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PROCESAMIENTO AUDITIVO CENTRAL

EN ADULTOS MAYORES

Lic. Aldana Maricel Góngora

Estrategia Audiológica II
2018
ÍNDICE
Introducción 2

Marco Teórico 3
Aspectos Anatomofisiológicos 3
Fisiología de la audición 3
Vía auditiva: De la cóclea a la corteza cerebral 3
La presbiacusia 5
Definición 5
Características de la presbiacusia 6
Clasificación 6
Procesamiento Auditivo Central (PAC) 7
Definición 7
Desorden en el PAC 8
Manifestaciones conductuales (sintomatología) 9
Evaluación 9
Investigación del procesamiento auditivo 10
Historia Clínica 10
Examen de la Función Auditiva Periférica 10
Evaluación de las Funciones Auditivas Centrales 10
Evaluación comportamental 11
Exposición de Casos Clínicos12 12
Caso Clínico I 12
Caso Clínico II 15
Caso Clínico III 16
Transferencia interhemisférica 19
Pérdida de la Audición y Deterioro Cognitivo 20
Audífonos cognitivos 21

Conclusión 23

Bibliografía 24

1
Introducción
A medida que envejecemos, nuestro cuerpo también. Específicamente hablando del oído,
cuando hay pérdida auditiva por rotura o desgaste de las células ciliadas de la cóclea (en el
oído interno), se dice que la pérdida de audición está ligada con la edad, a esto se lo llama:
"presbiacusia". Sin embargo, a través de estudios científicos, se ha concluído que el
envejecer hace además, que se dificulte el procesamiento auditivo del habla.

Si un individuo se ve desprovisto de audición y estuviera desconectado del mundo, su


cognición se vería afectada. Ahora bien, podemos escuchar (o tener una pérdida auditiva y
usar equipamiento auditivo) pero no entender lo que se está diciendo, es decir, no
procesarlo. Esto conlleva a un aislamiento con el entorno y un posterior deterioro cognitivo.
El cual está provocado por una falta de neuroplasticidad auditiva. ¿Cómo podríamos
resolver esto? A través de audífonos cognitivos.

2
Marco Teórico

Aspectos Anatomofisiológicos

Fisiología de la audición

La audición es esencial, sirve de base para la comunicación verbal, la forma más común de
interacción social. El deterioro auditivo y la pérdida de la audición representan
incapacidades que limitan la comunicación eficaz. El proceso de audición comienza cuando
las ondas sonoras llegan a la membrana timpánica que se localiza en el final del conducto
auditivo externo. La vibración consiguiente de la misma, convierte las ondas en energía
mecánica a través del movimiento de los huesecillos del oído medio (yunque, martillo y
estribo). Esta energía mecánica se transforma en energía eléctrica en del oído interno. Al
estimularse las células sensoriales de la cóclea, la energía eléctrica se transforma en
impulsos nerviosos. Éstos son transmitidos por las fibras del VIII par a los núcleos cocleares
del tronco cerebral. Las células cocleares los proyectan hacia múltiples puntos sinápticos
del tronco cerebral y el tálamo antes de transmitirlos a la corteza auditiva primaria, en la
circunvolución de Heschl, que se localiza en la superficie superior del lóbulo temporal. Los
impulsos auditivos viajan desde la corteza auditiva primaria y secundaria hasta el área de
Wernicke (lenguaje asociativo). En estas áreas de centros superiores las señales auditivas
se analizan e interpretan como mensajes significativos específicos del lenguaje, y tiene
lugar la comprensión del lenguaje hablado.1

Vía auditiva: De la cóclea a la corteza cerebral


Los estímulos auditivos, traducidos en energía eléctrica por las células ciliadas del órgano
de Corti, son conducidos hasta los centros analizadores superiores de la corteza temporal a
través de una vía específica. La vía auditiva es un camino complejo con diversas estaciones
sinápticas y frecuentes conexiones y cruces (decusaciones).
Clásicamente, se ha descrito la vía auditiva en tres estaciones sinápticas principales, si
bien, además, entre las estaciones sinápticas segunda y tercera de la vía existen otras
localizadas en el complejo olivar superior, en los núcleos del lemnisco lateral y en el
tubérculo cuadrigémino posterior (colículo inferior).

