. Por otra parte, Hera le promete que
si es elegida lo convertirá en el soberano más poderoso del mundo. En tercer lugar,
Afrodita promete entregarle como esposa a la mujer más bella del Universo.
La mujer más bella del Universo era Helena de Esparta. Paris se decide por Afrodita,
seducido por su promesa. Desde este momento las otras dos montan en cólera y se
convierten en enemigas encarnizadas de los troyanos. Afrodita cumple con lo prometido y
ayuda a Paris para que pueda raptar a Helena, que estaba casada con el rey Menelao de
Esparta. Fue un rapto por la fuerza y ese rapto es el punto de inicio de la Guerra de Troya,
en la que Afrodita se pone de parte de los troyanos. En ocasiones se aparece a las tropas
en el campo de batalla y las ayuda.
En el Panteón latino se asimila a la figura de Venus. En origen, era una diosa de los campos y
de los jardines, pero posteriormente se transforma en diosa de la belleza. Es la protectora
del pueblo romano. Muchas de las más nobles familias romanas, las de los patricios, se
enorgullecían de descender directamente de Eneas y, por tanto, de descender de Afrodita.
Personalidades de la República primero y del Imperio después muestran especial veneración
por esta diosa, como Sila, Julio César, Augusto y Adriano, a la que erigen importantísimos
templos en la capital del Imperio.
Desde un punto de vista etimológico, la palabra “venus” posee la misma raíz que venera y
venerar. Venera es sinónimo de concha y es el instrumento de navegación utilizado por
Afrodita para llegar a la isla de Chipre. Venerar significa dar culto.
Hemos de recordar que la Edad de Oro coincide con el reinado de Cronos sobre el universo.
La Edad de Oro es concebida como una etapa en que predomina la felicidad, la justicia, en la
que hombres y dioses conviven en paz sobre la faz de la tierra, momento dulce, en que no
existe la enfermedad ni la fatiga, donde no es necesario el trabajo y la muerte es un
tránsito feliz a la vida eterna en los Campos Elíseos.
Una hipótesis formulada por Virgilio nos dirá que el empeoramiento en las condiciones de la
Naturaleza fue provocado por el propio Zeus para que el hombre pudiera superarse a sí
mismo y pudiese forjar su propia civilización. En este momento de la Edad de Plata es
cuando hay que situar la figura de Prometeo como benefactor de la Humanidad. Prometeo
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fue hijo del Titánide Iápeto y la Oceánide Asia. Era así mismo, hermano de Atlas,
Epimeteo y Menecio.
Prometeo fue capaz de cometer dos graves desacatos contra Zeus, con tal de favorecer a
los hombres. El primero de los dos desacatos es el conocido como el “Engaño de Mecona”.
Prometeo convenció a los habitantes de Mecona para que sacrificaran un buey en honor de
Zeus. Con la res sacrificada se hicieron dos partes. En una, pusieron los huesos del buey
cubiertos con la grasa del animal y en la otra, la carne, recubierta con la piel del animal.
Prometeo pidió a Zeus que escogiese la que consideraba lo mejor de los dos montones,
escogiendo la primera parte, es decir, los huesos recubiertos por la grasa que era la peor.
Zeus no va a castigar por esta burla a Prometeo, sino que va a castigar a la Humanidad.
Zeus, en palabras de Homero, “envió al hombre a la mujer”. La primera mujer sobre la faz
de la Tierra es Pandora, que fue modelada con arcilla a imagen y semejanza de las diosas
por Hefesto. Atenea vistió esta figura, las Gracias, la enjoyaron, las Horas, la cubrieron de
flores, Afrodita le dio su belleza y por último, Hermes le concedió la maldad y la falta de
inteligencia. Pandora es un regalo engañoso. Lo envía Zeus como un don. Pandora contrae
matrimonio con Epimeteo, hermano de Prometeo. En la noche nupcial Pandora va a destapar
la arqueta que contenía todas las desgracias, que se esparcieron por el mundo, quedando
dentro sólo la virtud de la esperanza.
Con Pandora aparece la mujer en el género humano y el concepto de la reproducción
humana, hasta entonces inexistente. Hasta eso, las fuentes lo consideran un castigo porque,
incluso había que alimentar más bocas en un mundo en el que había crisis agraria.
Zeus también castiga a un hermano de Prometeo. A Atlas y este castigo es por causa de
que Atlas se puso de parte de los Titanes en la lucha conocida bajo el nombre de
Titanomaquia. Zeus lo castigó a llevar eternamente sobre sus espaldas la bóveda celeste.
Atlas acabó sus días petrificado al contemplar la cabeza de la Gorgona Medusa. Quedó
convertida en la cordillera del norte de África llamada Atlas y también dio nombre al
océano Atlántico, así como a las colecciones de mapas.
como hablando de los regalos. Pallas Atenea porta un casco con un penacho de plumas, y
Hera está acuclillada y con un gesto de la mano como queriendo convertir al príncipe Paris
en el gobernante más poderoso de la tierra. Lleva sobre su regazo un pavo real, su animal
predilecto. Como espectador aparece Hermes, el mensajero de los dioses, con un sombrero
alado, apoyándose sobre un vallado.
En este abigarrado grabado aparece en primer término una barca desde la que Paris trata
de conseguir que Helena entre en la misma, escena que sucede aprovechando la ausencia del
rey Menelao de Esparta. El grabado reproduce una pintura de Rafael y presenta una gran
dificultad de interpretación por el número de personajes que en el mismo aparecen.
Conservado en el Louvre. David va a ser un pintor que se inicia en el Barroco, pero que a
finales del siglo XVIII se convierte en un pintor neoclásico. Aparece una arquitectura
descontextualizada, pues en el fondo vemos la tribuna de las Cariátides de la Acrópolis.
Rinde de este modo un homenaje a la arquitectura clásica griega al incluir esta tribuna
como elemento decorativo del palacio troyano de Paris. En cambio tanto el mobiliario, el
diván, la lira, son elementos del siglo XVIII, como podemos ver hoy día en los palacios
reales europeos. Ilumina muy poderosamente la figura humana para asemejarla lo más
posible a la escultura, pues durante el Neoclasicismo se pensó que las esculturas griegas
eran de mármol en su color blanco natural, por lo que la representación de los amantes es
con una anatomía aporcelanada. Paris nos aparece con un sombrero de forma cónica.
Conservada en el Museo Vaticano. Es una copia romana del original griego, pero no por eso
deja de ser una obra príncipe. Es una Venus en solitario de discreta calidad. Existen
testimonios contemporáneos que acreditan que era la estatua más hermosa del siglo IV a. C.
Era una estatua de culto, de la isla de Cnidos. Inicia el prototipo de las venus púdicas.
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Afrodita aparece en el momento que va a tomar un baño, desnuda, cogiendo una toallas o
paño, que se encuentra sobre el ánfora, elemento acuático, en referencia al aseo femenino.
Praxíteles humaniza a la divinidad y la realza con el brazo derecho en un intento de tapar
su sexo, mientras que imprime un giro de la cabeza a la izquierda. El leve giro del torso a la
derecha lleva implícito el germen de un movimiento.
Conservada en el Museo Vaticano. Realizada con una pose más mundana, más provocativa,
pues más que una diosa parece una prostituta del mundo griego que no se recata por su
desnudez. Las Venus Calitipias son pícaras, insinuantes. Esta lleva una carga sensual, erótica
y está con los brazos cruzados en el pecho.
Conservada en el Museo de Dresde. Es una obra de la cima del clasicismo italiano. Obra
póstuma, pues Giorgione fallece en 1510 y la obra no estaba acabada. La acabó Tiziano, su
discípulo. Aparece la diosa recostada, con placidez, que Tiziano va a tomar después en su
composición. Giorgione tiene una visión poética del desnudo femenino, contemplativa de la
belleza. Aparece dormida, relajada sobre un almohadón rojo y una sábana, donde las líneas
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del cuerpo riman con el paisaje: Calma, serenidad, placidez, todo el cuadro es una armonía
musical.
En la Gallería degli Uffizi. Es una copia de la Venus de Giorgione. Recibe este nombre
porque fue encargada por el hijo de los Duques de Urbino. También insiste en el estudio
naturalista de la anatomía femenina con un desnudo pleno de sensualidad, denotando cierta
lujuria en la mirada. Entre los dedos de su mano derecha porta un racimo de madroños y al
pie del lecho aparece un perrito dormido, algo muy típico de Tiziano. El fondo del cuadro
queda dividido en dos mitades. La de la izquierda es un fondo opaco que incluso sirve para
hacer resaltar la imagen de la diosa, bañada por una luz cálida, dorada que modela su
anatomía. La zona de la derecha se abre en un interior palaciego, con un suelo ajedrezado y
un ventanal partido, fuente de iluminación para lograr perspectiva, ventana dividida por un
parteluz y adornada con macetas. Dos sirvientas revuelven el contenido de un arcón.
Venus se recrea contemplando su rostro en un espejo que le ofrece Cupido. Hay una
primera versión de Tiziano que copia Rubens. El carcaj y el arco de Cupido a sus pies.
VENUS DEL ESPEJO. DE VELÁZQUEZ (HACIA 1650)
joven a punto de ser violada por un hombre de aspecto salvaje ante la mirada impasible de
unas mujeres que contemplan la escena, una de las cuales amamanta a un niño.
Fresco de la Casa de Pilatos de Sevilla. Pacheco es un genial tratadista que escribió El arte
de la pintura, hombre por demás relacionado con las altas capas sociales de Sevilla.
Prometeo lleva una antorcha en la mano derecha. Es el fuego que roba a Zeus. Mirada
paternal, que mira al hombre al que él protege. En la mitología hay versiones que dicen que
modeló al hombre en arcilla. Por eso lleva un muñeco en su mano izquierda, queriendo
representársele como padre de los hombres.
Conservado en el Museo del Prado. Nueva versión del tema anterior. Entre los nubarrones
aparece una luz, que es Zeus y ve que Prometeo le ha arrebatado el fuego. Prometeo levita,
pues sus pies no se apoyan en nada sólido. Se realiza el movimiento con los pliegues del
manto rojo.
Hijos de las Titanes Cronos y Rea, y hermanos de Zeus, fueron tres hijas: Hestia (Vesta
para los Romanos), Deméter (Ceres) y Hera (Juno) y los varones Poseidón (el Neptuno
romano) y Hades (Plutón).
Hestia es una de las diosas del Olimpo que llevó a gala su virginidad y que conservó
orgullosamente. También sucedería con Pallas Atenea y con Artemisa. Hestia va a rechazar
determinadas propuestas amorosas como las que proceden de Apolo y del propio Poseidón,
que ella rechaza. Hestia es venerada por los griegos como la diosa del fuego doméstico o
del hogar. Su actividad en la Mitología clásica es mínima. Permanece relegada en una
especie de majestuosa inactividad aunque es admirada y adorada por todos los demás
dioses olímpicos. Hestia, en la Mitología romana, tiene su equivalente en Vesta, diosa a la
que se le consagraron numerosos e importantes santuarios en todo el Imperio. Era servida
por jóvenes y bellas doncellas, escogidas desde la más tierna infancia entre las niñas más
hermosas. A estas servidoras se las conoce como a las Vestales. También tenían que
consagrar su virginidad en honor de la diosa. Hacían un juramento o promesa para conservar
su doncellez y cuando quebrantaban esta promesa el castigo que se les aplicaba era
terrible, pues tenían que morir de forma cruel ya que se las emparedaba vivas. Muchos de
estos dioses y diosas están unidos a sus animales preferidos. Hestia tuvo su animal
predilecto y éste fue el burro, porque en una ocasión la despertó con sus rebuznos cuando
estaba a punto de ser violada por Príato, hijo de Afrodita.
Poseidón, que era conocido en Roma como Neptuno y en el reparto que se hizo entre los
dioses olímpicos, le tocó ser el dios de los Océanos. Sus atributos son un gigantesco
tridente, que le servía como báculo o cetro real y con el que podía desencadenar tormentas
e incluso podía hacer brotar agua salada en tierra firme, como cuando hizo manar una
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fuente en la Acrópolis. Está casado con Anfitrite, con quien comparte su reino submarino.
Cuando se une amorosamente a su esposa organiza grandes tormentas y maremotos.
Engendraron un hijo llamado Tritón. Poseidón suele montar un carro tirado por una pareja
de delfines o una pareja de caballos marinos y a veces por unos Hipocampos, animales
híbridos con cabeza, cuerpo y patas delanteras de un caballo y el resto, con cuerpo de un
pez. Hay que reconocer que Poseidón tuvo poca fortuna a la hora de ser reconocido dios
tutelar de un territorio. Perdió Atenas ante Pallas Atenea, Argos ante Hera, Naxos ante
Dionisio, Corinto ante Helios, Delfos ante Apolo y la isla de Egina ante Zeus. Únicamente se
le reconoce un santuario como propio y es el continente perdido de la Atlántida, sobre el
que tuvo un cierto poder y patrocinio. Es un dios rencoroso, colérico e irritable. Siente un
odio sin piedad ante determinadas personas, como Ulises, al que le hizo la vida imposible a
su regreso desde Troya a la isla de Ítaca. Muchos de sus descendientes fueron también
malévolos, como el Cíclope Polifemo y el Gigante Crisaor (hijo de Poseidón y de la Gorgona
Medusa).
El apelativo de Menores es aplicado a aquellos dioses que tienen menor poder y prestigio
comparados con los dioses olímpicos. Nos vamos a referir a un grupo muy amplio de
divinidades femeninas: Las Ninfas. Son diosas jóvenes y bellas, que se pueden clasificar en
varios grupos, en función de los lugares que habitan y que están recogidos en las fuentes
literarias:
Habrá Ninfas en particular que destaquen sobre otras, como es el caso de Orfeo y
Eurídice. Eurídice era una Ninfa Dríade que se casó con ese gran músico que fue Orfeo,
hijo de Apolo y rey de Tracia. Va a heredar de su padre el talento por la música, así como
su instrumento preferido: La Lira, aunque en numerosas ocasiones aparece tocando un gran
violín o viola. Orfeo, con sus melodías y dulces cantos, era capaz de amansar incluso a las
fieras. Bajo el sortilegio de su voz hasta las ramas de los árboles se inclinaban ante él.
Ovidio nos relatará en su Metamorfosis que, tras una vida llena de tristeza por parte de
Orfeo, al final va destinado a los Campos Elíseos a encontrarse con Eurídice llevando una
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vida de ultratumba totalmente feliz. Este tema fue aprovechado por Calzabigi para escribir
uno de los libretos de ópera más célebres del siglo XVIII: Orfeo y Eurídice de Gluck.
Según otra versión, Orfeo fue decapitado por las Náyades, que no le hacían ningún caso. Lo
mataron y echaron al mar.
Otra Musa notable fue Eco. Acostumbraba a entretener a la diosa Hera con su
interminable charla favoreciendo así las continuas infidelidades de Zeus. Cuando Hera se
da cuenta del engaño castiga a Eco privándola de tener su propia voz y condenándola a
repetir todo cuanto oía a su alrededor. Se dice que Eco se enamoró de un hermoso joven
llamado Narciso, pero éste rechaza esta pasión amorosa. Narciso sólo se enamoró una vez y
fue de sí mismo al ver su imagen reflejada en un manantial. Hasta tal punto estaba
enamorado de sí mismo que no se apartaba del agua para no dejar de verse reflejado en ella
y murió de hambre por no comer y de sed por no beber, por no querer que su imagen se
borrase de la superficie del agua al intentar beberla. De su cuerpo nacerá una hermosa flor
que lleva su nombre: El narciso. Hay otra versión que nos dice que del amor de Eco y
Narciso lo sugirió el propio Eros en venganza por haberse burlado Narciso de Eros por el
lanzamiento de una flecha. Eros disparó su flecha de amor sobre Eco y la flecha del
desamor sobre Narciso.
Sátiros. Son varones y hembras. En la Mitología romana se les llama Faunos ó Silvanos. Son
seres de naturaleza salvaje que habitan en los montes y en los bosques, es decir, en un
medio rural. Se les representa con cuernos, orejas puntiagudas, patas de cabra y en los
tiempos más antiguos, con colas de caballo. Son el terror de las Ninfas y se caracterizan
por su permanente insatisfacción sexual. A los Sátiros más viejos se les da el nombre de
Silenos y cuando están borrachos tienen el don de la profecía poseyendo una lubricidad
desenfrenada. Se les da este calificativo de Sileno por el que fue el preceptor de Dionisio
cuando emprendió su largo viaje.
Eros ó Cupido. Es compañero de Afrodita y está presente siempre que hay un hecho
amoroso. Existen múltiples genealogías. Platón nos dirá que no tenía padres. Lo vimos
cuando estudiamos los dioses primordiales. A partir de los escritos de Teócrito, Eros
aparece como un niño alado, cuando con anterioridad se le representaba como a un joven. A
partir de los escritos de Eurípides también se le representará armado con arco y flechas
(siglo V a. C.). Teócrito apunta que Eros era ciego, lo que va a tener una gran resonancia
simbólica (el amor es “ciego”). En ocasiones, en el arte, se le representa con los ojos
vendados con un tul transparente.
Tuvo su relación amorosa con Psique, una mortal, joven que era tan bella que hasta la propia
Afrodita tuvo celos de ella. Eros la trasladó a un palacio donde era atendida por sirvientas
y él acudía cada noche a hacerla feliz con su amor. Le impuso una única condición: Que
nunca le mirase directamente a la cara. Las hermanas de Psique, celosas de su fidelidad, le
imbuyeron la idea de que si su amante no se dejaba ver era porque tendría un rostro
monstruoso. Psique, aprovechando que una noche Eros se quedó dormido, acercó una
lámpara de aceite y corroboró que era un dios bellísimo. Pero una gota del aceite hirviendo
de la lámpara cayó sobre el cuerpo de Eros, despertándole. Al comprobar que Psique había
incumplido su palabra, la abandona. Eros perdonará a Psique y pidió permiso a Zeus para
contraer matrimonio con una mortal, y así lo hizo. Al final de sus días, consiguió para Psique
la inmortalidad siendo ascendida hasta el Olimpo.
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Pan. En esta relación de dioses secundarios, le toca su turno al dios Pan. Es un dios
pastoril, de la Arcadia. La representación artística de Pan no se diferencia de la de los
Sátiros: Pezuñas, orejas en punta, los cuernecillos y aspecto de semisalvaje. Se dice que
fue el inventor de la siesta y cuando se despertaba de ella, provocaba el pánico y la
estampida de los ganados. Se enamoró de una Ninfa llamada Siringe, pero ella no
corresponde a su amor hasta el punto de que un día, cuando estaba a punto de darle alcance
en las orillas del río Ladón, ella pidió transformarse en unas cañas de bambú. Pan, cada vez
que escuchaba el sonido del viento entre las cañas, le parecía evocar los quejidos de su
amada por lo que cortó algunas de aquellas cañas y se fabricó una flauta a la que puso el
nombre de siringa.
Tritón. Hijo de Poseidón y Anfitrite, nunca contrajo matrimonio, viviendo junto a sus
padres en un palacio de oro en las profundidades del mar. Su función principal es la de
tocar una caracola para anunciar la presencia de sus padres en la superficie del mar. En
algunas ocasiones se le otorga una figura híbrida, con el busto y la cabeza de hombre y el
resto del cuerpo, de pez, pero otras veces posee una figura enteramente humana. Hay
otros seres que forman parte del séquito de sus padres. A los del séquito masculino se les
llama Tritones y a las femeninas, Nereidas.
Cibeles. Es una diosa de nacionalidad frigia, la gran madre de aquellas regiones orientales.