3
La primer neurona de la vía se halla en el ganglio espiral de Corti, sus células son bipolares.
Su prolongación dendrítica nace en el extremo basal de las células ciliadas, mientras que su
axón emerge por el conducto auditivo interno para constituir el nervio auditivo que, junto al
nervio vestibular, forman el nervio estatoacústico (VIII par craneal). El mismo, tras un breve
recorrido entre la protuberancia y el cerebelo (ángulo ponto-cerebeloso), penetra por el
surco bulbo-protuberancial en el tronco del encéfalo, donde los axones van a buscar los
núcleos cocleares bulbares. Éstos núcleos bulboprotuberanciales denominados cocleares
ventral y dorsal constituyen la segunda neurona. Estos núcleos presentan una organización
espacial de frecuencias y reciben sinapsis inhibitorias y excitatorias. Aparentemente actúan
como primer centro de integración de la información. Las fibras originadas en el núcleo
coclear ventral homolateral y contralateral arriban a un conglomerado de núcleos que recibe
el nombre de complejo olivar superior. Precisamente por recibir fibras directas y cruzadas,
se cree que el complejo olivar superior desempeña un importante papel en la localización
del sonido. Desde estos núcleos, también, parten vías de integración hacia los núcleos
motores del V y VII par craneal, lo que explica el reflejo de orientación de la cabeza y los
ojos en la dirección de la fuente sonora. Los axones que nacen de los núcleos olivares
constituyen el lemnisco lateral (cinta de Reil) que hace sinapsis con el tubérculo
cuadrigémino inferior (colículo inferior). Las últimas neuronas (tercera neurona en la
concepción clásica de la vía) están localizadas en el núcleo geniculado medial del tálamo.
Este núcleo no sólo desempeña el papel de conexión sináptica, sino que tiene además
funciones integradoras auditivas. Los axones de las neuronas del núcleo geniculado medial
forman la radiación acústica de Pfeiffer, que se va a dirigir al labio inferior de la cisura
horizontal de Silvio, lugar que ocupan los centros analizadores corticales del sonido en las
áreas 21, 22, 41 y 42 de Brodman. El paso de un potencial eléctrico por la vía coclear se
puede detectar, constatando los potenciales evocados auditivos (PEA).2,3

4
Figura 1. Representación esquemática de la vía auditiva central.

La presbiacusia

Definición
Se define la presbiacusia como el envejecimiento “normal” del oído, por oposición a la
sordera como causa de una patología. Al ser una pérdida gradual de la audición algunas
personas no son conscientes inmediatamente del cambio. Esta pérdida de la capacidad de
audición, suele iniciarse a partir de los 40 años, aproximadamente uno de cada tres adultos
de más de 60 años de edad tiene pérdida de la audición y la mitad de las personas mayores
de 75 años de edad también la presentan. La audición es el primer sentido en ser afectado,
así como fue el primero en estar activo desde antes del quinto mes de gestación. En su
momento, gracias a él se pudo integrar el lenguaje, el conocimiento y la percepción de todo
el mundo exterior. Un oído que antes era dinámico y que de repente ya no hace el esfuerzo
por ejercitar sus músculos y pequeños huesecillos, pierde sus funciones, entre ellas la
escucha. En síntesis, “el oído envejecido no vuelve a la gente sorda, sino malos escuchas”.
Oyen pero no comprenden bien y esa situación tiende a empeorar porque más adelante

5
perderán además el control de la palabra. Cuando deseen hablar tendrán problemas para
encontrar la palabra justa, y cuando ésta llegue, la idea ya se habrá ido.

Características de la presbiacusia
Los síntomas de la presbiacusia pueden parecerse a los de otras condiciones o problemas
médicos, entre los más relevantes se encuentra:
– El habla de los demás suena entre dientes o mal articulada.
– Los sonidos de tono alto, tales como la “s” son difíciles de distinguir.
– Las conversaciones son difíciles de entender, sobre todo cuando hay ruido de fondo.
– Las voces de los hombres son más fáciles de oír que las de las mujeres.
– Algunos sonidos parecen demasiado ruidosos y molestos.
– Se puede sufrir de zumbido en uno o ambos oídos.

Hay muchas causas para la presbiacusia, pero con mayor frecuencia ocurre debido a
cambios relacionados con la edad:
• En el oído interno.
• En el oído medio.
• A lo largo de los vías nerviosas del cerebro.