Allí recibía un culto delirante y cruento al son de platillos, flautas, cuernos, etc. que será el
precedente de las fiestas bacanales de las orgías griegas. La figura de Cibeles se introduce
en la Mitología griega aproximadamente al comienzo del siglo V a. C. Y en el caso de la
Mitología romana será en el siglo II a. C. Los sacerdotes que consagraban la vida a esta
diosa recibían el nombre de galos y estaban castrados y en Roma tenían que ser de
nacionalidad frigia. Se la representa montada en un carro tirado por una pareja de leones y
su cabeza está rematada por una corona torreada.
en pleno siglo XVII con la Contrarreforma católica y la Santa Inquisición. Epimeteo lleva
en su mano derecha un tarro o vasija, que es la “caja de Pandora”. Posiblemente en la mano
izquierda llevara la tapadera.
Conservada en el Museo del Prado. Esta pintura fue adquirida por Carlos V a Tiziano y
formaba parte de las colecciones reales. De manera cruda, un enorme águila le arranca las
entrañas a Prometeo que aparece encadenado a una roca. El águila es el animal predilecto
de Zeus.
esmaltada para la sal. Neptuno está recostado sobre una especie de venera que es movida
por dos hipocampos.
Pertenece a la colección del Museo Lázaro Galdiano de Madrid. Escultura en bronce, típico
manierista, se representa a Poseidón con una fuerte complexión, que nos recuerda los
cuerpos de Miguel Ángel por su vigorosidad. Tiene un contraposto y violento escorzo
manierista. La pierna derecha se apoya en un cetáceo.
En el Museo de Bellas Artes de Sevilla. Es de plata. Sobre una placa aparece Neptuno en su
carro tirado por un hipocampo. El carro es en forma de concha realizado en cristal de roca.
Como ruedas tiene unas hélices. Neptuno aparece sentado llevando en su mano el tridente.
Las Ninfas son compañeras de Apolo, además de las nueve Musas. Esta composición se
encuentra en los Jardines del Palacio de Versalles y se instaló durante el reinado de Luis
XIV, en una especie de gruta artificial. Nos presenta a Apolo servido por las Ninfas. Una le
lava los pies, otra le escancia vino y una tercera lo acaricia, mientras Apolo está sentado en
un sitial.
procedentes del Nuevo Mundo recién descubierto se incluye, como el pavo. Todos están
escuchando la música de Orfeo.
Conservada en el palacio del Pardo de Madrid. Giordano es un pintor italiano que estuvo en
Madrid al servicio de Carlos II. Es una pintura muy estrecha y alargada, en la que aparece,
en primer término Eurídice y en lo alto del cuadro, Aristeo.
Pintor modernista que trabaja en Roma. Trata de incidir en el dramatismo de la escena. Los
dos esposos se abrazan al salir de las puertas del infierno, que aparece dramatizado por las
llamas que lamen el cuerpo de Eurídice. En el ángulo inferior izquierdo aparece el violín y la
cabeza de Orfeo aparece coronada de laurel como suele estar la de su padre Apolo.
Conservado en el Palacio Real del Pardo. Orfeo, una vez desaparecida Eurídice, se va a
ocultar y a rechazar cualquier otro tema amoroso. Así pues, rechaza al cortejo de las
Bacantes o Ménades. Éstas, enfurecidas con Orfeo, le dan muerte por lapidación. Una vez
que ha muerto le cortan la cabeza y junto con la lira, la arrojan a las costas de la isla de
Lesbos. Aparecen Ménades sosteniendo piedras en las manos con las que están lapidando a
Orfeo quien aún tiene fuerzas para sostener el violín en su mano izquierda. En la parte
superior de la composición, aparece una imagen de Dionisio recortándose en el cielo.
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En el Museo d‘Orsay de París. Orfeo ya ha muerto golpeado por las piedras que levantan las
Bacantes. Algunas de ellas realizan bailes desenfrenados, mientras que la bacante más
próxima a Orfeo está arrodillada a su lado, portando en su mano derecha una hoz o guadaña
levantada en actitud de dar el tajo que seccione la cabeza de Orfeo para arrojarla al mar.
Conservada en la Galería Nacional de Arte Antiguo de Roma. Presenta una gran originalidad
compositiva de la figura. Es una concepción novedosa de la obra. Caravaggio prescinde de
toda referencia paisajística e iconográfica, salvo en la imagen del joven Narciso
reflejándose en el agua. El cuadro está dividido en dos registros, división que se consigue
por la línea que forma la superficie del manantial.
Conservado en el Museo del Louvre. Poussin es el gran representante del Barroco francés.
Aparecen todos los protagonistas del relato mitológico. El cadáver de Narciso, recostado
junto al manantial, sobre cuya cabeza aparece un ramo de hojas con las primeras flores, los
narcisos, que han brotado ya tras su muerte. En segundo término la Ninfa Eco, quien según
las fuentes, quiso metamorfosearse en una roca al morir su amado. Poussin en esta
composición la sitúa junto a un promontorio rocoso, donde está empezando su cambio.
También aparece Eros o Cupido, que es el causante de esta desgracia por la humillación que
le proporcionó Narciso.
Conservado en el Museo del Louvre. Es una obra preciosista del Rococó, con pinceladas
llenas de matices que están respaldadas por el paisaje. Aparece Narciso como un cazador,
acompañado de un mastín, perro de caza, mientras aparece su cuerpo reflejado en el agua.
Conservada en la Galería Borghese. Es una copia romana del original griego y en esta ocasión
el sátiro sólo nos muestra de su naturaleza las orejas puntiagudas. Está vestido con una piel
de felino que le atraviesa el torso a modo de banda. Vuelve Praxíteles a utilizar el recurso
de un tronco de árbol como sostén de la figura del sátiro, donde apoya el brazo derecho. El
brazo izquierdo aparece en jarras apoyado en la cintura de manera descuidada, mientras
que aparece con las piernas entrelazadas.
En el Museo Thyssen de Madrid. Dibujo sobre papel sepia. Romano fue discípulo directo de
Rafael de Sanzio, a quien ayudó en la decoración de las Estancias Vaticanas. Presenta todos
los rasgos de los sátiros: Patas velludas de cabra, orejas puntiagudas, vestida con pieles de
un animal salvaje. Tan solo le faltan los cuernecillos.
Conservada en el Museo Gargallo de Zaragoza. Los materiales que emplea son metálicos,
como bronce, hierro, cobre, etc. Sólo realiza rostros de Faunos, Sátiros y Satiresas. Los
representa con miradas amables y simpáticas, con las orejas puntiagudas. Le coloca un
monóculo y lo representa sonriendo, pero con la boca torcida. Está captado en su
ancianidad.
Es una máscara influenciada por el Modernismo de los primeros años del siglo XX. Denota la
influencia parisina. Los cabellos encintados, orejas en punta y grandes arracadas.
Es una obra manierista del siglo XVI. Il Parmigianino salió de Roma durante el saco de la
Ciudad Eterna protagonizado por las huestes de Carlos I en 1527. Se estableció en la Corte
de Francisco I. La madera del arco era de la región de Nemea, de cuyos árboles también se
hizo el arma preferida de Zeus, la maza. Aparecen dos amorcillos y la madera con la que se
está haciendo el arco aparece apoyada sobre dos libros.
Conservada en el Museo del Prado. Se representa a Cupido como un niño que lleva en su
mano derecha un arco, mientras que en la izquierda lleva una flecha sobre la que se posa
una paloma, animal relacionado con Eros.
Conservado en el Museo de Bellas Artes de Cádiz. Martín de Campos es una gaditana que
expuso su primer cuadro a los sesenta años. Comenzó como neoclásica, pero en la década de
los sesenta del siglo XIX se adscribe al Romanticismo. La pintura capta el momento en que
Psique, espoleada su curiosidad por las insinuaciones de sus celosas hermanas, enciende una
lámpara de aceite para mirar el rostro de Cupido, que está en el lecho, desnudo y dormido.
La luz cálida que brota de la única lámpara proporciona al cuadro unas tonalidades rojizas y
amarillentas.
En el Paseo de las Delicias de Sevilla, procedente del Palacio Episcopal de Umbrete, traídas
de Italia por el eminente Cardenal don Luis de Salcedo y Azcona. El personaje aparece
vestido con pieles de animales y su nombre está grabado en el pedestal de la escultura. Los
pedestales de esta y otras estatuas compañeras, están realizados en Sevilla por el
portugués Cayetano de Acosta, quien realizó “La Fama” de la Fábrica de Tabacos de Sevilla
y decoró su portada.
En el Museo del Louvre. Pertenece a su período clasicista, después de su etapa cubista con
Les demoiselles d’Avignon, realiza una pintura figurativa con modernidad plástica.
Conservado en el Museo del Prado. Caronte es el barquero de la laguna Estigia que cobra
una moneda por transportar su alma. Se representa a Caronte remando en una barca
llevando una pequeña figura asexuada que representa el alma de un difunto. Colores
intensos sobre todo el añil del cielo.
MITOS HEROICOS
Las fuentes literarias afirman que Zeus sintió tanto placer al unirse a Alcmena que hizo
triplicar la duración de aquella noche, de tal manera que el sol salió veinticuatro horas
después de lo que le correspondía. Terminada aquella larga noche, Zeus se marchó sin
revelar su verdadera identidad y regalando a Alcmena una copa que dijo haber recibido
como presente de sus soldados.
Hércules, incluso antes de nacer, ya tuvo en la diosa Hera una enemiga encarnizada.
Solamente cuando Hércules termine sus hazañas en la tierra y sea trasladado al Olimpo,
logrará reconciliarse con Hera, casándose con su propia hija Hebe. Hera inició la
persecución contra Hércules cuando éste todavía se hallaba en la cuna, enviándole dos
descomunales serpientes que él logró estrangular con las manos.
Hércules fue creciendo en Tebas, adquiriendo una sólida formación militar, deportiva e
incluso musical. Se hizo un hombre apacentando el ganado como pastor, adquiriendo una
extraordinaria fuerza y estatura. La primera hazaña de Hércules tuvo lugar a los dieciocho
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años cuando mató al león de Citerón, fiera gigantesca que estaba causando estragos en los
rebaños de su padrastro Anfitrión y en los del rey Tespio de Tebas.
Hércules necesitó cincuenta días para darle captura y para ello se alojó en el palacio de
Tespio quien tenía cincuenta hijas denominadas las Tespíades. El rey concibió el proyecto
de que cada una de las hijas tuviera un hijo de Hércules. Así que cada noche metía en la
cama de Hércules a una de sus hijas, pensando éste que se trataba de la misma. Hércules
tuvo sus primeros cincuenta hijos varones y se dice que fueron los primeros colonizadores
de la isla de Sicilia. Según algunos autores utilizó la piel del león para cubrirse y las fauces
como casco, siendo ésta la famosa indumentaria de Hércules, pero la opinión mayoritaria
dice que esta piel es la del león de Nemea, el de uno de sus doce trabajos.
La segunda hazaña de Hércules consistió en liberar a los tebanos de un terrible tributo que
tenían que pagar al rey Ergino de Orcómeno. El tributo consistía en pagar cien vacas al año
durante un período de veinte años. Tras una cruenta batalla, Hércules mató al rey y
derrotó a su ejército. Como premio a su actuación el rey Creonte de Tebas le concedió la
mano de su hija Mégara, de la que tuvo tres hijos.
Durante los primeros años de su vida recibió regalos por parte de algunos dioses. De
Hermes, una espada. De Apolo, un arco y de Hefesto, una coraza de oro. El propio Hércules
se fabricó con madera de la región de Nemea, su maza. Ahora es cuando la diosa Hera
vuelve a intervenir volviéndolo completamente loco. En ese estado de enajenación mental,
Hércules asesina a sus tres hijos que había concebido con Mégara y a dos de los hijos de su
hermano Ificles. Recuperada la cordura, Hércules acude al Oráculo de Delfos para
consultarle dónde debía establecer su residencia. La Pitonisa Hipía lo va a saludar con el
nombre de Heracles (Gloria de Hera). Además la Pitonisa le indicará que si quiere obtener
el premio de la inmortalidad tendrá que ponerse bajo las órdenes del rey Euristeo, rey de
Tirinto y de Micenas, y realizar doce trabajos, al cabo de los cuales alcanzaría la
inmortalidad. Llegado este momento Hércules se muestra indeciso. Por una parte, piensa
que no es propio de su linaje ponerse al servicio de un cobarde, pero por otra, le fascina la
inmortalidad que él desea por encima de otra cosa.
Vamos a seguir el orden y la cronología que nos proporcionan los textos de Apolodoro.
Primer trabajo: Hércules y el León de Nemea. Este trabajo consistió en llevar a presencia
de Euristeo la piel del León de Nemea, ciudad distante unos veinte kilómetros de Tirinto.
Hasta allí se encamina Hércules para dar muerte a este león casi invulnerable, pues muchos
que habían intentado acabar con él, no pudieron porque las flechas rebotaban en su piel.
Hércules lo hizo salir de su escondrijo con unos tizones encendidos y, como no podía
matarlo a flechazos, lo estranguló en un combate cuerpo a cuerpo. Hércules utilizó las
garras del propio animal para desollarlo y esta piel y las fauces del animal se convertirían
en su indumentaria tradicional. Cuando Hércules se presentó ante Euristeo, éste sintió tal
pavor que se escondió en el interior de una tinaja y ordenó a Hércules que a partir de
entonces no entrara nunca en la ciudad, sino que se limitara a recibir sus órdenes por medio
de su mensajero Copreo. Así, con éste y otros episodios se convierte en uno de los grandes
cobardes de la Mitología griega.
Tercer trabajo: Hércules y la cierva de Cerinia. Consistió este trabajo en llevar viva a
Micenas esta cierva. Era doblemente prodigiosa, porque siendo cierva, tenía cornamenta y
además, los cuernos eran de oro. Esta cierva era un animal sagrado, consagrado a Artemisa,
diosa de la caza. Hércules no quería herirla. La persiguió durante varios días hasta llegar al
país de los Hiperbóreos, situado en una región boreal. Allí captura a la cierva disparándole
una flecha que le atraviesa una de las patas delanteras, justamente entre el tendón y la
piel, de manera que no derramó ni una gota de sangre.
Quinto trabajo: Hércules y los establos del rey Augías. Hércules recibió el encargo de
limpiar en un solo día los establos del rey Augías, lo cual parecía imposible. De una parte,
eran enormes y de otra, las toneladas de inmundicias eran sorprendentes. Lo que Hércules
hizo fue cavar un gran canal que atravesara toda la longitud de los establos y a continuación
desvió el curso del río Alfeo. Este río con su impetuosa corriente, hizo el trabajo que
parecía imposible de resolver. Previamente, Hércules había pactado con el rey Augías que si
lograba rematar con éxito el trabajo, el monarca le pagaría con la décima parte de su
ganado, pero el rey no cumplió con su palabra y, desagradecido incluso, expulsó a Hércules
de su reino.
Sexto trabajo: Hércules y las Aves del lago Estínfalo. Eran unas aves de aspecto temible.
Tenían el pico, garras y patas de bronce, provocando auténticos estragos en las cosechas.
Hércules para conseguir que las aves remontaran el vuelo y abandonaran las espesuras de
los árboles, se valió del sonido de unas castañuelas de bronce que le había regalado Pallas
Atenea. Cuando estas aves emprendieron el vuelo, Hércules las abatió a flechazos.
Séptimo trabajo: Hércules y el toro de Creta. Consistió este trabajo en llevar vivo a
Micenas el toro de la isla de Creta. Este toro era el padre del célebre Minotauro que vivía
en el Laberinto. Hércules logra amansar a la fiera y montado en su lomo se adentró en el
Mar Egeo para recorrer la distancia entre Creta y el Peloponeso. Este toro fue puesto en
libertad y causó grandes daños en el Ática y en otras regiones. Al parecer fue muerto a
manos de Teseo, en una de sus gloriosas hazañas.
Décimo trabajo: Hércules y los bueyes de Gerión . Consistió en llevar vivos a Micenas los
bueyes del rebaño de Gerión, ser monstruoso, producto de tres cuerpos, fundidos en uno
de cintura para arriba. Gerión vivía en la isla de Eritia, antecedente de Cádiz. Es uno de los
viajes más largos y populares de Hércules. Apolodoro nos dirá que como recuerdo de su
paso colocó dos gigantescas columnas en los confines de Europa y África (las columnas de
Hércules). Él será quien abra el Estrecho de Gibraltar, transformando el Mediterráneo,
hasta entonces un lago cerrado, en un mar abierto. Cuentan las fuentes que Hércules
estaba tan agobiado por el calor de esta región que disparó una de sus flechas a Helios (el
dios sol) y éste, asombrado de tanta osadía, le proporcionó una gran vasija de oro que le
sirvió de embarcación hasta llegar a las costas de Eritia. Allí acabó con la vida de Orto,
perro monstruoso de Gerión y luego con el propio Gerión. Metió los bueyes en la vasija de
oro, emprendiendo el viaje de regreso pasando por Tartessos. Este viaje lo realizó por
tierra firme, atravesando Francia e Italia en dirección a Grecia. A su paso por la región
toscana se inserta un episodio específicamente romano. El robo de algunas reses por parte
del ladrón Caco, ser monstruoso de tres cabezas. Llegados los bueyes a Grecia, se van a
dispersar por causa de un tábano enviado por Hera. Hércules logró volverlos a reunir y
llevarlos a presencia de Euristeo, quien los sacrificó en honor de la diosa Hera.
Undécimo trabajo: Hércules y las manzanas de oro del Jardín de las Hespérides. Tenía que
llevar ante Euristeo las citadas manzanas. La búsqueda de este Jardín conllevó un
larguísimo periplo que le hizo recorrer buena parte de Europa y buena parte del continente
Africano. Una de las primeras escalas de este viaje fue llegar hasta el río Erídano (se
supone que puede ser el Po o el Ródano). Allí habitaban unas ninfas fluviales que indicaron a
Hércules el paradero de una antigua divinidad marina que era Nereo, quien era uno de los
pocos que sabían el lugar exacto donde se encontraba este Jardín de las Hespérides. A
pesar de que Nereo tenía la propiedad de metamorfosearse de un objeto a otro o de un
animal a otro, Hércules consiguió encadenarlo para que le dijese el paradero del jardín. Es
cuando Hércules se encamina a África y ha de enfrentarse al gigante Anteo, cuya fuerza
titánica procedía del contacto de los pies con su madre, la diosa Gea (la tierra). De este
modo, Hércules supo que sólo podía vencerle si cortaba esta fuente de energía,
suspendiéndole en el aire y matándolo por asfixia. En África también pasará por Egipto,
donde va a dar muerte al rey de Egipto Busiris, que era hijo de Poseidón. El viaje que
Hércules está protagonizando, lo lleva a las montañas del Cáucaso, donde pudo liberar a
Prometeo del terrible castigo a que había sido condenado por Zeus. Prometeo, agradecido,
le va a indicar el camino preciso para llegar al Jardín de las Hespérides. Además le dio un
consejo que sería muy útil. Que no se adentrara el mismo en el jardín para recoger las
manzanas sino que convenciera al dios Atlas para que lo hiciera él. Y así lo hizo. El problema
vino cuando Atlas, que momentáneamente le había pasado el peso de la bóveda celeste a
Hércules, se negó a volver a cargar con aquél descomunal peso. Hércules recurrió a una
argucia y fue que durante unos segundos, Atlas sostuviese la bóveda celeste mientras
Hércules se ponía una almohadilla sobre los hombros. Hércules aprovechó para huir
llevándose las manzanas. Tras entregarlas a Euristeo, éste se las regaló al propio Hércules,
quien a su vez las ofrendó a Pallas Atenea, La diosa las devolvió al Jardín de las Hespérides.
Duodécimo trabajo: Traer del infierno a su perro guardián Cérbero. Era un ser monstruoso,
un perro con tres cabezas, cola de dragón y con parejas de serpientes creciéndole por el
lomo. Hércules, antes de descender al infierno, fue admitido en los misterios de Eléusis.
Seguidamente desciende al reino de Hades donde, dicen las fuentes, que las almas de los
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Conservado en el Museo del Prado. Hércules es conocedor de que los hijos de Zeus y de una
mortal tenían que tomar algunas gotas de leche de la diosa Hera. Tarea difícil porque Hera
había jurado ser su enemiga. Cuando Hera se despierta, lo aparta de su lado para que el
niño muriese, pero Hermes estaba atento para recogerlo. En el cuadro, la leche derramada
de Hera se convierte en una lluvia de estrellas que conforman la Vía Láctea. La diosa Hera
aparece delante de su carro que está tirado por un pavo real, su animal preferido. Detrás
del carro, Zeus aparece meditativo. Está acompañado por el águila y sus atributos en las
manos.
La primera es una escultura romana, mientras que la segunda es un original griego de Lisipo.
Lisipo se caracterizó por lo novedoso de sus concepciones artísticas. En el Farnesio, la
actitud es indolente. Todo el peso del cuerpo reposa sobre la maza que está recubierta con
la piel del león de Nemea. Entrecruza las piernas y sitúa el brazo derecho por detrás de la
espalda apoyándolo indolentemente en la cadera, lo cual es algo insólito en la estatuaria
griega. Es un gigante de gran fuerza y talla. La segunda es una estatua sedente, que reposa
sobre un montículo rugoso de tierra. Muy valorado en el mundo antiguo. Formó parte de las
pertenencias de algunos generales de la antigüedad: Alejandro Magno, Aníbal y Sila.
En 1564 se sitúan las dos estatuas, la de Hércules y la de Julio César, sobre unas columnas
procedentes del templo de la calle Mármoles. Este traslado fue realizado por el Conde de
Barajas, una vez que se hubo desecado la laguna que allí existía. La estatua se sitúa sobre
un plinto colocado sobre el capitel corintio, en el que aparece una inscripción latina:
Senatus populusque Hispalensis. La estatua fue realizada por Diego de Pesquera, quien
procedente de Granada, llegó a trabajar a Sevilla llamado por el Cabildo, para sus obras de
la catedral. Está inspirado en el Hércules Farnesio de Lisipo, con el brazo derecho tras la
cadera marcando la curva lisipea. En vez de maza lleva un escudo con las armas de los
Austria.
Situado a la izquierda del Arquillo que en el siglo XVI comunicaba el Compás del Convento
Casa Grande de San Francisco con la plaza del mismo nombre. Es compañera de otra
estatua de Julio César y se fechan en el siglo XIX, obra del valenciano Vicente Hernández
Coucec (1868). Aparece con un musculoso cuerpo, la maza en la mano y recubierto con la
piel del león de Nemea.
Se encuentra en un relieve de la reja del coro. Fue realizada esta reja por Fray Francisco
de Salamanca en hierro sobredorado. Relieve de pequeño tamaño.
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Pertenece a la serie de pinturas que realizó Zurbarán sobre los doce trabajos de Hércules,
conservados todos en el Prado. Hércules oprime el cuello del león con sus manos, mientras
la fiera abre sus fauces en señal de asfixia.
Hércules golpea con su maza las distintas cabezas de la hidra. En el árbol están colgados el
carcaj y el arco, junto con la piel del león. El cuerpo de la hidra se ramifica en varias
cabezas en forma de serpiente, mientras que la cabeza inmortal se la representa con cara
de mujer. Está insertado en un medallón.
Conservado en el Louvre. Aparece en primer plano Hércules, ocupando toda la superficie del
cuadro, mientras que la hidra está representada con una cabeza de dragón.
De la misma serie citada, aunque en esta ocasión la pintura es más elocuente y expresiva.
Hércules aparece acompañado de otro personaje con una antorcha en la mano, mientras que
la hidra está representada con cabeza de dragón.
Conservada en el Museo del Louvre. Se representa a Hércules en la cueva del centauro Folo.
Es la caza del jabalí de Erimanto.
Conservada en el Museo Británico. Se representa a Hércules y a las aves del lago Estínfalo.
Hércules abate las aves con un tirachinas.
HERCULES MATANDO LAS AVES DEL LAGO ESTINFALO. DE ALBERTO DURERO (1500)
Hércules contrajo una grave enfermedad después de haber cometido un asesinato. Acudió
al oráculo de Delfos y éste le pronosticó que sólo recuperaría la salud y se purificaría del
crimen si era vendido como esclavo y permanecía en esa situación durante tres años. Fue
Hermes, el mensajero de los dioses, el que vendió a Hércules como esclavo y fue comprado
por la reina Onfalia de Lidia y durante los tres años que duró la esclavitud se estableció
entre ellos una relación amorosa acompañada de uno de los más célebres episodios de
travestismo de toda la Mitología clásica. Hércules se vestirá con las ropas de Onfalia y se
dedicará a tejer e hilar con la rueca de la reina, mientras que Onfalia se vestirá con la piel
del león de Nemea y empuñará la maza, el arco y las flechas. Este intercambio de papeles y
ropajes solo se encuentra en fuentes romanas a partir de Augusto, nunca en textos griegos.
En la Calcídica, Hércules va a tomar partido por los dioses Olímpicos en su lucha contra los
Gigantes (se conoce como Gigantomaquia). En la región de Tegea, Hércules va a enamorarse
de la princesa Auge con la que tuvo un hijo llamado Telefo. Este fue abandonado por sus
padres en el monte Pateneio, donde fue amamantado y criado por una cierva. Luego fue
recogido y criado por unos pastores. Llegado a la edad adulta se dirigió al Oráculo de
Delfos para averiguar quienes eran sus verdaderos padres y fue entonces cuando marchó a
Tegea, donde su madre lo reconoció, siendo nombrado heredero al trono de esa ciudad.
regalo, una túnica impregnada en lo que creía era un filtro de amor, cuando en realidad era
un veneno.
Hércules se vistió con la túnica que empezó a corroerle la piel como si de un ácido se
tratase, produciéndole unos terribles dolores y sabiendo que su muerte era inminente. Para
acortar su sufrimiento Hércules decide autoinmolarse. Se precipitó sobre una pira
funeraria situada en el monte sagrado Eta y pidió a alguno de sus acompañantes que
prendiera fuego a aquella pira para ahorrarle sufrimientos. El único que se atrevió fue
Filoctetes. Según otras fuentes, este personaje sería Peantes, rey de Melibea. Hércules le
regaló su arco y sus flechas. El fuego consumió la parte mortal de Hércules, pero su alma
inmortal fue glorificada y ascendida al Olimpo y, así divinizado, va a sellar su definitiva
reconciliación con la diosa Hera que había sido su implacable enemiga. Se casó con su hija
Hebe. Desde entonces Heracles, la Gloria de Hera, tuvo su pleno significado.
Lucha de Hércules contra Diomedes, rey de Tracia, para conseguir las yeguas antropófagas.
Hércules lo asesina. Junto a Hércules aparecen dos yeguas que han matado a su amigo
Abdero. En honor de Abdero funda la ciudad de Abdera en Tracia.
Conservado en el Prado. Pertenece a la serie que hemos venido refiriendo. Son cuadros
siempre cuadrados, no muy grandes. Poca representación paisajística. Apenas se diseña un
fondo rocoso muy oscuro. Hércules está representado muy sonriente mientras eleva a
Anteo del suelo.
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Conservada en el Museo Vaticano. Onfalia compró a Hércules por tres años. Aparece
revestida con la piel del león de Nemea y empuña la clava de Hércules. Es una escultura
romana.
Conservado en el Museo del Louvre. Representa a un centauro que lleva sobre su lomo a la
esposa de Hércules, la princesa Deyanira. Gran sentido del movimiento y expresividad en la
raptada.
Conservado en el Prado. Hércules revestido con una túnica de color blanco y una manifiesta
sensación de dolor en el rostro. Desde la túnica, mediante un efecto luminoso, se
representa una simbólica llamarada.
Hay rasgos que son comunes a los Héroes del mundo clásico. El héroe griego aparece
definido a través de su participación en las actividades más diversas. Debemos señalar en
primer lugar el estrecho lazo que une a la figura del héroe clásico con la muerte. El héroe
va a recibir un tipo de culto específico, particular, en su propia ciudad, en la tumba donde
reposan sus restos. La tumba suele estar enclavada en una ciudad y dentro de ésta, en su
ágora. Los héroes, al igual que los dioses, reciben sacrificios. Estos rituales sacrificiales
que se ofrecen a los héroes, no conllevan el consumo de la carne de la víctima sacrificada, al
contrario del sacrificio a los dioses, donde si se consume la carne de la res sacrificada.
Sólo coinciden en esto con los héroes, en el culto a los dioses del infierno. Otra parte
singular del culto heróico son las lamentaciones rituales por la muerte del héroe.
Podemos afirmar y así pasó en Hércules, que los héroes casi nunca mueren de muerte
natural, sino que les llega la muerte de un modo violento: Batallando en algún combate,
enfrentándose a algún monstruo, fulminado por un rayo divino, etc. No obstante, los restos
mortales del héroe suelen estar localizados en un lugar concreto, es decir, su tumba. Los
restos son especialmente venerados. La tumba de un héroe es como un santuario de
peregrinación.
Existe también una estrecha vinculación entre el héroe y el mundo de la guerra. El héroe no
combate nunca como un soldado de a pie, combatiendo individualmente sino como un caudillo
al frente de su ejército. Los héroes griegos suelen participar en distintos tipos de
concursos, que en Grecia reciben el nombre de agones. Están organizados con motivo de la
muerte de algún héroe. Son juegos funerarios, de contenido deportivo o militar.
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Los héroes también suelen competir entre sí para conseguir la mano de alguna hermosa
mujer, que generalmente no pertenece al pueblo llano, sino que se trata de una princesa o
de la hija de un importante gobernante de especial categoría.
Otra característica de los héroes es que entre ellos hay numerosos adivinos y de hecho nos
consta que las tumbas y santuarios heroicos desempeñaron en la antigüedad un papel
protagonista en el campo adivinatorio. Los héroes adivinos, con frecuencia van a ser ciegos
(la ceguera y la adivinación van de la mano). Han sido cegados por la divinidad por causa de
algún delito y a cambio de su ceguera reciben el don de la adivinación.
En la Mitología clásica hay muchos adivinos que se relacionan con serpientes porque existe
una tradición muy antigua que la serpiente concedía el don de la adivinación lamiendo con su
lengua el oído del adivino. Adivinación y medicina estuvieron muy unidas en el pensamiento
griego, por lo que los héroes han ejercido un gran papel en la curación. Una capacidad
curativa que también se le atribuye a las reliquias (huesos, vestiduras, objetos personales)
y a las propias tumbas.
Hay otros muchos héroes que en un momento determinado de su vida sufren iniciaciones
místicas. Uno de los casos más conocidos fue el del propio Hércules cuando fue iniciado en
los misterios de Eléusis.
Los héroes suelen mantener un estrecho contacto con el mundo urbano, en especial con las
ciudades que ellos mismos han fundado o les han otorgado su nombre (héroes epónimos). En
este caso, los héroes las protegen de sus enemigos físicos, las libran de las epidemias y
garantizan la fertilidad de sus campos. Al tiempo que existen héroes fundadores de
ciudades, también los hay que son fundadores de clanes familiares: Tribus, pueblos, sagas,
etc.
Los héroes también pueden aparecer como descubridores o inventores de una serie de
actividades humanas que implican un desarrollo de la civilización y del progreso. Son
actividades de tipo artesanal, militar, médicas, etc. Todos los héroes tienen una especial
predilección por el mundo de la caza, no entendida como arte cinegético, sino como un
combate contra fieras, animales salvajes o seres monstruosos.
Muchos de estos héroes se dedican al pastoreo. Algunos autores ( los mitólogos) gustan de
clasificar a los héroes en dos grupos: a) Los héroes primitivos o antiguos y b) los héroes
recientes, clasificación realizada sobre la base de que los episodios que protagonizan se
sitúen en un pasado muy remoto, atemporal, muy anterior a la Guerra de Troya, o bien, que
sean hechos contemporáneos a dicha guerra.
La realidad nos dice que no es fácil localizar a cada héroe en uno u otro estadio. Por
ejemplo, Teseo, gran parte de cuyas acciones son históricamente más o menos recientes, y
sin embargo, el mito del laberinto que él protagoniza invita a considerarlo como un héroe
del grupo primitivo. Con la reserva lógica por lo dicho y a título de ejemplo, se pueden
incluir en el primer grupo a Teseo, Belerofonte, Cadmo, Jasón o Hércules y en el segundo la
figura de Ulises, Edipo, Agamenón, Orestes o Héctor.
PERSEO
101
Danae y Perseo llegaron con el arcón a la isla de Sérifos, donde fueron recogidos por un
pescador llamado Dictis. Pasados unos años, el hermano de Dictis, llamado Polidectes y que
era el rey de esa isla, intentó por todos los medios unirse a Danae, pero Perseo se
interpuso, impidiéndole lograr su objetivo. Polidectes monta en cólera e intenta apartar de
su reino a Perseo. Lo reta a que acometa una empresa arriesgada, consistente en llevarle la
cabeza de la Gorgona Medusa. Perseo aceptó el reto y para poderlo realizar contó con una
valiosa ayuda.
Primero fue la ayuda de Pallas Atenea, que le indicó, debido al odio que sentía por las
hermanas Gorgonas, que no debía mirar a la Gorgona Medusa de frente porque quedaría
petrificado. Hermes, el mensajero de los dioses, regaló a Perseo una pequeña hoz para que
pudiese decapitar a Medusa. También, de las Ninfas, recibió unas sandalias voladoras, el
casco de Hades, dios del infierno, que hacía invisible a quien lo llevaba y un zurrón donde
debía guardar la cabeza de Medusa.
Con todos estos elementos, Perseo voló al país de los Hiperbóreos, donde estaban las tres
Gorgonas profundamente dormidas y con su brazo, guiado por Pallas Atenea, y utilizando su
escudo de bronce como espejo, se acercó a Medusa, la única de las tres que era mortal, le
cortó la cabeza y la metió en el zurrón. Al ver a su hermana muerta, las otras Gorgonas
quisieron ayudarla, pero Perseo llevaba puesto su casco mágico y pudo huir del lugar con sus
sandalias voladoras.
De la sangre que brotaba del cuello de Medusa, nacieron dos hijos: El caballo alado Pegaso y
el gigante Crisaor. Gracias a las sandalias voladoras, Perseo pudo dirigirse al País de los
Etíopes, no sin antes haber petrificado a Atlas y haberlo convertido en la cadena
montañosa del norte de África que lleva su nombre.
Durante toda la ausencia de Perseo, el tirano Polidectes había intentado forzar la voluntad
de Danae, pero ella y Dictis pudieron encontrar refugio en el interior de un templo donde
permanecieron hasta el regreso de Perseo, quien llegó en compañía de su nueva esposa
Andrómeda. Mediante la cabeza de Medusa, petrificó a Polidectes y a su corte. Perseo
devolvió a Hermes, mensajero de los dioses, los regalos que se le entregaron para poder
realizar la decapitación de Medusa y entrega la cabeza de la Gorgona a la propia Pallas
102
Atenea. Perseo, finalmente, decide regresar a Argos, su ciudad natal, para reconciliarse
con su abuelo Acrisios, pero éste, que no había olvidado el oráculo, huyó de su reino y se
estableció en la corte del rey Teutamides, rey de Larisa, pero el vaticinio tenía que
cumplirse y se cumplió. Teutamides organizó unos juegos funerarios en honor de su padre,
en los que pudo participar Perseo en la competición de lanzamiento de disco. Participando
en el lanzamiento, el disco se desvió, dando en la cabeza del rey Acrisios. El oráculo se
cumple y Acrisios muere por causa de un descendiente suyo.
BELEROFONTE
Fue hijo del dios del mar, Poseidón y su padre lo va a entregar como compañero de
aventuras del caballo alado Pegaso, que era hijo de Poseidón y que como hemos visto, nació
de la sangre que brotaba del cuello de la Gorgona Medusa. En un momento determinado
causó la muerte de un hombre llamado Bélero (Belerofonte significa el matador de Bélero).
Tuvo que ir a Tirinto para que el rey Preto lo purificase de aquél crimen. La esposa de
Bélero, llamada Estenebea, se enamoró de Belerofonte, pero éste, por un elevado sentido
de la lealtad hacia la persona de Preto, que le había proporcionado su hospitalidad, rechazó
las pretensiones amorosas y Estenebea, despechada, lo acusa ante su marido de que había
intentado seducirla. Este tema de acusación por intento de seducción es un tema
recurrente en la Mitología. Se encuentra en casi todas las historias de muchas religiones.
Se le conoce con el nombre genérico de La mujer de Putifar. El rey Preto se confía en lo
que le dice su esposa Estenebea, pero como no quería mancharse con la sangre de su
huésped, lo envió a la corte de su suegro, que era el rey Ióbates de Licia, con un mensaje
en el que estaba escrita su propia sentencia de muerte. Es otro tema recurrente que se
suele conocer como la carta de Urías. Ióbates, dispuesto a cumplir el encargo, ordena a
Belerofonte que diera muerte a Quimera, monstruo híbrido con cabeza de león, cuerpo de
cabra y cola de serpiente, que estaba asolando el reino de Licia. Belerofonte, contra todo
pronóstico, vence a la fiera y la vence asaetándola y sobre todo, introduciendo dentro de
sus fauces que manaban fuego, un trozo de plomo que se fundió y derretido, destruyó las
entrañas de Quimera. Ióbates no se da por vencido e insiste en su intento de darle muerte.
Lo manda a combatir contra las tribus de los Sólimos y las de las Amazonas. Una vez más,
Belerofonte resulta vencedor en las dos contiendas por lo que Ióbates por fin, se convenció
del valor y de la invencibilidad de Belerofonte y decide casarlo con su propia hija Filónoe,
entregándole parte de su reino. Belerofonte, enorgullecido por este triunfo, quiso ascender
hasta el Olimpo montado en Pegaso, el caballo alado. Para castigar su soberbia, Zeus envió
un tábano para que picara a Pegaso de manera que Belerofonte cayó del caballo y según una
versión, muere, aunque hay otra versión que nos dirá que sobrevivió a aquella caída, pero
que desde entonces vagó ciego y cojo por el mundo, maldito por los dioses, en especial por
Zeus.
Estatua de bronce situada en la Loggia dei Lanzi lindante con la Piazza della Signoria de
Florencia, junto al Palazzo Vecchio. La imagen está ubicada sobre una peana manierista con
un repertorio clasicista. Aparece un Perseo arrogante, desnudo, hollando la figura
decapitada de Medusa. Porta en su mano derecha la espada con la que ha infringido muerte
a la Gorgona y en su mano izquierda, alzada sobre su cabeza, mostrando el objeto de su
triunfo, la cabeza de la Gorgona. En sus pies están las alas que le permiten desplazarse
volando y sobre su cabeza el casco de Hades. La mirada la dirige hacia el suelo, pues si
mirase a la Gorgona, quedaría petrificado. En bandolera lleva el zurrón donde introducirá la
cabeza de Medusa y sobre la correa que cruza su cuerpo, Cellini grabó su propio nombre
(Benvenutus Cellini).
lleva una airosa clámide cuyo precedente lo encontramos en el Apolo del Belvedere. Las
piernas abiertas en una postura praxiteliana.
Es una pintura mural que ha sido trasladada al Museo Nacional de Nápoles. Es una copia
romana del original griego atribuido a Nikias (siglo IV a. C.). Por la actitud de los
protagonistas se intuye que el monstruo ya ha sido derrotado. No hay temor en los rostros
de Perseo y Andrómeda. La pintura representa a la princesa sobre unos acantilados y aún
tiene la mano izquierda aherrojada a una roca. Perseo lleva las sandalias aladas y la cabeza
de Medusa.
Relieve en bronce conservado en el Museo del Bargello de Florencia. El relieve denota una
maestría comparable con la de Donatello, a pesar de existir un siglo de diferencia entre
ambos. Andrómeda es en realidad un altorrelieve. Perseo desciende en vuelo desde el cielo
y se aprecia la presencia de Fineo.