Otros factores que contribuyen a la presbiacusia son los siguientes:


• Efectos acumulativos de ruidos ambientales.
• Pérdida de células del órgano de Corti (receptores sensoriales en el oído interno).
• Factores hereditarios.
• Envejecimiento.
• Salud.
• Efectos secundarios de algunos medicamentos.

Clasificación
Schuknecht (1955) describió cuatro tipos de presbiacusia, las cuales son:

Tipo sensorial Caída frecuencias agudas Atrofia de células ciliadas de


espira basal

Tipo neural Caída oblicua de fr. Agudas Pérdida de población neural

6
Tipo estrial Afectación global Atrofia de la estría vascular

Tipo conductivo-coclear Curva descendente Pérdida de elasticidad de la


diagonal mb. Basilar. Atrofia del
ligamento espiral.

Según esta descripción de Schuknecht, las alteraciones morfológicas de la presbiacusia se


localizarían en el oído interno y ganglio espiral.

A estos estudios hay que añadir otros que hablan de la desintegración dependiente de la
edad de las porciones neurales y centrales de las vías auditivas incluyendo las funciones
auditivas superiores:

- Alteración de la sumación binaural Matzer, (1962).


- Compromiso de la discriminación del habla dicótica. Hennebert (1955), Feldmann
(1962).
- Reducción de la audición direccional y de la discriminación de diferencias
interaurales en tiempo e intensidad. Matzer (1962).
- Disminución de la discriminación de la palabra distorsionada o modificada. Bocca
(1955).
- Estas alteraciones a nivel de vía auditiva, genera una dificultad en el procesamiento
auditivo central, el cual según Katz (1992) se refiere a “lo que nuestro cerebro hace
con lo que nuestros oídos escuchan”, esta dificultad impide que la información
recibida sea procesada de forma adecuada a nivel cerebral.4

Procesamiento Auditivo Central (PAC)

Definición
En 1996, la American Speech-Language-Hearing Association5 definió el término
procesamiento auditivo central como “todos aquellos procesos y mecanismos auditivos
responsables de los siguientes fenómenos conductuales: localización y lateralización del
sonido, discriminación auditiva, reconocimiento de los aspectos temporales de la audición
(resolución, enmascaramiento, integración y ordenamiento), desempeño auditivo frente a
determinadas señales acústicas competitivas y frente a condiciones de degradación de la

7
señal acústica. Todos estos procesos y mecanismos son aplicables, tanto a señales
verbales como no verbales”.
El SNC reconoce e interpreta los sonidos a su alrededor valiéndose de las siguientes
habilidades auditivas centrales:
Localización y lateralización del sonido: a cargo del complejo olivar superior donde se
cruzan las vías auditivas de ambos oídos. Se comparan diferencias de tiempo e intensidad
entre la información que ha alcanzado un oído y otro. Es decir, habilidad que permite saber
el lugar de donde proviene la señal acústica en relación a la posición del oyente en el
espacio y si el sonido proviene de derecha o izquierda.
Discriminación auditiva: es la habilidad que permite diferenciar sonidos de distinta
frecuencia, duración e intensidad.
Reconocimiento de patrones auditivos: consiste en reconocer los patrones
suprasegmentales (entonación y prosodia) así como la longitud del enunciado. Es una
habilidad, que permite reconocer patrones de distintas frecuencias, duración, intensidad y
timbre.

Desorden en el PAC
En el año 2000 se definió en la conferencia de Bruton (UJD/Callier Center Concensus
Conference) al DPAC como un déficit en el procesamiento de la información relacionada en
forma específica a la modalidad auditiva, el cual puede verse exacerbado en ambientes en
donde las condiciones acústicas son desfavorables. Estos trastornos pueden o no, estar
asociados a dificultades auditivas, de comprensión del habla, desarrollo del lenguaje y
aprendizaje.6

Desórdenes del PAC han sido observados en diversas poblaciones de pacientes, incluidos
aquellos en donde se sospecha de una patología en el sistema nervioso central o un
desorden del desarrollo neural (Ej.: dislexia, trastornos de aprendizaje, trastornos de
lenguaje, déficit atencional), es así como también en aquellos en donde un deterioro del
sistema nervioso es evidente (Ej: afasia, esclerosis múltiple, epilepsia, trauma cerebral,
tumores, enfermedad de Alzheimer). También se ha detectado un DPAC en adultos
mayores, presumiblemente debido a cambios neurológicos no patológicos asociados con la
edad.7

8
Manifestaciones conductuales (sintomatología)
Existen diversas conductas que pueden observarse en pacientes que poseen un DPAC. Es
importante destacar que varias de las mismas no son exclusivas de este desorden, ya que
pueden presentarse también en otros déficits, como lo son: trastorno atencional, pérdida
auditiva, problemas conductuales y dificultades de aprendizaje o dislexia. Por esta razón, no
es recomendable asumir la presencia de un DPAC sólo con la observación de una o más de
estas conductas; sí deben considerarse como conductas de riesgo para ser referido para
una evaluación más completa. Cabe aclarar por lo tanto, que no se puede realizar un
diagnóstico definitivo de un trastorno de audición central hasta que no se haga la prueba de
audición especializada y se hayan descartado otras etiologías.

Tabla 1. Conductas observadas en pacientes con DPAC

● Dificultad para comprender o escuchar en situaciones ruidosas.


● Dificultad para seguir conversaciones largas.
● Dificultad para mantener conversaciones telefónicas.
● Dificultad para aprender una idioma o vocabulario nuevo.
● Dificultad para recordar información hablada (es decir, déficit de memoria
auditiva).
● Dificultad para tomar apuntes, dictados.
● Dificultad para mantener la atención en una actividad, si existen ruidos en el
ambiente.
● Dificultad con la organización.
● Dificultad para seguir instrucciones con varios pasos.
● Dificultad para dirigir, mantener o dividir la atención.
● Dificultad en la lectoescritura.
● Dificultad en el procesamiento de información, señales no verbales (ej., falta de
apreciación musical).

(Fisher, 1976; Kelly, 1995; Smoski, Brunt, & Tannahill, 1992; Willeford & Burleigh, 1985).

Evaluación
¿Cómo determinar que el paciente tiene un déficit auditivo a nivel cerebral?

9
Una forma de distinguir una pérdida auditiva periférica, de una central, es evaluando el
desempeño de cada oído a través de pruebas que estudian las funciones auditivas. Esto se
evidencia cuando el rendimiento de un oído es mejor, si bien la audición periférica en los
resultados audiométricos es simétrica. O, en el caso de pérdidas asimétricas, presentar
peor rendimiento del oído que tiene una mejor audición periférica. Esto podría explicar un
compromiso central de la audición.8

Investigación del procesamiento auditivo

Historia Clínica

Debe iniciarse con una historia clínica, en donde se recopila información proporcionada por
el sujeto. Esto es, antecedentes familiares y mórbidos relevantes al PAC (TEC, ACV,
Epilepsia, Otitis Recurrentes, etc.), medicación, consumo de alcohol y/o drogas. También,
debemos reunir datos del desarrollo neuromotor y lenguaje; factores emocionales,
lateralidad manual, escolaridad e inserción sociocultural. Finalmente, es importante conocer
el comportamiento auditivo ante estímulos externos, si existe dificultad para memorizar
información, seguir órdenes verbales, etc.

Examen de la Función Auditiva Periférica

Se continúa con un examen de la función auditiva periférica, considerado como prerrequisito


a la evaluación auditiva central. Éste debe incluir audiometría tonal liminar, logoaudiometría,
medidas de la admitancia acústica (timpanometría y reflejo estapediano ipsi y contralateral);
con el fin de descartar cualquier alteración en la agudeza auditiva.

Evaluación de las Funciones Auditivas Centrales

Dentro de la evaluación de las funciones auditivas centrales es necesario realizar:


a) Técnicas de imagen con la finalidad de describir la anatomía de las estructuras
comprometidas en el PAC (Zenker y Barajas 2003) 9. Asimismo, pretende confirmar o
descartar daño en la vía auditiva. Dichas técnicas son la Tomografía Axial
Computarizada (TAC) y la Resonancia Nuclear Magnética (RNM).

b) Pruebas electrofisiológicas, los potenciales evocados auditivos de tronco cerebral o


PEATC que se usan para la detección de patologías del nervio auditivo y del tronco
encefálico (Zenker y Barajas 2003). Además, existen otras como los potenciales de