Conservado en el Museo del Prado. Presenta un fondo arquitectónico sobrio. Perseo con la
cabeza de Medusa en la mano y Fineo y sus compañeros huyendo.
Conservado en Bayona. Es una pintura de aspecto abocetado donde está el héroe como un
guerrero, pues lleva coraza y casco, montado en el caballo alado Pegaso y portando una
lanza con la que hiere a la Quimera.
105
TESEO
Es considerado como el arquetipo del héroe esforzado, con coraje, con valor y también
como el prototipo del héroe inteligente y previsor. Es el campeón de la justicia y el
defensor de los oprimidos. También está considerado como el héroe nacional de Atenas, no
sólo porque llegó a ser rey de Atenas, sino porque ya en época histórica, en el siglo VI a. C.
el tirano ateniense Pisístrato hizo todo lo posible por convertirlo en el patrono de toda la
región del Ática y también de Atenas. Sus aventuras muestran una gran influencia de las de
Hércules, de quien se le hace contemporáneo y amigo. Teseo ha saltado a la fama por el
episodio más célebre de todas sus aventuras: Dar muerte al Minotauro, el toro de Minos.
Minos, rey de la isla de Creta, en venganza por la muerte de su hijo Androgeo, asesinado en
Atenas, puso un tributo a los atenienses consistente en que cada nueve años, le han de
entregar siete jóvenes y siete doncellas para ser sacrificados a Minotauro. Minotauro era
un ser monstruoso, de naturaleza híbrida, mitad toro y mitad humano. Se le suele
representar con una cabeza de toro y el resto con un cuerpo de hombre. Minotauro es el
fruto de la unión amorosa entre la reina Pasifae de Creta, esposa de Minos y el Toro de
Creta. Este toro protagonizó uno de los doce trabajos de Hércules. El Minotauro estaba
encerrado en el Laberinto de Creta que había sido construido por Dédalo. Los arqueólogos
identifican este laberinto con el palacio real de Cnosos en la isla de Creta, situado al norte
de la misma.
Hasta este Laberinto se va a encaminar Teseo para acabar con la vida de este monstruo y
al mismo tiempo poner fin al tributo que pagaban los atenienses cada nueve años en vidas
humanas. Teseo pudo culminar con éxito tal hazaña gracias a la ayuda que le prestó la
princesa Ariadna, hija de Minos y Pasifae. La ayuda, según de que fuente se trate, suele
ser de dos tipos. Uno es el hilo de Ariadna, quien le entregó a Teseo un ovillo de hilo que lo
fue desenrollando mientras se adentraba en el Laberinto y luego pudo encontrar la salida
siguiendo el camino que el hilo le indicaba. Otra fuente no nos habla de una madeja de hilo,
sino de una guirnalda de luz, con la que Teseo podía ver en la oscuridad y con el reguero de
cera que fue dejando en el camino, pudo encontrar la salida.
Teseo dio muerte a Minos, aunque también hay versiones. Según una de las versiones, le dio
muerte con sus propias manos y según otra, lo hizo con una espada.
Cuando Teseo está a punto de avistar las costas de Atenas, se olvida de cambiar la vela
negra de su embarcación por otra de color blanco, tal y como le había prometido a su padre
Egeo, rey de Atenas, si volvía victorioso, pues la vela negra significaría la derrota de Teseo
por parte del Minotauro. Cuando Egeo ve desplegada la vela negra, piensa que su hijo Teseo
ha muerto y presa de la desesperación, se suicida arrojándose desde lo alto de la Acrópolis.
106
Este acontecimiento dará un vuelco a la vida de Teseo que se convierte de este modo en el
nuevo rey de Atenas.
Durante su reinado se producen grandes acontecimientos. Se dice que fue Teseo quien
instauró la democracia. Fue quien hizo construir los principales monumentos públicos. Fue
uno de los primeros gobernantes que acuñó moneda y también se le considera el fundador
de las fiestas Panateneas.
Teseo, siendo rey, va a firmar una concordia política, un pacto de ayuda mutua con el rey de
los Lapitas, llamado Piritoo. Celebrándose la boda del rey Piritoo, su prometida fue raptada
por los Centauros y los atenienses, en virtud del pacto, van a acudir en ayuda de los lapitas
en una lucha que será conocida como la Centauromaquia (lucha contra los Centauros).
También los lapitas acuden en ayuda de los atenienses cuando Atenas fue atacada por las
Amazonas, quienes intentaban rescatar a su reina Antíope, quien había sucumbido a los
encantos de Teseo, abandonando a su pueblo para residir en Atenas.
Entre tanto, Teseo había contraído matrimonio con Fedra. Paradójicamente, Fedra era la
hermana de Ariadna (abandonada en Naxos). Fedra se va a enamorar de su hijastro
Hipólito, que era hijo de Teseo y Antíope (la reina de las Amazonas). Hipólito rechaza las
pretensiones amorosas de su madrastra y Fedra, despechada, acude a Teseo y acusa a
Hipólito de haber intentado violarla. Hipólito es condenado a muerte y tras este suceso,
Fedra se suicida presa de remordimientos.
DÉDALO E ÍCARO
Son dos figuras relacionadas con Teseo y el mito del Laberinto. Ícaro fue hijo del célebre
arquitecto, escultor e ingeniero Dédalo. Dédalo había sido el constructor del Laberinto de
Creta por orden del rey Minos para encerrar al Minotauro. Una vez edificado el laberinto,
Minos prohibió a Dédalos abandonar la isla para impedir que el secreto de la traza del
laberinto se divulgara. Dédalo no se conformó y quiso huir por el aire, fabricando para sí y
para su hijo Ícaro, unas alas, cuyas plumas estaban sujetas mediante cera a un armazón
interior, las cuales les permitieron sobrevolar y huir de la isla. Ícaro, desoyendo las
prudentes advertencias de su padre quiso volar más alto y acercarse al sol, a Helios. El sol,
con su calor, derritió la cera de las alas e inmediatamente, las plumas empezaron a
desprenderse de las mismas, y así Ícaro, cayó al mar, cerca de una isla, que hasta ese
momento recibía el nombre de Dolique y que a partir de entonces se le puso el nombre de
Icaria. Allí fue sepultado el cadáver de Ícaro y lo fue por el propio Hércules. Dédalo, para
agradecer a Hércules el favor de dar sepultura a su hijo, le modeló un retrato gigantesco
en la ciudad de Pisa. Alguna fuente literaria cita que, cuando Hércules volvía del Jardín de
las Hespérides, confundió la escultura con una imagen real y se lió a pedradas con su propia
escultura que no reconoció como suya.
FAETÓN
Faetón era hijo de Helio (el Sol) y de la Oceánide Clímene. Las dos fuentes literarias más
completas que nos narran el mito de Faetón, son, por una parte Eurípides y por otra el Libro
segundo de la Metamorfosis de Ovidio. Aquí se nos narrará que Faetón quiso averiguar su
verdadera filiación, es decir, quienes eran sus verdaderos padres. Helio llevado de su
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cariño paterno, cometió la imprudencia de concederle cualquier cosa que le pidiera. Faetón
le pidió poder conducir durante un día la cuadriga en la que el sol recorría la órbita celeste.
En un principio, Helio intentó disuadirle, porque sabía que los caballos eran ingobernables,
muy fogosos y se necesitaba una habilidad especial para poderlos conducir sin arriesgar la
vida. Faetón fue tan terco, que Helio tuvo que acceder porque había pronunciado un
juramento solemne y fue jurar por la laguna de Estigia. Faetón se sube al carro, empuña las
riendas y emprende el viaje.
Los caballos se dan cuenta que el conductor no es el habitual y que no tenía habilidad para
conducirlos. Los caballos se desbocan. El carro de Helio sube al Olimpo y desciende a la
superficie terrestre, a punto de provocar una conflagración mundial. En este punto tuvo
que intervenir el propio Zeus para evitar un incendio de toda la Tierra. Lo hizo caer
lanzando su rayo divino y murió fulminado, cayendo desde el cielo y precipitándose en el río
Erídano, donde fue recogido por sus hermanas, las Helíades y se dice que estas derramaron
abundantes lágrimas que se transformaron en gotas de ámbar.
Conservada en el Museo del Prado. Es una copia romana que reproduce un original
helenístico de la escuela de Pérgamo y que se data en el siglo II a. C. Entre las primeras
obras que inspiraron a los artistas italianos del Renacimiento se encontraba la Cleopatra del
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Museo Vaticano. Más tarde, en el siglo XVII, aparecieron otras dos versiones de la misma
escultura. Una, en la Villa Médicis de Roma y que fue pintada por Velázquez en uno de sus
paisajes de los Jardines de Villa Médicis. La segunda copia es la del Prado y perteneció a la
colección privada de la Reina Cristina de Suecia. Durante los siglos XVI y XVII se creyó
que representaba a Cleopatra, por el brazalete que tenía debajo del hombro y que
representaba un áspid. Pero los estudios mitológicos del siglo XIX cambian la mitografía.
No es la representación de la reina de Egipto, sino de un personaje mitológico. Primero se
pensó que era una Ménade dormida tras haber participado en los éxtasis delirantes de las
fiestas báquicas. A partir de los años ochenta del siglo XX estas esculturas se han
empezado a catalogar como Ariadna dormida. Se piensan que estuvieron decorando fuentes
o jardines del mundo antiguo, debido a la actitud del personaje. Se representaría a Ariadna
dormida en Naxos una vez que ha sido abandonada por Teseo, un momento antes de que sea
descubierta por Dionisio. Gran calidad en la estatua y magnífico el tratamiento de los
“paños mojados” que hacen que la indumentaria sea transparente.
Aparecen Teseo y Piritoo. Se representa la lucha entre los lapitas y los centauros, para
liberar a la prometida de Piritoo que ha sido raptada por los centauros. Es un fragmento
escultórico conservado en el Museo de Olimpia. El tema central de este frontón es la
Centauromaquia. Se representa al Centauro Eurition que fue quien intentó el rapto.
Conservada en el Museo Británico. La decoración fue dirigida por Fidias quien contó con un
taller al que se adjudica este relieve, que no tiene las calidades del maestro. Es más rígida
y tiene una mayor tosquedad. La metopa es de pequeño formato y el escultor prescinde de
toda referencia especial. Es un altorrelieve donde combate un lapita y un centauro.
aunque hay modulación de las formas y libertad en las actitudes. Aparecen las dos figuras
unidas. Todo ello indica la transición del período arcaico.
Es una pintura mural pompeyana. Dédalo conversa con Pasifae en presencia de Ícaro niño.
Muestra a Pasifae la estatua de un toro sobre una peana con ruedas.
Conservado en Capodimonte. Las plumas de Ícaro caen al ser derretida por el sol la cera
que las sostiene.
Conservada en el Museo de Berlín. Aparece una hermosa embarcación del siglo XVI,
cercana a una apacible costa donde hay gente pescando mientras que aparece una figura
medio hundida en el agua, de la que apenas se ve desde la cintura hasta los pies, pues el
resto del cuerpo está sumergido, mientras que algunas plumas revolotean alrededor.
Conservado en el Museo del Prado. En la parte superior se aprecian los rayos que salen de la
mano de Zeus.
Este mito se ha fijado en la Edad del Bronce. Hoy por hoy las fuentes literarias que nos van
a servir son dos: La cuarta Oda Pítica de Píndaro y las Argonáuticas de Apolonio de Rodas,
siendo este último un poema escrito en el siglo III a. C.
Jasón fue hijo del rey Esón, rey de Iolco y su madre fue la reina Alcimeda. En un momento
de su reinado Esón fue destronado por su hermanastro Pelias. Para salvaguardar la vida de
Jasón, fue confiado al bondadoso Centauro Quirón quien se encargó de educarlo en las
distintas ramas del saber y en el arte militar y deportivo. Jasón, al cumplir los veinte años,
quiso regresar a Iolco con el objeto de recuperar el trono que le fue arrebatado. Se va a
presentar en la corte de Iolco, ante su tío Pelias, vestido con una piel de pantera,
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sosteniendo en su mano dos lanzas y calzando una única sandalia, pues la otra se le había
perdido al ayudar a cruzar un río a una anciana que se reveló como la diosa Hera, esposa de
Zeus.
A continuación construye un barco que le servirá de embarcación para el largo viaje que ha
de realizar. Este navío recibió el nombre de Argos y a su construcción ayudó la diosa Pallas
Atenea.
El Vellocino de Oro era la piel de un carnero cuyo pelaje estaba configurado por hebras de
oro. Este Vellocino se encontraba en la región de la Cólquide, donde había sido consagrado a
Ares, dios de la guerra, por el rey Aietes. El Vellocino estaba colgado de una encina y de su
vigilancia se encargaba un dragón temible.
El viaje de Jasón y sus compañeros, llamados los Argonautas, fue un viaje largo, azaroso y
lleno de aventuras, en el que tuvieron que superar un sinfín de obstáculos y peripecias. La
primera de las escalas se produjo en la isla de Lemnos, que estaba habitada exclusivamente
por mujeres. Según las fuentes, la estancia en Lemnos fue tan agradable que no había
manera de que se marchasen de la isla, por lo que concibieron numerosísimos hijos con las
habitantes de Lemnos. Jasón tuvo que recordar a los Argonautas cual era el motivo de su
viaje. Cuando llegaron a la Cólquide, el rey Aietes no puso trabas en facilitar el objetivo del
viaje. Sólo puso dos condiciones para que Jasón se llevase el Vellocino: De una parte tenía
que subyugar o domesticar a una pareja de toros salvajes que escupían fuego por sus
fauces y con esa pareja de toros, debía, por otra parte, de sembrar los dientes del dragón
que custodiaba el Vellocino. Jasón pudo acometer con éxito ambas empresas gracias a la
ayuda de los sortilegios de la maga Medea que era la princesa de Cólquide y por tanto, hija
de Aietes, la cual se había enamorado de Jasón. Medea le arrancó la promesa de un futuro
matrimonio.
Una vez que Jasón consigue el Vellocino, contrae matrimonio con Medea. El viaje de vuelta
hasta el reino de Iolco va a ser tan azaroso como el de ida. Tuvieron que atravesar el mar
de las Sirenas, cuyo canto provocaba el naufragio de las embarcaciones y la muerte de los
marineros. Sin embargo los Argonautas no sufrieron ningún peligro porque escucharon una
música más encantadora que la de las Sirenas, pues fue la música y las melodías de Orfeo.
Cuando llegan a Iolco, Medea, como esposa de Jasón, va a emplear sus sortilegios para
convencer a las hijas del rey Pelias para que descuartizaran a su padre en la creencia de
que aquél renacería rejuvenecido. Pelias tenía un hijo menor llamado Acastom y una vez que
muere su padre, no permite que Jasón le arrebate el trono y destierra de su reino a Jasón
y a Medea, quienes abandonan Iolco y se establecen en Corinto, donde viven unos días
felices, al cabo de los cuales, Jasón abandona a Medea por otra mujer, Glauce, hija del rey
de Corinto Creonte.
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MELEAGRO
Pasaron los años y en el transcurso de una fiesta de recolección el rey Eneo hizo un
sacrificio a todos los dioses, olvidándose tan sólo de uno de ellos, de la diosa Artemisa,
diosa de la caza. Artemisa, en venganza por este olvido, envió a Calidón, un enorme y fiero
jabalí que llegó a destrozar las mieses y las cosechas, ocasionando estragos en el ganado.
Eneo convocó una cacería para capturar a aquél animal y acudieron los héroes principales,
casi los mismos Argonautas: Hércules, Jasón, Meleagro, Orfeo, Belerofonte, etc. El trofeo
ofrecido era la entrega de la piel y los colmillos del animal a quien lograra darle caza y
muerte. Meleagro fue el afortunado, pero en vez de ser para sí mismo el premio, lo entregó
a una hermosa joven llamada Atalanta. Esto provocó la furia de sus parientes más
próximos, los hermanos de su madre Altea quienes le recriminaron que si él no deseaba
conservarlos no debía entregarlos a una desconocida, sino a sus tíos.
Meleagro solucionó la cuestión dando muerte a sus tíos. Cuando Altea ve llegar la comitiva
con los cadáveres de sus hermanos sintió tanto dolor que sacó del pozo el tizón, le prendió
fuego y el tizón y la vida de Meleagro se consumieron.
Con la figura de Meleagro se cierra el bloque de los héroes griegos más primitivos. A partir
de ahora veremos a los héroes más recientes quienes tienen algún protagonismo en la
Guerra de Troya.
HÉROES RECIENTES
ENEAS
Fue hijo de Anquises y Afrodita. Anquises había jurado guardar un riguroso silencio acerca
de su relación amorosa con Afrodita, pero a consecuencia de una borrachera, reveló su
secreto y recibió un castigo de Zeus, quien le mandó un rayo que, o lo dejó ciego o cojo,
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según las versiones, pero al fin, inválido. Cuando se produce el saqueo y posterior incendio
de Troya, Anquises pudo salvar su vida gracias a que su hijo Eneas lo cargó sobre sus
hombros y pudieron huir de la ciudad en llamas. También les acompañaba un niño, el hijo de
Eneas, llamado Ascanio. Una vez abandonada Troya, Eneas emprende un largo viaje hasta la
tierra de sus antepasados, Italia. En el transcurso del viaje hizo escala en Cartago, donde
se enamoró de su reina Dido. Tras un apasionado idilio, al no poder permanecer Eneas en
aquél reino, puesto que iba a Italia, Dido se suicidó arrojándose a una pira funeraria. Una
vez que Eneas llegó a Italia se estableció en la región del Lacio y allí se le consideró el
fundador de la nación romana, no de la ciudad de Roma cuyos fundadores fueron Rómulo y
Remo, sino entendiéndose como pueblo. Eneas enlaza la mitología griega con la romana.
Conservado en el Museo Thyssen de Madrid. Es un cartón para un tapiz. Por ello hay una
línea abocetada, ya que en sí el cartón no es una pintura última, sino que es un boceto para
que los tejedores seleccionen los colores de los hilos. Hay un interior arquitectónico de
gran monumentalidad y que hace referencia a algún templo barroco, desprovisto de su
carácter sagrado y la referencia es pagana. Humean los thimaterios de incienso ante lo que
sería la capilla mayor. En el ángulo inferior derecho puede hacerse alusión a uno de los dos
toros que domesticó Jasón con la ayuda de Medea.
MEDEA CON LAS HIJAS DE PELIAS. RELIEVE ROMANO COPIA DE ORIGINAL GRIEGO
SIGLO IV a. C.)
Conservado en el Museo Vaticano. A la izquierda del relieve aparecen las dos hijas de Pelias
vertiendo agua en el caldero donde van a hervir la carne descuartizada de su padre, el rey
Pelias, que se realiza en presencia de Medea que aparece en actitud pensativa.
Conservada en el Museo del Louvre. Medea es abandonada por Jasón, enamorado de Glauce.
Le envía un vestido envenenado y asesina a sus hijos. Delacroix representa la exaltación del
espíritu romántico, pues la escena lleva una gran carga de expresión. Medea sostiene una
daga en su mano con la que va a matar a los hijos de Jasón.
Se encuentra en villa Médicis de Roma. Es uno de los pocos originales de Scopas que ha
llegado hasta nosotros. Aparece con restos de policromía. Es una cabeza llena de una
naturalidad expresiva. Scopas modela las esculturas con más dramatismo. Es un
antecedente de la Escuela Helenística de Pérgamo. Presenta una tensión anímica que tiene
sus antecedentes en la obra de Scopas.
Conservada en el Museo del Prado. Nos ofrece Poussin el inicio de la cacería, cuando los
héroes que concurren llegan en sus corceles con los perros de caza. Coloca la estatua de la
diosa Artemisa. Aparece Meleagro en un caballo blanco, pero los otros héroes son difíciles
de identificar.