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latencia media o los potenciales evocados tardíos, que evalúan el funcionamiento en
partes más altas del tallo cerebral (Schminky y Baran, 1999) 10.

c) Evaluación comportamental, que está a cargo de un fonoaudiólogo especialista en


PA(c) y se realiza en una cabina sonoamortiguada con un audiómetro de dos
canales, reproductor de CD y Cd con las pruebas conductuales. Estas pruebas
comportamentales son clasificadas de acuerdo a los siguientes parámetros:

i) Pruebas de procesamiento temporal.


ii) Pruebas de cierre auditivo.
iii) Pruebas de integración y disociación binaural.
iv) Pruebas de interacción binaural.

Evaluación comportamental

1. Pruebas de procesamiento temporal:


Estas pruebas evalúan todos aquellos aspectos relacionados con el tiempo de una
señal acústica (por ejemplo duración). El procesamiento temporal es crítico en una
amplia variedad de situaciones de la vida cotidiana, principalmente con la percepción
del habla y de la música. Por ejemplo, la percepción de una melodía depende de la
habilidad del individuo para percibir el orden de las diferentes notas o acordes así
como para determinar si las frecuencias de las notas o acordes son ascendentes o
descendentes en relación con las notas adyacentes. En la percepción del habla esta
habilidad es necesaria para la discriminación, por ejemplo para la diferenciación de
las palabras "taza" y "casa". En la actualidad se utilizan pruebas de patrones de
frecuencias, de patrones de duración y de detección del gap (Gap Detection). Dentro
de este grupo se puede mencionar el Test de Patrones de Frecuencia (PPS).3,11
2. Pruebas de cierre auditivo:
Los individuos auditivamente normales son capaces de completar el mensaje y
lograr discriminar incluso cuando porciones de la señal auditiva se encuentra
ausentes o distorsionadas (closure auditivo). Esta función se encuentra afectada en
un número importante de pacientes que presentan un DPAC. Modificaciones
electroacústicas como alteraciones temporales, frecuenciales o de intensidad
producen una disminución principalmente de la redundancia extrínseca. Es muy
frecuente que en los individuos que presentan un DPAC se observe un buen
rendimiento en la discriminación auditiva en condiciones ideales (ambiente

11
relativamente tranquilo), sin embargo aparecen problemas significativos ante una
señal con algún tipo de distorsión. Dentro de las pruebas más utilizadas
encontramos: ‘Prueba de discriminación en ruido’ (identificación de ítems verbales
junto con ruido blanco en el mismo oído), ‘Prueba de habla filtrada’ (disminución de
la redundancia de una lista de palabras mediante la utilización de un filtro
pasabajos), ‘Prueba de compresión del habla’ (los estímulos verbales se modifican
mediante la supresión de porciones de la señal original, los ítems se presentan de
forma monoaural).3,7
3. Pruebas de integración y disociación binaural:
La integración binaural se evalúa a través de pruebas de escucha dicótica. Estas
pruebas consisten en la presentación simultánea de estímulos diferentes en cada
oído, y evalúan las habilidades de integración y disociación binaural. Ellas son,
‘Prueba de números dicóticos’ (el paciente debe repetir una serie de cuatro números
presentados simultáneamente en ambos oídos, dos pares de números en cada oído)
y ‘Prueba de sílabas dicóticas’ (que consiste en presentar grupos fonémicos
modificando el tiempo de ataque entre los pares). La pruebas más utilizadas son:
SSW, dígitos dicóticos, disílabos, etc. 3,7
4. Pruebas de interacción binaural:
En estas pruebas los estímulos se presentan en forma dicótica, y en forma
asincrónica, secuencial o en porciones. Evalúan la habilidad de las estructuras
inferiores del cerebro (tronco cerebral) para integrar la información auditiva.
Dentro de las pruebas utilizadas tenemos la prueba de fusión biaural, la ’Prueba de
la diferencia en intensidad enmascarada “Masking Level Difference”, que consiste
en presentar un tono pulsátil en forma dicótica y en presencia de un ruido contínuo
de banda ancha, el paciente debe de indicar cada vez que percibe el tono y la
Prueba de Percepción del Habla Rápidamente Alternada (Rapidly AlternatingSpeech
Perception, Willeford, 1976).3,7

Exposición de Casos Clínicos12

Caso Clínico I

Paciente de 70 años, sexo femenino, derivada por hipoacusia de 1 año de evolución en oído
izquierdo. Señala que presenta dificultad para entender las conversaciones. Examen

12
otorrinolaringológico normal. Se le indica examen de audiometría y prueba de audífonos.
Figura 1 (no se gráfica umbral óseo)/Tabla 1/1 a. Así mismo se realiza la prueba Staggered
Spondaic Word Test versión español (SSW-VE, AUDITEC, ver Anexo N°1). Obteniéndose
los resultados que se pueden observar en la Figura 2. Se observa una hipoacusia
sensorioneural bilateral (HSN) simétrica moderada descendente, la discriminación auditiva
(disílabos) se encuentra conservada en forma bilateral según umbrales auditivos.

Figura 1. Audiometría Caso Clínico I

Tabla 1. Discriminación

13
Figura 2. Errores según condición de evaluación (SSW-VE)

En relación con la prueba de audífonos se evidencia un buen rendimiento (%) en la


evaluación con y sin lectura labial en ambos oídos. Tabla 2.

Tabla 2. Prueba de audífonos I

La prueba SSW-VE evidencia valores fuera de rangos de normalidad (porcentajes de error)


(Soto, 2002) en todas las condiciones de evaluación. Se observa un mayor número de
errores en las condiciones en donde el oído izquierdo es evaluado (izquierdo competitivo,
IC/izquierdo no competitivo, INC). Porcentajes de errores sin corregir (R-SSW) aumentados,
valores corregidos según pérdida auditiva (C-SSW) aumentados para la edad. Debido a lo
anterior la evaluación es sugerente de una disfunción en el procesamiento auditivo. Por lo

14
tanto se sugiere la adaptación de un audífono en el OD con la finalidad de tener un mejor
rendimiento comunicativo.

Caso Clínico II

Paciente, sexo masculino de 76 años. Consulta por evaluación auditiva para el uso de
audífonos. Examen otorrinolaringológico normal. Se realiza audiometría. Se realiza SSW -VE
(AUDITEC). Se observa una hipoacusia sensorioneural simétrica bilateral leve (Figura 3, no
se gráfica umbral óseo), la discriminación auditiva se encuentra conservada en forma
bilateral (disílabos) (Tabla 3).

Figura 3. Audiometría Caso Clínico II

Tabla 3. Discriminación

Se observa un mayor número de errores en las condiciones en donde el oído izquierdo es


evaluado (izquierdo competitivo, IC/izquierdo no competitivo, INC). Porcentajes de errores
sin corregir (R-SSW) aumentados, valores corregidos según pérdida auditiva (C-SSW)

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aumentados para la edad (Figura 4). Debido a lo anterior la evaluación es sugerente de una
disfunción del procesamiento auditivo. Se sugiere adaptación de audífono en OD.

Figura 4. Errores según condición de evaluación (SSW-VE)

Caso Clínico III

Paciente, sexo femenino de 43 años. Consulta por evaluación auditiva para el uso de un
audífono. Examen otorrinolaringológico normal. Se realiza audiometría y prueba de audífono
(Tabla 6). Así mismo se realiza SSW-VE (AUDITEC). Se observa una HSN simétrica
bilateral moderada (Figura 5, no se gráfica umbral óseo), la discriminación auditiva se
encuentra conservada en forma bilateral (disílabos) (Tabla 5).

16
Figura 5. Audiometría Caso Clínico III

Tabla 4. Discriminación

Tabla 5. Prueba de audífonos II

La prueba SSW-VE evidencia valores dentro de rangos de normalidad (Soto, 2002) en


todas las condiciones de evaluación. Porcentajes de errores sin corregir (R-SSW) y

17
corregidos (C-SSW) dentro de valores de normalidad para la edad (Figura 6). Se descarta
una disfunción en el procesamiento auditivo.