Representa el jabalí de Calidón. El relieve está mutilado pero se aprecia al jabalí herido por
una flecha en su parte trasera, mientras abate las patas delanteras.
Conservado en el Museo Borghese de Roma. Este tema se hizo muy popular en el Barroco.
Se desarrollan las tres edades del hombre. Anquises, anciano, con barba blanca. Eneas,
representando la madurez y Ascanio quien representa la niñez. Anquises lleva en sus manos
dos figuras mitológicas que son los dioses Penates, los dioses de los antepasados.
Pintura al fresco de la Villa Valmarana de Vicenza. Eneas es recibido por su madre Afrodita
y se le representa durante su viaje a Italia.
AQUILES
Es un príncipe porque fue hijo del rey Peleo y de la diosa Tetis. Su madre, según nos
cuenta Fulgencio, para volver invulnerable a su hijo lo sumergió en las aguas de la laguna
Estigia, sosteniéndolo por un talón, que se va a convertir en el único punto vulnerable. Otra
característica es una crianza a cargo de uno de los centauros bondadosos, el centauro
Quirón. La crianza entre animales salvajes le valió para obtener una enorme fuerza.
Homero en La Ilíada nos relata que la diosa Tetis conocía de antemano el destino que se le
dispensaba a su hijo y por eso Tetis vaticinó a Aquiles que si combatía contra la ciudad de
Troya tendría una vida corta pero gloriosa, pero si permanecía recluido en el hogar, su vida
sería larga, pero vil y no le haría saltar a la fama. Aquiles va a optar por la acción más noble.
El interés de que Aquiles participara en la guerra de Troya era debido a que un oráculo
vaticinó que los aqueos ganarían la guerra sólo si participaba Aquiles. De ahí que se montara
115
Haciendo caso omiso, Aquiles matará a Héctor y a la reina de las Amazonas que se había
presentado en Troya y que se llamaba Pentesilea. Aquiles fue muerto, dependiendo de las
fuentes, una de las cuales nos dice que por el príncipe troyano Paris y otra que a manos del
dios Apolo. Fue muerto por un flechazo en el talón derecho. En torno al cadáver de Aquiles
se produjo una lucha por apoderarse del mismo. Finalmente fueron Ulises y el general Ayax
quienes se llevasen el cuerpo del héroe organizando en su honor unos magníficos juegos
funerarios.
Tras la toma de Troya dicen las fuentes que el espíritu de Aquiles se apareció a su hijo
Neoptolemo para reclamarle su parte en el botín. Reclamaba el sacrificio de Polixena, la
hija del rey Príamo de Troya. Neoptolemo raptó a Polixena y la inmoló sobre la tumba de su
padre para serenar el espíritu de Aquiles.
HÉCTOR
LAOCOONTE
Era un sacerdote del dios Apolo. Cuando los aqueos dejaron ante la puerta de Troya el
célebre caballo de madera, él vaticinó que era una trampa, aunque los troyanos no le
creyeron. Es más, los troyanos le pidieron un sacrificio a Poseidón para que mandara una
tormenta que hiciera naufragar las naves de los aqueos que se estaban batiendo en
retirada.
Mientras celebraba la ceremonia ritual de este sacrificio a Poseidón, salieron del mar dos
gigantescas serpientes que estrangularon a los dos hijos de Laocoonte y a él mismo cuando
intentaba salvarlos. Los troyanos pensaron que era una castigo divino por haber profetizado
116
en falso, pero en realidad ese castigo fue por haber cometido el sacrilegio de haberse
unido a su esposa amorosamente en el templo de Apolo.
ORESTES
Hijo del rey Agamenón de Micenas y de la reina Clitemnestra. Cuando Agamenón partió
para la guerra de Troya y estaba ya en su destino, Clitemnestra cometió adulterio con
Egisto, y se ponen de acuerdo para que cuando volviese Agamenón, asesinarlo y arrebatarle
el trono. Mientras tanto Orestes había sido apartado de la corte y su primera juventud la
pasó en Crisa. Llegado a la edad adulta, Orestes consultó al oráculo de Delfos que le
aconsejó regresar a Micenas, ofrecer un sacrificio sobre la tumba de Agamenón colocando
sobre la misma unos rizos de sus cabellos y a continuación dar muerte a los dos adúlteros,
por lo que Orestes asesinó a Egisto y a su madre Clitemnestra.
IFIGENIA
Era hija de Agamenón y Clitemnestra, y hermana de Orestes. Cuenta su mito que cuando la
flota aquea estaba preparada para salir por segunda vez contra Troya, no pudieron hacerlo
porque no había viento favorable. La expedición contaba con un adivino llamado Calcante y
dijo que la calma era una venganza de Artemisa porque hacía años que el rey Agamenón
había prometido sacrificar a la diosa lo más hermoso que hubiese nacido en su reino y lo
más hermoso era su propia hija Ifigenia, pero lo que hizo fue sacrificarle un animal. En este
preciso momento en que la flota no puede partir es cuando Artemisa le reclama lo que ella
creía que era suyo: La vida de Ifigenia. En un principio, Agamenón se resiste, pero al final
tiene que acceder ante la presión de los restantes príncipes aqueos. Según nos relata
Eurípides en su tragedia Ifigenia en Táurides (Ifigenia entre los Tauros), en el preciso
instante en que iba a ser sacrificada, los asistentes volvieron la cara para no ver el
espectáculo, por lo que no vieron que el cuerpo de Ifigenia era arrebatado envuelto en una
nube y transportado por Artemisa al país de los Tauros donde la convirtió en sacerdotisa
de su templo.
Conservado en el Museo de Postdam. Esta obra fue ejecutada por encargo del príncipe
Federico Enrique de Orange (La Haya). Tetis, madre de Aquiles, conocía el destino de su
hijo que moriría en la guerra de Troya. Sumerge a Aquiles en las aguas de la laguna Estigia,
aunque otras fuentes narrarán que Tetis acudirá a la fragua de Hefesto para que forjara
una armadura prodigiosa que le hiciera un guerrero invisible. Cuando Tetis se aproxima a la
fragua, Hefesto le pone una condición, la de mantener con él una relación amorosa, a lo que
ella se negó y sin embargo pudo huir de la fragua llevándose puesta la armadura. Hefesto
aparece sentado y con los brazos extendidos probando la coraza. Tetis aparece con una
mirada de agradecimiento y temor. Por encima está Cupido que dispara una flecha. Otros
putti juegan con otras partes de la armadura. Tiene la obra un luminismo característico de
Van Dyck.
AQUILES DESCUBIERTO POR ULISES. DE RUBEN Y VAN DYCK (PRIMERA MITAD DEL
SIGLO XVII)
117
Conservado en el Museo del Prado. Nos aparece Aquiles vestido con ropajes de mujer, junto
a las hijas de Licomedes para despistar a los generales aqueos. Fue Ulises, disfrazado de
mercader, quien lo descubre. Aquiles lleva una daga en cada mano. El interior arquitectónico
es monumental y palaciego, con arcos de medio punto que muestran un paisaje dilatado que
otorga la luz natural a la pintura. Gran calidad de las telas, con detalles bodegonistas al pie
de la composición donde se recogen las joyas mostradas a las princesas. Los rostros de las
princesas son retratos, en contraste con el rostro de Ulises. La atención del espectador se
dirige al vestido rojo de Aquiles, dotado de musculosos brazos.
Conservado en el Museo Kimbell de Fort Wort. Los protagonistas, los cuatro, de medio
cuerpo. Aquiles, cubierto con casco aqueo, furioso contra Agamenón, que le ha privado del
cariño de su concubina Briseida. A la izquierda de la composición aparece Aquiles en un
violento escorzo, con el rostro angustiado de Clitemnestra, apareciendo en el centro la
joven ataviada como una reina y a la derecha la arrogante figura de Agamenón. Cólera de
Aquiles, angustia de Clitemnestra, arrogancia y poder de Agamenón.
LAOCOONTE
Descubierto en Roma en 1506, causó un gran impacto y revuelo entre los artistas de su
tiempo. En quien más impactó fue en Miguel Ángel, que lo copió, lo dibujó y lo estudió, sobre
todo la anatomía de Laocoonte y de sus hijos. Las serpientes surgidas del mar mientras
Laocoonte hacía un sacrificio a Poseidón. Pertenece a la escuela de Rodas y se puede datar
hacia el 50 a. C. Y está atribuido a una trilogía de autores: Ajesandros, Polidoro y
Atenodoro.
Conservada en el Museo Nacional de Atenas, realizada en oro batido y es del siglo XVI a. C.
Fue descubierta en una tumba de Troya. El tipo racial, con barba y bigote es micénico.
En Pesto. Se aprecia una gran rudeza en los gestos de Orestes dando muerte a Egisto.
SIBILA CASANDRA
El significado del término Sibila se aplica a las sacerdotisas encargadas de transmitir los
oráculos, fundamentalmente los oráculos del dios Apolo. Casandra es una profetisa
excepcional porque todas sus predicciones eran ciertas y a pesar de ello, nadie creía en sus
profecías. Sus especiales cualidades son porque adquirió el don de la adivinación del propio
Apolo, quien le escupió saliva en la boca para de este modo transmitirle esta peculiar
cualidad. Casandra es de un linaje noble, pues es hija del rey Príamo de Troya.
Entre las muchas predicciones que acertó se encuentra aquella en que adivinó que el
príncipe Paris causaría la ruina de Troya o cuando profetizó que el caballo de madera que
los Aqueos dejaron a las puertas de la ciudad en su supuesta retirada era un truco y no un
regalo. Pero sus conciudadanos nunca creían sus predicciones..
Cuando Troya fue incendiada, Casandra, para salvar la vida, se refugió en el interior del
templo dedicada a Pallas Atenea. Sin embargo, el general Ayax, viola el recinto sagrado y
saca de allí violentamente a Casandra que se convierte en parte del botín de guerra. Y como
parte del mismo se la entrega como esclava al rey Agamenón. Este se enamora de ella y
emprenden juntos el viaje de regreso al reino de Micenas. En el navío, Casandra profetiza
que nada más desembarcar, hallarían la muerte de manos de la propia esposa de Agamenón,
Clitemnestra y de su amante Egisto. Una vez más, nadie creyó a Casandra, pero lo cierto es
que el desenlace fu tal y como ella la había vaticinado.
ULISES
Ulises fue rey de Ítaca, esposo de Penélope y padre de Telémaco. Fue inmortalizado por
Homero en La Ilíada y sobre todo en La Odisea (en griego, Ulises es Odiseo). Ulises se
caracteriza por su prudencia y su inteligencia, por eso, cuando un conflicto no podía
resolverse por la simple fuerza bruta, se acudía siempre a la sangre fría y energía de
Ulises. Una tradición asegura que Ulises, como tantos héroes griegos, fue criado por el
centauro Quirón.
120
Asistiendo en el Monte Parnaso a una cacería de jabalí, Ulises fue herido en una rodilla,
dejándole una cicatriz por la que sería reconocido al volver a Ítaca tras la guerra de Troya.
Una vez que hereda dicho reino, Ulises sobresale por su hospitalidad y por su respeto a los
dioses, en especial Zeus y Pallas Atenea, diosa que le protegería continuamente.
Ulises se sintió atraído por la belleza de la princesa Helena y por eso acudió como un
pretendiente más al palacio del rey Tindáreo, pero al darse cuenta de las escasas
posibilidades que tenía de resultar elegido por la princesa (se presentaron cuarenta y un
pretendientes), pidió a Tindáreo la mano de su sobrina Penélope. Ulises aconsejó que debía
hacer jurar a todos los pretendientes de Helena que defenderían al elegido con su propia
vida. Este juramento fue la causa de la guerra de Troya, al ser Helena raptada por el
príncipe Paris.
Para evitar tener que combatir en la guerra de Troya, Ulises simuló tener un ataque de
locura, pero pronto se puso en evidencia la falsedad de este truco. Ulises participó
activamente en los preparativos de la expedición, incluso consiguió la participación de
Aquiles en la contienda. Es a Ulises a quien se le atribuye la idea de construir el famoso
caballo de madera donde se alojaron treinta guerrero armados mientras los demás
simulaban poner fin al asedio, lo que había de motivar la caída de Troya.
Las aventuras y viajes que emprendió Ulises hasta llegar a su reino de Ítaca son narrados
en La Odisea. Una de las múltiples escalas de su viaje la realizó en la isla de los Cíclopes.
Allí desembarcó con doce de los tripulantes más valerosos, llevando consigo una tinaja de
vino para ofrecerla como regalo a los Cíclopes. Ulises y sus compañeros entraron en la cueva
del cíclope Polifemo. Al llegar éste, Ulises le dijo que se llamaba “Nadie” y que debía
respetarlos como huéspedes que eran protegidos por Zeus. Polifemo como única respuesta,
devoró a seis de los compañeros de Ulises. El héroe aprovechó para emborracharlo y
dejarlo ciego introduciendo en su único ojo un madero incandescente. A los gritos de
Polifemo acudieron los demás cíclopes y cuando le preguntaron quién le había causado esos
daños, contestaba que “Nadie”, así que lo creyeron presa de un ataque de locura. Polifemo
pidió a su padre Poseidón que mandara una tormenta que mantuviera errante a Ulises. Así el
viaje duró más de diez años.
Posteriormente Ulises llegó a la isla de Eolia, donde habitaba Eolo, dios de los vientos. Allí
fueron agasajados durante un mes tras el cual, Eolo regaló a Ulises un cofre donde estaban
guardados todos los vientos desfavorables y así podrían llegar rápidamente a Ítaca. Pero,
aprovechando que Ulises se quedó dormido, sus compañeros abrieron el cofre creyendo que
contenía riquezas y al salir los vientos contrarios, la nave regresó a Eolia.
Otra de las escalas fue la isla de Ea, donde habitaba la maga Circe, quien con sus
sortilegios transformó en cerdos a los compañeros de Ulises. Fue entonces cuando el dios
Hermes indicó a Ulises la existencia de una planta que, mezclada con una bebida preparada
por Circe, lo haría invulnerable. Así logró que sus compañeros recuperaran la apariencia
humana e inició una relación amorosa con Circe, engendrando entre otros a Telégono.
Otra aventura fue atravesar el mar de la Sirenas, ordenando a sus compañeros que se
taparan los oídos con cera para no escuchar el canto de las sirenas, pero como él quería
oírlas hizo que lo ataran al mástil del barco, por lo que no llegó a naufragar.
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Tras diversas aventuras, que incluyen la bajada al mismo infierno, llegó a la isla de Ogigia
donde vivía Calipso. Junto a ella vivió diez años y aunque ella le ofreció la juventud y la
inmortalidad no logró arrancar de su corazón el deseo de retornar a su patria. Incluso
Calipso le ayudó a construir un nuevo navío.
Finalmente llega a Ítaca, donde es transformado por Pallas Atenea en un pordiosero para
que pudiera pasar desapercibido entre los pretendientes de su esposa Penélope. Durante
estos años ésta había rechazado a cuantos querían seducirla diciéndoles que se casaría con
uno de ellos cuando terminara de tejer el sudario de su suegro Laertes. Por la noche
destejía lo que hacía durante el día. Finalmente anunció que contraería matrimonio con
aquél que utilizara mejor el arco de Ulises, el cual consiguió participar en la competición,
resultando vencedor. Fue reconocido por la cicatriz que tenía en la rodilla y, con la ayuda de
su hijo Telémaco, mató a los pretendientes y a los criados infieles.
Tampoco podemos olvidar las aportaciones sirias, persas y egipcias al Panteón de los dioses
romanos. Además hay un cierto número de divinidades menores que son genuinamente
romanas, sin asimilación ni partido con ninguna divinidad griega. Hemos de decir que la
genealogía de estos dioses menores es confusa e imprecisa y desde luego no contaron en la
Mitología romana con ninguna sistematización semejante a la Teogonía de Hesíodo. La
Mitología romana, a los dioses propiamente romanos, les atribuye una vida anterior terrenal
que se localiza en algún paraje o región de Italia, generalmente en el Lacio. Suelen ser
todos ellos dioses protectores que reciben un estipendio por los favores otorgados, un pago
que se les niega cuando su intervención no se ve acompañada por el éxito. En ese sentido, la
relación personal entre el fiel y el dios está condicionada por un cierto mercantilismo.
Las fuentes mitológicas romanas que han llegado a nosotros son relativamente tardías por
cuanto que las más antiguas datan de la época del emperador Augusto. Para el conocimiento
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Uno de los mitógrafos más sobresalientes fue Higinio que era un esclavo procedente de
Hispania y que cuando llega a Roma, fue libertado por Augusto quien lo convirtió en
bibliotecario de palacio. A Higinio se le atribuyen dos obras: Las Fábulas y Astronomía
Poética. Otro autor fue Virgilio que también, en el siglo I a. C. escribió la gran epopeya
sobre los orígenes de Roma, La Eneida, protagonizada por Eneas, un héroe homérico que
sirve para enlazar los tiempos de la guerra de Troya con los orígenes de la primitiva nación
romana.
Tan popular como el anterior fue Ovidio, contemporáneo de Augusto. Escribió Los Fastos,
que es un calendario poético de las principales fiestas romanas. Sólo llegó a redactar los
seis primeros meses del año. Mayor relevancia tiene su Metamorfosis, obra muy
revalorizada durante el Renacimiento y que sirvió de fuente de inspiración para ilustrar
numerosísimas obras escultóricas y pictóricas durante los siglos XV y XVI. Hay que citar
igualmente el Libro VI de las Elegías de Propercio, así como Las Argonáuticas de Valerio
Flaco, que en realidad están inspiradas por Las Argonáuticas de Apolonio de Rhodas.
Especial interés presenta la figura de Cicerón, republicano convencido y que nos brinda un
panorama de la alta sociedad romana en la que se refiere a las creencias, las costumbres y
a la piedad tanto oficial como popular. Una de las creaciones más originales del
planteamiento mitológico latino es el poema filosófico De la naturaleza de las cosas escrito
por Lucrecio, donde realiza una aguda crítica de la religión romana, mientras que defiende
las teorías materialistas de Epicuro.
Dentro del reinado de Nerón, citar la figura de su preceptor Séneca, quien escribió varios
trabajos tomando como protagonistas a diversos héroes griegos. En el siglo II de nuestra
Era nos encontramos con la figura de Apuleyo, autor del Asno de Oro, donde se ofrecen
múltiples detalles sobre magia y sobre el culto a la diosa Isis. En esta centuria brilla la
figura de uno de sus más importantes historiadores, Tácito, que en sus Anales e Historias,
relata los pormenores de todas los sucesos que ocurren desde la muerte de Augusto y
hasta la muerte de Diocleciano, algo similar a lo que realiza Suetonio al escribir Vida de los
Césares. Es bien sabido que durante el reinado de los Antoninos se protegió y amó
especialmente la pintura helénica. El ejemplo máximo fue el emperador Marco Aurelio que
llegó a escribir en griego sus pensamientos.
Las fuentes latinas paganas, a raíz de la crisis generalizada del siglo III d. C. sufre una
profunda decadencia, aunque no se produce casi nada original si que se sigue cultivando el
estudio de los mitos del pasado. Frente al cristianismo, la Mitología clásica se convirtió en
una especie de reliquia arqueológica que logró pervivir algunos siglos más a través, sobre
todo, del Imperio Bizantino.
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Las fuentes literarias nos relatan que el dios Marte sorprendió mientras dormía a la joven
vestal Rea Silvia, forzándola a mantener una relación amorosa. Era una joven de alto linaje,
hija de rey Numitor del reino de Alba. Como fruto de esta unión amorosa nacieron los
gemelos Rómulo y Remo. A la madre, Rea Silvia, se la castigó con la pena de muerte, siendo
arrojada a las aguas del río Tíber donde pereció ahogada. En cuando a los dos pequeños
fueron metidos en un cesto y abandonados a su suerte en la corriente fluvial del Tíber. Una
crecida de las aguas del Tíber les salvó milagrosamente de morir y en la orilla fueron
recogidos por una loba que los amamantó. Con posterioridad fueron criados y educados por
el pastor Fáustulo y su esposa, Aca Laurencia, que se convierten así en sus padres
adoptivos.