Figura 6. Errores según condición de evaluación (SSW-VE)

En el caso I se puede observar un número de errores fuera de los rangos de normalidad lo


que evidenciaría una disfunción auditiva central. En el caso II también se observan valores
de errores fuera de rango normales, a pesar de presentar una audición periférica cerca de
valores de normalidad.
En el caso III los resultados obtenidos son sugerentes de una función auditiva central
normal en presencia de una HSN. La única diferencia entre los casos I y II es la edad de los
Individuos, es así como se evidencia una disfunción en el procesamiento auditivo tanto en el
caso I y II ambos AM, el primero en presencia de una HSN moderada, el segundo en un
presencia de una HSN leve. A su vez en el caso III no hay evidencia de una disfunción del
procesamiento auditivo a pesar de una HSN moderada.
Cabe señalar que a los pacientes del caso I y II se les aplicó la prueba Minimetal Test, con

18
la finalidad de descartar un posible efecto cognitivo en las pruebas de procesamiento
auditivo.

Transferencia interhemisférica
Estudios recientes han demostrado que una de las diferencias más importantes observadas
entre los adultos mayores e individuos jóvenes es el modo en que los dos hemisferios
cerebrales se comunican uno con otro (transferencia interhemisférica). Los hombres
comienzan a presentar dificultades en el procesamiento interhemisférico a edad
relativamente temprana (40 años). En contraste, las habilidades en el procesamiento
interhemisférico en el caso de las mujeres se preserva hasta después de la menopausia. A
la edad de 70 años ambos no presentan ninguna diferencia.
La habilidad de los dos hemisferios para comunicarse uno con el otro es importante para
una variedad de habilidades auditivas en donde ambos oídos juegan un papel
preponderante (blauralidad), por ejemplo la discriminación auditiva en presencia de ruido de
fondo. Esta disfunción observada en ambos sexos contribuyen a los déficits de la audición
en ruido y déficits de audición biaural. Para adultos mayores que no presentan pérdidas
auditivas periféricas, podría ser la causa de sus dificultades auditivas.
Estos déficits del procesamiento auditivo podría relacionarse directamente con cuán exitoso
sería el uso de audífonos por parte de un adulto mayor. Cuando éste muestra signos de
dificultades auditivas, usualmente se asume que presenta una pérdida auditiva por lo que se
supone la necesidad del uso de un audífono13.
En la actualidad existen estudios en donde muestran una deficiente transferencia
interhemisférica de la información auditiva lo que se traduce en la preferencia de una
adaptación monaural sobre una biaural en algunos adultos mayores. Una observación
común en muchos de estos pacientes es la evidencia de asimetrías, favoreciendo al oído
derecho en las pruebas de estimulación dicótica. En otras pruebas conductuales y
electrofisiológicas también han sido observados en algunos casos al comparar los
resultados biaurales y monoaurales obtenidos del mejor oído. En tales casos,
aparentemente el oído más pobre de algún modo interfiere o suprime el desempeño del
mejor oído, resultando en un déficit del desempeño biaural (interferencia biaural) 14. Estos
cambios en la transferencia interhemisférica serían producto de cambios relacionados con
la edad. De ningún modo la adaptación binaural debe dejar de ser la mejor opción en la

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mayoría de los casos. Sin embargo es importante considerar estos posibles efectos en la
práctica clínica.

Pérdida de la Audición y Deterioro Cognitivo


Es sabido que la pérdida de audición es un problema de salud frecuente durante el
envejecimiento, y se estima que un tercio de las personas mayores de 60 años tiene una
pérdida auditiva incapacitante en todo el mundo. La creciente evidencia apoya una
asociación entre la pérdida de audición relacionada con la edad (presbiacusia) y el deterioro
cognitivo. Pocos estudios investigan la relación entre los diferentes tipos de presbiacusia
(periféricas y centrales) y la presencia de deterioro cognitivo leve. Ahora, un estudio
realizado por investigadores del Instituto Nacional de Salud y la Universidad de Bari, en
Italia, llamado “Great-AGE”, dirigido por Rodolfo Sardone, sobre el envejecimiento basado
en la población, llevado a cabo en Castellana Grotte (sur de italia) ha revelado que la
pérdida auditiva central asociada a la edad –que se debe a dificultades en la capacidad del
cerebro para procesar el sonido, por lo que la persona puede oír, pero no es capaz de
comprender lo que oye–, duplica las probabilidades de tener deterioro cognitivo leve.
Los investigadores analizaron a 1.604 individuos con 75 años de edad de media. El 26% de
estas personas presentaba pérdida de audición periférica (originada por problemas en el
funcionamiento del oído interno y los nervios auditivos), el 12% padecía pérdida auditiva
central, y el 33% había sido diagnosticado con deterioro cognitivo leve.
Los resultados del trabajo, mostraron que el 75% de las 192 personas con pérdida auditiva
central (144) sufría deterioro cognitivo leve. De los 609 que oían bien, el 60% (365) también
presentaba este trastorno mental. En los individuos con pérdida de audición periférica no se
observó que tuvieran más probabilidades de padecer deterioro cognitivo leve que aquellos
sin problemas de audición.
Se concluye que la presbiacusia central podría compartir con el deterioro cognitivo el mismo
mecanismo fisiopatológico de la neurodegeneración en lugar de estar vinculado a un
proceso de privación sensorial por presbiacusia periférica. Por lo que las pruebas de
percepción auditiva deben incluirse en la evaluación de personas mayores a 65 años y
aquellos con deterioro cognitivo.15