Siguiendo una costumbre ancestral, Rómulo enganchó un toro y una vaca de color blanco a
un arado y con dicho arado trazó los límites de la primitiva urbe y comenzó a edificar las
murallas que la protegerían. Su hermano Remo, al no haber sido él el elegido por los dioses
se burló del ridículo modo que su hermano estaba eligiendo para trazar los límites de la
nueva y ciudad y dio un salto hacia adentro, violando de este modo una ceremonia
considerada sagrada. La espada de Rómulo asesinó a su hermano, si bien, las fuentes
señalan que Remo fue enterrado en la colina del Aventino con todos los honores.
Según las versiones más difundidas, la fundación de Roma debe situarse en el año 753 a. C.
Tras haberse fundado la ciudad de Roma, una de las primeras preocupaciones de Rómulo
fue poblar aquella nueva ciudad. Hasta Roma llegaron gentes de la más diversa clase y
condición social, pero fundamentalmente individuos de baja ralea, marginados de la
sociedad, como esclavos, fugitivos de la justicia, desterrados, bandidos, etc. Para controlar
el buen orden y prosperidad de Roma se nombraron cien Patricios o Padres de la Patria.
Una segunda cuestión que tuvieron que afrontar fue la ausencia de mujeres entre ellos, por
lo que no podían asegurar la descendencia. Para ello, Rómulo envió heraldos a los pueblos
vecinos solicitando permiso para poder contraer matrimonio con sus mujeres, pero debido a
esa baja extracción social de aquellos primeros romanos, los pueblos limítrofes de negaron,
de manera que Rómulo tuvo que acudir a una estratagema y organizó una fiesta rústica en
honor de la diosa Consus, cuyo plato fuerte era una carrera de caballos. Con este motivo
acudieron a Roma multitud de hombres acompañados de sus esposas e hijas para visualizar
y participar en la fiesta. A una señal convenida de Rómulo, los romanos raptaron a todas las
mujeres de procedencia sabina que encontraron puesto que el pueblo de los sabinos era el
más poderoso económica y políticamente de los pueblos vecinos de Roma.
De inmediato se formó un ejército de rescate, al frente del cual estaba su monarca, el rey
de los sabinos, llamado Tito Tacio. Cuando el ejército sabino estaba a las puertas de Roma
vieron frenado su avance por la intervención del dios Jano que era el protector de las
murallas de Roma, el cual hizo brotar una fuente de agua hirviente que hizo de pantalla
entre la ciudad y el ejército sabino. Cuando la batalla estaba en su punto más álgido, las
jóvenes sabinas raptadas se interpusieron entre los dos bandos argumentando que no
querían quedarse ni huérfanas ni viudas, rogando que cesase la lucha. Gracias a este gesto
los romanos y los sabinos suscribieron una alianza perdurable de manera que los dos
monarcas, es decir, Rómulo y Tito Tacio, reinaron conjuntamente. Tras la muerta de Rómulo
fue divinizado bajo el nombre de Quirino.
Lucrecia aparece en las leyendas romanas como una virtuosa matrona. Era la esposa de
Lucio Tarquinio Colatino y fue violada por Sexto Tarquinio, hijo del rey Tarquinio el
Soberbio. Cuenta la leyenda que el joven Sexto entró en las estancias de Lucrecia y
amenazó con matarla a ella y a su sirviente si no accedía a sus pretensiones amorosas. Esta
amenaza tenía por objeto que con su negativa y posterior asesinato haría creer que había
cometido Lucrecia adulterio con su sirviente. Lucrecia, para salvar la vida de su sirviente,
accede a ser forzada por Sexto, pero una vez consumada la violación, ella contó toda la
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verdad a su marido y a su padre y dicen los textos que no pudiendo soportar la deshonra de
haber sido violada, finalmente se suicidó.
D) MARCO CURCIO
Aparece en las obras de Tito Livio y Valerio Máximo quienes narran este episodio
legendario. Relatan que en el Foro de Roma se abrió una sima de fuego que amenazaba con
destruir toda la ciudad. Los augures anunciaron que una gran desgracia se abatía sobre
Roma y que el único remedio para evitarla era que un patricio se arrojase a la sima. Marco
Curcio era un joven patricio que decidió sacrificar su vida para salvar a su ciudad, de
manera que, montando su mejor caballo y armado de una espada, se arrojó a la sima, que
inmediatamente se cerró y no volvió a amenazar a la ciudad. Este episodio siempre fue
considerado entre los romanos como el máximo ejemplo de las virtudes de la vieja Roma.
TIBERINO
Nombre que los romanos daban al río Tíber. A las aguas del Tíber fue arrojada Rea Silvia
por perder la virginidad. Cuentan las fuentes literarias que para conjurar las crecidas del
Tíber, las vestales arrojaban al río veinticuatro muñecos de mimbre, evocando quizás
sacrificios humanos. Tal respeto infundía este río a los romanos que en el siglo I a. C. el
Senado rechazó un proyecto destinado a modificar su cauce y con ello evitar el peligro que
suponían sus crecidas e inundaciones consiguientes. Tal y como sucedía en el mundo griego,
el Tíber se representaba como un anciano reclinado en actitud de seudoyacente, llevando
en una mano el cuerno de la abundancia y en la otra una especie de remo o pala, siendo en el
caso de Tíber, la representación de la Loba Capitolina.
VERTUMNO Y POMONA
Vertumno fue uno de los dioses itálicos primitivos, probablemente de origen etrusco.
Etimológicamente su nombre deriva de vertere que significa cambiar o mudar, porque este
dios tenía la propiedad de poder transformarse en lo que quisiera. Vertumno es el dios del
cambio de las estaciones del año, el dios que asegura la regularidad de los ciclos anuales de
la Naturaleza, aunque él sentía especial predilección por la estación del Otoño. Se enamoró
de Pomona, que era la diosa de los jardines y los árboles frutales. Ovidio, en su
Metamorfosis nos relata que Pomona rechazó a numerosísimos pretendientes, incluido el
propio Vertumno, que una vez se presentó ante ella como cazador, Otra vez, como segador,
otra vez como sembrador, etc.
FLORA
En Italia central, Flora originariamente fue la diosa que protegió los cereales, la vid, las
flores y todos los frutos que surgían durante la primavera. En honor de esta diosa se
celebró una fiesta que se caracterizó por su licenciosidad. Flora suele ser representada
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como una exuberante doncella, coronada de flores y acompañada de los más diversos frutos
de la tierra.
Realizada esta escultura para la Fuente Gaia para la ciudad de Siena que estaba adornada
por múltiple grupos mitológicos. Hoy está sustituida por una copia, conservándose el original
en el Palacio Público de Siena.
Conservada en el Museo Capitolino de Roma. Los dos gemelos son un añadido renacentista
de Antonio Pollaiuolo. Se muestra en la cabeza una gran fiereza como en señal de
protección de los niños.
Conservada en el Museo del Louvre. En primer plano está Fáustulo con un niño recién nacido,
llevándolo a su casa y presentándolo a su esposa Aca Laurencia que abre los brazos para
recibirlo. Se aprecia al fondo el río Tíber. A la derecha aparece otro niño junto a la loba.
EL RAPTO DE LAS SABINAS. DE JUAN DE BOLONIA
Conservado en la Logia dei Lanzi de Florencia. Este autor es el máximo exponente del
Manierismo italiano, admirador de Miguel Ángel y Cellini. Se basa en grupos helenísticos
para realizar es grupo presentado. Las tres figuras están captadas desde diversos puntos
de vista, componiendo un giro como si de una columna salomónica se tratase.
Conservado en el Museo del Monasterio del Escorial. Es mucho más audaz de movimientos
que el anterior. Presenta un paisaje crepuscular de clara vocación veneciana. La misma
fuente de inspiración de Poussin, puesto que presenta, salvo pequeñas variantes, la misma
composición, sobre todo en el baldaquino donde está situado Rómulo.
Conservado en el Museo del Louvre. En este caso el escenario es la muralla de Roma. Fuera
de ella se baten los dos ejércitos. A la izquierda aparece Tito Tacio y a la derecha del
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Conservado en el Museo del Prado. Multitud de personajes que acuden a Pomona para
llevarle presentes. Pomona aparece portando un cuerno de la abundancia, mientras que a la
izquierda de la composición vemos unas vacas, tributo de los campesinos.
Conservado en el Museo Thyssen de Madrid. Vertumno nos aparece como una anciana que
conversa con Pomona. Vertumno es capaz de metamorfosearse a su libre albedrío y tras
aparecerse a Pomona de otras maneras y ser rechazado, piensa que si presenta como una
anciana venerable podrá acceder a los pensamientos de Pomona, consiguiendo de este modo
Vertumno convencer a la diosa.
Presenta flora un gran escorzo, pues esta de espaldas al espectador y gira el rostro para
mirarnos.
FLORA. DE TIZIANO
Conservado en el Museo del Prado. Rubén pintó la figura femenina y Brueghel todo el
paisaje. Es la obra póstuma de Rubens. Vemos a la joven diosa, sedente, coronada de flores
y rodeada de una magnífica arboleda.
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Afrodita: Diosa del amor, la belleza y la reproducción. Afrodita era la mujer de Hefesto.
Afrodita y Ares fueron amantes. Afrodita amaba las rosas y los mirtos, y su carroza
estaba tirada por una pareja de palomas que fueron sus aves preferidas. Los romanos la
llamaron Venus. Representación: Suele aparecer desnuda, a veces una concha, paloma,
acompañada de Eros (Cupido).
Agamenón: Rey de Micenas y jefe de las fuerzas griegas en la guerra de Troya. Era hijo de
Atreo y padeció la maldición lanzada sobre su casa. Cuando los griegos se reunieron en
Áulide para su viaje a Troya, se vieron obligados a retroceder por los vientos adversos.
Para calmar los vientos, Agamenón sacrificó a su hija Ifigenia a la diosa Artemisa. Su
disputa con Aquiles sobre la princesa cautiva Briseida y las consecuencias de esa cólera
forman buena parte del argumento de la Ilíada de Homero. Después de un sitio de diez
años, cayó Troya y Agamenón volvió victorioso a Micenas. Con él fue la princesa troyana
Casandra, que le había sido concedida por el ejército griego triunfante. Clitemnestra,
mujer de Agamenón, lo recibió con expresiones de amor, pero mientras él estaba en el
baño, ella le tendió una trampa. Egisto, el amante de ella, golpeó a Agamenón con una espada
y, mientras estaba inconsciente por el golpe, Clitemnestra lo decapitó con un hacha. Su
muerte fue vengada siete años más tarde por su hijo Orestes. La historia de la muerte de
Agamenón es contada en la primera pieza de la trilogía Orestíada, del poeta griego antiguo
Esquilo.
Amazonas: Eran hijas de Ares, dios de la guerra y de la Ninfa Armonía. Su reino, según
cuentan algunos, estaba en Tracia, y según otros, en las cuestas de Quinaso o incluso en la
131
ribera izquierda del río Danubio. Aparte de Hércules, contra ellas luchó también
Belerofonte. Las Amazonas veneraban a Artemisa y según se dice el Templo en Éfeso que
fue consagrado a ella y que era considerado una de las siete maravillas arquitectónicas, era
obra de las Amazonas. Es un pueblo mítico de mujeres guerreras. Se amputaban el pecho
derecho para el mejor manejo del arco. Entre sus reinas figuran Hipólita y Pentesilea.
Según la leyenda, sólo aceptaban la presencia de hombres una vez al año para asegurar la
descendencia, eliminando a los hijos varones. Vivían del pillaje y la rapiña, y numerosos
héroes lucharon contra estas mujeres extrañas y crueles. Veneraban a la Artemisa de
Éfeso, diosa de múltiples senos, instituyéndole un culto especial.
Anfitrite: Diosa del mar, hija de Nereo y esposa de Poseidón. Conducía el coro de las
Nereidas, sus hermanas. Aparece representada sobre un carro en forma de concha tirado
por delfines.
Apolo: Dios de la música (y las artes), dios arquero. Apolo y Artemisa eran hermanos. A
veces se le asimila al Sol. Representación: Arco, Lira, Laurel (corona) (y las musas). Apolo y
Marsias: Apolo y Marsias tuvieron una competición musical, con la condición de que el
vencedor haría lo que quisiera con el vencido. Apolo venció y, enfadado porque el sátiro se
hubiera atrevido a competir con él, lo desolló vivo (despellejar). Apolo y Pan: Apolo y Pan
compitieron musicalmente (Apolo con la lira y Pan con la llamada "flauta de pan" o
"Siringe"). Eligieron como árbitro a Midas (rey de Frigia). Midas otorgó la victoria a Pan, y
entonces Apolo, indignado por ello, hizo que le crecieran orejas de burro (a Midas).
Finalmente Apolo resultó vencedor al conseguir tocar su instrumento al revés, cosa que Pan
no podía hacer.
Aquiles: Fue el mayor de los guerreros griegos en la guerra de Troya. Era hijo de la Ninfa
del mar, Tetis, y de Peleo, rey de los mirmidones de Tesalia. Cuando era un niño su madre lo
sumergió en el Estige para hacerlo inmortal. Las aguas lo hicieron invulnerable menos en el
talón, por donde lo sostenía su madre. Aquiles libró muchas batallas durante el sitio de diez
años a la ciudad de Troya. Cuando el rey miceno Agamenón tomó para sí a la doncella cautiva
Briseida, Aquiles retiró a los mirmidones de la batalla y se encerró encolerizado en su
tienda. Los troyanos, envalentonados por su ausencia, atacaron a los griegos y los forzaron
a una retirada precipitada. Entonces Patroclo, amigo y compañero de Aquiles, le pidió que le
prestara su armadura y le dejara avanzar con los mirmidones a la batalla. Aquiles aceptó.
Cuando el príncipe troyano Héctor mató a Patroclo, el desconsolado Aquiles volvió a la
batalla, mató a Héctor y arrastró su cuerpo triunfante detrás de su carro. Más tarde
permitió a Príamo, rey de Troya, rescatar el cuerpo de Héctor. Aquiles peleó su última
batalla con Memnón, rey de los etíopes. Después de matar al rey, Aquiles condujo a los
griegos hacia los muros de Troya. Allí fue mortalmente herido en el talón por Paris. La
disputa entre Aquiles y Agamenón, la batalla posterior y el rescate del cuerpo de Héctor
son narrados en la Ilíada.
Ares: Dios de la guerra. Ares mostraba una predilección especial por la región de Tracia.
Se creía que normalmente habitaba en aquella zona de belleza salvaje donde había muchos
caballos y por donde pasaban a menudo muchos pueblos guerreros. Se dice que allí
habitaban también las famosas Amazonas, las beligerantes hijas de Ares. Los romanos lo
llamaron Marte. Representación: Armas.
Ariadna: Hija de Minos, rey de Creta, y de Pasifae, hija de Helios, el dios del sol. Ayudó al
héroe Teseo a salir del laberinto del Minotauro una vez hubo matado a éste. Para ello se
sirvió de un ovillo de hilo que le proporcionó Ariadna, que se había enamorado de Teseo.
132
Teseo había prometido casarse con ella. Sin embargo la abandonó en la isla de Naxos y el
dios Dionisio la encontró y la consoló.
Atalanta: Era hija de Esqueneo de Beocia o de Yaso de Arcadia. Disgustado porque no era
un niño, su padre la abandonó en la falda de una montaña poco después de su nacimiento.
Fue rescatada y amamantada por una osa y después criada por cazadores. Durante la etapa
de su crecimiento, fue una diestra cazadora. La hazaña por la que se hizo especialmente
famosa fue su participación en la cacería del jabalí en Calidón, una ciudad de Etolia en la
Grecia central. De acuerdo con otra leyenda, Atalanta fue una veloz corredora que
prometió casarse con quien pudiera vencerla en una carrera. Los que perdían, eran
asesinados. El joven Hipómenes (o Melanión) ganó con la ayuda de Afrodita, la diosa del
amor, quien le dio tres manzanas de oro de las Hespérides. Él las dejó caer una a una y, por
detenerse a recogerlas, Atalanta perdió la carrera. Ella e Hipómenes fueron convertidos
después en los leones que debían tirar del carro de Cibeles, a causa de una afrenta a los
dioses. Partenopeo, su hijo, participó en la expedición de los Siete contra Tebas.
Áyax: Combatió en la guerra de Troya. Era hijo de Telamón, rey de Salamina, y condujo a
las fuerzas de esta isla hacia Troya. Un hombre corpulento, lento en el hablar pero veloz en
la batalla, Áyax fue llamado “baluarte de los aqueos” por Homero. Encolerizado por no
habérsele concedido la armadura del difunto Aquiles, Áyax decidió matar a los jefes
griegos Agamenón y Menelao. Para protegerlos, la diosa Atenea golpeó con violencia a Áyax,
que acabó con su vida clavándose su propia espada.
Caballo de Troya: Caballo de madera grande y hueco empleado por los griegos para
conseguir entrar en la ciudad que asediaban, Troya, y así terminar con la guerra de Troya.
Incapaces de capturar la ciudad después de diez años de asedio, los griegos recurrieron a
una estratagema. Construyeron el caballo, metieron dentro guerreros armados y lo
abandonaron en la playa antes de zarpar en sus barcos. Sinón, un espía griego, convenció a
los troyanos para que metieran el caballo, diciéndoles que era un regalo de Poseidón. Por la
noche, Sinón dejó salir a los soldados griegos armados, que mataron a los guardianes y
abrieron las puertas a su ejército, capturando e incendiando la ciudad. El ardid del caballo
fue una astucia del héroe Odiseo.
Calipso: Ninfa de la isla de Ogigia que hospedó a Ulises durante siete años.
133
Caos: En las cosmogonías antiguas, confusión de todos los elementos antes de que fueran
separados y ordenados para constituir el universo. En la mitología griega, primera materia
existente, origen de todas las cosas.
Casandra: Hija del rey Príamo y de la reina Hécuba de Troya. El dios Apolo, que amaba a
Casandra, le concedió el don de la profecía, pero cuando ella se negó a corresponder a su
amor, Apolo volvió inútil el don haciendo que nadie creyera en sus predicciones. Casandra
advirtió a los troyanos de muchos peligros, incluso del caballo de madera con el que los
griegos entraron en la ciudad, pero fue desestimada como una loca. Después de la caída de
Troya, fue sacada del santuario del templo de la diosa Atenea por Áyax, hijo de Oileo, y
llevada al campamento griego. Cuando se repartió el botín, Casandra fue entregada al rey
Agamenón como su esclava y amante. Casandra le advirtió de que sería asesinado si volvía a
Grecia, pero de nuevo no obtuvo crédito. A su llegada a Micenas ella y Agamenón fueron
asesinados por Clitemnestra, esposa de éste y reina de Micenas.
Centauro: Los centauros eran monstruos mitad hombres (de cintura para arriba) y mitad
caballos. Tenían cabeza, cuerpo y brazos de hombre y cuatro patas de caballo. Entre todos
los centauros destacaron Quirón y Folo por ser menos fieros que los otros. Quirón era
sabio y dirigía una escuela en el monte Pelión, donde se instruyeron numerosas generaciones
de héroes. Folo era bondadoso y hospitalario, a diferencia de sus congéneres, dominados
por la maldad y las bajas pasiones, como Neso, a quien encontramos en las proezas de
Hércules.
Cerbero: Es el can de Hades, que vigilaba el Reino de los muertos y prohibía la entrada a los
vivos, pero sobre todo la salida a los muertos. Tenía tres cabezas de perro, y por cola una
cabeza de serpiente; en el lomo le crecían numerosas cabezas de serpiente, siempre
erguidas y amenazantes. Su padre fue Tifón y su madre Equidna. Se le considera hermano
de otros monstruos, de la Hidra de Lerna, del Perro Ortro (perteneciente al monstruo
Geriones) y del León de Nemea.
Climene: En Grecia era considerada la diosa del Océano, que al unirse con Apolo tuvo
numerosos hijos. Entre éstos se destacan Faetonte y las tres hermanas Helíadas. Sus
lágrimas produjeron el primer ámbar.
Cronos: Dios del tiempo en la mitología griega. Hijo de Urano y Gea. Arrebató el dominio a
su padre y casó con su hermana Rea. Para evitar que sus hijos hicieran otro tanto con él, los
devoraba a medida que nacían. Atendido por su madre, Zeus pudo escapar y éste fue quien
destronó a Cronos. Los romanos lo identificaron como Saturno.
tirado por leones y serpientes. Los símbolos de Demeter son la espiga, el narciso, la
amapola y su pájaro predilecto es la garga.
Diomedes: Rey de Argos, e hijo de Tideo, uno de los guerreros conocidos como los Siete
contra Tebas. Diomedes fue uno de los héroes griegos destacados de la guerra de Troya.
Mató a varios de los guerreros troyanos más notables y, con la asistencia de la diosa
Atenea, hirió a Afrodita, diosa del amor, y a Ares, dios de la guerra, que estaban ayudando
a los troyanos. Cuando volvió de la guerra y descubrió que su mujer le había sido infiel,
Diomedes se fue a Apulia, donde volvió a casarse.
Dionisio: Dios del vino. Los romanos lo llamaron Baco. Representación: Corona de vid o
hiedra, pantera, macho cabrío, cuerno para beber, acompañado de Faunos (Sátiros) y
Vacantes.
Electra: Hija del Océano, esposa de Taumas y madre de Iris y de las Harpías. Electra
también es una hija de Agamenón y Clitemnestra, y hermana de Orestes e Ifigenia. Para
vengar la muerte de Agamenón, víctima de Clitemnestra, ayudó a su hermano Orestes a dar
muerte a su madre y al amante de ésta, Egisto. Electra es también una de las Pléyades, hija
de Atlas. Fue amada de Zeus y madre de Jasos, Hannonia y Dárdano, fundador de Troya.
También Electra se refiere al nombre de dos tragedias: Una de Eurípides, representada en
413 a. C., coincidiendo con la Olimpiada 91-94. Ofrece la particularidad de que el autor se
apartó del mito homónimo para añadir ciertos elementos de su propia creación. El
argumento es el siguiente: Tras el asesinato de Agamenón por su esposa Clitemnestra y el
pérfido Egisto, Electra, hija de ambos, es obligada a casarse con un modesto labrador.
Orestes, hermano menor de Electra, es mandado matar pero, en última instancia, la orden
no se cumple y un antiguo servidor de Agamenón lo confía a los cuidados de Estrophio, rey
de Fócide y padre del joven Pílades. Llegado a la mayoría de edad, Orestes recibe una
orden de Apolo por la que debe vengar la muerte de su padre. Orestes llega a casa de su
hermana y se da a conocer. La alegría de Electra es muy grande, pues con la llegada de
Orestes vislumbra la posibilidad de vengar a su padre. Ambos hermanos, secundados por el
fiel Pílades, traman un plan para acabar con Clitemnestra y Egisto. Éste es asesinado por
Orestes con el mismo cuchillo con que debía celebrar un sacrificio. Atraída por el anuncio
del parto inminente de Electra, Clitemnestra, tocada en su fibra de madre, acude a casa de
su hija y allí, Orestes, animado por su hermana, remata la venganza. Electra abandona a su
pobre esposo y parte hacia la Fócide para casarse con Pílades. Orestes se dirige a Atenas
para someterse a un juicio en el que Apolo actuará de defensor.
Eos: Diosa griega, hija de Hiparión y hermana de Helios y Selene. Llamada Aurora por los
romanos, era la encargada de anunciar la aparición de su hermano, el Sol. Para ello se
elevaba en la bóveda celeste montada en un carro del que tiraban dos caballos alados,
Lampo y Faetón.
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Epimeteo: En la mitología griega, hermano de Prometeo. Casó con Pandora, la cual cometió la
imprudencia de abrir la caja en la que se guardaban los males, que desde entonces quedaron
esparcidos por todo el mundo.
Eris: En la mitología griega, diosa de la discordia. Era hija de la Noche y sus hijos eran el
Dolor, el Hambre y otras calamidades.
Eros: Deidad griega del amor, cuyo culto se vinculaba con el de la diosa Afrodita. En las
antiguas teogonías, nacía del Caos primitivo, y representaba la fuerza coordinadora y
atractiva de los elementos constitutivos del Universo, gracias a la cual la vida era posible.
Acompañante de Afrodita y amante de Psique, se granjeó la enemistad de los hombres por
los enredos amorosos que provocaba. El dios griego del amor es uno de los temas
predilectos en las representaciones escultóricas antiguas. Es el Cupido de los romanos. En
Atenas tuvo dedicado un altar y otros templos donde se celebraban las fiestas en su honor
llamadas erotidias. Las más antiguas figuras de Eros son simples piedras en bruto. Después
adquiere forma humana y más tarde se le representa con cuerpo de mancebo, portando
carcaj y flechas con alas, para demostrar la ligereza de sus actuaciones y ataques. Es
común encontrarlo junto a Afrodita dentro de la escultura griega. Fidias lo esculpió para el
templo de Zeus en Olimpia. Escopas para el de Afrodita de Megara y Praxíteles hicieron
tres estatuas, de una de ellas se conserva una buena copia romana en el Museo Vaticano.
Esfinge: Era un monstruo femenino, con cabeza de mujer, cuerpo de león y alas de ave
rapaz. Era hija del perro de Geriones, llamado Ortro, y de Equidna, hermana entre otros,
del León de Nemea, de la Hidra de Lerna y la Quimera. Algunos sostienen que su padre fue
Tiffonas. La diosa Hera le envió a Tebas este monstruo para castigar a Layo, quien se había
enamorado de Crisipo, hijo de rey Pélope.
Éter: Hijo de Nicte (la Noche) y de Erebos (la Oscuridad) era la personificación de la
materia divina, vital, fina y brillante en la que según los antiguos creían, y que pendía sobre
la atmósfera que rodea la tierra.
Europa: Europa, la Ninfa de la que se enamoró Zeus, dio su nombre a un continente, hecho
que sirvió de incentivo creativo al mundo del espíritu y del arte. De ahí que, a partir de este
hecho, fuera creado un gran número de obras maestras artísticas. "El rapto de Europa" fue
el tema de cuadros de Tiziano y de Rembrandt mientras que Veronés creó la sugestiva
representación que decora a palacios nobles en Venecia. El mismo hecho sirvió de
inspiración a Cellini para crear el complejo de cobre que está en Roma.
Febe: Nombre de una de las Titánides, hijas de Urano y Gea. Se le suele atribuir la
fundación del oráculo de Delfos, como regalo de cumpleaños para su nieto Apolo. También
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recibe este nombre una hija de Leucipo, robada junto con su hermana Hilaira por Cástor y
Pólux. Su rapto ha sido un tema clásico para la pintura, destacando un cuadro de Rubens
que versa sobre dicho tema.
Forcis: En la mitología griega, dios marino, hijo de Ponto y de Gea. Era padre de las
Gorgonas. En la mitología romana, aparece un Forcis, hijo de Neptuno, rey de Córcega y de
Cerdeña, que fue muerto por Atlante y convertido en dios marino, jefe de las divinidades
subalternas del mar.
Galatea: Hija de Nereo, por lo tanto una de las Nereidas. Polifemo, el monstruo de Sicilia,
se enamoró de la belleza de la doncella, pero ésta amaba al pastor Acis, hijo del dios Pan.
Polifemo, furioso al encontrarles a orillas del mar, aplastó al joven arrojándole una roca.
Galatea convirtió a su amante en un río de aguas claras.
Gea: Diosa de la tierra entre los griegos, hija de Eros y de la Noche y madre de los Titanes
y los cíclopes. Corresponde a la Tellus latina.
Héctor: Hijo mayor del rey Príamo y la reina Hécuba de Troya, y esposo de Andrómaca. En
la Ilíada, de Homero, que narra la guerra de Troya, Héctor es el mejor guerrero troyano.
Como comandante de las fuerzas de la ciudad, su contribución a la resistencia frente al
ejército griego durante nueve años es decisiva, y casi al final obliga a los griegos a huir en
sus barcos. Sin embargo, durante la batalla mata a Patroclo, el amigo amado de Aquiles, el
héroe de los griegos. Aquiles, que se había retirado de la lucha por una disputa con el rey
Agamenón, líder de las fuerzas griegas, vuelve al campo de batalla para vengar la muerte de
su amigo. Desconsolado y frenético, persigue a Héctor tres veces alrededor de las murallas
de Troya, lo mata y después ata el cadáver a su carro y lo arrastra por el exterior de las
murallas hasta la pira funeraria de Patroclo. Al enterarse de que los griegos se niegan a
celebrar los ritos funerales de su hijo, el triste Príamo acude a Aquiles con la ayuda del
dios Hermes y le pide que le entregue el cuerpo de su hijo. Aquiles accede conmovido por el
dolor del viejo rey y declara una tregua para que los troyanos celebren un funeral
adecuado. La Ilíada concluye con una descripción del funeral celebrado en honor de Héctor.
En contraste con el feroz Aquiles, Héctor simboliza el guerrero caballeroso.
Helena: Helena de Troya era la mujer más bella de Grecia, hija del dios Zeus y de Leda,
mujer del rey Tindáreo de Esparta. De niña fue raptada por el héroe Teseo, quien esperó el
tiempo necesario para casarse con ella, pero sus hermanos, Cástor y Pólux, la rescataron.
Más tarde, su fatal belleza fue la causa directa de la guerra de Troya. La historia de los
diez años de conflicto comenzó cuando las tres diosas Hera, Atenea y Afrodita le pidieron
al príncipe troyano Paris que eligiera a la más hermosa de ellas. Después de que cada una de
las diosas hizo lo posible por influir en su decisión, Paris otorgó la manzana de oro a
Afrodita, quien le había prometido el amor de una mujer de insuperable belleza. Poco
después, Paris zarpó hacia Grecia, donde lo recibieron cálidamente Helena y su marido,
Menelao, rey de Esparta. Lamentablemente Helena, la más bella de su sexo, fue el premio
destinado a Paris. Aunque vivía feliz con Menelao, cayó bajo la influencia de Afrodita y
permitió que Paris la persuadiera para fugarse con él, llevándosela fuera de Troya.
Menelao, entonces, convocó a los capitanes griegos para que lo ayudaran a rescatar a su
mujer y, con pocas excepciones, ellos respondieron a su convocatoria. Durante nueve años
de conflicto sin solución, Helena se sentó en su telar en el palacio de Troya tejiendo un
tapiz con su dolorosa historia. Entonces Paris y Menelao decidieron trabar un singular
combate entre los ejércitos opuestos y Helena fue citada para asistir al duelo. Cuando ella
se aproximaba a la torre, donde el anciano rey Príamo y sus capitanes estaban sentados, su
belleza era aún tan incomparable y su pena tan grande que nadie pudo sentir por ella más
que compasión. Cuando los griegos ya daban por hecha la victoria de Menelao, Afrodita
ayudó a Paris a escapar del enfurecido contendiente envolviéndolo en una nube y poniéndolo
a salvo en la cámara de Helena, donde ésta lo consoló. Después de la caída de Troya,
Menelao se reunió con su mujer y ambos salieron de Troya hacia su Grecia natal. Ellos, sin
embargo, habían disgustado a los dioses y, por tanto, varias tormentas los arrastraron de
una a otra costa del Mediterráneo, por lo que debieron detenerse en Chipre, Fenicia y
Egipto. Al llegar finalmente a Esparta, Menelao y Helena retomaron su reinado y vivieron
una situación de esplendor el resto de sus días. Tuvieron una hija, Hermíone.
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Helios: En Grecia, divinidad del Sol. Hijo de Hiparión y de Teia, sus hermanas eran la
Aurora y la Luna. Solía conducir un carro de fuego desde el que ejercía una suerte de
vigilancia sobre los hombres. Se casó con Perseis de la que tuvo muchos hijos famosos,
entre ellos: Circe, Eetes, Parsífae y Perses. Se le representaba en la figura de un joven de
gran belleza con la cabellera de oro.
Hera: Hija de Cronos y de Rea, y esposa de Zeus. Era muy celosa y le robó a Afrodita los
dardos del amor para retener a su marido. Compitió con Atenea y Afrodita por la manzana
de oro que recompensaba a la más bella, y como Paris no se la dio a ella favoreció a los
griegos en la guerra de Troya. Era la diosa principal del Olimpo. Hera era venerada en toda
Grecia. El principal rito se celebraba en recuerdo de sus bodas con Zeus. Entonces la
estatua de la diosa era adornada de adornos nupciales y luego había un desfile a lo largo del
cual se hacía la representación del rito nupcial. Los romanos la identificaron con Juno.
Representación: Cetro, Pavo Real, Diadema.
Heracles: Héroe conocido por su fuerza y valor así como por sus muchas y legendarias
hazañas. Su nombre romano es Hércules. Era hijo del dios Zeus y de Alcmena, mujer del
general tebano Anfitrión. Hera, la celosa esposa de Zeus, decidida a matar al hijo de su
infiel marido, poco después del nacimiento de Hércules envió dos grandes serpientes para
que acabaran con él. El niño era aún muy pequeño pero estranguló a las serpientes. Ya de
joven, mató a un león con sus propias manos. Como trofeo de esta aventura, se puso la piel
de su víctima como una capa y su cabeza como un yelmo. El héroe conquistó posteriormente
a una tribu que exigía a Tebas el pago de un tributo. Como recompensa, se le concedió la
mano de la princesa tebana Megara, con quien tuvo tres hijos. Hera, aún implacable en su
odio hacia Hércules, le hizo pasar un acceso de locura durante el cual mató a su mujer y a
sus hijos. Horrorizado y con remordimientos por este acto, Hércules se habría suicidado,
pero el oráculo de Delfos le comunicó que podría purgar su delito convirtiéndose en
sirviente de su primo Euristeo, rey de Micenas. Euristeo, obligado por Hera, le impuso el
desafío de afrontar doce difíciles pruebas, los doce trabajos de Hércules.
Hermafrodito: Su nombre significa "de ambos sexos". Era el hermoso hijo de Hermes y
Afrodita, que viajaba continuamente por todo el mundo. Una Ninfa se enamoró tan
locamente de él que durante un fuerte abrazo suplicó a los dioses que hicieran que sus
cuerpos quedaran unidos para siempre. Los dioses acataron el deseo de la Ninfa y crearon
así a un nuevo ser de dos sexos.
Hermes: Mensajero de los dioses, dios viajero (el que conduce a los muertos a los
infiernos). Los romanos lo llamaron Mercurio. Representación: Caduceo, gorro de viaje (a
veces con alas) y calzado con alas.
Hestia: Diosa griega del hogar y del fuego familiar; hija de Cronos y de Rea. Los romanos la
identificaron con Vesta.
Hidra: La Hidra (serpiente marina) de Lerna, era un monstruo aberrante, nacido de Tifón y
Equidna. Se cuenta que la crió Hera, bajo un plátano, junto a la fuente Amímone. La Hidra
de Lerna, era representada como una enorme serpiente, con entre cinco a cien cabezas, que
emergían de un hermoso cuerpo único.
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Las Horas: Diosas de origen helénico cuyas atribuciones fueron variando con el tiempo.
Diosas de la temperatura en un principio, pasaron a ser divinidades de las estaciones y, más
tarde, de las horas del día. Eran tres: Eunomía, Dike y Eirene, hijas todas de Zeus y de
Temis. Se las representaba en forma de tres graciosas muchachas con una flor en la mano.
León: El león era un monstruo, hijo de Ortro y Equidna y hermano de otro monstruo, la
conocida Esfinge de Tebas. Había sido criado por Hera (o por Selene y luego adoptado por
Hera) quien le envió a la zona de Nemea, donde sembró el miedo y el terror. Cumplida la
primera hazaña de Hércules que terminó con la muerte del león, Zeus lo colocó en las
constelaciones, para que así se recordara siempre esta proeza del héroe.
Iápeto: Uno de los titanes hijos de Urano y de la Tierra. Se casó con Climene, de la que
tuvo a Atlante, Menecio, Prometeo y Epimeteo.
Jasón: Hijo de Esón, rey de Yolco. Cuando Pelias, hermanastro de Esón, le arrebató el
trono, Jasón, legítimo heredero, aún un niño, fue enviado al cuidado del centauro Quirón.
Alcanzada la edad viril, volvió resueltamente a Grecia para recuperar su reino. Pelias simuló
estar dispuesto a dejar el trono, pero dijo que el joven debía emprender primero la
búsqueda del vellocino de oro, que era legítima propiedad de su familia. Pelias no creía que
Jasón pudiera salir airoso de esta búsqueda ni que regresara vivo, pero el joven supo burlar
todos los peligros que se le presentaron. Jasón reunió una tripulación de jóvenes heroicos
de todas partes de Grecia para que zarparan con él en la nave Argo. Después de un viaje de
inmensos peligros, los Argonautas llegaron a Cólquida, el país donde el rey Eetes guardaba
el vellocino de oro. Cuando consiguieron el vellocino y llegaron a Grecia, la tripulación se
dispersó, y Jasón y Medea entregaron el vellocino de oro a Pelias. En ausencia de Jasón,
Pelias había obligado a Esón a matarse y su madre había muerto de pena. Para vengar esas
muertes, Jasón le pidió ayuda a Medea; ésta engañó a las hijas de Pelias haciendo que
mataran a su padre y después ella y Jasón se fueron a Corinto, donde tuvieron dos hijos. En
lugar de demostrar gratitud a Medea por todo lo que le había dado, Jasón la traicionó,
casándose con la hija del rey de Corinto. Presa de la desesperación, Medea empleó sus
recursos de hechicera para matar a la novia. Después, temiendo que sus hijos pudieran
quedarse solos y que cualquier extraño los maltratara, ella los mató. Cuando el furioso
Jasón estaba dispuesto a matarla, ella escapó en un carro tirado por dragones.
Leto: Madre de Apolo y de Artemisa. Como habían sido engendrados por Zeus, la celosa
Hera juró que los hijos no nacerían en ningún lugar donde brillara el Sol. Poseidón levantó
una bóveda de agua sobre la isla de Delos y Leto pudo tener a los dos gemelos.
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Medusa: Frecuentemente se la llama Gorgona, aunque esto está mal dicho, ya que las
Gorgonas eran tres (Esteno, Euríale y Medusa). Poseía una cabellera de serpientes y ojos
cuya mirada podía convertir en piedra a las personas. Al ser muerta por Perseo, dio a luz a
Pegaso.
Memnón: Rey de Etiopía, hijo del príncipe troyano Titón y de Eos, diosa de la aurora. En el
décimo año de la guerra de Troya, Memnón llevó su ejército en auxilio de Troya. Luchó
valerosamente, pero acabó muerto por el héroe griego Aquiles. Para consolar a la madre de
Memnón, sin embargo, el dios Zeus lo hizo inmortal. Se dice que una colosal estatua cerca
de Tebas, en Egipto, representa a Memnón.
Nereida: El Océano tenía cincuenta nietas, e incluso cien, según otras versiones, todas
hijas de Nereo y Dóride, que representaban las olas del mar. Las Nereidas vivían en el
abismo marino, en el palacio de su padre y pasaban los días nadando o jugando con los
delfines o sentadas en tronos de oro cantando e hilando. Las más conocidas son Anfitrita,
Tetis (futura madre del héroe Aquiles), Psamatia (madre de Éaco) y Galatea. Homero,
Hesíodo, Higinio y Apolodoro, proporcionan listas diferentes con sus nombres y su número
varía entre 50 y 100. Eran de gran belleza y aunque en la mayoría de las leyendas su papel
es pasivo, a veces, como en la expedición de los Argonautas, eran de gran ayuda para los
marinos.