20
Audífonos cognitivos
La Universidad de Columbia, la Escuela de Medicina Hofstra-Northwell y el Instituto
Feinstein de Investigación Médica trabajan en un audífono cognitivo, el cual podría dar
comienzo a una nueva generación de dispositivos de escucha basados en modelos de
redes neuronales profundas. El audífono cognitivo sería capaz de monitorizar la actividad
cerebral del paciente para determinar a qué conversación quiere atender y aislarla de otras
simultáneas.
La propuesta consiste en un sistema end-to-end que recibe una mezcla de voces habladas
a través de un solo canal de audio. El aparato separa automáticamente cada una de las
voces y determina a cuál de ellas se está prestando atención. Para ello, el audífono
cognitivo interpreta las señales neuronales generadas en las regiones de la corteza cerebral
que corresponden a la decodificación de la atención auditiva.
Una vez interpretadas dichas señales, el audífono cognitivo aísla y amplifica la conversación
que interesa al oyente. Todo ello, en un proceso que dura menos de 10 segundos, según
matiza el director del trabajo, Nima Mesgarani. Según el artículo que publica el Journal of
Neural Engineering, el audífono cognitivo ya ha sido puesto a prueba, con buenos
resultados, en 6 voluntarios sometidos a cirugía para tratar la epilepsia.
En este ensayo, monitorizado mediante registros electrocorticográficos invasivos, los
oyentes debían prestar atención, alternativamente, a un hablante masculino y uno femenino
que dialogaban a la vez. El sistema “demostró una mejora significativa en las medidas
objetivas y subjetivas de la conversación”, asegura Mesgarani; tanto es así que “casi todos
los voluntarios querían seguir usando el audífono cognitivo”, según el ingeniero.
“Nuestra aportación a la decodificación de la atención auditiva tiende un puente entre los
avances más recientes en las tecnologías de procesamiento del habla y la investigación de
prótesis”, considera el experto y asegura que el audífono cognitivo “nos acerca un poco más
al desarrollo de dispositivos capaces de rastrear de forma automática y dinámica la
dirección de la atención del usuario”.16

21
22
Conclusión
La comunicación es de vital importancia en el ser humano. Con el paso de los años los
adultos mayores van perdiendo distintas habilidades comunicativas, de habla y escucha. No
sólo envejecen los sentidos periféricos, sino también su ‘cableado’ central.
Como se expuso en el trabajo, hay que prestar atención y realizar las pruebas pertinentes
para ver si existe compromiso central de la audición cuando: 1. El rendimiento de un oído es
mejor, si bien la audición periférica en los resultados audiométricos es simétrica. 2. En el
caso de pérdidas asimétricas con peor rendimiento del oído que tiene una mejor audición
periférica.
Como se ha investigado, se duplican las probabilidades de deterioro cognitivo en adultos
mayores con pérdida auditiva central. La ‘presbiacusia central’ podría compartir con el
deterioro cognitivo el mismo mecanismo fisiopatológico de la neurodegeneración en lugar
de estar vinculado a un proceso de privación sensorial por presbiacusia periférica. Por lo
que las pruebas de percepción auditiva deben incluirse en la evaluación de personas
mayores a 65 años y aquellos con deterioro cognitivo.
Sería interesante que además de la estimulación auditiva como tratamiento al DPAC, en la
brevedad se implemente el uso de ‘audífonos cognitivos’ pudiendo de esta manera facilitar y
decodificar la atención auditiva.

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