Nereo: Divinidad marina más antigua que Poseidón, hijo de Gea y de Ponto, que aparece en
numerosas leyendas relacionadas con el mar. Se casó con Dóride y fruto de su matrimonio
fueron las nereidas. Es un dios bienhechor y benévolo que habita en una cueva bajo el mar y
que posee el don de metamorfosearse en cualquier forma que desee.
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Néstor: Rey de Pilos, hijo de Neleo y Cloris. Desde temprana edad, fue un guerrero
sobresaliente que participaba en muchos de los grandes acontecimientos de su tiempo.
Tomó parte en la lucha de los lapitas contra los centauros, estuvo entre los cazadores del
jabalí en Calidón, y zarpó junto a los Argonautas en busca del vellocino de oro. Aunque ya
estaba entrado en años cuando comenzó la guerra de Troya, zarpó con los demás héroes
griegos contra Troya. Como había gobernado a tres generaciones, se le confirmó en su
cargo por su sabiduría y justicia, y sirvió además como prudente consejero de los griegos
durante la guerra. Después de la caída de Troya, Néstor volvió a Pilos, y recibió a Telémaco
cuando el joven fue a pedirle información sobre el destino de su padre, Odiseo.
Ninfa: Dícese de cada una de las divinidades secundarias, hijas de Zeus, que personificaban
las fuerzas de la Naturaleza. Eran las deidades de los bosques, los ríos, las fuentes, las
montañas, los árboles, etc. y recibían nombres especiales según la función que tuviesen
atribuida. Las más conocidas eran las Melíades, o ninfas de los fresnos, las Náyades, o
ninfas de las fuentes y de los ríos, las Nereidas, o ninfas del mar, las Oceánides, o ninfas
de las montañas, las Hamadríades, o ninfas de los árboles, etc. Se las representaba en la
forma de jóvenes de gran belleza y semidesnudas. Se les erigían templos y altares en los
bosques y junto a los ríos y las fuentes.
Océano: Deidad griega que personificaba el mar, a la cual llamaron los poetas "padre del
mundo". Era hijo de Urano (el Cielo) y de Gea (la Tierra) y tuvo por esposa a Tetis y por
hijos las fuentes, los ríos y tres mil diosas o ninfas, llamadas Oceánidas.
Pan: Dios pastoril de la mitología griega, mitad hombre, mitad macho cabrío. Asustaba a
hombres y animales con el sonido de su flauta. La flauta de Pan era un pequeño instrumento
de viento que antiguamente tocaban los pastores griegos y que según la tradición popular
fue inventada por Pan, dios de los pastores. Está construida con tubos de madera o caña de
distinta longitud y grosor que se unen mediante una cuerda. Tanto los poetas helénicos
como latinos hicieron de este instrumento un atributo inseparable de sus personajes
bucólicos.
Parcas: Eran las tres diosas que determinaban la vida humana y el destino. Conocidas como
Moiras en griego y como Parcae en latín, las Parcas asignaban a cada persona al nacer una
parte del bien y del mal, aunque la gente podía acrecentar el mal por su propio desatino.
Retratadas en el arte y la poesía como ancianas severas o como melancólicas doncellas, se
las representaba siempre como tejedoras. Cloto (la Hilandera hila el hilo de la vida),
Láquesis (la Distribuidora de Suertes), decidía su duración y asignaba a cada persona su
destino y Átropos (la Inexorable), llevaba las temibles tijeras que cortaban el hilo de la
vida en el momento apropiado. Las decisiones de las Parcas no podían ser alteradas, ni
siquiera por los dioses.
Paris: También llamado Alejandro, era hijo de Príamo y de Hécuba, rey y reina de Troya.
Una profecía había anticipado que Paris causaría la ruina de Troya y, por esa razón, Príamo
lo abandonó en el monte Ida, donde unos pastores lo encontraron y lo criaron. Estaba
cuidando a su oveja, cuando se suscitó una discusión entre las diosas Hera, Atenea y
Afrodita acerca de quién era la más bella. Las tres diosas le solicitaron que hiciera de juez.
Cada una de ellas intentó sobornarlo: Hera le prometió que lo haría soberano de Europa y
Asia, Atenea que le ayudaría a lograr la victoria de Troya contra los griegos, y Afrodita que
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le concedería la mujer más hermosa del mundo, Helena, la esposa de Menelao, rey de
Esparta. Paris eligió a Afrodita, aunque en realidad estaba enamorado de la ninfa Enone. Su
decisión hizo que Hera y Atenea se volvieran enemigas acérrimas de su país. Este hecho,
unido al rapto de Helena en ausencia de Menelao, desató la guerra de Troya. Al décimo año
del sitio de Troya, Paris y Menelao entablaron un combate singular cuerpo a cuerpo.
Menelao habría logrado fácilmente la victoria si no hubiera intervenido Afrodita, que
envolvió a Paris en una nube y lo llevó de vuelta a Troya pero, antes de la caída de la ciudad,
fue herido mortalmente por el arquero Filoctetes y acudió entonces a Enone, para que lo
curara con una droga mágica que tenía. Ella se negó pero, cuando Paris murió, decidió
suicidarse transida de pena.
Patroclo: Amigo del héroe Aquiles, a quien acompañó a la guerra de Troya. En el décimo año
del conflicto, Aquiles retiró del combate a sus tropas, los mirmidones, por una disputa con
Agamenón, capitán de las fuerzas griegas. Sin Aquiles, los griegos comenzaron a perder
frente a los troyanos. Finalmente, cuando éstos estaban a punto de quemar las naves
griegas, Patroclo persuadió a Aquiles para que le permitiera guiar a los mirmidones con el
objeto de librar a los griegos del desastre. Vestido con la armadura de Aquiles, Patroclo
condujo a los griegos a la victoria, forzando a los troyanos a retroceder hasta las murallas
de su ciudad. Sin embargo, en su máximo momento de gloria, Patroclo murió a manos del
capitán troyano, Héctor. Para vengar la muerte de su amigo, Aquiles reanudó la lucha y
mató a Héctor.
Pegaso: Era un maravilloso caballo alado que de acuerdo con el mito, surgió del cuello de la
gorgona Medusa, cuando Perseo le cortó la cabeza; del mismo cuello, surgió el héroe
Crisaor, que era como Belerofonte, hijo de Poseidón, con la diferencia de que Belerofonte,
nieto de Sísifo era mortal. Belerofonte pidió a su padre un caballo alado y este se lo
concedió. Pero no se encontraba la rienda para que sujetara al magnífico animal. Atenea le
regaló, entonces, una brinda de oro para domar el alado Pegaso. Luego de esto, el héroe
hizo sacrificios en honor de Poseidón y Atenea.
Peleo: Rey de los mirmidones de Tesalia, hijo de Éaco, rey de Egina. Tomó parte en la caza
del jabalí de Calidón y en el viaje de los Argonautas en busca del vellocino de oro, pero es
especialmente famoso por su matrimonio con Tetis, una de las nereidas, quien estaba
destinada a engendrar un hijo más poderoso que su padre. Aunque Zeus, padre de los
dioses, amaba a Tetis, deseaba que se casara con un mortal para que no se cumpliera con él
la profecía. Ayudado por los dioses, Peleo se quedó esperando a Tetis en la orilla y, a pesar
de sus transformaciones en fuego, agua y varios animales salvajes, él consiguió sostenerla
hasta que recuperó su forma original. Todos los dioses esperaban la boda, con excepción de
Eris, diosa de la discordia y la contienda quien, furiosa por ser excluida, arrojó en la
reunión una manzana de oro que decía "para la más hermosa". La adjudicación de la manzana
a Afrodita, diosa del amor, por parte del príncipe troyano Paris condujo a la guerra de
Troya. Tetis y Peleo eran los padres del héroe y guerrero griego Aquiles. Finalmente, Peleo
y Tetis fueron a vivir entre las nereidas. Peleo sobrevivió tanto a su hijo como a su nieto
Neoptolemo.
Penélope: Es una de las heroínas míticas cuya belleza radicaba más en el carácter y la
conducta que en el físico. Era hija de Icario, un príncipe espartano. Odiseo (Ulises), rey de
Ítaca, aspiraba a casarse con ella y derrotó a todos sus competidores. Cuando llegó el
momento de que la novia abandonara la casa de su padre, Icario, al que se le hacía
insoportable la idea de ver partir a su hija, trató de persuadirla para que se quedara con él
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y no acompañase a su esposo a Ítaca. Odiseo dejó que Penélope eligiera si quería quedarse o
marcharse con él. Penélope no contestó y dejó caer el velo sobre su rostro. Icario no
insistió más y cuando se hubo marchado levantó una estatua a la modestia en el lugar donde
ella partió. Odiseo y Penélope no habían disfrutado de su unión más que un año, cuando fue
interrumpida por los acontecimientos que reclamaron a Odiseo su participación en la guerra
de Troya. Durante su larga ausencia y cuando se tenían serias dudas sobre si aún vivía y se
consideraba altamente improbable su regreso, Penélope fue importunada por numerosos
pretendientes de los cuales era imposible librarse salvo eligiendo a uno de ellos como
marido. Penélope, en cualquier caso, empleó todos los trucos para ganar tiempo, esperando
aún el retorno de Odiseo. Uno de sus trucos fue la confección de una túnica para el palio
fúnebre del padre de su esposo, Laertes. Ella prometió elegir a uno de sus pretendientes
cuando estuviera terminada la túnica. Durante el día trabajaba en la tela, pero por la noche
deshacía el trabajo que había hecho por el día. Ésta es la famosa tela de Penélope, que se
usa como expresión proverbial para referirse a cualquier trabajo que se hace
constantemente, pero no se termina nunca.
Ponto: Personificación masculina del mar en la mitología griega. Era hijo de Gea y del Éter,
y de la relación incestuosa con su madre nacieron Nereo, Taumante, Euribia y Forcis.
Poseidón: Dios de los Mares, hijo de Cronos y de Rea. Tenía su palacio en el fondo del mar.
Era también el dios de los temblores de tierra. Sus atributos eran el tridente y el caballo.
Los romanos lo asimilaron con Neptuno. Representación: Tridente (solo o acompañado de un
carro de concha marina y acompañado de Tritones y Nereidas y peces o delfines).
Príamo: Rey de Troya. Fue padre de 50 hijos, entre los que sobresale el gran guerrero
Héctor, y de 50 hijas, entre ellas la profetisa Casandra. Cuando era joven, Príamo luchó con
los frigios contra las amazonas, pero en la época de la guerra de Troya era demasiado viejo
para guerrear. El conflicto comenzó cuando los griegos se propusieron rescatar a Helena,
que había sido raptada por Paris, el hijo de Príamo. Durante los diez años de combate,
Príamo asistió ansiosamente al desarrollo de la batalla desde los muros de Troya con su
mujer, la reina Hécuba. Después de la muerte de su hijo Héctor a manos del héroe griego
Aquiles, Príamo se dirigió al campo griego para recuperar el cuerpo de Héctor. Aquiles
perdonó la vida a Príamo y le entregó el cadáver de su hijo para que recibiese sepultura,
pero durante el saqueo de Troya, Neoptolemo, hijo de Aquiles lo mató.
Prometeo: Titán que robó el fuego del cielo para entregarlo a los hombres. Fue atado por
orden de Zeus a una roca en el Cáucaso y un águila se le comía el hígado, que le crecía de
nuevo. Hércules le salvó matando al águila.
Quimera: Nació de la unión de Tifón y Equidna, y tenía aspecto de cabra y león. Se dice que
tenía muchas cabezas de cabra y una de león, y una serpiente en lugar de cola. De horrible
aspecto, lanzaba llamas de sus bocas y narices. Devastaba los cultivos y provocaba muchos
desastres. Quimera era tan peligrosa que Jóbates estaba seguro de enviar a Belerofonte a
una muerte segura, al enviarlo a matarla.
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Rea: Una de las Titánides, hijas de Gea y de Urano. Se casó con Cronos, soberano del
mundo, a quien un oráculo había advertido que uno de sus hijos le destronaría. Para evitar el
peligro, Cronos devoraba a todos los hijos que Rea daba a luz. Cuenta Hesíodo que la
Titánide logró salvar la vida de Zeus escondiéndole en Creta y entregando a su marido, para
que la devorase, una piedra envuelta en pañales. En Roma, Rea fue asimilada a Cibeles.
Sátiros: Los Sátiros, llamados también Silenos, son demonios de la naturaleza. Tienen
cuerpo de hombre, patas de chivo o de caballo, y cola. Sus oídos a menudo parecen de
animal, como son los de Marsias, el Sátiro más famoso. En muchas de sus representaciones
predomina el elemento humano incluso en las extremidades inferiores. Estos demonios
formaban el séquito del dios Dionisio.
Apolo y Marsias: Apolo y Marsias tuvieron una competición musical, con la condición de que
el vencedor haría lo que quisiera con el vencido. Apolo venció y, enfadado porque el sátiro
se hubiera atrevido a competir con él, lo desolló vivo.
Sirenas: Cualquiera de las ninfas marinas, con busto de mujer y cuerpo de ave o pez. Con su
canto atraían a los navegantes hacia los escollos para que perecieran contra las rocas y
devorar sus cadáveres.
Sísifo: Era hijo de Eolo y el humano más astuto y decidido que haya existido jamás en la
Tierra. Cometió multitud de picardías tanto en el Alto como en el Bajo Mundo (Hades). Por
esto, está en el Bajo Mundo, condenado eternamente, a empujar una roca hasta lo alto de
una colina; en cuanto llegue a la cima, la roca rueda de nuevo a la base y Sísifo está obligado
a empujarla otra vez hacia arriba. El autor francés, Albert Camus escribió su obra "El mito
de Sísifo", inspirado en este personaje. De aquí viene una teoría filosófica que dice que lo
que le pasa a Sísifo, es lo que le pasa a la humanidad, que nunca llega al punto alto, que toda
su vida es una cuesta arriba interminable.
Taumante: Hijo de Ponto y de Gea. Era hermano de Nereo y esposo de Electra, con la que
tuvo a las Harpías y a Iris.
Temis: Hija de Urano y Gea, esposa de Zeus, fue madre de las Horas y las Parcas.
Representada con la espada en una mano y la balanza en la otra, personificó el espíritu de
justicia.
Tetis: Diosa del mar, hija de Urano y de Gea, y esposa de Océano. Personificaba la
fecundidad marina. Era madre de las Oceánidas, las fuentes y los ríos. Nereida, a la que los
dioses obligaron a casarse con el mortal Peleo, sabedores que de ella nacería un hijo
superior a su padre. De esta unión nació Aquiles.
Teucro: Nombre de dos héroes, uno troyano y el otro griego. Teucro, el troyano, era hijo
del dios del río Escamandro y de la ninfa Idea, y fue el primer rey de Troya. Se cree que
era un héroe inventado por los teucros, fundadores de la ciudad. Teucro, el griego, era hijo
de Telamón, rey de Salamina, y de Hesíone, hija del rey Laomedonte de Troya. Acompañó a
su hermanastro Áyax a la guerra de Troya, en la que se distinguió como arquero. Después
de la guerra, su padre lo desterró por no haber impedido la muerte de Áyax, así que zarpó
hacia la isla de Chipre y allí fundó otra Salamina.
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Tía: Ninfa, hija del dios río Céfiro. Amada por Apolo concibió a Delfo, epónimo de la ciudad
de Delfos. Introdujo los cultos de Dionisio en el Parnaso.
Titán: Gigante que había querido atacar el cielo. Según la mitología griega vivía condenado
en los Infiernos por Zeus, el padre de los dioses. En la mitología griega, los titanes son los
descendientes de Urano y de Gea.
Odiseo: Héroe griego, gobernador de la isla de Ítaca y uno de los jefes del ejército griego
durante la guerra de Troya. Su nombre latino es Ulises. En las obras de los escritores
clásicos posteriores, especialmente en las del poeta griego Píndaro, el dramaturgo griego
Eurípides y el poeta romano Virgilio, Odiseo aparece caracterizado como un político
cobarde e intrigante.
Urano: Uno de los dioses más antiguos de la mitología griega. Personificaba al Cielo y su
ascendencia era descrita diferentemente según las leyendas. De su matrimonio con Gea
nacieron los Titanes, las Titánides, los Cíclopes y los Hecatonquires. Descontenta con su
marido, Gea proporcionó a su hijo menor Cronos una hoz con la que éste cortó los testículos
de su padre. Allí donde se derramó la sangre de Urano la tierra se volvió
extraordinariamente fecunda. Es difícil señalar el papel exacto de Urano en el conjunto de
la mitología, pues sus leyendas fueron ampliadas y variadas durante toda la Antigüedad.
Vellocino de oro: Es el vellocino del carnero alado Crisomalo. El dios Hermes había enviado
el carnero para rescatar a Frixo y Hele, los dos hijos del rey griego Atamante y de su
mujer, Néfele. Atamante, indiferente a su mujer, tomó a Ino, la hija del rey Cadmo, como
segunda mujer. Ino odiaba a sus hijastros, especialmente a Frixo, porque deseaba que su
propio hijo heredara el trono. Dándose cuenta de que sus hijos corrían grave peligro a
causa de los celos de su madrastra, Néfele imploró ayuda a los dioses. Hermes lo envió a
Crisomalo, el carnero alado, cuyo vellocino era de oro. El carnero arrebató a los niños y los
montó en su lomo. Elevándose por los aires, voló hacia el Este, pero cuando estaba cruzando
el estrecho que separa Europa de Asia, Hele resbaló y cayó al agua. El estrecho donde ella
se ahogó recibió su propio nombre: mar de Hele o Helesponto. El carnero llevó a Frixo sano
y salvo hasta Cólquide, un país sobre el mar Negro que gobernaba el rey Eetes, que lo
recibió cumpliendo con las normas de la hospitalidad y el huésped, agradecido a los dioses
por haberle salvado la vida, sacrificó a Crisomalo en el templo del dios Zeus ofreció el
precioso vellocino de oro a Eetes, quien lo colocó en un bosquecillo sagrado bajo la mirada
atenta de un dragón que nunca dormía. Muchos años después, los Argonautas, conducidos
por el primo de Frixo, el héroe griego Jasón, recuperaron el vellocino con la ayuda de la hija
del rey Eetes, la hechicera Medea quien, enamorada de Jasón, hizo que el dragón se
durmiera.
Vientos: Los vientos eran Bóreas o Aquilo, el viento del Norte; Céfiro o Favonio, el del
Oeste; Noto o Austar, el del Sur, y Euro el del Este. Los dos primeros fueron los más
celebrados por los poetas; el primero como ejemplo de rudeza y el segundo de suavidad.
Bóreas amaba a la ninfa Orithyia e intentó hacer el papel de enamorado, pero no tuvo
mucho éxito. Le resultaba muy difícil soplar suavemente y no digamos suspirar. Al final,
cansado de tantos esfuerzos infructuosos, actuó según su verdadero carácter; se apoderó
de la doncella y la raptó. Tuvieron dos hijos: Zetes y Calais, guerreros alados que
acompañaron a los argonautas en su expedición e hicieron un buen trabajo enfrentándose a
esos monstruosos pájaros, las Arpías. Céfiro estaba enamorado de Flora.
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Zeus: Dios griego del Olimpo. Adorado como dios de la lluvia, del rayo y del trueno.
Guardián de la Ley y protector de la Justicia y de la Verdad. Estaba casado con Hera,
aunque tuvo muchas amantes. Los romanos lo asimilaron con Júpiter. Zeus era venerado por
todos los Helenos con ritos y sacrificios. Dondequiera que hubiese algún heleno siempre
había un héroe local, hijo de Zeus, por lo que los honores recibidos por el padre de los
dioses por todas partes eran realmente únicos. Representación: Águila, Cetro, Corona,
Rayo, Barba.